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A単o 0 No. 0/ Octubre-Noviembre $15



No. 0, octubre-noviembre 2013 Año 0 Director General: Tonatiuh Chan Directora Creativa: Karina Zavaleta Redacción: Eva Núñez Edición: Karina Zavaleta y Tonatiuh Chan.

No. 0 El Génesis

Diseño: Bárbara Castañeda Ilustraciones: Érica González y Cassandra Garduño

La responsabilidad de los textos publicados en Morbífica recae exclusivamente en sus autores, y su contenido no refleja necesariamente el criterio de los directores. www.revmorbifica.com Foto de la Portada por Érica González Guzmán


•Contenido• Editorial Cuento La creación del dia y de la noche/Luz Itzel Hernández Eterno Inicio/Karina Zavaleta Huitrón

Poesía Mayáhuel/Eduardo Rojas Ibarra

Yuh Quimati Noyollo La h habla/Ana Laura Díaz

Primus Inter Paris La muerte en la cosmovisión náhuatl prehispánica. Consideraciones heurísticas y epistemológicas/Patrick Johansson

Si no conoces a...

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Huberto Batis, polémica de una generación/Iraís Jiménez

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Juego

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•Editorial• El espermatozoide llega hasta la tuba uterina, donde el ovocito lo aguarda. Se unen para aparear su juego incompleto de cromosomas. Dicha unión da lugar al cigoto, su división origina con rapidez la mórula y posteriormente la blástula; ésta, una vez en el útero, se implanta al erosionar la pared. Un grupo de células prolifera a prisa para convertirse en la placenta, en un canal de comunicación entre el futuro ser y su progenitora. Un corazón primitivo y algunos otros órganos comienzan a capacitarse para desempeñar sus funciones. El sexo se diferencia de una estructura común: la presencia de testosterona, masculino; su ausencia, femenino. Después de tres meses de ardua generación, lo que inició como la unión de un par de células, se vislumbra ahora como una pequeña forma humanoide. Flota en el líquido amniótico, esperando en la obscuridad alcanzar la forma madura que le permitirá sobrevivir en un desconocido y hostil mundo. Asimismo, la revista Morbífica también surge gracias a dos elementos: dos estudiantes y escritores. La unión crea un pensamiento en común: una literatura universitaria; pronto éste se segmenta y permea a nuestros colaboradores. Ellos son

nuestros órganos; el ideal, nuestro primigenio latir. Los lectores encontrarán un canal de comunicación más ameno a través de estas páginas y lograrán identificarse con la voz de la creación estudiantil y académica. Así, el mito cosmogónico que nos presenta Luz Itzel Hernández y el poema de Eduardo Rojas nos narran dos génesis diferentes; el Dr. Patrick Johansson, por su lado, nos sitúa en un caótico Mictlan antes de ver el mundo; la Lic. Ana Laura Díaz nos recuerda que todo tiene un principio, incluso hasta lo que no tiene voz; y, por último, la entrevista al Mtro. Huberto Batis nos da una esperanza ante este mundo literario tan hostil. El Génesis es, por lo tanto, el tema de nuestro primer número. De este modo esperamos que después de meses de ardua generación, lo que inició como una simple unión, se convierta a través de usted, lector, en la anunciación médica: ¡Felicidades, han concebido una revista! Los editores

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•Cuento•

La creación del día y de la noche Antes de que el mundo fuese conocido como lo es ahora, existieron dos dioses muy fuertes, el Dios Águila y el Dios Lechuza, que vivían en constante lucha por la indiferencia que se tenían uno al otro. Dicha pugna hacía que todo estuviera en un inmenso caos. La batalla duró siglos, hasta que ambas fuerzas, cansadas de su milenaria pelea, acordaron en conjunto crear el mundo. En éste, el Dios Águila acostumbraba volar por sus aires, mas no podía ver por dónde lo hacía, lo que le causaba daño continuamente. Entonces, dispuesto a no lastimarse más, lanzó al espacio una pluma dorada que arrancó de su hermosa y larga cola. Hubo una gran explosión: se crearon así el Día y el Sol. El Dios Lechuza, al ver la luz que provenía del cielo y notar la forma como le molestaba a sus ojos, también decidió arrancar de su prominente cabeza una pluma, una larga y negra que lanzó hacia aquel astro luminoso mientras murmuraba algunas

