Revista Legajo: Álef

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EDITORIAL Lo infinito y lo efímero

L

a atemporalidad de lo eterno, el movimiento efímero de la vida y las memorias, el pensamiento y el tiempo; parece que el mundo se rige

bajo conceptos subjetivos amplísimos sin que nos demos cuenta que en

Álef

realidad todo está compuesto de generalidades mayores. Dentro de lo cotidiano se nos presentan los dos extremos de la concepción de la estática y paso del tiempo: lo infinito y lo efímero. La interpretación y la asimilación

CONTENIDO

de estos no podría abordarse por un medio más preciso que por el arte, y en esta ocasión, la literatura. Una parte indispensable para la comunicación, es el sistema de escritura ba-

3 Desesperación, de Coste;

sado en los caracteres de una lengua particular. En Revista Legajo, resalta-

4 Eterno Sol y Luna, Aragón;

mos esta condición con Álef, la primera de las consonantes hebreas y árabes,

5 Hoy me acuerdo nuevamente de ti, Carrera;

ahora como un símbolo para la Revista, siendo esta la primera edición de

6 Bestial, Aragón;

representando la amplitud y el alcance del idioma. Asimismo, corresponde una serie que esperamos se extienda como la lengua que encabeza la letra álef.

8 Abolición de los instantes, Tejeda;

A lo largo de este primer número, se abordarán los conceptos de la temática

9 Debo estar soñando, Zantina;

visión ecuménica y conceptual del amor, pasando a la creación y contempla-

10 Café, Rosas;

y fatal, pero igualmente infinito. Tal y como escribiría Jorge Luis Borges en

11 Sección Creación libre. No es cierto., Fradest.

El inmortal, “Cuando se acerca el fin ya no quedan imágenes del recuerdo;

principal desde puntos de vista tan amplios como el tema mismo. Desde la ción del universo y sus elementos infinitos, hasta el final de la vida, efímero

sólo quedan palabras.”

DIRECTORIO Revista Legajo es una publicación sin fines de lucro. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación, en cualquier forma o medio, sea de la naturaleza que sea, sin el permiso previo, expreso o por escrito del titular de los derechos. Los artículos son responsabilidad del autor y no reflejan el sentir de la revista. Revista Legajo. Año 01, Número 01. México: enero, 2016.

Director General Emilio M. Tejeda

Fotografía en portada Manuel Martín Vicente

Director de Publicidad Edgar Franco Bravo

Contacto legajo.editorial@gmail.com

Subdirector Editorial Salazar Aragón


CUENTO

DESESPERACIÓN

A

las seis y media despertaste, sentándote de golpe en la cama, impaciente como todos los días. Me besaste preguntándome por el clima. –Pálido– te contesté. Quitándome las sábanas de las piernas me levanté por esa copa primeriana de café, mientras más caliente mejor. Te acercaste al ventanal con tu cigarrillo en la boca, semidesnuda como te acostumbraba, agotador es creer que esta resultaba ser nuestra rutina diaria, separando nuestros caminos a su término. A diario me recordabas tu afecto y ternura en verbo, a lo que me correspondía saber su porqué, pero claro, tu intimidad te hacía. Terminamos nuestra rutina como había de esperarse, no nos veríamos hasta el anochecer, significando que mis palabras no tendrán sentido hasta tal momento.

de tus palabras buscaba recordarme lo usual, pensé que en mi desesperación había causado una impresión diferente en ti. Eran las siete con cuarenta y cinco minutos y se veía tarde para ti, te fuiste pero sin antes besar mi mejilla. Dejaste algo en mi bolsillo, un papel rectangular con algo escrito en él.

