Cuadernillo La gran inmigración

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La gran inmigraci贸n

Un cuadernillo para estudiar la inmigraci贸n de mediados del siglo XIX y principios del siglo XX Nombre: __________________

6to grado - 2009 1


1. ¿Por qué tantos europeos dejaron sus países de origen? La gran emigración Emigración 1846 - 1932 País de emigración

Total (en millones)

Islas Británicas

18.020

Italia

10.092

Austria –Hungría

5.196

Alemania

4.889

España

4.563

Rusia

2.253

Portugal

1.805

Suecia

1.203

Noruega

864

Polonia*

612

Francia

519

Dinamarca

387

Finlandia**

371

Suiza

332

Holanda

224

Bélgica

193

Malta***

63

Total Europa

51.696

Entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX más de 50 millones de europeos dejaron su lugar de origen para buscar un futuro mejor en otras partes del mundo, en especial en América.

¿Por qué creen que tantas personas se habrán ido de sus países de origen? Escriban al menos tres hipótesis o ideas

* ** ***

1920-1932 1881-1932 1911-1932

Los que vinieron en los barcos Las historias de los inmigrantes fueron tantas como personas llegaron al puerto de Buenos Aires. Sin embargo, es posible identificar algunos rasgos típicos en el viaje de los miles y miles de inmigrantes que llegaron a la Argentina. Diferentes personas, distintas nacionalidades, unieron sus historias en un itinerario común. Podía tratarse de un hombre joven de alguna aldea o pequeño pueblo de España o Italia que, por los cambios económicos que vivía Europa en esos años, tenía muy pocas posibilidades de trabajar en su región. O, tal vez, se trataba de un joven judío del Imperio Ruso o de un muchacho sirio-libanés del Imperio Turco, cansados de las persecuciones a las que los sometían sus gobiernos. Fatigados por los problemas económicos o las persecuciones, estos jóvenes tomaban la decisión de buscar un futuro mejor viajando a América. Luego, algún empresario los convencía de las bondades de una nación ubicada al sur de Sudamérica, de la que, tal vez, nunca antes habían oído hablar. Este empresario le vendía al emigrante un pasaje barato en la tercera clase de uno de los barcos de vapor que, desde unos años antes, cruzaban con increíble rapidez el Atlántico. Entonces, el joven iniciaba su viaje con la ilusión de hacerse rico pronto o, como se decía en esa época, con el deseo de "hacer la América". Al término de su viaje que, generalmente, se hacía en muy malas condiciones, llegaba al puerto de Buenos Aires. Aunque no faltó alguno que, confundido, bajara en Montevideo pensando que había llegado a la Argentina. En el puerto de Buenos Aires, pasaba unos días en el Hotel de Inmigrantes, donde regularizaba su situación e intentaba conseguir trabajo y alojamiento. Posiblemente, algún connacional o conocido, que había migrado antes que él, lo ayudaba. 2


Una vez que abandonaba el Hotel de Inmigrantes, los destinos posibles del recién llegado eran múltiples. Podía ir al campo en la zona del litoral mesopotámico o en la llanura pampeana para trabajar en las cosechas o para arrendar una parcela de tierra. O podía conseguir un trabajo en las ciudades que crecían al ritmo veloz del progreso económico.

Volver o quedarse Los inmigrantes, generalmente, buscaban dos objetivos bien distintos. Unos llegaban para trabajar un tiempo, juntar dinero gracias a los sueldos altos que se pagaban en comparación con Europa, y luego regresaban a su país de origen. Otros llegaban con la intención de radicarse definitivamente para iniciar una nueva vida. Estos últimos, habitualmente, venían solos y trabajaban hasta ahorrar lo suficiente para pagar el pasaje de su familia. Además, las cartas que mandaban a los parientes y amigos en Europa también solían convencer a muchos de ellos de iniciar también la aventura de migrar. Los primeros años del inmigrante eran siempre muy duros. Sólo con el tiempo, algunos pudieron disponer de un modesto capital para instalar su propio taller, su comercio o su pequeña explotación rural. Otros trabajaron toda su vida sin lograr grandes mejoras en su posición. Muchos menos fueron los que amasaron grandes fortunas.

El texto anterior, ¿los ayuda en algo a responder por qué tantas personas habrán decidido dejar sus países de origen? ¿Cómo?

La segunda revolución industrial La llamada Revolución Industrial ocurrió en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVIII, a partir de la aplicación de la máquina de vapor a las máquinas de hilar y los telares mecánicos, hasta entonces movidos por la fuerza humana o la fuerza hidráulica. Durante las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del siglo XIX, los empresarios de todo el mundo compraban máquinas fabricadas en Inglaterra, imitaban la organización y las técnicas empleadas por la industria textil de ese país y hasta contrataban ingenieros y trabajadores ingleses para aprovechar su experiencia.