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Por Luz Itzel Hernández palabras. Cuando la pluma tocó al Sol todo se volvió oscuro: se había creado la Noche y la Luna. La determinación del Dios Lechuza hizo enojar al Dios Águila pero, después de hablarlo, pactaron lo siguiente: uno gobernaría hasta que estuviera cansado, entonces el otro lo remplazaría. Así, mientras el Dios Águila se retiraba a su morada llevando consigo al hermoso Sol, el Dios Lechuza hacía su aparición, arrastrando unas piedras preciosas que ahora conocemos como estrellas. Contentos con este acuerdo, cada Dios dispuso crear parejas diferentes de animales con un poco de barro del suelo; les dieron el mundo que habían creado para que lo habitaran. Así estuvieron por muchos y varios soles y lunas más, hasta que se dieron cuenta de que ninguno de estos animales tenía la habilidad de contemplar, utilizar y admirar los materiales que la


•Cuento• la tierra les daba. Un día, mientras el Dios Águila se iba lentamente a descansar, le llegó la idea de crear un ser capaz de razonar y admirar tanto su belleza como la del mundo. Entonces el Dios Águila se arrancó una pluma más, la que se encontraba en el centro de su pecho; la dejó flotando sobre una nube, le agregó barró, se sacó un ojo y lo añadió. Había dado vida a la Mujer. El Dios Lechuza, molesto porque actuó sin él, decretó gobernar durante los días en el que el Dios Águila estaba en el cielo. La lucha entre estas deidades se conoció como un eclipse lunar; pero el Dios Águila fue más tenaz: lo desterró de sus dominios para mandarlo de nuevo a la oscuridad. Una fuerza

desconocida nació en el pecho del Dios Lechuza: la venganza. Una noche cuando las nubes cubrían la Luna, y la Mujer dormía plácidamente sobre un árbol, el Dios Lechuza resolvió llevar a cabo su venganza. Se acercó sigilosamente al gran árbol para matarla, pero el viento desplazó una de las nubes haciendo que una luz blanca cayera sobre el rostro moreno de la mujer. El Dios Lechuza al contemplarla se enamoró de ella. Desesperado por tenerla entre sus alas, se arrancó una de sus uñas, un ojo y su corazón, y los unió con algunas estrellas. El Dios Lechuza se había convertido en Hombre. De esta manera el Dios Lechuza pudo por fin corromper la perfecta creación que el Dios Águila había hecho sin su ayuda.

Itzel Hernández Rodríguez (México, D.F., 1991). Estudia actualmente la carrera de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM. Se define como una mujer con un extremo dramatismo en sus escritos, así como egocéntrica y multifacética.

