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EL LIBRO Y EL DESAFÍO FRENTE A LA TECNOLOGÍA

Su importancia social, cultural y económica

“En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia”. Miguel de Cervantes

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Las celebraciones en todo el mundo por el Día Internacional del Libro nos llevan a una serie de reflexiones básicamente en torno al libro y especialmente la lectura, entendida como el medio más eficaz para adquirir conocimientos. La interacción con el libro no solo enriquece la visión de la realidad, fortalece el pensamiento lógico-creativo y promueve la capacidad para expresarse. Principalmente, nos permite razonar y crear, ver y entender los sucesos desde nuevas perspectivas. El lector asiduo desarrolla la capacidad de identificar los detalles más relevantes, entenderlos y valorarlos en una dimensión tal, que el siguiente paso es la acción, la modificación de su realidad.

Por: Kathy Perales Ysla. Comunicadora - Directora editorial @KathyPeralesY

En el contexto actual, en el que durante la pandemia por la COVID-19 los colegios y centros de estudios de todo nivel han cerrado, así como la riquísima actividad cultural que históricamente se ha alimentado del libro, los profesionales del mundo librero nos preguntamos: ¿Qué le espera al libro?, ¿cuál es el desafío que se le presenta actualmente y a qué camino nos enfrenta la aceleración de la transformación digital que ha inundado nuestras vidas? Vivimos un momento en el que los cambios tecnológicos han afectado radicalmente el comportamiento de los lectores, sin duda, nos enfrentamos a una transformación radical en la producción de libros y el sector cultural.

Qué nos espera

Son innumerables las posibilidades que se presentan. Retos y oportunidades para acceder a espacios ilimitados de información y conocimiento compartido de manera gratuita. La lectura de los libros bajo la forma que los conocíamos, compiten con los audiolibros, los e-book, los comic book y otros más en formato epub a los que se puede acceder a través de todo tipo de dispositivos inteligentes como tabletas y teléfonos celulares. El mundo smart nos está inundando. El desarrollo de las inteligencias artificiales ha creado ya, diversas alternativas para reemplazar al libro, tal y como lo conocíamos, y mantiene una incansable carrera por crear nuevas rutas para proveer a los lectores de novedosas experiencias en torno al placer de la lectura.

Al mismo tiempo, este desarrollo tecnológico en una sociedad que mantiene tantas desigualdades como la existente en el Perú, en el que la calidad de la educación es tan distinta, solo por la ubicación geográfica en la que se vive y por las limitaciones para acceder a la conectividad a través de internet, nos lleva a pensar que el libro bajo su forma tradicional seguirá siendo el camino más sólido para proveer de conocimientos a este sector de la población. Según la Encuesta Nacional de Hogares del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) el 20% de los hogares en el Perú con menores ingresos reportaron que sus hijos, alumnos de escuelas nacionales, usaron sólo la radio y la televisión para acceder a las clases a distancia, mientras que el 15% con mayores ingresos informaron que acceden permanentemente a plataformas virtuales creadas especialmente para sus temáticas de interés. Una realidad que describe de forma descarnada la desigualdad.

Vivimos un momento en el que los cambios tecnológicos han afectado radicalmente el comportamiento de los lectores, sin duda, nos enfrentamos a una transformación radical en la producción de libros y el sector cultural.

El lector de la era digital

En este contexto, son los gobiernos quienes deben preocuparse por cubrir los requerimientos y las brechas de las poblaciones que no tienen acceso y que en su mayoría son las más alejadas de la capital. La creación de más bibliotecas con libros físicos junto a un agresivo plan para proveer de mayor conectividad a internet, es el camino para aminorar esta deficiencia. Mientras tanto las editoriales y editores que produciamos libros no solo para educar, sino para el disfrute, la contemplación y para alimentar el placer de la lectura, tenemos que enfrentar el gran reto de desarrollar nuevas estrategias, es necesario abrir camino a nuevas formas de crear contenidos, en otros soportes como los videojuegos y los productos audiovisuales.

El lado positivo es que el lector de la era digital ha cambiado, consume más y de forma muy selectiva. Legiones de jóvenes leen a través de audiolibros o inteligencias artificiales creadas para leer cualquier texto y traducir de cualquier idioma, los especialistas siguen recomendaciones de lectura basadas en algoritmos de Big Data. Asimismo, los escritores de la nueva era usan el teclado como una extensión de su cuerpo, muchos otros utilizan el dictado a una inteligencia artificial creada para producir textos. Herramientas que nunca antes hubieramos soñado.

Los gobernantes deben interiorizar esta realidad y estimular las nuevas formas de lectura de la sociedad tecnológica en la que vivimos. No hacerlo conducirá a las mayorías a una exclusión y en consecuencia a una separación social, cultural y económica. Las nuevas tecnologías nos traen un libro vestido de modernidad, que no ha perdido su esencia, es el puente para vivir e imaginar espacios únicos e indescriptibles.

Al mismo tiempo, este desarrollo tecnológico en una sociedad que mantiene tantas desigualdades como la existente en el Perú, en el que la calidad de la educación es tan distinta, solo por la ubicación geográfica en la que se vive y por las limitaciones para acceder a la conectividad a través de internet, nos lleva a pensar que el libro bajo su forma tradicional seguirá siendo el camino más sólido para proveer de conocimientos a este sector de la población.

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