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REVISTA DE ESTUDIANTES DE ARQUITECTURA ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA METODOLOGÍAS DE TALLER

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NÚMERO 0 | NOVIEMBRE 2015 “ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA METODOLOGÍAS DE TALLER” SOBRE REA

EQUIPO EDITORIAL

REA es la publicación independiente y de distribución gratuita de la Red de Estudiantes de Arquitectura (REA). Busca abarcar diversos temas relacionados con arquitectura, principalmente desde la perspectiva de los estudiantes.

Chile: Joseph Cuello Gamboa Christian Fierro Corral Felo Paredes Geisse Nicolás Provoste Catrileo Constanza Villegas Zúñiga

| U. de La Serena | U. de Chile | U. San Sebastián | U. de Chile | U. Mayor

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Perú: Dhina Ruiz Rentería Ignacio Suárez Ruiz

| U. P. Antenor Orrego | U. Nacional de Piura

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ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA METODOLOGÍAS DE TALLER

E DI T O R IA L

En el contexto global actual, caracterizado por la acelerada velocidad a la que se mueve la información, se torna difícil hacer un ejercicio reflexivo sobre las capacidades y posibilidades de nuestra disciplina que, sin duda, se despliegan mucho mas allá de lo que la academia o la profesión misma entiende y ejecuta. Con la llegada de nuevas plataformas y tecnologías nos vemos ante una cantidad incalculable de información, pero muchas veces sin mucho razonamiento ni tiempo necesario para poder ahondar en ella. Es por esto que como Revista REA buscamos ser una publicación que genere espacios para reunir y difundir opiniones criticas de estudiantes de arquitectura, sobre problemáticas

atingentes a nuestra disciplina, desde la diversidad de visiones que la individualidad, sensibilidad e intereses de cada estudiante nos proporciona.

El primer número lo hemos dedicado a una temática ajena a la contingencia, y mas bien cercana a una reflexión, que consideramos, se debiese hacer de forma permanente. Nos referimos a nuestra “formación disciplinar” y quizás el espacio mas característico de esta en nuestra escuelas, “El Taller”. Consideramos el cuestionamiento de las metodologías con las que aprendemos arquitectura como la forma de aportar un flujo de conocimiento, reciproco y constante, entre docentes y alumnos. Con motivo de esto hemos entrevistado

a cuatro profesores: Alejandra Celedón, Mario Marchant, Ernesto Silva y Leopoldo Villacorta (Perú), que destacamos por sus interesantes propuestas académicas, que ponen atención en diferentes ámbitos desde los cuales abordar el proceso del proyecto: Representación, Temáticas, Programas, Contextos. El cuerpo principal está compuesto por 10 columnas de opinión proporcionadas por estudiantes que nos presentan distintas visiones sobre cómo “debiese ser” un taller de arquitectura. Y como finalización tres reportajes gráficos que nos muestran mediante la ironía, la experimentación y la intuición, una mirada de lo que podemos lograr exteriormente al Taller.


ENTREVISTAS 09. Ernesto Silva 11. Alejandra Celedón 13. Mario Marchant 15. Leopoldo Villacorta

C ON TEN I DO S OPINIÓN

19. La Enseñanza de la Imagen / Sebastián Simonetti 20. Arquievolucionando / Rafael Centeno 21. Que Prime el Silencio / Federico Mergia 22. Taller: ¿Libre e Innovador? / Constanza Villegas 23. De la Secuencia al Hipertexto / Enzo Vergara 24. Enseñanza de la Arquitectura / Mario Ormazábal 25. Desaprender el Método / Ángela Méndez 26. Una Mirada Desde Otra Perspectiva / Karina Cavieses 27. Aprendizaje Inconsciente / Luis Suárez 28. Métodos de Taller / Carolina Lunas

REPORTAJES GRÁFICOS 31. La Gran Muralla / Emile Straub 33. 22:22 La hora del cambio / Colectivo 22:22 35. Paisajes Maquinarios / Franco Besoain


EN



1. En tu época de estudiante, ¿cómo se enseñaba la arquitectura dentro de taller? ¿Te sirvió esa metodología al egresar?

2. ¿Tuviste profesores que fueron significativos? ¿Influyeron en la visión que tienes como arquitecto y en tu forma de enseñar actualmente taller?

Se enseñaba basado en un modelo absolutamente clásico, retrógrada y con influencia de las Bellas Artes. Que viene, a mi juicio, también con una influencia de las escuelas técnicas europeas. No se cuestionaba mayormente los procesos y procedimientos de diseño, sino más bien éramos alumnos que seguíamos encargos y especies de recetas en base a lo mismo que a nuestros profesores le habían enseñado años atrás. No había ningún cuestionamiento metodológico, sólo repetir y hacer ejercicios que se basaban en conceptos y encargos –bastante cuestionables en sus complejidades y aportes a la disciplina–, hacer cosas de pequeña escala que crecían en el tiempo, a medida que avanzabas en los años de la carrera, pero no necesariamente en complejidad. Paradójicamente sirvió mucho, la enseñanza que recibí, para saber lo que no tenía que hacer. Es interesante que cuando se tiene que elegir algo entre varias cosas similares el proceso cognitivo consiste en descartar lo que no se quiere. Fue muy importante para mí descartar de mi educación lo que no me interesaba. Siempre fui crítico sobre las metodologías de enseñanza, a partir de eso surge el interés de poder cuestionarlas, entenderlas y poder tratar de aplicarlas de forma más pertinente.

Creo que la gracia de haberme educado en la Universidad de Chile es que siempre, a pesar de todas las críticas que se pueden hacer, no sé por qué ni cómo, siempre hay gente muy interesante. Me marcaron profesores como Albert Tidy, de quien aprendí el rigor de hacer las cosas con dedicación, sus entregas eran verdaderas exposiciones donde se exhibían los trabajos con una manufactura impecable; Alberto Sartori, quien era una persona espectacular, me despertó el interés de conocer realmente qué es arquitectura, tomarle respeto y aprecio a alguien cuando te está enseñando es fundamental, además, él hacía con algunos de sus talleres un viaje por Europa; se conseguía auspicios, realizamos algunas actividades para juntar el dinero, y nos fuimos más de 3 semanas solamente a ver arquitectura por 5 países distintos; y Eduardo Lyon, un profesor fundamental, él fue nuestro tutor del seminario de investigación donde cuestionamos la enseñanza de arquitectura, entendiendo los requerimientos que podía necesitar un taller de arquitectura y cuestionar todos los procesos cognitivos de la enseñanza, me tocó conocer autores muy necesarios para poder desarrollar luego algunas investigaciones de temas afines en el magíster.

3. ¿Cómo es tu relación con tus alumnos, cuánto tiempo dedicas a su formación y qué metodología empleas? ¿Qué relación tiene con la enseñanza que tú recibiste? Casi no tiene relación con la enseñanza que tuve. El tiempo que les dedico a los alumnos no sé si es todo el que debería ser pero trato que sea de calidad, me refiero a que los talleres siempre están diseñados con anterioridad, no creo en esos profesores que creen que quedarse hasta más tarde los hace mejores, o esos profesores que son íntimos amigos de los estudiantes. Me interesa que los talleres sean estructurados, con un marco de acción claro y metodologías a discutir, creo que eso hace que se genere una buena relación entre alumnos y equipo docente. La relación la veo absolutamente horizontal y no como me enseñaron a mi, bajo una persona que dictaba las normas sobre qué se tenía que hacer. No horizontal en el sentido de ser amigos, sino en el sentido en que las tomas de decisiones y la generación de conocimiento en taller es de manera grupal. No me gusta mucho la palabra metodología porque suena como un recetario, pero si intento que haya un marco teórico, un marco de acción, un sistema de trabajo y métodos de representación muy claros, para que de esta manera se genere una discusión en relación a los procesos de diseño, a las estrategias y argumentos que subyacen a un proyecto.

E NTR E VI S

ERNESTO SILVA RASO Arquitecto de la Universidad de Chile (2007), con estudios de pregrado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (2005), Master of Science in Advanced Architectural Design y Advanced Architectural Research en GSAPP Columbia University, Nueva York (2013). Organizador del simposio Conflict of Interests, GSAPP Columbia University. Dentro de sus publicaciones destaca Dissecting the Architecture Studio para el AAR, 2013.

Ha sido profesor adjunto de la Universidad de Columbia, donde colabora con Juan Herreros y Andrés Jaque en talleres y seminarios del MsAAD. Anteriormente en talleres y seminarios en diversas Universidades Chilenas y Barnard College en Nueva York. Ha sido invitado por GSAPP Columbia University, como miembro del jurado de la entrega final de los talleres del MsAAD. Es socio fundador de la oficina Romero Silva arquitectos (2013). Actualmente es profesor de postgrado de la Pontificia Universidad Católica y de pregrado en las Escuelas de Arquitectura de la Universidad de Talca, Andrés Bello y San Sebastián.

