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COLUSION CRIMINAL FEDERAL
Un escalofrío recorre la espalda de la nación: México podría estar cayendo en manos de grupos criminales con el disfraz de buenas intenciones ideológicas. Tres focos rojos perturban:
1.- El desfalco más cuantioso al erario en la historia nacional se ha dado en estos últimos años en la empresa estatal Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), de la que se desviaron alrededor de 15 mil millones de pesos. La cantidad del robo es descomunal, pero no es lo más importante. Lo grave es la colusión criminal de funcionarios con empresas delictivas para simular compras y esfumar el dinero, cuya pista lleva a bancos venezolanos, beliceños y de Puerto Rico. De primera importancia es lo que ocurrió el día 10 de este mes al exdirector de Asuntos Jurídicos de Segalmex, Carlos Antonio Dávila, que interpuso las demandas contra funcionarios de esa empresa creada en el actual sexenio, por la compra simulada de 7 mil 400 toneladas de azúcar, y por la adquisición ilegal de 800 millones de pesos en tí - tulos bursátiles.
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Por las gestiones de Carlos Antonio Dávila se han girado más de 20 órdenes de aprehensión. ¿Qué pasó con este funcionario con 50 años de trayectoria en el sector público y 74 años de edad? El reportero Abel Barajas informó que el 10 del presente mes un grupo de agentes de la Policía Federal Ministerial irrumpió en su hogar, cateó el domicilio y se lo llevó preso al penal de alta seguridad de El Altiplano. Al día siguiente un juez federal ordenó su inmediata liberación. Pero él y otros funcionarios ya tienen el mensaje de con quiénes están tratando y de qué va el asunto.
2.- La conexión Puerto Rico, que dio a conocer la reportera María Idalia Gómez en Eje Central la semana pasada, entrelaza mafias rusas, rumanas, cárteles mexicanos, la narcoguerrilla colombiana, funcionarios del actual gobierno de México, al embajador de nuestro país en Canadá –Carlos Joaquín González– y a un agente de la inteligencia venezolana, como lo describió el director de ese periódico Raymundo Riva Palacio. La investigación se lleva a cabo en Es para financiar la “revolución bolivariana”, producto de actividades ilícitas de funcionarios mexicanos y empresas nacionales de reciente creación (finales de 2018), vinculadas con el gobierno de Nicolás Maduro. El 21 de octubre de 2021 di a conocer en esta columna el inicio de la investigación, que saltó a la luz pública luego de la detención del operador internacional de Maduro, Alex Saab, y su traslado a una cárcel de Miami.
La conexión mexicana es fácil de encontrar: está en el comunicado del Departamento del Tesoro del 18 de junio del año pasado.Dice un párrafo: “Saab y (Joaquín) Leal, en colaboración con las empresas mexicanas Libre Abordo y Schlager Business Group, negociaron la reventa de más de 30 millones de barriles de petróleo crudo en nombre de PDVSA, aproximadamente 40 por ciento de las exportaciones de petróleo de PDVSA en abril de 2020. Aunque Libre Abordo y Schlager Business Group afirmaron tener contratos con el gobierno de Venezuela de entregar camiones cisterna de agua y maíz a Venezuela, Libre Abordo maíz a Venezuela y enviaron aproximadamente 500 camiones cisterna, sólo la mitad de lo contratado, a precios muy inflados. Esto no coincide con la cantidad de petróleo crudo de PDVSA que fue extraído y revendido por Libre Abordo y Schlager Business Group, valorado en más de 300 millones de dólares”. Un robo monumental hecho por funcionarios y empresas mexicanas, coludidas con la autoridad venezolana.
Pregunto: ¿Por qué defender al exdirector de Segalmex Ignacio Ovalle, en lugar de detenerlo e interrogarlo? ¿Por qué no colaborar con Estados Unidos para saber adónde va el dinero de la nación, robado del erario y triangulado en una trama criminal a un tercer país? ¿Por qué negar que en México los dos grandes cárteles producen fentanilo ilegal? ¿Por qué el Ejército y la Guardia Nacional no toman las carreteras de Zacatecas y la salida de Manzanillo, en lugar de cuidar el Metro de la Ciudad de México? Responder esas preguntas es básico para saber en qué situación estamos: ante grandes hechos delicti-