AÑO XIV - Nº 79 - OCTUBRE 2014
ARQUITECTURA Y HÁBITAT DE EXTREMADURA
“Los Pueblos de Colonización Extremeña de De la Sota” Rubén Cabecera Soriano, arquitecto
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2 / noviembre 2014
“Los Pueblos de Colonización extremeña de De la Sota” Rubén Cabecera Soriano, arquitecto
Este artículo se extrae del trabajo de investigación desarrollado por Rubén Cabecera Soriano para la Tesis Doctoral titulada “La arquitectura perdida de Alejandro de la Sota en la Colonización Extremeña de la posguerra: Los poblados de Valuengo, La Bazana y Entrerríos, patrimonio actual de una época olvidada”. En ella se realiza un análisis de las arquitecturas acometidas por De la Sota y otros arquitectos como Oiza, Molezúm, Corrales, etc., a través del Instituto Nacional de Colonización INC, puesto en marcha para la creación de numerosos pueblos y dar cabida a los colonos que explotarían las nuevas tierras. La Tesis se defendió en mayo de 2014 en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla.
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Alejandro de la Sota Martínez obtuvo en 1941 una plaza de arquitecto por concurso público en el Instituto Nacional de Colonización1 (INC) comenzando inmediatamente, en palabras suyas, a “hacer pueblos” con escasa experiencia previa pues había concluido ese mismo año los estudios universitarios. El INC acababa de ponerse en marcha y su servicio de Arquitectura estuvo bajo la dirección de José Tamés desde 19432 , siendo sus teorías sobre las agrupaciones rurales las que terminaron imponiéndose junto con un estricto cuerpo reglamentario que pretendía convertirse en un referente para los arquitectos del Instituto sin que se impusiese sobre ellos formalmente, aunque desde dicho servicio se ejercía un férreo control en la supervisión de los proyectos. La escasez de recursos, agraviada por la autarquía estatal, y los intereses del régimen franquista, que había quebrado los logros alcanzados por numerosos arquitectos durante la década de 1927 orientando la Arquitectura española hacia el Movimiento Moderno, impelían los trabajos desarrollados en el INC hacia una arquitectura de marcado carácter popular. Sin embargo, esta arquitectura populista permitió a un grupo de arquitectos (entre los cuales se encontraba el propio De la Sota junto a Oiza, Molezún, Corrales o Carvajal) desarrollar e investigar arquitecturas racionalistas fundamentadas precisamente en esos conceptos rurales sin llegar a desprenderse de la componente moralista que imprimía cualquier acción del régimen. Los primeros trabajos de cierta envergadura de De la Sota en el INC se desarrollan en Gimenells a partir de 19433 con el encargo de un nuevo pueblo. Se traslucen en este proyecto las carencias evidentes en la preparación del arquitecto y la influencia del historicismo y regionalismo del que se irá desprendiendo su arquitectura poco a poco, dando un salto cualitativo con el extensamente estudiado proyecto de Esquivel que data de octubre de 19524 y que fue inicialmente encargado a Aníbal González Gómez quien, por razones médicas, debió renunciar al mismo.
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Fig. 1. Ordenación de Entrerríos por Alejandro de la Sota, diciembre de 1953. Fuente: archivo del Centro de Estudios Agrarios (CEA) en Mérida, Junta de Extremadura.
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Extremadura fue una de las regiones con mayor número de intervenciones realizadas desde el INC desarrollándose un proceso de colonización integral en las cuencas de los principales ríos y creándose una infraestructura del agua cuya finalidad última era transformar en regadío grandes extensiones de terreno convirtiéndolos en productivos. Asociados a estas obras civiles se crearon numerosos pueblos que pretendían dar cabida a los colonos que explotarían las nuevas tierras fértiles. Inicialmente el proceso de colonización se desarrolló desde el INC con una evidente falta de coordinación y cierta precipitación ya que en realidad se pretendía paliar las extremas diferencias socioeconómicas entre clases de la Extremadura de principios del siglo XX5 que afectaban principalmente al entorno agrícola. En este escenario Alejandro de la Sota recibe tres encargos consecutivos para la creación de nuevos pueblos de colonización en la provincia de Badajoz que abundan y profundizan en los ensayos iniciados en Esquivel: Entrerríos proyecto fechado en diciembre de 19536 ; La Bazana de enero de 19547 ; y Valuengo de mayo de 19548 . Todos estos encargos se desarrollan dentro del cuerpo legal del Plan Badajoz que se trataba de un Plan de obras, colonización e industrialización para dicha provincia, tal y como indicaba el título de la ley de 7 de abril de 1952 que desarrollaba el citado plan, que fue publicada en el Boletín del Estado de 8 de abril del mismo año. De la Sota concibe Entrerríos como un pueblo al que hay que ir oponiendo una notable diferencia con Esquivel, que fue concebido como un pueblo-propaganda para el régimen al estar ubicado en una importante vía rodada de circulación. Entrerríos (Fig.1) es, por tanto, un pueblo para sí, introspectivo, en el que, aprovechando la topografía existente, las construcciones edilicias dominan el pueblo y el paisaje apoyadas en una meseta natural que permite al arquitecto proyectar una plaza elíptica a la que confluyen todas las calles “de carros” uniendo la ronda perimetral de delimitación del pueblo con un cruce de vías que se produce en la plaza central porticada (Fig.2).
