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Los supersónicos: El acertijo sobre el futuro no descifrado

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los supersónicos: el acertijo sobre el futuro no descifrado

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Serie: Los Supersónicos Autores: Willian Hanna y Joseph Barbera Año: 1962

Por Arturo Orellana profesor asociado del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Universidad Católica de Chile; Director Revista Planeo

Los Supersónicos fueron una serie animada exitosa creada en los años ´60 que pretendían hacernos imaginar un futuro a finales del siglo XX, lleno de comodidades por los avances tecnológicos que harían de nuestra vida cotidiana una práctica familiar y laboral de fácil resolución ante los conflictos, abordando cada capítulo en tono de comedia. No obstante, detrás de dicha lectura es posible descifrar un acertijo que nos revela con preocupación lo que finalmente ha resultado en parte de ese futuro proyectado y también la amenaza que puede significar que sus presagios se cumplan en su totalidad.

Contexto de la época

Los años ´60 fue una época convulsionada por una serie de acontecimientos sociales y políticos que fueron reforzando las bases de un nuevo orden mundial que ya venía imponiéndose a partir de finales de la segunda guerra mundial, donde la fuerte hegemonía de Estados Unidos en Occidente contrastaba con la hegemonía que ejercía la ex Unión Soviética en Europa del Este. La Crisis de los Mísiles el año 1962, el asesinato de John Kennedy el año 1963, y la Guerra de Vietnam que llevó a la derrota de Estados Unidos a finales de esta década, pusieron al mundo en un estado de incertidumbre respecto al futuro del planeta.

Por otra parte, resultó ser la década de los ´60 una época de cambios culturales profundos generados por la aparición de movimientos a favor de los derechos civiles para los afroestadounidenses liderados por Martin Luther King, el cual fue asesinado el año 1968, justo

cuando estaba en pleno apogeo los hippies movimiento contracultural, libertario y pacifista, nacido a comienzos de la década. Al mismo tiempo, grupos como The Beatles, The Rolling Stones, The Doors, Black Sabbath, entre otros, aportaban significativamente al desarrollo de la música que marcaría tendencias hasta hoy.

Todos los acontecimientos señalados y otros en la década de los ´60, fueron conocidos por nuestra generación en Chile y en otros apartados lugares del planeta, gracias a la televisión, siendo en un comienzo privilegio solo de una minoría de la sociedad chilena que podía adquirir este bien de lujo. Si bien las señales televisivas datan en Chile desde finales de los ´60, solo fue a partir de la década del ´70 cuando gradualmente se fue incorporando esta tecnología en los hogares de clases medias, agregando al sonido la imagen, siendo este avance sin duda alguna la primera aproximación al futuro para nuestra sociedad.

El origen de la serie

La industria del entretenimiento que significaba la televisión dio origen a innumerables formatos televisivos, siendo el de series animadas especialmente relevante dado que los niños eran los que potencialmente más fácil de captar su atención con este seductor aparato tecnológico, incluso en la actualidad. Dentro de las series animadas que se crearon en esa década, sin lugar a dudas destacan Los Supersónicos (The Jetsons) creada por la productora de William Hanna y Joseph Barbera el año 1962, para muchos una versión futurista de los Picapiedras (The Flintstones) creada dos años antes por la misma productora. ¿Por qué resulta especialmente interesante esta serie futurista? En primer lugar, porque nos proponía una perspectiva del futuro cercano y lejano al mismo tiempo. Cercano, porque las vivencias de la familia Sónico no erán particularmente distintas a las de

esa época y quizás también actual. Y lejano, porque el contexto urbano y residencial donde acontecían las vivencias presentaba significativas expresiones (a la vez que presagios) sobre el impacto que iban a tener las tecnologías para nuestra sociedad urbana en todos los ámbitos; laboral, educacional, doméstico, recreativo, entre otros.

