Iglesia en San Bernardo
Enero - Febrero 2021
Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable.
Sumario
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Especial Eutanasia Año de San José Sí a la Vida Página 2
32 Vicaría Educación 33 Vida Diocesana Director: Mons. Juan Ignacio González Consejo de Redacción: Mons. Juan Ignacio González y Pbro. Eric González Editora General: Carolina Echeverría Editora de Crónica: Ámbar Álvarez Publicidad: Luis Orellana E-mail:lorellana@obispadodesanbernardo.cl Nº de Ejemplares: 15.000 ejemplares Dirección: Freire 508, San Bernardo Casilla: 320 Teléfonos: 8586971 / 8591137 Página Web: obispadodesanbernardo.cl Aporte: Cuenta 188-01964-02, Banco de Chile Diseño: Obispado de San Bernardo Impresión: A Impresores S.A. Año: 14 Publica: S.C.D. Eyzaguirre A. Ltda.
“Una Ley que atenta contra la vida”
Editorial
El camino de San José, nuestro camino Por Monseñor Juan Ignacio González E.
C
uando las dificultades afligen la vida de los hombres y el mundo parece estar en incertidumbre acerca del futuro, la Iglesia nunca ha dudado en llamarnos a todos a volver nuestra mirada a los cielos para pedir al Padre común que nos libre de los males. Ha pasado así en guerras y epidemias de otras épocas y sucede ahora nuevamente. Ante ello el Papa Francisco ha querido establecer un año de San José, el Esposo de la Madre de Dios. “Por eso, – nos escribe – al cumplirse ciento cincuenta años de que el beato Pío IX, el 8 de diciembre de 1870, lo declarara Patrono de la Iglesia Católica, quisiera —como dice Jesús— que “la boca hable de aquello de lo que está lleno el corazón” (cf. Mt 12,34), para compartir con ustedes algunas reflexiones personales sobre esta figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana. Este deseo ha crecido durante estos meses de pandemia, en los que podemos experimentar, en medio de la crisis que nos está golpeando, que «nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes — corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. […] Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos». Todos pueden encontrar en San José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud”. Ha fijado así el Padre común de los católicos un camino y de alguna manera un método para recurrir ante el Señor pidiendo el fin de los males y que cada uno enmiende su vida – nos convirtamos – para vivir de cara al Señor, porque no estando los males de la actual peste unidos de por si a los males propios, no hay duda de que los primeros son una llamada para vivir como el Santo Patriarca, alejándonos de lo que ofende a Dios. Destaca el Papa Francisco las características de este Santo varón, entre ellas que fue “Padre amado. La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María” convirtiendo “su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa». “Padre en la ternura, José vio a Jesús progresar día tras día «en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52). Como hizo el Señor
con Israel, así él “le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer”(cf. Os 11,3-4)”. “Padre en la obediencia, así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad”. “Padre en la acogida, José acogió a María sin poner condiciones previas. Confió en las palabras del ángel. La nobleza de su corazón le hace supeditar a la caridad lo aprendido por ley; y hoy, en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de varón respetuoso, delicado que, aun no teniendo toda la información, se decide por la fama, dignidad y vida de María”. “Muchas veces ocurren hechos en nuestra vida cuyo significado no entendemos. Nuestra primera reacción es a menudo de decepción y rebelión. José deja de lado sus razonamientos para dar paso a lo que acontece y, por más misterioso que le parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y se reconcilia con su propia historia. Si no nos reconciliamos con nuestra historia, ni siquiera podremos dar el paso siguiente, porque siempre seremos prisioneros de nuestras expectativas y de las consiguientes decepciones”. José es “Padre de la valentía creativa. Si la primera etapa de toda verdadera curación interior es acoger la propia historia, es decir, hacer espacio dentro de nosotros mismos incluso para lo que no hemos elegido en nuestra vida, necesitamos añadir otra característica importante: la valentía creativa. Esta surge especialmente cuando encontramos dificultades. De hecho, cuando nos enfrentamos a un problema podemos detenernos y bajar los brazos, o podemos ingeniárnoslas de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente las que sacan a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener”. Fue un “Padre trabajador: Un aspecto que caracteriza a san José y que se ha destacado desde la época de la primera Encíclica social, la Rerumnovarum de León XIII, es su relación con el trabajo. San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo”. “El trabajo se convierte en participación en la obra misma de la salvación” y todo ello lo realiza desde el silencio y la sombra.“Con la imagen evocadora de la sombra define la figura de José, que para Jesús es la sombra del Padre celestial en la tierra: lo auxilia, lo protege, no se aparta jamás de su lado para seguir sus pasos”. Verdaderamente el Papa Francisco ha tenido una intuición sobrenatural al proponer al mundo agobiado en que vivimos, la vida, figura y enseñanza de uno de nosotros, que fue el instrumento para que el Hijo de Dios viviera en esta tierra y nos salvara. El camino está marcado, ahora es necesario iniciar la marcha tras sus pasos, de la mano de Jesús y de nuestra Madre María, su virginal esposa.
2 Especial Eutanasia
Una Ley que atenta contra la vida L
a Cámara de Diputadas y Diputados aprobó, el pasado 17 de diciembre, de manera general el proyecto de eutanasia bajo tres causales, denominado como “muerte digna y cuidados paliativos”, esta ley de aprobarse iría contra la dignidad y derechos esenciales de los seres humanos. Hemos preparado un especial para comprender a qué nos estamos enfrentando como sociedad al contar con una ley que puede decidir sobre la vida de las personas, en esta caso imponer una cultura del descarte.
¿En qué consiste este proyecto de ley? El proyecto regula la posibilidad de que un equipo médico, ante la voluntad expresa y consciente de un paciente mayor de 18 años -y ciertas causales- “pueda asistirlo para una muerte digna” o se aplique una “asistencia médica para la muerte”.
Claves del proyecto ¿Qué causales debe invocar el paciente para solicitar la muerte médicamente asistida?: 1.- Haber sido diagnosticado de una enfermedad terminal. 2.- Cuando el paciente cumple las siguientes condiciones en conjunto: a) Tiene una enfermedad o dolencia seria e incurable. b) Su situación médica se caracteriza por una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades. c) Su enfermedad, dolencia o la disminución avanzada
e irreversible de sus capacidades le ocasiona sufrimientos físicos o psíquicos persistentes e intolerables y que no pueden ser aliviados en condiciones que considere aceptables. ¿Qué requisitos que debe cumplir el solicitante? a) Cumplir con las causales. b) Ser mayor de 18 años. c) Encontrarse consciente al momento de la solicitud. En caso que el paciente se encuentre inconsciente y dicho estado sea irreversible o esté privado de sus facultades mentales, procederá la asistencia médica para morir sólo en el caso de que medie una declaración que conste en un documento de voluntad anticipada. d) Contar con la certificación de un médico psiquiatra o un médico especializado en medicina familiar que señale que al momento de la solicitud el solicitante se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales, descartando enfermedades de salud mental que afecten la voluntad del paciente. e) Manifestar su voluntad de manera expresa, razonada, reiterada, inequívoca y libre de cualquier presión externa. ¿Existe la objeción de conciencia? La objeción podrá ser invocada tanto por el médico como el resto del personal al que le corresponda desempeñar funciones durante el procedimiento que busque practicar una muerte asistida. En caso que un profesional decide ser objetor de con-
ciencia deberá manifestar su decisión ante el director del establecimiento de salud, en forma escrita y previa. En este caso, el establecimiento tendrá la obligación de reasignar de inmediato otro profesional no objetante al paciente, tal como ocurre en la ley de despenalización del aborto en tres causales.
4 Especial Eutanasia
Un proyecto que atenta contra la dignidad esencial de la persona Declaración del Comité Permanente de la CECh frente a la aprobación en general en la Sala de la Cámara de Diputados y Diputadas de un proyecto de ley que permite la eutanasia en ciertos casos.
1. La aprobación en general en la Sala de la Cámara de Diputados y Diputadas de un proyecto de ley que permite la eutanasia en ciertos casos, es un paso de máxima gravedad política y moral, porque implica una concepción -a nuestro entender- errada de la persona humana, de su dignidad y de sus derechos esenciales. Respetando todas las diferentes visiones, ofrecemos esta palabra con humildad. Sólo nos anima poner a disposición la mirada antropológica que brota del Evangelio, pero cuya raíz compartimos con muchas cosmovisiones y credos, y a la que adhieren numerosos habitantes de nuestro país. 2. La eutanasia es la acción u omisión que por su naturaleza o en la intención causa la muerte de una persona, con el fin de eliminar cualquier dolor. La causa de la muerte no es la enfermedad del paciente, sino la acción deliberada de quien practica la eutanasia. Es muy importante distinguir la eutanasia de la renuncia a medios desproporcionados de tratamiento (u obstinación terapéutica), acto por el cual se interrumpe el uso de vías que prolongan artificialmente la vida e incluso en ocasiones impiden dar un cuidado adecuado al enfermo. En el caso de los medios considerados básicos –como la alimentación y la hidratación– estos sólo pueden ser interrumpidos luego de verificar que el paciente no se encuentra en condiciones de asimilarlos. 3. La legalización de la eutanasia –como se pretende en nuestro país– es un acto siempre ilícito desde el punto de vista moral, porque constituye “un crimen contra la vida humana”, como lo ha reiterado recientemente la enseñanza de la Iglesia en la carta “El Buen Samaritano”, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobada por el Papa Francisco. Es desde la sabiduría extraída de la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica que la Iglesia afirma con certeza que la vida es un don y la eutanasia “es un acto intrínsecamente malo, en toda ocasión y circunstancia” (Cfr. “El buen samaritano”, cap. V). No hay razón alguna que legitime moralmente un hecho tan grave como quitar voluntariamente la vida humana a ninguna persona ni bajo ninguna circunstancia, incluso en el caso de que ella misma haya dado su consentimiento. 4. Sin perjuicio de las razones de índole religiosa, la práctica de la eutanasia atenta siempre contra los derechos inherentes y connaturales a todo ser humano. Es una forma moderna de violación de los derechos fundamentales. No se puede argumentar, como de hecho se hace, que para quienes tienen concepciones éticas que la prohíben, la eutanasia no se puede imponer, pero respecto de quienes no las tengan, cabe admitir su licitud. 5. Con la eutanasia se oscurece el significado profundo de la dignidad humana, haciéndola aparecer como si condujese al bienestar subjetivo. De esa forma, la dignidad humana es reducida a un simple bien disponible como otros. Esta comprensión de la vida humana, además de atentar contra toda
lógica jurídica (la vida es el primer bien a proteger), alimenta lo que el Papa Francisco ha llamado “la cultura del descarte”, que considera la vida humana como susceptible de ser desechada y a los excluidos como “desechos, sobrantes” (Cfr. Evangelii gaudium n.º 53). Quienes pagan los costos de esta lógica son justamente las personas más frágiles y muchas veces más pobres, respecto de las cuales tenemos como sociedad mayor obligación. 6. La Iglesia ha estado y seguirá estando, Dios mediante, siempre cerca espiritualmente del sufrimiento que viven, tanto la persona que padece una enfermedad incurable como sus familiares, acompañándoles en este doloroso proceso. Es necesario promover todas las instancias posibles de alivio, especialmente los cuidados paliativos, y trabajar para que estos servicios lleguen a la mayor cantidad de personas posibles, especialmente los más pobres. 7. Finalmente, la medicina también se ve degradada por la eutanasia, pues la aleja de su misión primordial: sanar al enfermo o disminuir el sufrimiento. A ese respecto es muy decidor que múltiples sociedades médicas alrededor del mundo se oponen directa o indirectamente a la eutanasia. Desde este punto de vista, es legítimo invocar el derecho a la objeción de conciencia. 8. Solicitamos a las respectivas autoridades e instancias legislativas que, con prudencia y sabiduría, ponderen las graves consecuencias que puede tener la aprobación de una ley de este tipo. Llamamos a los laicos y laicas que creen en la vida, a hacer oír su voz, desde la academia y el mundo profesional, desde las organizaciones sociales y comunitarias, respecto de qué consideramos “digno” para el ocaso de nuestras vidas. Si queremos que la dignidad se haga costumbre, dialoguemos este delicado tema con profundo respeto, sin descalificaciones, procurando siempre buscar aquello bueno y verdadero que existe en quien piensa distinto. Nos hace bien que todos puedan expresar sus diversas y legítimas visiones, y que se manifiesten como se hace en una sociedad democrática: con respeto, de cara a la gente, con la recta intención de cuidar el bien común. Pedimos a Dios que ilumine la mente y mueva los corazones de quienes están llamados a decidir en tan delicadas materias, sabiendo que un paso mal dado en estos ámbitos tiene siempre graves consecuencias en el futuro, como lo prueba la historia. EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE Santiago, 23 de diciembre de 2020.