Los muelles del Riachuelo. Tren cargado con maquinaria agrícola. 1901.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, en cambio, las nuevas industrias que provocaron la llamada Segunda Revolución Industrial se desarrollaron, sobre todo, en Alemania y en los Estados Unidos. Los inventos y los descubrimientos que permitieron el desarrollo de las nuevas industrias estuvieron relacionados con los últimos avances del conocimiento científico producido por los institutos de investigación y las universidades de la época. Algunos de los inventos y descubrimientos más importantes que provocaron la segunda Revolución Industrial fueron el motor de combustión interna, la electricidad y la conductividad eléctrica de los metales —como el tungsteno, utilizado en la fabricación de lamparitas eléctricas, y el cobre, con el que se empezaron a fabricar los cables para transportar y distribuir la energía eléctrica. Las nuevas industrias eléctrica, química y automotriz experimentaron un gran desarrollo. Al mismo tiempo, el acero reemplazó al hierro y el petróleo comenzó a ser utilizado como fuente de energía.

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Cada uno de estos tres textos aporta información para comprender mejor qué fue la Segunda Revolución Industrial Del hierro al acero Durante la Segunda Revolución Industrial, el acero reemplazó al hierro. El acero es una variedad especial del hierro que se obtiene quemando parte del carbono que contiene el hierro. ¿Por qué era importante el acero? El acero es un material duro y elástico al mismo tiempo. Las herramientas de acero afiladas son las más apropiadas para cortar y dar forma a otros metales. Además, como es muy resistente, es ideal para fabricar martillos, yunques, raíles, clavos y otros objetos que tienen que soportar golpes y desgastes. Con acero se pueden fabricar máquinas y motores más livianos y precisos. Los raíles de acero, por ejemplo, duraban más tiempo y eran más seguros que los de hierro. Su aplicación en la construcción de barcos permitió hacer barcos más grandes, livianos y rápidos a la vez. Por sus cualidades, el acero reemplazó rápidamente al hierro en la producción de máquinas, herramientas y una gran cantidad de productos. También fue utilizado en el armado y la construcción de las estructuras internas de los grandes edificios.

Un mundo más cercano Antes de la Revolución Industrial había transportes movidos por fuerza animal o por fuerzas naturales, como la del viento y la de las corrientes de agua. Pero, hacia fines del siglo XVIII, el transporte de personas y mercaderías seguía siendo muy lento. Además, los servicios eran caros y no muy seguros. La enorme multiplicación de la cantidad de productos industriales fabricados para ser vendidos por todo el mundo, hizo cada vez más urgente la necesidad de disponer de transportes masivos, rápidos y económicos. En la década de 1830 ocurrió la llamada "revolución de los transportes" cuando, finalmente, se logró aplicar con éxito la energía de vapor a los medios de transporte terrestres y acuáticos. Los dos grandes protagonistas de esta revolución fueron el ferrocarril y el barco de vapor. A partir de entonces, los viajes se hicieron mucho más rápidos y pareció que las distancias se habían acortado. El mundo se hizo más cercano. Hacia fines del siglo XIX, comenzaron a construirse los primeros automóviles con motor de combustión interna y tranvías y trenes subterráneos impulsados por energía eléctrica. En los primeros años del siglo XX comenzó a desarrollarse el transporte aéreo. La revolución de los transportes facilitó las relaciones económicas y culturales entre todos los países del mundo. Los intercambios comerciales fueron cada vez más intensos. Al mismo tiempo, millones de europeos salieron de sus países de origen y utilizaron los nuevos transportes para llegar a nuevas tierras en busca de mejores oportunidades para ellos y sus familias. Por entonces, el telégrafo sin hilos revolucionó la circulación de la información: las noticias y los mensajes privados llegaban en poco tiempo a las regiones más apartadas del planeta.

La "Segunda Revolución Industrial": grandes transformaciones en las áreas rurales Los nuevos inventos y descubrimientos producidos durante la llamada "Segunda Revolución Industrial" no sólo transformaron la industria sino que provocaron grandes modificaciones en la vida de las personas. Hubo cambios notables en la actividad y la vida en el campo. Se inventaron nuevas maquinarias para el trabajo que facilitaron la tarea agrícola, por ejemplo, máquinas para cosechar y trillar cultivos. La aplicación de esta nueva tecnología agrícola no sólo produjo beneficios. Por el contrario, grandes cantidades de campesinos perdieron su trabajo porque una máquina reemplazaba el trabajo de muchas personas. La oferta laboral en las áreas rurales, entonces, disminuyó fuertemente provocando una gran masa de desocupados.

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¿Qué relación puede haber entre la Segunda Revolución Industrial y la gran emigración de Europa entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX?