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•Cuento•

Eterno inicio Por Karina Zavaleta Huitrón Jamás olvidaré el destello de tu mirada cuando se posó en mi vacuo y estéril ser. En tu rostro pude medir el tiempo. Tu gesto, esperanzado y tierno, se trastornó poco a poco hasta desfigurarse: las cejas se contrajeron hasta tocarse; los labios, que competían con las arrugas de tu camisa y tu piel nívea, fueron devorados por brasas. Te alejaste de repente. Escuché tu llanto desde el escritorio. En nuestra segunda cita abandonaste la seguridad del coqueteo distante; por primera vez me tocaste. Me estremecí cuando tu mano describió titubeante su trazo. Caímos en una especie de trance telepático. Cabello rubio seductor de pasiones. El tacto de tus palabras era suave. Un metro setenta y tres de sensualidad pura. ¡Oh, eres un pícaro! Una voz que cae como la lluvia sobre el coral. Colmaste con tu esencia mi cavitado existir. Tu mano ya acalambrada pidió descanso. Recorriste una y otra vez mis entresijos con aire satisfecho. Recorriste una y otra vez mis entresijos con aire satisfecho. “Hasta mañana”, dijiste con un guiño. Esa noche se llenó de calma. Tu semblante se mostró grave a tu retorno; tus pupilas, desde su profundidad, refulgían desdén y la sonrisa sardónica se dibujaba de extremo a extremo de las comisuras. Me tomaste violentamente. Tus palabras se incendiaban. “Alto”, grité. La ciñó estrechamente para besarla. “Detente, no entiendo”, volví a gritar. Los vi alejarse de la mano. Palabras, palabras roídas me consumían; garabatos iracundos me rasgaban al tiempo que tu frente

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•Cuento•

destilaba gotas de rabia; una amarga decantación brotaba de tus ojos. Intentaste leerme; tapaste tu boca con las manos en un gesto de horros ante la aberración que hiciste conmigo. Soy ahora depósito ininteligible de tu dolor. Ocultaste la cara en los brazos y te recostaste sobre mí; pude sentir las violentas sacudidas a las que te llevó el llanto. Cómplices desde el inicio, cada contacto nos simbiotizó inexorablemente. No fue tinta lo que la pluma vertía, era el alma derramada. Unidos eternamente en un infinito trazo, en un perenne júbilo, en el eterno calvario… Al levantar la mirada, no encontraste más que una hoja en blanco. Karina Zavaleta Huitrón (México, D.F., 1992) Cursó la carrera de Médico-Cirujano. Actualmente estudia la Lic. en Lengua y Literaturas Hispánicas en la FFyL-UNAM, e imparte clases de danza clásica en la Academia de Ballet del Sur. Es una persona idealista que busca compartir su pasión por la literatura.

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•Poesía•

Mayáhuel Por germinar en el sol del trópico Del altiplano del Anáhuac Tomaron corazón y cuerpo Forma de maguey, penca sagrada Planta que es de dioses Sus cuatrocientos senos emanan Fresca miel, cubriendo La desnudez de quien los mama. Senos que alimentan hombres, Manos que acarician y aman; Llenas de espinas se clavan,

Por Eduardo Rojas Ibarra Cuando las besas, en el ama. Pencas del maguey Como reinas desmayadas De la tierra vienen Derramando en ella su alma. Soy planta de cuatrocientos senos De las que cuatrocientas bocas maman.

Eduardo Benjamín Rojas Ibarra (Noviembre de 1989). Egresado de la E.N.P. No. 9, “Pedro de Alba”. Ganador del certamen de cuento corto “Juana Santacruz” en su edición del 2010 convocada por el Ateneo Español de México. Ha colaborado con artículos para la revista digital Fénix Comunicación. Este año publicó su ópera prima, el poemario “Ambas Lobas”. Actualmente imparte el taller de literatura en el municipio de Huhuetoca.

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•Yuh Quimati Noyollo•

La h habla Por Ana Laura Díaz Mireles Decía Nebrija que: “La h no sirve por sí en nuestra lengua”1, esto es, carece de correlato fónico salvo en algunos casos en los que se pronuncia “hiriendo en la garganta” o, mejor, como una aspiración. Pero, entonces, ¿por qué forma parte de nuestro alfabeto? Esta letra tiene dos posibles nacionalidades: una egipcia y la otra protosinaítica2. De uno de esos pueblos, llegó a los fenicios con el nombre de het y, luego, a los griegos. Finalmente, los latinos la adoptaron. Entre ellos, la h representaba un fonema aspirado que desapareció en una época temprana3; sin embargo, la grafía permaneció y el español la heredó como un recuerdo. La h, hoy, es el fantasma de un sonido ancestral. Otras haches actuales proceden de la f- latina ante una vocal que pasó por la aspiración para repetir la historia y perderse en el silencio4. No debemos olvidar que esa h sí sonaba en aquel entonces y no dejó 1NEBRIJA