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Fig. 2. Dibujo coloreado en rotulador del pórtico de la plaza de Entrerríos por Alejandro de la Sota, diciembre de 1953. Imagen cedida por la Fundación Alejandro de la Sota. Sig. 53-B CQ3.
De la Sota proyecta el espacio urbano proporcionándole ensanchamientos que lo enriquecen y que le permiten significar los puntos de acceso a los corrales sin prescindir del carácter funcional de los mismos dotándolos de abrevaderos y separándolos de las calles de la ronda y de peatones con muretes bajos a modo de asientos, como si de mobiliario urbano se tratase, que acercan e introducen la escala humana en el viario. La intención para estas vías queda patente en la memoria: “[…] la sensación de amplitud que su vista ha de producir al circular por estas calles será grande.”9.
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Fig. 3. Fotografía de la Iglesia de Entrerríos. Fuente: archivo del Centro de Estudios Agrarios (CEA) en Mérida, Junta de Extremadura
Alejandro de la Sota reconoce también en la memoria del proyecto de Entrerríos otro ensayo que, en cierto modo, introdujo ya en Esquivel, y que es el de configurar un alzado completo del pueblo (el norte) con “simples tapias” como elementos geométricos abstractos y básicos que, con la geometría curva del pueblo y un “[…] juego de salientes y entrantes, en los que se plantan árboles […]”, pretendía “[…] conseguir efecto bueno y nuevo”. En este concepto los portones de entrada a los corrales en la ronda perimetral suponían el elemento distorsionador en la blancura del muro sirviendo de pedestal a la Iglesia que se erige en foco dominante y gravitativo del paisaje, efecto este que potencia con la introducción de la fábrica vista en la propia iglesia confiriéndole una sensación de mayor “pesadez” (Fig. 3).
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Celosía de ventana de la iglesia. Entrerríos. Fotografía: Rubén Cabecera Soriano, 2008.
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La Bazana fue concebido como un pequeño pueblo estabilizado, es decir un pueblo sobre el que no se preveía crecimiento ulterior y que surgió sin las dotaciones características del resto de pueblos de colonización. Sin embargo, posteriormente fue desarrollándose e incorporando servicios adicionales que modificaron notablemente la trama urbana proyectada originalmente. Esta pequeña localidad se ubica en una meseta y, como consecuencia del programa que desarrolla, apenas si tiene elementos sobresalientes al carecer de Iglesia o Ayuntamiento. De la Sota ordena el espacio urbano desde su emplazamiento (Fig. 4), alejado de todo, al igual que ocurría en el caso de Entrerríos; su génesis nace “[…] por su situación de vivir aislado; no se verá desde ninguna carretera, ni camino importante. Se proyectó por esto, para sí, hacia dentro.”10 . Desarrolla la noción de espacio público priorizando las plazas como elementos vivideros y realizando un ejercicio de seriación y diferenciación con las mismas que provoca una sucesión de espacios con forma de herradura abiertos al sur a los que se abren las viviendas de los colonos. Encontramos aquí una concepción del espacio urbano radicalmente novedosa. El arquitecto construye pequeñas plazas vivideras a las que se abren las moradas de los colonos para que las puedan disfrutar y en las que pueden desarrollar sus trabajos; al tiempo que el propio espacio juega con aproximaciones desde lo público a lo privado, utilizando elementos urbanos como los muretes bajos y leves elevaciones sobre el nivel de las vías de circulación que confieren a estas plazas un carácter íntimo, a pesar de corroborarse su idiosincrasia pública (Fig. 5).