Un mundo dividido: la división internacional del trabajo Desde mediados del siglo XIX, el mundo estuvo cada vez más comunicado e integrado. Pero, al mismo tiempo, se fueron diferenciando dos grupos de países que desarrollaban distintas actividades económicas y cumplían diferentes funciones en la economía mundial. Los países industrializados se especializaron en la producción de manufacturas industriales y de maquinarias, y en el desarrollo y la aplicación de la tecnología más avanzada. Al mismo tiempo, algunos países de América latina y numerosos países de Asia y África se dedicaron a la producción de diversas materias primas requeridas por las nuevas industrias. El caucho natural, por ejemplo, se obtenía de la resina que producían algunos árboles existentes en las selvas tropicales —como la selva amazónica— y era utilizado para fabricar los neumáticos de las ruedas de bicicletas y automóviles. Otra materia prima muy requerida por entonces fue el cobre, un mineral utilizado como insumo por la nueva industria eléctrica y que llegaba a los Estados Unidos y a Europa desde Chile o desde Zambia (África). Algunos otros países latinoamericanos se especializaron en la producción de alimentos —por ejemplo, carne, cereales, azúcar, café, cacao y bananas. En los países industrializados, la población aumentó rápidamente y mejoró su nivel de vida. Como consecuencia, aumentó la demanda de alimentos y muchos países europeos decidieron comprar alimentos en el exterior, es decir, importarlos, en vez de producirlos. Por esta razón, durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del siglo XX, aumentaron enormemente las exportaciones de carnes y cereales producidos en Estados Unidos, Australia y la Argentina a países europeos. También llegaban a la mesa de las familias europeas otros productos de países distantes, como el café de Brasil, el azúcar de las Antillas y el té de Ceilán. Además, como los empresarios de los países industrializados obtenían enormes ganancias, muchas empresas europeas y estadounidenses realizaron inversiones de capital en el exterior, y algunos gobiernos y bancos europeos realizaron préstamos a los gobiernos de los países no industrializados. Esta división internacional del trabajo tuvo consecuencias negativas para los países no industrializados. Por una parte, porque para poder vender sus producciones de materias primas dependían de la demanda de los países industrializados o "centrales". Y por otra, porque no pudieron desarrollar las nuevas industrias y se vieron obligados a comprar la producción de los países industrializados.

Esta fotografía muestra una gran cantidad de lana para exportar. ¿Qué país podría ser el exportador? ¿Qué país podría ser el importador? ¿Para qué querrían importar tanta lana?

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A continuación les presentamos una serie de Fuentes históricas que ayudarán a entender por qué tantos europeos decidieron dejar su lugar de origen. Analicen las siguientes fuentes y expliquen, para cada una de ellas, cuál es su relación con la emigración de millones de europeos. FUENTE 1 La "Segunda Revolución Industrial": las grandes transformaciones y sus efectos en !as áreas rurales Los nuevos inventos y descubrimientos producidos durante la llamada "Segunda Revolución Industrial” no sólo transformaron la industria sino que provocaron grandes modificaciones en la vida de las personas. Hubo cambios notables en la actividad y la vida en el campo. Se inventaron nuevas maquinarias para el trabajo que facilitaron la tarea agrícola, por ejemplo, máquinas para cosechar y trillar cultivos. La aplicación de esta nueva tecnología agrícola no sólo produjo beneficios. Por el contrario, grandes cantidades de campesinos perdieron su trabajo porque una máquina reemplazaba el trabajo de muchas personas. La oferta laboral en las áreas rurales, entonces, disminuyó fuertemente provocando una gran masa de desocupados. FUENTE 2 Las siguientes fotos muestran afiches publicitarios de empresas navieras europeas que se dedicaban a trasladar emigrantes:

FUENTE 3 Duración del viaje Hoy, con la primacía de la Marina Mercante Italiana que, gracias a la ayuda del 'Estado, hizo maravillosos progresos en pocos años, algunas naves van desde Génova a Buenos Aires en catorce o quince días (...). Buenos Aires dista de Génova 11.427 kilómetros. Fragmento del Manual del emigrante italiano, 1913. 6


FUENTE 4 Los siguientes son afiches de organismos oficiales franceses y/o argentinos que ofrecían información a quienes quisieran emigrar Ésta es una propaganda para promover la emigración. Fue publicada en La revista Revue Sud-Américane, el 1 de Septiembre de 1884. Traducimos aquí su texto: "Todos los días, de 10 de la mañana a 12 del mediodía, se brinda información sobre las condiciones de esta región, organización política, leyes generales y leyes de tierras, colonias, salarios, transportes, productos, clima, industria, comercio, precio de los principales artículos de consumo, pasajes de diferentes puertos de Europa al Plata. Informaciones completas y gratuitas sobre emigraciones al Plata. Dirigirse personalmente o por carta a la oficina de este periódico. Avenida Carnot número 17, París. Este documento ofrece enviar por correo todo tipo de información. Se trata de un aviso de la Oficina Oficial de Información Argentina en París, publicado por la revista francesa Revue Sud-Américane, en 1886. En él se alcanza a leer: "Comisariado General de la Emigración. Oficial Oficial de informaciones. República Argentina"

