Revista Peatón - 01 - Colores

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Ă?ndice

Colores

5. Raspadilla 6. Autos 7. Neon 10. La Construccion de una Imagen 12. Fluir 14. Pinceladas 3


Editorial

DEAMBULANDO Y CREANDO

M

Cuando algo está destinado a ver la luz, con lágrimas, caminatas y desvelos, no le queda de otra que absorber todos los rayos e iluminar. Lo logramos. Ya pusimos la primera piedra. Aún recuerdo ir con mi cámara tocando puerta por puerta buscando quien me quiera “hacer la taba” para empezar un proyecto editorial del que me enamoraría ni bien lo conocí. Bendito veinticuatro de setiembre del dos mil dieciocho, fecha imborrable donde todo empezó. Cuando todo parecía que se ponía gris, siempre las fotografías me recordaban que el mundo tenía tantos matices en los que te podías inspirar. Inspiración, esa que muchas veces se nos va pero cuando

viene, llega de golpe y nadie nos para. En esta edición quisimos enarbolar mediante imágenes y textos los colores que nos rodean, porque es así, todo inevitable y felizmente tiene un color. ¿Se han puesto ha pensar cual, realmente, es vuestro color favorito?

Dirección y Edición Jorge Ledesma Gestión de Contenido Jorge Ledesma Mahira Vasquez Gestión Social Mahira Vásquez Coordinación de Fotografía LED

Colaboradores: Patricia Gamboa Darwin Seminario Javier Vásquez Dorita Robles Fabián Sanchez Felipe Durán Con el Apoyo de: Fernando Vidal José Guillermo Uhen

Para reflexionar. Aquí te damos una ayudita. Disfruten, que para eso estamos.

Contacto infopeaton@gmail.com FB/IG/TW: @revistapeaton

Jorge Ledesma 4

Peatón, deambulando y creando

www.revistapeaton.com


ยกpara ese calor... ...Mร TALE UN POCO DE COLOR! 5


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Foto: @renzovicent

Por la Calle


Foto: @renzovicent

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La Creación

“En mi Mundo de Colores” Mahira Vasquez Piura, 1993. Comunicadora piurana. 8


En mi mundo de colores yo no quiero que exista el negro, quiero un universo de rojo, carmesí y celeste cielo. Ver aves de mil colores revoloteando entre las flores, y que en los verdes caminos los pequeños saltamontes entonen sus largas canciones. En mi mundo de colores quiero bellas mariposas vestidas de brillos, multicolores y glamurosas. Ver a las orugas saliendo de sus capullos, y que sobre cada florecilla los pequeños colibríes agiten sus alitas como expertos bailarines. En mi mundo de colores quiero blancos corazones; donde siempre gane la paz y no existan los rencores. Un poco de rosado que simbolice la dulzura.

Verdes color esperanza donde se respeta la flora y fauna y no haya lugar para el desánimo. En mi mundo de colores quiero rojos corazones para que no falte el amor y no se pierda la ilusión. Quiero azul para que seamos pacíficos; una chispa de amarillos que encienda la felicidad; morados para la fe y naranjas para la amistad. En mi mundo de colores quiero arco iris, mariposas, flores, colibríes, cometas, orugas, acuarelas, aves, insectos cantores... Ver en el oscuro cielo de la noche a las estrellas fugaces, y que sus habitantes practiquemos los valores para que todos nos revistamos de nítidos colores.

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Noticias INSP

A veces, incluso la imagen más simple cuenta una historia más profunda. En este caso, uno sobre la vida de Luis Muñiz, un anciano uruguayo que vive en un refugio para personas sin hogar. En esta cuenta conmovedora, el editor de Factor S Fernando Vidal explica qué hizo para obtener la toma perfecta. Por Fernando Vidal

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LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IMAGEN


