Edición No. 11 Revista Bimensual
Pedro Trujillo Reflexiones sobre seguridad ciudadana
Estudios de
Seguridad ¿Por qué son necesarios?
Seguridad
digital
Las claves del Ransomware
Investigadores
privados
Aspectos que se deben tomar en cuenta al requerir este servicio
Editorial Una de las discusiones más frecuentes en los círculos académicos, medios de comunicación, actividades políticas, sociales o de otra naturaleza, es la relacionada a la “Seguridad Ciudadana”, debido a que es una de las áreas más relevantes dentro del contexto general de la “Seguridad” que debe procurar el Estado para sus habitantes. Los escasos datos estadísticos a los que tenemos acceso se encargan de mostrarnos que existen muchas razones para preocuparnos. Y cuando decimos esto no queremos demeritar los esfuerzos que hacen las autoridades para enfrentar la criminalidad; pero tampoco podemos ocultar que persiste entre los guatemaltecos el temor de ser objeto de una acción criminal. Es prácticamente un hecho que los índices de criminalidad se incrementan o se mantienen y que pocas veces descienden. Esto nos lleva a reflexionar acerca de la capacidad que ha desarrollado el Estado para cumplir con su deber de garantizarle a sus habitantes, la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral (artículo 2 de la Constitución Política de la República). De manera interesante, todos estos aspectos nos llevan a la conclusión de que además de ser un fin, la seguridad es también un medio, un camino para la realización del bien común, el fin supremo para el que se organiza el Estado (artículo 1 de la Constitución). El punto fundamental que pretendemos plantear en esta edición, es que hay algo que no está funcionando con el enfoque de Seguridad Ciudadana que los sucesivos gobiernos han implementado. Al parecer la respuesta no está en entrenar más policías, ni en adquirir mejor equipo, vehículos o sistemas. En realidad no tenemos el remedio, aunque sí algunas ideas que exigen cuestionamientos rigurosos, puesto que, de lo que sí estamos seguros es que el país no enfrentará con éxito la delincuencia con el modelo (si se le puede llamar así) de Seguridad Ciudadana que se ha estado implementando hasta ahora. En la presente edición, le hemos solicitado a un experto en el tema para que nos proporcione una perspectiva acerca de la Seguridad Ciudadana desde su experiencia y conocimientos; y aunque consideramos valiosos sus argumentos, esperamos que sean nuestros lectores los que nos hagan llegar sus comentarios al respecto. Para la Revista Seguridad y Defensa, su consulta inteligente, lo importante es contribuir con la sociedad poniendo en discusión temas de interés como este. Por otra parte, nuestros lectores también encontrarán otros artículos de interés que pueden ser útiles en sus actividades empresariales o personales, tal es el caso del artículo relacionado con los “Estudios de Seguridad”, que son solicitados cada vez más por aquellos que consideran que es importante actuar preventivamente identificando las amenazas y los riesgos en sus empresas o actividades personales. Incluimos también un artículo relacionado con los “Investigadores Privados”, pues algunos de nuestros lectores nos han preguntado acerca de esta actividad que está reglamentada en el Decreto 52-2010, Ley que regula los Servicios de Seguridad Privada, pero de la cual se conoce poco o nada. Nuestro esfuerzo está orientado a explicar de qué se trata y cuáles son las limitaciones que establece la referida ley, y así evitar que los ciudadanos sean sorprendidos por falsos investigadores que terminan embaucándolos. Agradecemos la preferencia de nuestros lectores y reiteramos nuestro compromiso de continuar incluyendo temas de interés en el área de seguridad que fortalezcan su conocimiento, y además, que faciliten la posibilidad de desarrollar acciones preventivas, tan necesarias en una sociedad en la que abundan las amenazas a la vida, la integridad y el patrimonio.
Redacción
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tema
Tema
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Consejos de Seguridad
Estudios de Seguridad
Pedro Trujillo
Refelxiones sobre Seguridad Ciudadana
Lo que nos dice el Estudio Mundial sobre el Homicidio 2013 de la ONUDC
Investigadores Privados
Las claves del Ransomware
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Estudios de Por: Hugo Morales
Es muy frecuente que en nuestro medio las personas, gerentes de empresas, directivos, funcionarios o personalidades, tomen pocas o ninguna medida para evitar daños en el futuro. Regularmente reaccionan ante un hecho inesperado, actuando de manera reactiva, lo que significa que las medidas se toman después de una pérdida, daño o amenaza. Cuando recién ocurre un hecho lo primero que hacen es pensar en desarrollar un sistema de seguridad o contratar a alguien para que lo haga; y, normalmente, el acto de contratar guardias, instalar cámaras, mallas, y otros productos de seguridad, se realiza como una medida para evitar situaciones similares en el futuro. Lo que no toman en cuenta la mayoría de personas, es que una actitud preventiva es mejor que una reactiva. En este contexto, el Estudio de Seguridad se convierte en un instrumento preventivo, dado que, conducido profesionalmen-
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¿Qué son riesgos?
