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CHELO LARES

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LUNAR TWIN

LUNAR TWIN

[ Entrevista a Chelo por Diego Centurión. ]

CHELO LARES: LA VANGUARDIA MUSICAL SIEMPRE ESTÁ PRESENTE EN LA CONTRACULTURA

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En este 2020 uno de los discos que yo esperaba era el de Chelo Lares, lanzado a fines de agosto por Fuego Amigo Discos, un disco intenso y vibrante, una travesía sonora que nos conduce a un camino por momentos sombríos pero con una gran paleta de colores que vibra de adentro hacia afuera, abarcando nuestros oídos, atravesándonos y marcándonos ante la primera escucha. Algo que Chelo sabe muy bien cómo hacer, ese krautrock lisérgico con tintes de psicodelia por momentos folk. Pero para hablar de sus diez años de carrera decidí hablar con Lares y este es el resultado.

Hola Chelo, gracias por aceptar realizar esta entrevista y para empezar con esta entrevista, ¿cómo te trató estos meses de cuarentena?

Hola Diego, ¿cómo andas?, la verdad que en principio, mi vida no cambio mucho, soy bastante ermitaño y trabajo desde mi casa. Con el pasar de los meses se fue haciendo largo, extraño mucho tocar en vivo, juntarme con amigos, ir a bares o comer en alguna pizzería del centro, trato de respetar bastante la cuarentena, por momentos se hace difícil, pero la música siempre es un modo de escape. También dedico mucho tiempo a cocinar y un poco a la jardinería.

Cuarentena que no hizo que tu música se detenga… pero de esto hablaremos en un rato… Me gustaría ir al principio de todo… ¿Cómo llegás a la música?

En mi casa siempre se escuchó música de todo tipo, mi viejo es fanático del jazz, es bien old school, era músico de más joven, tocaba el saxo y el clarinete. Mi hermana en su adolescencia escuchaba mucho rock y también música alternativa, que de a poco me fue llegando, también ella se encargó de llevarme a ver a los Ratones Paranoicos a obras cuando yo tenía 14 años, fue una tremenda experiencia, una mezcla de miedo, locura y placer. Algo se fue gestando dentro mío en ese entonces.

Empecé mi primer proyecto musical a los veintitantos, junto a mi novia de aquel entonces, un dúo de folk, se llamaba Chaufan. Tocamos en vivo varias veces, y grabamos algunas canciones. Esa experiencia me alcanzó para saber que me quería dedicar a la música para siempre, entonces ahí surgió la idea de hacer mi proyecto solista, en principio dedicado al folk y la canción, yo me había hecho muy fanático de todo el folk y el blues tradicional yankee, usaba guitarras acústicas, armónica, mandolina, slide y trataba de replicarlo a mi manera, con un sonido más crudo, más indie. Creo que ahí se fue generando un estilo propio.

Justo te iba a preguntar sobre el EP “El Chelo” que ya tiene diez años… no sé si te pusiste a pensar que pasó una década de ese primer lanzamiento. ¿Qué recordás de esa época?

Sí, es una locura, una década… En ese entonces yo sentía que era el momento indicado para grabar un disco, tenía varias canciones que venía tocando en vivo, entonces decidí empezar a construir un primitivo home estudio, con lo básico, una computadora, una placa de sonido y un micrófono. Nunca se me cruzo la idea de ir a un estudio, era demasiado inseguro con mi música, demasiado pasional y sensible, tampoco tenía el dinero, necesitaba poder hacerlo yo, hacerlo a mi gusto, a mi tiempo, sin darme cuenta me estaba transformando. Investigué todo lo necesario para aprender como grabarme, como lograr una mezcla digna, y me aventuré impulsivamente. Ahora a la distancia, le tengo mucho afecto a ese disco, es muy visceral y urgente, fueron momentos muy lindos, realmente me estaba sumergiendo en la música de lleno, era la semilla de lo que es mi relación actual con la producción musical, fue una experiencia fundamental y necesaria.

A lo largo de tus producciones discográficas podemos marcar algunos puntos de giro en el sonido, tenemos un comienzo folk, después pasas al space rock, luego te sumergís en el space rock más sicodélico y en las últimas producciones ya estás más krautrock sin dejar la psicodelia. ¿Cómo ves vos la evolución de tu música disco a disco?

En primer lugar soy melómano, me paso el día escuchando discos, investigando, descubriendo, leyendo… Esto me mantiene en movimiento,

renueva constantemente el amor que siento por la música, es algo sagrado para mí, la respiro. Todo esto se traduce a través de mis dedos al componer. Diferentes momentos, diferentes géneros musicales. La psicodelia para mí es fundamental, me gusta que el oyente pueda viajar conmigo, sentir lo que yo siento cuando grabo o toco en vivo mi material, es el lenguaje que elijo a la hora de crear, es un modo de vida.

Y hablando de crear, de poner los dedos al componer… más allá de la guitarra, ¿utilizas otros elementos de composición como computadoras o samplers?

