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Me ennovié...¡Y mis papás no les gusta!

Cuando se vive en un hogar cristiano, Dios se encarga de revelar a los padres aquellas situaciones que no “cuadran del todo bien” y que podrían hacer daño a los hijos… por ejemplo, cuando éramos pequeños, papá o mamá nos advertían: “ten cuidado, bájate de ahí que te vas a caer”. No hacíamos caso, nos caíamos, terminábamos con un chichón y llorando por toda la casa… ¿Se acuerdan? Algo similar sucede cuando somos jóvenes.

El caso de Natalia

Cuando Natalia Rincón de 16 años servía en el ministerio de alabanza de niños de su iglesia, conoció a Marlon, un joven 10 años mayor que ella que tocaba muy bien la batería y servía en ese mismo ministerio pero con los adultos. Este hombre tenía la mala costumbre de “calentar el oído” a todas, y Natalia, cayó rendida a sus pies. “Pasaron como dos meses y nos enamoramos. Él me invitaba a su casa (cosa que no estaba bien) y yo hacía lo que fuera para volarme y verlo así mis papás no estuvieran de acuerdo. Entré en una etapa de rebeldía y desobediencia”, cuenta Rincón a la revista Hechos&Crónicas.

Como Marlon estaba con una y con la otra, nunca tomó la decisión de pedirle a Natalia que fuera su novia. “Recuerdo que yo le decía insistentemente que para mí era importante formalizar todo y hablar con mis papás, pero nada de nada. Según Marlon, yo era muy chiquita par él y el pastor no daba el aval para formalizar la relación, así que tocaba en secreto…”, cuenta la joven.

Natalia era una niña dulce, pero su relación con Marlon la estaba convirtiendo en otra persona. “Mi hija cambió demasiado. Mi esposo y yo estábamos muy preocupados por ella. Este joven nos pidió casi $800.000 en dos ocasiones porque según él, no tenía dinero para graduarse de la universidad y se hizo el loco con el tema. Nos robó. Cada vez que Marlon entraba a nuestra casa sentía una fuerza extraña espiritual, así que tuvimos que doblar rodilla con mi esposo por varios meses y clamar a Dios para que mi hija despertara, reaccionara y se diera cuenta que esta persona no era conveniente. Necesitábamos que se quitara la venda de los ojos y que fuera libre”, cuenta María Inés, madre de Natalia.

Un día Natalia cayó en un sueño tan profundo en la sala de su casa, que sus padres la dejaron ahí hasta que despertó. “Cuando Nati abrió los ojos, le volvieron a brillar, era otra niña. Al otro día ella sola tomó la decisión de terminar esa relación que gracias a Dios nunca se formalizó, pero fue una película de terror”, narra María Inés, con sus ojos llorosos.

“Esta es la hora en la que me pregunto: ¿Por qué no hice caso a mis papás y los traté mal?, ¿por qué hice lo que quise?, ¿por qué entristecí a Dios con esa relación tan desigual? ¿Por qué la embarré de esa forma? Hoy pienso y ratifico que el diablo definitivamente quiso robarme, matarme y destruirme, quiso alejarme de Dios y dañar mi relación familiar. Gracias a Dios hoy estoy bien casada con un hombre maravilloso, temeroso de Dios y que mis papás aman como a un hijo.

Mi mensaje para los jóvenes cristianos es que Dios quiere lo mejor para nosotros, Él ya tiene ese novio(a) o esposo(a). No tenemos que dejarnos seducir por lo malo, por hacer las cosas a escondidas. Tengo claro que Dios usa a los papás para alertarnos”, concluye Natalia.

¿Qué dicen las cifras sobre las relaciones amorosas?

En 2013, Graeme Simsion (autor y analista de datos), realizó un estudio en Reino Unido para develar los secretos de las relaciones y el amor. El portal Telegraph dio a conocer los resultados de la investigación que se hizo con 2000 voluntarios.

Mujeres

Tendrán dos noviazgos largos y formales, aunque desafortunadamente les romperán el corazón dos veces. Podrían sufrir al menos cinco decepciones fuertes.

Hombres

Es muy probable que se enamoren profundamente en dos ocasiones. En su historial les romperán el corazón al menos dos veces.

80% de los encuestados confesó que encontraron el amor cuando menos lo esperaban.

25% admitió que su pareja era todo lo contrario a lo que imaginaban.

94% de las mujeres creía en el amor verdadero, mientras que el porcentaje en hombres era menor a 88 %.

Ahora viene la pregunta:

¿cuántos padres de estos encuestados habrían dicho a sus hijos que ese noviazgo no les convenía? Posiblemente hubo más de uno que les expresó que esa relación les daba “mala espina” pero… muchas veces las malas pasadas del corazón pagan los platos rotos de una mala decisión.

“Mis papás se oponen porque no quieren verme feliz”

Al menos 80 % de los jóvenes cree que los papás son muy exagerados, desean que sus hijos sean infelices y por eso se oponen al noviazgo.

Tal vez te preguntes: “¿cómo es posible que mis papás no vean todo lo bueno que tiene mi novio o novia? Es ahí cuando debes parar, tomar un tiempo, orar y pedir a Dios que te muestre por qué tus papás no están de acuerdo con ese chico(a). Es normal que sientas angustia o frustración, pero recuerda: Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. Proverbios 4:23.

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