Volumen 6 AĂąo 1 Abril 2018
Marina Abramovic - The Kitchen: Homage to Saint Therese de Avila
contenido 1
El mar de Mawson Efraín Humilde
8
Las seis películas antiguas no aptas para todo público
Niño Emperador
15
Cristina Pando
12
Abdón al fin era feliz R. Rey
Plática con Rancid
24
19
El Arte De Marina Abramovic Marcela Leyva
Bedtime Story Sin retorno Sonya Mayfer
31
El mar de Mawson.
P
resten atención mis amados amigos con derecho, amantes, exnovias locas, ¿y por qué no?, también fieles lectores. Hoy les contaré una historia de ciencia y supervivencia que ante muchas personas ha pasado desapercibida. Intentaré ser breve; eso sí, «intentar» solo es un decir. Voy con toda la intención de hacer este texto innecesariamente largo. Sin más que agregar de momento solo queda tomar unas palomitas, agarrarse del asiento y dejarse cautivar por este humilde escritor de divulgación que hoy viene a contar historias. . . . 1
«El lugar lógico para encontrar una voz de otros tiempos es un cementerio de otros tiempos». ¡Y mira qué manera de empezar!, citando a uno de los más grandes de la literatura oscura, el maestro del terror cosmológico, Lovecraft. Pocos saben que su novela, «En las montañas de la locura», era un homenaje a una novela inconclusa de Edgar Allan Poe, la famosa «La narración de Arthur Gordon Pym». Hubo una época en la que todos los escritores de fantasía, terror y aventura tenían una vehemente fascinación con todo lo relacionado a la Antártida, vaya, todas estas historias se llevan a cabo en dicho lugar. No solo Lovecraft y Poe tenían la necesidad de escribir sobre dicho lugar, de hecho también Julio Verne hizo su respectivo homenaje a Edgar Allan Poe con la misma temática antártica: su novela «La esfinge de los hielos» tiene los mismos fríos tintes. Pero de niños, cuando nos aventuramos en las páginas de todas estas historias fantásticas llenas de terror y acción a los lugares más desconocidos de la Tierra, no nos preguntamos lo más importante, ¿por qué todos tenían esa necesidad de estar escribiendo cosas en el hielo cual musical de Disney?
—En las montañas de la locura, H.P. Lovecraft.
Estos escritores vivieron en la cultura de mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX. ¿Qué hubo en esos años ta n i n te re sa n te s? , ¿e s ta ba n regalando paletas de hielo?, ¿quería el hombre saber si había algo más frío que el corazón de una mujer?, no mis amados lectores, no era nada de eso. Precisamente en aquellos años se vivía lo que conocemos como «La edad heroica de la exploración de la Antártida». Lo sé, el título pareciese sacado de una novela de Tolkien o alguna secuela de Juego de Tronos, pero créanme, así se le llamó a aquellos años maravillosos. La Antártida era un lugar desconocido para las personas, geólogos, biólogos, arqueólogos, y todos los logos habidos y por haber. Todos estaban interesados en los misterios que había en aquél lugar. No debería sorprendernos que todos los medios de comunicación de aquellos tiempos se dedicaran a escribir solo de eso, y por ende, sembraran en la mente de los escritores de la época historias que nadie más pudo haber escrito.
La respuesta es más sencilla de lo que parece: la época. 2
Sea terror, sea aventura, sea lo que sea, lo más interesante es que aquí la realidad muchas veces le gana a la ficción; precisamente eso es lo bello de la vida, lo bello de la realidad, y claro, lo bello de esta historia que pareciese sacada del tintero del mismísimo Edgar Allan Poe. Por aquellos años vivió un gran geólogo suizo llamado Douglas M a w s o n . S u fi e ro i n s t i n t o d e curiosidad le había plasmado en la mente la idea de ir a la Antártida y realizar una de las exploraciones más importantes del siglo. Este hombre aventurero no tenía dos dedos de frente, así que le pidió ayuda a su amigo Xavier Mertz (también suizo), un reconocido montañista y esquiador que tenía la habilidad necesaria para sobrevivir en aquellas austeras e inexploradas tierras. Es to s d o s h o m b re s e ra n lo s principales líderes equipo de exploración, los que más tenían experiencia. A este dúo se les unió el británico Edward Ninnis, un hombre que no tenía ninguna experiencia en aquellas tierras.
3
Los tres hombres lideraban a todo el equipo que se mandó en 1911, pero no sólo había hombres, también se mandó a un hermoso y carismático equipo de 39 perros husky para impulsar los trineos. Cabe destacar que había otros hombres en este equipo de exploración, no es menester de este artículo citar a todos ya que estos últimos tres y los perros serán nuestros protagonistas. La tarea no era sencilla, una vez que llegaron a la Antártida se montó un campamento, Mawson, Mertz y Ninnis tomaron los trineos y sus perros, tenían la misión de c a r t o g ra fi a r m á s d e t r e s m i l kilómetros de esa tierra, una tarea que iba a tomar meses. En las primeras semanas hubo avances significativos, el problema se presentó cuando tuvieron que adentrarse más en la fría Antártida. Las provisiones que llevaban en los t r i n e o s p ro n t o e m p e z a b a n a escasear y lo más recomendable era volver al campamento. Mientras se dirigían a dicho lugar no se percataron que habían pasado por encima de una enorme grieta que estaba parcialmente cubierta de nieve. Mawson y Mertz apenas pudieron salvar su vida, mientras que el desafortunado de Ninnis cayó con su trineo y con seis de los perros. Fueron devorados por la Antártida, nunca jamás se les volvió a ver con vida.
Pero aquí el problema mayor fue que el trineo de Ninnis era el delegado de c a rga r l a m ay o r p a r te d e l a s provisiones, lo cual dejó a Mawson y Mertz en una situación crítica. A las semanas los hombres ya estaban alcanzando la desnutrición. Todos sabemos que pasa cuando un hombre tiene hambre, es ese momento donde «el mejor amigo del hombre» deja de ser tan amigo y empieza a verse mejor dentro de una hamburguesa que jalando un trineo. Mawson y Mertz por el bien de la ciencia y de los datos que habían recolectado, decidieron empezar a comerse a los perros a lo largo del tiempo que duraron perdidos en la Antártida. Mertz prefirió comer los órganos internos pues argumentaba que tenían un mayor valor nutricional, por otra parte Mawson se comió los músculos y parte de las pieles. Miren que yo no sé qué parte del perro sepa mejor, mas supongo que con hambre cualquiera sabe bien.
