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Las Sombras Silvia Gers
ENTREVISTA SILVIA GERS
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Con nuevo video y perspectiva de lanzamiento de disco, Silvia Gers sigue llenando las redes de contenido audiovisual para expresarse y poner en palabras todo lo que la atraviesa como persona tomando la empatía como punto de partida.
Diversidad es la palabra que mejor describe el trabajo de Silvia Gers. Cantautora, multiinstrumentista, guitarrista y productora. Licenciada en Folklore e integrante del movimiento colectivo de mujeres trovadoras, Mujertrova. Fue parte de Las Brujas, primera banda de heavy metal argentina integrada únicamente por mujeres, y su repertorio no se limita a este género. Su capacidad de explorar diversos ritmos queda a la vista en su trayectoria y en las tres canciones que lanzó este año que pasan por en el blues, el rock y el reggae. La trilogía musical de 2020 de Silvia Gers se completa con videoclips y es el adelanto del disco que planea lanzar apenas pueda terminar de grabar lo que quedó pen-
diente por el confinamiento. “Catarsis y desahogo. Esas palabras definen al disco que estoy armando. Y, a la vez, está muy atravesado por lo personal, por mi mirada del mundo, de los seres que me rodean”, dice Silvia en comunicación con Revista El Bondi.
En “A Contramano”, tu video más reciente, explorás desde el minimalismo. ¿Tuvo que ver con las limitaciones de esta época?
Ese video lo grabé en mi casa con la ayuda de una sola persona, que era director, editor y camarógrafo. Saqué las cosas del living, tomamos distancia, pusimos unas luces, un fondo blanco y sobre eso se trabajó. Fue bien minimalista y se logró captar, desde lo visual, la fuerza que tiene el tema. Quedaron muy bien esos dibujos que van apareciendo. La idea era que tenga esa onda minimalista, pero que no resultara ni aburrido ni bajón y estoy muy conforme. “Todo lo que sé” y “Blues del adiós” también tiene video. A Contramano era el que faltaba Así que quedó un triángulo perfecto de lo que salió este año.
ver con salir adelante a pesar de situaciones adversas. Esto es algo que también se ve en “Sin trato”, canción premiada por el Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Derechos Humanos y que habla sobre la violencia y lo importante de no callar. ¿Por qué te parece necesario contar estas historias desde la música?
Siempre tuve en claro que la música en mi vida no era un pasatiempo sino una manera de llegar a las personas. Y que la podía utilizar como herramienta de reflexión y de rebelión. La música para revelarse ante las injusticias y expresar lo que a uno le duele o considera injusto. Hacer una revolución a través de la música. Es eso: una herramienta que se puede usar perfectamente en cuestiones sociales para sacudir un poco al mundo. Y hay un montón de artistas que se expresan y viven la música de esa manera, con esa cuestión de querer decir lo que está sucediendo a su alrededor. De buscar transmitir las luchas sociales o lo que los atraviesa. Por eso, uno cuando puede tocar, mostrar sus canciones, que las pongan en una radio o hacer una entrevista se siente bendecido. Porque está bárbaro que los otros también se puedan acercar a tu música o tus palabras. Y hay millones de músicos, escritores o periodistas muy involucrados que no llegan a todo el mundo. Pero están en las bases haciendo. Siempre en lucha.
-Ahí se pone en juego, también, la importancia de un sello discográfico que apoye la diversidad. Porque muchas veces quienes hacen música siguen en las bases por falta de apoyo y no de talento o trabajo. Vos creaste Wipala discos.
Yo estaba haciendo la Licenciatura de Culturas Tradicionales en el IUNA, que ahora es la Universidad Nacional de las Artes (UNA), y me involucré con las temáticas de los pueblos originarios. Ahí formé una agrupación social que se llamó Wipala, a través de la cual convoqué a integrantes de diferentes comunidades (Mapuche, Aymaras, Coya) para que hablaran de diferentes temas desde sus perspectivas. En ese transcurso, estaba por sacar uno de los discos y pensé en ponerle un nombre al sello para ser independiente y no estar luchando siempre contra el imperio. El capitalismo dentro de la música, las discográficas. Entonces le puse Wipala discos. Empecé con mi propio material y después se sumaron otros. Ahora estoy por sacar el de una banda de Hard Rock. Es muy diverso y la riqueza está en poder tener un espacio donde entren todas las maneras musicales que los artistas desean expresar. Es un beneficio tener la posibilidad de escuchar otras cosas y no estancarte sólo con lo tuyo.
-Por eso es importante compartir y vos lo hacés en Mujertrova, ¿por qué te parece necesario formar parte de ese espacio?
-Es un movimiento en el que tenemos la libertad de expresarnos musicalmente de la manera que nos quede cómodo. Así como dicen que soy la rockera, están las más tangueras, las más trovadoras, las más folclóricas. Está esa libertad de poder expresar de manera individual, pero también funciona a nivel colectivo, porque después todas nos unimos en un mismo canto compartiendo las canciones de nuestras compañeras. A la vez, siempre estamos muy involucradas con lo que pasa alrededor, con lo social. Y buscamos seguir luchando desde la colectiva por los derechos de la mujer. Es un espacio para conocernos con otras artistas e ir todas para adelante. Lo importante es que cada una, con sus canciones, sea una persona involucrada en cuestiones sociales, sea autora y pueda manejarse con su propio instrumento. Esas son las premisas del movimiento.
