Revista Metrópolis #36

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LA NOCHE LAGUNERA SE APAGA La noche se termina

en La Laguna

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Parรกbola

del moribundo

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No. 36

Mayo 2012



Directorio

Contenido

Director General Martín Valdés Rodríguez Director Editorial Julián Parra Ibarra Editora General Adriana Vargas Flores

Columnas

Auxiliares de Redacción Nelly Valenciana Mottú Diseño Editorial y Portada Gráfico Estudio E-mail. rod_libre@hotmail.com Fotografías Metrópolis Colaboradores Carlos Arredondo, Flor Berenguer, Mario Gálvez, Roberto López, Francisco de la Peña de León, Jorge Villarreal de la Cruz, Augusto Ávalos Longoria, Luis Solares, Ramón Rocamontes, Ruth Castro, Alfredo Villalobos, Fernando Royo, Salvador Hernández Vélez, Leopoldo López, Raymundo Tuda, Ví ctor Frías, Rúben Moreira, Armando Luna Canales, Carlos Gutiérrez Recio, Federico Berrueto Pruneda, Renata Chapa, Silvia Castro, Leopoldo Ramos, José M. Serrano González, Silvia Landeros, Arcelia Ayup Silveti, Rocío Rebollo Mendoza, Vicente Alonso, Juan A. Martínez Barrios, César Elizondo Reporteros Vanesa Sifuentes, Vianney Leclerc Meráz, Reginaldo Díaz Villarreal, Filiberto Pérez García, Clemente Mancillas, Gema Cardiel, Ubaldo Nájera, Noe Santoyo, Laura Elena Vélez Hernández, Gabriela Martínez Pinto, Arturo Aguilar, Norma Ruth Ramírez, Leonor A. Gómez Barreiro, Jaime Gutiérrez, Yesenia Ramírez Gerente Juan Manuel García Valdés Administración contable Guadalupe Valdés Rodríguez Recursos Humanos Javier de León Huitrón Contactos, cartas y comentarios revistametropolis1.blogspot.com revista.metrópolis@yahoo.com.mx julianparra@coahuiltecamedios.com http://issuu.com/revistametropolis

Tres años son un buen principio

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Tres y los que falten... Adriana Vargas

Julián Parra

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Reportajes

Blvd. Constitución 1490 Col. San Isidro. C.P. 27100 Torreón, Coah. REGISTROS EN TRÁMITE. El contenido de los artículos es resposabilidad de los autores. Se permite la reproducción total o parcial de los contenidos, a condición de citar la fuente. Suscripciones: (871) 7168905 / 192 9497 Publicación mensual de Medios de Comunicación Coahuilteca, S.de R.L. de C.V.

Parábola del moribundo

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El lado amable... Museo Casa del Cerro

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Imaginario colectivo... Dame tres emes

Cine

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Espacio Interior

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Libros

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A la hora del brunch

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Nanotecnología

Deportes... La Crónica de una batalla perdida en casa

Ocio y

Cultura

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La noche se termina en La Laguna

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¿Sabes quién viene?

Donde palabra, un encuentro literario

Jaime Muñoz

Allá están locos

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Redes sociales y autoestima: un mundo donde nada el lo que parece

Fiesta en pausa

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Cultura

Qué sería del centro sin los museo y teatros

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OPINIÓN

Por Julián Parra

Editorial

TRES AÑOS

SON UN

BUEN PRINCIPIO C

on el ejemplar que tiene usted ahora en sus manos, llegamos a nuestro tercer aniversario. Nacimos en medio de la primera crisis económica realmente globalizada, y al dar nuestros primeros pasos nos encontramos -y los pudimos y supimos sortear-, con obstáculos como los riesgos sanitarios en nuestro país, pero sobre todo y hasta nuestros días, fuimos siendo testigos día a día de la creciente vorágine de la violencia, y la pérdida de la paz y la tranquilidad, en el país, en nuestros estados, en nuestra región. Como muchos de quienes habitan en nuestra zona de influencia, Metrópolis también se ha visto amenazada por las turbulencias a las que ha estado sometida en más de una ocasión. Sin embargo el tesón, el amor

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por nuestra tierra, el trabajo y nuestro oficio, fueron fundamentales para sobreponernos a todas las adversidades. Al igual que desde el momento mismo en que nos propusimos lanzar este proyecto editorial, tres años después seguimos manteniendo el mismo optimismo -sin un ánimo de pecar de ingenuos-, de que el entorno de nuestro querido México, de nuestros queridos estados de Coahuila y Durango, y de nuestra amada Comarca Lagunera, volverá a ser el mismo que durante muchos años hizo de esta patria y este terruño, un rincón envidiable para vivir, y hacía que aquellos que una vez que venían, ya no quisieran irse. Con todo y que en nuestras páginas en estos 36 números hemos dado cuenta de la realidad actual sobre todo de La Laguna, queremos seguirle apostando, optimistas, a un futuro promisorio y positivo para nuestra gente. Con ese optimismo, en esta edición de aniversario hemos invitado, y celebramos con orgullo que lo haya aceptado -nos sentimos orgullosos por ello-, al escritor y periodista, pero sobre todo al amigo Jaime Muñoz Vargas, para que coordinara una de las partes más importantes de la estructura de Metrópolis en este número 36 que quizá sin mucho estruendo ni pirotecnia, para nosotros es muy especial. Hoy, una vez más nuestro eterno agradecimiento a todos los que han creído, colaborado y participado en este proyecto: lectores, anunciantes, patrocinadores, redactores, reporteros, colaboradores, diseñadores, asistentes, fotógrafos, administradores y directivos de esta gran empresa que es Coahuilteca Medios. Con todos, queremos compartir estos, nuestros primeros tres años.

JuliánParra

Director Editorial


LES AGRADECE

A TODOS

NUESTROS LECTORES Y COLABORADORES POR ESTAR JUNTO A NOSOTROS EN ESTE

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OPINIÓN

Por Adriana Vargas

Editorial

Tres y los que falten… P

ara nadie es un secreto que el periodismo de papel está en crisis. Este año cerró el importante periódico Público de España, para dedicarse únicamente a la edición digital, con apenas cinco años de duración. Otros diarios en el mundo, como The Guardian, de Inglaterra han dado a conocer su tendencia a dedicarse únicamente al periodismo ‘on line’ dentro de poco tiempo. Asimismo en otras partes como Europa y Estados Unidos, más periódicos han contemplado la posibilidad de imprimir solo los domingos, el día en que más personas se dan el tiempo de disfrutar las ediciones en papel. El periodismo en Internet crece aceleradamente y aunque en términos de calidad, profundidad y profesionalismo; su principal referente sigue siendo el periodismo en papel, ya le ha restado ventas, lectores y crecimiento a todo lo impreso. Este año también se ha sabido que cada vez más estadounidenses leen e-books. De acuerdo con una encuesta divulgada por el Pew Research Center, uno de cada cinco ya leyó un libro electrónico durante 2011 y casi

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90 por ciento ya ha leído la misma cantidad de e-books que libros impresos. Por todo lo anterior resulta una total aventura publicar una revista mensual impresa, por tres años ininterrumpidamente. En este lapso no han faltado momentos difíciles, vedas electorales y enfrentar la sabida decisión de muchas empresas de recortar sus presupuestos publicitarios por la crisis económica. Esta aventura, de nombre Metrópolis, ha decidido continuar y perseverar en el mundo físico hasta que los lectores y la sociedad lagunera, así como los tiempos económicos y el futuro del país lo permitan. A la par de salir en papel, nuestra revista mantiene sus versiones digitales disponibles para todo lector universal. Pero nuestra convicción es continuar en ambos sentidos. Porque sigue siendo un añorado deseo cada mes ver una nueva Metrópolis circulando en hoteles, áreas comerciales, culturales y educativas; porque se lo debemos a nuestros lectores, a nuestros fieles columnistas, articulistas y a todos los reporteros de esta casa noticiosa que es Coahuilteca Medios. Por todo lo anterior y porque nos interesa seguir el pulso social, económico, deportivo y cultural de esta región y sus alrededores, presentamos a ustedes, queridos lectores nuestra edición especial de aniversario. En este número celebramos la participación del escritor y periodista Jaime Muñoz Vargas, como coordinador de nuestra sección de crónicas y reportajes. Le damos la bienvenida a esta aventura, y a nuestros lectores un agradecimiento por seguirnos durante estos 36 números.

