Libertad de las ideas
Bogotá D.C.-Colombia, ISSN: 2145-9177, enero-junio de 2010
No. 6
Libertad de las ideas
No. 6
Consejo editorial P. José Antonio Balanguera Cepeda, O.P. Rector General P. Pedro José Díaz Camacho, O.P. Vicerrector Académico General P. Luis Francisco Sastoque Poveda, O.P. Vicerrector Administrativo y Financiero General P. Carlos Mario Alzate Montes, O.P. Vicerrector General de Universidad Abierta y a Distancia -VUAD Omar Parra Rozo Director Unidad de Investigación y Posgrados Fray Javier Antonio Hincapié Ardila, O.P. Director Departamento de Publicaciones María Andrea López Guzmán Editora
Comité Fundadores Liliana Silva Bello Giovana Rojas Mora Paula Pinilla Orduz Mauricio Poveda Pineda Carlos Laverde Rodríguez Constanza Gómez Gavilán
P. Jorge Ferdinando Rodríguez, O.P. Decano de División
Coordinador Editorial Giovanny Forigua Ortiz
Comité Editorial Paola Niño Vargas Karen Tovar Yuri Martínez Molina Giovanny Forigua Ortiz
Comité Científico Camilo Castiblanco Yuri Martínez Molina
Corrección de estilo Pablo Emilio Daza Velázquez
Concepto gráfico e ilustraciones Javier Leonardo Trujillo Trujillo
Impresión Universidad Santo Tomás Departamento de Publicaciones Bogotá D.C., Colombia 2010 Las ideas aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad de los autores ISSN: 2145-9177 revistamovimiento@usantotomas.edu.co revistamovimiento@hotmail.com
Revista MOVIMIENTO
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Editorial
Estudiantes en Movimiento
8 Terrorismo, seguridad y globalización [Andrea Gutiérrez] 12 Entre el miedo a la nada y la seguridad del porvenir. Una mirada comparada del discurso político y religioso [Nataly García Ramírez]
Profesional invitado en Movimiento 16 Seguridad, miedo y violencia [Nancy Malaver Cruz]
Mundo en Movimiento
22 Terrorismo: análisis genealógico del fenómeno político-cultural [Rafael Ángel Gómez Choreño] 26 Memorias y reproducciones de la violencia en la educación pública en Argentina [Vanessa Alexandra Barrionuevo] 30 Las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta en el gobierno del ex presidente peruano Alberto Fujimori Fujimori [Willy Viera A.] 32 Sensación de violencia e inseguridad personal en la ciudad de Caracas: una breve aproximación [Héctor González] 34 La reinserción social de los ex presos políticos de la década del 70 en Santiago del Estero [Hernán Campos, Walter Díaz, Facundo Kalin, Gastón Segura]
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Violencia, miedo y seguridad
Opinión en Movimiento 38 40 42 44
Bogotá un laberinto de contrastes [Sandra Cecilia Suárez García] Violencia y delincuencia infantil en Altos de Cazucá [Andrea Garrido Silva] La seguridad democrática: estrategia violenta generadora de miedo [Eliana Medina Ramírez] Aquellos paréntesis de nuestra sociedad [Daniel Algarra Rodríguez]
Construcción estudiantil en Movimiento
48 Construyendo sujetos críticos… transformando espacios de violencia. Reflexiones desde la filosofía de Kant y el Proyecto Pedagógico KZK [Marlon Lozano Ortiz] 52 Beth Moysés: Recuerdos velados. Miedo y violencia. 8 de marzo de 2010, Bogotá [Revista estudiantil Movimiento]
Expresión en Movimiento
58 Diálogo, a solas [Denis Bird] 60 Sin color. Un recuerdo más. Refugiados en la misma sombra. Una mirada ante la sombra del olvido [Mauricio Poveda] 62 Insomnio [Melissa Quiroga] 63 Él [Melquíades] 64 Añoranza nocturna [Sarai Andrea Gómez Cáceres] 66 Masacre [Lili Bonil] 67 Seguridad demoniaca 00635 con licencia para cascar 68 Conversación 108: El Purgatorio ata sobre el miedo [Diego Ortiz] 70 Memoria [“Baruka”] 71 Cuento de la muerte y Oliverio [Andrés Cardona] 74 Sentado en una silla [Alejandro Penagos Díaz] 75 No me alcanzarían las piedras [Melissa Robledo]
El autor en Movimiento 78 Arturo Álape
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Cultura en Movimiento 84 Para estar en Movimiento
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Revista MOVIMIENTO
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ara iniciar el sexto número de la revista estudiantil Movimiento, deseamos primero que todo, hacer un reconocimiento especial a toda la comunidad académica que continuamente nos ha venido apoyando de diferentes maneras, en la construcción de este espacio de difusión de las ideas; pues gracias a la labor y participación, este gran trabajo ha sido posible.
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En presente número de la Revista se acerca al fenómeno de la violencia, el miedo y la seguridad. En las sociedades modernas el miedo se ha reconocido como un medio de control social por diferentes esferas del poder, razón por la que creemos necesario hacer su abordaje y estudio dentro del marco de la violencia y la seguridad, tomando líneas temáticas, como: políticas de seguridad estatales y locales, miedo en la ciudad, papel de la sociedad civil, organizaciones sociales, entre otros; por supuesto nutrido desde diferentes perspectivas, académicas e investigativas. Por esta razón, este número ha realizado una serie de modificaciones en su estructura tradicional, con la idea de hacer más dinámica la participación de toda la comunidad estudiantil en la construcción de Movimiento. En primer lugar, para la selección de la temática, el comité editorial propuso cuatro grandes temas con su respectivas líneas de abordaje: crisis ambiental, economía-capitalismo, seguridad - ciudad y finalmente, problemáticas migratorias; gracias a la participación, por medios virtuales, de todos nuestros lectores, se logró escoger la temática de este sexto número: Violencia, miedo y seguridad. Asimismo, se han creado dos nuevas secciones para esta edición; en primer lugar y gracias a la enorme acogida que ha tenido la revista Movimiento, en sus últimos números, tanto a nivel nacional como internacional, se decide crear una nueva sección llamada Mundo en Movimiento, sección en la cual se publicarán los artículos que llegan de otros países, en este caso contamos con la participación de escritos de Argentina, Venezuela, Perú y México; y otra sección, El autor, en donde a forma de consulta, coincidiendo con la temática de este número, se expondrá la biografía y los distintos textos o producciones académicas del profesional Arturo Álape, quien tiene un trabajo muy interesante a propósito del tema que aquí nos reúne. El profesional incluido en cada número cumplirá con el requisito de tener una labor enmarcada dentro del tema sugerido para cada número de Movimiento, esto con el fin de abrir espacios de consulta, para todo aquel que desee investigar más sobre el tema en cuestión. Para nuestra grata sorpresa, encontramos en este nuevo número una masiva participación en producciones académicas, lo cual resulta del gran interés y estudio que ha venido adquiriendo el tema entre estudiantes y profesionales, en gran parte por ser una preocupación constante y creciente de { 4 }
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Violencia, miedo y seguridad
todas las sociedades; y por otra, nos confirma la buena labor que ha venido llevando la revista Movimiento en la creación de espacios de discusión de cada una de las temáticas más relevantes que afectan, cada día más, las sociedades, y por supuesto, en la expresión y difusión de las ideas de toda la comunidad académica que participa activamente en la construcción continua de este medio de expresión y difusión, demostrando el avance que se lleva de nuestro fin último que es: la libertad de las ideas. Por esto mismo, los invitamos a sumergirse en el mundo de estas imágenes, letras, iniciativas en movimiento, en donde encontrarán distintas reflexiones e ideas abiertas, dentro de un pensamiento libre, respetuoso y principalmente propositivo, enmarcado fundamentalmente en los escenarios urbanos de la violencia, una exacerbación de la misma, el control social a partir del miedo, las consecuencias del mismo para la sociedad, un panorama general de inseguridad que favorece una serie de inhibiciones y que cada vez más golpea las posibilidades de la libertad en la comprensión amplia del término. Gracias a la acogida que ha tenido Movimiento, hemos tenido la oportunidad de llegar a diferentes facultades del país y algunas facultades latinoamericanas; teniendo en cuenta que la revista tiene como objetivo la expresión académica de todas y todos los estudiantes, encontramos necesario en este período de cambio hacer más formal y dinámica la participación de las diferentes facultades en la construcción de Movimiento, razón por la cual creamos la figura de corresponsales estudiantiles, estudiantes interesados en este importante y significativo proyecto, para que desde sus propias facultades participen en la elaboración y difusión de la Revista y por supuesto, del pensamiento del estudiantado de cada facultad del país, de sus ideas, opiniones, cuestionamientos y del trabajo en general de cada institución. Por lo anterior, encontrarán en la parte final de la publicación de la Revista dos grandes convocatorias. La primera
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de ellas, invitando a todo aquel que esté interesado en participar activamente en Movimiento desde sus diferentes facultades, con el fin último de hacer más dinámica la participación y la difusión de los estudiantes en la misma; y la segunda de ellas, la nueva convocatoria de nuestro séptimo número llamado Fin Ambiente. Gran preocupación, en el ámbito académico, social, económico y hasta político, se vive y se siente actualmente en torno a las problemáticas, preocupaciones y fenómenos de la llamada crisis ambiental; todas aquellas cuestiones que vivimos y que por supuesto, nos motivan a encabezar la próxima temática de la revista Movimiento en el fenómeno ambiental. Esperando la participación activa y continúa de la comunidad académica en el próximo número. No nos queda más que renovar la invitación a toda la comunidad académica para que continúen participando en este gran espacio de discusión y difusión de las ideas, con todas y cada una de las producciones, artículos, fotos, poemas, escritos, caricaturas, y formas múltiples de expresión y nuestro apoyo constante a la creación de nuevos medios alternativos de comunicación. Recuerden que la revista Movimiento es un medio que vive y se construye continuamente con cada una de sus producciones e iniciativas académicas. Para todos nuestros lectores y para la comunidad académica que participa activamente en la construcción de este gran proyecto, gracias por permitir que este espacio y medio de expresión de las ideas sea cada día posible.
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Comité Editorial.
Estudiantes en
Revista MOVIMIENTO
Terrorismo,
seguridad y
globalización Andrea Gutiérrez Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales-Pontificia Universidad Javieriana andreag_1032@hotmail.com
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ebido al proceso de globalización, que supone entre otros, el desarrollo tecnológico y de las comunicaciones; fronteras permeables, donde la soberanía no gira en torno al monopolio de la fuerza de los Estados sobre un territorio; en los últimos años se ha hecho evidente, que estas características han permitido el surgimiento de nuevas amenazas a la seguridad global. El surgimiento de terceros actores tales como grupos terroristas, nuevas formas de guerras asimétricas no convencionales y crimen organizado, por mencionar algunas; que evidencian la debilidad de la capacidad de acción de los Estados para hacer frente a los problemas comunes que los afectan en un espacio-tiempo inmediato, haciendo necesario el establecimiento de instituciones y regímenes internacionales, que por medio de la cooperación formulan estrategias que resuelven los dilemas de seguridad actuales en el escenario mundial. En este artículo se hace un análisis de las nociones de seguridad en un contexto de globalización, cuyas dinámicas generan condiciones que benefician el surgimiento de actores no estatales, como los grupos terroristas, que cuentan con mayor protagonismo en el ámbito internacional luego de los atentados del 11 de septiembre. A partir de ese momento, cambiaron los dilemas de seguridad de los Estados y se modifica el discurso sobre la nueva amenaza común; se da un nuevo “debate” como producto de las tensiones que se dieron en la escena internacional de ese momento, encabezada por Estados Unidos.
En primer lugar, la globalización definida como: “el proceso a través del cual una determinada condición o entidad local amplía su ámbito a todo el globo y, al hacerlo, adquiere la capacidad de designar como locales las condiciones o entidades locales”1, no sólo ha traído consigo cambios sustanciales en la configuración de la geografía internacional, sino que ha redefinido algunas de las dinámicas de distribución de poder y la forma en que interactúan los Estados y los terceros actores del sistema, para responder a problemas comunes. En cuanto a los problemas de seguridad común, podemos analizar cómo, pese a que tradicionalmente las políticas de seguridad estaban enfocadas a conflictos interestatales2, como lo indica el profesor Shiguenoli Miyamoto en su artículo “Terrorismo y la seguridad global”, la seguridad tanto regional como internacional está siendo reelaborada desde los años 80, principalmente con el surgimiento de nuevas variables y actores que antes no eran privilegiados o no existían, como las organizaciones terroristas internacionales. No obstante, no existe una definición del término de terrorismo aceptada universalmente, se ha hecho referencia a éste para describir el uso de la violencia con fines políticos. El terrorismo usa una forma de violencia que le da la connotación de estrategia asimétrica, la del débil contra el fuerte, que busca evitar
1 DE SOUSA-SANTOS, Boaventura. La globalización del derecho. Los nuevos caminos de la regulación y la emancipación. Bogotá: ILSA y Universidad Nacional de Colombia, 1998, p. 56-57. 2 MIYAMOTO, Shiguenoli. Terrorismo y la seguridad global. En: Nueva sociedad. Vol. 177, p. 91.
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Violencia, miedo y seguridad mayoría de sus aliados en la «guerra» contra el terrorismo3. Se generan así nuevas formas y normas de gobernanza que influyen en la evolución de la seguridad entre países y en los Estados, enfrentar guerras asimétricas con el uso de armas no convencionales, donde cualquier elemento tecnológico, incluso cuerpos humanos, como podemos ver con las acciones kamikazes, pueden representar un instrumento de ataque agresivo; lo cual hace que emerja el interés que provoca la elaboración de regímenes de seguridad que respondan a las causas y consecuencias de estas nuevas guerras. Ahora bien, el tema de la seguridad se ubica en un contexto de incertidumbre constante, por ejemplo, la amenaza del terrorismo nos sitúa en una permanencia del estado de inseguridad en la escena política, lo que ha afectado la seguridad globalizada, pues una serie de fenómenos referentes a la interdependencia generada por las tecnologías de la comunicación y la información; la pérdida de protagonismo y control en los asuntos in-
un enfrentamiento directo con el adversario. Por su definición misma, tiene por objeto aterrorizar a la población, teniendo por blanco las autoridades sin provocar destrucciones masivas. Sin embargo, los ataques del 11 de septiembre cambian un poco esa visión, en tanto buscan un clima de pánico y perturbación masiva, teniendo un impacto sobre la psicología colectiva, que constituye generaciones globales en la sociedad del riesgo mundial. Al Qaeda representa el terrorismo religioso del islamismo radical, adaptado a condiciones de interdependencia, apoyado sobre redes de comunicación y financiación transnacional; es una organización flexible y camaleónica que se puede adaptar a la ofensiva de Estados Unidos, la misma que dejó monumentales bajas de civiles, generando un número considerable de violaciones a los Derechos Humanos, al igual que en Afganistán, con la administración de Barack Obama. Actualmente, esta organización está constituida por diferentes grupos fundamentalistas islámicos autónomos en muchos países, producto de la revolución informática y del proceso de globalización en los últimos años, que han permitido que estos grupos dispares y geográficamente aislados, puedan coordinar múltiples actividades simultáneas en uno o más países para combatir un enemigo común, compartiendo su ideología y algunos objetivos. De esta manera, el dilema se hace evidente a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, permite reflexionar sobre la concepción subyacente de la seguridad que se despliega en los discursos, planes y acciones de Estados Unidos y de la
ternacionales por parte de los Estados, así como el impacto e influencia mundial de fuerzas transnacionales como el terrorismo, han puesto en evidencia la vulnerabilidad e inestabilidad a la que se enfrenta el sistema internacional actual, donde se ve la marginación, muchas veces, del Derecho Internacional Humanitario, que sigue sujeto a prácticas imperiales; ningún organismo internacional, ningún mecanismo jurídico internacional pudó prevenir la guerra en Iraq y ésta es prueba de que las condiciones de seguridad siguen primando sobre las dimensiones institucionales. El hecho que estemos en un contexto de incertidumbre, en donde no se conoce de manera clara ni las intensiones ni las acciones posibles del terrorismo, cambia el dilema de seguridad, que como lo explica Barry Buzan, se basa en la voluntad de los Estados de mantener o incrementar su poder militar con el fin de preservar su territorio, su gobierno y su sistemas de valores. Así encontramos que en el actual contexto internacional este dilema suscita inquietudes sobre las intensiones ofensivas de algunos actores donde: “El enemigo es flexible, no tiene residencia fija y se aprovecha de la mundialización para golpear a los Estados y a sus objetivos”4. En el año 2002 se adopta en Estados Unidos un nuevo enfoque que gira en torno a la seguridad interior, que se explica por el temor de que Al Qaeda utilice de nuevo la permeabilidad de sus fronteras, pero debido a esa misma dificultad para la vigilancia del territorio, es que se habla de reconceptualizar la seguridad 3 BUSTAMANTE, Fernando. Los límites de la seguridad. En: Nueva sociedad. Vol. 177, p. 1. 4 DAVID, Charles-P. La guerra y la paz: Enfoques contemporáneos sobre seguridad y estrategia. Barcelona: Icaria, 2008, p. 26.
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sobre una base transicional y multilateral con el fin de que los Estados y terceros actores puedan afrontar colectivamente los nuevos desafíos, donde las amenazas no se dan como conflictos interestatales, como la visión clásica de la seguridad, sino que ahora son los grupos, clanes, etnias y facciones que se disputan el propio Estado, dejando lugar a las guerras etnopolíticas. Hoy en día, nos enfrentamos a las estrategias de seguridad aplicadas por la única superpotencia de la escena mundial, quien siempre ha sabido justificar sus intervenciones, como en el caso de las dictaduras en Latinoamerica, y actualmente basándose en el discurso sobre el terrorismo como la amenaza global, ha ejercido una diplomacia de la fuerza, donde, como se mencionó, los organismos internacionales no han podido prevenir sus acciones de intervención, justificadas en acciones de guerra preventiva o pre-eventiva, como es el caso de Iraq y actualmente Afganistán. No obstante, la oposición por las bajas humanas que esta guerra ha dejado, en mayor proporción Afganos civiles, pues la violencia organizada que se vive hoy afecta de manera
Me refiero a lo anterior, partiendo del hecho que Estados Unidos en su papel de superpotencia, juega un papel de mayor influencia en los organismos multilaterales del sistema internacional, basándose en su condición hegemónica que pretende llevar los valores occidentales y democráticos a cada país, aun cuando no todos compartan los mismos valores religiosos, culturales, políticos, etc. Justifica sus intervenciones, que como vemos en los casos de la guerra en Iraq y Afganistán, sólo para mencionar algunas de dichas intervenciones, dejan como resultado efectos desastrosos de violación de los Derechos Humanos de civiles; es aquí donde el DIH no ha tenido la suficiente capacidad de sancionar a este país por dichas violaciones, evidenciando la marginación del cumplimiento de las reglas establecidas en los organismos multilaterales referentes a la seguridad. Ahora bien, referente a la influencia que tiene Estados Unidos por su condición de superpotencia, y el hecho de que un grupo terrorista haya pasado sus fronteras, con un ataque para el que no estaban preparados, implicó que este Estado estableciera el
directa a la sociedad civil; en tanto, los mayores conflictos son intraestatales, añadiendo, los ataques de Estados Unidos en Iraq y Afganistán, que han representado miles de pérdidas civiles más que de soldados norteamericanos, que parecen valer más. Para dar fin a la inseguridad intraestatal, que se refiere a la seguridad humana, la seguridad colectiva debe servir a su vez a las intervenciones de humanidad, que supone, que ninguna soberanía esté fuera del alcance jurídico. En ese sentido, los regímenes de seguridad colectiva deben proteger a los individuos al denunciar las violaciones de los Derechos Humanos cometidas, como crímenes internacionales, tales como, el genocidio y la limpieza étnica; estas denuncias, dan paso a la intervención de terceros actores, donde los Estados, al inscribirse a los acuerdos internacionales, quedan bajo el alcance jurídico de dichos estamentos, lo que permite que los organismos que velan por los Derechos Humanos tengan injerencia en los territorios nacionales, y en algunos casos dicha intervención contra un adversario pueda implicar el uso de la fuerza para la defensa de los derechos, por lo que la soberanía queda relegada, en el sentido que se implemente esa fuerza por actores no estatales en territorio de los Estados. Al respecto, se hace énfasis en la necesidad de fortalecer las normas y reglas del Derecho Internacional Humanitario (DIH), así como los instrumentos y organizaciones internacionales, procurando que los organismos multilaterales que regulan los
terrorismo como la amenaza global, lo que generó un cambio en las estrategias de seguridad de los Estados; pero la pregunta que surge es, ¿hasta qué punto el terrorismo representaba una amenaza global, y no fue el resultado de un discurso hegemónico para justificar sus intervenciones en áreas estratégicas que representan intereses imperiales? y que si bien el terrorismo representó un impacto devastador para la sociedad norteamericana y en menor magnitud para algunos países de Europa, existen una serie de amenazas relacionadas con indicadores sociales a nivel global, que traen a diario resultados más dramáticos. Charles David, en su libro La guerra y la paz, nos presenta una serie de estadísticas con las que demuestra que los resultados que emanan el Departamento de Estado y el Centro Nacional Contra el Terrorismo de Estados Unidos, confunden terrorismo nacional e internacional, donde dichos datos matizan el significado que se debe dar a la triplicación de la cifra de actos terroristas de una año a otro; según esto, antes del 11 de septiembre ningún atentado terrorista había provocado la muerte de más de 500 personas, en 2005 hubo más de 11 mil ataques terroristas, causando cerca de 15 mil muertos. Así pues, estos resultados reflejan la manipulación de datos para establecer una amenaza global de manera discursiva, que siempre ha existido, pero que sólo hasta ahora afecta los intereses de la superpotencia. Finalmente, con relación a la inseguridad que representan las organizaciones criminales transnacionales, traen consigo unas
derechos individuales sean cada vez más democráticos y evitar que instrumentos como el DIH sigan bajo el efecto de las prácticas imperiales; por consiguiente, los Estados tengan una capacidad de injerencia contundente a la hora de sancionar la violación de los Derechos Humanos.
consecuencias referentes a los modelos de gobernabilidad local en el mundo globalizado, ya que el modelo de descentralización en lo local, que se maneja en los regímenes democráticos, ha favorecido a las prácticas y a las alianzas de estas organizaciones, las cuales aprovechan la debilidad institucional de los gobiernos
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Violencia, miedo y seguridad locales. La pregunta que surge es: ¿las instituciones políticas democráticas han dejado de ser una alternativa viable para la gobernabilidad local?, y allí es donde entra la importancia de terceros actores no estatales que regulen el funcionamiento institucional al interior de los Estados, para evitar estas prácticas que benefician a las organizaciones criminales y afectan de manera directa el tejido social.
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Referencias
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BUSTAMANTE, Fernando. “Los límites de la seguridad”. En: Nueva sociedad, Vol. 177, Caracas, 2002. BUZAN, Barry & Ole Waver: Regions and Powers, the Structure of International Security. Cambridge: Cambridge University Press, 2003. DAVID, Charles-P. La guerra y la paz: Enfoques contemporáneos sobre seguridad y estrategia. Barcelona: Icaria, 2008. DERGHOUKASSIAN, Khatchik. “Islam, Terrorismo y política
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unipolar”. En: Nueva sociedad, Vol. 185, Caracas, 2003. DE SOUSA-SANTOS, Boaventura. La globalización del derecho. Los nuevos caminos de la regulación y la emancipación. Bogotá: ILSA y Universidad Nacional de Colombia, 1998. GROSFOGUEL, Ramó. “Colonialidad global y terrorismo antiterrorismo”. En: Nueva sociedad, Vol. 177, 2002. MIYAMOTO, Shiguenoli. “Terrorismo y la seguridad global”.En: Nueva sociedad, Vol. 177, 2002. ORTIZ, Renato. “Violencia y globalización”. En: Nueva sociedad, Vol. 177, Caracas, 2002. SAXE-FERNÁNDEZ, John. “Terrorismo de Estado y terrorismo internacional”. En: Nueva sociedad, Vol. 177, 2002.