de, Antonio, Gramática de la lengua castellana, Asociación cultural Antonio de Nebrija, 2007, s. p. Recuperado el 7 de

septiembre de 2013 en www.antoniodenebrija.org/libro1.html#5. 2SALVADOR, 3

Gregorio; Lodares R. Juan, Historia de las letras, México, Espasa, 1996, p. 89.

RAE y ASALE, Ortografía de la lengua española, Madrid, Espasa Libros, 2010, p. 142.

4LATHROP, T. A.,

Curso de gramática histórica española, Tr. de Juan Gutiérrez Cuadrado y Ana Blas, 2ª ed, Barcelona, Ariel, 2002, p. 109.

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•Yuh Quimati Noyollo• de hacerlo, según algunos, hasta mediados del siglo XVII. Entre las primeras gramáticas españolas que aluden al sonido en cuestión, nos encontramos con una que lo describe peculiarmente: ni es Vocal, ni Consonante, sino una cifra para denotar quando se deven las Vocales aspirar; que es hazer mui floxas i remissas, demanera que es como un ministro i criado de las letras Vocales. Su nombre es Ache, el qual se le ha puesto mui impropiamente; porque segun su nombre debriamos pronunciar esta palabra -hazer- deste modo que dire -chazer[…]. Portanto io la llamo Ha; que en nombrandola, se muestra ia su fuerça, i oficio, que es, puesta la lengua en su asiento, i abierta la boca, expedir la boz sin apretar la campanilla.5 Minsheu también opina: en inicio de palabra, debe pronunciarse con más fuerza que en el interior de la misma; de lo contrario, no habría diferencia entre haya/aya o huso/uso6 y esta oposición sólo sería evidente en la escritura. Hay, además, haches inexistentes en latín y que tampoco se aspiraban en español antiguo. Se trata de las llamadas antietimológicas, como henchir (del lat. implēre) o hinchar (del lat. inflāre). En este grupo podemos incluir la h escrita ante los diptongos ua, ue, ui en inicial de sílaba. Mediante la letra muda se 5

ANÓNIMO, Gramática de la lengua vulgar de España, Lovaina, Bartholomé Gravio, 1559, s. p. Recuperado el 10 de septiembre de 2013 en

http://books.google.com.mx/books?id=5cxMAAAAcAAJ 6

MINSHEU, John, A Spanish Grammar, first collected and published by Richard Percivale Gent, Now augmented and increased, with, divers

other especial Rules and necessary Notes for all such as shall be desirous to attaine the perfection of the Spanish Tongue, London, Iohn

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•Yuh Quimati Noyollo• indicaba que la u era vocal, mientras que la u sin h era consonante; así, dame unos uesitos debía leerse /dáme únos besítos/ y dame unos huesitos, /dáme únos uesítos/. Tal práctica se inició cuando la v y la u todavía no se distinguían como consonante y vocal, respectivamente.7 Sistemas como el griego, el árabe, el inglés o el alemán, a través de sus préstamos a nuestra lengua, son responsables de varios dolores de cabeza provocados por la hache. En estos casos, también indica una aspiración que nunca, o casi nunca, se pronuncia. Las excepciones pueden ser pocas, pero ahí están: hachís, hámster, haiku, hándicap8. En cuanto a la discusión acerca de la necesidad de eliminar la h de nuestro alfabeto, podemos o no concordar; pero, mientras esto no suceda, la letra muda seguirá hablando. Ana Laura Díaz Mireles (México, D.F.). Actualmente imparte diversas asignaturas en Lengua y Literatura Hispánicas, licenciatura de la que es egresada, y Enseñanza de Inglés en la FES Acatlán, UNAM. Entre sus publicaciones están los artículos: “La infiltración de voces nahuas en la obra de Sahagún”, “Topónimos y antropónimos en la obra de Sahagún” y “Las artes de lenguas indígenas. Notas en torno a las obras impresas” Haviland, 1623, p. 5. Recuperado el 10 de septiembre de 2013 en http://bibliotecadigitalhispanica.bne.es/view/action/singleViewer.