Entre las visiones futuristas que nos presagiaban, estaba: la posibilidad de desplazarse en autovoladores; el uso intensivo de correas transportadoras para facilitar la movilidad en la casa, centros comerciales y en el trabajo; teléfonos con visores; máquinas que preparaban comida por menú y variados artefactos tecnologicos que hacían las labores domésticas, incluyendo una Robotina mezcla de asesora del hogar e institutriz llamada Rosie, entre otros. Si bien hoy día nos parece que estas muestras de desarrollo tecnológico son muy próximas a la realidad actual, cabe recordar la frase “Welcome to 1995” que se testimonió en un capítulo, permitiendo por única vez conocer cuál era el horizonte temporal de la serie, sin lugar a dudas esos avances no eran del todo evidentes para el año 1995.

Fuera del tono demoledor, ácido y patético que nos relata la vida de una familia de clase media estadoudinense actual, la exitosa serie en formato comedia de Los Simpson (The Simpsons) creada el año 1989,

muy vigente en la parrilla de muchos canales de televisión en el mundo, la serie animada Los Supersónicos intentaron proyectar la imagen de una vida futura de una familia de clase media también pero con hábitos y vicisitudes idealizadas en el bien común, siendo el entorno futurista que se nos presentaba particularmente muy adecuado. Sin embargo, una revisión más crítica sobre sus alcances, sin duda podría habernos advertido de lo preocupante que resulta la imagen de futuro que realmente nos proyectaba como sociedad urbana.

El acertijo descifrado de la serie

En primer lugar, todas las edificaciones en altura nos hablaban de una ciudad que no tiene un medio ambiente natural, como si alguna especie de catástrofe o peligros nos hubiese obligado a tener que renunciar a vivir a ras de suelo. Existe una exacerbación de la individualidad, expresada en viviendas no pareadas ni muchos edificios para residencia, ausencia de barrios, centros comerciales solo de gran escala, autonaves conducidas por una sola persona, casi inexistente transporte público, estaciones de trabajo personales, entre otras expresiones, nada que se asemeje a la construcción de un mundo más sustentable.

En segundo lugar, la serie nos transmite que la visión de futuro sobre los hábitos de vida de la sociedad

Los Supersónicos intentaron proyectar la imagen de una vida futura de una familia de clase media también pero con hábitos y vicisitudes idealizadas en el bien común, siendo el entorno futurista que se nos presentaba particularmente muy adecuado.

serían particularmente poco saludables, la gente prefiere desplazarse en todo lugar por autonave o correas transportadoras para evitar caminar, desarrolla trabajos en el ámbito laboral y doméstico que se reducen solo a operar botones en un panel de control y por lo tanto ejercitar los dedos (incluso una escena muestra el agotamiento del protagonista Súper por ese motivo), trabajar solo tres horas a la semana y no más de tres días, fuerte tendencia a estar sentado o acostado descansando, todo combinado con una confianza ciega en la tecnología. Sobre esto último, llama profundamente la atención como en un viaje en autonave los hijos son expulsados a través de una cápsula y los personajes muestran alegría y confianza cuando viajan por el aire para llegar a su colegio.

Y, en tercer lugar, los personajes de la serie viven pendientes de sus problemáticas acotadas a un espectro de relaciones que solo se circunscriben a cuestiones de orden familiar y laboral, excepcionalmente en asuntos de movilidad y en áreas de comercio, mostrando un mundo donde el destino de la sociedad en términos políticos, sociales y culturales no tuviera importancia real, siendo quizás ese un ingrediente necesario para construir una fantasía sobre un futuro ideal. Esta señal esconde inocentemente la creencia que una sociedad urbana con un ideal de futuro debe ser aquella donde el conflicto está ausente. Hoy en día, un ejemplo de ello está en el hecho de justificar el desarrollo de condominios cerrados donde una agente externo organiza, regula y fiscaliza los usos y atribuciones de los residentes, para justamente evitar el conflicto.