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Revista MOVIMIENTO
miedo
Entre el
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y la
nada del porvenir
Una mirada comparada del discurso político y religioso Nataly García Ramírez Sociología-Universidad Santo Tomás teosociologia@yahoo.com.mx
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resentaremos a continuación una pequeña reflexión acerca del poder del discurso político y religioso, y el uso del temor como instrumento estratégico de influencia. Pretendemos hacer un
llamado a la reflexión para analizar desde la sociología las ofertas y los oferentes de certezas desde el sistema político colombiano.
“La salvación está aquí”.
La teología cuenta con una rama llamada soteriología, encargada de estudiar la doctrina de la salvación, en la que el cristianismo encuentra su centro y norte en la figura de Jesucristo. En ese sentido, Jesús representa según los textos bíblicos, expresado en el libro de Juan, capitulo 4, versículo 6, “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Es decir, el único medio de la salvación de las almas, y camino verdadero de llegar a Dios-Padre, es decir, la salvación humana, que implica una relación directa de los hombres con Dios, se da por medio de Jesús y de su sacrificio en la cruz. Es a partir de la idea de la salvación, de donde emergen toda una serie de concepciones de carácter transversal en la religión cristiana, como plantea Niklas Luhmann, el discurso religioso tiene su base en la paradoja, en la que se exponen conceptos como salvación versus perdición, vida-muerte, santo-pecador, cieloinfierno, sabio-insensato, entre otros. De esta forma, el discurso religioso configurado a través de la idea de la salvación versus la condenación eterna, responde a un discurso sumamente poderoso, que en términos de Peter Ber-
ger, termina constituyéndose, como todo discurso religioso, en una oferta de certezas, que como instrumento de legitimación se sustenta en una realidad suprema, que despierta temores y necesidades, pues “ir contra el orden social legitimado por la religión es fusionarse con las fuerzas primigenias de las tinieblas”1. Es importante anotar que el poder del discurso religioso ofrece al adepto un sentido pleno a su existencia, es decir, genera un marco de seguridad, un porvenir, pues “no son defectos, ni preocupaciones ni inseguridades aquello que se compensa con la religión, sino un condicionamiento necesario de toda determinación sea en la vivencia o en el actuar, sea a través de sistemas psíquicos o sociales”2. De esta manera la religión se constituye en un espacio seguro que permite de forma efectiva generar condicionamientos que direccionan los comportamientos y el habitus del campo religioso que termina influyendo no sólo en los aspectos generales de la fe adquirida, sino en la totalidad de la experiencia vital del adepto, ya que como los habíamos dicho anteriormente, la salvación ofrece un porvenir, una mirada hacia el futuro, lejos de la oscuridad y de la perdición. Asimismo, desde el discurso religioso, con el uso continuo que algunas expresiones de fe hacen del infierno y la incertidumbre, se produce la movilización por medio del temor, incorporándose en los adeptos por medio de la creencia; de manera similar, la 1 BERGER, P. El Dosel Sagrado: elementos para una sociología de la religión. Buenos Aires: Amorrortu. 1971. p. 55. 2 LUHMANN, N. “La religión de la sociedad”. En La religión como forma de sentido. Madrid: Trotta. 2007, p. 33.
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Violencia, miedo y seguridad política usa mecanismos discursivos, que al igual que la religión, ofrecen futuros prósperos y también la condenación eterna. Durante los últimos años en nuestro país se ha acudido a diferentes usos de conceptos como seguridad, democracia, opinión pública y terrorismo. Muchos de estos utilizados de modo especial por el actual presidente Álvaro Uribe Vélez, como elementos constitutivos de sus alocuciones, y fundamentales para la construcción de un discurso político que ofrece de manera específica “la salvación para el pueblo colombiano”. Desde esta perspectiva, el discurso político ha tendido sus bases en el dogma de la seguridad democrática como el “único camino para la verdad y la vida”. De ahí que la lucha contra el terrorismo, como expresión del mal y de todo elemento contradictor, se ha convertido en la tarea principal para llegar a un futuro deseado, ¿deseado por quiénes?, por “todos” los colombianos, por las personas “de bien”, ya que todos quieren salvarse; ¿de qué?, del mal, definido según los parámetros del sistema político actual: todo lo que se oponga al orden establecido, lo cual tiene que ver con la idea desde la simbología del poder de: adentro y afuera, el cual se asocia con la verticalidad, entendida como una manera de ver el mundo, de ordenarlo, como una norma cotidiana de los pueblos, como un patrón universal de las civilizaciones, en el que estar arriba posibilita algo mejor3. El poder debe mantenerse en cumplimiento de ese orden que promete desde el discurso y los hechos, separar el trigo de la cizaña, y establecer una Colombia nueva perspectiva en donde el bien triunfe sobre el mal. Por lo cual se plantea aquí un paralelo del discurso religioso y político, configurado entre el miedo a la nada y la seguridad del porvenir, es decir, entre el miedo construido desde el poder de la palabra con respecto a la nada, como símbolo de caos y perdición, y frente a ello, la tranquilidad ofertada hacia el futuro, desde un único modelo y una única dirección: La seguridad democrática. Una necesidad creada, que desde la sociología analizamos como dominación, pero que aunque conceptual es más poderosa que todo lo aparente. Por tanto, es nuestra tarea, desde la ciencia que incomoda, proponer y discutir sobre los modelos salvíficos de la política de hoy, y de los alcances que pueden tener en el futuro, y aun mas en este proceso coyuntural de elecciones, en donde comprometemos nuestras voluntades, y los “bienes comunes” en manos de los oferentes que ofrecen el paquete completo, el cual incluye: destino deseado, salvación del mal, cuidado desde el norte y futuro prospero para los portadores y trasmisores efectivos de la verdad.
3 PROSS, H. La violencia de los símbolos sociales. Barcelona: Anthropos, 1984.
Referencias BERGER, P. El Dosel Sagrado: Elementos para una Sociología de la Religión. Buenos Aires: Amorrortu, 1971. LUHMANN, N. La religión de la sociedad. Madrid: Trotta, 2007. PROSS, H. La violencia de los símbolos sociales. Barcelona: Anthropos, 1984. SOCIEDADES BÍBLICAS UNIDAS. La Biblia. Versión Reina-Valera, 1960.
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Profesional invitado en
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seguridad,
miedo
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Nancy Malaver Cruz nachafer@hotmail.com
El viejo fascismo por actual y potente que sea en nuestros países, no es el nuevo problema actual. Es el neo-fascismo respecto del cual el antiguo fascismo es una figura folklórica (….) En lugar de ser una política y una economía de guerra, el neo-fascismo es un acuerdo mundial para la seguridad, para la gestión de una “paz” no menos terrible, con la organización concertada de todos los pequeños temores, todas las pequeñas angustias que hacen de nosotros otros tanto micro-fascistas, encargados de asfixiar cada cosa, cada rostro, cada palabra un poco fuerte, en su calle, en su barrio, en su sala de cine. Gilles Deleuze
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n la sociedad moderna coexisten de manera sui generis la sensación de seguridad y la sensación de miedo. En realidad se puede decir que en ella, esas dos sensaciones conviven e incluso se confunden entre sí. La principal causa
de esto quizá corresponda a las transformaciones producto del desarrollo en el siglo XX, de las formas de organización política en un mundo sin fronteras. El resultado en este mundo sin fronteras, la expresión unificada, globalizada, es el estado final de las formas de intercambio político, que transforman la condiciones de vida de los sujetos políticos en términos de la autonomía, la libertad, en últimas de su autoconstitución; para apropiarse de la vida como un asunto político. Por tanto, desde esta perspectiva biopolítica, el Estado impone, regula, controla la naturaleza biológica de los hombres, las funciones básicas de la vida humana, salud, sexo, alimentación, etc. lo que permite desde los mecanismos del control biopolítico, conformar un sistema transnacional con una organización social más productiva y un sistema político más efectivo, en donde la vida biológica del hombre, la vida y lo viviente se convierten en los retos de las nuevas estrategias políticas y económicas cuyo objeto es la sumisión del cuerpo y el tiempo al orden productivo. Este nuevo sistema político, esta nueva forma de soberanía que gobierna el mundo, guiada por los procesos de globalización, y que convirtió la vida y a la población en objeto insustituible de su trabajo, expulsa lo humano de la seguridad del oikos a un sitio que no es ningún sitio, a esos no lugares en donde se depositan los temores y la angustia, una angustia que a la manera de Kierkegaard busca la relación de ésta con su objeto, pero, ¿cuál es su objeto? “algo que no es nada“, en la que quizá desde la visión que prefigura la modernidad kafkiana. No podemos conocer ni desentrañar la fuente real que los produce y en donde el hombre está sometido a la vigencia de una ley que carece de toda significación, siendo una pura nada que, sin embargo, opera sobre la existencia de los seres humanos. { 16 }
Nancy Malaver Cruz es filósofa de la Universidad Nacional y Magistra en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana con amplia experiencia en docencia universitaria en las áreas de escritura y lectura, epistemología, ética, política y cultura en las universidades Central y Externado de Colombia. Investigadora y conferencista tanto en el campo de la literatura hispanoamericana -particularmente en novela histórica- como en el de la biopolítica con publicaciones en estas áreas. Coordinadora académica en eventos relacionados con actividades culturales, como el Concurso Nacional de Cuento RCN–Ministerio de Educación, y el Simposio Internacional de Literatura de la Universidad Central. Par académico e institucional del Ministerio de Educación para los procesos de acreditación y registro calificado de distintos programas académicos de universidades del país. Tallerista en procesos de lectura y escritura en Fundalectura, proyecto Palabrario.
Violencia, miedo y seguridad Esta experiencia de vida del hombre contemporáneo, fundada en la vaguedad e incertidumbre, es la que conduce a la reflexión de Z. Bauman para afirmar que nuestro tiempo vuelve a ser el tiempo del miedo, un miedo que aparece por todas partes, un miedo que es más temible en cuanto es más difuso, es decir, un “miedo líquido” en el que las personas no sólo no saben exactamente a qué le tienen miedo, sino que además sus miedos desaparecen y reaparecen de manera caprichosa. Se trata del fantasma de la vulnerabilidad, que hace que todos seamos un potencial peligro para los demás, y que todos los demás sean un potencial peligro para nosotros. Un fantasma que hace que todos nos sintamos potenciales víctimas
fantasma más o menos lejano, y aunque de vez en cuando podemos sentir a ese fantasma como una amenaza verdaderamente inminente, nuestra reacción psicológica tenderá a ser la de una especie de “negación de la realidad” en virtud de la cual decidimos vivir la vida lo mejor que podamos en tanto que la desgracia aún no llegue a nosotros. Si en cambio, nuestra conjetura es la de que el peligro está cerca de nosotros, la incertidumbre que experimentamos es mucho más pequeña, es decir, tenderemos a aceptar que hay grandes probabilidades de que realmente nos suceda algo malo. Sin embargo, también operará en nosotros un fenómeno de “negación de la realidad”, aunque con un matiz distinto: tenderemos a minimi-
Irónicamente, esta realidad ha venido siendo usada como argumento central y casi que único de la política mundial de nuestros tiempos, para propendernos todo tipo de seguridades públicas y privadas, sociales y hasta personales, para protegernos de las amenazas que asechan nuestra existencia, amenazas que con su carácter omnipresente se filtran por los rincones más íntimos de nuestra cotidianidad. Seguridades y miedos que se conjugan poderosamente para provocar en nosotros acciones totalitaristas que soportadas legalmente nos permiten desaparecer al otro, o todo aquello que vulnera nuestra existencia y atenta contra nuestra seguridad. En este flujo de acciones que vinculan
del fanatismo nacionalista, religioso, o de cualquier otra naturaleza, ya sea que éste se incube en nosotros mismos o en los demás. Pero nuestra vulnerabilidad es, además, no determinable en el tiempo, y no ubicable en el espacio, por ello, nuestra incertidumbre se da tanto en lo temporal como en lo espacial. Es decir, no sólo es vago el objeto de nuestro miedo, sino que además no podemos tener seguridad acerca del posible momento en que el peligro se volverá una realidad, y no podemos tampoco, precisar a qué distancia de nosotros se encuentra el objeto de nuestro miedo. Nuestra posible desgracia puede lo mismo sobrevenir mañana como dentro de un año; y nuestro posible verdugo puede bien ser el vecino de actitud aparentemente amistosa, como el extranjero que llegará mañana a nuestro país. Si nuestra conjetura es que el peligro está lejos de nosotros, es posible que el miedo sólo nos visite de vez en cuando. Sin embargo, nuestra intranquilidad puede crecer en la
zar el peligro convenciéndonos a nosotros mismos de que éste sólo consiste en los “riesgos” normales que necesariamente hay que correr en nuestras vidas. Estos temores se vinculan estrechamente con lo que amenaza fundamentalmente nuestro cuerpo y propiedades, con lo que amenaza el orden social en el que estamos inmersos y del que depende la seguridad del medio de vida, y la posición que ocupamos en la jerarquía social.
estrechamente seguridad y miedo, la experiencia de la muerte juega un papel de primer orden, pues se convierte en parte constitutiva e indispensable de la vida. Se hace necesario matar para poder vivir, por ello, la muerte puede acontecer en cualquier esquina, en la indeterminación del tiempo y del espacio. Por otra parte, la guerra moderna contra los temores humanos en el marco de la globalización, ha producido la categoría política del terrorismo. La principal causa de esto quizá sea el hecho de que la globalización, aparentemente una categoría con valor positivo, sin antecedentes en la historia de la humanidad, resulta ser la mayoría de las veces un espejismo que paradójicamente lo que consigue es acicatear y ahondar los conflictos, odios entre razas, pueblos, países y grupos humanos en general, fundados en un sentimiento global de inseguridad. Esto es así sencillamente porque con frecuencia la llamada globalización resulta ser sin que nos demos cuenta de ello, altamente se-
medida en que somos conscientes de que la distancia tanto espacial como temporal puede acortarse dramáticamente en un momento dado. En tal caso, nuestra incertidumbre crece, pero no deja de ser un
lectiva, es decir, resulta ser una manera de agrandar, de “universalizar” el radio de influencia y dominio de unos países o grupos, generando condiciones de injusticia, conflicto y violencia. { 17 }
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el o tro r e pugnanci a
e l pr j i mo
s ubhumano
es i dual e s r ser es
Se trata entonces de lo que se puede denominar “globalización negativa”. Una globalización de la que surgen grupos humanos que no saben a qué atenerse, pues no saben a ciencia cierta, si esa especie de ser superior que ha traspasado las fronteras de su territorio trae o no buenas intenciones. Una globalización de la que surgen grupos humanos que no saben si han de sentir seguridad o han de sentir miedo. Poblaciones, entonces, heterónomas y altamente vulnerables en el sentido de que llegan a obsesionarse a tal grado con la idea de su propia seguridad y sus propias fronteras, que ni ellas mismas pueden tener clara la magnitud de sus miedos, ni sospechar la magnitud de su eventual reacción violenta. La lucha contra el “terrorismo”; es la lucha contra un fantasma que se supone amenaza a toda la humanidad “buena” de nuestro tiempo. En términos de Sloterdijk, se le ha conferido una determinada racionalidad al problema del miedo, y sobre ella se ha construido el concepto, por lo demás vago, de “terrorismo moderno”; se le ha proporcionado una lógica al “pánico”, y esa lógica se ha convertido en el criterio obligado sobre el que ha de basar-
se el accionar de todo país que quiera ser aceptado dentro del grupo de los países “buenos” del planeta: aquellos que “luchan” contra el “terrorismo”. La noción de “terrorismo moderno” nace, según autores como P. Virilo y P. Sloterdijk, para denominar el bombardeo indiscriminado de ciudades, modalidad de ofensiva militar usada por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial. Tal tipo de violencia, cuyo blanco era la población civil inocente, habría sido la primera forma de manifestación de un peligro percibido por una masa humana como algo de origen absolutamente inidentificable, vago e injustificable, aún dentro de la irracionalidad de la guerra. A partir de entonces, la guerra excedió sus propios límites, de manera que comenzó a aceptar como válida la posibilidad de atacar a cualquier objetivo y en cualquier escenario, con la sola intención de infundir miedo al enemigo, sin importar que dicho objetivo y dicho escenario no tengan relación directa con el motivo del conflicto militar en cuestión. En particular, a partir de finales del siglo XX la guerra ha abierto la puerta al terrorismo dirigido contra el entorno vital del { 18 }
planeta. Se trata del terror contemporáneo, al que Sloterdijk denomina atmoterrorismo, y cuya consecuencia más desastrosa consiste en que los seres humanos, en tanto que individuos, están perdiendo inexorablemente toda confianza en la sociedad humana como un todo –pues tienen la certeza de que tarde o temprano, y en virtud de las acciones irracionales de unos u otros, el planeta mismo dejará de ser habitable y será el escenario de la macabra muerte de la sociedad humana–, y están optando por aceptarse como seres aislados, vale decir, desnaturalizados, esto es, unidades finitas clausuradas en sí mismas, pues la totalidad a la que pertenecían en su origen está en proceso inexorable disolución. Tal sensación de aislamiento en la que se encuentra el individuo contemporáneo acrecienta en él las posibilidades de ser víctima de la emoción, la repugnancia respecto de los otros individuos de su especie. En efecto, puesto que el otro tiene ahora pocas posibilidades de ser visto como el prójimo frente al cual se es igual, y junto con el que se hace parte de una sociedad con intereses comunes claros y defendibles, ese otro pasa ahora a ser
Violencia, miedo y seguridad visto más como alguien en quien pueden ya estar ocurriendo las desgracias o males que muy seguramente nos ocurrirán a nosotros mismos en un futuro. En ello justamente consiste la emoción de la repugnancia, tal como es descrita por Martha Nussbaum en su obra El ocultamiento de lo humano (2006): “lo que verdaderamente repugna al individuo no es tanto el otro en sí mismo, como el hecho de reconocer en el otro la desgracia en la que él mismo puede caer en un futuro, en razón de su propia condición de “animal humano”. De ahí que la emoción de la repugnancia suscite en el individuo ideas mágicas en torno a nociones como “lo contaminado” y “la animalidad”. El individuo termina planteándose ideales, relativamente inal-
aquellos que no “aparecen”, por lo menos en alguna medida, como adaptados a las normas de la producción y el consumo–. El asunto es que en nuestro mundo nadie tiene la completa seguridad de que no será, en algún momento, tratado como un tal “ser humano residual”. Aunque nos parezca algo lejano y poco probable en nuestro entorno, la verdad es que este fenómeno puede llegar a tocarnos. La idea de Hitler de exterminar a los judíos como a “piojos” o el conflicto acaecido en Ruanda entre los grupos étnicos, Hutus y Tutsi en 1994, durante el cual los Hutus respaldados por esta idea de contaminación, pusieron en el lugar de “cucarachas”, a los Tutsi, que podían ser aplastadas y exterminadas. Este temor fundado en la repug-
mundial, puede cambiar radicalmente la valoración que dentro de la sociedad se dé a un determinado individuo. De un día para otro, éste puede comenzar a ser visto como un estorbo para la sociedad; alguien que no aporta nada y cuya existencia, en consecuencia, pasa a ser “superflua”; en suma, alguien que merece ser desechado; un “ser humano residual”. Precisamente, el problema de la globalización es, precisamente, que trata de instaurar un único diseño de la sociedad humana, y con esto, paradójicamente, termina globalizando el fenómeno que hemos descrito, en virtud del cual se terminará fragmentando a la humanidad en grandes grupos de seres por una parte “adaptados”, funcionales y por otra, “superfluos” o “residuales”;
canzables, de “pureza”, “comportamiento ético”, “inmortalidad”, “no animalidad”, etc. Tales ideales pueden contribuir a que la sociedad se construya bajo “normas” que le pueden ser útiles en cuanto que pueden contribuir a una convivencia relativamente tranquila y armoniosa. Sin embargo, también se puede desprender de allí la construcción de imaginarios que conducen a ahondar odios entre toda suerte de grupos humanos: étnicos, políticos, de género, de actividad científica, etc. En tales casos, la repugnancia puede ser usada como fundamento para legislar en contra de ciertos grupos humanos: “el solo argumento es el de que los comportamientos de tales poblaciones son malos porque causan repugnancia en ciertos sujetos a los que la sociedad debe obediencia”. La repugnancia se convierte entonces en un dispositivo para negar nuestra propia capacidad para el mal. Se convierte en el pretexto ideal para tratar como desechos en cierto modo “subhumanos”, “seres humanos residuales”, a aquellos
nancia y la contaminación ha sido determinante en las formas de producir muerte de manera sistemática, provocando grandes genocidios como expresión de la más radical barbarie, en donde todo aquello que se odia y desprecia, lo que se considera vil y repugnante es lo que es urgente extirpar violentamente; pero también como expresión del mal radical que según Hannah Arendt consiste en hacer que los seres humanos, en tanto seres humanos, se vuelvan superfluos. Pero quizá, la condición de vulnerabilidad que permea todos los rincones de la condición humana en nuestro mundo contemporáneo es la potenciación de la “superfluidad”, que se expresa en que el hombre está abocado en cualquier momento de sus existencia va a convertirse en un desperdicio, en un residuo, que como lo observó Z. Bauman, en nuestra sociedad moderna, lo malo, se ha convertido en el residuo del perfeccionamiento. En nuestras ciudades más “civilizadas”, el hombre moderno es permanentemen-
pero cuya frontera líquida nos amenaza y atemoriza indefectiblemente, y nos pone en la búsqueda de seguridad y protección que ponga al resguardo nuestra frágil condición humana en este mundo globalizado.
que no se acomodan a la idea que se ha cifrado la sociedad acerca de cómo debe ser y comportarse el ser humano ideal –es decir, en nuestro mundo contemporáneo
te amenazado con la degradación de su condición humana: el hecho, por ejemplo, de perder el empleo o de entrar en bancarrota a causa de la crisis económica
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Referencias BAUMAN, Zygmunt. Vidas desperdiciadas. Barcelona: Paidós, 2005. BAUMAN, Zygmunt. Miedo líquido. Barcelona: Paidós, 2007. BERNSTEIN, Richard J. El mal Radical. Buenos Aires: Ediciones Lilmod, 2002. ESPOSITO, Roberto. Bíos, Biopolítica y Filosofía. Buenos Aires: Amorrortu, 2006. NUSSBAUM, Martha C. El ocultamiento de lo humano. Princeton: Katz Editores, 2006. SLOTERDIJK, Peter. Temblores de aire, en las fuentes del terror. Valencia: Pretextos, 2003.
Mundo
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Revista MOVIMIENTO
TERRORISMO: análisis genealógico del
fenómeno político-cultural *
Rafael Ángel Gómez Choreño** rafaelangelg@yahoo.com
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s evidente1que el pánico se está apoderando de las sociedades contemporáneas de una manera incontrolable. Sin
embargo, estoy completamente en desacuerdo con quienes han señalado a los “grupos terroristas” como los únicos responsables de esta experiencia colectiva. Estoy de acuerdo en que las acciones políticas de estos grupos son sumamente violentas y en que éstas han despertado el odio y el rencor de muchas personas. Pero no creo que debamos permitirnos, una vez más, elaborar juicios impulsivos y acríticos que nos empujen a cometer nuevos errores o que nos permitan seguir sosteniendo los que ya hayamos cometido inconsciente o hasta conscientemente. En primer lugar, debemos decir que nuestra percepción de los “actos terroristas” está determinada por los medios de comunicación y, sobre todo, por los medios informativos. ¿Qué quiere decir esto?, quiere decir que nuestra concepción de los “actos terroristas” no ha sido configurada a partir de una percepción directa del fenómeno sino a partir de una percepción mediada por el testimonio de alguien más; ya sea que se presente a través de sus propios recursos lingüísticos o a través de recursos tecnológicos. Me atrevería a negar que los “actos terroristas” forman parte de nuestra experiencia sensible del mundo, pero * Conferencia dictada en la Universidad Insurgentes-Plantel Xola, Ciudad de México, en marzo de 2004.
