Revista Espantapàjaros #2

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REVISTA ESPANTAPÁJAROS / SEGUNDO NUMERO DICIEMBRE - FEBRERO 2013


ATENTO AVISO

El miedo en esta revista no existe. La revista en ese miedo no existe. *** Organizaremos a las masas, convocaremos al público en general. Nos adueñaremos de sus pensamientos de forma literal. Formamos parte de un movimiento en movimiento. Somos la crema y nata del barrio poético. Aquí los cuentos son cuentos de un cuento que aun no lees. Contribuiremos al darle belleza a nuestras calles con versos libres; libres de versos. Aquí el acento esta presente. El poeta digiere la congoja popular. Dañaremos el sistema nervioso de quien se oponga. Haremos el amor en las esquinas sin pagar cuota. Escribiremos para que a futuro tú también escribas. Bombardearemos los muros de la sociedad típica. Organizaremos a las masas.


REVISTA ESPANTAPÁJAROS

DIRECTOR GENERAL Y DISEÑO:

* Gerardo Nuñez Guadarrama

REVISIÓN DE TEXTOS, CONVOCATORIAS Y SITIO WEB:

VINCULACIÓN Y DIFUCIÓN:

* Israel Morante Bravo * Víctor Alfonso Chino Luis

AGRADECEMOS EL TIRAJE DE LA REVISTA A:

* FEUM (Federación de estudiantes universitarios de Morelos)

(

*Dante de la Vega

El equipo que conforma la revista, no necesariamente comparten las críticas y/o opiniones expresadas en los textos publicados. El contenido de los mismos es responsabilidad única de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el consentimiento de la dirección general de Revista Espantapájaros y/o de los autores que en ella publican. Revista sin fines lucrativos. ******

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PORTADA:


Segundo Numero Diciembre - Febrero 2013 _____________________________________________________________________

Índice (CUENTO) La Ventana Rota Alexis Páuline

Solo quiero Bailar contigo, Aunque no sepa Bailar

CINCO SIETE

Abraham Sánchez Sanchez (BossCabron)

Magia de TV

NUEVE

Jorge Quiñones

Aciago

ONCE

Luz Y Sombra

DOCE

Gabriela Espino

Aldo Rosales

Ladrones

CATORCE

GUTY

DIECISEIS

David Antonio Villaseñor Peña

Sullivan Najera Marbán

Palabras (Fragmentos)

Kenji Iván Hernández Tolentino “Johan Plosky”

Cisma

Cesar Garcia

DIECISIETE

DIECINUEVE

<No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo>. Oscar Wilde


Segundo Numero Diciembre - Febrero 2013

______________________________________________________________________

Índice (POESÍA) Hada Desencantada

VEINTIDOS

Dante Vasquez

Tan Lejos de la Vida

AleQs Garrigóz

En la Tierra

Wendoline Schuster Carmona

Caminante y Viajero Sarai Marban

A la Luna

Rogelio Dueñas

VEINTITRES VEINTICUATRO VEINTISEIS VEINTIOCHO

(RELATO)

Los Golpes

Maria Chiama

Donde ellos moran

Gabriel Barçalobre

TREINTA TREINTAIUNO

Mientras la Veo

TREINTAIDOS

Como Quisiera

TREINTAITRES

Alonso Belano

Gaby Natsuno


(CUENTO) Según Revista Espantapájaros: Individuos conformados por artefactos de extraña procedencia | palabras varias de seres varios intimando diariamente en varias y diversas circunstancias || podría decirse de un marciano que no tiene nada que hacer.


recuerdos que esa fotografía me hacía ver como si de una película vieja se tratase y aquellos años

La Ventana Rota Alexis Páuline

que ahora ya no importaban me hacían temblar, cada risa, cada tontería, nuestras ocurrencias, aventuras, desgracias y todo lo que hicimos había dejado de existir junto con ella. -Y yo… -dije inclinándome hacia el cadáver –

Mi vestido blanco teñido de sangre, la lluvia

sigo aquí… sin ti.

fría, mis mejillas húmedas de tanto llorar. No

Un trueno me sacó del ensimismamiento en el

sabía que era lo que había pasado, sé que esto

que me encontraba, una luz, la puerta principal

no era real, rogaba por que fuera tan sólo una

abriéndose, los pasos que rechinaban en le piso

pesadilla que pronto acabaría, pero me equivo-

de madera y el perfume de otra persona que

qué…

se acercaba por el mismo pasillo azul y gélido.

Al final de aquel pasillo estaba una ventana con

Me paré rápidamente, intentando pensar en

el cristal roto, los fragmentos yacían en el suelo

algo que ayudara a salir de ahí, algo que me

brillando con los finos rayos del sol y en con-

diera la seguridad de que todo estaría bien y

traste con todo aquello, en la habitación que

que pronto pasaría pero ese “algo” nunca llegó.

daba a ese pasillo se encontraba el cuerpo in-

-¿Annika? ¿Annika estás ahí? –una voz mas-

erte de una joven, sus fríos labios entreabiertos,

culina llamándome, la luz del sol entrando por

esperando un beso que jamás llegaría y sus ojos

esa puerta.

casi podrían expresar la última impresión antici-

-Lo siento, -contesté tranquila –me he tardado

pada a su trágico final.

más de lo esperado.

Di unos pasos más dentro de la habitación, y

Tomé su brazo rápidamente y me sonrió com-

antes de pasar sentí dolor en mis pies y caí en

placido, salimos del cuarto, nos alejamos del

la cuenta de que no llevaba zapatos, puesto que

pasillo y en tan sólo unos minutos ya estábamos

los cristales de la ventana estaban incrustados

en camino lejos de ese horroroso lugar.

en mis pies, los saqué sin darle mucha impor-

Ambos estábamos en silencio, mi cabeza yacía

tancia a ese hecho y continúe caminando den-

sobre su hombro y él acariciaba mi cabello deli-

tro de la habitación confundida.

cadamente. El resto del camino fue igual.

Mis ojos no se despegaban de aquel cadáver,

Por fuera todo estaba bien, todo era perfecto

mis manos no dejaban de temblar y en mi

pero dentro de mi mente luchaba por reprimir

mente se repetía una y otra y otra y otra vez

éstos recuerdos y sonreí mientras revivía lo

más la expresión de esa mujer, pero no me per-

ocurrido hacía apenas unas horas.

turbaba el hecho de que supiera cómo murió;

La joven peinaba su oscuro y suave cabello

más bien se trataba de una gran satisfacción

frente al espejo, mientras yo recogía el desastre

que me llenaba por el simple hecho de verla ahí,

de la ventana que hacía unos instantes había

en el suelo, sin vida y no podía evitar esbozar

roto sin querer.

una sonrisa.

-Es tu culpa Alexia, si fueras más cuidadosa no

Me acerqué a la cama del habitación y tomé un

harías trabajo extra –se burlaba de mí.

retrato de ella y mío sonriendo, me perdí en los

-Por supuesto que no Annika, el problema es

CINCO


que tú me llenas de órdenes.

–después sonreí -¿no puede ser tan malo eso

-Mira “hermana” –su voz llena de sarcasmo res-

verdad? Por que Alexia murió hoy, y yo… yo sigo

onaba en mi cabeza –no quieras pasarte de lista,

aquí.

recuerda que aquí mando yo y si no es porque

Esas últimas palabras se quedaron en mi mente,

nuestra madre me pidió hacerme cargo de ti ya

por fin tenía una vida que valía la pena.

estarías muerta o en la calle.

-Si ella no la supo disfrutar, yo sí sabré que hac-

-¿Debo agradecer entonces tu “buena bondad”?

er…-me repetí dentro de mi mente.

–le dije desafiándola, a estas alturas ya nada me

Escuché el carro estacionarse, la puerta abrirse y

importaba.

ambos bajamos del vehículo.

