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Llegaron los aguaceros
from Soy Golfista No. 131
by Soy Golfista
A no ser que este cambio climático se organice diferente y decida modificar los tiempos tradicionales de distancia entre sol y lluvia, podemos decir que llegaron los aguaceros.
Como nuestro tema es el golf, pues todo cambia dentro del campo. Se emblandece la tierra, sopla allá arriba con más violencia, se dejan notar leves las gotas en pleno fairway y lo peor, la nube negra oscura a lo lejos allá al frente, que se viene con toda ese aguacero derecho hacia nosotros.
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Hola Paraguas, ¡a trabajar!
Preparémonos primero psicológicamente para afrontar el posible abandono. Es muy difícil que se dañe del todo el juego pero es más frecuente que lo deseado.
Jugar mojado es otra cosa. Se moja todo. Mas por fuera que por dentro, afortunadamente, pero el cuerpo siente. La piel se impacta, las muñecas se empapan, los dedos dejan notar sus interiores.
No olvide llevar una buena toalla. No tanto por su tamaño sino porque sea de las que secan, que las otras, que muy bonitas y labradas, no sirven para cumplir su tarea básica.
Llegan entonces estos días lluviosos de semana santa. Siempre en ella con agua y amagos de lluvia regular. A veces incluso tormentas y aguaceros. Esto último si es malo por lo del peligro eléctrico pero si solo es agüita, el golf se deja.
Primera gran ventaja: La dificultad es para todos. Lo que significa que todo el foursome sufrirá los embates del estado invernal y se trata entonces de soportar la inclemencia con mayor paciencia y tranquilidad. El juego se afecta, sin duda. Todo cambia el vuelo de la bola y no queda sino calcular su impacto.
Fuera sombrilla. ¡A Trabajar¡
Manténgase en el centro del paraguas hasta que ya se decida por el golpe. Recuerde que desde hace poco tiempo le está prohibido al caddie protegerlo del agua en el momento del golpe. Puede cuidarlo hasta segundos antes de que lo ejecute pero este deberá hacerse completamente a la intemperie.