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ALFONSO DURAZO NO LEVANTA
from Edición 339
Aestas alturas Alfonso Durazo lo sabe, y quizá esté consciente de ello: No está resultando el candidato popular que los morenistas esperaban con ansia. En la misma medida, debe haber tranquilidad entre los que conforman la alianza PRI-PAN-PRD… el ruido del candidato del “peje”, luce apagado. ¿Qué tiene que ver esto con las pasadas fiestas decembrinas y la tragedia de la pandemia? Sin lugar a duda. Estos días de encierro que nos fuerzan a ver la tragedia humana en el país, son brutales… especialmente perversos cuando seguimos viendo “las mañaneras” con un dejo de burla y cotorreo … y de espanto con el aumento del presupuesto para el “Tren maya”, y la caída (de nuevo) en los recursos económicos destinados para el sector Salud.
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(Tiempos, también de oportunistas: Ahora renunció al PRI “El Bebo” Zatarain… anda buscando un nuevo hueso… jajaja, falta que sea por Morena … el colmo de la desvergüenza) fin!, la po - lítica, la perversidad y el oportunismo van de la mano. Algo tendrá que hacer Alfonso Durazo. Como primer aspecto, en su falta de popularidad le recuerdan la estela de inseguridad que dejara a su paso como funcionario federal. (Lamentable que no le reconozcan ningún mérito, que seguramente lo tiene). Y sí, la persistente criminalidad que azota al país trae ingratos recuerdos de las promesas de su jefe AMLO en campaña… ya a medio camino en el poder… y cada día peor. El segundo aspecto de su ausencia de popularidad es un tema de percepción: Como en el artículo que nos envía Gerardo Murrieta, en el que se asienta que la falta de arraigo del de Bavispe, es por su característica de supuesto sonoguacho (Que siendo de Sonora, toda su carrera política la ha hecho en la Ciudad de México) (Debe haber alguna forma de enfrentar esta percepción. Seguramente el equipo de Alfonso ya anda en eso) En el artículo citado se cita un tercer elemento: La ausencia de unidad no solo entre los morenistas, sino entre estos – capitaneados por Durazo, se entiende – con aquellos con los que llegaron a tejer alianzas en la elección del 2018… es decir, los panistas “padresistas” emblemáticamente representados por Célida López, la alcaldesa de Hermosillo.
Y que al no tragarse ni uno ni la otra, pues este asunto termina por alejarse, en medio, incluso, de maldiciones, de un grupo político voraz y de mala fama, es cierto, pero con alguna importancia en el estado y, en especial, en Hermosillo. (Está claro que esta percepción se puede intentar cambiar: Una exhibida de Célida y Alfonso en un evento público, en cuyos discursos ambos se reconozcan, se digan amigos, luchadores de la misma causa, etc, etc, y bueno, no faltará quién se los crea). El asunto es: Célida no siente lo duro, sino lo tupido. No la quieren para formar parte del equipo del de Bavispe… pero tampoco la quieren para que vuelva a presentarse de candidata a la alcaldía… en su lugar – dice el artículo de marras, están pro - moviendo a la Lola del Río Sánchez, la veterana). Así, acorralada… Célida puede ser más peligrosa. Sin embargo, en estos días permanece agazapada… quizá preparando el golpe.
“EL BORREGO”, EL GRAN AUSENTE
Y en esta grilla, entre perversa, violenta y oportunista, el gran ausente es Ernesto Gándara Camou, el afamado “Borrego”. Ausencia que es aprovechada por sus enemigos para afirmar: ¡Debe estar batallando, incluso, para que lo registre la alianza PRIPAN-PRD! Quién sabe, pero a veces ausencia es presencia… o conveniencia. En medio de la agresividad morenista y el oportunismo de ex priístas… quizá hace bien Ernesto Gándara en permanecer al margen. Llegará entero a la hora del pleito… mientras que los otros echan leña al fuego. (Quizá sea la jugada… quizá) Hasta pronto