-En unas horas me iré y ya no me importará

-Te noto algo diferente –me dijo mientras me

que pasé contigo, puedes prostituirte, venderte

cubría de la lluvia.

como esclava, da igual pero yo ya no cargaré

-Será que me veo más joven cada día –dije en

contigo –me dio la espalda –ahora, recoge los

tono de broma.

vidrios.

-Lo más seguro es que sea eso amor.

-¡Piensas abandonarme! Soy tu hermana y ¡me

-Si, eso es lo más seguro. –lo besé triunfante.

vas a dejar! ¿Cuándo decidiste marcharte?

Y días después, nos sorprendió la noticia de

-Cuando Rafael me pidió matrimonio hace dos

que habían encontraba el cuerpo de una jo-

días, hoy vendrá por mí y viviremos juntos.

ven, no sabían quién era y no había forma de

-Maldita…

identificarla por que tal parecía que le había de-

-Lástima querida, la única que puede brillar soy

formado el rostro con un objeto filoso, aquella

yo.

joven llevaba puesto un vestido blanco lleno de

Salí de la habitación furiosa, llena de rabia e im-

sangre y colgaba de la ventana de la que alguna

potencia, no sabía que hacer, no tenía idea de

vez había sido mi casa.

que pensar, miré la ventana rota, el gélido pasil-

Ahora que lo pienso, lo que más odié era el

lo azul, las cortinas, la habitación… mi hermana.

parecerme a ti completamente… bueno, hasta

Me acerqué a ella lentamente, sin saber exac-

ahora…como dije… nada puede ser tan malo.

tamente que estaba por hacer y luego todo se

lleno de paz. Aquel vidrio desapareció en el vientre de mi hermana, mis manos se mancharon de ese líquido carmesí tibio, mi vestido arruinado por su culpa y una gota escurriendo por mi mejilla. No entendí en qué momento solté un grito en medio de todo aquello, después las gotas de lluvia entraron por la ventana y me quedé perdida observándolas durante horas. Una vez que recordé eso, todo tuvo sentido y entonces supe que había pasado en realidad. -Siempre te odié Annika porque el mundo sabía de ti, pero no de Alexia, tu hermana gemela.

SEIS


Solo quiero bailar contigo, aunque no sepa bailar. Abraham Sánchez Sanchez (BossCabron) Ayer estaba solo trabajando en mi laboratorio de alquimia desde la torre mas alta del castillo, todo era confuso, trabajaba en el diseño de lo que al parecer eran unas alas mecánicas para volar. Recuerdo que ya llevaba muchas horas en ellas sin tener éxito, me sentía cansado y frustrado, harto de mi mismo, entonces comencé a escuchar una sublime música que al parecer venia del cielo. Aquellos violines tocaban dulces melodías, que me recordaban felices momentos de infancia. Fue tanto el entusiasmo, que me asome por la ventana para ver que sucedía. Entonces pude ver un paradisiaco jardín de coloridas flores, sobre las cuales bailaban princesas semidiosas de hermosas largas cabelleras, vestidos antiguos y perfumes celestiales. Ellas bailaban con caballeros medievales, de armaduras brillantes. Ese espectáculo era tan fascinante que sin pensarlo, no se como de pronto ya estaba en el. Caminaba solo por el jardín en un baile de armoniosas sensaciones, seducido por la fiesta de notas y colores que cautivaban mis sentidos. Las hermosas féminas, con sus mágicos movimientos de caderas e irresistibles sonrisas, me hacían pensar y sentir, que andaba perdido en algún limbo desconocido. Deslumbrado por aquellas visiones, caminaba como un sonámbulo por inercia, entre aquel festín de deliciosas caricias banales, embriagado por los rostros de las mujeres mas hermosas, ángeles de todas razas y colores, todas jóvenes. Hipnótico trance de pieles, cabelleras, labios, sonrisas, curvas delineadas, perfumes, canto de sirenas, seducción de mortales, ninfas que arden de pasión y todo lo oscurecen a su paso. Locura embriagante; ¡mas y mas, mas y mas. Vacío estoy y quiero más! Mareado en ciclones por tanta belleza, me desvanecí absorto en mis pensamientos, caí sobre el suave y húmedo pasto. Jardín afeitado de mi Venus encarnada. Sentía que soñaba entre las piernas de mi Eros excitada, placido nirvana. PAUSA…. SUSPENSIÓN… FLOTANDO… TODOS FLOTAN… NADAN EN LA NADA… De repente toda esa paz y tranquilidad del perfecto equilibrista, fue desbalanceándose hasta perderse por el impulso arrasador de una mirada imponente. El ángel más bello que haya visto en mil sueños, con cabellos rojos como el fuego, mirada ardiente como soles, sus labios adornados de sangre, carmín que enamora, labios dulces y carnosos, ojos celestiales del demonio. Y así poco a poco, toda mi elocuencia asustada huyo rápido, cabalgando sobre los cuernos de mi locura endiablada en aquella visión. Me quede inmóvil suspendido en el tiempo y espacio, no se cuanto paso, pero tarde que

SIETE


temprano, el encanto termino. Se rompió el hechizo. ¡Boom! Se reventó la burbuja en que flotaba, y esta exploto en millones de probables ilusiones, el sueño de mil hombres se derrumbo en una interrogante. -¿Qué quieres?- Pregunto mi ángel de fuego, con un tono frío y desinteresado, como si nada importase. Entonces el perfecto silencio jamás volvió a ser el mismo. Yo tan nervioso y sin pensar mucho en mi respuesta, como en automático le estire mi mano y conteste -Solo quiero bailar contigo, aunque no sepa bailar- Entonces ella me tomo de la mano, la puso en sus caderas, y empezamos a bailar. Muy pronto ella advirtió mis torpes pasos y mi pobre habilidad en el arte. Incluso creo que se burlo de mí por un instante, pero yo no pensaba en nada, solamente me deje arrastrar por sus finos movimientos, como un pez en la marea. Perdido en los abismos gloriosos de sus ojos, reflejo del cielo, destello de mil infiernos. Juro nunca deje de verla a los ojos. Así estuvimos largo rato hasta que... Un poderoso magnetismo en nuestras miradas nos acercó como la luna y el mar, nuestros cuerpos, como planetas colisionaron en un mágico beso! Nuestros labios se encendieron, mi sangre comenzó a hervir, un escalofrió de emociones entre miedo y felicidad embriagaron pronto todo mi ser. Con los ojos cerrados perdido en aquel beso, sentí como mi cuerpo, se hacia cada ves mas y mas pequeño, muy muy liviano, ni siquiera la gravedad podía someterme. En ese momento, sentí clarito como mis pies se elevaban poco a poco del suelo, empezamos a flotar juntos en nuestro beso; Volamos un instante. Extrañamente en ese instante, el miedo se hizo grande, como si no pudiera creer lo que estaba pasando, sabia que era imposible que los cuerpos se elevaran de esa forma. Empecé a dudar de todo, y por miedo de no sentir el suelo y la seguridad que este representa. Me asquee de miedo, vértigo, duda, incertidumbre. Vomite a dios y entonces morí. Así, nada mas a mitad de un apasionado beso único, flotando en el limbo, enamorado de un ángel. Por mi estúpido miedo instintivo, de un reflejo, abrí los ojos y… ¡Zas! <El primer rayo de realidad se filtro por las ventanas de mis pupilas, incinerando fantasías, calcinando sueños, evaporando esperanzas. Ya no hay nada… Desde entonces estoy de nuevo aquí. Tan solo, tan despierto, tan cerca del suelo, y Sin ti>

