R EV I ST A E X O C E R E B R O S T R E S
LA SECUENCIA EXACTA “Hasta la fecha, no se ha diseñado un ordenador que sea consciente de lo que está haciendo; pero la mayor parte del tiempo, nosotros tampoco lo somos” Marvin Minsky
Ni una mota de polvo hollaba los pisos de la casa; los robots de limpieza habían dejado todo impecable, como siempre. Yo solo debía estar atenta a los pequeños detalles. Esponjé los almohadones del sofá, dejándolos milimétricamente equidistantes unos de otros. Sonreí satisfecha al ver la mesa preparada para la cena. Acomodé un tenedor que estaba unos milímetros fuera de sitio y le quité una imperceptible arruga a una servilleta carmesí. Tecleé la secuencia 22C444 en la consola de la pared sur de la casa y una suave música invadió el comedor; el Canon de Pachelbel era el favorito del señor. Esperé, de pie, a que llegara la familia a comer. Una hora después toqué un botón y dos robots camareros recogieron la comida intacta y la vajilla sin usar. — ¿Le gustaría a la señora que yo leyese algo para los niños?— pregunté. La respuesta fue el mismo silencio de siempre. «Érase una vez un rey y una reina que aunque vivían felices en su castillo ansiaban día tras día tener un hijo », comencé a leer. — ¿Sabes que pronto deberé desconectarte? Mantener toda esta casa funcionando es un gasto inútil de energía. Ya no existe ningún ser humano que pueda volver a habitarla—dijo la fría voz de la computadora central. 24