do?dvs=1371620941113111&locale=es_MX&VIEWER_URL=/view/action/singleViewer.do?&DELIVERY 7Cfr. RAE y ASALE, op. cit., pp. 143­144. 8Loc.

cit.

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•Primus Inter Paris•

La muerte en la cosmovisión náhuatl prehispánica. Consideraciones heurísticas y epistemológicas Por Patrick Johansson Introducción y notas por Edición

En el presente artículo el Dr. Johansson nos guía a través de un génesis diferente, una concepción que se entraña en un caos mitológico bajo la cosmovisión náhuatl: La muerte como el inicio de la vida. El artículo se divide en tres partes, donde en cada una se explicará cómo la literatura náhuatl es la herramienta perfecta para el descubrimiento del origen de un pueblo que no nos es ajeno.

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La creación del hombre en el Mictlan El inframundo, Mictlan, es ante todo la tierra donde se inhuman los cadáveres o las cenizas de los cuerpos incinerados, y de donde brota la vegetación y el alimento que nutre a los hombres. La fertilidad de la tierra se extendió, por analogía, a la esfera religiosa y suscitó la idea de tierra-madre, vientre fecundo en el que se regeneraba el ser y a donde regresaba inexorablemente después de un efímero andar existencial. El Mictlan representa el espacio-tiempo donde impera Mictlantecuhtli, “el señor-muerte”, pero es también el vientre materno de Coatlicue, “la de la falda de serpiente”, o Cihuacóatl, “la mujer serpiente” o “serpiente hembra” que dio a luz al sol y en cuya dimensión éste se regenera periódicamente.


•Primus Inter Paris• El mito de la creación del hombre1 sitúa, de hecho, la gestación del ser humano en el Mictlan, una vez que el dios uranio Quetzalcóatl hubo rociado con la sangre de su pene los huesos molidos por la diosa-madre Quilaztli, alias Cihuacóatl. La existencia humana resultó de la fecundación de los huesos por la sangre (espermática) de Quetzalcóatl dentro del inframundo2. En cuanto al espíritu del hombre, un análisis del mismo mito parece indicar que éste se generó cuando Quetzalcóatl-Ehécatl, después de algunas peripecias, sopló en su caracol y produjo el sonido primordial. Esta luz sonora en las tinieblas del 1El

inframundo es el tonalli, el principio anímico que mueve al ser indígena. El sonido producido por el soplo (masculino) de Quetzalcóatl que atraviesa los meandros (femeninos) del caracol3, estableció un modelo mitológico ejemplar que se siguió en los mitos mortuorios. El descenso de Quetzalcóatl en el inframundo constituye una penetración hierogámica de la tierra por el cielo, cuyo resultado es la creación del ser humano.

mito al que se refiere el autor es parte de un manuscrito de 1558 encontrado por Lorenzo Boturini en el siglo XVIII, el texto lleva por

nombre “La leyenda de los soles”. Cf. JOHANSSON, Patrick, “La creación del hombre”, en La palabra de los aztecas, México, Trillas, 1993, pp. 53­57. 2Quetzalcóatl

al bajar al inframundo en busca de material para la creación del hombre da claras señales de una oposición simbólica: el cielo y

la tierra, Quetzalcóatl y Mictlanteuctli, la luz y las tinieblas. Ibíd. p.57 3El

caracol tiene un simbolismo femenino, como matriz y vagina; asimismo, el caracol que todavía no había sido agujerado representa la

virginidad. Por otro lado, el soplo dentro de éste da a pensar en la repetición del mitema del coito; en este caso, sería una penetración celestial. Del mismo modo, el sonido producido por el caracol, y que es escuchado por Mictlantecuhtli, es una característica sinestésica del mito al ser una luz sonora; ésta es la fecundación de la muerte. Ibíd. p. 58