OCHO


Magia de TV Jorge Quiñones Faltan solo quince minutos para la una de la tarde. Estás arrodillado delante del televisor, en el piso de la sala, supones que a Noelia ya la terminaron de maquillar y ahora estará instalándose en el set desde el que va a salir al aire. Desde hace dos semanas Noelia trabaja en la televisión; es la conductora del noticiero de la tarde, del canal trujillano de mayor audiencia. Dos semanas, pero para ti y los demás chicos de la Facultad hoy recién es su primer día. Los días anteriores, te enteraste, no le avisó a nadie porque todavía no estaba saliendo al aire, sino practicando con la gente del canal mientras su futura antecesora terminaba su contrato, pero sobre todo para que perdiera el temor a las cámaras, pues el mundo de las comunicaciones no es algo que ella lleve en las venas. Noelia es estudiante de Derecho, igual que tú; si está haciendo un trabajo ajeno a su campo laboral es porque, según averiguaste, un día estuvo de compras en un centro comercial y, por casualidad, la vio el productor del noticiero; no te sorprende que él le haya visto condiciones para salir en la tele: Noelia es una chica muy linda, flaquita pero con sus cositas bien puestas, además es carismática, extrovertida y chancona. Noelia; Noelia, Noelia, Noelia; Noelita; Noe. Se pasó la mañana completa anunciando en clases; feliz, que hoy salía en televisión a la una de la tarde. Bueno, a ti no te lo dijo directamente, lo supiste gracias a los rumores de los demás. Es que no tienes mucha confianza con ella: la promoción es la más numerosa de la Facultad, en el salón tú acostumbras a sentarte al fondo mientras ella se queda en la primera fila, y a las reus tú nunca vas porque no te gusta la bulla, tienes mal gusto para vestirte y menos te gusta bailar; actividad que a ella le encanta, por lo que has visto en montones de fotos y videos colgados en los facebooks de terceros. Has escogido el televisor de la sala para verla porque es el televisor más grande que hay en tu casa. Pantalla panorámica, pegado a la pared de la sala, de tal manera que cuando ya esté en el aire podrás contemplarla inmensa desde el suelo, como a una deidad, y será la primera vez que la tengas a tan escasa distancia en los cuatro ciclos que llevan de carrera. No quieres perderte ni un solo instante de su participación en la tele, por eso estás esperándola desde mucho antes de que empiece el noticiero. La una en punto en Trujillo. Año de la integración nacional y reconocimiento de nuestra diversidad. Es curioso: otras veces has escuchado el nombre que el Estado le ha puesto a este año, pero ha tenido que decirlo Noelia para que recién se te quede grabado. También ha tenido que decirlo Noelia para que recién comprendas lo preocupantes que son las huelgas indefinidas de los docentes y los médicos, que recién te enteres de que se va a construir un enorme baipás en el óvalo Víctor Raúl, o de la colocación de arena en Huanchaco para evitar que la erosión resulte desapareciendo el balneario bandera. Es que, en general, casi nada de lo que ocurre en derredor te vale, pero has descubierto que si lo dice Noelia cada cosa tiene un sentido distinto, muy valioso. Noelia; Noelia, Noelia, Noelia; Noelita; Noe. Sentada en una silla altísima, acaso para que se pueda apreciar mejor su generoso cruce de piernas, al lado de una mesita con una sola pata en el medio, donde yacen una laptop y un celular dentro de un empaque con el logo de la marca agrandado, con una blusita ceñida color melón y joyas

NUEVE


vistosas, seriecita ella, parece mucho más linda que todos los días en la Facultad. Y que una banda de microcomercializadores de droga fue capturada en un operativo policial; y que un sismo de 4.2º de magnitud remeció Lima esta madrugada sin dejar daños materiales ni heridos; y que el Curiosity habría encontrado vida en Marte. Encantado, te levantas del suelo y vas a ponerte junto a la pantalla, al punto que la luminosidad multicolor hace que te ardan los ojos. Conforme relata las noticias, empiezas a tocar el rostro de Noelia con la misma delicadeza que tocarías su piel verdadera. Frotas tu pulgar en su boca, incluso crees que podrías oler su perfume, e, instintivamente, aspiras sobre su cuello y te estremeces con lo que imaginas que es su olor. ¿Qué bella es, verdad? Es una locura porque en cualquier momento alguien puede venir y te pillaría haciendo el mayor ridículo de tu vida, pero no puedes —ni te importa— contener las ganas de abalanzarte hacia su boca para darle un beso voraz y al tiempo lentísimo, buscando prolongar lo más posible ese placer incomparable, esa sensación de felicidad que, aunque sabes que no es real, quisieras que no se terminase nunca; nunca. Más tarde, de nuevo en la Facultad, todos tus compañeros están amontonados en la puerta del salón cuando llegas tú. En medio del alboroto, Noelia agradece radiante y triunfal los halagos que ellos, grandilocuentes, le dicen sobre su debut en la televisión; juega a que responde preguntas de una entrevista al paso, posa para que sus fans le tomen fotos con los celulares, manda besos volados. Como nunca, o acaso por su extrema alegría, ella se da cuenta de tu presencia y, como una niña emocionada por enseñar su juguete nuevo, corre a tu encuentro y te pregunta si tú también la viste en la televisión. Sientes que te sonrojas al decirle que sí. Y cuando te repregunta qué te pareció, para sorpresa suya, te quedas callado, solamente mirándola fijo. Extrañada, Noelia te pregunta si te pasa algo, si te sientes bien. Tú quisieras decirle que te pareció más linda que nunca dando las noticias, que soñaste que podías tocarla y besarla a través de la pantalla, que estás enamorado desde la primera vez que la viste en la Facultad y te mueres por estar con ella. Sin embargo, lo único que te atreves a decirle es, gentilmente, que te pareció bien, muy bien, y la felicitas. Entonces, ¡Dios!, no puedes creer lo que ocurre después. Tu conformidad hace que Noelia también se sonroje, que te agradezca con una sonrisa amplísima pero con la mirada escurridiza. ¿Y Noelia no tiene por qué reaccionar así contigo, verdad? ¿Por qué reacciona así, entonces? ¿Tanto le importa tu satisfacción? ¿Por qué? ¿O será, acaso, que tu pasión contenida hizo que desarrollases un poder sobrenatural capaz de transmitir sensaciones por intermedio de la pantalla y a ella le gustó que la tocaras y que la besaras porque, en secreto, también sueña con estar contigo? No, no es eso… Lo que pasa es que Noelia no tiene confianza contigo, se sonroja porque prácticamente eres un extraño que le ha dicho un halago. Sin embargo, te gusta pensar que la causa de su sonrojo se debe a que, en secreto, también está enamorada de ti y le gustó que la tocaras y la besaras a través de la pantalla. ¿No en vano eres de los pocos que consideran que la televisión no es del todo una caja boba, verdad? Siempre has creído que para algo bueno también tiene que servir aquel artefacto. Cuando ves a Noelia regresar con los demás, entras al salón muy contento, buscando una carpeta hacia el fondo, tu lugar de siempre. Noelia. Noelia, Noelia, Noelia. Noelita. Noe. Mañana volverás a esperarla desde mucho antes de la una de la tarde, sentado en el suelo, delante del televisor.