No, en general la mayoría de mis canciones las compongo con guitarra eléctrica y/o acústica. Pero en mi nuevo disco, 9 volts, la mayoría de los temas fueron creados a partir de un Korg Monotribe, un sintetizador analógico bien primitivo, es la primera vez que las canciones no salen de una guitarra. Estoy abierto a todo tipo de tecnologías, aunque tengo predilección por el sonido analógico.

Bueno un poco a eso quería llegar, tienes un nuevo álbum llamado “9 volts”. En donde el krautrock se hace de cuerpo presente. Contános sobre este nuevo trabajo.

Bueno, como te decía, las canciones de “9 volts” surgen a partir de la experimentación con un sintetizador analógico que adquirí hace algunos meses. Me encerré en mi estudio hogareño, y me sumergí de lleno en el sonido de este instrumento, investigué

las posibilidades que tenía, y como podía encajar en mi música, lo llevé hasta el límite. El resultado está en las canciones, queda clara mi predilección por la escena alemana de los 70s. Fue una hermosa experiencia, mi estudio se transformó en una especie de laboratorio, lleno de cables, pedales, instrumentos de percusión, guitarras, me dediqué a mezclar los sonidos, todo fue encajando de forma natural, estoy muy contento con el resultado y ya pienso en grabar de nuevo.

A esta nueva experiencia le sumamos el apoyo del nuevo sello Fuego Amigo Discos. ¿Cómo fue llegar a FAD y cómo te resultó la forma de trabajar de ellos, que es un grupo de gente súper laboriosa y ordenada a la hora de trabajar?

A Los chicos de Fuego Amigo los conozco hace un buen tiempo,

compartimos el amor por la música y la autogestión, hemos pasado ¡noches geniales! A mí me parece un sello clave en la movida independiente de Buenos Aires, siempre creando y difundiendo, es increíble cómo trabajan estos chicos, sin dudas son verdaderos guerreros del indie. Me hicieron sentir muy cómodo desde el primer momento, están en todos los detalles, eso me encanta, porque yo trabajo de la misma forma, sin descanso, siempre pensando en lo que se viene, en el siguiente disco, en el próximo recital, en la futura banda. Sin dudas para mí es un gran paso.

Y Mirando en retrospectiva tus publicaciones discográficas, ¿Crees que estás en el momento más fructífero de tu música, es decir donde amplias desde lo sonoro y también desde la composición?

Me gustaría creer que sí, ya son

muchos años de grabar y tocar en vivo, toda esa actividad se va transformando en experiencia. Mi universo musical se fue expandiendo, no solo en cuanto a géneros, también en técnicas de grabación y producción artesanales. A pesar de estar volcado de lleno en la música experimental y psicodélica, todavía sigo componiendo canciones de folk y blues regularmente, a modo de ejercicio espiritual. Es un camino largo y sinuoso, una forma de vida alternativa, ¡quizás lo mejor está por venir!

No podemos dejar pasar por alto que nos conocimos por otro proyecto llamado “Flores de Sinaloa” pero sé que también tenés un dúo con el baterista Matías Rivara. ¿Tendremos alguna grabación de ese dúo?

Las Flores siempre estarán presentes en mi corazón. Pasamos momentos geniales juntos, creamos música tremenda, fue una gran experiencia, pude dar rienda suelta a mi lado más rockero. Seguro que vamos a volver a escuchar hablar de Flores de Sinaloa.

Con Mati hay una conexión musical muy fuerte, tocamos juntos hace mucho tiempo, eso fue generando una especie de lenguaje propio. Cada recital de Chelo + Fausto es una locura, apenas suena el primer acorde, se empieza a desplegar una red musical infinita, que es muy difícil de detener, realmente para mi es una experiencia única, mántrica, muy intensa. Es como una maquinaria aceitada, un tren, un viaje a Mar del Plata en 2 horas y media.

Sí, tenemos planeado grabar material, la cuarentena nos complicó un poco las cosas, pero ya vamos a encontrar la forma, sin dudas es algo que espero ansioso, a veces mi proyecto se vuelve un tanto solitario.

Y pensando en “9 Volts” ya has lanzado un video que fue el single adelanto del álbum. ¿Tienes pensado en otro video próximamente?

La verdad por el momento no, pero ¿quién sabe?

Si tuvieras que recomendar por dónde empezar a escuchar tu música a nuestros lectores que no conocen a Chelo lares ¿Por dónde recomendarías que inicien el camino?

Quizás elegiría “el verdadero viaje es el retorno”, es un disco de canciones que me encanta y creo que resume muy bien mi búsqueda musical.

¿Dónde pueden seguirte y encontrar tu música?

Pueden encontrarme en las redes, Instagram y Facebook, y mi música en Spotify, Youtube y bandcamp.

Para terminar y agradeciéndote la posibilidad de realizar esta entrevista. Te dejo este espacio para que le digas lo que quieras a nuestros lectores…

Gracias a vos por el espacio y el interés. La vanguardia musical siempre está presente en la contracultura.

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