Revista Iglesia en San Bernardo - Agosto 2021

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Iglesia en San Bernardo Agosto 2021

20 de agosto

San Bernardo


Sumario

3 12 20

San Bernardo de Claraval San Agustín

Eutanasia

16 Desde Roma 18 Sí a la Vida 28 Vida Diocesana Director: Mons. Juan Ignacio González Consejo de Redacción: Mons. Juan Ignacio González y Pbro. Eric González Editora General: Carolina Echeverría Editora de Crónica: Ámbar Álvarez Publicidad: Luis Orellana E-mail:lorellana@obispadodesanbernardo.cl Dirección: Freire 508, San Bernardo Casilla: 320 Teléfonos: 8586971 / 8591137 Página Web: obispadodesanbernardo.cl Aporte: Cuenta 18801964-02, Banco de Chile Diseño: Obispado de San Bernardo Año: 15 Publica: S.C.D. Eyzaguirre A. Ltda.

Campaña Cinco Panes y Dos Peces: Ahora más que nunca


Editorial

¿Prisioneros de conflictos? Hay otras soluciones

Por Monseñor Juan Ignacio González E.

“C

uando los hombres se creen llamados, junto con todos los hombres de en posesión del secreto de una buena voluntad, todos los cristianos y de organización social perfecta manera especial los laicos”. (Juan Pablo II, que hace imposible el mal, piensan también Centesimus annus, 25) que pueden usar todos los medios, incluso Los acontecimientos que estamos vila violencia o la menviendo, las controtira, para realizarla. La Es propio de las sociedades versias constantes política se convierte entre nuestros dirilibres saber reorganizarse en entonces en una «regentes políticos, los ligión secular», que trabajos para estalos diversos ámbitos de la cree ilusoriamente blecer una nueva que puede construir vida en sociedad, recogiendo carta fundamental el paraíso en este que no pueden el legado ya recibido y vivido mundo”. Lo que la fundarse en la seSagrada Escritura nos paración de los por generaciones y desde él enseña respecto de buenos y los malos, los destinos del Reiinnovar hacia nuevas formas en una especie de no de Dios tiene sus nuevo maniqueísde desarrollo que procuren de consecuencias en la mo que excluye vida de la sociedad mejor manera el bien común personas, grupos, temporal, la cual — ideas, y sobre todo como indica la palaolvidan el pasado de todos... bra misma— pertey en algunos canece a la realidad del sos quieren hasta tiempo con todo lo que conlleva de imper- borrarlo etc. deben hacernos reflexionar. fecto y provisional. El Reino de Dios, presen- Mas allá de las legítimas opciones políticas, te en el mundo sin ser del mundo, ilumina no caben “mesianismos llenos de promesas, el orden de la sociedad humana, mientras pero fabricantes de ilusiones (que) siempre que las energías de la gracia lo penetran y basan sus propuestas en la negación de la vivifican. Así se perciben mejor las exigencias dimensión trascendente del desarrollo, en la de una sociedad digna del hombre; se corri- certeza de tenerlo todo a su disposición”. gen las desviaciones y se corrobora el ánimo (Benedicto XVI, Caritas in veritate, 17) para obrar el bien. A esta labor de animación No se puede olvidar que “la fe en Dios ha evangélica de las realidades humanas están animado la vida y la cultura de estos países


Editorial

(América) durante más de cinco siglos. Del encuentro de esa fe con los grupos étnicos originarios nació la rica cultura cristiana de este continente expresada en el arte, la música, la literatura y, sobre todo, en las tradiciones religiosas y la forma de ser de sus pueblos, unidos por la misma historia y el mismo credo, para dar lugar a una gran armonía a pesar de la diversidad de culturas y lenguas. Pero ¿qué significaba la aceptación de la fe cristiana para los países de América Latina y el Caribe? Para ellos significaba conocer y dar la bienvenida a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados, sin conocerlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador que ansiaban en silencio. (…) De hecho, la proclamación de Jesús y su Evangelio no condujo en ningún momento a una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extranjera. Las culturas auténticas no se encierran en sí mismas ni se petrifican en un momento determinado de la historia, sino que son abiertas, más aún, buscan el encuentro con otras culturas, esperan alcanzar la universalidad en el encuentro y el diálogo con otras formas de vida y con los elementos que pueden conducir a una nueva síntesis en la que siempre se respete la diversidad de expresiones y su realización cultural concreta. (Discurso Inaugural de Aparecida, Benedicto XVI) Es propio de las sociedades libres saber reorganizarse en los diversos ámbitos de la vida en sociedad, recogiendo el legado ya recibido y vivido por generaciones y desde él innovar hacia nuevas formas de desarrollo que procuren de mejor manera el bien común de todos. Este es el sentido de la política, que es siempre un servicio de amor a los demás, es el instrumento necesario para ese progreso. Por esta razón las controversias que actualmente presenciamos – algunas virulentas y excluyentes – son un mal presagio de los frutos que todos esperamos del proceso en curso. Un cambio de dirección se impone, que se debe fundar en una

búsqueda seria y permanente de la armonía y la paz entre los que han sido llamados a la alta misión de poner los fundamentos de una nueva constitución. Como enseña el Papa Francisco, “cuando surge un conflicto, algunas personas simplemente lo miran y se van a su manera como si nada hubiera pasado; se lavan las manos y siguen con sus vidas. Otros lo abrazan de tal manera que se convierten en sus prisioneros; pierden el rumbo, proyectan sobre las instituciones su propia confusión e insatisfacción y, por lo tanto, hacen imposible la unidad. Pero también hay una tercera vía, y es la mejor manera de abordar el conflicto. Es la voluntad de enfrentar el conflicto de frente, de resolverlo y de convertirlo en un eslabón en la cadena de un nuevo proceso. “¡Bienaventurados los pacificadores!” (Mt 5,9). (Papa Francisco, Evangelii gaudium, 227). De esta manera se hace posible construir la comunión en medio del desacuerdo, pero esto sólo puede ser logrado por aquellas grandes personas que están dispuestas a ir más allá de la superficie del conflicto y ver a los demás en su dignidad más profunda. Esto requiere reconocer un principio indispensable para la construcción de la amistad en la sociedad: a saber, que la unidad es mayor que el conflicto. La solidaridad, en su sentido más profundo y desafiante, se convierte así en una forma de hacer historia en un entorno de vida donde los conflictos, las tensiones y las oposiciones pueden lograr una unidad diversificada y que da vida. No se trata de optar por una especie de sincretismo, o por la absorción de uno en el otro, sino más bien por una resolución que tiene lugar en un plano superior y preserva lo que es válido y útil en ambos lados. (Ibidem 228) Pidamos a Dios que permita a nuestra Patria caminar en concordia y en paz, buscando siempre el bien, especialmente de los más pobres y abandonados. +Juan Ignacio González Errázuriz Obispo de San Bernardo