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4. ¿Qué métodos para la formulación de ideas y que medios de representación empleas? ¿Qué temáticas se abordan en tu taller, cómo son definidas y qué autores recomiendas para apoyarlas?

Cuando un profesor te pide que te replantees hay que decirle que no vaya nunca más a hacer clases de taller. El que se debería replantear es él, no tiene idea de lo que está enseñando, es una cosa casi militar.

El taller intenta investigar sobre correcciones tipológicas a partir de situaciones cotidianas, banales y ordinarias presentes en la ciudad. En el inicio del taller hay términos que tienen que ver con el situacionismo, salir a descubrir una red de situaciones o de tipologías no diseñadas por arquitectos en la ciudad. Jamás hay un encargo. Hay un gran interés con llevar al límite los métodos de representación, un término que hemos acuñado con el tiempo es la generación de un documento gráfico. Intentamos que se realice durante todo el semestre sólo una representación, como una acumulación de información y series de isométricas o vistas paralelas que van mostrando múltiples capas de información y distintas escalas, retroalimentándose y contaminándose de información entre sí. Siento que la isométrica es una representación clásica de la arquitectura que permite entender cierto rigor en las medidas y escalas, y permite mezclar tanto información física como información que tiene que ver con las actividades y el paso del tiempo. Existe un gran interés en que no sólo se registre, se diseñe o se represente lo que uno entiende como arquitectura tradicional, que son los espacios, sino

también las actividades que suceden dentro de estos lugares o que puede detonar un dispositivo arquitectónico. Me interesan mucho temáticas referidas a lo que Juan Herreros denomina correcciones tipológicas, que es cuestionar las tipologías de la arquitectura. En este sentido los autores principales y más contemporáneos me parece que son Juan Herreros, Andrés Jaque, Enrique Walker, y quienes han escrito, a mi parecer, lo más interesante del último tiempo, Bernard Tschumi, Robert Venturi, Denise Scott Brown, Alison y Peter Smithson, Bruno Latour, Henri Lefebvre y Georges Perec.

profesores que es “señor, replantéese”. Cuando un profesor te pide que te replantees hay que decirle que no vaya nunca más a hacer clases de taller. El que se debería replantear es él, no tiene idea de lo que está enseñando, es una cosa casi militar.

5. ¿Piensas que la relación profesor-alumno en cuanto a taller debe ser de opinión o de influencia? El proceso consecutivo de prueba y error, ¿ayuda realmente en la manera de proyectar dentro de taller?

Más que falencias me gustaría hablar de oportunidades. Hay una oportunidad tremenda en las escuelas de arquitectura chilenas para que dejen de evaluar los resultados, y se ponga énfasis en las estrategias y argumentos que subyacen a un proyecto de arquitectura y en los procesos de diseño relacionados a estos. Que se deje de evaluar la entrega final con tanto énfasis y que se evalúen los procesos de los alumnos. Depende de cada escuela cómo formar para el mundo laboral. Siempre se ha pensado que el arquitecto es el que diseña edificios, pero en los últimos años, no ha sido así. Lamentablemente creo que la gran mayoría sigue impartiendo una educación basada en resultados, generando arquitectos para un campo profesional que probablemente está saturado.

La relación tiene que ser en base a detonar preguntas, cuestionar sistemáticamente lo que se está haciendo, que el alumno sea consciente de las tomas de decisiones en su proceso de diseño. No debe ser una influencia de hacer lo que a uno le gusta, sino de hacerlo consciente. Ensayo y error suena a profesor que te pide un encargo, creo interesante hablar de la evolución de una estrategia y sus contantes ajustes, dicho en otras palabras probando alternativas en base a lo mismo y no lo que te dicen algunos

6. ¿Cuál crees es la mayor falencia de las metodologías de taller a nivel escuelas? Crees que las escuelas deben formar para el mundo laboral? ¿Cuál(es) serían las modificaciones que harías a las metodologías actuales para encaminar una enseñanza exitosa de las escuelas a futuro?


1. En tu época de estudiante, ¿cómo se enseñaba la arquitectura dentro de taller? ¿Te sirvió esa metodología al egresar? Como aún ocurre en la Escuela, la oferta de talleres de la Universidad de Chile era muy variada. No podría decirse que cuando yo estudié, en los últimos años del siglo XX, existiera una metodología común a todos ellos, tal como no existe hoy día tampoco, o una agenda clara dictada por la Escuela. Existían entonces desde talleres que aún enseñaban a partir de conceptos de la Escuela de Bellas Artes de principios del siglo XIX, como el “partido general” o la idea de “composición”, hasta profesores mas jóvenes que organizaban su taller en base a conceptos como “programa”, “estrategia”, “evento” o “contexto”. Eran años donde aun se enfrentaban en un mismo espacio y tiempo, las ideas

canónicas que sustentaron la arquitectura moderna de la primera mitad del Siglo XX, como la funcionalidad, austeridad y economía, de la mano indistintamente de “nuevos” argumentos como “lo encontrado” de los Smithson o el “aprendiendo de” de Venturi.

logra sembrar semillas en unos pocos. En general fueron profesores jóvenes que nos mostraron que se podía desafiar los límites de la profesión hacia otros campos, ya fuera el arte, la crítica o la literatura, o profesores que habían viajado al exterior y venían con ideas actualizadas e inquietudes

En mi trayectoria personal hubo sólo un par de talleres que realmente marcaron mi modo de entender la arquitectura una vez egresada. Uno fue el taller de Eduardo Lyon en 3er año que tuvo un foco más crítico y abierto a nuevos modos de producción y pensamiento, y el Taller de Juan Sabbagh en 5to año en que la preocupación central fue la ciudad.

3. ¿Cómo es tu relación con tus alumnos, cuánto tiempo dedicas a su formación y qué metodología empleas? ¿Qué relación tiene con la enseñanza que tú recibiste?

2. ¿Tuviste profesores que fueron significativos? ¿Influyeron en la visión que tienes como arquitecta y en tu forma de enseñar actualmente taller? Sin duda. Al menos dos o tres, que quizás no marcaron directamente el modo en que veo y enseño arquitectura hoy, pero sí inspiraron ciertos caminos y temas que seguí luego de egresar. Creo que en general eso es lo que ocurre: sólo profesores contados con una mano logran dejar huellas importantes en los estudiantes, lamentablemente. Del mismo modo creo que de un curso uno

Creo que mi relación con los alumnos es cercana, aunque habría que preguntarles a ellos. Intento que la relación sea lo menos jerárquica y los mas horizontal posible y que todos los argumentos e ideas tengan validez por sus justificaciones, evidencias y procesos argumentativos, no por quien las expone o comunica. Mi experiencia en el pregrado en la Universidad de Chile no fue así, existía un aura de autoridad y obediencia en donde la generalidad era la figura del “maestro”, el cual enseñaba o transmitía su propio proceso creativo como un modelo a replicar. Mis métodos y modos apuntan a enseñar a los estudiantes a pensar, a posicionarse y argumentar frente a determinadas condiciones y problemas, más que a repetir una firma de autor.

EN T R EVI S

ALEJANDRA CELEDÓN

Arquitecta por la Universidad de Chile. Tiene un Master por The Barlett, University College London, donde trabajó como Asistente de Investigación en el UCL Space Group; y tiene el grado de PhD por la Architectural Association en Londres.

Ha trabajado en diseño arquitectónico para Sabbagh Arquitectos (Santiago) y en diseño urbano para Farrells & Partners (Londres). Ha sido profesora de la Universidad de Chile y la Architectural Association en Londres, donde cursó su doctorado sobre estrategias retóricas que conectan arquitectura y ciudad mediante el examen del dibujo planimétrico. Ha expuesto su trabajo y contribuido con diversas revistas y conferencias tanto en Chile como en el Reino Unido.

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El taller de arquitectura no es un lugar donde trasmitir conocimientos, sino donde generarlos y ponerlos a prueba colectivamente.

4. ¿Qué métodos para la formulación de ideas y que medios de representación empleas? ¿Qué temáticas se abordan en tu taller, cómo son definidas y qué autores recomiendas para apoyarlas?

5. ¿Piensas que la relación profesor-alumno en cuanto a taller debe ser de opinión o de influencia? El proceso consecutivo de prueba y error, ¿ayuda realmente en la manera de proyectar dentro de taller?