6 Especial Eutanasia
“La Iglesia en su enseñanza no duda en llamar “homicidio” a esta acción” En entrevista Monseñor Juan Ignacio González aborda el proyecto de Ley de Eutanasia que se pretende legislar en Chile. Monseñor ¿Qué significa el proyecto de Ley de Muerte digna y cuidados paliativos" aprobado por la Cámara de Diputados de Chile, para la Iglesia, la vida de los católicos y chilenos en general? Siempre es reprochable moralmente e inaceptable – un pecado en contra de Dios y de la dignidad de la persona humana – permitir que directamente se prive de la vida a una persona disminuida, enferma o moribunda, aun en el caso de una enfermedad grave y terminal. La Iglesia lo enseña con total claridad y sin excepciones y concluye: “Por tanto, una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre”.(Catecismo de la Iglesia 2277). ¿Cuál es el significado de la eutanasia en la Iglesia? En el fondo, cuando se va por este camino, como han intentado algunos diputados, se está imponiendo una visión antropológica del ser humano contraria a su propia dignidad: es una manifestación más del rechazo de toda ley superior, es decir Dios mismo, y una expresión de una autonomía de la voluntad que pretende que cada uno se hace a si mismo.
Está en la misma línea de las teorías del género, del relativismo moral, etc. A muchas personas les parece muy sutil la diferencia entre lo que hoy se llaman dejar de usar los medios médicos para que una persona permanezca con vida, de lo que es la eutanasia. El resultado es el mismo; la muerte de esa persona Si las cosas se miran sin hacer distinciones importantes parecería que es así. Pero “la interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser legítima. Interrumpir estos tratamientos es rechazar el “encarnizamiento terapéutico”. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla. Las decisiones deben ser tomadas por el paciente, si para ello tiene competencia y capacidad o si no por los que tienen los derechos legales, respetando siempre la voluntad razonable y los intereses legítimos del paciente” (Catecismo. 2277). ¿Pero cuál sería la diferencia esencial? “Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados”.(Catecismo. 2279). Una ley que permite la eutanasia lo que hace es permitir legalmente tomar medidas directas para poner fin – matar - a una vida humana. Eso nunca es moralmente lícito. La Iglesia en su enseñanza no duda en llamar “homicidio” a esta acción. ¿Pero entonces porque no seguir este camino? Creo que es necesario decirlo con claridad. En algunos parlamentarios prima el intento de romper – digamos – esquemas y van adelante por razones ideológicas, siguiendo la tendencia de otras naciones. En otros, quizá incluso que se declaran cristianos e incluso católicos, el tema de una mal entendida compasión los lleva a traicionar lo esencial. Creo que, más allá de las convicciones religiosas, tenemos derecho a esperar más profundidad y estudio de los representantes populares. En todo caso, hay en estos momentos en el Senado un proyecto al respecto. Estimo que lo que debe suceder es que el proyecto de la Cámara y del Senado se unifique para llegar a un resultado que no sea contrario a la moral y ética propia de una nación cristiana.
¿Qué le parece que en medio de una pandemia que ha traído tanto dolor, sufrimiento y muerte, se esté tramitando una ley de eutanasia en Chile? Un aprovechamiento injusto, un despropósito y una muestra de incapacidad para comprender los problemas humano reales sin duda, pero que tiene soluciones verdaderas. ¿Cuál es el escenario al que nos enfrentamos al contar con una ley así? Quien quiera – en especial los parlamentarios católicos o cristianos – tener una información actualizada, que ha sido publicada hace pocos días, puede leer la Carta “Bonus samaritanus” enviada por la Congregación de la Fe, con la aprobación del Papa Francisco. Pero ¿qué puede hacer una persona “de a pie”? Tenemos en nuestras manos elegir las autoridades. Creo que un cristiano, un hombre o una mujer de bien, que quiere que se respete siempre la dignidad de la persona humana, los derechos humanos esenciales, no puede moralmente dar su apoyo a un candidato que apruebe o no se oponga activamente a un proyecto de ley de eutanasia en el sentido que hemos conversado. Mientras, es bueno decirlo, hay muchos parlamentarios que se la están jugando y los apoyamos con la oración y con argumentos. Vienen muchas elecciones por delante. Fijémonos bien a quienes entregamos la conducción de nuestro país. ¿Por qué surge una Ley de Eutanasia que pretende dar una muerte digna en una sociedad moderna que cuenta con avances médicos para otorgar cuidados paliativos y aliviar el dolor ¿En qué estamos fallando como sociedad y seres humanos? Las fallas son muchas, como resulta evidente por la serie de leyes y disposiciones que atentan contra la vida humana. Eso daría para otra entrevista. También en el orden del uso de los recursos, que si se destinaran verdaderamente a las cosas esenciales, no estaríamos discutiendo acerca de la posibilidad de quitar – matar – a un hermano o hermana, que esta en un trance difícil. Es una realidad que confirman los médicos, que cuando a una persona en fase terminal se le aplican los cuidados adecuados y se le ayuda – con los medios médicos y espirituales - en esos últimos momentos, nadie quiere que le quiten la vida.
Está en la misma línea de las teorías del género, del relativismo moral, etc.
do tanto dolor, sufrimiento y muerte, se esté tramitando una ley de eutanasia en Chile?
A muchas personas les parece muy sutil la diferencia entre lo que hoy se llaman dejar de usar los medios médicos para que una persona permanezca con vida, de lo que es la eutanasia. El resultado es el mismo; la muerte de esa persona Si las cosas se miran sin hacer distinciones importantes parecería que es así. Pero “la interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser legítima. Interrumpir estos tratamientos es rechazar el “encarnizamiento terapéutico”. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla. Las decisiones deben ser tomadas por el paciente, si para ello tiene competencia y capacidad o si no por los que tienen los derechos legales, respetando siempre la voluntad razonable y los intereses legítimos del paciente” (Catecismo. 2277).
Un aprovechamiento injusto, un despropósito y una muestra de incapacidad para comprender los problemas humano reales sin duda, pero que tiene soluciones verdaderas.
¿Pero cuál sería la diferencia esencial? “Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados”.(Catecismo. 2279). Una ley que permite la eutanasia lo que hace es permitir legalmente tomar medidas directas para poner fin – matar - a una vida humana. Eso nunca es moralmente lícito. La Iglesia en su enseñanza no duda en llamar “homicidio” a esta acción. ¿Pero entonces porque no seguir este camino? Creo que es necesario decirlo con claridad. En algunos parlamentarios prima el intento de romper – digamos – esquemas y van adelante por razones ideológicas, siguiendo la tendencia de otras naciones. En otros, quizá incluso que se declaran cristianos e incluso católicos, el tema de una mal entendida compasión los lleva a traicionar lo esencial. Creo que, más allá de las convicciones religiosas, tenemos derecho a esperar más profundidad y estudio de los representantes populares. En todo caso, hay en estos momentos en el Senado un proyecto al respecto. Estimo que lo que debe suceder es que el proyecto de la Cámara y del Senado se unifique para llegar a un resultado que no sea contrario a la moral y ética propia de una nación cristiana. ¿Qué le parece que en medio de una pandemia que ha traí-
¿Cuál es el escenario al que nos enfrentamos al contar con una ley así? Quien quiera – en especial los parlamentarios católicos o cristianos – tener una información actualizada, que ha sido publicada hace pocos días, puede leer la Carta “Bonus samaritanus” enviada por la Congregación de la Fe, con la aprobación del Papa Francisco. Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida (14 de julio de 2020) (vatican. va) poner link a nuestra web mejor Pero ¿qué puede hacer una persona “de a pie”? Tenemos en nuestras manos elegir las autoridades. Creo que un cristiano, un hombre o una mujer de bien, que quiere que se respete siempre la dignidad de la persona humana, los derechos humanos esenciales, no puede moralmente dar su apoyo a un candidato que apruebe o no se oponga activamente a un proyecto de ley de eutanasia en el sentido que hemos conversado. Mientras, es bueno decirlo, hay muchos parlamentarios que se la están jugando y los apoyamos con la oración y con argumentos. Vienen muchas elecciones por delante. Fijémonos bien a quienes entregamos la conducción de nuestro país. ¿Por qué surge una Ley de Eutanasia que pretende dar una muerte digna en una sociedad moderna que cuenta con avances médicos para otorgar cuidados paliativos y aliviar el dolor ¿En qué estamos fallando como sociedad y seres humanos? Las fallas son muchas, como resulta evidente por la serie de leyes y disposiciones que atentan contra la vida humana. Eso daría para otra entrevista. También en el orden del uso de los recursos, que si se destinaran verdaderamente a las cosas esenciales, no estaríamos discutiendo acerca de la posibilidad de quitar – matar – a un hermano o hermana, que esta en un trance difícil. Es una realidad que confirman los médicos, que cuando a una persona en fase terminal se le aplican los cuidados adecuados y se le ayuda – con los medios médicos y espirituales - en esos últimos momentos, nadie quiere que le quiten la vida.