¿Qué esperar de un estudio de seguridad? ¿Por qué la necesidad? ¿Qué uso tienen? te, nos reflejará realmente lo que necesitamos para asegurar el bien que deseamos proteger. En la presente edición de la Revista digital Seguridad y Defensa, su consulta inteligente, hemos compilado información para que nuestros lectores reflexionen acerca de la importancia de pensar con un enfoque integral de la seguridad y la relevancia de los Estudios de Seguridad .
¿Qué es riesgo?
En términos generales se puede decir que toda actividad humana conlleva algún riesgo. El término riesgo está relacionado con la incertidumbre: por ejemplo, con la falta de certeza de los resultados de una inversión financiera, con la diferencia entre resultados actuales y futuros de una acción, o con la proximidad de un daño o contingencia.
Seguridad Los riesgos los podemos clasificar de la siguiente forma: • Personales • De Bienes • De responsabilidad, o sea, por errores o fallas humanas. Un análisis de riesgo tiene muchos aspectos que mostrar, por mencionar algunos: • Mostrará la situación actual de seguridad o inseguridad del bien a proteger • Reflejará las áreas que son más vulnerables o las menos vulnerables. • Aportará información vital para tomar medidas preventivas adecuadas. • Al considerar las fortalezas y debilidades, permitirá darse cuenta que en la organización o persona, se hace imprescindible el involucramiento de todos los involucrados, para contribuir en las medidas que se implementarán.
La evaluación de un riesgo, no es una tarea de una sola vez, sino que es una actividad recurrente cada cierto periodo, porque las circunstancias cambian en cuanto a la posible misión, instalaciones, equipo y personas.
deficiencias o excesos, determinar la necesidad de protección y hacer recomendaciones para mejorar la seguridad de conjunto”1.
Antes que cualquier riesgo sea identificado, para ser minimizado o eliminado y así reducir nuestra incertidumbre, es imperativo realizar un estudio de seguridad, lo cual permitirá un manejo profesional de las preocupaciones acerca de la seguridad.
Muchas personas, empresarios o funcionarios, no saben siquiera, si tienen una debilidad, amenaza o problema; es muy común dejar que las cosas sigan como están si no se ha tenido ningún problema; porque hablar de seguridad significa costos adicionales que muchas veces no fueron estimados en los presupuestos anuales; sin embargo, debe tomarse en cuenta que las perdidas por hurtos, robos, defraudaciones o estafas, pueden ser tan altos y afectar profundamente el patrimonio personal o los resultados de una empresa.
¿Qué es un Estudio de Seguridad?
El experto R.M. Momboisse define el Estudio de Seguridad, como: “un examen y análisis crítico, in situ, de una planta industrial, negocio, hogar, institución pública o privada para determinar el estado actual de seguridad, identificar
¿Por qué la necesidad de un Estudio de Seguridad?
1 Momboisse, R. (1968). Industrial Security for Strikes, Riots and Disasters . Thomas, Springfield. Pág. 13.
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Un gran porcentaje de los resultados de los Estudios de Seguridad, muestran que las medidas de seguridad se orientan hacia problemas como hurto externo o interno. Regularmente son las empresas o instituciones que están en expansión o crecimiento, las que presentan este tipo de problemas; es de considerar que, de acuerdo con algunos estudios, un 75 u 85 % de los hurtos externos, se realizan en complicidad con fuentes internas, en el caso de las industrias, comercios o negocios.
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En el caso de las instituciones de gobierno, son escasas las que consideran un Estudio de Seguridad, porque llegan a pensar que ¡nadie se atrevería a realizar un acto delincuencial!. Sin embargo, es una gran equivocación, pues donde está la confianza, radica el peligro.
¿Cuáles son los usos de un Estudio de Seguridad?
En primer lugar, para tomar la decisión de realizar un Estudio de Seguridad, es necesario buscar el apo-
yo de un profesional, el cual puede ser parte de la misma empresa o un consultor externo. En segundo lugar, se deben considerar los problemas por los cuales puede haberse tomado la decisión de realizar un Estudio de Seguridad, entre ellos: Espionaje industrial, protección de los gerentes, propietarios o directivos, extorsión, secuestro, desastres, planificación de contingencias (incendio, terremotos, deslaves, inundaciones, etc.) hurto, fraude, robos, falsificaciones y muchos más. Esta información será de
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mucha utilidad para el profesional de seguridad. Si con antelación ya fue elaborado un Estudio de Seguridad, y como se dijo anteriormente, este no es un trabajo de una sola vez, sino un proceso permanente, el experto interno o consultor deberá establecer si las acciones tomadas están siendo útiles y si todos los empleados y directivos están cumpliendo a cabalidad las disposiciones para evitar o minimizar los riesgos.