2. ¿Por qué tantos inmigrantes eligieron la Argentina? Un país agroexportador Durante la segunda mitad del siglo XIX, los gobernantes de la época y un grupo de familias ricas y propietarias de grandes extensiones de tierra organizaron las distintas producciones agropecuarias que eran demandadas en el mercado internacional. La economía argentina y el mundo A partir de 1853, los grupos dirigentes se propusieron como objetivo de gobierno que la Argentina avanzara en lo que ellos consideraban "el camino del progreso". De acuerdo con las ideas de los gobernantes de la época, para lograr esa meta era necesario poblar el territorio, atraer inversiones de 7


capitales extranjeros, desarrollar la agricultura, expandir las líneas ferroviarias y elaborar y sancionar leyes para impulsar y asegurar las transformaciones económicas y sociales que necesitaba el país. Como consecuencia del rápido crecimiento de las nuevas industrias, en Inglaterra primero y en otros países europeos más tarde, los gobernantes y los hombres de negocios de esos países pensaron que era conveniente comprar alimentos y materias primas en el exterior. Fue por esto que, durante las últimas décadas del siglo XIX, crecieron constantemente las compras de cereales, carnes, frutas tropicales y productos tales como lana, cobre y caucho a distintos países de América Latina, entre ellos la Argentina. En las ciudades europeas, los alimentos importados eran consumidos por la población que trabajaba en las nuevas fábricas. Y las materias primas eran insumos usados para elaborar productos manufacturados. Por ejemplo, la lana que los comerciantes ingleses compraban a los productores argentinos era usada como materia prima en las nuevas fábricas textiles de Inglaterra. En esta nueva organización del comercio internacional, la economía argentina se fue especializando en la producción de cereales y de carne para la exportación. En consecuencia, el país fue un fuerte importador de productos manufacturados industriales.

¿Por qué la Argentina fue un destino atractivo para muchos? Las actividades económicas impulsadas en la Argentina por los grupos dirigentes que gobernaron desde 1853 requerían de muchos trabajadores, más de los que había en el país. Para disponer de la mano de obra que necesitaban, los gobernantes promovieron la inmigración europea, es decir, tomaron diferentes medidas que, con distinto peso, contribuyeron a que muchos europeos eligieran la Argentina como lugar de destino.

A continuación les presentamos algunas de estas medidas. Para cada una de ellas expliquen por qué favorece la inmigración (es decir, cómo influye en que las personas tomen la decisión de migrar). 1. La Constitución Nacional de 1853: El artículo 25 dice que "el Estado fomentará la inmigración europea" y que no se pondrán restricciones a la entrada de extranjeros que vengan al país a trabajar. El artículo 20 les asegura a los extranjeros el goce de los derechos civiles del ciudadano: pueden trabajar, poseer tierras y hacer con ellas lo que deseen, navegar los ríos y costas, ejercer libremente su religión, hacer su testamento y casarse según las leyes. 2. "En la década de 1850, el gobierno de la Confederación Argentina (bajo la presidencia de Urquiza) impulsó la creación de colonias agrícolas habitadas por inmigrantes de una misma nacionalidad. Los colonos recibían una parcela de tierra en propiedad. De este modo se formaron los pueblos de Esperanza y San Carlos, en Santa Fe, y Colonia San José, en Entre Ríos." 3. En 1876 se promulgó la denominada Ley Avellaneda que estableció que los inmigrantes: - "Tenían derecho a ser alojados y mantenidos por el Estado argentino durante cinco días después de su llegada. Para ese fin se destinó un edificio conocido como Hotel de Inmigrantes, cercano al puerto de Buenos Aires. - Podían viajar gratis hasta el lugar donde pensaban radicarse.” 4. "Entre 1880 y 1890 arribaron al país más de 1.000.000 de extranjeros, de los cuales aproximadamente se establecieron alrededor de 850.000. Sin embargo, hacia fines de la década, la inmigración no bastaba para satisfacer la demanda de brazos para las cosechas. 8


Entre 1888 y 1890, el Estado invirtió unos cinco millones de pesos oro para pagar los pasajes de más de 130.000 personas." 5. "El gobierno argentino organizó en el exterior una campaña publicitaria que presentaba a la Argentina como un lugar donde era posible encontrar trabajo y donde, incluso, existía la posibilidad de ser propietario de una parcela de tierra." "La campaña fue un éxito: entre 1880 y 1890 llegaron a este país, que tenía menos de dos millones de habitantes, un millón de inmigrantes y 650.000 se radicaron definitivamente en él."

Por medio de una síntesis de las ideas de la actividad anterior, expliquen por qué la situación en Argentina contribuyó a que muchos europeos decidieran migrar a este país, incluyendo las razones por las cuales los gobiernos fomentaron la inmigración.

3. ¿Cómo vivieron y qué sintieron las personas en su experiencia migratoria? El apoyo que los inmigrantes recibieron de los gobiernos argentinos (anticipos para pasajes, alojamiento, en algunos casos concesión de tierras y créditos) puede hacernos pensar que la experiencia de llegar al país, conseguir trabajo y radicarse fue sencilla y fácil. Sin embargo, detrás de cada inmigrante solitario y de cada familia de inmigrantes hay una historia llena de dificultades, un entrelazado de grandes ilusiones y grandes desencantos.

Los siguientes textos los ayudarán a conocer cuáles fueron las dificultades, los sentimientos que caracterizaron esta experiencia migratoria.

