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DESTINOS FASCINANTES
DUBROVNIK
Ciudad amurallada que despliega belleza por todas partes. Sus espacios encantados, pertenecen a un real cuento de hadas.
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Dubrovnik es dueña de una historia triste, llena de peligros, violenta, heroica y desafiante. En la actualidad es una ciudad hermosa llena de virtudes y de historias grandiosas que contar. Su fundación inicia cuando un grupo de illirios romanizados, en el siglo VII d.C, se asentó en una isla de la accidentada costa de Dalmacia de nombre
Laus (roca, en griego antiguo) huyendo de las tribus de eslavos y ávaros, procedentes de los
Balcanes, no podían imaginar que estaban poniendo la primera piedra en una ciudad que se convertiría en uno de los destinos turísticos más fascinantes del Mediterráneo. La larga y apasionante historia de Dubrovnik, es uno de los principales argumentos para animarse a viajar a este destino, puesto que ésta impregna hasta el último rincón de la ciudad, confiriéndole una magia y un encanto muy especiales. La ciudadela amurallada de Dubrovnik que ahora hace las delicias de los visitantes, se levanta sobre esa isla de Laus, hoy conectada al continente por un tómbolo. En ella, aquellos romanos tardíos, construyeron una fortaleza a la que bautizaron como Rausium, topónimo del que derivaría el futuro nombre de la ciudad: Ragusa. Cabe decir que la actual denominación de Dubrovnik proviene a su vez de la palabra eslava Dubrava, que significa «bosque de robles» debido a la abundancia de estos árboles en esta zona del litoral. A mediados del siglo IX, la nueva ciudad acabaría cayendo bajo la órbita de Bizancio, el Imperio Romano de Oriente, que brindó a sus habitantes la protección que reclamaban ante las incursiones por mar de los árabes y las correrías de los bárbaros que asolaban la región de Illiria, que entonces comprendía toda la costa oriental del mar Adriático. Ese dominio duró cerca de cuatro siglos en los que la comunidad ragusina gozó de una libertad e independencia que la llevó a convertirse en uno de los puertos más prósperos del Adriático.
En Dubrovnik no solo encontraremos preciosas playas de piedra con un encanto inusual, si
“Una excursión que podemos realizar durante nuestra estancia en la ciudad es a Konavle, un valle situado al sur de Dubrovnik, concretamente en Cilipi, podremos disfrutar de las tradiciones más autóctonas de la zona; se pueden realizar numerosas actividades como equitación, ecoturismo, pesca nocturna y observar las costumbres de los lugareños.”
no también una oferta cultural para aquellos que quieran disfrutar de un lugar plagado de elegancia, edificios que nos trasladaran a una época en la que el lujo y la ostentación eran los protagonistas. Dubrovnik (la antigua Ragusa) es la capital del condado Dubrovnik-Neretva. Se encuentra situado a 495 kilómetros de la capital de Croacia, Zagreb, a 340 kilómetros de Zadar, y a unos 216 kilómetros de Split. La ciudad de Dubrovnik fue dominada por los Bizantinos, venecianos, húngaros y turcos. En 1272 fue dirigida por un gobierno aristocrático alcanzando su máximo esplendor en el comercio europeo, uno de sus productos estrella era la plata aleada con oro, llamada glama. El declive de Dubrovnik tiene su origen cuando en 1667 un terremoto asola la ciudad. Posteriormente pasa a ser propiedad de Austria. Una de las ciudades que más sufrió la guerra contra Serbia fue Dubrovnik, de hecho, sus heridas aun no se han cerrado a pesar de los grandes esfuerzos que se realizan para que esta bella ciudad brille como lo hizo tiempo atrás. Fue bombardeada duramente en 1991, cayeron más de 2000 bombas durante el
día 6 de Diciembre, por ello la mayoría de sus edificios y viviendas son nuevas, ya que miles de casas fueron destruidas.
Dubrovnik está rodeada por una gran muralla que alberga 16 torres ofreciéndonos una visión única del lugar, por ello no debemos perder más tiempo y acceder a ella por la entrada, situada en la zona norte, cerca de la iglesia de St. Spasa, un recorrido de hora y media que tan sólo nos costará unos tres euros. Las murallas datan del Siglo X, aunque fueron restauradas en el siglo XVII. En total suman 1.940 metros, con un grosor de seis metros hacia tierra y tres metros hacia el mar. Su altura es de veinticinco metros.
