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¿REALMENTE QUIERES CRECER?

Así como Dios creó el universo con leyes milimétricas, también existen mandatos inviolables para lograr el crecimiento espiritual. Estos nos permiten alcanzar los propósitos que el Señor tiene para cada uno de nosotros.

POR PASTOR RICK WARREN

Existen 6 maneras para alimentarte con la Palabra de Dios: La escuchas, la lees, la estudias, la memorizas, meditas en ella y la aplicas a tu vida.

Un primer paso de acción es tener un tiempo diario con Dios durante 40 días. Estudios han demostrado que toma unas seis semanas desarrollar un hábito. Debes hacerlo cada día por tres semanas para sentirte cómodo con él. Luego toma otras tres semanas para solidificarse en tu vida. Incorporar hábitos positivos te permitirá crecer en todos los ámbitos. Aquí está el paso a paso para lograrlo:

1. Crecemos cuando nos alimentamos de la Palabra de Dios: La Biblia es nuestra comida del alma, nuestra dieta espiritual. Mateo 4:4. “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”. Entre menos te acerques a la Palabra de Dios, más anorexia espiritual experimentarás. Te sentirás débil, deprimido, no tendrás fuerzas. Debes

alimentarte bien para tener fuerza física y, de igual manera, debes nutrirte bien para alcanzar la fuerza espiritual. Si solo comes la Palabra de Dios el fin de semana, no es suficiente. Es como si consumieras un gran banquete el domingo y luego ayunaras el resto de la semana. Eso no le permitirá a tu cuerpo estar sano. Debes comer a diario alimento espiritual para conservar la fuerza. Hechos 20:32. “La palabra de su gracia [...] es poderosa para edificaros y daros la herencia entre todos los santificados”. Dios quiere bendecir tu vida.

2. Crecemos cuando aprendemos de diferentes formas: Dios ama la diversidad, Él no hace clones, no hace copias. No hay nadie como tú en todo el mundo, eres único. Y los seres humanos tenemos 4 formas muy comunes de aprender: a. Existen personas auditivas, que aprenden escuchando. b. Otros son visuales, todo les entra por los ojos. c. A las personas que aprenden de manera oral, les gusta hablar. d. Hay quienes son kinestésicos y aprenden con las manos, haciéndolo. Nadie aprende a jugar fútbol leyendo. Lo hacen dándole al balón. Lucas 3:18. “De este modo, y de otras maneras, Juan anunciaba las buenas noticias a la gente”. Juan Bautista utilizaba diferentes formas de enseñar, porque todos aprendemos distinto.

3. Crecemos cuando desarrollamos hábitos espirituales: Somos la suma total de nuestros hábitos, por eso debemos desarrollar hábitos que enriquezcan nuestra vida. Con malos hábitos tendremos mal carácter. Con buenos hábitos, buen carácter. Tus hábitos determinan tu carácter y tu carácter determina tu destino. Obediencia parcial es desobediencia. Para crecer en cualquier habilidad debemos incorporar hábitos positivos en nuestro diario vivir. Y la manera como se desarrolla un hábito es por repetición y por práctica, hasta que se arraigue en nosotros. La diferencia entre la gente exitosa y quienes no lo son está en los hábitos. Juan 13:17. “Jesús dice: Ahora que saben estas cosas, Dios los bendecirá por hacerlas”. No se te bendice por conocer la Biblia, se te bendice por aplicarla, por practicarla en tu vida. Hebreos 5:14. “El alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal”. 1 Corintios 9:25. “Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre”. Josué 1:8. “Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas”.

4. Crecemos cuando nos ayudamos unos a otros: Dios programó el universo de manera que necesitemos a otros, no podemos crecer solos. Una y otra vez la Biblia dice que necesitamos de los demás para crecer, porque el crecimiento espiritual es relacional, crecemos en comunidad. Romanos 1:12. “Cuando nos encontremos quiero alentarlos en la fe, pero también me gustaría recibir aliento de la fe de ustedes”. El Señor dice que debemos amarlo a Él y a nuestro prójimo. Hebreos 10:24-25. “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran a hacerlo algunos, sino animémonos los unos a los otros”.

5. Crecemos cuando esperamos crecer: Mateo 9:29. “Que se haga con ustedes conforme a su fe”. Todo depende de tu fe. Dios no responde a tus lloriqueos o a tus quejas, Él responde al tamaño de tu fe. Si confiamos en Él, se moverá a nuestro favor.

6. Crecemos cuando nos comprometemos a crecer: Crecer es el resultado del compromiso, es el resultado de una elección, es intencional. No es algo automático. Las cosas siempre salen mejor cuando hacemos lo que Dios dice. Jeremías 29:13. “Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón”. La oración que Dios escucha más rápido es la de la desesperación.

Oremos: Señor, aumenta el nivel de fe en cada persona, para que todos esperemos que nos ayudes a crecer y que tú hagas milagros en nuestras vidas, que veamos transformaciones, que veamos problemas resueltos y que te veamos hacer cosas que ni siquiera pensamos que fueran posibles en nuestras vidas. Queremos aprender más cómo orar y recibir respuestas, y cómo contactarnos contigo. Haz algo especial que nunca hayas hecho con cada uno de nosotros, te pedimos humildemente que bendigas a cada persona en el nombre de Jesús, amén.