¿Qué esperar de un Estudio de Seguridad? El informe:
El Estudio de Seguridad comprende varios elementos para ser efectivo: • La orientación por parte de una persona o personas capacitadas y con amplio conocimiento de la parte física, de los empleados, de las instalaciones, de los horarios, del sistema actual de seguridad (si es que ya se cuenta con uno). • El trabajo de campo, donde el experto, evaluará por sí mismo, todos y cada uno de los aspectos que él considere conveniente, esto podría incluir entre otros: el manejo de documentos, procedimientos establecidos, observación, análisis y recopilación de toda aquella información que le podría ser esencial. • El trabajo de gabinete, que consiste en el análisis, clasificación, evaluación, y otras acciones que le permitan organizar su trabajo. • El informe final, que deberá reflejar a través de una narrativa coherente y ordenada cada área evaluada, donde se aglutinen los hallazgos, vulnerabilidades y fortalezas. El citado informe tendrá que finalizar en conclusiones y recomendaciones. Sus características principales deben ser:
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• • • •
Exactitud Claridad Concisión Oportunidad
Un Estudio de Seguridad podría ser inútil, si las personas, geren-
tes, funcionarios o contratantes, no atienden las recomendaciones del experto, aunque es comprensible que algunas acciones o medidas requieran un presupuesto adicional y fuerte para atender las medidas sugeridas.
También es importante indicar que cada empresa, oficina, institución gubernamental u otro tipo, tiene sus propias particularidades, por ejemplo: no es lo mismo un estudio de seguridad para una planta que produce químicos, como para un hospital, universidad, colegio, residencia, u otra actividad. Los Estudios de Seguridad deben ser específicos y sus resultados no aplican para otra instalación o empresa. Se trata, pues, de documentos especiales que de ser atendidos, ayudarán a reducir los riesgos que se ciernen sobre los bienes que se desea proteger.
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Reflexiones sobre
Seguridad
Ciudadana Por: Pedro Trujillo1
En ciertos países, altas tasas de criminalidad y actuaciones gubernamentales con un descaro imposible de sospechar hace una década, hacen de algunas zonas de su territorio espacios donde reina la impunidad y se impone el crimen organizado o la delincuencia más cruel y activa, algo que podría disminuir o desaparecer si se prestase atención a ciertos consejos ya antiguos: “… los hombres no ponen su afecto, por lo general, más que allá donde hay fuerza” (Tocqueville, 2005:111).2 El uso de la fuerza por parte del Estado es un tema en entredicho históricamente. Ciertos gobiernos la han empleado de manera equivocada (o abusivamente), concepto que entiende el propósito del uso de la fuerza para violentar los derechos de los ciudadanos o ponerlo al servicio exclusivo y preeminente de grupos de interés o de presión. Es por ello que
muchos autores se han acercado al estudio del problema rechazando de plano esta forma de intervencionismo, alejada opuestamente del concepto que pretendemos expresar como visión ética. Esa historia de discusión ha hecho que actualmente hablar del poder coercitivo del Estado sea, en determinadas regiones, un tema polémico e incluso intratable. El largo historial de intervencionismo militar, especialmente en el continente americano y sustancialmente presente en las sociedades centroamericanas -hasta la década de los noventa no accedieron a democracias más o menos estructuradas y efectivas- impide o limita significativamente ahondar en la temática y hablar abiertamente del uso de la fuerza como medio del Estado para cumplir el fin primordial de proporcionar el necesario grado de seguridad (y de justicia) a sus ciudadanos.
Doctor en Paz y Seguridad Internacional. Director del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala).
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En la región centroaméricana, los altos indices de violencia han creado un particular clima de relación que permea toda la sociedad. La ciudadanía percibe la violencia y la inseguridad a través de los estímulos que tanto la prensa escrita como la radio y la televisión transmiten en sus noticias y programas, además de la vivencia diaria. Hay conocimiento certero y se perciben hechos relacionados con la criminalidad y la violencia que generan un efecto de inseguridad que impacta en la vida cotidiana y en el deterioro de espacios públicos (plazas, parques, avenidas, etc.), la calidad de vida que disfrutan los habitantes y la dificultad para atraer inversiones, visitantes y turismo, entre otros muchos. No hay necesariamente una relación directa entre el número de hechos delictivos y la percepción de inseguridad que tiene el ciudadano. En algunos países se pueden observar dos Tocqueville, A. (2005). La democracia en América. Madrid: Alianza Editorial.