Síntesis final

En síntesis, durante los años ´60 en el afán de construir imaginarios sobre un futuro mejor, sin quererlo ni presagiarlo los creadores de la serie Los Supersónicos no hicieron más que alejar los temores de la época, instalando una suerte de acertijo que se proyectaba en cada escena cotidiana de la serie. Sin embargo, cada capítulo no hacía más que reforzar una visión individualista de la sociedad, con hábitos poco saludables de los personajes, ambientalmente poco sustentable y sin preocupaciones sobre el devenir de la humanidad. Nos faltó probablemente agudeza para descifrar el acertijo. ¶

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ciudades del futuro… ¿hacía una deconstrucción de la identidad urbana?

Título del Libro: Zerópolis Autor: Bruce Bégout Año: 2007 Editorial: Anagrama

Por Fernando Narváez Rodríguez Estudiante Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Universidad Católica de Chile.

Actualmente existe un tipo de homogeneización en algunas de las ciudades del mundo, éstas tienen espacios urbanos que cada vez son más similares, amplias vialidades para automóviles, edificios de gran altura como tipología definitiva, plazas duras y cada vez menos elementos representativos y únicos en la ciudad. Las Vegas es una ciudad construida en medio de un desierto que puede ser caracterizada como una ciudad genérica porque está destinada para las actividades más triviales: jugar, consumir y apostar. Dicha ciudad se ha posicionado como uno de los principales destinos turísticos en los Estados Unidos. Y aunque es un gran polo que atrae de turistas, cabe preguntarse ¿es este el modelo de ciudad del futuro que queremos? En este texto se desarrolla una reseña del libro “Zerópolis”, el cual muestra a través de la experiencia del autor en esta ciudad una descripción detallada de la también llamada Sin City. El texto finaliza con una reflexión sobre el modelo que parece ser se ha venido replicando y de cómo esto puede representar una amenaza para la ciudad del futuro / CIUDADES DEL FUTURO / LAS VEGAS / IDENTIDAD URBANA ¿ Cómo concebimos las ciudades del futuro? Comúnmente las asociamos con una mejoría en la tecnología e infraestructura urbana, además de un incremento de la calidad de vida para las personas. Pero ¿qué pasaría si las ciudades del futuro ya están aquí? Es decir, tal vez las ciudades que estamos construyendo son las que se replicarán en el futuro. Actualmente existen autores que afirman que las grandes ciudades están yendo hacia una homogeneización urbana, uno de ellos es Rem Koolhaas quien en su libro “The Generic City” plantea que las urbes tienen la tendencia de crear espacios cada vez más similares; por ejemplo, los distritos financieros; y que, por dicha situación, en algunas ocasiones es difícil distinguir la ciudad en donde nos encontramos.

Según Koolhaas (2011), la “ciudad genérica” es aquel espacio que queda del cruce entre grandes ex

tensiones urbanas y el ciberespacio; es un lugar de débiles sensaciones y pocas emociones. Es un espacio extenso y fractal, que repite constantemente su estructura, y en donde la sociedad que la reside se basa en el consumo, contaminando en dos sentidos, para producir y por consumir.

Ante esta descripción se podría aseverar que las ciudades en las que vivimos van hacia esa dirección. Pero si pensamos en alguna ciudad que pueda ser caracterizada como “Ciudad Genérica” para ejemplificar, inmediatamente surge el nombre de la ciudad del pecado, la urbe que es una bombilla eléctrica: Las Vegas.