AdrianaVargas Editora General


Felicita

a la revista

por su

3er. Aniversario Torre贸n Coah.Mayo de 2012


UNID

La Universidad Interamericana para el Desarrollo Sede Gómez Palacio

Felicita a directivos, editores, reporteros, fotógrafos, colaboradores y diseñadores de la revista

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por su

de ejercer un periodismo de análisis y crítica

Ingresa a nuestra Maestría Tel: (871) 723 6000 en Derecho Empresarial y 723 6102

www.unid.mx Torreón Coah. Mayo de 2012


OPINIÓN

Por Jaime Muñoz

Especial

Fiesta en pausa E

ste número celebrante de Metrópolis ofrece en su primera parte un puñado de textos sobre la actual realidad de la fiesta lagunera. No es, por supuesto, un trabajo concluyente, sino una reflexión a vista de pájaro sobre el fenómeno de la violencia y sus consecuencias más inmediatas y evidentes. Digamos que se trata entonces de un reflector puesto sobre el hecho incontestable de que algo pasó, de que en menos de una década —y sobre todo durante el sexenio sangriento que todavía no hace su fúnebre corte de caja— los laguneros asistimos al horrible espectáculo de un vandalismo que arrasó con buena parte de nuestra convivencia, sobre todo de la nocturna. Así como era imposible pronosticar una devastación como la que padecemos, es ahora imposible saber si podemos abrigar la esperanza de la recuperación. Los pe-

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simistas dicen que no, que ya nada volverá a ser lo mismo; los optimistas aseguran lo contrario y piensan que la jauja parrandera volverá por sus fueros, que los malos tiempos se irán y regresaremos al estadio de tranquilidad que hizo de La Laguna uno de los sitios espiritualmente más acogedores del país. Tres textos desarrollan el asunto. El primero, un recorrido de Reginaldo Díaz por la circunstancia de la noche en este momento, un diálogo de reportero con la realidad que hoy vemos sobre todo en el primer cuadro de la ciudad de Torreón, nuestro querido centro histórico ahora en penurias. El segundo es un artículo del escritor Vicente Alfonso, lagunero radicado desde hace cerca de diez años en el Distrito Federal. El joven escritor apunta, con la excelente prosa que lo caracteriza, la paradoja con la que se encontró luego de cambiar su residencia, una paradoja que ahora lo señala allá, en el DF, como nativo de tierra bárbara. Un fragmento de mi novela Parábola del moribundo es el tercer y último apartado de esta sección. Conlleva un apunte previo, así que no me extiendo más en esta presentación. Sólo agrego mi agradecimiento al colectivo de Mertópólis por su amable invitación. Espero que el tercer aniversario de la revista coincida con el renacimiento esperado de nuestra querida comarca y su abundante y deseable fiesta.

JaimeMuñoz

Escritor y periodista

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Especial Por Reginaldo Díaz

La noche se H termina en La Laguna La vida nocturna en La Laguna era muy generosa, tenía opciones para todos. Pero de cinco años a la fecha se puso en peligro de extinción por el clima de riesgo para quienes buscan divertirse hasta tarde

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asta hace cinco años, la vida nocturna de La Laguna era tan atractiva, que las horas se iban sin darle una justa dimensión, para quienes se envolvían entre sus horas, sus luces y sonidos. Porque aunque no es una zona turística con gran reconocimiento, en la comarca se despierta un ánimo circular en antros, cantinas, bares y otras cuevas donde la música y la bebida sean detonantes de ánimos. Muy vulnerables a la vida en la fiesta, los laguneros disfrutaron de una gran tradición nocturna que se vio formada desde los mismos años treinta, cuando las primeras cantinas y casinos ya pintaban para sitios tradicionales. A partir de balaceras tanto en antros como en las calles, la circulación social por de la noche lagunera ha ido disminuyendo paulatinamente, reconocen las autoridades municipales en Torreón. La casa Alameda, la Alhambra, el Perches y decenas de cantinas en Torreón, junto con la Eléctrica, el Cuevas y el 30 de mayo, en Gómez Palacio son las cantinas originales que abrían sus puertas y daban tutela a los taciturnos. Según censos de 1999, en la ciudad de Torreón, existieron hasta 170 diferentes opciones entre cantinas y bares, con permiso para funcionar hasta las tres de la mañana, lo que provocaba además una gran movilidad urbana, un reinicio de actividades en las calles después de esa hora. A 13 años de distancia, dos terceras partes


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Fotos: Especial

Con el paso de los años la vida nocturnina de La Laguna ha cambiado radicalmente a causa de la inseguridad que esta ciudad sufre

de los establecimientos han cambiado su ubicación, giro comercial o han cerrado sus puertas, según las estimaciones de inspección y verificación en el municipio de Torreón. Transitar en la noche por las calles de la Comarca Lagunera era tener una atmósfera propia, segura y daba arraigo a su gente. Nunca quedaron de lado los accidentes automovilísticos, en los que el alcohol era el lógico detonante. Trágicamente se perdía cuando menos una docena de vidas cada año, por accidentes de este tipo en la zona metropolitana y por ello se implementaron operativos como el del alcoholímetro.

Se apagan las luces

Pero la costumbre cambió. La serie de asesinatos en cinco diferentes episodios ocasionó que los antros pasaran de ser los más visitados a los más esquivados. En febrero del 2010, los comerciantes establecidos de la comarca recomendaron el cierre temprano de los antros, ante el temor por el clima violento y en señal de luto por más de 60

personas asesinadas en estos lugares y en la quinta Italia Inn. A partir de esta nueva realidad, el miedo por los convoyes, los autos con personas armadas y la posibilidad de ser asaltado o levantado cuando menos, resultaron una pócima contra la vagancia nocturna. Para las autoridades municipales, después de que se presentaron los episodios de ataques a bares y antros de la ciudad, la asistencia paulatinamente se recupera. “Hemos salido a las calles, el bulevar Independencia y los principales paseos se ven muy bien, muy activos, yo como ciudadano pienso que se ha ido recuperando la vida nocturna y que se ha ido perdiendo el miedo”, asegura el director de Seguridad Pública, Adelaido Flores. El militar que tiene a cargo la seguridad pública en Torreón establece que el mejor momento de actividad nocturna aun no llega, pero asegura que poco a poco los negocios que ofrecen variedad, cena y alcohol, se han ido recuperando. La actividad se ha trasladado hacia el oriente.

No se fue de un día para otro, pero la diversión del primer cuadro de la ciudad se alejó cada día más del sector centro. Las distancias, el rezago del sector alianza y la cercanía de las cantinas, tabernas y cualquier cantidad de servicios localizables en la Alianza, desaparecieron sin dejar huella. A las tres de la mañana en el sector poniente de Torreón, había una amplia posibilidad de encontrar una cena sustanciosa y barata, un mariachi que cantara a la puerta del coche, por supuesto la compañía comprensiva para los desvelados solitarios y despreciados y sobre todo un ambiente que muchos aun extrañan. Ahora el sector centro es una zona mejor iluminada, aparentemente más limpia, pero totalmente abandonada. A partir de las nueve de la noche, lo que antes era una zona de trasiego, de conquista y de ida y vuelta, se convirtió en un pueblo fantasma cuyos principales testimonios los ofrece la propia Alianza y las avenidas que ahí convergen.

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Fotos: Especial

Especial

Elías Ramírez es músico de un conjunto norteño. Aun subsiste con lo poco que queda en algunas cantinas alianceras, le pega con sabor al contrabajo y aunque su apariencia no es la de un vaquero sino la de un taciturno, se gana la vida trayendo al recuerdo de muchos, las canciones de los viejos cadetes y de todas esas glorias de la música norteña. En el día, hace mandados para algunos de los dueños de cantinas que aun subsisten en el sector. Así se gana la vida y el permiso para cantar en los rincones sobrevivientes. Pero reconoce que la vida nunca será la misma en la Alianza. “Ya no es lo mismo, ya perdimos nuestra Alianza, ya no se para (sic) nadie en las cantinas y si no hay clientes nosotros apenas ganamos para comer a medias”. Y asegura que desde que las balaceras atacaron en las cantinas, los clientes ya casi no asisten, por lo menos de noche, cuando normalmente llegaban a gastarse su dinero sin miedo ni remordimiento. “Hay mucho miedo, los cantineros ya no trabajan igual ni nos dejan trabajar igual, como no tienen mucha ganancia, muchos prefieren tener rockola en el negocio y no nos dejan tocar, antes hasta nos mandaban a hablar cuando todavía no acabábamos en otra cantina a un lado, y ya nos estaban esperando para que les

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Hasta el 2008, los antros y bares en Gómez Palacio cerraban a las cinco de la mañana, como parte de una vida nocturna complementaria que normalmente iniciaba en Torreón”

Como consecuencia de la inseguridad en Torreón, comenzaron a cerrar cantinas, bares y antros

tocáramos”, suspira. En la actualidad, unos cuatro conjuntos norteños se empecinan en vivir de la música en el sector Alianza, saben que es de riesgo, pero prefieren mantenerse ahí y terminar su jornada a las diez de la noche, a pasarse toda la madrugada persiguiendo coches en el estacionamiento de un centro comercial que “adoptó” a la mayoría de los mariachis. A partir de la desaparición de la vida de noche en el sector Alianza, otra de las actividades más afectadas fue la de los mariachis, que se convirtieron en una raza en extinción.


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Francisco Fraustro tiene 30 años dedicado a la música de mariachi y desde hace cuatro años tuvo que cambiar junto con 90 músicos más, su lugar de trabajo. Aunque dice que les va mejor ahora que cuando se colocaban afuera del bar Gota de Uva, reconoce que el sabor que tenía el sector Alianza es inigualable. “La verdad es que aquí (calle 12 y Ávila Camacho) nos va muy bien, está muy seguro y llega mucho más la gente que quiere oír música, por eso tenemos más trabajo”, refiere el líder del Mariachi Imperial. Aunque reconoce que la vida nocturna no ha vuelto a ser la misma, Francisco Fraustro mantiene la fe de que la Comarca tendrá un nuevo impulso, pues mientras a la gente le guste la música, seguirán tocando y alegrando la noche.

La pequeña industria nocturna

Boleros, vendedores de semillas, burritos, botanas y chachareros que visitan las cantinas ya resienten la inactividad. Acostumbrado a trabajar desde las 10 de la mañana hasta las once o doce de la noche, Beto Samaniego busca opciones que le permitan subsistir con su cajón de bolear. Hace tiempo que no supera los 200 pesos de ganancia diaria, porque el recorrido en las cantinas ya no trabaja tan tarde, sobre todo las del centro de la ciudad, donde los focos se apagan cada vez más temprano. Con su cajón re-

corre cerca de 20 cantinas diarias, pero ahora comienza en el centro y termina en el segundo cuadro de la ciudad, porque cierran más tarde. “No salía del centro, ahí la hacía muy bien, sacaba mis 400 pesos en fin de semana, ahora caminamos más y ganamos menos, pero esto hacemos hace 27 años, se puso feo pero ni modo que no trabajemos”, dice.

