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La elección de Elías Retes, y... LA PEQUENEZ DE GRISELDA DESDE NAVOJOA, SON.
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La votación de este miércoles en el Cabildo de Navojoa para proponer al relevo del fallecido “Mayito” Martínez en la alcaldía, no dejó lugar a dudas en cuanto a la contundencia numérica a favor del regidor Jorge Alberto Elías Retes, pero dejó entrever también varios claroscuros en la fracción gobernante, de Morena. Con 18 votos a favor, Elías Retes confirmó que la sucesión prácticamente está consumada, sólo a la espera de que el Congreso del Estado también haga lo suyo como lo marca la ley expidiendo su ratificación, para que legalmente asuma el cargo. Con un número así de votos, cualquiera pensaría que el proceso fue terso y sobre ruedas, considerando además que la Secretaría de Gobierno del estado había mediado como amable componedor, para que las cosas fluyeran políticamente en paz.
Sin embargo, la nota discordante la dio la Síndico Municipal Gricelda Soto Almada, que se aferró a convertirse en la mosca en la leche. Primero, porque ante la absoluta falta de impulsores, la señora decidió auto-candidatearse, prácticamente tirando un “volado” a ver si en un descuido la sacaba del estadio -para decirlo en términos beisboleros-, echando por delante supuestos méritos como lealtad y antigüedad en Morena. Seguramente su terquedad no le hizo mucha gracia al Secretario de Gobierno Álvaro Bracamonte, porque la descuadraba lo caminado a sacar una resolución unánime que hablara de la unidad morenista en favor de Elías Retes, que obviamente tenía ya el visto bueno del gobernador Durazo. A la hora de someter a votación la terna (en la cual apareció además el regidor Rafael Rodríguez Sánchez), el resultado para la señora fue penoso: obtuvo un sólo voto a favor: obviamente el suyo. Políticamente hablando, el saldo para ella es peor aún de desastroso, considerando que llegó a la Sindicatura por la via de la elección popular, y a estas alturas, ni como segunda de a bordo en el ayuntamiento fue capaz de obtener un triste voto de apoyo de sus propios correligionarios, en la bancada de Morena. caso tan estruendoso como éste deja muy mal parado a cualquiera, y más cuando se presume de tener tanto terreno recorrido en las lides políticas. A doña Gricelda le ganaron la soberbia y el berrinche. Según sus cuentas, ella y sólo ella merecía relevar al “Mayito”, una postura que no hizo sino confirmar la especie de que era ella la que agitaba las aguas cada vez que el alcalde enfermaba. En su pecado llevó la penitencia, porque aún viendo hacia dónde se encaminaba la estrategia alentada desde el palacio de gobierno en Hermosillo, se mantuvo en sus trece y con ello mandó al diablo la estrategia conciliadora del Secretario de Gobierno, y de paso dejó en calidad de inepto al operador enviado por éste, el imberbe Édgar Sallard, a quien le encargaron que “planchara” un acuerdo de unidad. Otro, con menos ínfulas y más madurez que la señora, hubiera declinado en sus aspiraciones privilegiando la unidad en el partido y en el ayuntamiento por la causa común de sacar adelante a Navojoa, pero con su autopostulación y su único voto, lo que exhibió fue que para ella, primero están ambicio nes y sus intereses personales. Y eso -ya se vio en la votación- es algo de sobra conocido entre los propios morenistas. Por algo le dieron la espalda. Elías necesitará su propio equipo. ¿Qué seguirá una vez que Congreso valide la votación del Cabildo y ratifique a Elías Retes como alcalde interino? Seguramente los navojoenses esperarán no sólo que mantenga el paso de una administración que -lo dijimos antes- ofrecía mucho, sino que lo redoble, aunque, claro, imprimiendo su visión y estilo personal. Trae la ventaja de no ser externo, pues como regidor llegó de la mano del “Mayito” y conoce tanto las necesidades del municipio como las del ayuntamiento, dónde se ha avanzado y dónde se requiere más trabajo. Como es natural, necesitará conformar su propio equipo, y en ese contexto, lo deseable sería que todos los integrantes del gabinete municipal le presentaran su renuncia. Primero, como postrer acto de lealtad a quien los designó ahí: el “Mayito”, y luego para que el nuevo alcalde tenga la absoluta libertad de evaluarlos, ya sea para ratificarlos o para relevar a quienes no han dado el ancho. Eso sería lo justo.
Mientras “Mayito”
Martínez agonizaba, atacaron los traidores y saqueadores.
A unas horas de que el Cabildo de
Navojoa elija sucesor de Mario “Mayito” Martínez (el acuerdo se “planchaba” ese lunes en Hermosillo)-, quien resulte designado no sólo tendrá la encomienda de cerrar un trienio que prometía mucho, sino también de meterle lupa e incluso sancionar la escandalosa intentona de manotear millonarias sumas de las arcas municipales, una vez que los perpetradores tuvieron la certeza de que la vida del alcalde se apagaba irremediablemente. La inmoral y criminal embestida ocurrió en dos frentes: en el Organismo Operador de Agua (Oomapasn) y en la propia Tesorería Municipal, con el lamentable y vergonzoso sello de que las maniobras de última hora fueron ejecutadas por personajes muy cercanos al “Mayito”, entre ellas ¡su propio hermano! Marcelo Martínez. En Oomapasn, la jugarreta fue orquestada en colusión con el titular del organismo, Jorge Llamas Angulo, buscando sacar apresuradamente de las cuentas oficiales 6 millones de pesos, presuntamente destinados al pago de obras, pero en la misma prisa se cometieron dos errores garrafales: se ordenaba traspasar el dinero a una cuenta personal y sin factura alguna que sustentara el movimiento.
