Año XX No. 115
NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2020
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EDITORIAL
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VOZ DEL RECTOR
24 18 Directorio Pbro. Ascensión Martínez Escobar DIRECTOR GENERAL Pbro. Vicente Haro Campos COORDINADOR GENERAL
Adviento - Navidad.
? PARA REFLEXIONAR La caridad fraterna. Las bienaventuranzas.
DIÓCESIS DE ZACATECAS Los laicos y el Sínodo.
LUZ PARA EL CAMINO
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Cómo se vivirá la navidad en pandemia?. Hablemos de "Auto-apropiación" emotiva.
RETAZOS DE VIDA
COORDINADOR EDITORIAL Saúl Trejo Martínez COEDITORES José Pedro Rosas Maldonado Antonio Torres Martínez Luis Fernando Sánchez Huerta Juan Herrera Herrera Humberto Santoyo Frausto Oswaldo Isaí Suárez Escalante Abraham Torres Martínez Miguel Neftalí López Esparza SECCIÓN DE NIÑOS Sergio Sánchez Huerta Rosalío Velasco Espinoza
VOCACIONES
DISTRIBUCIÓN Y VENTAS José Manuel Alvarado González Raúl Villagrana Aguirre
Beato Carlo Acutis.
CULTURA
Acostar y levantar al Niño Dios.
LITURGIA
FOTOGRAFÍA Emmanuel Govea González Aurelio Campos Sánchez
Liturgia de las horas.
IGLESIA UNIVERSAL
DISEÑO José Luis Miranda
Samaritanus Bonus (La eutanasia y el suicidio asistido).
AMIGOS Y BIENHECHORES PASTORÍN
EDICIÓN GRATUITA
En Portada: Navidad 2020
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Seminario de Zacatecas
@RevistaPastores
¡Hola, amigos lectores! L
os saludo nuevamente con mucho gusto, es una alegría poder llegar a sus hogares. Deseo que todo esté bien. De nuevo a causa de la pandemia les ofrecemos una edición digital gratuita con un excelente contenido. Les informo que tres de nuestros integrantes han concluido su ciclo y colaboración en Pastores: Jesús Alberto Gallegos Cabral, Víctor Francisco López Méndez y Rafael Cristalinas García. Agradezco mucho su amor, dedicación y tiempo en este proyecto, han dejado su esfuerzo plasmado en lo que ahora somos, como otros tantos que han trabajado en esta Revista y que también gracias a ellos Pastores es lo que es. Dios los bendiga en su vocación y misión. También con gusto presento a los nuevos integrantes que con entusiasmo han querido iniciar en esta labor: el padre Vicente Haro Campos quien será el nuevo coordinador general de nuestra Revista, Oswaldo Isaí Suárez
Por Saúl Trejo Martínez Coordinador editorial
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Escalante, Raúl Villagrana Aguirre, Abraham Torres Martínez, Rosalío Velasco Espinoza, Humberto Santoyo Frausto, Aurelio Campos Sánchez y Miguel Neftalí López Esparza. ¡En hora buena! En este nuevo año editorial llevaremos una temática especial en algunas secciones. En la sección Para Reflexionar, se hablará sobre las bienaventuranzas. En Luz para el Camino se hablará sobre cuestiones que han surgido a causa de la pandemia. En la sección de Liturgia se llevará una serie de temas para hablar sobre la Liturgia de las Horas. Ojalá que la esta edición sea de su agrado. Nos encomendamos a sus oraciones y también pidamos a Dios que este tiempo duro de pandemia termine, pidamos por todos los enfermos y las personas que desgraciadamente han fallecido últimamente.
¡Dios los bendiga!
PASTORES 115 EDITORIAL
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l Por
Pbro. Ascensión Martínez Escobar Rector
En medio de esta dura tempestad compuesta por el COVID-19, muertes por el crimen organizado, problemas económicos, desorientaciones familiares y otros muchos detalles, surge la Palabra de nuestro Señor Jesucristo: «Velen y estén preparados»; «He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti»; «Yo soy la voz que grita en el desierto»; «Enderecen el camino del Señor»; «Proclama sin cesar la misericordia del Señor». Ante las súplicas insistentes a nuestro Señor de que pase toda esta tempestad, él nos anima a perseverar vigilantes, a no dejar que estas situaciones dolorosas nos El papa Francisco nos recuerda que la ayuda divina no despeguen de nuestro compromiso que está solo en los grandes santos conocidos, sino que está tenemos diario. en todos, en el papá y la mamá que crían a sus hijos con Hay un texto muy iluminador del santo tanto amor y los orientan con sabiduría por el camino del evangelio que dice que cuando seamos bien; lo mismo está en tantas personas que tienen que salir perseguidos, difamados y ofendidos, no en medio de la tempestad con el temor de ser arrollados nos desanimemos, al contrario, sepamos por ella, pero con la fe firme en Dios, para llevar el pan a que son oportunidades que tenemos para sus familias; qué decir de tantas personas que trabajan en dar prueba de nuestra fidelidad; lo mismo el sector salud, algunos familiares nuestros que arriesgan pensemos en situaciones muy difíciles cada día su salud, su familia, su misma vida. Estas que se nos presentan, son ocasiones de p e r s o n a s caminan santamente por el camino examinarnos si estamos siendo fieles en lo del reino, tal vez sin darse cuenta, pero lo que se nos ha encomendado o no. hacen.
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PASTORES 115
VOZ DEL RECTOR
Y qué decir de los religiosos, que apegados a su llamada y carisma no dejan de hacer lo que les toca hacer con amor y dedicación, no importa que estén en el silencio de un convento o en las aulas de un colegio o tal vez en oficinas administrativas. Ahí dan testimonio cumpliendo responsablemente con su trabajo, y si además de cumplir su trabajo dan una sonrisa y un «buen día le dé Dios», hacen un día maravilloso para las personas. Por tanto, la Palabra divina no nos miente, él está con nosotros ahora como lo estuvo en otros tiempos de la historia. En la noche más oscura surgen los más grandes profetas y santos, mismos cuyos nombres tal vez no figuren en los libros de historia, pero que sí debemos agradecerles el que hayan permanecido fieles, atentos y vigilantes en el trabajo que les tocó realizar. Mis queridos lectores de Pastores, la santidad es el rostro más bello de la Iglesia, y nuestro Señor nos dice a todos, no solo a los consagrados, sino a todos: «Sean santos, porque yo soy santo» (Lv 11,45). Santidad significa hacer lo que me corresponde, alegre y responsablemente, pero cada uno por su camino. Los grandes santos son una motivación, desde luego, pero cada uno tiene su propio camino, busquemos la gracia de Dios extendida en nuestra vida para que con ella podamos avanzar felizmente en el camino de la construcción del reino divino.
Compartamos esa santidad con quien ha perdido la esperanza por estas grandes tempestades. No se requiere ser héroes, a veces con salir a saludar en nombre de Dios a los que sufren y detenernos un minuto a platicar con ellos se hace una gran obra de amor.
