Portada
Portada
¿Cómo queda Cuba tras la muerte de Castro?
El día después
de Fidel
Nació con la inquietud de quienes se niegan a que la historia los ignore. Escribió sus páginas –inéditas y rebeldes- sin pedir permiso, sin pedir perdón. Empezó como activista estudiantil, dirigió un movimiento armado, estuvo preso y exiliado. Y, con la misma pasión, gobernó por casi medio siglo. Su cuerpo resistió nueve décadas, pero su nombre es inmortal. ¿Cuál es su legado? ¿Desde dónde nos mira Fidel? Para unos desde arriba, para otros desde abajo. Castro es Cuba, la buena, la mala, la de la isla, la de Miami… Ángel o demonio, justiciero o tirano, soberano o necio, la historia lo dirá. Mientras tanto, Cuba es lo que Fidel hizo de ella
Foto: Flickr / Sarang Jam Saqi
Por: William Morales
El 1 de enero de 1959 se proclama el triunfo de la revolución y, en abril de 1961, Castro la declara socialista marxista leninista 14
Noviembre 2016
I
EL COMIENZO En 1957, en las montañas de la Sierra Maestra de Cuba, Fidel Castro daba declaraciones a la prensa extranjera sobre los motivos de la revuelta: “Estoy liderando una revolución porque el gobierno legal de mi país fue derrocado por un ejército liderado por Batista, 82 días antes de que unas elecciones generales permitieran al pueblo de Cuba elegir su propio gobierno. Y en vez de eso, el general Batista estableció una sangrienta tiranía. Para poner fin a dicha tiranía y para restablecer un gobierno legal en mi país, estamos luchando ahora”, puntualizaba con su estilo apasionado e hipnotizador. En 1953, Fidel ayudó al asalto fallido del cuartel Moncada; durante el ataque, todos los rebeldes fueron asesinados. Castro fue encarcelado por Batista por dos años. “No es lo mismo luchar por la libertad que luchar en contra de ella. Toda la gente de Sierra Maestra está con nosotros. Hemos prendido la llama de la revolución. Batista no quiere admitir que es incapaz de ven-
cernos”, decía el líder cubano antes del triunfo de la revolución. Además, contaba que su ideología no era socialista: “No hay ni comunismo ni marxismo en nuestras ideas. Nuestra filosofía política es una democracia representativa y la justicia social dentro de una economía bien planificada”. El 31 de diciembre de 1958, tras varios meses de enfrentamientos, las fuerzas revolucionarias combatieron durante tres días antes de avanzar a La Habana, y el 1 de enero de 1959, a las 04:00, Fulgencio Batista se rindió y huyó. Tras dos años de guerra, las fuerzas rebeldes entraron a la capital. El gobierno de Castro fue admirado porque no se forjó mediante un golpe de Estado militar, sino de una revolución popular. Castro era un orador dinámico, persuasivo y lleno de energía; dotado de humildad y algo parecido a un profeta bíblico. Sobre la revolución, Castro decía: “Esta es más difícil que la otra porque cuando estábamos en guerra, solo teníamos que preocuparnos por
luchar. Ahora, de lo que se trata es de producir, de crear y de cuidar de todo lo que importa en este país y de erradicar enfermedades”. Un año después de que Castro se hizo del poder, la gente empezó a huir, los que querían salir solo podían llevarse una maleta y renunciar a sus casas, coches y joyas. La mayoría se asentó en Miami, Florida, Estados Unidos (EE. UU). La comunidad de exiliados empezó a sentir el odio hacia Castro. Con el paso de los días, los líderes de la revolución descubrieron que no tenían dinero suficiente para encaminar al país. Aunque inicialmente Castro había dicho que no necesitaba ayuda de EE.UU., se dio cuenta de que no podía vivir en esas condiciones. Pero, EE.UU. se mostró reacio a ayudar. Para los estadounidenses, el gobierno revolucionario era un mandato de facto. La isla, que les servía de centro vacacional, era un paraíso tropical ideal para lucrativos negocios y a solo 150 kilómetros de casa. www.laotra.com.ec
15