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Kuadro De Honor
BLACK SABBATH ¡50 AÑOS DEL META L , 50 AÑOS DE BLACK SABBATH!
El metal cumplió este año cinco décadas y de la misma forma, Black Sabbath de Black Sabbath llegó al medio siglo y el Heavy Metal con él. Tal vez había algunos tracks de los Beatles, Queen, The Kinks o The Who que desde los 60 se podían considerar pioneras del género pero oficialmente llegó con Ozzy, Tony, Geezer y Bill.
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El tono del demonio, canciones de amor hacia Satán, de sonidos densos con esa voz maliciosa que te obligaba a mover la cabeza con frenesí, como poseídos y sin saber por qué. Black Sabbath es uno de esos discos que te atrapan de principio a fin, envuelto por esa aura que el álbum transmite.
La presentación de los cuatro jinetes del apocalipsis, empezando por uno de los genios sin rostro. Geezer Butler no solo era el bajista, también se convirtió a lo largo de los años en pieza central en las composiciones de la banda. Además patentó ese sonido especial, ese que te retumba por dentro y va más allá de otorgarle a la melodía la base rítmica, para entender, solo basta con escuchar el solo de “N.I.B.”, con aquello, Butler se inmortalizó en la historia de la música.
Por su parte, Bill Ward vino a darle el complemento con su propio sabor. Esos tarolazos que hipnotizaban y que son fundamentales para obtener ese sonido oscuro que a la fecha sigue influenciando a generaciones completas. Lástima que al día de hoy sea más recordado como el chivo expiatorio de Sharon.
El padre del tritono del diablo solo tuvo que perder algunas partes de sus dedos para hacer esa magia. La manera en que esos riffs de Iommi te golpean, es algo que sigue sin réplica. No fue el primer guitar god, fue el primer guitar devil. No era diabólico como Robert Johnson, era diabólico por lo que provocaba al momento de escucharlo. Jethro Tull nunca iba a poder con él.
Por el último, el príncipe de las tinieblas: Ozzy Osbourne. Qué mejor presentación en sociedad que este disco. Este bien pudo pudo ser el único, “el debut y despedida” de Ozzy y compañía, y aún así estaría en el panteón del rock/metal como uno de los más influyentes. Afortunadamente fue sólo el inicio de lo que podría hacer... como comer murciélagos y descubrir guitarristas.
Y como si fuera un mantra satánico, el mejor track debut en este álbum, Black Sabbath, es sin duda “Black Sabbath”, una de las canciones más icónicas de Black Sabbath.