Dios nos bendiga a todos. PASTORES 115
VOZ DEL RECTOR
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La caridad fraterna Por Julio Montoya Gallegos Cuarto de la Etapa Configuradora
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nte las circunstancias muy concretas por las que estamos pasando, nos sentimos más pobres y débiles porque estamos viendo el grado de nuestra fragilidad y las restricciones de la libertad, la pérdida del trabajo, falta de relaciones interpersonales, riquezas espirituales y materiales puestas en tela de juicio. En definitiva las crisis en que nos encontramos y las que se avecinan no cesarán mientras permitamos que la responsabilidad que cada uno debe sentir hacia el prójimo y hacia cada persona permanezca aletargada. Cuando hablamos de caridad lo primero que viene a la mente es realizar un donativo
a alguna persona de escasos recursos limitándola, sin embargo en su sentido más profundo nos lleva a ver en el hermano a alguien igual a mí, y darle lo que le corresponde, dígase el tiempo que necesita para ser escuchado, para manifestar sus alegrías o temores, así como otorgarle algo, no de lo que me sobra, pues ahí no sería caridad, sino de algo que me es indispensable para vivir. La caridad fraterna es la experiencia que tienen un papá o mamá al dedicarle el tiempo necesario para estar con sus hijos, es el espacio para crecer juntos, para brindarle parte de los valores que se tienen, así mismo, aprender de ellos.
La caridad también consiste en hacer oración, es empatizar con quien está pasando por circunstancias difíciles, es elevar una oración por el personal laboral de salud, familias y personas que están experimentando más de cerca la pandemia, es reconocer que compartimos una casa la cual implica que juntos cooperemos para el aseo y conservación de la misma, es reconocer que lo que nos ofrece nuestra casa común no es para dominarlo y exterminarlo sino para administrarlo y conservarlo.
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La manera más eficiente para crecer como personas y seguir adelante es viviendo la caridad, no solo para el perfeccionamiento personal sino también para lograr un auténtico humanismo y una nueva convivencia social. PASTORES 115 PARA REFLEXIONAR
Vivir la caridad fraterna implica tres puntos esenciales: • Respeto a la persona en cuanto tal, sus derechos y deberes y la realización de su vocación. El respeto a la verdad, la justicia y la libertad, cuando es vivificada por el amor, que hace sentir como propias las necesidades y las exigencias de los demás e intensifica cada vez más la comunión en los valores espirituales y la solicitud por las necesidades materiales. Estos valores constituyen los pilares que dan solidez y consistencia al edificio del vivir y del actuar: son valores que determinan la cualidad de toda acción e institución fundada en el amor.
• Bienestar social teniendo como base la justicia. La caridad presupone y trasciende la justicia: esta última ha de complementarse con la caridad, si la justicia es de por sí apta para servir de árbitro entre los hombres en la recíproca repartición de los bienes objetivos según una medida adecuada, el amor y solamente el amor es capaz de restituir al hombre su esencia individual.
• Estabilidad y seguridad en un orden social. La caridad es la fuente de unidad, fraternidad y paz, aspectos que ninguna ley o sistema podrán lograr en una sociedad si no le inspira a cada hombre a vivirla de una manera individual, e ir adquiriendo las herramientas para afrontar las circunstancias actuales tanto en las estructuras y organizaciones sociales, para ser una caridad social y política que lleve a considerar a la persona en su totalidad a nivel social.
La caridad fraterna en el campo político no se agota en las relaciones entre las personas, sino que trasciende a sujetos insertados en la sociedad procurando el bien posible para la comunidad en su conjunto. Ejerciendo la caridad fraterna no solo reconocemos la dignidad que tienen mis hermanos, sino que en cada uno de ellos veremos la presencia de Dios que constantemente nos invita a buscar la santidad, buscamos participar ya desde ahora de la felicidad alivianando las cargas que cada uno llevamos y que luego se verá coronada con la felicidad eterna. Vivir la caridad fraterna es agudizar la sensibilidad a las necesidades espirituales, materiales y corporales de cada uno de nuestros hermanos no limitándonos solo a quienes compartimos la misma ideología, o religión sino trascender, buscar el bien de la persona como obra y manifestación de la belleza de Dios. PASTORES 115 PARA REFLEXIONAR
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Las Bienaventuranzas «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajen por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan, y cuando por mi causa, os acusen en falso de toda clase de males. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros» (Mt 5,3-12).
Por José Luis Pinedo Luján Primero de la Etapa Configuradora
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as bienaventuranzas son la introducción al sermón de la montaña que es una parte importante del Evangelio de Mateo. Éste es un pasaje un poco difícil de comprender, pero es un texto extraordinario que contiene toda la novedad del evangelio. Son de suma importancia para el cristiano porque en ellas Jesús nos expone cuáles son las características del ciudadano de su Reino, por eso cada uno de nosotros como discípulos y misioneros de Jesús debemos dejarnos interpelar por estas palabras y así descubrir a qué reino pertenecemos, ya que ellas nos confrontan con nuestra realidad.
La palabra «bienaventuranza» quiere decir felicidad y en nuestro contexto de cristianos es un sinónimo de ser santo. Dios ha puesto en el corazón del hombre ese deseo de felicidad, las bienaventuranzas son el camino seguro para llegar a ella y es lo que Jesús quiere comunicarnos en este pasaje, esto lo afirma el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1718: «Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer». Para hacer nuestras estas palabras de Jesús nos corresponde llevar una vida en la que podamos: vencer el orgullo, el egoísmo, purificar nuestro corazón de malvados instintos, buscar el amor de Dios sobre todo, dejar crecer en nosotros el amor hacia el prójimo y los valores morales propuestos por él. Esto nos ayudará a llegar a aquella plenitud y felicidadsantidad tan anhelada en la época actual que requiere de compromiso y esfuerzo pues son muchas las distracciones que se interponen para lograr nuestro objetivo.
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Por esto podemos decir que la verdadera felicidad no se encuentra en la triple idolatría del poder, tener o placer como se nos hace creer en nuestra sociedad actual. La felicidad la encontramos realmente en Dios que nos ha creado para él porque es la fuente de todo amor y de todo bien, esta se basa precisamente en la certidumbre de que Dios nos ama infinitamente, nosotros somos sus hijos y estamos llamados a compartir su eterna beatitud con la ayuda del Espíritu Santo.