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espacios diferentes. Uno, el próximo, donde la inseguridad no es mayormente percibida y otros problemas, como el desempleo, ocupan el primer puesto en las preocupaciones de los ciudadanos. Otro, el espacio lejano -la situación en el país- que es muy negativamente sentida y, en ese caso, la preocupación sobre la inseguridad si se traslada al primer lugar. Es fácil pronosticar que un individuo que se siente inseguro modificará su comportamiento y buscará recobrar la sensación de seguridad que siente arrebatada. Esta predisposición a la violencia, como elemento de defensa o protección, viene a sustentar la tesis de Ortega y Gasset de que la “guerra no es un instinto, sino una invención” o aquella otra de que “violence is learned behavior”3, lo que nos llevaría, como conclusión, a entender el clima de violencia como producto de la propia violencia, además y seguro que de otros factores.
Para enfrentar esos retos es fundamental promover medidas de seguridad preventiva, destinadas a evitar la comisión de actos delictivos y reducir el nivel de dificultad y costos una vez aquella es un hecho en cualquiera de sus manifestaciones. La seguridad
ciudadana, entendida como un conjunto de acciones destinadas a crear ese clima de seguridad necesario para el desarrollo de las actividades cotidianas del ser humano, debe de ser una meta a conseguir por los gobiernos. Para ello es preciso establecer un esquema de organización donde concurran todas las posibles instituciones que pueden (y deben) colaborar a tal fin. Las policías municipales deben de conformar el primer eslabón de la cadena. Los municipios son el primer nivel de proximidad con el ciudadano y sus agentes de policía quienes mejor entrenados y preparados están para tal cometido. Recordemos que en muchos lugares del país (de muchos países) existen particularidades idiomáticas, culturales o étnicas que hacen que el sistema que se propone brinde los mejores resultados. De esta forma, también, los costos de la inseguridad local son asumidos por los vecinos quienes pueden exigir a sus administradores públicos una mayor eficiencia al hacerse cargo directamente de aquellos y contar con un relación más estrecha y directa con sus autoridades. El siguiente nivel sería al departamental o regional (según la organización política del país), y descansa sobre elementos de la policía nacional o guardia nacional. Una institución policial con plenas capacidades que puede coadyuvar con la municipal o asumir directamente ciertos cometidos muy específicos o especialmente trascendentes, y siempre que escapen o desborden a las fuerzas locales más próximas. Ello requiere de una coordinación y, consecuentemente, un nivel departamental de planificación e integración de todos los planes municipales de seguridad ciudadana. Este mismo esquema de planificación/actuación puede ser útil o estar superpuesto al de prevención y control de desastres o asistencia sanitaria frente a desastres. En países donde exista un determinado grado de descentralización administrativa y/o políti-
Declaración, en 1999, de The National Funding Collaborative on Violence Prevention. Citada en Pinker, 2002: 308
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ca, también los costos de esas actuaciones deben de ser asumidos por el nivel correspondiente, generando más gastos a grupos sociales menos organizados y asumiendo las consecuencias y la responsabilidad de aquellas instituciones que no sean eficientes. El último nivel es el nacional. Allí puede haber una reserva policial y/o unidades del ejército o de una policía superior (federal, etc.). La planificación y actuación debe de seguir un proceso similar al anteriormente descrito y ocupar los espacios que las organizaciones subordinadas no llenan o cuando aquellas son desbordadas por los acontecimientos. En cualquier caso la centralización, tanto en la planificación como en la ejecución, es un enorme error que eleva los costos, diluye la responsabilidad y promueve la ineficiencia. En todo este esquema hay dos puntos en los que es precisos incidir. El primero se refiere a la colaboración de las compañías privadas de seguridad en la prevención. Ello pasa por tener la habilidad de insertar los medios privados en las demandas públicas: utilización de cámaras de vigilancia, frecuencias radio de alerta de uso compartido e incluso, en su caso, participación temporal de agentes privados en ciertos cometidos: aislamientos de zonas, resguardo, etc. También compartiendo la información que se pudiera obtener. Finalmente es preciso delimitar el papel del ejército como colaborador en materia de seguridad ciudadana. Las fuerzas armadas pueden y deben colaborar en determinados marcos y situaciones si bien es conveniente, según el país, emplear un modelo colaborativo donde se continúe con la dirección civil de las operaciones y lo sea por tiempo limitado. Ciertas capacidades exclusivas del ejercito: transporte aéreo, interceptación aérea y naval, medios especiales de visión nocturna o inteligencia electrónica, etc., pueden utilizarse dentro del correspondiente marco general de actuación, así como la inteligencia en general. la seguridad ciudadana en particular, es una labor del gobierno a la que deben de concurrir todas las instituciones disponibles en función de sus capacidades y espacio al que deben de circunscribirse. Se puede pensar que la teoría es fácil y que la lógica argumentativa es “demasiado racional”, sin embargo, del análisis del fracaso de muchos modelos existentes, se deduce, precisamente, que todo lo anterior no deja de quedarse en el tintero de las ideas.