DIEZ


Aciago

Gabriela Espino

Si la memoria no lo traicionaba, acababa de cumplir treinta años la última vez que el río se encontró tan crecido. Aquella ocasión había ido en otro de los muchos días de campo que solía organizar junto con los muchachos, Amelia y sus amigas, antes de que la sequía hiciera al ganado y la cosecha morir. Pocas cosas habían quedado de entonces; el viejo Winchester que había pasado de generación en generación, una silla de mimbre y la guitarra acústica con la que acompañó su proposición de matrimonio a Amelia. Los primero años juntos fueron de ensueño. Él se dedicaba a labrar la tierra y ordeñar a las vacas desde el amanecer. Ella, teniendo una muchacha que se ocupaba de los trabajos más pesados de la casa, se hacía cargo de la cocina. Amaba preparar postres y los halagos que recibía cuando su marido regresaba a casa. Pero pronto las jornadas de trabajo se volvieron más largas y alejadas del hogar, encontrándose en la necesidad de ser empleado en granjas que no sufrían la falta de lluvia. Amelia tuvo que hacerse cargo de todas las tareas del hogar y al volverse la cocina una obligación, más temprano que tarde dejó de preparar postres. Él regresaba tan cansado que pensaba únicamente en dormir y poco le importaba cuando su mujer se daba el tiempo de retomar esas viejas costumbres. Cuando menos lo imaginaron se vieron atrapados por la rutina: él se dedicaba a quejarse del miserable salario que recibía y los exhaustivos horarios laborales que tenía que cubrir para ganarlo. Amelia, ya un poco amargada por pasar toda la tarde sola, no hacía más que darle la espalda en el lecho, deseando que el sueño le ayudara a cerrar sus ojos y oídos rápidamente. Una mala tarde regresó antes de la hora esperada y encontró a su mujer subiendo sus maletas a una camioneta de renta. Con lágrimas en los ojos se despidió mediante un “En realidad lo intenté Teseo...” antes de besar su mejilla y subir a la camioneta sin voltear atrás, volviéndose así sólo un recuerdo. El más cercano a la felicidad. El paso del tiempo se encargó de hacerlo ver la razón de que su mujer partiera. Después de aproximadamente ocho meses trabajando para las granjas vecinas fue despedido y se vio en la necesidad de vender la mitad del terreno, conservando la casa y la zona donde se encontraba el río. Los años pasaron e hicieron estragos que la apatía volvió irreversibles tanto en él como en la casa. Teseo quiso reconocer el golpeteo del techo del pórtico, pero seguro de que su oído estaba jugándole una mala broma, lo ignoró. Siguió bebiendo su café y hojeando el periódico, hasta que una gota de agua que cayó exactamente a la mitad de la columna que estaba comenzando a leer. Riendo como mucho tiempo atrás no lo hacía, corrió a buscar la guitarra acústica que tenía años sin tocar y jaló la vieja silla que se encontró a su paso en el porche. Como le fue posible llegó hasta el borde del riachuelo y se instaló frente a él. Sumergiendo los pies en el agua tocó aquella olvidada canción que había dedicado a Amelia el día de su compromiso, como si ella lo estuviera escuchando. Si la sequía se la había llevado, quizás la lluvia la trajera de vuelta. En la radio anunciaron el riesgo de un desbordamiento pero nadie estuvo ahí para prevenirlo. Él tocaba, viéndose en la lluvia, recordándola a ella juguetear en el agua e interrumpiendo sus pequeños conciertos al salpicarlo. El torrente repentinamente arreció, comenzando a mover la silla y desprendiendo el lodo en el que estaba clavada. Él sólo sonrió, aferrándose a la guitarra. Su cansancio era tal que le apetecía ser acunado por la corriente.

ONCE


Luz y Sombra Aldo Rosales *** Estefan sale temprano de su departamento, los oídos vendados con melodías que sólo sugieren, sólo susurran. En su boca va revuelto el gusto a enjuague bucal y una mezcla de cigarro y alcohol. Le gusta la combinación, es ascética, fría: sabe a olvido. Aborda siempre el primer autobús, el que tiene gusto de noche y no de mañana; la gente nunca se mira entre sí en ese primer autobús: anonimato exacerbado y olvido involuntario que denuncian madrugada y no amanecer. En su mochila va la cámara: el flash saldrá, luego la cámara guardará en el vientre una parte de la ciudad, el rostro de alguien, el vuelo de una paloma gris como el cielo que la cobija. Como una mosca que primero regurgita para luego tragar. Estefan aún revela usando los líquidos y las charolas que ya casi nadie usa: aún teje con hilos de luz y plata los rostros de las personas, las calles, las luces de una ciudad, pero sobre todo de las aves. Llega a la oficina donde trabaja. Ocho horas de papeles, de llamadas, de escritorios apilados horizontalmente, atrincherados contra la vida. Almuerza tarde para no encontrarse con nadie en el comedor, entonces mira largamente las paredes y, a veces, toma una fotografía. A veces no, a veces sólo se imagina las tomas. No le dice a nadie que es fotógrafo, porque hablar de lo que uno es y hace es el grito en soledad más desesperado. No le dice a nadie que es fotógrafo porque si usa ese título entonces se estaría aceptando, y cuando uno reconoce que es algo o alguien, empiezan los problemas, empieza la vida, y la vida de alguien que vive solamente de no ser nadie más que la luz y el pulso detrás de la cámara, es solitaria. El tiempo que corre entre tomar la foto y quitar el ojo para mirar lo que se ha fotografiado, es eterno: lo que se ha grabado en luz nunca está ahí cuando uno mira sin la cámara. Estefan lo sabe. Estefan siempre sale del trabajo con veinte minutos de retraso. No está entrenado para despedirse de nadie, o para hablar del día o de los problemas en la oficina. Luego camina durante largo tiempo: nunca toma la estación más cercana del metro, camina hasta que los vagones están más vacíos. Entonces aborda y toma algunas fotos por lo bajo, disimuladamente: las tomas a veces son buenas. Pero casi siempre son borrosas. Sin embargo, hoy Estefan prefiere caminar hacia la estación más cercana. Sube entre toda la gente pero luego, justo antes que el metro arranque, desciende rápidamente, como si la gente fuera fuego y él una fotografía aún empapada en plata y juventud. Las personas lo miran extrañados, apenas por un segundo, luego la puerta se cierra frente a sus ojos y vuelven a mirar al vacío. Estefan camina hasta encontrar un bar. El tiempo que transcurre entre la primera cerveza y la última es menor al de un par de canciones que alguien puso sin que él lo notara. Paga la cuenta con su tarjeta luego de descubrir que tiene vacíos los bolsillos. El aire de las calles está lleno de reproches, de caricias oxidadas. Estefan camina hasta su departamento. Cuando llega, entra a la cama sin quitarse la ropa. Es jueves, pero en realidad eso no le importa. A pesar de estar cansado no puede dormir. Se levanta a ver televisión. La programación, a esas horas de la madrugada, es una prisión triste. Estefan cambia los canales mien-

DOCE


tras bebe el vino que encontró en el refrigerador; sus tragos son veloces, despiadados. Se va a dormir cuando el televisor entona el Himno Nacional. Estefan despierta con el alcohol colgando en sus párpados y en la boca. Se baña con agua fría y desayuna lo que sobró de la cena de una noche atrás. Llama a la oficina para reportarse enfermo; como respuesta obtiene una fecha para recoger su liquidación. Cuelga cuando el teléfono se queja por estar descolgado. Camina hacia la esquina de su departamento que usa como estudio. Revisa la cámara sobre el tripié, luego enciende las luces. Aprieta el botón del temporizador y se coloca frente al lente cuando el tiempo va a expirar. Camina a la tarja que usa como cuarto de revelado y obtiene la fotografía: no sabe si culpar a la cámara o a los años por ese rostro destilado en tiempo crudo. Guarda la fotografía y una carta en un sobre manila. La toma es borrosa. La carta está amarilla y cuarteada de los bordes que se han doblado y desdoblado hasta el cansancio: ese papel es una puerta de bisagras indecisas y palabras ermitañas. Sale a las calle con su cámara digital, como todos los días. Toma fotografías de la gente, de los árboles. Cuando dan las doce vuelve a tomarse una fotografía: cuando mira la toma en la pantalla digital, su cara le resulta tan anónima que por un momento cree que alguien se colocó detrás de él cuando apretó el obturador. Camina de regreso a casa, pero en el camino se detiene en la oficina de correos. Entra y saluda al aire con un hola que llevaba horas anidado en su garganta y necesitaba echar a volar. Escribe sus datos al reverso de la fotografía, la mete en un sobre más pequeño que el que traía y, luego de pagar los sellos, la entrega en el mostrador; la empleada no le devuelve el saludo. La dirección que anotó, de memoria, es la sede de un concurso anual de fotografía, el mismo de cada año. La carta la tira a la basura y sale. Antes de doblar la esquina, regresa a la oficina de correos y saca la carta de la basura; la empleada vuelve a recibir la sonrisa de Estefan, pero no da la propia. Estefan, esa noche, no mira la tele. Escucha canciones tirado en la cama, los audífonos en flor de música en el acantilado de sus oídos. El cuarto está a oscuras. Las luces de la ciudad le ponen una máscara de Neón al rostro de penumbras con el que Estefan, insomne como siempre, se mira frente a frente. Suena el teléfono. Estefan no lo nota porque la música y el alcohol le han envuelto la cabeza. El teléfono suena otra vez, una más, otra, hasta que por fin entra el buzón de voz. El mensaje se pierde para siempre: Estefan, desde años atrás, desde que se mudó a ese departamento, usó el casete de la contestadora para tallar con su voz la carta que siempre guarda en el cajón en medio de la cómoda, junto a la foto de Melisa. Escucha ese casete cada fin de semana. La ciudad sigue soñando, roncando autos y construcciones.

