RevistaunPretexto 9.ª Edición by RevistaunPretexto

Un Pretexto

Rectora Dra. Rosita Cuervo Payeras

Revista Un Pretexto Más de una razón para leer ISSN2322-6218

Vicerrector de Desarrollo Institucional Ing. Andrés Correal Cuervo

Editora General Mg. Libia Carolina Pinzón C.

Vicerrector Académico Ing. Rodrigo Correal Cuervo

Un P Asistente Editorial Mg. Lizeth Rocío Rojas R.

Vicerrectora de Investigación, Ciencia y Tecnología Ing. Patricia Quevedo Vargas

Diseño y Diagramación Dg. Laura Viviana Arias M. Mg. Carlos Mario Rodríguez R.

Vicerrectora de Educación Virtual Ing. Carmenza Montañez Torres

Diseño de Portada Dg. Ismael Enrique Meneses O.

Decana Facultad Ciencia Jurídicas y Sociales Mg. Ethna Yanira Romero Garzón Directora Programa Comunicación Social C.S. Julieta Montoya Rojas

Escritores

Adrián Leonardo Tobar López. Ernesto José Rodríguez Rodríguez. Yamid Pineda Buitrago. Laura Valentina Mariño González. Óscar Fernando Martínez Gómez. Juan Nicolás Márquez Pinzón. Carlos Eduardo Cuyamón Téllez. Paula Araceli Cabra Gil.

Universidad de Boyacá Campus Universitario: Cra. 2 Este Núm. 64 – 169 Tunja – Boyacá Tels.: 745 2105 Fax: 745 0044 www.uniboyaca.edu.co 2019

Contenido

Edición 9. LOS HOMBRES TAMBIÉN

cuentan

Una cita con Medusa

Pág. 6

Adrián Leonardo Tobar López.

Las consecuencias de una cita a ciegas

Pág. 16

Ernesto José Rodríguez Rodríguez.

Indian Sommer, la muchedumbre del cantar Yamid Pineda Buitrago.

Pág. 28

Pretexto “Soy padre de campeones” Laura Valentina Mariño González.

Pág. 40

Héroe desconocido

Óscar Fernando Martínez Gómez.

Pág. 50

Tocar Tiple, el sueño de Carlos Juan Nicolás Márquez Pinzón.

Pág. 60

Pasos de gigante

Carlos Eduardo Cuyamón Téllez.

Pág. 68

UPTC: sangre combativa Paula Araceli Cabra Gil

Pág. 76

una cita con

Medusa 6

Diego Callejas Pulido es uno de los tatuadores más reconocidos de Colombia. Ha logrado esto gracias a su disciplina, esa misma que lo ha llevado como jurado y participante a una gran cantidad de convenciones de tatuaje en Colombia y fuera del país. Es un hombre orgulloso de lo que ha logrado con su estudio Medusa Tattoo Shop y se siente digno de representar a Boyacá en donde quiera que vaya.

resumen

Diego Callejas Pulido, autodenominado ‘Chagall’, es uno de los tatuadores más reconocidos de Colombia, joven emprendedor boyacense que creyó en sus facultades artísticas y le apostó a su estudio de tatuaje: Medusa Tattoo Shop, para con él, ganar su vida. Hoy cuenta con otra empresa a su nombre y, además, es la cabeza del hogar de una linda familia.

Me Hora: 03:30 pm Lugar: Medusa Tattoo Shop (Tunja, Boyacá)

Amiguito, sigue por aquí, palabras de Diego para hacerme pasar a un cuarto de paredes azules, donde en la mitad se aprecia una camilla negra, forrada con papel vinipel. También se visualizan sillas acomodadas en todo el cuarto. Se percibe un ambiente de extrema higiene y en un stand de vidrios transparentes reposan cientos de frascos de pigmentos, listos para ser inyectados en la piel de quienes, como yo, depositan en Callejas la confianza de volver arte visual sus diferentes gustos e ideas. Al preguntarle a Diego por la manera en la que conoció el tatuaje, de forma cómica y con una notable ironía en su voz, da un argumento que hace soltar la carcajada de quienes estaban presentes en el lugar: su asistente personal Luisa Sepúlveda, Fredy Chaparro otro tatuador de Medusa que a la vez es aprendiz y de Fabio Russy, quien estaba de espectador. Creo que la relación con el tatuaje de la mayoría de seres humanos es innata, todo el mundo está inconforme con su cuerpo, yo era un niño feo, con problemas y resentido; cuando empecé a ver gente tatuada me di cuenta que esa era la proyección que yo necesitaba porque los veía con tanta seguridad, que me hacía querer tener esa seguridad. Chagall levanta su cabeza, recarga pigmento en su máquina de trabajo y continúa; aparte de todo, siempre dibujé y sentía que eso era lo que yo necesitaba hacer.

A Diego lo caracteriza su humor sarcástico, mira hacia su vitrina de pigmentos y al interrogarle sobre el porqué decidió dedicarse para siempre al tatuaje, responde: eso fue una coincidencia realmente, yo vivía en Bogotá, cerca a la Caracas con 53 y ahí hay como 700 estudios de tatuajes, -mientras todos los presentes ríen por esta exageración Callejas continúa-. Mi apartamento era en un tercer piso y en el primer piso vivía un perforador de un estudio grande. Una vez yo salía un domingo y él estaba bajándose de un taxi, me dijo que le habían robado la plata, yo le presté para pagar y me volví amigo del ‘man’. Diego mira

a sus compañeros mientras concluye diciendo: me llevó al estudio donde trabajaba y me volví amigo de todos, empecé preparando mesas de trabajo, después me cansé de eso y me devolví a Tunja para crear Medusa.

Toda ciudad es digna de sus artistas, es muy triste si una ciudad no tiene las artes que son lo más bonito que puede tener la humanidad.

edusa Al mirar la excelencia con la que Callejas maneja los colores en la piel, inevitablemente en mí, surge un interrogante que quizá muchos de quienes lo conocen, alguna vez se han preguntado, y es sobre ¿cuál es la formación que tiene para ser un buen tatuador?, a lo que Chagall responde: el tatuaje es una misma técnica, como tal la mayoría de cosas son técnicas. El que sabe dibujar toda su vida, es como si aprendiera a pintar en acuarelas, es algo de práctica, pero la manifestación artística fue que toda la vida dibujé, también estudié en la Nacional Diseño Gráfico, casi no me sirvió para nada, pero igual estudié. Tras este argumento Diego suelta una carcajada que inevitablemente se contagia a los demás. Lo que necesitaba era un campo donde me pudiera desempeñar y hacer lo que se me diera la gana sin tener que trabajarle a ningún tercero y se me dio. Mientras Callejas resalta un trazo del tatuaje que está realizando, Fredy interviene; lo más importante para aprender es la práctica, uno tiene que estar en el medio, hay que ver muchas personas tatuando, pero sobre todo hay que tener coraje y medírsele a hacerlo, hay que confiar en uno mismo.

En la personalidad de Diego, se evidencia que los tatuajes ya varían de significado o simplemente representan trabajo. En una cultura como la de nosotros, tan híbrida de muchas otras, es una manifestación cultural autóctona o puede ser la representación de un suceso, un familiar, un objetivo o meta. Pero el tatuaje occidental mueve una conexión de arte, puede representar varias situaciones, una desilusión, por ejemplo, y agrega: nadie me apoyó, piensan que, si te apoyan, “te va a ir bien”, mejor no lo apoyen a uno. Nuevamente las personas presentes estallan en risa. Uno puede motivarse solo, sí, me prestaron plata, pero eso lo puede hacer cualquier persona.

Toda ciudad es digna de sus artistas, es muy triste si una ciudad no tiene las artes que son lo más bonito que puede tener la humanidad.

Callejas para un momento de tatuar y continúa diciendo: desde el Colegio me decían “¡uy, usted qué va a estudiar artes, cómo se va a dedicar a eso!” y yo quería demostrar que sí se puede tomar como una profesión digna en todos los sentidos, también desmitificar muchas cosas como que el tatuador era el malo de la sociedad, el vicioso, el degenerado, el que no supo hacer nada. Hoy al menos somos más aceptados, ya nos ven como artistas y no como vagos. Diego mira fijamente la imagen que está tatuando, se levanta, coge dos tarros de pigmentos de los colores que él siente que faltan en su obra para darle más vida, guarda un silencio de unos cinco segundos, tras un suspiro y casi alterno al sonido de su máquina de tatuar, continúa su retahíla.

Todo el mundo me decía que yo no debía hacer eso, y pues la verdad, la respuesta universal a ese tipo de cosas que me dicen es “demalas”.

El televisor de la sala de procedimientos presenta una serie de animé mientras hablamos con Callejas de lo que representa ser un padre de familia con una profesión poco convencional. Es lo mismo, hay que romper muchos paradígmas ridículos. De lo único que me aferro en la vida es de mis hijos, ellos son la representación más mágica que tengo. Cuando uno muere lo más maravilloso que deja es el orgullo que tienen los hijos hacia uno. No crecí con la fortuna de una familia unida y por eso tengo el proyecto de ser un buen papá. Igual es duro porque al salir a la calle, la gente lo mira raro a uno. Una vez iba en un centro comercial y llamaron a seguridad, porque dizque yo me había robado a mi hijo. Al escuchar esto

los presentes quedaron atónitos frente a la mirada de tristeza de Diego mientras él rompió el hielo y logró sacar otra sonrisa en ellos diciendo: pero yo había tatuado a la señora de seguridad y la persona que me había juzgado quedó mal. Igual eso solo confirma mi hipótesis de fanatismo cristiano y hasta me divierte, porque si me para un policía por mi físico, he tatuado como a 3000 policías y de pronto me llevan a casa gratis.

Diego descansa un momento y dice: yo siempre pregunto por qué lo hacen, algunos me dicen que se quieren tatuar la cara y estudian Derecho y eso no funciona así. Obviamente ya entrados en la profesión, pueden hacer lo que se les dé la gana, de hecho he tatuado médicos, pediatras, abogados, ingenieros y todos son profesionales muy respetados y con tatuajes gigantes, pero se los hicieron a su debido tiempo.

En el centro de Tunja, este soñador materializó su anhelo abriendo un estudio de tatuajes y perforaciones corporales que cumple con todos los requerimientos para su funcionamiento. Reyes, G. (19 de septiembre de 2011). “Me tatué porque mi cuerpo estaba vacío”. Diario Extra, p.23.

Llevo casi media hora de sesión, el dolor se hace más intenso y esto lleva a preguntarle a Diego sobre qué le exige la ley en cuanto a salud. La ley en Colombia ni se entiende a ella misma por distintos motivos, es muy retrógrada. Para mí personalmente, lo importante es cumplir con la higiene necesaria como agujas nuevas, un area buena, pigmetos de la mejor calidad, elementos de aseo y esterilización. Lo ideal es que un estudio de tatauajes sea como un hospital pequeño, con áreas aisladas y todo eso. Pero en Colombia cualquiera puede montar un estudio, en cambio en Estados Unidos la regulación es más objetiva. Cada 9 meses hay

Medusa es uno de los estudios más reconocidos de Colombia y Diego piensa que su reconocimiento se debe a la convicción de que la responsabilidad de un tatuador es crear arte. Cuando alguien contrata un tatuador, no le paga por ser buena gente, porque Salvador Dalí era una ‘caspa’, pero aún así la gente le pagaba. Eso en cuanto a la creación. Pero Callejas aclara que en la parte social, tiene distintas responsabilidades. También está en generar esa conciencia que tenemos que saber aconsejar, hay edades para todo, la gente se empieza a tatuar muy joven y a los 22 años cuando se acaban de graduar de médicos, ahí dicen “y ahora qué hago con todos estos tatuajes”, pero en su momento histórico dijo “yo quiero ser cool con estos tataujes”. Inevitablemente la concurrencia presente vuelve a las carcajadas, mientras hacen bromas referentes.

Todo el mundo me decía que yo no debía hacer eso, y pues la verdad, la respuesta universal a ese tipo de cosas que me dicen es “demalas”.

que activar una licencia patógena de tatuador, otra licencia para el estudio, que se saca cada año y una licencia de artista, que la da cada ciudad. Esto asegura que las personas que vayan a cualquier estudio, van a tener un excelente trabajo. Mi idea es que la gente supiera que en Tunja hay buenos tatuadores y también se puede confiar en lo que se hace acá. En el primer nivel de Medusa, hay distribuidos por todo el local premios que ha ganado Diego como tatuador en distintas convenciones, tanto nacionales, como fuera del país. Tienen muchas formas, diseños y letreros. Tengo 33 premios, en 3 años de participación, antes no iba a convenciones. La categoría que más me gusta y en la que me han seleccionado como el mejor del país es “Nueva Escuela”, pero también tengo premiaciones en realismo a color, sombras, libre, neo tradicional y en otras cuantas. A pesar de su reconocimiento y excelente trabajo, Chagall acepta que algunos han sido muy luchados. Por los que más luché fueron uno de Medellín y otro en Bogotá que son los más ‘tesos’. Según Callejas el tatuaje “Nueva Escuela” es caricaturizar la realidad, es decir, colocar cualquier personaje en distintas situaciones. Es muy libre, no hay límites porque si por ejemplo, quiero hacer una gorra haciendo Rap, se puede; esto no se puede en los otros géneros de tatuaje. Pero técnicamente, es usar todos los recursos que da el tatuaje moderno, usar muchos colores, distintos tipos de aguja que generan varios valores de línea, movimientos y también iluminación.

En Colombia cualquiera puede montar un estudio, en cambio en Estados Unidos la regulación es más objetiva

Diego Callejas Pulido cuenta con un vasto reconocimiento nacional e internacional en su medio de trabajo y estilo de vida. Muchas personas han estado probando directamente en su cuerpo el avance de este artista del tatuaje. Es evidente su crecimiento profesional hasta en los elementos técnios que necesita, el taladreo de la nueva máquina de Chagall, hace preguntarle por todos estos elementos que le patrocinan marcas reconocidas dentro de este contexto artístico. Me patrocina una empresa de insumos llamada ‘Tattoo Concept’, queda en Bogotá; gané este patrocinio porque como dije antes, siempre he sido resentido social, -los colaboradores de Diego le hacen comentarios de burla después de este comentario-. Siempre he viajado solo, no soy de los que llega con 700 pancartas y tarjetas, pero una vez al ganar una convención se me acercó el representante de esta empresa y me regaló unas máquinas que son muy costosas, así me mostró su interés por respaldarme. Al principio me ayudaba con la mitad de gastos cuando viajaba, al final terminó siempre dando todo lo que necesitara.

Mientras su máquina de tatuaje sigue inyectado tinta en la piel que tatúa, él maneja las revoluciones desde su celular. Al observar que en el fondo de pantalla de su teléfono, tiene una foto de sus hijos, automáticamente surge la duda de cuál es la opinión de estos pequeños sobre tener un padre tatuador. Con mucho orgullo en su voz, Callejas responde: mi hijo mayor, es el que ya tiene conciencia, sueña con ser tatuador. Su vida es dibujar, él es una copia pequeña mía, no solo física, sino también como piensa. Él llega al negocio, se sienta y mira lo que hago, me parece fascinante porque generamos otro tipo de cultura; aunque no me imagino a mi niño diciéndole a alguna profesora conservadora que quiere ser tatuador, será gracioso. Al cuestionar qué le dirá a su hijo cuando pida su primer tatuaje, por primera vez en la sesión, Callejas pone un tono bastante serio en su voz para afirmar que, uno como tatuador tiene la autoridad de decirle al hijo que no es el momento, yo sería encantado con que mis dos hijos fueran dos artistas del tatuaje, famosos y exitosos, pero todo en su momento; eso de ver a un niño de 12 años como pandillero neoyorkino no me parece lo mejor del mundo. Yo tuve malas experiencias por haberme tatuado joven, hubo bullying en el colegio porque los profesores pensaban que estaba en quién sabe qué pandilla y otro tipo de comentarios, que no quiero que mis hijos aguanten. La esposa de Chagall le ha dado mucho apoyo aguantando todos los inconvenientes y molestias de ser pareja de un artista. Diego cuenta casi 200 tatuajes en su cuerpo , pero además de ellos, tiene otro tipo de modificaciones corporales, como lo hace saber diciendo: tengo la lengua partida por la mitad, una escarificación en la pierna, expansiones en las orejas y nariz. Estas manifestaciones, quizá causan impacto en la sociedad, pero es algo con lo que Chagall ha aprendido a vivir y ha sabido manejar, para evitar tener inconvenientes. A pesar de las tradicionales convicciones muchos jóvenes ven

A pesar de las tradicionales convicciones muchos jóvenes ven en estas practicas, una forma de pensar y de sentir la vida.

en estas prácticas, una forma de pensar y de sentir la vida. Reyes, G. (19 de septiembre de 2011). “Me tatué porque mi cuerpo estaba vacío”. Diario Extra, p.23. Rafael Guerrero Rojas, médico egresado de la Universidad de Boyacá y quien se ha tatuado en distintas oportunidades con Diego, dice que, lo importante de hacerse algún tipo de modificación corporal, es ver el reconocimiento, calidad y profesionalismo del estudio y del intervensor. No es bueno acudir a estudios de garaje para ponerse una expanción en la oreja o para realizarse una bifurcación de lengua hay que ver primero la experiencia del modificador; así es con todo, sea un tatuaje, un piercing o cualquier intervención más compleja. El animal más venenoso del mundo, es la Medusa Cola de Avispa, cuando esta pica a alguien, en cuestión de segundos la persona se muere y es un animal pequeño, esto hace parte de los argumentos que tiene Diego sobre el nombre de su empresa. La analogía está en que no se necesita vivir en una ciudad grande, para que el mundo lo conozca, hay que dar lo mejor de uno, para convertirse en leyenda. Aparte porque la Medusa hace las cosas sin pensarlo, no tiene cerebro y toma riesgos, como me gusta a mí. Concluye Chagall.

Las influencias artísticas de Callejas vienen principalmente del Comic. Crecí con un primo que coleccionaba Comics y yo me los robaba, mientras Diego comenta esto, desde otro cuarto, suena una voz a modo de chiste diciendo: desde chiquito mañoso; es Alejo Pachón, otro tatuador del estudio, que estaba haciendo su trabajo, repentinamente causó la risa de quienes estaban cerca, Chagall después de reír un rato, toma su máquina firmemente de nuevo y continúa hablando. Mi primo en lugar de ‘cascarme’ por robarlos, me dijo que más bien me le pegara a su onda, él es un artista increíble y así aprendí mucho. Es importante tener también una formación académica, haber pasado por una buena Facultad como lo es la de Artes Plásticas y Diseño Gráfico de la Nacho, me dio la oportunidad de aprender mucho sobre arte. Diego terminó todas las materias de su profesión, pero abandonó su tesis porque no le aprobaron el tema que deseaba. Diego cuenta que por convenciones de tatuaje, exceptuando Paraguay y Chile, conoce a todos los países de Sudamérica, también Panamá, Costa Rica y México, al que resalta porque la cultura del tatuaje es demasiado vieja y avanzada y porque la gente vive enamorada de la vida y sus culturas. Dicho en sus palabras, es lo mejor que puede haber y así deberíamos ser nosotros.

Hora: 04:38 pm Mientras lo anterior pasaba, de pronto Diego suelta la máquina, limpia mi brazo del exceso de tinta y algo de sangre, para posterior a ello, manifestar cómicamente: ha terminado tu tortura amiguito Monacho. Tras una carcajada, concluye esta sesión. Ya sabes cómo es el protocolo, lo mismo de siempre, masajes con hielo, crema hidratante y cuidado con el sol. A lo que lo que pude asentir con la cabeza, mientras terminaba de ponerme la camiseta. Soy la encargada de apartar las citas, de contestar el celular, de revisar las redes sociales, de alistar elementos; básicamente, de todo lo que necesite Diego, esa es mi labor como asistente. A pesar de que a veces es muy duro por la cantidad de trabajo, él es un jefe muy buena onda, además paga bien. Es muy exigente porque quiere que todo salga bien para Medusa y lo bueno es que todos estamos comprometidos con eso, manifiesta Luisa mientras recibe la totalidad del costo del tatuaje. Diego me brinda un abrazo e inmediatamente se pone a atender a su siguiente cliente. Salí de Medusa, como atrevidamente imagino que sale más de un cliente: satisfecho de la nueva obra artística corporal, adolorido, pero esperando que en esa apretada agenda del mejor tatuador de Colombia del estilo nueva escuela (como lo dicen sus premios), pueda haber pronto otro espacio, para una siguiente cita.