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Lo que nos dice el Estudio Mundial sobre
el Homicidio 2013 de la ONUDC
Por Rudy Tun Arriaga
De acuerdo con el Estudio Mundial sobre el Homicidio 2013, publicado recientemente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito1 (UNODC, por sus siglas en inglés), durante el año 2012 casi medio millón de personas (437,000) perdieron la vida alrededor del mundo a causa de homicidios dolosos. Sin lugar a dudas, la comisión de un homicidio es una de las acciones humanas más condenables cuyos efectos devastadores rebasan, por mucho, su primera consecuencia: el fin de la existencia de una persona. Así lo reconoce el estudio cuando indica que, junto a otros delitos violentos, el homicidio “...es una amenaza para la población en cuanto a que su impacto va más allá de la pérdida de vidas humanas y que puede generar un entorno de miedo e incertidumbre...”. Efectivamente, en nuestra opinión el homicidio es la manifestación más relevante de la violencia que vive una sociedad, de esta cuenta, estudiarlo puede ayudar a comprender mejor este fenómeno criminal y sus relaciones. En este caso, el estudio de la UNODC señala que su finalidad es proveer un marco analítico para que los gobiernos desarrollen estrategias y políticas públicas orientadas a proteger a los que están en mayor riesgo y prestar atención a los individuos que tienen más probabilidades de delinquir. Por esa razón resulta interesante compartir con los lectores de la Revista digital Seguridad y Defensa, su consulta inteligente, algunos de los datos y conclusiones del citado estudio, especialmente aquellos que involucran a la región americana (The Americas, como lo cita el estudio), que es dividida en las subregiones de: El Caribe, Centro América, Norte América, y América del Sur. Por supuesto, el énfasis estará en la subregión de Centro América que incluye a los siguientes países: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, y Panamá. El estudio presenta inicialmente un panorama global y regional del homicidio. Señala que, de acuerdo con las estimaciones de la UNODC,
de los 437,000 homicidios intencionales que ocurrieron durante el año 2012, un 36% tuvo lugar en América, mientras que un 31% ocurrió en África, un 28% en Asia, un 5% en Europa y un 0.3% en Oceanía. Indica que la tasa promedio global de homicidios es de 6.2 por cada 100,000 habitantes, pero que hay una disparidad en las tasas de homicidio regional que muestran una alta intensidad de violencia homicida en América, mientras que las tasas de Asia, Europa y Oceanía están por debajo del promedio mundial. Más interesante es el dato, cuando lo tratan en el ámbito subregional, puesto que el estudio indica que África del Sur2 y Centro América, con promedios de más de 25 víctimas por cada 100,000 habitantes, son las que tienen las más altas tasas de homicidios, seguidos por Sur América, África Media, y El Caribe, con tasas promedio entre 16 y 23 homicidios por cada 100,000. En el caso de la subregión de Centro América, para el año 2012, se incluye la Tabla No. 1, que muestra que Honduras, Belice, El Salvador, Guatemala, y México superan la tasa de 20 homicidios por 100,000 habitantes, mientras que Panamá y Nicaragua, registran tasas de 17.2 y 11.3, y Costa Rica se encuentra con la tasa más baja de la región, que es 8.5.
1 La Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDC, por sus siglas en inglés) tiene su sede en Viena, Austria, dirige las actividades internacionales de lucha contra el tráfico y el uso indebido de drogas, la delincuencia organizada y el terrorismo internacional. La ONUDC es parte del Sistema de Naciones Unidas.
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Conviene aclarar en este punto que la definición operativa de la Tasa de Homicidios por 100,000 habitantes, es el cociente entre el número total de homicidios en el periodo considerado (generalmente un año), y el total de población a mitad del mismo periodo expresada por 100,000 habitantes, en una determinada área geográfica. Lo anterior explica porqué México, con un cantidad de homicidios visiblemente mayor que todos los demás países de la subregión, tiene únicamente una tasa de 21.5, o Belice, que con una cantidad ínfima de homicidios, tiene una tasa alta de 44.7.