El papa Francisco, en la Exhortación Apostólica sobre el llamado a la santidad en el mundo actual Gaudete et Exultate número 63, nos explica que las bienaventuranzas iluminan nuestra identidad de cristianos para alcanzar la vocación a la santidad: «Puede haber muchas teorías sobre lo que es la santidad, abundantes explicaciones y distinciones. Esa reflexión podría ser útil, pero nada es más iluminador que volver a las palabras de Jesús y recoger su modo de transmitir la verdad. Jesús explicó con toda sencillez qué es ser santos, y lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas (cf. Mt 5,3-12; Lc 6,20-23). Son como el carnet de identidad del cristiano. Así, si alguno de nosotros se plantea la pregunta: “¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?”, la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las bienaventuranzas. En ellas se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas». Para vivirlas es necesario elegir a Jesucristo, tener un encuentro personal con él, que tome el lugar que le corresponde en nuestra vida, abrirnos a la acción de su gracia en nuestras vidas porque en él el hombre se humaniza más, por ser Cristo verdadero hombre. En ellas Jesús dice que el ser humano no debe buscar la felicidad con la satisfacción de sus propios intereses, ni en la práctica interesada de su religión, sino que alcanzará la felicidad cuando consiga dedicarse honesta y humildemente a la construcción de un mundo más humano, generoso y lleno de misericordia, teniéndolo a él como única riqueza, siendo dóciles a su Espíritu, dejándonos consolar por él en el sufrimiento, teniendo hambre de santidad con la práctica de los mandatos del Señor, perdonando a los que nos ofenden; buscando siempre la pureza de corazón, la paz en nuestra familia, sociedad y en los lugares donde nos desenvolvemos, siendo fieles a las enseñanzas del evangelio a pesar de que esto exija nadar contracorriente. PASTORES 115 PARA REFLEXIONAR
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Por Sofía Estela Guerrero López y José de Jesús Flores Jiménez
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La XII Asamblea con el tema os que aquí participamos, «Iniciación Cristiana» trajo consigo iniciamos nuestra la voz unánime de las parroquias: formación como agentes queremos formarnos. En el 2017 de pastoral siendo integrantes se conoció a los diferentes tipos de de grupos juveniles del familia y sus reales e impactantes CEC, después en proyectos desafíos. Un verdadero reto y mucha parroquiales acorde a nuestra enseñanza fue la Asamblea XIV, condición familiar, en el 2014 nos donde se identificaron los desafíos de llegó la invitación a participar las generaciones jóvenes. en un equipo de la Vicaría de El tema «Agentes y Ministerios» del Pastoral, fue y es un gran regalo 2019 considerando por separado los para nosotros tener de mentor al desafíos de los laicos, los presbíteros presbítero Luis Humberto Jara. y la vida consagrada nos hace palpar Iniciamos con el tema de una idea más clara de lo que se planeación estratégica, fue perfilaba: el III Sínodo Diocesano, una tarea que nos cuestionó «Cada uno escuchando a los otros y y nos obligó a pasar de un todos escuchando al Espíritu Santo». pensamiento empresarial y En un inicio con los desafíos de los educativo para aterrizarlo a diversos ejes creímos que sería la nuestra Diócesis. panacea de los males de nuestra La XI Asamblea en 2015 con el Iglesia particular, un conjunto de tema eje «Nueva Evangelización normas y reglas que nos indicarían el e Iniciación Cristiana», fue una camino a seguir. A medida que fuimos experiencia motivadora para digiriendo el concepto descubrimos la iniciar la Ruta 2020. gran riqueza que podemos alcanzar.
¿Cómo vemos y cómo va el Sínodo en esta segunda etapa? Ya desde la ruta 2020 en los distintos ejes, varias líneas de acción indicaban la importancia de aprovechar las tecnologías de la información para innovar nuestros procesos de evangelización,
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PASTORES 115 DIÓCESIS DE ZACATECAS
de tal manera que no nos sorprendió y aceleró la necesidad de actualizarnos. El proceso de consulta del Sínodo continúa, la pandemia no lo ha detenido, solo ha modificado las formas de participación y en eso los laicos mucho tenemos que decir y proponer.
Además de las transmisiones de las misas y actos piadosos a través de las redes sociales, se identifican los esfuerzos que realizan varias parroquias por implementar la consulta de los temas del Sínodo de manera virtual en diferentes plataformas tecnológicas. Así podemos observar las crecientes reuniones de consejos parroquiales, equipos pastorales y movimientos por videoconferencias, sin embargo, no todas nuestras parroquias han tenido la suerte de poder adaptarse a esta nueva realidad, la ausencia de internet en lugares alejados, la falta de equipo y la falta de capacitación de los agentes de pastoral han dificultado su incorporación. Sin duda que se ha hecho mucho, pero también podemos seguir mejorando. Hemos sido observadores de tres foros virtuales de los temas emergentes. El pasado 28 de agosto el primer foro en línea estuvo dedicado al tema de la «Cultura de la Vida» con la participación de ponentes de índole internacional, que hablaron principalmente de la protección a la vida desde la concepción. Creemos que se pudo complementar con algunos otros problemas que ponen en riesgo la vida como los problemas de salud, de seguridad, ecológicos y de otra índole como la pobreza.
Por tanto el III Sínodo sigue caminando y En el segundo foro, realizado el 9 de con la ayuda del Espíritu Santo se han estado septiembre con el tema de la migración dando importantes pasos en la mejora de los dirigido fundamentalmente a nuestros procesos pastorales y de consulta. Invitamos a paisanos radicados en el vecino país del norte, los laicos a participar, a poner nuestro granito se dio la posibilidad de que los representantes de arena y en conjunto con nuestros pastores, identificaran algunas debilidades y aspectos sigamos encontrando mejores formas de positivos de nuestra Iglesia diocesana y hubo escuchar y ser más propositivos, siendo una propuestas específicas. comunidad corresponsable y participativa, Como parte del tercer foro con el tema de una Iglesia en salida, aprovechando esta la «Cultura Digital», circula en las redes oportunidad que Dios nos da para salir sociales un vídeo con una entrevista a un fortalecidos de esta histórica situación. especialista sobre el uso de las tecnologías de comunicación, cuyos consejos son dignos de tomarse en cuenta en este proceso. PASTORES 115 DIÓCESIS DE ZACATECAS
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l Por
Daniel Gutiérrez Hernández Primero de la Etapa Discipular
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os encontramos próximos a celebrar uno de los grandes misterios de nuestra fe, un acontecimiento en el cual celebramos que Dios se hizo hombre para salvarnos, una fecha que no solamente dejamos pasar como una festividad más, sino que en esa Nochebuena se ensancha el corazón y nos alegramos al reunirnos con los nuestros. Este año de una manera distinta, debido a la pandemia ocasionada por el coronavirus nos lleva a cuestionarnos, nadie sabía que podía pasar, comenzábamos a sentirnos frustrados, fuimos víctimas del pánico, del miedo y de la desesperación. Después poco a poco comenzamos a vivir esta nueva realidad, con el tiempo nos fuimos adaptando, para algunos fue más difícil que para otros; muchos en la comodidad de sus casas, otros con la angustia de llevar el sustento a sus hogares.
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LUZ PARA EL CAMINO
Hace cerca de nueve meses comenzó esta pandemia en nuestro país. Analizando esto podemos darnos cuenta que desde el silencio, el Señor ya venía acompañando a nuestra humanidad, ante tanta desesperación y temor el Señor se fue encarnando en nuestra tierra. Gestándose en lo íntimo de las familias que sufren, en la angustia de aquellas personas que se ven acosadas por la crisis económica, en la soledad de las personas mayores, en el arduo trabajo de todos aquellos que hacen posible que este mundo siga en pie. Sin darnos cuenta el Señor nos ha ido preparando para llegar hasta su pesebre.
Ahora bien, al preguntarnos ¿cómo se vivirá la Navidad? Nos encontramos con una gran variedad de respuestas: para muchos será otra más que debe vivirse de la misma manera como hasta ahora, algunos con la dificultad de haber perdido sus empleos, otros que han hecho ya de esta pandemia parte de su vida se preparan para vivirla tal como han celebrado los otros acontecimientos en este tiempo. Pese esto, algo a lo que no debemos ser indiferentes es que Dios se hizo hombre y asumió nuestra naturaleza para salvarnos.
Es necesario que nos demos cuenta que Aquel que por amor se hizo hombre, se acerca a nuestra naturaleza ahora sufriente a consecuencia de este virus, y nosotros próximos a vivir este acontecimiento, comenzamos a disponernos para celebrarlo. Por lo general, es común que nuestra preparación quede solo en lo material, pero nos olvidamos de que lo importante es prepararnos para que Jesús pueda nacer en nuestro corazón. Es el tiempo conveniente para recordar que el sentido de las buenas obras es la perseverancia en ellas, es el momento para dejar que Jesús nos impulse a salir de nosotros mismos y poder ver más allá de nuestra comodidad, de esta pandemia, de mis intereses, de lo que solo a mí me importa, a fin de que saliendo de nosotros mismos nos demos cuenta que «Dios ha puesto su morada entre nosotros» (Jn. 1,14), que discretamente, él se encuentra ya en medio nuestro.