Tras observar la panorámica de la ciudad, estamos preparados para descender hacia la Puerta de Pile, erigida entre los siglos XIV y XV, es abierta en un bastión semicircular, por la que accederemos a una amplia rúa de piedra, la Placa, que nos conducirá a la zona
más aristocrática, lugar en el que gobernaba la República Ragusea, la élite más aristocrática que dominó la ciudad desde 1358 hasta la entrada de Napoleón; palacios simétricos de estilo barroco que nos llevan a la Plaza Luza, desde aquí, no hay tiempo que perder; el Palacio Sponza, notable por la columnata de su atrio y preciosas tallas de piedra, a su lado se encuentra la iglesia de San
Blas o Sveti Vlaho, construida entre 1706 y 1715, diseñada por el arquitecto Gropelli quien tomó como modelo la iglesia de San Mauricio de Venezia.
Otro de los monumentos importantes de Dubrovnik es el Palacio de los Rectores (Knežev dvor) que fue la sede del gobierno y del rector en los tiempos en que Dubrovnik fue una república independiente y la espectacular Catedral de Velika Gospa, que fue construida en 1192. Los terremotos en 1671 y 1713 la destruyeron totalmente pero fue reconstruida por un arquitecto italiano. En el interior pueden admirarse una asunción del Vergine di Tiziano (1552) y un relicario en oro y plata de San Biaggio, además, se puede visitar de noche a la luz de las velas.
Pasearemos bajo los pórticos de los claustros de San Domingo y San Francisco para dirigirnos a unos de los museos que nos evocaran un gran sentimiento, no podremos dejar de emocionarnos viendo fotografías de guerras recientes como la de este bello país, el Museo Ron Brown. Llegamos a la Fuente de Onofrio,
tiene forma circular, fue construida en el siglo XV para conmemorar el término de los trabajos de construcciôn del nuevo acueducto que servía para dotar a la ciudad de agua desde la fuente de Riieka Dubrovacka. El agua potable y fresca sale por las bocas de las figuras esculpidas. La oficina de Turismo de Dubrovnik ha creado la Dubrovnik Card, que no es mas que una tarjeta que nos invita a visitar los ocho lugares más importantes de Dubrovnik y ahorrarnos mucho dinero. Si lo que usted quiere es obtener las mejores vistas de la ciudad debes subir al teleférico o Cable Car, muy cerca de las murallas; la puesta de sol desde la colina es impresionante.
Es hora de hacer un alto en el camino y deleitarnos con la gastronomía de Dubrovnik, estamos en una ciudad costera, por esto que no podemos obviar la bouzara, un guiso de cigalas aunque también el cevapi, una especie de salchicha de carne a la parrilla. En la zona del Casco Antiguo existen cientos de restaurantes de todo tipo.
En verano debemos darnos un baño en la playa Gradska Plaza “playa de la ciudad” que se encuentra junto al Lazareto, detrás de la Puerta Ploce. Las playas en Dubrovnik suelen ser de arena gruesa, ya que la zona es muy escarpada y rocosa. Podemos gozar de otras
muchas playas desplazándonos a otros lugares muy cercanos. Lo haremos en ferry hasta la isla de Lokrum, esta belleza está denominada como Parque Nacional, veremos las ruinas de un monasterio benedictino, así como también, el Jardín Botánico, y una preciosa playa rocosa para nudistas.
Si lo que quiere es disfrutar del ambiente nocturno, nada mejor que ir a la Calle Prijeco, llena de terrazas con un ambiente muy chic en donde podrá escuchar música Jazz, entre otras melodías. Esta zona se ha convertido en un lugar muy transitado, dónde acuden personas de todo el país para descansar en sus vacaciones. No obstante, todos los años se celebran festivales como el Dubrovnik Summer Festival.