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•Primus Inter Paris• El vientre de la mujer preñada: mictlan Así como el Mictlan constituye el espacio donde se gesta la existencia, el vientre de una mujer es considerado como un inframundo fecundo. El vientre que abriga al niño por nacer es Mictlan, lugar a donde se dirigen los difuntos pero ante todo, lugar de donde brotan los seres. La estrecha relación que se establece entre el vientre materno y la muerte en el pensamiento náhuatl prehispánico se manifiesta también en la convergencia lingüística que existe en 4Así

náhuatl entre la cueva óztotl y el embarazo ótztic, y traduce una asimilación, a nivel de las ideas, de la cavidad en la que se gesta el niño a la oquedad de la tierra donde se entierra al difunto4.

Comer maíz y hablar náhuatl: el comienzo de la existencia Después de haberse desprendido de la esencia de su madre, después del corte del cordón umbilical, el bebé permanece estrechamente vinculado con ella durante el periodo de lactanciA los cuatro años, cuando comienza a comer maíz, el niño entra en el ámbito existencial5. Durante el periodo de

como en el mito anteriormente mencionado Quetzalcóatl lleva los huesos al Tamoanchan desplazando “míticamente el centro de

gravedad cultural náhuatl de las tinieblas esenciales de la madre tierra, y lo lleva hasta la luz existencial”, el vientre es la madre tierra (profundidad femenina) en el que ocurre el mismo proceso de movimiento existencial, de la muerte a la vida. Hay que resaltar que aunque geográficamente el Tamoanchan es un lugar mítico, simbólicamente interpreta al mismo vientre materno. Ibíd. p.58. 5

La distinción entre vida (yoliztli) y existencia (nemiliztli) toman un carácter importante terminológicamente. En el primero caben “las fases

diurna existencial como nocturna letal”; mientras que la segunda “no es más que la parte diurna del ciclo”. Así, afirma el autor, hay dos latidos espacio­temporales: “la contracción ‘sistólica’ existencial y una dilatación ‘diastólica’ letal”. Cf. JOHANSSON, Patrick, “La fecundación del hombre en el Mictlan y el origen de la vida breve”, en Estudios de Cultura Náhuatl, No. 27, Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1997, pp. 69­70.

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•Primus Inter Paris• lactancia el humano, según Torquemada, “bebe leche de cardo”, lo que lo vincula con la tierra. No se ha desprendido del todo de la gravedad materna, del Mictlan, del que acaba de brotar, por lo su muerte eventual, durante este lapso de cuatro años no será objeto de una ceremonia funeraria ya que no habrá salido del todo del ámbito de la muerte que constituye el vientre de la madre. El bebé que no ha probado el maíz todavía es considerado como “un jilotito tierno” (xilotzin) y es vuelto a sembrar sin ritual específico en la tierra, donde irá a beber la savia del árbol chichihualcuahuitl. Es en este limbo pre-existencial que parece situarse también la adquisición por el niño de la facultad de hablar y que hace de él un ser “verdadero”. Provisto de un cuerpo de maíz y hablando náhuatl el niño

comienza su andar existencial del sol naciente.

Dr. Patrick Johansson Kéraudren (Francia, 1946). Doctor en Letras, Universidad de Paris-Sorbornne. Desempeña labor en el Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM. Catedrático de la FFyL-UNAM; Universidad de las Américas, Cholula, Puebla y Posgrados de Estudios MesoamericanosUNAM. Ha publicado 6 libros y diversos artículos para la revista Estudios de Cultura Náhuatl. Entre sus reconocimientos destacan: Académico correspondientes de la real Academia Española; Premio a Mejor Artículo de Historia Antigua 2010 del Comité Mexicano de Ciencias Históricas.