8 Especial Eutanasia
“No me atrevería jamás a matar activamente a un paciente” Señaló en entrevista el Doctor Guillermo Arenas, Jefe de la UPC del Hospital Parroquial de San Bernardo, el que diariamente convive con pacientes que están en una situación crítica y en peligro de muerte, al cual se le brindan todos los cuidados necesarios para salvar su vida.
Doctor, ¿de qué se trata medica y éticamente el proyecto de eutanasia en Chile? El proyecto de la eutanasia, que ya desde varios años se viene discutiendo en el parlamento de Chile, tiene como finalidad limitar la vida de los pacientes que son terminales o que tienen enfermedades incurables, modificando la ley 20.584 que regula los derechos y deberes que tienen las personas con su acceso y atención a la salud en nuestro país, con el objeto de permitir la muerte digna a través de la Eutanasia. La propuesta que está modificando la ley, dice que uno de los derechos que no está considerado es el de la Eutanasia, es decir, tener el derecho de decidir en que momento morir. Se considera “muerte digna” como lo denominan, como un derecho y que el Estado tiene que garantizar la protección de las personas para poder mantener o promover la libertad individual y la autodeterminación de decidir muchas cosas incluso sobre su propia vida, pasando a llevar el valor fundamental que es el derecho a la protección de la vida, incluso en los momentos más críticos. En este proyecto se define el concepto de eutanasia de dos maneras: primero la eutanasia activa, en la cual las familias o los propios pacientes en conjunto con el médico, frente a un escenario de una inminente muerte producto de una enfermedad terminal o incurable, toman la decisión de poner fin a la vida del paciente a través de un procedimiento medico que consiste en inyectar algunos fármacos que van a provocar intencionalmente la muerte. El segundo concepto es la eutanasia pasiva, en la cual el doctor del servicio de salud, al conocer el diagnóstico crítico de un paciente, deja entregar los cuidados necesarios, con el fin de que ellos fallezcan de manera natural, previamente acordado y conversado con la familia del paciente. En el plan destaca que son varios los países en el mundo donde la “muerte digna” como se denomina la Eutanasia se encuentra legalizada y que Chile debe avanzar a esta discusión para promover que se establezca y se acepte tan-
to activa como pasiva. El proyecto que se quiere implementar en nuestro país, señala que el médico tratante debe previamente conversar con el paciente sobre su estado de salud y sus esperanzas de vida, y es el mismo enfermo el que decide si quiere vivir en esas condiciones y elegir si solicita o no que se aplique la eutanasia, pero que previo a esto debe existir una evaluación por parte de un doctor especialista, en este caso un psiquiatra que certifique que la persona que toma esta decisión está en plena consciencia de lo opción que está tomando, es decir, que se aplique una inyección letal en un servicio de salud. Esto, eso sí, debe estar estipulado en un acta, es decir el paciente lo pide a través de un documento que será visado por la autoridad sanitaria. La eutanasia activa es dura porque expresamente por mucho que tenga una enfermedad incurable o terminal lo que uno está haciendo es matar al paciente. Lo que a mí
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personalmente respecta no me atrevería jamás a matar activamente a un paciente, tenemos muchos medios que le darán un mejor estar para que no sientan dolor alguno ni que sufran, tenemos muchos medios: analgésicos poderosos, medicamentos que quitan el dolor. Aquí nos hemos encontrado con pacientes que están tan ahogados por que tienen un pulmón destrozado, que pueden estar varios días desesperados por aire, a ellos les ponemos oxigeno los intubamos y los conectamos a una maquina para darles un mecanismo que llamamos “ventilación compasiva”, para que fallezca de manera natural, de alguna forma les quitamos la angustia, la desesperación, el dolor, el ser activos en la eutanasia es algo complejo. ¿Contar con una Ley Eutanasia es contraproducente con la misión de la medicina que es salvar vidas? La misión de la medicina es prevenir las enfermedades, cuando estas sucedan tratarlas y curarlas, además buscar que el paciente no sufra, no tenga más dolor y por sobre todas las cosas no causar daño y dentro de eso no matar a los pacientes. Tengo claro que hay situaciones en las cuales nos enfrentamos a enfermedades incurables que no tienen hasta el día de hoy tratamiento, como canceres que a lo mejor en un futuro sea posible tratarlas, y que ahora además tienen sufriendo a quienes los padecen, pero existe la medicina paliativa, donde se trata de suplir o ir contra de aquellas cosas que hacen al paciente tener dolor y angustia. Respondiendo a tu pregunta si es contraproducente con la misión de la medicina, es contraria a lo que juramos, salvar las vidas, prevenir y si no es posible tratarlas o controlarlas, palearlas, sin tener que llegar a la situación de hacerse cargo de matar al paciente, porque es esa la parte compleja, porque lo demás está ahí. Usted que trabaja y tiene a su cargo la Unidad de Pacientes Críticos (UPC), en donde día a día se trabaja arduamente para cuidar a los pacientes, cómo se entiende promulgar una ley que pretenda acabar con la vida de las personas o enfermos terminales? Este proyecto es duro porque va contra el juramento hipocrático, de matar activamente a un paciente, por muchas razones que existan yo creo que uno tiene que buscar soluciones a una enfermedad incurable, se debe seguir avanzando en encontrar curas, ya hay estudios avanzados para prolongar la vida en el caso de algunas enfermedades como el cáncer por ejemplo; es solo cuestión de invertir más dinero, si hoy se invirtiera más dinero en búsqueda de soluciones se podrán solucionar y no estar pensando en la eutanasia, pero se gasta más dinero en armas que en investigación; todavía existen enfermedades que no se puedan tratar adecuadamente, pero
si invertimos en eso probablemente en los años se pueda brindar un mejor diagnostico y tratamiento. Los trasplantes son soluciones para enfermedades terminales cardiacas, renales o hepáticas, pero no son masivas porque son de alto costo, falta preparación y también falta de recursos en los hospitales, pero el tratamiento existe, está ahí como una solución, estas opciones y el poder seguir investigando en ese sentido me parece mejor que matar a los pacientes. En el contexto de este nuevo proyecto, de qué se tratan los cuidados paliativos y que tan importante son al enfrentar una enfermedad terminal? Los cuidados paliativos son cuando estamos frente a un paciente terminal y le administramos cuidados que van a mitigar el dolor, la angustia , la ansiedad, la depresión, buscamos atenuar lo que a la persona le causa más sufrimiento, el problema es que se necesitan recursos para ello, una ley como la que se está presentando ahora, que la misma cámara que discute la ley de Eutanasia también fije y establezca más fondos para que todos los hospitales tengan más especialistas , lo que permita crear reales equipos de trabajo para poder acompañar a estos pacientes. Desde su punto de vista como médico, ¿qué necesitamos como sociedad para no llegar a la eutanasia en pacientes críticos? En este minuto existen muchas enfermedades que antes eran terminales, y que hoy ya no causan la muerte, a pesar de eso aún hay un grupo de afecciones que sí, pero cada día es un poco más fácil tratarlas, el problema pasa por recursos, por tener dinero para que los diabéticos tengan su insulina por ejemplo. Es por eso la importancia de la medicina paliativa, la limitación de esfuerzo terapéutico, es decir, sostener o mantener, no avanzar con tratamientos como encarnizamiento como se dice, es decir no utilizar una terapia que los haga sufrir más que avanzar. Hay muchas enfermedades que son sostenidas y que solo necesitan recursos y gente preparada para evitar aislar a los pacientes que las padecen, así esa gente puede vivir en sociedad y dentro de su condición puede estar bien y feliz, ya tenemos el caso de Stephen Hawking y de muchos otros que por años han podido vivir con sus padecimientos y tener una vida aceptable. De modo que la sociedad para no llegar a la eutanasia lo que necesita es un poco de sabiduría y filosofía de fe y esperanza, dirigir los recursos y la economía a las cosas que le hacen bien al hombre no a lo que lo destruye.
12 Especial Eutanasia
Carta Samaritanus bonus:
La eutanasia es un crimen contra la vida, incurable no significa "in-cuidable"
“S
amaritanus bonus”, la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe aprobada por el Papa, reitera la condena de toda forma de eutanasia y de suicidio asistido, teniendo en cuenta los casos de los últimos años. Se da apoyo a las familias y a los trabajadores de la salud. “Incurable no es nunca sinónimo de ´in-cuidable”: quien sufre una enfermedad en fase terminal, así como quien nace con una predicción de supervivencia limitada, tiene derecho a ser acogido, cuidado, rodeado de afecto. La Iglesia es contraria al ensañamiento terapéutico, pero reitera como “enseñanza definitiva” que “la eutanasia es un crimen contra la vida humana”, y que “toda cooperación formal o material inmediata a tal acto es un pecado grave” que “ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo”. Esto es lo que leemos en “Samaritanus bonus”, la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe “sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida”, aprobada por el Papa Francisco el pasado mes de junio y publicada hoy, 22 de septiembre de 2020. La actualidad del Buen Samaritano El texto, que reafirma la posición ya expresada varias veces por la Iglesia sobre el tema, se ha hecho necesario debido a la multiplicación de noticias y al avance de la legislación que en un número cada vez mayor de países autoriza la eutanasia y el suicidio asistido de personas gravemente enfermas, pero también que están solas o tienen problemas psicológicos. El propósito de la carta es proporcionar indicaciones concretas para actualizar el mensaje del Buen Samaritano. También cuando “la curación es imposible o improbable, el acompañamiento médico y de enfermería, psicológico y espiritual, es un deber ineludible, porque lo contrario constituiría un abandono inhumano del enfermo”.