Nostalgia en Gómez Palacio

Era común que la convivencia de horarios diferentes en la Comarca Lagunera, compuesta por dos estados se estirara desde un recorrido de bares torreonenses y terminara en los antros gomezpalatinos. Con un conocido ritual nocturno que iniciaba desde el jueves con la lucha libre en una condimentada arena gomezpalatina, se daba por iniciado el recorrido que terminaba en la madrugada del domingo, en bares cuya subsistencia dependía de ser la opción donde se acababa el dinero. Lázaro Castro, director de Alcoholes en Gómez Palacio, señala que desde la administración pasada, ha sido muy poca la afluencia a los bares que normalmente tenían mucha vida durante la madrugada. “En la actualidad no se ve que haya despuntado, en el padrón hay muy pocos negocios con venta en envase abierto, lo que ha despuntado son los giros de minisúper”, comenta.

El responsable de la regulación asegura que este año han abierto un par de establecimientos, pero la afluencia de visitantes ha disminuido cerca de un 80 por ciento, en tanto que el funcionamiento de los negocios nocturnos en el municipio ya no fue el mismo desde el 2009, en que cerraron la mayoría de los que se ubicaban en el bulevar Miguel Alemán. La apertura de minisúper y tiendas de conveniencia se incrementó hasta en un 60 por ciento, ya que desde la perspectiva del funcionario municipal, los ciudadanos han preferido convivir en fiestas y cocheras, que en antros donde normalmente lo hacían, dice el funcionario. Esa larga actividad nocturna se vio disminuida desde el 2009 cuando las modificaciones al reglamento de alcoholes recortaron también los horarios de venta de venta para los antros. “El reglamento es claro, esta administración no ha permitido que los antros y bares sirvan bebidas después del horario establecido, la última copa se sirve a las dos de la mañana y eso ha ayudado mucho en la seguridad. Hasta el 2008, los antros y bares en Gómez Palacio cerraban a las cinco de la mañana, como parte de una vida nocturna complementaria que normalmente iniciaba en Torreón y que se trasladaba a la comarca duranguense para culminar ahí. El grado de violencia que se registró en las calles, hizo que los traslados de una ciudad a otra se disminuyeran y que los bares cuya actividad comenzaba como la segunda parte del juergón sabatino, también redujeran su jornada.

El último sobreviviente

El residuo de la vieja vida nocturna de La Laguna es el Crazy Horse, discoteca que sobrevivió al estallido de la moda en los años setentas y ochentas, en cuyo transcurso existieron cuando menos treinta lugares similares, más modernos, con mejor tecnología y con el peso de la moda tras de sí. Pero ninguno de esos lugares resistieron como lo hizo el famoso, emblemático y a veces despreciado “Crazy”, cuyas notas siguen dando de qué hablar en la comarca. Esta discoteca funciona aun como el reducto de esa época de oro de la vida nocturna. Situada en el centro de la ciudad, el Crazy Horse se caracterizó por ser siempre la opción de los que gustaban bailar, y que conserva la esencia de las viejas discotecas que se extinguen por la fuerza de los antros, que no tienen pista de baile y por el contrario sólo entre las mesas puede darse algunos leves movimientos. Mayo 2012

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Por Vicente Alfonso

Allá están loc s

recí escuchando lo difícil que podía ser la vida en el Distrito Federal: temblores y asaltos. Ríos de personas como autómatas ciegos en los túneles del metro. Manifestaciones. Laberintos de asfalto donde los coches se quedaban varados por horas. Secuestros. Familias completas viviendo en un cuarto de azotea. Un cielo venenoso y gris que en los peores días dejaba sobre las banquetas un reguero de pájaros muertos. Con todo, era la capital del país. Me tocó visitarla por primera vez a los ocho años, cuando mi padre decidió que ya podía acompañarlo a una reunión de trabajo. En ese tiempo no había de otra: ir de Torreón a México implicaba pasar la noche en un autobús que se detenía en cada población. Ya en el andén de salida, mi madre nos lanzó una advertencia: —Tengan cuidado: allá están locos. A las seis de la mañana mi padre me despertó para que no me perdiera la entrada a la ciudad en la que él había estudiado de joven.

Frente a nosotros se extendía un horizonte plagado de edificios que entonces vi enormes, amenazantes, cubiertos por una espesa nata de smog. Lo primero que hice fue preguntarle a mi padre cómo íbamos a poder respirar cuando estuviéramos dentro de aquella nube. “Ya lo estamos”, me contestó, “sólo que está tan cerca que no podemos verla”. En los tres días que duró la visita extremé mis cuidados. Trataba incluso de respirar lo menos posible. Sentía una secreta admiración por cada una de las personas que veía en la calle: más que habitantes me parecían sobrevivientes. Mi vocación me hizo volver nueve años más tarde, cuando ingresé a un curso en la Escuela Nacional de Música. No lo hice porque quisiera: no había otra escuela que ofreciera la especialidad que yo deseaba estudiar. Las semanas que pasé en la capital me hicieron ver que, si bien las terribles historias que había escuchado en el norte eran ciertas, se compensaban con ventajas que Torreón no tenía: desde un clima más benigno hasta conciertos,

El estado de derecho se ha debilitado lo mismo aquí que allá y aunque no nos demos cuenta van aumentando los niveles de violencia y corrupción en todas partes de la república... Tal vez es difícil verlo porque ya estamos inmersos en la nube museos, tiendas de discos y librerías más surtidas que las de mi natal Laguna. Finalmente, hace ocho años, decidí mudarme a este conflictivo laberinto que tanto me apabullaba de niño. Varios amigos a quienes les compartí mi decisión me repitieron: —Ten mucho cuidado: allá están locos.

II

En 2005 se acentuó la violencia en La Laguna. El ensañamiento que desde entonces muestra el crimen organizado ha llegado a límites que parecían reservados al territorio de las pesadillas: sicarios que irrumpen en un antro y disparan contra todo y contra todos, cabezas apiladas en hieleras, cuerpos disueltos en tambos de ácido… historias terribles, cada una más terrible que la anterior, que le dan la vuelta al país. Algunas, al escucharlas, me han parecido difíciles de creer, y las he guardado con reserva en el cajón de los rumores. Por desgracia muchas se confirman. Durante las primeras visitas desde que se inició la ola de violencia, me costaba creer que el territorio seguro donde crecí estuviera bajo fuego. Hasta que me tocó una balacera en la calzada Colón. Y después otra en el bulevar Independencia.

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Lamentablemente para La Laguna que era uno de los lugares m谩s seguros, en el 2005 se desat贸 por completo la ola de violencia

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viaja en sentido contrario: —Ah, caray… allá están locos.

III

Con motivo de la inseguridad en La Laguna, se aumentaron los grupos de retenes de seguridad, tanto de policías, como federales y soldados

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Afortunadamente siento a mis coterráneos unidos como nunca. Rebasadas las autoridades, vulnerado el estado de derecho, las divisiones han pasado a segundo plano para los civiles: más allá de las terribles anécdotas que se multiplican dolorosamente, comenzamos a darnos cuenta de que somos miembros de una misma familia. Paradójicamente, la comunicación fluye en redes informales, de boca en boca, y me da gusto ver que los ciudadanos vamos aprendiendo a cuidarnos entre todos. Aunque llevo más de ocho años viviendo en el Distrito Federal, conservo el acento y el vocabulario norteños. Digo feria en vez de cambio y uso palabras como pantalonera, lonche y grapadora. Por eso no es raro que me pregunten de dónde soy. Cuando contesto que soy de Torreón, vuelvo a escuchar la misma advertencia, sólo que ahora

Me han tocado más balaceras en el de efe que en La Laguna. En los últimos meses fui testigo de tres enfrentamientos con ametralladoras afuera del edificio donde vivo, y eso que se trata de una zona tranquila en el área del Pedregal. Las ráfagas me despertaron en la madrugada y duraron lo suficiente para que pudiera grabarlas desde la ventana con mi teléfono. Cuando se los conté a mis compañeros de oficina, acostumbrados a la tranquilidad de la colonia Del Valle, les pareció difícil creerlo. Entonces agregué que en la colonia de los Doctores, donde también viví, me había tocado presenciar al menos dos ejecuciones. —Bueno, pero hablas de la Doctores —precisó alguien—: allá están locos. Creo que no es así. Que no existen, que nunca han existido límites para el territorio en donde cualquier cosa puede ocurrir. Que el estado de derecho se ha debilitado lo mismo aquí que allá, porque hablamos del mismo país. Creo que aunque no nos demos cuenta, van en aumento los niveles de violencia y corrupción que respiramos. Tal vez es muy difícil verlo —y sólo podamos apreciarlo a la distancia— porque ya estamos inmersos en la nube.

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Parábola del moribundo

Por Jaime Muñoz Vargas

Lejos, muy lejos estaba yo de sospechar que todo cambiaría en menos de una década. Cambiaría para el país, para nuestras dos entidades y para nuestra región, la lagunera. Menos de diez años bastaron para involucionar de la tranquilidad al miedo, para abandonar, o al menos suspender temporalmente, el buen hábito de la fiesta que nos caracterizaba. Digo “suspender temporalmente” porque, es obvio, espero como todos el regreso de la normalidad. Tal vez peco de iluso, pero prefiero incurrir en esa ingenuidad que resignarme ya definitivamente a la pérdida.