Como profesora invitada en la Universidad de Chile, hemos estado desarrollando una serie de tres talleres basada en la idea de “traducción”, entendiendo que ésta es probablemente la tarea última del arquitecto: trasladar ideas a dibujos, y dibujos a edificios. El primero fue “Traducciones I: Lo común”, el que está acabando es “Traducciones II: Villa Grimaldi”, y este último semestre cerraremos la serie con su última versión. La idea de traducción podría entenderse como la metodología que usamos, aunque “método” es una palabra que prefiero evitar. La idea de traducción es mas bien el filtro o lente mediante el cual mirar o editar un determinado contexto. Comenzamos por un argumento escrito, una idea narrada que luego vamos trasladando a distintos medios de representación: de la imagen a la planta, a la sección y a la elevación. Entendiéndolos siempre no como meros registros sino como sitios epistemológicos. En paralelo, exploramos ciertas ideas en determinados lugares, como la idea de “lo común” en San Borja y “la memoria” en Villa Grimaldi. La bibliografía, más que un dogma que haya cruzado la serie de tres talleres, ha cambiado por caso.

La instancia de taller debería ser un aprendizaje mutuo donde uno instala ciertas inquietudes a desarrollar y testear junto a un grupo de alumnos: el taller. El taller de arquitectura no es un lugar donde trasmitir conocimientos sino donde generarlos y ponerlos a prueba colectivamente. En ese sentido, la prueba y el error, y la posibilidad de que los alumnos desarrollen sus propias inquietudes y preocupaciones dentro del marco inicial, para mí y los equipos con los que trabajo han sido clave.

6. ¿Cuál crees es la mayor falencia de las metodologías de taller a nivel escuelas? Crees que las escuelas deben formar para el mundo laboral? ¿Cuál(es) serían las modificaciones que harías a las metodologías actuales para encaminar una enseñanza exitosa de las escuelas a futuro? La mayor falencia, sino falacia, es el modelo de Maestro-Aprendiz, donde el alumno aprende el modo o proceso creativo de un arquitecto. El profesor debe ser capaz de instalar preguntas y guiar procesos, pero no imponer modelos ni dogmas. Creo que es importante acercar algunos talleres al mundo laboral, como lo han hecho lo talleres de practica, sin embargo encuentro que esto es de tanta importancia como tener talleres de investigación, de patrimonio, o de experimentación digital. Es la diversidad de opciones y el entendimiento de la arquitectura como disciplina en su amplio sentido y no solo como oficio lo que las escuelas de arquitectura


1. En tu época de estudiante, ¿cómo se enseñaba la arquitectura dentro de taller? ¿Te sirvió esa metodología al egresar?

2. ¿Tuviste profesores que fueron significativos? ¿Influyeron en la visión que tienes como arquitecta y en tu forma de enseñar actualmente taller?

Habían distintas metodologías y distintos talleres, pero diría que había una tónica: la palabra encargo. El taller no se desarrollaba en base a un asunto arquitectónico o un tema, sino que a un encargo o suma de encargos, que generalmente iban avanzando en complejidad. Por ejemplo, el primer encargo un trabajo entre medianeros, el segundo encargo una vivienda y el tercero un edificio de escala mayor y de carácter publico. La complejidad dada por metros cuadrados y la lógica del encargo que respondía a una estructura de que al arquitecto lo llamaban para hacer encargos, te formaban en base a eso, la mayoría, casi todos los talleres operaban en esa lógica.

Si, claro. Hay profesores significativos, que dejaron una marca por su pasión hacia la arquitectura, por su entusiasmo y su amor por la arquitectura y su aprendizaje, otros por su capacidad intelectual y su conocimiento y de ver cosas que uno no veía, por la capacidad de cuestionar. En relación a la pasión y el cariño, Alberto Sartori; un privilegio haberlo tenido como profesor, una persona que reunía pasión, locura y cariño, cuando a uno le gusta algo y encuentra otra persona que también le gusta uno se entusiasma, era una ecuación muy buena. A nivel de post grado, profesores hay muchos. Yo creo que es gente que ve y entiende la arquitectura de una forma mas amplia, no como una profesión sino como un área del conocimiento humano. Uno los recuerda por eso, por lo que compartiste con ellos, algo concreto que aprendiste con ellos.

Lo que me sirvió de los talleres de pregrado fue adquirir un oficio, en una línea de desarrollo profesional, de arquitectura entendida como una profesión. En esa perspectiva: dibujos, soluciones, relaciones de espacios, detalles etc. Cuando entré a estudiar no sabía, no conocía, no tenia relación con la arquitectura, yo creía que la arquitectura tenía una vocación, encontraba que era el espacio en el que me podía desarrollar y me entusiasmaba, no puedo decir que sabía lo que era la arquitectura y que esperaba de ella.

3. ¿Cómo es tu relación con tus alumnos, cuánto tiempo dedicas a su formación y qué metodología empleas? ¿Qué relación tiene con la enseñanza que tú recibiste? Mi relación con los alumnos trato que sea cordial, de respeto mutuo, de confianza. Creo que el aprendizaje en la

arquitectura, que si bien es difícil enseñar, aprende junto a otros en base a la confianza. Uno como profesor confía en que los estudiantes van a entregar lo mejor que tienen y tienen ganas de aprender, y creo que ellos confían en lo que uno les va a entregar y que va a estar a la altura de sus expectativas, la confianza es una palabra clave. En ese sentido trato que sea participativo, le doy mucho valor a la conversación en persona, no soy muy amigo de lo digital en término de correcciones, me gusta que sea horizontal. En relación al tiempo que dedico a la formación, la hora de clases pero me gustaría tener mucho más, depende del contexto, de la escuela y de los tiempos definidos. A mi me gusta compartir algún tiempo con los estudiantes, escucharlos. En el caso de metodología del taller planteo un problema, un tema de arquitectura, que me interesa indagar, explorar y que encuentro que es valioso como una oportunidad de aprendizaje colectiva tanto como para estudiantes, para mi y para el equipo del taller. Con problema me refiero a un asunto de la arquitectura que pretende indagar, cuestionar y explorar ciertos aspectos en que la respuesta esperada no está definida, y que no necesariamente se cual va a ser el resultado final, lo interesante es que cuando eso se plantea como un asunto colectivo las respuestas son diversas, y eso nos da taller como una oportunidad colectiva que aprende de los otros a partir de sus proyectos.

EN T R EV I S-

MARIO

MARCHANT

Arquitecto graduado con distinción máxima de la Universidad de Chile y Master in Advanced Architectural Design de Columbia University donde recibió la William Kinne Fellowship. Cursó estudios de postgrado en el Departamento de Arquitectura del CED, University of California Berkeley, y ha recibido las Becas Presidente de la República y Fulbright.

Es Profesor Asistente del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Chile donde desarrolla docencia, investigación y creación en las áreas de teoría y diseño arquitectónico, e integra un equipo interdisciplinario en el campo del practice-led research junto al Profesor Diego Gómez. También es profesor y director de revista Materia Arquitectura de la Universidad San Sebastián, y desde la plataforma MM architecture research opera fusionando diversos campos del diseño a través de una estructura colaborativa. Fue distinguido con el Premio Promoción Joven 2011 del Colegio de Arquitectos de Chile, y nominado al International Iakov Chernikhov Prize 2012 y es miembro fundador de Santiago Research Cell, nodo chileno del GSAPP Global Network.

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4. ¿Qué métodos para la formulación de ideas y que medios de representación empleas? ¿Qué temáticas se abordan en tu taller, cómo son definidas y qué autores recomiendas para apoyarlas?

Yo soy de la idea de que las universidades deberían dejar de dar títulos profesionales y concentrarse en los grados académicos. Tanto el Colegio de Arquitectos como las oficinas de arquitectura deberían retomar una posición importante, porque ahí se formaron varios profesionales, en las propias oficinas.

Para definir ideas algo básico son textos y palabras. Otra forma de materializarlo es a través de imágenes, un collage, un hibrido entre imágenes generadas por los estudiantes y construida en base a otros elementos, los diagramas que son interesantes logran una capacidad para mostrar visual y espacialmente en dos dimensiones algo que es tres; en el marco en el que se desarrolla el taller, en segundo año, que es mas bien un ciclo inicial, formativo, donde los estudiantes aún tienen mucha incertidumbre, poca certeza y, por lo mismo, ambién hay poca claridad, se da muy bien. 5. ¿Piensas que la relación profesor-alumno en cuanto a taller debe ser de opinión o de influencia? El proceso consecutivo de prueba y error, ¿ayuda realmente en la manera de proyectar dentro de taller? Encuentro interesante lo que sucede en los primeros años, porque en los estudiantes todavía hay ciertas dudas, incertidumbre, uno puede marcar ciertas cosas y no está esa actitud que aparece en los años siguientes, en tercero o cuarto año se sienten y creen arquitectos.