Incurable, pero jamás ´in-cuidable´
“Curar si es posible, cuidar siempre”. Estas palabras de Juan Pablo II explican que incurable nunca es sinónimo de “in-cuidable”. La curación hasta el final, “estar con” el enfermo, acompañarlo escuchándolo, haciéndolo sentirse amado y querido, es lo que puede evitar la soledad, el miedo al sufrimiento y a la muerte, y el desánimo que conlleva: elementos que hoy en día se encuentran entre las principales causas de solicitud de eutanasia o de suicidio
asistido. Al mismo tiempo, se subraya que “son frecuentes los abusos denunciados por los mismos médicos sobre la supresión de la vida de personas que jamás habrían deseado para sí la aplicación de la eutanasia”. Todo el documento se centra en el sentido del dolor y el sufrimiento a la luz del Evangelio y el sacrificio de Jesús: “el dolor es existencialmente soportable sólo donde existe la esperanza” y la esperanza que Cristo transmite a la persona que sufre es “la de su presencia, de su real cercanía”. Los cuidados paliativos no son suficientes “si no existe alguien que ‘está’ junto al enfermo y le da testimonio de su valor único e irrepetible”. El valor inviolable de la vida “El valor inviolable de la vida es una verdad básica de la ley moral natural y un fundamento esencial del ordenamiento jurídico”, afirma la Carta. “Así como no se puede aceptar que otro hombre sea nuestro esclavo, aunque nos lo pidiese, igualmente no se puede elegir directamente atentar contra la vida de un ser humano, aunque éste lo pida”. Suprimir un enfermo que pide la eutanasia “no significa en absoluto reconocer su autonomía y apreciarla”, sino al contrario, significa “desconocer el valor de su libertad, fuertemente condicionada por la enfermedad y el dolor, y el valor de su vida”. Actuando de este modo “se decide al puesto de Dios el momento de la muerte”. Por eso, “aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador”. Obstáculos que oscurecen el valor sagrado de la vida El documento menciona algunos factores que limitan la capacidad de acoger el valor de la vida. El primero es un uso equívoco del concepto de “muerte digna” en relación con el de “calidad de vida”, con una perspectiva antropológica utilitarista. La vida se considera “digna” sólo en presencia de ciertas características psíquicas o físicas. Un segundo obstáculo es una comprensión errónea de la “compasión”. La verdadera compasión humana “no consiste en provocar la muerte, sino en acoger al enfermo, en sostenerlo”, ofreciéndole afecto y medios para aliviar su sufrimiento. Otro obstáculo es el creciente individualismo, que es la raíz de la “enfermedad más latente de nuestro tiempo: la soledad”. Ante las leyes que legalizan las prácticas eutanásicas, “surgen a veces dilemas infundados sobre la moralidad de las acciones que, en realidad, no son más que actos debidos de simple cuidado de la persona, como hidratar y alimentar a un enfermo en estado de inconsciencia sin perspectivas de curación”. El Magisterio de la Iglesia Ante la difusión de los protocolos médicos relativos al final de la vida, existe la preocupación por “el abuso denunciado ampliamente del empleo de una perspectiva eutanásica” sin consultar al paciente o a las familias. Por esta razón, el documento reitera como enseñanza definitiva que “la eutanasia es un crimen contra la vida humana”, un acto “intrínsecamente malo, en toda ocasión y circunstancia”. Por lo tanto, cualquier cooperación inmediata, formal o material, es un grave pecado contra la vida humana que ninguna autoridad “puede legítimamente” imponer ni permitir. “Aquellos que aprueban leyes sobre la eutanasia y el suicidio asistido se hacen, por lo tanto, cómplices del grave pecado” y son “culpables de escándalo porque tales leyes contribuyen a deformar la conciencia, también la de los fieles”. Por lo tanto, ayudar al suicidio es “una colaboración indebida a un acto ilícito”. El acto eutanásico sigue siendo inadmisible, aunque la desesperación o la angustia puedan disminuir e incluso hacer insustancial la responsabilidad personal de quienes lo piden. “Se trata, por tanto, de una elección siempre incorrecta” y el personal sanitario nunca puede prestarse “a ninguna práctica eutanásica ni siquiera a petición del interesado, y mucho menos de sus familiares”. Las leyes que legalizan la eutanasia son, por lo tanto, injustas. Las súplicas de los enfermos muy graves que invocan la muerte “no deben ser” entendidas como “expresión de una verdadera voluntad de eutanasia”, sino como una petición de ayuda y afecto. No al ensañamiento terapéutico El documento explica que “tutelar la dignidad del morir significa tanto excluir la anticipación de la muerte como el retrasarla con el llamado ‘ensañamiento terapéutico’”, que es posible gracias a los medios de la medicina moderna, que es capaz de “retrasar artificialmente la muerte, sin que el paciente reciba en tales casos un beneficio real”. Y por lo tanto, ante la inminencia de una muerte inevitable, “es lícito en ciencia y en conciencia tomar la decisión de renunciar a los tratamientos que procurarían solamente una
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prolongación precaria y penosa de la vida”, pero sin interrumpir el tratamiento normal debido al enfermo. La renuncia a los medios extraordinarios y desproporcionados expresa, por lo tanto, la aceptación de la condición humana frente a la muerte. Pero la alimentación y la hidratación deben estar debidamente garantizadas porque “un cuidado básico debido a todo hombre es el de administrar los alimentos y los líquidos necesarios”. Son importantes los párrafos dedicados a los cuidados paliativos, “un instrumento precioso e irrenunciable” para acompañar al paciente: la aplicación de estos cuidados reduce drásticamente el número de los que piden la eutanasia. Entre los cuidados paliativos, que nunca pueden incluir la posibilidad de eutanasia o de suicidio asistido, el documento también incluye la asistencia espiritual al paciente y a su familia. Ayudar a las familias En el tratamiento es esencial que el paciente no se sienta una carga, sino que “tenga la cercanía y el aprecio de sus seres queridos. En esta misión, la familia necesita la ayuda y los medios adecuados”. Por consiguiente, es necesario, dice la carta, que los Estados “reconozcan la función social primaria y fundamental de la familia y su papel insustituible, también en este ámbito, destinando los recursos y las estructuras necesarias para ayudarla”. Cuidados en edad prenatal y pediátrica Desde su concepción, los niños que sufren malformaciones o patologías de cualquier tipo “son pequeños pacientes que la medicina hoy es capaz de asistir y acompañar de manera respetuosa de la vida”. La Carta explica que “en el caso de las llamadas patologías prenatales ‘incompatibles con la vida’ – es decir que seguramente lo llevaran a la muerte dentro de un breve lapso– y en ausencia de tratamientos capaces de mejorar las condiciones de salud de estos niños, de ninguna manera son abandonados en el plano asistencial, sino que son acompañados hasta la consecución de la muerte natural” sin suspender la nutrición y la hidratación. Son palabras que también pueden referirse a varias noticias recientes. Se condena el uso “a veces obsesivo del diagnóstico prenatal” y el afirmarse de una cultura hostil a la discapacidad que a menudo conduce a la elección del aborto, que “nunca es lícito”.
Sedación profunda Para aliviar el dolor del paciente, la terapia analgésica usa drogas que pueden causar la supresión de la conciencia. La Iglesia “afirma la licitud de la sedación como parte de los cuidados que se ofrecen al paciente, de tal manera que el final de la vida acontezca con la máxima paz posible”. Esto también es cierto en el caso de los tratamientos que “anticipan el momento de la muerte (sedación paliativa profunda en fase terminal), siempre, en la medida de lo posible, con el consentimiento informado del paciente”. Pero la sedación es inaceptable si se administra para causar “directa e intencionalmente la muerte”. Estado vegetativo o de mínima consciencia Siempre es engañoso “pensar que el estado vegetativo, y el estado de mínima consciencia, en sujetos que respiran autónomamente, sean un signo de que el enfermo haya cesado de ser persona humana con toda la dignidad que le es propia”. Incluso en este estado de “falta persistente de consciencia, el llamado ‘estado vegetativo’, y la del enfermo en estado ‘de mínima consciencia’”, el enfermo “debe ser reconocido en su valor y asistido con los cuidados adecuados”, y tiene derecho a la alimentación y la hidratación. Aunque, como se reconoce en el documento, “en algunos casos, tales medidas pueden llegar a ser desproporcionadas”, porque ya no son eficaces o porque los medios para suministrarlas crean una carga excesiva. El documento afirma que “es necesario prever una ayuda adecuada a los familiares para llevar el peso prolongado de la asistencia al enfermo en estos estados”. Objeción de conciencia Por último, la carta pide posiciones claras y unificadas sobre estos temas por parte de las iglesias locales, invitando a las instituciones sanitarias católicas a dar testimonio, absteniéndose de comportamientos “de evidente ilicitud moral”. Las leyes que aprueban la eutanasia “no crean ninguna obligación de conciencia” y “establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia”. El médico “no es nunca un mero ejecutor de la voluntad del paciente” y siempre conserva “el derecho y el deber de sustraerse a la voluntad discordante con el bien moral visto desde la propia conciencia”. Por otra parte, se recuerda que “no existe un derecho a disponer arbitrariamente de la propia vida, por lo que ningún agente sanitario puede erigirse en tutor ejecutivo de un derecho inexistente”. Es importante que los médicos y los trabajadores de la salud se formen en el acompañamiento cristiano de los moribundos, como han demostrado los recientes acontecimientos dramáticos relacionados con la epidemia de Covid-19. En cuanto al acompañamiento espiritual y sacramental de quien pide la eutanasia, “es necesaria una cercanía que invite siempre a la conversión”, pero “no es admisible ningún gesto exterior que pueda ser interpretado como una aprobación de la acción eutanásica, como estar presentes en el instante de su realización. Esta presencia sólo puede interpretarse como complicidad”. Ladaria: “un texto necesario ante las nuevas legislaciones sobre la eutanasia” Entrevista de Vatican News con el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la Carta “Samaritanus bonus”: “El documento ofrece un enfoque integral de la persona humana, del sufrimiento y la enfermedad, el cuidado de quienes se encuentran en fases críticas y terminales de la vida”.
Lee el texto completo de la Carta Samaritanus Bonus
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De la carta encíclica “Evangelium vitae” de Juan Pablo II.