Conseguir la fotografía llevó tres semanas menos sábados y domingos. Cada día de esas tres semanas esperaba todo lo que permitían las pausas laborales y disparaba al blanco buscando la postura perfecta, la luz ideal, el momento adecuado. Solo podía ser en la mañana temprano porque en la tarde ya no era lo mismo, la sensación era otra. Esa imagen que había visto hace un tiempo me transmitió una sensación tan ambigua que generó la necesidad de no perderla, de registrarla. Él era indiferente a la presencia del fotógrafo en esos momentos y estaba bien que así fuera, donde se ha visto que la presa sea consciente de la presencia del cazador. Así que los dos se mantenían quietos en sus lugares elegidos, la única testigo del momento era la ventana enorme que daba a la calle y que sin saberlo era tan protagonista como Muñiz. La habitación quedaba justo en el medio del pasillo es por eso que nadie escapaba a pasar por ese lugar entrando o saliendo de la casa sin pasar por ahí y mirar hacia adentro. Muñiz dormía al lado de la ventana grande, en el segundo cuarto de la casa junto a seis personas más. En la habitación por un tema de espacio y comodidad las camas estaban dispuestas de la siguiente manera, dos en el medio, luego una pegada a la pared izquierda y a los pies de esta la cuarta cama formando una ele con la anterior. Del lado derecho y formando la misma letra, se disponían las ultimas camas. Las que se encontraban en el medio eran cuchetas, pero en esta ocasión sus dueños ocasionales no podían usarlas de esta forma y es por eso que cumplían su función separadas. Todas eran camas viejas, estropeadas, gastadas, rotas donadas por otros que pensaron que ya no podían ser útiles. Algunas tenían algunas tablas de la parrilla rota o directamente faltaba esa tabla, otras, (las más sanas), estaban desencoladas y solo con sentarse se hamacaban suavemente como si a propósito quisieran Casualmente los que duermen en ellas actualmente se asemejan bastante, son viejos, desvencijados, gastados y en muchos casos, rotos. En Uruguay la población en situación de calle es semoviente y es por eso que es muy difícil saber a ciencia cierta cuantos son en realidad, sin embargo el último censo arrojó la cifra de 1200 personas en situación de calle que utilizan los refugios nocturnos y los hogares de 24 horas. La mayoría son hombres y rondan los 30 a los 50 años. Muñiz dormía en una de las camas del medio más precisamente en la que estaba pegada a la ventana, el reparto de camas se da de forma arbitraria en algunos casos y por necesidad en otras, en el caso de Luis, (así era el nombre de Muñiz) era un tema con su salud que al igual que su cama era endeble, sostenida por medicamentos y por cuidados que él muchas veces no tenía ni le importaban, el EPOC es una enfermedad en los pulmones, crónica, Luis tenía en su poder una inhalo cámara con la cual poder darse disparos de Salbutamol e Ipatropio, medicaciones que le permitían volver a respirar mejor, por eso dormir al lado de la ventana era fundamental para sus pulmones; también debajo de su colchón había una madera cruzada a modo de dique y sobre ella dos frazadas dobladas del lado de la cabecera, dormir lo más sentado posible le beneficiaba para su respiración. Era panadero. Un oficio que obliga a quienes lo ejercen a adoptar una costumbre que permanece con el tiempo y que no se va con la jubilación. El cambio de horario en el sueño y estar despierto desde las cuatro de la mañana y de dormir a las siete de la tarde lo que generaba el enojo de sus compañeros de cuarto, algo que para nada cambiaba la rutina del ahora, ya jubilado de maestro de pala. No le interesaba congraciarse con sus compañeros ni con las personas que trabajaban en el refugio, es más hasta parecía agradarle molestarlos. La bolsa de leche en polvo tenía en el dorso las indicaciones claras para poder hacer un uso adecuado de la materia prima: A medio litro de agua tibia previamente hervida agregar 100 gramos (aproximadamente 10 cucharadas soperas) de leche en polvo. Mezclar y completar con agua tibia hasta llegar 1 litro. El té era mucho más sencillo ya que simplemente se debía poner el sobre en agua