No dejemos pasar esta Navidad, que será diferente a las anteriores. Mirémosla como una oportunidad en la cual el Señor mismo nos invita a ir tras él, en la que no debemos olvidar que en él somos hermanos. Dejémonos cautivar por aquel Niño, asombrándonos por la grandeza de ese Dios que en medio de la pobreza, en la fría noche, viene a dar esperanza a los hombres y que nuevamente hoy viene hacia nosotros, entre el miedo y la incertidumbre de lo que puede pasar, en la enfermedad y el sufrimiento de las familias que han perdido un ser querido. Nosotros como los pastores cuidando de cada uno de los nuestros y preocupados por los dispersos, esperamos con ansias una vacuna que venga a dar solución a esta pandemia.
Este anuncio se repite una vez más, ya no a aquellos pastores sino a un pueblo que en medio de la oscuridad, encontró la luz. Somos los que esperan la salvación, la que se nos presenta con un Dios que se despoja de todo para servir. Por este Niño se alumbra el camino que nos hace comprometernos, para que al comenzar nuevamente a andar, dejemos de lado nuestra indiferencia y seamos lo que él vino hacer de nosotros, la familia de los hijos de Dios. Andemos pues como familia que somos, con la cara en alto, sabiendo que somos amados y podemos salir a nuestros hermanos con la alegría y la esperanza de la salvación, demostrando que Cristo ha nacido, no solo con palabras, sino con obras. Solo así podremos lograr hacer una feliz Natividad de Nuestro Señor.
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Hablemos de «autoapropiación» emotiva l Por
Pbro. Vicente Haro Campos Espiritual de la Etapa Discipular
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n la actualidad es muy común que escuchemos hablar de estos términos: inteligencia emotiva, asertividad en las emociones, taller de sentimientos, educar tu corazón, etc., al final de cuentas, todo redunda en el campo emotivo. En esta línea, ¿cuántas veces no hemos experimentado miedo, vergüenza, rabia, celos, tristeza, venganza, impotencia? Así pues, todo ser humano en cualquier ámbito de su vida, a todas horas, en cada minuto, en cada relación interpersonal experimenta toda una gama de emociones y sentimientos. Para que ahondemos más en este punto nos proponemos reflexionar en las siguientes preguntas: ¿cuál es la diferencia entre emociones, sentimientos y afectos?, ¿existen emociones positivas o negativas?, ¿cómo podemos gestionar nuestro mundo emotivo?
En el corazón de toda persona, existen muchísimos afectos, los cuales son estados emotivos de placer, bienestar, dolor o malestar; estos nos acompañan en cada momento. A su vez, los afectos se dividen en dos vertientes: las emociones, son estados afectivos las cuales brotan de manera espontánea, rápida e inconsciente y los sentimientos, son estados afectivos los cuales brotan de manera consciente, son estables y duraderos. Por ejemplo: Doña María fue a la tienda y al cruzar la calle, el claxon de un carro provocó que ella experimentara miedo (es una emoción porque fue espontánea y rápida), enseguida, cuando se detuvo en la banqueta, comenzó a reflexionar la escena y poco a poco ese miedo se transformó en ansiedad y angustia (se trata de sentimientos porque ya son conscientes y duraderos) por lo que hubiera sucedido, ella piensa: «quizás me hubieran atropellado».
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Una vez que hemos clarificado los conceptos de la inteligencia emotiva, trataremos de responder la segunda cuestión. Sucede que muchas veces los seres humanos nos conflictuamos ante el tema de las emociones de tal manera que las catalogamos como buenas o malas. Así, por ejemplo, concebimos que la agresividad, el dolor, la impotencia, la rabia y la vergüenza son emociones negativas porque nos crean una cierta incomodidad y preferimos no asumirlas porque desajustan nuestro corazón; y lo contario, percibimos la paz, serenidad, alegría, gozo y entusiasmo como emociones positivas porque nos dejan una satisfacción interna y externa. Sin embargo, hay que clarificar que en las emociones y sentimientos no existe moralidad, no son buenas ni malas, simplemente son parte del ser humano, ya que no le podemos ordenar a nuestro corazón que no sienta. Así pues, llegamos al final del último cuestionamiento. Sucede que muchas veces no nos damos la posibilidad de gestionar y expresar de manera asertiva nuestro campo emotivo, quizás porque nos han educado en todo, excepto en la educación del corazón, de los afectos, emociones y sentimientos. Por ende, no enfrentamos las emociones porque nos causan conflictos o nos limitamos a mandar mensajes con emoji y pensamos que así ya estamos expresando lo que somos. Es por eso que proponemos los siguientes pasos de la llamada «auto-apropiación» emotiva: 1. Es necesario que nos demos permiso de sentir cualquier tipo de emoción sin buscar evadirla. 2. Es conveniente que aprendamos a acoger aquello que nos causa cierta incomodidad como oportunidad de reconciliación con uno mismo. 3. Es importante que verbalicemos nuestra emoción o sentimiento, hablándolo con la palabra justa, sin maquillar las emociones. Aprender a decir estoy molesto, triste, etc. 4. Es esencial detenernos en nuestras emociones antes de actuar, de ahí la máxima famosa: «piensa antes de actuar». 5. Es aconsejable que nos preguntemos qué es lo que ha ocasionado tal emoción y en qué otro momento de nuestra vida pasada la hemos experimentado. 6. Es muy oportuno que expresemos nuestras emociones de manera constructiva, en el momento exacto, con la persona correcta y con el tono justo sin herir al otro. 7. Es necesario que le demos un sentido a aquellas emociones que tienen una carga aparentemente negativa o en otras palabras que les encontremos un valor. Así, por ejemplo: los celos ayudan a reconstruir una pareja, la venganza ayuda a ser personas perseverantes pero sin dañar a los demás, la tristeza nos ayuda a reavivar el amor por los seres que se nos han adelantado. En conclusión, todo ser humano en cualquier rol que desempeñe está llamado a favorecer una auténtica educación del corazón, de los afectos, emociones y sentimientos, hasta el punto que tenga la capacidad de adquirir los mismos sentimientos de Cristo (Cfr. Flp 2, 5). Hay que atrevernos a ser humanos auténticos que tengamos la capacidad de expresar asertivamente lo que somos y tenemos en el corazón con tal de ser mejores personas. Por tanto manos a la obra, educar nuestras emociones y sentimientos es tarea de todos los días. PASTORES 115
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Por Ángel Javier Rodríguez Valle, Tobias Bañuelos Hernández, Ramon Emanuel Tovar Haro y Diego Abelardo Sucedo Delgadillo.
El Seminario Menor es la etapa donde ingresan los jóvenes que han concluido la educación secundaria que sienten el llamado hacia la vida sacerdotal. El Seminario Menor es un primer paso para discernir la vocación que Dios tiene para el joven.
Tiene una duración de tres años en los cuales se trabajan cuatro dimensiones en la formación complementaria para el crecimiento y maduración del adolescente: • Humana. • Espiritual. • Intelectual. • Apostólica.
Buscando objetivos conforme a su nivel formativo como lo son el conocerse a sí mismo, crear amistades fraternas y descubrir el llamado de Dios mediante el acompañamiento del equipo formador y la oración.