El clima era horrible, no era apto para un ser humano. Conforme iban caminando, Mertz empezó a mostrar una conducta algo extraña; el frío, el cansancio y la desnutrición le estaba proporcionando su buena dosis de confusión y delirios. Pero no solo eso, Mertz empezó a perder el cabello de una mera extraña. Además y conforme avanzaban, él iba presentando una grave descamación de la piel. Todo esto siguió hasta el punto en que Mertz no pudo más y cayó muerto. Mawson quedó atónito, ¿qué es lo que había pasado?, ¿fue el frío?, ¿fue un Shoggoth o alguna otra criatura lovecraftiana oscura?, ¿qué carajos había pasado?, ¿dónde quedó la bolita?, ¿por qué había muerto su amigo Mertz? Es aquí donde empieza la ciencia: El pobre desgraciado de Mertz no tenía ni idea de los misterios que guardan no las entrañas de la Antártida, sino de los perros Husky.
Aquí lo terrorífico es imaginarte a los p e r ro s s o b re v i v i e n te s s i e n d o testigos de cómo sus amos devoran a sus amigos perros, yo si fuera perro habría vivido con terror todo el viaje. Y pues eso pasó. Al paso del tiempo ya no quedaban perros y ninguna forma de impulsar los trineos. 4
En el hígado de los perros hay una concentración muy elevada de lo que conocemos como «retinol». Yo sé, esto de las cosas químicas siempre suena complejo. Si eres un lego en la materia no te sonará del todo, pero créeme, estás más familiarizado de lo que crees. El retinol también se conoce entre los muggles como «vitamina A». Si tiene ese pretencioso nombre de retinol es porque es una molécula encargada de generar los colores (pigmentos) en la retina del ojo humano. Como todo en esta vida, cuando nos excedemos en algo, tenemos el privilegio de morirnos. La vitamina A e s u n a m o l é c u l a e n e x t re m o l i p o s o l u b l e , d i c h o e n ro m á n paladino: Se disuelve fácil en grasas. Esto hace que su eliminación a través de la orina sea difícil, lo que conlleva una rápida bioacomulación. Todo esto aunado al hecho de que solo bastan pocos gramos del hígado de un perro para entrar a un estado de intoxicación denominado «hipervitaminosis». El hígado en los seres vivos siempre ha sido la fábrica química del cuerpo. Está encargado de almacenar y biosintetizar un sinf ín de compuestos químicos esenciales para la vida. Curiosamente, la vitamina A es una de la sustancias que se almacena en la grasa de dicho órgano. 5
Claro está, en aquellos años la ciencia todavía no había logrado aislar y estudiar dicha molécula, por esa razón Mertz y Mawson no tenían idea de si lo que estaban haciendo era lo correcto; aunque claro está, solo estaban cavando su tumba. En lo personal, a mí me da mucho asco comer cualquier tipo de hígado, pero hay personas que lo consideran un manjar mira qué raritos . Siempre que se consumen dichos órganos hay que tener cuidado de su composición química. Comerte el hígado de osos polares y otros mamíferos tienen la misma repercusión. El hígado es peligroso; solo para que te des una idea: Miles de japoneses han muerto por consumir por accidente la tetrodotoxina dentro del hígado de los peces globo. Y bueno, ya que andamos aquí, deja te salvo la vida por si algún día tienes la intención de comer pez globo en algún restaurante clandestino japonés o cumplir alguna apuesta con los yakuza.
La tetrodotoxina tiene la cualidad de descomponerse con facilidad con ácidos y bases. El ácido estomacal nos ayuda a descomponer parte de la m o l é c u l a , p e ro c l a ro , s i n o s excedemos en la cantidad, el estómago por sí solo no podrá desintoxicarse.
Mawson quedó impactado por la muerte de su amigo, pero eso no fue razón para renunciar a su propia vida. El hombre siguió comiendo perro y caminando por las siniestras tierras de la Antártida ¡por un mes!, escuchaste bien, un mes de estar perdido en tormentas de nieve.
Uno de los tratamientos conocidos es la hemodiálisis acompañada de una solución de hidróxido de sodio en bajas concentraciones, entre el 2 y 5 porciento.
Uno de los hombres que se habían quedado en el campamento encontró a Mawson completamente destruido, lo único que pudo decir fue: «My god, which one are you?».
Lo más desesperado que podrías hacer sería inyectarte una solución de sosa cáustica hidróxido de sodio , con lo que tu mamá lava la estufa.
Se le dieron primeros auxilios lo más pronto posible, mientras el hombre se recuperaba contaba una de las más grandes historias de supervivencia, tanto así que hasta la fecha es conocida. Como dato curioso, hay un libro dedicado a esta historia el cual tiene el nombre de «Mawson's Will: The Greatest Polar Survival Story Ever Written».
Obvio esto es un caso extremo en el que realmente estás en un sótano lleno de la mafia japonesa que te obligó a comer pez globo. Fuera de eso, lo más recomendable es ir con un especialista. También saberte intubar y un respirador artificial sería lo óptimo, pues una vez que la tetrodotoxina haga efecto, vas a tener insuficiencia respiratoria; ergo, tienes el tiempo contado. Pero bueno, ya nos desviamos mucho de la historia principal, como siempre. Volvamos a lo que nos concierne ya para finalizar.
6
Tuvieron que pasar dos años más para que esta historia de terror terminara, Mawson y su equipo se retiró de la Antártida con el todo el debido respeto. En 1913 subieron al barco y emprendieron el viaje a través de los mares árticos; hoy en día uno de esos mares tiene el nombre Mawson como signo de honor para aquél hombre q u e c a s i p i e rd e l a v i d a p a ra contribuir a la ciencia con los datos geográficos más importantes de la Antártida. Una historia digna de ser contada, m i e n t ra s e l b a rco s e a l e j a b a lentamente de la Antártida y detrás de ellos las gélidas tormentas de nieve golpeaban las verdaderas montañas de la locura.
Mawson, gracias por tanto valor y tanto conocimiento.
[Efraín “Humildad” es más mexicano que una piñata rellena de chile colorado. Con formación en química; en sus tiempos libres escribe cosas que te harán pensar que es un enfermo mental.]
7
Las seis películas antiguas no aptas para todo público.
C
ine, el séptimo arte. En el equipo de redacción de Lux, no podríamos decir que somos fervientes seguidores de esta expresión cultural ni nos atrevemos a decir que somos “cinéfilos empedernidos”, pues esos lugares ya están ocupados por personas que se visten con ropas estrafalarias y beben… A) Puro café orgánico, traído de la sierra de algún área desconocida de Sudamérica. B) Caguamones bien helados, y si son en promoción, ¡cuánto mejor! Dicho esto y antes de caer en las crueles garras de sus críticas, oh amantes del cine, los invitamos a leer el siguiente artículo que no pretende poner en una escala las siguientes películas oldies. Ante nuestros ojos, las seis ocupan su propio primer lugar. ¿La razón? Cada una de ellas tiene un contenido… “delicado”, por decir lo menos. Su trama y el impacto gráfico de la misma no son aptos para cualquiera ahora, y mucho menos para la época en que fueron lanzadas al público. No estamos hablando de una serie de películas de horror o terror, sino algo que va más allá; ¡eso sí, pa’ que veas, te toca juzgarlo a ti! Ponte el cinturón de seguridad y ten una cubeta para el vómito lista. Aquí vamos.