San Bernardo de Claraval

San Bernardo de Claraval:

“A

través de María somos llevados a Jesús”

En el mes de agosto conmemoramos la solemnidad de San Bernardo, patrono de la Diócesis, en este especial conoceremos sobre la vida y obra de este Monje Cisterciense que llegó a ser Doctor de Iglesia. “Hoy quiero hablar sobre San Bernardo de Claraval, llamado el "último de los Padres" de la Iglesia, porque en el siglo XII, una vez más, renovó e hizo presente la gran teología de los Padres. No conocemos con detalles los años de su juventud, aunque sabemos que nació en el año 1090 en Fontaines, en Francia, en una familia numerosa y discretamente acomodada. De joven, se entregó al estudio de las llamadas artes liberales —especialmente de la gramática, la retórica y la dialéctica— en la escuela de los canónigos de la iglesia de Saint-Vorles, en Châtillon-sur-Seine, y maduró lentamente la decisión de entrar en la vida religiosa. Alrededor de los veinte años entró en el Císter, una fundación monástica nueva, más ágil respecto de los antiguos y venerables monasterios de entonces y, al mismo tiempo, más rigurosa en la práctica de los consejos evangélicos. Algunos años más tarde, en 1115, San Bernardo fue enviado por san Esteban Harding, tercer abad del Císter, a fundar el monasterio de Claraval (Clairvaux). Allí el joven abad, que tenía sólo 25 años, pudo afinar su propia concepción de la vida monástica, esforzándose por traducirla en la práctica. Mirando la disciplina de otros monasterios, san Bernardo reclamó con decisión la necesidad de una vida sobria y moderada, tanto en la mesa como en la


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semitismo cada vez más generalizados. Por este último aspecto de su acción apostólica, algunas decenas de años más tarde, Ephraim, rabino de Bonn, rindió a San Bernardo un vibrante homenaje. En ese mismo periodo el santo abad escribió sus obras más famosas, como los celebérrimos Sermones sobre el Cantar de los cantares. En los últimos años de su vida —su muerte sobrevino en 1153— San Bernardo tuvo que reducir los viajes, aunque sin interrumpirlos del todo. Aprovechó para revisar definitivamente el conjunto de las Cartas, de los Sermones y de los Tratados. Es digno de mención un libro bastante particular, que terminó precisamente en este período, en 1145, cuando un alumno suyo, Bernardo Pignatelli, fue elegido Papa con el nombre de Eugenio III. En esta circunstancia, San Bernardo, en calidad de padre espiritual, escribió a este hijo espiritual suyo el texto De Consideratione, que contiene enseñanzas para poder ser un buen Papa. En este libro, que sigue siendo una lectura conveniente para los Papas de todos los tiempos, san Bernardo no sólo indica cómo ser un buen Papa, sino que también expresa una profunda visión del misterio de la Iglesia y del misterio de Cristo, que desemboca, al final, en la contemplación del misterio

de Dios trino y uno: "Debería proseguir la búsqueda de este Dios, al que no se busca suficientemente —escribe el santo abad—, pero quizá se puede buscar mejor y encontrar más fácilmente con la oración que con la discusión. Pongamos, por tanto, aquí término al libro, pero no a la búsqueda" (XIV, 32: PL 182, 808), a estar en camino hacia Dios”. “Ahora quiero detenerme sólo en dos aspectos centrales de la rica doctrina de san Bernardo: se refieren a Jesucristo y a María santísima, su Madre. Su solicitud por la íntima y vital participación del cristiano en el amor de Dios en Jesucristo no trae orientaciones nuevas en el estatuto científico de la teología. Pero, de forma más decidida que nunca, el abad de Claraval relaciona al teólogo con el contemplativo y el místico. Sólo Jesús —insiste san Bernardo ante los complejos razonamientos dialécticos de su tiempo—, sólo Jesús es "miel en la boca, cántico en el oído, júbilo en el corazón" (mel in ore, in aure melos, in corde iubilum)". Precisamente de aquí proviene el título, que le atribuye la tradición, de Doctor mellifluus: de hecho, su alabanza de Jesucristo "fluye como la miel". En las intensas batallas entre nominalistas y realistas —dos corrientes filosóficas de la época— el abad de Claraval no se cansa de repetir que sólo hay un nombre que cuenta, el de Jesús Nazareno. "Árido es todo alimento del alma —confiesa— si no se lo rocía con este aceite; insípido, si no se lo sazona con esta sal. Lo que escribes no tiene sabor para mí, si no leo allí a Jesús". Y concluye: "Cuando discutes o hablas, nada tiene sabor para mí, si no siento resonar el nombre de Jesús" (Sermones in Cantica canticorum XV, 6: PL 183, 847). Para San Bernardo, de hecho, el verdadero conocimiento de Dios consiste en la experiencia personal, profunda, de Jesucristo y de su amor.Y esto, queridos hermanos y her-


San Bernardo de Claraval

manas, vale para todo cristiano: la fe es ante todo encuentro personal íntimo con Jesús, es hacer experiencia de su cercanía, de su amistad, de su amor, y sólo así se aprende a conocerlo cada vez más, a amarlo y seguirlo cada vez más. ¡Que esto nos suceda a cada uno de nosotros!” “En otro célebre Sermón en el domingo dentro de la octava de la Asunción, el santo abad describe en términos apasionados la íntima participación de María en el sacrificio redentor de su Hijo. "¡Oh santa Madre — exclama—, verdaderamente una espada ha traspasado tu alma!... Hasta tal punto la violencia del dolor ha traspasado tu alma, que con razón te podemos llamar más que mártir, porque en ti la participación en la pasión del Hijo superó con mucho en intensidad los sufrimientos físicos del martirio" (14: PL 183, 437-438). San Bernardo no tiene dudas: "per Mariam ad Iesum", a través de María somos llevados a Jesús. Él atestigua con claridad la subordinación de María a Jesús, según los fundamentos de la mariología tradicional. Pero el cuerpo del Sermón documenta también el lugar privilegiado de la Virgen en la economía de la salvación, dada su particularísima participación como Madre (compassio) en

el sacrificio del Hijo. Por eso, un siglo y medio después de la muerte de san Bernardo, Dante Alighieri, en el último canto de la Divina Comedia, pondrá en los labios del Doctor melifluo la sublime oración a María: "Virgen Madre, hija de tu Hijo, / humilde y elevada más que cualquier criatura / término fijo de eterno consejo, ..." (Paraíso 33, vv. 1 ss)”. “Estas reflexiones, características de un enamorado de Jesús y de María como San Bernardo, siguen inspirando hoy de forma saludable no sólo a los teólogos, sino a todos los creyentes. A veces se pretende resolver las cuestiones fundamentales sobre Dios, sobre el hombre y sobre el mundo únicamente con las fuerzas de la razón. San Bernardo, en cambio, sólidamente fundado en la Biblia y en los Padres de la Iglesia, nos recuerda que, sin una profunda fe en Dios, alimentada por la oración y por la contemplación, por una relación íntima con el Señor, nuestras reflexiones sobre los misterios divinos corren el riesgo de ser un vano ejercicio intelectual, y pierden su credibilidad. La teología remite a la "ciencia de los santos", a su intuición de los misterios del Dios vivo, a su sabiduría, don del Espíritu Santo, que son punto de


