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Convulsiones idílicas por Jorge Alberto López-Guzmán

por Jorge Alberto López-Guzmán.

PLACER

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Esos besos atroces que me llevan al infierno y me transportan al paraíso, donde concibo lo sublime de ver la lujuria y lo atroz de ver la ironía, soportando el prejuicio de la existencia y la obsesión de la vida; siendo un fantasioso de día y de noche, por deleitar el vicio de tus labios, que me sofocan y me ahogan en un mundo de blasfemia y un universo de orgasmo, en donde se convierten en droga que envenena y sustancia que revive, hasta volverme inmortal y enaltecerme a la muerte, esa muerte excelsa, de morir en tus labios, con las satisfacción de agonizar con tus besos.

Esas noches, en donde tu mirada y la mía, hablan sin necesidad de palabras, donde nuestros cuerpos sudorosos, esparcen exaltación e irradian conmoción y nuestros pensamientos abruptos, difunden orgasmo y propagan éxtasis y nuestros sentidos pierden su tacto, a tal punto que entramos en una catarsis colectiva, en donde desvariamos de amor y convulsionamos de pasión, y nuestros cuerpos son trasportados en un devenir de placer y sentimientos de donde no queremos bajar, y nuestras mentes solo desean poseerse, y ostentar nuestros cuerpos, en un insomnio tan atroz, que cuando deseemos dormir, sea la hora de morir, y moriremos rodeados de amor; ese amor que proclama nuestra esencia, y agonicemos lentamente, en un sueño eterno, el sueño de la muerte y del amor.

Pensándote en mi lecho, extrañándote en mis sueños y torturándome en tu ausencia, deseándote tener en mis brazos y soltarte hasta desaparecer en un clamor de conmociones y ocasionemos una desazón de eyaculaciones y gemidos, y que nuestros cuerpos, no se reconozcan después de sentir el fraccionamiento del orgasmo, y que el frío sentimiento de la soledad nos aprisione convirtiéndonos en entes dependientes el uno del otro, y que la penumbra de mi corazón te pida a gritos y que palpes mis sentidos y me demuestres que estás cerca, y que volvamos a ocasionar pasiones y revoluciones haciendo el amor, ese amor intenso e inmoral, que nos lleva a volvernos adictos al sexo y exasperados el uno por el otro.

Ahora estoy solo, arrinconado en la tristeza que me ha causado tu alma, recordando esos instantes en donde éramos amigos y amantes, donde tus besos se convertían en la dosis más parecida a la cura de la muerte, tus caricias me hacían vislumbrar la penumbra del infierno, conllevando a esos momentos donde destruíamos vestiduras y combatíamos cuerpo a cuerpo sometiéndonos al idilio y ultrajándonos al placer, hasta llegar a ese intervalo entre la vida y la utopía, donde gritábamos sin cesar, y ese sublime anhelo, de efervescencia llamado orgasmo, nos violentaba y nos amaba hasta llegar a ese silencio que hablaba sin parar y nos decía al oído: te amo amor mío. Ahora estoy perdido sin tu cuerpo, sin tu alma, y el perfume de tus besos acompaña a mis lágrimas, haciéndome saber, que reflejé lo imposible, conocí lo inmoral y amé de verdad.

ORGASMO

Esas situaciones en donde nuestra rabia se transforma en sublime orgasmo y nuestra furia se convierte en eminente placer, que momentos, en donde me ultrajas con afecto y me violentas con pasión, que instantes, en donde mis gemidos y aflicciones, no son de tristeza ni amargura, sino de éxtasis y convulsión, en donde nuestras heridas después de fornicar solo son muestras de la osadía de nuestro amor y la intrepidez de nuestro corazón, esas secuelas que irradian nuestros cuerpos al mirarse frente a frente y esparcir las conmociones de dos latidos y dos mentes que copulan y se injurian, haciendo del sexo, una dulce blasfemia, una exquisita ninfomanía y un gustoso kamasutra; en donde ocasionamos una pugna entre dos seres que se adoran con caricias y fruición diciéndose al oído al terminar, un te amo tan efímero, que en el lecho es algo eterno.