Adrián Leonardo Tobar López altobar@uniboyaca.edu.co Instagram – monachoestilorua Facebook: Adrian Tobar López Empecé a escribir esta crónica desde mediados de septiembre del año 2016. La entrevista se hizo el día 06 de septiembre y al conseguirla, confirmé que era lo que quería para este examen. Fue muy grato, por fin, poder realizar un producto de una persona que es tan admirada y respetada dentro del mundo del tatuaje nacional e internacional. Siempre había querido hablar con él sobre lo que significa su vida y lo bien que hace quedar a Tunja en el contexto donde se desempeña. Es muy extraño ver personas de esta generación que no tengan al menos un pequeño tatuaje, por este motivo, quise escribir sobre Diego Callejas Pulido y supe que podría ser una historia no solo de interés juvenil, al ver que en la actualidad el tatuaje es cada vez más común en todas las edades y profesiones.

Esta crónica narra los episodios más importantes de la vida de un hombre, que cambió por completo después de haber asistido a una cita a ciegas. Aunque la cita no resultó como esperaba, le dio la fuerza que le hacía falta para trazarse nuevos retos y lanzarse a la aventura. Historias como las de Alan Moore nos hacen ver que una vida común y corriente puede convertirse en material para una película cuando se alinean los sentimientos, la incertidumbre y la valentía.

resumen

Las consecuencias de

una cita

a ciegas 17

En la vida hay situaciones en las que si pensamos demasiado antes de actuar, nos perdemos de experiencias invaluables. Hay otras en las que dejamos que nuestros impulsos nos gobiernen por el presentimiento de que algo bueno resulte de actuar de manera precipitada. Una persona que se ha visto en ambas situaciones es Alan John Moore, un hombre nacido 1958 en Belfast, la capital de Irlanda del Norte, una de las naciones que conforman el Reino Unido.

Primeros Años Creció en Belfast junto a su familia, conformada por su madre Ethel, su padre Brian y su hermano Ian. De pequeño hacia parte de los Boy Scouts, una comunidad en la que compartía y se divertía con más niños, aprendiendo valores que lo ayudarían a ser un mejor ciudadano. Mientras crecía, ignoraba los problemas que enfrentaba su país, que vivía un conflicto armado, donde los unionistas (de la religión protestante) y los republicanos (católicos), se enfrentaban por el futuro del país. Los primeros eran partidarios de seguir siendo parte del Reino Unido, mientras que los segundos buscaban la independencia e integración con la República de Irlanda, ubicada en la parte sur de la isla. Cuando Alan había cumplido 11 años viajó a Gales. El motivo del viaje era el campamento Jamboree de 1969, una gran convención de jóvenes Scouts de todas partes del mundo. Fue hasta ese viaje que notó la problemática que vivía su país. “En ese momento en mi país se presentaban muchos problemas. Antes de ese viaje yo no era consciente de las discusiones entre los protestantes y los católicos, pero viendo la televisión aparecieron estos disturbios, me sentía avergonzado, la gente pensaba que las personas de Belfast eran salvajes”.

En la vida hay situaciones en las que si pensamos demasiado antes de actuar, nos perdemos de experiencias invaluables.

Mientras realizaba un mapa para explicar mejor la situación de Belfast, que la describe como una ciudad un poco más grande que Tunja, Alan cuenta que tiene varios barrios, todos divididos, habiendo unos para los católicos y otros para los protestantes. “En mi infancia jamás conocí a una persona católica, porque vivíamos muy separados de ellos. En mi colegio sólo estudiábamos protestantes y era casi imposible ir a un barrio católico”.

Recuerda que su etapa en la escuela fue difícil, la mayoría de los chicos eran de bajos recursos y pasaban las noches en las calles causando disturbios. Como vivía en un barrio de clase media se mantenía alejado de los problemas, situación que describe como un privilegio, al poder vivir una infancia alejada de los peligros y los constantes enfrentamientos. Aunque en su barrio se sentía seguro, todo cambiaba al ir a estudiar. Tenía que enfrentar la realidad, los chicos eran rebeldes, causaban problemas y en varias ocasiones incendiaron la escuela. Al llegar, recibían la noticia que no podrían volver hasta que fuera reparada la institución. Para esa época Alán podía descasar de los problemas viajando a Dublín, la capital de la República de Irlanda, un lugar que al recordarlo lo llena de felicidad. Solía ir con su hermano en época de verano a visitar a sus familiares. “Al volver de Dublín no podíamos comentarlo con nadie, nuestros compañeros consideraban que la República de Irlanda era el enemigo, el 95% de la población era católica y tenían ideas contrarias a las de los protestantes. Aunque no lo comentamos, disfrutábamos mucho de la ciudad, pues era más grande, con más historia, con una arquitectura mejorada y sin disturbios o enfrentamientos”. Mientras crecía tuvo que afrontar la muerte de su madre, que se sumó a un cambió de vivienda y de escuela, haciendo que sus años de pre-adolescencia fueran difíciles. Algunas de las peores experiencias que puede enfrentar una persona se acumulaban una tras otra en la vida del entonces muchacho, quien al recordar a su madre sonríe, dejando saber que era una cantante, pertenecía al coro de la iglesia, realizaba giras y en una visita a Escocia conoció a su padre, dando origen a la familia Moore.“Mis años de adolescencia fueron tensos, estar en el colegio era como vivir en una guerra civil. Cada mes nos reuníamos y el director hacia los anuncios, donde nos decía los nombres de los compañeros que habían muerto a causa de la violencia”. Sobre su futuro se sentía inseguro. Igual que la mayoría de jóvenes en el mundo no sabía que profesión seguir una vez terminara la escuela. Sus materias favoritas eran

historia, inglés y matemáticas, pero considera que el profesor ejercía una fuerte influencia en lo que le gustara o no. Dependiendo de su relación con éste, mejoraba o empeoraba su desempeño en el estudio. Para su fortuna tuvo una buena profesora de Historia, decidiéndose por estudiar ésta asignatura en Queen’s University Belfast, la única universidad del país en 1978.

Su etapa en la escuela fue difícil, la mayoría de los chicos eran de bajos recursos y pasaban las noches en las calles causando disturbios.

juventud Mientras en la Universidad el ambiente era más calmado en comparación con sus años de secundaria, una situación diferente se presentaba en su hogar. Se había distanciado de su hermano menor. En sus años de juventud habían crecido para convertirse en personas muy diferentes. Alan era tímido y llevaba una vida calmada, donde disfrutaba de estar en casa, leer y estudiar, su hermano prefería salir de fiesta y divertirse con sus amigos. Su relación no era la mejor y cuatro años después de la muerte de madre, su papá los tomó por sorpresa con el anuncio de una nueva boda. Brian Moore, el padre de Alan, trabajaba para British Airways, la aerolínea más grande del Reino Unido. Hacia muchos viajes fuera del país y en una visita a Escocia conoció a June, una mujer alta, acuerpada y de fuerte temperamento. La primera referencia que tuvo de ella fue a

a cie

través de un anuncio en el periódico, un recurso popular de la época para encontrar pareja. Se enamoraron por medio de cartas y cuando estuvieron listos para avanzar en su relación, se lo comunicaron a sus familiares. Para los hermanos esta mujer representaba a la típica madrastra, era como si hubieran traído al personaje del cuento de la Cenicienta y estuviese a punto de desposar a su padre. Sin importar el desagrado de los muchachos, la boda se celebró en Edimburgo, la capital de Escocia, donde vivían June y su familia. Varios años después de este episodio, Alan refleja en sus ojos color avellana, compasión por su madrastra. “Imagino lo complicado que debió haber sido para ella. En ese momento mi hermano y yo nos encontrábamos en una edad muy difícil, éramos adolescentes, quizás habría sido más sencillo para ella si hubiera conocido a mi padre cuando éramos más jóvenes, de pequeños podríamos habernos vuelto cercanos a ella y verla como una madre, pero ocurrió muy pronto, aún sentíamos la pérdida de nuestra madre y la idea de tener una nueva mamá sonaba terrible”. Alan no estaba seguro sobre su futuro profesional. Habiéndose formado en una escuela protestante recordaba cómo los niños le faltaban el respeto a los profesores y no se sentía listo para ir a enseñar Historia a un grupo de pequeños revoltosos.

Finalmente decidió abandonar la universidad. Lo que su futuro le ofrecía no parecía atractivo y como la educación superior era gratuita no tenía ninguna atadura económica que lo obligara a terminar. Lo consultó con su padre, quien le aconsejó buscar un empleo.

Empezó a trabajar como policía del puerto de Belfast, donde se ubicaba Harland & Wolf, una compañía especializada en la construcción de botes y barcos de gran tamaño, que logró establecer esta industria como una de las principales fuentes económicas del país, habiendo construido barcos legendarios como El Titanic, la embarcación que se hundió en 1912 en el Océano Atlántico.

Cuando dejó de trabajar en el puerto, ingresó como detective privado. Un oficio que durante la época se concentraba principalmente en casos de infidelidad. Eran contratados por las personas protestantes para tener pruebas en contra de su pareja y poder interponer una demanda de divorcio, que sólo se concedía a quienes habían sido engañados. “Ese momento de mi vida fue como vivir en una película. Perseguíamos y espiábamos gente todo el tiempo. Cuando los seguíamos en autos era emocionante, pero peligroso, si se daban cuenta de que lo que hacíamos, debíamos huir. En 1977 el terrorismo estaba presente en las calles de la ciudad y era posible que confundieran nuestros actos con los de los delincuentes”.

Se enamoraron por medio de cartas y cuando estuvieron listos para avanzar en su relación, se lo comunicaron a sus familiares.

egas Al terminar su trabajo como detective, ingresó a la Oficina de Correos, tuvo la oportunidad de entregar correspondencia por toda la ciudad, conociendo por primera vez los barrios católicos, que eran imposibles de visitar para un protestante. “Las personas en el área protestante asumían que yo debía ser protestante y los católicos decían ¡éste chico debe ser católico! No tenía problema con eso, pero no dejaba de ser algo aterrador, porque yo era protestante y quizás uno de los pocos que alguna vez fue a los barrios católicos. La mayoría de gente pensaba que estaba loco por hacer eso, pero yo no lo sentía así, nunca discriminé a los católicos, de hecho disfrutaba conocer a estas personas y saber que podían ser buenas como los protestantes”. Como era un joven tímido, no frecuentaba bares ni fiestas, hasta que una noche, uno de sus compañeros de la escuela lo convenció de ir a una discoteca donde le presentaría a Lyn, una muchacha delgada, de estatura promedio, cabello corto, liso y oscuro. Alan estaba emocionado de conocerla, nunca había tenido una novia, pero las referencias que le daban sus amigos hacían que sonara como la chica perfecta. Uno de sus amigos, al ver que Alan llevaba horas esperando, le pidió a su hermana que lo invitara a bailar. Quizás fue la poca experiencia que tenía con el alcohol o que en la noche de Halloween todo lucía diferente. Cuando

esta chica se acercó, Alan pensó que por fin había llegado su cita, las descripciones que le habían dado sus amigos coincidían con la persona a quien le acababa de rechazar la invitación. No estaba acostumbrado a bailar y en lugar de eso le ofreció una cerveza. La muchacha no era su cita a ciegas, pero Liz, había superado sus expectativas, era una joven agradable y con un espíritu aventurero que lograba cautivarlo. Se había enamorado. Tras compartir unas palabras supo que a Liz le encantaba montar en bicicleta y recorrer el mundo, acababa de llegar de Australia, había trabajado en Alemania e iba a emprender un viaje de seis meses a la India con sus amigos. Alan aún lamenta no haber podido acompañarlos, pero sus compromisos laborales se lo impidieron. Era casi imposible reunirse con Liz, era una persona que no se establecía en un solo lugar y aunque sus encuentros no eran de todos los días, sus sentimientos hacia ella permanecían firmes. Decidió comprarse una bicicleta y empezar a entrenar, con el anhelo de invitar a Liz a recorrer el mundo juntos. Durante el invierno visitó Noruega y la recorrió en bicicleta. El siguiente año visitó Islandia, estos recorridos los hacia solo, pues era difícil encontrar compañía durante la temporada.

Cuando se sintió preparado para salir a recorrer el mundo con Liz, buscó un lugar que pudiera sorprenderla. El Himalaya le iba a encantar, pero no era el mejor lugar para recorrerlo en bicicleta, pues la gran cantidad de turistas que lo visitaban impedían que las travesías se desarrollaran de manera eficaz. Leyendo un artículo descubrió que la cordillera de Los Andes era un lugar menos visitado, sin dejar de ser desafiante y atractivo. Cuando se dirigía a casa de Liz algo inesperado sucedió. “Era muy temprano y cuando salió a la puerta llevaba puesto un delantal, todo iba bien hasta que empezó a acercarse un muchacho que usaba un delantal idéntico al de Liz. En ese momento me di cuenta que debían ser pareja, Liz dijo algo como ¡Anoche tuvimos una fiesta, celebrando que nos vamos a la India!” Alan lo sabía, si se lo hubiera propuesto seis meses antes hubieran ido juntos, pero ahora había conocido a este muchacho y se iban a la India. En ese momento decidió callar el verdadero propósito de su visita, la felicitó por su viaje y le comentó que se iba para América del Sur. “La había conocido por cerca de 10 años y nunca había tenido novio, siempre le preguntaba a mis amigos ¿Liz tiene novio? Y ellos decían que no, se la pasaba viajando y nunca tenía la oportunidad de conocer a alguien, justo cuando me había decidido a salir con ella, ya no estaba soltera”. Llevaba un año planeando su aventura, viajó de Belfast a Londres, luego hasta Frankfurt en Alemania y de ahí pasó a Portugal, la última estación hasta Caracas, el lugar donde empezaba su aventura. Luego de casi 30 horas de viaje, en lugar de descansar, armó su bicicleta e inició su recorrido. Como estaba acostumbrado a montar en los inviernos de los países nórdicos, olvidó aplicarse crema protectora del sol. Tocando su cabeza, ahora escasa de cabello, recuerda el ardor que sintió cuando el sol de Venezuela quemó su blanca y delicada piel. Por primera vez pisó el suelo colombiano en Cúcuta, anduvo por varios días hasta que llegó al Cocuy.

Sus provisiones escaseaban, sólo contaba con un pedazo de queso y un paquete de galletas de soda, que no duraron el tiempo suficiente mientras encontraba un lugar donde comprar más alimentos. Sus días en esta montaña no fueron los mejores, estaba hambriento, cansado y se sentía sucio. Para empeorar las cosas, una mañana despertó, salió de la carpa y miró hacia todos los lados, se habían robado su bicicleta. “Era muy buena, era costosa, era una bicicleta americana todoterreno, algo inusual para ese entonces, quizás era una de las primeras de esa clase que llegaba a Sudamérica”. Desconcertado por la pérdida del objeto más importante que había traído a su viaje, caminó varios kilómetros hasta llegar a Güicán, un municipio del norte de Boyacá. Pidió prestado un pedazo de papel y escribió “Does anyone in Güicán speak english?” que en español traduce “¿Hay alguien en Güicán que hable inglés?”. Se lo enseñaba a las personas que con su mirada lo decían todo, no tenían ni idea de lo que trataba de decir este señor, alto, delgado y con rasgos europeos, muy diferentes a lo que estaban acostumbrados. Cuando entró al banco en busca de ayuda, un señor le respondió “Teacher” y señaló la escuela del pueblo, lo acompañaron a encontrarse con quien parecía ser la última persona que podía ayudarlo en este lugar. “De pronto fueron los nervios de estar en un lugar desconocido, o el hecho de no haber comido bien durante tres días, estaba un poco desorientado y cuando la puerta se abrió vi a una mujer pequeña, de cabello corto y oscuro, enseguida pensé ¿Liz?” El parecido con el gran amor se su vida aumentó su interés en la profesora, y el hecho de que fuera la única persona con quien podía comunicarse los volvió muy cercanos.

En 1988, ni ahora, la justicia colombiana se ha destacado por su eficiencia y eso sumado a que la juez tenía problemas con el alcohol, hizo que la estadía de Alan se prolongara mucho más de lo esperado. Iba todos los días a preguntar por su caso y casi siempre encontraba a la juez con unos tragos de más. Un día lo citó en el parque del pueblo a las 04:00 de la madrugada, iban a subir al nevado a buscar su bicicleta. “Los policías conducían una 4x4 y vestían ruanas y jeans. Me preguntaba ¿por qué? Y luego caí en la cuenta que no podían ir con sus uniformes porque podría ser peligroso debido a que la guerrilla estaba en el pueblo”. Cuando empezaron a subir se detuvieron en una casa, preguntaron si tenían aguardiente y ahí terminó su búsqueda, luego de varios tragos regresaron al pueblo sin ninguna pista de la bicicleta. Ya llevaba más de un mes en el pueblo cuando su novia, la profesora, lo invitó a Capitanejo. Iban ella, su hermana Gloria y Ricardo, el novio de la hermana, quien a última hora tuvo que cancelar el viaje, debía trabajar. Alan y las dos mujeres se fueron al municipio de Santander sin imaginarse que ese viaje iba a resultar tan conveniente. Mientras no estaban, la guerrilla se tomó el pueblo, asesinaron a varias personas, incluido a Ricardo. Comentaban que cuando llegaron al hotel donde se hospedaba el británico preguntaban ¿dónde está el gringo? con la intención de acabar con su vida.

Alan y las dos mujeres se fueron al municipio de Santander sin imaginarse que ese viaje iba a resultar tan conveniente.

La profesora, de quien prefiere no dar detalles ni revelar su nombre, lo ayudó con el proceso judicial que originó el robo de su bicicleta. Era la voz de Alan en un lugar donde nadie más entendía su idioma. Lo acompañaba a reunirse con Teresa, la juez responsable de su caso, que no perdía oportunidad para coquetear con el único extranjero que visitaba Güicán por aquellos días.

“Fue un milagro, por primera vez en un mes había salido del pueblo. Si Ricardo hubiera ido con nosotros seguramente seguiría vivo. Tuve que pasar otro mes en Güicán, no porque quisiera, sino porque todos los caminos habían sido dinamitados“. Sin haber encontrado su bicicleta regresó a Belfast, seguía comunicándose con su novia por medio del teléfono. “Gastaba una fortuna llamándola, así que decidí que era mejor invitarla a venir a mi país”.

vida como adulto La profesora aceptó la invitación y viajó a Irlanda del Norte. Dos años después se casaron. Vivieron juntos por 16 años y sin dar detalles de su vida como pareja, cuenta que en el 2006 presentaron los papeles para el divorcio. “No quería vivir en Belfast, es como estar en Duitama, siempre te encuentras a todas las personas y no quería que me bombardearan con sus preguntas”. Su ex esposa era feliz en Belfast, así que decidió irse lejos. Durante sus años de matrimonio venían de vacaciones a Colombia, un destino en el que Alan se sentían muy bien y le atraía como un lugar para establecerse. “Era curioso que mi esposa se quedaba en Belfast y yo me venía para Colombia, nadie lo entendía”. Cuando regresó vino a Duitama, una ciudad que conocía porque su ex esposa tenía familiares allí. Además durante su último año de matrimonio había comprado una casa campestre en la vereda La Trinidad. Aún no sabía qué iba a hacer en Colombia, hasta que una mujer se le acercó y por su apariencia notó que debía ser extranjero, le preguntó si le gustaría enseñar inglés.

hasta un 28 de abril, cuando se cruzaron en la portería. Se presentaron, y Mónica, una mexicana radicada hacía varios años en Colombia, le ofreció llevarlo hasta el centro de la ciudad. “Fue en el 2008, en la tarde, más o menos a las cinco o seis, me pareció una persona muy decente y bien presentada, me alegró saber que era nativa, en el equipo con el que trabajábamos necesitábamos un profesor así, era la persona a la que recurriríamos si se presentara alguna duda”. Para romper el hielo y conocerse mejor, Mónica decidió invitarlo a cenar. En ese momento su familia era propietaria de un restaurante ubicado en el centro de la ciudad. “La comida fue exquisita. Cuando habíamos terminado le agradecí y además le dejé saber que había sido muy grata la invitación porque era mi cumpleaños”. Mónica se sorprendió pero se sintió muy bien de haber hecho la invitación. Cuando terminó el contrato, Alan pasaba la mayor parte del tiempo en su casa, donde una mañana golpeó a la puerta Sandra, una enfermera que realizaba exámenes a las personas de la vereda. Al igual que las otras mujeres que habían marcado su vida, se sintió atraído desde el primer momento en que la vio. El sentimiento fue mutuo, la enfermera regresó unos minutos después de haber dejado la residencia para recoger unos documentos que había olvidado y conseguir su número de celular.

