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Islandia - Inesperadamente perfecta

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Kawayan

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Islandia es una isla de otro planeta porque no se parece a ningún lugar de este mundo. Aquí pasa lo imposible: conviven volcanes activos con enormes glaciares, no existen arañas ni serpientes, y del centro de la tierra salen chorros de agua hirviendo disparados al cielo Es que este país tiene magia. Por varios meses el sol no se esconde y en otros descansa tanto que da oportunidad a que las luces del norte amenicen las largas noches de invierno.

Existe un pueblo en donde la tierra es tan caliente que no pueden tener cementerios, pues la tierra simplemente los herviría. Dato curioso, Islandia sigue emergiendo y crece varios centímetros cada año.

La gente es muy amigable y comunicarse es fácil, pues la mayoría habla al menos 4 idiomas.

En caso de un accidente, este es el mejor lugar para que suceda. Toda la población tiene entrenamiento en RCP, primeros auxilios y rescate. El 99.98% de las personas están alfabetizadas y 60% tienen un título universitario. Tienen una de las esperanzas de vida más altas del mundo y es el país más seguro desde hace 40 años. Nadie ha sido asesinado con un arma de fuego a pesar de que 1 de cada 3 islandeses tiene un rifle. Tienen solamente 300 policías para los 320 mil habitantes y su cárcel no tiene más de 70 presos. ¿militares? ¡Cero!

Se llama la tierra de hielo porque el 20% de su territorio está bajo el mismo, aunque la verdadera razón era el mito que se creó para evitar migraciones masivas de Vikingos, lo cual funcionó, pues hasta el siglo XX su población no sobrepasaba los mil habitantes. Tan pequeña era su población que vieron la necesidad de crear una aplicación que les permita saber el grado de parentesco que se tiene con una potencial pareja.

Es conocida también como la Isla del Fuego por la cantidad de volcanes activos que tiene, los cuales en promedio tienen una erupción cada tres años y una súper erupción cada 7. Por suerte, hasta ahora nadie ha muerto por esta razón.

Esas erupciones, arquitectas de los más impresionantes paisajes, como la playa negra y sus inusuales columnas de basalto y ceniza y que ni el mejor escultor podría haber tallado con tanta gracia.

Hace 100 años nadie hubiera pensado en venir a Islandia ya que eran el país más pobre de Europa y hace 30 años los islandeses jamás pensaron que jugarían un mundial ya que sus niños eran los más sedentarios y obesos del continente. Es que aquí es imposible no creer en lo imposible. Con condiciones tan severas es ilógico pensar que esta pequeña y remota isla sea posiblemente lo más parecido a un paraíso en la tierra.

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