TRECE


Ladrones

David Antonio Villaseñor Peña -Pues ya le dije que si es cierto, pero que no tiene por que andarse preocupando; ya bastante tiene con lo de su hija, que ya mero se alivia, ¿o no? -Precisamente por eso me preocupo, no quiero que mi hija ni nadie de mi familia viva rodeada de gente así... Es en serio dejen esta cuadra en paz, aunque me diga que no tengo que temer, no puedo dormir tranquilo sabiendo… lo que ustedes hacen. -¿Que somos unas ratas? ¿Unos ladrones, unos vándalos, unas lacras? Ande dígalo yo no me avergüenzo, total de eso tragamos mi compadre y yo. Además ya le dije que ni robamos por acá, nos metemos a las casas de adinerados, y usted sabe que por aquí no hay ninguno de esos y aunque hubiera ni es mucho lo que les quitamos, es como quitarle un pelo al gato. Don Tino frunció el entrecejo y miro a Bartolo añadiendo -Conozco a un amigo que es preventivo, le… -A cabrón ¿vamos a empezar con amenazas don?- diciendo esto metió la mano a la bolsa del pantalón y asomo la pistola, el otro solo retrocedió y dijo vacilante: -Yo sólo me preocupo por mi familia… no puedo estar tranquilo sabiendo que… ¡póngase en mis zapatos! -Lo entiendo, pero usted entiéndame también-dijo guardando la pistola nuevamente-. Le doy mi palabra que por aquí no vamos a trabajar, se lo digo como hombre de palabra. -Está bien- contesto don Tino todavía intranquilo, sentía que en cualquier momento le dispararía-. Buenas noches. -Buenas, buenas- contestó Bartolo con gesto burlón y cerró la puerta. Ya dentro, su compadre Cástulo le pregunto quién había tocado, y él le contó todo el asunto, que esa vieja chismosa de enfrente, la que vendía pozole, había ido con el chisme de la vez que los vio llegar

muy avanzada la noche, entrando con bastantes cosas, que según ella parecían ser ajenas; que don Tino, al enterarse del chisme y considerándose el guardián de la cuadra, había ido a verles para hablar con ellos pidiéndoles que se fueran de ahí, que dejaran de utilizar su cuadra a modo de almacén para sus adquisiciones mal habidas. - ¿Y cómo te deshiciste de él? Le sacaste la pistola ¿verdad? - Pues qué otra me quedaba, además él se lo busco, yo le dije que no tuviera cuidado, que nosotros no chambeamos en su cuadra, pero estaba necio que… Su compadre comenzó a reír incontrolablemente y añadió entre risas con palabras entrecortadas: - De veras Bartolito que usted no tiene remedio, siempre haciendo las cosas a lo bruto. - ¿Y usted como se habría quitado al ruco de encima compadre? - Pus negociando compadrito. - A canijo y cómo es eso, digo, si se puede saber. Cástulo rio un poco y añadió:

CATORCE


- No le digo, usted no ocupa la tatema, le hubiera ofrecido algo al viejito ese para que dejara de molestar, así ya no podía quejarse, ya seria cómplice. - A mire, ¿y luego ya repartiríamos las cosas entre tres?, porque entonces prefiero amenazarlo con la pistola y tener mi parte completa… si ya usted me quita suficiente con su comisión… - ¿Otra vez con lo mismo? - ¡Sí!... ¡otra vez! - Usted salió más rencoroso que mi vieja, a quien por cierto ya tengo que ir a visitar- dijo levantándose del catre donde se hallaba acostado y dirigiéndose a la puerta-. - Y usted ya es igual de tranza que esos a los que usted llama ratas profesionales. Cástulo se volvió hacia Bartolo y lo observó. - Me perdona pero no. Jamás seremos igual a esos, ya le explique ¿no?, nosotros robamos por necesidad… - ¿Y los demás por gusto? - No sé y no me importa. Usted piensa como que los demás, que creen que uno se anda saltando bardas, burlando perros vigilantes y volando candados por maldosos, pero no es así. Esta es la última elección, y para mostrarlo tenemos nuestras reglas, ¿o no compadre? No le robamos a la gente humilde, no hemos matado a nadie, solo nos llevamos lo que vale en billetes, y eso no es lo importante de la vida, ¡Si hasta el cura lo dice! - Yo soy un bruto, compa, usted mismo lo dijo. No sé de divisiones entre rateros malos y buenos, ni donde acaban unos y donde empiezan otros-dijo Bartolo sin darse cuenta de lo que esa oración encerraba-, la verdad sólo sé que un ratero, es un ratero. Y quiero que nos toquen partes iguales. Eso de la comisión por planear que se lleva, no me gusta nadita. Terminando de decir esto se metió la mano a la bolsa. Cástulo, al predecir las acciones de su compadre se le fue encima. Rodaron por el piso, se revolcaron, se desgarraron la camisa y gritaron más de lo que se llegaron a golpear. Bartolo debajo de su compadre comenzó a reír frenéticamente. Su compadre dejo de forcejear y lo miro atónito, pero aún lo agarraba por el cuello de la camisa. - Ay compadrito Cástulo tan intocable y perfecto se cree, que no escuchó ni sintió el balazo que le metí. Cástulo abrió exageradamente los ojos. Soltó a su compadre y se levantó rápidamente, tocándose el dorso con las manos, buscando la herida. Cuando se dio cuenta de la trampa, Bartolo ya lo apuntaba con la pistola. Los vecinos habían oído los gritos y se asustaron. Pero fue hasta que escucharon el disparo cuando llamaron a la policía. Esta llego casi inmediatamente, más por cercanía que por eficiencia, y encontró un muerto, un asesino-ladrón arrepentido y azorado por lo que había hecho, y mucha mercancía. Al ver esta última los policías se miraron, sería una noche larga, tendrían que acarrear y repartirse muchas cosas.

QUINCE


GUTY

Sullivan Najera Marbán

hacen sentir bien, ésa sonrisa que me quita dudas, que me vuelve constante, en éste plano inmenso, donde toda forma de vida desaparece por culpa del parásito mas grande que existe. Olores de todo tipo me marean, tu existencia

Brujas celestes que vuelan cerca de un Dios

me libera y me hace derretirme en el suelo sucio

desconocido, derraman lágrimas sangrientas

de donde nunca salgo.

que se cristalizan por el reflejo de la luna en el

Sedienta de sangre y de ti, arranco tu alma y me

cielo oscuro.

alimento de ella. Ahora te encuentras dentro de

Sentimientos ruedan por el destino incierto que

mí, sin salida alguna. Tu cuerpo desintegrado

nos unió. Renazco entre pétalos llenos de fuego

vaga por la humanidad bélica del recuerdo.

infernal que me impiden moverme.

Lloro inconsolablemente, por mi acto inaudito,

El pecado mortal producto de una manía loca,

sin regreso. Ondas mutantes neutralizan mi

crea evolución que sale de capullos rodeado de

conciencia y me desintegro a tu lado. Flagelos

células desconocidas.

litigan la pseudo-alma que te aprisionó, y te

Mi boca forma figuras amorfas en las cuales te

liberan de mi prisión nublada.

miro y no pienso en lo que pasará más adelante.

