Dossiê: Integración latinoamericana y caribeña: caminos, perspectivas y posibilidades by revistaespirales

Felipe Bedoya - Colômbia

Dossiê Integración latinoamericana y caribeña: caminos, perspectivas y posibilidades

Integración latinoamericana y caribeña: caminos, perspectivas y posibilidades

Espirales, v. 1, n. 1., Dez. 2017

SISTEMA MUNDO MODERNO, COLONIALIDAD Y ESTADOS NACIONALES EN AMÉRICA LATINA: EL LUGAR DEL “OTRO”1 SISTEMA MUNDO MODERNO, COLONIALIDADE E ESTADOS NACIONAIS NA AMÉRICA LATINA: O LUGAR DO “OUTRO” Tania Rodriguez Ravera2 (Universidad Federal de la Integración Latinoamericana - UNILA) “En el siglo XVI tenía que haber administración colonial para que la riqueza del sur pasara al norte, desde fines del siglo XX y ahora comienzos del siglo XXI, terminó todo lo que tiene que ver con administraciones coloniales en el mundo y, sin embargo, las riquezas siguen transfiriéndose del sur para el norte, no cambió. Entonces se puede afirmar que sigue la colonialidad sin colonialismo.” Ramón Grosfoguel, La descolonización de la Economía Política (2010:38)

Resumen En este ensayo trataremos acerca de la construcción de un “otro/a” (bárbaro, inferior, peligroso) en América Latina y cómo esa construcción social ha sido base de la dominación hegemónica sobre los pueblos de este continente. Para ello, analizamos los procesos desarrollados desde la colonización para delinear cuál fue el papel de nuestro continente en el surgimiento de la economía capitalista mundial. También nos aproximamos al reconocimiento del lugar que ocuparon los sectores populares en esos procesos, que asentarían las bases de la colonialidad aún vigente. Más tarde, nos centramos en el estudio de esas dinámicas en los períodos de construcción y consolidación de los estados nacionales, fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XIX, incluyendo la inserción de éstos en la división internacional del trabajo. Palabras clave: sectores populares; capitalismo; América Latina. Resumo Neste ensaio refletimos sobre a construção de um “outro/a” (bárbaro, inferior, perigoso) na América Latina e cómo essa construção social tem sido a base da dominação hegemônica sobre os povos deste continente. Para isso, analizamos os processos desenvolvidos desde a colonização para delinear quál foi o papel do nosso continente no surgimento da economía capitalista mundial. Tambem nos aproximamos ao reconhecimento do lugar que ocuparam os setores populares nestes processos, que assentaríam as bases da colonialidade ainda vigente. Mais tarde, centramos-nos no estudo dessas dinámicas nos períodos de construção e consolidação dos estados nacionais, fundamentalmente na segunda mitade do século XIX, incluindo a inserção destos na divisão internacional do trabalho. Palavras chaves: setores populares; capitalismo; América Latina. 1

Este artículo es una versión revisada del publicado inicialmente en la Revista Alamedas, quien posee los derechos de la primera publicación. Referencia: RODRIGUEZ RAVERA, Tania. SISTEMA MUNDO MODERNO, COLONIALIDAD Y ESTADOS NACIONALES EN AMÉRICA LATINA: EL LUGAR DEL “OTRO”. Revista Alamedas, v.5, n.1, 2017, Paraná: Universidade Estadual do Oeste do Paraná – UNIOESTE, e-ISSN 1981-025. Disponible en: http://e-revista.unioeste.br/index.php/alamedas/article/view/16911 Acceso: 30/11/2017. Licenciada en Historia – América Latina por la UNILA. Mestranda del Programa de Pós – Grado en Integración Contemporánea de América Latina – ICAL. Actualmente también es docente de historia en la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU). Correo electrónico: taniarodriguezravera@gmail.com.

INTRODUCCIÓN Actualmente, especialmente en los países del Cono sur, vivimos señales de una nueva onda conservadora en el continente, que retoma la pauta neoliberal con mayor vigor atacando directamente los derechos conquistados en luchas históricas por los sectores populares. Algunos ejemplos claros son la actual presidencia brasileña de Michel Temer (asumida en medio de una gran crisis política que llevó al impechmeant de la presidenta electa Dilma Rousseff), y el presidente argentino Mauricio Macri. En el primer caso, el gobierno interino está promoviendo varias reformas a las legislaciones que regulan la providencia social y leyes de protección de derechos de trabajadores, así como cerró varios Ministerios, como el de la Cultura y el de Mujeres, Igualdad Racial y Derechos Humanos, aumentó el recorte de gastos públicos, entre otras medidas2. Por su parte, dentro del vasto programa neoliberal que Macri implantó en pocos meses de gobierno, resaltamos las reformas de la providencia social, la gran ola de despidos en instituciones estatales de la cultura, como

en el

Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (INCAA), los funcionarios de la Aduana, así como también trabajadores de la construcción e industria (se contabilizan más de 154 mil desocupados en lo que va de gobierno), el incremento de los precios de la gasolina, el gas, el agua, la electricidad y el transporte que contaban con subsidio del gobierno federal3. En este contexto, de una fuerte retomada de la pauta neoliberal y vulneración de derechos de las camadas populares, al proponernos pensar la integración regional y los desafíos a los que se enfrenta América Latina, se torna necesario analizar el fuerte dilema de la (des)integración social. Pero, comprendiendo que históricamente, desde la conformación de los Estados nacionales, ciertos grupos (trabajadores, indígenas, negros, pobres, mujeres) 2

En el propio discurso de asunción a la presidencia Temer expone algunas de esas medidas que adoptó e irá adoptar en los próximos meses de gobierno. Ver discurso: http://noticias.uol.com.br/politica/ultimas-noticias/2016/05/12/michel-temer-discursa-aposassumir-presidencia.htm Ver http://www.telesurtv.net/news/Macri-intenta-atenuar-crisis-economica-con-nuevasmedidas-20160416-0027.html; http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/gobierno-demauricio-macri-en-crisis-economica/16593104;http://www.telesurtv.net/news/Gobierno-deMacri-lleva-154-mil-786-despidos-en-Argentina-20160518-0002.html . Accesos: 25/06/2016.

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torna necesario analizar el fuerte dilema de la (des)integración social. Pero, comprendiendo que históricamente, desde la conformación de los Estados nacionales, ciertos grupos (trabajadores, indígenas, negros, pobres, mujeres) han sido subalternizados y excluidos de las esferas de la “nación” por las élites dominantes (COELHO PRADO, 2008:600), reconocemos que la problemática de la desintegración social nace con los propios Estados. Planteamos esto porque creemos que los problemas actuales de nuestros países no pueden ser vistos con una lupa de corto alcance, sino que debe ampliarse la mirada en retrospectiva, y buscar comprender las raíces de las circunstancias que nos afectan en nuestro presente caminar. En las palabras de Fernand Braudel, O entendimento útil (digo-o e repito-o insistindo) sobre a longa duração, essa estrada essencial da história, não a única mas que coloca por si só todos os grandes problemas das estruturas sociais, presentes e passadas. É a única linguagem que liga a historia ao presente, convertendo-a em um todo indissolúvel. (BRAUDEL, 2007:8)

En ese sentido, al mirar el presente nos cuestionamos acerca del lugar y el papel desarrollado por los sectores subalternos latinoamericanos en la constitución de la Modernidad, en la conformación de la economía-mundo capitalista y en los propios procesos de constitución y consolidación de los estados nacionales en la región. Ya que comprendemos que al indagar y buscar reconstruir ese pasado, podremos delinear algunas de las raíces de la estructura de dominación-exploración existente en América Latina y del capitalismo dependiente que nos caracteriza. Que en momentos de crisis, como la actual, las élites dominantes buscan garantizar su poder y su lucro a través de la mayor explotación de los trabajadores, y de la vulneración de derechos humanos mínimos conseguidos por las clases populares a lo largo de la historia. Así es que en este trabajo, en un primer momento, nos proponemos problematizar y analizar los procesos desarrollados desde la colonización de América y cuál fue el papel de nuestro continente en el surgimiento del Sistema Mundo Moderno y de la economía capitalista mundial. A su vez, intentaremos aproximarnos al análisis del lugar que ocuparon los sectores populares en esos procesos, que asentarían las bases de la colonialidad aún vigente. En el

segundo apartado nos enfocaremos en algunos aspectos y elementos de la estructura económica latinoamericana y los acontecimientos ocurridos a nivel internacional, fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XIX, como la inserción de los nacientes Estados nacionales en la división internacional del trabajo. También buscaremos analizar algunos reflejos de esos procesos dentro de los propios estados en fase de consolidación y cuál fue el lugar de las camadas populares en esos fenómenos. Para finalizar realizaremos algunas consideraciones finales. SISTEMA MUNDO MODERNO, COLONIALIDAD Y AMÉRICA LATINA Immanuel Wallerstein en su libro O sistema mundial moderno (1990), propone que el único sistema social existente es el sistema mundial, por lo que al proponerse estudiar la creación del mundo moderno y las transformaciones ocurridas a lo largo del tiempo en el sistema mundial de la Edad Moderna, percibió que no podía adoptar como unidad de análisis únicamente los Estados Nacionales o Sociedades nacionales (1990:18). En su obra, el autor define que a partir del siglo XV y XVII (1450-1640) se dan los orígenes y condiciones iniciales del sistema mundial. Éste, a su vez, se consolidará entre 1640 y 1815, para convertirse realmente en una economía-mundo global en el período de 1815 a 1917. Según él, esta tercera – pero no última – fase, fue posible por la transformación tecnológica del industrialismo moderno (1990:22). Es importante recordar que durante los siglos XIV y XV, la economía y las sociedades europeas se encontraban en una profunda crisis, marcando notoriamente las limitaciones del sistema feudal en lo que sería el último período de la Edad Media. “La institución del trabajo servil, como mecanismo de extracción de excedente, basaba la explotación económica y la coerción político-legal, en el nivel molecular de la aldea” (ANDERSON, 2004:19). Esa “unidad” de opresión política y económica de los campesinos fue debilitada y amenazada de separarse, con el desaparecimiento gradual de la servidumbre. Uno de los finales de ese proceso fue el comienzo del “trabajo libre” en los países europeos, principalmente en Inglaterra, quien desarrolló más rápida y fuertemente las bases productivas industriales capitalistas. Wallerstein plantea que

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Foi no século XVI que se constituiu uma economia-mundo europeia baseada no modo de produção capitalista. [...] A característica distinitva de uma economía-mundo capitalista é a de que as decisões económicas estão orientadas primariamente para a arena da economia-mundo, enquanto as decisões políticas estão primariamente orientadas para as estructuras mais pequenas que têm controle legal, os estados (nações-estados, cidades-estados, impérios) dentro da economia-mundo. [...] O sistema de classes moderno começou a tomar forma no século XVI. [...] No entanto, para a economia-mundo europeia como um todo, consideramos 14501640 como a unidade temporal significativa durante a qual foi criada uma economía-mundo capitalista, uma economia-mundo que era com certeza, na frase de Braudel, <<vasta mas fraca>>. (WALLERSTEIN, 1974:73-74)

En ese nuevo régimen emergió una división del trabajo tanto entre los sectores de producción (agrícolas, industriales, comerciales) como dentro de las propias tareas relacionadas a la agricultura, ya que con la incorporación de América al sistema colonial europeo, y a la conformación del sistema mundo moderno, fue expandida la producción agrícola a estas tierras, por ejemplo, en la explotación de la caña de azúcar. Para Wallerstein, la expansión europea implicó un desarrollo desigual estratificado, de camadas dentro de camadas, cada una de las cuales polarizada en términos de una distribución bimodal de recompensas (1990:91). Assim, concretamente, no século XVI, havia o diferencial do centro da economia-mundo europeia versus as suas áreas periféricas, dentro do centro europeu havia-o entre estados, dentro dos estados entre regiões e estratos sociais, […] (WALLERSTEIN, 1990:91).

El sistema mundo moderno nació basado en un sistema complejo de distribución de las tareas productivas, que conlleva diferentes modos de organización y control del trabajo. Por ejemplo, mientras en Europa – centro de la economía-mundo - se expandía el trabajo asalariado, en América - periferia de la economía-mundo- se utilizó hasta el siglo XIX, fundamentalmente, fuerza de trabajo esclava. Mientras que en zonas de la semi-periferia se desarrollaron formas de parceria. Si bien los procesos de producción estaban integrados dentro de la división del trabajo establecida en la economía mundo, las periferias serían las zonas que perdieron en la distribución de la plusvalía para las zonas del centro económico. Los criterios que Wallerstein utiliza para establecer esas tres categorías dentro de la economía mundo son la acumulación de capital, la organización social de los procesos de producción locales y la organización

políticas de las estructuras estatales en creación (FRIGGERI; CARVALHO, 2013:124). En ese sentido, De acuerdo con Wallerstein (1999), es prácticamente imposible el desarrollo de Latinoamérica, ya que lo que se desarrollan no son países o regiones aisladamente, sino la economía-mundo capitalista. Esa economía-mundo se encuentra basada en una estructura orgánica compuesta de una región central, una semi-periférica y otra periférica, y, a pesar de haber sido ratificada después del siglo XIX, tiene sus fundamentos en el siglo XVI. (FRIGGERI; CARVALHO, 2013:124)

A partir de lo expuesto anteriormente, reconocemos que la “conquista” y colonización de América se constituyó como uno de los acontecimientos más importantes para el surgimiento y desarrollo de la Modernidad, así como del propio sistema capitalista aún vigente. Pero se hace necesario destacar que esos procesos fueron en base al saqueo, expropiación y explotación tanto de las riquezas naturales aquí existentes como a través de la utilización de fuerza de trabajo esclava, primero indígena y luego también africana. é a conquista da América que anuncia e funda nossa identidade presente. Apresar de toda data que permite separar duas épocas ser arbitrária, nenhuma é mais indicada para marcar o início da era moderna do que o ano de 1492, ano em que Colombo atravessa o oceano Atlântico. (TODOROV, 1998:6)

Asi mismo, tal como establece Karl Marx en El Capital (1988), la explotación de mano esclava indígena y africana fueron algunos de los factores fundamentales en la acumulación primitiva necesaria para el surgimiento y desarrollo del sistema capitalista (1988:872). Marx resalta en su análisis el papel desempeñado por la violencia (conquista, esclavitud, rapiña y asesinato) como los métodos principales utilizados para conseguir esa acumulación primitiva (1988:836) tanto en Europa con la expropiación de la tierra a los campesinos (1988:838) como en América a través de la rapiña y la esclavitud indígena (1988:872). El autor también plantea que los “descubrimientos” de finales del siglo XV, así como otros procesos desencadenados durante la Edad Media europea, fornecieron dos formas de capital, el mercantil y usurero, que maduraron en las diversas formaciones económico-sociales y fueron las que emergieron

como

capital

antes

despuntar

era

capitalista

(MARX,1988:871). Según él, El sistema colonial hizo prosperar el comercio y la navegación. Las sociedades dotadas de monopolio, que ya hablaba Lutero, eran poderosas alavancas de concentración del capital. Las colonias

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aseguraban mercado a las manufacturas en expansión, y gracias al monopolio, una acumulación acelerada. Las riquezas apresadas fuera de Europa por el saqueo, esclavitud y masacre refluían para la metrópolis, donde se transformaban en capital. (MARX, 1988:875)

Al mismo tiempo, argumenta que el secreto que la economía política del Viejo Mundo descubrió en el Nuevo fue el modo capitalista de producción y acumulación, y por tanto, la propiedad privada capitalista exige, como condición existencial, el aniquilamiento de la propiedad privada basada en el trabajo propio, esto es, la expropiación del trabajador (1988:899). En gran consonancia con los análisis realizados por Marx, Ruy Mauro Marini en su texto A dialética da dependencia de 1973, plantea que América Latina de desarrolló en estrecha consonancia con la dinámica del capitalismo internacional al ser forjada en el calor de la expansión comercial promovida desde el siglo XVI (MARINI, 2011:133). Colônia produtora de metais preciosos e gêneros exóticos, a América Latina contribui em um primeiro momento com o aumento de fluxo de mercadorias e a expansão dos meios de pagamento, que, ao mesmo tempo em que permitiam o desenvolvimento do capital comercial e bancário na Europa, sustentaram o sistema manufatureiro europeu e propiciaram o caminho para a criação da grande indústria. (MARINI, 2011:133-134)

La importancia de América Latina en la conformación del Sistema Mundo Moderno es analizada y reconocida por los autores citados anteriormente. Todos ellos tienen como premisa compartida el innegable papel de América Latina para la formación de la economía capitalista mundial. Pautado esto, queremos plantear algunos elementos sobre el proceso de colonización, explotación y dominación implantado en la región desde fines del siglo XV e inicio del XVI. Alfredo Bosi, en su libro Dialética da Colonização (2013), explica que la colonización no puede ser tratada como una simple corriente migratoria, ya que ella es la carencia y conflictos de la matriz y una tentativa de retomar, bajo nuevas condiciones, el dominio sobre la naturaleza y el semejante que tiene acompañado universalmente el llamado proceso civilizador (BOSI, 2013:13).

El autor realiza un análisis de la etimología de la palabra ‘colonización’ y sus vínculos con “culto” y “cultura”. Allí establece que As palavras cultura, culto e colonização derivam do mesmo verbo latino colo, cuyo particípio passado é cultus e o particípio futuro é culturus. Colo significou, na língua de Roma, eu moro, eu ocupo a

terra, e por extensão, eu trabalho, eu cultivo o campo. Um herdeiro antigo de colo é incola, o habitante; outro é inquilinus, aquele que reside em terra alheia. Quanto a agricola, já pertence a um segundo plano semântico vinculado à ideia de trabalho. [...] Colo é a matriz de colonia enquanto espaço que se está ocupando, terra ou povo que se pode trabalhar e sujeitar. Não por acaso, sempre que se quer classificar os tipos de colonização, distinguem-se dois processos: o que se atém ao simples povoamento, e o que conduz á exploração do solo. Colos está em ambos: eu moro; eu cultivo. […] Como se fossem verdadeiros universais das sociedades humanas, a produção dos meios de vida e as relações de poder, a esfera econômica e a esfera política, reproduzem-se e potenciam-se toda vez que se põe em marcha um ciclo de colonização. […] (BOSI, 2013:11-12)

En ese sentido, Bosi argumenta que el trazo de la dominación es inherente a las diversas formas de colonización, ya que la colonización es en sí un proyecto totalizante cuyas fuerzas motrices podrán siempre buscarse en el nivel del colo: ocupar un nuevo suelo, explotar sus bienes y someter a sus naturales (BOSI, 2013:15). La expropiación-explotación de los recursos naturales y el sometimiento de las comunidades indígenas y africanas por las potencias europeas marcaron la historia latinoamericana. No sólo durante el sistema colonial, sino que también ha permeado las estructuras político, sociales e inclusive económicas de nuestra región hasta la actualidad a través de la colonialidad: la cara oculta de la modernidad (MIGNOLO, 2001:41). Aníbal Quijano, por su parte, sostiene que la raza, a partir del período de colonización de América, se constituye como la nueva clasificación social de la población mundial en la Era Moderna. A través de esta forma de dominación, mediante la utilización del concepto de “raza”, los europeos se definen a sí mismos como superiores y como el nivel más avanzado de civilización, a partir de una concepción eurocéntrica de mundo. Um dos eixos fundamentais desse padrão de poder [colonial] é a classificação social da população mundial de acordo com a ideia de raça, uma construção mental que expressa a experiência básica da dominação colonial e que desde então permeia as dimensões mais importantes do poder mundial, incluindo sua racionalidade específica, o eurocentrismo. Esse eixo tem, portanto, origem e caráter colonial, mas provou ser mais duradouro e estável que o colonialismo em cuja matriz foi estabelecido. Implica, consequentemente, num elemento de colonialidade no padrão de poder hoje hegemônico. (QUIJANO, 2005:117)

Ese padrón de poder establecido fue concomitante al surgimiento de la economía-mundo moderna, y sirvió como base estructural tanto de la dominación colonial como para el surgimiento y desarrollo de la economía

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capitalista mundial. Las potencias europeas coloniales, al crear la colonialidad de poder, establecen su poder sobre el “control del trabajo, como de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial” (2005:227). La colonialidad en su totalidad, y el racismo en particular, se constituyen así como uno de los pilares estructurantes del sistema mundial moderno capitalista. Esa colonialidad permea las sociedades, estructuras y realidades latinoamericanas. Varios autores identifican por lo menos cuatro o cinco ejes de esa colonialidad. Catherine Walsh, por ejemplo, sintetiza de manera apreciable cuatro ejes en los que para ella y otros autores, como Quijano, la colonialidad ejerce su potestad. El primero sería el de la colonialidad del poder – explicada brevemente en la citación – que se refiere al establecimiento de un sistema de clasificación social basada en una jerárquica racial y sexual, dónde los hombres, blancos, heterosexuales, cristianos y occidentales se posicionaban en el alto topo de la “escala” de superioridad. El segundo eje es la colonialidad del saber, entendida, de manera simple, como el posicionamiento del eurocentrismo como la perspectiva única del conocimiento, colocando la racionalidad europea, masculina y blanca como la única posible. La colonialidad del ser, que sería el tercer eje, es la que se ejerce, para Walsh, “por medio de la inferiorización, subalternizacion y la deshumanización: a lo que Frantz Fanon (1999) se refiere como el trato de la «no existencia».” (WALSH, 2008:138). El cuarto eje es el de la colonialidad de la madre naturaleza y de la vida misma, encontrando “su base en la división binaria naturaleza/sociedad, descartando lo mágicoespiritual-social, la relación milenaria entre mundos biofísicos, humanos y espirituales, incluyendo el de los ancestros, la que da sustento a los sistemas integrales de vida y a la humanidad misma” (Idem). Otro eje de la colonialidad que reconocemos es la colonialidad de género, basada en la instauración de una lógica patriarcal de género, en el que el hombre se establece como superior y la mujer como inferior (SAFFIOTTI, 2015). Esa lógica de dominación, jerarquía y explotación es fruto también, en gran medida, de la colonización.

Otro autor latinoamericano crítico de la Modernidad y del proceso de colonialidad es Enrique Dussel. Este autor en su libro 1492: el encubrimiento del otro: hacia el origen del mito de la modernidad (1994), realiza una crítica a la Modernidad tanto como concepto como discurso emancipador racional. Para él, al confrontarse esa modernidad – nacida en 1492 – con las experiencias de los/as oprimidos/as se desvela como la más irracional de las violencias, configurándose así como un mito como justificación de esas violencias. Dentro de los varios análisis presentes en la obra resaltamos la propuesta de que esa Modernidad eurocéntrica fue basada en el encubrimiento del “Otro” no europeo, o sea, del negro, indígena, mujer, como contra-cara del “descubrimiento”. A su vez, propone que una vez reconocidos y conquistados los territorios geográficos se pasaba al control de los cuerpos de las personas, porque era necesario “pacificarlos” y para ello, el “Conquistador”, hombre moderno y activo, imponía su “individualidad” violenta al “Otro” (1994:40). El conquistador mata al varón indio violentamente o lo reduce a la servidumbre, y "se acuesta" con la india (aun en presencia del varón indio), se "amanceba" con ellas se decía en el siglo XVI. (...) Se trata del cumplimiento de una voluptuosidad frecuentemente sádica, donde la relación erótica es igualmente de dominio del Otro (de la india). Sexualidad puramente masculina, opresora, alienante, injusta. Se "coloniza" la sexualidad india, se vulnera la erótica hispánica, se instaura la doble moral del machismo: dominación sexual de la india y respeto puramente aparente de la mujer europea. De allí nace el hijo bastardo (el "mestizo", el latinoamericano, fruto del conquistador y la india) y el criollo (el blanco nacido en el mundo colonial de Indias) [p.51] (…) La "colonización" o el dominio del cuerpo de la mujer india es parte de una cultura que se basa también sobre el dominio del cuerpo del varón indio. A éste se lo explotará principalmente por el trabajo (una nueva económica). En el tiempo de la acumulación originaria del capitalismo mercantil, la corporalidad india será inmolada y transformada primeramente en oro y plata -valor muerto de la objetivación del "trabajo vivo" (diría Marx) del indio- [p.52] (…) El "yo colonizo" al Otro, a la mujer, al varón vencido, en una erótica alienante, en una económica capitalista mercantil, sigue el rumbo del "yo conquisto" hacia el "ego cogito" moderno. La "civilización", la "modernización" inicia su curso ambiguo: racionalidad contra las explicaciones míticas "primitivas", pero mito al final que encubre la violencia sacrificadora del Otro. La expresión de Descartes del ego cogito, en 1636 será el resultado ontológico del proceso que estamos describiendo: el ego, origen absoluto de un discurso solipsista. [p.53] (DUSSEL, 1994)

Ese hombre “Conquistador” era además un ego violento y guerrero naciente, un “ego fálico” que realizaría la violencia erótica para mostrar y efectivizar la “colonización” del mundo de la vida indígena (1994:50). Ahora los

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hijos no serían sólo indígenas, serían frutos de la violencia colonizadora, serían bastardos, y las mujeres llevarían en sus cuerpos la marca, la escritura de la histórica violación (SEGATO, 2013), de la colonización de sus cuerpos, de sus sexualidades, de sus hijos, de su vida y mundo. Bosi nos ayuda a comprender como esa acumulación originaria, vinculada también a la corporalidad tanto de la mujer como del hombre indígena, fueron parte del marco inaugural del surgimiento y desarrollo del capitalismo. Éste, a su vez, a través del proceso de colonizador, con su “efecto modernizante”, contradictoriamente, es capaz de accionar o reinventar regímenes arcaicos de trabajo (y no el asalariado como en Europa), comenzando por el exterminio o la esclavitud de los nativos en las áreas de mayor interés económico (BOSI, 2013:20) Con esto queremos resaltar no sólo el papel relevante de América Latina en la conformación del Sistema Mundo Moderno y de la economía capitalista mundial, sino que la constitución de esos procesos fueron posibles a través de la violencia impuesta por el “colonizador” a los pueblos que aquí vivían antes de su llegada. Así mismo, América Latina fue constituida no sólo como la periferia de la economía-mundo sino también fuimos la primera “periferia” de la Europa moderna (DUSSEL, 1994:11), ya que el “ego” europeo – expresado primeramente por Descartes -, se constituiría como uno de los pilares fundamentales en el proceso de constitución de la “subjetividad” moderna, que forjará como estructura principal el eurocentrismo. Este, tal como Walsh y Quijano establecen, es uno de los aspectos fundantes de los diversos ejes de la colonialidad.

ESTADOS NACIONALES, DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO Y EL PROBLEMA DEL “OTRO” La colonialidad, como ya dijimos, es una marca aún presente en América Latina. La historia de nuestro continente nos muestra como luego de las independencias de las metrópolis coloniales europeas, si bien la región pasó por importantes transformaciones, no se pudo superar esa otra cara de la modernidad. Los estados nacionales surgidos durante el siglo XIX en

Latinoamérica, además de conformarse desde una visión eurocéntrica y aún colonial, también continuaron con las prácticas violentas hacia las poblaciones subalternas, tales como indígenas y negros. Pero ahora, con un nuevo papel en la economía mundial, a través de su inserción en la división internacional del trabajo. Bosi nos recuerda el caso de las llamadas “Conquistas del desierto” ocurridas en Argentina durante la segunda mitad del siglo XIX por orden del gobierno

nacional

que

fueron

verdaderos

genocidios

indígenas

(principalmente del pueblo Mapuche). Esas campañas de “conquista” al llamar a esas tierras de “desierto”, negaban y en-cubrian al “Otro” al no reconocer la existencia de poblaciones en la extensión del territorio que hoy comprende ese país. Las mismas tuvieron como principales objetivos extender y delimitar las fronteras nacionales, así como apoderarse de grandes extensiones de tierra que pudieran servir para producción y pastoreo de ganado, ya que la industria frigorífica

aumentaba

precisaban

saciar

demanda,

proveniente

fundamentalmente de Inglaterra. (BOSI, 2013:21). Por que essa ambição de terra? Certamente, para centruplicar o gado vacum, porque se havia centuplicado o seu valor no mercado inglês. Pois já não se contavam só o couro, o sebo, os chifres e os cascos. Também a carne passou a ser um grande negócio, no exterior, desde que o francês Thillier descubriu a sua conservação pelo frio e surgiram as companhias exportadoras como The River Plate Fresch Co. ou La Negra. Chama a atenção e dá o que pensar a circunstância de que a época da conquista del desierto coincida com a abertura do mercado internacional de carne e com a grande invenção do frigorifico (1876). Um passo progressista do capitalismo, sem dúvida. (GALICH Apud BOSI:21)

Ese tipo de campañas no sólo ocurrieron en Argentina, sino también en Chile con la “Pacificación de la Araucanía”, en Uruguay con las Masacres de Mataojo y Salsipuedes (en la década de 1830) y la expansión brasileña hacia el oeste, además de las conocidas campañas de los Bandeirantes iniciadas durante el siglo XVI, que fueron desarrolladas fundamentalmente en la década de 1880. Ésta última, por ejemplo, además de ser una expansión militar con el objetivo de delimitar las fronteras y proteger el territorio nacional, buscaba garantizar la ocupación de tierras para extracción y producción de madera y

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yerba mate en el momento de auge de estos productos en el mercado internacional4. Además de tener motivos económicos y territoriales, estos procesos – sobre todo los primeros tres- se proponían resolver las “cuestiones indígenas” que enfrentaban sus países. Luego de las independencias, muchos caciques que habían colaborado con la liberación del poderío colonial, se mostraron “descontentos” y no aceptaban el papel otorgado por las élites criollas en los nuevos estados nacionales (COELHO PRADO, 2008:600-601). Reformas agrarias que no contemplaban a sus comunidades, en las que se les retiraba y negaba el derecho de posesión sobre sus territorios ancestrales, negación de su participación en las luchas por la independencia, y un no-lugar en los propios Estados nacionales, fundamentalmente, en los espacios de poder político, eran algunos de los motivos de ese “descontento”. El progreso económico buscado por las élites criollas gobernantes necesitaba de tierras para producir y al mismo tiempo, era necesario eliminar los rastros de la barbarie representada por las comunidades indígenas. Las respuestas de los Estados nacionales fue, correspondiendo a las prácticas del pasado colonial reciente, de masacre, exterminio, saqueo. Así se fundan y consolidan los Estados nacionales de nuestra región. Más adelante retomaremos el análisis del lugar dado a los sectores subalternos – indígenas, negros, mujeres, pobres, no propietarios - en la consolidación de los Estados nacionales. Pero ahora nos centraremos en examinar más detenidamente el proceso de inserción de América Latina en la división internacional de trabajo. Que, como pudimos ver anteriormente – sobre todo en el caso argentino -, jugó un papel determinante en los discursos y acciones de las élites latinoamericanas durante la solidificación de los Estados en nuestra región. Si bien el continente americano estuvo, desde la invasión y colonización, inserto en el incipiente Sistema Mundo Moderno, y tuvo un papel destacado en 4

Informaciones obtenidas a través de la realización del Curso de extensión Breve historia de la Triple Frontera en 2013. El curso fue ofrecido por la Universidade das Américas – UNIAMÉRICA, de Foz de Iguazú, y ministrado por el prof. de Historia, Micael Silva.

el surgimiento y

desarrollo de la economía-mundo que daría vida al

capitalismo, es solamente en el siglo XIX – más precisamente desde 1840 que se estructura y articula plenamente con la economía mundial (MARINI, 2011:135). Isto se explica se considerarmos que é com o surgimento da grande indústria que se estabelece com bases sólidas a divisão internacional do trabalho. A criação da grande indústria moderna seria fortemente obstaculizada se não houvesse contado com os países dependentes e tido que se realizar sobre uma base estritamente nacional. De fato, o desenvolvimento industrial supõe uma grande disponibilidade de produtos agrícolas, que permita a especialização da sociedade na atividade especificamente industrial. (MARINI, 2011:135-136)

A su vez, explica Marini, la función cumplida por América Latina en la conformación de la división internacional del trabajo, no fue únicamente la producción de productos de subsistencia de origen agropecuario – que posibilitó la especialización de los países industriales como productores mundiales de manufacturas- sino también fue su contribución para la formación de un mercado de materias primas industriales, cuya importancia crece en función del mismo desarrollo industrial (MARINI, 2011:137). Además contribuir para que “el eje de acumulación en la economía industrial pase de la producción de plusvalía absoluta para la de plusvalía relativa” (Idem, 2011:138). Es a partir de estos procesos que se conforma lo que el autor llama de capitalismo sui generis, que tiene ciertas especificidades propias de nuestra región5: dentro de la división internacional del trabajo tiene una relación de subordinación de las naciones formalmente independientes con los países centrales. Como demostrado, estos fenómenos fueron favorecidos fuertemente por el surgimiento de los Estados nacionales latinoamericanos. La existencia de los mismos contribuyó, tanto por fornecer productos primarios para la industria europea como por ser un mercado abierto a las manufacturas y capitales ingleses, para el proceso de acumulación de capital y el desarrollo de una nueva fase de la economía capitalista mundial fundamentalmente a fines del

Esas especificidades, según Marini, básicamente son: la super-explotación de la fuerza de trabajo, la transferencia de valor y la cisión del Ciclo del Capital (Ver Marini, Dialéctica de la dependencia (2011)).

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siglo XIX (SOUZA, 2009:14), desencadenada por los propios avances de la dicha economía. Esta fase será llamada de imperialismo. No período imperialista, os empréstimos externos desempenham papel extraordinário como meio de emancipação dos novos Estados capitalistas. O que existe de contraditório na fase imperialista se revela claramente nas oposições características do moderno sistema de empréstimos externos. Eles são imprescindíveis para a emancipação das nações capitalistas o meio mais seguro de tutelar os novos Estados, de exercer controle sobre suas finanças e pressão sobre sua política externa, alfandegária e comercial. Os empréstimos são um meio extraordinário para abrir novas áreas de investimento para o capital acumulado dos países antigos e para criar-lhes, ao mesmo tempo, novos concorrentes; são o meio de ampliar, no geral, o raio de ação do capital e de reduzi-lo concomitantemente. […] A exportação de capital inglês para a América desempenhou papel de enorme importância já no início dos anos 20 do século passado [haciendo referencia al siglo XIX] (LUXEMBURG, 1984:66-67).

Otro factor fundamental fue el de los préstamos de capital inglés a los países nacientes latinoamericanos tanto para el desarrollo de una tímida industria nacional como de la construcción de infraestructura que posibilitase el comercio y la propia compra de mercancías, ya que los estados emergentes no poseían grandes capitales propios. Esto, principalmente, por dos motivos. El primero, porque el excedente acumulado en los tiempos coloniales se dirigía al exterior (a las metrópolis, por ejemplo). Segundo, porque luego de las guerras de independencia las economías locales se vieron envueltas en una gran crisis (COELHO PRADO, 2004:69). En ese sentido, Entre 1824 e 1825, as nações recém-constituídas da América Central e do Sul haviam tomado, em empréstimos públicos, mais de 20 milhões de libras esterlinas de Londres. Além disso chegaram a Londres enormes quantidades de ações industriais sul-americanas. Por outro lado, a súbita expansão e a abertura dos mercados sulamericanos haviam ocasionado forte elevação das exportações de mercadorias inglesas para os países sul e centro-americanos. A exportação de mercadorias britânicas para esses países chegavam a 2,9 milhões de libras esterlinas em 1821 e em 1825 já era de 6,4 milhões. O principal objeto dessas exportações eram tecidos de algodão. Sob o estímulo dessa demanda intensificada, a produção algodoeira inglesa ampliou-se rapidamente, fundando-se inúmeras novas fábricas. (LUXEMBURG, 1984:67).

Con esto podemos observar que América Latina, en los primeros años de su independencia, tuvo un papel destacado en el desarrollo acelerado de la industria inglesa. Resaltando que en esos momentos la potencia hegemónica era Inglaterra, quién encabezaba el tercer ciclo sistémico de acumulación capitalista desde, por lo menos, más de un siglo (ARRIGHI, 2012:51).

Consolidada y en expansión potencial, la industria inglesa precisaba de nuevas fuentes de materias primas como de nuevos mercados para introducir sus productos manufactureros, por lo que comenzaron a promover el librecomercio, que fue apoyado fuertemente por las oligarquías agrarias latinoamericanas (SOUZA, 2009:3). La independencia política de las colonias americanas brindaba la posibilidad de Inglaterra conseguir satisfacer, en nuestro continentes, ambas necesidades. Ahora, sin la intervención y el proteccionismo de los imperios portugués y español frente al poderío inglés. La productividad industrial inglesa estaba pasando desde hacía décadas por un proceso de crecimiento y aceleración, producto de la Revolución Industrial, y la expansión material del capital dieron como resultado la globalización de la economía mundial capitalista (ARRIGHI, 2012:165), en la que nuestra región tuvo un papel importante. Esa globalización tendría como característica principal la división internacional del trabajo, en la que Europa productora y exportadora industrial se (re)configuraría como el centro y América Latina, especializada en la producción y exportación de productos primarios (SOUZA, 2009:6), se ubicaría en la periferia de la economía mundial capitalista y, nuevamente, en la periferia del Sistema Mundo Moderno. Así se establecen las estructuras del capitalismo dependiente latinoamericano, característica aún actual de nuestros países. Comprendiendo entonces el relevante papel de los Estados nacionales latinoamericanos emergentes en la configuración de la economía mundial del siglo XIX, a través de la división internacional del trabajo, nos enfocaremos ahora en otros aspectos de la consolidación de los mismos. Brindaremos mayor atención al lugar que los sectores subalternos ocuparon en esas nuevas naciones que surgían y en cómo las élites dominantes crearon diversas formas de dominación y control sobre esas poblaciones. Por su lado, las influencias francesas y británicas contribuyeron para que los ideales liberales modernos fueran fuertemente apropiados y difundidos por los defensores de la independencia de las colonias americanas. Entre ellas se destacaba la creencia de la razón – uno de los elementos fundamentales de la Modernidad - como guía de las acciones humanas, en la centralidad del

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individuo en el recorrido de la historia, en la defensa de los derechos naturales de los hombres tales como la libertad, la igualdad jurídica y la legitimidad de la propiedad privada (COELHO PRADO, 2004:53). Al consagrarse la liberación del poderío colonial, las élites dominantes buscaban construir nuevos estados en medio de inmensas disputas entre sus más diversos sectores y frente al desespero, cada vez mayor, de los humildes, ya que su vida continuaba dominada por la pobreza y la opresión, y era tratada con desinterés y falta de respeto (Idem, 2004:73) En ese sentido, la historiadora Maria Ligia Coelho Prado nos ayuda a comprender cómo indígenas, negros, mujeres, entre otros, fueron relegados al lugar se subalternos, o mejor, les fue dado un no-lugar en las naciones incipientes. La nación, en sus distintas formas, se adentró en la producción historiográfica, periodística, ficcional y artística. Pero, ¿quién componía la nación? Según la voz oficial de las élites, la nación surgía encuadrada por la armonía, como el lugar de los blancos racionales y letrados que tenían derecho legítimo, basado en sus capacidades y en su trabajo, de poseer propiedades y dirigir el Gobierno. Los negros, los indios, los mestizos, los pobres, las mujeres, los no propietarios, los campesinos, todos incapaces (según las élites) de comprender la res publica, eran simples coadyuvantes que deberían tener un papel subordinado y controlado en la sociedad. La dicotomía civilización – barbarie justificaba el dominio de los primeros sobre los segundos. (COELHO PRADO, 2008:600)

Según la autora, para las élites gobernantes el “pueblo” no estaba preparado para los cambios, por lo que, mientras se preparaba, la respuesta del nuevo Estado debía ser un estricto control social basado en la represión policial y en el orden autoritario. Así mismo, Aqueles que dispunham de poder e traduziam os interesses econômicos dominantes tinham, diante de si, um rol de tarefas complexas. Era necessário construir novos Estados, com instituições que garantissem a ordem e o controle sociais, mas que também conferissem legitimidade aos que governam […] Porém, para aqueles que não dispunham de recursos, quer econômicos, quer culturais, os novos tempos não trouxeram benesses ou regalias. Reformas sociais de peso, terra, salários dignos, participação política, educação popular, cidadania, respeito cultural às diferenças, tudo isso teria de esperar. As ações de governos autoritários cobriram e deixaram suas marcas registradas na América Latina durante a maior parte do século XIX. Os de “baixo” teriam de se organiza, lutar, sofrer e morrer para alcançar seus objetivos. Não foram as lutas de independência que mudaram sua vida (COELHO PRADO, 2004:73).

Al mismo tiempo que América Latina se insertaba en la división internacional del trabajo y las élites nacionales colaboraban para la estructuración de un capitalismo dependiente, internamente construían la nación, las instituciones necesarias para el funcionamiento de los nuevos estados y de la economía, tanto del campo agro-exportador como de la industria incipiente. Concomitantemente, a través de las invenciones de las identidades nacionales6, definían el lugar para cada uno de los sectores de la población dentro de esa nación. La razón y la violencia, ambas propias de la Modernidad, se conjugaban fuertemente con las ideas de progreso, civilización y orden.

Estos elementos marcaron los procesos de consolidación,

construcción e invención de los Estados nacionales latinoamericanos. Desde la independencia, las élites latinoamericanas aspiraban a consolidar su dominación sobre la sociedad, basada en una identidad homogénea que les garantizase la hegemonía política. De este modo, se postularon como poseedoras del «espíritu civilizador blanco» y de la «razón letrada», lo cual les confería legitimidad para situarse por sobre los negros, los indios y los mestizos, y así justificar su poder. La repetición de las imágenes, los símbolos y los valores en los discursos dominantes pretendía construir una identidad nacional que les reservase ese lugar de privilegio. La descalificación sistemática de los de abajo justificó su exclusión de la esfera política y garantizó que las élites continuaran en el poder. Éstas, no obstante, no lograrían jamás hacer desaparecer a ese «otro», negado y mostrado como inferior o como bárbaro. (COELHO PRADO, 2008:584).

La transición de ser colonias europeas a Estados independientes no significó para los sectores subalternos una ruptura directa con la pobreza y la opresión. Ahora, por el contrario, bajo el discurso de la igualdad y de la nación se buscaba solapar e invisibilizar a esos “Otros” a través del mito civilizador y de una supuesta identidad nacional. Como vimos con los análisis de Quijano, Walsh y Dussel, la colonialidad, como la cara “oculta” de la Modernidad, marcó la historia y realidades de las sociedades latinoamericanas. La colonialidad del poder, del saber, del ser, de la naturaleza y del género fueron (re)configuradas con los Estados nacionales pero no pudieron ser superadas. Las élites latinoamericanas, muchas hijas directas tanto histórica, biológica como intelectualmente de las metrópolis europeas, no

Al utilizar este término hacemos referencia a la concepción teórica brindada por Eric Hobsbawn y Ranger Terence em su libro A invenção das tradições (1997).

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estaban dispuestas a compartir las riquezas y el gobierno de la nación con los “Otros”, con los pobres, indígenas, negros. El eurocentrismo, el racismo y el clasismo fueron componentes de las miradas, discursos y prácticas dirigidas por los gobernantes hacia los sectores populares latinoamericanos. Sólo el hombre, occidental, blanco, propietario y heterosexual tenía el derecho de gobernar, dominar y usufructuar de las ganancias producidas a cuestas de la sobre-explotación, término utilizado por Marini (2011), de “los de abajo”.

CONSIDERACIONES FINALES La invasión y colonización de América fue un acontecimiento crucial en esa “acumulación originaria” necesaria para el surgimiento y desarrollo tanto del Sistema Mundo Moderno como de la propia economía capitalista mundial. Estos procesos que contribuyeron para el establecimiento de las relaciones económicas y políticas jerarquizadas entre naciones y regiones, dónde Europa se construyó como el centro y América Latina como la periferia, fueron realizados a través de la violencia, del exterminio, el saqueo, la esclavitud, y posteriormente, la superexplotación de nuestras clases populares oprimidas. A su vez, durante el siglo XIX, con mayor fuerza en la segunda mitad, los Estados nacionales emergentes estaban en proceso de consolidación. En la esfera exterior, o mejor, internacional, las naciones latinoamericanas, ya no a las colonias, estaban en proceso de inserción en la economía mundial. Al mismo tiempo, los estados incipientes necesitaban demostrar a las antiguas metrópolis que eran países con instituciones firmes, una sociedad ordenada, y una población dispuesta a trabajar para “colaborar” con el progreso de las naciones, y al conseguir un nivel de “civilización” adecuado. Se delimitaron así las condiciones que deberían cumplir los habitantes para transformarse en ciudadanos civilizados, y con ello, se construyó un ideal normativo, simbólico y político de “buen” ciudadano y su opuesto, el “mal” ciudadano, que sería visto como “peligroso” para el orden y progreso de la nación que se conformaba. Ese “mal” fue asociado por las élites dominantes con el “Otro”, aquél que pertenecía a la barbarie, que no podía gobernar, que era inferior, tanto económica, patriarcal como racialmente. Negros, mujeres,

indígenas, no-propietarios, sujetos no hetero-normativos, trabajadores fueron inventados dentro de los Estados nacionales como inferiores. Garantizando el lugar a las élites económico-políticas herederas de las ex-colonias el derecho a gobernar. Ellos se auto imputan la superioridad ilustrada. Esta dinámica de “delineación” interna/externa contribuyó para la creación y difusión en América Latina de una mirada social, pero fundamentalmente institucional, que criminalizaría todo aquél sujeto que no se adecuara a las “necesidades” e imposiciones que requería el Estado nacional. De esa forma, comprendemos cómo con las independencias no se superó la colonialidad, y a su vez, cómo esta sirvió - y sirve hasta hoy – para las élites dominantes mantener su poder, su jerarquía sobre las clases populares. Los momentos no son los mismos, hubo rupturas, eso es claro, pero las continuidades existen y negarlas sería un gran error. Reconocer es necesario para superar. Por ello, es a partir de este tipo de análisis que conseguimos comprender mejor el lugar de América Latina en la historia y economía mundial y cómo la violencia y saqueo de nuestros pueblos fue y es la base para el crecimiento, desarrollo y expansión del capitalismo mundial.

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O HORIZONTE DAS RELAÇÕES MÉXICO-ESTADOS UNIDOS SOBRE O TEMA DO NARCOTRÁFICO INTERNACIONAL EL HORIZONTE DE LAS RELACIONES MÉXICO-ESTADOS UNIDOS SOBRE EL TEMA DE NARCOTRÁFICO INTERNACIONAL

Danillo Avellar Bragança1 Resumo: O México vive um período de enorme incerteza. O atual presidente Enrique Peña Nieto tem baixíssimo apoio popular e enfrenta uma série de problemas domésticos, sobretudo em termos de segurança interna. O país volta a enfrentar uma nova onda de violência, com o maior índice de mortos em seis anos, desde o fim do governo de Felipe Calderón. A atual presidência dos Estados Unidos capitaneada por Donald Trump traz desafios. O México é bastante dependente da economia norteamericana e do apoio econômico e logístico da Iniciativa Mérida, e os primeiros sinais de esfriamento das relações entre os dois países são muito fortes. Os discursos iniciais de Trump dão um tom muito hostil, e isto terá severas implicações internas para o México. Neste sentido, o objetivo deste artigo é atualizar o tema dos cartéis narcotraficantes no México e das relações entre México DF2 e Washington. Além disso, de forma a compreender o momento atual mexicano e alguns horizontes possíveis, outro objetivo deste texto é analisar cenários futuros em relação à integração mexicana a outras iniciativas multilaterais. Palavras-chave: México; Estados Unidos; Narcotráfico; Integração. Resumen: Mexico vive un tiempo de enorme incertidumbre. El actual presidente Enrique Peña NIeto tiene apoyo popular muy bajo y enfrenta una série de problemas domésticos, sobretodo en seguridad interna. El país vuelve a enfrentar nueva ola de violencia, con el mayor índice de muertos en seis años, desde el fin de gobierno de Felipe Calderón. En Estados Undos, Donald Trump presenta nuevos desafíos a Mexico. El país es bastante dependente de la economía estadunidense e de el apoyo económico y logístico de Iniciativa Mérida, y los primeros sinales de esfriamento de las relaciones entre los dos países son muy fuertes. Inicialmente, Trump discursa de manera muy hostil, y seguro que esto implicará severamente para México. Neste Professor-colaborador da Universidade Federal Fluminense (UFF), doutorando em Ciência Política também pela UFF. Mestre em Relações Internacionais pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro (UERJ). E-mail para contato: dbraganca@id.uff.br 2 Cidade do México, capital do país. 1

sentido, el objectivo deste artículo es actualizar el debate de los carteles narcotraficantes en México y de las relaciones entre Mexico y Washington. Además, de manera a comprender el momento actual de Mexico con algunos horizontes possibles, otro objectivo deste artículo es analisar cenários futuros en relación a integración mexicana y otras iniciativas multilaterales. Palabras-clave: México; Estados Unidos; Narcotráfico; Integración INTRODUÇÃO A vitória de Donald J. Trump nas eleições de 2016 trouxe consigo uma série de perguntas para o futuro, acompanhado de um horizonte não muito promissor para as relações com a América Latina. Se por um lado, abre-se uma janela de oportunidade para reforçar os laços entre os países latino-americanos, quanto a suas iniciativas de integração regional, por outro, percebe-se que há muito que fazer para que isto seja realmente possível. Há muitos empecilhos. A histórica influência dos Estados Unidos no comércio e política da região é um deles. A virada política que a América do Sul vem descortinando desde a eleição de Maurício Macri na Argentina, a instabilidade interna no Brasil e o questionável acesso de Michel Temer ao poder, a extensão da crise na Odebrecht para os países vizinhos, as crises na Venezuela, entre outros, trazem uma conjuntura peculiar e que merece uma análise. O objetivo deste texto, no entanto, é especificar este raio de percepção na intenção de ver se este é um modelo possível para avaliar relações em maior escala na América. Assim, o foco deste trabalho é as relações entre Estados Unidos e México, no que diz respeito aos temas de segurança, com ênfase no narcotráfico. O México é, talvez, o principal afetado nos primeiros movimentos do governo Trump no que se refere à política externa. A pressão que parte de Washington em direção ao vizinho do sul causa constrangimento, discursos desconexos, visitas desmarcadas, no período de pior condição das relações entre os dois países. Sobre o narcotráfico, este é um tema que interessa os dois países e que a solução inevitavelmente passa pelo ajuste de política externa, de uma solução conjunta para o problema. Dado que as relações entre o México e os Estados Unidos podem estar entrando em um período de esfriamento e até discordância, é importante avaliar possíveis impactos nos temas de segurança e crime internacional envolvidos. As relações entre Estados Unidos e México são fundamentais para o futuro de toda a América do Sul. Este será, portanto, o objetivo principal deste texto: avaliar os desdobramentos mais recentes das relações entre os dois países. Faremos aqui algumas simulações possíveis, em quadros prováveis do que se pode observar neste

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primeiro momento. Não se trata de futurologia, mas de testar as possibilidades de aproximação, distanciamento entre os Estados Unidos e o México, e, por fim, observar o quanto a integração de natureza latino-americana seria afetada por este movimento. NOTAS SOBRE AS RELAÇÕES EUA-MÉXICO NO TEMPO RECENTE E POSSIBILIDADES MEXICANAS A primeira viagem de Obama como presidente norte-americano foi em 2009, na Cúpula das Américas em Trinidad e Tobago. Era o auge da “onda rosa3” latinoamericana, e Washington estava longe do compromisso outrora firmado publicamente e enfrentava um enorme ceticismo por parte dos países da região. Obama então propôs um reset nas relações hemisféricas. Um antigo ditado diplomático norteamericano diz que após anos de incerteza e congelamento das relações com os países abaixo do Estreito da Flórida, certa dose de negligência benigna sempre é um bom negócio. Obama parece ter feito mais que somente isso. Erros importantes foram cometidos, no entanto. O incidente com o celular da Presidente

(a)

Brasil

Dilma

Rousseff

(1º

janeiro de 2011

a 31

agosto de 2016), e a (muito) possível influência norte-americana nos rumos do processo de impeachment no Brasil podem ter custado muito em termos de confiança. A administração do atual presidente do Brasil, Michel Temer (2016 até os dias atuais) já sinalizou uma aproximação, que parece improvável com o governo Trump e com profundas alterações e conturbações na política externa brasileira sob o comando de José Serra (cargo atualmente ocupado por Aloysio Nunes Ferreira - PSDB-SP). O retorno das relações com Cuba é algo fundamental. Fundamental também para transformar as relações com todo o hemisfério, que em maior ou menor escala, tinham relações próximas com Havana. O fim do ciclo progressista4 na América Latina e o surgimento de grupos mais à direita parece inclusive ter afetado o próprio país, mas certamente os regimes autoritários da região tiveram vida difícil. No começo de 2017, um pouco antes da posse de Trump, Luis Videgaray foi escolhido como ministro das Relações Exteriores mexicano, após o incidente da visita do agora presidente norte-americano ao México. O encontro entre Peña Nieto e Trump não teve um desfecho favorável ao México, o que custou o cargo de ministro das Finanças a Videgaray. Ao assumir como chefe das Relações Exteriores mexicanas,

Expressão usada na análise política do início do século XXI, para referir-se à percepção da crescente influência da esquerda na América Latina, entre o fim da década de 1990 e o início dos anos 2000, quando foram eleitos muitos chefes de Estado ligados a partidos reformistas de esquerda, a exemplo de Luiz Inácio Lula da Silva (no Brasil), Hugo Chávez(na Venezuela), Evo Morales (na Bolívia). Néstor Kirchner (Argentina) e Tabaré Vázquez (no Uruguai), entre outros. Ver referência. 4 Termo associado à nota anterior. 3

sua

missão

parece

extremamente

difícil,

assim

como

mensagem

que Peña Nieto quer passar ao vizinho. A opinião pública mexicana parece uníssona em apontar já a submissão mexicana a Trump, com ameaças de construção do muro e com o linguajar pouco apropriado a que se refere aos mexicanos de forma geral. As relações entre Videgaray e Trump parecem ser melhores, e podem ser usadas como ponte para amenizar as tensões entre os dois países, algo que Claudia Ruiz Massieu, a ministra anterior, não pareceu demonstrar conseguir fazer. Se para a América do Sul, é possível afirmar que o futuro é nebuloso, é mais pela incerteza do que pela ciência do que o governo Trump fará. Com a América do Norte, Central e Caribe, a dependência dos Estados Unidos é muito maior. Com Trump, o tom das relações será outro, ainda que o presidente recém-eleito já tenha voltado atrás em algumas ameaças de campanha. Trump já admitiu que pedirá ao Congresso americano a construção do muro na fronteira com o México. O custo gira em torno de US$ 8 bilhões, com alguns analistas afirmando que chegaria até mais. Com o Peso em constante desvalorização, os problemas com o abastecimento de gasolina, é bastante questionável se o México teria a capacidade de pagar pela construção. Grandes empresas mexicanas como Cemex, líder do segmento de construção, seria uma das grandes beneficiárias. Trump já afirmou que este custo seria pago pelo México posteriormente, em resposta às alegações de que teria voltado atrás. Isto incluiria aumento de preços nos cartões de trânsito de fronteiras, no valor dos vistos concedidos a trabalhadores do NAFTA e maior cobrança também nos valores pagos por CEOs e diplomatas mexicanos que atuem no país. A ajuda externa norte-americana ao México não chega a US$ 200 milhões ao ano, dados da Agência dos Estados Unidos para o Desenvolvimento Internacional (USAID). As remessas de mexicanos residentes nos Estados Unidos chegam a US$ 24 bilhões anualmente, e Trump já prometeu requerer identificação legal sobre este montante, de acordo com o Patriot Act5. Aqui pode estar uma possível fonte realista de cobrar dos mexicanos o pagamento do muro. Os Estados Unidos sozinhos tem um orçamento de controle de tráfico de drogas superior a US$ 25 bilhões de dólares (MEJÍA e CSETE, 2015). Poucos analistas admitem que estes gastos são eficientes. Os custos do proibicionismo6 são ainda maiores. Decreto assinado pelo presidente George W. Bush na ocasião posterior ao 11 de Setembro de 2001, em 26 de Outubro de 2001. Ele permite que órgãos de segurança e de inteligência dos EUA interceptem ligações telefônicas e e-mails de organizações e pessoas supostamente envolvidas com o terrorismo, sem necessidade de qualquer autorização da Justiça, sejam elas estrangeiras ou americanas. 6 Proibicionismo é uma forma simplificada de classificar o paradigma que rege a atuação dos Estados em relação a determinado conjunto de substâncias. Seus desdobramentos, entretanto, 5

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Malamud (2017) aponta que a relação entre os Estados Unidos e a América Latina em momentos de esfriamento se dá de três formas históricas, e o que temos é um claro momento de afastamento entre os dois países. Colocaremos o México aqui como parte desta categorização, mas imediatamente o pinçaremos para sermos específicos quanto aos efeitos para os mexicanos. A primeira é a construção de estruturas regionais, com o desenvolvimento conjunto dos países da região. O maior exemplo disto aponta o autor, é o Brasil, e as propostas de integração como o Mercado Comum do Sul (MERCOSUL), a União das Nações Sul-Americanas (UNASUL) e a própria liderança brasileira, hoje combalida pelas crises internas e pela inabilidade do chanceler José Serra e o pouco tempo do chanceler Aloysio Nunes Ferreira. A segunda é uma diversificação global dos parceiros, algo que o Brasil também fez, de certa forma, mas que o Chile representa muito bem. Por fim, a última destas formas de contraposição aos Estados Unidos é o recrutamento e alinhamento a outro hegemon7, algo que Cuba fez, por exemplo, durante a Guerra Fria. O México conta com um espaço muito limitado para atuação internacional diplomática. Sua atuação em missões de paz é algo bastante recente, além de muito restrita (SCHIAVON, 2013). Esta limitação está bem latente nas linhas básicas de orientação do serviço exterior mexicano, que são o multilateralismo, o princípio de defesa da soberania nacional e a diplomacia pacifista. Neste sentido, olhar para estes cenários é adequar esta nova pretensão de algum protagonismo no sistema internacional para os mexicanos às linhas originais da política externa do país. Olhar para estes cenários é entender como contrabalançar os Estados Unidos, e achar estratégias possíveis de serem realizadas sem que os interesses comuns se esvaiam e que os pontos de discordância não sejam diretamente penosos para o México. O narcotráfico8 é um destes temas de discordância. Apesar de ser um ponto comum de ameaça para os dois países, historicamente o que se viu foram relações de simbiose entre o governo mexicano e os cartéis internacionais, relações desconfiadas entre os Estados Unidos e o México, e mais imposição do que barganha (BRAGANÇA, 2017).

vão muito além das convenções e legislações nacionais. O proibicionismo modulou o entendimento contemporâneo de substâncias psicoativas quando estabeleceu os limites arbitrários para usos de drogas legais/positivas e ilegais/negativas. Entre outras consequências, a própria produção científica terminou entrincheirada, na maior parte das vezes do lado "certo" da batalha, ou seja, na luta contra as drogas1. O proibicionismo não esgota o fenômeno contemporâneo das drogas, mas o marca decisivamente. Ver FIORE (2012). 7 É a supremacia de um povo sobre outros, por meio cultural, financeiro, tecnológico, político ou militares. Ver DUBOIS (2005). 8 Comércio de substâncias diversas consideradas ilícitas por governos. Crime transnacional de características transfronteiriças, cometido por organizações criminosas que agem de maneira a tornar sem efeito os conceitos de Estado e de soberania nacional. Ver RODRIGUES (2012).