Ocho treinta de la noche, yo me encontraba sentado en el sofá esperando oír el ruido de tus zapatos, los oí. Debí preguntarte cómo lo hacías, para muchos un gesto, para mí eras tú. Entraste y nos abrazamos, corrimos hacia la cama por el corredor del departamento, desesperados por sentirnos, cuando de tus labios salieron en verso las siguientes palabras: –Mi cuerpo se llena de ti por días y días, no deberás olvidarlo–. En ese exacto momento me vino a la mente la infame idea de plantarme abajo de la cama a decir: –Dime qué es lo que pasa que me haces recordar a diario–. Solo reíste, se me hizo imposible encontrarte un significado regresando a la cama con lo nuestro y lo tuyo. Al día siguiente al amanecer me encontraba preocupado, ninguna de

Solté el papel sobre las sábanas, ofuscado por tus palabras. Tenías razón, me encontraba perdido sin poder revivir tus palabras. Eran las ocho y media, no te escuchaba como no se puede ya. Si pudieras verte ahora estarías ceñuda por ese vestido, jamás te gusto, personalmente solicité veinte minutos de peinado. Estoy aguantando con mi cuerpo y mente en una silla, viéndote, supongo que eso hacía. Son las diez con treinta y cinco minutos, pasajeras fueron tus palabras, inasibles. Iría cincuenta veces de rodillas y brazos, de hombros y manos para vivirte de nuevo. No te disfruté lo conveniente y me muestro pesaroso, quedándome solo un pedazo de papel con palabras que no gemían de la misma forma que tus labios, pero me quedaba.

"Querido mío, Tanto pensar te ha causado el olvido, disfrútame en nuestra vida y no dudes que no soy eterna. Escucha con tus ojos y no te preguntes que en cuatro días olvidarás de nuevo. "

//Jay Mantri. Pexels. CC0 License.

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CUENTO

ETERNO SOL Y LUNA

A

nhelé, vi emerger y brillar una estrella bailando a un ritmo que aún no he logrado comprender y después paré en ruedas, estirpe de mi incertidumbre y afán. Tiempos de ver nada me impulsaron a recorrer después un horizonte incierto, corriendo en el vapor de mi nadie. Apenas controlando lo que venía; solo acaso me inclinaba para tornar un momento, dependiendo del brillo de aquel lucero. Giraba con cierta frecuencia hacia donde me marcaba el halo de su cuerpo, tan apreciado en mi lobreguez. Y en segundos al guiarme por su purificado ser encontré un teñido indiferente y rasposo, poco a poco mi campo sombrío retomaba un ocaso vivaz de antagónica presencia, que pronto a pronto tomaba ritmo. Susurrando con el astro de mis luces nombré verde a eso que surgía de noche, según me narró. Sobrevolaba con cierto complejo de espacio aquel espectro fantasma, rozándolo apenas y quise de pronto tocarlo; incliné mi balance para bajar y lo toqué, aún sin conocerlo y empecé a sentir, según ella, a viento producto de viaje, veloz aproximación a un destino aún incomprendido. Y cierto, que ya en más conciencia conocí que no solo era verde sino también era pasto, y que no solo era negro, sino también era firmamento. Y así corrieron los días que aprendieron mis pensares, que aún en poca monta dieron luz a cierto ingenio, aún crudo por mi ínfimo realizar. Decidí, pues ahora podía, comenzar a tejerme un móvil pues según ella flotaba, y en mi enigma respondí con arrancar de mi alrededor derecho un pedazo y colocarlo bajo pies, que ahora posaban en algo, ya no volando. Partí de ahí, y pronto vi que aquello daba a una transparencia antónima; no era ya negro, era café, como ella me enseñó. Y conforme continuaba, comprendí que era madera, y el pedazo que extirpé de un rodear sombrío tornó en eso. Pues ahora que mano derecha había tomado, izquierda también, y colocó inferior a derecha pieza nueva que marchitó a gris y que después conocí como metal. Ahora fue horizontal y sobre pasto, según vista. Pues ya, di con cansancio por tanto estar preparando y recurrí a mi más avanzado ingenio, que sugirió a boca; mordí entonces de mi éter superior un pedazo, y lo mordisqueé hasta convertirlo en rueda, y después lo escupí, procurando que cayera entre mi móvil y lo que conocí como riel. Continué hasta dar con cuatro, y mis oídos ahora escuchaban que giraban. Llamó a mi completo ser tren, y se sentía orgullosa, pues en la penumbra di con ello, y tras su sonrisa su rodear resbalaba negro y revelaba en un tono espectral a azul, tenue y liso, sin mancha de nada. Reconoció todo como firmamento y paisaje; llegué a la afición de pasto encajando perfecto con azul que yaLEGAJO | Enero 2016