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Fig. 4. Plano de ordenación del Núcleo de La Bazana (Badajoz) por Alejandro de la Sota. Madrid, enero de 1954. Fuente: Archivo del Centro de Estudios Agrarios (CEA) en Mérida, Junta de Extremadura.
Fig. 5. Dibujo de una plazuela de La Bazana (Badajoz) por Alejandro de la Sota. Madrid, enero de 1954. Fuente: Archivo del Centro de Estudios Agrarios (CEA) en Mérida, Junta de Extremadura.
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La configuración volumétrica de la plaza (Fig. 6) está estudiada de forma que al norte se encuentran las dos únicas edificaciones en más de una planta que se corresponden con las viviendas de cuatro y de cinco dormitorios que, pareadas, conforman el fondo de perspectiva de cada plazuela desde el acceso principal y casi el único elemento visible desde la ronda sur que atenúa singularmente la distancia de la plaza a dicha ronda. Dentro de la plaza una “cortina de árboles en la fachada poniente de las viviendas (brisoleil natural)”11 protege del exceso de soleamiento. El acabado de pavimento de las plazas combina, en la zona de acerado circundante al acceso a las viviendas, el guijo con un suelo en terrizo para el centro, donde se ubica la fuente con bancos de uso comunitario. En el exterior, tras los corrales separados de las calles por elevadas tapias blancas, se ubican los abrevaderos para el ganado. Estas calles son concebidas como “[…] espacios elásticos de unión de núcleos […]”12 que permiten, dentro de la seriación con la que trabaja De la Sota, la identificación de las plazas generando referencias visuales para los colonos.
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Fig. 6. Fotografía de una plazoleta de La Bazana, destaca al fondo la vivienda tipo B-4 y B-5 que constituyen la parte norte de las mismas. En esta fotografía se aprecia que aún no se habían realizado las plantaciones. Imagen cedida por la Fundación Alejandro de la Sota. Sig. 54-G FOFE 5.
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El proyecto de Valuengo es concebido partiendo de tres premisas fundamentales: la orientación, la compleja orografía del terreno y las vistas que el pueblo ofrece desde la carretera general a orillas del río Ardila, retomando el concepto de pueblo-propaganda que desarrolló en Esquivel. Sin embargo, De la Sota no renuncia al concepto de pueblo con calles-plazas (Fig. 7) que ya comenzó a desarrollar en Entrerríos y que conceptualizó para La Bazana, hallando en Valuengo, tal y como reconoce en la memoria del proyecto el propio autor, “[…] un culmen con calles ensanchadas en forma de alargadas plazas que dan un recogimiento mayor que el de calles exclusivas de tránsito.” Se trata de bolsones que permiten transitar suavemente por la escarpada topografía del pueblo y generar espacios públicos vivideros, manteniendo la estricta separación de circulación peatonal de la de tráfico rodado. Esta localidad fue concebida como un pueblo con evolución prevista que incluía una gran número de dotaciones desde su génesis, destacando su iglesia de marcado carácter fabril (Fig. 8), anticipando De la Sota con esta intervención futuras líneas de investigación. Otro de los edificios dotacionales que destaca es el ayuntamiento (Fig. 9), de planta curva, muestra su fachada septentrional principal a la gran plaza-calle principal y aprovecha el desnivel del terreno existente de norte al sur para encajar un semisótano en la parte meridional, duplicándose el acceso a la planta baja a nivel, desde la entrada principal y con unas escaleras en forma de serpenteante desde la trasera. La concepción estilística en este edificio es radicalmente distinta a la de la Iglesia, resultando sorprendente el eclecticismo del arquitecto a la hora de proponer alternativas constructivas que en esta ocasión se abren al mismo espacio público.
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Fig. 7. Ordenaci贸n de Valuengo por Alejandro de la Sota, mayo de 1954. Fuente: Centro de Estudios Agrarios, Junta de Extremadura.
