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NOTA DE TAPA
TIEMPO DE CAMBIOS
CAMBIA EL CLIMA. CAMBIA LA GEOPOLÍTICA. CAMBIAN LOS PRECIOS DE LOS COMMODITIES. CAMBIA EL ARMADO DEL GOBIERNO. CAMBIAN LAS DEMANDAS DE LA INDUSTRIA ENERGÉTICA. LO ÚNICO QUE NO CAMBIA, PUERTAS AFUERA Y ADENTRO, ES LA NECESIDAD SECTORIAL DE ADAPTARSE A LOS CAMBIOS.
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El coronavirus alteró las relaciones humanas, el trabajo, la ciencia y la cultura. En el arranque de la etapa pospandemia, cuando el mundo se encaminaba a asumir drásticos compromisos en cuanto al modo de producir y consumir energía para luchar contra el cambio climático, la guerra entre Rusia y Ucrania hizo repensarlo todo. En esta coyuntura casi esquizofrénica, el barril de petróleo pasó –con solo un par de años de diferencia– de tener valor negativo a rozar su máximo precio histórico.
Para no ser menos, la Argentina le añadió a esta convulsión internacional sus propios vaivenes políticos, macroeconómicos y cambiarios. La última muestra del apego local por la convulsión fueron las modificaciones en la composición del Gobierno, con Matías Kulfas y Martín Guzmán renunciando a sus cargos como ministros de Desarrollo y Economía, para ser reemplazados por Daniel Scioli y Silvina Batakis. Esta última, por cierto, prometió avances en la quita de subsidios a las tarifas energéticas, aunque aún no dio mayores detalles sobre la modalidad de segmentación, y mantuvo a los funcionarios de la Secretaría de Energía que responden a la vicepresidenta Cristina Fernández.
Lejos de someterse con resignación a las idas y venidas del sector público, la industria energética
»Lejos de someterse con resignación a las idas y venidas del sector público, la industria energética maneja una agenda propia en la que anticipa y exige –justamente– la implementación de cambios.
A fin de avan ar con éxito en esa senda, Sergio Affronti considera que hay mucho por cambiar en el ámbito interno. “Hay que trabajar de manera distinta, promoviendo más acciones de eficiencia operativa y apostando decididamente por la sustentabilidad ambiental”, advirtió antes de dejar la conducción de YPF.
Tal como se refleja en esta edición, el exdirectivo de la mayor petrolera del país cree que la transformación de la Argentina en un mercado exportador de energía tendría que ser un proyecto nacional. “No puede haber divisiones al respecto. Debemos estar de acuerdo todos los argentinos, ya que hoy la industria petrolera es el único sector productivo que puede dinamizar la actividad, el empleo y las inversiones”, sentenció.
Pedido de definiciones
maneja una agenda propia en la que anticipa y exige –justamente– la implementación de cambios. ¿Acaso no es la transición energética un proceso de transformaciones en marcha?
En una frecuencia similar, Marcos Bulgheroni, CEO de PAE Group, resaltó la necesidad de definir qué país queremos y cuáles serán las políticas a instrumentar de cara a las próximas décadas. “Sería un grave error tratar de excluir a la industria de la transición energética. Tenemos el incentivo, el acceso a la financiación y el mandato social para avanzar en esa dirección”, argumentó.
Según sus palabras, la política de transición energética debe implementarse sin ponerle fecha de vencimiento a ninguno de los recursos con los que cuenta la Argentina. “Existen, en verdad, muchas transiciones energéticas que van en diferentes velocidades. Y si bien es parte del problema, la industria petrolera también es parte de la solución en la lucha contra el cambio climático”, proyectó. ©