hirviendo y listo. Ni que hablar que poner las galletas en las bandejas era muy simple. A las 8 de la mañana el desayuno estaba pronto podía atrasarse media hora no más que eso pero siempre era en ese horario para poder dar la medicación de la mañana con el estómago lleno. El desayuno consistía en dos jarras de leche y una de té, galletas y dulce de membrillo. Era un ritual de las mañanas que luego se repetía en la tarde para la merienda. Como cualquier litúrgica o ceremonia, todo el proceso tenía un momento una forma y por supuesto un lugar. La cocina en ese horario de la mañana solo era ocupada por la persona que ese día le tocara realizar el desayuno y por un momento y durante el tiempo que durara el rito, era importante, tenía cierto poder sobre el resto de los demás usuarios de la casa. Luis se mantenía al margen de todas estas actividades, no le importaban. Él tenía su rutina propia. Desayunaba en su cama, a pesar de estar prohibido, comida que mantenía escondida en su bolso, a pesar de estar prohibido. Luis hablaba poco y más que eso gruñía cuando le hablabas. Rara vez salía de su lugar. Sentado al medio de su cama mirando para afuera a través de la ventana. Nada lo movía de allí y nadie se molestaba en que saliera, salvo los educadores del refugio donde vivía tratando de que caminara o mantuviera algún vínculo con sus compañeros de vivienda, sin obtener algún resultado positivo. Tenía una hija pero su relación era tan débil y dañada como sus pulmones, se llamaban de vez en cuando pero se veían menos y eso era algo que por más que Muñiz lo disimulara, le dolía. Una vez le pregunte la razón del alejamiento entre ellos y sin dejar de mirar para afuera contesta- la verdad que no me acuerdo, seguro alguna tontería- pero la verdad que ya no importa. En la tercera semana logré por fin la fotografía buscada, estaba contento. Ese mismo día se festejaba algo en el refugio, no recuerdo que era pero Muñiz estaba en la cocina comentando con otro usuario la mejor forma de que el pan quede rico, el secreto según pude escuchar era dejarlo crecer bastante, darle tranquilidad, amasarlo y dejarlo ahí como olvidado pero cuidándolo. Al rato volverlo a amasar y darle la forma querida y luego dejarlo otra vez quieto, que crezcan en esa nueva forma pero con la misma esencia anterior. Lo vi sonreír pocas veces, y esa fue una de ellas. Aproveché enseguida y disparé con la cámara lo cual le sorprendió. No sé hace cuanto que no me veo sonreír, haceme una copia de la foto así me la quedo. Le mostré la otra fotografía, la que costó tres semanas conseguir, sin embargo no le gustó. 
 Ese soy yo. ¿Cuando me sacaste esa foto? - Preguntó-
 -Pude haberte sacado esta fotografía cualquier día si pasas en esa posición por horas. Es raro que él se reconociera enseguida sonriendo y no en su faceta más habitual para el resto, hace mucho que no se veía a sí mismo sonreír y sin embargo le parecía identificable esa faceta olvidada o irreconocible en los otros que acompañamos sus días. De la misma forma como el pan cambia de forma pero su esencia inicial continúa. Al parecer Luis seguía siendo una persona habituada a sonreír, aunque lo disimulaba muy bien. Nunca le pude dar la foto impresa en la cual estaba sonriendo, los tiempos de cada uno son difíciles y distintos. Cuando logre hacerlo como a los dos meses, él ya no estaba con nosotros. Una noche su falta de aire fue demasiada y -por más que la ambulancia llegó a tiempo al refugio- no soporto la madrugada y falleció. Es inevitable no pasar por ese pasillo en el refugio y mirar hacia la ventana e imaginar que Luis sigue sentado mirando por la ventana, esperando quien sabe que, o quizás él si sabía. Eso es algo que los demás jamás sabremos. Es un secreto que se fue con él. Cortesía de Factor S / INSP.ngo

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FLUIR 12

“¿Puede el árbol continuar cuando se caen sus hojas? El árbol sigue, no es como la abeja que clava una lanceta y se muere después. El árbol deja caer y en vez de morir es lo contrario, se vigoriza y se prepara para esa primavera que vendrá.”