Analistas mexicanos falam de um período de liderança mexicana nas iniciativas latino-americanas de integração. Falam em ponte natural de afinação com a Europa, da aproximação entre a Comunidade de Estados Latino-Americanos e do Caribe (CELAC) e a União Europeia (UE), com o México conduzindo o processo. O embaixador mexicano Alejandro de La Peña é hoje o candidato mais forte para assumir a secretaria geral da Associação Latino-Americana de Integração (ALADI9), e conta com apoio de importantes forças dentro do continente, como o Chile. O México hoje aprofunda as suas relações bilaterais com o próprio Chile, a Argentina, e Brasil na intenção de ampliar seus Acordos de Complementação Econômica (ACE). A ideia de intensificar os fluxos regionais entre os países da América Latina passa pela diversificação dos mercados mexicanos, profundamente afetados com o aumento das tensões com os Estados Unidos. Mas o projeto #MéxicoGlobal10, como cunhado pelo governo mexicano, é bem mais amplo. Esta pretensão mexicana se chocaria sempre com a liderança de outros países na região, notadamente o Brasil. Enquanto o México experimenta taxas de crescimento sustentável desde 2010, o Brasil claramente está no caminho contrário, e a crise econômica que aqui se instalou não dá sinais de que melhorará com a gestão de Michel Temer. De certa forma, este crescimento mexicano chancelaria a pretensão de líder regional e, com o direcionamento existente da diplomacia mexicana, reforçaria as iniciativas de integração latino-americana. Mas, ainda que a primeira vista isto seja claro, uma análise mais fria das comparações entre Brasil e México revelam uma série de questões. A pior das recessões se deu no México, antes de 2010, e ainda há sinais de recuperação na economia mexicana, que hoje se encontra em recuperação, com a moeda mexicana já em ritmo de estabilidade. Se comparados aos níveis de 2007, o Brasil passa a perder em termos de crescimento econômico para os mexicanos no ano de 2016. Desde 1993, quando da assinatura do NAFTA, o México cresceu um pouco mais de 2% na média anual, sensivelmente abaixo daquela registrada em outros países do mundo emergente. Em comparação com os ciclos anteriores no país, entre a década de 1950 e 1990 o crescimento anual médio foi de 6,6%, notadamente superior. Ou seja, num primeiro momento, a liderança mexicana ainda é uma incógnita. Não é possível afirmar com clareza que o Brasil é uma estrela em declínio e tampouco se este papel é possível de ser exercido pelo México. O Brasil sempre teve muitas dificuldades em fazer o papel de líder regional, seja por questões financeiras, seja por Atualmente sob o comando do argentino Carlos Alvarez. maiores informações sobre a atuação http://www.eluniversal.com.mx/tag/mexicoglobal

10Para

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multilateral

país,

ver

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desinteresse. O incremento das relações com os países da América Central por si só não seria capaz de garantir uma saída consistente e suficiente para o México, e a aproximação com muitos países da região é dificultada pela distância geográfica e política, sobressaindo Chile e Colômbia como parceiros mais fortes, mas que representam parcela pequena do grande mercado da região, com Peru e Costa Rica em menor escala. A chamada Aliança do Pacífico (AP) tem recebido bastante atenção da mídia internacional, como saída possível para uma eventual dissolução do NAFTA. O bloco ganhou contornos políticos ao se posicionar contrário à construção do muro entre o México e os Estados Unidos, e sugere uma aproximação ainda maior com o Acordo Transpacífico (TPP), com os países do Sudeste Asiático, o que será discutido ainda neste texto. Sobre a AP, é para onde o cenário aponta com mais força. O incremento das relações entre Peru, Colômbia, Chile, Costa Rica e México garantiria a estes países certo alento, sobretudo para os mexicanos. O bloco tem seis anos completados em março de 2017, e outros países podem eventualmente vir a participar, como o Panamá. Fala-se em estreitamento de laços com o MERCOSUL, numa ponte feita por Maurício Macri e Enrique Peña Nieto, mas ainda é tímida, e só prevê inicialmente intercâmbio cultural e estímulos ao turismo. Este cenário é o mais forte, e o seu fortalecimento institucional pode se estender ao MERCOSUL. Analisemos agora a diversificação global a partir da aproximação com outros atores globais. O Acordo Transpacífico (TPP) seria a principal plataforma para isto, mas o México tem um número bastante acentuado de acordos de livre-comércio no planeta – quase cinquenta. Num primeiro momento, como crer numa inserção de nível global se as dificuldades para inserção regional persistem de forma tão contundente? Os Estados Unidos de Donald Trump logo trataram de desembarcar do TPP. O chamado Acordo Transpacífico Onze (TPP-11) já está em análise, com importante participação de japoneses e mexicanos. A retórica de Trump serve tanto para desqualificar a importância do NAFTA quanto do TPP-11, e talvez pelo mesmo motivo, crie no México a necessidade de renegociação dos termos gerais dos dois blocos, o primeiro enquanto possibilidade difícil de reaproximação e o segundo como horizonte de crescimento. O quadro mais provável é o TPP-11. De muitas formas, esta é uma boa possibilidade para o México, sobretudo porque dá os mexicanos uma nova carta de barganha. Um NAFTA 2.0 também é algo possível, mas de difícil costura. Se Trump não pode manter o tom das críticas ao México como no começo de seu mandato, as diferenças são ainda grandes – o tema importante das relações laborais é um entrave enorme.

Os cem dias da gestão Trump foram cobertos amplamente pela mídia mexicana, e há muitos registros que garantem que as promessas do mandatário norteamericano estão rotas, ruídas. Quatro grandes propostas de Trump não foram cumpridas,

todas

muito

alardeadas.

Mas

quatro

continuam

mesa,

permanentemente em tela. Além do 1) muro, do 2) NAFTA, falava-se em 3) deportação maciça de indocumentados e 4) do imposto para a proteção da economia norte-americana. Nenhuma delas saiu do papel. Assim, enquanto o TPP-11 representa a possibilidade de uma nova inserção e diminuição da interdependência com os Estados Unidos, um NAFTA revitalizado poderia frear este movimento e voltar a concentrar o México em sua relação visceral com o vizinho. Outra rota possível e bastante comemorada é o aprofundamento do Acordo de Complementação Econômica 6 (ACE-6) com a União Europeia (UE). Diante do protecionismo crescente no mundo todo, os europeus veem com bons olhos a diversificação de seus sócios comerciais na América Latina, em especial o México, mas também, a Argentina. Os acordos México-EU foram firmados em 201011, renovados em 2015 e 2016, e se espera chegar no final de 2017 com uma gama maior de itens negociados. As relações foram instituídas e normalizadas nas duas primeiras rondas de negociação, sobretudo no que se refere a mercados de bens e serviços, regras de origem, investimentos, propriedade intelectual e medidas sanitárias. Analisemos agora a existência de outros líderes que possam vir a ter influência para o México, como é o caso da China e da Rússia. Em relação ao primeiro, a China já é o maior comprador de países como Brasil, Chile e Peru, e está em segundo lugar em relação à Argentina e Venezuela. Com a Rússia, as relações estão em outro nível, de cooperação política, militar, tecnológica, entre outros. O país de Putin surge também como importante comprador para o Brasil, por exemplo. No caso mexicano, o principal destino das exportações é os Estados Unidos, assim como as importações. No ranking das exportações, uma diferença de 250 bilhões de dólares para o segundo colocado, no caso o Canadá, seguido de longe pela República Popular da China, e, mais próximos, Espanha e Brasil. No ranking das importações, a diferença entre Estados Unidos e o segundo colocado, a China, é de 150 bilhões de dólares. Seguem na lista, o Japão, a Coréia do Sul e a Alemanha. Os estados do Sul dos Estados Unidos são também parceiros comerciais importantíssimos para o México. Foram enviados para o México U$ 132 bilhões por estados como Texas, Novo México, Califórnia, Arizona, Michigan e Illinois, os Ver https://www.gob.mx/se/acciones-y-programas/comercio-exterior-paises-con-tratados-yacuerdos-firmados-con-mexico

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principais sócios comerciais do país. Por sua relevância no cômputo geral da economia norte-americana, Texas e Califórnia representam 21% do PIB total do país, o que sugere que há certa dependência do México, porque se baseiam muito nas trocas comerciais com o país vizinho. Jorge Castaneda, ex-ministro mexicano das Relações Exteriores, é um que aponta a possibilidade de resistência do país. A dependência entre os dois países é complexa e passa, por exemplo, pela Guerra às Drogas, que será mais profundamente discutida à frente. O custo e o risco são compartilhados, e qualquer desequilíbrio nas relações poderia afetar este compartilhamento. O North American Free Trade Agreement (NAFTA), em português, Tratado de Livre Comércio da América do Norte, seria outro problema neste caso. A instabilidade em si já causa tremenda afetação para a economia mexicana, e as pressões de Trump têm feito grandes montadoras norte-americanas

suspenderem

investimentos

imediatos

México

– muito

provavelmente em troca de alguma grande contrapartida que não veio à tona ainda. Qualquer retração dos investimentos estrangeiros no México certamente geraria dois efeitos diretos: o aumento da pobreza e do desemprego e o aumento da imigração. Aí está o paradoxo da dependência. Uma crise social nos países centroamericanos não interessa aos Estados Unidos, se o objetivo é refrear ou pelo menos diminuir o fluxo de imigrantes para o país. Manriquez e Navejas (2010) falam de um México atrapado sin salida, quando se referem às relações com a República Popular da China e Índia. Isto porque, se os dois primeiros conseguiram ao longo das décadas de 1960 em diante dar um salto importante em termos de diversificação de mercados e crescimento econômico, o México não teve o mesmo fôlego, em ambos os movimentos. As relações, desde então, são deficitárias para os mexicanos. A dificuldade em exportar que acometia o México não foi inteiramente solucionada, apesar de ter garantido boa parte do crescimento econômico do país nos últimos anos. Mas os motivos permanecem os mesmos: ausência de uma política de estímulo à exportação para China e Índia; a falta de produtos ou bens a serem comercializados; desinteresse da elite mexicana no comércio com a China e com a Índia. As relações culturais em muito ainda atrapalham o crescimento das relações comerciais, sobretudo com os chineses, que ainda são vistos com enorme desdém pelas empresas mexicanas (MANRIQUEZ; NAVEJAS, 2010). Um dos setores que romperam com esta lógica foi o setor petroleiro mexicano, que vem passando por um largo processo de desestatização desde 2013. A participação estatal foi reduzida, e o petróleo cru mexicano ganhou espaço no mercado chinês. Desde 2013, a China Petroleum & Chemical Corporation (Sinopec), em português, Companhia Petroquímica da China, e a Petróleos Mexicanos (Pemex),

em português, tem acordos comerciais importantes, o que garantiu aumento da participação dos chineses no mercado. A China recentemente propôs a ampliação dos BRICS12 com a entrada de outros países, em que o México foi nominalmente citado, além do Paquistão e do Sri Lanka. O BRICS parece uma plataforma chinesa importante de inserção global e disputa hegemônica com os Estados Unidos, e os países do bloco manifestaram-se favoravelmente a isto, sobretudo os indianos. O FUTURO DA GUERRA ÀS DROGAS Se em termos comerciais, os caminhos sugerem uma diminuição da dependência mexicana aos Estados Unidos, no tema da Guerra às Drogas, o caso talvez não seja o mesmo. Este ano de 2017 cumprem-se dez anos do esforço de guerra contra os cartéis iniciada por Felipe Calderón. O objetivo da intervenção em Michoacán era o de reduzir os efeitos do enfrentamento entre a Família Michoacana e o Cartel dos Zetas. Desde então, se fala de 100 mil mortos e 20 mil pessoas ainda desaparecidas, com ainda milhares de famílias deslocadas. A violência continua a crescer, e o ano de 2017 já conta com um saldo bastante negativo. Só no ano de 2016, US$ 1,6 bi foram gastos com o esforço de guerra às drogas. No entanto, em nenhum país do mundo a violência cresceu tanto como no México entre 2016 e 2017. Aproximadamente 70% das armas apreendidas no México entre 2009 e 2014 vieram diretamente dos Estados Unidos13, como apontou um report emitido pelo Bureau de Controle de Bebidas Alcoólicas, Tabaco, Armas de Fogo e Explosivos (ATF, como escrito em inglês). Tudo isto, num primeiro momento, é foco de atrito real entre os governos mexicano e norte-americano, e é possível se aprofundar mais. A Iniciativa Mérida14 parece ter esgotado sua capacidade, por exemplo. A segurança de cidadãos estadunidenses no México volta a ser ameaçada. Um oficial do consulado norte-americano foi baleado no começo de 2017, num ataque direto e nãoacidental. O ataque aconteceu no estado de Jalisco, um dos centros econômicos do

Acrônimo que se refere aos países membros fundadores (o grupo BRIC: Brasil, Rússia, Índia e China), que juntos formam um grupo político de cooperação. O “S" foi oficialmente adicionado à sigla BRIC para formar o BRICS, após a admissão da África do Sul (em inglês: South Africa) ao grupo.

A Iniciativa Mérida (às vezes denominada Plano Mérida ou Plano México) é um tratado internacional de segurança estabelecido pelos Estados Unidos de acordo com o México e os países centro-americanos para combater o tráfico de drogas e o crime organizado. O acordo foi aceito pelo Congresso dos Estados Unidos e ativado pelo ex-presidente George Bush em 30 de junho de 2008.

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país, e local de intensa atividade criminal, controlada pelo Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). O cartel é conhecido pela violência e pela especulação de seus ataques, que usa como demonstração de força. Ataques desta natureza já ocorreram antes, mas sempre acompanhados de erro de identificação do alvo. O último ataque não-acidental a um agente norteamericano foi em 2011, e em 1985, uma enorme operação foi montada após a morte de Enrique “Kiki” Camarena, agente da DEA morto em emboscada no México. Os resultados parecem, no entanto, bastante relativos. A guerra às drogas parece cada vez mais um fracasso retumbante, mas oscila muito quando a economia mexicana também oscila. Por vezes, como agora, a segurança compartilha com a economia o posto de a maior preocupação do cidadão mexicano (PEDROZA, 2017). Neste caso em específico, a queda abrupta do peso em relação ao dólar no final do ano de 2016 causou grandes protestos no país. O preço da gasolina, que é subsidiado em dólar, disparou, causando racionamento. Bloqueios em estradas foram reportados em todo o país, e o pânico se espalhou pelas redes sociais. No dia 5 de janeiro, o presidente Peña Nieto foi a rede nacional acalmar os ânimos da população, mas o estrago geral já tinha sido feito, e a chegada de Trump na presidência certamente não iria melhorar esta condição num primeiro momento. As estratégias de Peña Nieto para a proteção da economia mexicana e do consumo das famílias vieram em seguida (PEDROZA, 2017). Enquanto isso e ao mesmo tempo, uma nova onda de violência se ocupa do país, inclusive geograficamente mais dispersa. Os níveis de homicídios voltaram a atingir novos picos e novos espaços de conflito surgem, em estados antes considerados seguros, como a Cidade do México. Um jornal da Cidade do México, o Reforma, descobriu que 75% dos mexicanos não consideram Peña Nieto capaz de lidar com a crescente ameaça que vem dos Estados Unidos (REFORMA, 2017b). A combinação de problemas internos em curva crescente e um ambiente externo bastante hostil é o quadro em que o México se encontra hoje. O componente humano desse processo dá maior dimensão para o problema. Segundo GONZALEZ (2017): “Besides the trade agreements and Mexico’s international reputation, it is Mexican people who are at stake. Millions of Mexicans in Mexico are already suffering from economic hardship, while millions of Mexicans in the USA are suffering from discrimination, regardless of status, and are especially vulnerable to unemployment, abuse, or deportation in the case of lacking residency documentation.” (PEDROZA, 2017, p.4) Ainda que boa parte do problema seja herança da estrutura construída por Felipe Calderón em seu sexênio de governo, há muito para se culpar a gestão de Enrique Peña Nieto. A estratégia em si, pouco variou. Se Calderón era mais midiático,

Peña Nieto é mais contido na exposição permanente de seu frágil plano de ação (SCHIAVON, 2013). Mais soldados, novas forças de segurança presentes nas ruas, uma nova força policial montada – a Gendarmería Nacional, agora subordinada à Polícia Federal – e um novo arcabouço burocrático, com a criação da Comissão Nacional de Segurança (CNS). A CNS substituiria a Secretaria de Segurança Pública criada por Calderón, e agora seria subordinada diretamente a Secretaria de Gobernación (SEGOB). Essas mudanças não surtiram um efeito tão grandioso, apesar dos vistosos números apresentados. A recaptura de El Chapo Guzmán15, no começo de 2016, foi uma vitória importante para Peña Nieto, mas que se converteu, como em outros casos, em um vácuo de poder que deu origem a novos eventos de violência. A extradição de Guzmán para os Estados Unidos pode ter enfraquecido o Cartel de Sinaloa, mas o que se observa é que o resultado não é a redução da oferta. Em verdade, a ausência de Chapo Guzmán possibilitou uma aliança entre o Cartel Beltrán Leyva e o Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Esses dois carteis haviam sido desmantelados por Calderón e Peña Nieto, mas a fratura do Cartel de Sinaloa abriu-lhes nova oportunidade. Provavelmente, hoje, o CJNG é o cartel mexicano mais poderoso (BONELLO, 2017), e os níveis de violência aumentaram.

índices

mostravam

uma

queda

importante

início

gestão Peña Nieto, e voltam a subir de forma notável em 2016, no mesmo patamar onde estavam na gestão Calderón. A violência parece ter se espalhado para outros pontos do território mexicano, assim como o número de cartéis. Estados antes não ocupados pela violência, como Colima, passaram a experimentar aumento de 900% em suas taxas criminais já nos quatro primeiros meses do ano, naturalmente afetando também outros estados próximos1.

Joaquín 'El Chapo' Guzmán não é apenas o traficante de drogas mais conhecido no México, ele também acumulou poder suficiente para escapar duas vezes - em 2001 e em 2015 - de penalidades de segurança máxima no país. El chapo, recapturado na sexta-feira, 8 de janeiro, também foi um dos chefes do poderoso Cartel de Sinaloa, uma organização criminosa do narcotráfico no México que ampliou sua influência para vinte e quatro das 32 entidades do país há 20 anos. Nenhuma outra organização teve operações em tantos estados e resistiu com essa força às lutas do governo federal para enfraquecê-lo. O Cartel de Sinaloa é a única organização mexicana que participou com sucesso do tráfico das quatro principais drogas: maconha, cocaína, heroína e metanfetamina. Isso permitiu que Chapo fosse citado, em mais de uma ocasião, como um dos homens "mais ricos" do mundo. Joaquín Guzmán, no entanto, não é o único líder dessa organização. Ele esteve na frente junto com Ismael El Mayo Zambada, capo que nunca foi capturado. Os impactos de sua captura podem ser analisados em um acirramento na disputa pelo controle do tráfico entre os demais cartéis de drogas de menor porte, buscando ocupar o lugar antes pertencente ao Cartel de Sinaloa.

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Figura 1 - Fonte: El Economista (2017) O fato de que redes criminais podem cometer cada vez mais homicídios reflete a falha fundamental no trato militarista do problema dos cartéis. O proibicionismo deveria enfraquecer os cartéis, no limite de seu poder econômico e capacidade de uso da violência, mas nem de longe é isto que acontece. Mesmo com o muro que já existe e o muro que pretende ser construído, o aumento do consumo de heroína na parte nos Estados Unidos explodiu, e é controlado diretamente por cartéis mexicanos. No país todo, 79% da heroína encontrada têm como origem o México. Ao lançar o Exército e a Marinha mexicana neste conflito, Calderón atirou gasolina no fogaréu tentando apagá-lo. Fatalmente não conseguiu. Se as estruturas simbióticas entre os cartéis, as municipalidades e o Partido Revolucionário Institucionais (PRI), foram desestabilizadas com a vitória do Partido da Ação Nacional (PAN) de Calderón, o retorno do PRI ao poder com Peña Nieto, voltou a gerar enorme turbulência. Isto porque historicamente já estavam estabelecidas uma série de acordos que, de certa forma, garantiam a segurança e a continuidade do fluxo de drogas para os Estados Unidos (BRAGANÇA, 2017). A chegada do PAN forçou uma série de novos arranjos que demoraram a se estabelecer, e que já foram rompidas novamente. Quanto à violência, há muito pouco para se comemorar em relação ao futuro. As estimativas dão conta de que estes níveis de mortalidade permanecerão altos até boa parte da década de 2020, segundo o projeto Justicia en México, do Departamento de Ciência Política e Relações Internacionais da Universidade de San Diego. Desde 2010, o projeto elabora reports para dar clareza aos níveis de violência no México e seus spillovers na fronteira sul estadunidense. O último report traz um dado interessante. A guerra às drogas no México matou mais mexicanos do que estadunidenses na Primeira Guerra Mundial (53 mil baixas), mais que na Guerra da Coréia (36 mil baixas) e mais de que na Guerra do Vietnã (58

mil baixas). Só três países são mais violentos que o México: Honduras, El Salvador e Colômbia. O México precisa urgentemente de novas ideias. As causas resumidamente já são conhecidas: a) uma crise econômica que ainda abate o país, mesmo em crescimento do produto interno, mas que não faz ceder as taxas de concentração de renda e desemprego b) a escalada da violência entre os cartéis, causada entre outros motivos por novos arranjos institucionais e uma estratégia muitas vezes enviesada de intervenção c) corrupção endêmica, violência contra autoridades e profunda simbiose entre cartéis e Estado Existem soluções, mais ou menos ortodoxas, e naturalmente, mais ou menos eficientes. Falaremos de algumas propostas possíveis aqui. A primeira delas – e mais urgente – é reconhecer o papel da região de Sinaloa e de seu cartel na dinâmica de poder interna do país. Diz o relatório deste ano da JUSTICE IN MÉXICO (2017): “Is necessary to consider the dynamics of the illicit markets and criminal organizations— that is, the decisions, strategies, actions, and reactions of organized crime groups in the course of expanding or defending their business operations—that have been detonators and drivers of violence in many parts of the country.” (JUSTICE IN MÉXICO, 2017, p. 33).

Figura 2 - Fonte: Justice in México (2017) O Cartel de Sinaloa é responsável por boa parte dos conflitos internos entre cartéis no México, e está em guerra declarada com todos os cartéis grandes do país, incluindo Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), os Beltrán Leyva (BL), os Arellano Félix (AF), o Cartel do Golfo (CG) e grupos remanescentes dos Zetas. O mapa acima mostra que o equilíbrio interno do país passa pelo Cartel de Sinaloa, o que é mais provável que venha acontecer num futuro não tão próximo.

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Desde 2001, os principais líderes rivais do Cartel de Sinaloa foram presos e extraditados, muito provavelmente de forma proposital, sendo o maior beneficiado. Começou a se discutir uma provável Pax Mafiosa16, tendo o Cartel de Sinaloa como principal fiador. Os indicadores de violência até 2010 davam conta de uma redução importante, somente estancada em 2011. A curva então assumiu uma posição descendente, e se atribuíra ao equilíbrio entre os cartéis com a predominância de Sinaloa sobre todos os outros (JUSTICE IN MEXICO, 2017). O Cartel de Sinaloa era visto por muitas autoridades como o menor dos males, e muito contribuiu com delações para prisões importantes em cartéis rivais. Em 2013, os níveis de homicídios chegaram ao seu nível mais baixo, e em 2015, a inteligência estadunidense assegurara que o cartel praticamente monopolizava o mercado nos Estados Unidos. A estratégia logo se mostraria equivocada. O custo de vidas era ainda muito alto, e o equilíbrio ainda muito frágil. A prisão de Chapo Guzmán e sua extradição são diretamente responsáveis pelo aumento dos níveis de violência, sobretudo em estados como Guerrero, e em cidades fronteiriças, como Juárez. A extradição foi um ato político de bons ofícios para com o recém-eleito Donald Trump, mas vem causando um efeito devastador no país. A destituição de Chapo Guzmán do Cartel de Sinaloa inclusive causou uma fratura enorme no interior do cartel, entre os seguidores de El Chapo e uma dissidência que tenta assumir o poder. Há uma provável nova Pax Mafiosa sendo construída, a partir das bases do Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Em um primeiro momento, isto representa o choque entre duas organizações criminais gigantescas e com proporcional poder de fogo. Trata-se de uma guerra de posições, com o CJNG tentando ocupar posições enfraquecidas, sobretudo do Cartel de Sinaloa. A construção de um novo equilíbrio é custosa, demorada e tem vida curta. A segunda sugestão e cenário para o futuro talvez seja mais consistente. O Congresso mexicano aprovou de forma unânime o uso da maconha para fins medicinais. Isto representa um movimento já realizado em outros países e que levou a saltos maiores, como a despenalização do uso. Cerca de vinte outras nações da América Latina já o fizeram em condições mais ou menos iguais, incluindo Argentina e Colômbia, nos últimos doze meses. A "paz" foi descrita como um estado de relativa não-violência. Isso é gerado a partir de um acordo entre diferentes grupos de crime organizado concorrentes para não competir em atividades criminosas e território, levando a uma paz estável. As autoridades governamentais também podem concordar com esta paz para os seus cidadãos, por não interferir no tráfico de drogas e outras atividades criminosas. Por outro lado, os grupos de crime organizado se beneficiam de uma concorrência e de um risco reduzidos, e do não assédio de seus membros e famílias. Há alegações de que a captura e as fugas nocionais dos chefes do crime organizado podem ser estratagemas para manter a paz. .

De pouco adiantaria uma liberalização do consumo no México sem um movimento acompanhado nos Estados Unidos. A interface entre os dois mercados é tão profunda, que um estado como o Colorado vir a promover reformas neste sentido tem efeito direto nas condições econômicas, sociais e de violência por toda a cadeia. Os dados não mostram, entretanto, um efeito tão forte assim, ainda que somente o lado estadunidense venha mostrando – e de forma bastante tímida – mudanças dessa natureza. Uma articulação política que venha a promover mudanças profundas na relação com a penalização e o consumo, associada a um maior equilíbrio entre medidas restritivas e de repressão com medidas de controle de saúde pública e de relativa liberalização, devem existir no futuro. O ritmo e o contraste destas medidas dependem de fatores difíceis de serem rastreados neste momento. CONCLUSÕES PARCIAIS Esta é uma pesquisa em desenvolvimento. Dela saíram uma dissertação de mestrado e um livro, lançado este ano. Há ainda um doutorado em curso, que trata de questões políticas entre o paradigma militarista e novos discursos na América do Sul. O quadro evolui permanentemente, e este dinamismo é tanto um desafio para o analista quanto para o formulador de política pública. O diagnóstico está colocado, e precisa ser colocado. Quanto ao que vai ser feito, isto cabe à esfera dos agentes. Muitas questões ficam para o futuro. Este é só início da gestão Trump, e não se sabe sequer se ela durará até o fim. Certos pontos são urgentes para a relação entre México e Estados Unidos neste momento, e caberá à diplomacia mexicana algum sucesso nessa empreitada. Por exemplo, como os Estados Unidos podem controlar o enorme fluxo de armas que ultrapassa a fronteira do norte para o sul? A flexível legislação de armas nos Estados Unidos não afeta somente o país, mas também o vizinho ao sul. Aproximadamente 70% das armas encontradas no México foram produzidas nos Estados Unidos, e este é um dado que é apresentado por um interlocutor norteamericano, o Partido Democrata. Uma segunda questão: como lidar de forma compartilhada com o fluxo de migrantes não-documentados? Este é um problema conjunto, por mais que Trump rechace soluções bilaterais. Ainda: como a tecnologia poderia melhorar o nível de controle e proteção da fronteira? Como garantir que as remessas de mexicanos legais para o país de origem continuem sustentando famílias, vilarejos e até cidades pequenas inteiras? Qual o futuro deste volume de dinheiro? A taxação?

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Por fim, qual o horizonte da guerra às drogas? Poucos fatores sustentam a lógica militarista. Os resultados não são animadores, os níveis de violência não baixam, o custo da guerra em dólares, pesos e em vidas é altíssimo. Novas soluções precisam ser encontradas, ainda que em um futuro próximo, não se possa esperar uma mudança tão drástica assim, a despeito dos dados. Os cenários colocados aqui demonstram que o diagnóstico vem acertando ao longo dos anos. Ou pelo menos acertam muito mais do que as estratégias executadas. A mesma agonística que coloca em oposição dois discursos diferentes dentro do campo da produção do conhecimento é a que existe no campo da execução da política pública. Permanece, no entanto, a percepção de que o discurso militarista e de proibição tem melhores efeitos, pois lida diretamente com a opinião pública, e pouco depende dos resultados. Uma onda populista17 varre o mundo ocidental, mas geralmente faz a América Latina seguir em um caminho contrário – só corrigido por meio de intervenções diretas. A presença de Donald Trump na presidência estadunidense tem sido apontado como importante fator para os resultados positivos de Andrés Manuel Lopez Obrador para as eleições de 2018. Lopez Obrador é aquilo que no México poderia ser chamado de esquerda. Foi o candidato derrotado em 2006 por Felipe Calderón, por uma questionável margem de 0,55 pontos percentuais. Hoje, é o candidato anti-establishment no país, levando ampla vantagem sobre Margarita Zavala (Partido Acción Nacional, PAN) e Osorio Chong (Partido Revolucionario Institucional, PRI), o atual secretário de governo Peña Nieto. Aliás, nada sugere que a aliança PRI-PAN que governa o México desde os anos 2000 terá sequer maioria legislativa, segundo as pesquisas mais atuais. As análises mais conhecidas sobre o populismo latino-americano procuram estabelecer algumas características comuns a todos os movimentos, em busca de um conceito abrangente de todas as diversas realidades sociais. Apareceram assim estudos gerais sobre o populismo que procuraram identificá-lo com uma situação histórica, típica da América Latina. Os sociólogos argentinos Gino Germani e Torcuato di Tella construíram modelos que pretendiam dar conta da explicação do fenômeno. Partiam do pressuposto de que o populismo ocorria numa situação de “transição”, ou seja, na passagem da assim chamada sociedade tradicional — agrária, pré-capitalista, atrasada para a sociedade moderna — capitalista, urbana e industrial. As raízes do populismo estavam na assincronia entre os processos de transição de uma sociedade para a outra. Germani fazia uma distinção muito clara entre o processo histórico europeu e o latino-americano, distinguindo as especificidades próprias de uma sociedade subdesenvolvida. Assim, na Europa, a passagem de uma democracia com participação limitada para uma democracia com participação ampliada se fez sem grandes rupturas do ponto de vista político, ocorrendo uma integração através de canais legalizados pelo sistema político vigente. Na América Latina, a mobilização prematura das massas, gerando pressões sobre o aparelho político, não encontrou amadurecidos os canais de participação exigidos. Desse modo, a integração das massas não ocorreu como no modelo europeu, surgindo a possibilidade da manipulação dessas massas — caracterizada pela coexistência de traços tradicionais e modernos em sua constituição — por intermédio das elites defensoras de sua situação social. FGV-CPDOC. Verbete. Disponı́vel em: <http://www.fgv.br/cpdoc/acervo/dicionarios/verbete-tematico/populismo>. Acesso em: 20 set. 2017.

O México parece não seguir a lógica do populismo de direita18 em crescimento por todo o mundo ocidental, mas o perigo segue à espreita. Muito dos cenários para o futuro dos mexicanos serão influenciados de forma inversamente proporcional aos resultados da gestão Trump. Mas o México é um país gigantesco, de profundidade cultural inquestionável e de força igualmente avassaladora. Decerto conseguirá resolver de forma consciente seus problemas no futuro e aos poucos conseguir se desvencilhar do empuxo estadunidense19

É uma ideologia política que rejeita o modo corrente de fazer política. Baseia-se combina no, etnocentrismo e antielitismo. É considerado populismo por causa de seu apelo ao "homem comum" em oposição às elites, o que mobiliza as massas. Ver KAPLAN (1988). 19 Agradecimento ao amigo Vinícius Costa pela leitura atenciosa do texto e pelas sugestões de revisão. 18

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O MITO DA “ILHA BRASIL” A ESTRUTURA DO MITO E A IDEIA DE BRASIL LATINO El MITO DE LA “ISLA BRASIL” LA ESTRUCTURA DEL MITO Y LA IDEA DE BRASIL LATINO Nícollas Cayann1 (Universidade Federal da Integração Latino-Americana – UNILA) Resumo Com base em bibliografias de História das Relações Internacionais e fazendo uso de leituras referentes à ideia literária de mito, busca-se revisitar autores como Ian Watt (1997) e Edmund Leach (1969). O artigo surge de uma leitura crítica do trabalho de Sampaio Goes, na obra “Navegantes, Bandeirantes, Diplomatas”, de 1991, apresentando a ideia de “Ilha Brasil” como uma espécie de concretização do imaginário de viajantes. O trabalho busca, nesse viés, promover uma interação com a temática de Literatura de Viagem. Produzido com base no uso de revisão bibliográfica e pesquisa documental, utilizando fontes secundárias abordadas de forma qualitativa, o artigo pretende elucidar o mito de “Ilha Brasil” como um dos possíveis fatores de distanciamento da ideia de “Brasil Latino”, tendo como objetivo secundário estimular a pesquisa em torno da latinidade brasileira. Palavras-chave: Ilha Brasil; Brasil Comparada; História das RI.

Latino; América Latina;

Literatura

Resumen Con base en bibliografías de Historia de las Relaciones Internacionales y haciendo uso de lecturas referentes a la idea literaria de mito, se busca revisar autores como Ian Watt (1997) y Edmund Leach (1969). El artículo surge de una lectura crítica del trabajo de Sampaio Goes, en la obra "Navegantes, Bandeirantes, Diplomatas", de 1991, presentando la idea de "Isla Brasil" como una especie de concreción del imaginario de viajeros. El trabajo busca, en ese sesgo, promover una interacción con la temática de Literatura de Viaje. En el artículo se pretende elucidar el mito de "Isla Brasil" como uno de los posibles factores de distanciamiento de la idea de "Brasil Latino", teniendo como objetivo secundario, en base al uso de revisión bibliográfica e investigación documental, utilizando fuentes secundarias abordadas de forma cualitativa, estimular la investigación en torno a la latinidad brasileña. Palabras clave: Isla Brasil; Brasil Latino; América Latina; Literatura Comparada; Historia de las RI.

1 Bacharel em Relações Internacionais pela Universidade Federal de Pelotas e atualmente mestrando em Literatura Comparada na Universidade Federal da Integração Latino-Americana. nicollascayann@gmail.com

INTRODUÇÃO Com fundamento em bibliografia no campo da História das Relações Internacionais e considerando os aspectos literários do conceito de mito, este trabalho de pesquisa tem o propósito de demonstrar a ideia de “Ilha Brasil” (com inspiração em uma leitura crítica da obra Navegantes, Bandeirantes, Diplomatas, de Sampaio Goes – 1991) como um dos fatores distanciadores da latinidade brasileira. O trabalho traz uma breve análise da ideia de mito em Ian Watt (1997) e alguns aspectos do conceito de mito de Edmund (1969), ainda apresenta uma aproximação com a literatura de viagem e a questão do mito da “Ilha Brasil”. Com base no uso de técnicas de pesquisa documental e de análise bibliográfica, o trabalho tem como base fontes secundárias, assim como a aplicação de uma abordagem qualitativa. A proposta busca demonstrar um aspecto geográfico e político das dimensões do Brasil que de certa forma conversa com o distanciamento do Brasil da ideia de América Latina. Tendo em vista a localização geográfica da Universidade Federal da Integração LatinoAmericana, e considerando a proposta fundadora dessa mesma universidade, este artigo tem também a proposta de instigar mais estudos em torno da ideia de Brasil Latino. O período em que a ideia de América Latina se desenvolveu não é um período de uniformidade latina para todos os países da, até então, América Hispânica, que dirá para o Brasil! Os processos que fundaram o conceito de América Latina começaram de forma exógena, porém com o tempo passaram a ser endógenos. As colônias americanas da região ibérica da Europa, subsistiam em torno de uma prática de parasitismo social promovido pela colônia2 (BOMFIM, [1905]) 3 . Apenas na primeira metade do século XIX que tomaram vigor os movimentos independentistas das colônias de origem hispânica. Na intenção de unir as ex-colônias espanholas é criado então o termo hispano-américa. Embora o termo hispano-américa não desse voz a diversas narrativas, ele foi bem abraçado, primeiramente pelas Elites Criollas (MIGNOLO, 2007), e mais tarde por toda (ou uma grande parcela) da então América Hispânica. Trata-se da ideia de “viver à custa de iniquidades e extorsões” Manoel Bomfim foi um autor brasileiro que já via o mundo de forma “pós-colonial” (mesmo que a teoria, como recurso crítico, só venha em 1970). Trabalhava com uma narrativa de resistência aos ideais do Norte Global. 2 3

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Politicamente o intento era demonstrar, em âmbito internacional, uma unificação dos territórios da América Hispânica, em formato de afronta aos possíveis movimentos colonizadores europeus e também como uma prevenção a nova e fortificada potência regional Estados Unidos. O processo identitário que gerou a América Latina (enquanto termo) foi feito primeiramente de forma exógena, francófona (BETHELL, 2009), e só depois passou a ser um processo endógeno com ressignificação, contudo, assim como o termo América Hispânica, as vicissitudes na terminologia ainda buscam amplitude para agregar as diversas narrativas do território (DINIZ, 2007). Estas idas e vindas de reflexões ora externas, ora internas, acabam por desenvolver o ideário latino-americano e se fortifica a ideia de América Latina. Utiliza-se a expressão “ideia de América Latina” emprestando de Walter Mignolo (2005). Frisa-se esta proposta por ser indispensável que pesquisadores, estudiosos, alunos e qualquer pessoa envolvida em um projeto sobre a latinidade compreenda que o termo não é estático, mas uma ideia. Os aspectos históricos, geográficos, linguísticos, políticos que permeiam a ideia de América Latina são fatores importantes para a compreensão daquilo que gerou o Brasil Latino. Deve-se levar em consideração o local de fala do autor que vos escreve: A UNILA. Na Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA) acontece um encontro de culturas tão plural que se lê como singular. A proposta de união de pessoas de diversos países latino-americanos em uma sala de aula é fantástica. Contudo, essa experiência é condicionada à uma realidade irreplicável no restante do Brasil e dos demais países da América Latina. Por isso é importante a compreensão de que: 1) América Latina é uma ideia; 2) O Brasil nem sempre fez parte da ideia de América Latina; 3) Existem estudiosos que não acreditam na existência de um Brasil Latino. Este artigo foi formulado com o propósito de demonstrar a passagem da “Ilha Brasil” ao Brasil Latino. Naquilo que concerne à estrutura do artigo, fica estabelecido que além desta introdução, o trabalho contará com uma segunda seção com a finalidade de debater a “Ilha Brasil” enquanto mito; e uma parte conclusiva. O MITO DA “ILHA BRASIL”

Contar histórias é um ato tão antigo quanto a própria humanidade. O costume de absorver/transmitir acontecimentos ou crenças foi um ato corriqueiro desde os primeiros tempos. A história foi conservada através de lendas e mitos, passados de geração a geração, durante milênios; essas lendas e mitos ofereceram respostas, explicações, sobre diversas situações. Os signos escritos (a escrita em seu cerne) tiveram início em função de registros matemáticos, não muito elaborados, cujas finalidades eram comerciais e administrativas/financeiras. Pouco a pouco o sistema da escrita foi se ampliando e aumentando o leque de possibilidades de seu uso. Com o desenvolver da linguagem escrita foi possível, então, registrar histórias que surgiram primeiramente no formato de lendas e mitos. Essas primeiras narrativas (não orais) cristalizaram determinados momentos na história de cada povo. Daquilo que a humanidade possui como conhecimento é possível verificar, ainda, os poemas épicos (esses longos poemas narrativos), que são ainda o registro mais antigo desse formato literário, como uma das maneiras de cristalizar um mito. Tanto a epopeia de Gilgamesh, as grandes epopeias sânscritas, e tantos outros exemplos, narram momentos decisivos na história de cada civilização, muitas vezes o momento de início, ao qual a teoria literária denomina mito fundador. Em um de seus estudos mais polêmicos Bultmann define o mitológico como: “[...] um modo de representação no qual o incomum, o divino, aparece como ordinário e humano [...]” (BARTSCH, 1943). Essa foi uma das passagens que chamou atenção e acabou influenciando os estudos sobre mitos realizados por Leach (1983). Leach utiliza a Bíblia como objeto de estudo, e faz uso dos estudos estruturalistas para aferir possibilidades interpretativas das histórias da Bíblia, assim como verificar os aspectos mitológicos dessas narrativas. O trabalho de Leach levanta alguns pontos importantes. Logo no início, o autor ressalta: Mas, se os mitos não significam aquilo que parecem significar, como vieram a ter qualquer significado? Qual é a natureza do modo esotérico de comunicação através do qual o mito parece dar “expressão a realidades inobserváveis”? (LEACH, 1983, p. 57).

Um das possiveis leituras da ideia de mito seria relacionada à definição do termo como “algo inexistente” suficiente. Para este estudo será utilizada a ideia de mito simbólico, um mito capaz de se reproduzir em diferentes

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ambientes, de diferentes formas, e ao mesmo tempo preservar seu cerne. Contudo, nas palavras de Ian Watt: Of course, I accept the view that mythical stories are in some way symbolic; that is, they stand for larger and more permanent meanings than their represented actions literally denote; but these meanings should not be above and beyond reason. Victor Turner’s definition of myths “sacred narratives” that “derive from transitions” seems a little too absolute (WATT, 1996, p. 16)4.

Nesta perspectiva, o artigo trabalha com a ideia de que os mitos são, sim, denotações simbólicas com significações duradouras e que permeiam vários âmbitos, numa perspectiva plausível, ou seja, que não seja “beyond reason” 5 . A literatura de viagem funciona aqui como um mecanismo de reflexão, pois era muito comum a insurgência de mitos e fantasias nas produções de literatura de viagem, mas a proposta do artigo é uma leitura pautada pela razão, não no sentido de aferir a existência de dragões, quimeras e afins, mas no propósito de buscar compreender com que base surgiram esses mitos; no caso do artigo, a Ilha Brasil. Os primeiros relatos de viagem representavam apenas prestação de contas e inventários. Porém, à medida que o fluxo de embarcações foi aumentando, juntamente com o interesse dos colonizadores pela região, as frotas foram ficando mais equipadas, e logo geógrafos, astrônomos, literatos e outros intelectuais passaram a desbravar o Novo Mundo e relatar suas viagens (SHERMAN, 2002). Foi através deste tipo de perspectiva que foi publicado o mapa de Waldsmüller em 1507, por meio do qual é dado o nome América para o trecho conhecido do continente, até então nomeado como Novo Mundo.

Obviamente, aceito a visão de que as histórias míticas são, de certa forma, simbólicas; isto é, elas representam significados maiores e mais duradouros do que suas proposições literárias denotam; porém estes significados não devem estar acima e além da razão. A definição de Victor Turner para mito como “narrativa sagrada” que “provém de transições” parece um tanto absoluta. (Tradução do autor) 5 Além da razão. 4

Universalis Cosmographia Biblioteca do Congresso, Washington D.C. 1507 Mesmo que a cientificidade tenha aparecido apenas na metade do século XVII na literatura de viagem, entrando assim na categoria de ciências de Sherman (2002), os primeiros relatos já tinham essa pretensão discricionária de provar (cientificamente). Entretanto, nos primeiros relatos sobre as terras brasileiras era comum o uso de animais fantásticos e seres imaginários:

Ser Imaginário em “A História da Província Santa Cruz” (MAGALHÃES, 1576) Em 1557 era publicado o livro de André Thevet Les Singularités de la France Antarticque que trouxe várias imagens descritivas da fauna e da flora brasileira (muitas delas tidas como fantasiosas na atualidade):

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Descrições de Fauna e Flora (THEVET, 1557) De acordo com Whitehead (2002), a descoberta da parte sul das Américas deixou muito mais espaço para imaginação do que a descoberta do norte do continente. O autor atribui esse foco imaginativo principalmente ao “inferno verde”: As a result, the notion of a heart to this forest darkness, an essence that lies deeper and ever deeper under the arboreal canopy, repeatedly drives the narrative forms of description, from the El Dorado of Walter Ralegh to Col. […] This imaginary geography excludes both the grasslands of the southern cone and, more significantly, the Andes and its Incan Empire, which have otherwise loomed large in the literature of the Americas. However, from the perspective of travel the literature production of those locales, being relatively devoid of surviving savages or uncharted spaces, has taken second place to the descent into the ‘green hell’ of jungle Amazonia (WHITEHEAD, 2002, p. 124)6.

Uma parte considerável de autores atribui este fator imaginativo à Amazônia, mas além do El Dorado e outros mitos cabíveis na concepção de Amazônia, o Brasil foi também protagonista de um mito europeu de utopia. Thomas More publica em 1516 o livro A Utopia, data que compreende o 6 Como resultado, a noção de coração (centro) para escuridão dessa floresta, uma essência que busca respaldo nas profundezas das marquises arbóreas, conduz repetidamente à forma narrativa do El Dorado de Walter Ralegh […] Esta geografia imaginária excluí tanto as pradarias do cone sul quanto (de forma mais severa) os Andes e o Império Inca, o qual havia aparecido (até então) mais corriqueiramente na literatura das Américas. Contudo, visando a produção de Literatura de Viagem desses locais, a dedicação recorrente à sobrevivência em meio aos “selvagens” ou lugares inóspitos, acabou perdendo espaço para o “inferno verde” da Floresta Amazônica. (Tradução do autor)

período imediatamente posterior ao "descobrimento" do Brasil (vale lembrar dois fatores importantes: os relatos de viagem levavam certo tempo para publicação; alguns relatos eram tidos como segredo de Estado). De acordo com Bernard Émery: A relação cronológica, e daí ideológica, entre o aparecimento das caravelas portuguesas nas imediações daquilo que devia se chamar Porto Seguro, em abril de 1500, e a publicação da obra fundadora de Thomas More, A Utopia, em 1516, em Lovania, é geralmente pouco conhecida ou considerada como inexistente, a não ser que se trate globalmente do impacto do Novo Mundo na formidável ebulição mental do Renascimento europeu (ÉMERY, 2007, p. 73).

Fica difícil acreditar que foi por acaso que Thomas More não deixou expressa uma localização geográfica da ilha de Utopia. O Helenismo presente na narrativa de More obrigava sua escrita a manter esse ideário distante e ao mesmo tempo gerar esse paralelo com a realidade, realidade esta que no caso da ilha de Utopia buscou respaldo nas descrições de Caminha ao Rei de Portugal (ÉMERY, 2007).

Xilogravura de Ambrosius Holbein para edição de 1518. Não é a toa que o Brasil foi primeiramente conhecido como Ilha de Vera Cruz. O imaginário de “Ilha Brasil” e Ilha de Utopia se completam.

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Sampaio Goes (1991) aborda essa ideia de uma descrição de Ilha nas terras brasileiras. O mito de que o Brasil era uma ilha isolada do restante do continente perdurou por bastante tempo, e foi representado em vários mapas de diferentes épocas. A Pindorama dos índios não era geograficamente estruturada (não na ideia de geografia utilizada pelos colonizadores), mas baseada nas informações dos indígenas e nas análises dos intelectuais que desembarcavam no Brasil, dando, assim, credibilidade ao mito. Como exemplo, temos o mapa de Ruscelli de 1599:

A “Ilha Brasil” no mapa italiano de Ruscelli (1599). Além do mapa do italiano Ruscelli, no qual existe uma curiosa insurgência de um vulcão, outros materiais históricos e cartográficos foram produzidos mantendo ‘cientificamente’ comprovado o mito da “Ilha Brasil”. Nas palavras de Goes (1991): “é certo que se pode ver uma ilha Brasil em vários mapas antigos; é certo que Portugal procurou ocupá-la com ações contínuas no Prata e no Amazonas [...]. Um outro exemplo cartográfico da Ilha Brasil é do britânico Rotz, no qual é possível ver como um apêndice de terra ao lado do continente a ilha batizada como “The Land of Brazil”:

A “Ilha Brasil” no mapa-múndi inglês de John Rotz (1542) Além dos relatos cartográficos também é possível ler a “Ilha Brasil” nas produções literárias brasileiras. Goes utiliza uma citação, emprestada do Cortesão, em que menciona um trecho da obra do padre Simão de Vasconcelos: Contam os índios versados no sertão que, bem no meio dele, são vistos darem-se as mãos estes dois rios [o Prata e o Tocantins] em uma lagoa famosa ou lago fundo de águas que se ajuntam das vertentes das grandes serras do Chile e Peru, e demora sobre as cabeceiras do rio que chamam São Francisco, que vem desembocar ao mar em altura de dez graus e um quarto; e que desta grande lagoa se formam os braços daqueles grossos corpos... que... abarcam e torneiam todo o sertão do Brasil... Verdade é que, com mais larga volta , se avistam mais no interior da terra [o Prata e o Amazonas] (GOES, 1991, p. 75).

Um dos aspectos mais interessantes, naquilo que tange o formato desta pesquisa, é a questão da veracidade. Em teoria literária, pode-se dizer, considera que é exatamente a ausência de veracidade que possibilita o mito em si (LEACH, 1983), contudo é costumeira a tentativa de propagadores do mito de atribuir a condição de verdade às vozes que narram o mito. Buscar respostas cartesianas para propostas míticas não é algo incomum. Sampaio Goes (1991) dá ao leitor indícios de que o mito em torno da “Ilha Brasil” (sendo utilizada enquanto alegoria para a Ilha de Utopia) possuía base teórica não só

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nas dimensões passadas pelos indígenas, mas também em observações feitas por viajantes: Na área do Distrito Federal encontram-se, quase se tocando, as nascentes de rios das bacias do Prata e do Araguaia-Tocantins (e também a do São Francisco). Nas proximidades de Planaltina, no Parque das Águas Emendadas, existe o que um folheto da Secretaria de Agricultura do Governo do Distrito Federal, de 1979, chama, provavelmente com exagero, “um dos mais extraordinários fenômenos hídricos do mundo”. Nas extremidades de um pântano, estreito e comprido, nascem dois córregos que vão lançar suas águas, um no rio Maranhão, tributário do Tocantins, outro no rio São Bartolomeu, que pertence à bacia do Paraná. Se se quisesse forçar mais a coincidência do mito com a realidade, poderia ser lembrado, primeiro, que o pântano pode ter sido um lago e, depois, que bem próximo existe realmente uma lagoa, a histórica Lagoa Bonita, sempre mencionada por visitantes ilustres do Planalto Central, como Varnhagen e Luis Cruls (GOES, 1991, p. 74).

Jaime Cartesão, vindo de Portugal e apaixonado por historiografia (RIBEIRO, 2015), já usava em seus estudos o mapa-múndi de Bartolomeu Velho (GOES, 1991). Produzido em Lisboa, em 1561, o mapa narra esta citação acima mencionada:

Mapa-múndi, Bartolomeu Velho (1561) – Museu Naval de La Spezia. In: CINTRA, 2013. É possível ver, no mapa de Bartolomeu Velho, o território lusófono banhado pelo mar e no centro do mapa vários rios finos e extensos, saindo de duas nascentes principais e recortando a “Ilha Brasil” do continente, e desaguando no Prata. Também é possível ver os traços desses rios (embora

uma das legendas esteja sobreposta àquilo que seria o encontro de vários deles) na Carta Geral do Brasil, o mapa das capitanias hereditárias de Luís Teixeira (1568):

Mapa das Capitanias Hereditárias: Carta Geral do Brasil. Luís Teixeira. In: CINTRA, 2013. Da Ilha Brasil

à compreensão

de que o Brasil

era parte,

geograficamente falando, da parte sul da América, foi um processo geopolítico. O processo que fez a América Hispânica se tornar América Latina foi mais identitário e político do que geográfico. Todavia é preciso ressaltar que os processos geográficos e geopolíticos também são definidores de identidades. É o que acontece com o conceito de América Latina, que é ao mesmo tempo

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geográfico, linguístico, político e cultural (DINIZ, 2007). A própria ideia de América Latina surgiu de uma construção francófona (ARDAO, 1965) e se reformulou com subsídios exógenos e endógenos até encontrar seu lugar na identidade da região. Da Ilha Brasil ao Brasil Latino percorremos um longo trajeto. Trajeto esse que alguns autores, a exemplo de Bethell (2009), tem dificuldade em reconhecer. Quando Bethell diz que o Brasil não faz parte da ideia de América Latina (e que nunca o fez) ele está descartando uma identidade que foi e é construída nas terras brasileiras pouco a pouco. É preciso lembrar que não existe um contrato dizendo quem ‘fundou’ a América Latina e quais são os prérequisitos para fazer parte deste grupo. Mais importante ainda é frisar que a América Latina é uma ideia. Proponho desta forma, uma leitura do mito “Ilha Brasil” como um afastamento físico que teve suas marcas, embora singelas, no afastamento ideológico do Brasil em relação ao restante da América Latina, mantendo, então, o Brasil “ilhado” por tanto tempo no sul da América. CONSIDERAÇÕES FINAIS A Literatura de Viagem é um gênero literário que engloba vários aspectos do “outro”, agrupa várias características, relatadas por viajantes, que acabam como ferramenta de poder nas mãos dos colonizadores e exploradores. A etnografia (como relato descritivo de diversas etnias, culturas e suas características antropológicas e sociais, registros culturais), assim como a etnologia (estudos etnográficos) são fenômenos de forte presença e impacto no século XIX e cruciais para o desenvolvimento de uma “história da humanidade” (RUBIÉS, 2002). Todavia já existiam relatos etnográficos nos textos mais antigos, essa etnografia dos relatos mais antigos é comumente associada à ideia de mito, pois eram sempre repletos de fantasias e imaginário. Imaginário esse que muitas vezes, como o caso das amazonas, já vinha pré-moldado e era “encontrado” no Novo Mundo (WHITEHEAD, 2002). As narrativas do Novo Mundo estão escritas em línguas europeias (MIGNOLO, 2008). Os ideários que se formam pouco tem do índio das terras brasileiras, o mito da “Ilha Brasil” é também uma fabricação ocidental que buscou respaldo e comprovação através das mais variadas fontes intelectuais.

O formato geográfico do Brasil, assim como da América do Sul (e do continente como um todo) demorou alguns séculos para ser representado como conhecemos hoje. Na sequência, a história presenteou a região com processos que geraram batalhas e assim delimitaram Estados e regiões, e compuseram diferentes narrativas de luta e pertencimento, não muito distantes desses processos geopolíticos que moldavam a identidade da região. Na voz de Neruda em “Los Versos del Capitán”: Cuando miro la forma de América en el mapa, amor, a ti te veo: las alturas del cobre en tu cabeza, tus pechos, trigo y nieve, tu cintura delgada, veloces ríos que palpitan, dulces colinas y praderas y en el frío del sur tus pies terminan su geografía de oro duplicado. [...]Y así mi patria extensa me recibe, pequeña América, en tu cuerpo (NERUDA, 2012 [1952]).

Assim como a ideia de América Latina ainda busca se reafirmar, se remodelar (na busca de inclusão de vozes prejudicadas em sua narrativa), e se reajustar às mais diversas realidades de seu território, a ideia de Brasil Latino também é um processo. REFERÊNCIAS ARDAO, Arturo. La idea de Latinoamérica. Montevidéu: Marcha, 1965. BETHELL, Leslie. O Brasil e a ideia de “América Latina” em perspectiva histórica. Estudos Históricos, Rio de Janeiro, v. 22, n. 44, , p. 289-321, jul-dez 2009. Disponível em: <http://www.scielo.br/pdf/eh/v22n44/v22n44a01.pdf > Acesso em 05 jun. 2017. BOMFIM, Manoel. A América Latina – Males de Origem. Rio de Janeiro, RJ: Topbooks Editora, 2005 [1905].