Qué intrépido sueño el que tuve esta noche, vislumbraba tu presencia abrazándome con júbilo, pidiéndome al oído que te desnudara suavemente y te besara como nunca, que te hiciera el amor mientras escuchaba a tu alma diciéndome en latidos el amor que me proclamas; y yo como un loco enamorado, te besaba suavemente con besos de placer, de orgasmo y convulsión, haciéndote sentir la belleza de vivir y lo eminente de saber, lo que es la muerte en el placer, sepultando un orgasmo en el umbral de tu espíritu, diciéndote al instante que te amo de verdad. Siento ese sueño como pesadilla, y esa verdad como mentira, ahora pido a gritos que vuelvas a mi lecho y me ames con clamor, diciéndome al oído, te amo, mi amor.

Esos segundos que hacemos eternos mientras nuestros sentidos experimentan el placer de acariciarse y de rozarse, como la brisa acaricia tu silencio; donde la lujuria y la blasfemia, solo son palabras atroces para muchos imbéciles, cautos y prudentes; para nosotros sin razón, sin sentido, sin significado, y te haga sentir esa penetración intensa que ocasiona mi amor, y en donde tu respuesta es succionarme lentamente con clamor, a tal punto, de demostrarme con gritos y gemidos el sentimiento y la pasión, que instaura nuestro amor. Y expresamos con sigilo la sinceridad del corazón, y sintamos lo sublime del orgasmo y lo pulcro del éxtasis. Y al portar tan excelso atuendo, el atuendo de la piel, donde no existen sujetos, solo dos espíritus, copulando conmociones y sintiendo el sadismo de enamorarse con ceguera, de un latido y una respiración.

BLASFEMIA

Qué excitación la que implantan mis sentidos expresando orgasmos de versos, y éxtasis palabras, en un mundo de lujuria textual y blasfemia poética, donde eyaculo cuando escribo, y segrego cuando instauro, que impregno en ese cuerpo, ese cuerpo que es un lienzo, que es casto y vuelvo impío, que guarda mi injuria y vigila mi indolencia, y copulo en el momento de impregnar a mis ideas en esa hoja en blanco que me atrae sin problemas, donde encuentro libertad y penetro mi subjetividad, y ocasiono conmociones de orgasmos y palabras, de versos y placer.

Oh mi bella amada, te veo en la morada del éxtasis de mi lujuria, ocasionándome convulsiones de exaltación y agites de delirios donde mi esquizofrenia se dilata, e instaura mundos orgásmicos, atiborrados de blasfemia y saturados de fricción y me ocasionan sentimientos abruptos y a la vez apacibles, que me originan eyacular precozmente en el aura de nuestro ser y me hacen sentir ese calor intenso de afecto y exaltación de tu cuerpo sobre el mío, ostentándome salvajemente, cómo nuestras conmociones, que luchan por vencer, una sobre la otra, hasta la muerte del placer.

Esa conversación en donde yo hablo mientras tú gimes, en donde tú discutes mientras yo grito, esa tertulia tan personal, tan clandestina, en la que ocasionamos espasmos de placer y orgasmos de insurrección, ese diálogo entre nuestros sentimientos y conmociones, donde platicamos internamente, besándonos ciegamente con locura y demencia, en donde te beso con pasión en el rincón más sublime y recóndito de tu cuerpo, y tú me besas con sublevación en el lugar más sensible y sensitivo de mi cuerpo, esas palabras sin razón, sin sentido, pero con clamor y furor, donde yo te escucho a través de tus latidos y tú me escuchas a través de mis sentidos, ese amor sin repulsión, solo con adhesión, donde en el éxtasis de la demencia ocasionamos convulsiones que nos llevan a una conversación tan placentera y a la vez efímera, donde nos rozamos y acariciamos terminando copulando, sin restricciones, solo dos corazones y amor.