** Profesor del Colegio de Filsofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y socio investigador del Centro de Estudios Genealógicos para la Investigación de la Cultura en México y América Latina.
creo conveniente reconocer la naturaleza mediática de algunos elementos que conforman nuestra experiencia sensible. Finalmente, percibimos los “actos terroristas” por medio de imágenes visuales y acústicas que alguien produce para presentarlas o re-presentarlas a nuestra sensibilidad; como quien presenta un espectáculo para someterlo a la percepción sensible de otras personas. Entonces, ciertamente estamos experimentando algo a través de nuestros sentidos, pero lo que perciben no es una realidad concreta sino las imágenes de una representación de la misma. Reconocer la dimensión mediática de nuestra percepción de los “actos terroristas” nos permite reflexionar en una segunda cuestión que no es menos importante. Me refiero al hecho de que los seres humanos jamás habíamos tenido a nuestra disposición la cantidad de información que circula en la actualidad gracias a los medios de comunicación. Un fenómeno cultural sin parangón en la historia de la humanidad. Ahora bien, yo diría que su singularidad radica en el flujo de la información más que en la información misma. Todos los días recibimos noticias sobre acontecimientos que han tenido lugar en diferentes partes del mundo. Las recibimos a una velocidad verdaderamente sorprendente; basta con unos cuantos segundos para que tengamos a nuestra disposición la transmisión directa de imágenes y sonidos de lo que está sucediendo al otro lado del mundo, incluso podemos contar, al mismo tiempo, con diversos relatos de un mismo acontecimiento construidos desde diferentes puntos de vista sin dejar a un lado el análisis periodístico de la información que estamos
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recibiendo. Éste, sin lugar a dudas, es un “milagro comunicacional” que ha sido posible gracias al uso de la tecnología en la producción y difusión de la información. Lo interesante es que este “milagro comunicacional” cuesta mucho dinero; lo cual nos indica que debemos indagar como se sufragan los costos de semejante milagro de la cultura contemporánea para comprenderlo mejor. Para pagar el costo que implica la circulación de la información ha sido necesario hacer de la información un producto de consumo y hacer de los medios informativos un tipo muy específico de centro comercial. Esto implica que los medios informativos se han tenido que convertir en espacios de comercio masivo en donde, por un lado, se atrae la atención de la mayor cantidad de espectadores presentando información que resulta atractiva para el consumo masivo y, por otro lado, una vez que se tiene captada la atención de un buen número de espectadores, se les ofrece sutilmente otro tipo de objetos para su consumo. He hablado de todo esto para explicar por qué existe en la actualidad una gran difusión de los “actos terroristas”. Resulta que, entre todas las opciones que pueden ofrecernos los medios informativos, la violencia extrema es uno de los productos favoritos de los consumidores de información de las sociedades contemporáneas. En este sentido, lo que he estado tratando de decir, es que al estar “bien informados”, incluso a nuestro pesar, nos hemos convertido, inconscientemente, en actores pasivos de la violencia; al menos en lo que se refiere a la producción mediática del fenómeno. Ahora, en lo que respecta a la percepción de la violencia en el mundo contemporáneo y en particular en lo que respecta a { 23 }
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la percepción de los “actos terroristas”, mi posición es que debemos determinar hasta dónde podemos considerar a la violencia una amenaza real y hasta dónde debemos considerarla una amenaza ficticia proveniente del flujo de información que impera en nuestra época, de nuestro acceso a nuevas medios de comunicación, de los cambios que han reportado nuestras conductas lingüísticas y su diversificación en las últimas décadas, y de la formación de las comunidades lingüísticas interculturales que han resultado de los procesos migratorios recientes. Parece que lo que más nos preocupa del terrorismo, a nosotros, los espectadores de la violencia, es la intensidad de la violencia con la que se efectúan los “actos terroristas”, lo que he llamado indicativamente: violencia extrema. Yo no estoy seguro de que proceder así sea adecuado para juzgar a la violencia, lo cierto es que la simple idea de un exceso de violencia nos afecta profundamente. Quizá sea porque, al atestiguar la muerte que puede dejar detrás de sí una bomba casera, sentimos un profundo dolor o una animadversión instintiva; o quizá sea porque,
quetan un tipo específico de acciones violentas, habiendo tantas que implican un tipo de violencia similar? Quizá tengo que regresar al punto de partida de este análisis para responder estas preguntas. La violencia que nos preocupa no radica en la del “acto terrorista”, sino en la violencia del terrorismo que viene detrás de él como resultado de un fenómeno comunicativo que hace del “acto terrorista” una amenaza global. Si no tendiéramos a la exageración, podríamos percatarnos de que existen otras formas de violencia que están presentes en nuestra vida cotidiana y que, sin embargo, no estigmatizamos de la misma manera ni producen ninguna forma de terror. Nuestro pánico radica, específicamente, en el sentimiento de vulnerabilidad; lo cual es un daño psicológico más profundo y más permanente. A diferencia de la animadversión que produce el asesinato común, frente al terrorismo no existe un castigo que pueda apaciguar el daño psicológico. Podrían capturar, matar o exterminar a todos los grupos terroristas del mundo, pero aún así, la amenaza de un próximo “acto terrorista” se mantendría
al ser espectadores nos percatamos de que los escenarios en los que suelen tener lugar este tipo de acciones nos resultan terriblemente familiares y nos damos cuenta de que no estamos exentos de ser las victimas del siguiente ataque. En el caso de que sucediera lo primero, estaríamos hablando del mismo tipo de animadversión que nos causa cualquier asesinato; en el caso de que sucediera lo segundo, estaríamos hablando de la angustia que nos provoca la conciencia de estar permanentemente amenazados de muerte. No creo que suceda lo primero, de ser así no estaríamos hablando del terror que nos puede causar un tipo específico de acciones violentas, sino del horror o de la repugnancia que podemos sentir ante la muerte. Lo segundo me parece una caracterización más apropiada de lo que nos sucede como espectadores de la violencia; ya que es el miedo, ante la posibilidad de nuestra propia muerte, lo que alimenta nuestra preocupación frente a una acción violenta. Terror frente a una amenaza de muerte, eso es lo que sentimos ante las noticias de lo que solemos etiquetar como “actos terroristas”. Nos amenaza la idea de perder la vida en uno de estos ataques. Aunque debemos tener claro que la posibilidad surge de la familiaridad con la que contemplamos los escenarios en donde sucede un “acto terrorista”. Pero, ¿quién produce el terrorismo? ¿Los asesinos-suicidas, nosotros mismos o quiénes creen conveniente mantenernos informados de lo que sucede en el mundo? En efecto, los primeros
presente dentro de nosotros inquietándonos con mayor fuerza desde los intersticios en donde la imaginación crea fantásticas representaciones de nuestra propia muerte. Decía Thomas Hobbes que el terror-pánico es un temor del sin saber el por qué o el cómo de ciertas experiencias, sólo puede ocurrirle a un grupo numeroso de personas. Pues bien, un temor de esta naturaleza, como lo he tratado de explicar, es un temor colectivo que ha sido alimentado por otras personas. Si existe o no algo que lo haya causado es lo de menos, lo importante es que se trata de un sentimiento que se comparte y se vive a través de otros; y, en esa medida es un vínculo social poderoso. Defenderse en contra de amenazas comunes, aunque se trate de amenazas imaginarias, es una necesidad que une con mucha fuerza a los seres humanos; es una necesidad inspirada en un sentimiento casi religioso. Ya he resaltado el carácter colectivo del terror provocado por la excesiva difusión de las acciones violentas que algunos han etiquetado como “actos terroristas”; y lo hice con la intención de definir el carácter específico del terrorismo; sólo que había preferido resaltar el carácter comunicativo del fenómeno para introducir una dimensión lingüística en el análisis del fenómeno. El lenguaje, le permite a cada ser humano unir su fuerza física y sus talentos intelectuales con los de otros individuos para constituir un poder colectivo; pero también les permite apoderarse del poder colectivo que generan sociedades para su provecho
ponen la violencia en escena y nosotros, los espectadores de la violencia, ponemos el terror ante semejantes imágenes; pero quienes etiquetan, editan y convierten el fenómeno en un acontecimiento terrorífico son los últimos. Habría que preguntarse ¿por qué?, ¿en dónde está su conveniencia? y ¿por qué sólo eti-
personal. Visto desde esta perspectiva, el lenguaje puede llegar a convertirse en una fuerza maldita: en un poder perverso e irremediablemente destructor. De esta forma adquiere sentido la relación que había descubierto de una manera intuitiva entre el lenguaje y el terror al
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Violencia, miedo y seguridad iniciar mi análisis sobre el terrorismo; el elemento que faltaba introducir era la función que desempeñan las luchas por el poder. Pues bien, aquí hay dos aspectos relevantes del terrorpánico: primero, la emergencia del terror frente a los “actos terroristas” surge como resultado de la pérdida de toda seguridad posible; y segundo, que ante la pérdida de toda seguridad posible, también surge el terror como una pérdida de toda libertad. El temor colectivo ante una amenaza común nos somete, nos oprime, nos hace sentir que hemos perdido todas nuestras libertades y eso nos conduce, irremediablemente, a buscar una garantía en nuestro estado de derecho. Así, hemos descubierto que los Estados se vuelven sumamente poderosos en medio del caos propiciado por el terrorismo, ya que surge la necesidad de un poder coercitivo a partir de las incertidumbres de nuestro propio terror. Estas son las trampas del lenguaje cuando es utilizado para desatar las fuerzas que pueden llegar a generar un poder político; en este caso, al menos, como vehículo para inventar los fantasmas que inspiran el terror colectivo. Esta visión de la
pos de violencia en el mundo contemporáneo. Al menos en lo que respecta a dos tipos bastante generales y, aparentemente opuestos en la lucha política contemporánea. Me refiero a los terroristas, guerrilleros, e incluso a algunos tipos de delincuencia vandálica y a los movimientos sociales destinados a oprimir a estos disidentes. Cada vez que la violencia se hace presente en nuestras vidas, sin importar en el grado o el lugar de su aparición, se quebranta un poco más la oportunidad de seguir siendo ingenuos frente a la vida. Su emergencia, ya sea sutil o intempestiva, es un síntoma inequívoco de que nuestro espíritu lúdico ha sido derrotado nuevamente; es la evidencia irrefutable de que los seres humanos seguimos prefiriendo usar el poder de nuestros talentos físicos e intelectuales en contra de nosotros mismos. Me angustia pensar que la manifestación de la violencia implica que alguien, una vez más, ha permitido que la vida se convierta en una lucha constante para vencer al Otro. Y, cuando sucede esto, podemos saber, con absoluta certeza, que el espíritu del
política es dolorosamente precisa y se reduce a una idea muy simple, la fuerza política de los Estados totalitarios sólo puede ejercerse inventando un objeto ficticio que alimente los temores más profundos de los seres humanos y así someterles voluntariamente a su poder. Estamos frente a una paradoja terrible. Por un lado, el temor a la violencia humana suscita la formación o el fortalecimiento de los Estados; mientras que, por otro lado, el Estado representa un poder coercitivo basado en el terror-pánico. El poder del Estado radica en su capacidad para montar espectáculos de terror; ya que esto le permite propiciar la obediencia civil. El truco consiste en que el Estado sin amenaza, carece de fundamento; así que éste necesita inventar a sus enemigos terroríficos o terroristas. Esto es el “terrorismo de Estado”. Lo que hacen los “grupos terroristas” es encarnar estratégicamente el vacío de los fantasmas que el Estado ha inventado para atemorizar a las personas con la intención de convertirlos en “buenos” y “obedientes ciudadanos”. Dicha estrategia le ha permitido al Estado adquirir un poder relativo frente a estos grupos, pero, como en sus acciones no existe más violencia que en las acciones del Estado, tarde o temprano el “terrorismo de Estado” se revertirá en contra de las injusticias de las sociedades civiles. Sin lugar a dudas, las acciones de los “grupos terroristas” son parte de la vida política de las sociedades contemporáneas y han transformado profundamente su constitución civil. Algunas per-
juego y la magia de los lenguajes simbólicos, una vez más, se han quedado olvidados junto con los recuerdos de una infancia que se ha perdido para siempre. Sucede entonces que la violencia se convierte en el síntoma de una derrota imperdonable y nos revela que la creatividad, que debería gobernar nuestro impulso vital de transformar al mundo, ha sido gobernada, nuevamente, por nuestro estúpido deseo de dominar a los demás. Por eso podemos observar, cada vez con mayor facilidad, que la tristeza, la desesperación y el miedo han ocupado el lugar que algún día tuvieron la alegría y la confianza en nuestra percepción del mundo. No me queda la menor duda de que la violencia aparece en nuestras vidas para recordarnos que hemos preferido olvidar lo mejor de nosotros mismos y para recordar que estamos listos para generar más violencia. Eterno círculo vicioso que ha alimentado durante siglos la cruenta historia de la humanidad. Pero todo esto no quiere decir que debamos sentirnos perdidos ante la violencia; por el contrario, significa que depende de nosotros mismos poder acabar con semejante monstruo; tan sólo necesitamos dejar de alimentarlo con nuestro estúpido miedo hacia los demás. Si la violencia trae consigo un enigma que tenemos que resolver y para ello es indispensable recordar lo que hemos olvidado de nosotros mismos y tener presente aquello en lo que nos hemos convertido. Así es la violencia. No importa si nos parece amorfa o nos parece ambigua, finalmente, siempre se presenta para destruir un poco más de nosotros
sonas podrán insistir en que por eso son una amenaza para el estado de derecho de las naciones libres y democráticas. Coincido con ellos, pero no creo compartir sus razones ni su pesimismo. Lo relevante de este análisis es que podría permitirnos una base inusitada para analizar las manifestaciones de algunos ti-
mismos. Sin embargo, sería un error volcarse en contra de los hombres violentos. La violencia es tan sólo el enigma, el monstruo que lo devora todo y vive dentro de nosotros mismos.
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Memorias y reproducciones de la
violencia
en la educación pública en Argentina Vanessa Alexandra Barrionuevo* vbarrionuevo86@hotmail.com
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rgentina, camino al Bicentenario de su patria, sufrió caídas y tropezones en su vida institucional para consagrarse en la República que es hoy. Hace 200 años supo aprovechar la
oportunidad histórica de una España y una monarquía dominada tras la expansión del Imperio Napoleónico para declarar su intención de ser un Estado soberano e independiente. La educación fue clave en el proyecto de país que se llamó Argentina, y que comenzó un 25 de mayo de 1810, autodeclarándose Primer Gobierno Patrio. En aquella época, alguien notó la importancia de una educación pública de fácil acceso y obligatoria para todos los niños. Poco a poco, las nacientes escuelas primarias empezaron a diseminarse por todo el país, gracias a Domingo Faustino Sarmiento1, quien diseñó, el primer Sistema de Enseñanza en Argentina. Se crearon simultáneamente las escuelas de enseñanza media, donde se formaba a los maestros y a quienes aspiraran a otras profesiones. A diferencia del nivel primario, la enseñanza media2 no era obligatoria. * Técnico en Información Económica y Social; estudiante avanzada de la Lic. en Sociología de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, Argentina. 1 Domingo Faustino Sarmiento fue llamado el “Gran Maestro”. Se encargó del diseño del Sistema de Enseñanza en la Argentina, fundando numerosas escuelas por todo el país. 2 Con la Nueva Ley de Educación sancionada en 2006, se aspira a una
escuela secundaria (enseñanza media) obligatoria para todos los jóvenes argentinos.
Acerca de la violencia física en la escuela De las memorias de la educación en Argentina, hay hechos de violencia que eran “normales” para corregir, disciplinar, civilizar3, ¿educar? a quienes asistían a las escuelas. Hablo de “memoria” en el sentido de aquello que se nos es transmitido como un recuerdo o anécdota de la vida escolar de las generaciones anteriores a la nuestra, la de nuestros abuelos y padres. Uno de ellos, era aquel castigo a quienes no podían escribir con la mano derecha. A los “zurdos”4 les colocaban su brazo por detrás de ellos y ataban su muñeca a la silla para que escribieran con la mano derecha, “como se debía escribir”, por lo que debía corregirse con el método “más adecuado” para quitar esa mala costumbre de algunos alumnos. Otro de los castigos era para quienes tenían problemas de conducta o falta de atención en clase. Existía lo que se llamaba “puntero”, que era una varilla larga de madera, con el que se pegaba a los alumnos en los dedos de las manos. Este elemento estaba instituido en la escuela primaria y secundaria, se utilizaba con cierta frecuencia para castigar a quienes no prestaban atención en clase o causaban desorden5. Pero aún prevalecen otras 3 No es ingenuo pensar en “civilizar”. Ya Sarmiento pensaba en estos términos al escribir el “Facundo” (o “Civilización y Barbarie”), una de sus principales obras, donde definía y comparaba lo “civilizado”, las buenas costumbres, los hábitos europeos heredados, entre otros aspectos, de lo “bárbaro”, siempre despectivamente, referido a lo indio. 4 Se denomina comúnmente “zurdo/a” a las personas que escriben o manejan instrumentos y utensilios con la mano izquierda. 5 El “puntero” que se utilizaba como elemento disciplinador y de castigo, ya no existe en las escuelas argentinas desde hace cerca de 40 años.
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Violencia, miedo y seguridad prácticas de castigo infringidos por los maestros, que se reproducen de la época en las que éstos eran educados. Aquí aclararé porqué hablo de “reproducción” de las prácticas. Así, existen los “tirones de oreja” y los “cachetazos en la cabeza” que se están abandonando pues se trata de maltrato. Sin embargo, estos métodos de castigo no son denunciados porque están internalizados en la visión de los padres y/o alumnos como algo “normal”6. Durante la dictadura militar de 1976, el proyecto educativo autoritario, perfiló una educación al servicio de “educar para el orden”, a fin de restablecer los valores perdidos en la sociedad a causa de la entrada del comunismo en América Latina. La vigilancia, la censura y la represión eran las premisas fundamentales de gobierno, y el monopolio de la violencia del Estado, su lógica en la lucha “antisubversiva”7. La violencia sufrida por quienes se oponían al gobierno de facto o pensaban distinto, se legitimaba en que representaban una amenaza para el orden, por lo que debía eliminarse. Así, fueron
a esas relaciones de fuerza” . Además, considera que en el campo educativo quien ejerce la violencia simbólica es la autoridad pedagógica, el maestro, cuya acción pedagógica10 “es objetivamente una violencia simbólica en tanto que imposición, por un poder arbitrario, de una arbitrariedad cultural”11. Más allá de los elementos de estas definiciones propuestas por los autores, prefiero pensar en que “lo simbólico” de la violencia se encuentra en ese universo discursivo y de acción que no requiere de un ejercicio de fuerza física por parte de quien violenta. Existen maestros que desde el discurso ejercen violencia y coerción hacia los alumnos con amenazas, “etiquetas”12, insultos, gritos y humillaciones; desde la práctica pedagógica, en la falta de atención de los alumnos con problemas de aprendizaje, con problemas de conducta o son apartados o discriminados por su origen social o bien por la discapacidad que puedan tener. Los maestros siempre lanzan advertencias para ejercer cierta coerción y convencer a los alumnos de corregirse, pero 9
secuestradas y asesinadas miles de personas, entre ellos docentes y estudiantes. Eran detectados en las escuelas y universidades por denuncias de terceras personas o por la vigilancia misma de grupos de inteligencia para descubrir a los “subversivos”. El extremo de la violencia de la dictadura era el asesinato.
La violencia discursiva y simbólica La violencia en la educación argentina también se manifiesta en un tipo de violencia discursiva y simbólica, a partir del maltrato verbal y la discriminación y/o distinción a los alumnos e incluso la censura8. Hablaré aquí de la violencia simbólica, la que Bourdieu y Passeron definieron como “todo poder que logra imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de poder en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, 6 Hoy en día, existen algunos casos actuales, se siguen aprobando y legitimando desde los padres de los alumnos estos castigos, dándole “permiso” a los maestros: “si no se porta bien, tírele de las orejas”. Esta frase es muy común escucharla de las madres en las escuelas primarias al inicio del cada año escolar. 7 La dictadura tenía como objetivo de “restablecer el orden” por lo que para ello, debía eliminar a los comunistas, también denominados por ellos como “zurdos” o “subversivos”.
8 Cabe aclarar aquí, que en este ensayo no pretendo hablar del abuso sexual en las escuelas, porque se tratan de hechos de violencia que se escapan a los fines de este trabajo, así como tampoco, abordaré al respecto de la violencia escolar entre los alumnos.
hay docentes que amenazan al alumno superando el límite de lo aceptable, con sanciones que llegan a expulsarlo del aula o la escuela, dejándolo desprotegido en la vía pública, o bien, se amenaza diciendo el castigo lo aplicará el/la director/a del establecimiento educativo13. 9 BOURDIEU, Pierre y PASSERON, Jean-Claude. La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza”. Ed. Fontamara, Tercera edición, México, 1998. 10 Pese a esta definición, considero que no toda acción pedagógica necesariamente se trata de violencia simbólica, pero no discutiré aquí esta observación. 11 BOURDIEU, Pierre y PASSERON, Jean-Claude, Ibíd. anterior. 12 Tomo a la etiqueta como una denominación del otro, partiendo de la noción de “estigma”, que Goffman desarrolla para referirse a un atributo desacreditador de un individuo. 13 Es menester aclarar que esto no ocurre asiduamente ni con naturalidad en las escuelas argentinas. Son casos especiales y aislados.
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Las “etiquetas” son las más comunes. Los docentes etiquetan a sus alumnos de acuerdo a la posición en la que se ubican en el aula y su comportamiento. Quienes se ubican al fondo del aula son “inquietos”, “molestos”, “mal educados”, “irresponsables”, “agresivos”, “burros”, “distraídos” y les hacen saber con su discurso, que ellos “son así”. No se les dedica tiempo de enseñanza, se les reprime, se les ignora, o se les excluye por sus características a la vista, según lo que su criterio y la experiencia les dictan. En cambio, los alumnos que se ubican en el centro del aula “son los más tranquilos” y “los más capaces” de aprender y superar dificultades, mientras quienes se ubican al frente del docente, son los “preferidos”, ya que son “más atentos”, “estudiosos”, “ordenados”, “tranquilos”, “el ejemplo para el resto”. Los insultos y gritos dirigidos a los niños y jóvenes son otras formas de violencia. Decirle “burro”, “inútil”, “incapaz” a un niño o joven es tan violento como golpearle. Ahora bien, llamar al orden con gritos y “no comprender” es castigado algunas veces con la humillación, cuando en tono agresivo, un maestro dice a un alumno “¿cómo que no entendiste?, ¿qué no entendiste?”, produciendo temor en el niño a participar en clase, la risa de sus compañeros por la ridiculización y el enojo de su maestra. La discriminación y/o distinción y la exclusión de algunos alumnos por su origen social o por cierta discapacidad van unidas a las “etiquetas” otorgadas y se recalca con cierta frecuencia esas capacidades limitadas por el capital social o económico del alumno, o bien por sus capacidades limitadas por problemas de salud congénitos o accidentales. Son apartados de ciertas actividades y excluidos del grupo, distinta del resto “normal” y “capaz”. Ser pobre les hace “incapaces, porque quizá no aprenden porque no comen bien en la casa”; ser discapacitados, también los hace “incapaces” porque no pueden manejarse con libertad ni compartir experiencias con sus compañeros, por lo que los prejuicios y las malas caras en la práctica pedagógica se traducen en este maltrato notable sólo en la distinción y en la exclusión del “diferente”. En algunas escuelas donde hay mayor recurrencia de alumnos con origen migratorio del interior o exterior del país como Buenos Aires, también juegan con el prejuicio, la distinción y/o discriminación y la exclusión como formas de violencia. Nótese en los casos en los que a los niños bolivianos, peruanos y de otros países limítrofes se los señala, se los culpa por la falta de bancos en las escuelas: “porque vienen los bolivianos a la escuela y ocupan el lugar en el que puede estudiar un argentino”.