Dejar Europa y llegar a Buenos Aires Para los emigrantes, abandonar su patria era muy doloroso. Solo el hambre y la pobreza que padecían muchos europeos los empujó a emprender la aventura de "hacer la América". En a Argentina, los esperaba un futuro incierto, personas desconocidas y muchos temores. En cualquier lugar de Italia, España o Rusia, un campesino decidía buscar la oportunidad para él y su familia. Quería llegar a esa tierra que encerraba tantas promesas... Los varones emigraban primero y enviaban dinero a la familia que permanecía en Europa. Finalmente, cuando ahorraban lo suficiente, los familiares venían al país.

La partida Para viajar hacia América, toda la familia tomaba un tren que la llevaba hasta alguno de los grandes puertos. Allí, el emigrante abordaba el vapor que realizaba el cruce del Atlántico. El precio del pasaje era económico. El viajero era despedido por su familia, entre abrazos, lágrimas y promesas de un pronto reencuentro. En el barco, los pasajeros eran separados por sexo. Los hombres eran ubicados en grandes dormitorios comunes y las mujeres y los niños en otros. Hasta los matrimonios dormían separados y se encontraban durante el día en la cubierta del buque. Toda la vida a bordo estaba reglamentada. Había horarios para comer, dormir e higienizarse. Los inmigrantes podían utilizar agua dulce para lavarse solo una vez al día y en un horario especial. En realidad, la mayoría de-los pasajeros no usaba el agua con demasiada frecuencia. 9


Si a esas costumbres poco higiénicas le agregamos que muchas personas vomitaban a causa del "mal de mar", es fácil imaginar que el olor de los dormitorios era muy desagradable.

En alta mar Pero en el viaje también había algunas gratificaciones. Por ejemplo, los viajeros podían sacar su silla a cubierta y disfrutar de las caricias del sol, y compartir largas charlas conversando sobre la tierra que habían dejado y el futuro que los esperaba en la Argentina. La permanencia en cubierta era ideal para escribir a la familia cartas que enviarían al llegar a Buenos Aires. Recién habían dejado la patria... ¡y cuánto extrañaban! Algunos jugaban a las cartas por dinero. Los pasajeros inexpertos podían perder todos sus ahorros, ya que en los barcos viajaban jugadores profesionales que se aprovechaban de ellos. Otros inmigrantes practicaban frases en castellano, para hacerse entender en la Argentina. Las mujeres trataban de hacer la travesía más entretenida haciendo calcetines y tejiendo croché. Sin embargo, trabajo no les faltaba. Debían cuidar a los chicos, que corrían por todo el barco, preguntaban a los marineros cómo se usaban los salvavidas y resbalaban sobre la cubierta.

La llegada a Buenos Aires El inmigrante debía atravesar la aduana al llegar al país. El empleado le preguntaba si tenía algo que declarar. En general, el trámite se hacía rápidamente porque los extranjeros eran muy humildes y traían pocas cosas. A continuación, el recién llegado se alojaba en el Hotel de Inmigrantes. Era muy incómodo, no tenía colchones y los viajeros debían dormir sobre lechos de piedra. Para estar más cómodos, los inmigrantes colocaban algo de ropa debajo de su cuerpo y armaban una almohada. El hospital construido junto al Hotel atendió a miles de inmigrantes que arribaron a Buenos Aires afectados, sobre todo, por enfermedades vinculadas a las vicisitudes del viaje, la mala alimentación, las penurias. Al inmigrante recién llegado se le presentaban dos graves problemas: el primero, subsistir el tiempo necesario hasta encontrar trabajo; el segundo, comunicarse en un idioma que no conocía. En muchos casos, había un fuerte contraste entre la fantasía con que venían Los inmigrantes y la realidad con la que tropezaban al llegar.

Testimonios de inmigrantes A continuación, transcribimos testimonios breves de dos inmigrantes que nos permiten conocer cómo se sintieron en el Hotel de Inmigrantes y en la oficina de empleos que había allí: 1) En 1891 se publicó en el periódico El Obrero una carta que envió un inmigrante austríaco. Ésta es una copia de un fragmento de esa carta: "Aprovecho la ida de un amigo a la ciudad para escribirles. Sé que las cartas que mandé a mis amigos no llegaron. Es probable que nuestros patrones, que nos explotan y nos tratan como esclavos, intercepten nuestra correspondencia para que nuestras quejas no se conozcan. En Buenos Aires no encontré trabajo, y en el Hotel de Inmigrantes, una inmunda cueva sucia, los empleados nos tratan como si hubiésemos sido esclavos. Nos amenazaron con echarnos a la calle si no aceptábamos su, oferta de ir como jornaleros para el trabajo de plantaciones en Tucumán. En fin, resolví irme a Tucumán y con unos setenta compañeros de miseria desgracia me embarqué en el tren. El viaje duró 42 horas. Muertos de hambre llegamos a Tucumán. 10


Muchos iban enfermos y aquello fue un toser continuo. Hay tantísima gente aquí n busca de trabajo que por el puchero nomás se ofrecen a trabajar, líos deben siempre un mes de salario para tenernos atados. En la pulpería nos fían lo que necesitamos a precios elevados y el patrón nos descuenta lo que debemos en el día de pago. Los desgraciados que tienen mujer e hijos nunca alcanzan a recibir dinero y siempre deben." 2) Otro testimonio de un inmigrante sobre el Hotel: "Se nos alojó en una construcción de madera con camas con tirantes atravesados que nos lastimaban las costillas, sin que nos dieran, nada para poner encima. En cuanto a la comida, es un guiso horrible de arroz, cordero y papas en mal estado, que nos lo tiraban como a chanchos. Además, los naturales nos tratan como a verdaderos parias."

