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SIMONIDES

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GIRANDO POR

GIRANDO POR

Un cuadro de Ernesto Murillo ‘Simonides’ ilustra nuestra portada de este mes. Tras 105 números, al fin contamos por aquí con uno de nuestros artistas de cabecera. Desde los setenta, Simonides [Murchante, 1952] ha colaborado en multitud de publicaciones, ha editado una decena de álbumes de cómic, y su obra pictórica se ha expuesto en exposiciones individuales y colectivas. El XIII Salón del Cómic de Navarra le rinde homenaje con una exposición que conmemora el 30 aniversario de Secuestro en las Bardenas, un thriller rural con trasfondo ecologista ambientado en el polígono de tiro y las localidades congozantes que, por desgracia, sigue de plena actualidad.

Cuéntanos, Ernesto, ¿cómo surgió la idea de este libro?

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La idea fue de Matxas [su hermano, Javier Murillo], que escribió el guion. Es un ornitólogo entusiasta, y como metía muchas horas escondido entre zarzas para sacar fotos a bichos, tenía mucho tiempo para darle vueltas a la cabeza. Debió de ser así como se le ocurrió la idea. Aunque, claro, esto es suposición mía. Por entonces, la revista Habeko Mik convocaba cada año una licitación para cubrir su programación. Había tres modalidades: la de historietas cortas, la de historietas de una página… y la de álbumes, 3 ó 4 narraciones largas que se publicaban en la revista por entregas. Y nos presentamos a esta última. Al principio estas historias se recopilaban en álbumes, pero por lo visto vendían poco y lo acabaron dejando. Y casi que lo preferí así. Acabamos sacándolo con el TMEO y fuera.

¿Cómo fue trabajar sobre un guion de tu hermano Javier?

Fue agradable. No esperaba una historieta tan bien hecha, con un guion tan bien llevado. Matxas había publicado cosas en TMEO, pero no de esa extensión. Cuando me enseñó el guion ya lo tenía escrito entero, a lápiz, con una letra muy pequeñita. Yo no le metí mano ni corregí una coma. No hacía ninguna falta. Aparte que siempre he seguido esa política de no tocar los guiones ajenos. A no ser que me lo pidieran o los estuviéramos haciendo a medias, como con Joaquín [Resano], que teníamos otro proceso. Pero yo, un guion que me pasaban lo respetaba tal cual. Además, así me dejaba la cabeza libre, porque entonces andaba muy liado con el TMEO y otras historias.

¿Cómo fue recibido el cómic en su momento?

Bien, bien. Se agotó enseguida.

¿No hubo ningún mosqueo?

Qué va. De hecho, en aquellos cómics metíamos publicidad y a este se sumaron bastantes anunciantes. Estuvo bien.

Supongo que los que más se podían enfadar no son muy de leer… Cuando hiciste Secuestro en las Bardenas venías de publicar El Zestas, otro cómic de acción ambientado esta vez en Iruña, la zona norte e Iparralde. De algún modo has dibujado en forma de thriller todo el territorio navarro. ¿Se te ocurre algún hito local que dé para narrar un cómic trepidante?

Un buen tema sería lo de los jóvenes de Altsatsu. Daría para analizar el ambientillo en la zona. Las charlotadas esas que hacían en la puerta del cuartelillo… El Ospa Eguna. Para mí que lo ocurrido es una venganza por todo eso, ¿no? Alguna vez se me ha pasado también por la cabeza adaptar un libro de Joxe Iriarte ‘Bikila’, Borrokaren Gorrian. Era un tío de la primera ETA y tal, fue el líder de lo que luego fue ETA VI, los troskos y así, que se escindieron. Es un libro que cuenta mucho aquel ambiente. Se calla cosas, claro, se nota mucho… Pero te cuenta las traiciones que se hacían en las primeras asambleas, ¡hasta encerraban a unos en un cuarto! Detenciones de gente, cómo pasaban el Bidasoa, los primeros Aberri Eguna que se organizaron durante el franquismo… Y luego hay otro: Katebegi Galdua, de Jon Alonso.

La historia es que aparece un antiguo documento que viene a atestiguar que San Francisco Javier en realidad no era católico sino hugonote. Algo que a nadie le interesa que salga a la luz: ni a la Iglesia, ni a Madrid, ni a los poderes navarros… Y se lía una de la hostia para hacerse con él y destruirlo. Yo empecé a aprender euskera con ese libro.

Fue habitual que muchos dibujantes de tu generación (Ceesepe, Nazario, Laura Pérez Vernetti, Montesol, Mariscal…) se apartaran de los tebeos para dedicarse en exclusiva a la pintura o la ilustración. ¿A qué atribuyes esta fuga de talento?

A que se acabaron las revistas. Yo siempre había pintado, pero en vacaciones de verano: paisajillos y cosas para limpiar la cabeza. Pero claro, cuando fallan las revistas, cuando ya no andaba en el TMEO, ¿qué coño haces? Además, llegó un momento en que estaba del cómic… ten en cuenta que llevaba casi cuarenta años, treinta y pico años haciendo cómic sin parar. A mí siempre me había resultado difícil compaginar ambas disciplinas, porque el cómic es muy, pero muy absorbente. Con la pintura puedes relajarte y se nota menos que si lo haces en el cómic, donde si te relajas haces una mierda. En el cómic tienes que estar tenso por cojones. Sin embargo, salvando gente muy seria y legal, gente que pinta de una manera muy intensa, que también la hay, hay pintores por ahí que dices “joder, qué poca tensión, por dios. Qué bien se vive, la hostia”. Hombre, claro, una cosa es que te falle el trabajo, que no haya revistas, pero siempre te salen cosillas y no vas a dejar de hacerlas…

Además, me da la impresión de que tu obra pictórica tiene un componente muy importante de cómic. Una aproximación irónica, una narrativa… que no es tan habitual.

Y estoy orgulloso de ello. ¿Cómo voy a ocultar yo el cómic? ¿Cómo voy a taparlo? Sería absurdo. Yo soy lo que soy, le debo mucho al cómic y por necesidad se tiene que notar en mi pintura. Pero me da la impresión de que hoy ya hay mucha gente de la pintura que se ha fijado en el cómic y se deja influir de manera consciente por éste. Eso me parece maravilloso.

Este es nuestro Especial Trabajo: ¿Cuál ha sido curro que más has sufrido?

Mira, al hilo de lo que decía antes: Estás metido ahí, pintando, y te viene de repente un encarguillo de cómic que te corta todo el proceso que llevas y… lo haces, claro, pero más por obligación.

Has colaborado en innumerables cabeceras y cuando dirigías el TMEO pasaron por tus manos multitud de cómics y fanzines, ¿hay algún artista cuyo trabajo piensas que nunca ha sido suficientemente reconocido?

Jokin Larrea. Sí, sí, pero vamos… de cajón.

Simonides y Matxas ofrecerán una entrevista con público el viernes 30 de septiembre en la Sala de Conferencias de Condestable (20:00).

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