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Domingo FAustino Sarmiento. es.wikipedia.org/wiki/Domingo_Faustino_Sarmiento
Revista MOVIMIENTO
Violencia, miedo y seguridad
Conclusión Este ensayo es un esbozo sobre la violencia en el ámbito educativo a lo largo de la historia social de la educación, sin hacer esfuerzos en caracterizar qué prácticas pedagógicas eran violentas para tal o cual período de la Historia Argentina. Se intenta aquí, mirar a la violencia ejercida desde una autoridad pedagógica, como lo es el maestro o el profesor, que a lo largo del tiempo tenía instituidos como atributos del quehacer docente ciertos castigos, tratos y discursos, pero que en la actualidad y el cambio de paradigma en las maneras de impartir la educación pública y la transformación de la mirada sobre la niñez y la adolescencia, fueron transformando estas prácticas pedagógicas que protegen la ciudadanía y los derechos de este grupo vulnerable. La educación en Argentina es un derecho de todos/as sin distinción y es pública, gratuita, laica y científica, y ella no admite la violencia como instrumento para la coerción, disciplinamiento, castigo y represión de niños y jóvenes. La censura aún se presenta en muchas instituciones, e incluso las universidades; sigue siendo un método de control, coerción y represión, parte de lo que he denominado como violencia simbólica. La violencia física sucede muy raramente. Quizás es más común encontrar casos de violencia discursiva/simbólica hacia adentro de las escuelas, que corresponde a la reproducción de estas viejas prácticas pedagógicas de castigo, represión y disciplinamiento, que eran más bien, normas y sanciones que operaban legítimamente en un terreno implícito que correspondían a lo que se llama en ciencias de la educación, el “currículum oculto”. Muchas prácticas quedaron en la memoria de quienes nos antecedieron, mientras que otras, prevalecen con cierta vigencia, pero en la clandestinidad e intimidad de la vida escolar.
Referencias BOURDIEU, Pierre Y PASSERON, Jean-Claude. La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza. México: Editorial Fontamara, 3° Edición. 1998. GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1º Edición, 1998.
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Revista MOVIMIENTO
Las
en el
matanzas de
y La Cantuta Barrios Altos del
gobierno
ex presidente peruano
Alberto Fujimori Fujimori Willy Viera A. Sociología-Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque, Perú willva_3000@hotmail.com
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os casos más emblemáticos por el megajuicio a Alberto Fujimori están referidos a los asesinatos perpetrados por el Grupo Colina en noviembre de 1991 y julio de 1992.
Barrios Altos
Seis miembros del grupo Colina asesinaron a 15 personas entre ellos un niño de ocho años y dejaron a otras 4 con graves heridas la noche del 3 de noviembre de 1991 en Barrios Altos, una zona popular del Cercado de Lima (Lima-centro). Los asesinos estaban fuertemente armados y portaban pasamontañas que ocultaban sus rostros. El hecho ocurrió mientras los vecinos del solar ubicado en el Jirón Huanta No. 840 realizaban una pollada para reunir fondos con la finalidad de reparar el edificio. Cerca de la medianoche, los seis miembros del grupo Colina, que llegaron al lugar en dos vehículos, reunieron a todos los asistentes en el primer piso y los acribillaron; La policía encontró en el lugar 111 casquillos de en la escena del crimen, que dieron cuenta de la crueldad con la que habían actuado los asesinos. Se trató de la primera incursión del grupo paramilitar presuntamente creado por el Ejército para llevar a cabo una lucha de baja intensidad (guerra sucia) contra la subversión que asolaba el país. Este hecho marcó el inicio de una serie de ejecuciones extrajudiciales perpetradas por el grupo Colina, con la anuencia de las Fuerzas Armadas y del presidente de la República.
La Cantuta La madrugada del 18 de julio de 1992, dos días después del atentado con coche bomba que estremeció Miraflores y dejó una veintena de muertos, Integrantes del grupo Colina ingresaron a la Universidad Enrique Guzmán y Valle-La Cantuta y secuestraron a nueve estudiantes y un profesor de dicha casa de estudios. Los secuestrados fueron conducidos hasta un descampado ubicado a la altura del kilómetro 1,5 de la autopista Ramiro Prialé, donde fueron torturados y asesinados por sus captores, quienes sospechaban que pertenecían al grupo terrorista Sendero Luminoso (SL). Los integrantes de Colina enterraron los cuerpos de las víctimas en zanjas que los habían obligado a cavar antes de ejecutarlos. Pero días después, los restos de las víctimas fueron desenterrados y llevados a otra zona alejada de Lima, la quebrada de Chavilca, en el distrito de Cieneguilla; donde fueron incinerados. Luego de una paciente investigación, periodistas de la revista “Sí” dieron con el lugar donde fueron enterradas las víctimas, el 8 de julio de 1993, concluyendo la angustiante búsqueda de los familiares que durante un año perseguían la pista de sus seres queridos. Meses después se descubrió también el lugar donde las diez víctimas fueron acribilladas.
Punto crítico El escenario en el cual se desarrollaban todas las operaciones maquiavélicas encabezadas por el ex presidente Alberto
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Violencia, miedo y seguridad
Fujimori y su cúpula integrada por Vladimiro Montesinos, daban origen a la inestabilidad social, político y económico en los años 90, asimismo, la inseguridad imperaba en todos los poderes del Estado peruano, vale decir poder ejecutivo, legislativo y judicial, aferrándose a la mínima democracia del poder del pueblo, el ejecutivo concentró los poderes en el servicio de inteligencia nacional y en inteligencia del ejército en manos de Vladimiro Montesinos y Hermosa Ríos, quienes eran los aliados políticos y militares de ese entonces; generándose entre los ciudadanos un ambiente de temor y miedo si no estaban a favor de lo que imperaba en ese entonces, considerado el gobierno más antidemocrático e injusto de toda la historia peruana, en la cual los Derechos Humanos quedaban de lado para hacer prevalecer los suyos, la sociedad en general pasó a hacer amordazada y,
patrón táctico de operaciones especiales de inteligencia contra la subversión terrorista, de notoria ilegalidad y clandestinidad que no son avalables por el ordenamiento jurídico nacional e internacional del cual se aparta plenamente o lo subordinan sistemáticamente. La sala que consideró el juicio y sentencia del ex presidente y su cúpula manifestó que no hay evidencia suficiente que rompa la presunción de inocencia, por lo que no se tiene por demostrado que estas personas hayan pertenecido a Sendero Luminoso. En último caso, el hecho de la pertenencia o no de las víctimas a una organización subversiva no constituye un atenuante para los crímenes de Fujimori. Comparto la idea con el sociólogo Nelson Manrique en la cual manifiesta que la ratificación a 25 años del ex presidente constituye la victoria más importante que se ha logrado en el Perú durante los últimos tiempos en la lucha contra la impunidad, ratifico lo que sostiene el sociólogo Julio Cotler con respecto a que existió una ruptura de la coalición que sostenía al régimen autoritario.
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Barrios Altos y La Cantuta (Fotos: Caretas)
limitándose a cuestionar la gestión del presidente, en las universidades se perdió esos espacios de concertación, de diálogo y libertad de expresión en los medios de comunicación, es por ello que nuestros hermanos los estudiantes de la Cantura fueron eliminados por pensar y actuar distinto a los demás, por hacer valer sus derechos como seres humanos y no como manifiestan hasta la actualidad un sector minúsculo del rezago del fujimorismo comparándolos con Sendero Luminoso. En otras palabras, no es que Fujimori haya ordenado matar a las victimas de Barrios Altos y La Cantuta, es que esos asesinatos se dieron en el marco de una estrategia aprobada, avalada y defendida por éste. En tal contexto el hilo conductor subyacente fue la eliminación de presuntos terroristas y sus órganos o bases de apoyo. La estrategia específica acordada para ello fue la identificación, ubicación, intervención y eliminación física de los integrantes y simpatizantes de los grupos terroristas. Los delitos de asesinato y lesiones graves ocurridos en Barrios Altos y La Cantuta fueron acciones objetivas, de estrategia y
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Sensación de
violencia e personal
en la ciudad de Caracas: una breve aproximación Héctor González Sociología-Universidad Católica Andrés Bello, Venezuela hector_gonzalez_2@ucab.edu.ve
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alir a las 6 p.m. desde la universidad a la casa, vivir en el oeste de la ciudad, sentir que en la estación de tren cualquiera puede representar una amenaza para tu seguridad personal, ver en la llegada de la luna y la noche no una oportunidad para descansar contemplando la belleza y los sentimientos asociados a este astro del cielo, sino la señal de que debes apresurarte a llegar a casa y encerrarte detrás de las incontables rejas que limitan el ingreso del hampa. Cualquiera parece tener algún motivo por el cual la ciudad de Caracas se ha vuelto tan peligrosa, y hasta diarios extranjeros o informes multinacionales lo demuestran, por ejemplo, el diario El País de España presentó un reportaje cuyo título es “La violencia desangra Caracas” donde se utiliza como excusa periodística el relato de la situación que vivió una familia venezolana para describir en imágenes un suceso que, según publicó el diario “El Tiempo” y el informe de la revista “Foreing Policy”, le ocurría a 130 de cada 100.000 habitantes para el año 2008: son víctimas de homicidio. Ahora bien, presentar un análisis sobre la situación de la violencia en Venezuela resulta complicado ya que la creciente cantidad de factores que inciden sobre este fenómeno es cada vez más diversa; malas políticas públicas, pandillas juveniles, corrupción en cuerpos de seguridad policial, pobreza, etc. A pesar de esta situación, lo que si puede ser expuesto es la sensación que se genera en la sociedad venezolana a causa de la violencia que se vive a diario, donde uno de los principales causantes de este sentimiento, según Martín Barbero (2000) en Briceño, León (2007), es “la creciente información de que
disponemos de eventos de violencia: los medios contribuyen al miedo, los medios de comunicación permiten que el miedo sea igualitario y generalizado, pues la difusión de la situación de criminalidad hace que sea vivida como cercana en lugares lejanos y ajenos a los sucesos”1. Sumándose a estas consideraciones, la aparición de lo que se conoce como Web 2.0, concepto con múltiples definiciones e inicialmente asociado a Tim O’Reilly, pero que en general apunta a destacar el desarrollo de tecnología Web basada en comunidades de usuarios y una variedad especial de servicios, como las “redes sociales”, los “blogs”, los “wiki”, entre otros, los cuales permiten el intercambio ágil y de mucha eficiencia de la información. Este auge tecnológico ha permitido la difusión de información aun más rápido que los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión, prensa), y ha convertido la Internet en el lugar ideal para obtener información en tiempo real sobre el acontecer diario, la información en relación a la violencia no escapa del rango de acción del Internet, organizaciones como quieropaz.org han comenzado a utilizar el poder comunicacional de la Web para rastrear los delitos y crear un mapa del delito en Venezuela (para más detalles visite: www.quieropaz.org). Una encuesta realizada vía la comunidad digital Twitter, mostró cómo, ante una única interrogante: si tuvieses que definir la vida en la ciudad de Caracas, ¿cuál sería esa palabra?, las respuestas se aproximan al mismo patrón, ninguna tiene relación con una visión positiva de la vida en la ciudad, palabras como: fatal,
1 Ávila y Briceño, León. 2000.
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Violencia, miedo y seguridad
complicada, estresante, caótica, violenta, insegura, impredecible, resultaron las más comunes en la muestra tomada de forma aleatoria entre los usuarios de la comunidad mencionada. Una simple y básica aproximación al fenómeno, sin otra norma metodológica que la simple invitación publica y abierta a colaborar, por medio de la Web, con los esfuerzos académicos, produjo resultados esperados y comunes con respecto al objetivo del presente texto: comentar la incidencia de los medios de comunicación en la creación de una conciencia sobre el fenómeno de la sensación de violencia e inseguridad personal en la ciudad de Caracas. El estudio de la violencia en Caracas y en muchos países de Latinoamérica requiere de inmensos esfuerzos económicos y humanos si se quiere tener una fotografía que realmente determine las causas y genere posibles caminos de salida, con esta premisa la vía parece acercarse a mancomunar visiones, capitales e iniciativas desde las grandes instituciones gubernamentales del país y desde las asociaciones civiles que luchan por mostrar desde sus nichos científicos y académicos una realidad. Sin embargo, el clima de polarización política que vive el país, además de la abierta y publica negativa de parte de los muchos sectores de la sociedad a trabajar de forma unida, parece generar más dificultades que respuestas, esperemos que el tiempo y el desarrollo de la conciencia política y social nos lleve por el camino más adecuado.
Referencias ÁVILA, O. y BRICEÑO-LEÓN, R. “Percepciones y realidades de la violencia en la televisión”. En: Anuario ININCO, año 11, 2000. BRICEÑO-LEÓN, R. “Violencia, ciudadanía y miedo en Caracas” En: Foro Internacional 189, volumen XLVII (3). México, julio-septiembre, 2007. EFE, “Caracas tiene los más altos índices de violencia brutal y de homicidios, dice revista Foreign Policy”. (http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/home/caracas-tiene-los-masaltos-indices-de-violencia-brutal-y-homicidios-dice-revista-foreign-policy_4577666-1) 01/10/2008, última consulta 03/2010. PRIMERA, Maye (mayeprimera.blogspot.com). La Violencia Desangra Caracas. (http://www.elpais.com/articulo/internacional/ violencia/desangra/Caracas/elpepiint/20091006elpepiint_8/ Tes), 06/10/2009, última consulta 03/2010.
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Revista MOVIMIENTO
La
reinserción social de la
de los
ex presos políticos
década del 70
en
Santiago del Estero
Hernán Campos, Walter Díaz, Facundo Kalin, Gastón Segura Sociología-Universidad Nacional de Santiago del Estero, Argentina kurtcovain_08@hotmail.com
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ara la sociedad argentina el discurso tantas veces citado y repetido en demasía por el ex presidente Raúl Alfonsín sobre la democracia, “es la con que se come, se cura y se educa”; representó durante la recién recuperada forma de gobierno representativa, un hilo de esperanza capaz de alejarnos del pasado macabro del que recientemente lográbamos salir. En palabras de Beatriz Sarlo, son entendidas de una manera más pragmática: “con la democracia se gobierna, después se verá como”. Sin embargo, a razón de cómo fueron los resultados que la historia argentina demuestra en cualquier caso, ambas guardan un significado reflexivo muy profundo. Con nuestro trabajo hemos hecho un intento de comprender la manera en que los ex presos políticos de Santiago del Estero de la última dictadura militar (1976-1983) pudieron reinsertarse en la sociedad a partir del retorno de la democracia. Referido al término reinserción, la Enciclopedia Espasa Calpe (2005) la define como “el hecho de integrar en la sociedad quie-
llevaron adelante para sumarse a la cotidianeidad y “el volver a empezar”; formaron parte de nuestro pormenorizado análisis. Consecuente a esto, nuestros propósitos se ajustaron a: ◊ Explorar cómo los ex presos políticos de Santiago del Estero se reinsertaron socialmente, a partir del retorno de la democracia en 1983. ◊ Describir los distintos procesos políticos, económicos y sociales que pasaron y llevaron adelante para su reinserción en la sociedad santiagueña. ◊ Conocer los diferentes mecanismos que llevaron adelante para expresar sus ideas y las organizaciones que surgieron como respuesta al sentido de reinserción en los últimos 25 años.
nes vivían al margen de ella”. Desde este concepto nos enfocaremos al cómo los protagonistas de este estudio tuvieron que “reinstalarse” en la sociedad, la misma que durante el proceso militar los consideró “subversivos”, “rebeldes”, “comunistas” y en muchos casos, “unos irrecuperables sociales”. Pusimos énfasis en la manera cómo después de recuperar su libertad, los ex presos políticos comenzaron a restablecer sus vidas, consiguieron un trabajo y volvieron a formar parte de la sociedad civil. En sí, todos y cada uno de los mecanismos que { 34 }
Panóptico. www.madrimasd.org/blogs/salud_publica/2008/02/24/85273
Violencia, miedo y seguridad Para ello realizamos una experiencia de campo e hicimos uso de los relatos y experiencias vividas por los ex presos políticos asociando a esto, también, un trabajo descriptivo y exploratorio del contexto argentino y santiagueño desarrollado en las últimas décadas por sus protagonistas. Nos centramos en pensar la reinserción de los expresos políticos desde el retorno democrático. Es decir, pensar la relación ocurrida en el contexto nacional de la década del 80 para aterrizar en el ámbito provincial; recorriendo desde los objetivos planteados, el entramado de relaciones entre la política y la sociedad hasta llegar al presente. Siguiendo a Hugo Vezzetti, queremos destacar ciertos rasgos de la reinserción social: “se trata de una práctica social que requiere de materiales, de instrumentos y de soportes”. Su forma y su sustancia no residen en formaciones mentales y dependen de marcos materiales, de artefactos públicos, ceremonias, libros, films, monumentos y lugares. Uno de los puntos analizados fue el concepto de “insilio”. Du-
de volver a empezar en una sociedad no muy acostumbrada a hablar de ciertos temas y con el tabú del pasado reciente como centinela de cualquier acción deliberada que se intente llevar a cabo. Con la recuperación de la democracia a partir de 1983, se constituyeron filiales del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en el Colegio de Abogados, subsistiendo la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos resulta de una autoconvocatoria en 1975 de personas provenientes de los más diversos sectores sociales, políticos, intelectuales, sindicales y religiosos argentinos, en respuesta a la creciente situación de violencia y de quiebra de la vigencia de los Derechos Humanos que se escalaba en el país. Con otros organismos de análogo propósito les correspondió la difícil y riesgosa tarea de defender la vida y el derecho durante los trágicos años de la dictadura militar (1976-1983). Dentro de esa conjunción de entidades defensoras de los Derechos Humanos, la A.P.D.H. tuvo ciertas particularidades que le permitieron jugar
rante los años 70, en los países del cono sur se acuñó el término “insilio” para describir la experiencia de exilio interior experimentada por aquellos que, si bien no habían sufrido la cárcel o el destierro, habían pasado los años del terror de Estado viviendo como parias dentro de sus propios países, en una especie de aislamiento e incomunicación que protegía sus vidas pero los alienaba de su entorno. Utilizamos el mismo neologismo para describir una experiencia inédita poco estudiada: la sensación de extrañamiento, de alienación, de no pertenencia -en pocas palabras, de “insi-lio” o exilio interior- vivida por muchos ex presos y/o ex exiliados que en el presente neoliberal de veinte años después del terrorismo de Estado se sienten como fantasmas errantes de un tiempo para siempre perdido. En un marco de profundidad metodológica extrajimos de sí mismos sus experiencias de vida en aquellos años y su manera
un papel propio y por otra parte, ampliamente reconocido por la opinión pública en el país y en el extranjero. En Santiago del Estero con la llegada de la CONADEP, este organismo se encargó de recibir las denuncias a los ex presos políticos y familiares de desaparecidos. Actualmente, la provincia está trabajando con la Asociación por la Memoria, la Verdad y la Justicia (que agrupa en su seno a los familiares de desaparecidos y ex detenidos por razones políticas) y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, que funciona con oficinas en la calle de la ciudad capital. En síntesis, creemos que el presente condiciona esta recuperación del pasado. Pero además, que la causa de la reinserción no sólo depende de la fuerza y la perdurabilidad de sus soportes, sino también de una acción que sea capaz de renovar su impacto sobre la sociedad.
Panóptico. inciclopedia.wikia.com/wiki/Archivo:Pan%C3%B3ptico.jpg
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Revista MOVIMIENTO
labεrinto Bogotá un
de contrastes
Sandra Cecilia Suárez García Especialista en Educación, actualmente realiza estudios de maestría en el CINDE Universidad Pedagógica Nacional sobre el Desarrollo Educativo y Social
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dorotea516@hotmail.com
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ogotá ha sido considerada siempre la meca latinoamericana, en ella se encuentran toda clase de menesteres para el desempeño de cualquier labor, en ella usted puede encontrar un restaurante abierto a cualquier hora, una zapatería en cualquier esquina, un humilde dispuesto a solucionarle cualquier diligencia que usted requiera de manera urgente o porque simplemente le recoge la pereza, en Bogotá se recogen los mejores paisajes, los mejores museos, las mejores rumbas, las mejores exposiciones, los mejores sitios, es una ciudad para decir ¡wowww!, aquí se encuentra de todo y para todos. Sin embargo, en esta ciudad en la que el contraste es la decoración constante se esconde entre sus laberintos una realidad que no es mejor ni peor que otras tantas que se recogen en las hendiduras de sus caminos, esta realidad a la que hoy me refiero lo hago porque me toca, me golpea me duele y a la que me resisto cada mañana, porque aunque me lastima, jamás me derrumba, es la realidad de aquel cuya condición sexual es diferente y que además no cuenta con los recursos para defenderse como en Bogotá se requiere. Son muchos los gays que son libres en Bogotá, porque se desenvuelven en un círculo en el que además de ser libres son adorados, increíble, hay un espacio en el que ser gay y bisexual está de moda. Aunque esto demanda un recurso monetario bastante alto, pero no importa, visitar los mejores sitios, estar a la moda, relacionarse con los gays de una clase superior, llevar a la alcoba a un prospecto de revista vale que se gaste una fortuna en rumba, ropa y accesorios . Pero no es a él al que hoy dedico estas palabras, hoy apunto y hago evidente al gay que descubre su condición en un contexto de pobreza capital, cultural y afectiva. Al niño que descubrió a sus muy cortos once años su condición y debió huir de su casa por temor, al hoy joven que camina por nuestras calles vendiendo su cuerpo y que se reúne con otros semejantes en el hermosísimo Parque Nacional, Contrastando nuevamente su hermosura arquitectónica con las humildes prendas de quienes por un momento, tratan de pintar en su cabeza un final feliz, planean ahorrar, encontrar un { 38 }
Violencia, miedo y seguridad
Soy docente y testigo de las mil injusticias que a nuestra comunidad aquejan y de las grandes contradicciones que en ella se evidencian, la escuela, las calles, la familia, la ciudad es un espacio de miedo para el gay que se encontró en la nada con una diferencia para defender. En Bogotá se habla de un respeto a la diferencia, en Bogotá se habla de un LGBT que apoya a las minorías sexuales, pero por muy buenas intenciones los recursos no son suficientes, la educación en el tema es mínima, escasa ni existe y seguimos exponiendo, a que cada día más, nuestras calles se vean plagadas de crímenes sin nombre ni trascendencia porque la víctima “solo era un marica”.
