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Sexo: Sexting seguro
Nudes desde el empoderamiento femenino
Por Nadia Gómez | Ilustraciones de Regi Rivas
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Fue en el año 2004 que se usó por primera vez el término sexting, un anglicismo que fusiona las palabras sex y texting, teniendo en cuenta que en ese entonces esta práctica se refería al envío de mensajes de texto con carga erótica, sexual o sugestiva. Actualmente, esta práctica se extiende a varios formatos: fotos, mensajes de voz y videos. ¿Qué realmente implica el hecho de practicar sexting en una sociedad como la nuestra? Te lo contamos.
La autonomía del cuerpo es un derecho que parte de los derechos sexuales y reproductivos. Tanto en Paraguay como a nivel global se firmaron convenciones internacionales de ONU Mujeres para hablar de la autodeterminación de la mujer para decidir sobre su vida y su cuerpo; llevándonos a la libertad de las personas de compartir (o no) sus cuerpos en internet. “Esa es como una base legal para profundizar y dar seguridad sobre el hecho de compartir información, contenido con carga íntima o sexual, y que las personas tienen libertad de hacerlo en un espacio seguro”, nos comenta Maricarmen Sequera, directora ejecutiva de Tedic, organización dedicada a la defensa de los derechos humanos en internet.
La idea de practicar sexting en un contexto que establezca garantías, en el cual se recomienda esconder nuestros cuerpos para permanecer seguros, es una forma de resistencia al machismo y el conservadurismo. Según Tedic, es una forma de libertad sexual que contribuye a la autodeterminación sin más limitaciones que el respeto a la libertad ajena; y para lograr y mantener la libertad sexual, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos.
Tedic realiza talleres de sexting seguro desde 2016, en los cuales facilitan herramientas y tips, y enfatizan los consejos de autocuidado y el ejercicio de la libertad del cuerpo. Sobre todo, recalcar que es algo legal y que, por sobre todas las cosas, está bien.
Esta práctica se da entre jóvenes, adolescentes y hasta niños, más que en adultos. Es muy importante que a la hora de compartir exista un espacio consentido, las partes deben estar seguras y ninguna de ellas debe sentir presión alguna de facilitar fotos íntimas.
Los talleres están enfocados a todo público, tanto activistas como un público que no necesariamente quiera activar en la defensa de sus derechos, pero que es consciente de los peligros de esta práctica de manera insegura.
En estos espacios también se discute cuál es el rol de quien comparte fotografías (o cualquier material) sin consentimiento, y las discusiones parten de preguntas como: ¿cuál y por qué nuestro rol es no compartir?, ¿por qué no tenemos que difundir?, buscando analizar a la víctima así también como al acosador o acosadora.
Send nudes
Existen numerosas guías para sextear, sin embargo, muchas tienden a ser más prohibitivas que empoderadoras. El sexting no implica riesgos por sí mismo, más aún si nos encargamos de protegernos con los tips de seguridad que recomiendan organizaciones como Tedic. Sí puede resultar en situaciones complicadas y hasta violentas: como la violación de derecho a la privacidad, a la libertad de expresión, de los derechos sexuales a través de la extorsión (pornografía no consentida), así como la publicación de datos personales sin autorización.
Todo esto sin mencionar la condena social que puede pesar sobre la mujer y su cuerpo, pues la comunidad tiende a culparla y ubicarla como la única responsable. Todas estas formas de estigma y de violencia terminan coartando el goce sexual saludable y responsable. El sexting no es realmente el problema, sino las conductas influenciadas por el machismo.
Sin embargo, incluso mencionando todos los riesgos que puede conllevar esta práctica, sigue teniendo su appeal, especialmente cuando cambiamos la perspectiva y la encaramos desde el empoderamiento femenino, desde un proceso de cocreación, autoexploración y reconocimiento del cuerpo de una misma, poniendo énfasis en el punto de que una pueda gozar de su sensualidad y, al mismo tiempo, reconciliarse, aceptarse y quererse.
Con ayuda de las cyborgfeministas de Tedic, preparamos una modesta guía con consejos de autocuidado para poder practicar sexting de manera segura, y expresando tu sexualidad de una forma saludable y liberadora.
Cronología de una nude
Debe haber:
- Confianza. Es la regla más importante, estar seguras de con quién estamos accediendo a compartir nuestro cuerpo.
- Consentimiento. De ambas partes, esto es vital. También discutir las condiciones de cada uno antes de enviar algo. Por ejemplo, el acceder a compartir una fotografía no significa que la otra persona pueda almacenarla o difundirla.
- Anonimato. Utilizar apps o plataformas para deshacerse de los datos que contiene la fotografía; también se puede tapar el rostro, tatuajes y marcas de nacimiento. Para esto se puede usar ObscuraCam, Metanull y Send Reduced.
¿Cómo enviar?
- Cifrado. Utilizar aplicaciones que incluyan cifrado de extremo a extremo, esto significa que la comunicación entre dos o más celulares está cifrada de forma que nadie más puede acceder a ella. Algunas de estas son Signal, WhatsApp y Telegram.
- Control. Podés usar apps que permitan mayor control sobre lo que decidís compartir (Signal, Instagram o Telegram), donde existe la posibilidad de borrar remotamente imágenes, destruir un mensaje o una conversación, y alerta sobre capturas de pantalla. Evitar enviar mensajes de texto o hacer llamadas, ya que toda la información se almacena en el proveedor de tu telefonía.
¿Qué hacer en caso de difusión?
- Denunciar. La pornografía no consentida se puede denunciar ante la Justicia. Existe un marco legal que nos ampara. Consultá con un abogado cuáles son los derechos de la víctima.
- Diálogo. Si hay un caso de pornografía no consentida en tu comunidad, grupo de amigos, colegas, etc., es importante hablar del tema y evitar cualquier tipo de violencia de género (como la difusión no consentida).
No te olvides de utilizar contraseñas elaboradas, pero recordables y cifrar tu dispositivo antes de enviar algo. ¡Listo!