(fragmento)


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De dónde provenía la abundante y estrepitosa fiesta lagunera? ¿Por qué somos (no me consuela decir “éramos”) tan dados a la botana, a la carne asada, al grito y la convivencia hasta que el cuerpo aguante? Supongo dos motivos como cimientos de nuestro jolgorio. Uno de ellos, el primero, es el trabajo. A nadie se le oculta que La Laguna es tierra esforzada. Su vocación es el permanente hacer. La gente que desde su origen configuró nuestros entornos era gente chambeadora, dada a no quedarse quieta para obtener de estas estepas un fruto que jamás ha sido fácil conseguir. No es insignificante, pues, el orgullo contenido en la frase “vencimos al desierto”, un desierto que sólo puede ser cotidianamente vencido por medio del trabajo, del trabajo duro y tenaz, un trabajo que sin mayor conflicto deriva en el premio del festivo ocio. El segundo motivo tiene que ver también, sospecho, con las condiciones físicas de nuestro espacio. Dado el clima infernal que nos asfixia durante la mayor parte del año, los laguneros aprendimos que las jornadas laborales debían comenzar muy temprano y terminar, de ser posible, a eso de las tres o cuatro de la tarde. Me refiero, por supuesto, a las faenas en el campo, las mismas que afianzaron nuestra índole. Luego del mediodía, el trabajo a cielo abierto no era trabajo, sino tortura vil, así que sin mayor dificultad enraizó la idea de “la botana” y casi de manera natural el aprovechamiento del clima nocturno para salir, para consagrarse al relajo. La fiesta lagunera se apuntaló pues, sobre todo, en la ventaja climática de la noche sobre el día, pues nuestro sol es tan hostil que hasta la fecha sigue sin permitirnos bien a bien la convivencia. Sin reparar mucho en lo anterior, hacia 1998-99 escribí un relato que buscaba, entre otros propósitos, describir la pachanga lagunera, principalmente la nocturna. Como la tenía a la mano, jamás presentí su desaparición. De hecho, nadie hubiera sido capaz de imaginarla. El caso es que puse a mis protagonistas a recorrer cantinas, téiboles, restaurantitos, salas de masaje y todos los giros, renegridos o no, que nuestra noche mantenía vivos y atestados de parroquianos. En 2009, cuando gané con Parábola del moribundo

Fotos: Julián Parra

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Especial


un premio nacional de novela y el libro fue publicado en el DF, advertí que más allá de su valor literario (en el hipotético caso de que lo tenga), el relato sirvió para testimoniar que alguna vez, no hace mucho, los laguneros salimos a la calle, de noche, solos, y jamás fuimos presas de ninguna zozobra. He aquí un fragmento de ese libro. Como podrá advertirse, los personajes (el poeta azorado y pobretón, y su amigo viejo y pleno de vitalidad) se instalan de noche en una piquera de la Alianza y en ningún momento les tiembla nada. Claro, estaban siendo narrados en los noventa, no en la época de espanto que luego nos cayó encima y sigue entre nosotros con estragos aún no cuantificados. -Salimos del teatro. Afuera, la noche nos recibió con dócil tibieza. Rachas de viento evaporaban el sudor y permitían instantes de gusto. En el coche de Vicente esperaba un cuidador, un anciano con el venerable look de Leon Tolstoi. Caballero le extendió una moneda. Enfilamos por la avenida Matamoros y llegamos a la Múzquiz. En esa esquina, en el legendario Gota de Uva, un enjambre de músicos se aproximó para ofrecer sus serenatas. Vicente le decía no con la mano, espantán-

dolo. Nos estacionamos en la Morelos. Al lado de mi puerta estaba un tenderete que vendía tacos de tripas crepitantes en aceite. Caballero echó un ojo displicente a las fritangas. Olía a cebolla, a manteca y al detritus de una alcantarilla próxima y cubierta de inmundicias. A unos metros de los tacos, un hotel subinfracorriente se promovía con dos prostitutas en la puerta. Una de ellas, gelatinosa, expresionista, vieja y tal vez ya desquiciada, se sacó por instantes el senote sagrado, una carnosidad informe que buscaba seducirme desde lejos. Más allá, un camioncito de carga tenía en la defensa trasera una leyenda que me intrigó: “soY maTeRialisTa diaLécTico”. Todo era parte del realismo mágico, del realismo México, del surrealismo mágico, del surrealismo México presente en La Laguna. Cruzamos el camellón de las palmeras y entramos en La Movida, una tasca que exhibía su letrero junto a la silueta de una mujer calcada del Playboy. A dos cuadras de nosotros estaba el mercado Alianza, un sitio que de noche dejaba de ser universo de tomates y naranjas para convertirse en escaparate de alcohol y de mujeres, todo barato y peligroso. La Movida nos recibió con un montón de rostros desconocidos: campesinos, obreros, desempleados, prostitutas, hombres y mujeres deteriorados por la ruina del país, sumidos en el insalvable abismo de la jodidencia.


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Parábola de l moribundo

el único sitio despejado. El cantinero era una réplica desleída del cómico Tintán, sin bigote pero igualmente jetón y dicharachero. Limpiaba vasos como en el estereotipo de las películas y traía un mandil con el nombre de un candidato (“Pancho Duarte”), el logotipo del PRI y el fachendoso eslogan “¡Capacidad probada!”. Mientras despachaba cervezas noté que se daba tiempo para jugar a las damas chinas con las piezas de un ajedrez. Nos aprontó un par de cervezas marca Indio. A media botella mi vejiga solicitó un ingreso al mingitorio. La pileta era un lago que emanaba efluvios de pestíferos orines, el triste olor de la embriagaduría. Apunté mi potente chorro a un trozo de hielo que servía como sistema de escurrimiento; para que el desaguadero no apestara tan mal había también en la piscina unas ramas de gobernadora, ese arbusto aromático que se da mucho en la estepa lagunera y que suele servir como adorno en los nacimientos navideños que se montan para honrar al Mesías universal.

¿Cómo escribir esto?, pensé. ¿Cómo atrapar con palabras este horror, la monstruosidad de esta cervecería del perromundo? Era un cuchitril donde la esperpéntica de Valle-Inclán hubiera localizado incontables tipos humanos, seres de incierta teratología pero terriblemente concretos, reales como un pedrusco o una silla. Esa realidad no era literatura, era la realidad. Aquella música atroz era la realidad; aquella pobre puta gorda y peluda y loca y bizca —el polisíndeton no es gratuito, pues en ella se acumulaba todo eso de manera aterradora y cubista— era la realidad; aquel infeliz cantinero era la realidad; aquella pordiosera que recorría las mesas era la realidad; aquel anciano con tembloroso vitíligo que vendía chicles y semillas era la realidad. ¿Cómo atrapar con palabras esta noqueadora horripilantez? ¿Con qué párrafos asir, como quería nuestro magnífico don Pepe, el lado moridor de esta sentina? Mientras me acomodaba en el espanto, una rocola descendía a las sonoridades de estética más ruin. Un cantante afirmaba que su “dolor era muy grande” y que necesitaba “el cariño de un amor”. Nos sentamos junto a la barra,

Es un oxímoron, pensé; de la tradición religiosa al mingitorio. Huí del baño y cuando me reincorporé a la barra Vicente ya había comenzado su zopiloteo. En mi sitio estaba una joven de casi veinte años y con vestimenta de hombre. Tenía el pelo corto y trasquilado como si recién hubiera huido de un albergue tutelar para menores. Tenía cara de rocín flaco y galgo corredor, su maquillaje era desmesurado, tosco, y en su muñeca derecha lucía un reloj con la sonriente efigie del pato Donald. En conjunto, la muchacha parecía un despojo de cuarenta años mal vividos, pero en sus ojos todavía se delataba el brillo de una juventud obligada a vivir en el desastre. —Te presento a Chayo —dijo el terodáctilo—. Nos acompañará a chupar. Mi Chayito trabaja aquí. Estreché aquella mano sudorosa pero asombrosamente femenina; ella me sonrió con sus dientes disparejos y amarillos. La rocola estaba muy cerca, así que no pude escuchar con claridad el discurso que Vicente le suministraba a la aquiescente Chayo. Me di por marginado y comencé a registrar el sitio con interés más cuidadoso. Un par de músicos ejidales, guitarra y acordeón, entraron a ofrecer su arte de trovar mesa por mesa; Vicente lo detuvo y pagó un tema. Cuando la rocola terminó con una de contrabando y traición, el dueto ejecutó, según dijo el cetrino de la guitarra, “esta bonita melodía llamada ‘Aquí no hay novedad’”. Chayo y Caballero, abrazados ya,


puras, entre muchas otras, la jodidez y la fealdad. La noche avanzó y junto con ella la caravana de Indios. La ebriedad no impedía que me desconectara de aquella pequeña jungla; con la afinación de los sentidos que suele dar el alcohol, mis antenas dejaban entrar en el cerebro la caótica maraña de colores, formas, olores, sabores y sonidos de la cantinucha donde Vicente, muy platicador, había decidido continuar su trayectoria de rompecorazones. Chayo lo escuchaba con una sonrisa tenue. Motivado tal vez por el deseo de impresionar, el viejo sacó de su guayabera el ejemplar de Abrojos y sinsabores que poco antes había comprado en la presentación de las poetas. Le mostró la dedicatoria. Con una autoridad casi doctoral, mi amigo abrió una página al azar y comenzó a leer “una poesía” de Bonilla Pérez.