cía en su fondo, mientras yo me movía a través. Pero no me pareció después de que avanzaba, siempre igual y me concedió un deseo, a petición de imaginación, y di con pies iguales a los míos, que solo posaron en manos. Les deseé conciencia pues mi disconforme concedió otro, y pronto partieron para pasto. Corrían uno tras otro y después, como yo, dieron con su anhelo. Recordando a madera, quisieron ser cafés y lo fueron. Imaginé que podrían querer subir conmigo, así que deseé un mecanismo igual atado al mío, y lo llamé vagón. Pronto vi como pies cafés andaban ahora bajo un ser redondo y de misma textura a pasto, pero al dirigirse a azul quisieron que fuese más suave como él, y así fue. Desearon después otro redondo, más pequeño ahora y superior a su anterior. Recapacité y pedí que vagones fueran creados conforme a deseos fueran pedidos. Contaba ahora yo con tres vagones. Noté después que fueran por tanto deseos, que dieron a lo que ella llamó conejo, o fuera por tanto brillar, su esplendor comprendía lo que llamé gris. Sentí en estómago un febril retortijo, según ella en su agonía, producto de ira. Y fue por conejo, que pedía más de ellos, sin siquiera acompañarme, solo gastándose a celeste. Tomé la decisión y giré hacia ellos, y con ruedas pasé por encima; escuché a carne crujir sin saber por qué y seguí como había seguido, ahora asestando siempre y conforme seguí, verde se tornó carmesí según yo, dando contraste, de nuevo según yo, magnífico. Y aun así, celeste moría, como yo pensé, pero ella en convulsa mención dijo Sol, y en llanto susurró día, mientras a azul lo atascaba negro, y mientras conejos subían a firmamento, y ahora brillaban pequeños ahí. Verde palideció pues celeste no estaba, la vi bajar, y vi subir algo. En tono bajo dijo Luna, y recordé a celeste, pues ella me narró a noche, y mencionó a Luna. Ella dijo que celeste es Sol y que Sol da a día y que ella es Luna que da a noche. Perplejo solo vi a conejos cegar desde arriba, ahora dándome a pensar mientras negro surgía otra vez. Anhelé, vi emerger y brillar a celeste otra vez, y pasto retomaba a verde y azul vencía a negro y Sol daba a día mientras me sonreía. Deseé el regreso de conejo que siguió con suyos. Paseé por firmamento y paisaje hasta que celeste abrazaba a gris y susurraba: de nuevo, y giré hacia ellos y carne crujió de nuevo, y verde reencontró a carmesí y negro despedía a azul y celeste cayó mientras Luna subió y conejos con ella y brillaban mientras yo viajaba y viajé por noche y día, anhelando a Sol y Luna, comprendiendo con desconcierto desde suelo el amor enfermo que los unía. -4-


NARRATIVA

HOY ME ACUERDO NUEVAMENTE DE TI //Adrianna Calvo. Pexels. CC0 License.

H

oy me acuerdo nuevamente de ti. Moría por ver una foto tuya y recordé que yo no tenía ninguna. Lo único que me dejaste fueron recuerdos labrados en la sien. Solo me queda la primera vez que hablamos. Cuando me viste por primera vez a mis

ojos. Cuando me desnudaste viéndome directamente dentro de mis ojos. Cuando me llamabas por teléfono. Cuando me buscabas aunque tu novio estuviera contigo. Todavía me acuerdo de ti. Te agradezco haberme dejado. Fuiste la última oportunidad que tuve para sentirme mal por mí mismo. Si te hubiera amado por más tiempo, no me podría haber levantado de nuevo. Y eso es lo curioso, nuestro tiempo juntos fue tan corto… pero tú fuiste la primera chica a la que en verdad amé de esa manera, por ende permanecerás en mi memoria para siempre. Y es que es frustrante, ¿sabes? Yo nunca tuve la intención de hacer que alguien más le fuera a ser infiel a otra persona por mi culpa. Me sorprende cómo arriesgaste la relación de años con tu novio para estar segundos conmigo. Sea como sea, eso me da la tranquilidad de que me quisiste aunque fuera por un instante. Pero yo te querré para siempre. Así que gracias por escoger a tu novio sobre mí. Gracias por escoger esos momentos tan pequeños conmigo y una vida con él. Lo curioso es que al igual que yo, tú también me tendrás presente. Es cierto, nuestro tiempo fue efímero, pero el recuerdo será eterno.

