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Diabetes: ¿Cómo debo cuidar mis ojos?

Por Dr. G E r M án Bi A nchi*

Uno de los mayores problemas oftalmológicos responsables de ocasionar baja visión y ceguera es la retinopatía diabética. Es una enfermedad que se desarrolla en personas que padecen diabetes y está relacionada con el mal control metabólico, aunque a veces también se registra en individuos diabéticos que se cuidan mucho.

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Lo que le sucede al ojo es similar a lo que ocasiona la diabetes en todo el cuerpo: se produce una neuro-angiopatía. Es decir, una patología de la parte nerviosa y vascular de una región del cuerpo, en este caso, la estructura de la retina. Hay diferentes grados de afectación y de evolución, y, a su vez, hay distintos tratamientos indicados.

En estadíos iniciales, se producen microalteraciones vasculares (microaneurismas y microhemorragias retinianas), cuyo material remanente se observa co mo copos de algodón al examinar el fondo del ojo. Cuando esto es reciente, no hay proliferación de neovasos (etapa no proliferativa de la retinopatia diabética).

Pero cuando avanza, ante el daño vascular de la retina, comienzan a aparecer nuevos vasos, que son anómalos, proliferan y luego tienden a tironearla. En esta etapa, llamada retinopatía proliferativa, se corre el riesgo de que la retina se desprenda. Así, queda comprometida la mácula y la capacidad visual comienza a disminuir.

Como ante toda enfermedad, mientras antes se diagnostique y más tempranamente se trate, mejor será el pronóstico. Porque sin tratamiento, la retinopatía diabética que evoluciona al desprendimiento de retina, en muchos casos, determina ceguera irreversible.

Con la tecnología existente, el médico oftalmólogo cuenta con recursos para perfumadas por jazmines o madreselvas mientras escuchamos el chirrido de un molino de viento y el canto de las ranas, que a mí me resulta sedante. conserva con hongos disecados

Últimamente, por mi edad, me cuesta cocinar, salvo que sean platos rápidos, y mientras recorro cuadernos con mis anotaciones -algunas recopiladas hace 50 años- me tienta la idea de hacer otro libro de cocina, recordando el placer que me dio escribir y armar una de mis obras más queridas: Elogio de la Cocina, casi un libro de memorias.

Les sugiero de este libro una receta de conserva casera que les va a encantar.

Los hongos secos más sabrosos son los silvestres, no los de cultivo. Esta receta es con hongos “de coco” -un arbolito serrano cordobésque suelen conseguirse en algunos supermercados, según me dijeron.

Ingredientes (para una fuente honda mediana): 3 puñados grandes de hongos disecados; 1 botella de vino Chardonnay; 1 pocillo de aceite de oliva extra virgen; 1 cebolla mediana; 1 ramita de romero; 5 dientes grandes de ajo; 1 pizca de ají molido; 7 hojas de laurel seco; 1 cdita. de té de estragón: 10 granos de pimienta negra; sal a gusto. Enjuagar los hongos con cuidado para librarlos de la arenilla. Quitar el agua dándolos vuelta en una secadora de verduras y volcarlos en una fuente. Cubrir con el vino y dejar macerar toda la noche. Colar y reservar el líquido para la cocción. Secarlos con un repasador y poner al fuego en una sartén grande con aceite de oliva. Después de unos minutos, agregar la cebolla. Rehogar con la rama de romero, los dientes de ajo cortados en dos, seguir saltando unos minutos y bañar con el vino reservado. Sumar el ají molido, las hojas de laurel, el estragón y la pimienta, salar y cocinar 20 minutos. Si quedan muy secos, agregarles más vino blanco, probar hasta que estén “al dente” y dejar enfriar en vidrio o loza. establecer diagnósticos precisos. Lo más relevante es el control que se hace del fondo del ojo. Mediante su observación directa, se podrán observar microhemorragias, microaneurismas y exudados de la retina. Los estudios complementarios aportan detalles y permiten personalizar los tratamientos.

Esta receta puede guardarse una semana en la heladera. Recomiendo servir, durante las comidas diarias, separando en un bol la porción a consumir, y lo que sobre, no devolverlo a la fuente grande.

Sugerencias: 1) Los hongos en conserva congenian estupendamente en sabor con espárragos hervidos; 3) Realzan un simple plato de arroz blanco con pimientos morrones en conserva.

Las personas con retinopatía diabética tienen mayor riesgo de padecer otros trastornos oftalmológicos. Uno de los más frecuentes es la aparición prema tura de cataratas o su evolución rápida. También hay mayor predisposición a tener glaucoma, cuyo principal factor de riesgo es la hipertensión ocular. Todos estos aspectos deben controlarse rutinariamente en un paciente con retinopatía diabética.

No se debe olvidar que la diabetes es una enfermedad general. Los controles diarios de glucemia, los valores de la hemoglobina glicosilada, el cuidado nutricional, la actividad física y el trabajo médico son esenciales para llevar una buena calidad de vida.

*Médico oftalmólogo. Jefe de Trasplante de Córnea en Clínica Nano. drbianchigerman@gmail.com

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