Minorías sexuales. Ilustración de Lili Bonil
hombre mayor que descubra en ellos el verdadero amor y les lleve a conocer los mejores sitios. Este niño que en una noche sale a ofrecer placer a cambio de comida, es el mismo que a la siguiente noche huye porque hay culturas que más que eso parecen “inculturas urbanas”, que tienen entre sus hobbies perseguir y cazar a quienes son diferentes; ese niño que en la escuela se ve señalado y aunque Bogotá trate de tapar el sol con un dedo, hoy todavía se excluye del sistema a quienes son diferentes, es el mismo niño que encuentra en la prostitución y las drogas el camino para tratar de olvidar quien es y aunque en unos años acepte con resignación su destino y convierta ese infierno en un pasaje momentáneo, hoy vive lo que muchos sabemos pero queremos hacer como si eso no existiera. En los laberintos de mi amada Bogotá se encuentran el señor que nunca le dijo a su mujer que su verdadero gusto se centraba en los niños a quienes pagaba para desahogar su malestar sexual y que a ella le corresponde seguir creyendo en un matrimonio feliz, ella que quizás en las mañanas da una moneda a un niño de la calle y al que por dentro juzgará sin saber que a sus muy cortos once o doce años ya ha sido víctima de la ignorancia. { 39 }
Revista MOVIMIENTO
V i o l e n c i ay delincuencia
i n f a n t i len Altos de Cazucá Andrea Garrido Silva Comunicación Organizacional andregarrido.s@hotmail.com
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ltos de Cazucá, identificada administrativamente como la comuna IV del municipio de Soacha, es un territorio en el que la condición de ilegalidad se manifiesta en múltiples aspectos: suelos poco aptos para la construcción urbana, a causa de infraestructuras deficientes para el acceso de servicios públicos; problemas de desplazamiento, invasión por parte de grupos subversivos y desarrollo de violencia en los jóvenes, es lo que hoy en día se vive a diario. A nivel general, esta comunidad barrial presenta un conglomerado de situaciones problemas de todo tipo, pues las hay tanto ambientales, políticas, sociales, educativas, de salud y psicológicas, sólo por nombrar algunas; luego, que es necesario examinar dichos escenarios para trabajar en su resolución. En Altos de Cazucá, las últimas bandas vinculadas a grupos insurgentes fueron erradicadas; no obstante, hay grafitis y comentarios provenientes de la población misma, que en esta zona se viene presentando otro tipo de problema: el fortalecimiento de bandas juveniles e infantiles, que atacan a los habitantes de la zona y que para algunas personas son consecuencia de los grupos existentes con anterioridad. Cierta o no, esta afirmación permite desglosar una serie de causas y efectos que convergen alrededor de esta problemática; aunque en su gran mayoría sus causas son atribuidas al conflicto armado nacional. Es necesario tener en cuenta que esta no puede ser considerada su única raíz, pues si bien es cierto, en esta situación puede influir, la familia, la escuela, el Estado y otras estructuras. Este es un panorama, donde los niños por falta de dinero o interés de sus padres y de ellos mismos, no van a la escuela y aprenden reglas sociales fundamentadas en su diario vivir, adquieren normas o patrones de comportamiento por imitación. Esto refleja falta de educación en valores, marcados emocional e incluso físicamente por la violencia intrafamiliar, el rechazo y el abandono social, la ineficiencia en el cumplimiento de sus necesidades más básicas como una buena alimentación, salud y educación. Niños entre los 7 y 14 años, dotados con puñales o armas de fuego, que en las noches entran a las casas amenazando a quienes se encuentren en ellas para saquearlas,
u otras donde esperan en la calle, aguardando a quien crean les puede suministrar algo, lo intimidan con su arma y huyen. Existen reportes de niños que han llegado a herir a personas de la zona, testimonios de enfrentamientos entre estos grupos de infantes y la policía, son premisas de una situación apremiante en la población infantil de Altos de Cazucá. Es propicio pensar que a partir de causas más profundas, que las que se pueden percibir a “simple vista”, más allá del tiempo que pasan estos niños en las calles, más allá de la inasistencia al colegio, de la marginación y la pobreza; pues si bien son factores incidentes en la problemática, estos también tienen sus causas y es desde allí que debe ser comprendida. Finalmente, es importante saber que la articulación entre las estructuras (familia, escuela y Estado), causan una gran falencia comunicativa, luego que estas generan un gran vacío en el desarrollo social de los niños e impide la adquisición de reglas sociales aptas para la convivencia y su buena relación con el resto de la sociedad, generando problemas de delincuencia infantil en la mayoría de los casos.
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Violencia, miedo y seguridad
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Seguridad
democrática: estrategia generadora de
Eliana Medina Ramírez Sociología-Universidad de Antioquia elcrimer_jjs@hotmail.com
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a guerra ha sido un factor que ha marcado la génesis del Estado colombiano, nuestra república ha estado marcada por guerras políticas, civiles e internacionales. En el siglo XIX se presentaron ocho guerras civiles, que “fueron en lo fundamental guerras entre ciudadanos, guerras por la nación, por la definición y unificación del territorio, por el establecimiento de poderes y dominios con capacidad de control y dirección política”1. Éstas a través del tiempo han demostrado la gran influencia de la guerra en el desarrollo político y sociocultural del país; la violencia siempre ha estado presente sin lograr cambios de raíz que afecten positivamente la sociedad colombiana. María Teresa Uribe lo demuestra cuando afirma que Colombia ha sido “Signada por conflictos armados bélicos casi permanentes y que a pesar de contar con casi dos siglos de vida republicana no se ha logrado instaurar una sociedad pacificada y desar-
1 URIBE HINCAPIÉ, María Teresa. “Las palabras de la guerra”, presentación general, pag II.
mada, ni un Estado con capacidad de presencia y de control en todo el territorio nacional”2, durante décadas la guerra se ha presentado como un gran monstruo indestructible, muchos políticos de turno han querido dar solución a este gran problema que asecha la sociedad a diario y cobra miles de vidas e ideales, pero al parecer sus ideas no han tenido buenos resultados, ellos prefieren ignorar sus consecuencias. La guerra no trae solución, sólo llena los ojos de miedo, los corazones de odio y deja huellas imborrables en la humanidad que generan sed de venganza; una guerra más no opaca las que ya se han iniciado, al contrario, las hace más grandes, desafiantes e interminables. Nuestro actual presidente, llegó al poder prometiendo seguridad para la comunidad colombiana, su programa político estaba basado en la seguridad democrática, una seguridad que se volvió insegura, que logró sólo que algunas personas pudieran viajar tranquilas por las carreteras colombianas, pues se confiaba en los héroes verdes que recorrían los caminos de nuestro país, había seguridad para las 2 Ibíd. III.
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personas pertenecientes a las grandes elites, para ellos “los héroes en Colombia si existen”. Al parecer el sólo buscaba seguridad para él y los suyos, es como si su acción política no se pudiera dar sin prescindir de las acciones bélicas, las guerras como lo afirma María Teresa Uribe no son mudas, son guerras con palabras, pues tras cada guerra hay miles de historias, de anécdotas de personas que sufren sus consecuencias o de los “héroes” dentro de éstas. La seguridad que propone nuestro Gobierno llenó a muchas personas de miedo, lo único que logró a grandes pasos fue generar más violencia, buscó lograr su meta, dar seguridad a las personas aliadas del Gobierno, sin importar las consecuencias de los actos para lograr tales objetivos, que cobraron la vida de inocentes, involucrando comunidades que sueñan con construir su futuro y vivir bien con su familia. Los “falsos positivos” fueron los resultados más sobresalientes de esta seguridad insegura, cargada de violencia y miedo. Se afirma que “las guerras civiles por la construcción de órdenes nacionalitarias y estados modernos, demandan justificaciones morales, exigen razones y
Violencia, miedo y seguridad La guerra dentro de la seguridad democrática ha sido justificada como un accionar justo, necesario, obligatorio y útil, estos calificativos se le adjudican a la guerra generada por el Gobierno, pero cuando ha sido el pueblo quien se queja o revela ante las injusticias que el Estado comete contra ellos y quiere salir a manifestarse, cuando esto sucede, se le violenta el derecho a la protesta, a la resistencia y se les juzga como violentos, terroristas o bandidos; esto se evidencia en lo que afirma con toda radicalidad el ius publicum europaeum “la guerra justa no es guerra, sino justicia, y la guerra injusta tampoco es guerra, sino rebelión”, es decir lo que hace el Gobierno se debe percibir como justo y lo que hace el pueblo como rebelión.
Colombia ha construido muchos de sus aspectos a partir de la guerra, ¿será que estos métodos violentos han servido de algo?, al parecer nadie conoce la historia, es por esto que se repiten errores del pasado. ¿Dónde está la seguridad que ofrecía el actual Gobierno?, ¿si se logró tal seguridad por dónde se escapo?, ¿acaso tuvo miedo del gran patriarca y quiso escapar de sus planes?; cada vez nuestro país es más inseguro, no tenemos seguridad ni en salud ni educación, cada vez el pueblo se desgasta más pidiendo un derecho que poco a poco se convierte en una utopía, en un ideal casi imposible de conseguir. Después de la tormenta no viene la calma, sino que el dolor se ensaña con quie-
actos, un discurso que parece haber adormecido a muchos colombianos que a pesar de los resultados siguen defendiendo su posición e intereses, “las palabras de la guerra entrañan una dimensión retórica, van dirigidas a convencer, argumentar, a lograr compromisos e identificaciones, a producir efectos pertinentes en el lector o en el oyente, de tal manera que lo induce a las adhesiones y los respaldos, contribuyendo así a que el público se identifique con los procesos bélicos que se llevan a cabo o que rehacen y critiquen los del contrario”, de aquí se pueden concluir muchos de los preceptos que se le han adjudicado a la sociedad colombiana, que son “violentos por naturaleza”, o que todo lo solucionan mediante la guerra, no es que Colombia sea un país conflictivo, sino que muchas de las acciones del Gobierno lo han mostrado ante el mundo como violento, es como si la violencia se hubiera vuelto funcional en el diario actuar del gobierno colombiano, pues el conflicto cada vez se naturaliza e interioriza más, ahora
En ocasiones pareciera que la mayoría de los conflictos generados durante este Gobierno, fueran dados por los intereses de las elites y por el pasado que los ha afectado, “se le otorgan nuevas razones al conflicto armado, centrándolas ahora en asuntos como el de la sangre derramada, las vejaciones, los agravios, los atropellos infligidos por el enemigo; la construcción de estigmas y señalamientos, de héroes y villanos, de ofensas no perdonadas y de rencores perpetuos que desbordan lo político para instaurarse también en lo social y en lo territorial, con la característica de supervivencia y continuidad, aun después de terminada la guerra como acción”4, así el conflicto se extiende cada vez más, las guerras dejan de ser asuntos políticos y se convierten en asuntos sociales, territoriales y en muchas ocasiones hasta personales, justificando así la violencia, anudando el pasado con el presente y el futuro, permitiendo que la guerra se mantenga, se reproduzca y se prolongue indefinidamente en la construcción de la nación y
nes sufren las adversidades generadas por la guerra, haciendo que en los campos y en los corazones crezcan semillas de venganza y rencor, generadoras de nuevos conflictos que encierran la violencia en un círculo vicioso que parece no tener fin. Las esperanzas se agotan, el ahora es desolador y el futuro incierto, se tiene certeza de que no habrá dictadura, de que nuestro “querido presidente” no tendrá un nuevo período de “seguridad”. Ahora sólo queda aferrarnos a la idea de que se respete la verdadera democracia y el pueblo colombiano tome una buena decisión o por lo menos una mejor, que le permita disfrutar de un buen futuro, donde el centro sea la justicia social y el respeto por los derechos fundamentales, no la guerra como supuesta solución a los problemas del país.
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de los Estados modernos.
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hace parte de nuestra cotidianidad, pues cada vez se evidencia con más fuerza que Colombia vive en un constante animus belli.
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explicaciones, requieren argumentos sobre la necesidad o la utilidad de la misma, con el objeto de que las acciones trágicas y violentas tengan sentido y significación para la socio-nacionalidad o al menos para alguna parte de ella y así poder distinguir de otras violencias sin justificación, sin sentido y sin dimensión pública”3. Lo que vale preguntarse es sí toda la violencia generada por la seguridad democrática ha sido justificada, ¿en qué se justifica?, ¿qué resultados positivos trae?, ¿cómo se puede justificar una meta del Gobierno que viola a diario los Derechos Humanos, sobrepasando los intereses del pueblo, que sólo piensa en su beneficio y en de los suyos? El presidente tiene un discurso que convence, que justifica sus
Revista MOVIMIENTO
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de nuestra sociedad
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Daniel Algarra Rodríguez Sociología-Universidad Santo Tomás danielalgarraz@gmail.com
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os paréntesis que la violencia, la seguridad democrática y el miedo han implantado en nuestra his-
toria. Los últimos tiempos son una serie
de irrupciones en la historia colombiana, paréntesis que tienen aquellos episodios que algunos gobernantes, medios de comunicación, actores del conflicto o emporios económicos de nuestro país que quieren que olvidemos o juzguemos de otra manera, y que muchas veces hacen referencia a desapariciones, “falsos positivos”, asesinatos, violencia y corrupción. Pero, ¿cuáles podrían ser los intereses para implantar estos paréntesis en nuestra historia? Quizá lo que se ha querido es crear barreras entre la sociedad o establecer un mundo de fantasía para convertir nuestro país en una gran caverna platónica, a la imagen de la parábola planteada por el filósofo griego, en donde lo que tendríamos serían reflejos lejanos de la
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Debemos de adelantar la emancipación de la esclavitud mental. Bob Marley
realidad. Posiblemente, todo lo que tenemos en nuestro pensamiento son reflejos de lo que se nos ha mostrado, algunas veces porque hemos sido incapaces de ir más allá de lo que se nos muestra, quedándonos con una serie de impresiones simples, vagas y subjetivas. Esta pretendida sociedad no es copia integral de la realidad, pues se encuentra orientada a un modelo de sociedad, donde uno de sus sectores convierte sus intereses y sus fines como elementos motores de la acción social, cuya dominación se convierte en obediencia y la obediencia engendra legitimidad, así estos elementos tengan un carácter mínimo de verdad donde algo puede ser, aunque ello no implique ser ni bello, ni bueno o sagrado. Frente a esos paréntesis que tenemos en nuestra historia valdría la pena preguntarse dónde están nuestros recuerdos, nuestra dignidad, nuestra verdadera historia, dónde están los jóvenes, los hombres y las mujeres asesinadas en nuestra guerra, llámense guerrilleros, militares o { 44 }
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paramilitares, pero al fin y al cabo colombianos. Quizá nuestra patria debería decir, como lo dijeron las madres de Soacha sobre los “falsos positivos”: ¿dónde están nuestros hijos?, ¿a caso Colombia tendrá que dejarles a las madres y niños la reconstrucción de nuestro país a imagen y semejanza de la labor adelantada por los niños y las mujeres europeas luego de la Segunda Guerra Mundial? Al mirar por el pequeño retrovisor que nos han dejado, podremos ver que muchos de esos paréntesis hacen referencia a temores y a intimidaciones que han fortalecido los yo y los tu y por tanto nos hemos alejado cada vez más de un nosotros. Pero quizá, el dejar ese nosotros hace referencia a dejar perder los derechos, ya que todo derecho necesita que alguien lo reivindique, pues la reivindicación de los derechos es la herramienta más poderosa para limitar el poder de un Estado opresor que se aleja de su labor garante de los derechos.
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Pero el miedo creciente no es sólo de un actor, es de todos los actores del conflicto, por eso el miedo en nuestra sociedad se ha convertido en bidireccional, es decir, en el que algunas cosas tienen sentido para mí y otra para los demás, pero ¿qué sucedería si
Los paréntesis que nos han querido o que se han arraigado gracias a la violencia directa o simbólica en la que nos hemos sumergido, ha permitido una cultura de venganza en la que se declaran principios como: la guerra, ilegítima pero es legal de-
pular, como diría Paulo Freire, “orientado hacia la formación social-crítica y hacia la sociedad democrática, la escuela y así el pueblo participe colectivamente en la construcción de un nuevo saber”, en el que considere sus necesidades, se cons-
miramos el conjunto o el nosotros? En consecuencia, la responsabilidad no recae únicamente sobre el yo o el tú, sino también sobre el conjunto social; pero cómo lograrlo en una sociedad cada vez más segmentada, en donde falta mucho para ser digna e incluyente, pues ésta es excluyente al direccionar una serie de modelos sociales y económicos que lo que hacen es reproducir la desigualdad, acción que contribuye a generar un Estado de inequidad que perpetúa a las élites en las posiciones de poder económico y político. Hemos de repensar esos paréntesis implantados en nuestra sociedad, ya de alguna forma éstos tienen algo que ver con cada uno de nosotros, ¿acaso la violencia en nuestro país no ha tocado de manera directa o indirecta muchas de las facetas de nuestro diario vivir?, ¿será que tras este escenario nos hemos convertido en hijos indiferentes de nuestro tiempo, en críticos de salón de té? Quizá nuestra tarea sea volver a releer esos paréntesis e ir más allá de pronunciar la palabra perdón y olvido. Lo que necesitamos es cambiar la racionalidad de cada uno de nosotros, pensar qué sentido tiene esta historia.
fenderse. Con este dilema nuestra juventud, nuestros padres y abuelos llevan más de 50 años de muerte, desplazamiento y de paréntesis. Quizá cada uno de nosotros, sociólogos, biólogos, economistas, profesores, etc., deba salir de la caverna, ver la realidad y volver a la fantasía-realidad que nos han dado para mostrar la realidad y dejar de lado aquellas sombras que no nos han permitido apreciarla en todas sus dimensiones, los colores, olores y texturas de la realidad. Somos un eslabón de una gran cadena, por tanto, debemos defender la igualdad y la dignidad a pesar del caos o acaso seguiremos sentados de espalda a la salida de la caverna. Así, la tarea de volver a los paréntesis es más ardua en la medida en que no nos asumamos como depositarios de verdades definitivas, sino que aportemos puntos de vista transitorios abiertos al debate, elemento que nos aleja de las condiciones tradicionales, en donde unos pocos son los depositarios de conocimiento y unos hablan lo que quieren, mientras que la gran mayoría calla y asume supuestamente los saberes impartidos por esos pocos en su tarea de homogenizar. Lo que se requiere es que la universidad pase a ser un espacio de construcción po-
truya un estudiante como conjunto, como grupo humano, como un ser inmerso en redes de relaciones sociales, y se tenga en cuenta su lectura, su comprensión, su captación e interpretación del mundo, lo que convierte a la escuela en un espacio de propagación de cultura popular. La escuela debe ser un lugar propicio para la organización política de las clases populares, donde se reflexione y se debatan ideas desde su propia experiencia, lo cual permitiría una auto emancipación intelectual y se logre inquietar al educando y no se limite a buscar un acomodamiento social que sea capaz de anular aquellos paréntesis que se han permeado en nuestra sociedad. De acuerdo a lo anterior, debemos buscar y reflexionar sobre nuestra labor como sociólogos, a favor de quién, contra quién y en contra de que se llevan a cabo algunas de las medidas y prácticas educativas, además se deben revisar y ajustar los contenidos a una lectura crítica de la realidad, pues las políticas y los contenidos no se pueden reducir a una posición neutra frente a los conflictos que rodean a la sociedad.
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Construcción en
Revista MOVIMIENTO
Kant Construyendo sujetos críticos… transformando espacios de violencia Reflexiones desde la filosofía de
y el Proyecto Pedagógico KZK
Marlon Lozano Ortiz Coordinador Módulo 4-Proyecto Pedagógico KZK
marlonlozano1@hotmail.com - proyectopkzk@hotmail.com
El concepto o, si se prefiere, el juicio, es este: “yo pienso”. Es fácil de ver que este concepto constituye el vehículo de todos los demás, incluidos, por tanto, los conceptos trascendentales; que, consiguientemente, siempre es concebido en concomitancia con éstos y que, en consecuencia, es igualmente trascendental. Pero sin tener en cuenta ningún título específico, puesto que tan solo sirve para indicar que todo pensamiento pertenece a la conciencia. KANT, Immanuel. Critica de la Razón Pura. P. Ribas (trad). Madrid: Alfagurara, 15ª ed., 1978, p. 328.
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¿qué tal si?… y ¿qué tal si pudiésemos imaginar un mundo diferente al predeterminado por las tradiciones o las irreformables estructuras?, y ¿qué tal si pudiésemos recrear el mundo a nuestro libre albedrío rompiendo las cadenas de la predeterminación y el determinismo?, y ¿qué tal si pudiésemos elegir el camino a recorrer en este mundo de manera voluntaria?… Seguramente, algunas de estas preguntas fueron motivadoras por los grandes cambios en el Renacimiento y la gloriosa Ilustración, sin embargo, y a pesar de haber vivido 500 años de supuesta modernidad y el entrar silencioso a la agónica naciente postmodernidad, aún continúan los crueles retazos del pensamiento medieval en nuestras sociedades, una feudalización del pensamiento que han dejado atadas nuestras mentes y nuestras vidas al determinismo; y no sólo al determinismo económico, sino a un complejo determinismo político, social y cultural que ha sido reproducido por nosotros mismos hasta nuestros días. Como es evidente, estas palabras constituyen un llamado de atención para quienes, en sus mentes feudalizadas, producen y reproducen la idea de que la violencia es una cuestión hereditaria, la cruenta idea que el gen de la violencia se encuentra en las comunidades “pobres” y que por ello no dejaran de ser violentas y cada vez más pobres, como si la violencia hiciera selección de clases sociales, a pesar que desde 1989 esta idea ha sido descartada por los científicos e investigadores alrededor del mundo1. A su vez es un llamado de atención a las comunidades que han sido sistemática y violentamente excluidas de cualquier proceso que incluya una distribución equitativa de la 1 Para más información ver: El Manifiesto de Sevilla. UNESCO.
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Violencia, miedo y seguridad riqueza, a aquellas comunidades que han vivido el flagelo de la pobreza, el desempleo, el abandono del Estado y la indiferencia de la sociedad. Llamado de atención para que no permitan que los retazos del pensamiento medieval invadan sus mentes y sus vidas, para que crean que el cambio y la transformación de sus vidas y las comunidades es posible, es una tarea que implica un compromiso y trabajo conjunto y cotidiano para que sea una realidad tangible. Es a este compromiso y trabajo al que se le ha medido el Proyecto Pedagógico KZK de la pastoral USTA desde hace más de 6 años, a través de la apuesta por avanzar en la construcción del sujeto crítico como modelo de superación de la violencia y la pobreza en la comunidad de Altos de Cazuca, en especial en la vida de más de 80 niños, niñas, adolescentes y jóvenes que se han vinculado activamente en este compromiso, con la esperanza de ver esa transformación hecha realidad. Sin embargo, ¿qué es el sujeto crítico?, ¿cómo puede éste transformar los espacios de violencia en una comunidad como Altos de Cazuca? Bien, la construcción del sujeto crítico es una apuesta epistemológica nacida, vigente e inacabada en diversas discusiones de los voluntarios del Proyecto Pedagógico KZK por pensar la posibilidad de transformar los espacios de violencia, exclusión y pobreza característicos de esta comunidad. Es una propuesta que está en permanente construcción y que se ha alimentado de diversas discusiones y autores teóricos de diversas disciplinas, que le dan un enfoque interdisciplinario. En esta propuesta se busca abordar la constitución del sujeto ligada a una característica o cualidad especifica: su capacidad y practica crítica, haciendo la notación, que si bien al establecer un vínculo entre el sujeto y la capacidad-práctica crítica, se está realizando un juicio de valor sobre el sujeto y no se pretende buscar la construcción de un super-sujeto, sino buscar una interpretación del sujeto moderno filosófico en relación con características epistemológico-prácticas propias de una condición crítica. En este orden de ideas, es imperante reconocer que el fundamento teórico-filosófico aquí usado para la construcción del sujeto crítico son los planteamientos de la filosofía kantiana, en especial, los relacionados con la Critica de la Razón Pura. Sin embargo, esto no implica un desconocimiento u omisión de las posibles propuestas que desde otras miradas pueda hacerse sobre el tema.
cusiones mencionadas; una primera definición de sujeto crítico es la de un ser (real o creado-imaginado) conciente y autoconciente de sus condiciones, capacidades y limitaciones, como de las características de su entorno, donde éste se representa como un escenario de posibilidades, pero también de condiciones y retos para el desarrollo del sujeto; de igual forma, el sujeto crítico es un ser libre, libertad necesaria para que el sujeto pueda elegir, tomar decisiones y no este envuelto por las imposiciones de otros sujetos o de sus medio, ampliamente reflexivo pero enteramente actuante (activo), responsable de sus acciones, que de por sí deberían estar en congruencia con sus pensamientos. A partir de estas características propuestas en la formación del sujeto crítico, se busca realizar algunas interpretaciones a la Critica de la Razón Pura que nos permita entender mejor al sujeto crítico como un sujeto transformador de los espacios de violencia que hacen parte de su contexto.