Fotos: Julián Parra

escucharon la canción y bebieron en silencio. Yo seguía en lo mismo, acorralado en la perplejidad. ¿Con qué prosa dibujar este momento? ¿Cómo hacer, por ejemplo, para que el triste dueto pase sin merma de la realidad a la literatura? Imposible: para retratar esa desdicha era necesaria la invención de un sistema de símbolos diferente al verbal y más poderoso que la realidad en bruto. El cine, quizá. Aquí veía a los cantantes, los escuchaba, olía el perfume barato de Chayo, sentía a mi espalda la torva presencia de los otros bebedores, percibía un montón de rostros tachonados por la desgracia, todo simultáneamente congestionado en un momento que me transmitía una sensación de irrealidad apenas asequible para la literatura. Recordé los arquetipos de Platón, el topos uranos, el lugar donde se encuentran como ideas


Parábola de l moribundo

Especial

Chayo se acercó para que la música de la rocola no obstaculizara los énfasis del terodáctilo. También yo me aproximé; vi que estaba en la página trece y de mi bolsa extraje el ejemplar. Vicente repasaba “¡Venas sangrantes!”, un poema que con innumerables puntos suspensivos expresaba que “por ti yo me moriría…/ por ti terminaría este… martirio/ porque el amor es una cosa hermosa…/ pero que tortura el alma cuando te vas…/ y me dejas, aquí, sola y desesperada/ expuesta a las garras del silencio/ triste como golondrina que ha perdido la ruta/ y ha sido sometida al silencio de tu ausencia/ por ti yo me moriría…/ y no obstante que te has ido…/ ¡con las venas sangrantes yo te esperaré!” Tal era el engendro de la página trece que Vicente le leía a Chayo, su nueva contratación. Cuando volví a mirarlos noté que Vicente ya estaba engolosinado y prosiguió con la página treinta. Allí estaba impreso un poema cómico-místico apodado “El Altísimo”: “¡Dios! ¡Diosito santo!/ dame fortaleza para cruzar el ancho mar/ dame tus tesoros de espíritu y de paz/ dime que es cierto que nunca me abandonarás.// ¡Dios! ¡Diosito santo!/ me protejo en tu manto / ayúdame a evitar el mundanal ruido y el llanto/ en esta ciudad globalizada/ ¡donde el amor brilla por su ausencia!/ donde no hay fe, esperanza, ni…/ solidaridad” Eso era el sacro y quasimodesco poema de la señorita Bonilla Pérez de Notre Dame. Vicente leía con regodeo de gestos y mano levemente declamatoria. Chayo lo escuchaba con su sonrisa de Gioconda, sin emoción visible, como sabiendo que lo importante de esa noche no era la literatura, sino el estipendio en efectivo por su puta compañía. No sé en qué momento se le ocurrió a Vicente suspender la lectura de su amada Bonilla Pérez y proponer el ejercicio de un rito vinculado, para decirlo con el Manco, al “gobierno de las tripas”. A la cantina podía ingresar comida del inframundo

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exterior, y el terodáctilo le encargó unos tacos de tripas al único mesero, un ejote con pantalón de vestir color café terlenka, tenis imitación Nike y playera de los Choriceros del Toluca (TRICAMPEONES). En cinco minutos el heraldo de los tacos reapareció con un envoltorio de papel canela mantecoso y abultado. Junto a la barra, en este orden, estábamos Vicente, Chayo y yo; los tacos fueron instalados, con absoluta inelegancia, frente a la joven, y mi mecenas no necesitó ningún prefacio para comenzar su ingesta. Por hambre me sumé al festín. La cosa aquella tenía un sabor a chicharrón y a cebolla que dejaba el paladar convertido en una cloaca. El entusiasmo de Vicente me confirmó que tenía la costumbre heroicamente insana de engullír tacos de tripas como si fueran melocotones en almíbar. Yo despaché sólo dos y por mi mente atravesó, como un cochino en fuga irremediable, la posibilidad de un desembolso por concepto de fastidios en la endeble máquina de mis intestinos. Recordé la vez que por culpa de unas criminales tortas de aguacate y carne me tuve que aislar varios días sometido a la férula de la tifoidea. Terminada aquella obra, Vicente se prendió un Raleigh y arrojó el humo con hartazgo. Chayo no le hacía mucha palabra y mi amigo ya no se esforzó por seducirla. La rocola no dejaba de bufar y salpicaba a La Movida con su misceláneo surtido de quejumbres. Inesperadamente, abruptamente, el terodáctilo pagó el consumo y con un beso en el carrillo se despidió de Chayo, le dejó un billete en la mano y sin decirme nada salimos de la piquera rumbo al coche. Nunca creí que Vicente fuera capaz de deprimirse, porque eso parecía expresar con su silencio y su semblante. Sin emitir palabra, sólo con el FM encendido en una difusora de boleros rancheros (“No sé qué tienen tus ojos, no sé qué tiene tu boca…”), el vejete me llevó al departamento y entonces, todavía dentro del coche, comenzó un simulacro de monólogo confesional. —A veces me arrepiento, de veras, amigo Santiago, me arrepiento de no sentar cabeza y procurar sólo a una vieja. La méndiga Chayo apenas si me hacía caso, y se nota que sólo quería mi pachocha. Yo no sé por qué no me conformo con buscar a Esperancita o quedarme con Kary; siempre caigo en los mismos errores. A la Chayo hasta le leí bonitas poesías y no sintió nada. Cabrona. Qué diera yo por escribir esas poesías escritas con tan bella prosa (¡!), por escribir cosas bien escritas, lo que sea. Tú no lo sabes, Santiago, pero en el fondo de mi corazón quisiera saber hacer un libro para que la gente me aplauda como a la señorita Bonilla Pérez, tan hermosa mujer, tan chula y tan preparada. ¿Te diste cuenta que ni siquiera me miró? Hoy fue un día malo: la señorita escritora no me hizo caso y Chayo sólo buscaba mi dinero. ¡A la chingada todo eso!


Lado amable

Por Nelly Valenciana

Hace años unos entusiastas laguneros formaron un patronato para restaurar y rehabilitar el inmueble para así ser ahora el Museo Casa del Cerro. Es considerada como un monumento histórico de la ciudad,porque precisamente ahí en el sector Alianza nació Torreón,que es ahora El recinto.


er. 3Aniversari Al principio de esta construcción se le tarto de dar una fachada tipo castillo

Fotos: Especial

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n la ciudad de Torreón, podemos encontrar diversidad de museos, museos que nos muestran como poco a poco se fue formando nuestro Torreón querido. Uno de los museos que se considera de los más importantes por el origen de la ciudad, pero también ahora en estos tiempos unos de los más peligrosos por la zona de ubicación es La Casa del Cerro, se ubica en calzada Industria s/n, sector Alianza. La Casa del Cerro es considerada como un monumento histórico de la ciudad, porque precisamente ahí en el sector Alianza nació Torreón. Actualmente este edificio resguarda al Museo Histórico de la Ciudad con una colección de muebles antiguos y objetos de vida cotidiana de principios del Siglo XX. La Casa del Cerro fue construida por el ingeniero Federico Wulff entre los años 1904 y 1905, al llegar a Torreón junto con su familia de 7 integrantes; esta vivienda es de cantera y contiene 17 piezas, entre cuartos, un sótano, una casa anexa donde habitaban los “sirvientes” y una bodega de ladrillo donde ahora se encuentra una pinacoteca. Sus pisos en la mayoría de las salas son de madera de encino y pino en el interior, y en el exterior azulejos italianos. A la entrada de la vivienda construyeron la oficina del dueño. Hace años unos entusiastas laguneros formaron un patronato para restaurar y rehabilitar el inmueble ahora que es el Museo Casa del Cerro. La Casa del Cerro cuenta con varios espacios de interés para el visitante. Al comprar sus boletos de entrada, al visitante se le entrega un mapa del sitio con

La Casa del Cerro fue construida por el ingeniero Federico Wulff entre los años 1904 y 1905, al llegar a Torreón junto con su familia de 7 integrantes; esta vivienda es de cantera y contiene 17 piezas” las ubicaciones de cada sala y un folleto que incluye información acerca de los museos de la región, para que también sean visitados. En una de las salas, cada ocho minutos se proyecta un video con una síntesis de la historia del lugar, y al término de este, se inicia el recorrido por la casa.

La entrada es la primera impresión agradable. Es un lugar cálido, revestido por madera limpia y bien cuidada, cada puerta del lugar lleva a otra habitación y a veces, engañosamente, a la misma, pareciera como un laberinto. Se puede encontrar desde vestidos, navajas, billetes, máquinas, decoración basada en el estilo de aquella época. Conservan un vestido bellísimo que da la pauta de la moda de la época, lleno de transparencias, al lado, revistas de moda y accesorios. Una habitación está adecuada como una representación de lo que sería el cuarto de un varón de esa época: está su ropa en el armario, sus objetos personales en una cómoda a manera de vitrina donde uno puede observar billetes, cigarros, frascos de loción y hasta una botella de whisky escocés de la época. En el cuarto destinado a las damas existe un ambiente más cálido, pero igual de elegante: hay un ropero con prendas femeninas y se pueden encontrar toda clase de detalles que componían la rutina diaria de las mujeres de inicios de 1900. No podía faltar el cuarto de los bebés, con sus dos pequeñas mecedoras, su cuna y la ropa de delicadas telas. También podrá conocer parte de la tecnología de entonces. Está una máquina de escribir, varias cámaras fotográficas, máquinas de coser y también se conservan varios artículos de cocina, baño y mucho más. Pero por causa de la inseguridad bajó mucho la visita de turistas a este museo, y lamentablemente tuvieron que cerrarlo por un tiempo para que sirviera de alojamiento para los soldados que resguardan esa colonia que se volvió una de las más peligrosas de Torreón. Aún se siguen viendo uno que otro soldado, pero el museo ya tiene nuevamente sus puertas abiertas, y ha recibido muy poca visita, se espera que ya a mediados de este año vuelva a ser el Museo Casa del Cerro, uno de los museos más visitados en La Laguna. Sin duda es una gran oportunidad para transportarse al pasado y conocer en vivo todo lo que un acervo de este tipo puede aportar a la historia de una región.