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RESSIGNIFICAÇÃO HISTÓRICA E HISTORIOGRÁFICA NA AMÉRICA LATINA: UMA PERSPECTIVA DECOLONIAL DA FUNDAÇÃO DO ESTADO-NAÇÃO E DOS FORJAMENTOS DAS IDENTIDADES NACIONAIS NA ZONA LATINOAMERICANA1 LA RESIGNIFICACIÓN HISTÓRICA E HISTORIOGRÁFICA EN AMÉRICA LATINA: UNA PERSPECTIVA DECOLONIAL DE LA FUNDACIÓN DEL ESTADO-NACIÓN Y DE LAS IDENTIDADES NACIONALES EN LA ZONA LATINOAMERICANA Cauê Almeida Galvão2 (Universidade Federal da Integração Latino-americana – UNILA) RESUMO Aborda debates que entrecruzam a transdisciplinaridade que caminha no entorno das Ciências Humanas, desde a história, educação e antropologia até a construção de um processo possível de reconstrução histórica e historiográfica da zona latinoamericana. A ideia de zona de indiscernibilidade, à luz de Deleuze e Guattari, referencia a não divisão de processos, por meio de construções históricas com recortes de delimitação geográfica ou cultural. Portanto, neste ensaio, a denominação zona conecta-se à tentativa de compreender o devir humano, desprendendo-se da estrutura dualógica que constrói as identidades nacionais, consolidadas sobre os pilares divisionais da estrutura colonizadora de superioridade/inferioridade e é posta através das sensações, controles dos corpos, linguagens e construção histórica eurocêntrica do real e do imaginário, pressupondo a negação da diversidade. Ao invés de transformação, objetiva propor a crítica contemporânea e coincidente com o processo coletivo de desconstrução dos padrões educacionais e culturais, atrelado ao processo de decolonialidade dos saberes e poderes, bem como a síntese do conceito foulcautiano de biopolítica. Nesse contexto, as teorias da colonialidad/decolonialidad, acrescidas à reflexão crítica sobre os processos educacionais, poderá contribuir para a compreensão da interferência nos processos de garantia das múltiplas identidades na zona latinoamericana.

Ensaio apresentado e discutido em espanhol durante o Primer Congreso Internacional de Facultades de Humanidades: “De la sociedad tecnológica, al rescate del pensamiento legítimo y ético” entre los dias 12 y 14 de septiembre de 2016, en el Campo Ferial Chukiago Marka, La Paz, Bolivia. Essa produção se trata de uma nova versão um pouco mais ampliada e em língua portuguesa. 2 Historiador da América Latina e, atualmente, Mestrando do Programa Interdisciplinar em Estudos Latino-Americanos da Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA). Tem interesse por temas relacionados à História da América Latina, Movimento Anarcossindicalista no Brasil, Colonialidade dos saberes e poderes, Decolonialidade, Movimentos Sociais Contemporâneos, Educação Libertária, Cultura RAP, Produção audiovisual, Antiproibicionismo e Autogestão. Contato: cauealmeidagalvao@gmail.com 1

Palavras-chave: decolonialidade. RESUMEN

Identidades

nacionais;

desconstrução

historiográfica;

Trata de debates que se entrecruzan en la transdisciplinaridad que camina acerca de las ciencias humanas, desde la historia, educación y antropología hasta la construcción de un proceso posible de reconstrucción histórica e historiográfica de la zona latinoamericana. La idea de zona de indiscernibilidad, a la luz de Deleuze y Guattari, hacen referencia a una no división de los procesos, por medio de construcciones históricas con cortes de delimitación geográfica o cultural. Por lo tanto, en este ensayo, la denominación zona se conecta a un intento de comprender el devenir humano, alejándose de la estructura dual que construye las identidades nacionales, afirmadas sobre los pilares divisionales de la estructura colonizadora de superioridad/inferioridad y es puesta a través de las sensaciones, controles de los cuerpos, lenguajes y construcción histórica eurocéntrica del real y de lo imaginario, sosteniendo con anterioridad la negación de la diversidad. En lugar de transformación, tiene como objetivo proponer la crítica contemporánea y coincidente con el proceso colectivo de desconstrucción de los patrones educacionales y culturales, vinculados al proceso de decolonialidad de los saberes y poderes, así como la síntesis del concepto foucaultiano de biopolítica. En este contexto, las teorías de la colonialidad/decolonialidad, sumado a la reflexión crítica sobre los procesos educacionales, podrán contribuir para la comprensión de la interferencia en los procesos de garantía de las múltiples identidades en la zona latinoamericana. Palabras clave: Identidades nacionales; des-construcción historiográfica; decolonialidad.

1. As condições construtivas do processo histórico e historiográfico latinoamericano. Las caras más bonitas que he conocido, soy la fotografía de un desaparecido. Soy la sangre dentro de tus venas, soy un pedazo de tierra que vale la pena. soy una canasta con frijoles, soy Maradona contra Inglaterra anotándote dos goles. Soy lo que sostiene mi bandera, la espina dorsal del planeta es mi cordillera. Soy lo que me enseño mi padre, el que no quiere a su patria no quiere a su madre. Soy América latina, un pueblo sin piernas pero que camina. (Calle 13 – Latinoamérica) 3 Referência musical - Calle 13, Latinoamérica. Disponível em: <https://www.youtube.com/watch?v=DkFJE8ZdeG8 >.Acesso em: 30 abr.2017. 3

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Os processos de construção históricos e historiográficos na América Latina carregam em seu bojo a carga do processo de colonização, tornando-o responsável principal pelo avanço civilizatório de Estados-nações originais, recriando figuras míticas, de forma suavizada, do poder central. Tais

processos,

sobretudo

educacionais,

abarcam

liames

recolonização da região, sob a proposta de colonização que encerra a partir das independências e afirma que nos tornamos livres, pois independíamos das colônias europeias. A realidade histórica, entretanto, aponta que a colonização sobreviveu em outra roupagem, porquanto, em relação aos processos decisórios, permanecemos colonizados nos processos de saberes e construção de identidades forjadas na superioridade do colonizador em detrimento da guetização do colonizado. A suposta independência requer novas reflexões: É que um regime de independência substituiu o da inseparabilidade (independência das variáveis, dos axiomas, e das proposições indecidíveis). Mesmo os mundos possíveis, como condições de referência, são cortados do conceito de Outrem que lhes daria consistência (de modo que a lógica se acha estranhamente desarmada diante do solipsismo). O conceito em geral não tem mais uma cifra, mas um número aritmético; o indecidível não marca mais a inseparabilidade dos componentes intencionais (zona de indiscernibilidade) mas, ao contrário, a necessidade de distingui-los, segundo a exigência da referência, que torna toda consistência (a autoconsistência) "incerta". (DELEUZE; GUATTARI, 2010, p.179)

Nesse sentido, a perspectiva da colonialidad dos saberes e poderes pensadas evidencia a tessitura de consolidação da identidade histórica da zona: Na América, a ideia de raça foi uma maneira de outorgar legitimidade às relações de dominação impostas pela conquista. A posterior constituição da Europa como nova identidade depois da América e a expansão do colonialismo europeu ao resto do mundo conduziram à elaboração da perspectiva eurocêntrica do conhecimento e com ela à elaboração teórica da idéia de raça como naturalização dessas relações coloniais de dominação entre europeus e não-europeus. Historicamente, isso significou uma nova maneira de legitimar as já antigas idéias e práticas de relações de superioridade/inferioridade entre dominantes e dominados. Desde então, demonstrou ser o mais eficaz e durável instrumento de dominação social universal, pois dele passou a depender outro igualmente universal, no entanto mais antigo, o intersexual ou de gênero: os povos conquistados e

dominados foram postos numa situação natural de inferioridade, e conseqüentemente também seus traços fenotípicos, bem como suas descobertas mentais e culturais. (QUIJANO, 2005, p.2)

Para o autor, a construção coletiva das identidades nacionais relegou aos negros e indígenas a condição subalterna de seres exóticos e alheios a qualquer processo de construção histórica do que poderia consolidar o espaço que se desenhava através das divisões territoriais pelas elites locais (criollos e interesseiros), que viria determinar os processos de construção dos Estadosnações e a consequente fundação das identidades nacionais. Pautadas sobre a lógica da unidade nacional e a produção de apagamentos históricos dos povos originários e negros, por meio da concepção de generalizações históricas e estáticas dos processos de divisão entre europeu e não-europeu, as identidades nacionais passaram a ser definidas não mais pelos europeus, porém por sujeitos da zona que estudaram e tiveram contato com formas e pensamentos europeus. Imbuídos pelo discurso elitista utópico das revoluções francesa e estadunidense, ratificaram o processo de dissolução e apagamento historiográfico dos não-europeus, a fim de legitimar uma identidade nacional branca, fortalecida pela eugenia racial da época, permitindo que os processos de avanço civilizatório fossem melhor aceitos pelas colônias anteriores, transformadas em modelos de civilização almejados. Este generalismo cultural tratou-se de um processo histórico estratégico, idealizado pelos europeus a partir dos processos de independência na América Latina, assim descrito: A incorporação de tão diversas e heterogêneas histórias culturais a um único mundo dominado pela Europa, significou para esse mundo uma configuração cultural, intelectual, em suma intersubjetiva, equivalente à articulação de todas as formas de controle do trabalho em torno do capital, para estabelecer o capitalismo mundial. Com efeito, todas as experiências, histórias, recursos e produtos culturais terminaram também articulados numa só ordem cultural global em torno da hegemonia europeia ou ocidental. Em outras palavras, como parte do novo padrão de poder mundial, a Europa também concentrou sob sua hegemonia o controle de todas as formas de controle da subjetividade, da cultura, e em especial do conhecimento, da produção do conhecimento. (QUIJANO, 2005a, p.5)

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Torna-se premente, a partir de tais esclarecimentos, o desenvolvimento de uma produção historiográfica que questione a história e, principalmente, a educação do ensino de história na América Latina, por meio da interação das potencialidades que essas produções trazem para os processos de diversidade cultural, fundamental para a transformação transcultural das perspectivas produzidas dentro da zona latinoamericana. Atualmente, embora tal transformação esteja ocorrendo, observa-se a permanência de traços dos modelos eurocentrados, corroborando com a solidificação dos processos de opressão, incrementados pela produção histórica pautada na desvaloração dos povos originários, na negação da importância dos negros na construção da identidade da zona, bem como a sólida e necessária imagem de líderes para a ordem lógica do Estado- nação, sobretudo homens, revelando outro aspecto importante nesse processo, o gênero. Nesse contexto, refletir sobre as teorias da colonialidad/decolonialidad intentará contribuir para um processo crítico de questionamento dos processos educacionais, ancorado por referências históricas e historiográficas, que perpassam determinados recortes que poderão constituir e definir os processos de construção e interferência das multiplas identidades da zona latinoamericana. Tais processos e métodos propiciarão o debate sobre a estrutura de fundação dos Estados-nacionais na América Latina e os processos adjacentes do forjamento de identidades nacionais únicas. Estas estratégias operaram diversos dispositivos implementados pelas instituições do Estado e do controle de corpos e mentes, fundamentados por meio da estrutura jurídica liberal, resultando na negação de um processo de luta e resistência latinoamericano na construção e manutenção de suas tradições locais, levando à compreensão da tessitura em que as instituições são parte do processo de colonização, assim como os instrumentos legislativos que nos regem: A lei não é pacificação, pois, sob a lei, a guerra continua a fazer estragos no interior de todos os mecanismos de poder, mesmo os mais regulares. A guerra é que é o motor das instituições e da ordem: a paz, na menor de suas engrenagens, faz surdamente a guerra. Em outras palavras, cumpre decifrar a guerra sob a paz: a guerra é a cifra mesma da paz. Portanto, estamos em guerra uns contra os outros; uma frente de batalha perpassa a sociedade

inteira, contínua e permanentemente, e é essa frente de batalha que coloca cada um de nós num campo ou no outro. Não há sujeito neutro. Somos forçosamente adversários de alguém. (FOUCAULT, 2010, p.43)

Sob o raciocínio foulcautiano, da escolha entre um campo ou outro, este ensaio dispõe-se ao lado dos de abajo, dos povos latinoamericanos e suas resistências e tradições culturais. Trata-se de apologia à ressignificação histórica e historiográfica dos processos de construção das identidades nacionais e a consequente segregação na zona latinoamericana, justificada pelas aparentes diferenças, ao invés de potencializá-las por meio de nossas semelhanças e diversidades. 2. Inventar para dividir: as criações das identidades nacionais e a exclusão do exótico ao modelo ocidental eurocentrado “Se esta transformando América, en una doctrina equanime, contando de forma unánime, otro gobierno benéfico, adios al juego perplexico de tu imagen paleolítica, por pinchecata y raquítica yo que no nunca he sido drástico, te digo en tono sarcástico, política sifilítica”. (Sistema Bomb – Política Sifilítica) 4

A partir do século XIX, principalmente com os processos de independência iniciados com o levante no Haiti, os modelos de organização social passaram a ser articulados sem desprender-se das raízes dos sistemas de governo coloniais. Todavia, a necessidade do discurso de modernização dessas jovens sociedades independentes se fazia muito forte através de uma elite fincada sobre o trabalho escravo, a perseguição e caça de indígenas e seus territórios, em um processo de transição para um capitalismo periférico. Assim, essa elite passa a ter em seus filhos (criollos ou luso-brasileiros), a ponte que vincula o discurso eurocentrado de eugenia à consagração mítica dos líderes, mantendo o discurso de poder governante positivista que a zona brasileira ostenta na bandeira (ordem e progresso), bem como a ideia da organização social Referência musical Sistema Bomb, Política Sifilítica. <https://www.youtube.com/watch?v=sM6i0olQCq8>. Acesso em: 01 mai.2017. 4

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do Estado-nação, a fim de consolidar a imagem e produção histórica e historiográfica do imaginário possível de avanço civilizacional, produzindo estruturas para o forjamento das identidades. Observa-se, contudo, que esses espaços coloniais traziam as marcas do processo de serem colônias durante 300 anos e tal condição histórica - para os pensadores e intelectuais - fazia da zona latinoamericana um processo contínuo de eterna periferia. Embasados no raciocínio das marcas implícitas, os intelectuais e agentes políticos das elites articularam, estrategicamente, o processo das identidades nacionais sob a égide do imaginário da modernidade capitalista, sobretudo o recorte de raça e gênero para forjar não apenas os imaginários sociais políticos e de governo, porém igualmente a estrutura do branqueamento populacional tão abordada em diversos trabalhos das cores e dos conceitos de mestiçagem. Denota-se, nestes processos, a prevalência do branqueamento de saberes (silenciamento das outras formas “exóticas” ao europeu e seu modus vivendi), dos poderes (fortalecimento do imaginário do Estado-nação e de suas estruturas de defesa dos privilégios, pela violência) e o arquitetamento de dispositivos que legitimarão, sempre em pequenas parcelas privilegiadas do poder de decisão, as decisões coercitivas as quais os sujeitos involuntariamente aderem ao sujeitar nascer dentro desse código de condutas, oriundas da dependência dos códigos morais religiosos. Esta ambiência pode ser percebida no relato do caso colombiano de La Regeneración, descrito como um “retrocesso histórico en el que se consolidaron la Iglesia católica, la educación confesional y clerical, y una mentalidad dogmática y anti-científica. ” (AGUILERA, 1997, apud RUIZ, 2011, p.18). Esse retrocesso refere-se ao paradoxo da intenção de transformar-se em civilizado, em contraste com as resistências dos povos originários e negros que passaram a ser selecionados por meio de diversos dispositivos (trabalho, educação, renda, direitos básicos privatizados, entre outros), despojados de elementos para uma estruturação social que os considerasse como possibilidades. Essa não-possibilidade se sustenta por meio da divisão racial do trabalho retratada anteriormente por Quijano, mas igualmente pela construção histórica das

elites no apagamento5 memorial dos processos de resistência a estrutura de Estado-nação e identidade nacional no entorno da zona latinoamericana, com suas multiplicidades divergentes e congruentes, descrito pelo conceito de etnogênese de Pacheco de Oliveira (2004). Assim, a ideia de uma invenção das identidades poderá contrapor a perspectiva de um processo linear, constituído dos avanços possíveis perpetrados pelos descobrimentos e a consolidação de uma civilidade possível, permeado pelas transformações arquitetônicas, visuais, históricas, sociais e políticas e, posteriormente, com o forjamento dessas transformações de discursos, buscando a unidade nacional por meio da identidade. Nota-se que tais estratégias diligenciavam a legitimação dos aspectos referentes à divisão social e a possibilidade de o Estado-nação exterminar todos os sujeitos divergentes aos regimes autoritários, buscando a unidade não pela consensualização de convivência, porém para legitimar sua diferença e colocá-la como uma pirâmide de ascendências nos processos evolutivos anteriormente construídos. 3 Sustentação das identidades nacionais e os processos de instituição dos estereótipos e do extermínio Violenta es la venta de tus derechos y de hecho, es un robo el cobro en educación, salud y techo. Violento es el apropiamiento empresarial de todos los bosques, los mares y el hábitat que van a devastar. Pero eso no sale en la prensa que trensa mensajes con eficiencia pa vencer la resistencia, y es que su estado es la violencia organizada de la clase alta, contra la que labora por casi nada. (Portavoz y Subverso – Donde empieza) 6

A partir dessa mirada rizomática apresentada, coloca-se a necessidade de observar os processos de construção dos imaginários que se solidificaram por meio do discurso da identidade nacional e fortalecimento do Estado. Cf. Trabalhos de valorização das memórias e saberes dos povos originários, realizados pela Organização Não Governamental (ONG) “Vídeo nas Aldeias”. Disponível em: <http://www.videonasaldeias.org.br/>. Acesso em: 06 mai.2017. 5

6 Portavoz y Subverso, Donde empieza. <https://www.youtube.com/watch?v=8dWK5xmAbHc>.Acesso em: 02 mai.2017.

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Ressalta-se não apenas os aspectos econômicos, mas igualmente, os aspectos histórico-culturais, a fim de garantir o poder de governar por intermédio do medo, apresentado como um molde representativo na zona latinoamericana: Os Estados deixam de ser empresários e tornam-se policiais. Os presidentes se transformam em gerentes de empresas estrangeiras. Os ministros da economia são bons tradutores. Os industriais se transformam em importadores. Os mais dependem cada vez mais das sobras dos menos. Os trabalhadores perdem seus trabalhos. Os agricultores perdem suas terrinhas. As crianças perdem sua infância. Os jovens perdem a vontade de acreditar. Os velhos perdem sua aposentadoria. “A vida é uma loteria”, opinam os que ganham. (GALEANO, 2011, p.85)

A predisposição incutida pelas elites forjadoras da identidade única à zona latinoamericana

consolidou,

apoiada

nas

estruturas

educacionais

nos

instrumentos de poder, uma sólida marca de governança representada pela estratégia do medo e da contraposição da existência de um Estado democrático de direitos, bem como o estado constante e internalizado de exceção. Assim, tornou-se possível legitimar as diferenças do que se consolida como identidade nacional ao contraste a ser tomado como inimigo: A exceção é uma espécie de exclusão. Ela é o caso singular, que é excluído da norma geral. Mas o que caracteriza propriamente a exceção é que aquilo que é excluído não está, por causa disto, absolutamente fora da relação com a norma; ao contrário, esta se mantém em relação àquela na forma de suspensão. A norma aplica-se a exceção desaplicando-se, retirando-se desta. O estado de exceção não é, portanto, o caos que precede a ordem, mas a situação que resulta da suspensão. Neste sentido, a exceção é verdadeiramente, segundo o étimo, capturada fora (ex-capere) e não simplesmente excluída. (AGAMBEN, 2004 apud D’ELIA FILHO, 2015, p.88)

Na realidade brasileira, esse aspecto da exceção apresenta-se como um processo de continuidade na contemporaneidade do pós-ditadura civil-militar. O processo ocorreu não só internamente, porém atrelado aos discursos externos como a política de guerra às drogas, consolidada no ano de 1971 pelo presidente estadunidense Richard Nixon, amplamente aplicada na zona latinoamericana.

Nesse contexto do inimigo interno, contextualiza-se o processo histórico ocorrido no caso da zona brasileira: Todo esse discurso construído no período do golpe militar, circulante na sociedade civil, sob a égide do Ato Institucional N°5, é incorporado pelos operadores do sistema de justiça criminal pósditadura, que se utilizam do modelo da defesa social ao promover a legitimação do poder punitivo do Estado na luta contra a criminalidade. É mantida assim uma estratégia de atuação policial repressiva, com características militares, numa cultura de intolerância ao crime e ao criminoso, fomentada pela remilitarização da segurança pública e legitimada a partir da reinvenção do “inimigo interno”. (D’ELIA FILHO,2015, p.36).

A intolerância ao crime e ao criminoso legitimará processos de extermínio alicerçados, sobretudo, na condição econômica, racial, étnica e de gênero. Tomando como exemplo a zona brasileira e sua atuação na política internacional de guerra às drogas, observa-se que as pessoas que mais se encontram encarceradas e são mortas por policiais em serviço são pessoas negras, pobres, mulheres e moradoras de zona em estado de exceção, em que direitos basais não são respeitados, posto que a lógica desses direitos se vincula à lógica do direito ao consumo. Por conseguinte, o poder punitivo torna-se uma relação determinada pela condição econômica e não originariamente como instrumento de justiça e equidade. Sob tal perspectiva, o juiz da Corte Interamericana de Direitos Humanos apresenta análise revisada do exercício do poder punitivo do Estado: Ao revisarmos o exercício real do poder punitivo, vemos que esse sempre representou um hostis, em relação ao qual operou diferenciada, com tratamento discriminatório, neutralizante e eliminatório, a partir da negação da sua condição de pessoa, ou seja, considerando-o basicamente em função de sua condição de coisa ou ente perigoso. (ZAFFARONI, 2007 apud D’ELIA FILHO, 2015, p.107- 108).

Salienta-se que a consolidação do inimigo interno pode ocorrer tanto por meio dos processos internos quanto dos externos, perpetrada pelas lógicas de governança internacionais e estruturação de uma unidade em escala global e de

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controle total, incluindo castrações culturais, exemplificada pela política de guerra às drogas anteriormente mencionada. Além da questão cultural, percebe-se a construção dos inimigos internos para um processo de globalização. Observa-se que, mesmo os processos na zona denominados progressistas (notadamente, uma lógica positivista) abarcam uma perspectiva desde a mirada das reformas sociais, afastando as possibilidades de uma transformação que inverta um dos processos de maior força no processo de colonialidade dos saberes, poderes, corpos, da natureza e gênero: os processos de formação dos Estados-nações e produções de patrimônios culturais que distinguem o cultural do folclórico. Os casos que ampliaram seus Estados-nacionais para plurinacionais, todavia, excluíram muitos outros pluris que não caminham para o interesse centralizado dos processos decisórios e de representatividade dentro de uma multiplicidade. Assim, esse aspecto plurinacional apresenta um fator que, para ter efetiva transformação real das estruturas e não a intenção de reformar, deve ter como meta determinante, o caminho sobre os eixos da produção e potencialização do debate e ação da diversidade cultural na zona latinoamericana. Ou seja, por meio de processos produtivos de conhecimento originário e interseccionalizado e, de dentro dessa diversidade, não buscar uma unidade de discursos, se não que, a perspicácia e liberdade para as continuidades na intensidade dos tempos e das culturas e tradições que a zona latinoamericana traz consigo, apesar dos diversos processos de castração ou tentativa de fazê-lo mediante os fragmentos historiográficos eurocentrados impostos nos moldes educacionais e a visão binária cristã/ocidental de determinação de verdades absolutas nos processos de solidificação do Estado-nacional e o imagético da identidade nacional de cada fragmentação da zona. Sob

eixo

reflexivo,

aporte

desponta

sobre

processos

contemporâneos dos Estados plurinacionais, em uma crítica sensata à cooptação dos discursos inseridos nos sistemas legislativos desses novos Estados: Un error clave fue creer que el Vivir Bien podía ser plenamente desarrollado desde el poder estatal, cuando en realidad el Vivir

Bien es una propuesta que se construye desde la sociedad. La constitucionalización del Vivir Bien y el Buen Vivir ahondaron este espejismo e hicieron pensar que a través de un plan nacional de “desarrollo” desde el Estado se podía avanzar hacia el Vivir Bien cuando en verdad el secreto de esta visión está en el fortalecimiento de la comunidad, en el potenciamiento de su capacidad de complementariedad con otras comunidades y en la autogestión de su territorio. (SOLON, 2016, p.54)

Mantida estrategicamente em sigilo, a autogestão dos povos ocasionou uma transformação peculiar no processo latinoamericano, remetendo às marcas da resistência apresentadas anteriormente, jungidas ao avanço suposto. No entanto, este avanço apresenta- se envolto na ordem do Estado-nacional e da conjuntura mundial capitalista, resultando em entraves aos reais avanços dos povos da zona. O autor supracitado analisa o processo de colonialidade desenvolvido pelas instituições que intencionam normalizar e despotencializar as formas autônomas de estruturação fora do pensamento centralizador do Estado-nação. Sin una democracia real y efectiva no es posible avanzar en la autogestión, la autodeterminación y en el potenciamiento de las comunidades y organizaciones sociales que son esenciales para el Vivir Bien. El ejercicio de la democracia entraña limitar el poder de los poderosos y del propio Estado. Si el gobierno central instrumentaliza la participación popular, copta a las organizaciones sociales y controla los diferentes poderes del Estado, se inviabiliza la construcción de una democracia real. Ésta democracia es una pieza clave en la construcción del Vivir Bien a nivel de un país o una región porque todo gobierno y pueblo van a cometer errores en la construcción de una nueva eco-sociedad, y la única forma de detectarlos, corregirlos y re-imaginar nuevos caminos es con el concurso de todos. (SOLON, 2016a, p.71-72)

De acordo com o autor, torna-se primordial re-imaginar e reinventar-se, pois se compreende claramente que os processos contemporâneos de colonialidade podem ser considerados partes integrantes dos processos de governança e controle global, por meio de estruturas moldadas em pilares democráticos, especialmente no apagamento pelas generalizações históricas. 4. América Latina decolonial como zona de potencialidades incômodas Yo no entiendo como la gente se cree lo que dicen en la tele y los gobiernos yo no entiendo, no no.

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Somos ignorantes en las manos de cabrones que nos engañan y utilizan para construirse sus mansiones, nos roban y nos juzgan, nos joden, nos empujan Somos esclavos de un sistema capitalista en la jungla. (Green Valley– Inmigrantes) 7

Propor a desconstrução dos processos que consolidaram as construções históricas para legitimação de identidades nacionais na zona latinoamericana, torna-se de suma importância para a projeção de perspectiva desde abajo e de lo diverso, que contrapõe-se aos processos de colonialidad fortificados nas instituições de ensino da zona, e que corroboraram para uma inconsciente irrupção das tradições e pensamentos dos 50.000 anos de história de uma zona que, para o ensino básico corresponde apenas a 300 anos de colonização, de acordo com a lógica sequencial da independência e do republicanismo. Este status quo apresenta, portanto, uma linha teleológica de produção de silêncios, garantindo o controle dos corpos, mentes e decisões com seus dispositivos de legitimidade normatizadora. Assim, urge as mudanças educacionais do ensino básico ao superior, por meio de produção de discursos que desconstruam essas inverdades históricas, por meio de conexões rizomáticas, ou seja, não tomando como pressupostos datas, mitos ou eventos, mas antes continuidades e rupturas que se apresentam com as ressignificações e invenções históricas produzidas e sintetizadas através do discurso da verdade, antes da religião e posteriormente da ciência acadêmica, mas sobretudo, violenta e estigmatizante da zona e sua consolidação estrutural de Estados-nações. Esse processo de transformação educacional faz-se determinante nos processos de desconstrução de discursos, pelo seguimento de uma linha contínua, hodiernamente produzida e reproduzida. Observa-se, a seguir, a análise sucinta e esclarecedora que assevera: La mayoria de publicaciones historiográficas del siglo XX pasaron la idea de una América joven, con edad aproximada de 500 años; un continente sin historia aborigen que negó cualquier posibilidad identitaria enraizada en culturas diversas y vivas que habían 7 Referencia musical Green Valley, Inmigrantes. Disponível <https://www.youtube.com/watch?v=RWQ3dGR7ss4>. Acesso em: 02 mai.2017.

em:

sobrevivido a 300 años de colonización, en lucha por la vida, por la tierra y la libertad, hasta encontrarse con los siglos XX y XXI. (MENESES, 2016, p.23).

Diversos exemplos acadêmicos sequenciam a consolidação historiográfica citada,

aportadas

sobre

estruturas

pensamentos

eurocêntricos

que

contribuíram para confundir e atravancar os processos dos povos originários e negros, em torno de uma diversidade cultural no processo de consolidação de um imaginário mais multidiverso, dentro das zonas internas na grande zona latinoamericana. Um exemplo nacional é o pensamento de Darcy Ribeiro8, ilustre antropólogo, em torno da perspectiva em relação aos povos originários, denominados como indígenas pelo mesmo. Sua produção em relação à população originária foi concebida sob a lógica marxista, pautada nas relações binárias e no aspecto teleológico da história. Fundamentado sobre esses fatores que representam a perspectiva marxista, a assimilação era o caminho para os povos originários, na lógica capitalista da modernidade. Tendo em vista que o sistema capitalista se direciona para um locus global, pela lógica assimilacionista, ao fim do processo assim, esses povos seriam integrados à comunidade nacional/global. Para o antropólogo, a relevância de escrever sobre os indígenas seria dar visibilidade (posto que não são capazes por si mesmos) e, ainda, garantir que suas histórias fossem colocadas no pensar histórico do passado e, de acordo com o fator teleológico, “avançariam” coletivamente. Outro exemplo brasileiro recai na concepção de Gilberto Freyre9, que fundamenta questões sobre os negros, de forma resolutiva, embasado na miscigenação, considerando apenas o binarismo preto/branco, silenciando as resistências a partir do processo de cisão do sistema econômico escravagista,

Trata-se aqui da obra “O Povo Brasileiro”, em que o autor caminha pela linha do pensamento universalista assimilacionista, e neste contexto, legitima construção eurocentrada dos processos de silenciamento dos “exóticos” ao modus vivendi europeu/ocidental 9 Expõe-se, neste sentido, a consolidação nas academias brasileiras de história e ciências sociais no processo de cânones como Gilberto Freyre, Sérgio Buarque de Holanda ou Darcy Ribeiro, que trazem a perspectiva histórica pautada na binariedade marxista e sobretudo no silenciamento citado no texto através dos dispositivos usados para construção desses pensamentos como o universalismo assimilacionista e o predisposto teleológico da história. 8

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além da consolidação do processo de divisão racial piramidal das sociedades da zona, descrito anteriormente por Quijano. Assim, torna-se crível afirmar que a consolidação do processo de colonialidad não ocorre somente nos processos de fundação do Estado-nação com as elites e suas intelectualidades apropriadas do ocidente, mas, sobretudo, no limiar do século XX a partir da consolidação da história de curta duração e o ideal de que as verdades científicas tinham que ser inclusivas aos outros, determinando seus espaços históricos como limitados e limitantes. O processo de colonialidad, portanto, parte de um processo dependente e resiliente de construção dos estereótipos e o fortalecimento das divisões que sustentam a sociedade até a contemporaneidade dentro da zona latinoamericana. Nesse

aspecto,

decolonialidad,

por

meio

dos

dispositivos

desconstrução da historiografia latinoamericana, se apresenta como uma possibilidade de mirar desde a perspectiva sistema-mundo pensada por Wallerstein (1990), posteriormente adaptada por Dussel (1994) e diversos pensadores da colonialidad/decolonialidad. Tal possibilidade encetaria produções historiográficas que romperiam com esses moldes, por meio da crítica ao modelo sistema-mundo e suas consolidações estereotipantes das zonas divergentes ao padrão ocidental. Corroborando com as afirmativas ora apresentadas, apresenta-se a perspectiva e a relevância do processo de (des)construção educacional: Los racismos y sexismos sociales, políticos y económicos son mucho más visibles y reconocidos hoy en día que el racismo/sexismo epistemológico. No obstante, el racismo epistémico es la forma fundacional y la versión más antigua del racismo en cuanto la inferioridad de los «no occidentales» como seres inferiores a lo humanos (no humanos o subhumanos) se define con base en su cercanía a la animalidad y el último con base en la inteligencia inferior y, por ende, la falta de racionalidad. El racismo epistémico funciona a través de los privilegios de una política esencialista («identitaria») de las elites masculinas «occidentales», es decir, la tradición de pensamiento hegemónica de la filosofía occidental y la teoría social que rara vez incluye a las mujeres «occidentales» y nunca incluye los/las filósofos/as, las filosofías y científicos/as sociales «no occidentales». En esta tradición racista/patriarcal, se considera «Occidente» como la única tradición de pensamiento legítima capaz de producir conocimiento y como la única con acceso a la «universalidad», la

«racionalidad» y la «verdad». El racismo/sexismo epistémico ve el conocimiento «no occidental» como inferior al conocimiento «occidental». Dado que el racismo epistémico está involucrado con el patriarcado judeo- critiano y su sexismo epistémico, la ciencia que tiene a Occidente como su centro es una forma de racismo/sexismo epistémico que privilegia el conocimiento masculino «occidental» como el conocimiento superior en el mundo actual. (GROSFOGUEL, 2011, p.343)

Ressalta-se que esses trabalhos historiográficos representam uma ruptura com o modelo de pensamento hegemônico ocidental, e abrem uma fissura que expõe os processos que se solidificam por meio da estruturação das identidades nacionais, bem como os processos de silenciamento da violência, multiplas histórias e memórias originárias e/ou vinculadas à comunidade afrodescendente. Tais rupturas ocorrem simultânea e coletivamente com a organização mais horizontalizada dos povos originários e negros, em torno de suas perspectivas e anseios, planeando um apanhado histórico de ressignificações e a busca pela compreensão da diversidade entre os povos, inseridos em um sistema de direitos factuais. 5 Conclusão

Algunos psicópatas me tienen en la corte marcial. Según las reglas de la “Asociación de la Música Social” se supone que me deje la barba larga, que mi esposa sea fea que venda artesanías y que viva en una aldea. Se supone que renuncie a mi pasaporte y que todas las cosas que compre vengan de Corea del Norte. Una vez grabé en Miami, pero se supone que no vuelva la música de mi disco la tengo que grabar desde la selva. No puedo usar internet, por lo menos eso asumo se supone que me comunique por señales de humo. Si lucho por los pobres, económicamente los de abajo no puedo cobrar por mi trabajo no puedo tener plata en mis manos y si cobro algo, lo tengo que cambiar por pesos cubanos y cuando vaya a pagar mi casa por cuotas no puedo porque en mi colonia solo aceptan dólares, ¡Idiota! ¿Cuál es el libreto? Si lucho por los que no tienen educación, ¿tengo que ser analfabeto? Por eso soy multi-trillonario, soy tan millonario que me acabo de comprar todo el cabrón abecedario. (Calle 13 - Gato que avanza, perro que ladra) 10

Referencia musical - Calle 13, Gato que avanza, perro que ladra. <https://www.youtube.com/watch?v=N9csXRNdabM>. Acesso em: 01 mai.2017. 10

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Disponível em:

Espirales, v. 1, n. 1., Dez. 2017

Buscou-se, neste breve ensaio, propor o debate de uma perspectiva crítica e decolonial da fundação do Estado-nação e dos forjamentos das identidades nacionais na zona latinoamericana como parte integrante da desconstrução historiográfica e histórica em torno da região. Compreende-se que essa desconstrução historiográfica requer mudanças basilares e urgentes no sistema educacional desde los de abajo y diverso, bem

como

a desfragmentação de um modelo histórico gestado sobre as

ênfases da centralidade do poder dos corpos, mentes, morais e sexualidades, aspectos evidentes do sistema capitalista global, que engendra uma generalidade de discursos silenciantes das diversidades. Assim, cabe aos pesquisadores, educadores, estudantes, professores e todas as comunidades originárias e afrodescendentes produzir e reproduzir o empoderamento, permeado por debates sobre as diversidades culturais, a fim de compreendermos como sujeitos periféricos ocidentais ou ibérico, e deixamos de ser vistos como uma comunidade/zona diversa. Somente a partir desses processos de desconstrução teórica e prática, torna-se

possível

consolidarmos

uma

transformação

sintomática

nas

possibilidades e perspectivas diversas que orientam e fazem parte do extenso território da zona latinoamericana e, assim, caminhar conforme nossos tempos, culturas e tradições e livre do dispositivo que nos concentra a liberdade e nos determina sujeitos-parte de uma estrutura repressiva e moldante dos ritmos e continuidades do processo de colonialidad: o Estado-nação e a invenção das identidades

nacionais

unas.

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Espirales, Espirales,v.v.1,1,n.n.1., 1.,Dez. Dez.2017 2017

LA DOLARIZACIÓN ECUATORIANA: HEGEMONÍA, AUTONOMÍA Y DESARROLLO Mishell Pavón1 (Universidade Federal da Integração Latino-americana - UNILA) Resumen El presente trabajo trae una discusión teórica sobre lo que significa que el padrón internacional dólar sea utilizado como moneda nacional en Ecuador. El debate teórico gira en torno a la existencia de un orden internacional comandado por EE.UU., el cual se afirmó por medio de su diplomacia del dólar, y en el caso ecuatoriano se materializó de forma tangible y completa con la dolarización del 2000. Partiendo de esta premisa se busca entender cómo el hecho de que Ecuador no tiene moneda propia hiere directamente a su autonomía políticoeconómica. Sabiendo que no puede formular su propia política monetaria y cambiaria, se busca identificar también cómo esto afecta al desarrollo del país y especialmente el desarrollo por medio de la integración con su región. A este debate teórico se suman hechos para poder observar el proceso de consolidación (y/o retomada) de la hegemonía estadounidense. Para esto se retoma el proceso de paso del patrón dólar-oro al dólar flexible, la crisis de los años 70 en EE.UU., que repercuten directamente en la deuda exterior de los países latinoamericanos, y especialmente cómo este hecho comienza a afectar a la economía ecuatoriana, junto con el proceso de neoliberalización, para llegar a la dolarización como resultado. Se analiza también la política exterior de los gobiernos que dolarizaron, con el fin de identificar cómo se dio el proceso de dolarización. Finalmente como forma de aplicación teórica, se trae a modo de estudio de caso, el intento de Ecuador de entrada como miembro efectivo al Mercosur, no siendo posible por la incompatibilidad de sus políticas macroeconómicas. Palabras Claves: Dolarización, Ecuador, Desarrollo, Autonomía, Política Exterior, Integración.

INTRODUCCIÓN El Ecuador es una país considerado pobre, el cual pasó por una fuerte crisis económica en los 90 gracias a la deuda externa, malos manejos del presupuesto nacional, gobiernos corruptos y catástrofes naturales; factores que 1 Estudiante avanzada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales e Integración por la Universidad Federal Integración Latino-Americana. mishellpavon17@gmail.com

permitieron que los gobiernos de turno adoptaran el dólar como moneda nacional para “estabilizar la economía del país”, en el año 2000. Una solución momentánea que se viene prolongando en la vida socioeconómica y política del país, como si fuera definitiva. Sin embargo, ¿cuáles fueron las reales consecuencias de esa dolarización y cómo afecta esto a la autonomía del país? Según Cox (1983) la hegemonía es comparable a la institucionalización, que es la perpetuación de un orden particular por los más poderosos sobre los más débiles, cuando sea necesario por medio de la fuerza, pero lo más importante es que los más débiles, crean que las acciones llevadas a cabo por los más poderosos son legítimas y beneficiosas para todos. Esto fue lo que aconteció en Ecuador cuando se impuso la institución dólar, argumentando que era una medida de urgencia, que sin ella no había salida para la crisis inflacionaria del país. Es imposible no ver cómo ésta entrega de soberanía afecta directamente a la profundización de la dependencia del país, con respecto al sistema creado por la hegemonía estadounidense. Pues Ecuador está inhabilitado a emitir su propia moneda, herramienta de medio de circulación y pago, reserva de valor y unidad de cuenta, tres funciones fundamentales, sin las cuales el país no puede formular sus propias políticas monetarias, esto afecta directamente el alcance de sus políticas públicas, a su autonomía y a su desarrollo económico. En consecuencia en el presente trabajo se buscará realizar en su primera parte un debate teórico en torno de los conceptos de hegemonía, autonomía y desarrollo y cómo esto afecta a la integración con la región, con el fin de identificar en una segunda parte, cuáles son los factores macroeconómicos y de política exterior, que dificultan o que limitan el desarrollo económico y social de Ecuador, de forma autónoma. Por lo cual, en la parte final del artículo, se traerá un ejemplo práctico y real, de cómo Ecuador se ve limitado en oportunidades y poder de decisión, de con quién integrarse y en qué tipo de integración, como es el caso del intento de entrada al Mercosur, que no se hizo efectivo como miembro pleno, por no contar con el requisito de tener moneda propia, sin la cual no se podría garantizar una coordinación de políticas macroeconómicas. Entendiendo que el

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Mercosur representa para Ecuador una oportunidad de desarrollo no solo económico, sino también tecnológico, social y cultural. 1. DEBATE TEÓRICO: HEGEMONÍA, AUTONOMÍA Y DESARROLLO. Se ha decidido trabajar aquí con la base teórica de Cox (2014), para entender lo que es hegemonía, apoyando esta visión, y adicionando al debate conceptos como autonomía y su vinculación con el desarrollo, para llegar al entendimiento de la necesidad de la integración entre los países latinoamericanos contando en este sentido con los aportes de Puig (1986), y Jaguaribe (1976). La teoría crítica de Cox (1983) nos ayuda a analizar el marco histórico, a través de las presiones y restricciones que el sistema económico internacional impone, no como determinante de las acciones de los individuos o grupos, pero sí como una gran influencia la cual no se puede ignorar. Para Cox (2014) es imposible analizar el orden mundial sin observar las fuerzas sociales internas, refuta totalmente la premisa Realista de que los Estados actúan por medio a una racionalidad, como en el caso del neorealismo que toma implícitamente el proceso de producción y las relaciones de poder inherentes a él, como un elemento dado del interés nacional. El conflicto y problemas históricos, que sería culpa de la demasiada intervención de los Estados según la visión neoliberal, para Cox (2014) no tiene sentido ya que, no se entiende el avance capitalista interno de los países que se tornaron potencias mundiales sin la ayuda y protección de su aparato estatal. Así, el autor trabaja con base a la teoría neomarxista de Gramsci sobre hegemonía. Por eso es coherente saber los pensamientos que dieron base a dicho concepto. Gramsci tuvo influencia de dos corrientes principales que ayudan a explicar lo que sería hegemonía pero en el plano interno de los Estados; estas dos corrientes son: i) la primera nace del debate de la Tercera Internacional sobre la estrategia de revolución Bolchevique y de la Creación de un Estado Socialista Soviético, ii) la segunda influencia proviene de los escritos de Maquiavelo al príncipe (Cox, 1983). En el primer caso Gramsci se apropia de la idea de que los “operarios ejercerían hegemonía sobre las clases aliadas y dictadura sobre las clases

enemigas” (Cox, 1983, p. 103). Sin embargo esa noción de dominio solo expresaba el papel de liderazgo de la clase operaria. La originalidad de Gramsci consistió en a utilizar esta idea de hegemonía para analizar el comportamiento de la clase burguesa (Cox, 1983), identificó que, esa hegemonía necesariamente envolvía concesiones para subordinar clases a cambio de consentimiento de dominación a la clase burguesa. Así la hegemonía burguesa estaba firmemente amarrada a la sociedad civil.Lla burguesía pocas veces precisó ella misma administrar el Estado, todos los gobernantes servían para esta clase, siempre y cuando reconocieran bajo qué estructuras hegemónicas de la sociedad civil, así como los límites básicos de su acción política (Cox, 1983). Esa visión llevó a Gramsci a ampliar su concepto de Estado incluyendo entes como la iglesia, el sistema educacional, la prensa y todas las instituciones que ayudaban a crear en las personas ciertos tipos de comportamientos y expectativas que concuerden con orden social hegemónico. De su segunda corriente de influencia Gramsci tomó la obra de Maquiavelo, El Príncipe. Gramsci extrae de esta obra, la simbología del poder de un centauro, mitad hombre, mitad animal, una representación de la combinación necesaria de consentimiento y coerción. (Gramsci 1971, apud Cox, 1983). De esta manera concluye que, mientras el consentimiento esté en primer plan de acción y la coerción solamente latente a ser utilizada, es decir aplicada en muy pocos casos, es que la hegemonía está funcionando. Es decir la hegemonía por medio del consentimiento ya es suficiente para garantizar el comportamiento sumiso de las personas durante la mayor parte del tiempo. Es así que Cox (1983), en base a lo anteriormente explicado, eleva al nivel internacional el concepto de hegemonía, para él Gramsci nunca ignoró al Estado, ni le restó importancia, para él, el Estado continuaba siendo la unidad básica de las relaciones internacionales y el lugar de donde los conflictos sociales acontecen. Esto quiere decir que Cox (1983) toma el argumento gramsciano de que el Estado no es un ente monolítico, sino que es un ente con base social, por lo tanto con conflictos y así también es el lugar donde las hegemonías de las clases sociales son construidas.

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Cox (1983) entonces sostiene que la hegemonía, mundial en sus primórdios, es una expansión para el exterior de una hegemonía interna (nacional) consolidada por medio de una profunda revolución interna social y económica. Esa hegemonía expansiva es impuesta a los países periféricos, quienes no cumplen con las condiciones necesarias para la adaptación del modelo hegemónico, ya que no han pasado por una revolución completa y profunda, de esta manera reciben este sistema de poder de una forma pasiva y desencajada de su propia realidad. Por lo tanto la hegemonía mundial según no es simplemente un orden entre Estados. Es un orden al interior de una economía mundial, con un modo de producción dominante, que penetra en todos los demás países y se vincula a los otros medios de producción subordinándolos. Es también un complejo de relaciones internacionales que une clases sociales de varios países. La hegemonía mundial puede ser definida como una estructura social, una estructura económica, y una estructura política, y no puede ser apenas una de estas estructuras, tienen que ser las tres al mismo tiempo. Además de eso la hegemonía mundial se expresa en normas, instituciones u mecanismos universales, que establecen reglas generales para el comportamiento de los Estados y para las fuerzas de la sociedad civil (…), reglas que apoyan al modo de producción dominante Cox (1983, p. 118) [traducción nuestra].

Cox (2014), crea su propio método de análisis con categorías muy valiosas para este estudio, como ideas, capacidades materiales, e instituciones, las cuales se influencian recíprocamente no de forma unidireccional, ni determinante una sobre la otra. En este marco se ha definido que, la dolarización fue una institución, forjada, (así como también, los ideales del neoliberalismo) por medio de políticos y banqueros de elite que sostenían el poder económico y político de la época, es decir las capacidades materiales, por medio de las cuales se consigue perpetuar un orden particular (institución). Hay una relación particular entre la institucionalización y lo que Gramsci habla de hegemonía. Pues de acuerdo con Cox (2014), las instituciones proporcionan vías de gestión de los conflictos internos para minimizar el uso de la fuerza, es decir hay el latente potencial de aplicación de la fuerza de los más fuertes a los más débiles, si lo consideran necesario, es decir, si éstos están dispuestos a hacer concesiones que aseguren la aquiescencia de los débiles sobre su liderazgo, ellos pueden expresarlo en términos de intereses universales y

no en términos de sus propios intereses. Las instituciones pueden convertirse en el ancla para este tipo de estrategia hegemónica dado que permiten la representación de intereses diversos y la universalización de políticas. 1.1.

Dolarización como institución hegemónica y su relación con la autonomía y desarrollo en el caso ecuatoriano. La relación más básica que se debe identificar entre autonomía y

desarrollo según Puig (1985), es que sin autonomía un Estado no puede desarrollarse como éste bien entienda. Entonces entre más autonomía tenga el país más posibilidades de desarrollo este tendrá; cuando un Estado está subordinado le entrega al dominante la posibilidad de imponer sus propios intereses, en detrimento de los intereses o necesidades del dominado. Él entiende que autonomizar significa ampliar el margen de poder de decisión propia y normalmente implica recortar la injerencia del oponente. A lo que adiciona la importancia de un plan estratégico y no solamente retórica. La concepción del margen autonómico potencial implica naturalmente hacer a una lado la llamada “teoría de la dependencia” (o adecuarla en todo caso, en la medida necesaria), […]. Dentro de esta perspectiva la dependencia es un fenómeno que se produce como consecuencia de asimetrías estructurales inducidas por el modo capitalista de producción. No cabe duda de que tales asimetrías existen; de lo que se tarta es de superarlas mediante maniobras estratégicas que se basen en un diagnóstico político acertado (PUIG, 1985, p 49).

La dinámica autonomista suele ser cíclica, es decir, conlleva un ir y venir que implica avances y retrocesos y su desenvolvimiento se da por etapas. Sin embargo, pueden existir determinadas etapas históricas en que los gobernantes favorezcan o dificulten la búsqueda de más autonomía, ya que es fundamental para el suceso autonómico elaborar y ejecutar planes y políticas estratégicas Frente al orden internacional hegemónico que busca sus propios intereses a favor de las elites y en detrimento de la grande población de las clases más bajas, se debería pensar en alianzas con una visión diferente a la de simplemente obtención de más lucro por medio de la cooperación internacional, se debe pensar en lo que Puig (1985) denominó como Integración Solidaria.

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Conviene entonces definir qué es lo que Puig (1985) entendió como Integración, “fenómeno social según el cual dos o más grupos humanos adoptan una regulación permanente de determinadas materias que hasta ese momento pertenecían a su exclusiva competencia (…)” (PUIG, 1985, p. 41). Cabe resaltar que el término grupo humano es utilizado porque el autor quiere explicitar que no solamente los Estados sino también cualquier agrupación humana, puede y debe participar del proceso de integración, ya que se debe entender este como un proceso de interacción social. De esa manera la integración solidaria que tenga como objetivo la obtención de más autonomía, es un método donde las alianzas estratégicas juegan un papel fundamental para conseguir determinados propósitos, con base en valores compartidos donde uno de los más importantes es la autonomía. Puig manifestó que “somos conscientes de todas maneras, de que esta vía implica cambios profundos en los hábitos y las actitudes y sobre todo en la psicológica de los protagonistas (…) y que por lo tanto será muy difícil, (aunque no imposible) que se emprenda con entusiasmo” (PUIG, 1985, p. 62). En este sentido tenemos también el aporte de Elio Jaguaribe (1976), quien escribe en torno de la década de los 70. En este caso él hace un estudio sobre la posición de líder para la integración que Brasil podría tener en la región mostrando cuáles son sus ventajas y desventajas, del desarrollo con y sin integración. Es así que es importante para este trabajo, destacar algunas consideraciones sobre las ventajas del desarrollo por medio de la integración. Los países latinoamericanos tienen en común características históricas, que hacen más que viable la integración para poder desarrollarse. Según Jaguaribe (1976), son tres estos trazos que los países latinos comparten. El primero es la necesidad de desarrollo económico, social, cultural y político en función de un desenvolvimiento general en pro de las correspondientes sociedades nacionales. La segunda es la de llevar a cabo tal desarrollo generando condiciones para que se aumente el margen de autonomía: internamente, en términos de mayor capacidad de decisión propia y de más control sobre sus propios factores, incluso en maximizar su margen de autonomía endógena y

minimizar su vulnerabilidad a factores externos; a nivel internacional en el sentido de superar individual y colectivamente su posición de dependencia, en relación con el mundo desarrollado y con EE.UU. La tercera necesidad principal es emprender ese esfuerzo de desarrollo y de autonomía en las condiciones de autorrealización más favorables, en términos que preserven y expandan su propia identidad y personalidad nacional y cultural. Jaguaribe también fue consciente que la integración no es la solución de todos los males, una “panacea”, pero sí que “América Latina constituye un marco potencial para la optimización de los intereses de los países […] siempre que sea concebido y utilizado adecuadamente” (JAGUARIBE, 1976, p. 124). A pesar de estos tenemos que tomar en cuenta que los países latinoamericanos tienen realidades concretas distintas, con intereses en conflicto y sujetos a las presiones internas, lo que se traduce al plano regional, con la diferencia en posiciones políticas y de intereses, distintas perspectivas sobre qué camino debería seguir la integración. Por eso según Jaguaribe (1976) se tendría que dejar el integracionismo romántico que es más basado en la retórica que en los planes ejecutados. Otro error que resalta es asumir que la soberanía jurídica es la condición suficiente para asumir la igualdad entre los Estados, sabiendo que existen asimetrías bastante claras. Para Jaguaribe (1976) la integración latinoamericana debería darse por medio de una estrategia regional común con el objetivo de lograr el desarrollo y la autonomía que cada Estado necesita. Esto significa en la actualidad desarrollar los aparatos productivos de cada país, para salir de la economía primario-exportadora, coordinar este avance a nivel regional, trayendo consigo cooperación con base a planes estratégicos en los más diversos campos de la economía y también en los ámbitos sociales, políticos, culturales y tecnológico, consiguiendo de esta manera disminuir la dependencia de nuestras economías con respecto a la hegemonía estadounidense, lo que da a cada uno y a la región como un todo, más autonomía para continuar creciendo según sus propias realidades y necesidades . Es con esa misma lógica que funcionaria también en el ámbito monetarioeconómico, con respecto a la dolarización ecuatoriana. El aporte de la integración

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en este ámbito es crucial para que el país alcance más autonomía, por medio de mecanismos estratégicos que disminuyan la utilización del dólar en las transacciones comerciales de importación y exportación del país, para que de esta manera se pueda adquirir un margen mayor de autonomía para desdolarizar su economía y acabar con los entrabes que esta institución hegemónica trae a Ecuador. 1.2.

¿De qué tipo de Integración estamos hablando? Un recuento histórico. Pues bien, es crucial dejar claro antes de analizar más de cerca de qué

integración estamos hablado, identificar en qué marco ésta se encuentra. Como antes mencionado la integración no es una panacea solucionadora de todos los males de la región. Ésta no busca un rompimiento del sistema o de la estructura capitalista como los pensadores marxistas proponen. Ya que es fácilmente perceptible la incapacidad de una región, llena de desigualdades y diferencias económicas y políticas, conseguir confrontar las represalias que vendría a tener dentro del perverso sistema capitalista, que no acepta rivales, esto debido a la alta dependencia

vulnerabilidad

externa

que

tienen

todos

los

países

latinoamericanos al propio sistema. Visto esto también no es que se deba quedarse de brazos cruzados, esperando a que este sistema se derrumbe, una de las alternativas es buscar integrarse. América Latina después de la II Guerra Mundial y comienzo de la Guerra Fría, percibió más claramente su necesidad de integrarse con su propia región, como método de defensa conjunta, crecimiento económico colaborativo y justicia social, así lo intentaron. Como forma de defensa frente a la globalización nace la regionalización. El término globalización ha pasado por varias polémicas, sin embargo no iremos a discutirlas aquí, básicamente, según Souza (2009), la globalización es definida como la libre circulación a nivel internacional, de mercancías, capitales, fuerza de trabajo y conocimiento. Por otro lado la tendencia predominante en la economía mundial contemporánea no se caracteriza solamente por el fin de las fronteras económicas, como comúnmente es propagado, en realidad se caracteriza por el

100

fortalecimiento de esas fronteras, sólo que más grandes, es decir, las fronteras de los bloques de Estados Naciones. Ese proceso es conocido como integración económica regional o como regionalización. De acuerdo con Souza (2012), el proceso de integración de la América Latina se viene dando en olas, que se tratan de intentos que delante de los obstáculos

que

interponen

proceso,

presentan

dificultades

para

consolidarse. Hasta hoy se puede constatar la existencia de 4 grandes olas. La primera corresponde al periodo que comienza con la independencia y concluye en la gran crisis mundial de la primera mitad del siglo XX (crisis de 1914-1945). La segunda se inicia con las transformaciones ocurridas en la región durante la gran crisis que va desde el final de los años 60, a inicios de los 70s (periodo expansivo post guerra). La tercera ola, corresponde al declino de la onda larga de post guerra, que va desde el paso de los 60 a 70, hasta el comienzo de los 2000. Y la cuarta de inicio de los 2000 hasta hoy. Para Souza (2012) la onda actual, desencadenada en el comienzo del nuevo milenio, presenta mayores posibilidades de consolidación (SOUZA, 2012). En esta parte del trabajo se analizará un poco de la tercera y la cuarta ola de integración. A través de la historia contemporánea de integración, se han visto varias intentos deformados, partiendo desde la ALADI hasta el Mercosur, se ha intentado utilizar estos mecanismos de defensa del sistema, crecimiento económico y de justicia social, como algo a favor de las grandes empresas, la mayoría de veces multinacionales que se aprovechan de este instrumentos para asegurar sus mercados. Es así que se hace imperante saber distinguir cuál es la integración que queremos y por la cuál debemos luchar para que se concretice; no para simplemente crecer económicamente y subir de posición en el tablero del desarrollo, sino para lucha en contra las desigualdades sociales que ésta estructura trae a los más pobres y a la sociedad como un todo. De esta manera se toma como base los escritos de Medeiros (2010) sobre las alternativas de la integración en América Latina y más focalizadamente para América del Sur. Así, diferenciaremos cuáles son esas dos alternativas de

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integración, que de alguna manera ya se han estado confrontando. Por eso, es importante saber la diferencia entre procesos de integración Mercantilistas e Integracionistas. Con el objetivo de identificar cuál y como la alternativa más adecuada puede ayudar de mejor manera a una integración económica profunda que venga a ayudar a Ecuador a salir de su sofoco monetario. Según Medeiros (2010) existen dos vías de integración una más a favor del mercado y una más progresista. El primer modelo que ya está sucediendo en la economía mundial se denomina modelo neoliberal, que se caracteriza justamente por conseguir la integración de espacios económicos por medio del libre comercio. La segunda alternativa en cambio aspira a construir por medio de políticas comerciales estratégicas y compensatorias un espacio económico y social ampliado, el cuál permita incrementar el poder económico de los países involucrados (MEDEIROS, 2010). En el caso de Sudamérica a partir de los años 60, con base a los estudios realizados por la CEPAL en 1959 sobre el subdesarrollo de América Latina, que proponía un proyecto de desarrollo por medio de la integración. Sin embargo desde este periodo se ha cristalizado dos posiciones sobre la integración, Mercantilistas e Integracionistas. Según Medeiros (2010), es así que bajo el primero rótulo estaban incluidos Argentina, Brasil y México, que percibían a la ALALC2,

como un mecanismo de libre comercio. El segundo grupo estaba

constituido por países que defendían a la ALALC como una herramienta para el desarrollo regional, no sólo para la promoción del comercio, abarcando la interconexión industrial, la complementariedad económica y la promoción de inversiones, etc. En este grupo estaban los países andinos en general (PRAZERES et al., 2006, p. 22 apud MEDEIROS 2010, p. 92). De esta última posición nace en 1969 el Pacto Andino (que será más adelante la Comunidad Andina de Naciones). A pesar de su éxito como área comercial existían problemas políticos y dificultades industriales, por lo cual su avance se ha quedado estancado.