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CUENTO

BESTIAL

E

n la nada, el inicio de todo, lo oscuro y trémulo del prefa-

guiaron por arte del tiempo –de nuevo–. Y entonces sucedió; se

cio absoluto. Se dice, por lenguas y estirpe, que ahí el fue-

sabía, ya no era nada, ahora era, por más que no se conociera,

go conoció la sombra junto con el hielo por culpa de vicisitudes

aún en su posar a miles de leguas se le conocía. Y de pronto se

inenarrables, ocultas de todo conocimiento. Y el Tiempo, feto,

sintió atraída, conquistada por los años que le parecían ser se-

encargó de unirlos, de por casualidades infinitas provocar un

gundos, era ya un niño, y ella lo ha sido todo siempre. Magneti-

roce. Y de ahí, del primer y fino toque nació la primera existen-

zada por su hallazgo se acercó al árbol, hito de todo lo que veía

cia no conocida, de forma inescrutable y colores pardos al ojo

y sin embargo nadie la distinguía, solo veían el paso de mil for-

mortal; crecía conforme lo ínfimo del contacto disminuía y lle-

mas avanzar por entre todo, desde sus tronos o posares y nadie

gó a la nada. Se desprendió por fin del joven amorío y se apartó

hizo nada. Pronto alcanzó el aire, las nubes y el fuego finalmen-

a las lejanías de un espacio inmóvil e infinito, donde podía ob-

te. Se posó frente a la ventana donde ahora permanecía el ya

servar y presenciar la creación del ganado y del gigante, que

joven, que contemplaba desde el interior la razón de sus visio-

poco a poco tomaban conciencia de su existencia para dar paso a

nes, de sus sueños más entrañables; entendió que por siempre lo

mayores realidades. La tierra y otras esferas de vida y prematu-

habían estado esperando, entendió lo que ella era, no como to-

ro convivir entre sus allegados fueron tomando forma, mientras

dos que no veían nada. La Bestia, conmovida acercó sus formas

la Bestia observaba inepta desde los extremos. Vio también el

a él y él postró sus manos en el vidrio que ahora parecía incierto

puente y la semilla germinar. Vio a los primeros que conquista-

y ocurrió. Estalló en pedazos el cristal y en movimientos con-

ron y la destrucción del más grande, lo vio todo, aun en la nada.

vulsos se fundieron; se entendían, pues ambos oscurecían y narraban para sí en sus espacios poco exiguos de ráfagas de Tiem-

Llamó arduamente su atención la tierra, apenas empe-

po, sabían lo que era estar apartados de todo para ser considera-

zando a jerarquizar sus elementos, apenas priorizando sus pila-

dos nada, eran ahora un propio Ser.

res de existir. Y siguió esperando, esperando mientras el Tiempo se sumaba más y más adquisiciones. Esperó y encontró en el

Pasaron los días y ahora en un plano mortal vivía. Desa-

seno de una civilización cordial, gradualmente avanzada, a una

yunaba leche y galletas, iba al colegio donde leía sobre el vacío

criatura tibia, reciente, perdida entre sus alrededores; se encon-

donde nació y cómo se ocurrió. Iba después a entrenar ameri-

tró a sí misma. Y se decidió por aguantar aún más, pues nadie

cano o a intentarlo. Nunca resaltó, solía comúnmente rozar el

conocía sobre ella, nadie había notado su presencia en el aún

balón con media yema y ojos completos para dárselo a algún

latente vacío; ni siquiera aquellos, guerreros de los siglos que

titular que lo cargaría en su nombre propio. Ella, harta de la tem-

por días sin terminar sentaron su poder por absoluto. Nadie ni

planza y humillación de cada día, tomó por sí sola conciencia;

nada, parecía estar fundida con su éter, parecían ser uno mismo.

sus formas de nula convención ahora armonizaban en huesos y músculos que crecían y formaban poco a poco un cuerpo apto,