«Yo doy la muerte y doy la vida »
(dt 32, 39):
El drama de la eutanasia
D
e acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores 81 y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio. . Ahora bien, el suicidio es siempre moralmente inaceptable, al igual que el homicidio. La tradición de la Iglesia siempre lo ha rechazado como decisión gravemente mala. 83 Aunque determinados condicionamientos psicológicos, culturales y sociales puedan llevar a realizar un gesto que contradice tan radicalmente la inclinación innata de cada uno a la vida, atenuando o anulando la responsabilidad subjetiva, el suicidio, bajo el punto de vista objetivo, es un acto gravemente inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad para con el prójimo, para con las distintas comunidades de las que se forma parte y para la sociedad en general. 84 En su realidad más profunda, constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte, proclamada así en la oración del antiguo sabio de Israel: « Tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar a las puertas del Hades y de allí subir » (Sb 16, 13; cf. Tb 13, 2). Compartir la intención suicida de otro y ayudarle a realizarla mediante el llamado « suicidio asistido » significa hacerse colaborador, y algunas veces autor en primera persona, de una injusticia que nunca tiene justificación, ni siquiera cuando es solicitada. « No es lícito —escribe con sorprendente actualidad san Agustín— matar a
otro, aunque éste lo pida y lo quiera y no pueda ya vivir... para librar, con un golpe, el alma de aquellos dolores, que luchaba con las ligaduras del cuerpo y quería desasirse ».85 La eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante « perversión » de la misma. En efecto, la verdadera « compasión » hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar. El gesto de la eutanasia aparece aún más perverso si es realizado por quienes —como los familiares— deberían asistir con paciencia y amor a su allegado, o por cuantos —como los médicos—, por su profesión específica, deberían cuidar al enfermo incluso en las condiciones terminales más penosas. La opción de la eutanasia es más grave cuando se configura como un homicidio que otros practican en una persona que no la pidió de ningún modo y que nunca dio su consentimiento. Se llega además al colmo del arbitrio y de la injusticia cuando algunos, médicos o legisladores, se arrogan el poder de decidir sobre quién debe vivir o morir. Así, se presenta de nuevo la tentación del Edén: ser como Dios « conocedores del bien y del mal » (Gn 3, 5). Sin embargo, sólo Dios tiene el poder sobre el morir y el vivir: « Yo doy la muerte y doy la vida » (Dt 32, 39; cf. 2 R 5, 7; 1 S 2, 6). El ejerce su poder siempre y sólo según su designio de sabiduría y de amor. Cuando el hombre usurpa este poder, dominado por una lógica de necedad y de egoísmo, lo usa fatalmente para la injusticia y la muerte. De este modo, la vida del más débil queda en manos del más fuerte; se pierde el sentido de la justicia en la sociedad y se mina en su misma raíz la confianza recíproca, fundamento de toda relación auténtica entre las personas. Bien diverso es, en cambio, el camino del amor y de la verdadera piedad, al que nos obliga nuestra común con-
dición humana y que la fe en Cristo Redentor, muerto y resucitado, ilumina con nuevo sentido. El deseo que brota del corazón del hombre ante el supremo encuentro con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente la tentación de caer en la desesperación y casi de abatirse en ella, es sobre todo aspiración de compañía, de solidaridad y de apoyo en la prueba. Es petición de ayuda para seguir esperando, cuando todas las esperanzas humanas se desvanecen. Como recuerda el Concilio Vaticano II, « ante la muerte, el enigma de la condición humana alcanza su culmen » para el hombre; y sin embargo « juzga certeramente por instinto de su corazón cuando aborrece y rechaza la ruina total y la desaparición definitiva de su persona. La semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia, se rebela contra la muerte ». Esta repugnancia natural a la muerte es iluminada por la fe cristiana y este germen de esperanza en la inmortalidad alcanza su realización por la misma fe, que promete y ofrece la participación en la victoria de Cristo Resucitado: es la victoria de Aquél que, mediante su muerte redentora, ha liberado al hombre de la muerte, « salario del pecado » (Rm 6, 23), y le ha dado el Espíritu, prenda de resurrección y de vida (cf. Rm 8, 11). La certeza de la inmortalidad futura y la esperanza en la resurrección prometida proyectan una nueva luz sobre el misterio del sufrimiento y de la muerte, e infunden en el creyente una fuerza extraordinaria para abandonarse al plan de Dios. El apóstol Pablo expresó esta novedad como una pertenencia total al Señor que abarca cualquier condición humana: « Ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos » (Rm 14, 7-8). Morir para el Señor significa vivir la propia muerte como acto supremo de obediencia al Padre (cf. Flp 2, 8), aceptando encontrarla en la « hora » querida y escogida por El (cf. Jn 13, 1), que es el único que puede decir cuándo el camino terreno se ha concluido. Vivir para el Señor significa también reconocer que el sufrimiento, aun siendo en sí mismo un mal y una prueba, puede siempre llegar a ser fuente de bien. Llega a serlo si se vive con amor y por amor, participando, por don gratuito de Dios y por libre decisión personal, en el sufrimiento mismo de Cristo crucificado. De este modo, quien vive su sufrimiento en el Señor se configura más plenamente a Él (cf. Flp 3, 10; 1 P 2, 21) y se asocia más íntimamente a su obra redentora en favor de la Iglesia y de la humanidad. 87 Esta es la experiencia del Apóstol, que toda persona que sufre está también llamada a revivir: « Me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia » (Col 1, 24).
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El proyecto de eutanasia en Chile podría ser la “más liberal del mundo”, alertan expertos
V
icente Hargous, abogado de la ONG Comunidad y Justicia, alertó que el proyecto de eutanasia que se votará en particular la próxima semana en Chile podría ser el “más liberal del mundo”, superando las leyes de los Países Bajos y Bélgica. El 17 de diciembre, la Cámara de Diputados de Chile aprobó el primer informe del proyecto de “muerte digna y cuidados paliativos” con algunas indicaciones que obligó a la Comisión de Salud a revisar nuevamente el texto. En conversación con ACI Prensa, Vicente Hargous explicó que el proyecto supera a las leyes de eutanasia de los Países Bajos y Bélgica, en materia de salud mental “lo pone en las leyes más liberales del mundo”. Al permitir que la persona pueda solicitar la eutanasia por motivos “de naturaleza psíquica”, precisa el texto, da la posibilidad de incluir “el dolor psíquico como causal”, dijo Hargous. “Basta con que la persona, sin padecer alguna enfermedad física, diga que tiene un sufrimiento psíquico insoportable para acceder a la eutanasia”, explicó el abogado. En ese sentido, “no es necesario que exista un diagnóstico psiquiátrico serio para poder acceder a la solicitud de eutanasia”, agregó. El proyecto precisa que basta con un certificado, “no diagnóstico”, emitido por un médico especialista o de medicina familiar. Además, Hargous precisó que “no existe ningún tipo de comité o comisión revisora que sea vinculante antes de la muerte del sujeto. No hay un comité que fiscalice que esto se esté aplicando bien” y tampoco hay una “comisión revisora posterior que lleve una contabilidad transparente de los casos como sucede en otros países”. El pleno de la Cámara de Diputados había rechazado la inclusión de menores en el proyecto, pero nuevamente se incorporó una indicación, aún no aprobada, en la que los menores de edad pueden solicitar la eutanasia. Hargous dijo que el proyecto deja en evidencia que “los cuidados paliativos no están garantizados como prestación”. “Al menos en Holanda sí hay un sistema de cuidados paliativos, pero acá en Chile, solo están garantizados para los casos del cáncer oncológico”, sostuvo el abogado. Como consecuencia, los cuidados paliativos, “que además no están definidos” en el texto, “son una alternativa, no un requisito previo para acceder a la eutanasia”, alertó Hargous. Días antes, el abogado denunció en una columna “la actitud de cierta izquierda ideológica, cerrada a escuchar opiniones distintas, incluso de quienes tienen más experiencia y conocimiento del tema”. Esto luego que los médicos especialistas en cuidados paliativos, Carolina Valdebenito y Juan Pablo Yaeger, expusieron en la comisión el pasado 5 de enero.
“Fueron tratados sin ningún respeto por ciertos miembros de la comisión”, consideró el abogado. Si bien fueron invitados a pronunciarse sobre aspectos particulares del articulado, “se los trató bruscamente desde un comienzo, se les insistió en ser breves y referirse solamente a un artículo y alguna vez no se les concedió la palabra para responder las preguntas legítimas de los diputados de la comisión, incluyendo las de algunos que están a favor de la eutanasia”. Durante la sesión hubo momentos de tensión porque el presidente de la comisión de Salud, Ricardo Celis Araya, procedió a la votación a pesar de la discrepancia de algunos diputados. Según el diputado impulsor de la iniciativa, Vlado Mirocevic, al tratarse de un ‘segundo informe reglamentario’, la discusión en particular ya se dio por lo tanto no había cabida para más debate. Este segundo debate de discusión en particular “no puede ser infinito”, sostuvo. Vicente Hargous explicó que esto es contrario al reglamento, pues precisamente durante el segundo informe se debe "discutir en particular y no solo votar". Asimismo, denunció que los médicos paliativistas “no fueron oídos en la discusión general del proyecto, siendo que precisamente ellos son las personas más calificadas para hablar acerca del sufrimiento de los pacientes y del modo de enfrentar la muerte”. “Al parecer, únicamente buscan que la eutanasia sea aprobada del modo más ‘liberal’ posible, sin trabas, como la de aliviar el sufrimiento del paciente antes de tomar una
decisión de ese calibre”. El proyecto de eutanasia, que comenzó su tramitación en la Cámara Baja en enero de 2018, introduce modificaciones a la Ley sobre Derechos y Deberes de las Personas en Atención de Salud y en los códigos Civil y Penal. El objetivo es que se garantice el respeto a la “voluntad del paciente” y que quienes están en un “estado terminal o con dolor severo no oncológico” puedan recibir los cuidados paliativos “tendientes a disminuir los dolores propios de su enfermedad”. La persona mayor de 18 años podrá solicitar la “asistencia médica para morir” si padece de una enfermedad terminal, “seria e incurable”, si tiene “una disminución avanzada e irreversiblew de sus capacidades” y le ocasiona “sufrimientos físicos persistentes e intolerables y que no pueden ser aliviados en condiciones que considere aceptables” o también “de naturaleza psíquica”. La solicitud de “asistencia médica para morir”, es decir que un profesional de la salud administre “una sustancia” que cause la muerte o supervise la autoadministración de ella, debe expresarse por escrito.
20 Año de San José
8 de diciembre 2020 – 8 diciembre 2021
Año de San José, Patrono de la Iglesia Universal
El Papa y su profunda devoción a San José,
«El hombre de los sueños, con los pies en la tierra»
E
l Papa inició justo en la festividad de San José, su pontificado. Antes, Francisco confiesa que ya era un gran devoto del esposo de la Virgen. Y lo ha dejado claro en varias ocasiones durante estos años. Pero fue especialmente en su viaje a Filipinas en 2015 cuando el Pontífice habló en profundidad sobre San José. “Quisiera decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a San José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y tengo en mi escritorio una imagen de San José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema”, afirmaba en español improvisando su mensaje. "Despertar, levantarnos y actuar" De este modo, explicaba que “al igual que San José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar. En la familia hay que levantarse y actuar. La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él. Es muy importante”… Según recoge Vatican News, el Papa prosiguió aquel discurso asegurando que “del mismo modo que el don de la Sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. Lo mismo que con San José. A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante. A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan el plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret”
“José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición, no sólo para la Sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia”. Por su parte, en una homilía del 18 de diciembre de este 2018, el Papa Francisco se refirió a San José como “el hombre de los sueños, con los pies en la tierra”. Y a partir de ambas expresiones habló de las características de este gran Santo. "Un hombre justo" Comenzó recordando que gracias a las Sagradas Escrituras lo conocemos como “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. Quien, además, en un primer momento, ante lo incomprensible, “prefiere hacerse a un lado”. Pero después “Dios le revela su misión”. Y así José la acepta, abraza su papel y acompaña el crecimiento del Hijo de Dios “en silencio, sin juzgar y sin hablar de más, en una palabra sin chismorrear”. Del sueño el Papa decía que es un lugar “privilegiado” para buscar la verdad, porque allí no nos defendemos de la verdad. Además de que también Dios habla en los sueños, si bien no siempre, pero Dios – decía Francisco – muchas veces eligió hablar en los sueños, tal como se lee en la Biblia. Y así lo hizo con José que era el hombre de los sueños, pero no era un soñador. “No era fantasioso”. Por esta razón el Santo Padre pedía que no perdamos “la capacidad de soñar”, esa que tuvo San José, esa capacidad que nos permite abrirnos al mañana “con confianza”, a pesar de las dificultades que pueden surgir.