Esta ciudad construida en medio de un desierto para las actividades más triviales: jugar, consumir y apostar, es uno de los principales destinos turísticos en los Estados Unidos. Atrae personas principalmente por sus “edificios icónicos”, por sus apuestas legales, luminosidad y excesos. ¿Pero en realidad esto representa una ciudad? ¿Las Vegas es una ciudad memorable? Un libro que se enmarca y muestra la respuesta a estas preguntas es “Zerópolis”; este texto muestra una descripción detallada de la también llamada Sin City a través de la experiencia del autor en un viaje a esta urbe. Zerópolis es un concepto que surge para caracterizar a las ciudades contemporáneas; indica la esencia de la urbanidad elaborada en Las Vegas: “la nulidad que se hace número” (Bégout, 2007, p. 17). A través de pequeñas secciones el autor se encarga de detallar diferentes aspectos de la ciudad. Por ejemplo, en “Ofrendas al Dios Fun” describe su experiencia y sensaciones en las calles luminosas aludiendo a que los visitantes entran en un tipo de confusión ante tanta luminosidad, además comenta sobre la “arquitectura” y el comportamiento sistemático de las personas,

En el nivel de satisfacción, la percepción y la forma en cómo recuperan el derecho a la ciudad las personas estará el éxito de las ciudades de futuro.

concluyendo que esta ciudad es un lugar que carece de memoria y que no genera identidad con las personas que la “habitan” y visitan.

En “El doble rostro de la utopía”, Bégout señala que Las Vegas es una de las ciudades con el mayor crecimiento urbano de Estados Unidos. En esta sección se describe lo que pasa fuera del downtown, en los suburbios con una tipología de comunidades cerradas. Lo que es una contraposición de lo que se puede observar en el downtown, dado que estas comunidades son cerradas, herméticas e introvertidas. Incluso han tenido que generar sus propios espacios públicos, ya que hoteles y casinos se apropiaron del mismo, constituyendo así las primeras formas de privatización del espacio público. Los nodos en los suburbios que tienen la función de disminuir la presión urbana en el centro, no han tenido éxito como polos de crecimiento ya que no crean un arraigo con la población, carecen de identidad y no desarrolla una apropiación del espacio, de esta manera se crean patrones de la urbanización discontinua, fragmentada, difusa y sin límites precisos (Borja, 2014).

Pero lo gatilla este texto es la reflexión generada a partir de la sección ¿monstruo urbano o futura normalidad? Aquí el autor posiciona a Las Vegas como el lugar de las futuras tendencias urbanas. Pareciera ser que la famosa frase What happens in Vegas, stay in Vegas no aplica con la urbanidad, ya que esta forma de hacer ciudad ha permeado hacia otros lugares como Atlantic City o Macao en China, que se caracterizan por la presencia masiva del automóvil, algún tipo de atracción como los casinos y publicidad invasora que te interrumpe hasta en tus momentos más privados, tal como lo plantea Koolhaas en Espacio Basura (2002).

El libro Zerópolis logra examinar y describir los detalles morfológicos, estéticos, sociológicos y políticos de la ciudad de Las Vegas, permitiendo concluir que esta ciudad fue construida bajo las premisas “un camino puede convertirse en ciudad, un edificio puede convertirse en signo. Es posible crear un lugar a partir de la nada.” (Hess, 1993, p. 123).

Tanto desde la perspectiva urbana hasta la histórica cultural y el valor de pertenencia de un lugar, el modelo de ciudad de Las Vegas representa una amenaza para las ciudades del futuro. Actualmente las ciudades enfrentan retos como el uso de energía, desigualdad, movilidad, espacios públicos, y áreas verdes por mencionar algunos, sin embargo, lo más importante es reconocer que las ciudades del futuro deben ser memorables, sanas y amigables con las personas. En el nivel de satisfacción, la percepción y la forma en cómo recuperan el derecho a la ciudad las personas estará el éxito de las ciudades de futuro. ¶

referencias bibliográficas

Bégout, B. (2007). Zerópolis. Barcelona: Anagrama. Borja, J. (2014). Ciudad, urbanismo y clases sociales. Sin Permiso. Hess, A. (1993). Viva Las Vegas: After-Hours Architecture. San

Francisco: Chronicle Books. Koolhaas, R. (2002). Espacio Basura. Gustavo Gili. Koolhaas, R. (2011). La Ciudad Genérica (1a ed.). GGminima.

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