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Imaginario Colectivo

Por Renata Chapa

Dame tres emes El rector del Tecnológico de Monterrey, David Noel Ramírez Padilla, ofreció una plática sobre los retos del empresario moderno. Retomó la aportación de un brillante empresario anglosajón, que en entres sencillas palabras “Manager, Madre y Medios” llevan a una rápida autoevaluación de conciencia.


Fotos: Especial

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l “Manager”, la Madre y los Medios. ¿Qué existe en común entre estos tres elementos? El “Manager”, la Madre y los Medios. ¿Qué caso tiene analizar esa triada? El “Manager”, la Madre y los Medios. ¿Dónde está la importancia de las “tres emes”? Más allá de lo que pudiera parecer un simple juego de palabras, la siguiente historia personal puede ayudar a responder éstos y otros tantos cuestionamientos de la siguiente lectura. El rector del Tecnológico de Monterrey, David Noel Ramírez Padilla, ofreció una plática sobre los retos del empresario moderno y tuve la suerte de escucharlo. A pesar de mi marcada distancia con el mundo de los negocios, estoy convencida de lo mucho que se aprende de quienes han sabido llevar a buen puerto su liderazgo económico. Esto no sólo en lo referente a la acumulación de jugosos capitales, sino en los dilemas que en materia ética algunos empresarios han tenido que resolver de manera digna. Desde la primera ponencia que tuve la suerte de escuchar en voz del profesor David Noel, hace poco más de quince años, me llamó la atención su manera de exponer este tipo de asuntos. Sus competencias en la contaduría pública y administración son evidentes, pero más aún la manera de combinarlas con una defensa apasionada, como diría Álex Grijelmo, de las responsabilidades tanto individual como social en el mundo de los negocios. De hecho, puedo afirmar que mi interés por estudiar e imitar las estrategias rentables del contexto empresarial, pero en el ejercicio de las humanidades dentro de la práctica docente y ahora en el ámbito de la administración pública, se lo debo al contador Ramírez Padilla. Pues bien, ahora que lo volví a escuchar, de nuevo tuvo la habilidad de zarandear mi motivación. Aunque sé del valor de las prácticas éticas en el ejercicio profesional, nunca está de más que alguien nos recuerde que no se vale claudicar si de ética se trata. “Tope quien tope”, como él bien dice. Entre los contenidos compartidos por el rector del Tec, uno me parece meritorio de reflexión por lo práctico y a la vez profundo. Abre varias puertas para el debate y ayuda a que, al menos, si nos tardamos en coincidir con David Noel Ramírez en alguna de sus conferencias, su consejo pueda estar a la mano para salir de atolladeros cotidianos. Cuenta el rector que mucho es lo que se dice y hasta se alardea en materia de la ética en las empresas, pero pocos saben cómo definirla y menos aún, practicarla con una

Cuenta el rector que mucho es lo que se dice y hasta se alardea en materia de la ética en las empresas,pero pocos saben cómo definirla y menos aún,practicarla con una visión pertinente

visión pertinente. La mayoría de las personas, sean empresarios o no, sólo asocian el término “ética” con “filosofía” y encuentran en esa relación su mejor excusa para justificar lo complicado e inaccesible que resulta el estudio de lo que debería ser materia diaria de reflexión. Ramírez Padilla puso en práctica sus habilidades docentes y achicó el camino de la evasión. Retomó la aportación de un brillante empresario anglosajón quien, en tres sencillas palabras que comienzan con la letra eme, llevan a una rápida autoevaluación de conciencia en esos momentos de duda: ¿será ética o no esta conducta, esta decisión, este proceder míos? Cierto es que al pasar nuestros comportamientos por los rayos equis de la ética, no deja de aparecer la recurrente y bizantina reflexión de la relatividad entre lo que es bueno para unos y lo que no resulta así para otros. El vaivén de ideas es válido, siempre y cuando no se conviertan en distractor para ejercer una conducta ética. Es aquí donde las tres emes toman relevancia porque, sin tanto enredo, nos llevan a pensar al triple lo que nos pudo haber pasado desapercibido y, con mucha probabilidad, causado más problemas de los que ya se tienen. Va, entonces, la guía rápida para el calibraje ético de procederes. Aplicación de la primera eme, la de “Manager” o jefe: pregúntate cómo te sentirías si eso que piensas hacer o que has hecho en tu trabajo, lo supiera tu superior. Y si lo hubiera sabido con antelación, ¿crees que te lo habría permitido? ¿Crees que ganarías su confianza? ¿Te promovería a un mejor puesto? Aplicación de la segunda eme, la de “Mamá”: pregúntate cómo te sentirías

si eso que piensas hacer o que has hecho en tu trabajo, lo supiera tu madre. ¿Cómo reaccionaría? ¿La harías sentir orgullosa o perdedora? ¿Sentiría respeto por ti o vergüenza? Y aplicación de la tercera eme, la de “Medios”: pregúntate cómo te sentirías si eso que piensas hacer o que has hecho en tu trabajo, fuera publicado en los medios. ¿Sería meritorio de una exhibición o un reconocimiento público? ¿Te ubicaría tu comunidad como un miembro honorable o execrable? ¿Esconderías o enmarcarías el periódico donde aparece la nota sobre tu manera de comportarte? México, país de tantos crisoles, es un laboratorio sociológico y axiológico completo. Imaginemos la aplicación de las tres emes en contextos donde el “Manager” es un ejemplo de corrupción y despotismo; donde la “Mamá” es solapadora o pasalona de lo que sea con tal de no entrar en disputa con los hijos o, según ella, porque los ama con todo y sus “errores”; o donde los “Medios” son hervidero de anticomunicadores, vendidos al mejor postor, tergiversadores y filtradores a conveniencia de la noticia. ¿Cómo aplicar esas tres emes entre tanto escenario podrido? Yo me quedo con mis ideales de “Manager”, “Madre” y “Medios” que, afortunadamente, pueden aún inspirarme a ser mejor persona y a detenerme ahora no una ni dos, sino tres veces antes de obrar en donde tengo responsabilidades por cumplir. Es una ventaja de oro que David Noel Ramírez me planteó de frente y que espero no olvidar a las primeras de cambio. centrosimago@yahoo.com.mx

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Por Noe Santoyo テ」ila

perdida en casa

Crテウnica de una batalla

Deportes

Quizテ。 el partido mテ。s emocionante en la historia del TSM por encima de las finales disputadas en la Liga Mexicana, fue el pasado 25 de abril entre Guerreros y Monterrey en la Gran Final de CONCACAF


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Fotos: Especial

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a afición lagunera tenía depositada su total confianza y apoyo en el equipo de casa, como en ningún otro partido. Los comarcanos se habían contagiado de lo que ya era una fiesta; banderas, cánticos y porras convertían al estadio Corona en una pesadilla para los regios. El reloj marcó las 19:00 hrs y el sonido local emitía el himno de CONCACAF que daba inicio a la ceremonia, mientras los protagonistas saltaban al terreno de juego; azul y verde eran los colores que luchaban por representar a nuestro país y a toda una Confederación en el Mundial de Clubes a celebrarse en diciembre próximo, en el ‘sol naciente’. Pasaron algunos minutos y el árbitro – Roberto García Orozco- dio el silbatazo inicial, comenzando a rodar el esférico que era dominado desde el principio por once guerreros en su campo de batalla, luchando contra la adversidad, pero alentados por 30 mil voces que hacían vibrar el estadio Corona. Benjamín Galindo no guardó sus armas, sus mejores Guerreros estaban en la cancha, pero frente a ellos se plantaban once Rayados que buscaban el bicampeonato en este certamen, dirigidos por el actual ‘su majestad’ de las Finales que ha dirigido en México, Víctor Manuel Vucetich – 12 ganadas de 12 disputadas-. Santos no dejó de atacar, Darwin Quintero, Oribe Peralta, Iván Estrada y ‘Hachita’ Ludueña, tuvieron grandes aproximaciones al arquero visitante, con fuertes disparos que parecían ser detenidos por el majestuoso Cerro de la Silla plantado en la portería y llamado Jonathan Orozco. Estaban por finalizar los primeros 45 min del partido que definiría al campeón, pero la batalla se volvía aún más emocionante, Ludueña no permitiría irse al descanso sin haber anotado al menos un tanto, entonces, impulsado por la muchedumbre, pegó potente disparo que pasaría por ese único hueco que presenta en su joroba aquella temible muralla. La Comarca enloqueció, el Corona se convertía en la llamada ‘Casa del dolor ajeno’