El mismo hotel, distintas visiones En Italia se editaron guías y manuales con informaciones prácticas, consejos y advertencias para quienes estaban pensando en emigrar hacia la Argentina. En el "Manual del Emigrante italiano", publicado en 1913, se incluía la siguiente información sobre el Hotel de Inmigrantes: Trato al inmigrante. Veamos ahora cuáles son las ventajas. Los primeros cinco días luego del desembarco, y tal vez algunos más si mediara enfermedad, el inmigrante será mantenido por la Nación Argentina. (...) Será huésped del Hotel de Inmigrantes por el lapso de cinco días. Tiene varios comedores, dormitorios para ambos sexos, enfermería, lavatorios y baños, etc. El Hotel no tiene camas ni colchones, Le podrá parecer extraño (...) pero es mejor que no los tenga porque sería muy difícil mantener la higiene... Cada uno con sus mantas se puede construir un buen lecho. No será la primera vez que duerma en el piso... se trata de un sacrificio que dura poco tiempo. ¡Bien alto el buen nombre italiano!... estando en el Hotel abierto a todo tipo de nacionalidades, allí usted se encontrará con inmigrantes españoles la mayoría de las veces, pero también con turcos y sirios. Sus maneras educadas y respetuosas lo revelarán como un hombre digno de su condición de italiano, tanto frente a los demás como, y fundamentalmente, frente al personal del Hotel. Búsqueda de trabajo. En el mismo Hotel de inmigrantes encontrará una cantidad de propuestas. Las propuestas que le presentarán serán seguramente convenientes a su interés. En el caso que no le guste ninguna, usted puede pedir ser enviado a alguna provincia, por gusto o porque ha tenido noticias de algún paisano que se ha establecido en esa región. Si ha elegido la Argentina, en lugar de los Estados Unidos, habrá habido alguna razón. Y también habrá pensado, antes de salir de Italia, la zona de su preferencia en el territorio argentino. Sepa, de todas maneras, que la Oficina de Trabajo, órgano oficial argentino de colocación para el inmigrante, controla que el lugar sea bueno y que se cumplan los pactos de trabajo.

Luego de leer el fragmento sobre el Hotel de Inmigrantes extraído del Manual del Emigrante italiano, relean los testimonios de los inmigrantes con sus visiones sobre el Hotel y respondan las siguientes preguntas: 1. ¿Qué semejanzas y qué diferencias encuentran entre los testimonios y el fragmento del Manual sobre lo que cuentan acerca del Hotel de Inmigrantes de su Oficina de Trabajo? 11


2. ¿Por qué les parece que los testimonios y el Manual dicen cosas diferentes sobre el Hotel? (Para responder, tengan en cuenta quién es el autor de cada una de las fuentes y cuáles habrán sido sus intenciones.) 3. ¿Si uno fuera un campesino pobre de una aldea italiana de principios del siglo XX, qué habría pensado y sentido al leer (o escuchar lo que dice) el Manual sobre el Hotel de Inmigrantes

Vean esta galería de fotos sobre el viaje en barco y el hotel de inmigrantes http://www.encuentro.gov.ar/nota-637-Galeria-La-inmigracion.html Usando todas las fotografías* y la información de los epígrafes, reconstruyan la historia de Alessandro, un inmigrante italiano. *excepto la 5, 9 y 14

Tener o no conocidos en la Argentina Los siguientes textos les ayudarán a pensar sobre la importancia de tener o no conocidos en el lugar de destino. FRAGMENTO DE ENTREVISTA A UNA INMIGRANTE UCRANIANA, LLEGADA CON SU FAMILIA A LA ARGENTINA EN 1921 Entrevistador: ¿Por qué eligieron la Argentina? ¿Tenían conocidos acá? Inmigrante: Sí. Teníamos paisanos acá que nos ayudaron antes y después de haber llegado. (...) Entrevistador: ¿Dónde se instalaron apenas llegaron al país? Inmigrante: Llegamos al Hotel de inmigrantes en el puerto. Allí tuvimos que pasar una noche hasta que al día siguiente mi papá se puso en contacto con los paisanos que nos vinieron a buscar y nos ayudaron a instalarnos hasta que tuviéramos dónde estar. Después, encontramos lugar en el Once. Entrevistador ¿Cómo era el Hotel de Inmigrantes? Inmigrante: Horrible. Como de los presos, con las camas unas arriba de la otra. LA DECISIÓN DE MIGRAR La decisión de migrar no era sencilla e involucraba a toda la familia, ya que suponía elegir el momento y decidir el lugar de destino, para ello, el manejo de la información era fundamental. El arribo a nuestro país fue mucho más complejo para los "pioneros", tenían muy poca información y pocos contactos, y las situaciones por las que podían atravesar eran difíciles: se alojaban en el Hotel de Inmigrantes y debían recurrir a la oficina de empleos o esperar en sus portones a los reclutadores de mano de obra. En cambio, para sus parientes paisanos el panorama era menos incierto: al llega al puerto de Buenos Aires había alguien que lo esperaba y que les prestaba ayuda y asistencia hasta conseguir trabajo y abrigo. TESTIMONIO DE UN INMIGRANTE DANÉS EN TANDIL “Mientras fuimos pocos daneses era natural que tuviéramos una inquietud y un deseo vehemente de encontrarnos con un connacional que había llegado desde nuestra patria (...); entablábamos una competencia para recibirlos de la mejor manera y ofrecerles alojamiento, ayuda y asistencia. Cuando una tardecita escuché que habían llegado unos cuantos de Mön, les ofrecí alojamiento en mi casa (...), un hombre con su esposa e hijos que no tenían dónde ir (...), Él era sastre (...), vivieron con nosotros algo más de un mes (...). En el pueblo yo tenía una casa desocupada que le podía facilitar y le ayudé en forma de préstamos a instalarse con los muebles y útiles indispensables para hacerse en su oficio (...). No le exigía alquiler ni devolución hasta que se encontrase más desahogado.” 12