INSURRECCIÓN

Qué horizonte más extraño el que me invita a su morada justificando mi osadía de volar a lo infinito, de superar la utopía y alcanzar la fantasía, qué corazón más rebelde lleno de locura y placer, que me vuelve insurrecto y a la vez muy sumiso, qué luz más sublime la que penetra en mi ser, es la luz de la vida que me lleva a lo obsceno y también a lo digno, qué noche más ilustre la que rodea mis deseos, y alegra mis tristezas, es la noche del placer que me exalta hasta el orgasmo; conjugando un día a día de amor y opresión, solo me espera la muerte que me llevará al eterno, me llenará de placer y resucitaré sin sentirlo.

Mujer subversiva e insumisa, que exploras cambios, destellas pasión, transmites inspiración, eres amante de las armas, enemiga de la opresión, compañera de disputa, gestora de revolución, que cautivas con miradas que expresan tus sentidos, conjugando un corazón y justificando valentía, demostrando amor y evidenciando rebeldía; qué mirada más atroz y sublime a la vez, encajada en tu cuerpo, qué dispersa rebelión, trasciende utopías y engendra libertad, mujer indignada, marginada y vengativa, conviertes tu día a día, tu noche a noche, en conspiraciones e ideas, explicando una vida de sueño y fantasía, buscando una realidad y no un imposible, mujer insurrecta y sublevada, día a día, noche a noche, tienes la osadía de un claro sueño, que te lleva a un mundo épico y heroico, donde la belleza se basa en sentimientos y emociones y no en dinero y prototipos, día a día, noche a noche, sientes el deseo fantasioso de un universo de cambios y una tierra de poesía, sientes cómo las ilusiones se desvanecen, transformándose en realidades, día a día, noche a noche, tienes un indigestión de doctrinas y pensamientos que divulgan cambio y bienestar, esa es tu vida, tu día a día, tu noche a noche, mujer única e imponente.

Qué excitante un individuo pensante, qué orgásmico un sujeto inteligente, qué bella una mente eyaculando ideas, qué hermoso un cerebro expeliendo conocimientos: placer, encanto, satisfacción; amor mental, atractivo y placentero, atiborrado de militancia y subversión conjugando sentimientos, emociones y arrojo; cómo un arma encaja en unas delicadas manos ocasionando una explosión efímera suficiente para arder fuego con amor interiormente, para emanar humo con revuelta íntimamente, para dispersar contienda profundamente y que se sacudan las masas y la subversión aumente. No estás sola, la libertad te acompaña seguida de represión y odio como el oprimido al opresor, somos mentes brillantes, somos armas peligrosas derrocando un sistema con amor y pasión, dicha para todos o moriremos por ello, hagamos el amor y nuestras vestiduras arranquemos.

AMOR

El amor es el antídoto que nos vislumbra el júbilo de la vida, la sublimidad del mundo, la perfección de la naturaleza, la preciosidad de los animales y la locura de hombres y mujeres. Mediante esta poción el vivir se convierte en osadía y la muerte se transforma en enemiga. ¿Qué pasaría si este brebaje no cohabitara con vosotros?, sencillo, percibiríamos la vida con tristeza, observaríamos al mundo con declive, divisaríamos la decadencia de la naturaleza, resaltaríamos la abolición de los animales, y hombres y mujeres serían entes sin alma, sin espíritu. Si no yaciera tal bebida con vosotros el vivir se convertiría en castigo y la muerte en salvación. Entonces, ¿qué es mejor, su presencia o su evaporación?

Malditas lágrimas que gritan sin surgir, que aman sin amar, que quieren sin querer, que buscan la verdad, que emanan la tristeza e irradian soledad; amor taciturno, íntimo y utópico, con un corazón que late sin cesar, que irradia anomalía, que observa la ceguera, que escucha poesía y que busca libertad, amor infecundo y abatido, eso eres, eres soledad, llena de sentimientos, emociones y experiencias, conjugando letras, versos, poemas, mundos y universos, miserable soledad, que me tienes sin tenerte, que me llevas sin llevarte, que amas sin amarte; desdichada, infeliz y mezquina soledad, asesinas, odias y exterminas…maldita soledad.