Creada en 1960 y en 1980 se transforma en ALADI.

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En los años ochenta la integración regional se complica aún más por la crisis que generaron las deudas externas, junto con tasas altas de inflación, salida de capitales, etc. Sin embargo, gracias a la iniciativa política de los gobiernos de Argentina y Brasil se dio el inicio del MERCOSUR, como ya varios autores comentan, iniciado con un pensamiento progresista de Sarney y Alfonsin, pero concretado en la época más neoliberal que ha sufrido América Latina, esa idea se deformó, transformándose en un mecanismo de libre comercio y una unión aduanera incompleta. Inclusive en esa misma década se crea el NAFTA (tratado de libre comercio entre Canadá, EE.UU. y México) y se comienzan las negociaciones para una zona de libre comercio de todo el hemisferio americano, el ALCA, que posteriormente en los años 2000 por una lucha popular histórica no fue firmado como un bloque, pero si bilateralmente por algunos países, como: Colombia, Perú, Chile. En la década de los 2000, surgen nuevas iniciativas de integración de tipo progresista y con un avance de inclusión de la mirada social en estos procesos, que la primera propuesta de la CEPAL, no tuvo. Es así que nace el ALBA en 2001, por medio de la visión del Socialismo del siglo XXI, del presidente venezolano Hugo Chávez, una propuesta diferenciada con fuerte base social. Este proceso no veía la integración económica como una zona de libre comercio solamente, sino que se preocupó por financiamiento de obras públicas de infraestructura en la región, asistencia profesional, técnica; además de la creación de un Banco del Sur en 2007, que se torne la alternativa sudamericana al FMI, que financie proyectos y que posiblemente sea el núcleo de una moneda única común. Aquí es cuando el gobierno ecuatoriano, con Rafael Correa al poder, manifiesta un profundo interés. Pues era una importante alternativa para desdolarizar al país, y se adhiere.

Así también ocurre con Bolivia, país que

también presenta dependencia con respecto al dólar (aunque no en términos totales como en caso ecuatoriano). Sin embargo la iniciativa fracasó por tres motivos según Pedroso (2014). La primera fue por la crisis económica del 2008. La segunda se debe a la creación

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del Banco del ALBA, que ya cumplía con los propósitos principales de Chavez. Y la tercera habría sido la sobreposición de instituciones de carácter similar en Suramérica, como BID, CAF, Flar y Focem. Lo que trae consigo el desinterés de Brasil, siendo el Estado con mayor capacidad de financiamiento, en apoyar más una vez una iniciativa del tipo teniendo ya el BNDES funcionando para los intereses de Brasil. Pero Chávez también buscó no dejar esas ideas de renovación financiera que tanto necesita América Latina, para salir de la dependencia de los préstamos del FMI y del Banco Mundial, los mismo que colocan condiciones políticas y económicas intransigentes a cambio de sus préstamos. Es así que en el marco del ALBA se propone una nueva arquitectura financiera regional, entonces fueron creados el Banco del ALBA y el Sistema Unitário de Compensación Regional (SUCRE) (SEVERO, 2016). Este sistema de compensación regional es un mecanismo que permite, que las transacciones intrabloque, sean descontadas por medio de un registro contable, en donde simplemente se hace un cruce de cuentas, evitando el pago directamente con dólar. Esto es una gran idea que beneficiaria a Ecuador, por la menor utilización del dólar.

En este sentido

Medeiros (2010) menciona, La cooperación macroeconómica regional representa un paso importante para la profundización de la integración económica, en la medida que permite reducir la dependencia de las economías involucradas respecto a una moneda de reserva internacional y a las agencias multilaterales de financiación (FMI, Banco Mundial). Permite asimismo una mayor estabilidad de las tasas nominales de cambio evitando las devaluaciones competitivas. El elemento clave que la cooperación subregional necesita avanzar es el de alcanzar una tasa de cambio regional competitiva mediante un fondo de reserva y de un sistema de préstamos recíprocos. En la medida que esta política promueve las exportaciones y reduce la vulnerabilidad externa puede contribuir a alcanzar una mayor estabilidad de las tasas de cambio nominales (MEDEIROS, 2010, p. 88).

Continuando con la experiencia de integración sudamericana en el año de 2007, se institucionaliza la UNASUR, denominado según Pedrosa (2014), con una cara más política que económica, sin embargo con fuerte visión de integración en infraestructura con sus proyectos del IIRSA, pero que también sufre estancamientos por inestabilidades políticas y económicas de la Región.

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Finalmente el intento de aproximación de Venezuela a Sudamérica, no impidió con que reforzará también sus vínculos con el caribe sobre integración y desarrollo, tanto así que en la III cúpula de América Latina y el Caribe en Venezuela en 2011 se decretó la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). A todo esto, es preciso entender que los procesos de integración, como trabaja Medeiros (2010), necesitan un planeamiento estatal estratégico. Es decir el llamado regionalismo keynesiano, que “asigna a la macroeconómica regional un rol diferente, el de articuladora del crecimiento” (MEDEIROS, 2010, p. 87). Lo esencial de esta perspectiva macroeconómica, es el grado en que la regionalización puede reducir la vulnerabilidad externa, por medio del aumento de las exportaciones. Esto depende en parte, del comportamiento del país “locomotora” (país paymaster aquel que sustentaría de forma financiera el proceso de integración). El corolario de esta menor vulnerabilidad es la relativa estabilización del tipo nominal de cambio, permitiendo de esta forma una mayor estabilidad monetaria (MEDEIROS, 2010). Como conclusión de este subcapítulo tenemos que, Ecuador ha sufrido una fuerte institucionalización hegemónica en su economía, la implantación del patrón monetario internacional como moneda nacional. Lo cual trae dependencias políticas, económicas, sociales y culturales. Especialmente hemos visto como el desarrollo está en juego, ya que una moneda es también un instrumento de planeamiento de un desarrollo estratégico defensivo, con objetivos de desenvolver más autonomía. Se puede percibir también que la integración de tipo progresista, es la mejor manera de apuntar a una superación social (en el marco del capitalismo). Lo que, en el caso de dolarización ecuatoriana, ayudaría o complementaria una posible desdolarización, por medio de los mecanismos ya propuestos de integración económica-financiera regional, como el SUCRE, y tal vez futuramente cuando las condiciones regionales (políticas y económicas) ya se presten, la implantación de la moneda única regional.

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2. CRISIS, HEGEMONÍA Y DOLARIZACIÓN: EL SISTEMA INTERNACIONAL Y SUS EFECTOS EN ECUADOR. Es fundamental traer elementos del panorama internacional que influenció grandemente a la dolarización de Ecuador. Para esto se partirá desde los años 70, con la bonanza petrolera y con el cambio del patrón dólar-oro al padrón del dólar flexible, la deuda externa privada y pública crece exacerbadamente. Lo que traerá fuertes consecuencias cuando EE.UU., suba la tasa de interés para retomar su hegemonía y afecte de esa manera a las deudas externas de los países de América Latina. Finalmente veremos cómo en los años 90 internamente los factores económicas empeoran, porque el Estado asume grandes deudas externas privadas, nacionalizándolas, causando un gran impacto económico y político al país, que terminará implantando la dolarización como medida inevitable, para salir de la crisis inflacionaria. Según María de Conceição Tavares (1985) citada por Fiori (2000) los EE.UU. estarían retomando su hegemonía en los años 70. Y que la grande estrategia de la retomada de poder fue por medio de la moneda. Las crisis de los años 70 en la economía norteamericana

fueron acompañados de dos

movimientos de reafirmación hegemónica, con la diplomacia del dólar en el plano geoeconómico, y con la diplomacia de las armas, con las que modifica sus relaciones internacionales a partir de los 80, (TAVARES; FIORI, 1975,

apud

FIORI, 2000). Los años 70 son caracterizados por el crecimiento de la inflación internacional, esto debido al desmonte del régimen de tasas de cambio fijas de Bretton Woods. Régimen que había traído cierta estabilidad cambiaria a América latina. También se reduce el crecimiento de los países centrales. Es así que el dólar se desvaloriza en relación al yen y al marco, y sucede también a raíz de la alianza OPEP, el aumento de los precios del petróleo, y además de eso sube también el precio de las materias primas3. Cabe mencionar también la expansión

lo que beneficio en cierta manera a los países latinoamericanos, especialmente a los exportadores de petróleo 3

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acelerada del crédito privado, que provenía de la internacionalización de los bancos estadounidenses (MEDEIROS; SERRANO, 2000). Con la unilateral decisión de los EE.UU. de abandonar el patrón dólar oro y pasar para un padrón dólar-dólar, es decir sin la exigencia de contar con una determinada reserva de oro para la emisión de cada dólar, sino simplemente el dólar emparejado al cambio que determine el gobierno estadounidense. La crisis de los EE.UU. se extendió a lo largo de los 70, así como también su amenaza externa en plena guerra fría (necesidad de petróleo, por ejemplo en la guerra de Vietnam), por lo cual, las acciones de estas políticas saltaron rápidamente del campo interno a su zona internacional de influencia. Ecuador en los años 70 había adoptado también la idea del desarrollismo, el país entró en el endeudamiento fácil, sin embargo poco se hizo y muchas consecuencias vinieron. Según Medeiros y Serrano (1999), además de la elevación de los precios de las comodities exportadas, el factor decisivo para la aceleración del crecimiento de los países no productores de petróleo y países en subdesarrollo, fue el fuerte aumento de sus deudas externas estimuladas por bajas tasas de interés en dólar. Pero después todo cambia cuando se acaba con las tasas de cambio fijas (sistema Bretton Woods) en 1979, y las tasas de interés se transforman en reajustables. Todo esto para salvar la posición hegemónica de EE.UU, según Chesnais (2005), la decisión de 1970 del Banco Central de los Estados Unidos (FED), de elevar la tasa de interés al nivel requerido, fue para eliminar la inflación interna, sin importarse con los costos en los países del centro y de la periferia. Consecuentemente el dólar se sobrevalora y las deudas de los países en desarrollo se volvieron insostenibles. Dichas políticas fueron decisiones que iban tomando forma durante la década de los 80 y se transformaron en la visión estratégica de la elite financiera y militar que llegó al gobierno de los Estados Unidos con Ronald Reagan (TAVARES; FIORI, 1975 apud FIORI, 2000). Es así que la diplomacia del dólar fuerte a partir de 1979, al forzar una sobrevaloración del dólar permitió que el Federal Reserve (FED), retomase en la

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práctica el control de sus propios bancos y el resto del sistema bancario privado internacional y articulase en su provecho los intereses del “rebaño disperso”. A partir de ahí el sistema de crédito interbancario se orientó decisivamente para los EE.UU. y el sistema bancario internacional quedo bajo control de la política monetaria del FED, organismo que se tomó el papel de arbitro de la económica mundial. En las palabras de La crisis de deuda global tuvo causas fundamentales. La primera fue la creciente importancia de los países del Tercer Mundo en la revolución de la actividad bancaria mundial durante la década de los 60 y 70. La segunda fue la serie de choques económicos que atacó a la economía mundial en los año 70. Juntas, ellas resultaron en el matrimonio por conveniencia entre los bancos internacionales y los países pobres del Tercer Mundo. (…) los bancos internacionales tenían dinero para prestar, y los países del Tercer Mundo necesitaban dinero para sobrevivir en un clima económico mundial crecientemente hostil (MOFFITT,1984, p. 95) [Traducción nuestra]

Por el lado geopolítico entonces según Tavares (1985) citada por Fiori (2000), la administración de Reagan lanza una ofensiva anticomunista, comenzando en los años 80 con el anuncio de las guerra en las estrellas que culminaría con la descomposición de la unión soviética en los 90s. Para esta autora la retomada de la hegemonía americana y la nueva financierización capitalista son dos caras de la misma moneda, resultado de las políticas del mismo gobierno estadounidense, que llegaron a madurar en la hora en que su poder parecía entrar en decadencia. Estas estrategias cambiaron el sistema capitalista, ya que se consolidó un nuevo sistema monetario internacional, basado en el dólar como única referencia. Después poco poco se iban consolidando las reglas e instituciones de un nuevo régimen de acumulación y de una nueva jerarquía político-militar mundial. Según Tavares y Fiori ( 1997), se crea así un sistema desregulado que a partir de los 80 fija el valor del dólar de acuerdo a la tasa de interés estadounidense y que funciona como referencia básica del sistema financiero internacional en función de la capacidad de los EE.UU poder mantener su deuda pública como el titulo de seguridad máxima del sistema. Este nuevo sistema creado en los años 70 y consolidado en los 80, coloca en las manos del Federal Reserve la homogenización de las políticas económicas de los estados más frágiles.

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En los 70 los países exportadores de petróleo pasaban por una grande bonanza gracias a la subida de los precios levantada por la OPEP. Ecuador como un país petrolero, tuvo su boom, sin embargo la elite agroexportadora así como los bancos y hasta el propio Estado, no supieron utilizar bien esta coyuntura, y comenzaron a endeudarse desenfrenadamente. Según Moffit (1984), con la entrada de nuevos bancos en

el juego

monetario internacional, el margen de lucro sobre préstamos a las empresas cayeron acentuadamente. La solución habría sido volver a la antigua estrategia de financiar gobiernos. En este sentido Ecuador en el inicio de la década de 70 se llegó a endeudar mucho y sin mucho planeamiento, empeorado por el hecho de que varias veces las elites compraban productos suntuarios de millones de dólares. Deudas que después van a ser entregadas en las manos del Estado. Sin embargo el problema no fue solamente las deudas, lo que empeoró en que los gobiernos de turno de los años 90, que deciden nacionalizar esas deudas. Dejando la deuda externa aún más impagable y dándoles una cuchillada a la ya devaluada moneda ecuatoriana, provocando inflación y devaluación del Sucre para poder llamar inversión externa, con una falsa creencia de que la economía se iba a restablecer de esa manera. En realidad en Ecuador es con el gobierno de Rodrigo Borja Cevallos (1988-1992) que las políticas neoliberales comenzaron a implementarse. El problema ya en ese entonces era la inflación. La política económica entonces fue de un tipo de cambio fijo-administrado (ancla cambiaria) como instrumento para estabilizar los precios nacionales. Esto quiere decir que había un límite de desvalorización (MONTANO, 2014). Sin embargo las reformas neoliberales se profundizan en el gobierno de Sixto Durán Ballen (1992-1996) y en el mismo año Ecuador se retira de la OPEP. Las reformas seguían en dirección a la disminución de la intervención del Estado en la Economía. Es así que, en 1992 es aprobada la ley de Presupuestos, que centraliza y administra los recursos del sector público. Eso hizo que Petroecuador perdiera autonomía, sus inversiones caigan y más tarde se tenga el argumento de privatizarla. Es en ese mismo año que también se reforma la ley de Régimen

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Monetario, estableciéndose que el Banco Central perdía una de sus funciones, la de prestamista del gobierno. Por si no fuera poco, en 1993 se aprobó la ley de modernización del Estado, que consistía en privatizaciones de los servicios públicos. En 1994 entra en vigor la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero, que colocaba al sistema financiero en un total desregulación. (MONTANO, 2014). El siguiente gobierno fue el de Abdalá Bucarán Ortiz (1996-1997), quien bajo la asesoría de Domingo Cavalho4, ex ministro de economía de Argentina, se creo un plan de convertibilidad, que según Louriet (2014), nunca se colocó en práctica pero si enfureció los ánimos de la población ecuatoriana, pues estaban previstas el aumento de impuestos sobre combustibles y eliminación del subsidio al gas, electricidad, etc., lo que provocó huelgas pidiendo el abandono del puesto como presidente. Como si fuera poco en 1998, se hace la reforma constitucional, sumándose a las reformas ya señaladas la de desregulación extranjera directa y la autonomía del Banco Central (CORREA, 2010, apud MONTANO, 2014). Formalizando de esa manera todos los ajustes neoliberales indicados por el consenso de Washington que había venido forjándose desde los anteriores años, elevándose esta vez a principios constitucionales. Haciendo alusión a los escritos de Chesnais (2005), sobre una nueva hegemonía financiera, lo que aconteció en los 90, fue el remate de una violencia política originada en 1979, ese remate se dio entonces por medio de la erosión gradual de los sistemas de protección social, la ola de desempleo, el crecimiento lento, desplazamiento de empresas, elevación de tensiones internacionales, nuevo militarismo y las crisis resultantes en los países de la periferia. Algo que realmente será clave y es aprobado también en 1998, es la Ley de Garantía de depósitos, la misma que creó la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD): que establecía la garantía al 100% de los depósitos del sistema financiero

4 Cabe resaltar que Cavalho, es el mismo ministro de ideologia neoliberal que colocó a Argentina en una importante crisis financiera en los 2000.

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sin importar el monto. Esto vendría

en 1999 a poner sobre las espaldas del

Estado ecuatoriano, una deuda gigante para salvar a los banqueros. En 1999 el tipo de cambio de flotación controlada fue cambiado por un sistema de flotación libre, es decir la desvalorización del Sucre no tenia limite. Según Correa (2010) de 1999 a enero del 2000 la tasa de cambio se depreció en 245%. Desde 1992 la política monetaria que predominó fue el tipo de cambio administrado como ancla cambial, con una tasa de interés lo suficientemente elevada para atraer capitales especulativos, lo cual desarticulaba el sector productivo de la economía. Esto, sumado a la abertura de cuenta de capitales, colaboraba a la dolarización “espontanea” de la economía, lo que más tarde utilizarían los defensores de la dolarización para justificar su postura y sus decisiones (MONTANO, 2014, p. 34).

Con el compromiso asumido por la AGD, el Banco Central del Ecuador inyectó una acelerada inflación. “El objetivo de la AGD era esencialmente salvar bancos quebrados o a punto de quebrar. Así, la crisis que en 1999 comenzara siendo una crisis bancaria se convirtió en una crisis monetaria” (MONTANO, 2014, p. 34). De acuerdo con Correa (2010), en realidad fue el poder político de los banqueros en fuerte unión con las burocracias nacional e internacional vinculadas al sector financiero, el que destruye la moneda nacional y pasa el peso de la crisis al Estado y toda la sociedad. El cambio se comenzó a depreciar de 10.350 Sucres por dólar en enero de 1999 a 25000 sucres por dólar en enero del 2000, esto significó una semejante transferencia de recursos del Estado hacia el sector financiero de capital nacional pero sobre todo internacional. Además de que servir a la deuda externa siempre fue prioridad. Desatada la crisis, se vino una fuerte ola de inmigración lo que causó remesas de dólares que eran enviados hacia Ecuador, siendo sustentada así irónicamente la dolarización por la explotación de los pobres pujantes en otros países. El escenario en el primer mes del nuevo milenio era impensable. La inflación estaba en asenso, pues venia del 36.1% en 1998 a 52,2% en 1999 y en

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2000 terminaría en 96.1%. (ACOSTA, 2006). Finalmente lo que para el entonces presidente Mahuad era la única salida, la economía del Ecuador debería salir de la informalidad dolarizándose y es eso que sucede en los primeros días del mes de enero del año 2000. Vale colocar este hecho en las palabras de Acosta (2006), intelectual ecuatoriano, quien dijo La dolarización respondió a la dinámica de los intereses políticos hegemónicos y a la lógica del capital a escala internacional, en estrecha vinculación con gran parte de los grupos dominantes del Ecuador. Fue más el resultado de decisiones y angustias políticas antes que la consecuencia de reflexiones técnicas. Fue para decirlo descaradamente, producto de la mediocridad de las elites gobernantes (ACOSTA, 2006, p. 240).

Por si acaso, la crisis argentina, después de tantas otras, puso en cuestionamiento los supuestos beneficios del neoliberalismo y las recetas del FMI, entonces “¿será que Argentina no habría demostrado en la década de los 90, que las reglas del nuevo capitalismo no eran plausibles de ser exportadas a los países de la periferia?” (ACOSTA, 2006, p. 240) 2.1. Política exterior (1999-2002) Como parte del análisis de este trabajo, se hace importante mirar cómo los gobiernos de Jamil Mahuad (quien comienza las negociaciones) y Gustavo Noboa (quien ratifica la dolarización), se posicionan en el sistema internacional. De esta manera se analizará la política exterior en el ámbito económico, para poder entender cómo el "interés nacional" representó a la camada más poderosa y rica del país en detrimento del resto de la población. Observaremos así, como la posición del país se va colocando más vinculada a los EE.UU, en detrimento de posibles alianzas estratégicas con los países de América Latina. Jamil Mahuad entra a la presidencia en el año de 1998, por medio del partido Democracia Popular (DP), un partido de espectro de centro derecha, “financiado por grupos de banqueros y las clases más ricas del país” (AYALA, 2012, p.123). Visto por la población en general como una persona apta y preparada para gobernar, por la anterior función como Alcalde de Quito que había ejercido.

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Su fuerte posición política neoliberal fue una continuación del anterior presidente interino Fabián Alarcón quien convocó en 1997 a una Asamblea Nacional que hizo una reforma integral a la constitución de 1978, "con la mayoría de derecha, la Asamblea consagró una tendencia de corte privatista a la relación de Estado-economía, y limitó la representación política (...)" (AYALA, 2012, p.120). Siendo así la nueva constitución entró en vigencia el 10 de agosto de 1998 día en que se posicionó el nuevo presidente Jamil Mahuad. La fuerte crisis de la deuda externa y las precipitadas privatizaciones por la implantación del modelo neoliberal, y que se agravaba la situación de las población más pobre del país, el panorama empeoró por los grandes desastres y pérdidas que causó el fenómeno del niño, fueron los motivos que generaron una gran cantidad de emigrantes hacia Europa y EE.UU. La forma en que Mahuad reacciona a estos críticos eventos que puso en el suelo la economía del país fue por medio de la gestación en 1999, del conocido feriado Bancario. Este proceso fue la congelación de todas las operaciones bancarias en el territorio nacional inclusive llegó a congelar los depósitos de todo el sistema financiero. Ello exigió decretar de inmediato el Estado de emergencia, días más tarde renunció el presidente del Banco Central. Además cerró las puertas el banco del Progreso, uno de los mayores establecimientos bancarios del Ecuador. Con una desvalorización del sucre frente al dólar de más del 42% en 1999 y con una tasa de cambio de 18000 sucres por dólar, devaluación que había comenzado con una tasa de 5000 sucres por dólar a inicios del 1999, el resultado del feriado bancario fue la dolarización del país en 7 enero del 2000 (LARA, 2009). Las clases sociales más pudientes sustentaban con fervor la dolarización. La oligarquía agroexportadora de la costa y sierra impulsaron en gran parte esta medida pues se veían beneficiados por su mayor competitividad y más poder de adquisición en el mercado internacional. Estos grupos de intereses, más la clase bancaria que se vio beneficiada en el “salvataje bancario” en donde sus exagerados préstamos internacionales fueron nacionalizados, pues ellos también les convenía la dolarización para terminar de coincidir sus intereses con la banca

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internacional y organismos financieros hegemónicos como el Banco Mundial, el FMI y el Federal Reserve (LARA, 2009). Según Ayala (2012) una de las principales contrapartidas de la dolarización fue la pérdida de soberanía nacional con respecto a las fuerzas militares ya que se decretó también la implantación de la base de Manta de fuerzas norteamericanas. Tras estas graves cadenas de hechos el presidente Mahuad se vio obligado a enfrentar un proceso iniciado lustros atrás en forma de un complot indígena- militar que se había venido fraguando acaudillado por el dirigente indígena Antonio Vargas promotor de la tomada del Palacio legislativo, más el ex presidente de la Corte Suprema de Justicias Dr. Carlos Solórzano y el coronel Lucio Gutiérrez. Esto dio como resultado la efímera junción de una junta de Salvación nacional conformada por los dirigentes antes ya mencionados quienes depusieron a Mahuad en enero del 2000. “Se proclamó un junta y después un triunvirato que duró solo unas horas, luego se posicionó el vicepresidente Gustavo Noboa Bejarano (AYALA, 2012). Noboa mantuvo la dolarización se esforzó por bajar la inflación y realizó varias reformas presupuestarias y fiscales restrictivas, planteadas por el FMI, que requirieron del apoyo de la derecha en el congreso, donde el gobierno no tuvo mayoría. Además de que se dieron varias negociaciones petroleras y la construcción del oleoducto de crudos pesado lo que benefició a intereses externos (AYALA, 2012). Finalmente, podemos observar como la dolarización fue impulsada y realizada a favor de las clases de banqueros, agroexportadores y en general a las camadas más altas de la sociedad quienes fueron los únicos beneficiados de esa institucionalización económica dejando a Ecuador más dependiente de los Estados Unidos y más vulnerable externamente, podemos inferir también que en este viraje hacia el norte se dejan para atrás intereses propios, es decir necesidades reales de la economía del país y de la población que podría haber sido mejor trabajada por medio de alianzas con los países que comparten estructuras económicas y necesidades sociales similares como los países de América Latina; se pierde entonces la integración con el sur.

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3. BREVE ESTUDIO DE CASO MERCOSUR Como forma de aplicar todo lo anteriormente explicado y recontado, se trae un muy breve análisis de caso sobre el ingreso de Ecuador al Mercosur. Rafael Correa en su segundo mandato participó de la XLII Cumbre de Presidentes del Mercosur en diciembre del 2011, en Montevideo, Uruguay, donde surge la invitación de formar parte del Mercosur como miembro pleno. Aquí el presidente demuestra un interés afirmativo, para que se comiencen los trabajos para su incorporación (MERCOSUR, 2011). El ingreso de Ecuador al Mercosur está siendo bastante analizado desde sus inicios. Por lo cual el Mercosur creó por medio de la Decisión N. 38/11 del Consejo del Mercado Común (órgano supremo del Mercosur), un grupo Ad hoc para el análisis específico del caso ecuatoriano. La posición política de Ecuador analizó los beneficios que traería su integración con este organismo. Entre ellos están los provenientes en materia económica, pues el Mercosur es considerada la quinta economía del planeta (SENPLADES, 2013), siendo una grande oportunidad de intercambio comercial con preferencias arancelarias, lo que incentiva al desarrollo del aparato productivo del país; viendo al comercio como medio y no como fin, para enfrentar el aperturismo neoliberal, visto en tratados de libre comercio desventajosos, para una economía pequeña como la ecuatoriana. Además de sentar las bases para una estrategia de comunicación entre el océano pacífico y el atlántico que beneficio al bloque como un todo. Contando también con el hecho más allá de lo económico, de que se comparten raíces históricas profundas, y culturas que deben ser recuperadas lo que darían la esencia de la integración. Sin embargo Ecuador dejó claro desde sus inicios que la vinculación con el Mercosur, no implicaría una pérdida de relaciones comerciales con otros bloques como la Unión Europea y países asiáticos, China, etc. Hay que destacar que las negociaciones iniciadas en el 2011 con el grupo de trabajo Ad hoc, han sido bastante trabadas y en la actualidad no existe una resolución oficial. Se puede inferir puntos de análisis sobre esta falta de

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decisión, al observar las determinadas líneas rojas que Ecuador presenta por no tener moneda propia (SENPLADES, 2013), esto afecta directamente a los objetivos

mercosulinos

coordinación

políticas

macroeconómicas

(MERCOSUR, 1991), ya que con la dolarización, Ecuador perdió por completo la autonomía de control monetario, entre ellos está la valorización y desvalorización de la moneda, mecanismo principal utilizado por los países del Mercosur para incentivar su mercado interno. Un otro factor que se debe llevar en consideración y que ya fue encima mencionado, es el hecho de que Ecuador dejó claro que no dejará de lado las relaciones comerciales ya establecidas con otros bloques de integración como la unión Europea, en este sentido se ha venido negociando simultáneamente un TLC (tratado de libre comercio) de Ecuador con la Unión Europea. Las negociaciones de este TLC iniciaron en el 2008, y a pesar de que Rafael Correa manifiesta una negativa a este proceso en el 2010 y fortifica la posición afirmativa de la entrada al Mercosur, el tratado fue firmado 11 de noviembre en (2016). Por estos motivos principales (dólar como moneda nacional y no haber dejado sus relaciones con otros bloques), se han venido identificando dificultades para oficializar la unión. Según el ex viceministro de Comercio Exterior e Integración Económica Francisco Rivadeneira, manifiesta que la estructura del Mercosur solamente está adecuada a las necesidades de sus miembros plenos (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela), por lo cual estas no estarían adecuadas a la realidad económico-política ecuatoriana (MIR, 2012). Debido a esto se puede percibir como se ha llegado a efectivizar tratados no macroeconómicos es decir que no implican la armonización de políticas monetarias; como: acuerdo sobre la residencia, el acuerdo sobre extradición, otro sobre cooperación y asistencia jurisdiccional en materia civil, comercial, laboral y administrativa, entre los Estados Partes del Mercosur, Bolivia, Chile y Ecuador, entre otros. Es imposible obviar la importancia del Mercosur para Ecuador, pues como mencionado anteriormente este representa un mecanismo de defensa dentro del agresivo marco de competencia "libre" neoliberal y así poder aumentar su poder

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de negociación más equitativa y segura a nivel internacional. Pero como se puede ver la dolarización trae implicaciones políticas que no terminaron, pues se muestra mediante este caso que Ecuador a pesar de tener voluntad política para trazar sus rumbos autónomamente, no consigue (entre otras cosas) por el ancla hegemónica que se ha plantado en su economía. CONSIDERACIONES FINALES Reanalizar la dolarización, de esta vez como institución hegemónica y no como medida urgencia como “solución” de un crisis inflacionaria, espero despierte el

interés

cuestionarse

muchos

ecuatorianos

latinoamericanos.

Cuestionarse cuáles son las reales consecuencias de no tener su propia moneda, cuestionarse de cuando esto debe acabar. Aquí se ha tratado traer elementos teóricos para orientar la reflexión de cómo la desdolarización puede ser apoyada por la integración para acontecer. Considero que no es la única opción a pensarse como apoyo, pero creo qué, la integración sin duda juega un papel importante, no solo para beneficio de Ecuador sino como beneficio mutuo. Considero que un mecanismo importante de investigar y explorar mejor para ese fin es el SUCRE, como mecanismo de compensación e intercambios comerciales que evita la utilización del dólar entre los miembros del ALBA, tema que será explorado en mis siguientes investigaciones. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ACOSTA, Alberto. Breve historia Económica del Ecuador. Ed. 2001. Ecuador: Corporación Editora Nacional, 2006. ACOSTA, Alberto. Dolarización o desdolarización¡ esa no es toda la cuestión!. Dossier, 2004. Acta de adhesión de la República del Ecuador al acuerdo sobre residencia para nacionales de los Estados parte del MERCOSUR, Bolivia y Chile. Decreto n°21/11. Asunción, 2011. Disponible en: http://gd.mercosur.int/SAM/GestDoc/pubweb.nsf/EstruturaInstitucionalMercosur.ht m. Acceso en: 8 de diciembre del 2016. AYALA Mora, Enrique. Resumen de la Historial del Ecuador. 4. ed. Quito:

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OLHOS NA COLÔMBIA, CORAÇÃO NA AMÉRICA LATINA OJOS EN COLOMBIA, CORAZÓN EN AMÉRICA LATIA Gabriela Ramos Sarmet dos Santos1 (Universidade Federal do Rio de Janeiro) Resumo: O presente artigo visa analisar o processo de paz da Colômbia de modo a identificar o que tal processo significa para a Colômbia e para toda a região do Caribe e América Latina. A importância não se limita apenas no fortalecimento na paz e da democracia no continente, mas representa também uma nova fase de diálogo com as tradicionais estruturas coloniais do país, o que pode servir de espelho para os demais países da região que igualmente passam por processos internos conturbados. Nesse sentido, esse estudo visa explicar como que a estabilidade no país com o maior conflito armado desse subcontinente pode auxiliar no processo de fortalecimento das relações para com os demais vizinhos Palavras chave: Paz; Colômbia; América Latina; Democracia; Dependência; Resumen: El presente artículo tiene por objeto de estudio el proceso de paz en Colombia y tiene el fin de analizar su significado para la estabilidad de la región de América Latina. La importancia no se limita sólo al fortalecimiento en la paz y democracia en el continente, sino que representa también una nueva fase de diálogo con las tradicionales estructuras coloniales del país, lo que puede servir de espejo para los demás países de la región que también pasan por complejos procesos internos. En ese sentido, el estudio visa explica como que la estabilidad del país con el mayor conflicto armado de ese subcontinente podrá ayudar en el proceso de fortalecimiento de relaciones com los demás vecinos. Palabras llave: Paz; Colombia; América Latina; Democracia; Dependencia;

Gabriela Ramos Sarmet dos Santos é graduanda em Relações Internacionais pela Universidade Federal do Rio de Janeiro – UFRJ (gabriela.sarmet@gmail.com).

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1) Estruturas de Dependência Em meio ao contexto em que vivem os países da América Latina, o atual acordo de paz da Colômbia aparece como um sopro de esperança para que pelo menos um dos países da região avance nos diálogos internos, de modo a superar os desafios que cercam esse país já há mais de 50 anos. Contudo, antes de analisar o processo de paz para o fim do conflito colombiano entre o governo e as FARC, é de suma importância delinear os quadros estruturais nos quais os países latino-americanos estão igualmente submetidos. Desde finda a época colonial em seus moldes tradicionais de exploracão européia, a construção nacional se colocou como bandeira principal para a maioria das sociedades latino-americanas, Colômbia incluída. De um modo geral, todos os países iniciaram esse processo com uma ideologia atrelada à modernidade capitalista, ainda que tenham acabado de sair das amarras que aparentavam ser as mais severas do imperialismo ocidental: o período colonial. Contudo, com o tempo, o conceito de modernidade como fenômeno universal, um estágio social que todas as sociedades devem atingir e almejar para atingir o pleno desenvolvimento começa a ser questionado e colocado em prova. No entanto, vale retomar qual foi a linha teórica que colocou a modernidade nesse patamar hierarquizado, que foi a Teoria do Desenvolvimento. A

principal

característica

dessa

literatura

foi

entender

desenvolvimento como a adoção de normas e valores identificados com a racionalidade

econômica

moderna,

marcada

pela

busca

constante

pela

produtividade máxima e criação de investimentos que levem à acumulação permanente de riqueza. A teoria do desenvolvimento buscou localizar os obstáculos à plena implantação da modernidade e definir estratégias de intervenção para a mesma, sempre remetendo aos modelos europeus e, posteriormente, estadunidenses, como tal modelo de sociedade ideal a se alcançar. A característica principal dessa corrente teórica desenvolvimentista é, portanto,

visão

subdesenvolvimento

como

uma

ausência

desenvolvimento. Desse modo, o “atraso” dos países subdesenvolvidos era explicado pelos obstáculos que neles existiam ao seu pleno desenvolvimento ou modernização. Entretanto, é nos anos 60, ao não conseguir reproduzir as boas

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experiências prometidas, que o capitalismo começa a demonstrar sua pior faceta e, então, essas teorias começam a perder sua relevância, abrindo espaço para novos questionamentos acerca da profunda dependência econômica e política estrutural que os países, anteriormente colonizados, se encontravam (e se encontram) naquele momento. Assim, surge na América Latina o que ficou conhecido como Teoria da Dependência que visava tentar explicar as características do desenvolvimento dependente dos países dessa região. Para explicar isso, os teóricos dessa linha de pensamento analisaram como se deu o novo desenvolvimento industrial do pós-guerra desses países, apontando que as indústrias que surgiram nos anos 30 e 40 acabaram se articulando com um movimento de expansão do capital internacional, cujo núcleo principal eram as empresas multinacionais que aqui se instalaram nas décadas de 40 a 60 (SANTOS, Theotônio. 2000, p. 9). Dessa forma, começava-se a compreender que a noção de subdesenvolvimento e desenvolvimento era uma construção resultante do histórico desenvolvimento do capitalismo no cenário internacional, que criava essa dicotomia como seu produto. A escola da dependência possui uma grande variedade de perspectivas teóricas, o que reflete a densidade de reflexões existentes, superando, assim, a simples aplicação de metodologias importadas dos países centrais e permitindo, portanto, a abertura de um campo teórico com metodologia própria, com uma identidade temática realmente periférica. Seus principais autores, como Vânia Bambirra, Theotônio dos Santos, Rui Mauro Marini, Oswaldo Sunkel, Fernando Henrique Cardoso, dentre outros; se encontram, muitas vezes, em diferentes frentes de atuação, dispersos em meio a novas e constantes preocupações sociais que vem surgindo a cada momento e em diferentes partes do continente. Considerando a vertente marxista dependentista, compreende-se que o caráter capitalista da América Latina vem oriundo desde seu berço, como produto da expansão comercial européia do séc XVI. Ademais, como aponta André Gunder Frank (1991) nega-se o caráter nacional das burguesias latino-americanas ao considerar que essas abdicavam de suas aspirações nacionais e democráticas para se aliar aos interesses do capital imperialista e tirar benefícios dos mesmos. Além disso, entende-se também que o empresariado internacional carecia de uma postura inovadora ou de qualquer tipo de conhecimento sobre a realidade do país,

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possuindo pouco ou nenhum conhecimento técnico e econômico para operar nas áreas em que atuavam. Nesse sentido, o governo de Juscelino Kubitschek foi um exemplo de como o Brasil abriu suas portas para o capital internacional ao permitir um alto grau de integração do mesmo em seu parque industrial. Contudo, quando a burguesia brasileira entendeu que o caminho para aprofundar a industrialização exigiria uma reforma agrária e outras mudanças que implicariam no preço de aceitar

uma

ampla

modificação

política

ideológica

país

que,

consequentemente, ameaçariam o seu poder, começa a se acionar a engrenagem que acaba culminando no golpe de 1964, que vem como uma ferramenta para desvirtuar o país de seguir qualquer rumo mais progressista, encaminhando-o para uma linha de desenvolvimento cada vez mais dependente, novamente apoiado no capital internacional. Já no processo de redemocratização brasileiro, houve uma retomada dos setores hegemônicos da classe dominante ao poder, com a vitória de Fernando Collor, o que se consolidou com a vitória de Fernando Henrique Cardoso, em 1994. Esse último fora um dos que demonstraram, ainda em 1960, a debilidade da burguesia nacional e a sua inclinação a se tornar o braço direito do capital internacional em território brasileiro; além disso, FHC aceitou a irreversibilidade do desenvolvimento dependente e acreditava na possibilidade de compatibilizá-lo com a democracia representativa, clamando pelo “desenvolvimento associado”. Nesse sentido, a política de Cardoso foi atuar de modo a desconstruir o modelo construído por Getúlio Vargas nos anos 30 e 40 de corporativismo e de uma burguesia nacional conservadora o que, segundo ele, limitava a capacidade de negociação internacional, e reconstruindo novos laços com o capital internacional e uma política monopolista, captadora e expropriadora dos recursos gerados no país. Assim como o Brasil, a América Latina como um todo passa a caminhar, na década de 90, em direção a uma submissão estratégica crescente, com um caráter “entreguista” e “comprador” excessivamente forte, com a forte chegada do fenômeno do Neoliberalismo na região. A crise da dívida externa na década de 80 e a crise sócio-econômica gerada para permitir o pagamento dessa dívida – o que ocasionou uma política de fortes “ajustes” – confirmam tal caráter dependente dessas economias. Nesse quadro, pode-se dizer que a maior barreira para se

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modificar completamente o modelo econômico que estava sendo seguido é a contínua reafirmação na crença de compatibilidade entre o desenvolvimento dependente e os regimes políticos liberais democráticos, o que prenderam os países latino americanos nessa situação de subalternidade. Isso não quer dizer que não houve momentos de rebelião, com o aparecimento de movimentos guerrilheiros, como é o exemplo do Exército Zapatista de Liberação Nacional (EZLN) que surgiu em 1994, no Sul do México. Contudo, de um modo geral, esse modelo liberal de completa dependência definiu um continente marcado por fortes contrastes sociais, uma crescente exclusão social, com aumento progressivo da concentração econômica - principalmente sobre o tema da terra. Pode-se dizer também que a Revolução Científica dos anos 60 também contribuiu para agravar essa situação de dependência ao definir uma geografia internacional completamente marcada por uma Divisão Internacional do Trabalho (DIT) funcional e desigual. (Wallerstein, 1974). Nesse cenário, o capital começa a atuar mais ativamente de forma global e isso foge das jurisdições estatais. Portanto, o Estado passa a funcionar como um auxiliador da atuação das empresas transnacionais, assim como o pensamento braudeliano de posições privilegiadas e Contra-mercados, garantindo lucros estratosféricos para uma minoria, gerando maior assimetria no sistema. (BRAUDEL, 1987). Isso possibilita uma expansão econômica ainda maior, mas com a distribuição distorcida do excedente. Por isso, o economista brasileiro Theotônio dos Santos destaca que o Estado passa a se tornar prisioneiro do capital internacional, afogado por uma dívida pública exponencial, sem deixar espaço para investimento estatal, muito menos para políticas sociais. “Não há mais dinheiro para ninguém - a fome do capital financeiro é insaciável. ” (SANTOS, 2000), o que não poderia ser mais claro. Por fim, pode-se concluir que a dependência sob a qual vivem os países latinoamericanos é, assim, uma forma de impedir a nossa expressão e nosso desenvolvimento como povo, não sendo apenas forças externas atuando internamente. Estabelece-se, nesse sentido, uma estrutura engessada que impede o avanço dos países periféricos – estrutura essa sustentada pelas elites locais e transnacionais – que controlam as grandes instituições, sejam bancos, grandes empresas ou o funcionamento público dos Estados nacionais - em cima

124

da exploração, saque e miséria desses países, condicionando-os à estagnacão em prol da acumulacão de capital dos países centrais. 1.1)

Contexto de surgimento dos Movimentos de Insurgência

colombiana (FARC-EP e ELN) Como a maioria dos países de periferia, a sociedade colombiana estava imersa em uma Divisão Internacional do Trabalho que, de acordo com o sociólogo Immanuel Wallerstein, conferia ao cenário internacional a situação já mencionada de desigualdade com base em sua posição geográfica – periferias em situação de subalternidade

frente

às

economias

centro,

conferindo-lhes

funções

fornecedora de matérias primas e de mercado de bens de consumo pessoal para os países metropolitanos. Com o tempo, surgiram as bases para um desenvolvimento industrial (ainda que incipiente), sobretudo devido às condições favoráveis como mão de obra barata, abandono do mercado por parte de Inglaterra e Alemanha, agora envolvidas com a Primeira Guerra Mundial. Já nos anos 20 há uma expansão considerável da economia cafeeira, aumento dos empréstimos externos e outras condicionalidades que permitiram alimentar a crescente indústria manufatureira com uma expressiva capacidade de importação de bens de capital. Esse quadro desenhou o cenário político colombiano para a chamada Revolução Liberal, de 1930 a 1946, com o importante episódio da Revolução em Marcha liderada pelo presidente Alfonso López Pumarejo (1934-38 e 1942-45), iniciando uma fase de reestruturação e reorganização do funcionamento do Estado colombiano, com a adoção de uma série de medidas. De início, uma política agrária começou a ser elaborada de modo a transformar os antigos moldes de fazenda tradicional para explorações de corte moderno, o que oficializou a já profunda polarização dos grupos políticos colombianos, entre conservadores e liberais. As organizações camponesas, por sua vez, foram capitalizadas pelo Partido Liberal para apoiar a Lei nº200 de 1936, que pretendia atacar o latifúndio improdutivo e favorecer a introdução de relações capitalistas no campo, mediante o mecanismo de extinção do domínio. Junto à isso, exigiu-se também uma legislação para apaziguar os conflitos por terra e proteger a

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economia camponesa existente. Contudo, veio a Lei nº 100 de 1944 para proteger o modo de exploração camponesa tradicional, mais conhecido como aparcería (semelhante à prática de arrendamento, no Brasil). Sob esse cenário começa a se acirrar os conflitos bipartidários, que se agravaram a partir de 1946, e a violência do campo cresce a níveis alarmantes a tal ponto que esse período da história colombiana acabou ficando conhecido como “La Violencia”, com extensão até 1957, foi o terceiro maior conflito civil nas Américas - atrás apenas da Guerra de Secessão dos EUA e da Revolução Mexicana - estimando-se cerca de 2 milhões de camponeses deslocados e 200 mil assassinados, com expropriação violenta de suas terras2. Nesse período houve um abafamento de toda uma severa repressão às lutas reivindicatórias camponesas em meio ao contexto de violência bipartidarista no campo. Um símbolo muito forte na época foi o assassinato do líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, em abril de 1948, provocando a revolta popular conhecida como El Bogotazo. O fim dessa violência liberal-conservadora veio com um ponto final dado pela ditadura militar de Gustavo Rojas Pinilla (1953-57) que se instalara, realizando operações militares contra as guerrilhas liberais camponesas, causando muitas mortes e deposições de armas. A retomada à normalidade democrática ocorreu com um pacto entre os partidos tradicionais e os setores econômico-sociais que eles representavam, iniciando um regime que duraria 16 anos (1958-74) e que ficou conhecido como Frente Nacional. Foi em meio a esse contexto que um braço da já antiga guerrilha liberal dos anos 1940 e 50 começa a se converter em um movimento armado de explícita conotação política de esquerda, que deu origem às Forças Armadas Revolucionárias da Colômbia (FARC), ligadas ao Partido Comunista, além de aparecem ainda movimentos de inspiração castrista, como o Exército de Libertação Nacional (ELN). Os movimentos de insurgência colombiana possuem uma característica em comum: sua longa duração. A violência política surgiu como o principal fator motivador da ação revolucionária que, somada às lutas pela defesa dos territórios, caracterizaram a construção dos movimentos de autodefesa campesina como respostas militares às ações do Estado. De um modo geral, todos os movimentos 2

FUNAG, A Crise na Colômbia: Impactos e Implicações para o Brasil, 2009, p.26

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manifestavam uma disposição política, tanto ideologicamente quanto em sua ação militar: o objetivo era modificar radicalmente os moldes o Estado colombiano atual e seu regime político vigente. De modo sucinto, se pode dizer que a origem do ELN está ligada mais diretamente à Revolução Cubana e sua influência nas juventudes e classes médias colombianas, associada a lutas de cunho nacionalista, como dos trabalhadores do petróleo, lutas de resistência armada e também com as expectativas dos setores progressistas na construção de uma nova esquerda – como religiosos católicos ligados à Teologia da Libertação -, frente a possibilidade de se usar as ações armadas combinadas com a insatisfação popular. Paralelamente, as FARC-EP, como já mencionadas anteriormente, surgem em meio a lutas de reivindicação campesina; tensões essas promovidas e encorajadas desde os mais altos níveis de poder político e eclesiástico o que mostra, dentre outras coisas, o grau em que o autoritarismo havia se constituído como um dos elementos psíquicos essenciais do cotidiano da população rural, que no momento representava cerca de 70% de todos os colombianos3. No final dos anos 50 ocorre a guerra de Villarrica nas zonas de autodefesa campesinas de Sumapaz e no oriente de Tolima, a qual deu origem às denominadas colunas de marcha que conduziram a uma série de remoções massivas de camponeses no centro em direção ao sul do país, sendo essas as bases dos novos processos de colonização nas regiões de Ariari e no Pato, que se constituíram como o fator que transformou as FARC em um grupo guerrilheiro, com o nome inicial de Bloque Sur, em referência a essa ofensiva militar de remoções. Em 14 de maio de 1964 se inicia a Operação Marquetalia, um grande conflito por ar e terra de 16.000 soldados e a assessoria de militares estadunidenses do Plano LASO (Latin American Security Operation), um capítulo da Guerra Fria para a região contra as guerrilhas comunistas. “El 20 de julio de ese año se realiza la asamblea general de los pobladores de Marquetalia, ya dentro de la selva que teníamos por única casa, y se define que a partir de esa

GUILLÉN, Fernando. El poder político en Colombia, Bogotá: Planeta, 1996.

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fecha nos convertiríamos en guerrilleros revolucionarios. ”, disse Jaime Guaracas, um dos fundadores das FARC4. 1.2)

Atuação da insurgência, demais movimentos e tentativas de paz

O processo de crescimento desses movimentos, de maneira geral, se manteve de maneira relativamente constante, até que houve um surto a partir da década de 80, ressaltando que somente na administração do ex-presidente Belisario Betancur (1982-86), que impulsionou a primeira tentativa de um processo de paz no país, as FARC cresceram num assombroso ritmo, de cerca de 180%. No início da década de 80, quando as FARC possuíam 1840 homens e 15 frentes de guerra, essa alcançou o número de 17000 integrantes e 108 frentes para os finais dos anos 90. O ELN passou, nesse mesmo período, de 70 homens e 3 frentes para 3500 homens e 30 frentes. A expansão territorial foi igualmente significativa, quando em 1985 a guerrilha dominava 175 municípios, alcançando uma marca de 600 municípios para o final de 1998. Durante o governo de César Gaviria (1990-1994) as tensões entre a Colômbia e os Estados Unidos começaram a escalar em meio a um contexto de Guerra às Drogas somado ao fortalecimento dos cartéis colombianos, em especial sob a liderança de Pablo Escobar, considerado um dos homens mais procurados pelas autoridades de ambos os países para julgamento e prisão nos EUA. Com a intensificação das medidas estadunidenses contra o narcotráfico - especialmente sobre o contexto colombiano, como com pedidos de extradição de cidadãos colombianos em casos de delitos praticados no exterior - os cartéis de droga deram início, como resposta, a uma forte ofensiva no interior do país sulamericano com ataques à burocracia nacional, principalmente contra membros do Legislativo e Judiciário incluindo diversos incidentes, incluindo assassinatos e sequestros. Esse quadro caótico levou a suspensão das conversas iniciadas pelo governo colombiano com a guerrilha das FARC e, consequentemente, a uma radicalização do conflito; esse intensificado também pelos constantes ataques do exército 4

colombiano

às

zonas

refúgio

insurgência.

Outra

ação

Ver em <https://www.farc-ep.co/pdf/Diario_Marquetalia.pdf>.

128

governamental que agravou esse conflito foi a adoção de um programa de incentivo à população para denúncia e oferta de informações mediante pagamento de recompensas, como objetivo de obter, a todo custo, informações sobre o paradeiro dos narcotraficantes. Nesse sentido, tal contexto foi conduzindo o país a um nível alarmante de caos na ordem pública e, consequentemente, uma decrescente credibilidade em nível internacional. Um dos cartéis que acabou ficando mais conhecido nessa época foi o Cartel de Cáli - famoso pela injeção de recursos financeiros em círculos políticos como na participação do financiamento de campanhas eleitorais nos anos 90. Sob esse contexto, as estratégias desse cartel para obter maior influência no governo nacional acabaram por aumentar a desconfiança dos EUA sobre a Colômbia, que nesse momento teria grandes indícios de que o recém-eleito presidente Ernesto Samper (1994-1998) haveria um vínculo direto com a máfia narcotraficante do país. Segundo o analista político Luis Alberto Restrepo5, tais acusações levaram “a nação, e não só o Estado, à beira do colapso integral: político, diplomático, militar, econômico e moral”. Com isso, os EUA decidem por categorizar a Colômbia como uma “narcodemocracia”, provocando um isolamento internacional da Colômbia e evidenciando um afastamento e falta de diálogo dos então representantes políticos desses dois países. Assim, após três anos consecutivos desse rechaço estadunidense e aos fracos resultados obtidos no combate ao narcotráfico, a Colômbia passa a sofrer também sanções econômicas que, portanto, passam a atingir um escopo ainda maior da sociedade colombiana, agora também fora do setor governamental. Ademais, em meados da década de 90 tanto o governo estadunidense quanto o colombiano passam a argumentar acerca da existência de estreitas ligações entre o narcotráfico e a guerrilha, com o próprio presidente Samper afirmando que a guerrilha colombiana havia se “narcotizado”, formando, assim, o que ficou conhecido como “narcoguerrilha”. Nesse momento, a principal ligação entre esses dois atores era, aparentemente, a de financiamento da guerrilha das FARC e ELN por meio dos chamados “impostos de guerra” via o pagamento por proteção a plantios, laboratórios e carregamentos dos narcotraficantes. 5

RESTREPO, Luis Alberto. La difícil recomposición de Colombia. In: Nueva Sociedad. Caracas: nº 192, julio-agosto, 2004. p. 46.

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Com a intenção de melhorar a relação com os EUA e, de certo modo, a credibilidade colombiana internacional, Samper opta em 1995 pela erradicação massiva do cultivo de folhas de coca que, no entanto, acaba por disparar os níveis de produção nos anos seguintes (1996 e 1997), chegando a atingir 146.700 hectares, colocando a Colômbia como maior exportador de coca e heroína para os EUA (80% do total contrabandeado para aquele país)6. Junto a isso, no plano interno, inicia-se um forte rechaço da opinião pública sobre as iniciativas governamentais, impulsionando grande insatisfação social resultante também dos altos níveis de desemprego, insegurança e clima generalizado de violência. Os grupos armados, por sua vez, aproveitam desse momento de instabilidade dominante no país e acabam conquistando importantes espaços políticos, conseguindo até mesmo efetuar ações de caráter político-militar. Tal situação significou, em termos reais, um progressivo aumento da presença guerrilheira no território nacional, que passou a controlar não mais 17,2% dos municípios que possuíam em 1985, mas sim atingindo a marca de 59,8% em 1995.7 Com isso, as FARC passam a viabilizar-se como uma opção real de poder, fazendo inclusive com que alguns governos da América Latina e Europa passem a reconhecer certa representatividade da organização. Ao mesmo tempo, alguns grupos para-militares, como foi o caso das Autodefesas da Colômbia (AUC), também conseguiram consolidar suas atividades em alguns lugares do território colombiano graças aos erros do próprio governo. Um exemplo foi o reconhecimento do governo de Samper para a criação de cooperativas rurais de segurança privada – chamadas Convivir - que acabaram por se converter em organizações para-militares e que, portanto, impediram qualquer avanço em prol da pacificação dos conflitos ocorrentes no país. De modo geral, pode-se dizer que o único avanço logrado pelo governo Samper em relação ao processo de paz foi a ratificação do Protocolo II de Genebra, aderindo ao Protocolo sobre Humanização do Conflito Armado ou Proteção da População Civil, permitindo a investigação de violações de direitos humanos, a reforma do código penal militar colombiano e a criação da Comissão de Direitos Humanos. 6

ROJAS, Diana Marcela & ATEHORTUA, Adolfo. El Proceso de paz y el Plan Colombia. In: El Plan Colombia y la Internacionalización del conflicto. p. 121. 7 OSTOS, Maria del Pilar. Continuidad o cambio?: La participación de México en el conflicto armado colombiano.Mimeo, Ciudad de México, p. 9.

130

Com a eleição do conservador Andrés Pastrana em 1998, retoma-se a tentativa de reatar as relações com Washington e das negociações de pacificação com o Secretariado nas FARC, rompidas durante o governo Gaviria. Com os primeiros encontros iniciados entre o governo e a guerrilha, define-se, no final de 1998, um local de encontro para conversação em uma área denominada “zona de despejo”, na região de Meta, sem a presença do exército nacional ou da polícia. A partir desse momento inicia-se uma nova fase das negociações de paz caracterizada por uma “política de mão dupla”, com o governo de Pastrana (19982002) objetivando realizar a difícil tarefa de resgatar a legitimidade do sistema político tanto interna como externamente. Contudo, ao alcançar o esse objetivo no âmbito externo, uma vez que Pastrana consegue reatar completamente as relações com os EUA, a contrapartida para a Colômbia foi ter de aceitar a internacionalização do conflito colombiano e da luta a narcotráfico com mecanismos

que

não

necessariamente

trariam

benefícios

para

país

sulamericano, como foi o caso do Plano Colômbia. Quando Pastrana decide restabelecer os canais de diálogo com Washington, faz-se uma solicitação de recursos financeiros para avançar nas negociações com as FARC e continuar as políticas de combate às drogas, definidos como temas prioritários de sua plataforma governamental. Essa chamada “diplomacia pela paz” é encorpada pelo o que ficou conhecido como Plano Colômbia, plano esse destinado a ser um “plano para a paz, prosperidade e fortalecimento do Estado”, aprovado sob consenso pelo Congresso dos EUA em 1999 com 7,5 bilhões de dólares destinados, a priori, a terem 76% desses recursos voltados para investimento social e o restante para o combate ao narcotráfico.

Contudo, desses recursos, cerca de 55% foram direcionados às

Forças Armadas e 27% à polícia; projetos alternativos de desenvolvimento obtiveram 9%, 3% para assistência a deslocados, 2% para reforma judicial, 1% para proteção aos direitos humanos e menos de 1% de recursos para a paz.8 O fato é que nem todos os recursos financeiros previstos nesta assistência dos EUA chegaram a entrar no país, com grande parte dos mesmos sendo destinados para a compra de material bélico em empresas estadunidenses e para a contratação de 8

TOKATLIÁN, Juan Gabriel. El plan Colombia. De la Guerra interna la intervención internacional?. In: Anuario Social y político de América Latina y el Caribe. Flacso/Nueva Sociedad, nº 4. p. 81.