Diariamente existen vuelos entre Dubrovnik y Zagreb. Además, hay una eficaz red de autobuses que une a esta ciudad con la mayoría de poblaciones, a precios económicos. El aeropuerto de Dubrovnik está situado a 22 kilómetros de la ciudad y la estación de autobuses se encuentra en la calle Put Republike 38. Para llegar desde o hacia el aeropuerto, puede utilizar la línea de autobuses que realiza este trayecto y convierte el viaje en una experiencia fácil y muy económica. Si prefiere o necesita utilizar el transporte ferroviario para viajar, tenemos que tener en cuenta su lentitud, a pesar de disfrutar de una mejor comodidad.
Una jornada de compras en Dubrovnik puede ser muy divertida, en el Centro Comercial de Novi Stradun, que está en el Barrio de Lapad, se puede encontrar todo lo que buscamos o necesitamos para llevarnos de recuerdo. También podemos comprar joyas en la Placa.
El barrio de Ploce, alberga numerosos edificios importantes, como el Fuerte de Revelin, desde el que anteriormente, a la última guerra, despegaba el funicular por el que accedíamos al monte Sergio, y en el que aún se ubica el Fuerte Imperial, creado por Napoleón en 1808. Si queremos obtener una panorámica perfecta de la ciudad, éste es el lugar. Además, en Ploce está el Museo de arte moderno. El Barrio Pile, al que accedemos por la Puerta del mismo nombre. Aquí encontramos el castillo de San Lorenzo con sus anchas murallas. Este precioso lugar se utiliza como escenario para actividades del
Festival de Verano de Dubrovnik. Para entrar en él, debemos abonar un pequeño aporte. Además en este barrio se encuentra el Hotel más antiguo de Dubrovnik, el Hotel Imperial, dañado fuertemente durante la guerra con los serbios. El Barrio de Lapad, se encuentra en la zona occidental de Dubrovnik, bajo el monte Petka. Aquí es donde se ubican la mayoría de los hoteles de Dubrovnik, se le denomina Babin Kuk. Sus construcciones góticas son muy bellas. Encontramos además de la Iglesia de la Virgen de la Misericordia, el Museo Arqueológico y el Museo de Historia Moderna.
Una excursión que podemos realizar durante nuestra estancia en la ciudad es a Konavle, un valle situado al sur de Dubrovnik, concretamente en Cilipi, podremos disfrutar de las tradiciones más autóctonas de la zona, se pueden realizar numerosas actividades como equitación, ecoturismo, pesca nocturna y observar las costumbres de los lugareños. Existe un mercado los domingos, en el que podemos ver la auténtica seda croata. Además, no nos podemos perder el deleitarnos con su folclor en estado puro, apreciaremos los trajes típicos y podemos adquirir sus productos artesanales. Durante la misa del domingo en la Iglesia de San Nicolás, los lugareños nos sorprenden con sus bailes típicos.
Otra de las localidades que podemos visitar es Cavtat, que se encuentra a unos veinte minutos de Dubrovnik, es un bonito lugar pesquero y con una gran arquitectura, sin duda alguna, una excursión muy recomendable. Otro lugar que podemos visitar es el pueblo de Vid, a unos cincuenta kilómetros. Muy cerca de Dubrovnik, se encuentra también un hermoso lugar llamado Narona desde cuando gobernaban los emperadores romanos, es una mina de historia romana. Este pueblo con unos centenares de habitantes guarda bajo su suelo tesoros dignos de admirar. Encontraremos vestigios de Roma en cualquier esquina del pueblo, además, merece la pena dar una paseo por el valle, cerca del río Norin, apreciaremos unas vistas impresionantes. Aquí debemos probar si vamos en temporada, sus mandarinas típicas, dulces y deliciosas.
Si decidimos conocer todos los alrededores de Dubrovnik, acudiremos a Ston, una de las primeras ciudades europeas que se construyó en base a una planificación urbanística. Se encuentra a unos sesenta kilómetros de Dubrovnik. Podremos ver sus murallas de más de cinco kilómetros de longitud. Ston, es conocido por ser un gran productor de sal, así que, uno de sus atractivos son las salinas. Y si les gusta practicar el senderismo, éste es el lugar ideal, un paseo por sus alrededores y por sus calles estrechas en las que adivinaremos subterfugios de la guerra de los Balcanes.
Sin lugar a dudas que visitar esta bellísima ciudad amurallada, joya del mar adriático y de Croacia, es una experiencia única e inolvidable, un destino fascinante que debe estar en la lista de viajes por realizar.