22 Año de San José
San José, esperanza de la Iglesia Patrono de la Iglesia Universal La presencia de San José en la fe del Pueblo de Dios ha sido perceptible durante los siglos anteriores, haciéndose patente en el mensaje de la Iglesia, expresado en las palabras pontificias. Esta piedad y confianza en San José se muestra principalmente en dos hechos: la proclamación de San José como Patrono de la Iglesia Universal y como Patrono del Concilio Vaticano II. El 8 de diciembre de 1870, en el Concilio Vaticano II, interrumpido por los acontecimientos políticos (persecuciones y corrientes sectarias que llevan a la desaparición de la soberanía temporal del Pontífice sobre los Estados Pontificios), Pio IX aprovechó la festividad de la Inmaculada para proclamar oficialmente a San José como patrono de la Iglesia universal y elevar la fiesta del 19 de marzo a rito doble de primera clase, señalando a José como «la más segura esperanza de la Iglesia, después de la Santísima Virgen». Este hecho expresaba el anhelo de multitud de gentes que se recogieron en dos de los postulata que los Padres del Concilio Vaticano I entregaban a Pío IX, referidos a San José. En el primero, se pedía que el culto a San José ocupase un lugar más preeminente en la sagrada Liturgia, en el segundo, que se proclamase a San José Patrono de la Iglesia Universal. Ambos, llevados a cabo en la fecha dicha con gran gozo. Juan XXIII en la carta apostólica Le voci sobre el fomento de la devoción a San José desarrolla cómo ha ido surgiendo en los fieles esta devoción durante los últimos siglos: «en el culto de la Santa Iglesia, Jesús, verbo de Dios hecho hombre, pronto tuvo su adoración incomunicable como esplendor de la sustancia de su Padre, que resplandece en la gloria de los santos, María, su Madre, le siguió muy de cerca desde los primeros siglos en las representaciones de las catacumbas y basílicas, piadosamente venerada como sancta María Mater Dei, En cambio, José, fuera de algún resplandor de su figura que aparece aquí o allá en los escritos de los Padres, permaneció durante siglos y siglos en su ocultamiento característico, casi
como figura decorativa en el cuadro de la vida del Salvador. Y requirió tiempo para que su culto penetrase de los ojos al corazón de los fieles y de él sacasen especiales lecciones de oración y efusiones de la Edad Moderna». La proclamación de San José como Patrono inicia una etapa en la que la figura de San José se hace más patente en la vida del pueblo de Dios.
Patrocinio del Concilio Vaticano II Escogido como custodio oculto de la más grande de obra de Dios, la Encarnación del Verbo, San José continúa su poderosa intercesión en la Iglesia que, reunida en Concilio en sus Pastores sagrados, quiere difundir su luz en el mundo, y su dulce imperio en todos sus corazones. Con estas palabras hablaba el Papa Juan XXIII en la alocución de la audiencia general del 1 de mayo de 1963, mostrando a San José como ejemplo de recogimiento, oración, docilidad y espíritu sobrenatural; virtudes que exige esta obra. En la carta apostólica del papa Juan XXIII del 19 de marzo de 1961 se citan todos los actos realizados en honor a San José por los papas anteriores, de Pío IX a Pío XI y concluía con estas palabras: «Hemos querido ofrecerte, a través de las palabras y documentos de nuestros inmediatos predecesores, una corona de honor, eco de afectuosa veneración que ya surge de todas las naciones católicas y de todos los países de misión. Sé siempre nuestro protector. Que tu espíritu interior de paz, de silencio, de trabajo y oración, al servicio de la Santa Iglesia, nos vivifique siempre y alegre en unión con tu Esposa bendita, nuestra dulcísima e Inmaculada Madre, en el solidísimo y suave amor de Jesús, Rey glorioso e inmortal de los siglos y de los pueblos», Y así, la presencia de San José en la vida de la Iglesia postconciliar sería fuente perenne de orientación auténticamente religiosa y sobrenatural. Afirmó Canals que «el progreso de la piedad hacia San José habrá de ser de importancia capital para una auténtica realización del llamamiento dirigido a los cristianos de nuestros días por el Concilio Vaticano II.
La importancia de la devoción a San José de todos los hijos de Dios Pío XII, en el breve Bonum sane, para recordar el cincuenta aniversario de la proclamación por Pío IX del patrocinio sobre la Iglesia universal, el 25 de julio de 1920, insiste especialmente en el patrocinio sobre la familia cristiana, el trabajo y la muerte, Estas particularizaciones, señala Canals, «puede decirse que describen la integridad de la vida humana.» Y aunque las palabras de Pio XI fueron dichas hace casi un siglo, parecen actualizarse en nuestro tiempo: “Si consideramos la situación difícil en que se halla hoy el género humano, parece necesario re-
comendar con mayor fervor esta devoción a los pueblos, difundirla aun más ampliamente, Preocupados desde el principio por el curso de los acontecimientos, en toda ocasión hemos recordado su fidelidad a todos nuestros hijos de todos los países, que sustentan su vida con el trabajo de sus manos, (...) nos sentimos impulsados a proponerles con insistencia, particularmente a ellos, a San José como modelo y patrono especial a quién imitar y honrar”. Nos muestra la importancia de acogerse en todo momento a San José, como ejemplo y protector del pueblo de Dios, con tanto mayor fervor cuando más difíciles son los tiempos para el catolicismo. Juan Pablo II, en la exhortación apostólica Redemploris custos, del 15 de agosto de 1989, vuelve a mostrar la importancia de confiar y recurrir a San José, «teniendo siempre presente ante los ojos su humilde y maduro modo de servir, así como de "participar en la economía de la salvación, (...) El participó en este misterio junto con la Virgen, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre “nos predestinó a la adopción de hijos suyos por Jesucristo», Pues al venerar la figura de aquel a quién Dios «confió la custodia de sus tesoros más preciosos» y crecer en la devoción del patrono de la Iglesia, creceremos en el amor al Señor, al que él sirvió ejemplarmente. Nos invita, por tanto, a que aprendamos de él a servir a la «economía de la salvación». Por María Dolores Barroso
24 Actualidad
Nota sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la Covid-19 La cuestión sobre el uso de las vacunas, en general, suele estar en el centro de insistentes debates en la opinión pública. En los últimos meses, han llegado a esta Congregación varias peticiones de una opinión sobre el uso de algunas vacunas contra el virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, desarrolladas recurriendo, en el proceso de investigación y producción, a líneas celulares que provienen de tejidos obtenidos de dos abortos ocurridos en el siglo pasado. Al mismo tiempo, se han producido diversas declaraciones en los medios de comunicación por parte de Obispos, Asociaciones Católicas y Expertos, diferentes entre sí y a veces contradictorias, que también han planteado dudas sobre la moralidad del uso de estas vacunas. Sobre esta cuestión ya hay un importante pronunciamiento de la Pontificia Academia para la Vida, titulado “Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células procedentes de fetos humanos abortados” (5 junio 2005). Además, esta Congregación se expresó al respecto con la Instrucción Dignitas Personae (8 de septiembre de 2008) (cf. nn. 34 y 35). En 2017, la Pontificia Academia para la Vida volvió a tratar el tema con una Nota. Estos documentos ya ofrecen algunos criterios generales dirimentes. Dado que están ya disponibles, para su distribución y administración en diversos países, las primeras vacunas contra la Covid-19, esta Congregación desea ofrecer algunas indicaciones que clarifiquen este tema. No se pretende juzgar la seguridad y eficacia de estas vacunas, aun siendo éticamente relevante y necesario, porque su evaluación es competencia de los investigadores biomédicos y las agencias para los medicamentos, sino únicamente reflexionar sobre el aspecto moral del uso de aquellas vacunas contra la Covid-19 que se han desarrollado con líneas celulares procedentes de tejidos obtenidos de dos fetos abortados no espontáneamente. 1. Como se afirma en la Instrucción Dignitas Personae, en los casos en los que se utilicen células de fetos abortados para crear líneas celulares para su uso en la investigación científica, “existen diferentes grados de responsabilidad”[1] en la cooperación al mal. Por ejemplo, “en las empresas que utilizan líneas celulares de origen ilícito no es idéntica la responsabilidad de quienes deciden la orientación de la producción y la de aquellos que no tienen poder de decisión”[2]. 2. En este sentido, cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países en los que no se ponen a disposición de médicos y pacientes vacunas sin problemas éticos o en los que su distribución es más difícil debido a las condiciones especiales de almacenamiento y transporte, o cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocu-
lar) es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción. 3. La razón fundamental para considerar moralmente lícito el uso de estas vacunas es que el tipo de cooperación al mal (cooperación material pasiva) del aborto provocado del que proceden estas mismas líneas celulares, por parte quienes utilizan las vacunas resultantes, es remota. El deber moral de evitar esa cooperación material pasiva no es vinculante si existe un peligro grave, como la propagación, por lo demás incontenible, de un agente patógeno grave[3]: en este caso, la propagación pandémica del virus SARS-CoV-2 que causa la Covid-19. Por consiguiente, debe considerarse que, en este caso, pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas. Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas, debido a las condiciones especiales que lo posibilitan, no puede constituir en sí mismo una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas. 4. De hecho, el uso lícito de esas vacunas no implica ni debe implicar en modo alguno la aprobación moral del uso de líneas celulares procedentes de fetos abortados[4]. Por lo tanto, se pide tanto a las empresas farmacéuticas como a los organismos sanitarios gubernamentales, que produzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcan vacunas éticamente aceptables que no creen problemas de conciencia, ni al personal sanitario ni a los propios vacunados. 5. Al mismo tiempo, es evidente para la razón práctica que la vacunación no es, por regla general, una obligación moral y que, por lo tanto, la vacunación debe ser
voluntaria. En cualquier caso, desde un punto de vista ético, la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común. Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos. Sin embargo, quienes, por razones de conciencia, rechazan las vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados, deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso. En particular, deben evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables. 6. Por último, existe también un imperativo moral para la industria farmacéutica, los gobiernos y las organizaciones internacionales, garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos. La falta de acceso a las vacunas se convertiría, de algún modo, en otra forma de discriminación e injusticia que condenaría a los países pobres a seguir viviendo en la indigencia sanitaria, económica y social[5]. El Sumo Pontífice Francisco, en la Audiencia concedida al suscrito Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en fecha 17 diciembre 2020, ha examinado la presente Nota y ha aprobado la publicación. Dado en Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 21 de diciembre de 2020, Memoria litúrgica de San Pedro Canisio. Luis F. Card. Ladaria, S.I. Prefecto
26 Sí a la VIda
Madre rechaza quimioterapia para poder dar a luz a su hijo:
Le estiman solo dos años más de Vida
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arah Milner, de 30 años, fue diagnosticada con cáncer de cuello uterino por lo que debía iniciar el tratamiento de quimioterapias, pero ella se negó, ya que estaba a la espera de dar a luz a su tercer hijo. La británica estaba al tanto de que la enfermedad era agresiva, pero prefirió proseguir con su embarazo debido a que estaba en la semana 21 y tenía fecha de parto por cesárea en abril del 2020. A pesar de que el tratamiento le podía haber salvado la vida, ella escogió traer al mundo a Louis, su tercer hijo. Los médicos habían aconsejado a la madre de tres hijos, de Stoke-on-Trent, Staffordshire, que abortara su embarazo para recibir quimioterapia, pero la señora Milner dio a luz a Louis el 1 de abril de 2020. El niño, su tercer hijo, nació completamente sano. "Debido a la naturaleza agresiva del cáncer, los médicos me aconsejaron interrumpir mi embarazo. Sin embargo, realmente no quería hacer eso. Quería tener a mi bebé sin importar nada", expresó. Posteriormente, fue intervenida y se le extrajo su útero, ovarios y algunos ganglios linfáticos, pero aun así los doctores estiman que su expectativa de vida no es superará los dos años. "Quiero dejar cosas especiales para los niños una vez que me vaya. Les escribo tarjetas de cumpleaños para el futuro y tarjetas para otras ocasiones especiales como bodas", dijo Milner. Ahora la británica padece la enfermedad en etapa 4 y aseguró que, aunque no le queda mucho por hacer, cumplió su sueño de traer a Louis al mundo.
