3 minute read
Aliente el inconformismo positivo
LOS TIEMPOS EN LOS QUE LOS TRABAJADORES DEBÍAN ESTAR DE ACUERDO CON LA DIRECCIÓN EMPRESARIAL (O PARECERLO) Y NO MOSTRAR DISCREPANCIAS HAN PASADO A LA HISTORIA. ¿POR QUÉ?
POR Estrella Flores-Carretero, Coach y presidenta del Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes (IEIE)
Advertisement
Las empresas destinadas a la grandeza respetan las reglas que funcionan, como el buen comportamiento, la educación, el código de vestimenta, la cultura inclusiva, etc. Al mismo tiempo, defienden el “inconformismo positivo” porque hoy sabemos que los empleados que se revelan contra lo establecido cuando saben que hay una mejor manera de hacer las cosas contribuyen a impulsar la innovación, conducen a que los demás salgan de su zona de confort y son capaces de descubrir nuevas ideas de negocio. Es decir, son facilitadores del éxito empresarial. Un poco de eso que llamamos “rareza” en las personas suele ser una ventaja porque esa diferencia les permite ver lo que los demás ni siquiera sueñan.
4 principios que las empresas deberían seguir
1
Reclutar inconformistas
positivos. Los departamentos de Recursos Humanos deberían implementar entrevistas no convencionales e idear procesos de contratación diferentes, alejados del modelo de despacho con el aspirante a responder exclusivamente lo que le consulten. Si los reclutadores tienen un modus operandi clásico, solo conseguirán contratar a personas que pueden ser buenos trabajadores, pero que no aportarán soluciones innovadoras, esas de las que estamos tan necesitados en un mundo en constante cambio. Existen individuos incapaces de rellenar aburridos formularios y encuestas para aspirar a un puesto de trabajo, pero que poseen altas habilidades emocionales que garantizan la adhesión de los equipos, la gestión eficaz de los clientes, la improvisación, la creatividad y el liderazgo.
2
Invertir en las carreras profesionales
de los inconformistas. Ninguna empresa puede pretender avanzar si no invierte en los profesionales. La formación constante en conocimientos y el entrenamiento en habilidades emocionales, junto con la facilidad para conciliar la vida profesional y personal, proporcionan satisfacciones en el trabajo que constituyen, en suma, los pilares de la lealtad.
3 Mostrar apoyo a los
inconformistas. En el grupo hay procrastinadores que trabajan mejor en situaciones de estrés y abundan también los que practican el “pensamiento fuera de la caja”. Es importante que tanto ellos como quienes los rodean sepan que la empresa los apoya, que nadie debe tener miedo de hablar, arriesgarse, mostrar su desacuerdo y exhibir su individualismo.
4
Ser una empresa
inconformista. Airbnb surgió de la ruina de dos amigos que no podían pagar su casa e idearon una solución invitando a personas a compartir su apartamento, con la promesa de un desayuno familiar y casero. Su idea dio origen a un negocio que ha revolucionado el mundo del turismo. No hace falta estar en situaciones extremas para encontrar soluciones, sino facilitar que las ideas surjan en un entorno transformador, mediante la organización de actividades de ocio empresarial y convivencias audaces que beneficien la creatividad. Las organizaciones inconformistas también participan del activismo social, lo cuestionan todo, están dispuestas a virar el timón para corregir el rumbo y son absolutamente transparentes.
“LA CONFORMIDAD DEL INTERLOCUTOR NOS DEJA INDIFERENTES. LA CONTRADICCIÓN NOS HACE PRODUCTIVOS Y EFICACES”, DECÍA GOETHE.
Su empresa puede ser nuestra próxima portada. Para más información escríbanos a: rmora@revistasumma.com