San Bernardo de Claraval

referencia del pensamiento teológico. Junto con san Bernardo de Claraval, también nosotros debemos reconocer que el hombre busca mejor y encuentra más fácilmente a Dios "con la oración que con la discusión". Al final, la figura más verdadera del teólogo y de todo evangelizador sigue siendo la del apóstol san Juan, que reclinó su cabeza sobre el corazón del Maestro”. “Quiero concluir estas reflexiones sobre san Bernardo con las invocaciones a María que leemos en una bella homilía suya: "En los peligros, en las angustias, en las incerti-

dumbres —dice— piensa en María, invoca a María. Que Ella no se aparte nunca de tus labios, que no se aparte nunca de tu corazón; y para que obtengas la ayuda de su oración, no olvides nunca el ejemplo de su vida. Si la sigues, no puedes desviarte; si la invocas, no puedes desesperar; si piensas en ella, no puedes equivocarte. Si ella te sostiene, no caes; si ella te protege, no tienes que temer; si ella te guía, no te cansas; si ella te es propicia, llegarás a la meta..." (Hom. ii super "Missus est", 17: PL 183, 70-71)”. Fuente: Audiencia General de Benedicto XVI, 21 de octubre de 2009

Oración de San Bernardo a la Santísima Madre de Dios Acordaos Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.


San Agustín

San Agustín y las dos ciudades Este 28 de agosto se celebra la fiesta de San Agustín, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia, publicamos algunos textos que nos ayudarán a meditar la naturaleza humana en su doble realidad corpórea y espiritual.

S

an Agustín nos enseña con mucha claridad la existencia de dos ciudades: la Ciudad de Dios y la ciudad del mundo. La Ciudad de Dios es unificada por la caridad que puede crecer y decrecer, y su fin es el establecimiento de la Ciudad celeste, que es la misma Ciudad de Dios cuyos miembros ya han alcanzado la beatitud. De modo que, San Agustín nos presenta dos ciudades: la de Dios y la del mundo, pero en la Ciudad de Dios hay dos sociedades, la que está en camino de santidad y la que posee actualmente la beatitud. El origen y el fin de la Ciudad de Dios es la Santísima Trinidad. La Ciudad de Dios fue fundada por Dios quien es su principio, por el Verbo por el cual es sabia, y para la santidad que es El Espíritu Santo que es Dios mismo. Por eso es posible decir que Dios fundó la Ciudad de Dios por el Hijo y para gozar la santidad del Espíritu Santo.[1] De modo que los miembros que han alcanzado la bienaventuranza eterna participan de la eternidad de Dios que les da permanencia, de la verdad de Dios por la que son sabios y de su gracia por la que son santos.[2] La Ciudad de Dios está conformada por

los bienaventurados y por los hombres que en la Tierra peregrinan hacia la bienaventuranza. De donde se desprende que entre los pecadores hay unos elegidos que son predestinados a la Ciudad de Dios.[3] En suma, La Ciudad de Dios está conformada por la Ciudad celestial y la ciudad peregrina que son como un templo de almas y de hombres, prefigurada por el Templo de Israel. Se trata de una comunidad o una sociedad santa unida por la caridad. Contradictoriamente a la Ciudad de Dios, surge la ciudad del mundo que San Agustín confronta con la Ciudad de Dios: “dos amores fundaron dos ciudades, es a saber: la terrena el amor propio hasta llegar a menospreciar a Dios, la celestial el amor a Dios hasta llegar al desprecio del sí propio. La primera puso su gloria en sí misma, y la segunda, en el Señor; porque la una busca el honor y la gloria de los hombres, y la otra estima por suma gloria a Dios, testigo de su conciencia; aquélla, estribando en su vanagloria, ensalza su cabeza (Ps. 3,4); aquélla reina en sus príncipes o en las naciones a quienes sujetó la ambición de reinar; en ésta unos a otros se sirven con caridad, los


San Agustín

directores, aconsejando y los súbditos, obedeciendo; aquélla en sus poderosos ama su propio poder; ésta dice a su Dios: a Vos, Señor, tengo de amar, que sois mi virtud y fortaleza (Ps. 17,2); y por eso en aquella sus labios, viviendo según el hombre, siguieron los bienes, o de su cuerpo, o de su alma, o los de ambos; y los que pudieron conocer a Dios: no le glorificaron como a Dios, ni le hicieron gracias, antes se desvanecieron entre sus pensamientos y se entenebreció su insensato corazón. Alardeando de sabios, embrutecieron; y trocaron la gloria del Dios inmortal por un simulacro de imagen de hombre corruptible y de volátiles, de cuadrúpedos y de reptiles; porque la adoración de tales imágenes y simulacros, o ellos fueron los que la enseñaron a las gentes, o ellos mismos siguieron e imitaron a otros, y adoraron y rindieron culto a la creatura antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos (I Rom. 21-23, 25). Pero en esta ciudad (la de Dios) no hay otra sabiduría humana sino la verdadera piedad y religión con que rectamente se adora al verdadero Dios, esperando por medio de la ama-

ble compañía de los santos, no sólo de los hombres, sino también de los ángeles: que sea Dios todas las cosas en todos (I Cor. 15, 28).” [4] En este texto se ve claro que el principio y el fin de la ciudad del mundo son absolutamente seculares. Tal y como sucede en los Estados liberal y socialista que tienen como fin el dinero y el Estado respectivamente. Las ciudades que viven bajo estos sistemas quedan ancladas exclusivamente en el mundo. En el Antiguo testamento, la Babilonia es el prototipo de todas las potencias seculares que confunden el orden de los medios y los fines hasta disolver los límites entre lo bueno y lo malo. En las potencias seculares no puede haber paz porque en la ciudad del mundo todo se resuelve superficialmente y confusamente. Por eso la ciudad del mundo es pura confusión y por eso su nombre es Babilonia que significa confusión.[5] En Babilonia la felicidad que se busca es terrena y mutable, el alma se cosifica y degrada su naturaleza espiritual. El problema más grave es que en la ciudad mundana no cabe la felicidad completa por-