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RETAZOS DE VIDA
Los estudios son realizados en el «Instituto Miguel Agustín Pro» donde se cursa la preparatoria adquiriendo conocimientos para integrarlos a la vida cotidiana y aplicarlos al servicio de los demás.
Además, se tiene una modalidad de formación de seminaristas en familia (Semfam) la cual consiste de llevar la formación desde casa en compañía de la familia, parroquia y Seminario, asistiendo cada mes a retiros espirituales y acompañamiento humano y espiritual para su formación integral con el Seminario. La formación integral del seminarista esta conformada por actividades deportivas, culturales y recreativas donde se ve desempeñada la alegría y la convivencia. No hay que ignorar los llamados que Dios te hace, si sientes inquietud por la vida sacerdotal o quieres lograr un discernimiento adecuado de tu vocación, te invitamos a que lleves tu acompañamiento para que puedas responder al llamado que Dios te hace y adentrarte en esta aventura por Cristo y con Cristo
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RETAZOS DE VIDA
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Imposición de sotanas
Los hermanos de primer año de la etapa discipular recibieron jubilosos su sotana, signo de pertenencia y entrega al servicio de Dios en el llamado vocacional que específicamente han recibido, nos alegramos y pedimos por la perseverancia de su vocación.
Aniversario del Seminario El pasado 18 de octubre nuestro Seminario se vio engalanado por la celebración de un año más formando pastores a semejanza del corazón de Cristo. 151 años de historia preceden a esta institución y por ello el agradecimiento a Dios y a todos los que hacen posible nuestra formación.
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RETAZOS DE VIDA
125 años de fundación
Tuvimos el honor de acompañar la celebración de nuestras hermanas de la congregación Hijas del Sagrado Corazón de Jesús y Santa María de Guadalupe, quienes también con júbilo celebran 125 años de fundación en el carisma que el padre José Anastasio Díaz López les instruyó.
Acto académico y culmen de la formación inicial de algunos compañeros. A causa de la contingencia sanitaria que vivimos hoy en día, nuestros hermanos que culminaron su formación inicial fueron reconocidos por su esfuerzo y dedicación en un pequeño acto académico con el que concluimos la dimensión intelectual del ciclo formativo 2019 – 2020.
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Mes de las misiones
El pasado mes de octubre recordamos también la ardua labor que todos como pertenecientes a la Iglesia de Cristo por el bautismo poseemos, es decir, el llamado a la misión, a hacer partícipes del reino de Dios a todas las gentes y el Seminario no fue la excepción.
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Mes del Seminario
Gracias a la renovada forma de la pastoral vocacional se optó que todo el mes de octubre, junto con la celebración del aniversario de nuestro Seminario sea tiempo apto para promover el llamado a la vocación sacerdotal. Además, no podemos dejar de lado la ayuda que los fieles de nuestra Diócesis proporcionan como bienhechores que oran y son generosos para la formación de los futuros sacerdotes.
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Issac Salvador López Herrera Primero de la Etapa Discipular
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ue un adolescente como cualquier otro pero que durante su vida mostró un gran amor a Jesús en la eucaristía. Después de encontrarse con él no quiso reservar ese tesoro solo para sí sino que quería que todos pudieran tener ese encuentro con Jesús. Para esto, como joven de nuestro tiempo quiso evangelizar recurriendo a las redes sociales. Siendo un amante de la tecnología y del internet quiso poner este talento al servicio de la evangelización, intentando hacer que todos estuvieran cerca de Jesús y de su santa Madre, él siempre tenía presente e invitaba a los demás a que su brújula debía estar dirigida a Dios y a la Santísima Virgen. Carlo fue beatificado el pasado diez de octubre, en medio de la pandemia, y fue un momento de esperanza y de alegría para toda la Iglesia ya que cuando caminamos en momentos de oscuridad el Señor siempre nos alumbra el camino y para demostrarnos su presencia fiel ha regalado a la Iglesia el testimonio de un beato de nuestro tiempo, un beato de jeans y tenis, un joven similar a muchos de nosotros, con nuestras mismas inquietudes, pero que nos ofrece un ideal que trasciende y que se presenta para exhortar a toda la humanidad invitándola a no desfallecer en su arduo caminar demostrándonos que la santidad es posible.
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Carlo tenía muy presente que el trato con Jesús en la eucaristía involucra compromiso, y el amor que sentía hacia Jesús tenía que demostrarlo a los demás. Su vida fue coherente tanto en sus obras como en su fe. En Carlo se nota el testimonio de alguien que encontró a Cristo y que saliendo de sí mismo lo vivió en la caridad; él se empeñaba en hacerlo sin que su familia se diera cuenta, ya que sabía que era algo entre él y su más íntimo Amigo.
Ahora bien, una de las frases más celebres de Carlo fue: «Estar unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida». En este tiempo en el que la Iglesia nos invita a recordar a Jesús, que en el misterio de su Encarnación asumió nuestra historia y ha querido involucrarse en cada una de nuestras vidas ya que es él quien toma la iniciativa, se nos ofrece este proyecto de vida en el tiempo propicio para la reflexión y meditación de su nacimiento.
El nacimiento de Jesús es una noticia que causa alegría en el corazón de todo cristiano, porque es un tiempo que nos invita y nos impulsa a ser más humanos y a parecernos más a él, es una oportunidad conveniente para tomar decisiones y cambiar nuestra vida. La Navidad revela ante nuestros ojos una gozosa realidad, la procedencia divina en la cual nos sentimos llenos de esperanza como comunidad cristiana. Por este motivo al acercarse la Nochebuena tenemos que tener claro que al celebrar el nacimiento de Jesús asumimos un compromiso para asemejarnos a él, que todas las actitudes y emociones que sentimos y hacemos notorias puedan llegar a transformarse verdaderamente en obras y no solo en una emotividad pasajera.
En este tiempo debemos de seguir estando más unidos a Jesús ya que sin él estas fechas no serían tan importantes. Nuestra prioridad para seguir adelante en nuestra vida debe ser el tener siempre en el centro de nuestro corazón y de nuestras obras a Jesús, no solamente lo dejemos en el centro de esta fiesta, la cual no debemos dejar pasar como una más, sino que tenemos que enfocar más nuestro sentido hacia él, y como nos lo decía Carlo: «Que nuestra felicidad sea dirigir nuestra mirada hacia Dios» para que así el Señor nos regale un corazón sensato en el que nos esforcemos por alcanzar la verdad y la sabiduría del corazón. Por tanto, en este tiempo de Navidad y durante toda nuestra vida esforcémonos por vivir de una manera original, aceptando las riquezas que Jesús nos da para procurar dar frutos de buenas obras y luchar para estar cada día más unidos a Jesús.
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Acostar&levantar al Niño Dios P
or la gran mayoría es conocido que fue san Francisco de Asís el pionero o creador de la tradición de realizar una representación material del nacimiento de Jesús por medio de figurillas. El montar o poner el nacimiento fue, para muchos de nosotros, una actividad que se llevaba a cabo en familia. Se trataba de un momento de reunión en el que se elegía el lugar que debía ocupar cada personaje en el pesebre, nacimiento o Belén, según como se le conoce en diferentes lugares.
l Por
Oscar Eduardo Ríos Pereira Profesor del Seminario
En algunas casas el armado de dicho escenario se realizaba antes de comenzar la Novena de Navidad, popularmente conocidas como las posaditas, o bien dentro de esos nueve días, según consideraran oportuno. Los hay de diversos tipos, tamaños y temáticas, ya que hay quien escenifica toda la historia de la salvación, otros lo acompañan de pastores y animales y algunos otros, la mayoría en nuestros días lo limitan a san José, la Virgen y el Niño. Más allá de la manera de realizarlo, lo interesante son las actividades que se realizan en torno a él.
