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CORRUPTOS Y BANDIDOS

Vivimos tiempos de confrontación. Hasta los grupos de whatsapp, que se forman para darle mantenimiento a la amistad, terminan siendo la pluma de vomitar de fobias y filias que cada quien siente por algún personaje que, por cierto, ni en el mundo hace al que se pelea por él o está contra él. No entiendo yo a quienes defienden a los corruptos y saqueadores del país. Unos defienden a los de antes y otros a los de ahora, aunque cada vez es más evidente que son iguales. A unos les interesa más el dinero, a otros les interesa más el poder, pero a todos los une la corrupción. Si no fueran mos, no habría ese trasiego de personajes entre partidos que aparentemente no tienen nada en común. ¿Usted cree que saltan de partido en partido porque andan buscando el bien de México? Lo patético es que el pobre pueblo sigue dándose de trompadas para defenderlos. La mayoría de la gente está metida en el insulto y en denostar. Aquí mismo, en Hermosillo, a una persona se le hizo fácil decir que mis opiniones vienen del “chayote”. Otro, que me acusó de “prianista”, me sugirió que yo debería estar “agradecida con éste gobierno”; sólo le faltó recomendarme que en la próxima gira hiciera una diga “gracias señor presidente”, como se hacía antes.

La verdad es que no entiendo el afán por defender a esa runfla de baquetones de uno u otro bando. ¿Qué diferencia hay entre Loret de Mola, Epigmenio Ibarra y el Fisgón? ¿Entre Bartlett, Ebrard y Monreal? ¿Entre Napito, Hernández Juárez y Fidel Velázquez? ¿Entre Roberto Madrazo, Mario Delgado, Marko Cortés y Ricardo Anaya?, ¿Entre Osorio Chong, Mancera, Adán Augusto López y Diego Fernández de Ceballos?, ¿Entre Fernández Noroña, el violador Macedonio y la Lily Téllez?, Layda Sansores Claudia Sheinbaum? ¿Qué diferencia real hay Echeverría, López Portillo, Salinas, Calderón y López Obrador?

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En un rincón estamos el minúsculo grupo de personas que no nos tragamos el cuento de que son diferentes. Si uno los critica, a los de antes y a los de ahora, el griterío pidiendo pruebas es estridente como si en este país nadie acusara sin pruebas. Ese es el deporte nacional, acusar a los que no piensan igual de lo que se quiera, pero todo se queda en la descalificación porque no se ve que haya un solo pez gordo en la cárcel.

Todos los presidentes hacen algo bueno. El asesino de Echeverría hizo el CBTA de Vícam y López Obrador aumentó el salario mínimo y les da pensiones a los viejos. Pero después de eso, ¿Qué se hace realmente contra la pobreza, la desigualdad, la crisis económica, la inseguridad, el crimen y la corrupción?

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