Pasó de nuevo el Tiempo, rodeando la existencia con

inspirado en aquellos que por siglos vio luchar desde su asiento

sus virtudes y de nuevo volteó hacia la tierra y lo vio ahí senta-

falto. Ahora podía, a ojos de cualquiera, equiparse para salir y

do, lindero a una ventana que daba al cielo. Miró atentamente

tomar por siempre el balón en nombre de ambos, de Ser.

con ojos de mil vidas y él volteó, su par de ojos mortales se LEGAJO | Enero 2016

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Por fin, después de tanto podía sentir el balón, podía saborear su victoria sobre otros que lo habían en algún pasado dejado atrás de todo. Ahora corría, amansaba cuerpos y terrenos a voluntad, no había fuerza en ese plano que detuviera lo que ahora era, no había nada. Movía con ímpetu sus piernas para arrasar con la carne mortal y profería con ellas la estela de una velocidad sórdida para mentes finitas. Era ya uno con la Bestia, nada podía. Transcurrieron los días raudos para otros, mientras él se elevaba en su propio altar, como los astros de antaño, expió cada duda que se le propusiera, era ahora supremo y nada. Comprendía siempre que existía en una de muchas esferas y conocía todo lo que ella aprendió con los siglos que para él parecían poco. Su vista de todo era ahora la de ella, provocaba la jaqueca y la angustia de cada día.

maba a su hermana de regreso. Tomó el balón, como siempre, y corrió, aceleró para superar los cuerpos que le sobrevenían con ímpetu agreste. Corrió por entre los brazos y los pechos palpitantes, por entre los cascos y el metal de hombros. Las uñas de aquellos que la intentaron alcanzar penetraron, rasgaron su piel falsa; caía en el pasto, pedazo por pedazo, resbalaba para cesarse y la Bestia, la Bestia emergía de sus artificios, veía por fin sin dos ojos atados. Se alzaba en gozo a un destino incierto, infinito, y siguió corriendo con el poco cuerpo que quedaba por el campo, por el pasto, más allá de la tierra, más allá de la zona de anotación, más allá de todos, más allá de mí, que yacía en el campo rasgado y ensangrentado, sonriendo desde el suelo, despedazado por su ida, despidiendo a aquella que en algún pasado habitó en mí y ahora volvía al vacío que la llamaba, para seguir posando, para ver por siempre al Tiempo. Siempre y nunca.

Contó el último día, el Tiempo hacía de las suyas, lla-

B E S T I A L //Jay Mantri. Pexels. CC0 License.

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Enero 2016 | LEGAJO


POESÍA

ABOLICIÓN DE LOS INSTANTES Si por un segundo mi corazón se cerrara ante todos los dioses. Si cada poro en mi piel omitiera los instantes y mi memoria los concatenara en un único ápice del tiempo. Si por cada visión del cielo muere un santo y la fe radica en la mirada; si por cada estrella que se apaga al vacío que queda le nacen mil oscuridades. Si la vida pasara de noche y la eternidad bajo el sol de los inmortales. Si para sentir el tierno frío del universo, he de cerrar los ojos y llenar el vacío de mi visión con embeleso. Que la vida se contenga en un momento; bajo mis párpados se forme la lluvia de todos los cielos iguales y que toda gota sea un lucero, un alma y a cada nueva fantasía le miren los ojos de dios, que reposan en mis cuencas sin que mi vida les posea. Así cada mundo será un espejo irrepetible, reflejando la misma visión infinita. LEGAJO | Enero 2016

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ENSAYO

DEBO ESTAR SOÑANDO

U

n mundo en el que eres libre, llevas la batuta y decides qué pasará. No hay reglas ni limitaciones, no hay quién te juzgue ni te impida. La mezcla entre el borde de la locura y el principio de la fantasía: el mundo de los sueños.

irreales, las dimensiones infinitas en las que nuestra psique puede viajar, los retos que se presentan y problemas que debemos enfrentar, la sensación de volar. Todo eso cabe en unos cuantos minutos, aunque pareciera toda la noche.