En efecto, además de las ya mencionadas posadas o posaditas, el culmen de la novena sucede el 24 de diciembre por la noche. Muchas familias rezan la novena jornada, otras tantas hacen un rezo que no necesariamente incluye el último día de la Novena de Navidad; algunas otras luego de asistir a la tradicional misa de gallo, realizan el acto de acostar al niño Dios sin mayor ritual que el de quitarle el vestido, limpiarlo y adorarlo para finalmente colocarlo en el pesebre.
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Todo sucede de noche, en la mayoría de las familias de nuestro Estado se reúnen los dueños de la casa, padrinos del Niño, así como amigos y familiares para comenzar el rezo del rosario, el cual no tiene más variación que los intervalos entre un misterio y otro que son amenizados por villancicos propios de la época navideña. Culmina el rezo con la letanía que en muchos lugares se sigue rezando en latín, de pie o arrodillados.
Una vez terminada se procede a que los padrinos carguen al Niño del nacimiento y comiencen a quitarle su vestimenta, lo limpien y perfumen para luego colocarlo en un plato o charola que se adorna con dulces para todo aquel que adore al Niño Dios, esta parte se hace acompañada por cánticos que hacen alusión al nacimiento de Cristo, al momento de la adoración se entona el tradicional «Aromas se quemen». Una vez que los presentes han adorado al Niño, prosigue el arrullarlo para que se duerma y así colocarlo nuevamente en el pesebre.
El acto de levantarlo cumple con todo el ritual anteriormente mencionado, la diferencia radica, sobre todo, en los cantos que se entonan; así pues, se canta el «Levántate Niño Dios» para comenzar a perfumarlo, vestirlo, colocarlo en su silla y perfumarlo, en seguida se da paso a la adoración y se procede a colocarlo nuevamente en el pesebre. La fecha de este acto varía entre el 6 de enero y el 2 de febrero, día de la Candelaria. Ambos rituales concluyen con una amena convivencia familiar en la que además de los tradicionales bolos, compuestos por dulces, cacahuates y frutas, se comparten distintos alimentos que se consumen en época navideña, como los tamales, buñuelos, pozole, ponche, etc. Cabe mencionar que uno de los acostamientos y levantamientos que más llamaron mi atención fueron los que se realizan en el municipio de Concepción del Oro, y que me hace suponer que es una tradición propia de toda aquella región. Estos no varían en el rezo del rosario y cánticos a la hora de acostar y levantar al Niño, pero sí en la manera en que se lleva a cabo la adoración, pues mientras que en unos lugares es llevado por los padrinos hacia los presentes, en este municipio es sostenido por ellos para que pasen de rodillas y con vela encendida a manifestar su adoración. Se puede decir que la tradición de acostar y levantar al Niño Dios se compone de tres partes: primera, rezo del rosario; segunda, perfumar, desvestir/vestir al Niño, acompañado con cánticos o villancicos que hacen alusión a Cristo como Salvador del mundo; y tercera, la convivencia familiar acompañada por platillos tradicionales en la época.
No obstante, la diferencia mayor radica en los cánticos y villancicos que se entonan, así como en la manera o tonada en la que se llevan a cabo. Las velas y luces de bengala pueden o no estar presentes en esta celebración, eso depende de la familia de la casa. PASTORES 115 CULTURA
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Liturgia de las horas «El cántico de alabanza que resuena eternamente en las moradas celestiales y que Jesucristo, sumo Sacerdote, introdujo en este destierro, ha sido continuado fiel y constantemente por la Iglesia, con una maravillosa variedad de formas».
l Por
Pbro. Daniel Rayas Treviño Espiritual de la Etapa Catecumenal
C
on estas palabras empieza la Constitución Apostólica Laudis Canticum (Cántico de alabanza) del papa san Pablo VI, y este breve preludio explica hermosamente lo que es la Liturgia de las Horas. Es normal que imaginemos un asunto de padrecitos, monjes y religiosas cuando escuchamos sobre el rezo de la Liturgia de las Horas o del «Breviario» (como antiguamente se le conocía), pero esto está muy lejos de lo que es en verdad. Es cierto que el rezo del oficio (como también se le llama a esta oración) es responsabilidad del clero y de
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los miembros de la vida consagrada, pero esta forma de oración y alabanza a Dios es más bien propia de todo el pueblo de los hijos de Dios. Incluso el más reciente Concilio y el Catecismo de la Iglesia hacen énfasis en que el rezo de la Liturgia de las Horas no pertenece solo a las entrañas de la vida monástica o clerical, sino que es la oración de todo bautizado.
Esta oración nace de un don de Dios al pueblo de la alianza. Los salmos y cánticos que se oran son inspiración de Dios, una manifestación del Espíritu de Dios en el corazón de los hombres que hacen elevar al Señor plegarias, acción de gracias, gemidos de auxilio y de arrepentimiento; exultaciones de gozo a la gloria y misericordia de Dios de todos los que hemos entrado a formar parte del pueblo escogido. Los profetas y reyes del Antiguo Testamento cantaron estos salmos, la santísima Virgen María y el señor san José enseñaron estos mismos cantos a Jesús cuando era niño, y el mismo Salvador proclamaba estas palabras a Dios en toda su vida, junto con sus discípulos. Los primeros cristianos también participaron de la recitación de los salmos: desde los obispos y cardenales hasta la gente más ordinaria y humilde de nuestro pueblo. Y es a esta alabanza continua a la que nos sumamos nosotros. Efectivamente, la oración del Oficio es una obra que todos los hijos podemos (y debemos) hacer, unidos en un mismo Espíritu, con Jesucristo, al Padre de todos.
Por medio de esta práctica de oración cristiana, la Iglesia, como esposa de Jesucristo, y asociada a su divino esposo, expresa su voz, sus deseos y votos, las súplicas y peticiones por todos los hombres. Así, tanto Jesús como su Iglesia, unidos en un mismo corazón y en una misma voz, claman al Padre común realizando una verdadera unión entre toda la familia humana con la plenitud de Dios. Fue Jesús mismo quien dejó encomendada esta misión a su Iglesia: orar continuamente y sin interrupción (Cfr. Lc 18, 1; 21-36; 1T 5,17; Ef 6,18). El rezo de la Liturgia de las Horas es una ayuda precisamente para cumplir esta encomienda que nos dio nuestro Señor. PASTORES 115 LITURGIA
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También es importante comprender que Dios mismo es quien nos está llamando constantemente, a lo largo del día; él nos busca, porque quiere que pasemos un tiempo con él. En el Seminario aprendí que cuando suena la campana, debemos de dejar todo lo que estamos haciendo para ir a hacer oración, pero los sacerdotes mayores nos decían que el sonar de la campana es más que el simple signo de cambio de actividad: es la voz de Dios que nos está convocando a un encuentro. Y Dios llama, no solo en los templos, seminarios y conventos; todos los hijos y en todos los rincones de la tierra somos convocados por Dios, a lo largo del día, para «estar con él» (Mc 3,14), aún estemos en casa, en el trabajo o de camino, de vacaciones, en la enfermedad, con la familia o los amigos; el amor de Dios nos llama a todos.
