tefi de paz

Hablamos con la veterana actriz y cantante sobre su premiado trabajo en torno a la figura de la funambulista Remigia Echarren. Los meses de julio y agosto podrás encontrar la exposición sobre “La Reina del Arga” la sala de exposiciones del Señorío de Bertiz.

¿Cómo llega Remigia Echarren a tu vida?

La primera vez supe de la existencia de esta mujer fue cuando tenía 17 años y estaba estudiando en la escuela de circo Oreka, alguna compañera la citó y quise preguntar quién era. Desde entonces Remigia se quedó revoloteando en mi corazón como si fuera un libélula. Cada vez escuchaba más cosas de ella, encontré una sala de ensayos en Auzoenea con su nombre, también hubo un movimiento popular en la época de Barcina para poner nombres a calles y ahí volvió a aparecer. Se propuso renombrar la Plaza Compañía pero al final se consiguió una calle en Ezkaba. Remigia iba dando señales hasta que aparece la pandemia. Es entonces cuando, repasando su historia, vi que quedaban 10 meses para el centenario de su muerte. Me pareció una fecha redonda para conmemorar y recordar a esta mujer como se merecía, por las alturas. Ser mujer y artista de circo eran 2 ingredientes para caer en el olvido. Era coetánea de Gayarre y Sarasate, de ellos se sabe un montón, hay fotos, muchos libros… y de esta mujer sólo había pequeñas referencias en libros o documentos en archivos. Gracias al boca oreja la memoria la ha mantenido viva. Es la única persona con 2 espacios públicos en Pamplona: la calle y las pasarelas del Arga, que se llaman Mademoiselle Agustini, su nombre artístico. Lo que más me gusta de ella es loca que estaba y lo adelantada que estaba a su época. No vivía acorde a la Pamplona de finales del XIX, una Pamplona fría, húmeda, pequeña y amurallada. Quería ser una mariposa y salir volando, huir de los cánones establecidos para las mujeres de aquella época, criar hijos, bajar a lavar al río… ya sabes.

¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

En junio de 2020 empecé a buscarla por diferentes medios. Estaba todo bastante cerrado por la pandemia, así que empecé tirando de teléfono, hablé con gente historiadora como Ana Díez de Ure o Paco Roda. Cuando se relajaron las restricciones fui al Archivo Municipal, que es donde más información encontré: una partida de nacimiento, padrones de diferentes años… nació en la calle del Carmen, vivió en Jarauta y murió en la calle Dos de mayo. En todas las partidas vivía con su hermana, ponía que estaba casada pero nunca que vivía con su marido. Este marido creo que se merece otro espectáculo, era un viva la vida, creo que Remigia diría “ya que tengo que estar con un hombre, que sea divertido”. Resulta que le gustaba mucho el vino y, por lo que he leído, se coló en un convento a robar un traje y le pillaron vestido de cura. Pedía limosna en nombre de Dios y se la metía al bolsillo. Una vez estrenada la exposición y el espectáculo, se me acerca un hombre y me dice que él tenía recortes de un periódico de Madrid que hablaban de este hombre, un tal Ziordia, y llamaban a Remigia como testigo al juicio por ese robo en nombre de Dios.

He estado en todos los sitios en los que actuó y aprovecho la gira para visitar los archivos. Me puse también en contacto con los diferentes propietarios de los lugares en los que vivió para ver si podía subir a sus casas, 2 de las 3 estaban abandonadas, casi en ruinas, y en la de la calle del Carmen ya no coinciden los números. La búsqueda ha sido también a partir de cartas que encontré en el Archivo Municipal y en las que se ofertaba para trabajar en solitario, en sanfermines… he encontrado como 30, eran como instancias de la época, muy formales, dirigidas al alcalde. Las llevé a un grafólogo para que analizara la letra. La primera vez que encontré su firma abracé al archivero que sacaba los legajos y las carpetas, y me puse a llorar… el tenía que pensar “esta tía está loca”. (risas) El archivo ya lo habíamos peinado por completo, la tierra no me daba más, así que llamé a una médium, pero parece ser que al haber fallecido hace tanto era muy difícil contactar con ella. (risas)

Todo esto se ha materializado en una exposición, una obra de teatro y un libro…

Primero creé la exposición ya que veía los teatros cerrados y no sabía cómo íbamos a salir de esta. Gorka Pastor ha hecho una banda sonora tanto para la expo como para la obra. Hay también una versión de la obra en euskera con la actriz Lorena Arangoa, empecé con ella el circo y conocía también a Remigia… todo tiene sentido. El 9 de enero, coincidiendo con la muerte de Remigia, firmamos el contrato para el libro con Reikiavik Ediciones. Está teniendo muy buena acogida, incluye una introducción de Paco Roda y Ana Díez de Ure, una reseña de un crítico de Bilbao que recoge muy bien la esencia de Remigia, el guión de la obra en castellano y en euskera, las partituras, el plano de luces y también casi todo lo encontrado y lo que saco en el espectáculo: cartas, carteles, la partida de nacimiento... También está “Lo imaginado” (la exposición), es muy visual el libro. La parte final es “Lo conseguido”: el tema de las calles, la tira de Oroz , las pasarelas, diferentes ilustraciones... Estoy muy contenta.

Este verano vas a tener bastante actividad… Sí, tengo meneo este verano. En Bertiz todos los domingos (salvo el 23 para que la gente vote) habrá algo relacionado con Remigia: actuaciones en euskera y castellano, talleres, etc.

¿Tienes otros proyectos en mente?

Queda Remigia para rato pero tengo otro proyecto que es una caravana, un escenario rodante. Cuento la historia de otro circo “rescatado”, el Anastasini, de origen italiano. Volvía del norte de África de hacer su gira de invierno y al pasar por la península llega a Lodosa 17 de julio del 36, montan la carpa y hacen su último espectáculo el día 18. Actúan para unos militares borrachos y estalla la Guerra Civil. Las 50 personas de la troupe huyen de Lodosa y tienen que abandonar allí, en la plazuela, la carpa y varios animales, un elefante, caballos…

La caravana es como una sucursal de objetos perdidos y a partir de cada objeto cuento la historia, que es dura, poética y macabra, pero el objeto la suaviza. Estrené en Navidad, luego estuve en Lodosa, en la misma plazuela y fue muy emocionante. Es un espectáculo cortito, de 20 minutos, por el aforo de la caravana. Las siguiente son 30 y 31 de agosto y 1 y 2 de septiembre en la fachada del Gayarre y también en Olite y alrededores (San Martin de Unx, Tafalla, Beire) del 2 al 5 de agosto.

La caravana se llama “Las maravillas de Júpiter”, nombre rescatado de una antigua feria de La Rioja y es un homenaje a la gente nómada y al circo y “Olvido Flores” es el nombre del espectáculo, único personaje y narradora. He encontrado una partida de nacimiento de un niño que nació por azar en Lodosa en agosto del 36, su madre, artista de circo, era Blanca Puig y su padre Guillermo Gutiérrez . El niño era Jaime Eduardo Gutiérrez Puig, este es el único papel que confirma que el Circo Anastasini estuvo allí y que es cierto lo que recuerdan nuestros mayores. Aún hay gente que se acuerda de jugar con el elefante en Lodosa. Aún se están buscando los restos del elefante.