El pasado 25 de abril los Guerreros del Santos Laguna perdieron su primera final en casa,frente a los rayados del Monterrey en la Final de CONCACAF que se había ausentado por ya varios años, los ahí presentes se unían en una sola voz para impulsar a sus Guerreros en la búsqueda de la segunda anotación que diera aún más vida. Sin renunciar a la misma propuesta de ataque durante los primeros minutos, el ‘Maestro’ Galindo decidió mantener su once inicial durante el comienzo del segundo episodio, pero de igual manera los visitantes tampoco estaban dispuestos a dejar escapar la corona, aferrándose a ella con sus mismos hombres. Santos dominaba, era mejor, proponía y siempre iba hacia el frente en busca del gol; el rival, tímido, que sólo buscaba algún contragolpe que pudiese aniquilar el encuentro no sabía como detener la potente ofensiva lagunera y bajo esta tónica, al minuto 51, Oribe Peralta aplicaba la misma dosis que ‘Hachita’, con disparo potente y bien colocado, mandaría el balón a las redes

de Orozco. Los ahí presentes fueron invadidos por la alegría de ver que fieles a su mote de Guerreros se levantaban de aquella desventaja y que ponía el marcador con empate a dos goles, obligando momentáneamente a los tiempos extra, o igual a tanda de penales, donde la moneda estaría en el aire. El Corona ya era transformado en un recinto poderoso por su fiel afición, que no dejaba de apoyar, pues pareciera que buscaban aniquilar antes de finalizar el tiempo reglamentario, pues sabían que un gol de los regios los obligaba a concretar dos. Sin embargo el desgaste físico comenzaba a cobrar factura en algunos guerreros, al min 61, comenzaban las modificaciones por los de casa, ingresaría Hércules Gómez, después Morales y Cándido Ramírez sería el tercer movimiento, siendo el momento en que Monterrey aprovecharía las circunstancias. Vucetich, percatado del desgaste físico mandó a Walter Ayovi al 63’ para fortalecer su ataque, dándole resultado el movimiento, pues se convertiría en el arma letal que dejaría tendido a los laguneros en el terreno de juego. El marcador se mantenía, ambos estrategas habían realizado movimientos, el cronómetro marcaba 82 minutos de tiempo corrido, cuando un jugada de ‘pared’ entre Ayovi y Neri Cardozo sería la sentencia para los Guerreros, éste último mandaría el esférico a al fondo del arco de Oswaldo Sánchez, enmudeciendo el repleto y eufórico estadio Corona. A pesar de la victoria en casa, pero con marcador global de tres goles por dos, el campeonato se le ha negado a Santos Laguna por cuarta ocasión en los últimos dos años, convirtiéndose en la primer Final perdida en el estadio Corona en toda su historia, ahora se enfocan totalmente en el Torneo Local, donde pueden reivindicarse y regalarle a su afición la ansiada cuarta estrella.


Cultura

Por Adriana Vargas

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ace diez años visitar los museos del área del centro histórico de la Comarca Lagunera, era habitual varios días a la semana. La cartelera de actividades en estos recintos, comenzaba desde el miércoles o jueves con inauguraciones de exposiciones o recitales musicales. Recuerdo cómo eran concurridas las inauguraciones en la Casa del Cerro y los brindis se extendían hasta las 10 ó 11 de la noche. Los coches se estacionaban adentro, y salvo que la gente no caminara a altas horas por el sector Alianza, no había mayor peligro. Cómo olvidar los conciertos que en este lugar dieron Betsy Pecanins y Tania Libertad, así como el grupo Real de Catorce. La Camerata de Coahuila también solía presentarse algunos viernes o sábados por la tarde al mes. En esos años se disfrutaba ir tanto a este museo como al Museo del Ferrocarril, donde cada domingo a medio día se reunía la familia a ver un documental o a un grupo de mimos. Y qué decir cuando fueron inaugurados en 2004 y 2006 el Teatro Nazas y el Museo Arocena. La actividad en el primer cuadro de la ciudad, el que vio nacer Torreón, se incrementó. Pero desde el 2009 o un poco antes el miedo impidió que mucha gente se acercara al centro, las balaceras comenzaron en este sector y después se extendieron a toda la ciudad. Desde que un grupo policías federales se instaló de forma permanente en un hotel frente a la Plaza de Armas, la población se sintió insegura de acudir a este punto. Y todo empeoró cuando recientemente se instaló también un cuartel de militares en la Casa del Cerro, después se fueron a los alrededores, y aunque los trabajadores del museo aseguraron que éste no cerró sus puertas, a pocos les quedaron deseos de asistir. Ninguno de los museos del centro ha recuperado su audiencia. Sin embargo, hay

Fotos: Especial

Qué sería del centro sin los museos y teatros

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Aunque el centro de Torreón sea un lugar inseguro, el Museo Arocena en ningún momento ha cerrado sus puertas al público

Ninguno de los museos del centro ha recuperado su audiencia.Sin embargo, hay que decir que son estos recintos y los teatros Nazas e Isauro Martínez,así como el Museo de la Moneda y el Museo Arocena,los lugares que más acercan visitantes al centro histórico que decir que son estos recintos y los teatros Nazas e Isauro Martínez, así como el Museo de la Moneda y el Museo Arocena, los lugares que más acercan visitantes al centro histórico. La Camerata, cada 15 días hace que concurran cientos de personas a este lugar, y aunque se queden hasta que termine el concierto y luego vayan a otros restaurantes o bares del oriente, la vida vespertina y nocturna de nuestro centro, vuelve a cobrar algo de vida. Hace unos días el gobernador Rubén Moreira y el alcalde Eduardo Olmos, estuvieron recorriendo el centro histórico. Fueron al Mercado Alianza y a la Casa del Cerro, y encontraron todo en orden, hubo promesas para reactivar la zona, también con el proyecto del Pabellón Morelos. Pero hasta ahora, todo sigue igual y si bien algunos negocios han decidido continuar en el sector, apenas se mete el sol y el ambiente se apaga. Ojalá que en este mes que se celebre el Día Internacional de los Museos (18 de mayo), más actividad se concentre en esta zona, porque una buena parte de su escasa vida, se la debemos a los recintos culturales.


Cine

Por Luis Solares

s e b a ¿S n quié ? e n e i v

age. inal: Carn ski. ig r o lo u Tít Polan . n: Roman Direcció aña/2011/79 min p s y i -E k s ia n olon Pola lemania-P Guion: Roman a Reza. in Francia-A m s a Y l ra teatra b o la n e o d a a z Re . Bas Yasmina plat. e d a im homón Alexandre Des Música:

Sinopsis:

etieron ue se som anizaq o st e u p org tral, mente tea tensivas de ensayos gustado l proyecin e a d h s e n e n e m o g si ri re o se p El a m r polaco, er Berben. ce años se lanski: «Sie lmente un Saïd y Oliv iniciativa del directo de la e unos on das por Po plica Winslet, «es rea no creo n os niños d n violencia en un ó la x e Pero co to está en er una representaci ía conensayar», ortunidad. ría pensado enfrentan ios hinchados y alpod er esta op tras v b se n a n h te e ie u s u q jo o b q lu tr a só L so íc el parque. eza, pen de la “v te, quizá o de no R n n s u aprender e ta re g d d ie r in a u n p ce q za a s e in ie h o u p L q a la . s u s a … e re líc e d ib d to e n a p o s ra ro p oci una a ob n no gún diente itado a su casa a los flicto. vertir en sición de temas y em explica, que Roma ncipio a fin, como un s y para v n in co n o o l ri tima” ha solver e por su exp te universales. Así lo las proguión, de p e muy útil para nosotr uy bien n” para re o una charla con m ) Fu a de samen n (… u ro o del “mató d t, lo tr n e o a e d sl structurar te si in n iere u mienza jemplo, , Kate W ue pudo e dar. Los ensayos e q lo r p a o y P m , ) je n e a (… Lo que co ases cordiales, adqu s par l m a po Ro a a ro fr «Es muy re io de tus que lo xperiencia n la que ib bromas y tagonistas: en el patio del coleg empre a medida s contrala forma e almente como una e to n le io v s si s á u s ridícula tinte má cuando est o con otros padres, r amasirvieron ig e todos nosotros». ciales. velando su es que n entr ió s habland e de “tengo que se n dres van re rotescos prejuicios so que u ijo de la cinta deseo e h d d a d ”. ri o la rt ir la g u o a u p y ic n líc s u al, bajo Otra part e no te so ente diccione e esta pe se respira tiempo re esta lvaje”, esar de qu lanski dirig rodada en ski. Es decir, que de contigo a p un ambiente falsam os Roman Po n pantalla “Un dios sa á le st b e n rn la . a co o ra re ti ic za g P p á n e m lleva a la asmina Re Existe siem n la forma de comu de las expreso d speta el ritmo dra minutos teatro de Y arte n re 79 le e p ó b n ci a a e d ta la obra de rio: rm p ra ce a g u fo d a d a e a eva teger a padres, qu tral y se tr sarrolla en Comenta ien viene?” es la nu e con otros stablecidas para pro la obra tea onde la acción se de nes: «Es d u e d ci a lla “¿Sabes q n Polanski, director p y rru o reglas en panta . do y sin inte tiempo real», Roma a una impresra s» e s d ta ijo co lo e h re la d tu s u rp tí o ro líc te n ic e e st e n d in p nue un ú rápiarteilla del na película inslet, que inable lista to hacer u r. «Con un guión tan do Junto a W lsa, completan el cu die una interm cine, desde “La sem 002), re n u o o o l u J b (2 ct e m e d s: de dir do el n nista” cindibles inversora s espléndidos actore Nim”) asegura el úblico de to najes». En ) a “El pia 974), “El quip 8 l 6 e 9 , (1 e so e d tr io ” n diablo wn” (1 “La isla to otros do e inge rá con estos perso mentos ivista, or “Chinato 6) o “Repulsión” i driver”, ct x p a a o eri T ca d ra (“ n o r d sa e e a p 7 Fost se identifi recuerda a otros exp espacioos”, a emprend uilino” (19 ón de la , z o e d id ti g n ri rpora a un (“Malditos bastard la se mérico inq ata de una adaptaci e”, de co sa se e in e de scaban g tr u altz a o b e d W rn n S mplo, del ri a a ié je h ). C b e p m 5 e o l 6 m r d e 9 st o (1 Chri que ta e dieu ntos, p tes”) es re“L n ie n p e o v fa re im tr , v le n a e chcock, e u za te tr ) e a ra H e R s” a obra d gua p (Alfred it mporal, asmina y (“Cyru “A ” Y te ill a e g s, sa R a re . so ir ce d C a n n sp a n o a “L h Jo de ar que la autora fr scenarios de París, L primera y renombre n para el hog e e artículos social. La preparació d r ). o sentada en el Distrito Federal. 8 d e 4 d 19 propia y estatus fue realBroadway aptación al cine, la ra fira elevar su s para el proyecto d a a p i re la o sk En n Polan de los act fuerzas co aïd Ben Reza unió n producido por S uió mar un g

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SPACIO E INTERIOR

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Por Carlos Reyes

REDES SOCIALES

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Y AUTOESTIMA: UN MUNDO DONDE NADA ES LO QUE PARECE

Quién no tiene Facebook? Ya casi todo mundo tiene Facebook y/o Twitter. Pero ¿qué hay detrás de las redes sociales? ¿Qué valores entran en juego? ¿Cómo participa y se expone la autoestima de los usuarios? Facebook es como un reallity show mundial. Tu vida queda expuesta ante la mirada casi de cualquiera. Pero ¿por qué queremos exponernos? Creo que la manera de algunos usuarios de FB es una suerte de grito desesperado. Podemos encontrar juegos de ida y vuelta de alta complejidad. Por una parte “casi grito para que todos me vean”, pero por otra parte desconfío hasta de mi sombra. Las redes sociales no han causado conflictos sociales, simplemente los han hecho evidentes. Quien culpe al Facebook de haber terminado con su relación será el primer irresponsable de sí mismo. El desarrollo personal requiere de asumir la responsabilidad completa de la propia vida, y esto requiere dejar de buscar culpables, pero parece que la víctima favorita de la inconciencia colectiva se llama Facebook.