6. ¿Cuál crees es la mayor falencia de las metodologías de taller a nivel escuelas? ¿Crees que las escuelas deben formar para el mundo laboral? ¿Cuál(es) serían las modificaciones que harías a las metodologías actuales para encaminar una enseñanza exitosa de las escuelas a futuro? Tiene que ver con la definición de escuela. En el caso articular de la Universidad de Chile, se implementará una nueva malla curricular, y eso responde a una idea de escuela. Creo que en el ultimo año, o últimos años en un sentido amplio, producto de acreditaciones de la profesionalización de la academia, el taller en particular ha sufrido diferencias a cuando estaba estudiando. Creo que se confunde la diversidad, la diversidad puede llevar a un grado de diferencias cualitativas muy importantes, lo que podría ser negativo, en algún momento la diversidad era un sello positivo de la universidad, de la facultad, de los talleres. Siempre en la Universidad de Chile existió la libertad de cátedra, entonces frente a un requerimiento de enseñanza o aprendizaje, cada profesor lo desarrollaba con un grado importante de libertad. El tema es que eso se presta para que haya mucha diversidad entre un taller y otro, y no una diversidad necesariamente pensada en calidad u oficio. Eso que es una cosa positiva, si no se tiene claro como un proyecto de escuela juega en contra.

En el marco chileno, tienes que formar para el mundo laboral. Por eso también hago clases en cursos inferiores, porque podríamos decir que ciertas bases disciplinares se van abandonando a medida que se va avanzando por esta malla curricular. Soy de la idea de que las universidades deberían dejar de dar títulos profesionales y concentrarse en los grados académicos. Tanto el Colegio de Arquitectos como las oficinas de arquitectura deberían retomar una posición importante, que algún momento tuvieron, porque ahí básicamente se formaron varios profesionales, en las propias oficinas, entablar un sistema como lo que ocurre en España o Inglaterra donde que para poder desarrollar un proyecto arquitectónico tienes que cumplir con un tiempo de formación en oficina, en los distintos roles que el arquitecto en ese contexto cumple, que van desde aspectos administrativos hasta procesos de diseño, de coordinación de especialidades, y que luego de horas en eso, que están determinadas por normas y por marcos regulatorios locales, tú das exámenes y eso te permite tener una licencia, te permite ejercer como arquitecto en un estado particular o en un país dependiendo las condiciones. Eso significaría un cambio estructural en Chile, una renuncia importante en las universidades, una cierta pérdida concreta de poder, pero creo que desde la perspectiva profesional sería lo mejor.


1. En tu época de estudiante, ¿cómo se enseñaba la arquitectura dentro de taller? ¿Te sirvió esa metodología al egresar? Se enseñaba como yo lo vengo enseñando. Cómo se diría actualmente, recibí la enseñanza de la “vieja escuela”; racionalismo, función, forma, dibujábamos los planos a través de tintas o estilógrafos, nos inculcaron a la investigación. Sirvió para mi toda esa enseñanza puesto que mis catedráticos fueron orientadores, docentes muy preparados, gente de una gran calidad, de una escuela de arquitectura de mucha reputación a nivel latinoamericano en esa época. Responsabilidad y trabajo serio son mis pilares, me educaron así y aún lo aplico desde mi vida profesional y como docente.

particular hubo un profesor que influyó de gran manera en la especialidad alterna a la cual soy arquitecto, la Historia de la Arquitectura. Era una persona con gran prestigio internacional, su manera tan dedicada de ver la Historia de la Arquitectura y de cómo impartía sus conocimientos hacia los alumnos, de una forma amplia, diversa, divertida. Un hombre de mundo, de mucha cultura general. En cuanto a taller también hubo un profesor, que siempre nos decía que el arquitecto no es arquitecto si no viaja, si no conoce otras culturas, si no explora su propia realidad y la compara con otras. Esas mismas bases la imparto a mis estudiantes, motivándolos siempre a ser hombres de cultura con mucha responsabilidad y criterios muy amoldables a su forma de diseñar para beneficio de la sociedad.

2. ¿Tuviste profesores que fueron significativos? ¿Influyeron en la visión que tienes como arquitecto y en tu forma de enseñar actualmente taller?

3. ¿Cómo es tu relación con tus alumnos, cuánto tiempo dedicas a su formación y qué metodología empleas? ¿Qué relación tiene con la enseñanza que tú recibiste?

Sí, por supuesto. Tanto a mi como a mis colegas de esa facultad, nos llamaba la atención la manera de cómo cada profesor era investigador y cada uno de ellos hacían libros sobre las materias que ellos mismos impartían. Me adelanté respondiendo a la pregunta diciendo que responsabilidad y trabajo serio son mis pilares y los aplico en mi cursos de taller e historia. De manera muy

Hasta la fecha he tratado de inculcar a mis alumnos disciplina, entrega y dedicación en cada trabajo que se hace. Si tú tienes una vocación para la arquitectura debes ser coherente, tener un compromiso como estudiante para que asuma con responsabilidad todas las tareas que se les exige. En el tema específico de taller, por ejemplo, hoy en día promuevo un método de enseñanza

largo, diverso, y atractivo que resulta en cada proyecto de diseño. Este proceso tiene diferentes métodos que los estudiantes tienen que respetar a través de estudios de emplazamiento, asoleamiento, viento. La orientación de cada proyecto debe ser importante para el éxito de cualquier proyecto. Se suele enseñar a diseñar de una manera casi real, dónde los mismos alumnos participan a través de encuestas, se les pide que investiguen modelos análogos con respecto a la tipología del proyecto que se desarrollará, y se trata en lo posible de que el profesor imponga el proyecto que el alumno realizará. Para nosotros es al revés, que los alumnos propongan al arquitecto el tipo de proyecto que se desarrollará, a través de su investigación, de su análisis y que se defina por consenso o mayoría la viabilidad de sus investigaciones, pasando ya luego al proceso del diseño que motivan al alumno a las ideas que tienen a través de una serie de gráficos, ya sea por planos o perspectiva. De tal manera del alumno a través de esa idea, de gráficos o escritos, tenga esa amplitud y libertad de ver y establecer una idea que desarrollará durante el transcurso de la evaluación de proyectos desde las críticas hasta su presentación. Estos ejercicios considero básicos y fundamentales ya que son estudios ambiciosos con respecto a su realidad que se presenta, y por supuesto, ayudado a mejorar el lado creativo del diseño de cada estudiante.

E NTR E V IS

LEOPOLDO VILLACORTA Arquitecto peruano, graduado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de la Plata, Argentina. Master en Conservación de Patrimonio por la Universidad de Sevilla, España; y doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de Piura, Perú. Se desempeña como profesor de Taller de Diseño Arquitectónico y profesor de Historia de la Arquitectura en la Universidad Nacional de Piura, desde hace 16 años.

Fue Decano del Colegio de Arquitectos Regional de Piura, Perú; y ocupó distintos cargos públicos y privados. Co-autor del libro “Eje Cultural para el Desarrollo de Piura”, y creador de dos revistas de arquitectura: “Revista Creamos”, en conjunto con estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Piura; y “Revista Ciudad”, junto al Colegio de Arquitectos Regional de Piura.

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Que (el estudiante) se defienda hasta las últimas consecuencias con el único fin de no sólo convencer al profesor, sino convencerse a sí mismo de que su propuesta funciona; que su propuesta tenga un contenido que va a aportar con la sociedad de manera satisfactoria.

4. ¿Qué métodos para la formulación de ideas y que medios de representación empleas? ¿Qué temáticas se abordan en tu taller, cómo son definidas y qué autores recomiendas para apoyarlas?

5. ¿Piensas que la relación profesor-alumno en cuanto a taller debe ser de opinión o de influencia? El proceso consecutivo de prueba y error, ¿ayuda realmente en la manera de proyectar dentro de taller?

Naturalmente tienen que haber aspectos que te vayan adecuando a la enseñanza y la interacción que uno va teniendo con los alumnos. Convertirse en una especie de asesor, más que profesor, y así llegar a la confianza, y desde esa perspectiva generar un ambiente cálido en donde el alumno se sienta libre, desde su comportamiento hasta su manera de diseñar. Lo que uno de debe ir cambiando y pensando cada cierto tiempo es de qué manera el profesor tiene que acondicionarse a ese contexto estudiantil e incentivarlos para que su arquitectura sea coherente, que sea una propuesta que se acondicione a la historia, el territorio, el clima, la realidad, su contexto. De esa manera creo yo que se llega al éxito que buscas como profesor para con tus alumnos y la satisfacción de saber que hiciste las cosas bien.