Las facultades del conocimiento Avanzando por el camino trazado por Kant hace más de 200 años, nos encontramos con la disputa filosófica propia de su época: la del racionalismo de Descartes, donde el conocimiento era obtenido por medio de la razón; y el empirismo de Hume, donde el conocimiento es dado por la experiencia. Sin embargo, el trabajo de Kant no sólo se convirtió en una lucha crítica a estas dos escuelas, sino también en una especie de síntesis de las mismas. Es decir, logró superar las contradicciones inmersas en ellas y construir un esquema de pensamiento, una teoría que combina características propias tanto del racionalismo como del empirismo; en las palabras de Kant: “la razón se presenta ante la naturaleza, por decirlo así, llevando en una mano sus principios (…), y en la otra, las experiencias que por esos principios ha establecido”2. Así pues, lo verdaderamente valioso en el sistema kantiano no es la posibilidad del conocimiento en sí misma, sino las condiciones de posibilidad del conocimiento, es decir, la relación entre el conocimiento y experiencia; entre el conocimiento y los conceptos; la relación que se desarrolla desde la sensibilidad, el entendimiento y la razón como facultades del conocimiento.
La sensibilidad Al hablar de sensibilidad en Kant, se hace referencia a la facultad del ser para recibir, lo que Hume llamó, las impresiones del
El sujeto crítico: primer acercamiento Sin la intención de buscar una definición única y acabada sobre lo que puede ser el sujeto crítico, se ha pensado en las dis-
2 LONDOÑO, Carlos. “Avatares del constructivismo: de Kant a Piaget”. En Revista Historia de la Educación Latinoamericana, No. 010, 2008, p. 79.
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mundo exterior. Es decir, cómo se comprendería desde el empirismo que la sensibilidad es una capacidad pasiva del sujeto que percibe las sensaciones de las dinámicas del mundo exterior y genera un tipo de conocimiento, un conocimiento a posteriori como lo llamó Kant. De esta manera, el proyecto ha encontrado como, en la facultad de la sensibilidad, se da en primer lugar un reconocimiento de la existencia de un mundo exterior al sujeto, que podríamos entender como entorno, que constantemente esta en relación con el sujeto, pues es desde éste que se influencia constantemente al sujeto, quien solo tendría un papel pasivo de percepción de las impresiones que le brinda su medio. Así por ejemplo, el sujeto que está expuesto en un entorno de violencia, se encuentra influenciado por sus impresiones a esa violencia, interviniendo en la formación del sujeto, en su forma de pensar y actuar, y en su forma de relacionarse con otros sujetos y con su entorno. Sin embargo, esta relación con el entorno no debe entenderse
ejercicio de síntesis de la sensibilidad por ordenar las sensaciones, se busca comprender lo percibido, y es esta la función del entendimiento. Es decir, hay un reconocimiento de que el conocimiento no sólo incluye las percepciones que son dadas por la sensibilidad, sino que incluye los conceptos que nos permiten referir los fenómenos, y así, la realización de un juicio. Este es el motivo por el cual la facultad del entendimiento es el componente activo en la generación del conocimiento y posibilidades, ya que la sensibilidad no juzga, únicamente es una facultad receptiva, mientras que el entendimiento alcanza el objeto del conocimiento, el juicio. Elemento activo que se convierte además en un elemento fundamental en la construcción del sujeto crítico, ya que nos permite: primero, un espacio abierto para que el sujeto haga una interpretación de la realidad, rompiendo con cualquier posibilidad de un determinismo dado desde el entorno o desde otros sujetos, es decir, nos permite romper con la idea de un “destino” del sujeto: “mis padres fueron pobres, yo soy pobre y por tanto debo seguir siendo pobre”,
como un determinismo fatal donde el sujeto que es expuesto a un medio violento inevitablemente terminará por formarse como un sujeto violento, pero si se reconoce la fuerza que el entorno violento ejerce sobre el sujeto para convertirle en un sujeto violento, dado que la formación del sujeto no se da únicamente por las percepciones del entorno y la sensibilidad, como se expresa más adelante. En este punto es de gran importancia anotar que el entorno es una construcción social y no necesariamente es una entidad homogénea, sino que por el contrario, es un conjunto heterogéneo y diverso de normas y valores que se comparten en un grupo de sujetos, en un tiempo y en un espacio, que para el caso de Altos de Cazuca, se ha caracterizado por una reconceptualización de la ley del más fuerte, donde las condiciones de pobreza, exclusión y abandono del Estado impulsan a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes a participar en grupos de violencia como las pandillas características del sector, en la búsqueda de garantizar su bienestar, seguridad frente a la amenaza de otros grupos y espacios de poder.
“vivo en medio de la pobreza y la violencia, por eso me toca ser sicario”. En afirmaciones de este tipo, frecuentes en algunos adolescentes y jóvenes de Cazuca, es donde el sujeto se ata a un “destino” por los componentes que están en su entorno, en el mundo fuera de él, percibido empíricamente. En segundo lugar, la facultad del entendimiento permitiría al sujeto crítico, construir los conceptos y categorías necesarias para comprender las deficiencias de su entorno e imaginar uno más cercano a su propia elección, es decir, este espacio abierto para la interpretación de la realidad, por parte del sujeto, le brinda la oportunidad de reconocer esa influencia que el medio ejerce sobre él, pero también la oportunidad de reconocer su papel dentro del entorno y la posibilidad de ejercer un rol activo y transformador sobre ese contexto.
El entendimiento Basado en el racionalismo, donde el entendimiento podría conocer la realidad al reconstruirla a partir de conceptos, el entendimiento es el componente activo que elabora conceptos o ideas que no dependen de la experiencia, y como resultado generan el conocimiento a priori. Así, la facultad del entendimiento puede ser interpretada en Kant desde la analítica trascendental3, donde, después de un 3 Para más información ver: www.e-torredebabel.com (2009).
La razón Finalmente encontramos la razón como la facultad unificadora de los principios, unifica los conceptos del entendimiento mediante ideas, así logra comprender la idea psicológica de alma, la cosmológica de mundo y la idea teológica de Dios. La razón en Kant es entendida desde la dialéctica trascendental4 que buscó encontrar un saber a priori desde la metafísica, es decir, a partir de la razón se buscó pasar de la sensibilidad y entendimiento de los fenómenos a un acercamiento del noúmeno, las cosas tal y como son en sí mismas, como el alma, la libertad, el mundo o la misma existencia de Dios, que no pueden ser entendidas desde la experiencia. Así pues, la dialéctica trascendental nos permite mostrar como la razón argumenta. 4 www.e-torredebabel.com (2009).
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Violencia, miedo y seguridad Además, una vez estructuradas las percepciones dispersas de la sensación mediante las formas a priori de la sensibilidad, y después de unificadas con los esquemas transcendentales de la imaginación, hace falta el juicio propio del entendimiento para alcanzar un auténtico conocimiento objetivo, sustentado desde la razón como capacidad argumentativa. Entonces la facultad de la razón, también tendría su aporte significativo a la constitución del sujeto crítico, pues dada la formación de esa capacidad argumentativa desprendida de la percepción, la experiencia, el entendimiento y la interpretación, se facilita la apertura de nuevas opciones de selección para el sujeto, opciones diferentes a las aportadas por el entorno, opciones que son abiertas por el mismo sujeto en la búsqueda de esa dialéctica trascendental. En efecto, la facultad de la razón al sintetizar los conocimientos aportados por la experiencia y por el conocimiento, le daría al sujeto crítico la posibilidad de realizar juicios, además de su entorno como espacio apropiado o no, para el desarrollo del su-
de esa relación se construye un conocimiento a posteriori, que es dado por las sensaciones de ese entorno y un conocimiento a priori que se da en el interior de sujeto al respecto de él y de su entorno. Ene ste sentido, el sujeto crítico se constituye en un primer momento a partir de sus experiencias vividas, sin embargo, en un segundo momento en la formación de éste, el sujeto crítico se hace sujeto trascendental, al reunir los elementos dados por su entorno y darles representaciones que posteriormente se constituyen en juicios dados por la razón; juicios que a su vez le permiten al sujeto apropiarse de sí y romper con la influencia ejercida por su entorno y por otros sujetos. Influencia que busca reducir al potencial sujeto crítico, en un sujeto vacío y sin esperanzas al construir e imponer real e imaginariamente un “destino” no elegido conciente ni voluntariamente por el sujeto. Esta es la apuesta que desde el Proyecto Pedagógico de la USTA se busca romper con las pretendidas determinaciones culturales que atan y condenan a los niños, niñas, adolescentes y
jeto, sobre sí mismo como sujeto con capacidad crítica, es decir, conciente, reflexiva, activa, propositiva y trasformadora sobre el sujeto y su entorno. En otras palabras, la formación del sujeto crítico está marcada por su capacidad y ejercicio voluntario de realizar juicios de diversos tipos, que le permitan empoderarse y evitar que sean otros sujetos o el entorno quienes decidan por él.
jóvenes de Altos de Cazuca y transformar los espacios violentos en espacios de oportunidad y esperanza en el mundo medieval del siglo XXI.
Conclusiones
KANT, Immanuel. Crítica de la Razón Pura. P. Ribas (trad). Madrid: Alfagurara, 15ª ed, 1978. LONDOÑO, Carlos. “Avatares del Constructivismo, de Kant a Piaget”. En: Revista Historia de la Educación Latinoamericana, No. 010. www.e-torredebabel.com www. unesco.org.
Construyendo sujetos críticos. Marlon Lozano.
En este recorrido interpretativo de Kant se puede comprender como el sujeto y el mundo exterior están en constante relación en la construcción de la realidad y del conocimiento. En medio
Referencias
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Revista MOVIMIENTO
Bεth Moysés:
Recuerdos velados. Miedo y violencia
8 de marzo de 2010, Bogotá.
Revista estudiantil Movimiento ¡Libertad de las ideas!
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l pasado 8 de marzo la revista Movimiento tuvo la oportunidad de conocer y entrevistar a la artista brasilera Beth Moysés quien visitó el país por pocos días con la intención de realizar su performance “sueños velados”, por el derecho a una vida libre de violencias, el cual se llevó a cabo en Bogotá en la plaza de Lourdes el pasado 10 de marzo.
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Alrededor de 100 mujeres, vestidas de blanco, caminan por la ciudad cargando una cesta que contiene recuerdos de boda, distribuyendo sus recuerdos velados entre la gente, con la palabra “miedo”. Los recuerdos, 3 almendras a la manera de recordatorio de bodas, se pusieron dentro de un pequeño pañuelo hecho de tul y cerrado con un lazo de satín blanco. Junto a los paquetitos es costumbre que venga una pequeña tarjeta con el nombre de los novios y los agradecimientos a los invitados. En esta ocasión, la tarjeta se dobló por la mitad, en forma de un pequeño libro, en la parte de adelante el nombre de la artista y de la obra presentada, al abrirlo, la palabra “miedo” escrita en letra de color rojo y en la parte posterior se escribió de forma delicada: 8 de marzo: Día Internacional de la Mujer “Por el derecho a una vida libre de violencias”
En esta ocasión Movimiento tiene la oportunidad de entrevistar a Beth Moysès, artista brasilera que ha trabajado desde 1990 el performance a favor del derecho a la no violencia contra las mujeres. Revista Movimiento - para empezar, quisiera que nos contaras un poco sobre el trabajo que has venido realizando desde esa fecha con el performance por “el derecho a la vida libre de violencias” Beth Moysés - la verdad empecé ese trabajo recogiendo trajes de novia y trabajando uno a uno. Miraba el traje al revés y trataba de buscar algo, de hacer un objeto, pues empecé mi carrera artística con objetos y no con performance…, mi trabajo fue caminando de objetos a instalaciones y luego vino el performance. Entonces, hacía objetos con los trajes de novia y pensé en hacer algo para cubrir el techo de una capilla con 25 vestidos de novia, así que hice un trabajo donde tenía que unir un vestido a otros. Empiezo a hablar de una sola mujer, hablaba de mi misma, porque desde niña mi padre y mi madre tenían muchos problemas y yo crecí no entendiendo muy bien que pasaba y el niño es muy frágil y como tenía tendencias artísticas, me gustaba mucho el arte, la historia del arte, dibujar, ya me enfocaba en este camino… Luego pensé que a través del arte podía expresar lo que me gustaba en la vida, las relaciones de respeto… entonces empecé a elaborar objetos que eran un poco sanadores de mí
Así, la revista Movimiento debido al apoyo y la relación con la misma; después con el tiempo creé este trabajo de coser traje temática de este número, le ofrece al lector la oportunidad de por traje, unía los trajes como si uniera a las mujeres, puse todo conocer un poco más de esta artista, su obra, su pensamiento y en el techo y en el techo los vestidos se quedaban inflados, tesu perspectiva frente a la violencia de género que sufren millo- nían un brillo por la gravedad y yo no imaginé como quedarían ya colgados, pues lo hice en el suelo y cuando forré el techo me nes de mujeres y al miedo que las esclaviza. { 52 }
Violencia, miedo y seguridad impresionó, fue muy bonito, los trajes estaban como alfombras en el techo… Luego de dos años ese mismo techo se calló (metafóricamente) pues cubrí el suelo de una galería y las personas podían caminar, sentir descalzas los brillos, los brocados y las perlas. La sensación del techo con el suelo es muy distinta porque en el techo no se alcanza, la realidad está muy lejos de nosotros, está como sueños y el sueño tiene un aspecto más bello; en el suelo las personas tenían donde caminar y sentir…, no había más brillo, los vestidos nos estaban inflados y se caminaba arriba de los trajes. Un poeta español escribió que sólo caminando por los trajes se sabe como es pisar una mujer. El arte nos da bastantes oportunidades, muchas veces pienso en algo y viene otra persona que lo ve y me dice, entonces creo que la artista sabe muy poco del trabajo cuando crea, después las personas van acrecentando cada vez más el trabajo y se va expandiendo. RM - empezaste con el performance como expresión de esos sentimientos e ideas. ¿Qué impacto han tenido las diferentes
se involucran más con el trabajo…; en Shanghái ( leí dos libros de la historia de la mujeres en Shanghái escritos por una periodista que recibía cartas de la mujeres) están acostumbradas a no hablar, a no exponer el sentimiento, fue muy distinto, estaba acostumbrada a mujeres que hablan, sienten y transpiran afectividad…, allá las mujeres son muy sensibles, muy gentiles, delicadas pero con la vida personal muy cerradas. Entonces el performance fue diferente, porque cuando hay emoción la gente por la calle siente y cuando no hay es otra cosa, había mucho orden, organización perfecta y las mujeres muy amables. Un periodista me preguntó por qué había decidido hacer el performance en Shanghái, para él no había violencia allí, estaba muy sorprendido, yo le dije que leí dos libros al respecto de la mujer en China y me pareció importante hacerlo. Cuando empecé a trabajar con las mujeres en colectivo pensé en hacer el trabajo donde haya necesidad, a veces soy llamada o invitada para hacer el trabajo. RM - ¿por qué hacerlo en Bogotá? BM - Colombia es un país donde hay mucha violencia, cuando
representaciones en las sociedades que has visitado? BM - después del suelo, imagine todos los trajes, rellenados por mujeres de verdad que las mujeres caminasen, salieran por la calle indicando algo para cambiar las cosas en la vida de ellas, eso fue lo que hice…, me tarde dos años recogiendo muchos trajes, me regalaron muchos, 150…, no fue sólo una persona, fueron miles, muchísimas, me regalaron dos y otros dos y los fui juntando en mi estudio, después me regalaron también las flores, el señor que me las regaló me dijo que tenia dos hijas y que no le gustaría que ellas pasaran por algo de violencia, se encanto con el trabajo e intento regalarme todas las flores, tarde dos años haciendo ese trabajo…, cuando lo hice en el día internacional de la no violencia contra la mujer, 150 mujeres caminaron por la avenida paulista para cambiar la afectividad, la vida de la mujer…, cambiaron por un trayecto muy largo y cuando llegaron a la plaza, en el camino arrojaban los pétalos para dejar un rastro y así otras mujeres pudieran reconocer el mismo camino…, cuando llegaron a la plaza tenía un agujero en la tierra y todas ellas tiraron las espinas que simbolizaban la violencia y cubrieron con una pala la tierra, fue muy fuerte, fue muy bello porque todas las mujeres lloraban y creo que cuando las mujeres se juntas crean fuerza y hacen algo para cambiar de verdad. RM - ¿qué otras experiencias han sido significativas en lo que ahora es tu trabajo y tu discurso alrededor de la violencia? BM - varias, en muchos sitios, después de Sao Paulo, hice
me invitaron me pareció un trabajo importante y creo que vamos a hacer un trabajo bueno. Creo que siempre que se planta una semilla es posible el cambio. RM - ¿has encontrado resultados significativos? BM - las personas que me escriben me lo dicen. Cuando hice el performance en Sao Paulo supe de una mujer que sufría hacia 7 años con su pareja, muchísimo, el marido la sacaba, ella tenía la autoestima muy baja, después de participar en el performance, dejando las espinas, se marchó, cogió sus maletas y se fue; creo que hay algo que se mueve con el performance. Madrid, tiene mucha violencia de género, supe que se quedaron tres meses hablando de la violencia contra la mujer y entre más se habla más oportunidades hay para cambiar… Los periodistas son muy importantes, están bien para que el performance tenga el existo que tiene que tener, con éxito me refiero a hacer algo en pro de la mujer, si el periodista está allí en el performance y hay una mujer en casa que sufre violencia, por medio del periodista pude llegar a ella el mensaje, así no está sola, no le da vergüenza hablar de lo que pasa. El miedo es lo peor, es aquello por lo que las mujeres no consiguen cambiar las cosas, se congelan. RM - en relación a esa referencia del miedo quisiéramos saber ¿cuál es la carga semántica del miedo en el performance? y ¿qué dice del miedo de las mujeres? BM - el miedo es algo que se queda dentro de las mujeres, dentro de las personas en general, los hombres también tienen
una performance en el centro de la ciudad, se puede ver en mi web, después en Brasilia. Al final siempre cambio algo, nunca lo hago igual, en Madrid dos mil mujeres caminaron por el pasillo el Prado, en Sevilla. Las experiencias que tuve en países latinos reflejó un movimiento mayor de mujeres, ellas se expresan más,
miedo. Mi trabajo habla de la violencia doméstica, de la que ocurre dentro de la casa en un ambiente privado, donde hay amor también habita la violencia…, trabajé seis meses en una comisaría de la mujer, es un horror porque había una mujer que me dijo que dormía con un ojo abierto y el otro cerrado, pues su
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Revista MOVIMIENTO
pareja tenía un arma debajo de la almohada y ella tenía mucho miedo todo el tiempo…; muchas de ellas son muy religiosas y se quedan un poco en la unión del amor a Dios y a la pareja…, quedan confundidas y no saben que hacer de la vida…, esta mujer que dormía con un ojo abierto y otro cerrado vivía en un espacio muy pequeño, todos juntos, sus cuatro hijos convivían con esto también. Es una situación que hay que cambiar porque hay niños viviendo con esto y que van a ser el futuro de nuestra sociedad, entonces entre más cambiamos la situación más hacemos una nueva sociedad, mucho más respetuosa, muchos más tranquila. RM - ¿cree que la búsqueda de seguridad de la mujer ayuda en la situación de violencia que vive? BM - pienso que sí, porque el miedo le viene por el hombre, cuando estuve en la casa de la mujer, había una mujer con dos niños y una maleta, ella habló conmigo y me dijo: “mi marido es policía y no puedo hacer nada porque él dijo que me mataba a mi y a mi familia...” Siempre intentando ponerle miedo, ella salió
tro de la casa, muchos piensan que se queda retenido allí, pero no es verdad, las personas no se quedan en la casa presos, salen y van contaminando la sociedad y esto sigue y sigue… Creo que mucha de la violencia que ocurre en la calle viene de la casa…, que el hijo que ve a su padre maltratar a su madre aprende de su padre, una cosa va desencadenando otra. RM - has tenido la oportunidad de llevar a cabo el performance con mujeres de todo tipo. ¿Cual es la situacional actual de la mujer? BM - las feministas de los 70 fueron muy importantes para pensar el cambio de la mujer, la mujer sigue trabajando e intentando cambiar, peor cuando cambia hay más violencia, porque ellos siguen con la misma mentalidad, machista y dominadores, quieren mantener la familia y la mujer, aun cuando muchas veces tienen una mujer fuera, quieren mantener la casa y a la mujer de fuera, cosa que no entiendo, para mí todo esto es una farsa…, pienso que tenemos que hacer algo para cambiar la situación de la mujer y cuanto más se haga más va cambiando,
y se fue a la casa de acogida, creo que eso hace que el hombre pueda reflexionar más lo que hace. Hay otro problema, cuando la mujer quiere marcharse, el hombre hace más violencia, quiere ejercer el control pues vivimos en una sociedad aún patriarcal. RM - ¿qué grado de responsabilidad tiene la mujer en ese maltrato que recibe? BM - creo que es un problema cultural, que viene con el amor romántico, que fue creado hace tiempo y viene con la idea del príncipe y la princesa, del hombre que trabaja y la mujer se queda en casa haciendo las cosas del hogar y sueña el pasado. Hasta el siglo XVIII la Iglesia apoyó al hombre a que le pegara a la mujer que no lo obedeciese; hay un problema cultural mucho mayor y la mujer tiene la culpa al mantenerse en esta situación, por no dejar de tener miedo y no conseguir salir. Como dice Simone de Beauvoir, la mujer tiene que tener autonomía, cuanto más autonomía tiene más fácil le es librarse de un hombre maltratador. La violencia es que un día el hombre maltrata y al otro es muy amable, y cuando es amable las mujeres dicen: mi marido es bueno..., así viven 10 años, 15 años.... RM - ¿cuáles son las implicaciones sociales que mantiene a la mujer con miedo? BM - la falta de autonomía, de dinero, de trabajo, el miedo a vivir sola, el miedo de enfrentar la vida sin el hombre, la inseguridad. Es mejor vivir sola que con alguien que me maltrata…. RM - a veces se reduce la problemática de la mujer, ¿ella sí se
vamos construyendo como las feministas que empezaron en los 70 y seguimos nosotras. RM - ¿qué va a pasar este miércoles 10 de marzo en Bogotá y cómo se va ha realizar? BM - primero, la idea del traje de novia, pienso que el traje de novia llama la atención porqué se relaciona directamente con las bodas, entonces en el traje de novia está retenido todo el sentimiento que la mujer tiene por el día de la boda, cuando la mujer vistió el traje tenía…, en el se quedo retenido el sentimiento de ese día. Entonces yo trabajo con muchas memorias porque los trajes son alquilados, todos tiene muchas memorias y a todas las mujeres que los vistieron de una forma simbólica. El miércoles esas mujeres van a vestir esos trajes cargados de memorias y vamos a caminar con un canasto lleno de recuerdos velados, ese es el nombre del performance, pero hace parte de la tradición regalar en el día de la boda dos almendras y una tarjeta con los agradecimientos a los invitados a la boda, yo cambie un poco eso, pongo las dos almendras pero en la tarjeta el lado anterior tiene el nombre de recuerdos velados, atrás dice: Día Internacional de la Mujer, por una vida sin violencia. Es el miedo lo que todas nosotras tenemos, lo que nos mantiene con resignación, la palabra “miedo”. Entonces, en Bogotá ellas van a caminar con un canasto muy largo que nada tiene que ver, me gusta poner cosas que contrasten como la pala y el traje de novia en Sao Paulo, algo que pueda hacer un contraste…, van a
libera o no, sólo la afecta a ella?, ¿que la mujer siga con miedo afecta a la sociedad en conjunto? BM - afecta a toda la sociedad, hay un dicho popular que dice en Brasil: “que en vida de pareja no se mete la cuchara, no tenemos que meternos en la vida de la pareja, porque, qué pasa den-
caminar cargando el canasto, llegarán a la plaza de Lourdes así: En la plaza de Lourdes las mujeres van a contornear las paredes de fuera de la iglesia como si hiciesen un hilo blanco alrededor dejando libre apenas la puerta principal, quedaran un poco allí pegadas a la pared, lado a lado reforzando el dibujo y
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las doblas de la arquitectura, cuando salen bajando las escaleras se llevan una parte de la pared, llevan con ellas la memoria de la construcción, la memoria de la tradición de la gente que por allí pasó, representando todas las mujeres que salieron por la puerta principal vestidas de novia cargando tantas promesas de respeto, afectividad, fidelidad, ahora se despegan de la pared cargando un poco de la estructura de la iglesia repartiendo con la gente de la plaza los recuerdos de la boda, reivindicando a los transeúntes una vida libre de violencia, lo van a repartir y cuando terminen se mancharán, eso va ha ser el miércoles 10 de marzo, ojala la gente reciba el mensaje y más semillas sean plantadas. RM - de parte de la revista Movimiento y los estudiantes que nos leen, muchísimas gracias por esto y por el trabajo que haces, por esta apuesta al arte, que de seguro será muy importante para el trabajo que en la ciudad se ha estado realizando. BM - si, el arte es mucho más abstracto que la política que sale con los carteles y hace mucho ruido, eso no…, el performance es muy silencioso, no hay carteles y anda…, lo que puede hacer es que cada uno coja a su manera lo que está pasando… Al ver el traje y recordar el día que tuve el teje de novia y revisar mi vida…, se verá la palabra miedo y reflejará más… El performance espera lo que la gente pueda reflejar de la violencia y la vida de las mujeres. Cuando ven que otras mujeres están haciendo algo en la tele, que están en el periódico, pasa a cambiar algo dentro de ellas, a pensar que pueden hacer algo de verdad en la vida. Por eso digo que los medios son importantes porque llevan
hasta el interior de la casa lo que pasa en el performance, llega a más personas... La revista Movimiento participó en el marco del evento y apoyó el objeto de la obra, además hizo presencia desde el comienzo hasta el final de la presentación, dando cuenta de un proyecto de gran interés y acogida por parte de los transeúntes; por supuesto, nos encontramos con todo tipo de reacciones, las mismas que nos hicieron reconocer la importancia de llevar a cabo iniciativas de este tipo, de reivindicar nuevas voces, nuevas formas de transformación, superando lo canales de siempre o los discursos desgastados. Fue un camino largo reivindicando los derechos de todas aquellas mujeres que de alguna u otra forma han sido víctimas de cualquier tipo de violencia, la mujer se reveló como símbolo de lucha, de fuerza y respeto, por eso somos consientes que la libertad de las ideas se presentan en distintas modalidades y es así como seguiremos apoyando las nuevas propuestas en pro de la sociedad y su transformación.