Su primer trabajo en Colombia fue enseñando inglés en las empresas Holcim y Bavaria.

Su primer trabajo en Colombia fue enseñando inglés en las empresas Holcim y Bavaria. Sabía que había otra profesora pero jamás había tenido la oportunidad de conocerla,

Ya planeaban su futuro juntos y Sandra sugería que se fueran a Europa. Como sólo hablaba español, Alan creyó que lo mejor era viajar a España. La embajada le negó la visa a la enfermera y decidieron que Argentina era un mejor destino. Viajaron a Buenos Aires, donde vivieron por seis meses, trabajando con un médico en un negocio que ofrecía el servicio de enfermería a domicilio. Su socio no resultó ser tan buena persona como creían, se llevó a todos los clientes e hizo que la pareja fracasara. Alan buscó trabajo enseñando inglés, pero la competencia en la capital argentina era tan grande que falló en su intento y regresaron a Colombia. Esta experiencia debilitó su relación y terminó poco tiempo después. “Cuando volví, iba mucho al restaurante de Mónica, me gustaba la comida y un día mientras platicábamos surgió la idea de enseñar inglés juntos”. Esa idea fue la que dio origen al Instituto Cambridge, en el que llevan trabajando por más de seis años. “Decidimos abrir el Instituto siguiendo su idea. Teníamos alumnos de tiempo atrás, que nos fueron haciendo referencias y más referencias. De él he aprendido mucho como profesor, uno nunca deja de aprender, a veces digo ¿cuánto más me hace falta aprender?, es maravilloso estar al lado de él porque puedo practicar en todo momento.” Cuando se le pregunta qué extraña de su país, sin dudarlo dice que la comida, pues aunque aquí hay más variedad, le hace falta la simplicidad de los platos irlandeses. Prefiere el clima de Colombia. En su país hace frío incluso en el verano. Ya se acostumbró a los días soleados y en el pasado quedaron los grises y húmedos de su tierra natal. Le gusta la espontaneidad y amabilidad de los colombianos y le resultaría difícil volverse a acostumbrar al estilo más reservado y serio de sus compatriotas.

Disfruta viviendo en su casa de La Trinidad. Aunque no ve a su familia hace varios años, se comunica de vez en cuando con Ian, su hermano menor, que se casó y tuvo dos hijas. Alana, quien recibió ese nombre en honor a su tío, y Chelsea, que lleva ese nombre por la afición que siente su padre por el fútbol. “Si me fuera de Colombia me gustaría ir a algún lugar con un clima agradable como España o Francia, pero no es tan fácil, porque viviendo aquí ahorrar el dinero suficiente para poder viajar toma mucho tiempo”. Alan vive sólo, pasa los días enseñando inglés, quizás su destino sí era ser profesor. Su vida ha estado llena de aventuras y aunque él se describe como una persona aburrida, está muy lejos de la realidad, es un hombre agradable, inteligente y con muchas historias por compartir, que al escucharlas generan admiración y respeto. Nunca imaginó que una cita a ciegas, con una chica que jamás conoció, iba a cambiar por completo el rumbo de su vida. Gracias a ésta conoció el amor, la fuerza que lo impulsó a emprender nuevos caminos y la misma que lo haría irse lejos para evadir los recuerdos e iniciar una nueva vida, que resultó desarrollándose la mayor parte del tiempo en un país, que al igual que su tierra natal ha estado marcado por la violencia y el peligro, situación que no lo aterraba al venir, ya estaba acostumbrado. Ve al futuro como todos deberíamos, con la expectativa de que las cosas mejorarán y con la seguridad de que aún hay mucho por aprender y experimentar.

Ernesto José Rodríguez Rodríguez ernrodriguez@uniboyaca.edu.co Instagram: @ernestojose Twitter: @ernestojoser Escribir una crónica siempre será una de las mejores experiencias que pueda tener en la vida. La historia de Alan me permitió ver la importancia de contar las vivencias de la gente que nos rodea. Asistía a sus clases de inglés, pero sólo hasta que me decidí a escribir su historia, conocí al hombre detrás de la figura del profesor, que resultó tener anécdotas que fácilmente llenarían las páginas de un libro.

la muchedumbre de cantar

La historia toma a un personaje que, entre literatura y viajes de aventura, a lo largo del tiempo, ha trascendido en espíritu, música y armonía. IndianSommer es un cereteano que incluso, desde la lucha social, ha buscado a lo que dé lugar al arte y, sobre todo, el poder cumplir sus sueños. La historia toma a un costeño polifacético que emerge desde el poder del rock caribe colombiano.

resumen

Derrames de crudo. Como si de nuevos ríos se tratara y que aparecen de la nada, a modo artificial, era éste, el accionar que tomaron algunos grupos armados en la región Orinoquia para hacer de las suyas, y en especial, sobre la localidad fronteriza más alejada del departamento de Boyacá, en Cubará. A agosto del 2017, la última detonación ocurrió el mes pasado. Sommer, casi que cereteño, del corregimiento de Martínez (Córdoba); e IndianSommer artísticamente. Como cualquier otro ser de este inculto y profano mundo, también se encontró en un desacuerdo ante la violencia que por aquella época sucedía en la región, donde sobresalían los múltiples ataques por parte de grupos armados al margen de la ley. – la acción se le atribuye al ELN, señalaba el general Pérez Durán, en julio del 2017 por Caracol Radio. Así, para Sommer Alfonso Mestra Pernett, que los atentados y la instalación de válvulas sujetas de forma ilegal en el oleoducto, que generalmente provocaban derrames de crudo a lo largo y ancho de las verdes montañas y sabanas (tubos que en su longitud parecían no tener fin y que se parecían a una bombona de gas en cuanto a su grosor se alude), hayan dejado durante el 2017, una afectación ambiental de 13.300 metros cuadrados de capa vegetal, sumado a otros factores tan abruptos, le permitieron como escritor insertarlo aún mejor, en su camino de composición y de la poesía en todos sus campos y perspectivas. No se trataba exclusivamente de la cantidad de barriles que los guerrilleros robaban con válvulas que conectaban a lo largo del oleoducto, el de Caño Limón Coveñas, sino que el daño ambiental que “la lucha” causaba era irremediable. Esos caminos de composición fueron integrados por más de treinta canciones que en ocasiones él escribía como muestra de apoyo y protesta a la lucha social y a los intereses del capital humano; Sommer le cantaba a los Uwa y a los Arhuacos, a la literatura otorgándole así el valor que ella se merecía.

En algún fragmento, Pernett, en “Vuélele”, lo entona así: “El gobierno al pobre nunca ayuda solo en elecciones lo saluda la guerrilla y paramilitares le quitaron Dios, tierra y maizales.” Durante sus viajes de aventuras, el conflicto visto desde distintas caras, fue algo que siempre estuvo presente.

Invencible es el surgimiento del poema. Días antes de conmemorar los quince años de uno de los festivales más influyentes en Colombia, en Barranquilla, el “Miche Rock Festival”; El Heraldo anunciaba: “El Miche Rock Festival y sus bandas invitadas”. Por su parte, la revista Shock, considerada la más importante de la música colombiana, y que organiza los Premios Shock anualmente, lo tituló: “Miche Rock celebra 15 años de festival en Barranquilla con todo el poder”. Se reunieron doce bandas de los géneros rock, metal y alternativo, de ellas, la mitad primero pasaron por una etapa de eliminatorias, entre 297 grupos que le apostaban al primer puesto y que se presentaron a la convocatoria. Los jurados seleccionaron solo veinticuatro bandas que pasaron a la semifinal, y posteriormente quedaron únicamente seis. El 21 de noviembre pintaba conmovedor, sobre la Plaza de la Paz ubicada en el centro de la ciudad, el cielo estaba tan despejado que relucía el ardiente sol que entre espuma de mar y tierra se acostumbra a ver, de las 350 mil personas que el sitio llegaba a albergar, habían más de cinco mil asistentes unos suspendidos sobre los hombros del otro, para deleitarse mejor o para sentir simplemente una mayor adrenalina; mientras tanto, la Catedral Metropolitana María Reina de Barranquilla detrás del público, ya empezaba a

alumbrar sobre sus enormes paredes de estilo modernista con el amarillo y el morado. “Sentía full emoción porque nunca había estado con un público tan grande que vibrara de esa manera por el rock” -dice Sommer- “y, sobre todo, porque nunca había compartido con bandas de muchísima trayectoria”. Una estructura gigante en forma de árbol que entre el gentío anunciaba la navidad, y sobre la tarima, en la parte trasera colgaba una gigantesca pantalla que en letras rojas y más grandes decía: “Miche”. Debajo de estas y en menor tamaño le seguía la frase, “Instrumentos Musicales Sistemas de Audio”. La pantalla estuvo sujetada a cada extremo superior por una especie de cables que estaban unidos al soporte que sostenía todo el armazón; desde el soporte, horizontalmente ubicadas apuntaban al público y al escenario, varias luces que cambiaban de color y que le daban vida al sitio. Y así fueron los preliminares antes de que iniciara el concierto. Por algún momento de la noche, deambulaba una muñeca inflable que iba de aquí a allá. IndianSommer no tuvo que participar del filtro que seleccionaba a las mejores bandas para poder tocar en el festival; imponente con su voz y los demás instrumentos del grupo que, cada vez que sonaban llevaban consigo inyectada una original y compacta esencia, que desde las coloridas y tenues armonías colombianas, pasaba por los inoculables y desconfigurados sonidos del rock, que suena y sabe al grunge de los gringos, al folk de Europa y América, y a los tambores de todo el mundo. Él tenía el privilegio de ingresar como invitado especial porque meses antes el costeño con su banda, ganaban en la categoría rock el primer lugar dentro del Festival Interactivo de Música Uninorte, que lo dirigía el Centro Cultural Cayena de la Universidad del Norte. Y fue, finalmente, que Pernett pudo compartir escenario con las demás bandas invitadas de honor como Nepentes, Perros de Reserva, Epidemia Inc y desde New Jersey, De Raíz, y cómo olvidar a los Aterciopelados, todos ellos se encontraban en la misma condición.

Con esta última, Sommer tuvo un gran acercamiento a una de las agrupaciones “duras” que en Colombia él siempre admiró. “Andrea me dijo que bacano que los artistas estuviesen haciendo este tipo de festivales y que muy buena mi propuesta, que en algún momento había tenido la intención de compartir escenario conmigo”, fue en ese momento, esa mezzosoprano y vocalista de la banda (nominada y ganadora a varios Grammys, seleccionada en el 2008 por la revista Rolling Stone, entre tantos) en su oído, que le indicaba que iba por buen camino. En el centro de una amplia choza está una afelpada alfombra que combina tonos cafés. Bajo ésta, el suelo anaranjado de la baldosa resplandece la sencillez y simpatía del lugar, el patio de la casa de Sommer era algo común entre las familias de la costa, y que funcionaba como el lugar ocasional donde generalmente él y Esteban Benjumea quien asumía el papel de guitarrista, Carlos Vélez el de bajista, Gabriel Padilla el de tecladista y Efraín Rojas el de baterista, se reunían a tocar, pero, ante todo, funcionaba como un lugar donde estos personajes se juntaban a sentir la pasión que conservaban por la música. Pernett es un sujeto lírico porque plasma su existencia en los poemas, tiene treinta y dos

años de edad y en su brazo derecho lleva tatuada una rueda medicinal sobre algunos aborígenes; fue docente de primaria en una época y recuerda que no le gustaba madrugar, tal vez fue la razón ocasional por la que llegaba tarde a dictar sus clases. Ahora más que todo, está seguro de lo que es; un poeta y cantautor del caribe colombiano que se unió o “adscribió” al folk rock, la música popular colombiana, el indie rock británico y las músicas del mundo, busca la reivindicación de la poesía a través de la música, y la reafirmación de su mestizaje y las culturas ancestrales. Él dice: “IndianSommer invoca al actor y al chamán en su puesta en escena para estimular sensaciones y desarreglo de los sentidos con sus canciones”. Alguna vez comentó que no le gustaba ejercer su profesión demasiado como lo implicaba emerger desde el arte, sin embargo, hoy en día dice que no suele hacerlo a menos que la música así lo indique, pues, es de esta forma, que ha logrado financiar gran parte de sus proyectos. Él estaba en Bogotá (antes de irse para Boyacá a trabajar como profesor de escuela), cuando compuso una canción que recuerda parte del capital histórico colombiano. Se trató de Bachué, que, desde la conquista española hasta los días de muerte y la desaparición del conflicto, agrega Sommer, tiene rock, cantos negros y cumbia al final. “Sommer es un gran artista, muy completo, muy versátil, con unas muy buenas letras y con un mensaje poético muy bonito, ósea, con una forma particular de animar y con mucha imaginación”. Dice Carlos Vélez, quien ha sido su principal productor musical y quien lo ha acompañado en distintas presentaciones durante varias veces. IndianSommer últimamente ha trabajado en radio, y a través de Zenúfonos, un programa radial, con un grupo de amigos han buscado difundir los lenguajes y las manifestaciones artísticas y literarias en el departamento de Córdoba. Cuando él habla deja ver lo risueño que es,

pareciera que aquel tipo siempre estuviese feliz. Dentro de su registro artístico le ha escrito versos a la vida, a la composición de la misma. El proceso que usaba para escribir canciones era una transición de la poesía a la canción, primero musicalizaba sus poemas y les agregaba un acompañamiento con su guitarra, y finalmente lo interpretaba con una banda completa. “Por eso me siento más un poeta cantautor, que un músico”. Este costeño también conservaba de manera inédita (ya que no lo quiso hacer oficial), desde los 13 años, y como una teoría poética, un poemario donde recopilaba todos sus pequeños escritos y lo quiso llamar, “El Debut del Pesimista”. Algunos atendieron al llamado, y universidades como la de Antioquia y la de Cartagena le publicaron unos cuantos escritos. “Escribí el Manuscrito de la Orquídea, Invitación al Descenso, luego, ¿Por qué es tan difícil entretener?, y entre otros tantos, fueron hechos en viajes y en casa, luego, fui seleccionando los mejores y los puse en este poemario”, también dice, “estoy es esperando ahora la corrección de estilo por parte de una amiga, estaría todo listo de pronto para el otro año”. De joven, mientras buscaba su identidad artística y musical, estudió psicología y viajó activamente por la Costa Caribe y por todo el país

buscando historias y experiencias para nutrir su obra poética. Pero antes de esto, dice solo haber tenido contacto con la poesía decadente francesa; fue poco después que empezó a leer a Baudelaire, a Whitman, a Cortázar, a Gómez Jattin de quien aprendió mucho y era de su tierra, de Cereté, a 3,7 kilómetros del corregimiento de Martínez, y estos por mencionar algunos, entonces, iniciaba en su vida una búsqueda interior y una revolución desde lo poético. Él recuerda que a los 17 años fue cuando su madre le regaló su primera guitarra acústica y empezó a componer canciones de su autoría partiendo desde su empirismo y experimentación. Pernett, desde muy chico tuvo en su casa un baúl de madera que tenía unos cuatro palmos de ancho y unos tres de alto, estaba lleno de libros con enciclopedias y pasó horas leyéndolas lo que lo llevó a especular muchas cosas. “De ahí surge la referencia del Rojo Baúl, el cuarto álbum

Sommer es un gran artista, muy completo, muy versátil, con unas muy buenas letras y con un mensaje poético muy bonito, es decir, con una forma particular de animar y con mucha imaginación

musical”, que integró en alguna medida como la caja de pandora, dice Sommer, “todo el rango de emociones y vicios humanos, reservando la esperanza, que es tal vez en estos días, la única certeza absoluta de lo que existe”.

Corre el 9 de octubre del 2015 en la Heroica e IndianSommer es nombrado ganador del primer lugar Paulaner Rock Liga, un evento que premiaba a la mejor banda y que era organizado por León de Baviera que, desde hace más de 10 años, abría sus puertas por un alemán quien, confiando en Cartagena, decidió invertir sus sueños en un bar que lograra aportar en buena medida al rock de la ciudad. Hoy, es uno de los mejores restaurantes-bar que sirve cerveza alemana y que hacen parte de la historia del rock en la capital de Bolívar. Un mes atrás, y por la misma ciudad, Pernett se concentraba con su banda en una batalla dentro del marco del Viva Rock Latino 2015, que se encontraba al mando de Hard Rock Café Cartagena, ese día los seleccionaron como finalistas; pasó el 5 de octubre y no ganaron la final, pero once días después, son invitados especiales en el mismo sitio, y al estilo vintage y “rockstar” que en el lugar se armoniza no sólo por el público que se sienta en las mesas a beber una cerveza mientras los escucha, sino por los acabados en madera, los cuadros de músicos y los discos que sobre la pared cuelgan. IndianSommer hizo del evento una excelente noche con la mejor energía. “Había mucha gente, ese sitio siempre se llenaba completico, ves extranjero por todo lado”, comenta Sommer. Una de las fuentes de inspiración que le permitieron escribir muchas estrofas, fue una planta que es considerada sagrada para los pueblos originarios en Colombia, la hoja de coca. “El ayo, ayo, ayo”, dice el costeño. Una expresión que se le antojó usar para aludir a la misma planta y que nació gracias a esa búsqueda desde lo ancestral, conviviendo con esos mismos pueblos y su espiritualidad.

de la “causa” y las aventuras

fue una antropóloga que investigó sobre el tema, mencionaba en “Las Cuatro Estaciones” que la palabra hacía referencia a las celebraciones tradicionales que los Uwa realizaban en su mayoría por las noches. Uwa significa “gente inteligente que sabe hablar” y hace parte de la macro familia lingüística Chibcha. Un documento interesante sobre estos indígenas reposa en el Archivo General de la Nación de Bogotá, una carta que el cacique Toroá en 1784, le escribió al Superior Gobierno. Colonial Español mencionándole que sus hermanos Uwa, también tenían sus propias creencias y debían ser respetadas.

n indio Entre sus locuras, curiosamente, Pernett se ganó una convocatoria y resultó en el otro extremo del país, para esos días tenía veinte seis años y era un psicólogo que hablaba muy bien el inglés. Se trataba de aquel pueblo que por el año 95, ante el abandono en que los mantuvo sumidos el gobierno estatal de turno, sus ocho mil habitantes y en especial su alcalde, Luis Edgar Osorio, en el nororiente de Boyacá, estuvieron preparando un plebiscito para anexar a Cubará al departamento de Arauca. En un pueblo donde la situación de olvido parecía no haber cambiado mucho, el Resguardo Indígena Unido Uwa conservaba una serie de inconformismo frente al gobierno y el estado, que entre “politiquerías”, opinan también, actualmente ha mantenido a la comunidad indígena igual de sumidos.