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que queda trunca, al menos que renuncie a ella, porque no le ofrece más que el goce de lo mutable que es como la nada. Mientras la Ciudad de Dios se ordena a lo inmutable, eterno y necesario, la ciudad del mundo se ordena a lo mutable, a lo temporal y a lo puramente contingente. La ciudad del mundo es como un deslizamiento hacia el no-ser, hacia a la nada. Esa ciudad es perversa porque tiene su bien propio en el mundo y lo mundano y por lo mismo vive angustiada y anhelando la paz, aunque sea intramundana. Y en aras de esa “paz” provoca guerras contra sus partes logrando victorias con paces efímeras. La ciudad del mundo en lugar de sujetarse a Dios, es esclava de las cosas. En ella domina el despotismo que anula la libertad y que oscu-

rece la verdad cegando al hombre de todo lo que puede trascender una “paz” intramundana. Por eso mientras la Ciudad de Dios alcanza la realización plena y la felicidad completa en el Amor de Dios, la ciudad mundana está condenada a la frustración. [1] Cfr. San Agustín. De Civ. Dei, 11, 24, col. 338. [2] Cfr. San Agustín. De Civ. Dei, 10, 7, col. 284. [3] Cfr. San Agustín. De Civ. Dei, 14, 23, 1, col.430. [4] San Agustín, De Civ. Dei. 14, 28, col. 436. [5] Cfr. San Agustín, De Civ. Dei, 16,4, col. 482; De Civ. Dei, 18, 41, 2, col. 601. Fuente: Manuel Ocampo Ponce.




San Agustín

San Agustín:

de la fe en lo que no se ve En primer lugar, a esos Insensatos, tan esclavos de los ojos del cuerpo que llegan a persuadirse que no deben creer lo que no ven, hemos de advertirles que ellos mismos creen y conocen muchas cosas que no se pueden percibir con aquellos sentidos. Son innumerables las que existen en nuestra alma, que es por naturaleza invisible. Por ejemplo: ¿qué hay más sencillo, más claro, más cierto que el acto de creer o de conocer que creemos o que no creemos alguna cosa, aunque estos actos estén muy lejos del alcance de la visión corporal? ¿Qué razón hay para negarse a creer lo que no vemos con los ojos del cuerpo, cuando, sin duda alguna, vemos que creemos o que no creemos, y estos actos no se pueden percibir con los sentidos corporales? En la vida social, también se creen muchas cosas sin ser vistas. La buena voluntad del amigo no se ve, pero se cree en ella. Sin alguna fe, ni siquiera podemos tener certeza del afecto del amigo probado I.1. Piensan algunos que la religión cristiana es más digna de burla que de adhesión, porque no presenta ante nuestros ojos lo que podemos ver, sino que nos manda creer lo que no vemos. Para refutar a los que presumen que se conducen sabiamente negándose a creer lo que no ven, les demostramos que es preciso creer muchas cosas sin verlas, aunque no podamos mostrar ante sus ojos corporales las verdades divinas que creemos.

2. Pero dicen: lo que está en e1 alma, podemos conocerlo con la facultad interior del alma, y. no necesitamos los ojos del cuerpo; pero lo que nos mandáis creer, ni lo presentáis al exterior para que lo veamos con los ojos corporales ni está dentro en nuestra alma para que podamos verlo con el entendimiento. Dicen estas cosas como si a alguno se le mandara creer lo que ya tiene ante los ojos. Es preciso creer algunas cosas temporales que no vemos, para que seamos dignos de ver las eternas que creemos. Y tú, que no quieres creer más que lo que ves, escucha un, momento: ves los objetos presentes con los ojos del cuerpo; ves tus pensamientos y afectos con los ojos del alma. Ahora dime, por favor: ¿cómo ves el afecto de tu amigo? Porque el afecto no


San Agustín

puede verse con los ojos corporales. ¿Ves, por ventura, con los ojos del alma lo que pasa en el alma de otro? Y, si no lo ves, ¿cómo corresponderás a los sentimientos amistosos, cuando no crees lo que no puedes ver? ¿Replicarás, tal vez, que ves el afecto del amigo en sus obras? Verás, en efecto, las obras de tu amigo, oirás sus palabras; pero habrás de creer en su afecto, porque éste ni se puede ver ni oír, ya que no es un color o una figura que entre por los ojos, ni un sonido o una canción que penetre por los oídos, ni una afección interior que se manifieste a la conciencia. Sólo te resta creer lo que no puedes ver, ni oír; ni conocer por el testimonio de la conciencia, para que no quedes aislado en la vida sin el consuelo de la amistad, o el afecto de tu amigo quede sin justa correspondencia. ¿Dónde está tu propósito de no creer más que lo que vieres exteriormente con los ojos del cuerpo o interiormente con los ojos del alma? Ya ves que tu afecto te mueve a creer en el afecto no tuyo; y adonde no pueden llegar ni tu vista ni tu entendimiento, llega tu fe. Con los ojos del cuerpo ves el rostro de tu amigo, y con los ojos del alma ves tu propia fidelidad; pero la fidelidad del amigo no puedes amarla si no tienes también la fe que te incline a creer lo que en él no ves; aunque el hombre puede engañar mintiendo amor y ocultando su mala intención.Y, si no intenta hacer daño, finge la caridad, que no tiene, para conseguir de ti algún beneficio. 3. Pero dices que, si crees al amigo, aunque no puedes ver su corazón, es porque lo probaste en tu desgracia y conociste su fidelidad cuando no te abandonó en los momentos de peligro. ¿Te imaginas, por ventura, que hemos de anhelar nuestra desgracia para probar el amor de los amigos? Ninguno podría gustar la dulzura de la

amistad si no gustara antes la amargura de la adversidad; ni gozaría el placer del verdadero amor quien no sufriera el tormento de la angustia y del dolor. La felicidad de tener buenos amigos, ¿por qué no ha de ser más bien temida que deseada, si no se puede conseguir sin la propia desgracia? Y, sin embargo, es muy cierto que también en la prosperidad se puede tener un buen amigo, aunque su amor se prueba más fácilmente en la adversidad. Si de la sociedad humana desaparece la fe, vendrá una confusión espantosaII. En efecto, si no creyeras, no te expondrías al peligro para probar la amistad. Y, por tanto, cuando así lo haces, ya crees antes de la prueba. En verdad, si no debemos creer lo que vemos, ¿cómo creemos en la fidelidad de los amigos sin tenerla comprobada? Y cuando llegamos a probarla en la adversidad, aun entonces es más bien creída que vista. Si no es tanta la fe que, no sin razón, nos imaginamos ver con sus ojos lo que creemos. Debemos creer, porque no podemos ver. 4. ¿Quién no ve la gran perturbación, la confusión espantosa que vendrá si de la sociedad humana desaparece la fe? Siendo invisible el amor, ¿cómo se amarán mutuamente los hombres, si nadie cree lo que no ve? Desaparecerá la amistad, porque se funda en el amor recíproco. ¿Qué testimonio de amor recibirá un hombre de otro si no creer que se lo puede dar? Destruida la amistad, no podrán conservarse en el alma los lazos del matrimonio, del parentesco y de la afinidad, porque también en estos hay relación amistosa. Y así, ni el esposo amará a la esposa, ni ésta al esposo, si no creen en el amor recíproco porque no se puede ver. Ni desearán tener hijos, cuando no creen