Tabla 1. Cantidad y tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes de la subregión Centro América (año 2012). Subregión: Centro América
Cantidad de homicidios / 2012
Belice Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá
145 407 2,594 6,025 7,172 26,037 675 654
Tasa de Homicidios por cada 100,000 habitantes / 2012
44.7 8.5 41.2 39.9 90.4 21.5 11.3 17.2
Fuente: Elaboración propia con datos del Estudio Mundial sobre el Homicidio 2013. UNODC.
2 La subregión de África del Sur incluye a Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Suazilandia.
• Los efectos y consecuencias de un homicidio doloso son críticos para la evolución de todo el sistema social, político y económico, puesto que, definitivamente, existe un vínculo entre seguridad y desarrollo. • El estudio permite inferir la necesidad de un trabajo conjunto entre El Salvador, Guatemala, Honduras y México, puesto que son los países de la subregión que presentan las más altas tasas de homicidios y, de acuerdo con lo que se puede notar, las causas que los provocan son similares. • Finalmente, debe señalarse la importancia de definir métodos estadísticos comunes que permitan recolectar, describir, comparar e interpretar los datos adecuadamente.
Guatemala
Cantidad de homicidios intencionales (por años) 6,498
7,000
5,885
6,000
5,781 5,000 4,000
4,237
3,000 2,000
6,292
6,025 5,960
5,681
5,338
2,904
3,230
4,507
3,631
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2006
0
2005
1,000
2004
En la Gráfica No. 1 se puede observar con claridad, el incremento del número de homicidios intencionales en Guatemala, y aunque en los años 2007, 2010 y 2011, se registran leves descensos, en el año 2012 el número se vuelve a incrementar, aunque no supera la cantidad más alta registrada en el año 2009, que fue de 6,498 homicidios.
• La sociedad guatemalteca, especialmente sus autoridades, deben aceptar que los homicidios dolosos son un serio problema de Seguridad Ciudadana que exige respuestas integrales.
Gráfica 1
2003
En cuanto a aspectos relacionados a la localidad donde ocurren los homicidios, el estudio indica que las áreas urbanas tienen la tendencia a las más altas tasas de homicidio que las áreas rurales. Señala que esto es particularmente notable en Centro América, El Caribe y muchas partes de África. Presenta el caso de los países de Centro América, en el que algunas de las ciudades de más de 50,000 habitantes registran un número desproporcionado de homicidios. En Guatemala, el 68% de los homicidios del año 2008 ocurrió en las áreas urbanas, mientras que en El Salvador, fue el 63% para el año 2010.
Por estas razones, y aunque en Guatemala algunos de los datos actuales pueden reflejar que ha habido una reducción en el número de homicidios, el estudio presenta información procesada que es relevante y que puede ayudar a comprender este fenómeno criminal. Sobre esta base, se plantean algunas reflexiones finales:
Aunque la pertinencia del estudio ha sido cuestionada por algunos críticos, pues fue elaborado con datos actualizados al 2012 y sus resultados se conocieron en el mes de marzo de 2014, y en el caso de México, se cuestiona que haya sido incluido en la subregión Centro América, dado que es evidente que pertenece a la región de Norte América, es nuestra consideración que su contenido no debe ser desechado, ni desestimado, pues se debe tomar en cuenta la dificultad que debió suponer reunir los datos y procesarlos, para realizar apreciaciones y conclusiones.
2002
El estudio enfatiza en que la mayoría de las víctimas de homicidio, tienen en común que son relativamente jóvenes. Resalta que los grupos de edad de 15 a 29 años y de 30 a 44 concentran la gran mayoría de homicidios a nivel global con 43% y 30%, respectivamente. Es este caso, nuevamente América tiene la más grande concentración de víctimas entre 15 y 29 años (incluye hombres y mujeres) y las subregiones de América del Sur y Centro América superan en más de cuatro veces la tasa promedio global de homicidios para las víctimas masculinas dentro de este grupo de edad.
2001
Señala también que, a nivel global, la tasa promedio de homicidios de hombres es de 9.7 contra 2.7 de mujeres, por cada 100,000 habitantes, pero que América cuenta con la tasa más alta (29.3) de homicidios de hombres y la segunda más alta (3.7) de homicidios de mujeres, solo después de África (6.0).
de UNODC, fundamentado en distintos elementos, identifica tres tipologías de homicidio, con el propósito de esclarecer las diferentes clases de delito violento, siendo ellas: el homicidio vinculado a otras actividades delictivas, el homicidio asociado a conflictos interpersonales y el homicidio relacionado con motivos sociopolíticos. En todos los casos, el estudio intenta analizar los mecanismos utilizados en el homicidio, llegando a categorizarlos en: armas de fuego, armas punzocortantes y otros, concluyendo que, en el ámbito global, las armas de fuego han sido utilizadas en el 41% de los homicidios dolosos, los objetos punzocortantes en un 24%, y otros, en un 35%. En el caso de América, resulta interesante verificar que un 66% de los homicidios se cometen con armas de fuego, un 17% con armas punzocortantes, y también un 17% con otros tipos de mecanismos.