IndianSommer contribuyó desde la música a esa “causa”, pero más al conflicto que ocurría entre los Uwa y las multinacionales que querían invadir el territorio sagrado del pueblo indígena. En un momento, mientras dictaba clases a niños entre los siete y once años, compuso una tonada que quien la oía, se dejaba llevar por los cantos y letrillas que hablaban de la lucha social por parte de los pueblos originarios, y fue así, entonces, que le puso el nombre de “Revolución Uwa”. A los Uwa también les dicen “tunebos”, algunos decían que les llamaban así porque fue un sobrenombre que los españoles usaron para identificarlos. Ann Osborn quien

“Revolución Uwa fue mi muestra de apoyo y protesta a la lucha social de nuestros pueblos originarios frente a los intereses del capital transnacional minero energético”, dice Sommer.

Cubará limita con Venezuela y está oculto entre robustas y verdes cordilleras que irradian frescura tropical, que en su entorno alberga riachuelos, y que fascina no solo por el álgido río Cobaría que cae desde el Cocuy, sino por la serenidad del ambiente ligada a la cálida energía de sus gentes, a los húmedos y soleados días contagiados por lo silvestre y por los cantares de gallos que en cada familia no pueden faltar. IndianSommer en ese pueblo parecía una especie de líder musical. Tuvo una simplicidad para relacionarse y hacer amistades con los cubarenses, seducía a las mujeres tal vez por los apretados churcos que tenía y por la guitarra que en sus espaldas cargaba a todas partes. “Poco a poco las personas fueron adaptándose al nuevo docente”, dice Sommer, “que además de ser costeño y venir de una cultura distinta, traía ideas de arte, contracultura, y cierta rebeldía rock”. Compartió demasiado con jóvenes y niños, y aunque la mayoría de ellos se interesaba más por la persona artística que por su perfil docente, hoy recuerda el lugar por la amistad de la gente, los lugares inolvidables, los amigos que hoy siguen, las caminatas, las risas y la extensa lluvia.

Revolución Uwa fue mi muestra de apoyo y protesta a la lucha social de nuestros pueblos originarios frente a los intereses del capital transnacional minero energético

Por un tiempo, vivió con una familia donde compartió con una profesora que al igual que él, desde lo más minúsculo, también se unía al cambio visto desde distintas caras, se trataba de Esperanza Cobaría. En la escuela, Sommer trabajaba con una cartilla que ésta docente junto a Olga Rangel y Sara Mogollón, crearon para los estudiantes buscando facilitar el aprendizaje. “También es más difícil para los papás que viven en el campo ir por unas fotocopias o algo, es más económico y viable adquirir un ejemplar; todo se centra en facilitar”, dice Esperanza, quien admira a IndianSommer. Una vez, Sommer se fue de viaje para Venezuela con su novia y Esperanza. Iban en un Malibú de los años 90, y cuando pasaban por un pueblo llamado el Piñal (Táchira), el automóvil se detuvo. Se trataba de un retén de la Guardia Venezolana, entonces, se bajaron del vehículo y fue cuando estuvieron a punto de ser deportados para la ciudad de Cúcuta, pero gracias a un sargento compasivo de la Guardia Venezolana, el hecho no pasó a mayores. El chasco era que ambos costeños, ni Sommer ni Elizabeth, llevaban el pasaporte con el aval para poder desplazarse por el territorio bolivariano. Ese día ambos temblaban y tragaban saliva del tremendo susto. IndianSommer ha sido colaborador de proyectos con Oscuro y Dopplers, dos bandas colombianas de rock. “Con Oscuro grabé dos álbumes, también grabé con unos tipos en San Andrés la última vez que viajé allá. Con ellos, hicimos una canción que se llama “Qué me pasa”, que combina un poco de reggae con dance soul”. Mientras ejercía la docencia y hacía música en Cubará, Sommer estudiaba una pedagogía que lo fortalecía en la labor educativa; estudiaba virtualmente y también dictaba clases en la sección primaria del Colegio Pablo Sexto. Durante el ejercicio docente intentó innovar integrando la música, el arte y los elementos audiovisuales, hizo actividades lúdicas por fuera del salón con el fin de derrumbar todo el tema del aula como el único espacio certificado para dar clases; hizo proyectos de construcción social buscando que los estudiantes aprendieran a dirigir. “Surgieron proyectos como el Reino de las Hormigas, que era un escenario de observación de la vida cotidiana de los estudiantes imaginando que ellos vivían en un hormiguero. Siempre trataba de innovar para que el ejercicio no se quedara en lo rutinario y monótono”, dice Sommer.

aire artísico La escena Caribe es una realidad que está en expansión, hay músicos muy talentosos y creativos. Sommer dice: “Tenemos la mejor de las energías para tomarnos el país”. No recuerda a nadie que se haya interpuesto entre él y sus sueños, y si así fuera, estaría dispuesto a evitar al máximo que eso llegase a suceder. Hace un cálido 26 de agosto, y Sommer, quien es el director, junto a Elizabeth que se encarga de lo financiero, están redactando uno de varios proyectos que van a presentar al Programa Nacional de Concertación Cultural. Están realizando varios ajustes para enviarlo a la persona que los está asesorando; ellos hacen parte del Colectivo Artístico Pensamiento Zenú, que lleva el nombre en honor a los indígenas del departamento de Córdoba. Es una organización social que integra temas artísticos y culturales, que ha trabajado de la mano con organizaciones sociales, artistas y otros colectivos. Allí, todo su equipo de trabajo ha buscado cómo organizar shows, encuentros de artistas y pequeños festivales. “La idea es como para articular esa red de personas que estamos haciendo lo mismo en todo el Departamento”, dice Sommer, “estamos levantando un directorio de las personas que nos dedicamos a la música, a la poesía y el arte, haciendo unas riendas colaborativas”, agrega también, “es decir, que el poeta se una con el músico, que el pintor con el poeta y así…”. En el 2001, en el salón de clase, en primer semestre de Psicología, Pernett se conoció con Elizabeth Díaz en la Universidad del Sinú, pero, fue solo hasta tercer semestre que se hicieron amigos. Tras un viaje a Cartagena que hicieron con varios compañeros de su universidad, fue que su relación empezó. Elizabeth es a quien Pernett acusa de haber sido su inspiración. Díaz ha sentido una gran admiración por Sommer, por su convicción sobre lo que hace y lo que le gusta, por la capacidad de liderazgo que tiene. Ella sabe que su pareja es una persona inteligente. “Me gusta que él no produce para que las personas lo aprueben o no, él produce canciones o poesía porque le tiene que gustar a él, <aunque suene egoísta>, independientemente de que no les guste a las otras personas”.

A Pernett también le ha gustado la actuación, y desde el colectivo, crearon La Real Compañía del Sinú, allí han realizado diversos montajes y performances a lo largo de la región. Hace poco estuvieron de gira teatral por Bogotá, en la Procuraduría General de la Nación, en la sala Vargas Tejada, en el auditorio Publio Martínez Ardila. Y al regresar a su tierra estuvieron en un festival que se llamaba Vamos Pal Parche del Sinú. IndianSommer tiene cinco álbumes propios, cada uno con más de cinco canciones. En el primero (IndianSommer I) está Nabusímake, su primera canción y que lleva consigo el nombre de la misma capital del pueblo arhuaco, en la Sierra Nevada de Santa Marta. “Allá tuve contacto con ellos, con los pueblos indígenas, trabajaba como psicólogo en la Guajira”. Sommer primero se iba hasta Valledupar, de allí, se iba hasta Pueblo Bello, y de ahí finalmente llegaba a Nabusímake. Duró en ese lugar varios días y habló con los mamos, que eran una especie de sacerdotes ancestrales. “Entre tantas conversaciones espirituales empecé a componer Nabusímake, en tributo a ese lugar que me otorgaba tanta paz”, dice, además “fue cuando empecé como a ver todo el tema naturalista”. Uno de sus primeros toques fue en la Casa de la Cultura de Cereté, ese día sintió un vértigo increíble al subir al escenario. Él cerró los ojos y cuando los abrió de nuevo, reaccionó y la banda ya estaba sonando. Desde entonces se convertiría casi en una droga personal para IndianSommer: volver a subir ahí y obtener esa emoción. Tal vez Sommer desde ese momento, iniciaría a ver el mundo como algo caótico, bello, miserable, fatal, hermoso y eterno, y, sobre todo, empezaría a experimentar algo que dice hacer cuando toca la guitarra y canta. “Pienso en la brisa frente al mar en la tarde cuando toco, en árboles moviendo sus hojas cuando el viento pasa dejando un perfume de flores”.

Yamid Pineda Buitrago yapineda@uniboyaca.edu.co Hay personas que diversifican en ciertos momentos nuestras vidas, y contar historias como estas con personajes como Sommer, son unas de las cosas que finalmente tenemos para guardarnos y en algunas ocasiones compartir. Realizar esta crónica es una experiencia que me hace pensar en el infinito potencial artístico colombiano.

Luis Quintana es un hombre luchador, padre de dos grandes del ciclismo colombiano: Nairo y Dayer Quintana, quienes han generado en miles de personas sensaciones inigualables, pero, ¿cuál es su historia?. Bueno, aquí le dimos la palabra a Don Luis, porque los hombres también cuentan.

resumen

soy padre de

Campeones 41

La casa de los Quintana es grande, de color amarillo, se encuentra en medio de la carretera que conduce de Tunja al municipio de Arcabuco, en plena curva del departamento de Boyacá. En el muro principal de la construcción se encuentra ilustrado Nairo Quintana con su maglia rosa casi de pies a cabeza sobre su bicicleta, decorando la pared en donde cientos de personas, llenas de orgullo, deciden bajarse de sus carros, tal vez a captar el momento en una fotografía, o simplemente a tomarse un tinto en la tienda de los papás del ciclista Nairo Quintana, en medio de la casa que lo vio crecer y convertirse en la persona más grande de la gesta del ciclismo colombiano en la historia. Tintos, masato, arepas, papas de paquete, gaseosas, cervezas, pocillos, ruanas y camisetas rosadas adornan la entrada a la tienda que se encuentra en la casa de don Luis Quintana y doña Eloísa Rojas, campesinos boyacenses, padres del “Cóndor de los Andes”, como solían llamar hace unos años a Nairo, en su tierra natal. El frío de la montaña se va deshaciendo con cada rayo de luz del sol, mientras don Luis pide su tinto cotidiano a una de las empleadas de la tienda que tienen hace más de 20 años con su esposa, “el negocio inició como una panadería, tenía un supermercado, un negocio de leche”, agrega, mientras disfruta cada sorbo del café colombiano.

Nuestra vida al comienzo no fue fácil, trabajamos arto, trabajaron mis hijos, pero fue un trabajo que nos dio tanta alegría y todo lo que tenemos ahora

La tienda de los Quintana se encuentra rodeada por las personas, los perros, el portón marrón y las sillas rojas que se hallan afuera del local, para admirar el mural de colores que se pintó hace más de tres años, luego de que Nairo ganara el Giro de Italia, en el año 2014. Luis Quintana, 62 años, piel morena, bigote y cabello negro, con raíces blancas, es un combitense nacido en Motavita, “yo soy de Motavita, y vine en son de un negocio a Cómbita, en una temporada de venta de fruta. Luego, la gente de por aquí ya no me dejaron ir”. Llegó hace más de 30 años a este municipio, en donde conoció a Eloisa Rojas, la mamá de Nairo, para integrar una familia en la vereda La Concepción: “poco a poco nos fuimos distinguiendo con ella, comenzamos como amigos y fue creciendo nuestra amistad. Vivimos un poco de tiempo, y luego nos casamos”, comenta don Luis, en el tiempo que se cuelan en su relato, los pitos de los carros de las personas que, orgullosas de su compatriota, disminuyen la velocidad. “Nuestra vida al comienzo no fue fácil, trabajamos arto, trabajaron mis hijos, pero fue un trabajo que nos dio tanta alegría y todo lo que tenemos ahora”. Don Luis ha trabajado en cultivos de siembra de papa, en ganadería, y en la tienda que tienen actualmente, sin embargo, debido a los problemas de salud que le aquejan, el padre de Nairo Quintana, en este momento, no está trabajando; “ahorita yo ya no tengo salud, no me ocupo en nada, estoy un poco enfermo”, a don Luis Guillermo, le han realizado, hasta ahora, 14 cirugías en la cadera, ya que, cuando tenía 8 años de edad, sufrió un accidente: “nos volcamos viniendo de Vélez, me fracturé la columna y la cadera se partió”. A don Luis siempre le han gustado los deportes, sin embargo, debido a su accidente, nunca pudo practicar alguno, “en estos días están a punto de hacerme una prótesis de cadera, la columna ya nadie me la toca, porque es un riesgo”, la curación fue progresiva, y aunque toda su vida ha vivido con las secuelas del incidente, continúa viviendo con el orgullo que le producen sus hijos: Esperanza, Jimmy, Lady, Nairo y Dayer. “La relación, tanto de ellos como hermanos, como con nosotros, es muy buena. Yo estoy muy feliz con

estos cinco hijos que lograron todo, que cambiaron mi vida; ahora, es cien por ciento mejor”, el padre de los pedalistas colombianos hace una breve pausa para recibir otro tinto que alguien, de quienes hacen presencia en la tienda, le ofrece, “sumercé, muchas gracias”, y su esposa agrega: “no fue fácil la crianza de cinco hijos”. Doña Eloísa Rojas, de tez morena, con canas en su cabello, a quien se le cuelan siempre las sonrisas, de pocas palabras y mirada sencilla, lleva 34 años casada con don Luis. Es la encargada de atender la parte de la tienda, en donde se venden los artículos relacionados con Nairo. Al principio ella era la encargada del supermercado que tenían, luego la panadería, “ambos nos levantábamos temprano a hacer el pan”, comenta con un tono de voz muy bajo, en medio del ruido de todos los turistas que se encuentran en el lugar. Los padres de Nairo y Dayer Quintana, han forjado un matrimonio estable a través de los años, una buena relación y un buen hogar, como comenta don Luis: “sí ha habido problemas familiares, pero todo muy bien. Es una buena madre, una buena esposa”, así describe a su mujer este campesino de la tierra boyacense, quien a lo largo de su vida, ha tomado mucho, “yo he tomado bastante, yo disfruto de mis cervezas, de mis aguardientes, y yo sé que Eloisa ya está acostumbrada, ella me conoció tomalón”, se ríe mientras sorbe de nuevo su tinto. Su relación ha pasado por diversos obstáculos, pero don Luis afirma que su esposa siempre ha estado pendiente de él, ¨siempre hemos estado juntos, ella es una excelente esposa¨, incluso en inconvenientes económicos y políticos, como el del año 2009, “fuimos víctimas de muchos engaños, de muchos robos con las carreras, cuando Nairo estaba empezando y realmente lo necesitaba, necesitaba el dinero”. En el gobierno de José Rozo Millán, gobernador de Boyacá, periodo de 2008 a 2011, relata don Luis, fueron víctimas de un contrato con la Lotería del departamento, donde Nairo había sido contratado para el equipo Colombia es Pasión, un equipo paisa, de cafeteros, “Querían que no lo dejáramos ir para ese

Campe

equipo, hicimos un contrato donde ¡qué no me prometieron!, arreglamos un sueldo para Nairo, y fuimos víctimas de un engaño”.

Nairo tenía 19 años en ese momento, estaba iniciando su carrera como profesional en el ciclismo, siendo este su año de debut, como lo denomina el diario deportivo AS Colombia, donde participó en el Circuito Continental Europeo (UCI Europe Tour), la Subida a Urkiola, y otras pruebas más, que medían su esfuerzo y talante, para esta profesión. “Arreglamos un año por 18 millones de pesos colombianos, que no fueron pagos, nos dieron 6 millones de pesos, a conciencia propia, ellos sí sabían lo que estaban haciendo, porque ellos sabían que él se iba para Europa, y que los euros valían tres veces más de lo que vale un peso colombiano”, relata don Luis, y luego añade: “aparte de eso, le cancelaron uno de los primeros sueldos, que eran 6 millones, o sea 2 millones allá en Europa, y nunca se volvió a saber nada más”. Sin embargo, Rozo Millán no estuvo presente durante los cuatro años de gobierno debido a problemas de salud, según el periódico El

Tiempo, en el artículo intitulado “Gobernador titular de Boyacá, José Rozo Millán, cumplió su licencia pero ahora se va de vacaciones”, “nosotros no culpamos a Rozo Millán, sino al que manejó la Gobernación. Él pisó la Gobernación, pero no tuvo la posibilidad de estar al frente de ella, entonces la manejó Mauro Mora”. Los padres de Nairo comenzaron a ver el futuro de su hijo en la vida ciclística por “las capacidades que Nairo tenía”, como describe su padre: “él se creó con su propio impulso, nosotros necesitábamos que alguien nos diera la mano o nos abriera la puerta”. Nairo Alexander Quintana Rojas, el ciclista que marcó en dos la historia del ciclismo en Colombia, en el 2010 se fue con Café de Colombia, e hizo su primer triunfo con el Tour de L´avenir.

A diferencia de su hermano, Dayer Quintana, dio su salto a la máxima categoría del ciclismo en el año 2014, luego de competir en el 2013 con el equipo amateur Lizarte, escuela que lleva 24 años en el pelotón del ciclismo colombiano, como se denomina en su página “Equipo Lizarte”. En la actualidad, Dayer, el hijo menor de los Quintana Rojas comparte equipo con su hermano Nairo, el “Movistar Team”, quien además, según don Luis, fue quien influenció a Dayer para practicar este deporte: “Nairo comenzó por necesidad y porque le nació; Dayer porque el hermano lo encaminó, lo quiso impulsar y lo ayudó, tanto física como económicamente”. “Mi padre es la persona más luchadora del mundo, siempre nos ayudó con su apoyo, consejos y con su tiempo”, de esta manera describe el hijo menor de los Quintana Rojas a su padre, “su

peones superación personal inspira a quien lo conozca. Él es una persona que a pesar de haber sufrido tanto en la vida, lo superó todo”. Don Luis ha luchado constantemente por la educación de sus hijos, por llevarlos a todos por el buen camino, como comenta Dayer.

El viento comienza a soplar con más fuerza, entre tanto, doña Eloísa sigue atendiendo a las personas en su tienda, que se ha convertido en una parada obligada para quienes siguen el ciclismo a nivel mundial, y es que la afición por este deporte ha crecido tanto, al punto que, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se ha incrementado el uso de la bicicleta en algunas ciudades de América Latina, con un aumento del 0,4% al 10%.

El fenómeno de Nairo Quintana se ha tomado el país, lo ha revitalizado, como señala su padre: “yo era un poco fanático al ciclismo, pero yo creía que ya se había acabado ese deporte, estaba demasiado olvidado, y no porque sea

mi hijo, pero Nairo fue una de las personas que explotó el ciclismo colombiano”. El pedalista boyacense logró hacer vibrar a los colombianos, y en especial a los boyacenses, luego de cada vuelta que corría, “Nairo siempre resaltó entre los demás, siempre iba adelante, nunca atrás”, añade su mamá. Tobby, el perro de la tienda, se atraviesa en medio del relato, se sube al carro de don Quintana, un Chevrolet rojo, con las ventanas abajo, a la deriva, en medio de la multitud, mientras él lo regaña. Comenta que siempre ha sido apasionado a los carros, le gusta comprarlos usados y luego venderlos, para comprarse otros. Cuando Nairo corrió su primera carrera, en el año 2005, luego de que su padre apostara con el carpintero del municipio de Cómbita, doscientos mil pesos, él y su hijo, llegaron al lugar donde iniciaría la competencia, “Agua Varuna”,”me habían retado, pero yo confiaba en mi hijo”.