San Agustín

que mutuamente se los han de dar. Si estos nacen y se desarrollan, tampoco amarán a sus padres; pues, siendo invisible el amor, no verán el que para ellos abrasa los paternos corazones, si creer los que no se ve es temeridad reprensible y no fe digna de alabanza. ¿Qué diré de las otras relaciones de hermanos, hermanas, yernos y suegros, y demás consanguíneos y afines, si el amor de los padres a sus hijos y de los hijos a sus padres es incierto y la intención sospechosa, cuando no se quieren mutuamente? Y no lo hacen estimando que no tienen obligación, pues no creen en el amor del otro porque no lo ven. No creer que somos amados, porque no vemos el amor, ni corresponder al afecto con el afecto, porque no pensamos que nos lo debemos recíprocamente, es una precaución más molesta que ingeniosa. Si no creemos lo que no vemos, si no admitimos la buena voluntad de los otros porque no puede llegar hasta ella nuestra mirada, de tal manera se perturban las relaciones entre los hombres, que es imposible la vida social. No quiero hablar del gran número de hechos que nuestros adversarios, los que nos reprenden porque creemos lo que no vemos, creen ellos también por el rumor público y por la historia, o referentes a los lugares donde nunca estuvieron. Y no digan: No creemos porque no vimos. Pues si lo dicen, se ven obligados a confesa que no saben con certeza quiénes son sus padres. Ya que, no conservando recuerdo alguno de aquel tiempo, creyeron sin vacilación a los que se lo afirmaron, aunque no se lo pudieran demostrar por tratarse de un hecho ya pasado. De otra manera, al querer evitar la temeridad de creer lo que no vemos, incurriríamos necesariamente en el pecado de infidelidad a los propios padres. Traductor: P. Herminio Rodríguez, OSA



Desde Roma

El Papa:

Es la humildad la que atrajo la mirada de Dios hacia María y se deslumbra por lo que es ostentoso, dijo el Papa, Dios, en cambio, no mira las apariencias, sino el corazón y le encanta la humildad.

E

n la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Papa resalta el secreto de María: la humildad. “Hoy, mirando a María Asunta, podemos decir que la humildad es el camino que conduce al Cielo”. El Papa pidió a la Virgen que nos “recuerde que el secreto del recorrido está contenido en la palabra humildad. Y que la pequeñez y el servicio son los secretos para alcanzar la meta”. Dios no nos exalta por nuestros dones, riquezas o habilidades, sino por la humildad, señaló el Papa en su alocución previa a rezo mariano, Dios levanta a quien se abaja, a quien sirve. “En efecto, María no se atribuye más que el "título" de sierva: es "la esclava del Señor". No dice nada más de sí misma, no busca nada más para sí misma”. Francisco recuerda también que Jesús nos enseña que “el que se humilla será exaltado". En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Papa Francisco recuerda que el secreto de María es la humildad. “Es la humildad la que atrajo la mirada de Dios hacia ella. El ojo humano busca la grandeza

¿Cómo está mi humildad? Seguidamente el Pontífice, nos cuestiona a cada uno de nosotros. ¿cómo está mi humildad? ¿Busco ser reconocido por los demás, reafirmarme y ser alabado, o pienso en servir? ¿Sé escuchar, como María, o solo quiero hablar y recibir atención? ¿Sé guardar silencio, como María, o siempre estoy parloteando? ¿Sé cómo dar un paso atrás, apaciguar las peleas y las discusiones, o solo trato de sobresalir? Para seguir el ejemplo de la Virgen María, Francisco nos recuerda que ella, en su pequeñez, conquista primero los cielos. “El secreto de su éxito reside precisamente en reconocerse pequeña, necesitada. Con Dios, solo quien se reconoce como nada es capaz de recibirlo todo. Solo quien se vacía es llenado por Él. Y María es la "llena de gracia" precisamente por su humildad”. Este es el consejo que da el Papa, que nuestro punto de partida, que el comienzo de nuestra fe sea la humildad. “Es esencial ser pobre de espíritu, es decir, necesitado de Dios. El que está lleno de sí mismo no da espacio a Dios, pero el que permanece humilde permite al Señor realizar grandes cosas”, manifestó el Santo Padre. Un mensaje de esperanza Y la Virgen María, la “criatura más humilde


Desde Roma

y elevada de la historia, la primera en conquistar los cielos con todo su ser, cuerpo y alma, pasó su vida mayormente dentro del hogar, en lo ordinario”, sus días no tuvieron mucho de impresionantes, señaló Francisco, eran iguales, en silencio, por fuera, “nada extraordinario. Sin embargo, “la mirada de Dios permaneció siempre sobre ella, admirando su humildad, su disponibilidad, la belleza de su corazón, nunca tocado por el pecado”.

para los países más afectados por la pandemia y con menos recursos, mediante el envío de suministros médicos y fondos. Por otra parte, a finales de mayo concluyó la vacunación anti-Covid19 en el Vaticano con la administración del medicamento a 300 personas vulnerables y pobres. La voz del Papa siempre ha invitado a los ciudadanos -subrayando también la conveniencia de suspender las patentes de las empresas farmacéuticas- a aceptar la inmunización extensiva como un bien común universal. Hoy Y este es el mensaje de esperanza para el Pontífice vuelve a tocar el tema, esta vez nosotros, expresó Francisco: apelando a las conciencias de todos, con un “Para ti, que vives las mismas jornadas, videomensaje en el que pide una actitud resagotadoras y a menudo difíciles. María te ponsable para afrontar juntos la pandemia. recuerda hoy que Dios también te llama a este destino de gloria. No son palabras Invitación a colaborar entre sí bonitas. No es un final feliz artificioso, una Con espíritu fraternal, me uno a este menilusión piadosa o un falso consuelo. No, es saje de esperanza para un futuro mejor. la pura realidad, viva y verdadera como la Gracias a Dios y al trabajo de muchos, hoy Virgen Asunta al Cielo. Celebrémosla hoy disponemos de vacunas para protegernos con amor de hijos, animados por la espe- del Covid-19. Esto da esperanzas de acabar ranza de estar un día con ella en el Cielo”. con la pandemia, pero sólo si están al alcance de todos y si trabajamos juntos. El Papa concluyó su alocución pidiendo a "Vacunarse, con vacunas autorizadas por la Virgen que nos “recuerde que el secreto las autoridades competentes, es un acto de del recorrido está contenido en la palabra amor.Y ayudar a que la mayoría de la gente humildad. Y que la pequeñez y el servicio se vacune es un acto de amor. Amor por son los secretos para alcanzar la meta”. uno mismo, amor por la familia y los amigos, amor por todos los pueblos. El amor El Papa: vacunarse es un acto de amor es también social y político, existe el amor En un videomensaje dirigido a los pueblos social y el amor político, es universal, siemde América Latina, Francisco invita a vacu- pre desbordante de pequeños gestos de narse contra el coronavirus: un gesto sen- caridad personal capaces de transformar y cillo pero profundo para un futuro mejor. mejorar las sociedades". Los prelados del norte al sur del continente se hicieron eco de él: es necesario ser Un gesto sencillo pero profundo responsable del bien común, porque somos El agradecimiento y la bendición de Franuna sola familia. cisco se entrelazan con una invitación a El Papa Francisco ha subrayado en repeti- realizar un gesto que él compara con un das ocasiones que la salud es un derecho grano de arena. Todos podemos, con la vade todos y debe ser protegida para todos. cunación, cooperar en un futuro mejor. Sus palabras se han traducido a menudo en gestos concretos de ayuda, especialmente