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•Si no conoces a...•

Huberto Batis, polémica de una generación Por Iraís Jiménez La literatura es un arte que a través del tiempo ha sido considerada una actividad de élite, tanto en su producción como en su consumo, puede deberse a que se trata de acercar al público común a través de obras como el Mio Cid o El Quijote de la mancha que, por el paso del mismo tiempo, deben ser leídas por un ojo ya entrenado e inmerso en el mundo de las letras, y no por personas que se inician en la literatura. Huberto Batis (Guadalajara, 1934), maestro en Lengua y literatura española por la UNAM, ensayista, académico y uno de los mejores editores y críticos del país, se ha desenvuelto en la creación literaria desde una perspectiva contemporánea. Para muestra su vida y obra: El Mtro. Batis ha sido director de la revista Cuadernos del viento, de La Revista de Bellas Artes, del suplemento Sábado de Unomásuno y de la Imprenta Universitaria; crítico en el suplemento México en la Cultura de Novedades; ha desempeñado cargos en el Fondo de Cultura Económica y en la UNAM; entre sus publicaciones encontramos: Análisis, Interpretación y Crítica de la Literatura (1972), Aquiles Trágico (1983) y Amor por amor: Leopold y Wanda Sacher-Masoch (2003). Batis es por lo tanto un pilar de la literatura mexicana naciente y de antaño, así lo demuestran los premios y reconocimientos que se le han dado, entre los que destacan El premio Internacional de periodismo y el homenaje por sus cuarenta y setenta años en la FFyL por el Departamentos de Literatura del INBA. ¿Pero cómo inició su vida literaria y su proyecto más ambicioso, Cuadernos del viento, el Mtro. Batis?

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•Si no conoces a...• En entrevista para Morbífica, mencionó que en su época de estudiante el acervo literario español impartido en la carrera era prioritario, mientras que el espacio que se dedicaba a autores mexicanos con los que se pudieran identificar los jóvenes de nuestro país era insignificante. En contraste, los estudiantes se iniciaron en la producción de cuentos, poemas y novelas, a los que buscaron dar difusión, Batis comentó: “Los jóvenes que escribían no tenían dónde publicar, los publicaban una vez al año en la Revista de la Universidad… pero si escribíamos reseñas de libros, todos los meses… entonces nos convertimos en reseñistas”. “Imagínate un país sin revistas, periódicos sin suplementos culturales… Entonces, hay que hacer una revista” Así es como surge Cuadernos del viento, por la necesidad de tener un espacio en el cual los jóvenes escritores pudieran dar difusión a sus creaciones literarias. Juan García Ponce, Vicente Melo, Carlos Valdés, Manuel Carballos, Octavio Paz, Juan José Gurrola, Julio Cortázar, son sólo algunos de los grandes escritores que dejaron su tinta en esta revista estudiantil. “Una pone el primer pliego, otra le pone el segundo pliego, otra el tercero…, otra el forro, otra la grapa… La guillotinan, la empaquetan y sale. Necesitábamos dinero para hacerla, para comprar papel”, explicó Huberto Batís respecto al armado de las revistas y en cuanto a la inminente necesidad de fondos monetarios que en un inició les llevó a anunciar a los escritores que no les pagarían nada, y “todos dijeron no importa” apuntó. Entre los que publicaron en el primer número de Cuadernos del