8
1. Freaks (1932). Tod Browning fue el director que estuvo a cargo de la realización de este filme. Dentro de su carrera, Browning ya tenía en su haber una obra que le ayudó a abrir todas las puertas en el mundo del cine: Drácula, con Bela Lugosi. Algunos dicen que Freaks es una película que creó su propio género, el cual y hasta la fecha, no volvió a ser explotado por otro cineasta. ¿Por qué? Posiblemente porque esta película habla acerca de las peripecias de un grupo de fenómenos circenses, con un plus muy especial: se contrató a verdaderos fenómenos de circo para interpretar los papeles. ¿Políticamente correcto? ¿Eso con qué se come?
9
La historia narra a unos deformes actores que planean matar a uno de los suyos para quedarse con su herencia. A través de sus 64 minutos de duración, podrás degustar de la interpretación de un hombre sin piernas, unas gemelas unidas por la espalda, una mujer barbada y un sujeto con enanismo; entre otros “freaks”. Repetimos: no son disfraces ni maquillaje; se trata de personas con deformidades reales. Para que te des una mejor idea de lo que estamos hablando, date una vuelta a nuestro espacio en Facebook y busca el video relacionado a este largometraje, publicado el 29 de marzo; ¡vas a ver qué bonito se siente!
2. The Brain That Wouldn’t Die (1962 [1959 para los más técnicos]). Algo así como “El cerebro que no moría” (traducido en algunos lados como “El cerebro que no quería morir”), y no, no se trata de una película de zombis afortunadamente – ¡con todo el respeto que te mereces, máster George Romero!-. Los productores contuvieron por tres años el lanzamiento de esta película, por razones bastante válidas para le época y hasta el día de hoy: resulta que TBTWD (¡somos unos ases para las abreviaturas!) es considerado el primer filme gore de la historia. Hablando de historia, nos encantó: un científico loco pretende trasplantar la cabeza de su novia a un nuevo cuerpo. Las escenas que acompañan a las peripecias del doctor son inolvidables: una persona perdiendo su brazo –y dejando marcas de su propia sangre en las paredes-, así como el mismísimo protagonista siendo mordido brutalmente en el cuello, para después recibir de vuelta su piel con un escupitajo. ¿Que si qué ente se atrevió a lastimar de manera tan monstruosa a nuestro querido hombre de ciencia? Eso, querido lector, te toca descubrirlo a ti. ¡Que te diviertas! 10
3. The Man Who Laughs (1928). Estamos entrando en terrenos profundos y de palabras mayores. ¿Por? Si buscas algún video de este largometraje, inmediatamente vendrá a tu mente la imagen del famosísimo personaje de DC Cómics y archirrival de Batman, ¡y con razón, pues el personaje de The Man Who Laughs fue una de las mayores influencias para los creadores del Guasón! Esta película, al igual que las dos anteriores, no pertenece propiamente dicho al género de terror. De hecho, su historia es bastante “conmovedora” y basada en una no tan conocida obra de Víctor Hugo: El hombre que ríe. Dirigida por el alemán Paul Leni, este largometraje nos regala a un deformado protagonista que recibe el nombre de Gwynplaine, y su condición –adquirida en la infancialo obliga a cargar consigo una sonrisa en su rostro, to-do el tiempo.
11
La mayor ironía es que Gwynplaine no es un ser perverso, y hasta te cae bien una vez que logras conocerlo; pero el problema es ese: su sonrisa. Esa maldita sonrisa que se apoderó de su cara. ¿La cerecita del pastel? Ese toque tétrico que solo las películas en blanco y negro logran transmitir. Why so serious?
4. Häxan (1922). De películas, pasamos a un documental danés mostrado por primera vez hace casi cien años, pero cuyo tema no pierde vigencia: la brujería. Si bien hoy día, la lucha contra la ignorancia y los avances en cuestión del análisis mental nunca habían avanzado tanto, para 1922 era demasiado aventurado el cuestionar las razones, errores y supersticiones que detonaron en las enormes cacerías de brujas durante la Edad Media. Häxan no tiene pelos en la lengua. El documental propone que enfermedades mentales y la ignorancia de la gente eran las que atacaron a las mujeres “practicantes de brujería”.
La película es una joya por mérito propio, mostrando saqueo de tumbas, desnudos y una interpretación del señor de las tinieblas que a más de uno le robará un susto (a nosotros, una serie de aplausos). Este filme fue prohibido en los Estados Unidos, y se calcula que fue la producción más costosa para su época.
12
Contemporánea de Psicosis ¡alabado, míster Hitchcock!-, esta producción apenas aprobó los filtros de censura del cine en aquella época, aunque esto no impidió que llegara una versión editada cuando fue estrenada en los Estados Unidos. De nuevo, un científico loco: el Dr. Génessier, solo que aquí no quiere encontrarle cuerpo nuevo a su novia, sino una cara nueva para el desfigurado rostro de su querida hija. Huelga decir que las donadoras no se muestran contentas de realizar este acto caritativo y al contrario: Los ojos sin rostro es la primera película en la que se ha mostrado la remoción quirúrgica de una cara. 5. Les yeux sans visage (1960). O seasesese, “Los ojos sin rostro”. ¿Título suficientemente aterrador? ¡Esperen a que les contemos de qué trata este cuento! Este largometraje franco-italiano es toda una piedra de culto para los admiradores de las obras de horror. Sí: Los ojos sin rostro es el único filme en nuestro listado que entra en esta categoría. ¿Apuesta segura y ya le flojeamos? ¡No tan rápido, despiertito y crítico lector de Lux!
13
Ver a Christiane Génessier (hija del infame doctor) probándose rostros nuevos y también sin sus máscaras de piel, es un horroroso deleite difícil de describir. ¿Por qué no le echas un ojo –y parte de tu cara, no seas malo- a este largometraje y nos dices qué te pareció? ¡¿Quién te conoce, Leatherface?!