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mercenários deste país que foram combater na Colômbia, conforme afirma Anzola9. Assim, pode-se notar que houve uma formação de um forte lobby político do empresariado estadunidense durante o processo de aprovação dos recursos para o Plano Colômbia, com a massiva presença de empresas como a Lockheed Martin, especializada no fornecimento de equipamento de monitoramento aéreo via satélite para a identificação das áreas de cultivo de folha de coca. Nesse momento ocorre, portanto, uma “terceirização de interesses” que explica a manipulação política de senadores para a aprovação de tal plano via esse lobby político-empresarial estabelecido. Já no âmbito doméstico, o processo de pacificação interna junto aos grupos guerrilheiros fora caminhando para o fracasso, sobretudo com as FARC que, inclusive, acabou sendo concedida uma zona desmilitarizada correspondente a 40% do território nacional; além da falha da recuperação econômica e ao aumento da violência política no final de seu mandato. Além disso, as FARC também passaram a denunciar o Plano Colômbia dizendo que este constituía mais um plano de intervenção dos EUA nos assuntos internos da Colômbia e agora sob o aval da classe política e empresarial nacional. Há uma desconfiança de que esse pacote de assistência financiado pelos EUA tenha como objetivo o rearmamento do Exército colombiano e a intensificação da contraguerilha para o combate ao narcotráfico. Fazendo como a essa resistência das FARC estavam também outras organizações, como o Center for International Policy (CIP), o National Center for Policy Analysis (NCPA), o Human Rights Watch e o WOLA que defendem que, em vez de amenizar o conflito, essa proposta estadunidense acabaria piorando a situação. Assim, a tentativa inicial de retomada dos diálogos entre as guerrilhas e o governo, com o apoio dos EUA, acaba, novamente, por fracassar por uma série de motivos: falta de consenso nos temas-chave da agenda de negociação; disputa militar entre a insurgência e os paramilitares bem como pela presença militar estadunidense com batalhões e equipamentos de destruição de cultivos ilícitos em áreas de selva com presença guerrilheira e paramilitar, o que acabou por ocasionar novos conflitos.

ANZOLA, Libardo Sarmiento. O Plano Colombia e a economia política da guerra. In: Política Externa. São Paulo: USP/Paz e Terra, nº 9, vol. 3, dezembro-janeiro, 2000/2001, p. 79.

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Nesse momento ocorre um racha do Partido Liberal, com Álvaro Uribe alcançando a presidência sob a égide de reunificar o país politicamente fragmentado, propondo o que ficou conhecido como “política de segurança democrática”10. Inicia-se, portanto, uma ampla ofensiva militar contra grupos guerrilheiros, resultando em um forte enfraquecimento das FARC e do Exército de Libertação Nacional, ELN tanto política quanto militarmente. Ademais disso, Uribe (2002-2010) conquista também um grande apoio popular que passa a enxergar seu governo como o maior responsável pela reestruturação colombiana, país que até o ano de 2002 encontrava-se em grave situação externa e interna. Os enormes custos políticos causados pelas políticas adotadas por Uribe - como políticas repressivas e de massiva violação dos direitos humanos - passam, nesse sentido, a serem ignoradas por grande parte da população11. Eleito em 2010, com objetivo de alcançar uma fórmula que pudesse levar ao fim do arrastado conflito nacional bem como impedir o fortalecimento do narcotráfico na região, o atual presidente colombiano Juan Manuel Santos estabelece uma nova tentativa de estabelecer uma paz “duradoura e estável”, formalizando, em 2012 uma nova rodada de negociações pela paz. Diferente do contexto em que se iniciaram os processos de paz com a chegada de Uribe, desta vez, há um substancial debilitamento militar das FARC, com uma severa baixa do contingente e mecanismos de atuação igualmente comprometidos. As conversas preliminares tomam lugar em Oslo e posteriormente foram transferidos para Havana, contando com a presença de facilitadores internacionais (Noruega e Cuba, por exemplo), bem como os principais dirigentes das FARC, representados pelo líder guerrilheiro Timoleón Jiménez, e do ELN. Em novembro de 2013 os negociadores comunicaram oficialmente que haviam chegado a um acordo sobre a participação política e que, agora, direcionariam esforços para pensar o problema das drogas ilícitas. A questão principal que circundou esse ponto, além das demandas das FARC, foi a necessidade de compatibilizar as posições do governo colombiano com a política dos EUA para a região de combate ao 10

LEONGOMEZ, Eduard Pizarro. Una luz al final del tunel. Balance estratégico del conflicto armado en Colombia. In: Nueva Sociedad. Caracas: nº 192, jul-ago, 2004. p. 76. 11

VILLA, Rafael Duarte; OSTOS, Maria del Pilar. As relações Colômbia, países vizinhos e Estados Unidos: visões em torno da agenda de segurança. RBPI, São Paulo, v. 48, n. 2, p. 86-110, 2005.

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narcotráfico. Além disso, apesar da grande expectativa que o processo tem gerado, a percepção da opinião pública e dos grupos da sociedade civil é de que o processo tem sido excessivamente centralizado e pouco transparente. Uma das dimensões da crise colombiana – o que será mais amplamente detalhada na seção seguinte – pode ser percebida nessa falha tentativa de paz promovida por Santos, uma vez fracassada com a vitória do “não” no plebiscito de 2016 representa uma crise institucional da Colômbia, por uma mescla de votos de protesto contra a administração Santos bem como para alterar alguns pontos do acordo. Esse acordo inicial contava com seis pontos principais: (i)

Rompimento com o narcotráfico;

(ii)

Plano de erradicação das plantações ilícitas;

(iii)

Retirada das minas terrestres e explosivos não detonados dos campos;

(iv)

Mapeamento de esquemas de lavagem de dinheiro;

(v)

Estabelecimento de uma política de Estado mais voltada para a promoção da saúde e implantação de uma nova política para barrar o consumo de drogas no país;

(vi)

Luta contra a corrupção, com as FARC propondo a criação de uma comissão para tal tema;

Esse histórico acordo foi sido assinado pelas partes no dia 23 de Junho de 2016, pondo um fim ao conflito armado entre a guerrilha e as forças oficias, firmando o dia do cessar fogo e hostilidades bilateral e definitivo, o que seria respaldado no voto popular a partir do plebiscito que ocorreria dia 2 de outubro desse mesmo ano. Contudo, chegado o dia, a rejeição ao acordo atingiu o patamar de 50,2% e a razão do mesmo decorre, segundo alguns especialistas, de uma série de motivos. Dentre eles, o desconhecimento por parte dos colombianos acerca dos acordos discutidos em Havana, o passo-a-passo dos mesmos; uma constante ação efetuada nas redes sociais disseminando medo e incertezas sobre o futuro do país com a oficialização do acordo como ideias de apoio ao “castrochavismo”, de retorno ao populismo de esquerda – ideias essas que movimentaram uma forte e unificada campanha de manipulação, promovida pelos setores conservadores de oposição, principalmente liderados pelo ex-presidente e

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senador Álvaro Uribe12. Com a vitória do “não”, Uribe, teve um encontro com Santos no qual destacou 5 pontos que, segundo sua linha de apoiadores, são essenciais para a aprovação popular e, obviamente, conseguir seu apoio no processo: 1) Que haja a prisão convencional para delitos de lesa-humanidade; 2) Impedir que pessoas que sejam condenadas por essa crise sejam candidatos políticos a algum momento; 3) Que as FARC entreguem todos os seus armamentos e propriedades; 4) Que o narcotráfico seja considerado um delito não passivo de anistia (não podendo ser associado a crime político); 5) Que não sejam criadas zonas de reservas para os ex-guerrilheiros, apenas distribuídos os territórios já ocupados pelas FARC; Nesse sentido, o governo colombiano optou por realizar um novo acordo que foi elaborado a partir da escuta e debate com diversos setores sociais e políticos por mais de 40 dias após o plebiscito de outubro, sejam comunidades indígenas e afrodescendentes, representantes religiosos, empresários, jovens, dentre outros. Houve, portanto, uma mudança de fundo para atender a grande maioria das solicitações e propostas, chegando a um acordo com as FARC no dia 12 de novembro de 2016. O novo acordo também recebeu apoio da comunidade internacional, com Estados Unidos, União Europeia e todos os países americanos reunidos na Organização de Estados Americanos (OEA) felicitaram a realização desse novo acordo, assinado no dia 24 de novembro, faltando ainda as etapas de referendação e implementação. Essa última será de maior responsabilidade do Congresso, onde todas as leis da República Colombiana são discutidas e aprovadas, enquanto que sobre a referendação existem algumas opções, dentre elas organizar um novo plebiscito – o que alguns setores já rechaçam a ideia, com medo de novas campanhas com novos mitos se alastrem pelo país, atrasando ainda mais o processo –, apresentar o novo acordo nas Assembleias Municipais e Departamentais, como instâncias de democracia locais; e, por fim, outros setores

Para aprofundar a análise acerca da vitória do “No” no plebiscito de 2 de outubro, ver artigos da Marcha Patriótica em <goo.gl/T8Qc4h>, <goo.gl/Rh1tUj>.

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ressaltam a importância do Congresso como a instância democrática mais idônea para referendar tal acordo. 1.3)

Acordo Final para o término do conflito e a construção de uma paz estável e duradoura O presidente Juan Manuel Santos já declarou que concorda com a não

necessidade de realizar um novo plebiscito13, tendo em vista que esse pode gerar novas divisões no país enquanto ele acredita que seu dever é promover a união e não maior polarização, além de defender a natureza democrática do Congresso como a melhor instância para avaliar o acordo, por ser a instituição eleita no modelo político atual para legislar em nome do povo colombiano, como ocorre em outras situações em que é necessário avaliar e aprovar leis. Por outro lado, vale destacar também o receio do governo de Santos de enfrentar uma nova derrota nas urnas, o que, novamente, exigiria mais tempo e capitais (políticos, econômicos) para reformular num novo Acordo com suficiente aprovação. Assim, a via escolhida, por fim, foi a de referendar o acordo por meio do Congresso da República, onde estaria sendo representadas todas as visões políticas do país, desde a extrema esquerda a extrema direita. O novo acordo14, datado do dia 29 de novembro de 2016, conta com 6 pontos principais que são explicitados individualmente, destacando as propostas dos que votaram “não” no último plebiscito e apontando quais foram as modificações elaboradas. São esses: 1) Reforma Rural Integral – organizar uma grande reforma do campo, de forma a reduzir a pobreza em 50%; promover a integração entre o campo e a cidade; reativar a economia campesina; garantir a segurança alimentar. Para garantir apoio dos apoiadores do “não”, houve a inclusão de um artigo que asseguraria o respeito à propriedade privada e a inclusão de uma missão de expertos para regularizar tais direitos, além da inclusão de um princípio que estimula a competitividade e que visa promover e fomentar os 13

Ver em <goo.gl/12iFiZ> (Acesso em 13/12/2016)

Ver em: <goo.gl/gT7svg> (Acesso em 02/12/2016)

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investimentos no campo com visão empresarial. Por outro lado, também foi inserido um artigo que prioriza a população rural vitimizada pelo conflito ao acesso integral à terra. 2) Participação Política – garantir uma abertura democrática para construir a paz, fortalecendo a participação de todos os colombianos na política, nos assuntos públicos e na construção da paz, ampliando a democracia para que essa seja o caminho para tramitar os conflitos de forma pacífica e romper definitivamente o vínculo entre política e armas. As modificações foram no sentido de tornar tal ponto uma obrigação constitucional, mesmo para a oposição; organizar uma Misión de Observación Electoral (MOE) para controlar e vigiar o financiamento ilegal de campanhas políticas e realizar o monitoramento eleitoral; garantir a participação das vítimas nas “Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz” assim como impedir a participação nesses espaços do eventual partido político que venha surgir das FARC-EP e de partidos que contem com representação no Congresso ou que possuam algum tipo de personalidade jurídica, dentre outras modificações. 3) Fim do conflito armado – materializar o processo de “Dejación” (deposição) de armas por parte das FARC, em um cronograma de 180 dias; estabelecendo condições para o trânsito dos integrantes das FARC para a vida civil (tanto no âmbito social, econômico quanto político), além de garantir as condições de segurança para os territórios. No que se refere às mudanças no acordo, foi aprovada a ideia de que o montante que o movimento ou partido político que surgirá a partir das FARC-EP receberá entre 2018 e 2026 será uma soma equivalente à média que os partidos ou movimentos políticos com personalidade jurídica receberam nas eleições anteriores à assinatura do Acordo Final. Ademais, este ficará responsável por uma contribuição de 7% ao ano no financiamento do centro de pensamento e formação política para o funcionamento de partidos e movimentos políticos. Outros pontos adicionais: nenhum dos recursos que chegarem como forma de cooperação internacional deverão ser utilizados para campanhas eleitorais; que a desmobilização armada das FARC deve ser total, incluído as milícias; incluiu-se uma obrigação para as FARC de

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desmantelar sua economia ilícita e entregar todos os bens e dinheiros adquiridos

ilicitamente,

sob

pena

de perder todos

benefícios

consagrados pelo Acordo, o que será mais detalhado pelo Conselho Nacional de Reincorporação. 4) Solução para o problema das drogas ilícitas – dar um tratamento diferenciado para o problema, buscando um enfoque integral e equilibrado promovendo a substituição voluntária dos cultivos de uso ilícito e transformando os territórios afetados, dando um enfoque de saúde pública na questão do consumo e estimulando a luta contra o narcotráfico. Inseriuse artigos para firmar o compromisso das FARC de se comprometerem a entregar toda a informação acerca de zonas de cultivos ilícitos, rota de drogas, cadeias logísticas, provedores de recursos químicos e etc; para respeitar as comunidades que habitam zonas afetadas por cultivos ilícitos, oferecendo

essas

pessoas

oportunidades

para

desvincular-se

definitivamente dessa atividade, ainda que gradativamente (limite de 1 ano); deixar claro que o governo pode usar os métodos que acredita-se serem mais efetivos para cumprir tal ponto, como a aspersão aérea ou qualquer outro que considere mais eficaz. 5) Sistema Integral de Verdade, Justiça, Reparação e Não Repetição – criação de um sistema para alcançar a satisfação das vítimas do conflito, assegurando a segurança jurídica das mesmas assim como a convivência, a reconciliação e a não repetição, sendo esses elementos essenciais para a transição para a paz. Os pilares serão os princípios da Justiça de Transição, com a criação de uma Comissão especializada no tema, com uma jurisdição especial para a paz (JEP) com medidas para garantir a reparação integral. No que se refere às modificações propostas pelos partidários do “não” e que foram aprovadas, pode-se destacar a necessidade das FARC de contribuir material e efetivamente na reparação das vítimas; o fortalecimento do processo especial de busca às pessoas desaparecidas e na compilação de informações para auxiliar no processo; estabelecimento de um limite temporal para o funcionamento da JEP, de modo a estabelecer um prazo para suas funções. Além disso, se especificou que a legislação aplicável nesse caso seria o Código Penal

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Colombiano sob o critério guia de prevalência do Direito Internacional Humanitário, sempre aplicando o princípio de favorabilidade; aclarar que os informes apresentados por ONGs e organizações de vítimas e de direitos humanos não equivalem a uma acusação judicial/penal; condicionar a anistia do narcotráfico à entrega de informações pertinentes para a luta contra essa prática. 6) Implementação, Verificação e Referendação – acordaram-se mecanismos para dar seguimento aos componentes do Acordo Final e verificar seu cumprimento, resolvendo eventuais diferenças, impulsando e dando continuidade à implementação legislativa e fazendo acompanhamento e verificação internacional a tal implementação, sempre considerando o componente ético de salvaguardar e garantir instâncias especiais para com os povos étnicos para seguir com a implementação, respeitando o enfoque de gênero, a igualdade, a liberdade de cultos, o aprofundamento da democracia, da transparência, igualdade social, etc. As mudanças incluídas foram: uma nova cláusula que considere o princípio de sustentabilidade das finanças públicas e estabelecendo um cronograma para a implementação da Reforma Rural Integral, estando essa sujeita à disponibilidade de orçamento e à regra fiscal; dentre outras. Uma última observação acerca do novo acordo é a eliminação da ideia de “Bloco de Constitucionalidade”, incluindo na Constituição Política colombiana a obrigatoriedade de inserir parâmetros de interpretação, desenvolvimento e validação das normas e leis de implementação e desenvolvimento do Acordo Final. Do mesmo modo, se estabelece como obrigação de todas as autoridades públicas o cumprimento de boa-fé para com o acordo, sendo esse assinado e depositado como Acordo Especial, unicamente para cumprir com as obrigações internacionais com o marco do DIH, e não para ser introduzido ao ordenamento jurídico colombiano. Ao longo de 34 anos de tentativas de elaborar acordos de paz, de 8 tentativas fracassadas, a Colômbia agora se vê diante da oportunidade de encerrar esse sangrento capítulo de sua história. O novo acordo, provavelmente, não satisfará a todos de uma maneira consensual, já que nenhum de todos os acordos de paz

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ocorridos na história mundial se viram completamente livre de críticas, mas isso há de ser visto como algo igualmente construtivo, como análises que possam promover a melhora do mesmo. 2) Crises institucionais/sistêmicas regionais e imperialismo Ao se fazer uma análise histórica e comparar com a realidade atual, pode-se entender que enquanto que a Modernidade era marcada pela certeza e pela ideia de racionalidade do projeto capitalista, hoje vivemos cercados pela incerteza e pela demonstração de fracasso desse projeto percebido pelo conjunto de diversas crises que afetam principalmente as camadas mais pobres da sociedade e, obviamente, os países mais periféricos e invisibilizados pelo centro do sistema internacional, como a própria Colômbia. “A crise atual não é crise financeira do capitalismo, mas crise de sistema. (...). Não significa que o regime vá morrer lenta e pacificamente, sua morte tranquila. Ao contrário, o capitalismo senil torna-se mesquinho e tenta sobreviver mediante o dobro da violência que haja. Para os povos, a crise sistêmica do capitalismo é insustentável, pelo que ela traz de desigualdade crescente na partilha dos lucros e das riquezas no interior das sociedades, a qual vem acompanhada de profunda estagnação, por um lado; e de polarização mundial sempre crescente, pelo outro lado. ” (Entrevista de Samir Amin ao coletivo independente belga Investig’Action; grifos próprios)15.

Dentre muitas das dimensões, vale destacar a dimensão política dessa crise que se vê muito fortalecida por uma crescente descrença nas instituições democráticas como formas de garantir os direitos das populações mais vulneráveis. A ideia de um Estado de Direito já não é mais percebida como um modelo ideal e sim como uma forma de fortalecer as antigas estruturas de dominação política já existentes em muitos países, como as oligarquias latinoamericanas e caribenhas que até hoje dominam setores muito estratégicos de seus países, como os meios de comunicação – os mesmos que criam as propagandas políticas e que, por consequência, já não convencem a população de uma maneira geral. Pode-se dizer, assim, que a crise política vivida hoje tanto na 15

Ver em: http://www.investigaction.net/entretien-avec-samir-amin-laffirmation-de-la-souverainetenationale-populaire-face-a-loffensive-du-capital/ (Acesso em 01/01/2017)

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Colômbia quanto nos demais países latino-americanos é grave pela existência de uma democracia representativa falha que dificilmente caminha em direção a uma democracia realmente participativa e comunitária para todos16. Outro aspecto importante dessa crise é também o seu lado epistemológico, uma vez que o modelo ideológico-político do Pensamento Único em que o neocolonialismo do poder e do saber17 estavam presentes agora se encontra em meio a fortes releituras e críticas análises, com crescimento dos pensamentos das correntes decoloniais afirmando a necessidade de “fazer um uso contra hegemônico dos saberes hegemônicos” (em De Souza Santos, 2010, p:67-68). No que se refere especificamente à situação colombiana, pode-se dizer que a crise se inicia desde que a Colômbia perde parte de sua soberania ao contar com a constante presença dos Estados Unidos da América em todos seus processos de negociação com suas guerrilhas internas. Nesse caso, para além do princípio da soberania dos países, percebe-se que o de não-intervenção nos assuntos internos também é violado, com a atuação dos EUA como mediador e facilitador para o Estado colombiano lidar com esse longo e complexo conflito. Ademais do já mencionado Plano Colômbia, outro claro exemplo dessa perda de soberania foi quando o governo de Uribe passa a se alinhar incondicionalmente aos EUA, chegando até mesmo a apoiar a Guerra ao Iraque. Como aponta Restrepo, “Uribe tem colocado toda a política exterior a serviço da segurança. E, embora de imediato tenha obtido importantes êxitos políticos, financeiros e militares, sua estratégia hipoteca as relações internacionais da Colômbia, sobretudo com os vizinhos”.18 Além disso tudo, com os atentados de 11 de setembro, o governo de W. Bush deixou de diferenciar as ações de grupos guerrilheiros, paramilitares e narcotraficantes, passando a entender, agora, a Guerra às Drogas também como Guerra ao Terrorismo. Assim, o entendimento dos anos 90 da situação das narcoguerrilhas passa a ser ampliado para o narcoterrorismo e que, portanto, deveria receber uma ofensiva ainda mais incisiva.

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18 GARRIDO, Roberto Soberón. Entre cuarteles, caletas y fronteras. In: Cuadernos de Nueva Sociedad.Caracas: nº 1, 2º semestre, 1997, p. 85

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Como resultado, em 2001 há a implementação da Iniciativa Andina Antidrogas (ou anteriormente chamada de Iniciativa Regional Andina) - com o objetivo de estabelecer uma política comum contra o narcotráfico na região - direcionando fundos não só para a Colômbia como também para demais países andinos, além de Brasil e Panamá, com um orçamento de 700 milhões para 2003 e 731 milhões para 2004, sendo 63% dos recursos priorizados para a Colômbia.19 Contudo, a iniciativa significou, na prática, a disseminação dos cultivos de maconha, folha de coca e papoula, a proibição de carregamentos destinados aos EUA e Europa, a extradição de condenados por narcotráfico e maior fiscalização das fronteiras interestatais. Com essa iniciativa somada ao Plano Colômbia, as problemáticas do conflito colombiano foram internacionalizadas, uma vez que as áreas de cultivo do narcotráfico acabaram se ampliando para além das fronteiras colombianas, gerando graves problemas aos países vizinhos20. Vale salientar que, considerando o estado de guerra civil que vive a Colômbia e tendo em vista a Resolução 1975 do Institut de Droit Internationale (1975), o Plano Colômbia é visto como ilegal perante normas do Direito Internacional, uma vez que o mesmo viola seus artigos primeiro, por se enquadrar claramente na categoria de Guerra Civil levantada pelo texto; somado a isso há também o fato de o Plano Colômbia prever auxílio econômico por parte do governo e treinamento das tropas colombianas por empresas dos EUA que contam com a mão de obra de cidadãos igualmente estadunidenses. Ainda no âmbito da Resolução 1975, o caso não se enquadra nas exceções expostas pelo artigo terceiro pois a assistência dos Estados Unidos favorece claramente o governo, enquanto enfraquece o grupo guerrilheiro.21 Assim, semelhante ao Caso de atividades paramilitares na e contra a Nicarágua (1984) analisado pela Corte Internacional de Justiça (CIJ) – ainda que com a diferença de que a intervenção na Colômbia é feita a convite do governo – pode-se observar que essa ingerência decorre da insurgência de movimentos de esquerda que, pelos olhos dos EUA, 19

Ver <www.state.gov/m/rm/rls/cbj/2004>.

INTERNATIONAL CRISIS GROUP. Colômbia e seus vizinhos: os tentáculos da instabilidade. Relatório sobre a América Latina, p. 7 21

Dresch, JOANA; RODRIGUES, Polyana. O Plano Colômbia à luz do Direito Internacional, 2015.

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causam instabilidade ao status quo da região o que geraria um desrespeito à soberania nacional da potência regional, cujos interesses se encontravam ameaçados, justificando, assim, a intervenção. A CIJ ressalta que em “casos de competência nacional” não se deve, em qualquer caso, haver intervenção ou qualquer meio de suporte a grupos militares e paramilitares, uma vez que se trata da independência política da nação colombiana. Nesse sentido, pode-se inferir que a implementação do Plano Colômbia e da Iniciativa Andina Antidrogas deu visibilidade a vários problemas entre os vizinhos andinos, que até então permaneciam apenas dentro das fronteiras colombianas. Isso fez com que alguns autores22 passassem a enxergar o conflito na Colômbia como um foco de irradiação de tensão regional, criando impasses de insegurança nas fronteiras por diversos motivos. A realização desse Acordo Final entre o governo colombiano e os movimentos guerrilheiros poderá representar, portanto, um passo em direção ao fortalecimento da soberania nacional e de maior estabilidade regional, diferente dos anteriores moldes de negociações de paz com alta interferência dos interesses estadunidenses. 3) Caminhos alternativos Ainda que sob o atual contexto de crise e profunda instabilidade econômica e política, pode-se apontar o continente latino-americano como a região que mais significativamente vem dando o que chamam de giro epistemológico, rompendo com os conceitos universalistas europeus, buscando criar paradigmas a partir do que é nosso, ou seja, a partir da perspectiva de nossa realidade, retomando ideias de um pensamento crítico, criativo e de libertação, como desejavam os antigos pensadores da região, como José Martí e José Carlos Mariátegui. Movimentos sociais e a sociedade civil tem se mostrado como relevantes atores para responder esse contexto, uma vez que tiveram (e têm até hoje) fortes alterações em suas condições de vida e de (r)existência, o que os estimula a criar novas possibilidades de pensar e de construir alternativas para o desenvolvimento do bem comum, o que alguns autores de referem como o cosmopolitismo da 22

VILLA, Rafael Duarte; OSTOS, Maria del Pilar. As relações Colômbia, países vizinhos e Estados Unidos: visões em torno da agenda de segurança. RBPI, São Paulo, v. 48, n. 2, p. 86-110, 2005.

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interculturalidade (Sosa Fuentes, S. 2013, p.187). Esse seria pautado em um diálogo igualitário entre distintas culturas e cosmovisões, buscando a preservação do planeta como nosso “lugar comum”, além de reivindicar uma nova ética global em que a distribuição de renda, o respeito, a igualdade e a justiça social sejam os guias dessa nova forma de conviver em sociedade. Outro ponto importante é o reconhecimento dos direitos, das diferenças, valores e cosmovisões principalmente dos grupos mais excluídos e oprimidos de Nossa América, de modo a demonstrar uma forma de fortalecê-los e estimular sua articulação para sua afirmação identitária antes ofuscada ou invisibilizada pelas grandes formas de dominação. Se constrói, assim, uma nova racionalidade libertadora, o “Buen Vivir”, que parte da resistência às remoções e à irracionalidade do capitalismo como uma alternativa orientada à solidariedade humana e para com a natureza, não somente no que tange às atividades e modelo econômico a seguir, mas sim em todas as dimensões da existência social, como formas complementares. Desse modo, a ideia de criar uma racionalidade alternativa se caracteriza como essencial ao analisar nosso atual contexto de crise sistêmica regional, uma vez que a finitude dos ecossistemas é uma realidade incontestável e necessitamos reverter esse quadro crítico para que não cheguemos ao fim da humanidade/ ao caos total para nossas sociedades. É nesse sentido que o Processo de Paz na Colômbia se destaca como um potencial caminho para retirar a América Latina desse emaranhado de crise sistêmica, uma vez que visa fortalecer a democracia e promover a paz internamente, o que igualmente pode servir para fortalecer a soberania nacional do país, refletindo também em seus vizinhos e, consequentemente, em uma maior estabilidade regional de maneira geral. Ainda que a epistemologia do mesmo todavia caminhe a passos curtos e jovens, uma vez constatada a dificuldade em se firmar principalmente pelo forte lobby e pressão da oposição uribista, o feixe aberto para que esse seja concretizado já representa muito para que a Colômbia caminhe em direção a um processo de emancipação dessa guerra civil que, dessa maneira, contribuirá para maior independência em relação à interferências externas em seus assuntos internos, principalmente referente às ações estadunidenses em seus territórios e suas políticas.

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A CONSTRUÇÃO DO SUL-AMERICANISMO LA CONSTRUCCIÓN DEL SUDAMERICANISMO Luciano Wexell Severo (UNILA)1 Resumo: Depois de 2003, o Brasil reorientou a prioridade de sua estratégia de inserção internacional no sentido da edificação do Sul-americanismo. O movimento foi resultante de um processo longo de consolidação desta concepção sul-americanista. Os avanços também são frutos de um emaranhado de acontecimentos e casualidades, como a crise da unipolaridade estadunidense e a coincidente confluência de outros presidentes orientados por uma perspectiva integracionista. Argumentamos que existe uma linha clara, de construção coletiva, edificada por intelectuais, políticos e governantes da região, que representa as reivindicações de identidade e de unidade regionais, propostas há 200 anos pelo pensamento emancipador dos Libertadores. Desde nosso ponto de vista, o tronco estrutural da estratégia de inserção internacional do Brasil não será facilmente modificado por um novo governo antinacional, liberal e associado a Washington. A história segue. Palavras-chave: Integração; América do Sul; Regionalismo. Resumen: Después de 2003, Brasil reorientó la prioridad de su estrategia de inserción internacional en el sentido de la edificación del Sud americanismo. El movimiento fue resultado de un largo proceso de consolidación de esa concepción sud americanista. Los avances también son frutos de una maraña de acontecimientos y casualidades, como la crisis de la unipolaridad estadounidense y la coincidente confluencia de otros presidentes orientados por una perspectiva integracionista. Argumentamos que existe una línea clara, de construcción colectiva, edificada por intelectuales, políticos y gobernantes de la región, que representa las reivindicaciones de identidad y de unidad regional, propuestas hace 200 años por el pensamiento emancipador de los Libertadores. Desde nuestra perspectiva, el tronco estructural de la estrategia 1 Professor do Programa de Pós-Graduação em Integração Contemporânea da América Latina (PPG-ICAL) na Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA) e do Doutorado Interinstitucional (DINTER) em Relações Internacionais, parceria entre a UNILA e a Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUCRio). Professor do curso de Economia, Integração e Desenvolvimento da UNILA desde 2011. Doutor em Economia Política Internacional pela Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ) (2015). Coordenador do Observatório da Integração Econômica da América do Sul - UNILA. E-mail: luciano.severo@unila.edu.br

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de inserción internacional de Brasil no será fácilmente alterado por un nuevo gobierno anti-nacional, liberal e asociado a Washington. La historia sigue. Palavras-clave: Integración; América del Sur; Regionalismo.

Os pilares do Sul-americanismo Desde o começo do século XXI, a cada nova eleição presidencial, a conjuntura política na América do Sul foi tornando-se mais orientada ao resgate de projetos de desenvolvimento nacional e, simultaneamente, de iniciativas integracionistas. Já em 2002, era possível vislumbrar a possibilidade de um maior acercamento do Brasil, da Argentina e da Venezuela. Também a partir daquele momento, renovou-se a preocupação estadunidense com a formação de um influente bloco de poder no Sul, que unisse as maiores economias regionais desde as portas do Caribe até os cafundós da Patagônia. A diplomacia e a inteligência estadunidense identificaram o esgotamento dos governos neoliberais, seus aliados declarados2, e agiram para evitar uma reviravolta anti-americanista ou nacionalista3 na região. Exatamente por esta razão, existe farta documentação que comprova o envolvimento da CIA e da embaixada dos Estados Unidos em Caracas na tentativa de golpe de Estado contra Hugo Chávez, poucos meses antes da posse de Lula, no Brasil, e de Kirchner, na Argentina. Washington fez o que podia para impedir o estabelecimento de um eixo Caracas-Brasília-Buenos Aires. Contudo, não conseguiu4. 2 Depois da queda do muro de Berlim e da derrocada da URSS, selando a vitória da Guerra Fria pela potencia estadunidense, os presidentes da América Latina assumiram posturas de submissão a Washington. São os casos de Rafael Caldera na Venezuela, Gonzalo Sánchez de Lozada na Bolivia, Carlos Salinas de Gortari no México, Juan Carlos Wasmosy no Paraguai, Fernando Henrique Cardoso no Brasil, Jamil Mahuad no Equador, Andrés Pastrana na Colômbia, Alberto Fujimori no Peru, Carlos Menem na Argentina e Jorge Batlle no Uruguay. Recomenda-se a leitura do trabalho de Maurício Santoro (2008) sobre o chamado “realismo periférico”. 3 Utilizamos neste trabalho a expressão “nacionalista” com referência no uruguaio Vivián Trías (1992). O autor apresenta três manifestações do nacionalismo. A primeira teve o aspecto afirmativo das revoluções burguesas europeias, aproximadamente até os anos 1860 e 1870. A segunda encarna uma essência negativa e retrógrada, presente nas potências “capitalistas monopolistas e no expansionismo imperialista” do final do século XIX até a eclosão da I Guerra Mundial. A terceira está relacionada com um Nacionalismo Latino-Americano, que desde as suas primeiras lutas emancipatórias já continha fortes elementos anti-imperialistas, populares e integracionistas. 4 São esclarecedores os trabalhos da advogada e investigadora estadunidense-venezuelana Eva Golinger sobre a ingerência dos Estados Unidos na Venezuela e outros países da região. Vale comentar que, mesmo antes de assumir a Presidência, Lula já contribuiu para constituir

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Por um lado, a ascensão de Lula, em 2003, definiu a virada do Brasil para o Sul. Por outro, a concomitância de outros seis governos progressistas na América do Sul marcou o início de uma nova onda de regionalismo. Como afirmou o escritor francês Victor Hugo (1802-1885), “não há nada mais poderoso do que uma ideia cujo tempo chegou”. O primeiro foi Hugo Chávez, na Venezuela, em 1999. Depois, Néstor Kirchner, na Argentina, em 2003. Tabaré Vásquez, no Uruguai, em 2005. Evo Morales, na Bolívia, em 2006. Rafael Correa, no Equador, em 2007. Fernando Lugo, no Paraguai, em 2008. Em cinco anos, transformou-se o horizonte político da região5. Em seu primeiro discurso como mandatário, o presidente Lula (2003, p. 10) indicou o caminho que o Brasil trilharia: Eu estou aqui para dizer que chegou a hora de transformar o Brasil naquela Nação com a qual a gente sempre sonhou: uma Nação soberana, digna, consciente da própria importância no cenário internacional e, ao mesmo tempo, capaz de abrigar, acolher e tratar com justiça todos os seus filhos... A grande prioridade da política externa durante o meu Governo será a construção de uma América do Sul politicamente estável, próspera e unida, com base em ideais democráticos e de justiça social. Para isso é essencial uma ação decidida de revitalização do MERCOSUL, enfraquecido pelas crises de cada um de seus membros e por visões muitas vezes estreitas e egoístas do significado da integração. O MERCOSUL, assim como a integração da América do Sul em seu conjunto, é sobretudo um projeto político. Mas esse projeto repousa em alicerces econômicocomerciais que precisam ser urgentemente reparados e reforçados. Cuidaremos também das dimensões social, cultural e científicotecnológica do processo de integração.

O economista Paulo Nogueira Batista Jr. (2007, p. 116) lembra que o cenário era “muito diferente do que prevaleceu na década de 1990, quando todos ou quase todos os países da América Latina eram governados por políticos alinhados aos Estados Unidos em maior ou menor grau”. Ao citar alguns presidentes da “Era dos normais”, afirma que eram “procônsules da ‘Pax Americana’”6. Luiz Alberto Moniz Bandeira (2008, p. 24), por sua vez, o Grupo de Amigos da Venezuela, que foi fundamental para atenuar o clima de tensão política e, finalmente, contribuir para buscar uma solução constitucional à crise venezuelana, via Referendo Revogatório de agosto de 2004, vencido com folga por Chávez. 5 Em 1998, na Venezuela, o Movimento V República interrompeu 40 anos de revezamento dos partidos Acción Democrática (AD) e COPEI no poder. Em 2004, a Frente Amplia, no Uruguai, acabou com 175 anos de hegemonia dos partidos Nacional e Colorado. De forma similar, em 2007, no Paraguai, a Alianza Patriotica para el Cambio tirou a Presidência do partido Colorado depois de 60 anos. Não é um exagero afirmar que a vitória do Movimiento al Socialismo (MAS), na Bolívia, em 2005, representou o início do fim do regime de apartheid vigente no país andino. 6 O chamado “Realismo periférico” do argentino Carlos Escudé (1992) representa um culto à submissão da periferia ao centro e um reforço à ideia de impossibilidade de um país como a Argentina assumir algum papel altivo e soberano dentro do Sistema Internacional. Daí deriva o argumento de Domingo Cavallo em defesa da Argentina como um país “Normal”,

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recorda uma frase do presidente Lula em Caracas: “A solução para a economia da Venezuela, do Brasil e de outros países da América do Sul não está no Norte, além do oceano, mas na nossa integração”. De acordo com o historiador, “esses entendimentos entre Brasília e Caracas causaram, decerto, a inquietação de Washington, que tentava abusivamente isolar o governo de Hugo Chávez, por não subordinar-se aos seus desígnios”. A estratégia brasileira de inserção internacional voltou-se de forma incisiva para dentro da América do Sul. Vejamos a interpretação do embaixador Samuel Pinheiro Guimarães (2006, p. 75): O presidente da República, inclusive no seu discurso de posse, definiu claramente as prioridades. E a prioridade é a América do Sul. Não é a América Latina, é a América do Sul. Com toda a clareza, não tem erro. América do Sul é uma coisa, são os nossos vizinhos, América Latina é outra7.

Entendemos que o amadurecimento e a perseverança do Brasil na construção da ideia de “América do Sul” corresponde a uma ação harmônica e continuadora de uma tradição da política externa desde 1889. Moniz Bandeira (2008, p. 12) também contribui para aperfeiçoar a definição de América do Sul ao interpretar que, para o Brasil, sempre houve duas Américas: a do Norte, junto com a Central e com o Caribe, e a do Sul. O conceito de América do Sul, como conceito geopolítico, e não o conceito de América Latina, um conceito étnico, muito genérico, e sem consistência com seus reais interesses econômicos, políticos e geopolíticos, foi que sempre pautou, objetivamente, a política exterior do Brasil, e até a metade do século XX suas atenções concentraramse, sobretudo, na região do Rio da Prata, ou seja, Argentina, Uruguai, Paraguai e Bolívia, que conformavam sua vizinhança e com os quais havia fronteiras vivas comuns... O entendimento do Brasil era de que havia duas Américas, distintas não tanto por suas origens étnicas ou mesmo diferença de idiomas, mas, principalmente, pela geografia, com as implicações geopolíticas, e esse foi o parâmetro pelo qual se orientou a política exterior do Brasil, que no curso do século XIX se absteve de qualquer envolvimento na América do Norte, Central e Caribe, enquanto resguardava a América do Sul como sua esfera de influência8. distanciada dos caminhos contestadores à posição dos Estados Unidos. Carlos Menem defendeu, inclusive, “relações carnais” de seu país com a potência hegemônica. 7 Em outro texto, Guimarães (2003) reforça que “la importancia para la política externa brasileña de Asia, de África (y hasta incluso de cierta forma de Europa) ha sido, desde 1945, y continuará siendo relativamente marginal cuando se compara con la importancia central de los Estados Unidos en la propia política interna brasileña y en la política sudamericana y, en segundo lugar, de la Argentina, relacionamiento éste esencial para cualquier estrategia brasileña en el sub-continente, base necesaria de toda su política exterior en un mundo que será multipolar”. 8 “O presidente Lula, desde o início do seu mandato, demonstrou que sua política exterior trataria de robustecer a parceria estratégica com a Venezuela e aprofundar os vínculos com a

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Um recorrido sobre os traços cardinais do posicionamento do Brasil, ao longo

história

republicana,

permite

identificar

uma

continuidade

ziguezagueante desde o Barão do Rio Branco até Lula, passando por pouquíssimos momentos nos quais não prevaleceu uma orientação política de busca pela autonomia e de preocupação com o espaço sul-americano. Grosso modo, o alinhamento com os Estados Unidos teve peso majoritário somente nas ações de Eurico Gaspar Dutra, Humberto Castelo Branco e, em certa medida, Fernando Henrique Cardoso. Nos anos 2000, gradativamente, o quadro político se diferenciava daquele dos anos 1990. Leonardo Granato (2014, p. 14) defende que surgiu uma “nova concepção da integração”, que resgatou e ampliou o pensamento emancipador e integracionista dos anos 1960, que por sua vez era tributário do pensamento do início do século XX. Por tanto, um século depois, retornavam com robustez as ideias da chamada terceira vertente do pensamento latinoamericano, apresentada pelo filósofo mexicano Leopoldo Zea (1976)9. São ilustrativas do chanceler argentino Rafael Bielsa: “Regionalizar-nos é assumir uma resposta política para a globalização porque nos permite utilizar a vontade para definir o tipo de integração que queremos. Isso é muito melhor do que permitir que tudo seja conduzido pelas forças invisíveis do mercado” (GRANATO, 2014, p. 122). As palavras do presidente Kirchner são ainda mais diretas: “A integração regional foi sempre um aspecto irrenunciável de nossa política exterior e também uma constante na história do Peronismo”10.

Argentina, seu principal sócio no MERCOSUL, e que a integração da América do Sul era sua prioridade número um” (BANDEIRA, 2008). 9 Zea dividiu o conjunto de ideias surgidas na região desde os movimentos independentistas em três grandes vertentes: o “Liberalismo” dos séculos XVIII e XIX, o “Positivismo” dos séculos XIX e XX e a denominada “Libertação da dependência” do século XX. Essa tipologia está sustentada em uma análise histórica e filosófica dos pensadores e agentes políticos. Os três maiores expoentes da terceira vertente são o cubano José Martí (1853-1895), o uruguaio José Enrique Rodó (1871-1917) e o mexicano José Vasconcelos (1882-1959). 10 Desde 1946, orientada pelo General Juan Domingo Perón, a diplomacia argentina vinha promovendo Tratados de União Econômica com os demais países da América do Sul. Os acordos previam o financiamento de obras de infraestrutura (rodovias, ferrovias, portos e hidrelétricas), o abastecimento de matérias primas para Buenos Aires e a venda de alimentos e bens industriais argentinos para os demais, além da paulatina utilização de moedas locais como forma de pagamento. De acordo com o presidente argentino, “ni la Argentina, ni el Brasil, ni Chile, aislados, pueden soñar con la unidad económica indispensable para enfrentar un destino de grandeza. Unidos forman, sin embargo, la más formidable unidad sobre los dos océanos de la civilización moderna. Desde esa base, podría construirse hacia el norte la Confederación Sudamericana, unificando en esa unión a todos los pueblos de raíz latina (ODDONE E GRANATO, 2008).

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Paulo Fagundes Vizentini (2010, p. 9) fala do papel da diplomacia brasileira durante o governo Lula, atribuindo-lhe “sentido tático-estratégico” e “visão de longo alcance”: “a ênfase da era Fernando Henrique Cardoso foi invertida, o que implica uma inflexão significativa em termos de política externa, consistindo-se numa diplomacia high profile que recuperou a centralidade da questão nacional”11. Um dos principais formuladores da política sul-americanista do Brasil, o embaixador Pinheiro Guimarães (2006, p. 62), considera que Um país ‘normal’ é um país ex-colonial que é uma nova colônia, é um país adaptado ao mundo e que aceita a estrutura de poder político, econômico, militar, tecnológico. É ‘normal’ porque não contraria ninguém. Nós não podemos nos encaixar nisso. Isso não é suficiente para nós. Pode ser suficiente para pequenos Estados, cuja capacidade de transformação do mundo é naturalmente limitada por sua dimensão menor. Mas não para um país com as dimensões como o nosso em termos de população, território, recursos e com uma estrutura econômica relativamente muito sofisticada.

Por sua vez, Marco Aurélio Garcia (2014, p. 98), outro dos destacados articuladores da política externa brasileira, aponta que “houve uma percepção, pelos diplomatas ligados a uma tradição progressista dentro do Itamaraty, de uma política externa independente. Resolveram não mais tirar os sapatos nos aeroportos de países desenvolvidos”12. Porém, mais do que isso, a partir de 2003, preponderou no pensamento diplomático brasileiro a progressiva edificação da América do Sul como um continente13. O ministro Celso Amorim (2014, p. 33) esclarece que existiam três ações dentro das possibilidades da política externa brasileira: responder à agenda internacional já existente, podendo fazê-lo de forma subalterna ou de forma altiva, ou criar novas pautas na agenda. Manifesta que a política externa 11 Vizentini (2010) chama a atenção para o retorno de um protagonismo diplomático do Brasil, que promove Cúpulas dos Países Árabes e Sul-Americanos; Cúpulas África-América do Sul; Sul-Sul e até Norte-Sul. Além disso, ganha forma o G4 (Brasil, Índia, Japão e Alemanha), buscando a reforma do Conselho de Segurança da ONU, e formam-se o G20 Comercial e o BRICS (Brasil, Rússia, Índia, China e África do Sul). 12 Um dos episódios mais representativos da subordinação a Washington dos anos 1990 foi praticado pelo então chanceler brasileiro Celso Lafer, em fevereiro de 2002. Em uma viagem aos Estados Unidos, o ministro tirou os sapatos ao passar por vistoria “antiterrorista” nos aeroportos de Miami e Nova Iorque. Outro caso demonstrativo foi a postura inerte do governo frente à remoção do embaixador brasileiro José Maurício Bustani do cargo de diretor-geral da Organização para a Proibição das Armas Químicas (OPAQ). O diplomata foi eleito para a função duas vezes, 1997-2000 e 2001-2005. No entanto, em 2002, por insistência dos Estados Unidos foi retirado do cargo por não apoiar a versão de que o Iraque tinha armas de destruição em massa. O embaixador Bustani defendeu os princípios constitucionais da não intervenção, da defesa da paz e da solução pacífica dos conflitos. 13 Em palestra recente, o embaixador Antonio José Ferreira Simões (2014) esclareceu que a América do Sul só deveria deixar de ser considerada como um continente caso a Europa passasse a ser considerada como um subcontinente.

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adotada depois de 2003 poderia ser chamada de “altiva e ativa”: “seria altiva porque poderia, sim, tomar posições independentes, mesmo se ferisse o interesse e desejo de outras potências. E seria ativa porque não se resumiria a ficar reagindo diante de situações, mas promoveria assuntos, iniciativas e agendas novas”. A nova postura ficou evidente já nas primeiras semanas do governo Lula, quando o Brasil assumiu posições firmes contra a invasão do Iraque, em defesa da ampliação do Conselho de Segurança da ONU, em prol da constitucionalidade na Venezuela e estimulando a articulação do G-20 da OMC14. Segundo Amorim, as ações brasileiras contribuíram para mover as “placas tectônicas” do Sistema Internacional. Apesar dos resultados eleitorais indesejados para Washington, ainda pairava sobre a região a ameaça de criação de uma zona de integração hemisférica, a proposta centenária dos Estados Unidos15. Guimarães (2006, p. 84) lembra que, “quando chegamos ao governo, o Brasil estava totalmente engajado nas negociações da ALCA”. Amorim (2009, p. 15) também recorda a complexa situação: “nós conseguimos estabelecer um prazo de 10 anos, e não cinco anos, como estava proposto. Depois, o prazo se alongou muito mais, até desaparecer”16. Por isso, um dos primeiros movimentos foi o fortalecimento do MERCOSUL, que pouco a pouco ganhou nova perspectiva. Os governantes, especialmente no Brasil e na Argentina, interpretaram que manter o bloco centrado na perspectiva meramente comercial era uma limitação que gerava problemas crescentes. Tratava-se, portanto, de buscar construir um processo 14 Guimarães (2014) ajuda a esclarecer o trabalho realizado dentro da OMC: “Há um esforço extraordinário para normatizar a atividade econômica, ou seja, para gerar regras que sejam aplicadas em todos os países, para tornar a economia global sujeita a determinadas regras, em benefício das megaempresas multinacionais. Isso se fez através da Rodada Uruguai, antigo GATT, atual OMC, com as regras relativas ao comércio, aos serviços, investimentos, à propriedade intelectual e que tentam, de uma forma geral, desregulamentar, reduzir o papel do Estado e permitir maior liberdade de ação das empresas multinacionais”. 15 Recomenda-se o livro de Tereza Spyer Dulce (2013) sobre as Conferências PanAmericanas. Desde o final do século XIX, os Estados Unidos passaram a pressionar as nações latino-americanas no sentido de adotarem uma União Aduaneira (uma Zollverein americana, com a consequente renúncia pelos demais países de suas políticas protecionistas e de estímulo ao desenvolvimento das forças produtivas internas), criar um Banco Internacional Americano (o futuro BID) e de uma moeda única, com base no dólar. 16 “Com a liberdade que o Presidente Lula permite aos seus assessores fazerem críticas, comentários, eu disse: – Presidente, a nossa prioridade em matéria de integração é o MERCOSUL, não é? – Sim. – Presidente, vou decepcioná-lo, porque não é. Há 10 ou 12 pessoas aqui nos Ministérios que trabalham com o MERCOSUL e 40 ou 50 pessoas que trabalham com a ALCA. Então, a prioridade não é o MERCOSUL, a prioridade é a ALCA” (AMORIM, 2009, p. 15).

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mais politizado17. Com esta finalidade, em junho de 2003 já foi apresentado o “Programa para a Consolidação da União Aduaneira e para o Lançamento do Mercado Comum - Objetivo 2006”, que continha temas relacionados com a desconstrução das assimetrias e a promoção da integração de cadeias produtivas. Note-se que este passo era parecido com o plano original proposto, mais de 15 anos antes, por Sarney e Alfonsín18. Na perspectiva de Garcia (2010, p. 161): O Brasil compreendeu que somente por intermédio do comércio não se resolvem os problemas da construção de uma América do Sul integrada, justa e democrática. Ao contrário, a integração comercial pode, nas circunstâncias atuais, agravar as assimetrias entre países mais desenvolvidos e de economia mais complexa e diversificada, como o Brasil e a Argentina, de um lado, e os demais, de outro.

A despeito de suas diferenças, conforme vimos anteriormente, pelo menos sete presidentes sul-americanos podiam ser incluídos dentro do versátil conceito de “progressismo”: Argentina, Bolívia, Brasil, Equador, Paraguai, Uruguai e Venezuela. Ainda continua sendo trabalhoso definir o que exatamente seria um governo progressista. De nosso ponto de vista, uma tarefa ainda mais complexa ainda é admitir que tais governos sejam “pósliberais” ou “pós-neoliberais”19. Emir Sader (2013, p. 138), reconhecido entusiasta do progressismo, entende que há três elementos que caracterizam os governos “pós17 De acordo com o argentino Félix Peña (2009, p. 57), a ampliação do MERCOSUL tinha duas perspectivas: uma geográfica e outra de áreas de ação. “La primera se refiere al espacio de preferencias comerciales. A través de acuerdos de alcance parcial, se ha ido tejiendo una red de preferencias que abarca a otros países miembros de la ALADI y, en particular, a los que fueron adquiriendo un estatus de miembros asociados, comenzando por Chile y Bolivia. La otra dimensión se refiere a la ampliación de los objetivos políticos del MERCOSUR. La defensa de la democracia y los derechos humanos, junto con otros objetivos en el plano social, fueron incorporándose gradualmente en la agenda, a la que se sumaron los países asociados”. 18 Moniz Bandeira (2009, p. 2) aponta que “o processo de integração entre o Brasil e a Argentina, iniciado em 1985-1987 pelos presidentes Alfonsín e Sarney, não visava apenas a formação de simples união aduaneira. Tinha também objetivo político e estratégico. A perspectiva era a de que a Argentina e o Brasil constituíssem um polo de gravitação na América do Sul, núcleo de um futuro mercado comum, fundamento para a formação de um Estado supranacional. Este aspecto foi, de certo modo, eclipsado pelo Tratado de Assunção, que os governos de Fernando Collor e Carlos Menem celebraram em 1991, instituindo o MERCOSUL, marcado, entretanto, pelo vezo livre-cambista e neoliberal, dominante àquele tempo”. 19 Para Bastos (2012, p. 8), “parece precoce a identificação de um regionalismo pós-liberal na América do Sul, particularmente no que tange às transações comerciais e aos acordos de liberalização”. Segundo nosso entendimento, para aceitar a definição de “pós-neoliberal” seria obrigatório dizermos que este termo não significa o mesmo que “antiliberal”. Ou seja, o progressismo ocorre cronologicamente depois do neoliberalismo, mas, pelos mais distintos motivos, não termina de romper com as suas estruturas de política macroeconômica.

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neoliberais”: privilegiam as políticas sociais ao ajuste fiscal; priorizam a integração regional e as relações Sul-Sul aos Tratados de Livre Comércio (TLC) com os Estados Unidos; e sobrepõem o Estado ao mercado. Consideramos que isto não ocorreu exatamente desta forma, ainda que certamente haja indícios de um ressurgimento da busca pelo denominado binômio Autonomia-Desenvolvimento na América do Sul20. Enfrentando conjunturas e condições muito distintas, cada país esforçou-se para recuperar o componente interno, de estímulo ao desenvolvimento das forças produtivas, e o componente externo, de procura por maior soberania no cenário internacional. Granato (2014, p. 60-61) defende argumentos similares ao de Sader. Apesar de que estes novos governos não representassem um conjunto homogêneo, entre os elementos em comum, encontramos: a recuperação do papel do Estado nacional como garantidor do desenvolvimento econômico e do progresso social; a adoção de políticas voltadas ao desenvolvimento produtivo, democratização e participação social, e de luta contra a pobreza e desemprego, bem como a participação em processos de integração que outorguem maior autonomia e desenvolvimento pela via regional.

A análise de Barros e Ramos (2013, p. 8), um pouco mais crítica, avança no mesmo sentido: O processo de reconfiguração do Estado, que já não é neoliberal, mas tampouco regressou aos seus traços nacionaldesenvolvimentistas, tem impulsionado a busca por um novo padrão de inserção internacional. A recuperação paulatina do papel estratégico do Estado para a promoção do desenvolvimento (capacidade de investimento do Estado, indução da economia por meio de bancos e empresas públicas, etc.) conduz também a mudanças na forma como o Estado apresenta-se no cenário internacional: a política externa brasileira tem visado a conformar um Estado assertivo também no cenário mundial em transformação, identificando-se com o Sul global e promovendo concertações políticas na região latino-americana e sul-americana21. 20 Juan Carlos Puig (1986) e Hélio Jaguaribe (1975) defendem a integração regional periférica como forma de potencializar, de uma só vez, dois movimentos: um processo de desenvolvimento econômico e uma melhor inserção no Sistema Internacional. Eis o chamado binômio “Desenvolvimento-Autonomia”, que reflete o casamento entre a política interna de promoção do desenvolvimento das forças produtivas nacionais e regionais e a política externa altiva e soberana, no âmbito externo. O processo de integração seria um poderoso promotor das duas pernas do binômio. 21 Consideramos, conforme sustentado em SEVERO (2014), que o nacionaldesenvolvimentismo (1930-1955) possuía quatro pilares fundamentais, que foram bastante debilitados durante as décadas seguintes, sobretudo durante o período de neoliberalismo extremo (anos 1990): o Estado, as estatais e a burocracia estatal; a classe trabalhadora organizada, sindicalizada e mobilizada; a teia de empresários nacionais, articulados com a estrutura produtiva interna; e as Forças Armadas, parcela armada da burocracia estatal, engajada em garantir os processos de desenvolvimento e de autonomia. Na conjuntura atual prevalece um Estado débil frente aos conglomerados bancários, industriais e comunicacionais; uma economia fortemente desnacionalizada; os movimentos sociais

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Por fim, Lima e Coutinho (2006, p. 9-11) dizem que houve uma “onda avassaladora” de “esquerdas”, cuja exceção seria a Colômbia. Assim, também incluem a médica chilena Verónica Michelle Bachelet (2006-2010 e a partir de 2014) no campo progressista. Nestes governos da região teriam prevalecido, afirmam os autores, medidas promotoras da heterogeneidade, da diversidade, de alguns elementos nacionalistas e da identidade sul-americana22. O tênue resgate do “binômio” surgiu como resposta à abertura econômica desenfreada e à política externa de submissão a Washington dos anos 1990. Ao identificar espaços de mobilidade dentro do Sistema Internacional depois de 2001, os novos governos reagiram como se estivessem buscando retomar uma trilha desvirtuada pelos “normais”. Há, certamente, diferenças entre os governos progressistas. Do ponto de vista da política econômica, por exemplo, imperam os ensinamentos intervencionistas e promotores da demanda interna difundidos pelo inglês John Maynard Keynes. O prisma é amplo e percorre desde um keynesianismo confesso, na Argentina, até um keynesianismo oculto, na Bolívia e no Equador, passando por um keynesianismo inconfessável na Venezuela e pela miscelânea brasileira e uruguaia. No Brasil, no máximo, chegou-se a um keynesianismo envergonhado no governo de Lula. Note-se que uma das características

“pensamento

único”,

que

nunca

foi

propriamente

“pensamento” e menos ainda “único”, é afrontar a mais mínima possibilidade de contestação anti-liberal23.

debilitados e relativamente desmobilizados; e as Forças Armadas apartadas dos principais debates nacionais. 22 Os autores ponderam que “as mudanças não implicam obrigatoriamente rupturas radicais. Em alguns casos, como Brasil, Chile e Uruguai, houve mesmo mais continuidade do que mudanças com relação à agenda de reformas estruturais. Mas não por isso deixaram de ajustar as políticas ao novo momento, interrompendo o processo de redução e enfraquecimento do Estado ao mesmo tempo em que introduziram inovações importantes que vão ao encontro dos setores populares. Outros países, como a Argentina, implementam mudanças mais nítidas como a interrupção do pagamento e a renegociação da dívida externa, e a adoção de políticas heterodoxas. No extremo das mudanças situa-se a Venezuela, onde se fala ostensivamente em um socialismo do século XXI, em sintonia com algumas tendências observadas também na Bolívia, enquanto Peru e Equador indicam uma guinada à esquerda mais moderada” (LIMA & COUTINHO, 2007, p. 17). 23 A prevalência da perspectiva do pensamento liberal, de engenharia econômica e de robótica gerencial, fez com que os parlamentares brasileiros, hipocritamente, justificassem a interrupção do mandato legítimo da presidenta Dilma Rousseff baseados em uma suposta irresponsabilidade macroeconômica. Diante da ausência de outros motivos, sob a ótica liberal, “pedaladas fiscais” e “decretos suplementares” foram pontual e oportunistamente considerados crimes de responsabilidade. É possível afirmar que, neste cenário, Keynes possivelmente seria condenado à cadeira elétrica.

