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La justicia antes que las leyes…
Prometo guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen, eso decía el señor López Obrador al tomar protesta como presidente de este país. A eso se comprometió, pero ya como primer mandatario modificó su discurso institucional por un discurso popular.
Marcos Antonio Santoyo Bernal Abogado y Analista político
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Recordemos que las constituciones que hemos tenido a través de la historia en nuestro país le han venido a dar orden, sobre todo después de la constitución de 1917. Por ejemplo, la constitución de 1824 estableció las bases para contar con una república representativa popular federal, libre e independiente, compuesta de 19 estados y 5 territorios. Esto le daba una organización institucional como nación naciente y fortaleza para iniciar el desarrollo que todos los mexicanos esperaban. En la constitución de 1857 ya se incorporaban los derechos individuales tales como; la libertad de expresión, la libertad de asamblea, la libertad del porte de armas entre otras más. En esta constitución se estableció la abolición de la esclavitud, la defensa de las ideas y la religión católica dejó de ser la oficial, pasando de esta manera a la separación iglesia-estado que tanto defendió Benito Juárez.
En cuanto a la constitución de 1917 podríamos señalar que se incorporaron derechos individuales y sociales de avanzada, los cuales fueron propuestos por esos grandes constituyentes que participaron en la elaboración de nuestra Carta Magna.
Las bases principales de esta constitución fueron; La soberanía popular, la garantía de los derechos individuales y sociales del hombre, el sistema representativo de gobierno, la división de poderes, el sistema federal, la rectoría del Estado sobre el desarrollo nacional y la economía mixta, así como la separación entre el estado y las iglesias principalmente.
Con esta constitución se garantizó la estabilidad social y marca un rumbo hacia donde debía de transitar México como nación libre e independiente. De esta manera se le otorgaba un orden constitucional a nuestro país, con esto se garantizaba la convivencia y paz social que todos los mexicanos anhelaban.
Como se puede observar, cada una de las constituciones que hemos tenido, le han abonado a nuestra nación para que tuviera un desarrollo integral. Por lo tanto, es obligación de todos cumplir y hacer cumplir este orden constitucional para continuar contando con paz social.
Si hacemos una remembranza sobre la historia de nuestro país, podemos observar que la mayoría de los presidentes de la república que hemos tenido, han respetado en general nuestra Carta Magna, con algunas salvedades que se podrían analizar en su momento. También sabemos que nuestra Ley Suprema ha sufrido muchísimas violaciones por parte del gobernante que en su momento todos hemos señalado y manifestado nuestro malestar.
Todo esto lo conocemos los mexicanos, pero que un presidente que prometió guardar y hacer guardar la constitución no la respete está grave, sobre todo por lo que representa este personaje para el país. Porque si el mismísimo presidente no respeta nuestra Carta Magna, entonces muchos tampoco la respetarán.
Así de grave es esta postura que ha tomado el Titular del Ejecutivo Federal, porque no solo se trata de que un individuo no respete nuestro orden constitucional, sino porque se supone que representa precisamente ese orden social como el primer mandatario de este país.
López Obrador señala que para él es más importante la justicia que las leyes, de esta manera rompe de tajo nuestro Estado de Derecho. En ninguna nación democrática se considera esta postura como válida para garantizar la paz y la estabilidad social.
Al contrario, este tipo de posturas solo crean anarquía y desorden social que provoca que un país se quede estancado y con cero posibilidad de desarrollo. Apostarle a este tipo de política populista es apostarle al fracaso como nación.
Con
De ahí la importancia de que todos los que se consideren verdaderos demócratas y defensores del orden social, deben de manifestarse no solo en las calles, sino en las urnas a la hora de emitir su voto.
Imaginemos si todos practicamos la justicia en lugar de las leyes, por ejemplo; el pobre le estaría robando al rico porque simplemente este considera injusto que el rico tenga mucho y él no tenga nada. O el que se haga justicia por su propia mano como ya se viene haciendo costumbre en los últimos años en este país.
Quizás y atendiendo las indicaciones de su papá que antepone la justicia sobre el respeto a las leyes, Ramón López Beltrán en pocos años ya no quiso vivir de pobre y pasó a las filas de los nuevos ricos por considerar que no era justo que él fuera pobre y que teniendo papá presidente no tuviera una vida de rico, así que se dedicó a interceder junto con su esposa contratos millonarios para empresarios que tenían intereses en PEMEX. Y qué decir del señor René Bejarano y los hermanos incomodos que recibieron pacas de dinero en efectivo, porque seguramente para ellos, eso era justo para el movimiento que encabezó su amigo y hermano el hoy presidente López Obrador, violando las leyes de este país sin tener consecuencia alguna de la autoridad correspondiente.
Estos ejemplos los pueden llevar a cabo muchas personas que consideren que el propio presidente les autoriza y avala actuar de esta forma. Si permitimos que se continúe con esta retorica presidencial, estaremos abriendo las puertas solo a la justicia y enterrando nuestras leyes, y de esta manera dándole al traste todo lo que hemos construido por tantos años.
En fin, mientras continuemos con gobernantes populistas que solo pretenden acumular poder y conservarlo a como dé lugar y con las consecuencias drásticas que se pudieran dar, estaremos llevando a nuestra nación al despeñadero del cual será muy difícil salir. O como diría mi abuela, López Obrador se comprometió a guardar y hacer guardar la constitución, pero en los sótanos de Palacio Nacional para que nadie la encuentre y menos la respete ¿No lo creen?