Al final atormentada por el castigo merecido

Despierto con luces, sombras que me llaman,

de tu verdugo te evaporas a mi lado en un ciclo

mi boca tiene un sabor diferente, un sabor

oscuro.

que nunca había tenido. Es el sabor del miedo,

La luna distorsiona mis pensamientos mas

miedo que tengo, miedo de verte, de mirarte,

no distorsionan tu imagen que muta entre el

me da un pavor inexplicable el que pienses en

fuego eterno de tu voz. Fantasmas de personas

alejarte de mí.

heterogéneas rondan cerca de mi cuerpo, lleno

Ése pavor se convierte en enojo cuando vuelas,

de heridas profundas.

cuando no me buscas, cuando no me llamas.

La urbe refleja luces opacas y en ellas te observo

Peceras enormes atrapan mi cuerpo, busco

dirigido por sombras indelebles que pisotean

salida pero no logro encontrarla. Aunque quiera

mis sueños.

salir hay algo que me impide hacerlo.

Humos blancos se elevan, vuelan entre sueños

Dejo caer mi cuerpo y mi mente llora lágrimas

destruidos, entre amores perdidos. Mientras el

salidas del miocardio y de mis ojos apagados

río se palidece y se torna rojo carmesí.

por un proceso. El cuál me tiene agotada, me

Mi cuerpo es mordisqueado, atrapada en esferas

quema, me desgasta.

giratorias, quiero salir, tu mano me rescata de

Embriagada por alcoholes negros, escribiendo

ésta agonía siniestra y mi luna se transforma.

aquí me encuentro. Mi cosmogonía producto de

Brilla con más intensidad que antes, mi energía

tu ser me ha desviado a pesar de que tú eres

convertida en magia blanca, me vuelve un ser

él. Caigo en la negación central, donde Luzbel

pensante, mis líneas de nuevo toman forma y mi

espera impaciente observando tus cambios y yo

esencia regresa.

sin saber ¿qué decir, qué hacer?

Juntos destruimos cadenas que nos ataban

Mi mente es absorbida por una fuerza quiral

ahora sólo es el cadáver del tiempo. Su elixir

que la destroza.

nos embriaga y las brujas celestes que antes

El reloj parece estático, el tiempo se congela, espero tu mirada de nuevo, esos ojos que me

DIECISEIS

lloraban; ríen conmigo.


Fragmentos de la novela:

Palabras *** Johan Plosky

Kora He querido borrar la mancha que dejé caer a tu pintura. Cuando tus manos se desplazaban sobre colores que no conocías era como verte hacer el amor con el lienzo. Hundías un pincel y luego otro, pero siempre terminabas por arrojarlos y jugar con tus dedos. Adquirías camaleónicos colores y el cuadro final nunca era digno de alabanza. Realmente eras poco agraciada en la pintura, pero contemplar tu éxtasis mientras lo hacías, bien valía la pena mentirte un poco. La mancha que le ha caído, sin embargo, fuera de causarle un daño estético al cuadro, lo ha transformado en una imagen insoportable. Ninguna imagen es insoportable. Sin embargo no he acertado a decidir el método que usaré para removerla. Por las mañanas, las ganas de quitar esa mancha me invaden. Salgo de la recámara y al tropezarme con tu cajón, siempre veo la mancha. Incluso he imaginado que tus cosas se han puesto de acuerdo para montar una comparsa. Como aquella vez en que regresábamos por la tarde; el sol no incendiaba las calles, las hacía lucir enfermas, con hepatitis, sangrantes, parecían querer vomitarnos de su interior. De inmediato asignaste un papel a cada elemento de la calle y nos quedamos a observar cómo desempeñaban su tarea. En algunos minutos la noche nos enredó. De a poco las sombras iban quedando restringidas a la opaca luz del alumbrado público y deseábamos tener una goma que las borrara para que la gente se espantara de que su sombra había desaparecido. Al día siguiente, te convencí de salir a preguntar a todas las tiendas por la misteriosa e inexistente goma. Es un buen experimento. Las expresiones y reacciones que las personas muestren; así, con ese simple argumento nos pasamos el día subiendo y bajando, entrando y saliendo, corriendo y descansando; hasta que se nos olvidó por qué quisimos hacerlo.

DIECISIETE


Pissoca La híper-modernidad, sólo existe en la imaginación. Nos movemos igual de lento y carecemos de la misma cantidad de información que antes.

Henry Jekill La enfermera que huele a detergente ha venido. Su aroma se mezclaba con un perfume extraño, se ha puesto guapa. Me ha desnudado y ha frotado su cuerpo contra el mío con desesperación. Fue algo que no esperaba. Me impactó. El otro día imaginaba un árbol de lombrices. Un niño que no supo que era de lombrices obligó a la madre a construirle un columpio. Pero es de lombrices el árbol, se caerá el columpio. Pero el niño también tenía manos de lombrices y ojos y cabello de lombrices y la madre se infartó. Los peritos que encontraron al niño determinaron que la madre padecía esquizofrenia. Y el niño de lombrices fue encerrado en un corral lleno de niñas pollo que lo devoraron apenas hubo puesto un pie ahí. Hay un vendedor que acomoda su mercancía a mi lado. Algunas veces los médicos dejan escrita su necesidad en un papel oculto bajo la pata inferior derecha de mi cama. El vendedor llega, mira la nota, la incinera y deja la petición en un frasquito de vidrio bajo mi sábana. Unos días el vendedor engaña a sus clientes. En voz alta acepta ante mí que no lleva esa mercancía y que la suplantará por otra. Pero los médicos nunca le dicen que la mercancía es para mí. La inyectan en mi tubito y dejo de recordar. Alguna vez, alguien, trajo flores. Sólo entró, arrancó la nota, leyó y las puso sobre la mesita de las jeringas. Al principio fue genial. Nadie escombra aquí con frecuencia. El olor a veces es insoportable. La temporada de calor agrava todo.

DIECIOCHO


Cisma Cesar Garcia ••• Hace 5000 años, en tierra de mortales, existía un lugar habitado por Dioses y semi-Dioses los cuales vivían en plena armonía. Estos seres divinos estaban formados de luz a excepción de un Dios, Garcé Vicue, el cual su ente estaba formado tanto por luz como por oscuridad, por sombras, las mismas sombras que habitaban encerradas en el muro del olvido. Este muro contenía todas las sombras y sentimientos negativos que los Dioses y semi-Dioses desarrollaban en el transcurso de su existir, expulsándolos de su entidad y encerrándolos en esta pared extraña. Garcé Vicue tenía la capacidad de manipular a voluntad propia el universo de luz y sombras, la luz regia la vida de estos seres divinos y fantásticos. Existía un consejo integrado por 7 Dioses: Garcé Vicue, Thersea, Etherna, Karion, Loozhé, Vel-Hior y Phezto. Garcé Vicue y Thersea habían procreado a un ser divino cuyo nombre seria revelado en el ritual de las 13 lunas, pero la devastación lo impediría. Todo comenzó un día cuando el Dios Vel-Hior, un ser ambicioso de poder, que no soportaba estar a las ordenes de los Dioses principales del reino, Garcé Vicue y Thersea, decide hacer una visita al muro del olvido, un muro habitado por sentimientos negativos, perversiones, perturbaciones, seres diabólicos, maldad, todo lo prohibido, un universo de sombras, el mundo de las sombras, irónicamente también el mundo de Garcé Vicue. Vel-Hior, preso de su sentimiento oscuro de ambición que nunca pudo expulsar de su entidad, decide conjurar la entrada del muro para liberar a las sombras, creyéndose lo suficientemente capaz para controlarlas y así poder derrocar a los Dioses a los cuales odiaba, pero nunca se imagino el caos que se llevaría acabo al liberar a las sombras, pues estas eran muy poderosas y se habían incrementado con el pasar de los milenios. Garcé Vicue y Thersea se encontraban meditando en la cámara de la luz , una habitación del castillo principal del consejo en la cual se meditaba para purificar al reino cuando Etherna, herida y muy lastimada a causa de un ataque de sombras, les avisa que Vel-Hior había conjurado el portal de la mortalidad, por el cual todas las sombras habían escapado comenzando la devastación del reino, Karion, Loozhé y Phezto habían muerto en el camino hacia la cámara de la luz, , Garcé Vicue le pide a Thersea que proteja a su hijo, Etherna y Thersea corren hacia la habitación estelar donde se encontraba el recién nacido pero en el trayecto Etherna es atacada nuevamente por las sombras y esta vez muere, Thersea también es herida pero logra salir con vida del ataque. Garcé Vicue al llegar al muro del olvido encuentra a Vel-Hior muerto por las sombras, todo el reino estaba hundido en devastación total, nadie había sobrevivido a un ataque tan cruel y despiadado, los pocos Dioses y semi-Dioses que quedaban de pie seguían peleando por su salvación pero era en vano porque las sombras se fortalecían a cada instante.