2000
Otro enfoque importante del estudio de la ONUDC, es el de la concentración por género. De acuerdo con el documento, también existe una polarización con respecto al sexo de las víctimas y de los autores materiales, pues si a nivel global el 79% de las víctimas son hombres, es en el contexto de la familia y de las relaciones de pareja, en el que las mujeres están en un riesgo mayor que los hombres, pues dos terceras partes de las víctimas de homicidio cometido por compañeros íntimos o familiares son mujeres y un tercio son hombres. Por otro lado, cerca de un 95% de los homicidas a nivel global son hombres.
Cantidad de homicidios intencionales Fuente: Elaboración propia con datos del Estudio Mundial sobre el Homicidio 2013. UNODC.
También es importante resaltar que el estudio
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investigadores El Decreto Legislativo No. 52-2010, Ley que Regula los Servicios de Seguridad Privada, en su artículo 44, establece una clasificación de los agentes de seguridad privada que incluye a los “Investigadores Privados”. El artículo 49 de la misma ley, los define así: “...Son personas capacitadas y certificadas que prestan servicios de investigación de carácter estrictamente privado. No pueden invadir el ámbito de acción del Ministerio Público y de las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública y defensa nacional, así como cualquier otra institución de inteligencia del Estado. Si en el desempeño de sus funciones tiene conocimiento de un hecho delictivo, debe hacerlo saber al Ministerio Publico para la investigación correspondiente. En el desempeño de sus funciones deben portar siempre su respectiva identificación...” La descripción y citas legales anteriores, tienen como contexto el conjunto de servicios que pueden brindar las empresas prestadoras de servicios de seguridad privada que han cumplido con los requisitos que la ley establece, y que, consecuentemente, obtienen una licencia de operación que les permite operar en este campo. También existen los Investigadores Privados independientes, que se regulan según lo que estipula el artículo 15 de la misma ley; el cual establece que “... Las personas individuales que deseen prestar servicios de seguridad privada a título personal, sólo podrán prestar los servicios de escolta e investigación privada...”, por lo que deben llenar los siguientes requisitos: ser mayor de edad, ciudadano guatemalteco, en caso de haber pertenecido al Ejército, o haber sido funcionario o empleado público relacionado con la seguridad pública, deberá haber transcurrido cuatro años desde su último puesto a la fecha de su solicitud, y cuando los servicios
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Privados
se presten con autorización para usar armas de fuego, deberán cumplir con lo establecido en la Ley de Armas y Municiones. En síntesis, el Investigador Privado, es una persona que obtiene información y evidencias de un caso en concreto, fundamentado en la verdad, siguiendo un proceso investigativo serio, profesional y científico; para lo cual podría usar la tecnología y equipo que no sea prohibido por las leyes vigentes.
La Revista digital Seguridad y Defensa, su consulta inteligente, presenta a continuación una serie de recomendaciones, que pueden ser útiles para que los lectores conozcan algunos aspectos que deben tomar en cuenta al momento de requerir un servicio de esta naturaleza, y así disminuir la probabilidad de ser timado por charlatanes con poca o ninguna experiencia:
• Le recomendamos leer el artículo “RECOMENDACIONES PARA CONTRATAR UNA EMPRESA DE SEGURIDAD PRIVADA” que fue publicado en la edición anterior, puesto que son aspectos que deberá tomar en cuenta, si el investigador es parte de una empresa de seguridad legalmente constituida. • Si su intención es reunir pruebas iniciales para interponer una denuncia por un delito, tome en cuenta que los resultados podrían no ser tomados en cuenta por un fiscal o un juez. • Verifique que la empresa o persona que está pensando contratar para realizar una investigación privada, esté enmarcada dentro lo que estipula la Ley que Regula los Servicios de Seguridad Privada. • El investigador debe estar plenamente identificado.