6. Un perro andaluz (1929). Así rapidito, sencillito: esta película fue dirigida y producida por Luis Buñuel, y escrita por Salvador Dalí. NOMÁS (título original en francés, por cierto: “Un chien andalou”). ¿Cómo… describir a Un perro andaluz? Quizás comenzando por el factor de que las obras de Salvador Dalí no pretenden ser entendidas, sino experimentadas, paladeadas, sentidas por todas las emociones con las que contemos en ese momento. ¡No preguntes, nena; solo goza! No existe línea temporal en este largometraje, al dar brincos tan amplios entre “esta mañana” hasta “hace ocho años”… Sin que en realidad esto afecte o se relacione con el suceso que estamos viendo frente a la pantalla. Esta magistral obra nos presenta imágenes salidas, sin duda, de la cosmogonía de Dalí: una mano sosteniendo hormigas vivas. Luego, otra mano, cercenada y siendo movida por un palo, además de ¿listos, niños? ¡¿Listos?!-, la escena que colocó a Un perro andaluz en la mira de todos los reflectores: una mujer sentada y viendo a la cámara, mientras una navaja de afeitar rebana su ojo.
Nos quedamos algo cortos con este listado, pues estamos seguros que en el mundo deben existir no solo seis, sino docenas de películas antiguas que nos regalan grotescas imágenes dignas de un par de idas con el psicólogo. La pregunta aquí es, ¿cuáles? Y la respuesta, a que no adivinas… Sí: la tienes tú. ¡Esperamos tus comentarios a nuestro correo o vía inbox en nuestra página de Fb!
14
Niño emperador.
N
o cabe duda: los padres siempre se desvivirán por sus hijos y les darán hasta lo que les sea imposible con tal de proporcionarles una vida digna. No estamos en contra de ello, pero si nos vamos al otro lado de la balanza, ¿hasta dónde se le dará tanto al menor que se convierta en un autarca? El síndrome del niño emperador es una conducta aprendida fomentada por estimulo – respuesta. Se adquiere cuando el infante comienza a tomar consciencia de su entorno. En ocasiones los padres cometen el error de enfocarse demasiado en los caprichos de sus hijos, confundiendo la necesidad con el encaprichamiento y dejando de lado algunas prioridades o inclusive las de los otros dentro del ambiente familiar. Cuando existe esta conducta en alguno de los hijos, se le llama “niño emperador”, y una forma de detectarlo es si en la conducta del infante aparecen los siguientes puntos:
-No acata órdenes o tareas que se le piden y si lo hace, hay un llanto o un no por respuesta. -En la convivencia con otros pequeños siempre quiere ser el líder (el primero), tanto en decidir como en actuar al momento del juego. -No le gusta compartir sus objetos o su espacio con otros. -Si no se le compra o no se le da lo que quiere y cuando él quiere, hay un berrinche de por medio como: gritos, llanto, patalear, tirarse al suelo incluso golpear al adulto, ya sea en casa o frente a otras personas. -Siempre demanda mucha atención, por ejemplo: interrumpir o interferir en conversaciones que no le corresponden, jalonear si no se le hace caso a lo que pide, mentir o hacerse víctima de la situación. -Si se le castiga por lo general huye del castigo y no admite su error. -Suelen tener demasiado apego a la persona a cargo de él. -Buscan problemas y suelen chismear demasiado aunque no le hayan hecho nada. -Suele hacerse de lado de la persona que le conviene.
15
¿Les suena familiar a algunos de nuestros lectores que ya tuvieron la dicha de ser padre o madre de familia? En caso afirmativo, les tenemos noticias: no todo está perdido. A continuación, nos permitimos compartirles algunas sugerencias para mantener bajo control a su pequeño monarca: -Primero que nada ponerse de acuerdo quién o quiénes llevarán la autoridad en casa. -Hacer responsable al niño de sus errores acorde a su edad, dialogando con él y no agrediéndolo. -Mencionarle cuando sí y cuando no se puede premiarlo y por qué, con un discurso simple, bajando a su estatura y viéndolo a los ojos.
-Decirle por qué se le castiga, y que aprenda a disculparse al comprender qué fue lo que hizo. -Guardar la calma ante los berrinches innecesarios, sean el lugar que sean, ignorándolo; siempre y cuando no se dañe a sí mismo ni a otros. -No ceder a lo que se le dijo. Si ya se tomaste una decisión, se respetará, de otra forma el niño se confunde y no podrá separar lo que puede hacer y lo que no. -Y sobre todo actuar con amor, no con sobreprotección.
Psi. Cristina Pando 614 471 9043
16
Abdón al fin era feliz.
E
17
n la madrugada, poco antes de que saliera el sol. La luz del astro rey hubiera espantado a la criatura que residía en él. En sus venas, en su sangre.
Abdón, mis amigos, volvía a sonreír, luego de semanas sin hacerlo. Antes de volver a ser feliz, se sonreía a sí mismo, hundiendo con cariño el filo de la daga que se había comprado.
Desde hacía unos días, todo lo que olía apestaba insoportablemente. Luego, las canciones que reproducía su aparato de música venían acompañadas de palabras nuevas. No, no eran mensajes subliminales ni voces en su cabeza. Eran sonidos o letras que acompañaban a sus tonadas favoritas. Como si siempre hubieran estado ahí, y apenas ahora las escuchara.
Frus... tra... do. Decía, cada que se clavaba la daga, cada que sonreía. Frus... tra... ción.
Luego, con tristeza, se detenía y dejaba de sonreír. La idea era un ensayo solamente, no culminar el acto como tal. Morir de a poquito. "Deja que fluyan las cosas", "dale tiempo al tiempo", le decían. Odiaba cuando decían eso. Por eso, en la madrugada del domingo, Abdón decidió volver a ser feliz. No quería que lo siguieran viendo, así que les sacó los ojos. Sus gritos lo desesperaban. Los hizo callar, degollándolos. El burdo y grosero movimiento de los moribundos lo deprimía. Clavó la hoja de su felicidad en el pecho de ellos, ahogando el latir. Silencio. ¡Abdón volvía a sonreír! Y la sangre nunca antes había sido tan tibia. Escóndete en ella, Abdón, ¡que nadie te encuentre!
[A Rubén Rey ya nos lo tienen bloqueado 8 de cada 10 psiquiatras, aunque es muy buen perro en realidad. Forma parte de la impía trinidad que fundó la revista Lux, autonombrándose director editorial mientras los otros dos dormían. Según él, quiere estudiar un doctorado para disfrutar en su totalidad ser un don nadie ya que lo termine. Deseémosle suerte y un yate al pobrecito.]
18
Plática con Rancid
[Continuamos con un relato que, como la mismísima luna, comenzó creciente en nuestro número pasado y en esta segunda y última parte, llega a su plenilunio. ¡Que lo disfruten! Y para los que se perdieron la primera parte, ahí ‘ta: https://issuu.com/revistalux5/docs/lux_marzo_2018].