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Hospital Parroquial de San Bernardo vacuna a sus primeros funcionarios contra el Covid-19 El Hospital Parroquial de San Bernardo, se convirtió en uno de los primeros recintos de salud del país en recibir la vacuna de Pfizer y BioNTech contra el Covid-19. Un total de 25 dosis de la vacuna contra el Covid-19 recibió el Hospital, las cuales fueron suministradas el pasado 25 de diciembre, principalmente a la población objetiva (indicación ministerial) que desempeñan sus labores en la Unidad de Paciente Crítico (UTI-UCI). La actividad estuvo encabeza por la Subgerencia de Calidad, quienes en un despliegue logístico pudieron llevar a cabo el proceso de vacunación sin inconveniente.
Marisela Garrido Enfermera IIAS y encargada de inmunización HPSB se refiere a esta actividad recalcando las gestiones realizadas para obtención de la vacuna: "Si bien somos un Hospital privado, pudimos llegar a un acuerdo con Víctor Hernández, encargado de vacunación del área sur, quién ratifico los buenos lazos de trabajo del Hospital con el Servicio, el que permitió que el Parroquial estuviera entre los primeros 28 Hospitales de la lista de la RM para la primera etapa de vacunación". Andrea Mena enfermera coordinadora de calidad relata: “Fue un día muy intenso y con mucha presión, para nosotras, ya que teníamos en nuestras manos, la tan esperada vacuna, que tuvimos que instruirnos para dar cumplimiento a todos los protocolos que nos exigía la autoridad sanitaria que estuvieron supervisando en todo momento, junto al personal de la PDI, que además resguardaban las dosis y velaban por correcto uso y proceso de vacunación segura a nuestros funcionarios”. Por otra parte uno de los vacunados, Doctor Guillermo Arenas, Jefe UPC adulto, nos relata cómo se ha sentido luego de recibir la primera dosis: “Me he sentido bien y sin problemas, mucho más seguro, la vacuna Pfizer si bien es una vacuna entre muchas y que se desarrolló en menos de un año, cumplió con todas las fases que requiere para ser segura y efectiva, ahora estoy esperando con ansias la segunda dosis que me dará una protección del 95% y así podré seguir trabajando tranquilo. Yo recomiendo a todo el mundo que se vacunen, en especial a nuestros funcionarios, es muy difícil que tengan alguna sintomatología producto de la vacuna, a lo más alguna cosa local, sin embargo lo que uno obtiene de ella es una seguridad para trabajar y no enfermarse, así que a vacunarse”. La presente actividad, avala la preocupación permanente del Hospital en el cuidado y tratamiento de sus pacientes al inocular al personal de su primera línea de atención, los cuales recibirán la segunda dosis dentro de los próximos días.
Enfermeras ayudantes: Natalia Riquelme (UTI) - Claudia González (UTI) Marisela Garrido- Andrea Mena (Sub. Calidad) Patricia González (Gerencia Comercial)
Carnet vacunación Dr. Guillermo Arenas
@HOSPITALPSB Hospital_Parroquial_sb
1)¿Qué animal tragó al profeta Jonás?
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de las er sobre religión, atrévete y respon end apr des pue a ten ren cua de po En este tiem en San Bernardo. irán apareciendo en la Revista Iglesia s me a cad que tas gun pre tes ien sigu
a) Caimán b) Gran Pez c) Tiburón
5) ¿Cuál fue el hombre más rico y sabio que ya existió? a) Salomón b) Sanzón c) Zaqueo
2) ¿Cuántos eran los dicípulos de Jesús?
6) ¿Cuántas piedras David tomó en el riachuelo para enfrentar al Gigante Goliat?
a) 3 b) 7 c) 12
a) 1 b) 2 c) 5
3) ¿Cuál es el último libro de la Biblia? a) Apócalipsis b) Salmos c) Tito 4) ¿Cuál de estos es un libro del Evangelio?
a) Gabriel b) Rafael c) Miguel 8)¿Cómo es el nombre del primer libro de la Biblia? a) Hechos b)Génesis c) Salmos
Respuestas: Gran pez, 12, apocalipsis, Mateo, Salomón, 1, Gabriel, Génesis
a) Hebreos b) Mateos c) Corintios
7)¿Cuál es el nombre del ángel que apareció a María, madre de Jesús?
30 Vocaciones
Avanzando en el camino vocacional
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l pasado 19 de diciembre seis seminaristas dieron un paso más en su camino vocacional recibiendo del Sr. Obispo la alba y cruz. La Iglesia, siguiendo a su Divino Fundador, Jesús Nuestro Señor, ha organizado el proceso vocacional al sacerdocio, como un camino de distintas etapas, en las cuales el varón que se reconoce llamado por Dios en comunión con la Iglesia, en la persona del Obispo y formadores, va discerniendo y formándose de cara a un futuro ministerio sacerdotal. Dice el Evangelio según san Marcos que Jesús “subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios” (3,1315). Esa vida con Cristo es la que el Seminario quiere reproducir en sus alumnos, que ellos escuchen la llamada, le sigan, vivan con Él íntimamente unidos, para luego ser consagrados y enviados. Esos pasos o etapas son los que contempla la estructura que la Iglesia ha determinado para los procesos vocacionales, a saber: a)Propedéutico: escuchar la llamada; b)Discipulado: seguirlo; c)Configurado: vivir con Él y como Él; d)Síntesis Pastoral: Desde la unión con Él comenzar a insertarse en la vida pastoral; e)Recepción de las sagradas órdenes del diaconado y presbiterado: Consagrado y enviado.
Pues bien, hace un par de semanas, seis seminaristas (Ángel Navarrete, Mateo Ramírez, Robinson Castillo, Miguel Castaño, Yeison López, Iván Gómez) han pasado de la etapa propedéutica (en la que estuvieron durante un año) al Discipulado, teniendo como signos la recepción del alba, para el servicio litúrgico, y la cruz, pues todo aquel que quiera ser su discípulo debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirlo (Cfr. Mt 16,24). Este paso vocacional coincide también con un avance en los estudios eclesiásticos, pues ahora comenzarán a estudiar filosofía que se extiende por un período de tres años. Nos alegramos por ellos y oramos para que Dios les conceda seguir descubriendo la llamada de Cristo y gozarse con el seguimiento del Maestro.
¿Y SI CRISTO TE LLAMARA A SEGUIRLE? Contáctanos: pvocacionalseminario@gmail.com Facebook Seminario San Pedro Apóstol Visita nuestro Canal de Youtube Mateo de Toro y Zambrano 112, San Bernardo. Fono 228572199
"En un año distinto,
¡los jóvenes acuden a Ti, Señor!"
32 Vicaría para la Educación
Curso de perfeccionamiento de profesores de religión 2021
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ás de 140 profesores de religión de toda la Diócesis de San Bernardo participaron durante 3 días de una nueva versión del Curso de Verano de Perfeccionamiento impartido por la Vicaría para la Educación. Del 5 al 7 de Enero los docentes repasaron temas relacionados con las planificaciones para nuevos planes y programas de la asignatura de Religión que en esta ocasión fue desarrollada a través de la plataforma digital de Zoom y Youtube. Para quienes no pudieron asistir las tres clases dictadas por la vicaría, éstas ya se encuentran disponibles en nuestro sitio web sección Vicaría para la Educación, menú Curso de Verano 2021
Los expositores y temas abordados este año fueron: 1. Fratelli Tutti y Nuevos Planes y Programas de Religión/ Equipo Vicaría 2. Planificación con los Nuevos Planes y Programas de Religión/ Luis Zúñiga Caro. Director Área Pedago-
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gía en Religión, Vicaria para la Educación Arzobispado de Santiago. Priorización curricular y clases de Religión en el contexto actual, significado y alcances. / Roberto Pavez, Director Nacional Área Educación, Conferencia Episcopal de Chile. Planificación con los Nuevos Planes y Programas de Religión. Luis Zúñiga Caro. Director Área Pedagogía en Religión, Vicaria para la Educación Arzobispado de Santiago. 5)Planificación con los Nuevos Planes y Programas de Religión. Luis Zúñiga Caro. Director Área Pedagogía en Religión, Vicaria para la Educación Arzobispado de Santiago. 6)Profesores… “Con Corazón de Padre” (Patris Corde). /P. Robin Sáez O., Rector Seminario Mayor San Pedro Apóstol. 7)Interdisciplinariedad, un enfoque integrador de la persona. / Gonzalo Letelier W. Director de Formación Colegio San Francisco de Asís. Santiago. “Educar es un acto de Esperanza”. / Equipo Vicaría.
