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ENTREVISTAS
1. NOTA EDITORIAL
Hace poco alguien me dijo que el desarrollo de una persona está íntimamente ligado a la libertad para elegir cómo quiere desarrollarse. Me quedé pensando mucho en eso, en la elección que tomamos cuando decidimos desarrollarnos en el arte confiando ciegamente en la potencialidad de nuestros talentos. Es curioso que esa decisión se ampare casi en un deseo vehemente de no querer otra cosa, se podría decir que es uno de nuestros primeros atisbos de libertad y rebeldía. En esas primeras épocas imaginamos mucho como será nuestro producto artístico final, aquella obra nuestra que dejará una huella. Meditamos minuciosamente sobre el proceso que nos llevará a ese logro y tenemos la certeza de que empeñaremos nuestra piel para poder lograrlo. Esa ha sido la elección de muchos. ¿Y si yo te dijera que la elección de vida de algunas personas es formarte a ti para que logres ese sueño? El producto final, la obra magna de esas personas eres tú, tú convirtiéndote en el artista que quisiste ser. Esas personas son nuestras amadas maestras y maestros. Esta cuarta edición de la revista ¡Mierda! tiene impreso el corazón agradecido de todo el equipo editorial hacia aquellos increíbles seres que nos enseñaron todo lo que sabemos hoy, aquellos que nos hicieron probar el eterno y dulce veneno de las tablas. Y que, por sobre todas las cosas, prepararon el camino para ayudarnos a sostener la elección de vida que habíamos tomado, son el soporte de nuestra curiosa obsesión por el teatro. Hoy, la mitad de mis maestros ha muerto y al recordarlos los examino en su real dimensión y reniego de mí mismo por no haberme dado cuenta antes, cuando vivían. Todos ellos fueron unos rebeldes absolutos, problematizando siempre con las relaciones de poder, cuestionando todo y dando otra interpretación artística a aquellos supuestos dogmas que la gazmoñería social había marcado a fuego en nuestras almas. Nos hicieron desaprender mucho para quedarnos con lo que realmente valía la pena. Siento que la deuda es inconmensurable. Nuestro agradecimiento, como siempre, a nuestros queridos colaboradores que hacen posible, una vez más, este hermoso sueño.
Juan Manuel Hijar Estrada DIRECTOR