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Muitos autores abordam este tema da distinção entre os novos governos. É o caso de Pinto e Balanco (2013, p. 19). Sustentam que, apesar da heterogeneidade, a ideia da integração une os progressismos. Para Corival Alves do Carmo (2012, p. 303) igualmente “não houve um programa político ou econômico comum encampado pelos líderes políticos dos diferentes países, mas houve a formação de um consenso em torno da importância da integração sul-americana como instrumento para o desenvolvimento da região”. Na perspectiva de Vizentini (2010, p. 11), Mais do que uma ‘onda esquerdista e socialista’ o que se observa é o retorno de uma agenda social, desenvolvimentista (sem um abandono completo do neoliberalismo) e autonomista no plano diplomático, com ênfase na integração (que se afigura um processo longo e complexo). Os ‘regimes progressistas’ não apenas são bastante diversos (os do Cone Sul são democracias plenamente institucionalizadas), como também sua agenda diplomática possui elementos de tensão. Isso se complica com a assinatura de Tratados de Livre Comércio de países menores com os Estados Unidos e [com o fato] da política externa colombiana se identificar fortemente com Washington. Por outro lado, os governos populares (ou ‘populistas’) mais militantes estão construindo empiricamente novos regimes em substituição a elites oligárquicas, que se desintegraram24.

Um consenso sem Washington Dando continuidade aos encontros de 2000, em Brasília, e de 2002, em Guayaquil, a III Reunião dos Presidentes da América do Sul ocorreu na cidade imperial de Cusco e nos campos de Ayacucho, no Peru, em 200425. Os acordos assinados exaltaram a identidade sul-americana, os valores comuns e uma história compartilhada e solidária26. Além disso, fizeram referência às potencialidades ainda não aproveitadas da região, ao fortalecimento da projeção internacional soberana e à necessidade de enfrentar as assimetrias.

24 Para Garcia (2008, p. 125), “Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, lejos de ser factores de inestabilidad, representan la posibilidad real de una nueva estabilidad, fundada no en la desigualdad e inequidad social ni en el sometimiento externo, sino en la soberanía nacional y popular. En ese sentido, independientemente de las diferencias de apreciación que pueda haber respecto de las experiencias en curso en Venezuela, Bolivia y Ecuador, es evidente que esos países viven mucho más que una época de cambios… Se encuentran ante un cambio de época”. 25 O encontro coincidiu propositalmente com os 180 anos de aniversário da memorável Batalha de Ayacucho, liderada pelo Marechal Antonio José de Sucre, no dia 9 de dezembro de 1824. A vitória do Exército Libertador representou o fim do domínio espanhol na América. 26 Os valores comuns seriam: “A democracia, a solidariedade, os direitos humanos, a liberdade, a justiça social, o respeito à integridade territorial e à diversidade, a nãodiscriminação e a afirmação de sua autonomia, a igualdade soberana dos Estados e a solução pacífica de controvérsias” (COMUNIDADE, 2005, p. 13).

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Esta reunião, de 2004, representou um movimento inédito na história das relações internacionais de nossos países e provavelmente tenha sido, até hoje, o encontro mais importante dos últimos 500 anos. A Declaração de Cusco fala diretamente na “convergência dos interesses políticos, econômicos, sociais, culturais e de segurança, como um fator potencial de fortalecimento e desenvolvimento das capacidades internas para uma melhor inserção internacional” (COMUNIDADE, 2005, p. 14). Entre as áreas de ação estabelecidas como prioritárias estão: a integração física (de transportes, energia e telecomunicações), os mecanismos financeiros sul-americanos e as assimetrias. Igualmente acordou-se fomentar a promoção de projetos de integração na área social, incluindo “acesso universal à saúde, erradicação do analfabetismo e estabelecimento de um programa de bolsas e formação técnica”27. Neste sentido, Moniz Bandeira (2008, p. 28) recorda que O Brasil, ao encorajar, na reunião de Cusco, o lançamento da Comunidade Sul-Americana de Nações, depois denominada União de Nações Sul-americanas (UNASUL), teve um objetivo estratégico, visando a tornar não propriamente a si próprio, mas o conjunto dos países do subcontinente, uma potência mundial, não só econômica como também política. Sua dimensão ultrapassava, de longe, o caráter meramente comercial. O Brasil não abdicara do projeto de tornar-se potência mundial. Porém, compreendera que a consecução de tal objetivo passava pela sua integração com a Argentina e, em uma segunda etapa, com todos os demais países da América do Sul28.

Nas palavras do então presidente Lula (2004), Não é uma integração apenas pensando nos interesses econômicos, mas, sobretudo, na soberania do nosso território, no fortalecimento da 27A declaração de Cusco, resultante desta III Reunião, ainda deliberou que: Seguindo o exemplo do Libertador Simón Bolívar, do Grande Marechal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, do Libertador José de San Martín, de nossos povos e heróis independentistas que construíram, sem fronteiras, a grande Pátria Americana e interpretando as aspirações e anseios de seus povos a favor da integração, unidade e construção de um futuro comum, decidimos formar a Comunidade Sul-americana de Nações – CASA (2005, p. 31). 28 O historiador continua: “O que ao Brasil convinha, assim como à Argentina, era conduzir, de maneira realista, a consolidação do MERCOSUL e a formação da Comunidade SulAmericana de Nações como um sistema econômico e político unificado, dentro de um sistema mundial, fortemente competitivo e violento, em que os Estados Unidos tratavam de concentrar e congelar o poder mundial. O processo de globalização sempre significou o crescente domínio das mega-corporações americanas, o esforço de modelar um novo tipo de Império, com a transformação dos exércitos dos países neo-colonizados em forças de polícia, para defender os interesses do capital financeiro e a dolarização de suas economias. Não obstante, o sistema mundial tendia a evoluir para a multipolaridade, apesar da preeminência conjuntural dos Estados Unidos. E nem o Brasil nem a Argentina deviam considerar essa preeminência como definitiva e aceitar o destino de províncias avançadas do grande Império” (BANDEIRA, 2009, p. 28).

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disputa que temos que fazer com o mundo desenvolvido... Este é o século que vai trazer a consciência para cada um de nós, de que a solução para os nossos graves problemas, que durante tanto tempo imaginávamos que estaria fora do nosso continente, está muito próximo de nós. E, eu diria, em nossos próprios territórios... O século XXI vai consolidar a integração da América do Sul.

A aproximação se intensificou como nunca. No início de 2005, falando sobre as relações entre Brasília e Caracas, Lula (2005, p. 1) afirmou que “nossos países nunca estiveram tão próximos e irmanados. Nossos mais ambiciosos projetos de integração começam a materializar-se”. O brasileiro celebrou o estabelecimento de uma ampla aliança estratégica entre Brasil e Venezuela. Em setembro daquele ano, em Brasília, foi realizada a I Reunião de Chefes de Estado da Comunidade Sul-Americana de Nações – CASA. Entre as principais decisões figuravam a promoção da convergência dos Acordos de Complementação Econômica entre o MERCOSUL, a Comunidade Andina de Nações (CAN), o Chile, a Guiana e o Suriname; e a reafirmação das áreas de atuação prioritária definidas em Cusco29. A CASA foi resultante do entendimento político e buscava a integração econômica e social dos povos da América do Sul. No mesmo mês, na cidade argentina de Mar del Plata, ocorreu IV Cúpula das Américas, ocasião na qual foi reafirmado o abandono da proposta de ALCA. O governo dos Estados Unidos, mancomunado com o presidente do Panamá, Martín Torrijos (2004-2009), ainda tentou insistir com a ideia de continuar discutindo a criação de uma zona hemisférica de livre comércio30. No entanto, sob a liderança do anfitrião Kirchner, além de Chávez e Lula, já estava consolidada a visão latino-americanista e sul-americanista. Depois da cúpula, mesmo debaixo de uma chuvarada impetuosa, ocorreu um memorável encontro de Chávez, Evo Morales e Diego Armando Maradona com os movimentos sociais que lotaram o Estádio Mundialista de futebol, onde o Brasil jogou na Copa de 1978. 29 Em abril de 2007, na ilha de Margarita, na Venezuela, ocorreu outro encontro bastante significativo: a I Cúpula Energética Sul-Americana. Ainda no mesmo ano foi aprovada “a nova estrutura organizacional e funcional da Secretaria do MERCOSUL, com o objetivo de fortalecê-la e dotá-la de maior capacidade técnica e operativa, porém sem autonomia para exercer qualquer papel de direção política” (GRANATO, 2014). Se em 2003 apenas a Bolívia e o Chile eram membros associados do MERCOSUL, em poucos anos todas as nações sulamericanas haviam sido incorporadas. 30 Curiosamente, Martín é filho de Omar Torrijos, o líder militar à frente da Revolução Panamenha entre 1969 e 1981. O General Torrijos tornou-se conhecido pela sua forte base popular e por suas políticas de redistribuição de terras, inauguração de escolas, geração de empregos e um grande programa de obras públicas.

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O pronunciamento do presidente venezuelano ficou marcado como a declaração de enterro da ALCA: “A nosotros nos toca, compañeros, ser los parteros del nuevo tiempo, de la nueva historia, de la nueva integración. Solo unidos podremos derrotar al imperialismo y levantar a nuestros pueblos hacia una vida mejor”. Os manifestantes, eufóricos e empapados, agitavam bandeiras de Evita Perón e gritavam “Alca, Alca, Alcarajo”. Calixtre e Barros (2011, p. 189) consideram que “o fantasma da integração inevitável com os Estados Unidos foi substituído pela necessidade de se gerir a integração sulamericana como meio prioritário de impulsionar o desenvolvimento nacional dos países”. Já em 2012, meses antes de seu falecimento, o líder bolivariano lembrou: Si no llega a tiempo Lula, si no llega a tiempo Néstor, y Tabaré, en Mar del Plata se hubiera aprobado el ALCA. Yo recuerdo la Batalla de Mar del Plata y el jefe de esa batalla se llamó Néstor Kirchner… Si no hubiésemos derrotado al ALCA no nacía UNASUR. Rindo tributo a Néstor. Y Lula, y Tabaré, y no se portó mal el paraguayo Nicanor Duarte Frutos. Sin todo lo que hicimos Lula, Evo, Rafael, y luego Cristina y el Pepe, esta integración, que está apenas naciendo, no existiría (CHÁVEZ, 2012b)31.

Cerca de dois anos depois, em 2006, a Declaração de Cochabamba, na Bolívia, falou explicitamente em “um novo modelo de integração para o Século XXI”. De acordo com o documento, o processo de integração é “ambicioso e preciso em seus objetivos estratégicos e ao mesmo tempo flexível e gradual em sua

implantação”.

Reafirmam-se como princípios orientadores “a

solidariedade e a cooperação, na busca de maior equidade, redução da pobreza, diminuição das assimetrias e o fortalecimento do multilateralismo”; a “soberania, com relação à integridade territorial e a autodeterminação dos povos, assegurando a prerrogativa dos Estados nacionais decidirem suas estratégias de desenvolvimento e a sua inserção internacional, sem ingerências externas nos seus assuntos internos”; a paz e a solução pacífica das controvérsias; a democracia e o pluralismo; os direitos humanos; e a “harmonia com a natureza” (sic). A declaração ainda considera fundamental aprofundar as ações nas áreas de cooperação comercial; integração financeira; conexão industrial e 31 O chanceler brasileiro recorda que “na questão da ALCA, nós mudamos a agenda da América do Sul. Posso dizer que, com minha experiência de 50 anos em relações internacionais, mudar um projeto básico dos Estados Unidos não é uma coisa fácil” (AMORIM, 2014, p. 41).

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produtiva; reconhecimento de uma cidadania sul-americana; promoção da identidade cultural comum sul-americana. Porém a prioridade seria avançar em outras quatro ações: a superação das assimetrias, um Novo Contrato Social sul-americano, a integração energética e a infraestrutura32. Sobre a postura de Hugo Chávez, devemos tomar em consideração que seus movimentos tinham a capacidade de empurrar e acelerar o processo integracionista, por meio de inflamados discursos ou de ações. A política externa da Venezuela, também baseada na diplomacia presidencial, tinha dois impactos principais sobre o Brasil e a Argentina. Em primeiro lugar, estimulava que Brasília e Buenos Aires assumissem um posicionamento mais ativo diante de temas considerados centrais da integração. Por exemplo, mesmo que a criação da Aliança Bolivariana para os povos de Nossa América (ALBA)33 represente efeitos positivos sobre a vida de milhões de pessoas, consideramos que seu maior impacto geopolítico tenha sido estimular o Brasil e a Argentina a promoverem o MERCOSUL-Social, o Fundo para a Convergência Estrutural do MERCOSUL (FOCEM) e o Sistema de Moedas Locais do MERCOSUL (SML), além de aceitarem a formação do Banco do Sul34. 32 Na ocasião, foi anunciada a Agenda de Implementação Consensuada (AIC) 2005-2010 da IIRSA, um conjunto de 31 projetos de alto impacto, considerados prioritários pelos governos. Criada para construir corredores de exportação e para ser a coluna vertebral da ALCA, a IIRSA passou a ser vista com desconfiança pelos governos progressistas. A preocupação do Brasil também se devia ao fato do Comitê Técnico, que em última instância dava aval aos projetos, ser composto pelo BID, a CAF e o FONPLATA, sem contar com o BNDES. Em 2009, foi criado o Conselho Sul-americano de Infraestrutura e Planejamento (COSIPLAN), que enquadrou politicamente a IIRSA e busca dar nova orientação aos seus 579 projetos (PADULA, 2011). 33 Os presidentes da Venezuela e de Cuba criaram a Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), em 2004, como contraponto à ALCA. A proposta estava baseada em critérios como soberania, solidariedade, reciprocidade e complementaridade. Em 2009, durante a VI Cúpula Extraordinária da ALBA, foi formalizada a adesão de Equador, São Vicente e Granadinas, e Antigua e Barbuda como membros, somando-se a Venezuela, Cuba, Bolívia, Nicarágua, Dominica e Honduras. Na ocasião, o nome “Alternativa” foi substituído por “Aliança”. 34 Em julho de 2006, a Venezuela assinou o Protocolo de Adesão ao MERCOSUL. No entanto, diante da oposição dos parlamentares paraguaios, o país caribenho teve que esperar seis anos para ser admitido no bloco. Em 2012, com um golpe de Estado express, 76 parlamentares interromperam o mandato do presidente Fernando Lugo, que havia sido eleito com mais de 765 mil votos. O país foi suspenso do MERCOSUL e, assim, a Venezuela pode entrar. Desde Caracas, Chávez (2012a) disse: “Es la más grande oportunidad histórica que en 200 años se nos presenta en el horizonte, porque éramos una colonia. Venezuela estaba condenada al subdesarrollo, al atraso, al coloniaje, a la miseria. Estamos ahora ubicados, como miembros plenos del MERCOSUL, en nuestra exacta perspectiva histórica. Nuestro Norte es el Sur; estamos donde hemos debido estar siempre; estamos donde Bolívar nos dejó pendientes para estar, para ser… Nos están ustedes permitiendo ser nosotros mismos, volver al ser originario”. Em 2013, o parlamento Paraguai finalmente aprovou o ingresso da Venezuela. Em 2016, depois da vitória de Maurício Macri na Argentina e do golpe de Estado no Brasil, ganhou força o movimento anti-integracionista que pretende acelerar o TLC entre o MERCOSUL e a União Europeia. Para tanto, é fundamental neutralizar a postura altiva da Venezuela dentro do bloco e, em última instância, derrubar o governo de Nicolás Maduro.

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Em segundo lugar, Chávez possibilitava que o Itamaraty exercesse uma função relevante no processo de integração, como o conciliador entre posições extremas. Isto porque de um lado estava a postura contestadora da Venezuela, seguida de perto pela Bolívia e à distância pelo Equador. E, de outro lado, estava a comportada submissão a Washington, com posturas decididas por parte da Colômbia e do Chile e vacilantes por parte do Peru. Este cenário dava ainda mais legitimidade ao Brasil, que assumiu seu tradicional papel de mediador de conflitos e de terceiro interessado. O fortalecimento do MERCOSUL e a grande proximidade com a Argentina, o Uruguai e o Paraguai, além das demais características do Brasil, ampliavam o reconhecimento do país como principal negociador e articulador. Do ponto de vista geopolítico, ganhava forma um novo eixo, em torno da Argentina, do Brasil e da Venezuela. Neste cenário, Granato (2014, p. 131) aborda a conformação de uma “aliança estratégica” entre o Brasil e a Argentina, a “força motriz, base ou eixo gravitacional das diferentes etapas da integração na região”. Sobre esta premissa, afirma, “repousa a ideia de que são as concepções integracionistas do Brasil e da Argentina aquelas que serão as que ‘moldarão’, no século XXI, a geometria do processo de integração na América do Sul”35. A ideia vai ao encontro das proposições de Hélio Jaguaribe (2008, p. 309-316). Para o sociólogo brasileiro, o acesso à autonomia está relacionado a dois fatores: a viabilidade nacional e a permissividade internacional36. A este respeito, considera que a união entre os dois maiores países da América do Sul, que contam com bons indicadores de viabilidade nacional, somada ao

35 Sobre a preocupação com as assimetrias, Granato (2014) salienta que “foram aprovadas a Decisão CMC N° 28/03, que estabelece que o MERCOSUL impulsionará em todas as negociações externas, com terceiros e grupos de países, a obtenção de um tratamento diferenciado para o Paraguai, em função de sua condição de economia menor e de país sem litoral marítimo; a Decisão CMC N° 29/03, que estabelece um regime de origem diferenciado com vistas a facilitar ao Paraguai a execução de uma política de industrialização orientada à exportação; e a Decisão CMC N° 32/03, que estabelece instrumentos de políticas comerciais diferenciados para o Paraguai e o Uruguai”. 36 Sobre a “viabilidade nacional”, o economista argentino Aldo Ferrer (2006) explica que “dentro del enfoque histórico, estructural y sistémico del pensamiento de Prebisch y del estructuralismo latinoamericano, podemos apelar a categorías como densidad nacional y viabilidad nacional para vincular al proceso de desarrollo con la globalización. La segunda implica que un país conserva suficiente poder decisorio para trazar el rumbo de su desarrollo y forma de inserción en el orden global. La primera, abarca el conjunto de circunstancias endógenas que hace posible la segunda”. Já a “permissividade internacional” está relacionada com as brechas ou as janelas de oportunidade para movimentos dentro da hierarquia mundial.

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cenário favorável dentro do Sistema, lhes proporcionaria maiores espaços de permissividade internacional. Afirma que: Argentina e Brasil dispõem de condições para escapar ao destino a que isoladamente estariam condenados, de se converterem em meros segmentos do mercado internacional e em províncias do ‘Império Americano’. A partir da formação de uma sólida, estável e confiável aliança, criarão as bases para a consolidação do MERCOSUL e da integração sul-americana, se assegurando um grande destino histórico. Se não o fizerem, renunciarão a sua identidade nacional e a qualquer protagonismo histórico, convertendose em mera geografia... A chave para a preservação dessa identidade nacional e da dos demais países sul-americanos consiste na formação de uma sólida e confiável aliança estratégica entre Argentina e Brasil, a que se agregue, o mais prontamente possível, a Venezuela. A tríade A-B-V conduzirá, seguramente, à consolidação do MERCOSUL e, decorrentemente, da Comunidade Sul-Americana de Nações (JAGUARIBE, 2008, p. 300-301)37.

Também para Guimarães, o Brasil deve ter clara a cadeia de prioridades para a construção da integração: as relações com a Argentina, a ampliação do MERCOSUL e a construção da união da América do Sul. A América do Sul se encontra, necessária e inarredavelmente, no centro da política externa brasileira. Por sua vez, o núcleo da política brasileira na América do Sul está no MERCOSUL. E o cerne da política brasileira no MERCOSUL tem de ser, sem dúvida, a Argentina. A integração entre o Brasil e a Argentina e seu papel decisivo na América do Sul deve ser o objetivo mais certo, mais constante, mais vigoroso das estratégias políticas e econômicas tanto do Brasil quanto da Argentina. Qualquer tentativa de estabelecer diferentes prioridades para a política externa brasileira, e mesmo a atenção insuficiente a esses fundamentos, certamente provocará graves consequências e correrá sério risco de fracasso (GUIMARÃES, 2008)38.

Com Lula e Kirchner, o grau de compromisso mútuo entre o Brasil e a Argentina foi ficando mais evidente a cada nova iniciativa. Houve um acontecimento bastante representativo em março de 2006. Na ocasião, o governo argentino apresentou a proposta de ativar um Mecanismo de 37 O autor ainda aponta: “O que está em jogo, no relacionamento entre o Brasil e a Argentina é o fato de que uma sólida, confiável e estável aliança argentino-brasileira se constituiu, nas presentes condições do mundo, um requisito sine qua non para a sobrevivência histórica de ambos os países. Nenhum deles dispõe, presentemente, de condições para preservar, isoladamente, sua efetiva soberania e assegurar a sua identidade nacional e seu destino histórico” (JAGUARIBE, 2008, p. 300-301). Barnabé (2013, p. 279) fala em uma liderança coletiva de Argentina, Brasil e Venezuela (o ABV), “como uma possibilidade real, apesar das diferenças existentes entre os três países, para a consolidação de um modelo próprio e autônomo de integração regional na América do Sul”. 38 Bueno (2012, p. 57) igualmente interpretou a aproximação com a Argentina como elemento central: “Esta observação reforça o fato de ao longo de nossa história as conversações sobre integração sempre começarem pela Argentina, vista não apenas como parceira preferencial, mas também pela ciência de sua presença e influência entre os países de fala espanhola, levando nossas autoridades, de Rio Branco a Jânio Quadros a perceber que nossas tentativas de aglutinação e influência no segmento sul do hemisfério seriam ineficientes se não contassem com a influência compartilhada com o vizinho do Prata”.

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Adaptação Competitiva (MAC), que permitiria ao país proteger-se de importações que geravam danos à indústria local. Na realidade, os dois países poderiam solicitar a aplicação de salvaguardas no caso de um aumento das importações oriundas do vizinho resultar prejudicial à sua indústria. Depois de longas e complexas negociações conjuntas, ficou acordada a aplicação do mecanismo compensador39. No caso das economias do Paraguai e do Uruguai, são outros os tipos de estímulos para enfrentar as assimetrias40. Este tipo de solução amistosa e efetivamente cooperativa demonstra que existe um amplo espaço político para resolver eventuais contradições e conflitos dentro do bloco41. Ferrer (2007, p. 151) sustenta que: “el MERCOSUL es el espacio donde se ha preservado la mayor libertad posible en el establecimiento de los cauces de la integración regional… Por esto mismo, en el MERCOSUR se expresan con mayor claridad los conflictos y convergencias que emergen de las situaciones nacionales y de la integración”. É fundamental este passo de reconhecer as assimetrias e depositar esforços para desconstrui-las. Vale insistir que a situação atual foi acumulada durante décadas e, certamente, não será corrigida de maneira fácil e ligeira, em poucos anos. No entendimento do ex-presidente Lula (2010, p. 2), “o MERCOSUL, enfim, constitui um ambicioso projeto, e seu sucesso nos ajudará a transformar 39 De acordo com a visão de Garcia (2013, p. 60), “o MERCOSUL não abandona seu objetivo de ser uma união aduaneira perfeita, o que não é fácil tendo em vista a assimetria das economias dos países que o integram. Essas assimetrias, que muitas vezes provocam tensões entre seus integrantes, fazem parte de todos os processos de integração. Elas refletem, ao mesmo tempo, os limites de uma associação regional fundada apenas, ou centralmente, no livre-comércio. O peso desmesurado da economia brasileira e, em certa medida, da própria economia argentina, tende no mais das vezes a perpetuar as assimetrias ou até mesmo agravá-las”. 40 É crucial que Brasília e Buenos Aires se preocupem em ampliar as oportunidades para Assunção e Montevidéu. Em 2005, ganhou forma o processo de eliminação da dupla cobrança da TEC para os bens importados de terceiros países que ingressassem no território de algum dos Estados do MERCOSUL. Em 2007, o Brasil propôs autorizar que o Uruguai e o Paraguai pudessem incorporar a seus produtos até 70% de elementos de países de fora do MERCOSUL, e que estes bens circulassem sem taxas adicionais dentro do bloco. Em 2010, foi aprovado o Código Aduaneiro do MERCOSUL. A medida tem estimulado a criação de fábricas nos arredores de Assunção e Ciudad del Este. Baixos impostos e salários atraem investimentos especialmente nos setores de autopeças, calçados, têxteis, plásticos e frigoríficos. Vale apontar que 47% das exportações totais do Paraguai e 45% das uruguaias vão para os demais membros do MERCOSUL. 41 Martins (2011) fala em uma “liderança cooperativa” do Brasil. Afirma que “esta matriz vem sendo assumida pela política externa brasileira, mas carece de mais força no aparato estatal para que possa orientar a política econômica nesta direção. Este objetivo depende necessariamente de avanços nos processos de democratização no país, capazes de deslocar o exercício da hegemonia para setores mais amplos da nação, centrados nos trabalhadores em seu conjunto e no empresariado articulado aos seus interesses”.

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a difícil herança deixada por séculos, de tirania colonial e pós-colonial que nos dividiu, em prosperidade coletiva que nos unirá”. O mandatário manteve a decisão de ativar o MAC mesmo frente à resistência de setores empresariais como a Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (FIESP), a Confederação Nacional da Indústria (CNI) e a Associação de Comércio Exterior do Brasil (AEB), que consideraram a medida como negativa dentro da sua interpretação da integração42. Em algumas análises prevalece uma tendência liberal que interpreta as concessões dentro do MERCOSUL como se fossem graves falhas, debilidades ou até mesmo irregularidades. Desde esta ótica, estaria errado, por exemplo, que o bloco se afastasse do livre-comércio puro e oferecesse tratamento diferenciado para os países menores. O grande salto dado pelo Brasil, e também pela Argentina, foi admitir – pelo menos no campo da retórica – que ou as regras são flexibilizadas para garantir ganhos às economias menores ou o MERCOSUL quebra. Aldo Ferrer apresenta esta situação como a diferença entre o “MERCOSUL ideal” e o “MERCOSUL possível”43. Nogueira Batista Jr. (2007, p. 127) esclarece que “quotas, salvaguardas e outras barreiras são admissíveis num processo de integração, mesmo em áreas de livre-comércio ou uniões aduaneiras... Pela legislação internacional, acordos de livre-comércio ou uniões aduaneiras não implicam necessariamente total ausência de barreiras tarifárias ou não-tarifárias entre os países membros”44. Portanto, de acordo com esta análise, inclusive desde um ponto de 42 Na perspectiva do ex-presidente Kirchner, “o MERCOSUL deve ser, também, um bloco de assistência recíproca para o desenvolvimento equilibrado e para que se obtenha o melhor desempenho de nossos setores produtivos, sem se ignorarem as assimetrias existentes, nem prejudicar os setores internos dos nossos países. Benefícios simétricos, mecanismos flexíveis, graduais e progressivos devem ser instrumentalizados de forma prática, ao se criar emprego e gerar equidade e bem-estar para os povos de todos os países” (GRANATO, 2014, p. 123). 43 Por sua vez, Paulo Roberto de Almeida (2014, p. 34-36) considera que “no meio do caminho, o MERCOSUL enfrentou alguns percalços, mas poderia ter continuado a avançar, se não fossem orientações totalmente contrárias ao espírito original do Tratado de Assunção, que passaram a guiar as ações desses dois países, a partir das administrações de Lula e Kirchner... Desde então, o MERCOSUL só fez recuar no plano do comércio e da abertura econômica, ainda que criando novos dispositivos de caráter político e social, que não estavam contemplados no tratado original, a não ser de modo muito vago e indireto”. O diplomata atribui a Lula e a Kirchner os “fracassos e retrocessos continuados”. Além disso, considera que, “para que os objetivos teóricos de um processo de integração sejam plenamente realizados, seria preciso que as políticas econômicas dos membros, em especial as políticas comerciais e industriais, ademais da coordenação macroeconômica entre eles, correspondam aos ideais da abertura econômica e da liberalização comercial”. 44 O autor continua: “A consolidação do MERCOSUL não será possível se o Brasil insistir em aplicar os dogmas econômicos da década de 1990. Ao contrário, bater nessa tecla enfraquecerá o bloco e minará a aliança com a Argentina, que é fundamental para a

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vista estritamente técnico não há nada de irregular na adoção de medidas compensatórias e de combate às assimetrias. Ainda em 2006, o presidente Evo Morales declarou a nacionalização dos hidrocarbonetos da Bolívia. A medida teve impactos sobre a Repsol, a Total e a Petrobras, mas afetou especialmente esta última, que controlava grande parte da cadeia produtiva, nas atividades de extração, refino e distribuição. Além de assumir os ativos da empresa brasileira, a estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) aumentou os impostos de 50% para 82% e elevou os preços por milhar de BTU (unidade que mede a quantidade de energia). Alguns meses depois, falando sobre o caso, Lula (2007, p. 5) afirmou: “Eu nunca vacilei. Estava em época de eleição quando o Evo quis nacionalizar o gás dele e eu disse: ‘O gás é do Evo, ele está correto de nacionalizar. O gás é um instrumento, é uma matéria-prima, e é a única coisa que a Bolívia tem’”45. A postura do governo brasileiro causou forte rechaço da grande imprensa tupiniquim46.

integração sul-americana e a política externa brasileira em seu conjunto. A agonia não é do MERCOSUL. O que está agonizando é a concepção liberal de integração, que predominou na América Latina nos anos 90”. 45 Outro caso demonstrativo da disposição brasileira para o diálogo e a cooperação foi o acordo para triplicar as receitas paraguaias oriundas da exportação de energia elétrica da empresa Binacional Itaipu. Lula (2007b, p. 5) defendeu que “o Brasil tem que fazer concessões, porque a economia do Paraguai é muito pequena diante da economia do Brasil. O que vale para eles com importância, para nós muitas vezes não vale nada. O que são 100 milhões para o Brasil? Nada. Para o Paraguai é uma importância extraordinária. E o Brasil precisa ter isso em conta”. Garcia (2013, p. 61) lembra que “a renegociação das tarifas de Itaipu foi outra batalha difícil e a aprovação do acordo firmado entre os presidentes Lula e Lugo só foi obtida após intensa batalha parlamentar, na qual opositores não economizaram considerações chauvinistas”. 46 Reproduzimos um breve fragmento da edição especial da revista Veja: O Brasil levou um chute no traseiro dado por Hugo Chávez e seu fantoche boliviano, Evo Morales. Antes, foram ambos a Cuba pedir a bênção do patriarca Fidel Castro para o que planejavam fazer. Nenhum desses companheiros se deu à delicadeza de avisar o ocupante do Palácio do Planalto, que se julgava um líder regional com estofo até para ser líder mundial. Pobre Lula. Foi o último a saber que o presidente Morales iria se apossar de propriedades brasileiras na Bolívia e colocar em risco o abastecimento nacional de gás natural. A reação do presidente Lula foi ainda mais constrangedora: engoliu o desaforo e ainda se solidarizou com o agressor, a Bolívia. Para ampliar o efeito pirotécnico, Evo Morales escolheu o Dia do Trabalho, 100º de sua posse na Presidência, e comandou pessoalmente as tropas que tomaram a refinaria da Petrobras em San Alberto, o maior campo de extração de gás natural da Bolívia (SCHELP, 2006). Paulo Nogueira Batista Jr. (2008, p. 233) comenta: “Em 2006, a crise entre o Brasil e a Bolívia desencadeou, em certos meios brasileiros, uma súbita e veemente onda nacionalista. Por algum tempo, o clima predominante foi de indignação e preocupação alarmada com os interesses nacionais. Há muito tempo não se via tanta ênfase patriótica no Brasil. Muitos passaram a exigir providências duras contra o país vizinho. Não por acaso, entre os mais exaltados estavam os que se notabilizam por grande docilidade quando há conflitos de interesses, não com a modesta Bolívia, mas com os Estados Unidos ou outros países desenvolvidos”.

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Visivelmente, os esforços de Lula, Chávez e Kirchner surtiram resultados. Provavelmente 2008 tenha sido o momento mais elevado do ímpeto integracionista até hoje. Em maio daquele ano criou-se a União Sul-Americana de Nações (UNASUL) como uma organização internacional dotada de personalidade jurídica, integrada pelos 12 países do continente. Nascia o Consenso sem Washington47. Na estrutura da instituição, foram definidos quatro órgãos: o conselho de Chefes de Estado; o conselho de ministros das Relações Exteriores; o conselho de Delegados; e a Secretaria Geral. Depois de seis décadas, finalmente a OEA foi retirada do centro da atuação internacional da região48. Kirchner foi escolhido para assumir a função de primeiro secretáriogeral da UNASUL, permanecendo na função até outubro de 2010, quando faleceu49. O discurso de Lula (2007b, p. 5) vai direto ao ponto: Não havia experiência dessa relação de integração. Sempre houve a experiência de um país pujante como o Brasil, de um país pujante como a Argentina, com parceiros mais fracos. Portanto, era quase a lei do cão, ou seja, toda a vantagem para os países mais ricos. Não 47 O termo foi batizado alguns anos mais tarde, quando o então chanceler da Venezuela, Nicolás Maduro (2012), afirmou: “Está claro que tenemos dos Américas, una que es la Nuestra, una América mestiza, hermana, solidaria, donde todos nos respetamos y nos tratamos en términos de hermandad y otra que ya está en declive, tiene una visión arcaica, obsoleta, imperial que no corresponde con los nuevos tiempos, con la nueva América... Estas cumbres se crearon para imponer el modelo del ALCA, en su momento en el año 1994. En el año 2005, en Mar del Plata, eso fue derrotado totalmente y desde allí nuestro continente ha tomado un camino de construcción de sus propias organizaciones: UNASUR, CELAC, de consolidación del MERCOSUR, ALBA... Podríamos decir que del Consenso de Washington se pasó a un consenso sin Washington, al consenso de la verdad que es el Consenso de América Latina”. 48 Menos de dois anos depois, em fevereiro de 2010, foi criada a Comunidade de Estados Latino-Americanos e Caribenhos (CELAC), deslocando de vez a OEA. De acordo com Pedro Sliva Barros (2014), atual Diretor Econômico da UNASUL, “é consenso que há uma diminuição da importância da OEA e que esta coincide com o declínio da Cúpula IberoAmericana, formulada e financiada majoritariamente por Espanha e Portugal. [Esta cúpula] nasceu com os preparativos das comemorações espanholas pelos 500 anos da ocupação europeia das Américas, na tentativa de aumentar seu peso político ao se apresentar como interlocução privilegiada com a América Ibérica... A edição de 2013 da Cúpula IberoAmericana foi realizada (não por acaso) no Panamá com a presença de menos da metade dos chefes de Estado dos países membros e sua principal decisão foi que a partir de 2014 o fórum passará a ser bienal, não anual como havia ocorrido nos últimos 23 anos. Dos doze presidentes sul-americanos, apenas Juan Manuel Santos, da Colômbia, e Horacio Cartes, do Paraguai, foram ao evento”. 49 Calixtre e Barros (2011, p. 189) apontam três eixos temáticos principais dentro da UNASUL: infraestrutura, finanças e defesa. É oportuno recordar que o Conselho de Segurança e Defesa (CSD) cumpriu um papel crucial para dissipar as tentativas de golpes de Estado na Bolívia, em 2008; no Equador, em 2010; e na Venezuela, em 2014. Recentemente, o Brasil aprovou a sua Estratégia Nacional de Defesa, que prevê “estimular a integração da América do Sul. Essa integração não somente contribui para a defesa do Brasil, como possibilita fomentar a cooperação militar regional e a integração das bases industriais de defesa. Afasta a sombra de conflitos dentro da região. Com todos os países, avança-se rumo à construção da unidade sul-americana. O Conselho de Defesa Sul-Americano é um mecanismo consultivo que se destina a prevenir conflitos e fomentar a cooperação militar regional e a integração das bases industriais de defesa, sem que dele participe país alheio à região. Orienta-se pelo princípio da cooperação entre seus membros” (BRASIL, 2012).

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pode. Definitivamente, nós não faremos integração assim... Senão, o que acontece? Ficam, de um lado, os países achando que a Argentina é um país imperialista. De outro lado, os companheiros da Bolívia olham para o Brasil e tratam-no como imperialista; do outro lado, os companheiros do Paraguai olham o Brasil e tratam-no como imperialista. Obviamente que tem que ser assim, porque nós não fazemos aquilo que tem que ser feito em política internacional. Nós temos que ceder para esses países menores poderem crescer; e esse crescimento deles será bom para o Brasil e será bom para a Argentina.

Depois de alguns anos observando esta nova situação, diversos intelectuais buscaram interpretar o sentido geral dos movimentos e definir conceitos que pudessem explicar o processo de integração. Um dos textos pioneiros no Brasil, que buscou apresentar o termo “regionalismo pós-liberal”, foi elaborado por um think tank, o Centro de Estudos de Integração e Desenvolvimento (CINDES). No trabalho de Veiga e Ríos (2007, p. 21), sustenta-se o mesmo que, de certa forma, os presidentes progressistas já vinham pleiteando desde 2003: A hipótese básica do regionalismo pós-liberal é que a liberalização dos fluxos de comércio e de investimentos e sua consolidação em acordos comerciais não apenas não são capazes de gerar ‘endogenamente’ benefícios para o desenvolvimento, mas ainda podem reduzir substancialmente o espaço para a implementação de políticas nacionais “de desenvolvimento” e para a adoção de uma agenda de integração preocupada com temas de desenvolvimento e de equidade.

Na sua interpretação, há dois componentes que definem o regionalismo pós-liberal. O primeiro deles é uma acentuada diminuição da importância dada ao âmbito comercial ou, também, um maior controle estatal sobre a agenda comercial. O segundo busca depositar maior importância nos assuntos econômicos não comerciais ou diretamente em temas não econômicos (VEIGA & RÍOS, 2007, p. 28). A este respeito, o presidente Kirchner afirmou, em 2006, que “existe hoje maior consciência do complexo que é superar uma visão de integração estritamente concebida como acordo comercial, e superá-la com uma visão de unidade política orientada ao desenvolvimento produtivo e social de nossos povos” (GRANATO, 2014, p. 123). Por este motivo, Lima e Coutinho (2006, p. 14) apontam que os governos progressistas pensaram a integração de forma mais “abrangente”, migrando de um “modelo do tipo rule-driven (dirigido por regras) para outro do tipo policy-driven (dirigido por políticas)”. É perceptível o adensamento das relações, que transcenderam o âmbito comercial e foram elevadas para

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patamares superiores. A criação da UNASUL e da CELAC, e os avanços do MERCOSUL refletem o andamento geral, o avanço de uma nova onda de regionalismo50. A professora Maria Regina Soares de Lima (2014) considera que houve quatro grandes transformações da política externa brasileira orientada para a América do Sul pós-2003: a concepção da integração mais ampla do que a perspectiva meramente comercial; o reconhecimento das assimetrias; a vinculação da prosperidade do Brasil com a da região; e a busca pela construção de um polo de poder regional por meio da UNASUL. Todas essas mudanças refletiriam a maturidade da diplomacia brasileira de interpretar o cenário e de contribuir conscientemente para colocar o conjunto de países sulamericanos em um lugar de relevo na nova configuração do Sistema. A história segue A revisão das linhas fundamentais do posicionamento da política externa do Brasil ao longo do século XX permite identificar uma continuidade ziguezagueante nas posturas desde Rio Branco até Lula, passando por breves períodos nos quais extraordinariamente não prevaleceu uma orientação política de busca pela autonomia e de preocupação com o espaço sul-americano. Podemos afirmar que o alinhamento com a potência hemisférica representou um peso majoritário exclusivamente durante os governos de Eurico Gaspar Dutra, Humberto Castelo Branco e Fernando Henrique Cardoso. Depois de 2003, o Brasil conduziu o seu foco à edificação do sulamericanismo. Este processo ocorreu em um cenário de reafirmação dos interesses nacionais e regionais, e de construção de um regionalismo pósneoliberal, constituindo uma terceira onda de integração e um “Consenso sem Washington”. A criação da UNASUL e as profundas mudanças no MERCOSUL representam a consolidação da postura brasileira com relação ao continente. Desta maneira, pode-se afirmar que o pan-americanismo foi uma criação da América inglesa e o latino-americanismo, uma obra da América espanhola. 50 Nas palavras do presidente Lula, “o MERCOSUL não pode reduzir-se apenas a uma zona de livre comércio ou mesmo a uma união aduaneira. Ele tem vocação de ser um efetivo espaço de integração econômica, política, cultural e de construção de uma nova e ampliada cidadania” (GRANATO, 2014, p. 104). No discurso de posse do seu segundo mandato, Lula (2007, p. 5) afirmou: “Fizemos do entorno sul-americano o centro de nossa política externa. O Brasil associa seu destino econômico, político e social ao do continente, ao MERCOSUL e à Comunidade Sul-Americana de Nações”.

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Assim, o sul-americanismo poderia ser interpretado como um invento da América portuguesa, ou seja, do Brasil, para cimentar a integração regional. As iniciativas promovidas ou estimuladas pelo Brasil, muitas realmente inéditas, são resultantes de um processo longo, de continuidade e permanente amadurecimento de uma perspectiva sul-americanista. Mas também são frutos de um emaranhado de acontecimentos e casualidades, como a crise da unipolaridade estadunidense e a confluência coincidente de outros presidentes guiados por uma visão integracionista. Sustentamos que existe uma linha clara, de construção coletiva, edificada por intelectuais, políticos e governantes da América do Sul, que aglutina reivindicações apresentadas há duzentos anos pelos Libertadores. Existe uma construção histórica do pensamento da integração regional, que se revigora, modifica e expande seguindo orientações comuns desde o início do século XIX. Portanto, desde nosso ponto de vista, o vigoroso tronco estrutural da estratégia de inserção internacional do Brasil não será modificada facilmente por governos anti-nacionais, liberais e associados a Washington51. Entendemos que o grave momento atual, de refluxo, exige o aprofundamento dos estudos e da compreensão da dinâmica dos processos de integração da América do Sul. Tratemos de acumular forças e conhecimento para as próximas rodadas que virão. A história segue.

Bibliografia ALMEIDA, Paulo Roberto de. Integração regional e políticas comerciais na América Latina. Revista Sapientia, São Paulo, v.3, n.18, p. 31-36 jun./jul. 2014. AMORIM, Celso. Apresentação especial no VI Curso para Diplomatas SulAmericanos. Fundação Alexandre de Gusmão, Instituto de Pesquisa de Relações Internacionais, 2009.

51 Aos céticos, algumas perguntas. Quem diria que no meio da ditadura militar o Brasil alçaria um de seus mais autênticos, sólidos e autônomos voos com o Pragmatismo Responsável e Ecumênico do presidente Ernesto Geisel? Na ocasião, aprofundaram-se as relações com os países árabes, com o campo socialista, a África recém-emancipada e a Europa Ocidental. Ou, quem diria que pouquíssimos anos depois da vitória acachapante dos Estados Unidos e do surgimento da Nova Ordem unipolar, surgiria uma Política Externa Ativa e Altiva?

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“Paradoxos do governo de Evo Morales na Bolívia: A reserva ambiental TIPNIS e os interesses de grupos econômicos nacionais e brasileiros (2009-2015)” “Paradojas del gobierno de Evo Morales en Bolivia: La reserva ambiental TIPNIS y los intereses de grupos económicos nacionales y brasileños (2009-2015)" "Paradoxes of the government of Evo Morales in Bolivia: The TIPNIS environmental reserve and the interests of national and brazilian economic groups (2009-2015)" Klaus Hermann Heringer1 RESUMO A Bolívia passa em 2006 por um momento histórico importante, pela primeira vez um presidente indígena é eleito, desde a independência. A sua eleição se respaldou em diversos movimentos populares e étnicos que se mobilizaram para frear os rumos neoliberais em curso desde 1985. Já em 2006 se convocou uma Assembleia Constituinte para que não só reorientasse o país, mas também fundamentasse os princípios de sua “refundação” como o Vivir Bien e a Plurinacionalidade, que estariam garantidos na nova constituição, aprovada em 2009. Por outro lado, observa-se por meio do crescimento econômico do país posterior à eleição de Evo Morales que a orientação político-econômica do país se manteve constante, baseada no extrativismo. Portanto, este artigo teve como objetivo explorar os limites da proposta de “refundação” do país em conjunto com a manutenção da política econômica extrativista como também com o projeto de integração latino-americana, analisado nesta pesquisa no caso do Território Indígena e Parque Nacional Isiboro Sécure TIPNIS. A análise esmiuçada desse caso, levando em conta os interesses envolvidos, expõem como esses impasses se alocam dentro dos princípios de uma nova orientação civilizatória.

PALAVRAS-CHAVE: Evo Morales; Bolívia; Extrativismo; TIPNIS; Buen Vivir RESUMÉN

Bolivia passa em 2006 por um momento histórico importante, por la primera vez um presidente indígena es elegido, desde la independência. Su elección se respaldó en diversos movimientos populares y étnicos que se movilizaron para frenar los rumbos neoliberales em curso desde 1985. Ya en 2006 se convoco a una Asamblea Constituyente para que no sólo reorientase el país, sino que fundamentase los principios de su “refundación” como el Buen Vivir y la Plurinacionalidade, que estarían garantizados en la nueva constitución, aprobada em 2009. Por outro lado, se observa por medio del crecimiento económico del país posterior a la elección de Evo Morales la orientación político-económica del país se matuvo constante, basada en extractivismo. Por lo tanto, este artículo tuvo como objetivo explorar los límites de la propuesta de 1 Graduado em Relações Internacionais pela UNIFESP. Pesquisa América Latina com enfoque em democracia, formação nacional e desenvolvimento econômico. Trabalho de conclusão do curso de Relações Internacionais da Universidade Federal de São Paulo do ano de 2016, campus Osasco; realizada sob orientação do professor doutor Fabio Luis Barbosa. Email: klaus_hermann@hotmail.com

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“refundación” del país en conjunto con el mantenimiento de la política económica extractivista así como con el proyecto de integración latinoamericana, analizado en esta investigación en el caso del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure – TIPNIS. El análisis minucioso de este caso, teniendo en cuenta los interesses involucrado, exponen cómo esos impasses se asignan dentro de los principios de uma nueva orientación civilizatória.

PALABRAS CLAVE: Evo Morales; Bolívia; Extractivismo; TIPNIS; Buen Vivir ABSTRACT

Bolivia passes in 2006 and important historic moment, for the first time and indigenous president has been elected since the independence. His election was supported by many popular and ethnic movements that mobilized to stem the neoliberal course in progress since 1985. In 2006 a Constituent Assembly was convened not only to reorient the country but also to base the principles of its “refoundation” such as Buen Vivir and Plurinacionalidad, which would be guaranteed in the new constitution, approved in 2009. On the other hand, it is observed through the economic growth of the country after the election of Evo Morales that the country’s political-economic orientation remained constant, based on extractivism. The purpose of this article was to explore the limits of the country’s “refoundation” proposal in conjunction with the maintenance of the extractive economic policy as well as the Latin American integration project, analyzed in this study in the case of the Indigenous Territory and National Park Isiboro Sécure – TIPNIS. The contradiction of this case, considering the interests involved, expose how these impasses are allocated within the principles of a new civilizing orientation.

KEY WORDS: Evo Morales; Bolívia; Extractivism; TIPNIS; Buen Vivir INTRODUÇÃO A América Latina, no final do século XX, teve a sua história compartilhada pela experiência neoliberal, que se intensificou durante os anos 90 com a vitória dos Estados Unidos na Guerra Fria e com a disseminação do Consenso de Washington. Essa experiência atingiu em diferentes graus cada país, mas em todos casos foi responsável por uma maior inserção da América Latina na economia mundial por meio de privatizações e financeirizações. Além disso, também provocou a redução de políticas sociais dentro da lógica de Estado mínimo, agravando os indicadores sociais da época como a distribuição de renda e pobreza. Nos anos seguintes, essas condições propulsionaram movimentos e mobilizações populares por toda região, na qual conseguiram, em maior ou menor grau, a contenção das políticas neoliberais e revisão de suas consequências sociais. Na Bolívia essa experiência é bem definida. Desde 1985, na eleição de Victor Paz Estenssoro para presidente, responsável pela inserção das políticas

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Morales em 2006, que representa a tradução das demandas populares antineoliberais. Nesta visão, Evo Morales é um ponto de inversão na história boliviana, pois não representa apenas a contenção dos avanços neoliberais, mas também a reconquista da prioridade dos direitos sociais na política, inaugurando uma nova fase para a democracia boliviana. O período anterior a sua eleição, de 2000 até 2006, mostrou que o alto grau de mobilização da sociedade boliviana foi capaz de mudar as bases da política por meio de protestos contra leis e presidentes. A eleição de Evo Morales é canalizadora destas lutas no âmbito político, esfera até então vista de forma negativa pela população manifestante. Apesar das mudanças nesta nova fase histórica boliviana, que têm seu marco em 2009 com uma nova constituição, se observa, durante o governo de Evo Morales, a existência de conflitos sociais e políticos que levantam questionamentos acerca deste processo. A transição de uma lógica neoliberal para uma lógica pós-neoliberal2 na Bolívia expôs paradoxos dos princípios gerais propostos durante o processo de mudança. Esses limites se manifestaram na postura econômica pouco alterada, revisitando princípios neoliberais em questões ambientais, sociais e democráticas, que expõem conflitos, como um dos principais exemplos, o caso do Território Indígena e Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), analisados nesta pesquisa. Para os indígenas que residem no TIPNIS, historicamente esse território se caracteriza como sua Casa Grande pois possui todas as condições e recursos para garantia de seus estilos de vida. Sob uma estrutura comunitária, se baseiam principalmente no respeito ao meio ambiente, que consideram como uma condição indissociável do homem. Por outro lado, esse território sofre pressões de diversas frentes para a sua exploração econômica, onde é visto pelos setores das atividades extrativistas e latifundiárias como um grande espaço “improdutivo” devido à sua grande riqueza natural. Também é vista por setores governamentais e brasileiros como uma região estratégica importante para a integração nacional e internacional, no pretexto de desenvolvimento nacional, brasileiro e regional. Esse confronto se aguça em 2010, quando se anuncia o início das obras de construção da estrada Villa Tunari - San Ignacio 2 É importante ressaltar que o governo se auto-descreve como socialista e discursivamente declara um rompimento com o tradicionalismo econômico neoliberal. Na realidade, apesar do aumento das receitas e da mudança do papel do Estado na economia durante esses anos, o comando político-econômico continuou ortodoxo, como irei analisar mais à frente no trabalho.

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Moxos, que possui um trecho que cruzam o território. A estrada é vista pela maioria das comunidades indígenas como pretexto para violação do território, que se caracteriza como um dos mais bem conservados na floresta Amazônica. Frente ao exposto, este trabalho procurou fazer uma breve análise das propostas do governo de Evo Morales, a modo de compreender a sua importância e significado dessa nova fase na história boliviana. Em seguida, se realiza observou como certos aspectos da proposta de mudança propostos em 2006 foram concretizados na constituição de 2009 e na política econômica do país. Essa etapa do trabalho foi feita à luz dos conflitos autonomistas da região de Santa Cruz que ocorreram no início do governo de Evo Morales, pois tiveram um papel importante nos rumos políticos do período, em que se analisa a postura do governo frente a esses grupos. Observa-se então nesse período uma implementação parcial dos princípios que levaram Evo Morales a ser eleito pelas mobilizações de 2000-2005, produzindo episódios de conflitos. Nessa janela, surge o caso TIPNIS, que se mostra categórico nesta análise por envolver os direitos indígenas de um lado da situação, considerados importantes dentro princípios do processo de transição, a plurinacionalidade e o buen vivir, e de outro lado os setores representantes da ortodoxia econômica, remetente a tempos neoliberais anteriores à 2006. Assim mostra sua importância de ser esmiuçado para uma melhor compreensão e caracterização da realidade conflituosa que vive o governo, feita por meio do mapeamento os grupos de interesse envolvidos no caso TIPNIS. Essa etapa permitiu uma visão mais aclarada dos paradoxos entre os princípios da “refundação” e a política econômica levada pelo país. Por fim, foram feitas breves reflexões sobre o cenário de transição política da Bolívia, relatando um pouco a experiência da viagem ao país feita em 2015 sob o grupo Realidade Latino-Americana da UNIFESP, apontando algumas de suas dificuldades e obstáculos imediatos e possíveis alternativas para uma mudança política e econômica mais profunda. GOVERNO DE EVO MORALES: A PROPOSTA DE “REFUNDAÇÃO” DO PAÍS A eleição de Evo Morales sob o Movimiento Al Socialismo3 – MAS 3 Se auto referem como “instrumentos políticos” da sociedade, denominação adotada na

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marca a vitória no plano político dos blocos populares étnicos contra as forças políticas tradicionais. A sua proposta de governo tinha como objetivo principal a “refundação do país”, dentro da pauta dos movimentos sociais das mobilizações e protestos de 2000-2005. Por outro lado, no início de seu governo, se observa o crescimento da oposição política da media luna pela convergência das forças políticas tradicionais da Bolívia, sob a proposta emancipacionista da região que, em 2008, gera uma das maiores crises políticas do governo masista. A existência desse dissenso se manifesta desde a divergência das demandas da “Agenda de Outubro” e da “Agenda de Janeiro”4 que marcam uma grande polarização política na sociedade e nas instituições estatais, se expressando na composição e discussões da Assembleia Constituinte formada em 2006. Visto esse empasse e a impossibilidade de convergência, se observou a reprodução da estratégia conciliadora com a oposição de Evo Morales e do MAS, que já teve episódios em 2002-20055. Para esclarecimento desse posicionamento e sua maior compreensão dentro do processo de mudança é fundamental, primeiro, estabelecer os princípios ideológicos de “refundação” do país propostos pelo governo de Evo Morales para, posteriormente, contrapor com as realidades desses mesmos processos no intuito em esclarecer como essa postura política de Evo Morales e o MAS determinaram paradoxos que, dentre eles, culminaram no caso TIPNIS. Os princípios das reformas realizadas no governo de Morales podem ser classificados a favor do atendimento da “Agenda de Outubro” e de uma nova proposta civilizatória, a modo de construir um país que contestasse as perdas de direitos sociais provocada pelo período político e econômico vivido anteriormente. As mudanças se contemplam em dois princípios, o vivir bien e a plurinacionalidade que, consolidadas na constituição de 2009, se caracterizam década de 90 por movimentos de representação indígena que buscavam autonomia política, distanciando da imagem de partidos políticos, deteriorada na época devido às reformas neoliberais. 4 “Agenda de Outubro” surge como demanda das manifestações de 2003 (composta por indígenas, cocaleiros e populares) e a “Guerra do Gás”, de cunho anti-neoliberal e democrático. A “Agenda de Janeiro” surge em 2004 em resposta à agenda anterior, com propostas liberais e autonomistas quanto ao território e uso de hidrocarbonetos. (WEBBER, 2012) 5 Em 2002, devido ao grande sucesso de Evo Morales nas eleições presidenciais, muda-se a estratégia de resistência do movimento e crítica à democracia para uma postura de diálogo. Também em 2005, antes da radicalização dos protestos que levaram a renúncia de Carlos Mesa da presidência, Evo Morales e o MAS eram aliados ao governo numa aposta de saída constitucional dos conflitos da época. (SILVA. In: DOMINGUES, et al. 2009) (WEBBER, 2012).

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por mudanças estruturais da economia, da política e da sociedade, apontando para uma nacionalização da economia, que rompe com a expressiva presença do capital internacional na Bolívia, tema que será analisado mais à frente. O Vivir Bien ou Buen Vivir, derivados de traduções6 da língua quéchua (Sumak Kawsay) e aymara (Sumak Qamaña) respectivamente, tem como premissa um padrão de desenvolvimento econômico-social distante do padrão tradicional capitalista, este que possui o pressuposto de recursos naturais infinitos para sustentar o padrão de consumo e o bem-estar ocidental. Nessa ideia, o Vivir Bien, como é reconhecido na Bolívia, procura reavaliar as bases dessa lógica de desenvolvimento, buscando resgatar valores comunitários indígenas que assumem o papel do indivíduo associado com o meio ambiente, sob um novo horizonte civilizatório, apontando novos usos da tecnologia e um novo modo de produção (SCHAVELZON, 2015) (ACOSTA, 2015). Por outro lado, na organização da sociedade, o processo de mudança tem como objetivo a ruptura de suas estruturas tradicionais marcadas sob fortes traços coloniais. A sociedade boliviana, durante a história, segundo o sociólogo boliviano Zavaleta Mercado, é caracterizada por exclusão dos setores indígenas da economia e da política, sob marginalização de seus respectivos estilos de vida ancestrais, que, apesar da maioria populacional na Bolívia, são sobrepostos por determinações nacionais distantes de suas determinações autônomas, o que se denomina como “sociedad abigarrada”. Como descreve Luis Tapia, “En una formación social abigarrada no sólo coexisten varias relaciones sociales y jurídicas de producción, sino que básicamente se trata de una heterogeneidad de tiempos históricos” que también se diferencia “en las estructuras políticas y la cultura general”, por tanto, se forma un Estado nacional “o pretendidamente nacional con rasgos jurídico formales más o menos modernos y, por el otro lado, un conjunto de estructuras locales de autoridad (diversas también) que no corresponden a la representación local del gobierno nacional”. (TAPIA, 2002. p. 309.)

A plurinacionalidade surge com a intenção de rompimento deste valor, pois busca a integração de diversas etnias e culturas dentro do mecanismo estatal, de maneira a garantir a sua representatividade e seus direitos de acordo ao seu modo de vida e autonomia. Essa medida vai além do plano institucional, pois sinaliza também o respeito do Estado boliviano aos diferentes 6 Traduções em espanhol que são aproximadas, pois há diversas interpretações feitas por vários autores (SCHAVELZON, 2015).

