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Los Blenders

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Bersuit Vergarabat

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“NUNCA SERÉ POLICIA”

El bajista Osmar Espinosa desmenuza los pormenores de “Perdidos en Pantitlán”, beligerante canción antiyuta, y anticipa detalles sobre el tercer disco del cuarteto mexicano, “Mazunte 2016”.

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Cronista: Lucas González Fotos: Gentileza Prensa 24 de Septiembre

El último video del grupo mexicano Los Blenders, el que ilustra la vertiginosa “Perdidos en Pantitlán”, pareciera una secuela de La Purga dirigida por Christopher Nolan. Las imágenes -directas, grotescas, exageradas- se suceden una tras otra, mientras que el soundtrack -avisa la gacetilla de prensa- es “una mezcla entre el sonido del rock con las guitarras de surf más agresivas que hayamos sacado y un coro pegajoso”.

En una ciudad desvencijada como telón de fondo, primero surge un patrullero sacado de Blade Runner. Después, llegan los “agentes del orden”, derechos y humanos. Por último, el músico callejero al que chupan, torturan y asesinan. ¡Bang, bang, estás liquidado! “Pantitlán es un lugar concurrido, peligroso, donde se juntan varias estaciones de metro. Hay mucha gente, movimiento y asaltos”, asegura el bajista Osmar Espinosa sobre la colonia situada al oriente del populoso Distrito Federal. El quinto y último adelanto de lo que será el tercer larga duración del cuarteto, Mazunte 2016 (editado por Devil In The Woods y Sonido Muchacho), carga las tintas contra la violencia institucional y dialoga, gracias a lo conciso de sus líneas (“Po li cía/ Apiádese de mí/ No nos desaparezca/ Solo nos queríamos divertir”), con algunos hitos antiyuta del cancionero popular argentino, caso “Represión”, de Los Violadores, “Gente que no”, de Todos tus muertos, o “Nunca seré policía”, de Flema. Aunque el vínculo con la música criolla pasa en realidad por otro lado: “Nos gusta Cerati, Spinetta y Los Espíritus. Más que nada el rock independiente que se hace allá. Está padre. Acá y en Estados Unidos compartimos escenarios con Bestia Bebé. Además, hemos tocado con Él Mató y Las Ligas”

De acuerdo al propio Osmar, “Perdidos en Pantitlán” está inspirada en hechos reales (le pasó a un amigo de ellos) y es una excusa para tratar “la brutalidad policíaca que siempre ha existido”, del abuso por parte de las autoridades. “Nos gustaría que a los chavos, a la nueva generación, no los levanten y lleven por echarse una chela o un cigarro de marihuana en la calle”, suma el también baterista de O Tortuga. “En nuestro país hay impunidad y manda el que más dinero posee”, continúa. Así y todo, la flamante administración del progresista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) le genera expectativas. “Se están tomando medidas para que la gente pueda estar mejor”, asume. Y sigue: “Veníamos de un sistema muy corrupto, que en un año no va a cambiar completamente. El gobierno tiene sus altibajos, pero lo vemos con esperanza”.

-De vuelta en campaña, Donald Trump retomó la idea de construir un muro que separe Estados Unidos de México. ¿Qué opinión te merece la noticia?

-La verdad, sabemos que lo dice cuando necesita votos. Es meramente político, para conseguir adeptos. No es algo que nos preocupe, el gobierno de Estados Unidos está teniendo una buena relación con el de México, que al igual que ellos es una potencia.

-¿Son pesimistas o poco optimistas de cara al futuro? “Ha sido” (“No hay presente, no hay mañana”) o “Bien verga” (“Odio el verano y a tu generación”) exhiben de cierto hastío.

-Pues, somos una mezcla de las dos. Por un lado, Los Blenders está referenciado hacia lo feliz y optimista, con las cosas buenas de la vida, la luz al final del túnel. Por otro, hay situaciones malas que nos gusta analizar y en las que debemos ser más críticos. Hablar de cuestiones fuertes, como en “Perdidos…” y “Canción de protesta”. Al conjunto lo fundaron Alejandro Archundia (voz, guitarra y composición) y Sebastián Villalba (guitarra) en Coapa, sureste de la Ciudad de México. Ambos, se supo hace poco, querían ser “The Strokes, The Libertines o Arctic Monkeys. Nos

gustaban un chingo los Dynamite” . Pretendían encarar algo que “fuera un tanto rockanrolero, similar al de los grupos mexicanos de los 60 -Teen Tops, Los Apson, Los Hooligans- y a toda esa onda de letras melosas y amor juvenil, pero con un twist más actual de meterse drogas”. Por eso, después de probar el ácido, incursionaron en otras sonoridades. “En algún momento se nos relacionó con los Wavves y esas bandas (Surf Curse, por ejemplo). Realmente, nunca fue intencional”.

Tras doce años de carrera, ¿cuál es la relación con las drogas recreativas? Ahora el que responde es Espinosa: “Componemos a partir de lo que vivimos, situaciones que le pueden suceder a cualquier joven o adulto. La gente se identifica con lo nuestro (NdlR: en YouTube superan las cuatro millones de visualizaciones y en Spotify suman 80 mil oyentes mensuales) porque hablamos de la cotidianeidad”. el rastro desde Cemento y ya en 2013, cuando ganaron popularidad en Bandcamp, dio cuenta de “un cuarteto de vatos haciendo pop punk despreocupadamente, por el mero placer de divertirse”. Cuatro años más tarde definió a la propuesta como “canciones playeras de drama existencial juvenil sobre amor, desamor y todo lo que hay en medio”. El mismo artículo postuló que sin buscarlo se convirtieron “en la referencia de toda una generación”, asentando “las bases para que pudieran existir Señor Kino o los Sgt Papers”.

Luego de un simple (Ah Oh, 2012), dos discos (Chavos bien, 2015, y Ha Sido, 2017) y un par de EPs (Oye, 2011, y Meta y Dinero, 2013), no hay un consenso bastante generalizado acerca del género madre de Los Blenders. Scrolleando, en la lista figuran: “pop punk”, “surf épico”, “indie punk”, “punk rock”, “lo fi garage”, “surf garage”, “punk meloso con toques de surf” y hasta “infeccioso surf pop”. Carlos Medina, bajista de Little Jesus y co productor del celebrado Ha Sido (el medio Indie rocks! lo calificó con un 10), dijo en un programa de la televisión azteca que eran una suerte de “comedia ácida, estilo South Park y Los Simpsons. Evocan un sentimiento juvenil”. O bien, un eslabón perdido entre Cadena Perpetúa y Las Piñas.

Cuesta imaginar, entonces, qué habrá detrás del inminente Mazunte 2016. El bajista anticipa que tendrá “un sonido nuevo, fresco, maduro. Intentamos experimentar, ahondando en armonías vocales y otros recursos compositivos”. Dicho esto, revela que los cuatro integrantes de Los Blenders “escuchamos cumbia, rock, reggaeton, ritmos latinos, tribales, electrónica. No estamos peleados con ningún género”. Al contrario, están abiertos a cualquier oportunidad. “La cuestión siempre pasa por evolucionar musicalmente, pero sin perder la esencia de lo que somos”, concluye.

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