Somos convocados, y es el mismo Espíritu el que nos da las palabras para este encuentro. En muchas ocasiones nos damos cuenta de que en nuestra oración personal, tendemos a ser muy repetitivos, o incluso a limitar nuestra oración a pedir y pedir cosas y por personas. En la Liturgia de las Horas, Dios nos habla, y nosotros le hablamos a él, o más bien, Cristo en nosotros le habla a él. Somos la voz de la Esposa y al mismo tiempo somos la voz propia. Orar la Liturgia de las Horas no es solo para cumplir una obligación, no es solo algo que se nos exige a recitar, sino que en ésta encontramos la vida, y nos transforma y reconstruye, nos va conformando con Cristo. No somos meramente pasivos, sino que somos los primeros afectados con esta oración.
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La liturgia en sí misma es la fe celebrada que cobra palabras, canción, melodía y gesto. Con el rezo de la Liturgia de las Horas nuestra fe se vuelve canción todo el día. Una fe que nos une a todos los miembros de la familia humana y a Dios mismo. Por eso te invito a que reces tú también junto con nosotros la oración del pueblo de los hijos de Dios
Samaritanus Bonus la eutanasia y el suicidio asistido
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Por Pbro. José Manuel Espinoza Torres Acompañante de la Estapa Discipular
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La inspiración de este necesario cuidado hacia las personas l 22 de septiembre de 2020, vulnerables en su salud, es el mismo Señor Jesús, que en la en la Ciudad del Vaticano, la Congregación para la imagen del Buen Samaritano se encuentra con el necesitado, se detiene a curarlo y se hace cargo de él. Doctrina de la Fe publicó la carta Samaritanus Bonus que tiene como En la actualidad la comunidad creyente como misionera y evangelizadora, debe hacerse fiel imitadora de la actitud tema «el cuidado de las personas en de nuestro Salvador, que a pesar de los grandes avances fases críticas y terminales». Se trata tecnológicos debe seguir haciendo presente el amor y la de un documento que ilumina, con compasión en las realidades de sufrimiento, de modo la enseñanza de la Iglesia, la gran cercano, humano, caritativo y con una actitud que discierne vocación de hacerse cargo de modo siempre, teniendo como centro de este discernimiento, la humano y cristiano de las personas que, por patologías de diversa índole, dignidad de la persona en situaciones vulnerables. La motivación para dar a conocer estas enseñanzas es están culminando su peregrinar hacer réplica firme y valiente a la cultura del descarte que por este mundo, subrayando la con una concepción utilitarista, eficientista e individualista necesidad de resguardar en todo de la realidad, pone al margen a aquellos que a los ojos del momento la dignidad personal, y mundo, ya no tienen utilidad, y con un disfraz de compasión el respeto profundo por el valor los empujan a terminar su vida, porque esta, según ellos, al no de la vida incluso en medio de la tener una calidad patente, ya no vale la pena ser vivida. fragilidad de la enfermedad.
El documento está estructurado en cinco partes principales:
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La responsabilidad de los hombres de reconocer el valor profundo de la vida, aunque en ella se manifieste debilidad. Conscientes de que la muerte es un límite humano insuperable, asumamos que la asistencia al enfermo sea íntegra y en todo momento, es una vocación y deber que no podemos evadir.
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La figura de Cristo, como Buen Samaritano que se detiene a curar y sanar compasivamente, y como el Sufriente, en la agonía de la cruz, manifiesta la cercanía divina en todas las formas de dolor y angustia que sufre el hombre. Esto permite al enfermo tener la experiencia de que tiene un Interlocutor que ha padecido también la prueba del abandono y la angustia. Asimismo, la escena de la cruz enseña que los que están alrededor del enfermo no son simples espectadores del sufrimiento, sino que también sufriendo, son sostenidos como María al pie de la cruz por la fuerza de Dios. Finalmente se nos recuerda que ambas escenas solo tienen sentido cuando se pone de manifiesto la esperanza, que llena de significado el presente y aguarda con fe la victoria sobre el dolor y la muerte.
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La dignidad de la persona y el valor inviolable de la vida, que se descubre solo desde una mirada compasiva, que descubre la necesidad del amor en la debilidad, y dispuesta a colaborar, acompañando y respetando al que sufre. Así se subraya que la eutanasia de ningún modo es signo de compasión, sino que se desconoce la auténtica libertad humana que en el dolor y la enfermedad, está fuertemente condicionada. PASTORES 115 IGLESIA UNIVERSAL
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Los obstáculos culturales que oscurecen el valor sagrado de la vida humana, que ponen por encima del valor de la vida, la así llamada calidad de vida que desde un paradigma utilitarista, considera solo digna de vivirse la existencia que tiene una calidad aceptable.
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Otro obstáculo es la mal llamada compasión, que sostiene que para evitar el sufrimiento es mejor provocar la muerte. Finalmente se acusa al individualismo que cierra a la persona en sí misma, viendo a los otros como amenaza para la libertad, considerando vergonzosa la dependencia causada por la enfermedad. Así, en esta cultura del descarte la eutanasia y el suicidio asistido se presentan como soluciones erróneas que solo se pueden contrarrestar con la cultura del respeto por la vida en la auténtica caridad.
La quinta parte trata la enseñanza de la Iglesia, respecto a la eutanasia que es desarrollada en doce puntos:
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En todos los casos es un crimen contra la vida humana, es un acto malo en sí mismo, que de ningún modo se legitima, esto se percibe en la ley moral natural y también se fundamenta en la Palabra de Dios. No existe el derecho a disponer de la propia vida, pues esta es un don de Dios. Se debe evitar a toda costa, como una obligación moral, el ensañamiento terapéutico, en donde se extiende la vida física a toda costa ante la realidad de una muerte inevitable. El cuidado integral al enfermo debe hacerse presente, a nivel básico la alimentación e hidratación nunca deben ser suspendidos, pues no se trata de tratamientos médicos, solo pueden ser suspendidas cuando resulten dañinos para el enfermo o le causen grandes sufrimientos. Aun siendo terminal, tiene derecho a ser acompañado en todas sus dimensiones, sus cuidados paliativos no se reducen a técnicas, sino de actitudes de caridad y compasión. La familia del enfermo no es marginal en el drama de la enfermedad, que necesita la ayuda y los medios adecuados para cumplir la vocación de acompañar al enfermo. En el caso de los niños terminales, el acompañamiento debe ser igualmente respetuoso, que en
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la vida adulta, pues tienen la misma dignidad, excluyendo así la eutanasia y el ensañamiento terapéutico. Es importante evitar que el enfermo sufra dolor innecesario, aunque puede tener un gran valor religioso, si es ofrecido de manera consciente y libre. Si bien, es lícita la sedación, esta nunca debe tener una intención eutanásica y se debe procurar que el enfermo esté preparado en todas sus dimensiones para culminar su vida, sobre todo si es creyente. La alerta de no confundir el estado vegetativo y de mínima consciencia con la ausencia de la persona, que posee dignidad propia. Incluso en estos estados, debe ser reconocido el valor del enfermo. En una sociedad que poco a poco está legitimando la práctica eutanásica, el testimonio cristiano debe hacerse patente mediante el rechazo de toda cooperación que implique provocar la muerte. Es importante que en todo momento se reconozca el derecho a la objeción de conciencia. Además, las instituciones sanitarias católicas están llamadas a ser signo patente del cuidado de los enfermos en todo momento. La Iglesia siempre debe acompañar a los enfermos, sobre todo mediante la oración y los
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sacramentos, debe crear en torno al enfermo un ambiente humano y humanizador, que no se reduzca solo a la familia, sino que involucre a toda la comunidad cristiana. En la circunstancia terminal es particularmente importante el acompañamiento de todos los actores de este drama (enfermos, familia, agentes sanitarios). El discernimiento pastoral en torno a quienes han solicitado la eutanasia, es un reto a la caridad, pues no se trata de alejarse de estas personas por el hecho de su opción; pero tampoco aceptar sin más su decisión. Se trata más bien de acoger al enfermo, para que mediante el acompañamiento pueda encontrar sostén integral e iniciar el camino de conversión en la etapa terminal. De ningún modo se deben atender a solicitudes que parezcan signo de complicidad del acto de eutanasia. La educación como desafío y respuesta ante la cultura del descarte que se extiende en nuestros días. Se debe trabajar en promover y hacer despertar la sensibilidad hacia la persona que sufre. Es importante también una adecuada formación a los agentes pastorales, para que se dé un sostén integral al enfermo y a las personas involucradas en la realidad del sufrimiento.
