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Casarse en Menorca, un must del verano
Últimamente, empieza a ser habitual oír la coletilla 'es que Menorca se ha puesto de moda'. Entre las grandes razones por las que tantas personas nos visitan y hacen sus bodas en nuestra isla es que se ofrecen muchas posibilidades de lugares únicos en los que puede realizarse, además, la tranquilidad es una de las virtudes de esta pequeña isla y de sus diferentes lugares.
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Las playas vírgenes, recursos naturales como el Camí de Cavalls, los pueblos, las fiestas y el encanto mediterráneo de siempre, casi inalterado, captan la atención de aquellos que sueñan con unas vacaciones auténticas. Pero también la de quienes aspiran a darse el sí quiero en un entorno idílico. Porque Menorca, además de auténtica, es romántica.
En los últimos años han proliferado en la isla los profesionales dedicados a este segmento de demanda, en consonancia, por supuesto, con el incremento del mismo. Em- presas de catering, wedding planners, servicios de vídeo y fotografía, floristerías, alquiler de fincas y también de vehículos, etc. Cuando hablas con ellos te das cuenta de que Menorca es un lugar ideal para los enamorados, no sólo por la variedad de localizaciones en un territorio tan acotado, sino por la belleza de las mismas.
Las playas y calas de Menorca son uno de los espacios más solicitados. Aunque la gestión no es sencilla, no son pocas las parejas que se han dado el sí quiero al lado del mar. La mayoría de las celebraciones se concentran en la costa de Sant Lluís, en calas como Binissafúller, Binibèquer y Binidalí, aunque también las hay en playas como Son Bou.
El campo también tira mucho. En este caso, a la creciente oferta de fincas privadas se une el encanto de los agroturismos u hoteles rurales Mención especial merece el predio de Sant Antoni, en el puerto de Maó. Conocido también como The Golden Farm, Sant Antoni juega con ventaja entre los enamorados. Y es que, según cuenta la leyenda, esta casa fue testigo de la historia de amor entre Lord Nelson y Lady Hamilton. También en el campo ejercen especial atracción las viñas, Palacios de la nobleza, en Ciutadella, y hoteles boutique. Son escenarios que seducen a los novios, muchos de ellos extranjeros, que llegan a Menorca atraídos por su condición de wedding destination, aunque la mayoría eligen la isla por algún tipo de vínculo emocional. Entre los espacios más originales se encuentran canteras abandonadas en Alaior, el puerto de Sanitja, la fortaleza de La Mola, el poblado de Binibèquer Vell, el faro de Artrutx, las Salinas de Fornells, los acantilados de Cala en Porter e, incluso, la Illa del Rei.