La relación entre ambos siempre debe ser de opinión, mediante este método invitamos al alumno que de manera muy libre exprese su idea pero también tiene que ser consecuente. Les dejamos un camino de amplia libertad con respecto al proceso creativo, pero conducido obviamente a que su diseño sea coherente, de tal manera que la opinión para nosotros siempre es fundamental siempre y cuando sea una opinión sustentada. Que se defienda hasta las últimas consecuencias con el único fin de no sólo convencer al profesor sino convencerse a sí mismo de que su propuesta funciona; que su propuesta tenga un contenido que va a aportar con la sociedad de manera satisfactoria. El proceso consecutivo de prueba y error siempre va a existir ya que no hay ciencia perfecta, mucho menos en arquitectura. Todos miramos la arquitectura con diferentes ojos, todos tenemos una infinidad de soluciones para un diseño. Ayuda que a través de ese proceso se van mejorando cosas puntuales en cuanto al diseño, se generan críticas hacia el alumno para su beneficio y mejor observación en cuanto a la arquitectura.

6. ¿Cuál crees es la mayor falencia de las metodologías de taller a nivel escuelas? ¿Crees que las escuelas deben formar para el mundo laboral? ¿Cuál(es) serían las modificaciones que harías a las metodologías actuales para encaminar una enseñanza exitosa de las escuelas a futuro? La realidad laboral de nuestros países viene dándose de una manera acelerada, en ese sentido, existen planes de estudio diferentes según cada escuela. Se demanda un tiempo para el estudio e investigación de estos planes, pero considero que si a un alumno se le dan sólidas bases en la universidad serían exitosos en su vida posterior a esta, que sería la profesional. No habría la necesidad de modificaciones, todo depende de que tan competente y exigente quiere ser el alumno, el 80% depende de sí mismo, el otro 20% depende de la forma como se educa para guerrear en esta vida profesional.


OP



LA ENSEÑANZA DE LA IMAGEN Puede resultar difícil hablar sobre las metodologías de enseñanza en taller existiendo tantas de estas como escuelas y profesores de arquitectura. Cada escuela tiene un enfoque hacia diversos sectores como la construcción pública, la identidad regional, la manera de hacer ciudad, etc. Y dentro de esas escuelas son los talleres quienes transmiten esa visión hacia los futuros arquitectos. Sólo en Chile existen más de 40 escuelas y en cada una de ellas sus metodologías se diferencian de las demás.

en varios de los talleres de arquitectura y es transversal a las distintas escuelas y sus metodologías. La arquitectura en los talleres se concibe cada vez más como un "render final" y no como un problema temporal, en que el entorno afecta y cambia al proyecto a través de las intervenciones que sus habitantes puedan realizar. Ese interés por "lo ordinario" que rescata Enrique Walker y ha sido analizado por grandes teóricos de la arquitectura a desde la década de los 70, siempre ha estado al margen de la enseñanza de la disciplina pues lo vemos como algo que escapa de nuestro control. Aunque efectivamente las alteraciones temporales de la arquitectura no las manejamos, esto no implica que no deban ser consideradas en el momento de la proyección.

#1

Sebastián Simonetti Universidad de Chile, Chile_ 5°año ssgrez1992@gmail.com podemos aceptar que los grandes constructores de la ciudad no somos nosotros, sino quienes viven la arquitectura día a día. Esta tendencia a la valorización excesiva de la imagen final, el render, en varios de los proyectos jóvenes de arquitectura parte en la sala de taller, un espacio que poco a poco debiésemos entender se encuentra allí fuera en la ciudad y no entre cuatro paredes y una pantalla. Los talleres deben asumir ese reto, en donde se combine la creatividad del diseño estético que impera hoy con la capacidad de entender la arquitectura como un problema temporal que se re-construye permanentemente.

O PI N I ÓN

Pero esto no quiere decir que no podamos ver una tendencia en la gran población de nuevos arquitectos que salen al mundo de la profesión. Dentro de toda esa gran variedad de enseñanzas, vemos cada vez con mayor frecuencia una inclinación hacia la arquitectura "renderizada". Haciendo referencia a los trabajos de Andrés Jaque, arquitecto español, la sociedad actual está inmersa en un mundo dominado por la imagen idealizada, es decir, algo con lo que nosotros estamos habitados a llamar un "render". La arquitectura ha comenzado a tomar mayor valor por su carácter estético y como este producto "final" que es el proyecto se presenta en nuestras ciudades. Esta tendencia la podemos ver

El entender como la arquitectura se moldea y "domestica" por la construcción de los habitantes de la ciudad que no son arquitectos es algo que se ve cada vez más ausentes en los proyectos de escuelas, en donde impera sólo la imagen final del arquitecto y pareciera que todas las otras variables que la afectarán después no existiesen. Da la sensación de talleres que se encierran en sus salas y no salen a la ciudad, al exterior, donde humildemente

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ARQUIEVOLUCIONANDO Mientras Zaha Hadid y Frank Gehry dejan que su inteligencia se divierta mientras sus manos plasman conceptos sobre hojas de papel, tú y yo seguimos esclavizados a los conceptos del Racionalismo, Funcionalismo, Organicismo y porque no decirlo, el “Docenteismo”, llámese así de la apreciación propia de tu docente de taller, ¿por qué conceptualizamos formas en PPA (Principios de la Proyectación Arquitectónica) y luego en TPA (Taller de la Proyectación Arquitectónica)?

#2

Rafael Centeno Universidad del Salvador, El Salvador_ 6°año rafaelantoniocenteno.06@gmail.com

también cambia! En las Universidades de El Salvador estamos aprendiendo a romper el molde, en los últimos años un alto porcentaje de los jóvenes que salen a debatir con el mundo están conceptualizando diferente, recreando las formas más simples en belleza, en simpleza…. En arquitectura.

O PI N I ÓN ¿Es un error crear cada vez formas más alocadas y complejas de realizar? Si bien debemos de ubicar nuestro concepto a nuestras propias condiciones sociales y urbanas, nuestros proyectos deben dejar de ser de 4 paredes y techo, llevar la abstracción más allá del concepto, ¿por qué no podemos proponer techos hasta del 60% de pendiente, que sigan la función del edificio?, ¿por qué es impropio pensar que lograremos luces de más de 18 metros? Y es que, así como los tiempos cambian, nuestras ciudades cambian… ¡nuestro que hacer

En contraste a lo establecido los estudiantes de arquitectura hoy, estamos creando revolución en las calles, estamos creando renders vivientes que juegan con las luces y las sombras, y que enfrascan la arquitectura en un instante, en una experiencia nueva, una arquitectura que comienza a vivirse desde las aulas de taller de nuestras universidades. Los padres de la arquitectura no se equivocaron, siguen siendo nuestros más grandes maestros a través del tiempo, pero como grandes maestros ellos querrían que los superáramos y aplicáramos sus propios conceptos más allá de los que ellos pudieron hacerlo. Tratemos de llevar más allá la arquitectura, hagámosla nuestra… seamos arquitectos.


QUE PRIME EL SILENCIO Es habitual oír el rumor de que existe, en la evaluación de proyectos de arquitectura, una enorme componente subjetiva saldable sólo si hay afinidad estilística con el examinador. También es habitual que yo interprete esas palabras más como justificación a la mediocridad del emisor que como juicio indebido por desavenencias gustísticas. Sin embargo, de ellas se pueden extraer preguntas interesantes, ¿qué criterios se emplean en dicha labor? ¿Realmente primará el capricho del profesor? ¿Estarán ellos interesados en estipular parámetros atingentes a la disciplina? Sospecho, con desazón, que muchas veces la respuesta es bastante más simple e indeseable de lo esperado. He visto, en las tres universidades en las que he estado y el casi decenio que llevo involucrado con la arquitectura, cómo proyectos deficientes o definitivamente malos han deslumbrado por la elocuencia retórica de su creador —tip infalible: para calificaciones sobresalientes declame con magnanimidad en sus exposiciones “y la elocuencia retórica del volumen…”, ¡Cuanto mejor si las palabras sinónimas son!— o por la espectacularidad en las formas de representación. Asimismo he visto destruidos proyectos de interés por el carácter débil y la mano inexperta del respectivo prometedor estudiante. Estas

situaciones permiten cuestionar el comportamiento del profesor: ¿será ignorancia o vana displicencia? ¿O bien, demasiado optimismo en la vida/ingenuidad? Suelen, según mi juicio, ser las últimas dos1. El problema de que prime la charlatanería, en sus dos expresiones descritas, es que, así, la máquina de producción de arquitectos está seleccionando de forma inadecuada a los futuros profesionales. Desconozco, sinceramente, cuáles debieran ser las competencias—no mínimas, apuntemos a la excelencia— exigibles a un arquitecto de cierta calidad, por lo que difícilmente podría plantear parámetros, pero sí tengo una propuesta que modificaría metodológicamente la estructura evaluativa de los talleres: eliminar la palabra en todas sus formas. No pronunciar discursos, ni plasmar argumentaciones en las láminas, sino que sólo las herramientas de representación, en dos o tres dimensiones, sean las encargadas de transmitir de manera irrefutable las ideas subyacentes, vale decir, dotar de autonomía al proyecto; que quien lo observe, quien lo lea, quien lo analice, sea quien sea, arquitecto o barrendero, estúpido o genio, sea capaz de entender, ojalá instantáneamente, el propósito de la obra. En esta postura,