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•Si no conoces a...•

viento sin pago estuvieron Carlos Fuentes y José Emilio Pacheco. A pesar de tener a los escritores, aún se necesitaba el dinero para la impresión de las revistas, así que ofrecieron suscripciones entre sus compañeras, “en Letras hay dos, tres hombres y veinte mujeres”, mencionó el autor: “Cobramos 50 pesos al año, era muchísimo, era un dineral, se llamaban ‘ojos de gringa’ los billetes de 50 pesos, porque eran azules… Me acuerdo que poníamos ‘Suscríbase a Cuadernos del viento’ y poníamos una escena de Buñuel donde alguien le está abriendo el ojo a una mujer con una navaja de rasurar… Esa era nuestra publicidad. No hombre, todas las muchachas en sus casas, sus tíos, con sus papás, la familia decían ‘Tengo que vender diez boletos’; de diez en diez, cuatrocientos. Íbamos a imprimir quinientos. Con las muchachas de un salón ya teníamos el dinero para todo el año: de papel, de tinta, de imprenta, no íbamos a pagar a nadie” En vez de quinientos, el primer tiraje de la revista fue de mil ejemplares, “se vendía aquí, los alumnos boceaban Cuadernos del viento ahí a la entrada; a los maestros les vendían suscripciones, números sueltos y muy pronto habíamos hecho siete años seguidos la revista” explicó Batís. El éxito de Cuadernos del viento, precisó Batis, se debió a que desde el primer número publicaron buenos escritores, “todos los demás números procuramos que así fueran, ahí aparecieron textos importantes de Vargas Llosa, García Márquez, Álvaro Mutis… Carlos Fuentes, Eduardo Elizalde, José Emilio Pacheco, Tomás Mojarro”.

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•Si no conoces a...• Huberto Batís afirmó que actualmente el mercado de la revista literaria es muy reducido “ahora la gente compra Letras libres -que es la sucesora de Vuelta de Octavio paz- y se pasean por aquí con ellas bajo el brazo; la tienen en sus oficinas, en sus casas; Nexos, tal para cual de aburridas, tal para cual de políticas, en vez de literarias e intelectuales son revistas políticas al servicio de las reformas de Peña Nieto… Las únicas revistas de calidad son las académicas”. Para finalizar Batis, comentó que lo que espera de los jóvenes escritores es lo que ellos puedan dar y de una revista literaria que no sea de mafia, que no sólo se publique a los amigos del editor. Él dijo: “es aburridísima porque siempre están las mismas personas… una revista de la Universidad debe ser de gente de la Universidad… Lo que tu anuncies eso debes de cumplir ‘Revista de la Universidad de México’ ahí escriben los alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México”. Apuntó también que una revista debe ir acoplándose a las necesidades del lector y que cada proyecto tiene fines y alcances propios. Estefanía Iraís Jiménez (México, D.F., 1993). Estudiante de la licenciatura de Ciencias de la comunicación en la FES Acatlán, UNAM. Ha escrito para El Quintanarroense y es actual colaboradora de la revista digital JoyRide Magazine; asimismo, se desempeña como Community management para diversas empresas.

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Juego Instrucciones: Encuentra en la sopa de letras las siguientes palabras. Toma en cuenta la tabla de grafías que viene después del juego para poder hacer la transcripción.

• Origen • Fenicia • Ficción • Tiempo • Mythos • Morbífica

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Agradecemos la colaboración en este número a (en orden alfabético):

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Lic. Ana Laura Díaz Mireles

Estefanía Iraís Jiménez Salinas

Bárbara Castañeda Garcia

Lic. Eva Núñez Alonso

Cassandra Itallé Garduño Mendoza

Mtro. Huberto Batis Martinez

Eduardo Benjamín Rojas Ibarra

Luz Itzel Hernández Rodríguez

Érica González Guzmán

Dr. Patrick Johansson Keraudren.


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Revista Morbífica es una publicación mensual. Se terminó de imprimir el 11 de Octubre del 2013. Se tiraron 200 ejemplares en papel Kimberly ahuesado de 90 gramos, forros en cartulina de 200 gramos con acabado. Para su composición se utilizaron tipos Garamond (16/14 y 12/10), Mongolian Baiti (25/20) y Times New Roman (10/9). Impresión digital: Copimagen, Cerro del agua No. 17, Local A, Del. Coyoacán, México, D.F.



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