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“Me hice pis encima”

Por Dr. Cri S tian Sager*

También conocida como “incontinencia nocturna”, la enuresis nocturna (EN) es la micción involuntaria, durante el sueño, y a una edad en la que se espera que el niño ya no se orine de noche.

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La EN alude a la incontinencia urinaria nocturna que tiene lugar al menos una vez al mes durante un trimestre en chicos de edad igual o superior a cinco años. Es más frecuente en varones y monosintomática, ya que no hay síntomas diurnos.

La mayoría de los niños dejan de mojar la cama solos, aunque a veces necesitan un poco de ayuda. En otros casos, puede ser signo de un trastorno no diagnosticado que requiere atención médica.

La consulta con el profesional debe hacerse, luego de los cinco años, en caso de que el infante vuelva a hacerse pis a la noche algunos meses después de haber controlado su micción o si presenta escapes de orina durante el día.

Si bien aún no se ha identificado una única causa de la enuresis monosintomática, existen factores relacionados como, por ejemplo, una vejiga de menor capacidad -incapaz de contener la orina generada durante la noche-, falta de percepción de vejiga llena junto con un sueño muy profundo o secreción reducida de hormona antidiurética, que es la que reduce la producción de orina por la noche.

La constipación crónica es una de las principales asociaciones con la enuresis. El intestino y la vejiga comparten orígenes comunes en el desarrollo, vías nerviosas y se asientan en la pelvis en estrecha vecindad.

Otras asociaciones son las apneas del sueño o infección del tracto urinario, que puede generar fugas de orina en cualquier momento del día y de la noche.

Se pelan los membrillos, se los corta en tiras largas y se ponen a secar al sol. Una vez seco, se pesa 1 kilo de este charqui y se pone en una tinaja de barro (hoy podemos emplear una de loza o vidrio perfectamente) cubriéndolo con 12 tazas de agua tibia y 2 tazas de azúcar. Se deja macerar por tres días, hasta que comienza la fermentación. Se cuela en un tamiz de linón –podemos usar una gaza de farmacia u otra tela fina– y se guarda en botellas que tengan cierre a presión. Estas botellas se deben conservar en un lugar fresco y oscuro.

Otra muy antigua receta y que aún se hace en nuestras provincias y en varios conventos donde pueden adquirirse, es el licor de huevos. La receta que hoy les paso la transmite la descendiente de una antigua familia de Córdoba que aparece en Sabores de Córdoba

Licor de huevos (De María Clemencia Allende)

Ingredientes: 1 y ½ litros de leche (agrego de mi parte: entera, no desgrasada); 700 g de azúcar; 10 yemas; 1 chaucha de vainilla; 600 cc de alcohol fino.

Preparación: poner al fuego la leche, el azúcar y la vainilla, revolviendo para unir con cuchara de madera. Dejar hervir 15 minutos. Batir las yemas, agregándoles la leche. Dejar enfriar. Añadir el alcohol, filtrar y envasar en botellas. Dejar unos días en reposo antes de consumir.

El anís, hoy tan poco apreciado solía ser preparado en las casas. En algunas provincias cordilleranas, hasta hoy, cuando viajo y converso con la gente mayor, es recordado con añoranza. Acá les dejo otra receta.

Licor de Anís

Ingredientes : 350 g de azúcar; ½ l de agua; 3 cdas. de semillas de anís; 1 cda. de anís estrellado; 1 cdita. de esencia de vainilla; 200 cc de alcohol fino.

Preparación : Poner el azúcar en una olla. Disolver con el agua y agregar los dos tipos de anís juntos. Hervir 10 minutos. Dejar enfriar e incorporar la vainilla y el alcohol. Envasar en frasco o botella y cerrar bien. Dejar macerar un mes, luego colar, filtrar en tela y embotellar definitivamente. Un final feliz: compartirlo con amigos un anochecer, cerca de la estufa a leña. Sugerencias: 1) Buscar recetarios de las provincias; 2) Atrévanse a preparar un licor; 3) Hagamos de ello un rito: los niños lo recordarán.

Además, puede aparecer acompañada por urgencia por orinar y dolor al ir al baño. Este es el terreno de la “enuresis no monosintomática” porque, además, hay síntomas diurnos.

La diabetes puede ser otro factor, por estar acompañada de mucha sed, pérdida de peso y cansancio. También algunas alteraciones psicológicas, dado que se ha encontrado una asociación positiva con problemas conductuales y emocionales como tics, ansiedad, depresión, fobias específicas, sonambulismo, retraso del lenguaje y problemas escolares.

Por último, la eneuresis puede apare cer también como un síntoma regresivo ante episodios de abuso sexual, separación de los padres, inicio escolar, bullying y/o fallecimiento de un ser querido. Las consecuencias de no tratarla pueden generar algunas situaciones negativas como sentimientos de culpa y vergüenza, retracción social, pérdida de oportunidades de participar en actividades con pares -como ir a dormir a casa de amigos o de campamento- e irritaciones de la piel por mojar la ropa interior.

*Médico urólogo infantil. Centro Argentino de Urología. @centroargentinodeurologia

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