O P

#3

Federico Mergia Pontificia Universidad Católica, Chile_ 6°año federicomergia@gmail.com que vendría siendo una sofisticación del pato de Venturi, claramente, se ocultan2 dos competencias ambiciosas—no fui realmente sincero al declarar desconocimiento de las competencias. Perdón—:

Primero, una objetivación expresiva, sin necesariamente implicar estandarización, de nuestros medios de representación, y, luego, el eventual desarrollo de un lenguaje formal-arquitectónico transversal a toda cultura y cosmovisión —perdón esta vez a Foucault y a de Saussure—, ambas apuntando a comunicar nuestras ideas masivamente y con absoluta precisión. De ahí a que sean buenas o, mejor, idóneas… bueno, para eso estará el profesor.

I N I ÓN

1 Optimismo e ingenuidad cuentan como una, estúpido3. 2 “Claramente, se oculta…”, claro y oculto a la vez, complejo y contradictorio, ¿verdad? 3 O estúpida. No a la discriminación.

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TALLER: ¿LIBRE E INNOVADOR? Cada vez existen más exigencias y competencias dentro del mundo laboral y necesitamos nuevas herramientas y recursos para abordarlos y así hacer más efectiva nuestra salida a este mundo, por ende, lo básico que esperamos por parte de la universidad, sea la que sea a la que atendemos, es que nos aporte en esa necesidad de diferenciarnos de el de al lado y poder tener algún éxito dentro de cualquier área de la arquitectura en la que pensemos desempeñarnos. Dentro de esto, se puede disponer y proponer por parte de las universidades y de las escuelas de arquitectura, alguna manera más interactiva de aprender lo que necesitamos así también una mayor libertad en la que podamos proponer nuevas formas de ver y diseñar en arquitectura lo que nos permitiría tener un mayor desempeño al momento de egresar y una diferenciación en cuanto al resto.

maestro-aprendiz teniendo como tema resolver un proyecto de arquitectura, siendo el profesor el que posee el conocimiento y nosotros como esponjas absorbiendo, o tratando de absorber esas enseñanzas que más bien se trata de un vaivén de críticas y correcciones. Y es en este último tema en el que quiero profundizar, en mi experiencia en la universidad he tenido más críticas y cambios que ayuda, en cambios y críticas me refiero a llegar, en primero de universidad, muy convencida con alguna distribución o forma de proyecto del que creía sentirme convencida, a salir de clase con algo totalmente distinto porque a los profesores no les gustó nada. Se entiende que ellos son los que saben, pero de alguna manera lo que esperamos es modificar levemente el proyecto y recibir ayuda por parte de ellos, a cómo hacerlo mejor siguiendo la idea con la que se llegó, no salir de la clase con un proyecto distinto y diseñado por ellos. Si todos egresamos con esta enseñanza lo único que se genera es lo que yo llamo, el “arquitecto robot”, que no sabe más que diseñar en cuadrado, que diseña exteriores primero porque le interesa lo bonito que se ve y después solo se preocupa de ver que todo lo que necesita en interior se encuentre allí, olvidando las relaciones

#4

Constanza Villegas Universidad Mayor, Chile_ 3°año constanza.villegas@mayor.cl entre los espacios y como ellos pueden aportar a hacer una buena arquitectura, que no se basa solo en lo lindo del material que ocupé afuera ni en lo grande de mi edificio. ¿Cómo se espera tener otra generación exitosa dentro y fuera de Chile si lo que diseñamos es el reflejo de lo que otros quieren y lo que otros piensan por nosotros?

O PI N I ÓN

La enseñanza en las escuelas se ha dividido en dos tópicos: la teórica y la del “aprender haciendo”. La teórica netamente basada en la clase magistral con algún profesor que se maneje en el tema (generalmente de dos horas seguidas en las que poco atendemos), y la del “aprender haciendo”, que es taller y se basa más en la relación


DE LA SECUENCIA AL HIPERTEXTO Ante la ineludible influencia de las tecnologías de información, los procesos creativos están obligados a someterse a una re-confección, a tomar rumbos alternativos capaces de adaptarse a una generación forjada desde una cultura de lo visual, multitareidal e hipertextual. En la ópera prima de Darren Aronofsky; “Pi: el orden del caos” (1998), el intrincado matemático Max Cohen, -personaje protagónico- se sumerge en una delirante espiral, impulsada por una sola hipótesis; detrás de los números arrojados por la bolsa de valores, existen patrones numéricos capaces de explicar las lógicas matemáticas de la economía global. Para lograr verificar esto, el personaje se somete a un escabroso proceso intelectual basado únicamente en la asociación inconsciente entre variables y constantes repartidas sobre textos, números, religión, e intuición. En el enajenado rumbo, el personaje logra conformar una trama de vínculos que intentan desde el caos, organizarse en un relato matemático coherente. Ciertamente, este trastornado proceso fracasa, puesto que sus principios se desarticulan de cualquier forma de conocimiento establecido por las disciplinas de las ciencias físicas y matemáticas. Pero, aun cuando los resultados con los que se encuentra el matemático son infructuosos, el

demencial proceso de búsqueda que pone en práctica, mirado desde nuestra disciplina, sostiene interesantes utilidades, ocultas tras la jerarquía asignada a sus efectos. A diferencia de otras profesiones muchas de las lógicas que operan tras los procesos de búsqueda, construcción y /o verificación de hipótesis arquitectónicas no precisan circunscribirse necesariamente a los principios instalados por el método científico. Desde ahí entonces, que el valor extraído del proceso en que se adentra Max Cohen, resida precisamente en la fé que instala sobre su tejido, su confección obedece a la interpretación y sistematización de señales. Algo parecido a lo que Walter Benjamin denominaba “iluminación profana”; una “retícula de conexiones significativas entre elementos independientes y distantes” Bajo estos ámbitos, y al igual que en la película, el proceso creativo es capaz de desarrollarse desde una obsesión, que opera a través de una condición caótica, inconsciente, como un tejido multilateral hilado a partir de un collage de información repartida entre textos, imágenes, dibujos, acciones, inquietudes, observaciones, entre otros y su composición, originada a partir de movimientos fundamentalmente intuitivos. En este sentido, las herramien-

#5

Enzo Vergara P. Universidad Católica, Chile_ 6°año v.vaccia@gmail.com tas metodológicas que se despliegan sobre los procesos creativos, debieran concentrarse en la aproximación libre, asociativa, hipertextual, desencadenada del tradicional sistema secuencial, y pasar a una construcción intelectual múltiple, compleja, híbrida, cuya fuerza, se origine desde flujos elementalmente irreflexivos. Formamos parte de una generación que se ha forjado desde una cultura de lo visual, ineludible al dominio que ejercen -y seguirán ejerciendo- las tecnologías de información. Ante este contexto, el pensamiento lineal es anacrónico, lo que implica que los procesos de exploración proyectual se sometan un cambio en de paradigma, hacia metodologías abiertas, cambiantes, donde los encuentros entre diversas fuentes de contenido y representación, sean capaces de expandir el campo de posibilidades creativas, y fortalecer los lineamientos que conforman las posteriores decisiones de diseño. La paradoja es que desde luego, y a diferencia de Cohen, los resultados de estos nuevos modos de entender el proceso creativo, ciertamente deben desenlazar en problemas y oportunidades concretas de diseño y, a través de la sistematización y la síntesis, decantar hacia el terreno proyectual resolutivo, medido, matemático.