Trabajar en el campo, trabajar en la ciudad La mayor parte de los inmigrantes vino a la Argentina con el objetivo de emplearse en las actividades agrícolas y con la esperanza de llegar a tener su propia tierra. Durante los primeros tiempos, muchos lograron cumplir con este objetivo, sobre todo en las colonias agrícolas de Santa Fe y Entre Ríos. Los propietarios de chacras pequeñas y medianas fueron llamados chacareros. En cambio, los que llegaron a partir de 1880 no pudieron acceder a la propiedad de la tierra. Por esa época, las mejores tierras estaban ocupadas por los grandes terratenientes. Frente a esta situación, algunos inmigrantes que tenían ahorros pudieron arrendar parcelas de tierra, es decir, alquilar algunas hectáreas. Pero los dueños sólo las alquilaban por pocos años. Luego de tres o cinco años, los terratenientes no renovaban los contratos y los inmigrantes debían irse. Otros inmigrantes se quedaron a trabajar corno peones en las chacras y en las estancias, pero la mayoría fue a buscar trabajo a las ciudades. En las ciudades de Buenos Aires y Rosario las posibilidades de empleo eran mayores. Los inmigrantes trabajaron como obreros en Los puertos, en los frigoríficos, en la construcción de edificios, en el tendido de vías férreas, en los talleres o en las fábricas que se fueron instalando en las ciudades. Algunos inmigrantes, que tenían recursos económicos o que ya desempeñaban un oficio en Europa, lograron establecerse como comerciantes o como pequeños empresarios. El crecimiento y modernización de las ciudades provocaron el surgimiento de nuevas actividades relacionadas con la administración pública y el ejercicio de profesiones, como las de médico o abogado. El acceso a la educación permitió a Los hijos de los inmigrantes desempeñar estas tareas.

Elijan dos de las fotografías anteriores, una que muestre un trabajo en el c ampo y otra sobre un trabajo en la ciudad. Expliquen, para cada uno de estos trabajos cuál es su relación con la organización económica agroexportadora de la Argentina durante el período de la inmigración. En el conjunto de fotografías se muestran solamente algunos de los trabajos que consiguieron los inmigrantes. Si tuvieran que agregar una foto sobre un trabajo importante para la economía agroexportadora, ¿qué trabajo elegirían? ¿Por qué?

Un almacén de Campaña en Colonia Esperanza, Santa Fe, hacia fines del siglo XIX. Taller tranviario (1900)

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Obreros en un frigorĂ­fico preparando carne para exportaciĂłn Inmigrantes rusos en la puerta de su negocio de comidas y bebidas.

Tareas de la cosecha de cereales Inmigrantes desgranando maĂ­z en Santa Fe

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Una vivienda de los inmigrantes: el conventillo Encontrar dónde vivir fue uno de los problemas que debieron resolver los inmigrantes al llegar a la Argentina. A continuación encontrarán una serie de materiales que les permitirán conocer dónde se instalaron la mayoría de los inmigrantes que arribaron a la Argentina entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX y qué problemas tuvieron que afrontar.