—Por razones que si bien hemos creído que eran por venganza, a la vuelta de poco más de un siglo, Wamphyr asesinó a la familia de Weir, aunque no pudo derrotar a este último, así que huyó. Los vampiros son rápidos, más que los hombres lobos. Se escondió y huyó en cuanto pudo. Weir enloqueció de dolor. Su familia era mortal. Su hijo mayor tenía apenas ocho años, de los cuales llevaba casado 10 años y pronto le pediría a su padre Váil el secreto de la inmortalidad para su esposa, ya que sus hijos tendrían que pasar más tiempo para ver si lo merecían. Ahora, nada tenía. Durante tres días suplicó a Váil para que dejara ir a cazarlo; vengar sangre con sangre. Cuando Váil cedió, le pidió que regresara cuando vengara a su familia —volvió a sacar el encendedor y realizar el mismo ritual para prender un cigarrillo. Le dio tres rápidas caladas y prosiguió—. —Tardó seis meses en encontrarlo. Estaba muy lejos, en lo que sería Valaquia más adelante y ahora es parte de Rumania; ahí había hecho su hogar en un castillo y tenía muchos súbditos, vampiros todos ellos. Se había hecho de los secretos para dar inmortalidad a los humanos, pero su técnica era deficiente, ya que sus vasallos eran inmortales pero débiles. Bebían sangre, eran un tanto más fuertes y rápidos que un mortal, pero nada de qué alarmarse. Weir había visto mortales más peligrosos, pero el número de estos engendros era abrumador. Asesinó a cuantos pudo, mas no se dio abasto, así que regresó con su padre Váil para pedirle el secreto de la inmortalidad.
19
Loki fue quien intervino, dándole dos medios. El primero consistía en un ritual el cual solo los licántropos elegidos conocían, y el segundo era el medio normal, es decir, como procrean los humanos, pero su tiempo de gestación era solo de tres meses y tendría que ser con una hembra de la nueva raza de hombres bestia —y aclarando muy serio, exclamó—. Después cambiarían esa expresión por la de “hombres lobos”. Creó a 20 vasallos escogidos con mucho cuidado, ya que serían sus guerreros. Después de dos años regresó, pero se habían marchado. Durante medio siglo lo rastrearon, hasta que al fin lo encontraron. Ahora los vampiros eran más y se dieron cuenta que también los más viejos eran más poderosos y así empezó la lucha. Weir se escondió y creó más. Las escaramuzas entre ambas razas fueron muy comunes, a veces eran guerras a gran escala. Tras muchísimos años cubrieron toda Europa, pasaron por Asia, África e inclusive en América y algunas islas —dio otra calada y guardó silencio—. —¿Pero qué pasó con los dioses? ¿No intervinieron? ¿Qué pasó con Hela y Váil? ¿No ayudaron a Weir?, ¿por qué dejaron que la progenie de Wamphyr se extendiera? —dije sin entender mucho. —Los otros dioses no intervinieron debido a que era algo personal. En todos lados llegó el rumor de la traición y el homicidio cometido por Wamphyr y la venganza de Weir, pero nadie se había dado cuenta de qué tan grandes eran las cosas hasta ya bien entrado el año 800, y cuando se tomaron medidas eran demasiados inocentes para matar, aunque muchos tomaron los clanes vampíricos como medio de poder; ya que siendo como son (intrigantes, astutos, seductores y sutiles), se habían hecho del poder en muchos círculos. Muchos otros dioses se retiraron a la hibernación y despertaban cada 100 o 200 años, algunos hasta cada 500. Ya no les importa el mundo, al parecer los humanos no estaban hechos para vivir más de 500 años, ya que muchos inmortales se volvían locos cuando se acercaban a esa edad, así que la mayoría de los que conoces son solo el eco de los antiguos dioses, una envidia que hasta el día de hoy sigue en pie. Aún hoy, Wamphyr tiene marcado el cuerpo y Weir lo sigue buscando. Lo que me pregunto es qué pasará el día que Wamphyr pierda sus heridas; qué pasará si algún día Weir tiene la oportunidad de venganza —se quedó callado y apagó el cigarrillo. —¿Entonces dices que los hombres lobo son más fuertes que los vampiros? —Pregunté confundido. 20
—Pues sí. En realidad los hombres lobo son combatientes más fuertes, ya que Weir fue antes de rey, un guerrero, y Wamphyr era un gobernante antes que un guerrero —dijo uniendo los dedos. —Me has explicado el comienzo de las razas y de las criaturas, pero sigues sin decirme por qué los vampiros son nocturnos y los hombres lobo pueden andar donde quieran —protesté, esperando una respuesta. —¡Claro! Olvidé esa parte —dijo, tomó aire y prosiguió—. Esta es la parte más tonta de esta conversación. ¿Recuerdas que te dije que los rasgos humanos se potencian y heredan? Pues resulta que la madre de los vampiros, Hela, tenía una extraña enfermedad conocida como la porfiria eritropoyética congénita, también conocida como la enfermedad de Günther. Por eso los vampiros no soportan la luz y entre más lejos estén de la fuente de su inmortalidad, o sea de Hela, más dañino es el sol; ya que a Wamphyr no le dañaba tanto. En tanto el ajo les parece de lo peor el mundo, también la porfiria produce una manía por beber sangre y extrema palidez. Por último, heredaron la debilidad de la plata de su abuelo Loki —explicó.
Herramientas para escritores
—Bueno, eso explica la intolerancia al sol, la manía por tomar sangre y la aversión al ajo. Pero, ¿qué hay de los hombres lobo? ¿Por qué los asalta la ira en luna llena? —Pregunté, comprendiendo un poco de todo lo que me había dicho hasta ese momento. —Esa es otra historia algo similar. ¿Sabes que la porfiria también da cierto grado de locura? Pues resulta que como siempre, hay un roto para un descosido. La única persona que ama a un demente es otro demente, ¿has oído de la licantropía? —Preguntó levantando una ceja. —¿Qué no es la palabra griega para hombre lobo? —Respondí un tanto dudoso. —Si, supongo que sí, pero en realidad es una condición que hace a los hombres salvajes. Cuando Loki convirtió a Váil, era poco más que un salvaje: se vestía con pieles de animales y cazaba osos y lobos para comer. En ese entonces las enfermedades mentales no estaban documentadas como ahora, así que Loki lo tomó por un poderoso guerrero, pero en realidad, era un esquizofrénico —se rió para sí mismo.