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Expresión en
Revista MOVIMIENTO
Diálogo, a solas
Denis Bird Sociología-Universidad Santo Tomás literatoenti@hotmail.com
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o encontraba nada alrededor tuyo, sin embargo estabas ahí; en la ciudad no se sabe cuando puedas estar arriba, y mucho menos si estas aún dentro del circuito, creo que son cosas de más, nada que Julio Denis no hubiese notado antes “un cielo, un infierno, una piedra” ¿qué más da? Sin embargo no era sensación de miedo, el miedo conduce al pánico, y esto es más bien como desosiego, ¡creo que es eso!, desosiego ¿qué dices?... lo tengo claro, no es nada que llegara a comprometerte, sin embargo la ciudad desolada me gusta más, no es violenta, ni terrorífica, es sólo eso… ¡la ciudad! en su plano más exótico, un llegar opaco a una vida interna ¡es más! prefiero la vida de la ciudad que la del campo, sin dudarlo el campo es muy monótono para reflexionar, creo que por eso la polis fue la cuna de la reflexión… sería interesante tener ese contraste, la vida urbana con la vida de ocio… “buena mezcla para no estar tan loco”.
aquel futuro que llegaría a cuentagotas, pues aunque nadie lo quiera aceptar, el futuro siempre marca el pasado, ¡cuándo lo entenderán! ¿Me estás escuchando? …Como te decía; creo que apagaré el cigarrillo, no me gusta verlo como se esfuma con el sereno de la noche, sin que yo pueda hacer nada para evitar tal catástrofe, ¿gustas un poco?... Creo que preferirías contemplar esos esperpentos de Duchamp antes que contaminar tus pulmones con mi humo, a mi ver; encuentro mejor contaminar mi interior por la boca, y no por los ojos, contempla a Warren eso sí es un apocalipsis hermoso. Creo que tu vida siempre giró en torno a tu miedo por ella, y eso lo sabes, Friedrich no tiene la culpa, la culpa la tienes tu por leerlo, tal vez si no hubieses idolatrado tanto a Rimbaud, estarías más cuerda para todos que para mí, me gustarías menos, pero encajarías en ese rompecabezas. Ahora que lo dices…, la seguridad los está atrofiando a todos, sólo ¡mira! ya ni se quieren separar del sistema, parece que pensar fuera cada vez más labor de nadie…, a lo que me refería es que todo debe ser más seguro allá, esa montaña plana, por lo que he escuchado, suena mucho mejor que esta cripta de libros mal escritos, y señoras cargando paquetes, es muy probable que Estacio y Gubbio pasarán con rapidez al más arriba, por otra parte, creo que Calisto no debería encontrarse allí, no debería ser
¿Lo escuchas?, creo que escucho a Bach en la distancia, un poco de incongruencia con demasiada lucidez, algo no muy actual en esta sociedad de estupidez crónica y trasferida sociogenéticamente, ¡cualquier erudito me lapidaría argumentada mente por mi anterior afirmación! Por fortuna a parte de ti (eso creo) la única que me escucha es aquella luna a la cual poco merecedora de un castigo por ser lujuriosa, (que placer aquel) deja ver la manta de contaminación que tanto disgusta a esos una salida no psicoactiva a esta “realidad” dibujada de mundo, ecologistas… ¡ah! ecologistas…, remando dentro de un bote con ¿no te parece?, tal vez Dante fue muy exagerado al describirla allí. ¿Sabes?, creo que la revuelta se acerca, tanta seguridad es millones de hoyos, tarde o temprano caerá como lo hizo aquel contraproducente, creo que ellos lo prevén, siempre lo han barbudo individuo, “ese si que sabía como predecir el futuro”, { 58 }
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hecho, igual no me importa, algún día tendría que pasar, Winston lo previó, y por eso dejó derramar tanta pasión en contraste con el ojo que lo observaba, “vigilar y castigar”, diría un psicótico muy lúcido, creo también que Snowball lo advirtió y la granja se está cayendo poco a poco…, el trago no es suficiente, y más si lo tomas con Gardel, ¡ah! gran amigo, con gusto le daría un gran abrazo junto a Bird, borrachos enamorados de aquel dilema, lo aberrante de vivir después de la muerte…, respecto a eso creo que nunca seré recordado por alguien, siempre estuve al margen de todos, eso me alegra, te imaginas que se pudriera mi cuerpo y mi alma no, sería algo así como un ritual de esos egipcios, creo que las almas buenas se deben conservar (como la tuya), yo con gusto le haré compañía a Virgilio, a Judas, y más gustosamente a Paolo y Francesca, ¡que lujurioso sería! Discúlpame, me tengo que retirar, de tanto imaginarme allá creo que me está empezando a dar inseguridad de mantenerme acá, es algo parecido al miedo pero no tan humano, el cielo se cae y no quiero quedarme atrapado, aunque… ¿te conté?, el suelo no es tan seguro últimamente, dicen que todo va de mal en mejor (para mi no) …por que acá entre nos, ellos están muy preocupados, dicen que la economía caerá…, ”tontas discusiones”, ¿de qué chontaduros servirá la economía cuando el océano se adentre en nuestras fosas?….¡ah, hermosa ignorancia!, creo que sería feliz como ellos, siendo tanto o más estúpido, o tal vez, tiento no creerme tonto, ocultando mi estupidez, sin duda ¡a veces se añora la estupidez…! Es cierta una cosa, nunca me cansaré de hablarte, así me susurres tan bajo que tenga que morir para oírte, supondría que el asunto no está en el arrepentimiento, creo que eso ya lo vivieron todos, creo que sería mejor la resignación, eso sí sería sensato.
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Revista MOVIMIENTO
Mauricio Poveda Sociología-Universidad Santo Tomás maopove46@hotmail.com
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Un
recuerdo más
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Refugiados en la misma sombra
Una mirada ante la sombra del olvido { 61 }
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Insomnio Melissa Quiroga Sociología-Universidad Santo Tomás melissa_esteffanyquiroga@hotmail.com
Nunca soñamos con néctares, En un tiempo improvisado por la bala,
Vivir y morir a nuestra manera, Cuando los muros del castillo Recobren lo que nunca soñamos.
Cerramos las ventanas, para limpiar con periódico, La historia de la traición. Para que los ojos cerrar, La verdad emerge al final, En busca de algún náufrago perdido, Que batalle con justicia y libertad, Luchas perdidas de honor e igualdad, Deambulan por un sueño, cansado de anhelar.
La ciudad se hace roja y negra, Entre los tanques y las bombas, Entre volcanes que son misiles volantes, Resonando las voces de los dioses, De manera volátil.
Insomnio. Melissa Quiroga.
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Un cansancio de sueños rotos Y es mi sueño el que desciende;
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eℓ... Melquíades
Economía-Psicología-Universidad Santo Tomás karo026@hotmail.com-javisolojavi@hotmail.com
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E
n la mano tenía ese afilado puñal que sería capaz de desgarrar la carne del mismo viento, en mi vestimenta tenía tanta sangre que parecía haber sido baleado por un batallón, sentía tanto miedo que mis ojos parecían fugarse de sus cavidades. Pero en el suelo estaba lo más inquie-
tante; estaba eso que acababa de penetrar con mi puñal y de lo cual brotaba sangre roja y espesa; estaba eso que me producía un miedo incontrolable… ¿Por qué lo hice? Tal vez fue porque lo odiaba o porque sencillamente me di cuenta que en su existencia nada valía la pena. Tal vez me llamen loco pero estaba arto de su incontrolable deseo de quererlo todo, de pasar sobre cualquier cosa para alcanzar sus objetivos, de lo esquizofrénico que resultaba su materialismo y sobre todo de su enfermedad crónica que lo hacía delirar con prepotencia e individualismo. Maté su mundanidad porqué estaba arto de cerrar los ojos ante la injusticia, de que su mirar se limitara a su egoísmo y su conformismo, por eso lo maté. ¿Pero qué he hecho? He arrancado mis miedos y mis odios con mi vida… Tan solo lo hice por cuanto me resultó la vía más fácil. Lo que acabo de hacer lo hice por la misma razón por la que existía: por cobardía. No me arriesgaba a tomar acciones ante el desequilibrio del hombre, no me atrevía a parar esa absurda injusticia. Ya es tarde, tal vez si mejor hubiera abierto los ojos, si hubiera hecho algo por la gente o si tan solo viviera dignamente, en este momento aún yo estaría vivo. { 63 }
Revista MOVIMIENTO
Añoranza nocturna Sarai Andrea Gómez Cáceres Comunicación Social-Universidad Santo Tomás saraigomez14@hotmail.com
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D
e repente observó la diferenciación entre las personas, analizo desde una esquina de la calle cómo viene el ejecutivo molesto, quizá es uno de aquellos días en los que no puede abordar su vehículo particular y recurre a tomar un bus, su expresión de inconformismo y ego inflado de poder. Tras él camina una universitaria, tal vez anhelaba tomar rápidamente el vehículo, ya que justo detrás la esperaba un joven habitante de la calle con un puñal en su mano, él aborda junto a ellos el
mismo bus, haciendo caso omiso a las órdenes del conductor. El semáforo está en rojo, los pasajeros no saben qué hacer, en ese momento todos están en las mismas condiciones, nadie es más ni menos; el conductor, preocupado, intenta conciliar con él, pero sus palabras despliegan destrucción y daño. Las personas empiezan a entregar algunas de sus pertenencias con tal de proteger sus vidas, después de este ataque compulsivo el hombre baja del vehículo y corre, parece desesperado y no precisamente por hambre. Entonces, ¿cómo no sentir ese cúmulo de extrañas sensaciones al deambular por la nocturnal ciudad? Así sea una noche clara, perfecta para estar sola, contemplar las estrellas, disfrutar de la urbanidad y de mi propio respirar, es inevitable sentir escalofrío ante la inminencia de cualquier amenaza real o imaginaria, es inevitable pensar en mi niñez, cuando todo transcurría con tranquilidad, recordar que el correr era un acto sublime de libertad y alegría, constatar cómo en la actualidad correr se ha tornado en la forma más recurrente de huir de las presiones so-
ciales, del peligro y del temor porque las calles son un espacio muy poco confiable. Se siente una suave brisa, un tanto cálida y el pensamiento vuela y razona no sólo en el hecho del sinnúmero de complicaciones que pueden producirse en un espacio que es de todos, sino en la poca efectividad que surten las medidas que existen para contrarrestar las adversidades por las que atraviesa la sociedad, quienes no se atreven a cuestionar porque viven inmersos en ella y se apaciguan sin siquiera percatarse de su existencia. Al analizar varios perfiles de personalidades encontradas en un espacio, mis pensamientos se hacen niebla, la mezcla de aspectos estigmatizados culturalmente hacen que la sociedad forje un pensamiento confuso, obsoleto, pecaminoso y se forme un miedo absurdo, que quizás se crea cuando el verdadero terror se aproxima y se minimiza al ser asaltado. Los grandes medios de comunicación saturan de información a la sociedad: robos, violaciones, agresiones, secuestros, crímenes…, son los principales acontecimientos enunciados y la supuesta “realidad” que se tiene como “soporte” en los hechos, noticias de lo que significa la ciudad y de alguna manera la relacionan especial y dramáticamente con la noche. En la incesante búsqueda de recuerdos que tocaron y marcaron mi corazón de manera definitiva encontré que no se relacionaban con un simple robo, ni con el temor a que un habitante de la calle me abordara con algún tipo de elemento corto punzante a fin de despojarme de mis pocas pertenencias, o de que me agrediera verbal o físicamente por no encontrar una moneda con que obsequiarlo.
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Estaba allí sentada observando impávida cómo un par de jó-
conmigo, él no volvería a cuidar de mí; desde esa noche fría de
venes se daban golpes por una chica que aterrorizada permanecía inmóvil. En ese momento sentí que un vendaval se apoderaba de mi cuerpo y tuve otro recuerdo bastante doloroso de mi adolescencia, cuando el conflicto me tocó en esos días en donde todo parecía perfecto, esos recuerdos oscuros cuando los fenómenos de la guerra y las ideologías se cruzaban. Los actos de nobleza, aquellos tan poco frecuentes en los combatientes, se juntaron y la única solución fue eliminar al otro, que no era cualquier otro, por el simple hecho de existir o por el no tan simple de no compartir sus ideales, por no estar de su lado, por no colaborarles, por no querer mantener la boca cerrada o por haber renunciado decidida y voluntariamente a toda manifestación de violencia. Una noche, la más trágica y oscura de todas las noches, no uno ni dos ni tres sino doce malévolos y certeros disparos segaron la vida de uno de los seres más preciados, de quien cuidó de mí en mi niñez, en rebeldías, antojos y caprichos, de quien era como mi padre porque tomó el lugar de aquél que nunca estuvo conmigo, de mi querido abuelo que, sin pensar, había cumplido su cita con la muerte en aquella tienda de su muy amado pueblo donde habitó solo con sus angustias, sueños y temores. Otro crimen que quedó impune por el terror de reclamar, otra víctima que quizá nunca se pudo enterar de su “pecado”. Tratamos de investigar, buscamos pruebas, la familia estaba conmocionada ante semejante situación; las imposibilidades de hablar y el dominio de las actuaciones paramilitares, frente a pocas pistas, llevaron a la detención de uno de los criminales y fueron calladas las voces de clamor e injusticia. El dominio de poderes impidieron que se luchase más, total, el daño ya estaba hecho, nada ni nadie traería a mi abuelo
julio de 2002, la familia no volvió a sonreír igual, ninguna noche volvió a ser como antes y el frescor del canto se esfumó. Al traer a la memoria tan horribles hechos puedo dimensionar lo difícil que es reclamar por una vida, teniendo en cuenta que sí Colombia fuera un país más justo y las clases sociales no estuvieran marcadas de manera tan agresiva, quizá en la ciudad se viviría con un poco más de seguridad y libertad, pero, ¿qué hacer ante los grupos al margen de la ley o los actos déspotas de la Policía Nacional? Se creen, no la autoridad, sino el poder absoluto, agreden a estudiantes y jóvenes sin importar sus condiciones o subjetividades, lo que hace al ser humano plenamente identificado con la ciudad y con su cultura. Quizá la sociedad pueda llegar a ser más autónoma en el momento en el cual critique su entorno y las desigualdades sociales no se apoderen de la existencia, la estigmatización y la inseguridad. Por otro lado, la tolerancia y el reconocimiento de la diversificación cultural y, por supuesto, la conciliación entre el Gobierno y las fuerzas armadas de Colombia, quienes dominan, asesinan y atentan contra la vida de los ciudadanos. Ojalá la lucha sea para que podamos disfrutar de la maravillosa, espléndida y relajante noche sin pensamientos abruptos y agresivos, para no dejar atrás los sucesos que marcaron muestras vidas, sino encontrar la forma para combatir y no necesariamente con armas de fuego sino con aquellas que dan valor: las armas de la inteligencia, la sabiduría y la sensatez, que son más poderosas que las primeras. Para que se promueva el pensamiento crítico y contribuyan al cambio, para que podamos correr en un verdadero acto de libertad y de emancipación personal y colectivo.
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Lili Bonil electricolili@yahoo.es
∫ Irwin Manuell vendettaboom@gmail.com
Masacre
Marx Graucho
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visajiando@gmail.com
Seguridad demoniaca 00635 con licencia para cascar
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Conversación 108: el Purgatorio ata sobre el miedo Diego Ortiz Licenciatura en Lengua Castellana-Universidad Distrital Francisco José de Caldas diegortizv@gmail.com
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-¡Corre! ¡No mires hacia atrás!... ¡Que no me mires! -Pero Maestro, ¿y si nos perdemos? -¡Hace mucho que estamos perdidos!
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s bastante complicado correr por las calles céntricas de la ciudad, atestadas de gente como el Maestro y la Alumna, intentando evadir un nuevo control de seguridad. Desde el pasado seis de
agosto, eso hace ya unos ocho meses, el gobierno capitalino tomó drásticas determinaciones en cuanto a “cuidar de sus más preciadas posesiones”. Al ver que una facción de la población civil comenzó una serie de actos como la destrucción del museo neoposmoderno Bulevar Niza; el saqueo y posterior incendio a la joyería Iglesia Santa Clara y al hermoso salón de te y reuniones Palacio Liévano –entre los más relevantes–, la División Antidisturbios Urbanos, perteneciente a la sección de Vigilancia Gubernamental, recibió la orden de inmovilizar a toda persona con actitudes o comportamientos que pudieran levantar sospechas de amotinamiento, violencia, agresividad o sevicia. Con dicha disposición, comenzaron a capturar a todas las personas que circulaban por ciertas zonas de la ciudad, como el centro, las zonas marginadas, los linderos con poblaciones cercanas y algunos otros distritos que fueron considerados de máxima peligrosidad. Tanto Maestro como Alumna viven en barrios ubicados en una de esas zonas y hoy se dan cita en el centro para levantar su voz de protesta contra la represión que cae sobre varias cabezas en la ciudad. Pero, ¿por qué corren con tanto desenfreno? Escuchemos lo que el Maestro le explica a la Alumna, mientras descansan { 68 }
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agazapados en un callejón nauseabundo muy cerca de las ruinas del Faenza. -Mi bella niña, todo ha cambiado. ¿Recuerdas al tipo que agarraron como culpable del incendio del centro Faenza? -Sí, lo recuerdo muy bien. -Los noticieros en Internet divulgaron que lo tenían encerrado en la Prisión del Sur. ¡Todo fue mentira! -¿Cómo así? ¿Dónde lo tienen? -La Comisión para la Protección Mundial construyó a espaldas de todos, hasta de los títeres que nos gobiernan, una prisión bajo tierra, allá en los terrenos de los Cementerios del Norte. -¿Cómo se enteró de eso, Maestro?
Los ocupantes fueron los hombres, mujeres y niños capturados en las primeras redadas organizadas por la entonces recién fundada División. La mayoría habían transgredido el toque de queda que se implantó por once días, entre el diez y el veintiuno de febrero, como último recurso para intentar controlar a los saboteadores del la paz y el orden de una nación que se jactaba de ser la más pacífica del continente, después de la guerra del 2012. El 19 de febrero a las 8:17 de la mañana, el Maestro fue capturado. -¿Dónde? ¿Cómo? Pero, Maestro… -¡Shh! No alces tanto la voz. Luego te cuento los detalles. Lo que quiero que sepas es lo que entendí allá adentro. -¿Hay algo por entender en un lugar como ése? -Sí, mi bella dama. La razón por la que hoy nos persiguen con tanta vehemencia. De nuevo se escuchan los pasos de la División, pero esta vez ambos prefieren mantenerse quietos bajo la sombra del Embajador. La noche es cerrada y quedan pocas luces en la calle. Es-
-Mi niña, yo estuve allá. peran hasta que sólo se oiga el viento que arrastra la basura leviEl rostro de sorpresa de la Alumna lo dice todo, pero el Maestando en el ambiente como única manifestación de movimiento. tro no puede continuar con su historia, pues los pasos del tercer El Maestro siente el aliento tibio de la Alumna en su rostro, pero frente de la División se escuchan a pocos metros. La Alumna es más importante lo que le tiene que decir: pasó por alto que hace tres meses el Maestro estuvo desapa-Nos quieren transformar en otros. Lo que hay detrás de la Corecido por muchos días. Ella lo llamó insistentemente, lo buscó misión es un programa que reestructura la personalidad, basado en los lugares que siempre frecuentaban: el Parque del Árbol en un modelo aplicado en varios países, que busca respuestas de Caucho, la Calle del Faenza, la Plaza del Derrotado, la Aveniidénticas ante ciertos estímulos, sobre todo los que tienen que da Real del Comercio, la Torre del Reloj, la zona cosmopolita, el ver con el miedo. Infierno. -¿Miedo, Maestro? En esos días, resignada y con el cansancio adherido a los hue-Sí, mi Alumna. La Comisión condiciona a todas las personas sos, prefirió refugiarse en la buhardilla que había arrendado y que son arrastradas al Purgatorio, para luego venderles un provolver a leer los escritos del Maestro, buscando entre líneas algrama a los gobiernos que, según escuché, se llama Patrones guna pista de su paradero. Fue el tiempo en el que el Maestro comportamentales de control social. El miedo como un comporestuvo en el Purgatorio. tamiento implementado desde nuestros primeros años y reforEl Purgatorio es un edificio de 10 pisos subterráneos, conszado durante toda nuestra vida. Por eso hacían estudios más truido en los terrenos de los Cementerios del Norte, que en profundos en los niños que en los adultos capturados. Por eso principio fue diseñado para los refugiados de la guerra de 2012. me fue más fácil huir. Pero esa guerra fue tan virulenta y cambió tanto el concepto de -¿Cómo hizo para huir Ma…? ciudadano que, al final, la mayoría fuimos catalogados como deFue un instante de distracción. tractores de la Ley. Las cárceles colapsaron, grandes matanzas Un golpe seco en el rostro de la Alumna y varios con bastones ocurrieron al interior de los centros penitenciarios, motivadas de electroplasma sobre el cuerpo del Maestro. por los guardias y gestionadas por los caciques y a pesar de ello, La División es contundente. en cada celda de metro por metro, seguían durmiendo entre 20 Al Maestro lo arrastran por toda la Calle del Cubo hacia el y 30 personas. occidente, muy posiblemente para dejarlo en el Purgatorio de El Gobierno nacional y el capitalino determinaron adecuar el nuevo. refugio abandonado como un lugar de reclusión. En esos días lleReincidir no es bueno. gó la comitiva entregando una generosa contribución a la zona, La Alumna es llevada por la carrera quinta hacia el sur. No sapara impulsar proyectos de desarrollo tecnológico y fomentanbemos cual será su paradero. Esta conversación queda así por do planes alimentarios a los menos favorecidos. Así tomaron el ahora. control del edificio. Lo adecuaron y lo administraron. La primera cárcel privada del Estado. { 69 }
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“Baruka”
Sociología-Universidad de Antioquia baruka66@gmail.com
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Sola en el calabozo oscuro, sola con la luz enceguecedora, penetrando por un agujero en la pared, tras la piel desgarrada, el cabello arrancado, el agua helada sobre mi rostro, la electricidad, el dolor y el desmayo; me descubro sin voz, los ojos sangrantes, las manos heridas. Si sobrevivo, mis palabras no contarán la historia. Pero que no me dejan vivir, será mi cuerpo el que cantará la historia.