El nacimiento del conventillo La llegada masiva de inmigrantes a la Argentina (más de seis millones de personas i entre 1856 y 1932) produjo un importante crecimiento de la población del país. En las ciudadespuerto, como Buenos Aires y Rosario, donde se localizó gran parte de los recién llegados, el aumento de la población fue vertiginoso. La cantidad de habitantes de la ciudad de Buenos Aires -incluidas las actuales localidades de Avellaneda y Lanús- creció de 330.000 personas en 1880, a 660.000 en 1895 y a 2.000.000 en 1914. ¿Cómo y dónde se alojó esa creciente población? No existían por entonces programas de vivienda pública y los inmigrantes no tenían recursos suficientes para comprar una casa o un terreno donde edificarla. La mayor parte de los recién llegados, entonces, se convirtieron en inquilinos, es decir, que alquilaban el lugar donde vivir: hacia 1904 el 70% de la población total de la ciudad de Buenos Aires era inquilina. Los primeros conventillos se establecieron en las antiguas casonas del centro de la ciudad, especialmente de la zona sur (abandonadas a partir de la epidemia de fiebre amarilla de 1871); cuyos dueños se fueron trasladando hacia el norte, donde construyeron sus nuevas residencias (ver recuadro). Cada cuarto de esas grandes casonas desalojadas, en ocasiones muy deterioradas, se transformó en una vivienda independiente y se ofreció en alquiler. Por ello, en cada conventillo vivían muchísimas personas. Por ejemplo, el conventillo de Piedras 1268, llegó a albergar a 500 personas en 104 piezas. Con el tiempo comenzaron a construirse edificios especialmente destinados a albergar inmigrantes, por ejemplo, los inquilinatos de La Boca, construidos de madera y cinc para alojar a la población que debía vivir en las cercanías del puerto por razones laborales.

La huelga de inquilinos Los propietarios y los encargados de los conventillos no se preocupaban por realizar mejoras a estos edificios viejos, deteriorados o construidos con i materiales precarios. Como los inquilinos no tenían otras opciones de vivienda a su alcance, se veían obligados a aceptar lo que les ofrecían. Por otra parte, los propietarios también se abusaban cobrando alquileres muy altos que, en general, representaban una tercera parte del sueldo de los trabajadores (y hasta hubo períodos en que el alquiler llegó a pasar el cincuenta por ciento de dicho salario). Luego de muchos años de soportar estos problemas, los inquilinos lograron organizarse y realizar una huelga muy importante en 1907. El conflicto se inició en Buenos Aires pero se extendió a otras ciudades del país como, por ejemplo, Rosario. Los ocupantes de los conventillos decidieron atrincherarse en su vivienda y no pagar el alquiler hasta obtener una rebaja del 30 por ciento, lograr mejoras sanitarias, eliminar los tres meses de depósito y que los propietarios no tomaran represalias con los participantes del movimiento. La huelga fracasó, los participantes fueron reprimidos, se produjeron desalojos y las condiciones de vida en los conventillos no se modificaron. 15


El llamado a la huelga En el periódico "La protesta", se publicó el siguiente llamado a la huelga. "La imposibilidad de vivir, dado el alto precio que propietarios e intermediarios especuladores cobran por incómodas viviendas nos impulsa a no pagar alquiler mientras no sean rebajados los precios en un 30 por ciento. (...) El movimiento (...) es un hecho y falta para su éxito que lo secunden todos los inquilinos de esta ciudad. La huelga se ha iniciado en los conventillos de la calle Ituzaingó 279, 325 y 255 y ha repercutido en otras casas (...) La Secretaría funciona en la calle Ituzaingó 279, donde pueden mandar delegados los inquilinos de los innumerables conventillos de esta capital. Nuestra divisa contra la avaricia de los propietarios debe ser: No pagar el alquiler."

Observá la imagen y explicá por qué creés que el hombre tiene esas ideas Anotá qué podrán estar pensando o diciendo los demás personajes.

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Para cerrar ¿Por qué se produjo la inmigración masiva? a) A fines del siglo XIX, una familia italiana toma la decisión de abandonar su aldea y migrar a la Argentina. Elijan cinco factores del siguiente listado y expliquen, para cada uno de ellos, cómo y por qué pudo haber influido en la decisión de migrar de esta familia. 1. Los avances en la navegación. 2. Tener familiares o conocidos en la Argentina. 3. El aumento de la producción agropecuaria en la Argentina. 4. La introducción de maquinarias en el trabajo agrícola en Europa. 5. La propaganda que hacían las empresas navieras italianas. 6. La propaganda de gobiernos europeos y argentinos: para promover la emi gración e inmigración. 7. El deseo o la ilusión de vivir en mejores condiciones. 8. El costo de los pasajes en tren hasta el puerto y del pasaje en barco hasta Buenos Aires. 9. No saber hablar castellano. 10. El temor de llegar a un lugar desconocido. 11. El alojamiento y comida gratuita que brindaba el gobierno argentino durante los primeros cinco días de estadía en Buenos Aires en el Hotel de Inmigrantes. 12. La tristeza por dejar el lugar en el que pasaron toda su vida, los familiares y los amigos. b) Elijan por lo menos seis factores que te parezcan importantes del listado de la consigna anterior y elaboren un relato sobre la inmigración masiva que los relaciones entre sí. c) Si alguien les dijera que la inmigración masiva se produjo solamente porque los inmigrantes buscaban trabajo, ¿qué le responderían y por qué?

Fuentes 

Cuadernillo sobre la inmigración masiva en Argentina. Grado de Aceleración, GCBA, 2006.

Un mundo para todos, Ciencias Sociales 6°. Ediciones SM, 2002.

Ciencias Sociales 6. Editorial Estrada, 1997.

Wolf, E. y Patriarca, C. La gran inmigración. Editorial Sudamericana, 1991.

Romero, Bertoni, Montes. Los tiempos de los inmigrantes. Editorial Colihue, 1995.

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