GERENTE PYME

Reinvención de la cultura participativa

En la lista de acciones primordiales de las organizaciones debe estar la cultura participativa, la cual actualmente se tiene más en cuenta la agenda de gestión de la fidelización del talento. Este enfoque para muchas empresas es el elemento diferenciador.

Por: María Paula Ospina – Socia de Human Capital.

Durante los últimos años hemos escuchado con más frecuencia que en las organizaciones (independientemente de sus orígenes o tipos) se viven experiencias únicas e irrepetibles a partir del desarrollo de sus propias vivencias cotidianas, positivas o negativas. Todo depende de cómo se interpreten las situaciones.

Pero ante todo es necesario tener el contexto de qué sucedió, cómo ocurrió y por qué se dieron las cosas; esto redunda en un concepto que cada vez encuentra más adeptos en definir lo que es abstracto: la cultura corporativa, en efecto, es tan amplia que no se puede reducir a un par de frases que anoten o encapsulen los valores, los comportamientos, los mitos o las creencias de las personas de una organización. En otras palabras, la cultura es vista como algo difícil de definir, pero innegable y arrollador en sus expresiones.

Con lo anterior entramos en contexto. La cultura corporativa no es definible pero tampoco es que no exista, al contrario, es imperativa y es un axioma: que por ser tan evidente no precisa demostración alguna, basta con sentarse a almorzar con alguien para conocer la cultura de una compañía. En línea con esto, las evidencias de los elementos culturales son las sumatorias de las vivencias, experiencias, lenguajes, significados, conceptos, valores, sentimientos y comportamientos colectivos únicos… que al final demuestran la cultura.

Sin embargo, es determinante tener en consideración que todos estos elementos al final también redundan en la construcción de resultados y por esto mismo se hace necesario hacer mediciones periódicas que nos permitan evidenciar el nivel de alineación de los atributos identificados dentro de la cultura con las percepciones de nuestra gente, a fin de buscar interiorizar en mayor medida esos comportamientos que son indispensables para alcanzar los objetivos.

De acuerdo con la Encuesta Salarial y de Tendencias en Gestión Humana, TR 2021, hoy existe una mayor conciencia frente a la importancia de este tipo de elementos en la estrategia de compañía, evidenciando un avance frente a años anteriores en la medición de cultura, con un 62% de empresas que hoy la realiza como parte fundamental de su evolución.

Esta evolución también se enmarca en la conciencia que han tomado las compañías frente a la importancia de trabajar y abordar estos asuntos para ser más

asertivos en sus estrategias como compañía. La Encuesta Salarial TR 2021 también muestra un crecimiento importante en la conexión que se reconoce entre cultura y resultados.

Es importante mencionar que las culturas corporativas más susceptibles de mantenerse vigentes son aquellas que promueven la adaptabilidad al contexto al que se enfrentan y para ello es importante comenzar desde adentro, conectando la mente, el corazón y las experiencias positivas:

Conectar con la mente de los empleados, transmitiendo las metas, las cifras, el contexto económico, influyendo en ellos para generar empoderamiento de sus propios resultados, ofrecer paquetes retributivos y de beneficios competitivos con el mercado y que aporten a la fidelización de su talento.

Conectar con el corazón de los empleados, promoviendo el suficiente capital social para que logre generar redes de apoyo y soporte emocional que promueva el desarrollo deobjetivos comunes sin egoísmos ni luchas individuales, creando redes de trabajo colaborativo al interior de la compañía, haciendo lo necesario para demostrar la pasión por lo que se hace.

Conectar con las experiencias positivas, es poder posicionar a la empresa como una fuente de situaciones generadoras de satisfacción, orgullo y reconocimientos justos a partir del cumplimiento de metas conjuntas, premiando equipos con criterios y políticas claras. Las evidencias de los elementos culturales son las sumatorias de las vivencias, experiencias, lenguajes, significados, conceptos, valores, sentimientos y comportamientos colectivos únicos.

Las conexiones

Pero conectar mente, corazón y experiencias positivas sin un objetivo común pierde total validez, por ello, promover los propósitos corporativos y alinearlos con los individuales es una clave poderosa para lograr compromisos organizacionales con eslabones fuertes. Cuando el empleado se identifica con los valores y los comportamientos de la compañía gracias a la identificación de su esencia, tiende a actuar con coherencia ya que al reconocer la estrategia corporativa como propia, la transmitirá y comunicará de manera impactante y con transparencia, generando comportamientos inspiradores. A esto le podemos llamar conexiones con el propósito superior, es decir, lo que nos mueve a todos.

En esta línea, podría decirse que la cultura es un elemento activo, en constante evolución y que las empresas son más fuertes cuando aprenden a adaptarse a la adversidad y, en el proceso, fortalecen su capacidad para superar los desafíos futuros. Incursionar en este proceso de transformación no ha sido algo tan evidente en el país ya que a pesar de los trascendentales cambios que ha vivido el mundo, sólo un 57% de las compañías de la muestra ha tenido esto en cuenta para avanzar en un proceso de reinvención cultural que apalanque los nuevos desafíos y que le permita construir una visión a largo plazo que ayudará a consolidar resiliencia empresarial frente futuras amenazas y desarrollar crecimiento.

Estos factores influyen en la consolidación de la participación real en una organización, pues si se alinean permitirán a los empleados soñar en conjunto, se sentirán respaldados y acompañados para construir un futuro corporativo que promueva la sostenibilidad. Como complemento a lo expuesto, una cultura participativa debe tener un foco de desarrollo de la innovación, donde la creación, la exploración y la transformación estén presentes para lograr adaptaciones positivas.