Mi padre es la persona más luchadora del mundo, siempre nos ayudó con su apoyo, consejos y con su tiempo

La competencia inició en un punto cercano al municipio de Arcabuco, a 30 minutos de la casa de los Quintana. Llegaron en un Renault 4, de color verde claro, cargado de frutas y hortalizas, que don Luis iba a vender durante la competencia; “Nairo atacó de una, se paró en los pedales y arrancó y lo pasó, el otro muchacho no alcanzó ni a terminar la competencia”. Ese día, el duelo sobre pedales, se lo ganó Nairo, con un tramo inclinado 12°, como lo recuerda Rusbel Achagua, en el portal El Mundo de España. Achagua fue el primer técnico deportivo del ciclista, quien inició sus primeros pedalazos en medio de la paleta de verdes que adorna los campos de Boyacá, y quien ahora pedalea al ritmo de los paisajes de Europa. En este mismo vehículo, en el año 2014, Luis Quintana sufrió un accidente, cuando lo conducía en la vía Tunja- Arcabuco. Don Luis salió ileso del incidente, “esa vez otro carro me embistió, pero no me pasó nada”. Todas las hazañas que realizó Nairo para convertirse en “el mejor ciclista colombiano de la historia”, como lo denomina Fabio Parra, en una entrevista para El País, de Colombia, ex ciclista colombiano, considerado uno de los grandes en el pedalismo nacional, añade: “ya logró lo que nadie había hecho antes, ganar el Giro de Italia y La Vuelta a España”. La fuerza del fanatismo ha llevado a que cientos de personas se reúnan a ver las vueltas ciclísticas de Nairo, en el televisor de la casa de los Quintana Rojas. Las banderas de Colombia se mueven al compás del viento, y se agitan con las manos de los seguidores del ciclista, la camiseta y la ruana rosada son la prenda primordial en el evento, la cerveza está a favor de todos, la adrenalina, el cariño y el orgullo se unen en el mismo lugar. Las sillas no son suficientes para albergar a todas las personas eufóricas que llegan allí para disfrutar, junto a los padres del líder, el ciclismo. Doña Eloisa sigue pendiente siempre de vender los objetos relacionados con Nairo, los pocillos con su rostro, y la frase “estuve en la casa de Nairo y te traje este detallito”, “orgullo de Boyacá para el mundo”; las camisetas y las ruanas que no podrían faltar en la tierra boyacense.

El ambiente que se vive en este hogar, cada vez que Nairo corre, logra traspasar los límites del orgullo, y esa sensación que provoca el patriotismo. Cientos de personas se dan cita en este lugar para ver, junto a los padres del campeón, el Giro de Italia número 100. Los gritos, aplausos, malapropismos y sonrisas, invaden el lugar. Las palabras de agradecimiento a doña Eloísa y don Luis recorren el espacio, las fotografías, o el tinto compartido en la mesa que se encuentra justo al frente del televisor, en donde logran ver al ciclista colombiano, son un acto obligado por los turistas. Domingo, Nairo corrió su etapa número 15 en esta importante competencia para el ciclismo a nivel mundial. La tensión creció entre todos, los nervios estaban a flor de piel, Quintana sufrió una caída en pleno descenso, los gritos que emanaban eran tan fuertes, como queriendo que Nairo los escuchase, “vamos, mijito, rápido, rápido” comenta don Luis. El campeón se levantó y logró, con ayuda de su equipo, alcanzar el pelotón, para terminar la etapa, en la cual quedó en segundo lugar.

El relato lo retoma Doña Eloísa, mientras don Luis saluda a los turistas que quieren conocer al papá de Nairo y Dayer, “lo que pasa es que él comenzó ya cuando era grande, él tenía 15 años”. La esposa de Luis Quintana fija la mirada en la entrada, para estar pendiente y atender a los clientes, luego prosigue: “nos sentimos muy orgullosos de él porque está representando a toda Colombia”; don Luis la complementa: “Esto es un motivo de grandeza, soy padre de campeones”. Una semana después, se juega la final de esta importante competencia a nivel mundial, los nervios recorren todo el lugar, más de 1.000 personas se encuentran amontonadas, fijando su mirada a una pantalla gigante, que se ha dispuesto fuera de la tienda de los Quintana; cientos de personas de todas las edades, se dieron cita en este lugar, para admirar al pedalista colombiano que lucha por ganar el Giro número 100.

La etapa termina por hoy, las personas se amontonan para lograr unas palabras o una fotografía con los padres del ciclista, “hoy , en el momento de la carrera, algo más de 100 personas estuvieron con nosotros y es una cuestión que nos motiva mucho, que nos hace dar cuenta que Colombia está apoyando a Nairo”. A pesar de las adversidades, el sentimiento de esperanza de las personas se mantiene intacto, “¡aún se puede, Nairo!” se escucha al fondo de la tienda. Don Luis le complementa “vamos a salir adelante, tenemos todavía cómo pelear este Giro”. El padre del campeón se para de su silla. Sus 14 cirugías no le han logrado curar la cojera, sin embargo, con el entusiasmo de un padre orgulloso, recuerda que fue la primera persona en comprarle una bicicleta a Nairo, con el fin de que pudiera llegar a su colegio, el cual se encontraba a 40 minutos por este medio de transporte, desde su casa, “las personas me decían, mire como pedalea su hijo, como un profesional”.

El ambiente que se vive en este hogar, cada vez que Nairo corre, logra traspasar los límites del orgullo, y esa sensación que provoca el patriotismo

Las bicicletas, ruanas y gorras rosadas predominan en el lugar. Hoy, domingo 28 de mayo, Nairo pedalea con la maglia rosa que ganó el día de ayer. Hoy, se juega la final. Tan solo se necesitan 31 segundos para ganar. 9:45am el ciclista comienza a rodar, las personas eufóricas gritan: “sí se puede, sí se puede, sí se puede” en un coro magistral que enerva la sangre, y muestra cómo, un deporte como el ciclismo, pueda llegar a unir tanto a un país.

10:10 am, la carretera tuvo que ser cerrada debido a la cantidad de personas que se encontraban allí, los murmullos del lugar, en medio del silencio de tantos gritos, emanaban: “aún se puede”, sin embargo, la luz de la esperanza, para algunos, ya se había disipado: “ya ganó Dumoulin”. 10:18am, Nairo queda en segundo lugar del Giro de Italia 2017, las personas sienten un sin sabor, tan solo se necesitaban 31 segundos para quedar en el primer lugar, pero 31 segundos, en el ciclismo lo son todo, son ganas, son fuerzas, es el agotamiento, el desespero, el cansancio. “¡Nairo, Nairo, Nairo!” así acaba la premiación, con los gritos sin cesar de los asistentes, quienes orgullosos, le agradecen a sus padres, por traerles un sinfín de sensaciones a los colombianos, por aumentar el patriotismo en cada uno de ellos. Las personas se disipan del lugar lentamente. El tráfico de la carretera se vuelve a abrir, doña Eloísa y don Luis, se encuentran muy cerca de la pantalla, ambos vestidos de rosa casi de pies a cabeza, agradecen la asistencia de las personas. 3:30pm, un gran número de asistentes siguen reunidos fuera de la tienda de los papás de Nairo. La cerveza y la carne asada están a la orden de todos aquellos que quieren seguir disfrutando el triunfo del ciclista, un triunfo que muy pocos han logrado. Nairo se ha convertido en el cuarto ciclista de la historia que ha conseguido subirse al podio seis veces en tres grandes carreras. En el 2013, quedó en segundo lugar en el tour de Francia. 2014, Nairo se llevó el título del Giro de Italia. El siguiente año, quedó en segundo lugar luego de su debut en el Tour de Francia, con una diferencia de un minuto 12 segundos. En su tercera participación en el Tour de Francia, terminó tercero. 2016, campeón de la Vuelta a España, finalmente, luego de una fuerte batalla, Quintana acabó en segundo lugar en el Giro 100 años, 2017, ganador de una etapa y portador de la maglia rosa durante tres días. Cientos de alegrías, nervios, preocupación, sonrisas y orgullo, ha traído Nairo a tu tierra natal, Colombia. “Gracias Nairo, por este orgullo, no solo boyacense, un orgullo latinoamericano”, comenta Juan Palermo, argentino que ha decidido aventurarse en este país, y quien se va, con una felicidad en su alma, una del mismo calibre que la de los colombianos.

Laura Valentina Mariño González lvmarino@uniboyaca.edu.co Narrar es una pasión infinita, incluso cuando las puertas están a punto de cerrarse, el amor por este oficio se cuela, generando la lucha por lo que se quiere para lograr el objetivo. Redactar esta crónica estuvo llena de obstáculos, entrevistas, muchos “no”, pero siempre retumbaba en mi cabeza esta frase: “no se rinde quien nació en donde por todo hay que luchar”, y aquí sigo, con fuerza y talante para continuar haciendo lo que más me gusta: escribir.

un héroe Desconocido 50

Un héroe desconocido, narra uno de los hechos más violentos de los últimos años en el departamento de Boyacá. El paro camionero se tomaba la ciudad de Duitama, ciudad de transportadores y uno de los corredores viales más importantes del Oriente colombiano. El desespero, el miedo, las explosiones, los disturbios, la protesta y la muerte, eran el panorama de aquel julio del 2016. Luis Orlando Saiz, trabajador de la empresa Logos, se convertiría en el motivo de unión de la Perla de Boyacá. La muerte a manos del Escuadrón Móvil Anti-disturbios (ESMAD) causó indignación a nivel nacional. Luis Saiz fue despedido como un héroe que nadie conoció.

resumen

Duitama vivió uno de los peores paros ocurrido en el país en los últimos años, por ser punto central del trasporte, dado que la gran mayoría de conductores que paraban son de esta ciudad. El paro camionero comenzaba y luego de 32 días de paro, el gobierno no les ponía cuidado, tuvo que estallar para que la atención que necesitaban se diera. Los bloqueos de vías, disturbios, muerte, desesperación, humo, cacerolas, velas, marchas, abusos de autoridad y bombas eran el nuevo paisaje de Duitama aquel julio del 2016.

Martes 12 de Julio 2016 La impaciencia se apoderaba de la ciudad cuando el gobierno ignoraba las peticiones del gremio camionero. La tensión empezó a subir y como siempre la única manera de que sean escuchados por los altos mandatarios es bloquear las vías. Unos 300 camioneros a las diez de la mañana bloquearon la vía nacional que conecta a Sogamoso – Duitama - Paipa con llantas incineradas, piedras y palos. El Escuadrón Móvil Anti-disturbios (ESMAD) hacia presencia y con bombas aturdidoras, gases lacrimógenos y balas de goma intentaba dispersar a las personas que bloqueaban la vía. Este mismo día el gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya, se accidentó en la víaTunja – Duitama a la altura del municipio de Tuta, casi a las once de la mañana. El carro en el que iba, chocó de frente contra un bus de la empresa Libertadores y se volcó.El mandatario se dirigía a hacerse cargo de la situación de tensión que estaba viviendo el municipio de Paipa y la ciudad de Duitama. Las especulaciones empezaron a surgir con este hecho. Unos le echaban la culpa a vándalos que estaban en la vía tirando piedra, otros a la alta velocidad a la que iba el carro donde se trasportaba el gobernador, y otros hasta llegaron a decir que el carro venia en contravía. Se empezó a volver viral la noticia falsa en los medios de comunicación nacionales de que el conductor había muerto. “Última Hora, el chofer personal del gobernador de Boyacá Carlos Amaya, acaba de fallecer en el accidente a la altura de Tuta. El gobernador se encuentra en delicado estado” Canal RCN. El presidente de la república Juan Manuel Santos al enterarse de esta situación ordenó de inmediato aumentar la fuerza militar en la vía

y dar mano dura al gremio camionero que se encontraba bloqueando ese martes 12 de julio la Avenida 42 de la ciudad de Duitama. El panorama de la ciudad era triste, se suspendieron las clases, no había buses ni taxis, el comercio cerró y lo único que se escuchaba y se observaba eran las explosiones que dejaban las bombas ensordecedoras y el humo negro que producían las llantas quemadas. Los disturbios continuaron de manera violenta en esta avenida, aumentaban los curiosos y las personas que querían apoyar a este gremio, pues la ciudad de Duitama se caracteriza por ser la capital trasportadora del país. Estudiantes de la UPTC, dueños de parqueaderos, conductores de buses urbanos y taxistas se manifestaban uniéndose al gremio camionero y respondían los ataques en contra el ESMAD. A las cuatro de la tarde, empezaron los gritos desesperados de la comunidad al oír un estruendo de una explosión y un alarido de dolor. “Marica lo mataron, asesinos, asesinos, lo mataron, nosotros solo estamos exigiéndole al gobierno lo justo.Llamen una ambulancia urgente, es un abuso de la autoridad, no es justo. No está respirando”. Se trataba de Luis Orlando Saiz, quien fue trasladado al Hospital Regional sin signos vitales por el impacto directo con una bomba de gas lacrimógena en el cráneo. “Los señores del ESMAD se nos acercaron, él estaba en la esquina y ellos le dispararon en la cara a un metro de distancia. No lo vi solo yo, sino

todas las personas que estaban allí, que eran muchísimas, también había mucho curioso”. Afirma el Testigo directo que se encontraba en el momento exacto de la muerte del joven. La muchedumbre que se manifestaba en la Avenida 42 se trasladó desde el sitio del hecho con rabia hacia el edificio de la Alcaldía de Duitama, que queda en el centro de la ciudad, en la Plaza de los Libertadores, por la muerte de Luis, destruyendo los vidrios de esta entidad y de lugares como la Fiscalía, Alcaldía y bancos. “Yo me encontraba trabajando en la esquina del banco Davivienda. Eran aproximadamente las seis de la tarde cuando empecé a escuchar que estaban rompiendo los vidrios de la Alcaldía, lo único que hice fue salir corriendo por miedo, después volví a mirar lo que había pasado y me sorprendí al mirar que a la Plaza de los Libertadores entraban tanques de guerra y a mi mente llegó de una vez la imagen de cuando se metieron al Palacio de Justicia en el 85 en Bogotá. Empecé a llorar y me empecé a imaginar lo peor” Luy Ayda Riaño, vendedora de minutos. Se ordenó toque de queda en Duitama “Considerando: Que durante la tarde del día 12 de julio de 2016, continuaron las manifestaciones y afectaciones al orden público, el deceso de un ciudadano, los enfrentamientos de la comunidad y Escuadrón Antidisturbios y los ataques contra el Edificio Administrativo. La Alcaldía decreta en conjunto con la Policía Nacional la cual brindará apoyo: Decretar Toque de Queda en Duitama a partir del día martes 12 de julio a partir de las siete de la noche a seis de la mañana hasta nueva orden”.

El panorama de la ciudad era triste, se suspendieron las clases, no había buses ni taxis, el comercio cerró y lo único que se escuchaba y se observaba eran las explosiones que dejaban las bombas ensordecedoras y el humo negro que producían las llantas quemadas.

Tras esta orden la ciudad se había convertido en una ciudad fantasma, se sentía un ambiente de terror. Las líneas telefónicas se cayeron y la palabra “Duitama” era tendencia nacional en todas las redes sociales. Luis Orlando Saiz Villamil Nació el 12 octubre de 1989 en la ciudad de Duitama. Vivía en el Barrio Juan Grande de esa ciudad, estudió en el colegio Francisco de Paula Santander. Habitaba en una casa sencilla con un huerto al lado, reflejaba la humildad de un trabajador colombiano. Pintor de carrocerías de la empresa Logos en la ciudadela de la ciudad de Duitama. Hincha a morir del equipo Real Madrid y amante de los carros. Hijo de doña Isabelina Saiz, “Mi hijo era una persona inquieta, alto, delgadito, morenito, no era tan simpático, pero para mí el chino era el más lindo, me gustaba su carita. Le gustaba jugar fútbol, eso sí era de muchos amigos. Cuando terminó la secundaria en el 2007, empezó a trabajar, en lo que fuera, él le hacía a todo. En esos días trabajaba en una empresa de carrocerías, era muy humilde y sencillo, a veces era muy tímido.Yo no tenía a nadie más, mi esposo está enfermo y mis otros hijos ya tienen a sus familias, Luchito me traía de comer cada sábado y me visitaba también todos los domingos y se quedaba conmigo, era una persona muy juiciosa en lo que hacía.

no ha venido a almorzar ni nada y yo esperándolo. Y de una me entré a ponerme una chaqueta y los vecinos no me dejaron ir al hospital. Yo estaba sola y no tenía con quién ir. Por la noche pude ir con un hijo mío y me dieron la noticia, todo se me vino al piso, cuando me enteré que mi chino se había muerto. No le tengo rencor a la Policía, pero no quiero que todo se quede ahí, quiero que se sepa la verdad de mi hijo”. Luis Saiz tenía tres hermanos más, Victoria, Andrés y Manuel Saiz. Victoria era la más cercana a él, sus hermanos también lo querían mucho. “Lucho era una persona trabajadora, él no era universitario de la UPTC como decía la prensa. Hoy me da gracia eso, es increíble cómo se difunde mal la información. Él era muy curioso y lamentablemente por esto pasó lo que pasó. El ESMAD tiene toda la culpa, la Policía está para protegernos y mire cómo le respondieron al pueblo esos días. La justicia siempre agrede a las personas de bien, sencillas, nobles. Él no era para nada malo, él tenía su novia Olga, él era muy cariñoso con ella, la quería mucho, ya llevaban varios años. Mi hermanito siempre estará en mi corazón y lo recordaré siempre. Él murió en la defensa del pueblo y se convirtió en un icono de la ciudad”. “Un inocente caído por las injusticias de un gobierno”. Con esta frase la empresa “Carrocerías Logos”, para la que trabajaba Luis, reconoce en una placa, colocada en el lugar donde ocurrió la muerte, que Luis fue un hombre trabajador que respondía de manera responsable con su labor.

Descono Dicen que la muerte de un hijo es lo más fuerte que existe y lo comprobé, yo me enteré por unos vecinos que vinieron y me avisaron. Empezaron a decirme que había pasado un accidente ahí al lado de Postobón y que era él, Luis Orlando, y yo dije ¿cómo así? De razón

Don William Gerardo Joya es el gerente de la empresa para la que trabajó Luis en sus últimos días, “El muchacho era algo serio o tiraba a ser un poco tímido, pero respondía en todo lo que se le ponía a hacer. Se la llevaba bien con todos aunque se demoraba en coger confianza con los demás. Él tenía la función de pintor. Por esos días la ciudadela, donde se ubica nuestra empresa, estaba también bloqueada por los camioneros. Por eso todos nosotros tuvimos que salir temprano para evitar que los que estaban protestando atentaran contra la empresa. Nos ordenaron cerrar y nos tuvimos que ir. Muchos nos fuimos a pie porque no había paso para carros. El muchacho se fue adelante y ya fue en la noche que me enteré que uno de la empresa estaría en la manifestación en la 42 y que había muerto. De una me puse a averiguar y confirmé la mala noticia que se trataba de un hombre que trabajaba para nosotros. Al principio hubo confusión

porque por todos los canales estaban diciendo que era un muchacho de la UPTC pero, poco después ya, confirmaron que se trataba de Luis Orlando, el muchacho que trabajaba con nosotros, el pintor. La verdad me sorprendí con la noticia, no me esperaba que Luis estuviera por allá, porque el chino era juicioso, yo ni me lo creía, lo que a él lo llevó a estar en ese lugar fue que siempre fue muy curioso y avispa a pesar de que fuera calladito”.