21
—¿Entonces dices que están locos? ¿Los dos amantes milenarios están locos? —Pregunté casi histérico. —Sí. Por eso creo que siguen vivos, la locura de los siglos no les afectó. Así que llevan 10 000 años viendo el mundo —dijo, y se quedó callado. —Si Váil estaba loco, entonces, ¿por qué no mató a Wamphyr cuando pudo? —pregunté. —Porque pensó que era más castigo dejarlo vivir deforme. Además, nada te garantiza que no lo matará cuando regrese con él...—dijo el punk. —¿Por qué los hombres lobo necesitan carne humana para sobrevivir? —Pregunté, ya que esa parte no me la habían explicado. —No es tanto la carne humana o la sangre humana. Como ya te explicó Astrid, lo que necesitan es la esencia humana. Cada dios pensó en su manera de obtenerla, algunas menos agradables que las otras. Váil rondaba campos de batalla, Hela la tomaba de los delincuentes, la extraía de sus venas con un beso; ella pensaba que era sutil, sensual y místico. Por eso Wamphyr, que fue hecho a imagen y semejanza de Hela, es lo que dirías un vampiro. Hela tiene muchos más poderes y su resistencia al sol es mayor y lo más importante, ella no necesita la sangre, ya que puede extraer la esencia del propio humano. —¿Entonces esta guerra es una venganza? —Reaccioné de manera escandalosa. —Sí. Esta guerra es una venganza que ha durado muchos milenios —contestó de manera indiferente. —¿Y por qué no han cesado? ¿No han muerto demasiados por esos dos? ¿Por qué no hay un reto, una pelea final o algo así? —Pregunte enojado y totalmente alterado.
22
—Primero, nadie recuerda el origen de la guerra. De los 20 primeros que creó Weir, solo quedan vivos cinco y de esos, cuatro están dormidos. De Weir nadie sabe, aunque Váil dice que no está muerto. Por el lado de los vampiros, su prole es tanta, que nadie sabe exactamente dónde están los verdaderos antiguos. Por otro lado, Wamphyr es un cobarde. Jamás se enfrentaría a Weir, ya que este lo destrozaría en dos minutos. Por último, hace mucho los vampiros acusaron a los hombres lobo de cazarlos para ganar poderes y los hombres lobo acusaron a los vampiros de drenarlos para ganar su fuerza; así que esto seguirá por un buen tiempo, posiblemente mientras la tierra sea poblada por humanos —contestó Rancid.
Y tú, ¿estás en “la zona”?
—Entonces son incompatibles ambas especies —dije apesadumbrado. —No. A lo largo de la historia, se han visto pactos, amistades y treguas; sobre todo en los países del norte de Europa. Hay comunidades en Holanda, donde los hombres lobo cuidan a los vampiros de noche y los vampiros se aseguran en encerrar a los hombres lobo en luna llena. Consiguen cadáveres en la morgue y sangre en los bancos; la más vieja va por 40 años y ha funcionado todo excelente. —¿Por qué los demás no siguen su ejemplo? —Pregunté pensativamente. —No es tan fácil. Mientras que los hombres lobo son por lo general rudos, rústicos y simples, lo vampiros son hedonistas, caprichosos y voluntariosos. Los vampiros están acostumbrados a traicionarse y apuñalarse por la espalda. —Entonces son incompatibles —dije pensativo—. ¿Y de qué los cuidan de día si están aliados? —Exclamé pensado en la extraña dinámica de la comunidad. —No son sus únicos enemigos, hay otros. A ti no te harán nada mientras no te metas en problemas, pero son más los factores que entran en juego —Contestó Rancid de manera misteriosa. —¿Cómo? —Pregunté desconcertado. —Eso no te diré, ya que no viene al tema —Contestó de manera cortante—. Con esto termino —respondió luego de una mirada intimidante, y por extraño que parezca, me regaló una sonrisa encantadora jovial y llena de vida—. La vida es más interesante si estás del lado correcto de las cosas —y como una brisa nocturna, desapareció. 23
El Arte De Marina Abramovic. “No importa qué tipo de artista seas, sino en qué estado mental haces lo que haces, y el performance es todo estado mental”. -Marina Abramovic.
M
arina Abramovic es una artista serbia nacida el 30 de noviembre de 1946. Empezó su carrera artística a principios de los años 70. Su “obra” se basa en el performance, el cual es una forma alternativa de arte meramente interpretativo que surgió en los 60´s como oposición a la pintura y donde el artista desafía directamente al público a interactuar y a compartir experiencias juntos.
Marina se caracteriza por utilizar su propio cuerpo para expresar opiniones, sentimientos, emociones y algunas veces -más allá del arteexperimentos que revelan la naturaleza humana muchas veces violenta y provocativa. Busca explorar la conexión entre el artista y el público y experimenta los límites del cuerpo al auto infligirse dolor, alteraciones mentales o falta de lucidez debido al uso de medicamentos recetados para esquizofrénicos o drogas (ya hablaremos de esto más adelante), y la conexión cuerpo-mente.
24
Abramovic fue criada en una familia cristiana ortodoxa, en casa de su abuela. Su tío-abuelo fue un patriarca líder de la secta y, al fallecer, lo convirtieron en santo. Desde entonces se interesó por todo aquello relacionado a la espiritualidad, la magia y el ocultismo. Estudió el budismo tibetano, la magia de los cristales brasileños, los rituales y gestos claves de la hechicería, convivió con monjes tibetanos y con aborígenes en Australia durante un año. Sus performances combinan religión oriental, hermetismo, masonería rosacruz, cábala, misticismo y pensamiento de la nueva era. Ok, pero… ¿qué tiene que ver todo esto con el arte? ¡Exacto! Definamos arte según la RAE: “Arte.- ‘Actividad humana que tiene como fin la creación de obras culturales’, ‘conjunto de habilidades, técnicas o principios necesarios para realizar una determinada actividad’, ‘instrumento que sirve para pescar’ y ‘maña o habilidad’ (…)” Entonces, de acuerdo con la RAE, el arte es una actividad humana que tiene como fin la creación de obras culturales. Consultemos nuevamente al diccionario:
25
“Cultura. Del lat. cultūra. 1. f. cultivo. 2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 4. f. desus. Culto religioso.” (…) Por el momento dejemos un poco de lado las definiciones y las retomamos más tarde.
Marina y sus performances.
Ritmo 10.
Los performances de Marina Abramovic tienen mucha energía poderosa, no solo la de ella como intérprete, sino la del público que se amontona y espera horas para entrar en trance, participar, sentir, vivir el “arte” y cargarse de energía. Tienen una conexión con la espiritualidad oculta; su arte necesita un estado de meditación o práctica ascética (purificación del espíritu por medio de la negación de los placeres materiales).
En su primer performance, en 1973, decidió llevar a cabo una extraña mezcla entre un antiguo ritual japonés creado por los yakuza (mafia japonesa) que consiste en el “acortamiento de dedo” y el típico juego de la “ruleta rusa”. Empleó veinte cuchillos de diferentes proporciones para pasarlos uno a uno entre los dedos abiertos de su mano con movimientos rítmicos; cada vez que se cortaba, tomaba otro cuchillo y grababa los sonidos. Después de cortarse veinte veces, reproducía la grabadora e intentaba repetir los mismos movimientos y errores guiándose únicamente por los sonidos que había grabado. Según ella, con este trabajo unía al pasado y al presente y comenzaba a considerar el estado de conciencia del artista.