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Violencia, miedo y seguridad
muerte y
Cuento de la
Olινerιo Andrés Cardona Comunicación Social para la paz - Universidad Santo Tomás afcardona_@hotmail.com
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s domingo, la tarde, el sol, un parque atiborrado de gente, Oliverio Lionel Rojas. Oliverio es una de esas personas que conciben verdades a medias, buenas verdades, este día ha venido buscando una chiva insólita, una personalidad esquiva, le han informado que la Muerte aparecerá a las 3:00 p.m. en el parque Llael, en el lado sur de ciudad.
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Son las 2:50 p.m. y decide que debe preparase y esperar, recuerda que bajo esa fuente que nunca ha funcionado hay un par de bancas viejas, solía pasar mucho tiempo aquí de niño, ya no pasa tiempo aquí, pero sigue teniendo algo de infante, una mente inquieta que lo hace imaginar cosas “raras”, esta vez mientras está bajo la luz amarilla de un farol negro piensa en un desenlace descabellado y posiblemente irónico para su tarde…”tal vez…, si este fuera un relato argentino, el que tendría que morir aquí esta tarde sería yo”… pero nada sucede, los automóviles se detienen comúnmente en presencia del terror, cosa que ahora se encuentra en la mente de Lionel, nada pasa… Camina hacia la banca ensimismado, se para a treinta centímetros de ella para reflexionar perspicazmente sobre la posibilidad de que la silla se convierta en su tumba. “Si me siento en esa tacaña de madera y esta por fin se rompe, el golpe probablemente será débil, pero el destino apunta demasiado bien y seguramente puedo desnucarme”. Oliverio presa del pavor se toca la cabeza con suavidad y decide retroceder, da un paso atrás y tropieza con un cuerpo duro, inmóvil y frío, se disculpa mientras se gira rápidamente, cosa de la que se arrepiente pronto. Un vacio oscuro le apunta fijamente desde lo alto de un abrigo y le responde con voz suave. ”No hay problema señor Rojas” El ser de Oliverio se desespera, lo comprende todo muy rápido, tiene una parca frente a sí y esta conoce su nombre, el destino es inexorable no hay nada que hacer, que tonto fue al pesar lo contrario, se rinde desde antes de concebirlo y no piensa correctamente, sólo reacciona. –Buenas tardes señora Muerte. –Buenas tardes Lionel, ¿llegué muy temprano? –Bueno, nunca se ha escuchado de una parca que llegue tarde…. { 71 }
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–Tiene razón, es una mala costumbre mía. –A qué viene exactamente –le pregunta inocentemente Lionel. –A que me haga una entrevista señor Rojas. La respuesta lo sorprende en exceso, la reacción es rápida, saca su libreta y su grabadora como lo a hecho ya muchas veces, pero esta seguramente será la última vez, por lo que debe ser magistral, magnifica piensa dentro de sí, pero cosa graciosa es que no sabe que preguntar, prende la grabadora y oprime ese botón gris tan indiferente ante todo. – ¿Cuál es su nombre? –Camila Rodríguez. – ¿Tiene familia? – ¿Tuve hace mucho tiempo? – ¿Qué sucedió? “Nuestra sociedad funciona inversamente a la suya, la medicina es una bomba para nosotros” Oliverio está estancado, no puede procesarlo, tres preguntas y ya conoce de Camila Rodríguez más que nadie en este mundo, pero ahora no sabe que más preguntar, no le gustaría ahondar en la vida personal de alguien a quien acaba de conocer, eso es poco ético, más bien debería preguntar algo más profundo, más sensible, algo de opinión, seguramente, nunca nadie a escuchado la opinión de la Muerte… Toma una decisión debe arriesgarse, hacer una pregunta complicada y reveladora. Las reflexiones profundas son más superficiales de lo que parecen, pues en su cabeza comete todos los errores del periodismo al mismo tiempo, lo suelta todo de un golpe.
– ¿Le gusta su trabajo?, ¿a dónde los lleva?, ¿por qué escogió este oficio?, ¿qué se siente matar gente a diario?, ¿es necesario el dolor?, ¿existen el cielo y el infierno?, ¿qué piensa acerca de las políticas del presidente para disminuir su mercado? El ambiente cambia, nubes negras se revuelven sobre sus cabezas con abominable velocidad, la temperatura de ese día soleado desciende en 24,5 grados, pero el viento es caliente, tanto que casi quema al pasar, el piso tiembla bajo los pies de Oliverio, está aterrado paralizado, inmóvil… Un sonido simple rompe a través del caos metafísico y todo se aplaca tan rápido como empezó, la capucha negra característica se encuentra ahora en el piso, esta vacía, algo de arena se asoma por los bordes, Oliverio se calma, lo comprende todo muy rápido, no piensa, sólo reacciona: Es una buena nota para la segunda plana, “la Muerte no puede reír” Oliverio se sienta en la silla. Lionel fue siempre Oliverio, un poco emotivo y perspicaz, siempre pensó que padres e hijos era una analogía transdimensional, y que la ortografía era una pérdida de tiempo, cosa que encantaba a su editor, pues constituía una excusa perfecta para ejercer lo que parecía ser su única habilidad, porque para qué, el hombre sabía lo que hacía. El grito que Oliverio desató en esa vieja plaza no despertó a los muertos ni hizo que las tildes se pusieran en su lugar, más bien pareció no importarle a nadie, más bien pareció que nadie lo escuchó, su llanto tampoco logró captar la atención, claro la gente normal no podría entender que es verse tirado en el suelo
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Violencia, miedo y seguridad mientras la mismísima muerte estaba muerta a su pies, Oliverio lloró muchas veces mientras veía la caja negra, cosa que no hizo en el funeral de su padre, y que tampoco hizo en su propio funeral privado, su sentimiento era más bien como el de: “...no jodas…” Pero Oliverio siempre fue Lionel, más que emotivo y perspicaz, siempre amó lo que había por debajo de la superficie, por eso quiso ser periodista, pues no calificaba para ser científico. Por eso, después de esa pequeña tormenta sin sal, se sentó en el medio del parque a contemplarse a sí mismo desde una distancia prudencial. Tan prudencial que no le echo la culpa a Camila Rodríguez de haberse muerto y haberlo dejado en el limbo, y moderadamente se dijo a sí que él no tenía la culpa de que las muertes no pudieran reírse, quien iba a saberlo…, de lo único que tenía culpa era de hacer preguntas estúpidas en momentos importantes, y por último, no tenía la culpa de que eso viniera con la entrada de prensa. Pero más importante que todo eso le parecía el hecho de que había por fin un puesto vacante en el mundo, pero que seguramente nadie podría llenar, cosa que le intrigó pues repensó el hecho de que la mística parca se llamara Camila Rodríguez, que tuviera una sociedad para la que seguramente trabajaba, y más trascendental aún, el hecho de que tuviera una voz suave y una vida propia, eso lo intrigaba monstruosamente. Hay ocasiones en donde las ansias de saber son irracionales, casi una necesidad, y ese era uno de esos momentos, por lo que pronto se encontró sobre la manta negra en medio de un extraño atardecer verdoso a las 4:30 p.m. Hay por otro lado ocasiones donde el desconcierto es aún mayor que las ansias de saber, y por desgracia la confusión no es irracional, pues cuando se encontró en sus manos el celular y la billetera de Camila Rodríguez, se le hizo todavía más burlesco ver una carta a su nombre entre las diminutas y molidas rocas… continuará.
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l sil a
Sentado una en
Alejandro Penagos Díaz Sociología-Universidad Santo Tomás nieblapurpura88@hotmail.com
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Sentado en una silla, pensando. Situado en el fondo de un patio vacio. Nada pertenece a mí. Ni la silla. Ni el patio. Ni el vació. Ni mis pensamientos. Donde ni mi inutilidad me pertenece. Ella a la que le he rezado tantas veces . Ella que me ha dado la calma y el orgullo de dioses. Ya no es mía… Ahora se que es de muchos hombres, ellos la comparten conmigo. Hombres vivos y muertos. Hombres de otros tiempos De otros años. De otros mundos. Donde la palabra inutilidad, ya no me dice lo que a mi me habla. Donde pensar en ella es inútil. Lo único exacto es que es una diosa. Una dama elegante que no está conciente de ello. Va, viene y se va como el viento, como los pensamientos, como el amor. Ella que sabe que muchos la adoran y la adornan con palabras y colores, que para ella son inútiles. Aunque inútil pensar en ella. Sabiendo que de ella no me pertenece nada. Es mía… Es la utilidad más grande de mi existencia. Es la filosofía que no tengo. Es mi diosa… Es mía… Perfecta, serena, femenina, tranquila y constantemente despierta. Inutilidad divina.
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No me alcanzarían
las piedras
Melissa Robledo Universidad de Antioquia maro50977@gmail.com
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o me alcanzarían las piedras, ni los insultos, ni toda mi fuerza física para protestar contra usté y todo lo que usté representa.
No me alcanzarían las balas para matar a todos los hijueputas que como usté han sometido, someten y pretenden seguir sometiendo a los estudiantes, a los empleados, a los verdaderos habitantes de la patria, a nosotros que somos la base de su economía, donde reside su poder, porque somos nosotros quienes se lo otorgamos... y quienes se lo podemos quitar. Por eso, recurro al argumento menos violento pero no menos agresivo y contundente porque estoy convencida que mi protesta no está sola, es sólo una réplica explícita y fuerte del sinsabor de los trabajadores, de las dudas de los estudiantes, del miedo de las amas de casa y del desconsuelo de los obreros... Estoy sentida, estamos resentidos porque esta represa de quejas e insatisfacciones se llenó, se llenó de la sangre de los altruistas que pensaron en algo mejor para todos y fueron acallados silenciosa y cobardemente por quienes quisieron seguir monopolizando el poder. Esta mierda se llenó, se llenó de las lágrimas producto del dolor, del desconsuelo, la ira, la desesperación por los desaparecidos, por los sindicalistas muertos, por los torturados, desarraigados y silenciados, son las lágrimas producto de la impotencia ante usté que representa la corrupción, la intransigencia, la explotación, la represión, la dominación ilegítima. Tampoco las palabras bastaron para hacerle saber lo que me indispone, me entristece y me indigna usté y su régimen de violencia, exclusión, muerte, silencio y olvido. Lo detesto, lo odio y cada día que pasa con mayor intensidad, con mayor sentimiento. Aun cuando al final debo admitir ante usté y ante todos, el miedo que tengo, miedo de olvidar, miedo de resignarme, miedo de ignorar la represa de sangre y lágrimas para más tarde poder salir a trabajar y sonreírle a la cara y agradecerle por darme con que comer, pretender que estuve errada y recordar este sentimiento de odio y tristeza como una etapa más producto de mi juventud. { 75 }
autor
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Arturo Áląpe
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uienes hayan leído alguna vez algún texto sobre el escritor colombiano Carlos Arturo Ruiz, más conocido como Arturo Álape, entenderán con facilidad que él no fue sólo un narrador de historias de individuos seleccionados indiscriminadamente por su contexto socio-cultural, sino que por el contrario sus textos, sus protagonistas, sus historias han significado una mirada de la historia de Colombia, no desde los grandes acontecimientos publicados en los periódicos y noticieros nacionales, sino desde el relato de aquellos individuos sumergidos en esa violencia arraigada en cada rincón del país desde el año 50 y que hasta el día de hoy sólo ha desgastado el capital humano del territorio, fortaleciendo el estado de clases. En este sentido las obras del escritor Arturo Álape bien pueden representar todo un trabajo de campo e investigación, en donde es posible recuperar la memora histórica de un país a través de la crónica, del testimonio vivo de cientos de colombianos que inhabilitados política y socialmente en la construcción y consolidación de la democracia, encontraron las posibilidades de reivindicación y a la vez una esperanza de vida enmarcada en la construcción de ciudadanía, esos que eliminaron sentimientos de miedo por la oportunidad de aflorar su ser: sus pasiones, nostalgias, miedos y angustias que eran rechazadas mediante la palabra. Ese lenguaje coloquial propio de los campesinos fue el elemento principal en la construcción literaria del autor, pues permitió reconocer otros actores, otras voces, que si bien padecían de discursos teóricos fuertes, constituían una única realidad en donde la soledad, el miedo, las emociones, el conflicto subordinan la capacidad de acción de la población asediada por la guerra. Álape nació en Cali el 3 de noviembre de 1938 y desde los 10 años se interesó en la literatura debido a la coyuntura económica, política y social que el país enfrentó con el asesinado de Jorge Eliecer Gaitán, definió su postura crítica y reflexiva de esa realidad emergente pero invisible, así en toda su juventud estuvo vinculado al partido JUCO (juventudes comunistas colombianas) organización juvenil de corte marxista-leninista; en donde desde la militancia, Álape capturó todas las experiencias vividas y con ello asume una responsabilidad social consolidada de forma literaria en su primer libro Diario de un guerrillero, que lo consagró como un investigador serio, reconocido internacionalmente. En adelante la bibliografía del autor oscila entre lo literario y lo educativo, articulando los dos elementos el autor re-definió imaginarios del campo y de la ciudad, luego de su experiencia en la zonas rurales y después de otras tantas publicaciones controvertidas como el caso del libro titulado Tirofijo, entiende que las lecturas del país deben provenir de fuentes humanas sumidas en estos hechos y sólo en ese sentido es posible un cambio en la percepción de los ciudadanos con relación a su entorno, a su historia, y por supuesto, a las expectativas del futuro, vinculadas con la capacidad de acción del sujeto sobre su contexto. { 78 }
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Álape fue un escritor, pintor, investigador, periodista, pero ante todo un ser humano reflexivo en sus análisis y escritos, “con el ojo de artista, la paciencia del historiador, la visión crítica del investigador social, la observación atenta del cronista, Álape descubre que en los barrios marginales de las grandes ciudades se teje otra vida, más intensa, más dramática, más conflictiva o pudiera decirse, la suma de todos los conflictos, y se deja atrapar por los recónditos secretos de esos barrios, espacio para los desarrapados del mundo cuya tragedia individual y colectiva supera cualquier imaginario”1. La ciudad, si se le mira fragmentadamente, no permite develar que en su interior, en sus calles y barrios se desarrollan para el autor historias invaluables, significativas pues configuran ideas acerca del territorio, donde en zonas periféricas se evidencia la ausencia estatal que ha provocado y promovido la sumisión a actos delictivos como vías de escape y supervivencia. La otra ciudad como la llamó Álape en su texto Ciudad Bolívar la hoguera de las ilusiones, menciona a esa Bogotá anónima, invisible, víctima de una estigmatización social pero con altos niveles de cohesión que mitigan el miedo hacia ese “afuera”. En el tiempo en que el autor escribe este texto, logra involucrase con la comunidad de esta localidad mediante la formación de un Taller de la Memoria, ejercicio difícil de llevar a cabo pues el autor dice: “Ciudad Bolívar es un campo de experimentación de fundaciones gubernamentales y no gubernamentales. Cada que tiene su propio feudo de influencias, con un programa que funciona con la dimensión de salvar unas cuantas almas y al final del años se escribe un informe y en los años subsiguientes se asegura la
financiación y los salarios de los funcionarios”2 y esta condición ha consolidado una cultura de la desconfianza al extranjero. Sin embargo y después de cuatro meses de insistencia, Álape logra vincular a la comunidad con la literatura y sus memorias, consolidan lo que hoy día es un libro obligado para quienes estén en el ejercicio de develar una historia real, esa en la que nadie cree pero todos incidimos. Arturo Álape murió el 7 de octubre de 2006 y deja en sus libros una herencia no sólo literaria sino sociológica, antropológica, política que presupone nuevos discursos, nuevos restos para nuestra sociedad.
1 MESA, Escobar, 4 p.
2 ÁLAPE, 26 p.
Las obras del autor son las siguientes: ◊ El diario de un guerrillero (1970). ◊ El cadáver de los hombres invisibles (1979). ◊ Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda VélezTirofijo (1983). ◊ El Bogotazo: memorias del olvido (1983). ◊ El Bogotazo: noche de pájaros (1984). ◊ El Bogotazo: la paz, la violencia: testigos de excepción (1985). ◊ Tirofijo (1989). ◊ Valoración múltiple sobre Tomás Carrasquilla (1990). ◊ Julieta: el sueño de las mariposas (1994). ◊ Tirofijo: los sueños y las montañas (1994). ◊ La hoguera de las Ilusiones (1995). ◊ Rio de inmensas voces... y otras voces (1996). ◊ El cadáver insepulto (2005).
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Cultura
en
Revista MOVIMIENTO
Actividades El Centro de la Imagen los invita a la
Muestra antológica Lázaro Blanco
Temporarios. La exposición estará abierta hasta el día 30 de mayo de martes a domingo de las 11:00 a las 18:00 hrs
El MOLAA, Museum of Latin American Art, invita a la
Retrospectiva de Felipe Ehrenberg
El evento se realizará el domingo 23 de mayo hasta el 15 de agosto de 2010 entre las 7:00 y las 20:00 hrs
La Editorial RM convoca a la primera edición del concurso
El mejor fotolibro 2010 de América Latina
con el objetivo de promover y difundir el trabajo de un fotógrafo latinoamericano a través de un libro de alcance internacional. La convocatoria estará abierta hasta el 15 de junio de 2010
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes, presenta la convocatoria para el
Programa de Apoyo a la Producción e Investigación en Arte y Medios La convocatoria estará abierta hasta el 4 de junio de 2010
El Espacio Ecléctico, colaborador de la Feria de Libros de Artista, Fotoseptiembre 2009, dentro del marco de su IX Feria de Libros de Fotos de Autor hace la siguiente Convocatoria
Concurso Fotográfico para Prototipos de Edición La convocatoria estará abierta hasta el 30 de junio de 2010
Rock al Parque 2010
La fiesta de rock más grande del planeta se llevará a cabo los días 3, 4 y 5 de julio, tres escenarios, en el Parque Simón Bolívar { 82 }
Violencia, miedo y seguridad
Exposiciones Habeas Corpus: que tengas [un] cuerpo [para exponer]
Curaduría: Jaime Borja y José Alejandro Restrepo Marzo 19-junio 22 Museo de Arte del Banco de la República Lunes a sábados: 9:00 a.m. a 7:00 p.m. (Última entrada a las 6:30 p.m.) Domingos y festivos: 10:00 a.m. a 5:00 p.m. (Última entrada a las 4:30 p.m.) Cerrado los martes
Cuerpos Amerindios Arte y cultura de las modificaciones corporales Curaduría: María Alicia Uribe Marzo 19-agosto 29 Museo del Oro
Palabras que nos cambiaron: lenguaje y poder en la independencia
Curaduría: Margarita Garrido Abril 20-septiembre 22 BLAA, Sala de Exposiciones Bibliográficas Calle 11 # 4-14 Entrada gratuita
Le Corbusier en Bogotá 1947-1951. La Ciudad-El Plan
Curaduría: María Cecilia O’Byrne, Marcela Ángel y Ricardo Daza Abril 21-junio 29 Banco de la República, Casa de Moneda, piso 2-Calle 11 # 4-93 Entrada gratuita
La vuelta a Colombia: artes plásticas entre 1948 y 1965
La exposición plantea un recorrido a través de cinco ejes temáticos desde donde los artistas formularon diversas aproximaciones a un entorno común: lo geográfico, lo objetual, lo antropológico, lo político y finalmente, lo místico. La suma de creadores y creaciones que presentamos, evidencia una de las épocas más fecundas del arte en nuestro país. Grandes nombres para la historia del arte del continente se forjaron durante este periodo: Botero, Obregón y Ramírez Villamizar, son parte imprescindible del grupo de artistas que pusieron a Latinoamérica en el panorama mundial de las artes. Abril 17-junio 13 Colecciones Arte, Museo Nacional de Colombia
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Revista MOVIMIENTO
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Movimiento es una revista de estudiantes de la Facultad de Sociología de la Universidad Santo Tomás. Está abierta a estudiantes que deseen dar a conocer sus trabajos con aspectos relacionados con la Sociología. Asimismo, es un medio de expresión estética para los autores y un canal de difusión de eventos académicos y culturales, siguiendo para ello las siguientes normas:
Os et oditae sum expedigenis maximpores quam, quos sim quos magnam renis aut dolo et rem derchil igenimusam qui sita delici vellorionse net am non ra consequ aturiatiae nonseque restrum vellame ndanis Consent moditae venimin ihilibusam ium et ent qui
Odit quasim quianditia volupita inctassit ulluptat ratur, te etur sequi nosant lamenda simodisin renes vellitatemui occ Ipsun accatem est, corpor sam faccus et fugitin ullameime eatur
Min core res dolupisitium aceaqui
magnias a vit, quuntem explabo
squamus venihilita adigenis
rposapehent earum atur autem.
quam re esciam, totation non
Qatur autem. Qui occ Ipsun
rae vent, earchilit poritium que veligni tatiisqui voloremporum quas autas ne sus simolori ute non cus ellatquibus rest, Am, ime por aut untemo cone vellabo reperciaerem volendu
1. Los trabajos destinados a ser publicados deben ser artículos originales y representar un aporte a la investigación y el análisis desde la mirada sociológica que permita entender, interpretar y analizar la compleja realidad social. 2. Los textos deben ser presentados en tamaño carta, en letra Arial, 12 puntos, con 1.5 espacios, y su extensión no debe sobrepasar las 3 cuartillas. Debe agregarse archivo magnético del documento en Word e incluir cuadros, gráficas, tablas y anexos, si el artículo los tiene. 3. Las imágenes deben entregarse en formato JPEG, con reducción dpi de 300, con mínimo 6 cm. 4. Los cuadros, gráficos o figuras deberán aparecer numerados de manera continua e indicando en el texto el lugar en que deben aparecer o si deben figurar como anexos. 5. En su aspecto formal, los trabajos deberán contar con las normas establecidas por ICONTEC para la publicación de trabajos científicos. La forma de citar referencias a pie de página y en la bibliografía deberán conservar las siguientes reglas: a. Libros: APELLIDOS, Nombres. Título del libro. Número de edición (ed.), Nombre Apellido del traductor (tr.). Ciudad donde se editó. Año de edición. b. Revistas: APELLIDOS, Nombres. Título del artículo. En: Título de la revista, volumen (vol.). Año de edición, número (n.), lugar de publicación: años de publicación, páginas (pp.). c. Páginas electrónicas: APELLIDOS, Nombre. (E-mail del autor). Título del trabajo o nombre del sitio web (dirección electrónica completa con http). DD/MM/AA de creación o última actualización, última consulta: MM/AA. 6. Al final del trabajo debe incluirse la lista de referencias bibliográficas ordenadas alfabéticamente. 7. Los originales enviados a la revista estudiantil Movimiento no serán devueltos y el Comité Editorial está en la libertad de escoger los materiales a ser publicados. La corrección de pruebas del material a publicar será cotejada con el original, respetando el estilo utilizado por el autor o los autores. 8. Las ideas expresadas en los artículos serán responsabilidad de cada autor. 9. Los trabajos deberán remitirse a: revistamovimiento@hotmail.com. { 84 }
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Libertad de las ideas
invita a todos sus lectores y a la comunidad académica en general, a participar en la construcción de su
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Fin ambiente: ecología y sociedad con textos, escritos académicos, opiniones, fotos, poemas, investigaciones y demás producciones académicas, las cuales serán recibidas en los siguientes correos electrónicos: revistamovimiento@hotmail.com-revistamovimiento@gmail.com
Líneas temáticas Políticas medioambientales Economia, desarrollo sostenible y medioambiente Movimientos y organizaciones medioambientalistas Ecología, ciudadania y alternativas sociales Globalización y consumo (empresas, coorporaciones y multinacionales)
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