Sí a la Vida

Lucharon contra el aborto para salvar a su hijo, ahora ayudan a madres necesitadas

C

uando Evelyn y Randy James esperaban a su sexto hijo, los médicos les recomendaron el aborto. Sin embargo, rechazaron esta alternativa y ahora, inspirados en esta lucha, iniciaron una organización que ayuda a las mujeres embarazadas a decirle no al aborto y elegir la vida. La Fundación Paul Stefan fue creada en 2006 y lleva como lema “Salvando bebés, una mamá a la vez”. Esta busca empoderar a las mujeres embarazadas y las nuevas madres al proporcionar viviendas seguras, buena nutrición, capacitación para la vida y atención médica de calidad. La organización con sede en Locust Grove, Virginia (Estados Unidos), lleva el nombre de Paul Stefan, el bebé de Evelyn y Randy James, un pequeño al que los médicos le predijeron

que moriría antes de nacer. En una entrevista a EWTN News In Depth del 6 de agosto, Evelyn dijo que se sorprendió cuando un médico le recomendó que abortara a su sexto hijo, porque el pequeño presentaba una hernia diafragmática. Con el paso del embarazo, más médicos aconsejaron a la pareja un aborto tardío para el bebé, al que le diagnosticaron una enfermedad pulmonar mortal. Los padres de Paul se negaron, eligieron la vida, y milagrosamente el pequeño vivió 41 minutos antes de fallecer. Randy subrayó la alegría de conocer al pequeño, de “dar a luz a nuestro bebé, sostener a nuestro bebé, besar a nuestro bebé, tomar fotografías y que nuestra familia entrara y sostuviera al bebé Paul”.


Sí a la Vida

El nombre de Paul proviene del Padre Stefan Paul Starzynski, un amigo de la familia que los apoyó durante todo el difícil camino. Evelyn recordó que durante una Misa de sanación a la que asistió, el P. Stefan citó a la Madre Angélica, fundadora de EWTN, al señalar que “a menos que estés dispuesto a hacer el ridículo, Dios no hará lo milagroso”, que fue lo que sucedió. Inspirados por el pequeño Paul, Randy, Evelyn y el Padre Stefan fueron llamados a brindar recursos y asistencia a las mujeres embarazadas y las nuevas madres, creando la Fundación Paul Stefan, donde actualmente el sacerdote se desempeña como director espiritual. “Cuando ayudas a un bebé y a una madre, te das cuenta de que ¿por qué no puedo ayudar a dos?”, señaló. “Luego te preguntas: ¿cómo puedo ayudar a tres?”, agregó. La fundación ha ayudado a cientos de personas mientras prestan servicios en las regiones de Fredericksburg y el norte de Virginia. Una de esas mujeres es Samantha Mikelson, que tenía una vida difícil como persona sin hogar. Mikelson indicó que ella estaba luchando literalmente sola y agradeció la paciencia de la familia James que la acogieron, que lograron encontrarla. La semana pasada, la fundación abrió un nuevo hogar en Orange, Virginia, que puede albergar hasta 21 mujeres y a sus hijos “Cuando vienen aquí, tienen todo para que ellas puedan volver a ponerse de pie, recuperar su dignidad y seguir adelante”, señaló Randy. El director de educación de la fundación, John Kleinsmith, dijo que también se brinda educación y capacitación laboral a las madres que llegan en busca de ayuda. “El programa educativo es solo otra extensión de la oportunidad que la Fundación

Paul Stefan está extendiendo, más allá de la comida, el refugio y el aliento”, agregó. Mikelson, que ahora tiene una hermosa hija, elogió el programa y resaltó que la fundación les brinda todo lo necesario para ir a la escuela, y tiene “una pasantía garantizada al final”. La familia James y el P. Stefan rezan para que algún día puedan administrar hogares como este en todo el país para mujeres necesitadas, y saben que tienen amigos en el Cielo que los apoyan, entre ellos el pequeño Paul. Fuente: Aciprensa


Eutanasia

“La buena muerte es estar rodeado de los tuyos”; afirma experto ante ley de eutanasia

L

a ley de eutanasia entró en vigor en España el 25 de junio. El director del departamento psicosocial del Hospital de Cuidados Laguna, Alonso García de la Puente, explicó que la buena muerte es “estar rodeado de los tuyos” y destacó que “ser compasivo” no puede ser “acabar con la vida de otra persona”. Alonso García de la Puente es director del departamento psicosocial del Hospital de Cuidados Laguna, Madrid (España) participó en el ciclo “Haciéndote preguntas” organizado por el diario ABC y la Fundación CEU San Pablo y con el que se pretende dar respuesta “a los grandes temas que preocupan a la sociedad actual”. García de la Puente explicó que su trabajo consiste en “acompañar a personas al final de su vida” y que “cuando los médicos no

pueden curar, lo que sí podemos seguir haciendo es cuidar a esa persona.Y lo hacemos dando medicamentos para intentar aliviar el dolor y el sufrimiento lo máximo posible”. El director del departamento psicosocial del Hospital de Cuidados Laguna puso como ejemplo, que “cuando estás de vacaciones y tu madre te dice “nos vamos mañana”, aprovechamos esos minutos que nos quedan y los vivimos con más intensidad y con más ganas. Eso es lo que hacemos con las personas en los paliativos: acompañar en ese momento para que, con los medicamentos, la persona pueda estar mejor. Y el resto del equipo podamos ayudar a esa persona a que disfrute, con toda la pasión y toda la energía que le queda, viva esos últimos momentos de su vida”. Preguntado por si no sería mejor poner fin