Por: Hugo Morales
• Solicite un listado de los casos serios resueltos, referencias comerciales, personales o laborales dentro de su desempeño como investigador; posiblemente por ética no entre en detalle pero podría guiarlo a dar algunos datos o enlaces que corroboren su experiencia y resultados. En este campo hay muchos timadores que solo buscan obtener ganancias económicas. • Que detalle el equipo idóneo que utilizará para llegar a buen término la investigación requerida; cámaras fotográficas con lentes de aumento para fotos a distancias relativamente grandes, equipo de filmación, grabación de audio, videos, tipo de vehículos, armas, binoculares, y otros. Es necesario indicar que describir el equipo no le garantizara que vaya hacer un buen trabajo, pero sí de que tiene las herramientas necesarias básicas; si es que podrían servir para
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el caso por contratar. No acepte que las reuniones se realicen en lugares poco confiables o donde usted como contratante se sienta inseguro, podría ser el inicio de una serie de estafas. Considere sospechoso si el investigador privado se muestra evasivo y solo le proporciona un número de celular. Póngale atención a esto. En la mayoría de ocasiones la empresa de seguridad privada o investigador privado, le requerirán un anticipo para los gastos iniciales, sobre la base del monto total acordado. Se le recomienda no pagar más del 50% y no entregar dinero en efectivo, proporcione el anticipo con un cheque, depósito o transferencia, a nombre de la persona o empresa que le brindará el servicio. El complemento del pago acordado,
descontando el anticipo; hágalo en base a las pruebas requeridas y convenidas de la investigación, no antes; tampoco entregue montos entre el anticipo y el pago final, aduciendo que hubo gastos extras; salvo que los detalles demuestren lo contrario. • Algunos investigadores privados podrían ofrecerle servicios como: intervención de comunicaciones a través de celulares, mensajes de texto y otros servicios con tecnología. Debe tener claro como contratante que ese tipo de equipo es muy especializado y solo lo venden a gobiernos, además en la búsqueda de esa información, su investigador o usted podrían estar incurriendo en delitos según la legislación del país. Por otro lado, podrían estarle ofreciendo o vendiendo “gato por liebre”, sea precavido. Evite tomar decisiones que lo involucren en la comisión de un delito. • Otro de los servicios que podrían ofrecerle es la utilización de geoposicionadores satelitales -GPS, en caso de que el servicio fuera seguir a una persona o vehículo. Actualmente, la tecnología está muy avanzada y cada día son más eficientes y pequeños los equipos, pero igual; le recomendamos ser muy cauto en este tipo de contrataciones; pida que le muestren una prueba, tanto del equipo que usarán, como de los resultados. • El software instalado en un teléfono moderno, es otra modalidad que podrían brindarle, sea precavido, pida demostraciones; pero debe tener claro que estos servicios son onerosos y podrían requerir un pago mensual o anual. Finalmente, debe estar consciente que, aunque el investigador sea muy hábil, podría tener barreras de diferente tipo que imposibiliten cumplir con sus expectativas como cliente, muchas veces es cuestión de paciencia y monto de lo que se piense invertir. Siempre actúe con cautela.
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Seguridad Digital
ransomw Las claves del
U
no de los métodos que utilizan los cibercriminales en la actualidad es el ransomware, técnica basada en la extorsión, el chantaje y las peticiones de rescate pero aplicada a los ordenadores. Se trata de un software malicioso con el que los ciberdelincuentes cifran los datos del disco duro del ordenador de la víctima y bloquean el acceso al sistema para posteriormente pedir dinero a esta última diciendo que sólo así recuperará sus datos. Algo, por otra parte, que es mentira ya que se trata de un timo, de modo que aunque pague nunca volverá a tener sus datos. ¿Cómo se instala el ransomware en el equipo? Desde la compañía de seguridad Kaspersky Lab nos recuerdan que esto se produce mediante una vulnerabilidad en el equipo, después de que el usuario haya abierto un correo electrónico de phishing o haya visitado una web maliciosa creada por el hacker.
Diferencias regionales en los timos La firma experta en seguridad indica que aunque este tipo de malware es cada vez más popular en todo el mundo, los mensajes y timos difieren según el punto del planeta. Por ejemplo, en los países donde la piratería es habitual
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ware Cómo evitarlo
los programas de ransomware que bloquean el acceso al sistema suelen asegurar que han identificado un software ilegal en el equipo y exigen un pago por él.
No obstante, parece que en Europa o Norteamérica esta técnica no tiene tanto éxito. En su lugar aparecen pop-ups procedentes de las “autoridades policiales” que afirman haber encontrado material pornográfico en el ordenador del usuario u otro tipo de contenido ilegal. Normalmente, siempre van acompañados de una multa.
Reproducido con el permiso de: http://www.ticbeat.com/
Para evitar que nuestro ordenador se infecte con un programa de ransomware lo mejor es tener instalada una solución de seguridad informática que identifique las vulnerabilidades y utilice un sistema de detección de exploits de alto nivel, recomiendan desde la firma de seguridad. En el caso de que ya esté infectado, existen varias herramientas en el mercado.
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