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modos de vida e de produção contidas em seu território. Nesse sentido, se refere à defesa da etnia e cultura de uma comunidade, expressa, por exemplo, na garantia da justiça comunitária, sendo reconhecida como mecanismo legal dentro da Constituição. Esse princípio, dentro da realidade boliviana, busca constituir por meio da normativa uma nova perspectiva civilizatória, a modo de contrapor os valores e o modo de exploração que assolavam o país, organizado sob os lócus do desenvolvimento capitalista (SCHAVELZON, 2015). CRISE POLÍTICA: MOVIMENTO AUTONOMISTA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA (2006-2009) Os princípios de plurinacionalidade e Buen Vivir estariam garantidos constitucionalmente em 2009 na nova constituição, no agora “Estado Plurinacional da Bolívia”, substituindo a antiga até então vigente de 1967. Durante processo de deliberação durante a Assembleia Constituinte, se observaram diversas dificuldades para aprovação desses princípios, devido, principalmente, à cisão política que a Bolívia sofria entre altiplano e oriente. A bancada da media luna7 era numerosa e composta, principalmente, por representantes do Movimiento Nacional Revolucionário – MNR -, Acción Democrática Nacionalista – ADN - e Poder Democrático Nacional – PODEMOS -8, que dificultaram a aprovação de artigos que apontavam para este processo de “refundação”, passando por contestações reestruturações ligados a defesa dos interesses da região. Essa oposição se motivava pela perda de privilégio político e econômico que tinham dentro do Estado antes da eleição de Evo 7 A Região de Santa Cruz, Beni, Pando e Tarija, que se denomina a media luna por seu formato geográfico, é historicamente reconhecida por grande atividade agroexportadora e de exploração de hidrocarbonetos. A sua origem remete a um movimento de povoamento do oriente boliviano do início do século XX, antes ocupado apenas por tribos indígenas em regiões de difícil acesso e de pequenos povoados de consciência restauradora colonial. Durante a década de 50 recebeu um forte investimento americano devido à alta rentabilidade da atividade agroexportadora, que contribuiu para formar uma burguesia conservadora local apoiadora do golpe de 1964 (ANDRADE, 2007). Na polarização durante o governo de Carlos Mesa em 2005, a media luna era composta pela burguesia local ligada aos mesmos setores econômicos históricos e pela população local que reproduziam a ideologia da elite econômica dominante, principalmente, no bojo do autonomismo, composto de argumentos separatistas e racistas com o altiplano (CHAVES; SÁ. In: DOMINGUES, et al. 2006) (MERCADO, 1988). (ANDRADE, 2007) (BIZARRIA, 2013) (MORAES, 2014) (MENDIZÁBAL, 2012). 8 Movimiento Nacional Revolucionário é um partido tradicional da Bolívia criado em 1952 na Revolução Nacional, ao longo da história se tornou um partido reformista e alinhado com os interesses internacionais e do Oriente (ANDRADE, 2007). Acción Democrática Nacionalista é um partido fundado em 1985 pelo ex-ditador Hugo Banzer, de diretrizes à favor das reformas neoliberais. Podemos é um partido que surge em 2005 com o projeto de oposição ao MAS no Oriente boliviano.

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Morales. Após o ano de 2006, essas elites regionais se aglomeraram sobre a demanda autonomista de certos grupos políticos, principalmente da região de Santa Cruz, em oposição ao que descreviam como um “centralismo” e “autoritarismo”, agora inaugurado pelo MAS correspondente a uma “hegemonia do altiplano” sob todo país (CHAVES; SÁ. In: DOMINGUES (Org.), 2009) (MAYORGA, 2007). A ideia de autonomia departamental na Bolívia surge a partir de mobilizações que ocorreram dentro das estruturas de autoorganização regionais, especialmente a partir do “Comitê Cívico de Santa Cruz”, órgão formado pela elite regional e sem a representatividade popular direta. A análise da resolução desse processo é importante para observar como Evo Morales e o MAS lidam com essa oposição, dialogando e atendendo seus interesses, produzindo paradoxos com os princípios de “refundação”. A proposta e ideologia autonomista, além da autodeterminação departamental, não possuíam uma contraproposta de mudança da organização estatal como demandavam as mobilizações populares de 2000-2005, por outro lado, propunham o resgate do modelo de Estado democrático liberal reproduzido nos últimos 20 anos. A demanda autonomista, sem participação popular na sua formulação devido às estruturas dos Comitês Cívicos regionais, apontava também para a manutenção das estruturas latifundiárias do oriente, que se baseavam em relações sociais e políticas intocadas desde suas origens. Sendo assim, a proposta se concretizava como a única maneira de se isolar das mudanças que sinalizavam o novo governo, principalmente do modo de apropriação da renda na exploração de hidrocarbonetos da região da media luna, que cresceu exponencialmente nos últimos 40 anos. Essas medidas do governo apontavam o contrário do que se defendia na “Agenda de Janeiro”, que demandava uma maior autonomia sob insumos dos hidrocarbonetos (CHAVES; SÁ. In: DOMINGUES (Org.), 2009). A oposição do movimento autonomista ao governo masista se manifestou, especialmente, em dois episódios: (I) congelamento das decisões na Assembleia Constituinte no período de 2006-07; (II) e na crise política de 2008, com manifestações de grande envergadura na região da media luna. (DOMINGUES. In: DOMINGUES (Org.), 2009). A postura de Evo Morales e do MAS foi a de se consolidar frente a oposição e reforçar o seu apoio popular para a continuidade das reformas. Em 2007, visto a paralização da Assembleia Constituinte, Morales convoca um referendo revogatório sob seu governo e dos

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governos departamentais, nos quais obteve mais votos de quando foi eleito, 67,4% do total. Essa vitória renovou seu apoio popular para retomada do processo constituinte e para uma nova pressão sobre a oposição política da media luna (região em que o MAS obteve entre 40-50% dos votos). O apoio reforçou a continuidade de reformas socioeconômicas semelhantes às que tinham sido já feitas até então, como, por exemplo, a criação de novos programas de renda condicionada e nacionalização parcial9 das empresas de hidrocarbonetos. Apesar do apoio popular ao governo de Morales no referendo, a proposta

autonomista

ainda

manteve

fortalecida

media

luna,

acompanhada de diversas manifestações sob vertentes radicais no ano de 2008, marcando episódios de massacres e assassinatos a apoiadores do MAS na região. A crise política alcançou escalas de discussão internacional sob a ideia que o país sofria um processo de “golpe civil”. Esse processo foi marcado pela expulsão do embaixador americano, que estava envolvido com os círculos políticos crucenhos e também pela declaração de apoio da Unasul e do Brasil a favor do governo de Evo Morales. Internamente, se declarou estado de sítio em alguns departamentos da região para conter os conflitos populares, acompanhada com uma abertura de diálogo para formulação de um acordo do governo com representantes regionais, feita sob olhares de comissões internacionais. Esse acordo foi feito sob a revisão de artigos da nova Constituição (passando por 200 artigos de 367), da autonomia departamental e de impostos sobre hidrocarbonetos. Dentro do breve período de início do governo, foi um primeiro momento de diálogo com a oposição para resolução das divergências políticas. Após da resolução com a oposição autonomista e a aprovação da Constituição em 2009 por meio de um referendo, ainda se observou uma relutância regional para aceitação dos resultados das urnas, que nos departamentos da media luna o resultado foi de maioria “não” para a nova constituição, havendo episódios de ataques de vertentes terroristas. O governo continuou na abertura para um diálogo e para aprovação de um estatuto autonômico na região que atendesse o interesse da oposição e que não impedisse a implementação da Constituição nesses departamentos (DOMINGUES. In: DOMINGUES (Org.), 2009). 9 Aumenta-se expressivamente os impostos da extração, mas ainda se mantém as atividades sob empresas estrangeiras, principalmente e Repsol e a Petrobrás, discussão que irá se aprofundar mais à frente.

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Dentro desse debate pode-se refletir o caso TIPNIS, pois assim como o movimento autonomista, ambos contestam o governo masista, porém, em vertentes opostas, do lado autonomista se contesta as propostas de mudança governo enquanto das mobilizações do TIPNIS o reforço das mesmas. Sendo assim, para compreender os rumos do governo e das propostas de refundação se deve analisar a posição dos dois conflitos e de suas respectivas demandas dentro das decisões e estratégias governamentais. Como visto, a estratégia conciliadora adotada com o movimento autonomista nesse período tem um papel importante nesse sentido pois limitou certas mudanças propostas inicialmente

pelo

governo,

culminando

produção

contradições

econômicas e sociais dentro do processo de mudança, como veremos mais adiante. Tanto o caso TIPNIS como o movimento autonomista da media luna são

classificados

por

LINERA10

como

“contrarrevolucionários”,

mas

diferentemente do caso autonomista, o movimento do TIPNIS é feito de maneira “indireta” que “acabam defendendo os interesses das forças conservadoras da direita e terminam socavando seu próprio processo revolucionário” (GARCÍA, 2012, p. 14) (Tradução própria). Por outro lado, segundo LANDER, os movimentos de contestação do processo de mudança e que demandam o cumprimento dos princípios do mesmo, como o caso TIPNIS, “são vistos como ameaças que tem que ser suprimidas” e conclui que “quando se prioriza a preservação do poder acima do conteúdo de exercício, se põe em tela de juízo o sentido mesmo do caráter democrático da sociedade que se quer construir” (LANDER, 2013, p. 34) (Tradução própria). Levando em conta estas visões sobre o processo de mudança e a análise dos interesses envolvidos na construção da estrada no território TIPNIS – das comunidades indígenas e dos grupos econômicos nacionais e brasileiros -, é possível expor os limites e paradoxos da proposta governamental e das ações tomadas pelo governo Evo Morales. POLÍTICA

ECONÔMICA

GOVERNO

MASISTA:

ROMPIMENTO

SOCIALISTA OU NEOLIBERALISMO RECONSTITUÍDO? Para construir uma compreensão mais completa do caso TIPNIS e de seu significado dentro do processo de transição, é fundamental esmiuçar as 10 García Linera é o atual vice-presidente da Bolívia. Cargo que ocupa desde 2006 na primeira eleição de Evo Morales pelo Movimiento Al Socialismo.

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contradições socioeconômicas criadas entre os princípios de ruptura do Vivir Bien e da Plurinacionalidade com as políticas implementadas pelo governo. Segundo LANDER, os processos de mudança baseados na reprodução do capitalismo sofrem de um dilema intrínseco que impede uma ruptura para uma sociedade socialista, declarada como objetivo pelo MAS: “Sobre el supuesto de que las fuerzas productivas del capitalismo darían base material para la sociedad socialista, no se reconoció que aquellas son ciencias y tecnologías capitalistas, que responden a las necesidades del capitalismo, y que sobre ella no se podía producir más que capitalismo (...) Se trata de un patrón científico-tecnológico que, basado em el mito del progreso y del crecimento sin fin, se propone el pleno sometimiento de todas las dimensiones de la llamada “naturaleza” (…)” (LANDER, 2013. p. 13-14)

No caso da Bolívia, se observa a continuidade da reprodução do capitalismo pela contínua presença do capital estrangeiro e manutenção do extrativismo, que se contrapõem aos princípios de “refundação” do Estado. Isso ocorrer principalmente em dois momentos do governo: na política econômica implementada logo após a eleição de Evo Morales e na nova constituição política de 2009. Desde a eleição de Evo Morales em 2006 não houve grandes rupturas com o modelo neoliberal ortodoxo que havia até então na Bolívia, diferente da postura de ruptura que esboçou em 2000-2005. Desse modo, nas definições de WEBBER, os primeiros anos do governo Morales se constituíram como um “neoliberalismo reconstituído” sob uma “esquerda permitida”, dentro de uma proposta de “capitalismo andino-amazônico” de García Linera, que visava a industrialização do país sob a renda extrativista de uma burguesia de origem indígena (entendido pelo MAS como um processo distante de uma ótica classista) (WEBBER, 2012. p. 169-170) (Tradução própria). Durante os primeiros anos do governo, na crença de um capitalismo de mercado, se observou uma reprodução das condições favoráveis de acumulação para o capital privado, tais como promessas de inflação baixa, independência do Banco Central e de manutenção das relações de trabalho (precárias e flexíveis), além da continuidade dos níveis de pobreza e desigualdade social. Em 2006, na instituição do Plano Nacional de Desenvolvimento, se projetou a lógica de extrativismo na economia, que apesar das pequenas rupturas com as premissas neoliberais, como uma maior taxação da exploração primária e revisão das relações com o FMI, ainda Integración latinoamericana y caribeña: caminos, perspectivas y posibilidades

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manteve o modelo econômico que passou pela contestação popular nos anos 2000-2005 (WEBBER, 2012). A maior taxação da exploração primária se deu sobre o discurso da nacionalização econômica, que justificou um aumento da porcentagem das atividades extrativistas no Produto Interno Bruto – PIB - no governo masista, analisado mais à frente. Além da estatização de algumas empresas que já estavam sob forte mobilização operária, a reformulação dos impostos e royalties sob as empresas estrangeiras foi a principal atividade nesse processo, que pela alta dos preços das commodities na época ganhou um tom radical em escala internacional. Nessa última medida, por uma ausência de leis mais rigorosas, não se alterou poderes decisórios das atividades produtivas que, no caso do gás natural, continuam sob mando internacional o controle da produção e os projetos de distribuição voltados para o exterior (WEBBER, 2012) (VARGAS; GOMÉZ. In: LANDER, et al., 2013). Uma análise do crescimento do PIB do Estado pode nos mostrar o aprofundamento e continuidade do grau da dependência primária. Em 2008, o crescimento do PIB foi de 6,1% comparado ao ano anterior, sendo 27,1% desse crescimento sobre renda de gás natural e 8,7% de petróleo, ano em que alcançou auge histórico de participação de renda de recursos naturais no crescimento do PIB, no total de 39,7% do valor total. Já em 2009, nos abalos da crise internacional e queda do preço das commodities, o crescimento do PIB foi de 3,4% com composto 9,4% pela renda de gás natural e 4,1% de minérios. Valores que comparados aos do ano de 2000, no início das manifestações, mostram um aprofundamento dessa dependência. Em 2000, com um crescimento de 2,5% do PIB, observava-se uma composição de 4,3% desse valor de rendas do gás natural e 0,6% de minérios. Dentre todos os anos do governo Morales, a exportação de hidrocarbonetos e minérios dominam, em média, 60% do total da pauta de exportações do país11, período que anteriormente era menor e sobreposto por exportação industrial (CEPALSTAT, 2015) (BANCO MUNDIAL, 2015). Além do aprofundamento do extrativismo, conforme a mudança da pauta exportadora, não se observa expressões políticas governamentais para a 11 Interessante também se observar uma substituição dos parceiros econômicos que a Bolívia tinha anterior ao governo de Evo Morales, que, durante seu governo, reduziu drasticamente o comércio com os Estados Unidos e com países vizinhos e deu lugar para uma intensificação de parceria com a União Europeia e países asiáticos, principalmente a China (VARGAS; GOMÉZ. In: LANDER, et al. 2013)

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transformação dessa dependência. De acordo com a visão de García Linera sobre o “capitalismo andino-amazônico”, a ideia se complementa pela promoção do processo de industrialização, que na breve análise feita, se pode observar que não logrou a modo de competir com o extrativismo. A industrialização não teve uma mudança drástica de estrutura apesar de iniciativas estatais levadas a cabo pelo governo, mantendo a deficiência do país de setores manufatureiros e, por outro lado, se fortaleceu os setores de indústrias voltadas para a economia primária, como de processamento de hidrocarbonetos e o siderúrgico-metalúrgico. Esse fenômeno, segundo VARGAS e GOMÉZ, se justifica pela falta de incentivos fiscais, minadas pelos princípios de base de crescimento econômico na arrecadação fiscal de atividades primárias, somada a corrupções (principalmente de iniciativas privadas) e debilidades técnicas (de projetos de indústrias estatais) (VARGAS; GOMÉZ. In: LANDER, et al., 2013). Nesse caso, o aprofundamento do extrativismo e do papel de fornecedor primário da Bolívia no capitalismo internacional se contradiz com o processo de “refundação” do país, tanto do Vivir Bien quanto da plurinacionalidade, pela lógica econômica levada com o meio ambiente e pelo privilégio dos setores ligados à essas atividades. Também neste caso há o fortalecimento dos latifúndios durante o governo de Evo Morales, processo que se dá, principalmente, pelo papel que assume a Bolívia dentro do cenário internacional de fornecimento de energia e alimentos, somado à falência de um projeto de industrialização. Dentro desta concepção, a atividade latifundiária assume um papel importante na agropecuária e agricultura (principalmente de soja) voltada para exportação. Nessa função, os latifúndios possuem privilégios do governo quanto a questões de terra (principalmente no âmbito legislativo) intocados pelas reformas levadas a cabo pelo governo, como, por exemplo, na reformulação da lei do Instituto Nacional de Reforma Agrária (INRA), em 2007, que legisla sobre a distribuição e uso das terras no país. Essa reformulação, apesar de conceder uma pequena parcela terras a comunidades indígenas e campesinas12, não são acompanhadas por incentivos de produção à estas mesmas comunidades. A maior parte dessas comunidades ainda se encontra 12 O discurso governista contabiliza que redistribuiu uma grande quantidade de terra à comunidades indígenas enquanto as terras que contam já são consideradas desde a década de 70 como de suas respectivas posse. Isso se deve a um processo de “saneamento” das terras da Bolívia que foi retomado pelo novo governo (ORMACHEA; RAMIREZ, 2013).

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sob a linha da pobreza e indigência, que, sob uma concepção de Vivir Bien e da plurinacionalidade, seus respectivos avanços são centrais para o desenvolvimento do país (ORMACHEA; RAMIREZ, 2013) (URIOSTE, 2011) (COLOQUE; URIOSTE; EYZAGUIRRE, 2015). Na nova Constituição Política de 2009 se observa elementos que desconsideram o Vivir Bien e a plurinacionalidade na pauta da política econômica, tanto dentro do reforço do extrativismo quanto em privilégio dos latifúndios. Na parte da constituição que rege a função do Estado na economia aparece com pouco peso a questão da plurinacionalidade, que segundo MOTA13, somado ao grande conflito interno de diferentes perspectivas sobre poder e política, se coloca em risco a possibilidade de mudança econômica proposta pelo governo: “(...) se não for bem relacionado com a questão de plurinacionalidade, que deveria colocar novos parâmetros para pensar a condução das políticas econômicas, podemos supor, quiçá equivocadamente, que existe certo reducionismo da questão plurinacional ao reconhecimento cultural, jurídico e redistributivo (principalmente no que se refere à redistribuição de terras), que não chega a atingir o cerne do ordenamento econômico do país. (...) no longo prazo, a estrutura de reprodução econômica da sociedade permanecerá sendo ditada por um núcleo que é, em certa medida, “uni-nacional” (...) Não observamos uma inovação constitucional que poderia ajudar a formar um quadro diferencial realmente voltado para a transformação da própria função que o Estado liberal capitalista desempenhou para o país. ” (MOTA. In: DOMINGUES (Org.), 2009. p. 149-150)

Essa perspectiva se reflete, por exemplo, no modo em que foi elaborado a limitação de terras na constituição que, apesar de ser estabelecida em um território máximo de 5000 hectares (referendado em conjunto com o referendo constitucional), não age retroativamente e permite que a propriedade de terras por mais de 5000 hectares seja dentre de um conjunto de sócios. Como também permite que estrangeiros adquiram propriedades por outros meios que determina a Constituição, visto apenas o impedimento de compras diretas do Estado, que não afeta o grande envolvimento de brasileiros e argentinos (URIOSTE, 2011) (ORMACHEA; RAMIREZ, 2013). Tais políticas vão de encontro com os interesses econômicos expressos pela demanda autonomista da media luna no início do governo, que após a revisão da constituição conduzida pelo governo em 2008, constituíram-se esses espaços de atuação 13 É preciso considerar que seu estudo é feito logo após a aprovação da constituição no referendo nacional em 2009.

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econômica. Diante das observações sobre a realidade político-econômica do país de “adaptação” em contraposição com o projeto de “refundação” do Vivir Bien e plurinacionalidade (MOTA. In: DOMINGUES (Org.), 2009. p. 152), a análise do caso TIPNIS se exemplifica como um encontro dessas contradições, tendo a manutenção do extrativismo e da força política latifundiária contra direitos indígenas e plurinacionalidade, sendo os grupos envolvidos expressões dos interesses das diferentes perspectivas civilizatórias. O CASO TIPNIS O Território Indígena e Parque Nacional Isiboro-Secure compreende, atualmente, 1.091.656 hectares entre os departamentos de Cochabamba e Beni (Anexo 1) e é um dos territórios mais intocados e conservados de toda a Amazônia (PAZ, 2011). Dentro de seu território habitam em torno de 63 comunidades que se dividem em três povos indígenas, os Moxeños, Yucarés e os Chimanés. Esses povos indígenas estão localizados em três diferentes zonas: Zona Central, Zona Isiboro e Zona Sécure, nomeadas de acordo com os rios que delimitam sua região (SERNAP, 2016). A fundação do território tem origem legal em 1965, por meio do Decreto Supremo 07401, oficializado durante a ditadura militar. Apenas sob o título de “Parque Nacional”, a fundação foi resultado de mobilizações dos povos indígenas originários da região para a proteção de seu território, que estava sob ameaça do movimento colonizador que avançava sobre suas terras. Essa colonização tem suas origens na Reforma Agrária promovida após a Revolução de 1952, cujo um de seus propósitos era a proposta colonizadora do oriente boliviano, processo feito por meio de uma delimitação de terras da região do parque que eram concedidas às populações oriundas do altiplano (BIZARRIA, 2013) (MORAES, 2014) (MENDIZÁBAL, 2012) (ANDRADE, 2007). Nesse novo status, o território ainda se encontrava sob proteção estatal e se mostrou ineficiente para a contenção dos movimentos colonizadores, que se intensificaram ao longo do tempo e se expandiram sobre o território conforme as crises econômicas atingiam o país, pelo aumento dos fluxos migratórios para a região nesses períodos. Durante a década de 80, observouse o avanço de atividades cocaleiras ao sul do território, na região do Chapare,

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ao norte de Cochabamba14 e, agropecuárias, ao norte do território pelo departamento de Beni, como também por outras atividades, como madeireiras, caça e explorações petroleiras (BIZARRIA, 2013). Em continuidade do avanço das migrações populacionais, na década de 90 tornou-se possível a visualização de três tipos de territorialidade15 dentro do parque nacional: (1) uso extensivo da terra pelas comunidades indígenas originárias; (2) o uso intensivo, característico dos colonos cocaleiros ao sul; e (3) pela exploração intensiva de recursos naturais renováveis e não renováveis (JIMENÉZ, 2014). A incapacidade dos povos indígenas em efetivarem seus direitos sobre a terra e barrarem o avanço colonizador, que já subordinavam algumas comunidades, determinou a organização, em 1990, da Primeira Marcha Indígena sob o título de “Marcha Indígena pelo Território e pela Dignidade”, em conjunto com a CSUTCB - Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. Como resultado da marcha, o governo instaurou o Decreto Supremo 21610, conferindo ao Parque uma proteção legal dupla de Área Protegida e Território Indígena. Assim, a partir de 1990, o território começa a se denominar Território Indígena e Parque Nacional Isiboro-Sécure - TIPNIS. No entanto, os avanços de reconhecimento de direitos da região para os povos não foram suficientes para a contenção da expansão das atividades colonizadoras. Assim, a solução apontada foi dentro da lei da Reforma Agrária de 1996, criada pelo Instituto Nacional de Reforma Agrária, que passava a reconhecer o território como Território Comunitário de Origem – TCO. Nessa situação, os povos indígenas do TIPNIS teriam o direito de defender suas terras (e de seus ancestrais), de exercerem seus poderes sobre elas e de definirem o seu melhor uso. Nesse direito, podem se defender dos avanços colonizadores e retomarem terras invadidas de modo legal e legítimo. Essa mesma lei delimitaria o avanço do movimento colonizador ao sul do território por meio da línea roja, que demarcou o espaço entre o TCO e o Polígono 7, região ao sul do território de cerca de 200.000 hectares (aproximadamente 1/6 da área total), na área do 14 Os trabalhadores afetados pelo decreto 21060 de 1985 determinaram uma retomada do avanço desse movimento sobre o território. Região que originou o movimento cocaleiro que iria no futuro ter Evo Morales como líder. 15 É preciso ter em mente a diferença das definições de território e territorialidade. Com território se especifica o espaço geográfico compreendido, por outro lado, territorialidade remete ao significado social daquele território, portanto, o modo de produção e estilo de vida que se insere no mesmo (JIMENÉZ, 2014).

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Chapare de Cochabamba, legalizando as ocupações dos colonos plantadores de coca (Anexo 1) (BIZARRIA, 2013) (MORAES, 2014). O breve resgate dos fatos que ocorreram no território desde 1952 recorrem o confronto histórico da realidade vivenciada por ambos os lados, colonizadores e indígenas. Também é de suma importância a análise de outros detalhes como, por exemplo, de seus respectivos modos de produção e de estilo de vida, para um maior esclarecimento do embate entre os indígenas originários e os movimentos colonizadores. O território foi, primeiramente, ocupado pelo povo indígena dos Moxeños o qual, por meio da busca da utópica Loma Santa16, a mãe terra, buscava um território distante da pressão do colonizador branco, abundante em recursos e que permitisse a manutenção de seus respectivos modos de vida. Essa concepção também possui o seu cunho político, pois dentro desse conceito se trava a luta contra os movimentos colonizadores, sinalizando para o respeito e proteção do território em vista do modo vida em que se busca, ou seja, de maneira irrestrita e ilimitada. Todas as comunidades que compreendem o território se referem ao TIPNIS como a Casa Grande, sob a ideia de um lugar que possuem tudo que é necessário para o sustento de seu estilo de vida (animais, madeira, rios, peixes, etc.) e, dentro dessa concepção, não se há “pobreza”, pois satisfazem todas as suas necessidades e, sobretudo, há o respeito dos fluxos e ciclos ecológicos frente a uma estrutura comunitária produtiva e social (JIMENÉZ, 2014) (CHÁVEZ, 2015). Os discursos colonizadores das outras atividades econômicas são baseados sob uma lógica extrativista de eficiência e de esgotamento do território, confrontando diretamente com a territorialidade das comunidades indígenas originárias. Discursos criados dentro de uma lógica andina de ocupação do território oriental, predominantemente dada pelo latifúndio e extrativismo (MENDIZÁBAL, 2012). Nesse espectro, surge o conflito com a estrada que se pretende construir atravessando o parque, pois contrapõem diretamente esses modos de uso do território. ESTRADA VILLA TUNARI - SAN IGNACIO MOXOS: INTERESSES NACIONAIS E BRASILEIROS O projeto da estrada surge em 2003, durante o governo de Sanchez de 16 Acreditam que a Loma Santa se encontra em algum lugar ao sudoeste de Beni.

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Lozada, com o objetivo de interligar as cidades de Villa Tunari, da província de Cochabamba, com a cidade San Ignacio de Moxos, da província de Beni. Planejada em três trechos, o seu segundo trecho pretende atravessar o TIPNIS cortando a sua parte central (Anexo 1), afetando diretamente comunidades que não têm ou nunca tiveram o mesmo contato com colonos como as que residem à beira do parque. A execução do projeto se dá apenas em 2008, ano em que a recém-fundada Agência Boliviana de Carreteras (ABC) fecha um contrato com a empreiteira brasileira OAS17 e, em seguida, Luis Inácio Lula da Silva e Evo Morales acordam os termos de financiamento, sendo R$ 322 milhões (80% do projeto) proveniente do Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social – BNDES (MORAES, 2014). A partir deste momento, não há mais envolvimento apenas dos interesses nacionais sobre a construção da estrada, os quais serão delimitados mais à frente. Além disso, esse momento inaugura uma série de mobilizações das comunidades indígenas do TIPNIS para revisão do projeto, sendo, em um primeiro momento, por meio do diálogo e de outras edições de Marchas Indígenas, até então, alinhadas com o governo e, em um segundo momento, a partir de 2011, sob a organização de Marchas e manifestações com o propósito direto de interrupção e revisão do projeto. Os interesses e os grupos envolvidos na construção da estrada podem ser

elencados

em diferentes

escalas:

locais,

regionais,

nacionais

internacionais (MORAES, 2014) (PAZ, 2015). Em um plano local do TIPNIS, observam-se tanto os colonos quanto os próprios povos indígenas. Para os colonos, o interesse imediato de construção da estrada está no fortalecimento econômico pela dinamização comercial, dentre eles se incluem os cocaleiros, agropecuários e até mesmo as próprias empresas extrativistas que já possuem atividades no local. Como também, há povos indígenas do TIPNIS que se alinham às diretrizes do governo e são a favor da estrada, na sua maioria, são pertencentes ao povo do Chimanés e sofrem acusações dos outros povos por estarem sendo “enganados ou corrompidos”. Supõe ser uma situação parcialmente verdadeira, pois, alguns casos associam a construção da estrada com políticas públicas, como o governo procura assimilar em seu discurso18, ou 17 Empresa que já atua internacionalmente em diversos projetos de construção civil, principalmente sob o programa da Iniciativa para Integração Regional Sul-Americana – IIRSA -, que irá ser discutida mais a frente. 18 O que abre espaço para assimilar quem se posiciona contra a estrada também é contra a entrada de serviços públicos na região.

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concordam com a lógica desenvolvimentista do governo, que com a estrada a região teria mudança “no modo de produzir e projetar a vida” que “deveria converter-se em uma zona produtiva capaz de exportar produtos e matérias primas” (MORAES, 2014. p. 59 e 61) (CHAVÉZ, 2015). Em uma escala regional, é possível observar os interesses de grupos econômicos que vivem às margens da região do TIPNIS. O oriente boliviano é uma área que, tradicionalmente, não é apoiadora ao governo de Evo Morales, como se vê na crise política da proposta autonomista. Portanto, a construção da estrada deve fortalecer o apoio regional, pois favorece tanto os interesses dos cocaleiros do Chapare (região de origem do MAS e apoio tradicional do governo), a qual, além de expandir o comércio, também possibilitaria expansão da produção dentro do território, quanto dos pecuários de Beni, com esses mesmos benefícios (MORAES, 2014. p. 62). Em uma escala nacional, observam-se três interesses do Estado na construção da estrada: uma “necessidade histórica” de integração nacional da zona andina com a região amazônica e fundamental para o desenvolvimento do país (LINERA, 2013. p. 53); um plano político-estratégico para a construção de uma alternativa de conexão entre altiplano e o oriente, sem a necessidade de cruzar Santa Cruz, visto o conflito altiplano-oriente sobre a questão autonomista, a tiraria de um eixo econômico fundamental (MORAES, 2014. p. 64); e, num plano produtivo, sinalizaria a possibilidade de acesso aos recursos naturais do território, principalmente madeira e petróleo, de grande abundância, como sintetiza PAZ: “Lo que está en juego en el TIPNIS no es solo una carretera que va a permitir el avance de la frontera agrícola de la producción de hoja de coca, sino también un modelo de explotación hidrocarburífera” (PAZ, 2012. p. 10)

Em um nível internacional, a partir do envolvimento do Brasil na construção, suas preocupações se tornaram pertinentes no plano político e econômico, em um nível direto financeiro e indireto estratégico. O interesse direto financeiro brasileiro está na estrada reproduzir a operacionalização da lógica desenvolvimentista da Iniciativa de Integração da Infraestrutura Regional Sul-Americana (IIRSA), que apesar de não estar inserida na carteira oficial de obras, a construção deveria ser feita por empresas brasileiras, no caso a OAS, e por concessão de crédito do BNDES, como ocorre outras atividades da iniciativa. E como interesse indireto, o resultado da obra concluída abriria a possibilidade da prospecção de petróleo sob reservas confirmadas já em

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concessão de exploração da Petrobrás, outorgada durante o governo de Evo Morales (BIZARRIA, 2013. p. 68) (MORAES, 2014. p. 120), como também da instituição de uma nova rota de escoamento de produção do Brasil para o pacífico, sendo a estrada Villa Tunari-Ignacio Moxos, uma parte do corredor Atlântico-Pacífico, que é uma das propostas da fundação do IIRSA (MORAES, 2014. p. 122). Observa-se a partir dos interesses envolvidos na construção da estrada, que os direitos e mobilizações indígenas são o que contém de avanço desses grupos sobre o território. O próprio governo masista, mesmo sobre princípios da plurinacionalidade e do Vivir Bien, se mobiliza para a construção da estrada. Assim, é importante uma análise do decorrer de eventos históricos de avanços da construção e da resistência dos grupos indígenas para aclarar a reprodução factual desses interesses em torno do caso TIPNIS. O CASO TIPNIS: AVANÇO DA CONSTRUÇÃO E RESISTÊNCIAS As Marchas Indígenas que ocorreram durante a década de 90 e entre 2000-2005, em que participavam os órgãos representativos do TIPNIS, lutavam para o freio do avanço neoliberal e demandavam mudanças sociais e econômicas, que auxiliaram a projeção de Evo Morales e do MAS em 20022006, estão sendo as mesmas Marchas que se organizam para a revisão do projeto da estrada. É importante ter em mente de que não há consenso entre os indígenas sobre a questão TIPNIS, nem todos os órgãos indígenas se posicionam contra o avanço da estrada. Dentre órgãos locais, regionais, nacionais e internacionais envolvidos com a mobilização (contra ou favor a estrada), três organizações possuem dissidências e organizações paralelas, no total de oito organizações (MORAES, 2014) (CHÁVEZ, 2015) (PAZ, 2015). Um grande símbolo do grau de politização da questão TIPNIS na sociedade boliviana se dá pela quebra do Pacto de Unidad, em janeiro de 2013. O Pacto de Unidade surge em 2007 como um consenso e acordo entre as principais organizações indígenas da Bolívia ao redor dos processos que sinalizavam as mudanças no sentido do Estado Plurinacional levadas a cabo pelo MAS. Demarcava até então uma união e homogeneização da demanda indígena em relação ao processo mudança (MOKRANI; URIONA, 2012). Os conflitos ocorridos a partir de 2011 acerca da estrada servem para expor definidamente os embates ao redor da construção da estrada,

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demarcando uma polarização maior dos discursos a favor e contra o projeto, como visto, dissociando o movimento indígena. Em 2010, Evo Morales e Luis Inácio Lula da Silva assinam os termos de financiamento do BNDES para a obra. Em 2011, dá-se início a construção dos trechos 1 e 3 da estrada, que, visto o início da concretização do projeto, determinou a organização dos setores indígenas de uma nova Marcha Indígena à La Paz, dessa vez sob o tema “Pela Defesa do Território Indígena e Parque Nacional Isiboro Sécure, dos Territórios, da Diginidade, da Vida e dos Direitos dos Povos Indígenas”, a VIII desde 1990. Durante a marcha, enquanto estavam na região de Chaparina em rumo ao altiplano, o exército nacional aborda violentamente os manifestantes com o objetivo de dispersá-los, ato que ganha grande repercussão nacional e internacional, desestabilizando órgãos governamentais. Entretanto, isso não impediu a continuidade à La Paz. Alguns dias após da chegada da Marcha ao seu destino, Evo Morales sanciona a Lei 180, que demarca a intangibilidade do território TIPNIS, proibindo a construção da estrada. Alguns meses depois, com uma marcha organizada pela organização representante do Polígono 7, o Conselho de Indígenas do Sul (CONISUR), que é atrelada aos quadros governistas (CHÁVEZ, 2015), se opõe à intangibilidade do território e de cancelamento completo das obras. Visto o insucesso da marcha, em 2012, entram com um pedido de Consulta Prévia, como garantia a Resolução 169 da Organização Internacional do Trabalho (OIT) já ratificada em 199119. Alguns dias após o pedido, é promulgada a lei 222, iniciando o processo de Consulta Previa na Área Protegida do TIPNIS, que na sua totalidade engloba a Terra Indígena Originária Camponesa (TIOC) e o Polígono 7 (Anexo 1). Em resposta, as comunidades contra a construção se mobilizam na sua IX Marcha Indígenas para impedir a execução da lei 222 e em defesa da lei 180, que não teve o mesmo resultado da edição anterior. Alegavam qualquer processo de Consulta Prévia seria ilegal, pois todos os trâmites iniciais de planejamento já haviam sido realizados entre o governo e o Brasil, não sendo mais “prévia”. (MORAES, 2014) (MOKRANI; URIONA, 2012) Em 2012, há avanços e retrocessos na construção da estrada. De um lado, se rescinde o contrato com a construtora brasileira OAS e se perde o 19 A resolução 169 da OIT sobre povos indígenas e tribais garante direitos às comunidades indígenas e tribais frente ao poder do Estado. No caso os indígenas da CONISUR utilizam o artigo 6º da resolução, que garante que aquelas comunidades que sofrem direta ou indiretamente de medidas tomadas pelo Estado possuem o direito de serem consultados para participação da tomada de decisão.

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financiamento do BNDES, retirando os interesses diretos da construção da estrada. Mas, por outro lado, o referendo realizado no marco da lei 222 constatou que 82% da população da área protegida estava favorável à construção da estrada, resultado que possui diversos questionamentos por parte das comunidades indígenas contra a construção, particularmente por inclusão do Polígono 7 na votação. A legitimidade deste plebiscito é questionada por numerosos intelectuais e organizações (PAZ, 2015). A rescisão do contrato se deu como uma vitória aparente e, atualmente, em 2016, as construções dos trechos foram retomadas e estão sendo executadas por duas empresas bolivianas, sendo, uma recém-fundada empresa estatal de construção civil, Empresa Boliviana de Construção (EBC) e, outra, pela Associação de Manutenção Viária (AMVI), mesmo sem a fonte de financiamento brasileira. A continuidade da construção da estrada ainda passa por uma série de contestações das organizações envolvidas, principalmente a vertente contra a estrada da Confederação Indígena do Oriente Boliviano (CIDOB), uma das que foram cindidas pelo conflito, possuindo apoio da organização internacional Coordenadora das Organizações Indígenas da Cuenca Amazônia (COICA) (MORAES, 2014) (CHÁVEZ, 2015). Após a derrota dos movimentos contra a estrada, as organizações procuram apoio internacional para paralização ou revisão da estrada como, por exemplo, apresentando a alternativa de a estrada dar a volta pelo território em organismos internacionais20, uma vez que nacionalmente não foi acatada (CHÁVEZ, 2015). As ligações entre os movimentos indígenas e a opinião internacional passa por intensa crítica do governo, como foi observado no discurso de García Linera anteriormente, classificando-os como “antirrevolucionários”, argumentando principalmente que a estrada trará o desenvolvimento tanto para aquelas comunidades quanto para o país. As comunidades contra argumentam que o desenho atual da estrada, estabelecido anteriormente pelo projeto da OAS, não atinge a maioria das comunidades, como é visto no Anexo 1, além de não satisfazer as necessidades dessas comunidades indígenas, que não se interessam em uma eficiência de transporte, vendo o transporte fluvial como suficiente ou por uma maior acessibilidade aos recursos, visto que seu modo 20 “CIDOB presentó demanda ante OEA por violación a derechos de indígenas”. Jornadanet, La Paz, 10 de fev. 2012. Disponível em: http://www.jornadanet.com/Hemeroteca/n.php? a=73485-1&f=20120210.

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de vida também é suficiente (MORAES, 2014). Visto o caso TIPNIS, pode-se fazer uma reflexão sobre o Vivir Bien, a Plurinacionalidade e o processo de mudança do governo de Evo Morales como um todo. O caso TIPNIS é exemplar para se comprovar o posicionamento governamental da Bolívia dentro do processo de transição. A insistência em construção da estrada em detrimento dos argumentos apresentados pelas organizações e comunidades locais mostra o lado daqueles interesses favoráveis à construção. As comunidades indígenas da VIII Marcha conseguiram alcançar grande comoção nacional e internacional em 2011 justamente por representar os princípios de refundação do país em contradição com o mesmo Estado que se propôs a canalizar essas demandas do movimento social de ruptura da história. O Vivir Bien e a Plurinacionalidade são colocados em cheque nessa questão, pois não há o respeito dos direitos indígenas e de seu território, que antes em suas Marchas lutavam por uma afirmação dos seus direitos e agora lutam para o cumprimento dos mesmos.

A Lei 180 de intangibilidade do

território do TIPNIS mostra como é importante esses princípios de refundação, valorizando o estilo de vida e modo de produção daquelas comunidades, como também qual é o seu peso para a opinião pública nacional e internacional, visto a proposta do governo masista para “refundação”. Ao mesmo tempo, a continuidade da obra com discursos diretos de Morales carregados tanto de “impossibilidade” de barrar a construção da estrada quanto da assimilação dos indígenas com a “direita política” mostra que esse processo não procura questionar ou irromper com princípios fundamentais que a ordem econômica impõe sobre a riqueza boliviana (MEDRANO, 2016) (ARIÑEZ, 2016a; 2016b). Pode ser observado nos meios constitucionais e já no início do processo de refundação, complementada por ideologias que expressam intolerâncias de perspectivas opositoras às intenções governistas, que essa postura expõem os limites da ampliação democrática, do fim de uma “sociedade abigarrada” e da ideologia de transição como um todo. CONSIDERAÇÕES FINAIS Em 22 de agosto de 2009, Evo Morales e Luis Inácio Lula da Silva se encontram na cidade de Villa Tunari para assinatura do acordo de Integración latinoamericana y caribeña: caminos, perspectivas y posibilidades

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financiamento do BNDES para a construção da estrada Villa Tunari-San Ignacio Moxos, a qual cruza o território TIPNIS. Em 29 do mesmo mês, Evo Morales é condecorado pelo presidente da Assembleia das Nações Unidas como herói mundial da Madre Tierra, pela aprovação da constituição que fundaria o Estado Plurinacional da Bolívia. É notável que a eleição de Evo Morales como presidente da Bolívia em 2006 surge como demanda de uma “refundação” do país, em busca de uma mudança tanto no âmbito social, pela exclusão histórica dos setores indígenas das decisões políticas, quanto no âmbito econômico, pelo fim da ingerência do capital estrangeiro, concentrados nas atividades extrativistas. A Bolívia se torna um caso categórico dentre todos os países da América Latina, pois a lógica de exploração histórica capitalista do continente e do país produziu episódios conflituosos por aqueles setores que resistiram ou evitaram contato com esse processo histórico, como se dá na Guerra da Água, do Gás e na questão do TIPNIS. Também é um caso categórico pelo mesmo governo que se propôs essas mudanças nesse padrão, sob demanda de uma nova constituinte e nova lógicas econômicas pelos movimentos populares, canalizados dentro do Vivir Bien e da Plurinacionalidade, seja o mesmo que termine por reforçar as propostas colonizadoras sob os movimentos de resistência do padrão de exploração histórico. Como se expressa pelos resultados do caso TIPNIS aqui analisadas, como também por outros exemplos na Bolívia não comentados aqui, como a hidrelétrica do Rio Madeira, produtora de diversos crimes ambientais, nesse caso, com participação ativa do Brasil. No ano de 2015 foi realizada uma viagem à Bolívia com o grupo de extensão Realidade Latino-Americana da Universidade Federal de São Paulo, sendo um dos principais motivos de escolha do tema e que guiaram a visão durante a pesquisa. Teve-se oportunidade de conversar com diversas personalidades e organizações da política boliviana, da vertente dissidente da CIDOB, resistente à construção da estrada pelo TIPNIS, ao Centro da VicePresidência, tanto personalidades contemporâneas quanto históricas. Alguns entrevistados apontavam um limite ideológico, menos aquelas fiéis ao MAS ou então participantes do governo: o governo de Evo Morales trouxe mudanças na vida do cotidiano boliviano, retirou pessoas da pobreza e da indigência e ampliou direitos à algumas comunidades indígenas, mas ao mesmo tempo, não se questionou o projeto país que é coordenado pelos interesses internacionais

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e não se colocou no horizonte esforços voltados para os princípios de refundação. A experiência de se encontrar no meio das divergentes visões políticas e as tensões que se produziam eram evidentes. Naqueles contra o governo foi observado a seguinte visão, a oportunidade histórica que se abriu com o governo Morales em 2006 não foi aproveitada como se deveria, tinha-se todos os instrumentos possíveis para a mudança, o apoio popular e o Estado. As medidas tomadas pelo governo foram ao mesmo tempo para avanços no sentido capitalista de criação um Estado mais integrador e “moderno” (com estradas excelentes e popularização da internet), como também em alguns casos, no nível de uma perspectiva civilizatória de refundação, mais desintegrado e “atrasado”. É realmente é inquestionável essas perspectivas, Evo Morales quadruplicou o PIB da Bolívia desde 1999 para US$ 33 bilhões de dólares em 2016, e redirecionou parte dessa renda para a população, mas deve-se levar em conta que esse crescimento se deu em grande parte pela onda internacional de favorecimento do preço das commodities na década passada. Apenas o fato do reforço histórico de uma lógica de enriquecimento e desenvolvimento capitalista “sem fim” já se observa a sobreposição da nova ordem demandada pelos movimentos e dos princípios propostos na refundação em 2006, que consideram que não há maior riqueza que a associação do homem com a natureza e o respeito de lógicas comunitárias. Os motivos para se entender os desvios do projeto de refundação podem surgir de diversas raízes, este trabalho tentou especificar uma mais evidente, o MAS fez demasiadas concessões à demandas oposicionistas opostas ao processo de mudança, como se deu com as elites crucenha e latifundiárias do oriente e com empresas internacionais ligadas ao extrativismo. A análise caso TIPNIS é imprescindível para compreensão desse processo, como um diagnóstico das falhas de um processo de mudança. O caso boliviano serve para expor também os limites de uma orientação reformista que carece de questionamento da ordem histórica que afligiu e aflige o país, principalmente pela não contestação da ordem econômica. Mas é notável que a sociedade boliviana é historicamente reivindicadora na busca de integração de seus interesses nas decisões governamentais em sentido de uma formação nacional (ou plurinacional). O comportamento do Integración latinoamericana y caribeña: caminos, perspectivas y posibilidades

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realizado em 2016. Essa característica da sociedade boliviana, fundada na etnia indígena combativa e reivindicatória, é algo que não conseguiu ser absorvido por completo em incorporações nos mecanismos governamentais de um

Estado

liberal.

Apesar

dos

avanços

caso

boliviano

sob

plurinacionalidade, ainda há elementos, expostos no trabalho, contrários aos princípios que de refundação do Estado, canalizado em contestações e manifestações. É algo que se observa durante a evolução histórica da Bolívia: após a Guerra do Chaco em 1932; no “esforço de guerra” durante a 2ª Guerra Mundial; durante as manifestações que levaram a Revolução de 1952 (que também teve um líder que não a aprofundou radicalmente); na ditadura militar por movimentos de contestação e confrontos diretos com o governo; nas manifestações indígenas de 1990 e nas de 2000-2005. Como também foi algo pôde ser percebido na viagem durante as entrevistas das personalidades e de grupos que se posicionam contra o governo. Essa análise pode ser considerada um dos elementos que fizeram Che Guevara escolher a Bolívia para lutar até sua morte em 1967, é uma sociedade de forte contestação sob bases populares-urbanas, étnicas e indígenas que nunca deixou de reivindicar aquilo que é de seu interesse e direito, atualmente, contestados por aqueles que auxiliaram e apontaram como liderança em 2006. REFERÊNCIAS ANDERSON, Perry. Balanço do Neoliberalismo. In: BORON; SADER; GENTILI. Pós Neo-liberalismo: As políticas sociais e o Estado Democrático. São Paulo, Vozes. 1995. ANDRADE, Everaldo de O. A Revolução Boliviana. São Paulo: Ed. UNESP. 2007. ARIÑEZ, Rúben. “Evo anuncia que la carretera que atraviesa el TIPNIS se realiza’”. La Razón, La Paz, 05 de jun. 2015. Disponível em: <http://www.larazon.com/nacional/Evo-carretera-atraviesa-TIPNISrealiza_0_2283971614.html> Acesso em 20 de outubro de 2016. ______________ - “Evo proyecta que la carretera por el Tipnis será construída, com o sin él”. La Razón, La Paz, 15 de nov. 2016. Disponível em: <http://www.la-razon.com/nacional/Tipnis-Evo-responsabiliza-derechaparalizar-via_0_2601339910.html> Acesso em 16 de novembro de 2016. Asociación Ambiente y Sociedad. Inversión de empresas brasileras em América Latina: Camargo Correa, Odebrecth y OAS. Bogotá: NOMOS, 2015.

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Fonte: LA RAZÓN, 2012.

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A DIVERSIDADE CULTURAL LATINO-AMERICANA NA COBERTURA DA REDE DE COMUNICAÇÃO TELESUR LA DIVERSIDAD CULTURAL LATINO-AMERICANA EN LA COBERTURA DE LA RED DE COMUNICACIÓN TELESUR Desperta América do Sul. Deus salve essa América Central. Deixa viver esses campos molhados de suor. Esse orgulho latino em cada olhar. Esse canto e essa aurora tropical (América do Sul, Ney Matogrosso).

Alan Milhomem da Silva (UFT)1 Domingos Alves de Almeida (Unila)2 Resumo Ao longo da história, a América Latina passou diferentes momentos de construção política, econômica, social e cultural. Depois da invasão dos colonizadores, vieram os saques das riquezas, a inserção de grandes contingentes de africanos, trazidos na condição de escravizados, e de europeus que parasitavam o patrimônio encontrado no novo continente. Isso provocou mudanças profundas nas características da região, reconfigurando a geografia latino-americana, que teve que centrar suas bases na diversidade. Nesse sentido, este trabalho propõe investigar se a teleSUR divulga e/ou promove em algum aspecto e com qual profundidade a diversidade cultural latinoamericana na programação televisiva que realiza, no sentido de romper com o paradigma homogeneizante do Estado Nacional através dos programas informativosculturais, No son tuits son histórias e Vidas. Assim, além do levantamento e análise documental e pesquisa bibliográfica, utilizamos como ferramenta metodológica a Análise do Discurso (AD) de vertente francesa. A perspectiva teórica é construída a partir da epistemologia decolonial, com a contribuição de autores relevantes e sensíveis à temática da Cultura e da Comunicação, como Walsh (2008), Larraia (1986), Borón (2015), Boas (2004), Martín-Barbero (2015), etc. Como resultado, destacamos que a teleSUR busca se construir como um instrumento vocalizador dos anseios dos

Graduado em Comunicação Social com habilitação em Jornalismo pela Universidade Federal do Maranhão (UFMA). Mestrando do Programa de Pós-graduação em Comunicação e Sociedade da Universidade Federal do Tocantins (UFT). Integrante dos grupos de pesquisa Jornalismo e Multimídia (UFT/CNPq) e Convergência e Narrativas Audiovisuais (UFMA/CNPq). Bolsista Capes. E-mail: milhomemalan@gmail.com. 2 Graduado em Comunicação Social com habilitação em Jornalismo pela Universidade Federal do Maranhão (UFMA). Mestrando do Programa de Pós-graduação em Integração Contemporânea da América Latina - ICAL e Especialista em Relações Internacionais Contemporâneas, ambos na Universidade Federal da Integração Latino-Americana - UNILA. Membro dos grupos de pesquisa Memórias, Diversidades e Identidades Culturais (CCSST/UFMA); Convergência e Narrativas Audiovisuais (CONNAU-UFMA); Jornalismo, Mídia e Memória (JOIMP-UFMA) e Centro de Estudos Sócio-Políticos e Internacional da América do Sul (CESPI-América do Sul - UNILA). Bolsista do programa Demanda Social Unila. E-mail: domingos.jzufma@gmail.com. 1

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povos da região e da diversidade da cultura local, ainda que, com certos vícios e limitações. Palavras-Chave: Identidade; Cultura; América Latina; teleSUR. Resumen: A lo largo de la historia, América Latina ha pasado diferentes momentos de construcción política, económica, social y cultural. Después de la invasión de los colonizadores, vinieron los saqueos de las riquezas, la inserción de grandes contingentes de africanos, traídos en la condición de esclavizados, y de europeos que parasitaban el patrimonio encontrado en el nuevo continente. Esto ha provocado cambios profundos en las características de la región, reconfigurando la geografía latinoamericana, que ha centrado sus bases en la diversidad. En este sentido, este trabajo propone investigar si la teleSUR divulga y / o promueve en algún aspecto y con qué profundidad la diversidad cultural latinoamericana en la programación televisiva que conduce, en el sentido de romper con el paradigma homogeneizante del Estado Nacional a través de los programas informativo-culturales, No son tuits son historias y Vidas. Así, además del levantamiento y análisis documental e investigación bibliográfica, utilizamos como herramienta metodológica el Análisis del Discurso (AD) de vertiente francesa. La perspectiva teórica se construye a partir de la epistemología decolonial, con la contribución de autores relevantes y sensibles a la temática de la Cultura y la Comunicación, como Walsh (2008), Larraia (1986), Borón (2015), Boas (2004), Barbero (2004) 2015), etc. Como resultado, destacamos que la teleSUR busca construirse como un instrumento vocalizador de los anhelos de los pueblos de la región y de la diversidad de la cultura local, aunque, con ciertos vicios y limitaciones. Palabras-Clave: Identidad; Cultura; América Latina; teleSUR. Introdução O processo de expansão dos impérios europeus sobre a América Latina, a partir de 1492, resultou na acelerada colonização da região. Sociedades distintas e formas de organização social avançadas já existiam e habitavam o subcontinente como os Maias, Incas, Astecas, entre outros. Essa constatação corrobora para a defesa de que a América Latina não foi descoberta, nem conquistada, mas sim invadida e explorada, considerando que o território já era habitado e cultivado por povos com identidades, culturas e formas de vidas próprias. O modelo europeu de civilização, baseado no consumismo e na exploração de recursos naturais, subalternizou as características dos primeiros habitantes, introduzindo culturas e hábitos novos, modificando a relação dos povos com a natureza, tudo perpetrado com o uso do poder da força. Pouco a pouco a diversidade

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cultural dos habitantes originários sucumbiu, transformando a região em uma “caricatura europeia”3. Atualmente, em tempos de globalização, os centros hegemônicos lançam mão do uso dos meios de informação e comunicação para o exercício de poder simbólico, a partir do controle sobre instituições paradigmáticas culturais como as igrejas, escolas, universidades, indústrias de mídia, etc. (OLIVEIRA, 2010). Isso explica a existência de grandes veículos de comunicação estrangeiros atuando na América Latina (CNN, ABC, Univisión), formando verdadeiros impérios midiáticos, que retratam a região de forma parcial ou desfavorável sob vários aspectos (OLIVEIRA, 2010). Condicionada historicamente a essa situação subalterna, também e principalmente no campo simbólico e discursivo, a região iniciou um processo significativo de contra hegemonia, a partir da chegada ao poder de governos autodenominados “progressistas”. Entre as iniciativas de enfrentamento ao poderio dos impérios dominantes, foi criado em 2005, por iniciativa do então presidente venezuelano, Hugo Chávez, um projeto de integração regional que atua diretamente no campo político e ideológico, que é a televisão multiestatal latino-americana Televisión del Sur (teleSUR) (MORAES, 2015). A teleSUR é uma TV orientada a construir uma visão latino-americana da realidade, contrapondo-se ao relato jornalístico hegemônico das empresas de comunicação que replicam a visão de continente gerada a partir da América do Norte e/ou Europa. Nesse aspecto, o presente trabalho se propõe a investigar se a teleSUR divulga e/ou promove em algum aspecto e com qual profundidade a diversidade cultural latino-americana na programação televisiva, tomando como recorte os programas No son tuits son histórias e Vidas, exibidos no dia 01 de maio de 2016. Para tanto, utilizamos como metodologia a pesquisa documental e bibliográfica e a Análise do Discurso (AD) de linha francesa. Apontamos para uma cobertura jornalística diferenciada, que prioriza a pluralidade de vozes de atores latinoamericanos, que não teriam espaço para se pronunciarem em outros meios midiáticos

Expressão cunhada pelo escritor uruguaio, Eduardo Galeano, no documentário, ¨O mundo global visto do lado de cá¨, do cineasta brasileiro Sílvio Tendler, em 2002.