Eutanasia

al sufrimiento, García de la Puente explicó que eutanasia significa etimológicamente “buena muerte” pero que “la propia palabra es un disfraz”. Porque “a cualquiera que se lo preguntes la muerte buena es estar rodeado de los tuyos, en tu casa, agarrado a una mano. No se imaginan un final en que alguien acaba con otro alguien. Me cuesta admitir que otro venga a decir que la manera de ser compasivo es acabar con su vida”. Y recordó el caso de un paciente que llegó a su hospital “en situación de últimas horas”. “Había sido un maltratador. Había pegado a su mujer y a sus hijos. Pero creamos un espacio en el que él pudo hablar de su vida y se dio cuenta de que tenía que pedir perdón a su familia. Le costó muchísimo, pero lo pudo hacer. Sobrevivió 2 años más y aprovecho su vida hasta el último día. Él de pequeño fue huérfano, vivió la posguerra, de adulto creó su propio infierno. En su vida vivió sólo dos años, que fueron esos últimos, pero los vivió”, aseguró. Sobre los cuidados que se ofrecen a los enfermos en la recta final de la vida, García de la Puente explicó que, aunque parezca que no podemos hacer nada, porque el paciente no va a recuperar la salud, sí se pueden hacer muchas cosas como “dar un beso, susurrar palabras de cariño, acompañar y sobre todo estar, que es lo más importante”. “Tengo un recuerdo de una paciente que no se atrevía a decirlo porque pensaba que la iban a tachar de loca. Pero un día me dijo que desde su habitación veía una colina y soñaba cada día que iba allí a gritar al mundo “gracias”. Así que la cogí en una silla de ruedas, subimos la colina por un camino de piedras imposible y cuando estábamos arriba, viendo todo Madrid, ella comenzó a gritar y a dar gracias por el sol, por cada día, por las flores… Y aprendí ese día de qué iba la vida.

Que va de esas cosas”, afirmó. En relación con la fe y la muerte, García de la Puente aseguró que tanto desde su experiencia personal como las investigaciones avalan que “las personas con fe mueren mejor que los que no tienen fe”. “Yo era ateo militante, y fue en mi hospital viendo como la gente se quería, se despedía y se amaba… Y viendo de manera palpable que habían trabajado su fe a través de la religión, y que morían mejor que las personas que no. Eso me hizo saltar las alertas y a partir de ahí empezar a trabajar para poder enfrentarme no a mi muerte, sino a lo que ha sido mi vida”, explicó. En opinión de García de la Puente, la celeridad a la hora de aprobar la ley de eutanasia en España “no responde a la necesidad de los pacientes” ya que según una estadística publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, tan sólo “el 3% de pacientes en situación paliativa solicitan la eutanasia y de ése 3%, solo el 1% la sigue solicitando cuando reciben cuidados paliativos. Ahí es donde está el debate”. “Animaría a los legisladores a que se acerque a mi hospital o a cualquier hospital donde se ofrezcan cuidados paliativos y que vean lo que vivimos, la necesidad real que tienen los pacientes es la de aliviar el sufrimiento, de que la sociedad siga preocupándose y ocupándose de ellos”.


Vocaciones

La humildad en la vida sacerdotal

Enseñanzas de San Bernardo

E

l santo patrono de nuestra Diócesis, San Bernardo, abad de Claraval, tiene muchísimas obras sobre todo en lo referente a la vida espiritual. Desde el Seminario Mayor san Pedro queremos compartirles una breve referencia sobre la importancia de la humildad en la vida sacerdotal, pero también para todo cristiano. En su tratado “De las costumbres y oficios de los obispos”, escrito en el año 1126, encontramos no sólo enseñanzas fundamentales para los obispos, sino que también muchas de ellas se pueden extender perfectamente para los presbíteros. En esta obra el santo abad destaca como virtudes fundamentales de un prelado, la castidad, la caridad y la humildad, poniendo el acento en ésta última, ya que es la que obtiene de Dios toda otra virtud: “porque a los humildes da Dios su gracia” (Stgo 4,6). Es la virtud que recibe, guarda y perfecciona todas las virtudes. Es muy significativo que sólo de la humildad es que María, llena de todas las virtudes, juzgó se debía gloriar, diciendo: “Miró Dios la humildad de su sierva” (Lc 1,48). Es más, Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y la ciencia de Dios, se glorío en la humildad, al exhortarnos “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,29). Es la humildad la que combate directamente a la enemiga de toda gracia y principio de todo pecado, que es la soberbia. Identifica san Bernardo dos especies de soberbia, y muestra cómo la humildad las encara y enfrenta: a) Soberbia ciega o contumacia: vicio del entendimiento por el que, juzgando el hombre que es bueno, no siéndolo, o siéndolo, juzgando que lo es por sí propio, se gloría no en el Señor,

sino en sí mismo. La humildad, como desprecio de la propia excelencia, nos lleva a “saber sentir el hombre bajamente de sí”, sin caer en aquella falta o engaño del juicio de sí; es decir no llegará a pensar que es algo más de lo que es. b) Soberbia vana o vanidad: vicio de la voluntad por el que uno se deleita más de sus propias alabanzas que de las de Dios, tanto sobre lo que es como sobre lo que no es. La humildad verdadera nos dará no consentir en ese deleite, despreciando las alabanzas humanas La humildad, dice San Bernardo, contra la tentación de sentir de sí mismo más altamente de lo que debiera, nos lleva a repasar en continua meditación: “No aspiréis a lo que es más elevado, sino acomodaos a lo más humilde” (Rm 12,16); y contra el pensar que todo se debe a sí mismo: “¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido ¿Por qué te glorías como si no lo has recibido?” (1 Co 4,7). Incluso cuando se halla alabado por lo bueno que él acaso conoce tener en sí, la humildad nos lleva a decir interiormente: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Co 15,10) y “No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria” (Sal 113,9). Pidamos constantemente la virtud de la humildad, especialmente para los sacerdotes y seminaristas, poseedores de un don tan precioso y altísimo como es la vocación sacerdotal, para que sean imitación cada vez más perfecta de Jesucristo, Buen Pastor y Siervo humilde. CONTÁCTANOS Seminario Mayor San Pedro Apóstol Facebook: Seminario San Pedro Apóstol smsanpedroapostol@gmail.com Revisa nuestro canal de Youtube (LINK)


Religrama

Entretención

San Bernardo de Claraval Francia, y tenía ”San Bernardo nació en Borgoña, te a Cristo. Era un gran carisma que atraía a la gen dadoso y alegre. amable, simpático, inteligente, bon celebraban las Una noche de Navidad, mientras , se quedó ceremonias religiosas en el templo Jesús en Belén en dormido y le pareció ver al niño dre le ofrecía a brazos de María, y que la Santa Ma iera amar mucho su hijo para que lo amara y lo hic por los demás”.

