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PODRÍA VENIR UN MANOTAZO PRESIDENCIAL

La desaparición de la Subsecretaría de Minería pareciera ser un adelanto de un manotazo presidencial a esta rica actividad que, obviamente, afectaría a Sonora: Ya se comenta en círculos industriales que Napito volverá a pedir con mayor fuerza la cancelación de concesiones al Grupo México, entre ellas la de la mina de Cananea. Si se atreven, más de seis mil trabajos y otros miles indirectos se perderían o estarían en riesgo. O sea, Canapas moriría. El jefe de Grupo México, Germán Larrea, no es precisamente un millonario que se desvive por ser empático con los sonorenses, pero si AMLO atiende las demandas de Napoleón Gómez Urrutia, senador y dirigente sindical minero, la economía de Cananea quedaría por los suelos mientras encuentran a otro concesionario afín a la 4T.

La desaparición de la Subsecretaría de Minería como que no tiene lógica. Del ahora ex subsecretario José Francisco Quiroga todo mundo habla bien. Es un funcionario apreciado tan - to por empre - sarios como representantes de trabajadores. Y el sector económicamente tiene su peso: La industria minera genera 2.6 millones de puestos de trabajo, tiene impacto en 10 estados del país y representa un 3 por ciento del PIB. Eliminarla se puede calificar como un total contrasentido. Apenas el 1 de junio reinició actividades, paralizadas por la pandemia. Aparte, fue en la 4T que se elevó de Dirección General a Subsecretaría. Ahora quedará, al parecer, como estaba antes.

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¿Entonces? Se huele que viene un manotazo presidencial, con repercusiones en Sonora, que afectaría a los minerales tradicionales y a la nueva joya de la corona: El Litio. Bueno, esto fue parte de los entremeses del informe presidencial de AMLO pero hubo otro que llamó la atención en la ceremonia: La ausencia del presidente de la Suprema Corte y del Fiscal General. Obviamente ambos se pusieron de acuerdo. Y el presidente pudo calificar esa ausencia simplemente como un acto de independencia entre poderes. Pero los llamó arrogantes. Estas inasistencias, raras en ce- remo - nias de este tipo, pudiera ser un rechazo a la forma en que AMLO tuerce la ley en el caso Lozoya y cae en omisiones en otras acciones que lo afectan directamente, como el asunto de su hermano Pío López Obrador.

Claro, el presidente pintó otro México. Un país que salió avante de las crisis sanitaria y económica. Y que la violencia no está para pegar el grito en el cielo. Ni hay hambruna. Los hombres del poder debieran bajar del Olimpo para convivir con la gente de abajo, que sufre pero no se dobla. Ese pueblo que aún tiene esperanza. No todo es política. Lo que sucede en San Lázaro es patético. En lugar de exhibir su hambre de poder, las y los legisladores podrían ubicarse en la realidad y desaparecer al menos la mitad de curules. Cualquier Congreso funciona con menos de un tercio de sus integrantes. La mayoría son simples levantadedos. Una medida perfecta sería el de dos representantes por estado. ¿Para qué quieren más? Y si eliminan las dietas, mucho mejor. Sería la mejor oportunidad de demostrar con hechos que no necesitan de altos sueldos para representar al pueblo.

Bueno, en cada estado se puede cambiar el establishment legislativo. Sonora podría poner el ejemplo. Ahora sí pueden levantar la mano para promover un cambio que agradecerían los sonorenses, decepcionados de tanto estiércol en la política. Urge una nueva clase política. Más honorable. Más preocupada por el bienestar de la gente. Si no cambian, tarde o temprano los cambiarán. Sería mucho mejor irse con la frente en alto, con gallardía. Eviten la humillación.

Alcaldesas y alcaldes, principales enemigos de Durazo.

El inicio del proceso electoral está a la vuelta de la esquina. A partir del 7 de septiembre tendrán luz verde todos los partidos para realizar las actividades que consideren necesarias para seducir al electorado rumbo a las elecciones del 6 de junio del 2021. La tarea no será fácil. Para la mayoría de los votantes la clase política y todos los partidos están desacreditados. Y ya se comenta en círculos ciudadanos que analizarán perfiles independientes para ver si merecen su voto. Así, dentro de poco usted, caro lector, será literalmente asediado por los aspirantes a ocupar un puesto de elección popular. Los de los partidos y, claro, de los independientes. En esta lucha el premio mayor es la gubernatura de Sonora, cargo que ya sienten suyo los colaboradores de los precandidatos más fuertes: Alfonso Durazo y Ernesto Gándara.

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