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En lo personal creo que FB resulta un interesante ejercicio de autoconocimiento. Durante mucho tiempo me he preguntado por qué las personas colocan una foto de perfil que aumenta ciertos rasgos de la persona pero que ocultan otros básicos. Las personas pueden justificarse diciendo: la de la foto soy yo, no miento… pero omiten agregar: “sólo que hace diez años cuando estaba en la preparatoria”. Y el argumento ante el cual puede excusarse es “no tengo fotos recientes porque no me gusta fotografiarme” y nos les gusta porque “creen” que no lucen bien. Esta es una señal de baja autoestima, así que es señal de “narcisismo” el que algunas personas se la pasen subiendo fotografías para que todo mundo vea lo bello(a)s que son. Esto de cualquier forma revela un desorden de personalidad. El asunto es que detrás de todos estos argumentos podemos encontrar juegos mentales interesantes, como que la persona desea ser aprobada, y busca exponer su mejor fotografía. ¿Miedo a la no-aprobación? Las personas quieren gustar. Las chicas “guapas” exponen fotografías sensuales, para después lamentar que se les

busque sólo con intenciones sexuales. Las chicas “gorditas” suben fotos sólo de su rostro y siempre con la cámara de arriba hacia abajo para afilar el rostro. El asunto es que mentimos al desear mostrar un rostro más aceptable y exponemos nuestra necesidad de aprobación. Queremos tener muchos followers en twitter porque tenemos la falsa creencia de que eso nos entrega un elevado rating de popularidad. Las redes sociales nos ayudan a ser las estrellas de nuestro reallity show personal, nos separan de la realidad mundana, y nos acercan, aunque sea ilusoriamente, al mundo de las estrellas, donde podemos tener popularidad, pero también sufrir de acoso y de ataque de trolls y acosadores pervertidos. Es por esto que las redes fascinan y crean adicción, le entregan a la mente egoica el alimento tan anhelado: el drama. Mi idea no es decir que hay algo malo o negativo en todo esto, para nada, sólo deseo advertir de los riesgos que se corren al engancharte con un mundo de ilusiones, donde nada es lo que parece. carlosreyesav@gmail.com www.carlosreyesavila.com


Libros

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Por Ruth Castro

Dondepalabra, un encuentro literario

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ue una grata sorpresa encontrarme con este libro. Cuando llegó a mis manos resaltó su título Dondepalabra, con términos pegados de manera intencional, que me recuerdan inevitablemente al juego de palabras de un poema de Xavier Villaurrutia que dice: Y en el juego angustioso de un espejo / frente a otro cae mi voz / y mi voz que madura / y mi voz quemadura / y mi bosque madura / y mi voz quema dura. Las mismas palabras, en el mismo orden, pero con distinta entonación, corte entre palabras y pausas, forman frases con diferente sentido semántico. Dondepalabra se presta también a este juego de significados; la ambigüedad, la connotación son clave fundamental en la constitución del lenguaje literario, en este emplazamiento a qué el lector determine una significación particular del texto. En la vasta tipología de las figuras retóricas, encontramos el “calambur” para clasificar este juego de la ambigüedad y los significados últimos, echando mano de las relaciones de semejanza y diferencia que existen entre lo que se escucha y lo que se lee. Si decimos don-de-palabra es posible aludir a la gracia o habilidad, al que tiene el don de hablar bien, al que amasa a su antojo la retórica, o como dirían en náhuatl, al que forja flores y cantos. El poeta tiene el don de la magia, de crear con las palabras que usamos a diario una realidad aparte. Llamo a la luna sol y es de día, dice un poema infantil.

También puede cederse el don a una palabra en específico, y leer “el don de la palabra”, refiriéndonos al poder o efecto que las palabras generan en el lector. Por ejemplo, la palabra suave es muy suave, la palabra silencio incita con su s inicial a callarnos. Asimismo, podemos leer como pregunta: dónde palabra, ¿dónde están las palabras? O bien, como respuesta y sin acento, esto es, donde están las palabras, el espacio en el que podemos encontrarlas. Y es esta última la que más me agrada, porque en esta antología me encontré todo tipo de palabras, de estilos, de posturas, de voces, y todo tipo de dones. 26 voces se reúnen en Dondepalabra. Dice Rosina Conde, la convocadora de esta antología que “es una especie de encuentro literario que se gesta a partir de una charla de café, de intercambio de opiniones y experiencias que se han manifestado mediante una convocatoria de internet”. En una lectura, más que minuciosa, cómoda, me encontré muchos versos que me hicieron pensar en el don y en el donde de los poetas que aquí participan. Yo creí que podría elegir unos cuatro o cinco poemas para mostrar aquí, pero pensé que no sería muy justo no leer a todos los demás, de todos modos no pude incluirlos a todos, así que fui extrayendo versos que aluden precisamente a la voz, al canto, a la importancia del habla y del silencio. Para que les quede una probadita de esta antología publicada por el sello independiente Desliz ediciones, del que también es fundadora la convocadora Rosina Conde.

FRAGMENTOS… Xhevdet Bajraj. Kosovo Poeta, traductor y profesor universitario Si en mi canto tropiezan con un ser humano / un día soleado / bebiendo agua de río / con las rodillas sobre las piedras / déjenlo en paz / él nació libre. La oscuridad con su lengua renegrida lame lo que quedó del día Marcela Victoria Campos Aguilar D.F. Poeta y periodista He de volver para nombrarte con el pulso de mis manos... quiero creer que lo cantos de tu voz son todavía mi canto mi arrullo de cuna inevitable...

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La hora del brunch

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NANOTECNOLOGÍA Foto: Especial

Por Dra. Zeida Cisneros

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l concepto de nanotecnología involucra los campos de la ciencia y la técnica que estudian, obtienen y/o manipulan de manera controlada materiales, sustancias y dispositivos de muy reducidas dimensiones inferiores a la micra; es decir, a escala nanométrica. Para comprender la magnitud de la escala nanométrica, baste aclarar que el mínimo microchip de computadora es considerado demasiado grande, entre otras cosas porque “se puede ver”. Nano se refiere a algo muy, muy pequeño: un micrómetro, dimensión en la cual se desarrollan los chips, equivale a la millonésima parte de un metro. El nanómetro es mil veces más pequeño, es decir hablamos de una mil millonésima de metro. La nanotecnología incluye, además de las áreas de saber relacionados con su origen (física, química, ingeniería y robótica), otros campos en su comienzo más alejados, pero para los que hoy en día tienen gran importancia, como la biología, la medicina o el medio ambiente. Ejemplos de aplicaciones nanotecnológicas son: sistemas para almacenamiento magnético de información, dispositivos nanoelectrónicos, catalizadores nanoestructurados, biosensores, biodetectores, nanosistemas para la administración de fármacos, cementos, materiales restaurativos en odontología, cosméticos, sistemas para purificación y desalinización de agua. ¿Hasta dónde puede llegar este nanomundo? Las visiones pueden ser perturbadoras, eso sí, no habrá limites. Sería posible eliminar la contaminación ambiental con nanomáquinas diseñadas para “comérsela” y crear con ella fertilizantes. Veríamos autos que pueden cambiar de forma, procesos automáticos de limpieza corporal, prótesis inteligentes que emularan el crecimiento natural, órganos artificiales… Los nanorobots podrían reparar venas y generar nuevas aplicaciones médicas, incluyendo la regeneración de tejidos o hasta el combate “cara a cara” con gérmenes. ¿Será posible que nanomáquinas puedan tapar

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el agujero de ozono, evitar la fusión de hielos polares o almacenar los recuerdos de las personas y reponérselos en caso de Alzheimer? Suena hoy demasiado fantasioso, pero hay muchos científicos dedicados en los dilemas que entraña esta nueva frontera convencidos de que será posible lograrlo. Las investigaciones avanzan, y es necesario que otras áreas del pensamiento humano también comiencen a vislumbrar cómo será el impacto de esta tecnología, cuales las consecuencias de una manipulación inescrupulosa. Discusiones filosóficas, la exaltación de la bioética, los prejuicios religiosos, los mercados negros y, en fin, el escenario que rodea a cada gran avance del hombre, serán sólo el principio de las maravillas y terrores que nos traerá esta ciencia, capaz de almacenar todo el saber humano en un grano de arena.

Muchas de las predicciones nanotecnológicas pueden parecer alucinaciones, pero se asegura que algunas se harán realidad durante el período de vida de quienes ahora leen estas líneas.




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