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tradicionais. Além disso, o telejornalismo da teleSUR apresenta uma perspectiva positiva dos aspectos regionais. Culturas da América Latina Para seguir adiante com a discussão dessa temática, faz-se necessário refletir sobre o seguinte ponto: teria a América Latina uma cultura comum a toda a região, que pudesse ser considerada a identidade cultural dos povos latino-americanos? A resposta, a partir do que expõe os autores aqui utilizados, é não. Não é possível, dada a diversidade e as distintas origens dos povos que habitam o continente. A América Latina é uma das regiões mais dinâmicas do mundo em termos culturais. Esse dinamismo é resultado da diversidade de povos que formam a região, principalmente indígenas, africanos e europeus. Os países latino-americanos apresentam, portanto, especificidades significativas, considerando que são marcados não somente pelas diferenças geográficas, mas também pelas suas múltiplas manifestações culturais. Segundo Beyhaut (1994), a região, em sua dimensão social e cultural, é o resultado de processos históricos e atuais, condicionados pelo contato entre as pessoas de diferentes sociedades, originando uma nova. Ele explica ainda que “essa diversidade pode ser interpretada através da evolução histórica de etnias e formas sociais derivadas de uma evolução histórica regional” (BEYHAUT, 1994, p. 183), que resultou na mescla de diferentes expressões, originando estruturas culturais com novos elementos. Há uma diversidade de “culturas no interior de cada país ou regiões e que transcendem às suas fronteiras”. (BEYHAUT, 1994, p. 183). Desse modo, entendemos que as culturas não existem de forma isolada, são plurais, e possuem determinada relação entre si, sem o estabelecimento de uma cultura dominante. Esse entendimento é importante para a busca da construção de uma interculturalidade latino-americana que, segundo Walsh (2008), ainda não existe, é algo por construir, e vai muito além do respeito, da tolerância e do reconhecimento da diversidade. A interculturalidade, para a autora (2008, p. 140), não se refere apenas às condições econômicas, “sino también a ellas que tienen que ver con la cosmología

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de la vida en general, incluyendo los conocimientos y saberes, la memoria ancestral, y la relación con la madre naturaleza y la espiritualidad, entre otras”. Nesse sentido, faz-se necessário discutir o conceito de cultura, correlaciona-lo com as práticas dos meios de comunicação, enfocando a televisão, com o processo de construção social da realidade e acom a definição de identidades culturais. O conceito de cultura – ou culturas – vem sendo trabalhado por pensadores ao longo da história humana. Taylor, Turgot, Malinowski, White, Kroeber, Geertz, Boas, etc., são alguns dos principais teóricos que construíram as bases do pensamento antropológico cultural. Como isso, a definição passou por várias etapas de formulação, entretanto, ainda não existe “um razoável acordo entre os antropólogos a respeito do conceito” (LARRAIA, 1986, p. 27). Larraia (1986) ressalta que a antropologia moderna tem mobilizado esforços no sentido de reconstruir o conceito de cultura, “fragmentado por numerosas reformulações” (LARRAIA, 1986, p. 59), com o intuito de obter uma precisão conceitual. Nesse aspecto, tomamos os preceitos teóricos de Franz Boas (2004), antropólogo alemão, contrário à concepção evolucionista, e que influenciou de forma significativa o conceito contemporâneo de cultura. Boas (2004) introduziu uma nova dimensão a esse conceito, atribuindo uma definição pluralizada: “culturas”. Assim, para ele, culturas se apresentam “como uma estrutura relativa pluralista, holística, integrada e historicamente condicionada para o estudo da determinação do comportamento humano” (BOAS, 2004, p. 36). Césaire (2011) expõe uma definição complementar a de Boas (2004), afirmando que culturas tratam-se do “conjunto dos valores materiais e espirituais criados por uma sociedade no decurso da sua história” (CÉSAIRE, 2011, p. 255). Considerando os aspectos simbólicos das culturas, para quem não existem fronteiras físicas, o advento dos veículos de comunicação de massa, capacitados para superar barreiras geopolíticas, passou a desempenhar papel decisivo na concepção de cultura e seus efeitos na sociedade. Assim, poderiam ser aliados expressivos no processo de difusão da diversidade cultural e da integração regional, se não atendessem à lógica racista, discriminadora, patriarcal, heteronormativa e homogeneizante dos Estados Nacionais, que concebem apenas a existência da cultura branca e mestiça, enquanto as demais

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são condicionadas a submeterem-se a essa irracionalidade, típica do capitalismo neoliberal. Portanto, parece assertivo apropriar-se do poder e alcance dos meios de comunicação de massa, no sentido de buscar construir um processo de integração cultural e interculturalidade, considerando que os meios midiáticos apropriam-se e difundem com grande eficiência os aspectos simbólicos da cultura. Podendo ser instrumentos mais efetivos, nesse sentido, se não estivessem à serviço dos Estados Nacionais. teleSUR e a integração cultural Fundada em 24 de julho de 2005, por iniciativa do então presidente venezuelano, Hugo Chávez, sendo a Venezuela detentora da participação de 51% das ações, seguida de Cuba com 15%, Argentina 4 com 14%, Uruguai, Bolívia, Equador e Nicarágua, com 5% cada, a televisão multiestatal latino-americana, Televisión del Sur (teleSUR), surge como uma proposta de integração regional entre os povos latino-americanos, pelo viés da comunicação, inspirada no ideal bolivariano de construção da Pátria Grande, mediante um projeto político-ideológico adequado às singularidades objetivas e subjetivas da região (MORAES, 2015). A teleSUR se propõe também a ser uma alternativa comunicacional à América Latina e Caribe, em resposta à hegemonia discursiva das grandes corporações estadunidenses, Cable News Network (CCN) e Univision, rompendo com a replicação desse modelo de programação televisiva na região. Com os slogans Nuestro Norte es el Sur e La voz informativa de América Latina, a emissora surge num período em que a conjuntura política regional era permeada por governos autodenominados “progressistas” ou de “esquerda”. Para Nogueira (2012, p. 88), já de início, a teleSUR deixou claro o comprometimento com os ideais e interesses bolivarianos, explicitando a missão

Após a eleição do empresário direitista Maurício Macri, a Argentina foi retirada da sociedade da teleSUR, no dia 27 de março de 2016. Com isso, o canal deixou de ser transmitido na televisão aberta e de ser de inclusão obrigatória nas grades de transmissão das televisões pagas por não ser mais um canal estatal.

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como a “serviço da integração das nações e povos da América Latina e Caribe”, defendendo a informação “veraz e oportuna” como um direito dos povos. Nesse aspecto, é necessário evidenciar a existência de inflexões ideológicas na cobertura da teleSUR, que norteiam o meio de comunicação, considerando que tudo é permeado por ideologias e interesses, afinal, as escolhas são tomadas de posição. Além disso, a autora explica que a rede de TV tem como objetivo principal a transformação social baseada no ideal bolivariano de integração regional. O sociólogo e analista político argentino Atílio Borón (2015) destaca a relevância dos meios de comunicação de massa, como a teleSUR, em tempos de globalização. “En esta ‘batalla de ideas’, emprendida por el imperio antes que por la izquierda, el papel de los medios de comunicación es de excepcional importancia, sobre todo en las sociedades de masas”(BORÓN, 2015, p. 03). Sobre a teleSUR, o autor (2015) destaca que sua atuação vai para além do ato de produzir conteúdo jornalístico com visão latino-americana e para os latinos, mostrando o que os grupos hegemônicos não querem que a sociedade veja ou saiba, e perpassa pelo confronto direto aos interesses imperialistas na região e pela consolidação da consciência crítica dos povos latino-americanos. No sólo estamos informados, cuando antes estábamos desinformados; sino que estamos bien informados, con periodistas que comparten nuestra cultura y nuestros sueños, que nos muestran lo que las oligarquías locales y el imperialismo no quieren que veamos o que sepamos [...] fue un factor muy importante en la consolidación de una conciencia crítica nuestroamericana. Gracias a ese medio hoy somos más latinoamericanos que antes, y mejores latinoamericanos también. (BORÓN, 2015, p. 05).

Aqui, notamos que Borón (2015) reforça o papel integrador da teleSUR no contexto da América Latina. Ao se referir à emissora como “grande projeto bolivariano”, o autor atribui maiores significados à atuação decisiva da Venezuela na criação e consolidação da TV, ante a hegemonia dos conglomerados midiáticos norteamericanos, presentes na região. Diante de tantos significados e responsabilidades atribuídos à teleSUR, tornase relevante discutir se a emissora, ao abordar as várias culturas ou identidades da América Latina, rompe com os esquemas predominantes de homogeneização das

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culturas nacionais e/ou latino-americanas e, a partir dessa abordagem, como trata a diversidade e integra a região por meio dessas culturas. Para tanto, faz-se necessário refletir sobre o modus operandi dos meios de comunicação de massa na sociedade, a partir do entendimento de que, em parte, a visão de mundo e de realidade que se tem é construída e intercedida pela mídia. Segundo Martín-Barbero (2015), a mídia tende a homogeneizar a sociedade e elevar uma cultura como global, em detrimento da marginalização de outras, além de impor certas normas de consumo e modelos de vida difundidos em grande escala global. A teleSUR, em contraponto, se propõe a ser um espaço para dar visibilidade à pluralidade cultural existente na América Latina. Ainda assim, segue reforçando estereótipos, considerando que a emissora está a serviço de um tipo de Estado-Nação, presente na diversidade latino-americana, que tenta imitar o modelo ocidental (BEYHAUT, 1994). Relacionar aspectos culturais com a abordagem dos meios de comunicação é uma tarefa complexa por conta da interligação que existe entre ambas. A comunicação é entendida como um processo e uma prática cultural, considerando que a linguagem humana é, por natureza, um produto da cultura (LARAIA, 2010). E nesse paralelo, levando em conta as recentes mudanças no contexto político da América Latina, a atuação da teleSUR ganha novas dimensões e significados no continente. No entanto, com o realinhamento político da América Latina, a partir da retomada do poder por políticos neoconservadores, a emissora atravessa um momento delicado de enfraquecimento. No dia 27 de março de 2016, o ministro das comunicações da Argentina, Hernán Lombardi, anunciou que o país, segundo maior acionista da emissora, deixaria de integrar a sociedade proprietária da teleSUR. Desta forma, o canal deixou de ser transmitido na televisão aberta e de ser de inclusão obrigatória nas grades de transmissão das televisões pagas por não ser mais um canal estatal. Análise da cobertura da teleSUR Para realizar esta análise, elegemos como universo de pesquisa a programação da emissora teleSUR, adotando como recorte os programas culturais que foram ao ar no dia 01 de maio de 2016, data na qual a América Latina (e o mundo) esteve mobilizada em distintas atividades, por conta do Dia Internacional do Trabalho.

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Assim, o corpus levantado para a investigação consta dos dois (02) programas: No son Tuits son Histórias e Vidas. No son Tuits son Histórias é um programa de investigação jornalística que busca apresentar e comentar crônicas realizadas por correspondentes e colaboradores da teleSUR, “desde los 5 continentes, con historias sin fecha de vencimiento que trascienden los 150 caracteres5”. Vidas é um espaço que apresenta histórias de vida de personagens “sencillos, inmersos en el día a día de sus obras, trabajos, pasiones, creencias e historias. Historias humanas que destacan la idiosincrasia, la expresión y la creatividad de los latinoamericanos6”. Para lograr o objetivo proposto nessa pesquisa, adotamos a Análise do Discurso francesa como metodologia, com o intuito de identificar e analisar a “formação discursiva” construída a partir do coletivo de assuntos abordados pelos noticiários da emissora, na data supracitada. Para tanto, realizamos análise e interpretação dos discursos presentes no conteúdo do material veiculado, extraindo os apontamentos da rede de comunicação sobre os aspectos da diversidade cultural latino-americana. De acordo com Orlandi (2010, p. 43), uma formação discursiva “se define como aquilo que em uma formação ideológica dada – ou seja, a partir de uma posição dada em uma conjuntura sócio-histórica dada – determina o que pode e deve ser dito”. Nesse aspecto, é relevante entender as implicações ideológicas que esses discursos evocados pela teleSUR carregam. A partir do exposto e da análise prévia dos programas elencados para a investigação, propomos a seguinte formação discursiva: para a programação da teleSUR - a América Latina é uma região diversa culturalmente e que possui, não apenas uma, mas várias identidades culturais que dialogam entre si em vários aspectos, em menor ou maior grau. A cobertura é repleta de características regionais e apresenta uma proposta sensível de integração, entretanto, a emissora não consegue romper com o modelo de atuação dos Estados Nacionais. A seguir, apresentamos as informações dos dois programas da teleSUR utilizados neste estudo, bem como os temas abordados que, como se verifica, trazem

Disponível em: http://www.telesurtv.net/seccion/programas/programas.html?prog=no-son-tuits-sonhistorias . Acessado em 15 jun 2016. 6 Disponível em: http://www.telesurtv.net/seccion/programas/programas.html?prog=vidas . Acessado em 15 jun 2016.

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distintos enfoques dos aspectos culturais da América Latina. Aspectos que na mídia tradicional são marginalizados ou sequer aparecem. Tabela 01 – Informações do programa No Son Tuits, Son Histórias do dia 1º de maio de 2016. Programa Duração Data cultural No son Tuits, son 26min50s 01/05/2016 Historias

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Horário 19h30min

Matéria Daqui seguimos solidários ao povo irmão do Equador que está passando por momentos difíceis. E dessa vez nos aproximamos do Estado de Manabí, especificamente da cidade de Chone, berço do Cinema de Guerrilha Equatoriano (cinema amador). (Chone, Equador). As tradições e o folclore são os primeiros nos vem a mente quando pensamos nos povos Gitanos. Os Gitanos Catalãs souberam se integrar a cultura para além dessa Península Ibérica. Fique atento, porque existe diferença entre as roupas catalãs e flamencas. (Salamanca, Espanha). A imigração é uma das características principais das grandes cidades. Muitos chegam a elas com os ofícios mais humildes, mas que, definitivamente deixam marcas nas comunidades, as vezes por mais uma geração. (São Paulo, Brasil).

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Fonte: Programa No Son Tuits , Son Histórias, edição de 1º de maio de 2016. Tabela 02 – Informações do programa do programa Vidas do dia 1º de maio de 2016 Programa Cultural Vidas

Duração 26min17s

Data 01/05/2016

Horário 13h10min

Matéria Lhe damos as boas vindas de Málaga, sul da Espanha, onde se celebra o Festival de Cinema Espanhol de Málaga. Os convido para que nos acompanhe pelos próximos 30 minutos para conhecer mais sobre o cinema latino-americano. Missão Cultura Coração Adentro completa 8 anos levando cultura a todo o país. Restos do reconhecido escritor Pablo Neruda foram enterrados em sua casa de Ilha Negra (Chile). A Casa das Américas de Havana completou 57 anos de fundada. Trailer oficial Snowden mostra detalhes da vida do ex contratado da NASA, Eduard Snowden. Desde o início, o Festival de Cinema de Málaga tem contado com as principais projeções latinoamericanas, seu cinema, seu estilo e suas histórias são consolidadas na grande tela europeia. Para que o lugar da utopia, que por definitivo não é de nenhuma parte, tenha alguma parte. Assim se criou a Escola Internacional de Cinema e Televisão de San Antonio de los Baños, berço do talento latino-americano. No mês de abril (20016) aconteceu a 12º edição do Festival de Cinema Pobre de Gibara em Cuba. Um Festival que tem tratado de se desvincular definitivamente da era da

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barbárie do capitalismo através de novos conteúdos.

Fonte: Programa Vidas, edição de 1º de maio de 2016.

O primeiro avanço identificado na forma com que a teleSUR aborda os assuntos da América Latina está na diversidade de programas jornalísticos e a leveza com que esses apresentam as informações, retratando os fatos sob uma ótica de exaltação das nossas particularidades, trazendo inclusive notícias que não seriam veiculadas em televisões tradicionais, por não apresentarem “critérios de noticiabilidade” para os meios hegemônico. A programação da emissora é sempre construída para dar espaço à diversidade de atores, vozes e povos da região. Com atuação transfronteiriça que vai do México ao Chile, passando pelo Caribe, Brasil e demais países, o noticiário se constrói utilizando como fontes primárias trabalhadores, campesinos, sindicalistas e militantes sociais, fugindo do script do oficialismo de fontes, que rege o noticiário. Embora a estatal possua correspondentes na grande maioria dos países onde atua, esses não são profissionais enviados pela emissora, mas que atuam em seu próprio país, o que revela uma heterogeneidade na forma de apresentar as notícias. Isso faz com que haja uma forte presença de diversos sotaques na veiculação das notícias, um aspecto cultural muito forte nessa região, que agrega distintas particularidades linguísticas. Essa forma de fazer jornalismo contrapõe-se ao modelo homogeneizador das mídias tradicionais, que adotam um modelo padrão de como produzir notícias e até para o jeito de falar dos profissionais jornalistas, suprimindo a identidade cultural, caracterizada por meio da fala. Notamos que há uma preocupação em privilegiar os fatos ocorridos na América Latina. E, levando em conta o Dia Internacional do Trabalho, a teleSUR dedicou a maior parte de sua programação às atividades, manifestações e protestos realizados no continente. Foi veiculado também, nesse dia, material sobre as tendências do cinema latino-americano, empenhado em construir sua própria identidade e romper com a hegemonia de Hollywood na indústria cinematográfica, tendo como base de formação a Escuela Internacional de Cine e Televisión, de Cuba. Tiveram destaques outros assuntos, como a produção amadora e artesanal de curta-metragens de baixo custo, chamados de Cinema de Guerrilha, profissões que passam de pais para filhos e resistem ao tempo. Foi ressaltada a tradição, a paixão e

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a entrega dos latino-americanos em favor cultura, destacando a relevância de programas sociais que abordam as comunidades a partir da perspectiva artísticocultural, promovendo o resgate das tradições, de culturas, recuperação de festas populares e da memória histórica dos povos latino-americanos. Em 26 de abril do ano 2008 nasceu a Missão Cultura Coração Adentro na Venezuela. A criação do programa social foi desenvolvida pelo presidente Hugo Chávez com o objetivo de impulsar o trabalho cultural em todas as comunidades da Venezuela e alcançar a organização e o desenvolvimento de um povo cidadão. A Missão aborda as comunidades desde uma visão artístico-cultural e gera onde, todavia, não existe. O Governo, através dessa missão está gerando processos que tem permitido o resgate das tradições do país, sua cultura, a recuperação de festas populares e a recuperação da memória histórica. (PROGRAMA VIDAS, TELESUR, 2016 – tradução nossa).

Há um empolgante enaltecimento à literatura latina, a partir da figura de Pablo Neruda, o poeta chileno, Nobel de Literatura, e ênfase à La Casa de las Américas em Havana, espaço de festivais culturais, exposições artísticas, encontros de Literatura, Teatro e Música, por onde passaram renomados artistas de nível mundial como a cantora argentina Mercedes Sosa. Pablo Neruda é evocado por conta da exumação de seus restos mortais para investigação das causas da morte. Os restos de Pablo Neruda, um dos poetas mais destacados do século XX e Nobel de literatura foram enterrados em sua casa de Ilha Negra no Chile, depois de ter sido exumado em 08 de abril de 2013 e da realização de uma investigação para determinar se ele foi assassinado por agentes da ditadura de Augusto Pinochet. O reconhecido escritor desenvolveu obras audaciosas e cheias de originalidade. Sua poesia é destaque em toda América Latina, por ter um valor excepcional por elevar a mulher, a angústia e a tristeza como em 20 Poemas de Amor e Uma Canção Desesperada escritos em 1924. Os familiares de Neruda asseguram que sua morte se vincula a inalação de uma bactéria altamente agressiva usada durante a Ditadura de Pinochet. (PROGRAMA VIDAS, TELESUR, 2016 – tradução nossa).

Outra percepção que temos, é a de que a cobertura jornalística da teleSUR dá certo privilégio à temática política e a fatos ocorridos em países alinhados à política venezuelana, como Bolívia, Equador, Cuba e, em alguma medida, o Brasil (e outros), que sempre aparecem em perspectivas positivas. E, quando o assunto envolve diretamente o país bolivariano, sempre é destinado espaço significativo, com

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reportagens aprofundadas, feitas por repórteres da teleSUR em Caracas, enfatizando o país como personagem privilegiado. Entretanto, quando essas notícias dizem respeito, especificamente, a países não alinhados, como é o caso de Colômbia, Chile e agora a Argentina, etc., há uma predominância de “notas cobertas”, tratando o assunto e os países como coadjuvantes e de relevância secundária, dando ao noticiário um tom de criticidade. Notamos também que a teleSUR atua

a serviço dos Estados-Nação aos quais

pertence, e tenta promover a integração cultural, mobilizando esforço para ecoar a. diversidade, e até consegue, mas não logra livrar-se do vício homogeneizador e seletivo Acreditamos que isso se deve ao caráter de sua origem e estrutura comunicacional. Conclusões Fazer jornalismo, em tempos de tecnologias da informação ao acesso de muitos, se tornou um grande desafio. É fácil noticiar, informar e, aos veículos tradicionais de comunicação, fica a exigência de inovar-se constantemente para continuarem atrativos ao público. Ao que parece, a teleSUR não só entendeu como internalizou e procura atender essa demanda. O caminho trilhado é o de um jornalismo autodenominado de “esquerda” ou “progressista”. Essa constatação é alcançada a partir da observação da atuação notadamente militante dos jornalistas das edições analisadas nessa pesquisa. Nesse sentido, chamamos atenção para dois pontos, o primeiro deles é que a teleSUR faz um jornalismo orientado a combater o jornalismo imperialista norteamericano. E, para isso, mesmo que em uma perspectiva regionalista, a emissora lança mão de um fazer jornalístico com ferramentas similares as da Univisión e CNN, abdicando, em certo ponto, de propor o jornalismo mais identitário, de fato latinoamericano, aproveitando a diversidade, que está presente no noticiário da televisão e congregar a espontaneidade e criatividade regional. O segundo ponto diz respeito ao fato de que, à medida que a emissora, enquanto projeto político-ideológico comunicacional, se propõe a promover a integração latino-americana sob os auspícios bolivarianos, necessita da aceitação e participação do público. E, para tanto, é necessário, além produzir conteúdo atrativo, com linguagem e formatação que se aproximem e façam com que os latino-

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americanos se sintam parte integrantes das narrativas, colocá-los não apenas como sujeitos, mas também como agentes propositores nessa programação. É necessário enfatizar também que a teleSUR se converteu em um instrumento do governo venezuelano para o exercício e demonstração de influência e poder na América Latina e no mundo. A Venezuela busca nos outros países signatários da emissora, sustentação para legitimar seu discurso integracionista na América Latina. Isso evidencia a TV como uma ferramenta midiática, com vocação latino-americana, mas com propósitos mais políticos que de integração regional. Entretanto, já se tem um avanço considerável, uma vez que o noticiário da emissora mostra que os latino-americanos compartilham os problemas da região à mesma medida em que alimentam um espírito de solidariedade mútua. A teleSUR, mesmo com as contradições, algo comum no universo midiático, se transformou no canal de ressonância dos anseios e características da região, fato que contribuiu para construir uma identificação dos latino-americanos com a TV. Apesar do doloroso processo de “inculturação violenta”, de marginalização e discriminação

cultura

latino-americana,

investidas

colonialistas

não

conseguiram destruir por completo os vestígios das identidades próprias dos povos originários. Essa resistência possibilitou que, ainda hoje, a região seja pluricultural. Por ser uma instituição política à serviço de Estados-Nação, as iniciativas da teleSUR ainda carecem de um intento mais profundo para promover a interculturalidade. A América Latina necessita se articular para promover uma transformação radical nas estruturas, instituições e relações da sociedade. E nesse ponto concordamos com Catherine Walsh (2008) de que sem essa transformação radical, a interculturalidade se mantém somente no plano funcional e individual, sem

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afetar em maior medida a colonialidade da estruturação social, em que o caráter monocultural, hegemônico e colonial do Estado tem suas bases.

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VIDAS. Edição de 01 de mai de 2016. Disponível em: https://videos.telesurtv.net/video/539953/vidas-539953/ . Acesso em: 07 jun. 2016. WALSH, C. Interculturalidad, plurinacionalidad y decolonialidad: las insurgencias político-epistémicas de refundar el Estado. Bogotá – Colombia: Tabula Rasa. No.9: 131-152, julio-diciembre 2008.

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A INTEGRAÇÃO QUE BUSCAMOS: OLHAR DO BRASIL SOBRE A AMÉRICA DO SUL LA INTEGRACIÓN QUE BUSCAMOS: VISIONES DEL BRASIL SOBRE AMÉRICA DEL SUR Lucas Eduardo Silveira de Souza1 RESUMO Objetiva-se a discussão sobre o papel da América do Sul em relação ao Brasil no marco da integração regional sul-americana. Para tanto, a análise produz um apanhado histórico do último século no sentido de correlacionar os primeiros esboços integracionistas e as imagens da região trazidas nesse processo. Desse modo, pretende-se compreender em que consiste a integração regional contemporânea via União das Nações Sul-Americanas (UNASUL). O argumento parte do pressuposto de que a incipiência do processo de integração regional guarda relação com a posição conferida historicamente à América do Sul pelo Brasil. Ao final, o artigo corrobora com a visão segundo a qual o país fita o regionalismo sul-americano como meio de consecução de sua estratégia universalista de política externa. Palavras-chave: Brasil; Integração Regional; UNASUL; Política Externa. RESUMEN El objetivo gira al rededor de la discusión sobre el papel de América del Sur en relación a Brasil en el marco de la integración regional sudamericana. Para ello, el análisis produce un recuento histórico del último siglo, en el sentido de correlacionar los primeros esbozos integracionistas y las imágenes de la región recopiladas en ese processo. Se pretende cuestionar, en qué consiste la integración regional, principalmente, llevada a cabo en el ámbito de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). El argumento parte del supuesto de que la incipiente del proceso de integración regional guarda relación con la posición conferida históricamente a América del Sur por Brasil. Al final, el artículo concuerda con la visión según la cual Brasil se aferra al regionalismo sudamericano como medio de consecución de su estrategia universalista de política exterior. Palabras clave: Brasil; Integración Regional; Unasur; Política exterior.

1 Mestrando em Política Internacional e Comparada, do Programa de Pós-Graduação em Relações Internacionais do Instituto de Relações Internacionais da Universidade de Brasília (IREL-UnB). Graduado em Relações Internacionais pela Universidade Estadual Paulista “Júlio de Mesquita Filho” (UNESP), campus de Franca. Pesquisa política externa brasileira e integração regional. E-mail: ledusouza92@gmail.com

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Introdução O objetivo desse artigo é discutir o papel da América do Sul em relação ao Brasil no marco da integração regional contemporânea. O caso da União das Nações Sul-Americanas (UNASUL)2 desperta especial interesse, em tratando-se da mais recente e, potencialmente, mais abrangente iniciativa com vistas à integração sul-americana. Desse modo, admite-se de antemão o aspecto restrito da natureza de integração desse trabalho. Embora haja a convicção acerca da importância de novos arranjos de integração em nível de povos e comunidades, e não necessariamente vinculantes a uma estratégia de Estados (de cima para baixo), a integração regional discutida aqui se relaciona a formas de governança político-institucional inseridas no conceito de regionalismo3. Dado o processo de institucionalização da UNASUL, os questionamentos que envolvem esse debate são os seguintes: que tipo de integração busca o Brasil? De que modo a região sul-americana é fitada? O Brasil é pensado nessa análise em razão do papel que tem pretendido reforçar nas últimas décadas, enquanto líder regional e vocalizador dos anseios do Sul. Trabalha-se, portanto, em nível do Estado, inserido na lógica de políticas de governo e da diplomacia oficial. Argumenta-se que padrões da política exterior brasileira são responsáveis por informarem o modo como o país lida com a América do Sul, mesmo diante de novos arranjos contemporâneos de integração. Desse modo, o termo “visões”, supracitado, remete a perspectivas difundidas pela política externa. Por conta disso, o estudo traça um breve delineamento circunscrito ao pensamento brasileiro no tocante à ideia de aproximação regional a seus vizinhos, no início do século XX, com a diplomacia de Barão do Rio Branco (1902-1912), até os anos recentes, em que tais relações se dão pela dinâmica da chamada integração regional, com o processo de elaboração e constituição da UNASUL capitaneado por Brasília durante o governo Lula da Silva (2003-2010).

2 Organização criada em 2008, na ocasião da Reunião de Chefes de Estado e de Governo, em Brasília, a UNASUL remonta à Comunidade Sul-Americana de Nações (CASA), que foi estabelecida no marco da III Reunião de Presidentes Sul-Americanos, em 2004. 3 O “buscamos”, nesse sentido, evoca os próprios partícipes desse processo, na qualidade de atores sul-americanos.

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Desde a sua criação, oficializada em 2008, o organismo tem passado por um processo de institucionalização gradual que arremata expectativas e percepções distintas. Se, por um lado, os últimos estudos sobre o papel da integração regional no governo Dilma Rousseff (2011-2016) apontam certa retração desse projeto (CERVO; LESSA, 2014; CORNELET, 2014), por outro, temse que a UNASUL tem colaborado satisfatoriamente para o forjamento de uma integração mais galgada na perspectiva de uma coordenação de políticas a nível supranacional e de resolução de conflitos regionais (XAVIER, 2011; NERY, 2016). Se entendida como um processo complexo, a integração regional pode ser melhor compreendida considerando fatores históricos, políticos e culturais que não devem passar despercebidos nesse tipo de análise. Assim sendo, o chamado regionalismo pós-neoliberal, categoria na qual a UNASUL é alocada, nasce da necessidade elencada por seus representantes de desenvolver uma estratégia comum de fortalecimento da América do Sul4 ante a histórica presença dos Estados Unidos na região5. É questionável até que ponto a efetividade desse fortalecimento estaria ou não relacionada a fatores conjunturais, impulsionados por governos propensos a convergir em matéria de integração regional. Por outro lado, embora a integração regional seja reconhecida como um princípio constitucional6 do Brasil, por si só não se pode conceber a causa dessa iniciativa. Assim sendo, adotá-la como uma expressão única do interesse nacional é ainda incorrer em artifício reducionista sobre o Estado, podendo-se converter em uma “repetição rotineira de fórmulas vazia de conteúdo” (PARADISO, 2000). Por conseguinte,

entendimento

acerca

dos

fatores

que

acabaram

por

4 A perda da centralidade do livre-comércio, a ênfase no ‘desenvolvimento para dentro’ e a ampliação da agenda multilateral são reforçados, para além do próprio Tratado Constitutivo da UNASUL, em declaração do Ministério das Relações Exteriores do Brasil, “Quando do estabelecimento da UNASUL, os países da região passaram a articular-se em torno de áreas estruturantes, como energia e infraestrutura, e a coordenar posições políticas”. Ver em: BRASIL. Ministério das Relações Exteriores. Política Externa: União das Nações SulAmericanas. [20--?]. Disponível em: <http://www.itamaraty.gov.br/pt-BR/politicaexterna/integracao-regional/688-uniao-de-nacoes-sul-almericanas>. Acesso em: 15 set. 2017. 5 Principalmente, em resposta alternativa à proposta estadunidense da ALCA (Área de Livre Comércio das Américas) (HERZ, HOFFMANN, TABAK, 2015). 6 Conforme disposto na Carta Magna brasileira, em seu Art. 4º, parágrafo único: “A República Federativa do Brasil buscará a integração econômica, política, social e cultural dos povos da América Latina, visando à formação de uma comunidade latino-americana de nações” (BRASIL, 1988).

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institucionalizar um organismo de integração deve perpassar a intersecção de fatores domésticos e os estímulos sistêmicos nessa conjetura. Nesse aspecto, a política externa integracionista já percebida na última década do século XX procura revitalizar as relações com seu entorno e redirecionar o sentido da cooperação entre países, ao passo que usufrui de um momento histórico propício para as convergências de mercado. Em meio a esse cenário, houve um consenso de que era preciso redefinir uma identidade de América Latina e, portanto, de América do Sul, em meio à nova ordem mundial que se instaurava e, com ela, novas agendas e desafios (CERVO, 2001). Gladys Lechini Alvaréz (2007, p. 239) assinala ainda que “esta nova fase está surgindo nos países da África, Ásia e América Latina como alternativa às tendências vigentes nos países desenvolvidos”, o que reflete a busca do governo brasileiro em capitanear uma agenda alternativa internacional. Já na primeira década do século XXI, a integração regional passa por uma ressignificação, sendo a UNASUL um reflexo próprio desse novo olhar sobre as dinâmicas políticas e sociais da América do Sul. Grande parte desse novo sentido deve-se à convergência de visões políticas oriundas dos governos que ascenderam ao poder na região, como foi o caso principalmente de Brasil, com Lula da Silva (2003-2010); Venezuela, com Hugo Chávez (1999-2013); Argentina, com Cristina Kirchner (2007-2015); a Bolívia, com Evo Morales (2006); o Paraguai, com Fernando Lugo (2008-2012); e o Uruguai, com Tabaré Vázquez (2005-2010). A seguir, é feita uma breve incursão sobre as imagens de América do Sul que perpassam o pensamento diplomático brasileiro, pela qual se pretende apontar de que forma o Brasil se coloca perante a região. Na seção seguinte, são discutidos os avanços na ideia de integração que emergiram, sobretudo, na década passada, bem como os entraves para a efetivação de seus objetivos. Por fim, no intento de não esgotar o debate, pretende-se oferecer caminhos para a questão elencada no início desse artigo: em que consiste a integração que buscamos? América do Sul: ideias em disputa Se a aproximação do Estado brasileiro aos países sul-americanos remonta a Barão do Rio Branco (1902-1912), a semente da integração na América Latina,

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por seu turno, tem como embrião as iniciativas pan-americanistas7. Como reitera Gelson Fonseca (2002), é no início do século XX que o Brasil passa a se defrontar com uma nova modalidade de interação entre Estados, sugerindo uma dinâmica multilateralista a essas relações, em um momento de emergência dos Estados Unidos enquanto potência regional. Nesse sentido, o Pacto ABC8, proposto inicialmente por Rio Branco, em 1904, porém, tornado realidade somente em 1915, e cujo nome alude aos países signatários, Argentina, Brasil e Chile, foi um passo simbólico no sentido de consolidar formalmente a cooperação entre os países e reiterar a pacifismo na sub-região do Cone Sul. Como afirmam Victória Antônia Salomão e Fernanda de Moura Fernandes (2015), em estudo que resgata o significado do Pacto para a política externa brasileira, cabe considerar que: Até então, não haviam sido empreendidos esforços para que se estabelecesse uma entente entre os três países, pelo contrário, a orientação brasileira para a região do Rio da Prata, desde o final da década de 1840, era a de reunir os esforços necessários e agir de forma ativa para evitar qualquer tentativa por parte de Buenos Aires de reconstrução, em termos territoriais, do antigo Vice-Reino do Rio Prata. (SALOMÃO; FERNANDES, 2015, p. 3)

Mesmo que não se trate de iniciativas de integração propriamente, a vinculação da América do Sul ao pensamento político brasileiro redirecionou o sentido da diplomacia de Barão do Rio Branco para a dimensão hemisférica, ainda que embasada no monroísmo estadunidense. “Rio Branco vê o pan-americanismo como uma possibilidade de lidar, com questões hemisféricas, em um plano de igualdade, atendendo ao direito do mais fraco ao do mais poderoso” (FONSECA, 2002, p. 396). Destarte, a relação do Brasil com a América do Sul nesse período deve ser vista com ressalvas. De acordo com Clodoaldo Bueno (2002, p. 359-360), as agitações revolucionárias na América hispânica eram encaradas como um vetor 7 No início do século XIX, como reitera Cervo (2008, p. 159), o pan-americanismo simbolizou a “semente da ideia de integração”, mas não foi além de uma expressão geopolítica. Já no último decênio do mesmo século, o movimento havia tomado um caráter predominante econômico, pautado pela agenda que os Estados Unidos pretendiam impor ao continente. 8 Oficialmente intitulado “Proposta Percursora de Aliança Formal de Cordial Inteligência entre Argentina, Brasil e Chile”.

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de instabilidade regional e, consequentemente, podiam representar atentados à soberania do Estado brasileiro. Na visão do Barão do Rio Branco, a estabilidade política do Cone-Sul deveria ser alcançada em função desse objetivo. Fato é que a diplomacia de Rio Branco manteve dois eixos principais, quais sejam, o alinhamento com os Estados Unidos e “a conformação de um espaço de paz e relações privilegiadas com seus parceiros sul-americanos” (GEHRE, 2009b, p. 64). Ademais, ressalta Clodoaldo Bueno (2002, p. 361), a imagem do Brasil como um país diferenciado dos demais, atributo reforçado na ideia do diplomata, consistia em reproduzir um comportamento de liderança, no sul do continente, tal qual os Estados Unidos hemisfericamente. Essa noção de superioridade ante a América do Sul ilustra a tônica da diplomacia de então. Tal qual assinala Amado Cervo (2008, p. 38-39), o que se convencionou chamar de cordialidade oficial é traço de uma cultura política brasileira desenvolvida em relação aos povos vizinhos, considerando-os inferiores em termos de força e civilização – para além da postura conciliadora com tais países. A essa época, as relações do Brasil com seu entorno estavam cristalizadas no eixo Rio de Janeiro-Buenos Aires. Tais relações mantiveram-se marcadas por forte ambivalência. A partir da década de 1950, iniciativas de superação das desconfianças e convergência em um projeto de integração começaram a ganhar corpo. Ante a perspectiva de refluir entre si mesmos, os países latino-americanos passaram a se perceber enquanto pertencentes a uma agenda própria rumo à superação de históricas desigualdades socioeconômicas, como propunha o ideário cepalino. Destaca Amado Cervo: A estratégia de ação proposta por eles envolvia o esforço interno das nações no sentido de promover a industrialização como política de Estado, adequando política exterior e ação diplomática para induzir um novo modelo de inserção internacional (CERVO, 2008, p. 14).

Na década de 1960, uma vez sugerida a necessidade de uma maior inserção dos interesses econômicos regionais, é criada a Associação LatinoAmericana de Livre Comércio (ALALC), por iniciativa dos países sul-americanos

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Argentina, Bolívia, Brasil, Chile, Colômbia, Equador, Paraguai, Peru, Uruguai, Venezuela, mais o México, que viria a ser reformulada, já na década de 1980, para Associação Latino-Americana de Desenvolvimento e Intercâmbio (ALADI)9, que abriu um importante precedente para o modelo de integração visto a partir da década de 1990. Nesse sentido, os intentos integracionistas começam a forjar uma identidade marcadamente sul-americana pela centralidade do desenvolvimentismo como etapa para superação redução de desigualdades sociais. Como esse modelo conferiu ao Estado o papel de arrastar as sociedades para o desenvolvimento, é natural que a integração, vista como meio, tenha sido concebida por homens de Estado em vez de corresponder a uma aspiração de sociedades (CERVO, 2008, p. 159).

Desse modo, grande parte da substância da integração regional, pensada a nível de Estados, está arrolada à ideia de superação do sul subdesenvolvido que fora amplamente difundida a partir da metade do último século. No entanto, o ponto de inflexão para uma postura mais cooperativa e integradora dar-se-á quando a América Latina cede espaço para o advento da América do Sul enquanto conceito operacionalizável da política externa (SPEKTOR, 2010). O exemplo seminal foi a assinatura do Acordo Tripartite entre Argentina, Brasil e Paraguai, em 1979, que permitiu a compatibilização das represas de Corpus e Itaipu, superando, assim, divergências históricas sobre o aproveitamento dos recursos hídricos da Bacia do Prata – área considerada de grande importância geopolítica e diretamente sensível a países como Bolívia e Uruguai. A resolução do conflito permitiu a superação de velhas desconfianças e, de certa forma, assentou o caminho para os esforços de integração do porvir (FAJARDO, 2004). A inflexão diplomática notada entre Brasil e Argentina abriu margem para uma inédita convergência em matéria de energia nuclear, a partir da década de 1980. Como resultante, o Acordo de Cooperação para o Desenvolvimento e a

9 Cuba também passou a ser membro a partir de 1999, comportando a formação que prevalece até os dias atuais.

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Aplicação dos Usos Pacíficos da Energia Nuclear10, firmado ainda no Regime Militar, estabelecia a cooperação em áreas de educação e pesquisa, produção, assistência técnica, entre outras, e ainda previa o desenvolvimento de grupos mistos de trabalho. Tratou-se, antes de tudo, de um importante instrumento para redução das desconfianças entre duas lideranças regionais. Por conseguinte, é no período da redemocratização que esses esboços ganham a materialidade organizacional. Em 1985, celebrada a Declaração de Iguaçu pelos presidentes de ambos os países José Sarney e Raúl Alfonsín, são lançadas as bases para um alargamento do conceito de integração para áreas estratégicas como transporte, infraestrutura viária e sistemas elétricos e de comunicação11. Essa iniciativa desembocará no lançamento das bases para a criação do MERCOSUL. Os projetos encabeçados por ambos os países atendiam a uma necessidade de maior autonomia e independência em relação ao comércio mundial. Com a centralidade na consolidação de um mercado comum entre Argentina, Brasil, Paraguai, Uruguai e Chile, o modelo de integração que perpassa o MERCOSUL está vinculado à dimensão comercial. É razoável concluir que, nos moldes como é formulada, a partir de iniciativas de Estados, a integração perpassa a necessidade de confluências de políticas econômicas e de infraestrutura. Grosso modo, “as correntes do pensamento brasileiro revelam dois traços em sua evolução recente: a vinculação com teorias latino-americanas de relações internacionais e o problema epistemológico central, o desenvolvimento” (CERVO, 2008, p. 13). O contexto de arregimentação do bloco perpassa determinantes sistêmicos – a instituição da nova ordem mundial pós-guerra fria –, regionais – a redemocratização pela qual os países sul-americanos passavam – e domésticos – no Brasil, a opção por um sentido mais cooperativo em política externa – que podem ajudar a dar inteligibilidade a esse processo:

10 Ver em: BRASIL. Acordo de Cooperação entre o Governo da República Federativa do Brasil e o Governo da República Argentina para o Desenvolvimento e a Aplicação dos Usos Pacíficos da Energia Nuclear. 16 maio 1980. Disponível em: http://dai-mre.serpro.gov.br/atosinternacionais/bilaterais/1980/b_33/. 11 BRASIL. Declaração do Iguaçu. 19 novembro 1985. Disponível em: http://daimre.serpro.gov.br/atos-internacionais/bilaterais/1985/b_74/.

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Os processos de redemocratização, a subsequente reaproximação com a Argentina, a emergência das políticas neoliberais nos países da região e a segunda onda de regionalismo criaram condições para os tomadores de decisão de Brasília estabelecerem a integração sul-americana como parte da agenda de Política Externa (MEDEIROS; TEIXEIRA; REIS, 2017, p. 99)

Até o momento, o artigo repassou alguns eventos principais em que a América do Sul foi conjugada ao pensamento da política externa brasileira. Neste, não se procurou estabelecer certa precisão dos condicionantes políticos, senão um esboço de seus fundamentos. O desenho traçado permite refutar teses que pregam o constante revanchismo entre os países sul-americanos e sua condição passiva frente aos determinantes externos. O remonte ao Barão do Rio Branco fez-se necessária para evidenciar a origem de uma praxis da diplomacia brasileira com o seu entorno. Sugere-se que a diplomacia do Rio Branco ainda estabelece a tônica das relações com a América do Sul nos dias atuais, mesmo que readaptadas no contexto da integração. Em relação à premissa inicial, depreende-se que uma ideia de cooperação regional é mais presente a partir de meados da década de 1950, com a profusão dos estudos cepalinos e a ideia de desenvolvimentismo econômico, como também no marco da Operação Pan-Americana (1958) durante o governo de Juscelino Kubitscheck (1956-1961), tendo seu apogeu no limiar da redemocratização sulamericana no último quarto do século XX. Com o arrefecimento dos antagonismos entre Argentina e Brasil e as iniciativas em torno do MERCOSUL, a inclusão das demandas de outros vizinhos como Bolívia, Paraguai, Uruguai e Venezuela, o horizonte de uma integração mais abrangente – ainda que imperfeita – tornou-se mais factível. Identificadas essas experiências, passa-se a discutir a integração atual simbolizada pela UNASUL e o fomento de um regionalismo mais audacioso em suas metas e premissas. A integração que buscamos: o papel da UNASUL Prestes a completar seu primeiro decênio, em 2018, a UNASUL pode ser considerada a mais ambiciosa iniciativa organizacional em termos de integração regional inerentemente sul-americana. O desenvolvimento da organização se deu

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em um momento de grandes debates acerca de uma estratégia de inserção política e econômica da América do Sul e a tentativa de formulação de um modelo próprio, em consonância com a identidade e aspirações da região. Contudo, assim como aponta Karina Pasquariello Mariano (2015, p. 15), a ausência de uma “concepção própria do que esse fenômeno [da integração regional] representa” continua sendo uma das dificuldades para sua consolidação. A transição para o século XXI observará uma guinada na constituição dos novos blocos regionais. O cenário regional de onde germinaram as primeiras formulações de uma “comunidade sul-americana” havia se tornado menos idealista em relação às promessas da liberalização de mercados e da diminuição do papel do Estado. Conforme revisou Maria Cecília Miguez (2017), a primeira década do século XXI registrou um momento particular na América Latina, marcado pela ascensão de líderes regionais identificados pela promoção de uma ordem social mais justa e igualitária. Em certa medida, esses governos desenvolveram uma comunhão em torno da crítica à herança neoliberal da década de 1990 naquela região. A I Cúpula de Países da América do Sul (2000), realizada no Brasil, ainda no governo de Fernando Henrique Cardoso, refletiu a necessidade de se dar maior densidade ao projeto de integração. Desde então, as propostas em voga estavam relacionadas ao MERCOSUL e aos mecanismos de implementação da união aduaneira, política comercial comum, coordenação macroeconômica, e toda harmonização jurídica necessária para sua promoção entre os países-membros12. Como resultado direto da Cúpula, foi criada a Iniciativa para a Integração da Infraestrutura Regional Sul-Americana (IIRSA), posteriormente incorporada e substituída pelo Conselho Sul-Americano de Infraestrutura e Planejamento (COSIPLAN). A datar de então, a integração física somou-se à econômica com maior pujança, corroborando para um alargamento do conceito de integração para um viés mais societal. Maria Regina Soares Lima e Marcelo Coutinho captam o espírito de transformação na imagem de América do Sul que tanto corroborou para a substância do projeto de integração nos anos 2000: 12 Embora a necessidade de execução de tais propostas seja reverberada por seus paísesmembros, o Mercosul não avançou no sentido de uma coordenação macroeconômica.

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A região, portanto, deixa de ser apenas um dado geográfico e passa ela mesma por mudanças políticas que a redefinem. Atualmente a unidade que está sendo imaginada tem os contornos da América do Sul, seja a região um espaço político, um espaço de ação coletiva organizada, seja ela categoria de análise da inserção global dos países sul-americanos e das diferenças que cada um deles apresenta (LIMA; COUTINHO, 2005, p. 5).

A UNASUL pode ser considerada uma resultante da agenda promovida por lideranças

regionais

nos

anos

2000.

Anteriormente

reconhecida

como

Comunidade Sul-Americana de Nações (CASA) - estabelecida no marco da III Reunião de Presidentes Sul-Americanos, em 2004 –, a então rebatizada UNASUL13 – por ocasião da Reunião de Chefes de Estado e de Governo, foi pensada em atender ao resgate de um projeto integracionista sul-americano. É ainda no âmbito da organização que os países sul-americanos têm buscado posicionamentos contrários a rupturas da ordem democrática e o estancamento de conflitos e crises políticas, como se comprova pelas iniciativas diplomáticas envolvendo o conflito bilateral de Colômbia e Venezuela (2010), os intentos de destituir o então presidente Correa no Equador (2012), e o impeachment do então presidente Fernando Lugo no Paraguai naquele mesmo ano. A UNASUL tem esboçado uma natureza de integração sustentada pelo conceito de regionalismo, isto é, o que se refere a processos liderados por atores governamentais em uma abordagem “de cima para baixo”. Em segundo lugar, a integração é proposta multidimensionalmente, o que explica a abrangência de uma agenda que envolve defesa e segurança, energia, educação. O que leva a crer que a organização apresenta uma alternativa aos modelos puramente funcionalistas, ou seja, estendendo-se a diversas áreas temáticas em vez de priorizar uma em específico (HERZ; HOFFMANN; TABAK, 2015). Assim como esboçado em seu Tratado Constitutivo14, é determinação da entidade:

13 A União de Nações Sul-Americanas (Unasul) foi assim rebatizada por decisão dos doze países participantes da I Cúpula Energética, na Ilha Margarita, Venezuela, em abril de 2007. 14 UNASUL. Tratado Constitutivo da União de Nações Sul-Americana. Brasília, 23 de maior de 2008. Disponível em: http://www.itamaraty.gov.br/images/ed_integracao/docs_UNASUL/TRAT_CONST_PORT.pdf

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[...] construir uma identidade e cidadania sul-americanas e desenvolver um espaço regional integrado no âmbito político, econômico, social, cultural, ambiental, energético e de infraestrutura, para contribuir para o fortalecimento da unidade da América Latina e Caribe (UNASUL, 2008, p. 1).

Desse modo, o projeto se destina a forjar uma identidade comum entre os países-membros, qual seja, sul-americana, que permite sua instrumentalização intra e extrarregionalmente. Em outras palavras, o recurso à identidade tanto pode auxiliar na mitigação de desconfianças entre os países quanto satisfazer a aspiração por uma unidade regional coesa em face de outras instâncias multilaterais. A partir desse esboço, são identificados aqui três pilares nos quais a integração está baseada: primeiramente, a condição geopolítica em que os países estão conformados, tornando-se a maior zona contígua de paz no mundo atualmente. Em segundo, a identificação dos mesmos a um conjunto de princípios e crenças baseados no desenvolvimento econômico e social. Por último, mas não menos importante, o desejo de promover um polo de poder regional que se traduza em maior autonomia da região frente às potências. Por conseguinte, o processo de forjamento dessa identidade regional perpassa vários aspectos, mas possui como elo fundamental a memória compartilhada de um passado histórico peculiar à região sul-americana. É sabido que a estruturação das sociedades sul-americanas é cunhada primeiramente a partir da colonização europeia e, já no último século, entre as décadas de 1960 e 1980, de regimes burocráticos militares que deixaram um saldo de repressão e autoritarismo sem precedentes nos Estados sul-americanos modernos. Soma-se a isso a própria dinâmica de abertura política vivenciada a partir do último quarto do século XX, momento a partir do qual são vistas as primeiras iniciativas em torno da integração e da cooperação sob a égide da democracia e do advento neoliberal. Visões do Brasil O papel do Brasil no tocante à UNASUL pode ser identificado de acordo com a estratégia de cooperação para a autonomia (MEDEIROS; TEIXEIRA JUNIOR; REIS, 2017). Essa vertente de inserção regional permite ao país tanto a

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consecução de sua influência na América do Sul quanto ao extrapolamento de sua projeção internacional. Através da adoção dessa estratégia o Brasil, sem se descurar de suas responsabilidades regionais, desenvolve mecanismos de coordenação política e estabelecimento de sua autoridade na América Meridional. Ao fazê-lo, contudo, o país estabelece condições para não depender delas por completo, tornando multilaterais os custos e as responsabilidades (MEDEIROS; TEIXEIRA; REIS, 2017, p. 118).

Sugere-se que a política externa brasileira tem se utilizado de uma dada identidade sul-americana para a projeção desse país emergente no cenário internacional, imagem esta que foi propulsionada no âmbito doméstico pelo crescimento econômico e desenvolvimento social do governo Lula da Silva (20032010). A alteridade buscada pelo Brasil se faz por meio da crítica tácita às políticas neoliberais adotadas pelas potências mundiais, como os Estados Unidos, e às ingerências externas representadas por elas. Em suma, o poder de vocalizar um anseio regional é uma hipótese contundente que se insere no bojo da integração regional. De acordo com Matias Spektor (2010), a iniciativa brasileira em torno do Conselho Sul-Americano de Defesa – instituído em 2008, no âmbito da UNASUL, com a prerrogativa maior de propor um novo modelo de defesa regional –, resguarda a função de diminuir o histórico intervencionismo estadunidense da região: Do ponto de vista brasileiro, tratou-se de uma iniciativa voltada para o objetivo de reduzir as chances de intervenções americanas em temas e conflitos regionais, aumentar as instâncias de cooperação para a segurança, e assegurar que os interesses brasileiros não sejam atropelados. (SPEKTOR, 2010, p. 41)

A agenda Sul-Sul brasileira está vinculada ao projeto universalista da política exterior do Brasil, que tem mantido certa vocação a partir da década de 1950. Assim sendo, a UNASUL responderia a uma expansão do entorno estratégico brasileiro, antes mais localizado nos países do Cone Sul, por meio do MERCOSUL. É por meio da integração que o Brasil procura instigar um polo de poder regional, que veio ao encontro de suas aspirações universalistas de ganho de autonomia em ação externa. Tal qual asseverado, “a insistência sobre relações

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Sul-Sul no século 21 traduz, precisamente, o universalismo: cabe aos emergentes traçar a ordem internacional junto com o velho mundo desenvolvido” (CERVO; LESSA, 2014, p. 139). Em detrimento do nível de cooperação galgada no governo Lula, a assunção feita sobre o governo Rousseff é de que o Brasil perdeu parte de sua grande influência na determinação de agendas sul-americanas nos últimos anos. Em grande medida, a crise econômica brasileira diminuiu o potencial do país em arcar com os custos dessa cooperação. Por outro lado, consolidou-se a característica da UNASUL enquanto “primeiro porto de escala” para o enfrentamento de situações de crise regionais. (SARAIVA, 2017). Desta feita, o organismo serve ao Brasil mais como “arena para discussão e geração de consensos regionais” do que um ator de política internacional (HERZ; HOFFMANN; TABAK, 2015, p. 82). Embora pontuem os aspectos de enfraquecimento da integração regional, a qual, segundo Cervo e Lessa (2014, p. 140), se dão pela incipiência de um projeto que não é capaz de produzir consenso estratégico, marcado pela baixa complementariedade econômica e dispersão no tocante a modelos de desenvolvimento, visões e concepções, os autores admitem a marca distintiva dessa “experiência específica sem formatação acabada”. Ademais, os autores consideram que a melhor resultante da integração regional se dá no “entendimento político regional, responsável pela mais vasta zona de paz do universo humano”15.

O Brasil e a crise de legitimidade ante a América do Sul Conforme visto até o momento, a natureza da integração regional sulamericana até vinculada à cooperação de Estado. Desta feita, dada a baixa institucionalização desses processos, pode-se inferir que o projeto regional se torna ainda mais sensível tanto às dinâmicas no interior desses países quanto às 15 Ainda que tomados por certo otimismo ao tratarem de “zona de paz”, os autores parecem fazer clara menção à ausência de conflitos bélicos entre os Estados que compõem a região, embora a paz seja altamente questionável em face dos índices de violência no interior desses países.

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modificações geopolíticas no seio da regionalidade. Em última instância, a integração guarda correlação com as políticas externas levadas a cabo por seus proponentes. Nos últimos meses, ressalta-se o contexto de aumento da instabilidade política propiciado pela interrupção do mandato de Dilma Rousseff (PT) e o agravamento das crises econômica e política no Brasil. Desde então, tem havido a necessidade elencada pelo presidente Michel Temer (PMDB) (e a busca por legitimar um governo nascido de uma ruptura democrática flagrante) de imprimir uma marca de ineditismo e avanço em política externa. Para tal missão, José Serra (PSDB) passou a chefiar o Ministério das Relações Exteriores (MRE) do Brasil logo do afastamento de Rousseff, em maio de 2016, posto que exerceu até o início de março de 2017. Ao passar a batuta a seu correligionário Aloysio Nunes (PSDB), Serra deixou seus poucos meses de administração marcados por uma aproximação com a Argentina de Maurício Macri e o agravamento das relações com a Venezuela de Nicolás Maduro. A autointitulada “nova política externa brasileira” reitera, em sua 1ª diretriz, que a diplomacia representará “os valores da sociedade brasileira e os interesses de sua economia […] e não mais das conveniências e preferências ideológicas de um partido político e de seus aliados no exterior” (SERRA, 2016). A ênfase nesse novo direcionamento é representada nesse excerto como uma política externa que se entende ausente de “preferências ideológicas de um partido”, e que passa a promover o pragmatismo de conduta em consonância com os interesses de Estado. Nesse pronunciamento, a temática da integração regional sul-americana é inserida unicamente na diretriz sétima, e alude a uma aproximação diplomática no curto prazo com a Argentina, dada a convergência de entendimentos em matéria de política e economia, e à necessidade de renovação do MERCOSUL, “em vez de aprofundar diferenças, em relação à Aliança para o Pacifico, que envolve três países sul-americanos, Chile, Peru e Colômbia, mais o México” (SERRA, 2016). De acordo com Serra, as reformas do bloco são prementes e perpassam correções na promoção do livre-comércio entre seus países. Apesar disso, é notória a ausência da América do Sul, mesmo em relação ao emprego de seu termo, no pronunciamento que pretendia lançar as diretrizes de um novo governo.

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Ademais, o primeiro ato público do Itamaraty foi a expedição de duas notas à imprensa, nas quais rechaça os posicionamentos de países e organismos sulamericanos contrários à ruptura democrática no país. Tratou-se de uma “rejeição enfática” do MRE às críticas levadas a cabo por governos de Venezuela, Cuba, Bolívia, Equador e Nicarágua, bem como pela ALBA (Aliança Bolivariana para os Povos da Nossa América) e pela Secretaria Geral da UNASUL, que propagaram receio em relação ao processo de impedimento de Rousseff. Atualmente, o tom diplomático adotado para o entorno varia geralmente da negligência à apatia no trato com os países menores, o que pode demonstrar não só um enfraquecimento do elo com esses países, como notado anteriormente na administração Rousseff, como um grande declínio na qualidade dessas relações. A título de exemplo, a UNASUL e a CELAC (Comunidade de Estados LatinoAmericanos e Caribenhos) sequer são mencionadas pelos chanceleres em suas cerimônias de posse.

Considerações Finais A integração regional não apresenta indicadores de alteração significativa no modo como o Brasil percebe seus homólogos sul-americanos. Para um país que fita a América do Sul com olhar de potência média e aspirações universalistas, o Brasil procura conservar uma autoimagem de autoridade e liderança em seus vizinhos, ao passo que instiga tais lealdades a um projeto regional que satisfaz diretamente seus anseios. Em termos sintéticos, a integração sul-americana contemporânea consiste na coordenação conjunta de políticas públicas a partir de visões semelhantes sobre problemáticas compartilhadas. O traço distintivo dessa experiência está na redução das desconfianças entre essas nações e o solapamento de uma identidade historicamente atribuída a essa comunidade sob o signo da passividade e do atraso. A partir dos fóruns deliberativos e das iniciativas de cooperação que daí nascem, os Estados sul-americanos indicam ao menos o intento por assumirem posicionamentos comuns.

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Por ora, essa conclusão retoma o sentido das dificuldades inerentes ao processo de integração na segunda década do século XXI. Se, por um lado, a UNASUL persiste enquanto organização de fomento da integração política da região, por outro, os países membros parecem estar distantes de uma harmonia quanto a modelos de desenvolvimento e inserção internacional, o que dificulta um aspecto de coesão importante para a integração. Essa contradição é melhor sintetizada pelo trocadilho “a cada ponto, um contraponto”, demonstrando que o regionalismo é uma proposta em aberto, de construção cotidiana, em que fatores de dispersão e junção coexistem. No âmbito da UNASUL, o Brasil tem a capacidade de reforçar a imagem de liderança, ao passo que garante a consecução dos interesses universalistas em política externa. Ao desenvolver um eixo de cooperação e agir como um pujante investidor na região, o país compatibiliza uma postura intrarregional a outras frentes de atuação internacional. Em outras palavras, a instrumentalização de uma identidade sul-americana pelo Brasil não corresponde aos imperativos de uma “solidariedade regional” para com os países vizinhos, uma vez que está submetida a uma estratégia maior de Estado em termos de poder.

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