Como se puede ver, se trata de un documento que trata de abarcar al máximo todas las facetas tan complejas que rodean el drama del enfermo terminal. De una toma de posición que busca aclarar, a nivel moral, y orientar, a nivel práctico, acerca de la situación del enfermo terminal, y las personas que lo rodean. No obstante, el panorama existencial sigue siendo duro, y no podemos evitar que la realidad concreta del dolor nos interpele. Leamos este documento con atención y sobre todo, acerquémonos al sufriente, con la actitud del Buen Samaritano, que con compasión se detuvo para curar y acompañar.
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Amigos Bienhechores s todos en o, hermano in m ca e ación d s o ya la form de compañero d a s, o in ig rm m te a a s stimado n proceso ven que h Luego de u scribe un jo e . o s ri ber le a : in o st m e ri C do S lloso de ha ri u e u rg q o y ro st e to u nto conten n ustedes inicial en n n pertenece asa, me sie ié C b a m st e ta e n u e q dar. milia a la varios años dido y podré e esta gran fa o d p e e rt h a p o y o e d forma s de lo qu recibido má o y donde he a veces n isculpa si d e u a q n o U ci que la rar el sacrifi e lo d a v s o io d n m a o e d sab generosi nos Doy testim ara dar con Dios nunca p e n os d ce a a h ci n e n los rio. Esperam provid e a in , n m e ie S b s ro ante a nuest nosotros ha dejado, iles se ha e, así como íc u if q d s s io á D m n mbién e momentos yudados, ta e ustedes. a d s é o v d a si tr s a o te n más. hem hecho prese r a los de o junto a d d a u lp y a a p s e o h pia podam mos hijos ue En carne pro e cuentas so s el cariño q d ro l e a ñ n a fi p l m A ecemos con mis co adre, perten os años de P st e o m te is n m ra u l todos de recibimos d familia y edes, en st a u m e is d e m rt a a ep a un itas, formación d de todos. imo, sus vis n á e d s ecesitamos n ra b dejamos y s to sus pala minaristas limen se a o s lo ch o o s d lir al o L compartien Casa para sa s. s, que en le e b ll a ta ñ e a d tr n y e s o esta de Zacateca egar. demás gest de la Iglesia os hacían ll n io ic to n rv e se m o todo m as por uchas graci n su M s! a ci ra ¡G n, co n su oració nimo sostener co n a y co su á ic m ó n co e ayuda lugar, y ción. y en algún nuestra voca to n e m o m n s que mos en algú Les pedimo re s. a o tr rn n a d co n lu e te nos viene por dremos sa Seguramen la cara y po camino que a l s e o n m e s re o e v rn s a o lo que entonces no tros y ayud ndo con tod a so y o o n p r a o s p o r m a ora ardan Y juntos sig donde se gu no dejen de s! to ro n le ju il s m o se m s en ste mine eino de Dio ormación, e R F l delante. ¡Ca e e d te n sa a se C nuestra e hacer pre podamos a que tratan d s te o rd ce sa s y cultivan lo sis. ce ió D nuestra nosotros al
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n ue sembró e q é la il m e s e la germine y d u , q s o s ñ io a D r o a p r n Quie garo e ustedes re u . q y s o n r a ara su gloria llam p o t u fr o h c mu
PASTORES 115 AMIGOS Y BIENHECHORES
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n í r o ast
Hola, Pastorín. ¡Sí, estamos muy emocionados porque ya queremos que llegue la Navidad!
Hola, amigos. Les saludos a todos deseando que se encuentren bien en sus hogares en estos tiempos de fiesta, y más porque ya se acerca la Navidad.
¡Aunque esta vez no sea igual!
¿Por qué lo dices?
Porque este año no podremos disfrutar la Navidad como lo hemos hecho en años anteriores.
¡Pero Pastorín, este año no habrá posaditas, villancicos, pastorelas!
Es verdad niños, en este año la Navidad será diferente. Pero tranquilos amigos, porque la Navidad llegará sin importar lo que está pasando. Es verdad que muchas de las tradiciones de estas fechas se dejarán de hacer por causa de la pandemia. ¡Pero no debemos ponernos tristes por eso chicos! Aunque la pandemia ha provocado muchas cosas malas en el mundo, debemos alegrarnos porque Jesús ha nacido y quiere quedarse siempre con nosotros.
¡Regalos, piñatas, ponche, bolos y dulces!
Así es niños, aún a pesar de lo malo que está pasando ¡Es verdad Pastorín! en el mundo, Jesús Jesús siempre viene se hace presente cada Navidad. en la imagen de un Niño pequeño.
No debemos olvidarnos de lo más importante, que Jesús nació por nosotros, y que a pesar de la pandemia la Navidad se seguirá celebrando.
Sí, porque Jesús también nació en medio de dificultades.
Sí, es lo más grande que podemos recibir en nuestra vida, a Jesús mismo que nace en el pesebre en Belén.
Muy bien chicos, podemos hacer muchas cosas buenas para celebrar la navidad, como por ejemplo: ayudar a colocar el nacimiento dentro de nuestro de nuestros hogares. Sí, yo quiero ayudar a poner los animalitos y los reyes magos y al niño Jesús.
Entonces Pastorín, ¿qué podemos hacer para celebrar esta Navidad a pesar de las circunstancias?
Aunque no podamos salir a las posaditas y disfrutar de los dulces, podemos cenar junto a toda la familia la noche de Navidad. Es verdad, mamá hace una comida muy rica y podemos estar todos juntos.
¡Así es! Aunque no tengamos las visitas de nuestros familiares, dejemos que la familia de Nazaret, que viajó desde lejos, visite nuestra casa y se quedé con nosotros.
¡Tampoco nos olvidemos de los más necesitados; afuera habrá muchas personas solas que no tendrán oportunidad de celebrar la Navidad con sus familias, pero nosotros. podemos hacer algo por ellos!
Sí amigos, nosotros podemos compartir de nuestra cena navideña con aquellos que no tienen alimentos en sus hogares.
La Navidad es el recuerdo del nacimiento de que Jesús nació en el mundo y que compartió su vida con nosotros; así también nosotros debemos compartir estos momentos de alegría con los más pobres.
También podemos hacerles unos obsequios, como regalar algún suéter que ya no usemos.
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FELIZ NAVIDAD
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