Miércoles 13 y jueves 14 de julio 2016 Luego de los fuertes disturbios, el ambiente de terror y la muerte de Luis Orlando, la ciudad se siguió manifestando, pero pacíficamente. Los noticieros en horas de la tarde trasmitían el parte oficial de Medicina Legal como primicia, “La muerte de Luis Orlando Saiz fue ocasionada por trauma craneoencefálico severo producido por el impacto de proyectil lacrimógena de alta velocidad”, Carlos Valdés, director de Medicina Legal. La ciudad se enteraba del parte oficial del asesinato del joven y con más argumentos apoyarían a la familia en su dolor.

ocido

El día miércoles partió una marcha desde la Plaza de los Libertadores hacia la Avenida 42 donde falleció Luis Orlando “ESMAD asesinos, ESMAD asesinos, no queremos impunidad. ¡Justicia! ¡Justicia!”. Alrededor de unas siete mil personas acompañaron a la familia en una voz para que este hecho no quedara impune. Avanzaba la marcha pacífica por la Avenida de las Américas donde se realizaron varios minutos de silencio. Y la movilización llegó a la glorieta del Hospital. “No queremos a RCN y CARACOL los cuales desinforman al país, no son gratos en Boyacá ni en Duitama” gritaba Andrés Saiz el hermano de Luis. Al llegar al sitio donde murió Saiz, las personas empezaron a orar, a dejar ofrendas florales, cintas blancas y mensajes de apoyo. En una caja se recolectó dinero para poder pagar los gastos funerarios. La marcha pacífica, a la que se le había unido más gente, avanzó hacia el sector de Higueras. La prensa corría a buscar el mejor sitio para tomar las mejores fotos y videos. De un momento a otro, a la altura

del parqueadero INVERTRAC, a una cuadra del terminal de Duitama, salieron diez agentes del ESMAD a custodiar la marcha que venía de la Plaza de los Libertadores. De inmediato, los marchantes, empezaron a gritar arengas hacia esta organización “Asesinos, asesinos, Luis Orlando no era ningún criminal”. El ESMAD respondió con gases y aturdidoras, bombas que dejan un sonido en la cabeza tormentoso y hacen que las personas no se puedan mover bien. “Habían niños en el lugar, personas de la tercera edad, todo era muy pacífico, lastimosamente estas personas se dejan llevar por órdenes de los de arriba, cuando ellos también son el pueblo. Salió una tanqueta de la callejuela del parqueadero y empezó a echarnos agua, yo salí corriendo del lugar desesperadamente. Un soldado que custodiaba la marcha también salió corriendo por los gases con los ojos llorosos, esa imagen siempre se quedará en mi mente. Ese día sentí mucha rabia, el día anterior mataron al joven y ese día apuntaban al pueblo. Me partió el corazón ver unas fotos en redes sociales, donde salían unas niñas con moretones, tal vez por las balas de goma y con los ojos llorosos por el gas” Diego Martínez, estudiante. Estos hechos conmovieron a toda la ciudad. Esa noche hubo cacerolazos por las calles, en la Plaza de los Libertadores y en las avenidas. Los pitos y el ruido de las cacerolas interrumpían el toque de queda. Al día siguiente, se convocó a un “velatón” en la noche. Unas 2000 personas con vela en mano, banderas y camisas blancas marcharon por la ciudad hasta la funeraria pidiendo justicia por la muerte de Luis Orlando Saiz. “La comunidad se solidarizó con nosotros ese día, nos dieron una voz de aliento. Me impresionó la cantidad de gente que llegó a la funeraria esa noche, como si fuera un héroe o una persona famosa” Margarita Saiz, tía de Luis Orlando.

Empieza una nueva independencia, viernes 15 de julio Algunos catalogaron este día como histórico. Eran las tres de la tarde y la Plaza de los Libertadores estaba a reventar de gente, no le cabía ni un tinto, se escuchaba un silencio extenso de tristeza y lo único que sonaba eran los autoparlantes de la Catedral de Duitama. A la estatua de Simón Bolívar, que se ubica en la parte superior de la plaza, le colgaron mensajes pidiendo justicia, banderas negras y blancas y una ruana. La eucaristía comenzó. La familia se ubicaba en la parte interior de la Catedral y los habitantes llenaban la Plaza de los Libertadores. Llevaban camisas de la selección Colombia, banderas y globos blancos, entre otros objetos en signo de paz y apoyo. La ceremonia se llevó a cabo con total normalidad. Los feligreses lloraban y oraban por el alma de Luis. Al terminar, la sobrina dirigió unas emotivas palabras que conmovieron a toda una ciudad “Empieza una nueva independencia, con la sangre derramada por Luis, este día no se nos

puede olvidar jamás, como boyacenses y duitamenses. Ahora nos tocó responderle a Lucho para que haya justicia y no impunidad. Hace cuatro días nadie te conocía, hoy un país entero te recordará por siempre. Ve de la mano del señor y paz en tu tumba”. El féretro salía de la Catedral con la bandera de la ciudad de Duitama y circuló por las principales calles hasta llegar al cementerio. “No pude contener las lágrimas, me da rabia la muerte de este hijo del pueblo. Me impresionó el apoyo de toda Duitama, pero la muerte en las protestas no se puede seguir permitiendo” César Pachón, ex candidato a la Gobernación de Boyacá y líder campesino. “Nunca en la vida había visto algo así en Duitama. La cantidad de gente que estaba en el cementerio y en las calles de la ciudad era impresionante. Tanto así, que por los pasillos no cabía la gente y tocó que se ubicaran en las zonas verdes de este campo santo. Este hombre de verdad fue despedido como un héroe” Jaime Gómez, conductor y habitante de la ciudad de Duitama. El paro camionero había culminado el 22 de julio. Las negociaciones con el gobierno y los líderes de este gremio llegaron a acuerdos y Boyacá celebró este día. El agente del ESMAD que disparó a Saiz fue identificado y fue sacado de esta organización. En el Senado de la República hubo debates para el desmonte del ESMAD por los abusos de autoridad presentados en varias ocasiones desde el paro agrario. Y Margarita Saiz, tía de Luis, ha asistido a varias reuniones en la Comisión Segunda Constitucional permanente del Senado

de la República buscando justicia por su sobrino. Para los abogados es un tema difícil, Aura María Valderrama, funcionaria del Palacio de Justicia de Duitama afirma: “Aún se está investigando el caso. El agente del ESMAD está detenido en Bogotá y se espera que se le imputen los cargos pertinentes. Todavía se estudia el video probatorio de un drone, donde supuestamente sale el muchacho participando de estos disturbios”. Este drone es utilizado ahora por los comandos especiales del ESMAD para este tipo de manifestaciones y por si un caso de estos puede llegar a pasar. Hay dos versiones, una del drone y la de Medicina Legal, pero pesa más el dictamen de Medicina Legal, donde esclarecieron que el joven sí fue impactado con una granada de gas lacrimógena. La Policía tuvo más exceso de fuerza por la manipulación de estos artefactos. Lo cierto es que el caso sigue en investigación por la Fiscalía General de la Nación en Bogotá y en Santa Rosa de Viterbo, donde también hay procesos por las diferentes denuncias de la familia”. Duitama despidió después de una larga semana de terror y desesperación a una persona que nadie conocía pero que,

Estos hechos conmovieron a toda la ciudad, esa noche hubo cacerolazos por las calles...

con su muerte, se convirtió en icono de lucha para muchos. El departamento abría los ojos a la realidad gracias a este hecho y a los diferentes paros que ha sufrido, negándose a la mal información de los medios de comunicación manipulados y a los abusos de autoridad. Estos hechos no pueden quedar impunes en un país que busca la paz. El nombre de Luis Orlando Saiz quedará grabado en los duitamenses por siempre.

Duitama despidió después de una larga semana de terror y desesperación a una persona que nadie conocía pero que, con su muerte, se convirtió en icono de lucha para muchos.

Óscar Fernando Martínez Gómez oscmartinez@uniboyaca.edu.co Twitter e Instagram: @Oscar_Maartinez Decidí contarle a mi ciudad y al mundo entero, lo que muchos no querían contar. Mi cámara, mi guerrera, como la llamo yo, se convertía en el arma más poderosa ante la confusión, el desespero y las injusticias. Cómo recuerdo esos días, de no poder dormir ante el miedo de las amenazas y el valor que tuve al no rendirme, tendiendo como fuerza la verdad. Enfrentarme ante un hecho tan trascendental en la historia de Boyacá, me llena de orgullo y me motiva a seguir narrando. Luis Orlando Saiz, es uno de los muchos casos que el país olvida y la justicia deja impune. Contar impide que los pueblos desconozcan su historia.

Esta crónica relata la historia de un joven que como cualquier otro, hubiese podido dedicar sus gustos musicales al reguetón y otras tendencias, pero en su valiosa elección decidió no solo escuchar nuestra bella música colombiana sino interpretarla, por medio del tiple, llegando a ser hoy uno de los mejores exponentes de dicho instrumento y de nuestra música. Las tertulias, los escenarios y muchos elementos más hacen parte del desarrollo de un músico integral, el sueño de Carlos es el sueño de varios hecho realidad a través de la interpretación. ¡Qué viva el tiple!

resumen

tocar Tiple

el sueño de carlos 61

Aquel tres de diciembre fue un día radiante. La música llegó a nuestras mentes y oídos desde el principio de la mañana, armonizando la melodía de la brisa y el estremecedor balanceo de los árboles que rodeaban el patio de la casa de Roque Carreño. Un músico, jardinero, cocinero, loco, poeta y soñador amante de la música colombiana, y una de esas tantas personas que serían capaces de rasgarse las vestiduras, así como lo hacía el maestro José A. Morales con tal de escuchar aunque fuese la mitad de un pasillo colombiano, pero cómo no, si es que sabe a carne santandereana, a tamal tolimense, a ajiaco santafereño, saben a Colombia y huelen a los cañadulzales del Valle del Cauca. Tienen la belleza de la “Campesina Santandereana” y el coraje de Bolívar cuando suenan. Al llegar la noche, Carlos sentía que el corredor de la casa, que en minutos se convertiría en un pequeño auditorio dispuesto a escucharnos, era una guillotina. Sus propósitos con la música habían avanzado de una manera sorprendente. No era el mismo, su cabeza y su cuerpo gozaban de la plenitud del propósito musical, ese que va más allá de lo terrenal, que no se ve, pero se siente y se escucha; por eso mismo, le sudaban las manos, le temblaban las piernas y como dijo un amigo santandereano, yo creo que hasta las muelas. Claro, ya no era un juego, “mis presentaciones a partir de esa noche tenían la obligación de ser impecables hasta el día en que muera”, afirma en la entrevista con el talante y la fuerza natal de su tierra Santander. A las siete de la noche de ese tres de diciembre los invitados de Roque empezaron a llegar. Primero fueron dos señoras, de esas que se ponen más joyas que ropa, y su propio humor es un perfume que le produce alergia hasta al más anósmico. Eran muy elegantes en su andar y conversar, hablaban de todo, hasta de lo que no sabían. Cuando vieron nuestros instrumentos afirmaron con seguridad varios nombres: (Guitarra, Violín, Viola, Guitarra eléctrica) y ninguno resultaba ser el nombre del aparato musical que interpretaríamos esa noche. Simplemente decían el primer nombre que se les viniera a la cabeza. Es un tiple dijo Carlos, y hasta ahí llegó la conversación. La bondad y “querendosidad” de esas dos señoras hacen, según Carlos, creer al músico que serán las más atentas oyentes en todo el transcurso de la velada y que efectivamente sí son amantes y

melómanas consagradas, pero en la realidad resulta un poco difícil que dejen de hablar de sus temas cotidianos en mitad de una obra musical. “Quien lo creyera, a veces la gente que parece más culta resulta ignorar por completo el respeto y el silencio que se debe tener cuando alguien se esfuerza para alegrar los oídos de las personas con la música”. Esta frase se la escuché decir a Carlos muchas veces, y hoy cuando la volvió a pronunciar, se me vinieron a la cabeza todas esas viejas interrumpiendo nuestros pasillos, esos pasillos de Morales Pino y Francisco Cristancho por los cuales en esta ocasión, nuestro amigo Roque Julio Carreño razgó sus vestiduras. El siguiente en llegar fue un hombre alto y barbado que fumaba todo el tiempo un gran tabaco. Su barba era un poco amarilla, nos preguntamos rápidamente Carlos y yo, si estaría de ese color por tanto fumar, o por tanto hablar, ya que no se callaba, pero al menos sus opiniones eran más interesantes, política, historia, geografía, y algo de lengua, ya que en lo que nos contó, había sido historiador en su tierra Natal, (España). Lo acompañaba su esposa que solo se limitaba a escucharlo y de vez en cuando a regañarlo cuando decía un mal chiste o cometía alguna imprudencia, resultado de la edad y de tantas cosas que hablaba. No eran muchos los invitados. Las señoras y el hombre fumador con su esposa fueron los que más le llamaron la atención a Carlos. Él en su mente tenía claro que a la hora de tocar, todas estas descripciones y percepciones que le pasaban por la mente, se borrarían del todo para dar paso a lo que él quería mostrar esa noche.

Carlos tiene 22 años, es bachiller y ha vivido toda su vida en San Gil, Santander, un pueblito en el centro de Colombia y sur del departamento de Santander, al cual lo atraviesa el río Fonce donde han vivido por varias generaciones garzas e iguanas, pero, ¿por qué iguanas? Mi Padre Gustavo Márquez me contó alguna vez que un personaje de San Gil, llamado Polo Rueda, tuvo la misión de llevar en una camioneta Ford de platón, trescientas iguanas pequeñas desde Bucaramanga hasta Bogotá con el fin de fomentar la repoblación de esta especie en un santuario capitalino. “A Polito le gustaba mucho tomar trago”, “y cuando iba pasando por San Gil con las trecientas iguanas, le dio por parar en unas casetas muy famosas de esa época en San Gil; hablamos aproximadamente de la década de los 80. Polito se bajó de la camioneta y alguna cosa les gritó a esos animales, algo como: ¡voy a tomarme una o dos!, ahora vuelvo y seguimos el viaje. Polito era así, le hablaba hasta a su sombra”, dice Gustavo con una sonrisa pícara. “Efectivamente no fueron ni una ni dos, Polito se emborrachó como de costumbre y encendió la camioneta para seguir con las iguanas hacia Bogotá. En un punto sangileño, a orillas del Fonce, que llaman Punta del Este, Polito se accidentó y la camioneta se volcó, haciendo así de esa calle sangileña un río de iguanas. Afortunadamente a Polo Rueda no le pasó nada, pero todas las iguanas que sobrevivieron se escaparon por las orillas del Fonce, donde hoy son más de mil y tienen allí su hogar. Este paraíso hídrico, como lo es San Gil, también ha sido forjador de grandes propuestas artísticas deportivas y

Sus propósitos con la música habían avanzado de una manera sorprendente. No era el mismo, su cabeza y su cuerpo gozaban de la plenitud del propósito musical, ese que va más allá de lo terrenal

culturales, sus dirigentes se han preocupado por mantener vigente la estructura cultural del pueblo, fue gracias a eso que el cinco de febrero del 2009, se abrieron las convocatorias para entrar a hacer parte de la Escuela de Música de la Casa de la Cultura de San Gil, allí y días después, tuve la fortuna de conocer al maestro Carlos Augusto Vásquez Soto, quien años después en esa sala de la casa de nuestro amigo Roque Carreño, demostraría lo que para esos días, por medio del estudio y amor, sería capaz de hacer con ese instrumento que decidió empezar a estudiar, el majestuoso tiple colombiano. Hablar del tiple, es remontarnos a la historia de los instrumentos más antiguos del mundo. El tiple ha sido, según David Puesta Zuluaga, un bogotano que ha dedicado la mayor parte de su vida a la investigación de instrumentos vernáculos, escritor y creador del libro: “Los caminos del

Grandes maestros a través de la historia han interpretado este noble instrumento, traspasando fronteras y dándole la vuelta al mundo

Tip

tiple”, publicado en 1988, “la degeneración de la guitarra española”, que es descendiente de la vihuela. También se cree que el tiple hace parte de una familia de instrumentos traídos por los españoles de las islas Canarias. Hoy en día el tiple es nuestro instrumento nacional.

Grandes maestros a través de la historia han interpretado este noble instrumento, traspasando fronteras y dándole la vuelta al mundo, como lo fue el caso del veleño Francisco Benavides y el bogotano Álvaro Dalmar, quienes en una de las tantas anécdotas de la música colombiana, se encontraron. Álvaro Dalmar era un cachaco que desde niño había empezado sus estudios del tiple y la guitarra consiguiendo así posteriormente formalizarlos en el conservatorio Juilliard de Nueva York.

Francisco Benavides “El mago del tiple” llamado así desde su tierra natal Vélez, donde la gente es arisca, de temperamento fuerte y orgulloso, sobre todo por lo que tienen, y en esas épocas, hablamos de entre 1900 y 1980, tenían el mejor y único tiplista, ya que Francisco Benavides fue el primer colombiano en hacer de un supuesto cordófono, netamente armónico como lo era el tiple, un instrumento melódico. Es decir, a Pachito Benavides se le ocurrió hacer melodías y puntearlas en el tiple. Según el libro de David Puerta Zuluaga y Julio Valdivieso Torres (2005) “Visión histórica en los santanderes”, era una hazaña y un logro que traería muchos comentarios, y un cambio drástico a la forma de tocar el tiple. “A su encuentro, los dos maestros se tornaron, dice Carlos,

ple

un tanto egocéntricos y tal vez al regocijo temporal de la tertulia musical y, sin lugar a dudas con ayuda del sereno y el trasnocho y un par de aguardientes, el maestro Dalmar dice delante de Pacho Benavides que tocar el tiple es fácil. Claro, dicho desde la perspectiva de un guitarrista clásico como lo era Dalmar, estudiado en los Estados Unidos, y lleno de conocimientos musicales podría ser fácil, pero, bien decía el maestro José A. Morales que la gracia del tiple santandereano y de sus canciones y sus letras es el acento. “Nosotros tenemos un acento fuerte, fuerte con más de cien eres”, pronunciaba el maestro.

Carlos también me cuenta, desde lo más personal, que ese disco marcó su vida. No tiene claro si fue la forma tan auténtica en que Dalmar tocaba el tiple, o por la música grabada, y ni hablar de las versiones que para esa época fueron muchísimo más superiores a lo que había hecho Pacho Benavides, ya que Dalmar no solo quiso destacar la forma de hacer versiones para tiple melódico, sino que imprimió en esas grabaciones un toque de su virtuosismo tocando temas difíciles y altamente influenciados por las corrientes gringas, de esa manera se cree que fue el ganador del reto.

El maestro Morales, el cantor de la patria, en todas sus canciones narra situaciones fuertes, llenas del carácter abrupto santandereano. Carlos: “Para mí el silencio del paisaje santandereano es el ensordecedor ruido de los grillos con sus obras clásicas que solo entienden ellos, el cantar de los sapos que nunca faltan y el agua, qué belleza el silencio del agua estrellándose contra las piedras místicas que alguna vez pasaron por las manos de los indios Guane en esa noble región, y es silencio porque creo que hoy en día, el resto es ruido”.

“Maestros de la singularidad y creatividad como la de ellos, Dios mío, necesitamos más que ministros” cierra el tiplista. Carlos hace parte de la generación de nuevos tiplistas santandereanos, muchachos entre los 10 y los 20 años que son formados en diferentes escuelas musicales del Departamento.

“El maestro Benavides tenía en su corazón todo este ejército de argumentos para justificar sus composiciones y lo que hacía con el tiple. Por eso, se levantó de la silla y dijo a Dalmar que si tocar tiple era tan fácil, grabara un disco en el menor tiempo posible y se lo dejara escuchar. Alvaro Dalmar se lo tomó muy enserio, se encerró un mes entero con un tiple e hizo uno de los mejores trabajos discográficos con el tiple melódico “Su majestad, el tiple” conocido hasta hoy.

En San Gil, el proceso inició desde el 2009 y ya ha dado como resultado más de cien niños interpretando un instrumento, labor en la que se destaca como profesor el maestro Diego Otero, quien es el autor por medio de su disposición y profesionalismo para enseñar la música de nuestra tierra a todos estos niños. “Lo tan poquito que vale un tiple y lo bonito que suena, lo mucho que cuesta un rifle y o tan jeroz que truena”, afirma el maestro Jorge Velosa Ruíz en una de sus coplas.

