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Máskara: Año 3, Número 13, Julio 2022
Guerra entre Rusia y Ucrania: la posición equivocada de algunas ONGs
Ernesto Kahan (Argentina / Israel)
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Médico humanista, poeta, Profesor
En general, los conflictos armados entre naciones generan la aparición de posiciones extremistas que exacerban los sentimientos de identidad y de concordia que contradicen los principios de respeto y tolerancia. Estos principios, no fáciles de ejercer, son indispensables para las asociaciones que promueven la armonía y convivencia entre los pueblos.
Cuando la estrategia es reemplazar los conflictos violentos por la solución política, lo cual es necesario en presencia de armas genocidas, lo que se debe hacer es mantener la libertad de opinión y la tolerancia a fin poder entender esos conflictos y encontrar la manera de contribuir hacia la negociación política para el alto el fuego y los acuerdos de paz.
A fines del siglo XIX y primer tercio del siglo XX, cuando no existían esas armas, en el campo del “Materialismo Histórico” (Marx, Engels, Rosa Luxemburgo), se aceptaba la lógica de la “Revolución permanente” como la garantía para el avance histórico de la sociedad, en esperanza de una sociedad sin clases opresoras. En ese entonces, las políticas del pacifismo, sostenidas por los evolucionistas pacíficos (Socialistas Utópicos, Saint Simón, Jean Jaurès, Eduard Bernstein, entre otros)
Por otro lado, el capitalismo en sus versiones liberal y violenta fascista, tiene como desventaja que “suele centrarse en sus efectos más o menos incontrolables sobre el medio ambiente, y su desigualdad de oportunidades sociales en un sistema centrado en el capital”. Además, por su posición individualista extrema, con frecuencia se opone al interés colectivo y no se ocupa de la igualdad social, generando conflictos y guerras.
Todos esos conceptos fueron cambiando con la existencia de las armas nucleares y la aparición de cambios sindicales en las sociedades capitalistas y la aparición de contradicciones, por el creciente poder de las burocracias y corrupciones en el campo socialista. Al final de la Segunda Guerra Mundial y la experiencia criminal y horrenda del Nazismo, se generó una cierta coexistencia pacífica entre el capitalismo y el socialismo, que asumió la política de Socialismo en un solo país, formulada por Joseph Stalin. Todo aquello coincidió con la lógica aparición de organismos como la Sociedad de las Naciones y luego las Naciones Unidas con sus entidades asociadas (UNESCO, OMS, entre otras) y los acuerdos de desarme entre EE.UU. y la URSS.
Las ONGs (GHA, ICP, IPPNW y cientos más), que promueven la tolerancia política, religiosa, étnica, racial, etc., y, en consecuencia, la armonía y la solución pacífica de los conflictos armados y el desarme nuclear, necesariamente deben optar por políticas de tolerar la libertad de palabra y de religiones o creencias que constituyen entidades que conforman identidades. Uno de los mejores ejemplos de ello son los artículos 1 y 2, de la Constitución de la UNESCO:
1. El propósito de la organización es contribuir a la paz y la seguridad promoviendo la colaboración entre las naciones a través de la educación, la ciencia y la cultura para promover el respeto universal a la justicia, al estado de derecho y a los derechos humanos y las libertades fundamentales sin distinción de raza, sexo, idioma o religión, por la Carta de las Naciones Unidas.
2. Para realizar este propósito: colaborar en la labor de promover el conocimiento y entendimiento mutuo de los pueblos, a través de todos los medios de comunicación masiva y, a tal fin, recomendar los convenios internacionales que sean necesarios para promover la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y la imagen.
Ante el presente conflicto entre Rusia y Ucrania, ciertas organizaciones, lamentablemente asumen posiciones en favor de una de las partes, y de esta manera, abandonan su misión constitutiva y se desautorizan como ente moderador y mediador en aras de la paz.
La defensa colectiva de los estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se obligan a intervenir en el caso de que alguno de ellos se vea atacado por otra parte, hace todo lo posible para generar una insoportable actitud agresiva, luego de que el primero de Julio, 1991, se desintegró el Acuerdo de Varsovia creado el 14 de mayo de 1955. En 1954, la Unión Soviética propuso su unión a la OTAN, con el objetivo de mantener la paz en Europa, pero los aliados rechazaron la propuesta.
Por otro lado, organizaciones como IPPNW, (International Physicians for the Prevention of Nuclear War), con gran inteligencia y respeto a sus principios acaba de anunciar: “Una declaración conjunta de los médicos IPPNW en Rusia y Ucrania
16 de marzo de 2022
El conflicto entre Rusia y Ucrania continúa provocando bajas humanas. Y en caso de escalada del conflicto puede provocar consecuencias más graves, la implicación de otros países, instalaciones nucleares e, incluso, enfrentamiento nuclear.
El trabajo de cualquier médico en este mundo está estrechamente relacionado con los principios de igualdad y enfoque sin prejuicios en su trabajo. La reciente pandemia de COVID-19 ha demostrado a todos cuán vulnerables pueden ser los trabajadores médicos cuando los sistemas de atención médica se ven abrumados por un desastre de tal escala. La enfermedad, la muerte y el agotamiento generalizados entre los trabajadores médicos han subrayado la necesidad de reinvertir mucho tiempo, dinero y recursos para educar y preparar profesionales competentes y calificados en el campo de la medicina.
Rusia y Ucrania han estado estrechamente conectadas entre sí desde el comienzo de su historia. Es difícil encontrar una persona en Rusia que no tenga parientes o amigos en Ucrania. Ambos países son parte de Europa del Este y comparten estrechas conexiones económicas y culturales. Todos estos hechos hacen que todos los médicos se sientan mucho más preocupados por la situación actual de la región. Y la más peligrosa de todas las amenazas posibles es, por supuesto, la nuclear.
Somos profundamente conscientes de las consecuencias humanitarias de los desastres nucleares para la salud, el medio ambiente y el clima. La guerra nuclear podría poner en peligro a toda la civilización humana. Incluso una sola detonación nuclear causaría cientos de miles de muertes y las consecuencias a largo plazo durarían décadas. Los hospitales serían destruidos y el personal médico muerto o herido. No hay cura para las víctimas de una guerra nuclear. No hay nada que los servicios médicos puedan hacer para ayudar a las personas. La única opción es la prevención.
En un mundo que no solo ha sufrido las consecuencias sanitarias de la pandemia, sino también el aislamiento y la división entre personas, familias, comunidades y naciones enteras, el uso de armas nucleares sería la amenaza final para el sistema de salud y para toda la humanidad. Ha llegado el momento de actuar ahora y hacer todo lo posible para salvar vidas y encontrar formas sabias de colaborar.
Referencias
• International Coalition for Peace. http://www.icpglobal.org/
• Constitución de la UNESCO. https://conservacion.inah.gob. mx/normativa/wp-content/ uploads/Documento2961.pdf
• Organización del Tratado del Atlántico Norte. https://www. caracteristicas.co/organizacion-del-tratado-del-atlantico-norte-otan/
• A joint statement of IPPNW physicians in Russia and Ukraine. https://peaceandhealthblog.com/2022/03/16/ajoint-statement-of-ippnw-physicians-in-russia-and-ukraine/