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INSERVIBLE DE VICTOR GUE RRERO
• Rodrigo Sotelo Mendivil
No hay frase más simplona y entregada, que la que se expresa deseando parabienes al gobernante que debuta, con la fingida ilusión de que en automático también le irá bien a sus gobernados. Hay, incluso, quienes en un abuso de la zalamería encomiendan a Dios al mandatario entrante y a todo su equipo de trabajo recién integrado. Estos saludadores de cada tres y seis años se asemejan ¿o son los mismos? a los que revientan de optimismo al felicitar la designación “histórica”, “inédita” de jóvenes y mujeres en cargos públicos de jerarquía.
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O a los que concluyen la ociosa felicitación invitando a entregar nuestro voto de confianza. Los aplaudidores de ocasión que acuden a estas rastreras prácticas de succión, no dimensionan el daño que les hacen a los funcionarios de los nuevos gobiernos.
A los secretarios, subsecretarios y directores que llegan con Alfonso Durazo no se les debe ofrecer ningún voto de confianza, a ellos como al propio gobernador- hay que exigirles hasta lo más mínimo y desde el primer minuto. Es un derecho que todo ciudadano tiene al cuestionamiento y al escepticismo, manifestado en el hartazgo al sistema prianista que precisamente hizo posible que Morena instalara la Cuarta Transformación en Sonora. Como no es función del periodista o medio de comunicación reconocer, congratularse o llamar a la benevolencia, solo porque se inaugura un régimen o antecede la voracidad del PRI Gobierno y menos cuando existen prioridades que no permiten más derroches y frivolidades. Y si se trata de un joven, de una mujer o de un híbrido del progresismo, ya será accesorio que sirva, tal vez, a la estadística de los que han crecido con la ambición de que se premie la inexperiencia o la incompetencia.
Esa generación de los derechos, pero sin méritos y sin responsabilidades. Pocos lo recuerdan, pero ya con Eduardo Bours se les dio oportunidad a los jóvenes con la promocionada Sub 17 que solo concentró privilegios y fabricó más dinosaurios políticos.
Con Guillermo
Padrés tuvieron su momento los opositores más modestos y ordinarios, pero hasta de esposa cambiaron. Con Claudia Pavlovich se empoderó a una mujer y ya vimos cómo dejó desfondado el estado y salió por la puerta de atrás (igualito que Padrés), con la cola entre las patas. Así que maren de papar con la euforia y empiecen a dar y exigir resultados.
Para el secretario Aarón
Grageda: En este sentido, no son pocos los problemas heredados que hacen crisis y que pueden estallar en las manos de los secretarios de la Transformación. No sabemos hasta dónde está enterado el nuevo secretario de Educación estatal, pero debe saber que, desde que se simuló el regreso a clases presencial, hay una mayoría de escuelas de educación básica que aún no reanudad actividades. No solo porque para lo presencial no se prepararon y abandonando intencionalmente- la alternativa a distancia (las escuelas no tienen internet); ocurre que ¡hay grupos que no tienen ni docente asignado!
De ese tamaño la negligencia del anterior secretario Víctor Guerrero, equivalente a la responsabilidad que ahora enfrenta Aarón Grajeda. A ver si como roncan, duermen. Por cierto, así como el señor Grageda que ya antes participó en consejos y organismos decorativos del poder en turno, no encontramos explicación racional a la extraña fascinación que a éstos les produce convertirse en parte de los gobiernos.
¿Qué impulsa a estos prestigiados personajes de empresa, de la academia o de la sociedad civil a ensuciar su trayectoria con un seguro señalamiento de ineptitud, corrupción o complicidad? Esta inocente duda le compartimos a un candidato que lamentaba y se quejaba por las condiciones de la ciudad y las finanzas con las que, invariablemente, se recibía el Ayuntamiento.
¿A quién en su sano juicio se le ocurre pelear una alcaldía si, como dicen, no les alcanza ni para pagar quincenas y, además les acaba la carrera política?, preguntamos mordazmente. Lo mismo ocurre con quienes abandonan la crítica a los gobiernos que les permitió notoriedad, para ser parte de esos mismos gobiernos que nunca cambian. Es el caso de Guillermo Noriega, ahora contralor del gobierno del Estado. O el de Manuel Emilio Hoyos, que trasciende asumirá la jefatura de la Policía Municipal.
Luego se ven muy chistosos ocultando datos y apelando a percepciones y subjetividades, cuando ellos ascendieron a base de pedir renuncias y propagar estadísticas. ¿O será que no hemos entendido que el activismo social es la forma más efectiva de agradar y llegar al gobierno?
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Rodrigo Sotelo Mendivil Es Director General de Más Medios y colaborador de este medio. Email: rodrigosotelo@masmedios.com