Otoño: Sus colores y sabores, aromas y paisajes. Ese crujir de hojas en el piso. Ser como los árboles que dejan caer sus hojas, sueltan, dejan ir. Y no es que dejen ir algo ajeno. Son hojas de su sabia interna, un colectivo llamado follaje que lo protege todo. Lo han acompañado desde la primavera. Son parte de él. Ahora se van. Se tienen que ir. O quizás se quieren ir. ¿Qué es eso que los seres humanos deberíamos dejar ir, si queremos reflexionar sobre el otoño de los árboles? Sería algo que es parte de la persona, que ha creado muy tierno y verde, que ha llegado a un momento de madurez, para luego pasar a ese colorcito café, de que ya está reseco y sin vida. ¿Será una emoción? ¿Será un estado de ánimo particular? ¿Un viejo recuerdo? ¿Una preocupación? Lo creamos, lo mantenemos y finalmente tenemos que dejarlo ir. Eso que ya conocemos, que hemos vivenciado y que comprendemos como algo que ya no es necesario de tener... ¿Puede un árbol no darse cuenta de sus hojas? ¿El viento le ayuda a botarlas o él llama al viento para que se las lleve? En nuestro caso como personas, diversas, maravillosas, caminantes de la vida. ¿Cuánto conocemos de nosotros mismos? De eso que es parte nuestra, que siempre ha estado pero si lo decidimos, no siempre estará. A veces un dolor, un problema, una persona que no queremos abandonar, o mejor dicho, el recuerdo de nuestra vida con esa persona. ¿Necesitamos vivir con ese recuerdo o está de más? Quizás es cuestión de saber si nos hace sufrir o tal vez nos hace felices ese recordar. ¿Quién puede saberlo si no es la misma persona? Lector que lee, puede opinar en silencio y ante sí mismo a partir de ahora. En ese caminar, en esa observación interna, probablemente algo puede localizar, en algún rinconcito de su mente o corazón. Sentir, sentir hasta encontrar que ya no es necesario, hasta decidir que no tiene que seguir sufriendo, que el problema no se va a solucionar con eso. ¿Puede el árbol continuar cuando se caen sus hojas? El árbol sigue, no es como la abeja que clava una lanceta y se muere después. El árbol deja caer y en vez de morir es lo contrario, se vigoriza y se prepara para esa primavera que vendrá. Lo nuevo viene cuando lo viejo ha dejado el espacio, el lugar para que todo fluya de nuevo. Queridas y queridos caminantes. Que el soltar lo que nos atrapa, sea un vivir diario. Y que podamos respirar profundo, ese nuevo aire que el viento otoñal siempre nos trae.

K

Por Felipe Durán Martinez, Educador Social, Santiago de Chile

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Taller

A punta de pinceladas

“PASEANDO EN MI AUTO” ALEX AYMAR

“LA HACIENDA” DAVID

“TAZA, JARRA Y MAÍZ” ANIBAL

MI FAMILIA HUGO

“MIS AMORES” JORGE

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Cuando se nace artista, aunque se ponga la cosa difícil, nadie nos quita la beta y la madera que tenemos. Así lo demuestran nuestros futuros peatones a través del taller creativo “Colores”

“UN DÍA ALEGRE EN LA PLAYA, EN EL MAR” JUAN

“EL MAR ES INFINITO COMO LA IMAGINACIÓN” GASTÓN

“BIEN MAL” MOISÉS


Nuestra red global

está compuesta por :

Más de

100

Publicados en

25

en

35

periódicos

idiomas

países

Nuestra red en números

8,750 distribuidores venden periódicos en las calles simultáneamente

Cada año

20,500 distribuidores obtienen ingresos vendiendo periódicos en las calles

1,850 voluntarios apoyan nuestro movimiento global

Cada mes, los distribuidores perciben colectivamente

$2.7 Millones

Contamos con

El año anterior,

19.4 Millones

4.6 Millones

de periódicos fueron vendidos de lectores alrededor del mundo alrededor del mundo

Esto hace un gran total de

$32.4 Millones

en el bolsillo de los distribuidores anualmente

insp.ngo

@_INSP

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