¿Qué les parece si nos cargamos de energía adentrándonos un poco más en algunas de sus interpretaciones?
26
Ritmo 2.
Ritmo 0.
Realizado en 1974. Abramovic decidió que esta vez el “arte” sería llevado a un estado de inconsciencia del artista. Dividió el performance en dos partes.
En 1974, Abramovic llevó más allá de los límites su performance. Este es quizá el más conocido de esta artista, y por ende, puede decirse que el más polémico. La artista adoptó un rol pasivo frente a la audiencia.
En la primera parte; tomó una pastilla que suele ser recetada para pacientes que sufren catatonia (síndrome psicomotor que se puede dar en algunas etapas de la esquizofenia). La reacción secundaria en un cuerpo sano era de esperarse: Abramovic sufrió momentáneamente movimientos involuntarios violentos, pero su mente se mantuvo lúcida todo el tiempo. Durante la segunda parte tomó otra pastilla, pero esta vez, utilizada por personas depresivas; la cual resultó en una inmovilización general. Su mente divagó, perdió lucidez y dejó de estar en el presente. Esta fue la premisa de las exploracione s mentecuerpo y su conexión con el artista y el mundo.
27
Colocó en una mesa 72 objetos, desde un plumero hasta una pistola cargada y una bala, y permitió que la audiencia hiciera lo que quisiera con ella utilizando alguno de los objetos. Ella permaneció inamovible mientras uno a uno los presentes se acercaba a interactuar con ella, al principio tímidos y temerosos, para posteriormente ser capaces de dejarla semidesnuda, enterrarle una rosa con espinas y herir su cuerpo con pequeños cortes. La actuación se detuvo cuando un caballero tomó la pistola y le apuntó directo a la cabeza. Entonces Marina tomó parte activa y comenzó a moverse para enfrentar a los presentes y mirarlos fijamente uno a uno.
“La experiencia que aprendí fue que, si se deja la decisión al público, te pueden matar. Me sentí realmente violada: me cortaron la ropa, me clavaron espinas de rosas en el estómago, una persona me apuntó con el arma en la cabeza y otra se la quitó. Se creó una atmósfera agresiva. Después de exactamente 6 horas, como estaba planeado, me puse de pie y empecé a caminar hacia el público. Todo el mundo salió corriendo, escapando de una confrontación real”. Marina Abramovic.
Otros de sus performances menos relevantes consisten en: -Cortarse el cabello y las uñas de los pies y ofrecerlos a una estrella gigante en llamas (antiguo ritual pagano). -Perder la consciencia al inhalar de un ventilador industrial. -Dejar que un colaborador le apunte directamente al corazón con una flecha durante cuatro minutos. -Lavar mil quinientos huesos de vaca durante seis horas al día mientras canta canciones populares serbias. -Tallar un pentagrama en su estómago con ayuda de un cuchillo. -Auto flagelarse en el escenario. -Representar escenas de la historia del cristianismo o de las sacedortisas paganas.
¿Es esto arte? Es momento de retomar las definiciones que habíamos dejado pendientes, ¿se acuerdan? Según la RAE: el arte es una actividad humana que tiene como fin la creación de obras culturales, y la cultura se define como el conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. Desafortunadamente, a mi parecer y de acuerdo a estas definiciones, ciertos performances de Marina sí son arte, puesto que permiten que la artista y la audiencia que ha puesto atención a los dobles sentidos que cada actuación acarrea, desarrollen su propio juicio acerca del acto y de la naturaleza humana. 28
Sin embargo, no es en absoluto el tipo de arte bello y estético que deberíamos acostumbrarnos a ver. Más bien diría que resultan ser actos progresistas que desvirtúan el verdadero arte y hacen pensar al público joven –quienes no se han formado un carácter propio- que desnudarse por la calle (por ejemplo) podría ser arte y brindarle una explicación nefasta, descerebrada y sin sentido a cualquier acto (inmoral o no), o convencer a las masas de que unos cuantos rayones en un lienzo bonito son una representación de cubismo post moderno con tintes intelectuales. Cada vez más el arte y lo estético se ha convertido en un negocio que genera millones de dólares diarios.
29
Más allá del arte. Marina Abramovic apuesta por la espiritualidad y el arte como parte de la vida. Gran parte de su arte interpretativo resulta ser ritualista, meditativo e incluso siniestro. Para uno de sus performances se preparó durante tres meses en el más extremo silencio y con meditación constante. Practica rituales ocultos fuera y dentro de la escena en diferentes niveles: experimentales y profanos. Cree que las computadoras pueden usarse como herramientas de meditación. Desarrolló el Método Abramovic: una serie de ejercicios de meditación e introspección practicados y mejorados durante 40 años. La técnica incluye relajación muscular y ejercicios de respiración; usar auriculares para bloquear el sonido y utilizar numerosos cristales, sillas y tótems. Su objetivo, más allá de la meditación, es aflorar la sensibilidad para tomar consciencia de la propia existencia material e inmaterial.
Habrá quienes piensen que este tipo de “arte” es un lavado de cerebros y una burla al intelecto humano. Desafortunadamente y en la actualidad, muchas personas compran las ideas que mediáticamente se les venden como correctas, incluso sin estar de acuerdo con ellas o sin entenderlas del todo. El progresismo y modernismo no siempre son términos que vayan de la mano con el intelectualismo. Deben comenzar a forjarse un pensamiento crítico propio basado en el conocimiento. Al menos, esa es mi opinión.
[Marcela Leyva, musa oriunda de Cd. Cuauhtémoc y criada en Chihuahua capital, siente pasión por las letras, la fotografía y por ti. Se declara fiel amante del café caliente (el café frío no es café) y fanática del rock de la vieja escuela. Es otaku de corazón, perseguidora de sueños; y quiere viajar mucho sin necesidad de recurrir a ningún alucinógeno.]
30
Bedtime Story Era un sonido constante y estresante, no muy fuerte, pero lo suficiente como para escucharlo desde su alcoba. En momentos esperaba levantarse, seguir el ruido y así poder detenerlo, pero había algo que no le dejaba. Sentía temor; por alguna razón no deseaba salir de la cama. Pasaba el tiempo y miraba el reloj que estaba sobre la mesa de noche. Los minutos avanzaban y el ruido no se detenía, había transcurrido ya una hora hasta que decidió poner fin a ese ruido infernal; después de todo, ¿qué podía ser? La puerta del baño azotándose o quizás el gato que dormía junto a la escalera. Caminó rápidamente hacia la puerta; estaba a punto de abrirla cuando de pronto se detuvo. Entonces comenzó a escuchar con más atención. El sonido era claro, pero no provenía del otro lado de la puerta. Fuera lo que fuera, estaba en su habitación. Siempre había sido una persona racional, así que pensó que podría ser algún bicho, un ratón royendo la pared del armario o incluso algo topando en la ventana. Pero en la ventana no había nada y al abrir el armario todo seguía intacto.