Vida Diocesana Continúan trabajos de edificación de parroquia San Agustín
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on gran esfuerzo en conjunto de la comunidad, del párroco y del Obispado, se ha continuado con el trabajo de construcción de la Parroquia San Agustín en Calera de Tango, la cual ya cuenta con la estructura adecuada para celebrar los sacramentos dentro de ella, con las medidas sanitarias pertinentes. El templo se encuentra en pleno proceso de construcción, puesto que la antigua parroquia de San Agustín tuvo que ser demolida a raíz de los graves daños estructurales que presentaba producto del terremoto del 2010. Durante esta semana Monseñor Juan Ignacio González visitó la parroquia, la cual aún faltan muchos detalles por terminar, para que pueda ser entregada definitivamente a la comunidad de Calera de tango. Todo aporte o ayuda pueden contactarse directamente con el Padre Christiam Torres o con la oficina de Bienes del Obispado de San Bernardo al teléfono 228591137
Los primeros candidatos de la Escuela del Diaconado Permanente
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espués de varios años de formación en lo humano, académico, pastoral y espiritual, 6 alumnos recibieron el pasado domingo 17 de enero, en solemne ceremonia presidida por Monseñor Juan Ignacio González, el rito de admisión al Diaconado permanente. En los próximos meses recibirán los ministerios del lec-
torado y acolitado, previos a la ordenación Diaconal. Los candidatos al Diaconado permanente son: Rodrigo González Viñales (San Edmundo); Hernán Díaz Berríos (Sagrado Corazón); Darío Jara Barrera (Santa María Virgen); Claudio Mozó Correa (San José); José Ibarra Larenas (Nuestra Señora de los Dolores); Juan Vergara Alarcón (San Ignacio), todos ellos son hombres casados, quienes participan activamente en sus parroquias y desde hace más de 5 años se han estado formando en la escuela de la diócesis. La admisión al candidatado es un paso importante en el camino a las sagradas órdenes, pues es el primer gran reconocimiento de parte de la iglesia de signos positivos de Vocación. La Escuela de la Diócesis de San Bernardo, fue creada el año 2015, por Monseñor Juan Ignacio González y ya cuenta con 8 alumnos que se forman en ella. Esperemos que en un futuro cercano estos hermanos nuestros puedan recibir el Diaconado Permanente al servicio de la Iglesia.
34 Vida Diocesana
Testimonio de fidelidad
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l sábado 16 de enero, durante la celebración de la Eucaristía en la capilla del convento de las Hermanas de la Caridad Cristiana de la Inmaculada Concepción en San Bernardo, las religiosas conmemoraron su jubileo de consagración al Señor. En la ceremonia presidida por el Padre Eric González, las religiosas renovaron sus votos de: Castidad, Pobreza y Obediencia, ratificando una vez más su ofrenda de amor y fidelidad al celebrar 75, 65, 60 y 25 años de vida religiosa. Durante este día Jubilar, las Hermanas recibieron los saludos con los cuales la comunidad y la Congregación les expresó el cariño y gratitud por su vida de amor y servicio a Dios y a la Iglesia en esta Familia Religiosa. Con gozo, las religiosas hicieron suyas las palabras del salmista: ¡ Con qué pagaré al Señor, todo el bien que me ha hecho! Sl. 115, 12 • 75 años de vida consagrada: Hna. Elvira del Valle y Hna. Carmen Arellano • 65 años de vida consagrada: Hna. María Fidelis Valdés, Hna. María José Leiva, Hna. María Eugenia Vásquez y Hna. Graciela Neira • 60 años de vida consagrada: Hna. María Jesús Santelices y Hna. Alejandra Greisser • 25 años de vida consagrada: Hna. María del Rosario Castillo B.
Incorporación perpetua
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l pasado 30 de diciembre, Elizabeth Tiayna, Laica consagrada del Instituto Secular Compañía misionera del Sagrado Corazón realizó sus votos perpetuos en la Parroquia Ntra. Sra. de Fátima en San Bernardo. La Compañía Misionera del Sagrado Corazón (CM) es un instituto secular fundado en Bologna, Italia, el 25 de diciembre de 1957 por el Padre Albino Elegante, sacerdote del Sagrado Corazón de Jesús, formando parte de la Familia Dehoniana
"Evangelizar a los laicos para evangelizar con los laicos" nianos. Fue ordenado sacerdote el día 2 de abril de 1960. El 1 de noviembre de 1963 llegó a México. Siempre impulsado por su celo apostólico inició un proyecto; predicar con la Biblia en la mano, no lo hizo sólo, sino que impulsó a algunos jóvenes a entregar un tiempo de su vida a la evangelización y a hacer misiones. El contacto con la palabra de Dios fue haciendo que estos jóvenes fueran experimentando el llamado a seguir a Cristo para toda la vida. Estos fueron signos que abrieron paso a la fundación. Hna. Erika cuál es el carisma y su servicio pastoral y en qué países están?
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os misioneros servidores de la palabra (MSP Y HMSP) son una gran familia católica que ha nacido para trabajar en la tarea de la EVANGELIZACIÓN. El instituto de las hermanas cuenta con 426 miembros y el de los hermanos con 366. La fundación nace el 26 de Marzo de 1984, día en que reciben el documento que los avala como una asociación pública clerical, y el 22 de febrero del 2008 reciben el de Derecho Pontificio. ¿Cómo nace la congregación? consultada la Hermana Erika, religiosa de las Hermanas Misioneras Servidoras de la Palabra y la Oración, congregación quien llegó junto a otras 9 religiosas a la Diócesis de San Bernardo el pasado mes de diciembre, Los MSP y HMSP surgen en un contexto latinoamericano con un objetivo claro: evangelizar, ser testigos de Dios de su poder y su Palabra. El año 2012 Dios inspira nuestro fundador el inicio de una comunidad de oración siendo el mismo instituto, sólo que a través de un llamado especial de Dios a vivir una experiencia de oración, silencio y sacrificio. Nos puede contar sobre el fundador de su Congregación EL Padre Luigi Butera nació en Marianópoli, Italia, el 22 de mayo de 1932. A los 13 años ingresó al seminario diocesano y tras sentir un fuerte llamado a la vida misionera decidió ingresar al Instituto de los Misioneros Combo-
Nuestro carisma se expresa bien en el lema: "Evangelizar a los laicos para evangelizar con los laicos", fue la motivación fundamental de la obra misionera; y es la razón de ser de los consagrados Servidores de la Palabra; suscitar, instruir y acompañar a los laicos en la vida apostólica, para que adquieran un papel protagónico en la iglesia y en el mundo. Nuestro instrumento principal en la tarea evangelizadora es la Biblia. Como Hermanas Misioneras Servidoras de la Palabra y la Oración hemos sido llamadas a una vida Contemplativa-Apostólica. En primer lugar, oramos para que el evangelio sea conocido por todos los hombres y acompañamos con el sacrificio de nuestra vida y oración a toda la iglesia. En segundo, abrimos las puertas de la Casa de Oración a quienes necesitan alimentar su vida espiritual a través de los Ejercicios Espirituales, Cursos de Evangelización, Adoración al Santísimo Sacramento y acompañamiento espiritual. Todo esto en medio de un ambiente de silencio, oración y meditación de la Palabra de Dios. (Lectio Divina). Cómo HMSP estamos en México Guatemala, Honduras, Argentina, Costa Rica, República Dominicana, Uruguay Brasil, Venezuela, Estados Unidos, África España, Filipinas, Sri Lanka, Vietnam, Italia, Colombia y Chile. Hasta ahora se han fundado 5 Casas de Oración en México hay 3, una en California y ahora en Chile. ¿Cómo se gestó su llegado a Chile, específicamente a la Diócesis de San Bernardo?
36 Vida Diocesana Una persona clave en nuestra venida a Chile es el Padre Patricio López Santibáñez, quién pertenece a esta diócesis. Él conoce nuestra comunidad y carisma, estando en México visitó la casa madre para conocer mejor la comunidad, hablando con la superiora general, Madre Esmeralda, pide misión para su parroquia; ella ve un signo de Dios en esta petición, pues ya se había pensado en el país de Chile para fundar una Casa de Oración Silencio y Paz. El padre Patricio viene con esta propuesta, la comparte con Monseñor Juan Ignacio quién decide abrirnos las puertas de su diócesis. Y por gracia de Dios llegamos el día 4 de diciembre del 2020. Vemos cómo aún en medio de la Pandemia, Dios pone los medios para que muchos le conozcan. ¿Antes de su llegada a la diócesis, cual era la información que tenían de nuestra diócesis y país? De la diócesis sólo sabíamos que estaba cerca de Santiago, para nosotros eso ya era un reto grande. Pues sabíamos que el país estaba pasando por una crisis social y religiosa difícil. Sin embargo, Dios nos invita en medio de las dificultades a ser luz, para mostrar el camino que conduce a la paz. Y hago referencia a un texto de Isaías "Yo haré que seas luz de las naciones para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la Tierra." ¿Cuál será su misión y trabajo pastoral en la Diócesis, sobre todo en medio de la pandemia? La pandemia ciertamente ha sido un acontecimiento que nos ha puesto a pensar y redireccionar nuestros proyectos. En medio de la crisis Dios no nos abandona, pues, inspira y suscita medios que son útiles para alcanzar a todo su pueblo, de manera actual. No podemos olvidar que la Palabra de Dios es viva y eficaz, Hb. 4,12 esto sigue tocando corazones y suscitando deseos de vida nueva.
Como dice San Pedro, "Ustedes han vuelto a Nacer, y esta vez no de padres humanos y mortales, sino de la palabra de Dios, que es viva y permanente. 1P 1, 23. Partiendo de esta idea y convicción, nos valemos de los medios que hoy tenemos, aún en medio de restricciones y grandes retos. Por lo tanto, usamos los medios digitales para seguir la obra evangelizadora; realizando transmisiones a través de diferentes plataformas. También, tomando en cuenta las medidas sanitarias, hemos abierto las puertas de la casa de oración, ofreciendo ejercicios espirituales ya sea entre semana o fines de semana, brindándoles un ambiente de silencio, oración y paz. Y sobre todo, oramos por las necesidades del mundo entero especialmente por quienes se encomiendan a nuestra oración, por este país de Chile al cual Dios nos ha llamado, creemos que a través de nuestra oración muchos pueden encontrarse con Dios. ¿Cuántas hermanas son en Chile, cómo se han organizado con el trabajo? Somos 9 hermanas. Cada una de nosotras ejerce trabajos específicos, como son el apostolado, el trabajo, que consiste en jardín, aseos generales, cocina, sacristía, costura, etc. Por las tardes estudiamos canto gregoriano, espiritualidad y damos un tiempo para preparar el apostolado. Les invito a que se acerquen a esta Casa, que aprovechen todos los bienes espirituales que Dios les quiere brindar. Dios quiere sanar y restaurar muchas vidas en esta diócesis. Cuentan con nuestra oración y nos encomendamos a la suya.