DIECINUEVE


En la habitación estelar, Thersea luchaba contra las sombras para proteger a su hijo, Garcé Vicue a los lejos se percata de que la muerte de su amada compañera y de su hijo estaba muy cerca, Garcé Vicue se desdobla del muro del olvido hacia la habitación estelar solo para ser testigo del más grande y poderoso conjuro de Thersea hacia su hijo, decide convertirlo en luz y lo sacrifica, al ejecutar el conjuro, todo el reino se ve invadido por la luz, Garcé Vicue realiza un conjuro de absorción de luz y sombras atrayéndolas hacia el interior de su ser divino, después de una gran explosión consecuencia de la fusión de luz y oscuridad, Garcé Vicue se da cuenta que ha quedado varado en la nada, la Diosa Thersea había desaparecido de alguna extraña forma, su esencia aun era percibida por Garcé Vicue pero muy lejos de ese plano astral. Durante 5000 años, el Dios Garcé Vicue vagó de universo en universo, de plano en plano, de dimensión en dimensión hasta que un día, por fin encontró a su amada Thersea en el lugar menos esperado y nunca imaginado apto para una Deidad, pero, Thersea ya no era la misma, no recordaba nada del pasado y ahora era mortal, propensa a enfermedades, envejecimiento, incluso hasta la muerte ahora era parte de ella, pero Garcé Vicue le revelaría todo lo ocurrido milenios atrás, despertaría la luz en ella, la luz que habita en todos los Dioses, aunque no sabia si ya era demasiado tarde para haberla encontrado y aun más tarde para revelarle un secreto muy importante, el secreto de los 7 Dioses.

VEINTE


(POESÍA) Según Revista Espantapájaros: Manifestación ultra sensorial de los sentidos de cuando se esta del todo bien | ampliación del léxico inventado por un mecanismo que se expresa quien sabe como || según cosas bonitas.


Hada desencantada

Dante Vasquez

Para Ángela Guerrero Sanz (Coautora)

Hada desencantada pero encantada de no estar encantada, en canto encantado el encanto encantador desencantado se torna al encantarse en vuestra mirada. Encantadora, encantadora: A su lado encantadoramente es engalanada la corona de ángel a luz platinada, magia que encanta cual verso delicado. Hada desencantada pero encantada de no estar encantada, a vuestro lado, encantando al ensueño aterciopelado sonríe la oscura y fría madrugada. El encanto encantador desencantado al verla se transforma, en beso azulado.

VEINTIDOS


Tan Lejos de la Vida. AleQs Garrigóz

Un paso atrás he nacido para ser despojado y crecer amorfo. ¿Te has dado cuenta? La realidad taladra mis huesos tan frágiles. Estoy solo. ¿No ves mis costillas rotas? Un paso atrás, tan lejos de la vida, ha germinado una semilla maldita, semilla infectada que nunca, nunca debió existir. Cada una de las palabras de ustedes, -aquellos que sí son y que sí tienenes una daga más, otra herida para no sanar. Y sus escupitajos son torturante colmo. Ojos que nunca han visto ni verán el color, labios desérticos rogando por un mendrugo, mis seis pies clavados al suelo. No: ya no podré soportar otro tabique más al lomo. Tan lejos de la vida te imploro: da un paso atrás ¡y mátame!

VEINTITRES


En la tierra. Wendoline Schuster Carmona

“El amor tiene firma de autor en las causas perdidas. El amor siempre empieza soñando y termina en insomnio. Es un acto profundo de fe que huele a mentira. El amor baila al son que le toquen sea Dios o el demonio, sea Dios o el demonio. El amor es la guerra perdida entre el sexo y la risa. Es la llave con que abres el grifo del agua en los ojos. Es el tiempo más lento del mundo cuando va de prisa. El amor se abre paso despacio no importa el cerrojo. El amor es la arrogancia de aferrarse a lo imposible. Es buscar en otra parte lo que no encuentras en ti. El amor es un ingrato que te eleva por un rato, y te desploma porque sí. El amor es dos en uno, que al final no son ninguno, y se acostumbran a mentir. El amor es la belleza, que se nutre de tristeza, y al final siempre se va. El amor casi siempre es mejor cuando está en otra parte. Luce bien en novelas que venden finales perfectos. No te vayas amor que aunque duelas no quiero dejarte. Si eres siempre un error porqué nunca se ven tus defectos.

VEINTICUATRO


Puede ser que lo que juzgo sea otra cosa, no lo sé. Que a mi suerte le ha tocado el impostor, tampoco sé. El amor es un ingrato, que te eleva por un rato, y te desploma porque sí. El amor es dos en uno, que al final no son ninguno, y se acostumbran a mentir. El amor es la belleza, que se nutre de tristeza, y al final siempre se va. Y no te deja decir lo que quieres decir, sin hacerte saber que se escupe hacia arriba. Es sentarte a mirar pasar frente a ti el desfile mortal del cadáver de todos tus sueños. El amor es un ingrato, que te eleva por un rato, y te desploma porque sí. El amor son dos en uno, que al final no son ninguno y se acostumbran a mentir. El amor es la belleza, que se nutre de tristeza, y al final siempre se va.”

En la tierra. Wendoline Schuster Carmon

VEINTICINCO


Caminante y viajero. Sarai Marban

Caminante y viajero, de estrellas te emborrachas… Imaginando y construyendo realidades basadas en pensamientos… Un sorbo de vida, y una flor marchita renacerá. Arrullando el viento todo pétalo que en ella adorna. Caminante y tripulante, soñando despierto, buscando respuestas en medio de la soledad, al cielo un canto se eleva… y tu alma volando al cosmos se ira. Arcoíris de mi cielo... polvo de colores… polvo estelar de mi alma… Corazón y sentimientos infinitos… Siendo libres…floreciendo. Semilla de vida…amor sin cordura, piel de pétalo y suave sensación, poema de amor, su tacto en mi piel... Temblando y el frio envuelve sus pasos, viajero ermitaño, sin rumbo, sin destino… Caminante de luz…llenando de tranquilidad la tierra con sus pasos descalzos.

VEINTISEIS


De su ventana se asoman las ideas, en una tarde de octubre, mientras las hojas caen lentamente de los árboles, como ideas que fluyen por si solas, a su tiempo… a su temporada. Pintando en el cielo una aurora boreal, sentando está el… contemplando lo que nunca en su mente paso, llenando su espíritu, de magia pura. Y el bautizando estrellas… su mayor pasatiempo… amar.

Caminante y viajero. Sarai Marban

VEINTISIETE


A la Luna Rogelio Dueñas

En el pacífico cártel de tus venas ígneas naufrago y enceguezco Dilato mis naves Alumbro tormentas Santo seña y fe de tu existencia doy Calibro el orgasmo que te parte en dos en moléculas de nervios que revientan Agradezco a Tánates el capricho irreductible de que me juegues con tu lengua

VEINTIOCHO


(RELATO) Según Revista Espantapájaros: Mas corto, mas a la vista | que habla mas rápido y se le entiende mejor || conocimiento amplio de los lugares imaginarios que te imaginas al imaginar la imaginación tan descabellada de un ser de esos.