Los sueños son secuencias de imágenes que corren creando historias mientras nosotros dormimos. Es durante la noche, en el reposo en que el cerebro hace la transición de información de la memoria de corto plazo a la de largo plazo. Durante este intercambio, las imágenes que más te llamaron la atención, los pendientes, cosas que hayas pensado, llegan a tu mente y la conciencia las analiza, creando historias diversas para revivir ese recuerdo o para contemplarlo desde un nuevo ángulo. Es también durante este proceso mental, que se hace la depuración de información: se divide lo importante de lo irrelevante, se toman recuerdos y se fraccionan en partes para facilitar su almacenamiento en la memoria a largo plazo. Es ahí donde se crean las lagunas mentales, entre una fracción del recuerdo y otra, y en ocasiones nos tomamos la libertad de rellenar esos espacios con nuestra invención.

Así como hay sueños fantásticos, hay pesadillas, horrores, tus peores temores te persiguen en la oscuridad. Un mundo en el que no hay salida, un infinito laberinto que alberga monstruos, criaturas y seres tenebrosos, escenarios infinitos en los que te sorprendes una y otra vez ante la impotencia de tus actos. No importa cuánto corras, la puerta se alejará, la luz se extinguirá y tu sueño te helará la espalda haciéndote desear volver a la realidad, despertar de este mundo de perdición en el que la salida queda a merced de que tu cuerpo reaccione y salga de ese trance del que no hay escapatoria. Ahora bien, los sueños no son únicamente invenciones o interpretaciones de nuestras de situaciones comunes, también pueden ser reflexiones, mensajes o corazonadas. Si tomamos un sueño y lo analizamos podemos descubrir mucho de su autor, de las cosas que le atormentan, de lo que está pasando en su vida, un sinfín de datos pueden resultar del estudio de un sueño y de la búsqueda de significado en los factores de este.

Estudios han propuesto que la duración estimada de un sueño es de tres a seis minutos antes de despertar, lapso en que nuestra mente crea universos magníficos e infinitos que no parecen caber en esa pequeña fracción de tiempo. ¿Cómo es posible que algo que llega a ser tan maravilloso y realista, sea intangible y fugaz? Las personas que nos topamos en sueños, los lugares que visitamos, a veces tan lejanos y místicos, encantadores e

//A.F.L., Fairy Mary’s Dream. The British Library.

En ocasiones, al final nos deja con melancolía el saber que ese mundo magnífico del que llegamos a formar parte, ese infinito y vasto lugar que nos dio experiencias, relaciones y sensaciones asombrosas, termina al abrir los ojos, se deshace en el aire, corre por las sábanas de la cama y escapa de ti, es de una belleza etérea, en la que justo cuando la aprecias, se extingue y te deja con el vago recuerdo de lo que viste. ¿Quién no se ha despertado deseando continuar el sueño?, ver aquello que solo en ese mundo existe. ¿Quién no quiere volver a volar?, sentir el aire en la cara, vislumbrar el mundo a sus pies, nadar en lagunas cristalinas con sirenas, navegar mares turbios con piratas, aprender magia con hechiceras, correr por laberintos esquivando obstáculos y salvar el mundo en pijama. Pero, ¿por qué limitar la magia solo para los sueños? Vivimos en un mundo que se ha olvidado de soñar, en que los sueños solo son invenciones sin relevancia; recuperemos la inocencia de soñar y dejarnos guiar por nuestro subconsciente, un mundo racional y lógico, carente de magia. Sueña despierto y no limites la fantasía únicamente para cuando tu cabeza se reúna con la almohada. Sueña, sueña libre y sueña alto.

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Enero 2016 | LEGAJO


CUENTO

CAFÉ //Foto publicitaria, Melitta. DEXTRA Photo, The Commons.

E

ra un domingo, recuerdo, no muy soleado. Yacía sentado en alguna mesa de cristal, pegado frente a una de varias