O PI N I ÓN

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ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA Mi primera experiencia en un taller de arquitectura consistió en realizar un análisis mediante croquis del paso Bulnes para luego hacer un modelo abstracto de sus espacios. ¿Qué es un espacio?, ¿Cómo definimos sus límites? ¿Cuántos espacios? ¿Hay espacios más importantes que otros? ¿Cómo sintetizar esto en un modelo? Los encargos nos plantean preguntas, nosotros debemos salir a buscar las respuestas. “La arquitectura se aprende en la calle”, sí, mediante la observación y el análisis, pero este aprendizaje está incompleto si no se confronta con la información disponible de las distintas variables (estado del arte), búsqueda en libros; internet, cursos paralelos al taller, conversaciones formales, informales, entrevistas, etc. Citando a Alejandro Aravena “Lo que uno hace como arquitecto es diseñar formas y estas formas están informadas por ciertas variables, variables económicas; técnicas, ambientales, sociales, políticas, culturales (…)” Reportaje CNN Chile.

O

para alcanzar un objetivo. A lo largo de mi carrera he tenido la oportunidad de conocer diversas metodologías, distintas maneras de abordar un proyecto. Estas diversas formas de enfrentarse al problema y caminos para buscar las respuestas son el mayor patrimonio que te puede dejar un profesor. Para que una metodología sea exitosa, los objetivos deben adecuarse al nivel académico de los estudiantes, estos objetivos deben plantear desafíos en donde se ponga en práctica los conocimientos acumulados, así como también obligarnos a investigar y adquirir nuevos conocimientos. El trabajo en equipo es fundamental emulando la manera en que se trabaja en el mundo profesional, así como también el trabajo individual para responder a encargos concretos y desafíos personales. Para aprovechar al máximo la condición de ser parte de un grupo “taller”, la metodología aplicada debe permitir la interacción entre los estudiantes y el cruce de ideas, de esta forma nuestro punto de vista se nutre de las distintas visiones.

#6

Mario Ormazábal U. Diego Portales, Chile_ 5°año mario.ormazabal@mail.udp.cl aprovechar el tiempo disponible, conseguir los objetivos deseados y llegar a un resultado en un tiempo determinado. Las metodologías deben estar en constante mutación, actualizadas según las nuevas teorías del aprendizaje, aprovechando los avances tecnológicos y las condiciones de cada lugar, grupo humano, territorio, etc. Los estudiantes deben tener la oportunidad de conocer distintas metodologías que les brinde herramientas diversas para el desarrollo de un proyecto. Después de todo nosotros tenemos la libertad de decidir cómo trabajar.

P IN I Ó N ¿Qué entendemos por metodología? del griego Meta “más allá”, Odos “Camino”, Logos “razón” hace referencia al camino o al conjunto de procedimientos racionales utilizados

¿Es necesario seguir una metodología?, sin duda una metodología nos ayudará a organizar el problema, priorizar y


DESAPRENDER EL MÉTODO El objeto de éste artículo pone en cuestión las metodologías de enseñanza aplicadas al taller o proyecto de diseño del programa académico para un arquitecto. Antes de desarrollar éste punto, parece conveniente reconocer las fallas en el modelo educativo de enseñanza que se imparte en nuestra sociedad. Un modelo que legitima lo que se enseña y cómo se enseña, que estandariza las capacidades de los estudiantes como un producto mercantil, que condiciona el potencial real de los mismos y que además, califica y descalifica de mayor a menor, de excelente a pésimo, de exitoso a fracasado.

#7

Ángela Méndez Universidad La Gran Colombia, Colombia_ egresada angelamendezhoyos@gmail.com

buena nota. En ese orden de ideas, quienes por fortuna han quedado sin compañero o por lo menos no el ideal, tendrán más posibilidades de descubrir sus capacidades y virtudes, de ser conscientes de los errores y de corregirlos y de compartir y crecer a semejanza del otro. Se dice que el maestro es quien ilumina la mente del alumno y Eduardo Galeano, escritor y gran maestro Uruguayo lo narra en una de sus historias “…Y me dijo que al maestro lo quería, lo quería muuuuucho, porque era él quien le había enseñado lo más importante: le había enseñado a perder el miedo de equivocarse.” En tanto, no es cuestión de ir por el mundo convaleciente y con ínfulas de víctima sino de exigir y exigirnos, de analizar, catalizar y formular nuevos saberes, de valorar, reconocer y actuar, y por qué no, de replantear nuestra disciplina y las formas convencionales de enseñanza y aprendizaje.

reafirmando el compromiso y la responsabilidad social, que suplemente el status quo de los arquitectos y lo reivindique a favor del bienestar global, que reinvente las formas de comunicación y organización, que contribuya a reducir las dicotomías del individualismo y el ego del arquitecto y que fortalezca la participación, la investigación y la confianza; sin más, hablamos de un espacio experimental donde los arquitectos podamos desaprender lo dado por hecho desde la teoría poniendo el práctica nuevos aprendizajes, de modo que, luego de tener un título, podamos aportar al desarrollo de un mundo más humanizado y a una realidad nacional qué espera más acción y menos cháchara.

O PI N I ÓN En consecuencia, el problema no es copiar el modelo educativo sino copiarlo y pretender que funcione en un contexto como el nuestro, no es evaluar sino la forma cómo se hace, no es aprender por aprender sino aprender por gusto y convicción. Ahora bien, si desde niños se conforma un ideal de competencia y conformismo ¿qué se podría esperar al paso por la universidad? Actualmente, quien mejor entienda el arquitecto favorito del profesor, será a quien mejor le vaya en el taller y quien trabaje en grupo con el “mejor estudiante” tendrá las mejores oportunidades de recibir una

Generar espacios para el intercambio puede ser una forma de trascender desde la academia, un espacio donde converjan diferentes posturas desde distintos campos de acción, que visualice la grandeza del trabajo en equipo

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UNA MIRADA DESDE OTRA PERSPECTIVA Cuando decidimos estudiar arquitectura, algunos de nosotros desde muy jóvenes, imaginamos un mundo realmente fascinante desde un punto de vista de la creación. Y por supuesto que sí, ya que es genial poder crear algo que parte desde nuestra mente, para llevarlo a nuestras manos y finalmente en el futuro hacerlo realidad. Esto con el fin de que el ser humano o el habitante puedan utilizarlo y hacerse parte de él desde un punto de vista del arraigo a la forma y a la vivencia única que se da en ese espacio.

O

práctico – laboral podemos decir que justamente, es demasiado utópica. Esto debido a que durante la enseñanza se llevan acabo más procesos ideológicoscreativos, que elementos que nos ayuden a llevarlos a la práctica del mundo laboral. No hay que desconocer que esa forma de experimentación dentro de la enseñanza de cada escuela es muy llamativa para efectos de la creación, pero llegada la hora del trabajo en la realidad es poco lo que podemos experimentar. Todo se lleva al fin y al cabo bajo normativas específicas, como por ejemplo, la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones.

#8

Karina Cavieses Arquitecta UTEM, Chile kavieses@hotmail.com

pero importante, profesión dentro de la humanidad. Somos arquitectos soñadores que miramos hacia adelante, para tratar de aportar a nuestra sociedad. Si las escuelas nos entregan las herramientas o no para el aspecto laboral, es una cuestión fundamental, pero eso no quita que no podamos aprender, seguir aprendiendo y perfeccionándonos a través la práctica. De hecho eso es lo más interesante de nuestro objetivo como arquitecto, ya que nunca terminamos de aprender , siempre deberíamos tener esas ganas de saber más, no con un fin ególatra sino con el propósito de cambiar el mundo para convertirlo en una verdadera máquina creadora.

PIN I ÓN Ahora bien, existen desde el punto de vista de las metodologías del docente y las escuelas de Arquitectura en Chile, diversas formas de enseñanza en el Taller mismo. Sin embargo imagino que la mayoría se basa en lo práctico, pero por sobre todo en lo que llamamos experimentación, donde se desarrolla un descubrimiento constante a lo largo de la enseñanza (esa es la formación, desde mi perspectiva, que tiene la escuela de Arquitectura UTEM). Realmente es maravilloso estudiar arquitectura, es casi un espacio de fantasia y magia, pero desde una mirada crítica de cómo se enseña la arquitectura para efectos de llevarla al mundo real y

Por otra parte tenemos que saber ajustarnos a dichas normativas y por sobre todo a la realidad estructural e ingenieril dentro de un proyecto, además son pocas las instancias de creación propia, dicen que tendríamos mayor suerte si nuestros clientes nos comprendieran un poco más, o que prácticamente nos tendríamos que convertir en trabajadores para una pequeña elite del mundo real y justamente esa no es la realidad actual. Pero después de todo no hay que perder el objetivo de nuestra pequeña,


APRENDIZAJE INCONSCIENTE En la probabilidad del aprendizaje y de la enseñanza de la arquitectura hay ideologías disconformes. Hay personas quienes aseguran que todo lo que se puede enseñar no vale la pena ser aprendido, o todo lo que puede ser explicado no amerita ser importante. Muy aparte, si un catedrático pueda instruir parcialmente a diseñar o si el estudiante aprende de manera personal. Es muy importante que el catedrático no abandone la vocación de estudiar porque debería servir como un nexo inquebrantable entre la impartición de clases y la investigación en aulas universitarias para programas de pregrado, grado y postgrado. La mayoría de arquitectos que se dedican a la enseñanza, nos comparten lecciones sin proponérselo o han recibido clases sin pisar un salón, y también quienes les gusta aprender, pero no les gusta que nadie les enseñe. Lo que nadie nos enseña en las aulas es que “para diseñar, … se aprende diseñando y observando”, es la frase que sintetiza mi punto de vista sobre metodologías y lecciones de diseños arquitectónicos y por ende, de la arquitectura. La observación silenciosa del entorno arquitectónico, la brillantez por los dibujos y la admiración por el detallado trabajo que lo rodea, la atracción por la construcción.

