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Los mejores 5 destinos de Asia

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El solo pensar en Asia me llenaba la mente y el corazón de ilusión. Sin realmente saber qué esperar y con un poco de temor de lo que mis ojos podían llegar a ver, ya me había animado a dar la vuelta al mundo. Desde mi primer viaje sola (un Eurotrip), entendí que el mejor regalo que uno se puede dar a sí mismo es un gran viaje. Nada como abrir los ojos a nuevos destinos, oler distintas esencias, disfrutar nuevos sabores, escuchar diferentes lenguas y recibir nuevas sonrisas. Irse lejos de casa te hace salir de tu zona de confort y los viajes largos terminan por cansarte. Pero esa sensación de no ser de aquí ni de allá que solo te la da el conocer nuevas culturas termina por enamorarte. Viajar te hace el corazón más grande. Hay tantos destinos por conocer en el Sudeste Asiático, que escoger los cinco mejores es una tarea realmente difícil. Recordando las sensaciones que tuve en cada uno de los lugares que visité, aquí va un intento por compartir lo vivido:

No. 5: Bangkok (Tailandia). La ciudad de los contrastes. Es quizás uno de los destinos que más me sorprendió durante el viaje. La mezcla entre el avanzado desarrollo y la conexión espiritual reflejada en sus magníficos templos te permiten adentrarte en la cultura tailandesa. Para recorrer esta gran ciudad se necesitan varios días y muchas ganas de caminar. No puedes dejar de conocer el Sky Bar, situado en en el piso 64 del edificio Lebua State Tower, donde tendrás una espectacular vista de la gran ciudad. No puedo olvidar lo sorprendente que fue aquel atardecer, el tiempo se desvaneció y quedamos atrapados en el espléndido color de las luces de la ciudad. Bangkok tiene mucho que ofrecer, la vida nocturna tiene gran movimiento. Recorrer los barrios rojos es sin duda una de las experiencias imperdibles, como el conocido Soi Cowboy, que ofrece una divertida noche llena de sorpresas. Pero deberás recargarte de energía porque durante el día lo mejor está por venir, visitando los asombrosos templos budistas. Entre mis favoritos, Wat Arun -que significa Templo del Amanecer- refleja la hermosa arquitectura de estilo Khmer que recuerda a los templos de Camboya. Y por último, el inigualable templo del Buda de Esmeralda, es el más famoso de la ciudad, debido a que en su interior se encuentra el principal ícono religioso de los tailandeses. Adicionalmente a la mezcla espiritual y al avanzado desarrollo tecnológico, los contrastes que esconden los rincones más pobres y los más adinerados generan sensaciones únicas que lo hacen encantador.

No. 4: Hanoi (Vietnam). Una ciudad vibrante e imperdible, a la que querrás regresar más de una vez. La potente carga histórica y cultural que envuelve a Vietnam, hace de este destino el perfecto lugar para encontrar una profunda conexión con la gente. Aunque parezca un tanto desordenado y caótico, los estrechos callejones de la ciudad tienen magia en cada rincón. Recuerdo claramente que, al perderme, me encontré con una pequeña tienda de fotografías que me hicieron reafirmar la fuerza de mi amor por este arte. En especial por los retratos y su singular característica del deseo de vínculo humano que genera una conexión más allá de lo visual, que los hace tan especiales. Sin lugar a dudas viajar te conduce a la felicidad ya que te permite vivir en el presente, el mismo que continuamente permanece olvidado en nuestros repetitivos condicionamientos mecánicos.

No. 3: Hong Kong (Región Administrativa Especial de China). Esta frenética y asombrosa ciudad es sin duda la otra cara de Asia. Esta ciudad, con exótica comida, alucinante desarrollo y mezcla de costumbres, es capaz de abrirte los ojos al nuevo mundo. Las sensaciones más extremas las viví aquí; por eso ocupa el número 3 de los mejores destinos para saborear el continente asiático. El mega desarrollo en tecnología, las espectaculares vistas de la ciudad y el sinnúmero de comercios te permitirán tener otro concepto de lo que viajar al otro lado del mundo representa. El Pico Victoria también conocido como Monte Austin, es la montaña más alta de la Isla de Hong Kong, donde se puede apreciar una espectacular panorámica de la gran ciudad. Aunque debo reconocer que me sentía constantemente perdida en una atmósfera llena de gigantescos edificios e imparable crecimiento, esta ciudad brinda la capacidad de satisfacer las expectativas de los buscadores de sensaciones extremas.