Carlos Vásquez se vincula a este mundo mágico al llegar todos los días desde el 2009, en una bicicleta naranja tipo cros, a recibir sus clases. Vestía común y corriente y usaba una particular gorra. Llegaba con bandada de amigos que provenían todos de su mismo barrio a aprender a tocar tiple guitarra y bandola, fundando así su primer grupo musical a quien Diego Otero denomino: “200 de Cilantro”. 200 de Cilantro, porque uno de sus integrantes carecía un poco de la virtud musical de la medida, “por eso cuando empezamos a sonar bien y tuvimos que hacer la primera muestra musical de la escuela recordamos un día de ensayo en que Diego, ofuscado dijo que tenía más medida 200 de cilantro que el grupo, ya que cuando uno compra 200 de cilantro, a veces dan más, o a veces dan menos, y con ese nombre llevamos tocando 8 años”, me dice Carlos con una sonrisa, no sé si de orgullo, pena, o pereza por tener siempre que repetir ese cuento que ya le sabe a… Con 200 de Cilantro viajamos, conocimos, nos reímos, aprendimos, ganamos, perdimos, peleamos, crecimos, jugamos, lloramos, y los más importante, tocamos mucho tiple, la gente a donde quiera que íbamos nos admiraba por ese valor. “Además, también deja de ser uno tan pendejo afirma Carlos, ya que los libros y los viajes tienen la posibilidad de enseñarte a vivir mejor, y a conocer la gente, que es tan importante”.

Con 200 de Cilantro viajamos, conocimos, nos reímos, aprendimos, ganamos, perdimos, peleamos, crecimos, jugamos, lloramos, y los más importante, tocamos mucho tiple

Uno de los personajes que Carlos, así como yo, nunca olvidaremos es precisamente a Roque Carreño. Roque Julio vivía en Pinchote, un pueblito a cinco minutos de San Gil. Había llegado de Bucaramanga con su esposa a vivir en ese lugar buscando la paz interior meritoria y digna de la edad. Con su figura, un tanto escuálida y manos gruesas, “el viejo” agarraba su acordeón de teclas y se sentaba a tocar en una banca de madera envejecida, de esas del parque, justo debajo de la estatua de Antonia Santos Plata. La luz tenue y amarrilla de los faroles contrastaban con el silencio del pueblo. La música de Roque era mágica, él tocaba tarantelas, fox, tangos, pasillos, cantaba boleros y repetía con frecuencia esa canción de Joaquín Sabina que nunca me aprendí. Días después su esposa se fue de la casa y él quedó solo. Pues no solo del todo, Carlos y yo íbamos a visitarlo los fines de semana. Había que avisarle con anticipación, no sé para qué, si siempre iba a decir que sí. Solo una vez no pudimos ir porque Roque se había ido a acampar a la montaña ¡qué locura es esta!, pensamos con Carlos, un Viejo de 74 años acampando en la montaña. Ese era Roque, un tipo agradecido por la vida y los paisajes que veía y la música que escuchaba. Su casa por dentro guardaba el gusto decorativo de un artista. Roque era un artista de las flores, había todo tipo de plantas en su casa, helechos que colgaban sus ondeantes cabelleras, orquídeas y como cinco bonsái que superaban todos los 30 años de edad. En diciembre, sacaba a la puerta de su casa un pino gigante y lo llenaba de luces y bolas navideñas, sacaba su acordeón y tocaba villancicos. Tenía la costumbre de gritar lo que sentía. En las interminables tertulias que vivimos, a cualquier hora se ponía las manos en la cabeza y le gritaba a Dios que gracias por permitirle compartir con nosotros, se emocionaba fácilmente y lloraba, y en su gran acordeón italiano dejaba todos esos sentimientos, alegrías y quimeras que, imagino volarán por los cielos. Roque ya no está en este mundo.

Muchas personas como Roque, llenan la vida de un artista, enseñándole nuevos valores y vivencias que servirán para la misma vida. La primera melodía que salió esa noche decembrina del tiple de Carlos fue el bambuco Flor de Romero. En su interpretación, se notaba la madurez con que sabía tocar, reflejaba en su cara, la seriedad que eso implica, y el sonido, tan claro y nítido como él mismo no lo esperaba. Nunca olvidaré esa noche en casa de Roque ya que descubrí que una de mil personas es la bendecida, o la iluminada. El poder de sus melodías hacía que la charla se apagara y la atención que exigían sus movimientos corporales interpretativos hicieron provocar la locura en los asistentes. No todas las personas que interpretan el tiple tienen ese don tan particular que tiene Carlos. No es lo mismo escucharlo a él que escuchar a otro. Su amor por la música colombiana lo ha llevado a alcanzar niveles muy altos. Eso enaltece nuestra bandera colombiana, y motiva a muchos jóvenes a seguir el ejemplo de un valiente. Su vida transcurre en torno a eso, sus temas no dicen más que eso.

Juan Nicolás Márquez Pinzón jnmarquez@uniboyaca.edu.co

La dedicación, disciplina de estudio y creatividad, son factores importantes para tocar el tiple. Yo los he cumplido a cabalidad, y sin embargo no tengo esa magia interpretativa en el tiple como la tiene mi amigo y compañero del grupo 200 de Cilantro Carlos Vásquez Soto, que espero, siga tocando su tiple y deleitando la humanidad, por supuesto, y ojalá en mi compañía.

Haber escrito esta crónica me hace pensar que, a través de historias verídicas y llenas de sentimiento, se pueden rescatar y difundir costumbres y tradiciones como nuestra propia música y el valor que tienen los instrumentos autóctonos y vernáculos como lo es el tiple. Fue un verdadero placer escribir sobre mi tierra y su música, nuestra bella música colombiana.

Esta crónica, habla sobre un niño, quien a pesar de su discapacidad en las piernas, siempre ha salido adelante y ha cumplido muchos de sus sueños gracias a la perseverancia y las lindas casualidades de la vida, que lo recompensan de la mejor manera. Juan Andrés, a su corta edad, cuenta los retos por los que ha pasado, las anécdotas en su paso por Argentina, Colombia y Brasil, también la fortaleza en los momentos difíciles, y la solución para salir adelante, el fútbol. El relato gira en torno a este deporte, el cual es el motor para este joven que sueña ser, algún día, comentarista deportivo en un medio de comunicación.

resumen

Nací con esta discapacidad y hoy me siento afortunado por ser quien soy. Tal vez usted en este momento se queje de cosas tan diminutas; si el amor le corresponde o no. Tal vez cualquier circunstancia lo tiene mal, una simple materia de la universidad o un dolor de piernas por tener que caminar de su hogar hasta el lugar de trabajo, sin embargo, prepárese para luchar por sus metas, porque un niño de 14 años nos da una cátedra para valorar las pequeñas cosas de la vida. Juan Andrés Sierra Niño, recuerden este nombre. Él es un joven proveniente de la ciudad de Bogotá, actualmente cursa octavo grado en la Fundación Pedagógica Rayuela, ubicada en la ciudad de Tunja. A sus 14 años ha alcanzado metas que muy pocos tenemos la oportunidad de cumplir. Así es, actualmente es comentarista deportivo en el programa Saque Largo Teens del canal Win Sports. Alexander Cubides, seguidor del programa, habla sobre los niños y el contenido que proporcionan son muy buenos, ellos siempre tienen temas nuevos, conocen del deporte y saben argumentar al aire todo lo que se les propone. Básicamente son cuatro niños dialogando de fútbol, de la actualidad de los equipos colombianos, los fichajes en el mercado de pases, jugadores colombianos que tienen actividad en el extranjero y temas de coyuntura relacionados con el balompié. No hago publicidad, pero qué programa tan agradable ofrecen estos pelados los fines de semana a las siete de la mañana. Especialmente cuando aparece Juan en su silla, con tres muchachos de diferente edad, buena música de fondo para ambientar el escenario y varios temas por debatir, eso sí, las lecturas de Jorge Barraza y Luciano Wernicke son las que hacen a este joven querer tanto el periodismo deportivo. Para él ha sido muy gratificante, ya que está cumpliendo su sueño. Al principio me daba nervios, pero ya no. Además, todos son muy buenas personas, así que me siento muy afortunado. Detrás de todo esto, hay una gran historia. Juan sufre una enfermedad en sus piernas que lo hace diferente a ciertos niños de su edad. Mi embarazo con Juan Andrés fue normal, él nació a los nueve meses. Me hicieron un monitoreo fetal y

se dieron cuenta que tenía taquicardia, Katalina, la madre del niño. El anestesiólogo se demoró. Yo llegué a las once de la noche y él a las seis de la mañana. El niño sufría adentro, pero finalmente cuándo nació, se dieron cuenta que la molestia se debía al cordón umbilical, el cual venía enredado en el cuello y parte del tórax, la falta de oxígeno al nacer no era preocupante, pero ocho meses después, el niño fue diagnosticado con espasticidad muscular. Normalmente la espasticidad muscular puede ser considerada un trastorno de tipo motor asociado a diversas enfermedades y discapacidades, comenta la especialista médica Aris Ruiz Medina. Según la Revista Mexicana de Neurociencia, la espasticidad es un trastorno que deja a los músculos tensos o rígidos. Esto hace que los músculos se resistan al estiramiento, limitando así la movilidad de la persona afectada. La espasticidad puede desarrollarse en cualquier músculo del cuerpo. Sin embargo, es más frecuente en brazos, dedos y piernas. Básicamente, tengo las piernas muy duras, dice Juan, lo cual provoca ciertos comentarios en su colegio, positivos y negativos. La movilización es realmente lo único que se le dificulta a este pequeño. No falta el que intenta ofender, yo no presto atención tengo una buena relación con mis papás y eso me ha ayudado. Su rostro refleja tranquilidad, está en la edad de divertirse con sus amigos y poner en práctica los valores que enseñan en casa. Los padres de Juan siempre han estado atentos de su formación y de cómo se manifiesta la enfermedad. Cuando nosotros lo llevamos al médico, nos dijo que posiblemente iba a tener retraso mental, no iba a caminar, iba a estar en una silla de ruedas. Sin embargo, Dios rompe pronósticos y ellos son testigos de la bendición que llegó a su vida. Juan no busca las cosas, a él le llegan. Siempre he dicho que tiene una estrellita. La familia vivió un año en Argentina, porque Katalina estaba cursando su especialización luego de ser odontóloga. Juan caminaba con su padre por una calle de Buenos Aires, siempre con sus dos bastones de apoyo. Casualmente ese día había una misa en la cual estaba el arzobispo -para muchos, un

hombre milagroso- Íbamos cruzando la cebra, un hombre se nos acercó y nos preguntó ¿Por qué no llevó el niño a la misa? De un momento a otro, el monseñor iba saliendo, Juan Andrés estaba subiéndose al andén y de repente él lo alzó, le dio un beso en la frente, nos dio la bendición, luego cogió un taxi y se fue, recuerda Héctor, el padre de Juan. ¿Destino o casualidad? Bueno, dos años después este hombre de apellido Vergoglio fue nombrado como el Papa Francisco en el Vaticano. A su corta edad, es grato decir que su nivel académico es envidiable. Es un apasionado con lo que hace, un buen conversador y por supuesto buen lector. Entre sus lecturas están; Sangre de campeón, La estrategia Osorio, La Metamorfosis y Leo Messi la biografía. Sin duda alguna, “Querer es poder”. En este momento estoy leyendo ¿Por qué juegan once contra once?” Este libro escrito por Luciano Wernicke, le abre la mentalidad a un joven de catorce años sobre el fútbol. Su familia es aficionada al fútbol, cuando tenía cinco años, Juan toma la iniciativa de comenzar a ver partidos, tanto así que su abuelo le propuso jugar a ser el técnico de un equipo y este pequeño termina encantado. Yo agarraba una hoja y hacía planteamientos, con mi abuelito debatíamos y lo armábamos. ¡Que pedazo de crack! Es diferente, es completamente diferente. Cuestiona todo lo que le dicen, los argumentos deben ir en cualquier conversación que entablemos con Juan. No come entero, como dicen sus papás. Esto gracias al colegio donde estudia, en la Fundación Pedagógica Rayuela en Tunja. Este colegio es el fruto de un sueño donde los niños y las niñas, tienen la oportunidad de convivir en un ambiente de respeto y, en el que utilizando el juego, se puedan proponer y encontrar con seriedad los caminos que le permitan aclarar sus dudas, conocer nuevos saberes y compartirlos. Un lugar donde la herramienta más importante es el argumento, donde no se compite sino se discute.

Él tiene un estilo propio a la hora de escribir. Su familia siente orgullo de todo lo que hace, sus textos conmueven. Nos habla a nosotros y nos hace llorar, confiesa su papá. Comentarios como: “Otra vez nos hiciste llorar” o “¡Qué grande eres Juan!” lo impulsan anímicamente a seguir narrando historias de familia. Esta lo ha apoyado, después de las malas noticias de los médicos, de hecho, en su círculo familiar dicen “eres un ejemplo” Su WhatsApp vive lleno de mensajes de perseverancia, una vez Natalia, su tía, se lo manifestó: me siento mil veces agradecida con la vida por haberte traído a mi lado, aprendo de ti en cada palabra y en cada momento difícil, ahora sé que nada es tan grave, que la vida es un regalo y a pesar de las adversidades siempre debe haber una sonrisa. Su sueño de ser futbolista no pudo ser, a pesar de eso, la madurez la ha construido desde su personalidad. Todo lo que se propone, lo cumple.

persistencia de los padres, pudo asistir. Todos los martes de seis a ocho de la noche, en medio de aprendices y profesores, este pelado era la figura de la cancha. La profesora nos dijo que era el mejor de la clase. Hasta los estudiantes lo admiraban, casualmente un grupo de investigación tenía un congreso en Brasil. ¿Quién iría en representación de Colombia? No fue un abogado, tampoco ingeniero, ni hablar de cualquier maestro catedrático, el indicado fue Juan Andrés. A sus doce años, con cuatro niveles de este idioma, la rompió al hacer la presentación del país en el coloquio Filosofía e Infancia. ¿Recuerdan la estrellita? Nunca lo abandona.

Juan, quería conocer el Maracaná en Brasil; su tío que vive en Riverao Preto le dijo, usted viene el día que sepa hablar portugués, de lo contrario, ni venga. En la UPTC (Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia), se dicta un curso de portugués, lo ideal es que lo cursen estudiantes universitarios o profesores. Un niño de diez años tenía la esperanza de poder hacerlo realidad, luego de varias llamadas y la

Juan desayuna, almuerza y cena con fútbol. En su recuperación, siempre llega el amor otorgado por los jugadores que él ha conocido en el transcurso de su vida, como es el defensa central del Sport Recife (Brasil), Oswaldo Enríquez, Juan te deseo muchas bendiciones, mucha fuerza, acuérdate que encomendándote a Dios encontrarás la mejor protección para este momento. También, el actual jugador del Deportivo Cali y referente de Millonarios, Mayer Candelo, Juano, estamos muy felices que te haya ido muy bien en la cirugía. Por acá te esperamos de nuevo hermano. Mensajes de técnicos y periodistas de diferentes partes, van dirigidos al

Han sido buenos momentos, pero también, las fuertes operaciones a las que ha sido sometido Juan, no traen los mejores recuerdos. Los músculos intentan contraerse, por lo tanto, debe ir a control continuamente. Según la doctora María Camila Fonseca: la enfermedad hay que tratarla, con el fin de mejorar la calidad de vida y prevenir posteriores complicaciones. El manejo debe ser integral para definir un procedimiento, siempre hay que tener en cuenta a la familia. Su última intervención de cirugías múltiples fue hace cuatro meses. Son supremamente dolorosas. En una sola intervención duró siete horas, dos médicos encargados le hicieron seis cirugías. Su recuperación, duró seis meses. Al inicio no fue fácil confiesan sus padres. Sin embargo, la medicina para este niño es el fútbol.

corazón de Juan y son de buena compañía en momento dolorosos. Otro punto a favor de este joven es el bagaje que va adquiriendo poco a poco con sus escritos. “EL PANORAMA DE NUESTRA SELECCIÓN CAMINO A RUSIA 2018. De: Juan Andrés Sierra Niño Colombia es segunda con 25 puntos, por detrás del deslumbrante Brasil de Neymar. Sí, es una muy buena posición teniendo en cuenta lo difícil que es la eliminatoria sudamericana, pero el objetivo de esta columna no es analizar resultados, es opinar acerca del juego que nos muestra el equipo de Pekerman. También se informa sobre las estadísticas, para dar a conocer la verdad, como un buen periodista. “Con el paso del tiempo las estadísticas demuestran: que en los últimos 7 enfrentamientos contra el vecino

país, se registran 2 victorias de Venezuela, 4 empates, 1 triunfo colombiano, 8 anotaciones venezolanas, 7 goles del equipo cafetero. Pareciese ser que Venezuela se ha convertido en la piedra en el zapato para los colombianos, pero bueno, dejemos a un lado los datos históricos, y adentrémonos en lo que fue el partido del pasado 31 de agosto.” Los textos que produce lo han hecho llegar muy lejos en las redes sociales, las cuales han sido el factor fundamental para cumplir sus sueños. Todos los días llegaba del colegio a ver un programa llamado Saque Largo, el cual tiene

A sus doce años, con cuatro niveles de este idioma, la rompió al hacer la presentación del país en el coloquio Filosofía e Infancia. ¿Recuerdan la estrellita? Nunca lo abandona.

un elenco periodístico de renombre, en el que aparecen Andrea Guerrero, Juan Felipe Cadavid, Jorge (el patrón) Bermúdez, Steven Arce y Eduardo Luis López (el narrador del fútbol). Como bien se sabe, hoy en día las redes sociales son implementadas para saber la opinión de muchas personas. Juan vio la oportunidad para darse a conocer en el mundo del periodismo deportivo. El twitter lo usaba todos los días en medio del programa, sus trinos eran tan buenos que los presentadores ya sabían quién era este joven, ya lo identificaban y mejor aún, querían que conociera las instalaciones del canal. La persistencia y el optimismo llevaron a Juan a cumplir uno de sus sueños, conocer Win Sports.

Pas

Le escribieron por Instagram. Juan tenía los libros del patrón y quería conocerlo en persona. Ellos le dijeron que si quería conocer el set de grabación cuenta su papá. Sin duda alguna, en medio de vacaciones llegó la oportunidad y la respuesta fue un rotundo sí.

Entré y pasamos por recepción, maquillaje, oficinas, producción y después a una sala grande de computadores donde conocí a varios productores y algunos periodistas. A la izquierda estaba el estudio de Saque Largo, me tomé muchas fotos y aproximadamente a las ocho de la noche me fui. Sin embargo, luego de recorrer por las salas de redacción y los diferentes sets de grabación, lo pusieron a prueba. Narrar un gol era el principal objetivo, aunque Juan dice, prefiero comentar y no narrar, lo hizo de una manera espectacular. Dijo los nombres de los 22 jugadores, usaba términos muy futboleros como “azulgranas” y el gol salió de maravilla. Tanta fue la impresión de los productores, que finalizando el programa de Saque Largo ese día, decidieron lanzarlo al aire - eso sí, con el permiso de los padres- al lado de todos los referentes que únicamente conocía por televisión y que ahora son sus colegas. Ese día, Juan fue tendencia en Twitter, recibiendo muchas solicitudes de seguimiento en sus redes sociales. En esos días estaban realizando un casting para Saque Largo Teens con demasiados jóvenes. Hicieron el casting y nos dijeron que había

muchos niños buenos cuenta Katalina. La esperanza estaba al rojo vivo finalmente, nos llamaron y nos dijeron que Juan Andrés pasó directamente al proyecto que Win Sports tenía en mente. Fue un momento lleno de alegría y orgullo para su familia, también al saber que los directores del programa habían hecho cientos de castings por más de dos años y finalmente este niño apareció, sin haber cursado nada acerca de periodismo como sus otros compañeros. Se puso la diez, adueñándose del último cupo en este programa.

asos. Actualmente Juan, realiza un proyecto de investigación en su colegio llamado las malas prácticas periodísticas en la sociedad colombiana. Mi gran meta es ser periodista deportivo, confiesa este crack, que sin duda alguna llegará a la élite del fútbol mundial, argumentando sus puntos de vista acerca del deporte más lindo del planeta. Mi mayor sueño es poder trabajar en un medio importante como comentarista de fútbol, hasta conseguir mejores puestos. Me veo escribiendo libros de fútbol y diversos temas. Como lo dijo Nick Vujicic el miedo es la discapacidad más grande de todas.