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La obra de Alejandro de la Sota en Extremadura como arquitecto del INC se reduce a los pueblos de colonización de Entrerríos, La Bazana y Valuengo, pertenecientes al primer período del arquitecto en su carrera profesional. Estos pueblos fueron proyectados en un período de tiempo relativamente breve. Todos ellos fueron concebidos tras el proyecto de Esquivel con el que Alejandro de la Sota inicia su maduración profesional. La línea argumental de estos proyectos es común para los tres, sin embargo, se ha producido a lo largo del tiempo un proceso de transformación en estos pueblos que ha venido alterando las premisas proyectuales bajo las que fueron concebidos como consecuencia de la inexistencia de una normativa específica capaz de controlar las intervenciones consumadas especialmente en el tejido residencial. La combinación de arquitectura moderna y arquitectura vernácula que ofrecen los pueblos de colonización y que nos brinda De la Sota con Entrerríos, La Bazana y Valuengo, permanece en constante estado de indefensión frente a la necesaria evolución que exigen sus habitantes para adaptar sus viviendas a los nuevos usos. Esta situación de desamparo de los pueblos de colonización en general y, especialmente, la obra de De la Sota para el INC en Extremadura, pone en grave peligro el testimonio vivo que estos pequeños poblados ofrece donde, en gran medida, se conservan los uso primigenios, constituyendo en sí mismos una seña de identidad etnográfica y siendo fuente de conocimiento de sistemas constructivos tradicionales, al tiempo que ponen de manifiesto la incipiente preocupación por planteamientos modernos que, a mediados del siglo XX, se estaba viviendo en la arquitectura española. De la Sota, en este sentido, se erige como un maestro, pese a su juventud, ofreciendo trazados urbanos capaces de aunar la estética popular, ínclitamente solicitada por el INC para resolver una problemática identitaria y de recursos, con planteamientos modernos que albergan usos agrestes y jerarquías sociales obsoletas, pero requeridas por el régimen político franquista. La respuesta a la problemática de estos pueblos se encuentra en el análisis patrimonial. Debe ser un estudio pormenorizado llevado a cabo a través de un proyecto patrimonial el que establezca el límite razonable entre lo necesaria y estrictamente conservable y aquello que sencillamente debe ser documentado o musealizado para su conocimiento y difusión evitando caer en pérdidas de autenticidad que intervenciones excesivamente conservacionistas pueden provocar al requerírseles adaptaciones a los nuevos usos demandados por la sociedad.
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Fig. 8. Croquis inicial de la Iglesia de Valuengo, la disposici贸n del frontispicio estudiado no es triangular como finalmente decidi贸 el arquitecto. Imagen cedida por la Fundaci贸n Alejandro de la Sota. Sig. 54-F CQ 1.
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Fig. 9. Fotograf铆a del Ayuntamiento de Valuengo. Imagen cedida por la Fundaci贸n Alejandro de la Sota. Sig. 54-F FOFE3.
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1 BOE número 291 de 18 de octubre de 1941. 2 GÓMEZ BENITO, Cristóbal. Políticos, burócratas y expertos: un estudio de la política agraria y la sociología rural en España (1936-1959). Madrid: Siglo XXI de España Editores, 1995. 3 Documento custodiado en los Archivos del Centro Nacional de Tecnología de Regadíos de San Fernando de Henares (CNTR) pertenecientes al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), con signatura 1/3/223. 4 Documento custodiado en los Archivos del CNTR de San Fernando de Henares pertene cientes al MAGRAMA, con signatura 3830. 5 MARTÍN LOBO, Manuel. Un luchador Extremeño. La conquista del Guadiana. El Plan Badajoz. Badajoz: Diputación provincial de Badajoz, 1962. 6 Documento custodiado en los Archivos del Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CNTR) de San Fernando de Henares pertenecientes al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), con signatura 4502. Este documento se encuentra asimismo en los archivos del Centro de Estudios Agrarios (CEA) de la Junta de Extremadura. 7 Documento custodiado en los Archivos del CNTR de San Fernando de Henares pertene cientes al MAGRAMA, con signatura 4736. Este documento se encuentra asimismo en los archivos del CEA de la Junta de Extremadura. 8 Documento custodiado en los Archivos del CEA de la Junta de Extremadura. 9 Extracto de la memoria del proyecto. 10 Extracto de la memoria del proyecto. 11Extracto de la memoria del proyecto. 12 Extracto de la memoria del proyecto.
Rubén Cabecera Soriano Doctor Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla. Especialista en Patrimonio con varias publicaciones, artículos y ponencias relacionados con esa temática. Máster en Urbanismo y Ordenación del Territorio por la UEX, Máster en Gestión Ambiental, Calidad y Auditoria para Empresas por la EUDE, Máster en Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US. Desde el año 2001 desarrolla su actividad profesional en aiuEstudio SLP, estudio de arquitectura, ingeniería y urbanismo. Entre los años 2001 y 2008 desempeñó el trabajo de dirección técnica de URVIPEXSA, empresa pública dedicada a la promoción de viviendas de protección oficial. Profesor universitario en la UEX, Centro Santa Ana.
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revista habitex
arquitectura y hรกbitat de extremadura