31
Se sentó en la cama, cerró los ojos y escuchó con atención. Para su sorpresa, el ruido había aumentado; se escuchaba más fuerte que al inicio y esta vez pudo distinguir algo más: eran dientes, dientes chocando entre sí, raspando unos con otros. Abrió los ojos de golpe al distinguir, repasó la habitación completa con su mirada, pero no pudo ver nada. Solo quedaba un lugar por registrar. Por un momento sonrió -¡era absurdo, un cliché!-: debajo de la cama era el sitio que faltaba. De alguna manera sintió que debía armarse de valor, aun así, ¿qué podría pasar? Se hincó, tomó las cobijas que topaban en el piso para levantarlas y se agachó. Nada, había absolutamente nada. Volvió a sonreír y sintió un poco de vergüenza por haber tenido miedo. Pensó en que jamás contaría ese embarazoso momento y volvió a recostarse. Al cerrar los ojos, el chirrido continuó, esta vez junto a su cama y a la altura de su cabeza. Abrió los ojos sin mirar hacia la dirección del sonido y pensó e n l e va n t a r s e d e u n s a l t o . S e concentró en aquel ruido, esperó unos segundos y giró de manera brusca. No hay mucho que se pueda contar después de ese momento. Si me preguntan, el ente y él jamás se encontraron, pero había dientes re c i é n e x t ra í d o s d e b a j o d e l a almohada.
Sin retorno
S
olía caminar por horas, con la mirada baja y sin detenerse. Era como si buscara perderse, como si quisiera llegar tan lejos que no pudiera regresar. Pero siempre volvía. De alguna manera sentía que debía estar en casa antes de que alguien notara su ausencia. ¡Qué tontería! ¿Quién notaría que no estaba? Las ocupaciones de cada persona que le rodeaba les impedían notar su presencia, con más razón es que su ausencia pasaría desapercibida. Volvía con una sonrisa que denotaba más decepción que cualquier cosa, se metía a la cama y pensaba en si el día siguiente sería el día en que por fin pudiera seguir el camino. Cada mañana sabía a lo mismo, olía a lo mismo. Su vida no solo era rutinaria, sino predecible, deprimente y vacía.
Sabía perfectamente lo que se toparía al bajar a la cocina y lo que encontraría en el refrigerador. Sabía que nadie le daría los buenos días y que al salir de casa encontraría basura regada por la acera. Le resultaba molesto saber lo que pasaría cada minuto del día, y lo único que variaba, era caminar sin rumbo por las noches. Así que el día pasaba de la misma forma que los anteriores, pero al salir del trabajo decidió ir en el sentido opuesto a casa. Generalmente volvía y se salía cuando todos habían dormido, pero esta ocasión sería diferente. No llevaba nada más que la ropa que traía puesta, la cartera con un par de monedas y una tarjeta promocional que algún sujeto le entregó en la calle. 32
El sol estaba por ocultarse y las luces citadinas comenzaban a encenderse para iluminar las calles (como si eso evitara desgracias, permitiera ver más claro o ayudara a encontrar a alguien que se ha perdido desde hace años). Mientras andaba, vio cómo algunos vagabundos empezaban a acomodarse en sus respectivas esquinas o callejones, ¿acaso ellos también regresaban a su "hogar" después de un largo día? Los comercios empezaban a cerrar y las mujeres avanzaban a pasos largos y acelerados, aferrándose a sus bolsos, temerosas de toparse con al gú n m al ea n te q u e p l a n ea ra quitarles lo poco que habían ganado ese día. Llevaba la vista perdida cuando de pronto algo llamó su atención: la luz dentro de una casa que se asomaba por una gran ventana, dejando ver el interior. Se detuvo unos segundos y decidió acercarse un poco. Por alguna razón sintió curiosidad, parecía una familia cualquiera sentándose a la mesa para cenar. Pronto se percató de que no era nada extraordinario, el hombre le dio tremenda bofetada a la mujer mientras gritaba fúrico a los que parecían ser sus hijos, que seguramente se encontraban en otra habitación viendo el televisor.
33
Sonrió y siguió caminando, su vida no era tan distinta de otras. En su recorrido, su mente se quedó en blanco. Sentía el aire cálido de la noche y unas ligeras gotas de agua, que cayeron durante unos cuantos minutos, refrescaron su pensamiento. ¡Si tan solo pudiera permanecer así, con esa paz y tranquilidad que sentía en ese momento, sin algo que le estorbara para andar, sin alguien que le molestara con peticiones estúpidas, sin saber qué era lo que iba a pasar! La ciudad parecía enorme, ¿acaso no había un límite? Y si lo tenía, ¿qué haría al llegar a él? ¿Seguiría caminando sin detenerse hasta llegar a otra ciudad? ¿Y qué si no dejaba de andar y simplemente seguía hasta que sus pies ya no pudieran seguir y su cuerpo se encontrara tan cansado que cayera al suelo sin volver a moverse jamás?
¿Habría alguien que se percatara de su ausencia? ¿Intentarían encontrarle al saber que no ha regresado? ¿Y qué si se detenía a mitad de la carretera y se recostaba sobre el pavimento caliente, hasta q u e pasa ra al gú n a u to cu y o conductor estuviese tan distraído que no notara el bulto a medio camino? Pensó que contaba con un gran número de opciones y todas le parecían llamativas. Quería intentarlo todo. Sabía que era extraño, pero sentía una especie de emoción ante esos pensamientos; un hueco en la boca del estómago, como cuando te enamoras por primera vez, cuando sientes miedo, cuando la tristeza te llega de pronto al verte engañado. Esa sensación molesta y de satisfacción a la vez, que no p u e d e s c o n t ro l a r y q u e s o l o consigues aumentar entre más intentas ignorarla. Sin embargo, no tenía prisa, apenas eran las once de la noche y por primera vez, se encontraba en un punto sin retorno.
[Sonya Mayfair, originaria de Chihuahua capital, es misántropa declarada y filántropa de closet. Ha brincado de la época del Walkman a los años del Discman, y aterrizado en la era del iPod. Con alma de una mujer de ciento cincuenta años, es amargada hasta el tuétano. Detesta los lugares concurridos y adora el café con whisky. Enemiga acérrima de las mentiras, es detestada por el 90% de quienes la conocen por su sinceridad sin filtro.]
34