ventanas enfrentando al Sol eclipsado por sus nubes. Me pegaban en los ojos los rayos finos que lograban escapar de aquellas garras feroces y pardas que mantenían al filo la luz. Ahora obstruidos por una mesera: ojos verdes, nada más. Preguntó con una ternura corriente por mi selección de bebida o alimentos. –Café, por favor. Asintió con la cabeza y pronto los rayos volvieron. Era domingo, como te dije, y fui con mi padre antes. Lo molesté un poco de su descanso para recordarle que era su hijo y que venía a saludarlo. Y lo hice eventualmente, pero durmió al poco tiempo. No había dormido, la tos alarmó en toda la noche su sueño y la de todos. Y por horas, que las agujas se cansaron también de contar, mi padre regurgitaba ese espumarajo febril en un gutural atroz que nos tenía a todos fatalmente atentos. Interrumpieron de nuevo sus ojos verdes y sirvió en mi taza el café que agradecí después y continué. El mismo domingo lo visité un poco antes para recordarle que era su hijo y que venía a despedirme. Me sonrió y me miró con ganas de decirme algo. La tos hartó su voz y no le permitió ni el más ínfimo susurro. Continuó un babel de prosas inescrutables que hasta la actualidad –hoy– me atormenta en forma de recuerdo vívido y prosaico. La luz fue de nuevo eclipsada por ella, que revivió mi taza con café que olvidé agradecerle, pero seguí. Mi padre murió en domingo, ahogado por su flema y saliva. Dicen que la tos duró noches hasta que cesó por fin y por siempre. Y el mismo día se organizó el entierro; un evento ciertamente pagano pero a fin de cuentas -muchas a través de los años- fue lo que se mereció al parecer de todos aquellos que lloraron y profirieron algún recuerdo por horas y horas hasta que el Sol se vio tapado por nubes y entonces todos nos fuimos.

LEGAJO | Enero 2016

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–¿Café? –Por favor.


Jonás Fradest

NO ES CIERTO.

Eres hermosa.

No lo sé.

De acuerdo a tu perspectiva.

¿Qué sabes?

Mi perspectiva es lo único que tengo. Tú tienes tus manos.

Cosas.

Tú también.

Yo sé que te quiero.

Yo no tengo tus manos.

No es cierto.

No las tienes.

Es de las cosas que no sabes.

Tus manos cálidas.

Sí lo sé y no me amas.

Solo son manos.

[Toca su mejilla] Sí te amo.

Son manos como labios.

Siento tu mano.

Son diferentes.

Siente mi amor.

Son iguales. Deseables y tuyos.

[Acaricia su cuello suavemente] Siento tu suave piel.

Son míos.

La sientes.

Los quiero.

[Besa sus labios dulcemente] Siento tu boca.

Son tuyos.

Sí.

Si lo fueran no los querría, los tendría.

Siento tu alma.

Ya no importa.

No es cierto.

Antes no importaba.

Es de las cosas que no sabes.

Ahora tampoco.

Sí lo sé.

Ni importará.

[Vuelve a besarla] Tienes razón. No es cierto.

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Enero 2016 | LEGAJO


La segunda edición de la revista literaria Legajo los invita a colaborar con obras originales relacionadas a la temática de este número: La interpretación de la oscuridad. Los textos seleccionados de esta convocatoria serán publicados en la segunda edición de marzo 2016. La interpretación de la oscuridad. Desde la antigüedad, la oscuridad ha sido un tema de atención y reflexión, y ha sido interpretado desde el punto de vista de diferentes culturas. ¿Qué facetas de la oscuridad se asemejan a la cotidianidad contemporánea? ¿Qué relación hay entre la noche y la oscuridad, más allá de lo evidente? En el segundo número de Legajo, los invitamos a reflexionar acerca de estas ideas y a plasmar sus pensamientos en literatura. Se aceptarán textos en los géneros de cuento corto, poesía, ensayo o crónica. Y deberán ser enviados a legajo.editorial@gmail.com antes del 22 de marzo de 2016. Para ser considerados para la selección, deberán estar firmados con el nombre real, nombre corto o seudónimo con el que quieran ser publicados. La extensión máxima de los textos será de 700 palabras, excepto para ensayo o crónica, donde será de 1200 palabras. También se aceptarán textos de temática libre de los cuales se seleccionará un ganador por convocatoria. Para esta categoría aplicarán las mismas condiciones. La convocatoria también se abre a recibir fotografías relacionadas a la temática de esta edición, las cuales deberán ser enviadas a la misma dirección de correo electrónico y en el mismo plazo. Las fotografías deberán ser trabajos originales y de alta resolución, de al menos 720 píxeles de ancho. Al aplicar en esta categoría, el autor de la fotografía acepta que esta sea modificada y adaptada por Revista Legajo.

legajo.editorial@gmail.com legajo.wix.com/revista facebook.com/RevistaLegajo


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