UTOPÍA

Mundo de apariencias, tierra de inconformes, mundo de mentiras, tierra de peones; animales maltratados, mujeres quebrantadas, hombres incapaces, niños alienados, corazones inservibles, regiones fragmentadas, culturas quebrantadas, seres oprimidos; mundo de engaños, tierra de ficciones, mundo desgarrado, tierra de invenciones; animales extinguidos, mujeres maltratadas, hombres iletrados, niños perturbados, corazones lacerados, regiones divididas, culturas destruidas, seres sometidos; mundo de disfraces, tierra de artimañas, mundo simulado, tierra de artificios, universo de utopía, universo destrozado, universo olvidado; universo de millares, animales amparados, mujeres insurrectas, hombres sublevados, niños reflexivos, corazones productivos, regiones agrupadas, culturas evocadas, seres redimidos, mundo de parientes y tierra de hermanos. Qué filantropía más absurda la que dispersan mis sentidos, cada vez que perciben que aproxima una ilusión, que nos divisa una visión y que nos acosa un espejismo, qué felicidad más alucinada la que sienten mis axiomas cada vez que no encuentran opresión y tampoco opositor, qué esplendidez más paradójica la que sienten mis discursos que no son impugnados ni tampoco silenciados, qué magnificencia más incongruente la que divulgan mis emociones sin encontrar detrimentos y tampoco menoscabos, qué altruismo más ilógico el que irradian mis acciones, es el mundo de la utopía, un lugar perfecto; sino fuera prefecto, nociva utopía que pones a volar en busca de abolir lo imposible y volverlo factible, de extinguir lo improbable y volverlo realizable, maldita utopía, sublime utopía.

Qué célebre el recorrer el mundo, ese mundo utópico que enuncia fantasías y nos irradia ilusiones y nos lleva al infinito y nos atrae a lo eterno, y de la audacia de lo cruel y el arrojo desalmado, nos expulsa velozmente y nos transporta a lo dulce, de leer con amor y de aprender con clamor, y nos convierte en dos entes completamente invisibles y además imaginarios, que recorremos mundos de versos, tierras de palabras y universos de poesía, y cada vez que observamos el horizonte, un millar de obras esperando ser leídas, llenas de realismo irreal e imposible realidad, que nos trasportan en un devenir de emociones y un acontecer de sentimientos, en el cual nuestro amor se basa en el conocimiento dándonos un amor inmortal, porque el conocimiento es perdurable, la magia de tus besos es perpetua y los versos de los libros son sublimes; oh mi bella compañera de lectura y amante de afección, que te llevas mi mirada cuando lees concentrada, y te robas mi amor cuando lees sin control, o perdurables mundos recluidos en nuestros cuerpos y nuestros cuerpos recluidos en perdurables mundos, qué sensación de ideas y conocimiento que nos llevan a la demencia y a la vez a la razón, oh mi bella compañera, compañera de lectura, compañera de adhesión, que caminamos en el cielo y volamos en la tierra; oh mi bella compañera.

Qué eminente mi mundo colmado de libros y sin personas, saturado de letras y sin estereotipos, aglomerado de frases y sin individuos, atiborrado de párrafos y sin sujetos; qué prodigioso mi mundo en el que creo pensamientos e instauro concepciones, y no formo mentiras y establezco engaños, un mundo de poesías e inspiraciones, y no de envidia y egoísmo; qué excelso mi mundo, erótico y épico, y no de castidad y cobardía; un mundo con cuantiosa soledad e incontable compañía, con colosal abandono y excesiva adhesión; un mundo repleto de amor y sin expresiones de rencor, con abundante pasión y sin ninguna aversión, donde engendro romance y extingo odio, gesto idilio y derogo repulsión; mi mundo, ese mundo de próceres y escritores, de poetas y novelistas; mi mundo de ideas, unas déspotas y las otras demócratas, como las que cambian el mundo para unos, y las que quieren un bienestar para todos, unas que buscan la libertad y abolir la opresión, otras que nos muestran la luz y ocultan la oscuridad, unas que nos cuentan la historia y no especulan el futuro, todos estos conjugando un mundo, ese mundo que va dentro de mí, ese es mi mundo.

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