Carlos Cuyamón Téllez cecuyamon@uniboyaca.edu.co Instagram: cuyamon5 Facebook: Carlos Cuyamón Téllez Es un trabajo que quería realizar hace bastante tiempo. La verdad me agradó mucho conocer a Juan, conocer su familia y enterarme sobre todas estas anécdotas que no esperaba de este joven. Me emociona mucho saber que un chico como Juan ha recorrido tanto y tiene un enorme bagaje con relación al periodismo. Siento satisfacción por haber realizado un buen trabajo, el saber que pude contar la historia de la mejor manera, me hace querer más la escritura. Luego de este tiempo en el que realicé la crónica, valoro más las cosas y las veo desde otra perspectiva.

Ese día, Juan fue tendencia en Twitter, recibiendo muchas solicitudes de seguimiento en sus redes sociales.

Juan planea desde la secundaria en Escuela Normal Superior Santiago de Tunja llevar a cabo el “primer paro armado normalista del país”, acoplándose a la manifestación que pusieron en marcha los estudiantes de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en reclamo a la Reforma de la Ley 30. En medio del tropel Juan resulta herido por una bomba aturdidora arrojada por la fuerza policial Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD). Un año después el estudiante de Veterinaria Carlos Chaparro es amputado de su pierna como consecuencia de la detonación de una mochila con papas bomba. Ambos relatos llegan a la conclusión que, aunque es necesaria la lucha estudiantil, ya no se puede permitir la violencia como medio de protesta en los claustros universitarios.

resumen

Cuando Juan se enteró, un mes antes, del paro que iban a hacer los estudiantes de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia supo que como estudiante de la Escuela Normal Superior Santiago de Tunja debía sumarse a la lucha. Con catorce años y un poco de experiencia en tropeles universitarios, Juan fantaseó con llevar a cabo un ambicioso levantamiento, que él denominó, “el primer paro armado normalista del país”.

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Para los que nunca han estado en un tropel el asunto empieza con un rumor, días o hasta semanas antes, pocos lo saben, pero la fecha se calcula, a veces es sólo un rumor, otras veces simplemente aparecen. Los días de la víspera son tensos hasta que una mañana cualquiera los “capuchos” llegan, nadie sabe de dónde vienen, pero sí para dónde van, desde diversos puntos cardinales empiezan a repartir panfletos o recordatorios que indican el motivo de la manifestación de este día”. Así describe la dinámica de la formación de los tropeles la entrada del 6 de noviembre de 2007 del blogspot que se proclama como “el de los estudiantes de la Uptc. En cuanto a los actores de estos movimientos, el blosgspot Memoria de los movimientos estudiantiles de Colombia, define a los encapuchados o capuchos como las denominaciones más conocidas, con la que se designan a los grupos de manifestantes presumiblemente estudiantes - que expresan su descontento en las universidades públicas colombianas, casi siempre a través de las vías de hecho y la violencia, y que ocultan su identidad de pies a cabeza para evitar represalias disciplinarias, judiciales e incluso extralegales.

La represión de estas protestas está a cargo de la controversial fuerza de seguridad pública Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD). En la jerga informal a los policías se los conoce como tombos, y aunque el rechazo de los jóvenes manifestantes es en general hacia todas las fuerzas, Juan aclara porqué la bronca es mayor con los uniformados del ESMAD: la rabia que uno tiene realmente como protestante, como encapuchado contra los policías, es contra los antidisturbios. Porque son unos pasados, unos abusones.

Una vez casi me agarran después de una protesta. Salí de la Universidad por detrás de una polisombra que daba a un barrio, miré que no hubiera nadie, me encapuché y guardé todo en mi maleta. Pero lo que me delató fue que llevaba los ojos en la mierda, el gas lacrimógeno lo deja a uno

re ‘paila’, y que llevaba los zapatos sucios. Una vez afuera, Juan vio a dos hombres sospechosos. Siguió caminando. Los hombres empezaron a caminar atrás de él. Juan dobló en la esquina y empezó a correr. Hijueputa’ me agarraron, pensó mientras corría más rápido. Cuando volteó los dos desconocidos también corrían en su dirección. En una de esas me enredé y me caí. Llegan los manes, me agarran y me pegaron y dieron patadas hasta que se mamaron. Después de ponerlo contra una pared le revelaron los motivos de la golpiza: usted estaba ahí encapuchado malparido. Aprovechando la distracción de los hombres Juan logró soltarse y escapar. Corrí y corrí. Nunca había corrido tanto. Llegué a los lados de Unicentro y agarré por el Viaducto. Si no escapaba podía ser judicializado y los cargos que tenía que afrontar podían ser por terrorismo, concierto para delinquir, subversión, porte de armas ilegales, si hay muertos por asesinato con el agravante de premeditación, fabricación y porte de explosivos, tentativa de homicidio, etc.

El gobierno nacional bajo la presidencia de Juan Manuel Santos, y María Fernanda Campo Saavedra, Ministra de Educación entre 2010 y 2014, enfocaron la Reforma a la Ley 30 de Educación Superior en aumentar la cobertura. De esta forma se pretendía llegar a todos los sectores de la población colombiana, buscando constantemente la innovación en la mayoría de las ramas del conocimiento para no perder la calidad educativa durante este proceso de ampliación de la cobertura. Esta propuesta se hizo con base al modelo de educación chilena y tuvo devastadoras consecuencias para la educación pública de ese país.

mbativo. La violencia y la saña policial no es algo que le hayan contado: lo supo en carne propia desde que empezó la secundaria y vio detrás de la tela de la Escuela Normal, lindante con la única universidad pública de Tunja, cómo eran violentamente contenidas las no menos violentas manifestaciones estudiantiles en la entrada de esa casa de estudios superiores. Pero lo confirmó con el dolor del cuerpo el miércoles de abril de 2011 cuando puso en marcha su muy poco exitoso “paro armado normalista” que se propuso acompañar la manifestación universitaria en repudio a la Reforma de la educación, que muchos veían como un avance hacia la privatización de la educación superior colombiana.

Los estudiantes lo sabían. Fueron conscientes de que si se reformaba la ley que regulaba la financiación de la educación superior en beneficio de intereses económicos privados los años de lucha dentro de los claustros estatales habrían sido en vano. Los cuatro puntos que causaron más revuelo alrededor de la reforma fueron: la posibilidad de que las empresas privadas pudieran invertir en las universidades públicas, la insuficiencia del aumento del presupuesto universitario que establecía la reforma, el marco legal que daba la nueva ley para la creación de instituciones universitarias con ánimo de lucro y por último el punto que iba a disminuir la autonomía de las universidades estatales a través de la vigilancia del Ministerio de Educación. Muchos están de acuerdo con que por estos meses presenciaron las más encarnizadas manifestaciones en el predio de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Episodios que bajaron su intensidad luego de cobrarse la vida de un manifestante el 18 de marzo de 2012.

Corrí y corrí. Nunca había corrido tanto. Llegué a los lados de Unicentro y agarré por el Viaducto. Si no escapaba podía ser judicializado...

Se conmemoraban los 25 años de la muerte de Tomás Herrera Cantillo, quien fue un estudiante asesinado por la policía en los años ochenta, recuerda Carlos Chaparro desde la sala de espera de la Clínica Veterinaria de la UPTC. Estudia Veterinaria y está muy cerca de graduarse. Tiene la tranquilidad de quien ha podido reponerse de una gran pérdida: fue amputado de su pierna derecha en la manifestación de marzo de 2012. Empezó como una protesta estudiantil pacífica, en esa coyuntura existían muchos movimientos estudiantiles no sólo del orden beligerante, también del orden pedagógico, movimientos ambientalistas, movimientos con diferentes ideologías se encontraban allí. Yo estaba en un aula de clases en tercer semestre viendo el área de Anatomía Veterinaria. Empezó la manifestación, salimos a la calle y hubo un

Antes de salir preparó la mochila con los explosivos. Se vistió de negro y consiguió guantes, medias de futbolista y capucha de color rojo.

momento en el que desafortunadamente surgió una explosión muy fuerte y ahí fue donde murió el compañero Edwin Ricardo Molina y otros más resultamos heridos. Con los ojos visiblemente húmedos Carlos hace el repaso cronológico de ese día, casi sin detenerse en el momento trágico en el que perdió la pierna. El boletín oficial de la Universidad informó ese día sobre los heridos: De acuerdo con el Comunicado de Prensa No. 03 del Hospital San Rafael de Tunja, los diagnósticos en estos pacientes incluyen: amputación traumática pie derecho, amputación traumática antebrazo derecho, trauma testicular y fractura de fémur izquierdo, trauma ojo derecho y lesiones en cara, fractura abierta pie derecho, trauma pie izquierdo, herida en pierna y trauma craneoencefálico leve. Tres de estos pacientes requirieron de intervención quirúrgica de urgencias, uno de ellos continúa hospitalizado y los otros tres fueron dados de alta. Y a continuación se desentendió de las causas de los incidentes: la Administración de la Universidad desconoce los motivos de estos actos vandálicos y rechaza enérgicamente el proceder de estas personas, quienes deshonran el buen nombre de la UPTC y alteran la tranquilidad de la Institución y la ciudadanía en general. Es inevitable querer saber qué opinión le merecen las manifestaciones estudiantiles hoy a Carlos Chaparro. La manifestación debe seguir, debe continuar. Uno como estudiante debe tener una posición ideológica siempre. Los estudiantes deben luchar por los medios que tengan, más no por la beligerancia. La Academia no puede admitir más muertos ni más heridos. Uno siempre debe tener una

posición firme. Yo vengo de una familia de sindicalistas, de comerciantes, una familia que ha tenido que salir adelante por sus propios medios. Por eso la crítica constructiva viene más desde lo generacional. Uno siempre como estudiante, y más de universidad pública, debe tener una posición fuerte frente a la coyuntura o al contexto en el que nos encontremos. Un año antes de la manifestación que le cambió la vida a Carlos, Juan había pasado los días anteriores al paro armando “papas bombas” y “cocteles molotov” y probándolos en un baldío cerca a su casa. Tuvo que sortear las preguntas en la ferretería para justificar por qué un “pelao” compraba tantas mechas para tejo. Para los que están al tanto de la fabricación de explosivos caseros era evidente: las mechas contienen pólvora negra, necesaria para la producción de “papas bombas”. La elaboración es bastante sencilla, pero muy peligrosa. Uno ponía el papel aluminio, le ponía pólvora, una moneda, más pólvora, otra moneda, más pólvora y cerraba el papel. Cosa que cuando cayera impactaran las dos monedas y estallaba todo. Los cócteles molotov los hizo agujereando tarritos de compotas e introduciéndoles gasolina, luego les puso varitillas a modo de mechas para que el fuego activara a través de ellas el líquido altamente inflamable. Antes de salir preparó la mochila con los explosivos. Se vistió de negro y consiguió guantes, medias de futbolista y capucha de color rojo. Dentro de la Escuela Normal los cómplices no eran muchos. Juan mira al techo y alcanza a contar con los dedos de la mano a las personas que estaban involucradas

en los disturbios que planeó en la escuela. Éramos como seis en total, o sea éramos nadie, teniendo en cuenta que la institución contaba con alrededor de 3000 estudiantes. Yo era el cómplice perfecto, dice Juan muy seguro de haber sido un blanco fácil en esos tiempos. Antes del incidente él era un chico más, no se vestía tan “loco” y pocas veces lo habían citado a la coordinación de la institución. Nada hacía pensar que podía haber planeado meticulosamente la fabricación de bombas para causar pánico en la Escuela Normal. Llegó la hora. Los primeros explosivos habían sido lanzados por los manifestantes universitarios. Juan desde el colegio los oyó. Estaba empezando el paro. Uno de sus cómplices y compañero de curso sabía lo que tenía que hacer, entrar al baño y hacer explotar una de las “papas bombas”, el objetivo era causar miedo y que todos piensen, se nos metieron los capuchos a la escuela. Mientras tanto él repartía folletos explicando los argumentos que lo acoplaban a la revuelta universitaria, y que hoy recuerda como maricadas re bobas, que al final ni razón tenía. Julián, quien también se encapuchó en varios tropeles en la sede de Sogamoso de la UPTC, nos acompaña en la entrevista e interrumpe para explicarme por qué Juan no tenía razón: porque reformaban la educación superior y obviamente Juan todavía asistía a la educación media. Aunque los argumentos de Juan eran débiles, su ímpetu luchador lo llevó a poner el cuerpo casi inconsciente de los peligros que significan la fabricación de explosivos caseros y el enfrentamiento con una fuerza policial que tiene la potestad de aplicar castigos extralegales a los “capuchos”

que son atrapados luego de las protestas, que van desde golpizas hasta la desaparición forzada de jóvenes. Una vez que escuchó el estruendo de los explosivos arrojados por sus cómplices dentro de la escuela, Juan supo que todo marchaba según lo planeado y se dirigió al baño para reunirse con los demás y encapucharse. La forma de vestirse que eligió para la manifestación fue la que usó en una ocasión con el Movimiento Obrero Estudiantil Campesino (MOEC), tenían un uniforme parecido al del ELN, era todo de negro, la capucha roja, guantes rojos, se ponían unas botas rojas o unas medias de futbolistas rojas sobre los zapatos, y con una capa que decía MOEC. Trató de que las autoridades creyeran que él no tenía nada que ver con los disturbios, salí del baño sin encapucharme y me pasé frente a la mayor cantidad de profesores. Salió junto con los demás estudiantes secundarios que estaban siendo

Con papas bomba y cócteles molotov lograron correr a la línea policial hacia atrás en dirección a la entrada de la universidad. pusimos ahí porque se iba a meter la tanqueta. evacuados del colegio y entró a la UPTC por el barrio Los Cristales que se encuentra arriba de los laboratorios. Los gases habían empezado a causar molestias en las vías respiratorias de los evacuados, pero Juan había previsto ese malestar bebiendo “hartísima” leche. Una vez que entré en la Uptc fui a encapucharme detrás de los laboratorios, donde me encontré con algunos amigos.

Bajaron para la protesta. Juan recuerda que en esta ocasión hubo mucha guerrilla: FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo), ELN (Ejército de Liberación Nacional), JUCO (Juventud Comunista Colombiana). Ya estaban todos listos, la policía había llegado y empezaron a volar las piedras. Los tombos estaban sobre el puente y nosotros detrás de la entrada de la Normal. La manifestación había convocado cientos de jóvenes estudiantes, a uniformados de las células urbanas de las guerrillas con sus capuchas distintivas y con las siglas de la guerrilla a la que pertenecían, y a encapuchados que tomaban las posiciones del frente de la movilización. Con papas bomba y cócteles molotov lograron correr a la línea policial hacia atrás en dirección a la entrada de la universidad. Pusimos una barricada de ramas, pupitres, barriles… todo lo que hubiera lo pusimos ahí porque se iba a meter la tanqueta. Mientras corría la barricada casi me matan. El éxtasis de enfrentarse a la policía antidisturbios, enemigo común que une a los estudiantes, hizo que Juan se situara en la primera línea de manifestantes que se encontraban de frente a los uniformados de la ESMAD. Enfrentado a un “tombo” que lo insultaba y lo amenazaba de tirar una bomba aturdidora si no se corría, Juan contestaba con coraje y con improperios las amenazas del oficial. El man destapó una granada aturdidora y me decía que me quitara y no me quité y la botó. Me quedé paralizado y pensé que me mataban. La granada cayó a unos cuatro metros de él. Se dio la vuelta y se tapó los oídos para correr y en esas explotó. Del mismo impacto me caí y me desmayé por la inhalación de gas. Las piernas me quedaron llenas de piedras que volaron por el estruendo. Después lo que recuerdo es que estaban unos seis manes diciendo ‘levanten al parcero, lo mataron, lo mataron´. Todo el mundo pensó que me habían matado. Lo levantaron del suelo y lo llevaron al río que atraviesa la universidad, a unos metros del escenario de los disturbios. Cuando reviví me puse más encabronado todavía.

¿Son comunes los infiltrados? Sí, muy comunes. Cuando se dan cuenta que hay infiltrados los agarran y les dan. Una vez agarramos a uno con botas de la policía y con la camiseta que les dan para abajo del uniforme. Dicen que también tenía un radio. ‘¡Un infiltrado, un infiltrado!’ Y todo el mundo a darle pata. Lo sacaron corriendo en boxer. Pasó mucho tiempo hasta que las autoridades supieron quiénes habían tomado el colegio. Los muchachos que se encapucharon en el colegio rompieron muchas cosas. Explotaron todas las papas bomba que les di y tiraron como tres incendiarios dentro del colegio. Pero los secuaces de Juan quedaron en evidencia cuando se robaron los observadores del alumno (una especie de expediente u hoja de vida de cada estudiante) del curso al que asistían. Se robaron los que les convenían, recuerda Juan muerto de risa por la torpeza de sus compañeros. Así empezaron los interrogatorios. Primero los más “casposos” o revoltosos. La buena conducta de Juan le jugó a favor en esta instancia. Pero luego fue irremediable que llegaran a él: uno de sus cómplices había estado probando los explosivos en el patio de su casa, su hermanita lo vio y le contó a la madre. La señora expuso en la escuela la situación, que las autoridades inmediatamente relacionaron con los disturbios de abril. El chico confesó la autoría intelectual de Juan. Primero llamaron a todos los muchachos y a mí me llamaron de últimas. Me corrió un escalofrío cuando un man entró al salón y dijo que me llamaban a coordinación. Cuando llegué estaban todos en la sala de la coordinadora. Me dijeron ‘vea Juan nos contaron que usted es el autor de los hechos que pasaron’. Aunque insistió en negar toda la amenaza de llamar a la policía para que le iniciaran una investigación, lo obligaron a confesar por las buenas. Lo echaron del colegio. Su mamá se angustió mucho y le dijo no me imaginaba que tenía un hijo guerrillero. Como reflexión Juan recuerda lo que tal vez fue el germen que lo llevó a ponerle el cuerpo y la cabeza a la lucha estudiantil: en una protesta anterior a la que provocó que lo echaran, se encapuchó con un personaje que parece

recordar muy bien. Realmente el tipo tenía un discurso muy bien elaborado, o no sé si yo era pequeño y era fácil de impresionar. A mí me impresionaba la capacidad discursiva de una persona. Eso me acercó muchísimo. Escuchar los argumentos de alguien es algo grato, algo bonito, porque uno también se llena de argumentos. Para mí en ese momento fueron razones muy válidas, pero eso es algo obsoleto. Aunque hoy creo que esas protestas no sirvieron para nada, pero en lo personal fue una gran construcción. Es habitual que las personas que sufrieron daños físicos o psicológicos participando de tropeles se alejen de la protesta estudiantil. Los peligros son muchos: la Policía acecha y además de impartir violencia, busca identificar manifestantes para judicializarlos con numerosos cargos, la guerrilla también encuentra en el fervor de los universitarios blancos fáciles para reclutamientos. A pesar de que la militancia política no está en la superficie del día a día de la Uptc, todos sus estudiantes son conscientes de la historia combativa que guarda cada pasillo, las paredes pintadas y cada salón de la Universidad. Esa conciencia del ser estudiante, comprometidos con la realidad de la universidad, entendiendo que es justamente allí donde se originan todas las reformas sociales y culturales, es lo que permite mejorar la vida de toda la sociedad. Es por esto que, aunque ni Juan ni Carlos sigan participando en el activismo estudiantil, la llama de la lucha revolucionaria sigue encendida en ellos, y en cada uno de los estudiantes que prefieren dejar una huella en la historia colombiana.

Escuchar los argumentos de alguien es algo grato, algo bonito, porque uno también se llena de argumentos.

Paula Araceli Cabra Gil paularacelig4@gmail.com Los movimientos estudiantiles son, en todas partes del mundo, el reflejo de una juventud comprometida con su sociedad. Es por eso que, como estudiante de intercambio, involucrarme con este tema en Tunja me permitió conocer a personas que contrastan con el conservadurismo de esta ciudad. La universidad pública, de la que es representante la UPTC en Boyacá, fue el contexto ideal para dar con jóvenes estudiantes que saben la importancia de la organización desde las universidades y a la vez son críticos de los métodos que se deben aplicar para conquistar los derechos.