No. 2: Luang Prabang (Laos). Dicen que cuando no existen expectativas altas, las experiencias resultan sorprendentes. Esto fue justamente lo que viví al llegar a esta ciudad, que aún conserva su autenticidad en cada rincón. Laos, también conocido como el país del millón de elefantes, fue justo lo que mi imaginación había construido sobre lo que se sentiría estar en Asia. Una paz profunda, mucha vegetación, hermosos templos y una gran espiritualidad; me hicieron sentir en casa. Para conocer a profundidad esta hermosa ciudad no puede faltar que visites las cascadas Kuang Si. Son un pedacito de paraíso en la tierra para renovar las energías, el espléndido color del agua y la naturaleza virgen

del entorno lo vuelven inigualable. Mirar la puesta de sol en el tope del Monte Phousi dónde convergen los ríos Mekong y Nam Khan es sin duda la mejor panorámica que podrás ver de la ciudad. La deliciosa gastronomía, en especial de Le Café Ban Vat Sene, harán que no quieras marcharte jamás. El compartir con la gente, recorrer el mercado nocturno y conocer los místicos templos que abundan serán un gran motivo para explorar esta hermosa ciudad que es hoy en día reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

No. 1: Bagan (Myanmar). Desde que me apasioné por la fotografía mi destino soñado fue Bagan. Conocido como el antiguo Reino de Birmania, realmente este destino fue mucho más de lo que jamás esperé. Aunque no es muy conocido entre los viajeros, es precisamente esto lo que le permite conservar su magia. En una extensión de 104 km cuadrados se puede vislumbrar aproximadamente más de 2,000 templos y pagodas budistas que fueron construidos durante dos siglos. Remontándonos a la historia, la grandeza arquitectónica de este lugar se debe al rey Anawrahta, quien durante esta época fue el que introdujo el budismo, religión con el mayor número de seguidores en el país, con un aproximado del 89% de la población. Sin lugar a dudas la mejor opción para visitar esta pequeña ciudad es alquilar una motocicleta y moverse fácilmente por el Antiguo y Nuevo Bagan, así como por Nyaung-U. Aunque la cantidad de templos y pagodas que existen resulta un tanto abrumador por el hecho de no saber hacia dónde ir, mi recomendación es permitirse explorar con un mapa en mano y guiado por las sensaciones del momento. Para mí, este destino es el número 1 de mi ranking. Nunca vi un amanecer tan mágico como el que me lo regaló este lugar. Desde el tope de una pagoda esperamos desde las 5 am para mirar al sol salir; el misticismo que se siente dentro de cada corredor de los templos y la belleza natural del lugar le dan un toque surreal a la arquitectura de esta ciudad.

A pocos días de terminar mi viaje al otro lado del mundo, con un nudo en la garganta y las emociones a flor de piel, me queda decir que todos los seres padecemos del mismo mal: el ego. Y la única cura es la espiritualidad, la práctica más grandiosa que nos vuelve más humanos y libra de nuestras carencias. Si es que es verdad que somos la suma de nuestras experiencias, ¿son estas las que nos limitan a ser felices? ¿Cuál es la clave de la genuina felicidad? Después de ver y sentir a la gente que me ha tocado el corazón en este mágico viaje, me ha quedado impregnada en el alma una gran lección: la felicidad se logra al reencontrarte con tu ser interno. Ante esto no existen posturas sociales, credos, ni objetos materiales que puedan sustituir este estado de genuina felicidad. Si quieres conocer más acerca de estos destinos, te invito a visitar mi página www.valejaramillo.com donde encontrarás todo sobre viajes alucinantes en el mundo de la fotografía.

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