-Sos autora de tus canciones y estás pensando en un disco. ¿Cómo viene el futuro?
-Quisiera que el disco salga este año, pero no sé, porque faltan grabar unas cosas. Mientras, hago vivos por Facebook en los que se da una relación muy linda con la gente. Mandan mensajes y yo los leo. Entran al chat y saludan a todos. Eso me encanta y lo descubrí ahora. Extraño el aplauso y sentir el murmullo de las personas, pero me acostumbré un poco a lo online. Quizás a futuro puedan convivir las modalidades. Lo importante es haber podido seguir haciendo a pesar del dolor. A pesar de todo lo que está pasando. Porque nadie puede decir que está bien. Te afecta quieras o no. ¿A quién le gusta ver que un montón de gente ha muerto por una enfermedad que siquiera sabemos cómo vino? Más allá de que uno se tenga que cuidar, que le pegue a una persona cercana o tener que estar en cuarentena, hay algo que trasciende que es la empatía por el dolor de la gente y me parece que el hecho de poder seguir a pesar de todo ese dolor es maravilloso, porque el silencio no es salud.
Cronista: Maia Kisz Fotos: Gentileza prensa por Adrian Markis 04 de Noviembre
COBERTURA LOS CABALLEROS DE LA QUEMA
MIENTRAS HAYA LUCES DE BAR
Un disfrute nostálgico de principio a fin en el streaming de Los Caballeros de la Quema desde el Café Tortoni.
La oleada del streaming por fuerzas mayores encajó perfectamente en .a dinámica de Los Caballeros de la Quema, quienes se presentaron alguna que otra vez al año desde aquella vuelta gratuita en La Plata en 2017. Esta propuesta online llamó la atención además por la atípica (pero no por eso menos efectiva) locación, nada menos que en histórico Café Tortoni, por lo que podíamos augurar un concierto con tintes más parecidos a los que nos ofreció en ciertos momentos de esta pandemia el cantante Iván Noble.
Así entonces, con prueba de sonido compartida el día anterior, llegó el turno para calzarnos los jeans cortados, destapar una botella fría y tirarnos al sillón a disfrutar de la buena nostalgia. Sentaditos, con whisky, guitarras acústicas, teclado, bajo y batería, los muchachos saludaron a la monada con “Patri” y el “Jodido noviembre” que podría haber sido perfectamente rebautizado en “jodido veinte veinte”. Quienes todavía tenían dudas de la elección del lugar entendieron todo perfecto con el correr de las canciones. La atmósfera, las mesitas, las lámparas, hasta la columna, eran el marco ideal para esta propuesta que nos empezaba a querer agitar y cantar a los gritos desde casa pese a la calidez de la interpretación y un sonido que acompañó a la perfección. Es que “Hasta estallar” y “Primavera negra” tienen esa combinación ideal de agite y melancolía tan característica de la obra de la banda que no sabemos si lagrimear o tirar birra al techo. Y entonces todo se volvió épico para los fanáticos. Es que casi en filita empezaron a aparecer viejas joyas tan preciadas como escondidas en la discografía. Los viejos tiempos noventosos en todo su esplendor se materializaron en un sonido electroacústico y reversionado que resaltó más aún esa vieja poesía barrial del Oeste. “Con el agua en los pies”, “Casi nadie” o “Cuatro de copas” fueron momentos muy altos encumbrándose con la aparición de la profunda y eterna oscuridad de los relatos de “Milwaukee” y “La noche que me echaste”. Pero las reversiones de “Mal” y “Carlito” fueron las exquisiteces de la jornada. La primera bien sentida en la voz del guitarrista Pablo Guerra, la segunda encontrando una lúcida calidez y un brillo único a la densidad tan cruda y sombría de la versión original. Y si hablamos de bellezas calmas, no podemos nunca dejar de resaltar temas como “Madres”, “De mala muerte” o “Mientras haya luces de bar”. También con “Carlito” (“el primer tema que dio la cara por nosotros”, recordó Noble) hubo un tiempo para contar la anécdota de la fallida primera vez que iban a sonar en la radio. Tuvieron muchas revanchas por suerte, sin dudas y lo demostraron cuando sonaron clásicos como “Otro jueves cobarde”, “Sapo de otro pozo”, “Celofán” o “Qué pasa en el barrio” (volvió el “Maradona en algún potrero” y un “fuerza, Diego” que voló por ahí) y un “Fulanos de nadie” ideal para el clima del lugar. A esta altura, algunos cantando con la botella como micrófono, otros gritando por el balcón, otros lagrimeando contra la pantalla. Pero faltaba el final que todos sabíamos. Los dos temas más reconocidos (y también de los mejores) dieron el cierre necesario: “Avanti morocha” y “Oxidado”. Una banda que fue muy sólida y tuvo una performance altísima demostrando el gran laburo realizado para la ocasión, no ocultaba sus sonrisas con la mezcla de satisfacción y emoción y saludó agradecida a la cámara. Desde el otro lado no nos quedó otra que responder: “no, gracias a ustedes”.