Los Golpes Maria C. Chiama

La muerte fue lentísima: a partir de las primeras piedras no había podido levantarse más, a pesar de que la web estuvo llena de súplicas en contra de la lapidación; también sorpresivamente avisaron por mensaje de texto que se les había ido la mano en la tortura, seguramente despiadada, tal vez para que olvidara lo aprendido a lo largo de miles de años; con la pérdida del embarazo, el rey la repudió para tomar otra esposa, en realidad, la hemorragia había sido producida por los golpes que él mismo le propinara. Le avisó varias veces que no quería que leyera y se llenara la cabeza de mierda y sin embargo osó hasta escribir y bien, él encontró las notas; la cabeza había pegado fuertemente en el respaldo de bronce de la cama; apenas él se sostuvo en dos piernas y gruñendo como un oso, la derribó, y la cabeza le dolía terriblemente, tenía incrustadas las piedras del piso de la caverna, finalmente intentó levantarse tambaleante como una peonza herida de muerte.

TREINTA


Donde ellos moran Gabriel Barçalobre

Allá en mi pueblo hay gente que camina, que busca, que sube y tienta, que de vez en cuanto bajan del monte a beber un poco de pasión y se regocijan tal cual les viene en mente, un pedazo de suelo bajo las plantas de su andar, tan efímero como el cause en épocas otoñales, tan pesado con el sol venidero bajo su tremendo yugo equinoccial. Allí es donde me tienen de cerca, plausible como mis ideas de esos días, allí donde cuya señora silbaba de pronto, e igual de pronto tomaba mi mano y viajaba por el destello de mis ojos con su mirada plácida acongojada como lienzo caoba -“no camines por esas tierras, que por esas tierras caminan ellos“- pero yo, recio de ser, recio de serle a ella por ser como era, le andaba de vez en cuando al camino por mera diversión tan agallado burlón que le silbaba esperando una respuesta, y no le obtenía más que su llanto. Tardes me acompasaron de días per-turbantes, pues sabíamos que ellos pronto llegarían por el incienso amanecer de la rotonda donde solía quedarme especulante, tan de ellos como los consejos de mi señora, retumbantes en mi sereno Febrero. Y así pues, acercándose a mi el viento benigno, me tomaron consejo, cerraron mis ojos y me pidieron que no luchara.

TREINTAIUNO


Mientras la Veo Alonso Belano

Ella irreductible, la sobre nombramos porque así se hacen las mejores idolas, no es una Marilyn, pero el pelo lo mueve con gracia, tiene a varios locos, no digo presos, porque presos estamos todos. No es que sea linda, ni fiera, ni puta, es solo que lo trastoca todo, como que hierve. Sin embargo no tiene grandes caderas, ni ojos hermosos, lo que pasa es que es un algo, un innombrable, de ahí las tijeras, porque te lo corta, como que de la nada, estas ante la castración estética de ella, y quedas en el silencio, espaciado. Todos los días la veo resumir sus libros, o hablar con alguien, a veces la audacia me llega y me acerco, un poco, despacito, como los mosquitos revuelo por puro instinto a alcanzar unos pedacitos de sus palabras, aunque no me resulta demasiado, no me puedo exponer tanto dicen, no es nada nuevo, solo que ella sigue ahí, y ni uno caminando, saltando, reptando, o variada cosa, no nada, nada mejor que estar sentado y mirarla. La idealización de ese cuerpo de metro setenta no es algo muy positivo, al menos si produce, o me permite coincidir en recobrar los caminitos de la aventura, o aventurarme despacito dentro las malas palabras, ella habla muy mal a veces, y con esto no la alejo de la realidad, muy distinto, la hago más real, mas mujer, porque si he visto una mujer ella lo es completamente, en eso mismo, no puedo ser mas científico al describir mi método. A Ella la comparo con otras, mujeres al igual que ella, pero que he tenido el valor de haber conocido, reconocido, re-conocido, de todas. Ella sale triunfante, es mujer encima del resto, ¡y sin querer entrar en la competencia! Algunos hemos apostado si realmente será completa ella, o si tendrá el encuentro en algo mejor que los típicos bandidos que le gustan a las mujeres bellas, yo de mi, para ella, no ofrezco nada, solo me remito a ensayarla y ensañarme, con eso sé que puedo saber gastarme varios meses variadamente en mirarla. Ahora, sin duda espero que nadie se extrañe cuando Ella se descubra, cuando, su pelo se lo de a convocar a ese a quien en serio y con seriedad se dirige a dirigirle la vida, pobre ingrato, quedara desarmado enfrente de Ella, lo maniatara con esos ojos, será castrado, aunque niñato novato y virgen me parece que es su nuevo pretendiente, una contradicción a la naturaleza de su belleza (la de Ella); qué importa carajitos míos, que importa, hoy me nublo despacio, hago un espacio en la cafetería para sentarme a analizarla, y la finiquito en un papel suave, para que ejecute bien su papel de belleza, más allá del cuerpo, ese algo nos perseguirá, me perseguirá durante tiempos.

TREINTAIDOS


Como quisiera Gaby Natsuno

Como quisiera regresar el tiempo, cuando mi mayor preocupación era que me rompieran mis juguetes, aunque, sin preocupación alguna de saber si había un mañana, lo único que dolía realmente era cuando me caía; rodillas raspadas. Si lloraba sabia que el dolor se iba en segundos, cuando pensaba que las personas eran buenas, cuando corría todo el día y el mundo lo podía recorrer en segundos, si tenía miedo solo apretaba fuerte la mano de mi mamá… Ahora todo ha cambiado mi mayor preocupación es no ser el juguete de nadie, que ese nadie, rompa mis sueños mis ilusiones y sobre todo, el corazón en mil pedazos. Ahora sé que si me caigo tengo que tomar fuerzas para levantarme y seguir adelante; con cada caída aprendes. Si algo he aprendido, es que llorar no va a solucionar las cosas, ni hará que todo siga igual, las cosas cambian al igual que las personas o ¿será que nunca acabamos de conocerlas? No todas las personas son buenas, algunas solo te hablan por pura hipocresía, otras para su beneficio: en este mundo te topas con cualquier tipo de personas. Ahora me queda claro que el mundo ya no lo puedo recorrer en segundos, se necesitan más que sueños, sé que mi mamá estaba a mi lado por las noches cuando algo me daba miedo, se que hoy ella va a estar ahí, pero ahora me toca a mi enfrentarme a cada uno de mis temores, ese es el precio de crecer, de empezar a conocer toda la realidad. Es hora de despertar de aquellos sueños, en donde no había dolor. <Cuando estábamos pequeños nos preocupábamos por cosas insignificantes, ahora te preocupas si te duele o no; si puedes continuar de pie>

TREINTAITRES


Colaboradores:

•Alexis Páuline •Abraham Sánchez Sanchez •Jorge Quiñones •Gabriela Espino •Aldo Rosales •David Antonio Villaseñor Peña •Sullivan Najera Marbán •Kenji Iván Hernández Tolentino •Cesar Garcia •Dante Vasquez •AleQs Garrigóz •Wendoline Schuster Carmona •Sarai Marban •Rogelio Dueñas •Maria Chiama •Gabriel Barçalobre •Alonso Belano •Gaby Natsuno

TREINTAICUATRO


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[...] pensando que otro poeta dijo que la vida es una cebolla y hay que pelarla llorando. -Julio Cortรกzar



Revista de ímpetu meramente literaria fermentada con pasitas o de fuerzas unidas jamás vencidas o léase; Movimiento sísmico “archírecontra-cultural”

Consulte a su medico. recomendación: dosis diaria de un buen libro y ahí te quiero ver.


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