Sopa de Letras

“Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó decir que alguno a ti haya acudido sin auxilio recibir”


Pastoral Juvenil

La imagen de la Santísima Virgen peregrinó por las calles de Buin a Maipo

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on el Lema “María Madre Nuestra, Reina de Nuestras Familias” jóvenes de todas las parroquias de la Diócesis participaron de la organización de la Pastoral Juvenil de la tradicional procesión de Buin a Maipo el pasado domingo 15 de agosto, que por segundo año consecutivo se realizó de manera virtual, pero con el traslado de la imagen por estas comunas. Mientras la Virgen recorría las calles muchas personas salieron a saludarla con pañuelos en las entradas de sus casas “lo más lindo fue ver como niños, abuelos y familias completas esperaban el paso de la imagen, además muchos jóvenes quisieron unirse en bicicleta al recorrido y eso hizo de esta procesión una ocasión muy especial” comenta Eduardo Acuña, encargado de la Pastoral Juvenil San Bernardo coordinadores de esta actividad ya por 11 años. En lo virtual, la audiencia estable fue de más de 100 personas quienes pudieron elevar sus peticiones mientras podían ver el recorrido de la Virgen en directo, el que fue acompañado de cantos y lecturas realizadas por los integrantes de la Pastoral quienes se preocuparon también de presentar una actividad previa a la transmisión presentando al cantante católico Miguel Villegas. Para finalizar, Monseñor Juan Ignacio González celebró la Santa Misa en la Parroquia Inmaculada Concepción de Maipo donde agradeció la gran participación de los fieles tanto de manera física y espontánea que se vio en el recorrido, como también a aquellos que estuvieron atentos a la emisión online de la actividad.




Pastoral Social

Bendición de reliquia del Padre Hurtado en el día de la Solidaridad

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ste 18 de agosto Monseñor Juan Ignacio González celebró la misa del día de la Solidaridad, ocasión en la cual, además de renovar el compromiso de los voluntarios de Caritas San Bernardo con los más pobres, bendijo la reliquia del Padre Hurtado que se encuentra ahora en la Catedral de San Bernardo. En la eucaristía, que este año pudo ser de manera presencial, el obispo de San Bernardo instó a los fieles a orar “… lo más grande que hacemos en el día de la solidaridad es esto, orar, orar juntos” recordando también la dedicación de San Alberto Hurtado a ello y como lo hizo parte de su misión en cada momento de su trabajo con los más pobres. Terminada la celebración Monseñor Juan Ignacio bendijo la reliquia del Santo, que ahora se encuentra instalada bajo su imagen ubicada en la entrada izquierda de la Catedral para la adoración de todos los fieles devotos a él.

Seminario de la caridad cristiana En el marco de la celebración del mes de la Solidaridad en agosto, Caritas San Bernardo realizó un seminario que abordó los” Fundamentos Teológicos y Antropológicos de la Acción Caritativa de la Iglesia “. Más de 80 personas participaron de esta instancia que se transmitió a través de la plataforma zoom todos los jueves del mes, en el que Monseñor Juan Ignacio González fue el expositor del seminario.


Vida Diocesana

Bendición Capilla de Adoración Perpetua

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onseñor Juan Ignacio presidió la solemne Eucaristía de bendición de la Capilla de adoración perpetua en la Parroquia San Ignacio de Loyola en San Bernardo. La ceremonia transmitida vía online por las redes sociales, se celebró este sábado 31 de julio, día en que los fieles celebraron la memoria de su santo patrono y la parroquia su fiesta Patronal. El Obispo de San Bernardo bendijo las imá-

genes de San Ignacio de Loyola que peregrinarán por los diferentes hogares del territorio parroquial. Luego, se realizó una procesión con Jesús Sacramentado que culminó a un costado del templo donde se encuentra la Capilla de Adoración Perpetua que fue bendecida por Monseñor Juan Ignacio González y en la que se colocó el Santísimo Sacramento para la devoción de los fieles.

Construcción de nueva Capilla

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onseñor juan Ignacio González bendijo las obras de construcción de la capilla San Pio de Pietralcina en San Bernardo. La nueva edificación es construida por los jóvenes voluntarios de la Capilla País.


Vida Diocesana

Elección Directiva Conferencia Episcopal de Chile

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as elecciones para los cargos y servicios en la Conferencia Episcopal de Chile se realizaron en el marco de la 123ª asamblea plenaria extraordinaria, reunida en Santiago. Estas elecciones estaban originalmente previstas para noviembre de 2019, sin embargo, el Papa Francisco prorrogó por un año el mandato de todos los encargados. En 2020 no fue posible realizar las elecciones, porque una condición para celebrarlas era que fueran presenciales. Comité Permanente de la CECh El arzobispo de Santiago, Cardenal Celestino Aós Braco, OFMCap., fue elegido por un período de tres años como Presidente de la CECh. El Card. Aós sucede en dicho cargo a Mons. Santiago Sil-

va Retamales, quien lo ejerció desde el año 2016. Como Vicepresidente fue elegido Mons. Fernando Chomali Garib, arzobispo de Concepción. Como Secretario General fue elegido Mons. Sergio Pérez de Arce Arriagada, SS.CC., en este último cargo por un período de cuatro años. También fueron elegidos como miembros del Comité Permanente de la CECh el obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González Errázuriz, y el obispo de Copiapó, Mons. Ricardo Morales Galindo OdM. El Comité Permanente de la CECh es un órgano de servicio que se preocupa de llevar a ejecución las determinaciones de la Asamblea Plenaria.

Escuela de Diaconado En el día de San Lorenzo su Santo Patrono este 10 de agosto, aspirantes a diáconos de la Diócesis participaron junto a sus familias en una eucaristía presidida por Monseñor Juan Ignacio González en la Parroquia de SanVíctor. En la celebración el obispo de San Bernardo destacó el trabajo y oración interior que deben llevar quienes se preparan o ejercen el diaconado y agradeció la compañía de sus familias en este proceso. En la Diócesis hoy se encuentra funcionando la Escuela de Diaconado permanente creada el año 2015, por Monseñor Juan Ignacio González y ya cuenta con 8 alumnos que se forman en ella de los cuales 6 ya se encuentran en los pasos finales para ser ordenados.


Vida Diocesana

Junto a los adultos mayores

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n la parroquia Jesús Buen Pastor ubicada en La Pintana han creado un centro de día para los adultos mayores del sector con la finalidad de brindarles compañía y , compartir la palabra del Señor con ellos.

Caminando con la Madre de Dios.

E

ste 15 de agosto se realizó la tradicional peregrinación hasta la Virgen del Paso en el Río Clarillo de Pirque, que se inició con la celebración de la Eucaristía presidida por el Padre Patricio López en la Capilla San Antonio. Con un pequeño grupo de 80 personas, (que fue el Aforo Permitido), representantes de algunas comunidades de Pirque, celebramos en la Fiesta de la Asunción a la Virgen del Paso, en el Parque Nacional del Río Clarillo.


Vida de Santos

30 de agosto

Santa Rosa de Lima Nació en Lima, Perú, en 1586 (año de la aparición de la Virgen en Chinquinquirá) fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica. En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo. Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: “Rosa conságrame a mí todo tu amor”. Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron. Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo.Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones

religiosas del templo. Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla “la santa”. Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa o a socorrer a algún enfermo. Distintas enfermedades la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus demasiadas penitencias, les respondía: “Si ustedes supieran lo hermosa que es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal de mantener el alma en gracia de Dios”. Y ella sí que los sufrió. En sus últimos meses exclamaba: “Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo. “Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes.




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