Lo burdo del intento de saqueo provocó que las encargadas de la contabilidad en Oomapasn pararan las orejas y lo impidieran, en un acto de honestidad y lealtad hacia el alcalde y el Ayuntamiento, que les debe ser reconocido, sobre todo porque se mantuvieron firmes aún sometidas a frenéticas presiones de quienes ya se hacían millonarios a costillas del erario. No debió ser fácil aguantar la embestida de su superior jerárquico, el propio Jorge Llamas –malagradecido y traidor contra quien le otorgó su confianza y el puesto-, apalancado además por el hermano del agonizante alcalde, a expensas del cual consiguió generosas ganancias en obras y renta excesiva de maquinaria a precios elevados de la paramunicipal y del ayuntamiento, y a través de una compañía constructora propia o amafiándose con otras, para maquillar el evidente tráfico de influencias en el cual incurría.
Entre esas compañías aparecen “Construcción y Mantenimiento Ávila”, (una de las más fuertes para sacar contratos en Oomapasn) Marcelo Martínez, llevaba tajada mediante la renta de su maquinaria, como la constructora “OTATE SS, S.A. de C.V.”, ésta de Hermosillo, la cual está ejecutando obras también en Huatabampo, específicamente en la rehabilitación de la Avenida 16 de Septiembre. Ahora se sabe que a Marcelo Martínez le quedó chiquito Irving Escoboza, el hijo incómodo de la exalcaldesa Chayito Quintero, a la hora de hacer negocios a la sombra del poder, porque su modus operandi incluía además arreglos a manera de intercambios, para que no fuera tan obvio el tráfico de influencias: si en Navojoa se le asignaban obras a constructoras de Nogales, allá le correspondían con un gesto igual.
Al mismo estilo de Irving Escoboza, a Marcelo también le gustó Oomapasn – tan desangrado en el trienio anterior- para drenar el presupuesto. El último y abortado atraco por 6 millones de pesos pintaba de cuerpo completo su avaricia, considerando que apenas en diciembre pasado, la paramunicipal le había pedido al ayuntamiento 3 millones de pesos para pagar deudos con la Comisión Federal de Electricidad. De la prometida devolución de esos recursos a la Tesorería, nunca más volvió a saberse nada. Y aún con ese antecedente de aprietos económicos en Oomapas, pretendían hincarle el diente por 6 millones más.
El segundo “tarrallazo” fue dirigido a la mismísima Tesorería Municipal, pero aquí era ni más ni menos que por 15 millones de pesos, éstos del FAIS (Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social), también dizque para el pago de proveedores y obras, bajo el mismo método que en Oomapas: todo a ritmo frenético, a la carrera y sin sustento contable. Aquí intervinieron de nuevo para impedirlo la lealtad y la integridad, en este caso de la Tesorera María Teresa Acosta, que también atrancó las puertas y aguantó el vendaval de presiones y amenazas, encabezadas por el hermano de un alcalde que ya no estaba en condiciones de decidir en asuntos de tal envergadura y gravedad, atentatorios además contra el patrimonio de los navojoenses. Por la penosa situación del alcalde, porque apestaba a vil saqueo y porque una pandilla de ambiciosos terminarían por ensuciarla como cómplice en un asunto que derivaría hasta en consecuencias pe- nales, la señora sostuvo el cerco. Para rabia de los atracadores, no soltó ni un peso. Y menos sabiendo -como ya se hizo del dominio público- que según los orquestadores, la jugarreta incluía también echar mano de esos recursos para “maicear” regidores e inclinarlos a votar por quienes ellos sugerirían como relevo del “Mayito”. Se trataba de ir por todo, pues, para seguir con los negocios.
¿Llegó a enterarse el “Mayito” Martínez de tanta traición y bajeza? Me dicen que sí, porque todavía estaba lúcido cuando ya los Judas andaban desatados haciendo de las suyas. “Mayito”: se fue triste y decepcionado. ¡Qué difícil y qué terrible debió ser para él enterarse que el intento de saqueo –afortunadamente abortado- era encabezado por su propio hermano, y por otros a los cuales llevó al gobierno depositando en ellos su confianza! No sería erróneo asegurar que el estrés y la decepción por sentirse traicionado hayan acelerado su deterioro físico, hasta llevarlo a la muerte. ¿Quedará impune tanta bajeza? Por eso, estimado lector, vuelvo al comentario inicial: lo justo, moral y legalmente, es que el o la sucesora del “Mayito” Martínez investigue lo sucedido, por lo menos para que rueden cabezas de quienes, como Jorge Llamas, no conformes con exhibirse como traidores, pretendían además saquear las arcas públicas a sus anchas, mientras el alcalde agonizaba.
• Víctor Fausto Soto es periodista con 50 años de experiencia Cel. 6421166611