O

El arquitecto transmite sutilmente, con naturalidad, la obsesión y el amor por un trabajo realizado y su pasión por dibujar y construir. Intuitivamente pienso que los catedráticos no deberían enseñar nada más a sus alumnos: dibujar, para conocer e imaginar la realidad y así poder diseñar otras nuevas y construir, de manera que se ordena la materia desde la provocación del conocimiento de las técnicas. Dibujo y construcción como dos enfoques entrelazados de un adiestramiento basado a la visualidad. El estudiante debe gozar tanto analizando durante horas una planta de un proyecto como entendiéndolo, por ejemplo las razones visuales para resolver el encuentro constructivo de una fachada y su entrega del plano horizontal al suelo. Todos nosotros, como estudiantes, recordamos a nuestros maestros tanto por su actitud como las aptitudes que nos compartieron, el tiempo nos transfiere la distancia suficiente para avisarnos que estas aptitudes adquieren solvencia en tanto profesamos cierta admiración por aquella. Nosotros como arquitectos aprendices recibimos un impulso emulador, una atracción admiradora y respetuosa hacia nuestro maestro. De esta manera, la transmisión honesta de la experiencia acumulada se convierte involuntariamente protagonista

#9

Luis Ignacio Suárez Universidad Nacional de Piura, Perú_ 4°año luis_ignacio.sr@hotmail.com del docente, uno aprende más cuando uno busca, encuentra y convive con el maestro. El aprendizaje, junto con los que han procedido, nos impulsa a ir más allá y cuando menos se piensa, iniciar nuestro camino en soledad. La metodología de la enseñanza del proyecto arquitectónico implica la transferencia, o por lo menos crear un ambiente necesario para que evolucione la pasión por una disciplina, requiere dedicación extrema que sólo puede vivirse con dignidad desde el inicio. Los alumnos son conscientes que al poco tiempo de iniciar la carrera les demanda mucho tiempo y dedicación a ella y los maestros deberían procurar los medios para proteger, impulsar y motivar esta emergente vocación arquitectónica sin sofocarla, prematuramente con ruidos y prisas.

P I N I ÓN

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MÉTODOS DE TALLER Si hay algo en lo que jamás estaremos de acuerdo sería en la existencia de una única forma de enseñar la arquitectura, porque esa es su esencia, porque de otro modo no valdría la pena estudiarla. Lo que en primera instancia debemos entender es que hay saberes que en el comienzo de la carrera son indispensables y que entregan una base sólida para continuar hacia caminos más diversos y con mayores posibilidades de ver desde todo tipo de perspectiva la arquitectura.

“no me gusta nada”, y es ahí cuando te das cuenta que estás frente a una gran oportunidad; las posibilidades de desarrollar una arquitectura más propia, de una expresión mucho más íntima de lo que realmente quieres proyectar, provocan una madurez y un desarrollo rápido pero que definitivamente es para siempre. Pero no por tener todas estas ventajas, carece de lineamientos básicos, porque los tiene y los demanda. Y existe otro método que personalmente, ha hecho entender desde otra arista esta carrera, que curiosamente, alejado de tecnicismos básicos propios de la arquitectura, hacen de cada decisión algo mucho más allá de cuánto pueda o no medir una puerta, una ventana, un banco; que es altamente probable lo que esperamos que se nos enseñe bajo el entendimiento general; pero que llevan a una riqueza espacial bastante más potente que sólo entender un proyecto como un modelo, sino que en cada parte de la expresión de éste podamos ver la riqueza de lo que estamos haciendo.

#10

Carolina Lunas Universidad de Chile, Chile_ 4°año carolinalunasfarah@gmail.com

creatividad, precisión, contextualización y sentido de lo que quieras proyectar. Sin embargo, existe un punto en el que sí estaremos todos de acuerdo, y es que si hay algo que vive en cualquiera de nosotros, es la pasión por la inmensidad de posibilidades que la arquitectura entrega para dedicarse toda la vida.

O PI N I ÓN

Una vez que tenemos esa base, para seguir hay algo que sin duda tenemos; variedad para todos los gustos; formas y formas para enseñar, y también para aprender. Unas que aparentan ser más fáciles que otras; métodos que te llevan por estilos que no son siempre los tuyos, de los que aprendes o terminas simplemente odiando; o te llevan por caminos que muchas veces son para llegar a los que otros se imaginó con tus intenciones. Por el lado de la experiencia, estos años de carrera me han demostrado que hay métodos que parecieran ser más acertados y uno de los que más he aprendido y crecido fue cuando encontré a un profesor capaz de decir:

Toda metodología le acomodará más a unos y menos a otros, el desafío es acomodarse y hacer que cada experiencia, sea un paso más para desarrollar la


RG



R EP ORTA JEGR Á FI

LA GRAN

MURALLA

En respuesta a la masiva convocatoria y el contundente efecto del cacerolazo realizado en Vitacura el día primero de julio, el gobierno presentó una propuesta que representa una solución definitiva para el problema de la delincuencia en el cono oriente del Gran Santiago. El proyecto llamado por algunos “La Gran Muralla Fina” consiste en un gran muro de piedra que separa al delincuente de la víctima para siempre. Una solución final para un problema urbano de antaño: Los exitosos y trabajadores ya no tendrán miedo, mientras que los flojos y resentidos aprenderán a conocer su lugar. La Gran Muralla será completamente impermeable y solo existirán rigurosos puntos de control en las principales arterias que atraviesan hacia el alto Santiago. Estos pasos, o checkpoints, serán controlados por oficiales armados, quienes se aseguraran de revisar que cada una de las personas que intente atravesar la frontera tenga su tarjeta de trabajador y su certificado de antecedentes limpio. De esta forma, Santiago Alto y Santiago Bajo podrán convivir de manera ordenada y justa, permitiendo a la gente vivir en paz y armonía, un ideal sin delincuencia, una ciudad donde todos queremos vivir.

Emile Straub Pontificia Universidad Católica, Chile_ 6°año enstraub@uc.cl

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R EP O RT AJ E GRÁF

22:22 LA HORA DEL CAMBIO '22:22 La hora del cambio” somos un colectivo fotográfico conformado por estudiantes de Diseño Industrial, Diseño Gráfico y Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, que surge en el marco de las movilizaciones estudiantiles del año 2015. Buscamos desarrollar la imagen a través de una retroalimentación colectiva profundizando diferentes temáticas, realizando acciones que reflejen el contenido de nuestro desarrollo. Queremos ser catalizadores de un cambio de conciencia generando un impacto genuino en las personas que estén involucradas en nuestras experimentaciones, discusiones, intervenciones y exposiciones. Estas fotos muestran una composición conformada por varias miradas que retratan el contexto en el que nacimos y el valor que le hemos dado a los lugares que habitamos a través de la luz, exponiendo el patrimonio energético que los trasciende.

Colectivo 22:22, La Hora del Cambio FAU, Universidad de Chile www.facebook.com/2222lahoradelcambio

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REPO RT A JEG RÁ F

PAISAJES MAQUINARIOS

Para observar la ciudad debemos comprender que cuando los objetos o instalaciones se superponen, y comienzan a conformar conjuntos, se crean paisajes artificiales que realzan el carácter real de nuestras ciudades. La experiencia visual y la multiplicidad de estímulos ofrecidas a diario provocan que pasemos por alto aquello que construye realmente la idea de ciudad. La máquina, en el paisaje urbano, es el soporte visible de la infraestructura.

Franco Besoain Universidad de Chile, Chile_ 5°año franco.besoain@gmail.com

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Revista de Estudiantes de Arquitectura

ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA METODOLOGÍAS DE TALLER Noviembre 2015


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