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4. Motivo específico de elección del curso realizado
por su menor proporción de alusiones (19,1%) frente a sus pares del resto del país –un 29,6% la señala, siendo éste el propósito más indicado como más importante- y de CABA-PCIA (27,0%).
El motivo “Tener un oficio que me permita trabajar en forma independiente” es señalado como más importante en la quinta parte (21,0%) de las mujeres encuestadas; una proporción algo menor se observa en el caso de las participantes de CFP de CABA-PCIA y del resto del país (18,3% y 19,9%, respectivamente), en tanto que entre las de NEA-NOA más de la cuarta parte (27,6%) lo indica, resultando así que sea el motivo más citado como el de mayor importancia, junto con la razón aludida en primera instancia (mayor preparación para conseguir un trabajo o cambiar el que se posee).
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Finalmente, y con una cantidad de menciones bastante menor que las anteriores (11,2% en el conjunto), “Mejorar y actualizar conocimientos” muestra que no aparecen diferencias de notoriedad en el señalamiento de las mujeres de las tres regiones, oscilando entre un 12,1%( NEA-NOA) y un 10,4% (resto del país). La consideración conjunta de los dos motivos más explícitamente relacionados con cuestiones laborales (Mayor preparación para conseguir trabajo o poder cambiarlo y Tener un oficio para trabajar de forma independiente) muestra que más de la mitad (55,2%) de las encuestadas de NEA-NOA realiza los cursos de formación profesional con un propósito de índole ocupacional. Proporciones algo más bajas son registradas entre las asistentes a los cursos de CABA-PCIA (51,2%) y del resto del país (47,6%).
4. Motivo específico de elección del curso realizado
Para finalizar con los aspectos de la formación recibida en los Centros de Formación Profesional, se aborda el por qué específico de la elección del curso que se estaba realizando25. Claramente y muy distanciado de los demás motivos, aparece “Me sirve para conseguir trabajo” con un 45,8% para el conjunto de las entrevistadas y también para quienes lo hicieron en los CFP del resto del país; esta razón es más aludida aun por sus pares del NEA-NOA (55,5%), en tanto que 4 de cada diez de las que se capacitaron en CFP de CABA-PCIA la mencionan.
No parecería que la proporción de desocupadas estuviera incidiendo en esta situación, aunque sí pareciera encontrarse alguna relación si se consideran a las que no trabajan: en CABA-PCIA la menor proporción de quienes no lo hacen se “correspondería” con la también menor proporción de las que mencionan este motivo; algo similar aparece con las mujeres capacitadas en el NEA-NOA: son ellas las que presentan un porcentaje mayor –respecto de aquéllas- y también mayor incidencia de las que mencionan esta razón para hacer el curso de capacitación. Las que concurrieron a CFP del resto del país, presentan la proporción más elevada de las que no trabajan (64,0%, aunque muy cercano al de las de NOA-NEA) y un porcentaje “intermedio” de quienes señalan a este motivo para realizar el curso (45,8%), más cercano al que presentaran las mujeres que cursaron en CABA-PCIA).
25. En este caso la no respuesta es similar en los tres ámbitos: 5,9%, 5,6% y 5,8% para CABA-PCIA, NEA-NOA y resto del país, por lo cual no incide en el análisis que se realiza a continuación.
“Me sirve para mi trabajo actual” es mencionada como razón para realizar el curso por un 14,8% de las mujeres en consideración, constituyéndose en la segunda más referida y mucho más relacionada con quienes se encuentran ocupadas. No se observan grandes disparidades entre mujeres que se capacitaron en las distintas regiones ya que su presencia oscila entre un 16,3% (CABA-PCIA) y un 12,7% (NEA-NOA). Como tercer móvil de capacitación, con valores cercanos al anterior, aparece “Porque era el que tenía los horarios más convenientes para mí”; aquí son un poco menos las mujeres de CABA-PCIA (12,2%) en relación a sus pares de las otras dos regiones (15,1% y 16,1% para NEA-NOA y resto del país, respectivamente). Algo similar ocurre con quienes argumentan que “Me gusta /es de mi interés” como cuarta opción más señalada (“rescatada” para este trabajo de la inicial opción “Otra”), pero en este caso son quienes se capacitaron en CFP del NEA-NOA las que menos se refieren a ella (8,7%) frente al 12,8% de CABA-PCIA y al 13,9% del resto del país.
Gráfico 20. Alumnas de los CFP por motivo específico de elección del curso realizado - Menciones más frecuentes. TOTAL PAÍS y REGIONES (en porcentajes)
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
Aun cuando “Otra razón” es inespecífica, no puede dejar de señalarse que en el caso de las mujeres que cursaron en CABA-PCIA quienes la indicaron alcanzan al 14,2%, constituyéndose en el tercer motivo de realización del curso, ligeramente por encima de “Me gusta/es de mi interés” y de “Porque era el que tenía los horarios más convenientes para mí” y muy cercano a “Me sirve para mi trabajo actual”.
6. EXPECTATIVAS EDUCATIVAS
Por último, para conocer algunas de las expectativas que estas participantes tenían, se indagó sobre la intención de seguir estudiando.
En primer lugar como expectativa más frecuentemente señalada, en todos los ámbitos aparece la intención de realizar otro curso de formación profesional, aun cuando se encuentren diferencias de importancia. Más de un tercio (37,4%) del conjunto de encuestadas la menciona, mientras que las que asistieron a un CFP del resto del país muestran una proporción similar a la anterior (35,6%); quienes se formaron en CFP del NEA-NOA resultan un poco más de la cuarta parte (27,7%), muy alejadas de sus pares de CABA-PCIA donde 4,4 de cada diez piensan en el futuro realizar otro curso de formación profesional. Tiene bastante presencia la indefinición hacia el futuro respecto del estudio –denotada por la elección de la alternativa “No sé todavía”- ya que es la segunda opción aludida con mayor frecuencia. Una quinta parte de las mujeres que cursaron en CFP del NEA-NOA (20,2%) y del resto del país (20,5%) se inclina hacia esta opción, la cual es algo más baja entre las mujeres que se capacitaron en CFP de CABA-PCIA (16,4%).
Gráfico 21. Alumnas de los CFP por intención de seguir estudiando. TOTAL PAÍS y REGIONES (en porcentajes)
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
Aparece como tercera intención la de continuar estudiando una carrera universitaria relacionada con el curso realizado. Poco más de la décima parte del conjunto de las mujeres encuestadas (13,1%) y de las que participaron de capacitaciones en CABA-PCIA (13,4%) la indicaron; es algo mayor la cantidad de mujeres de NEA-NOA que la alude (16,7%) y, viceversa, algo menor en el caso de las mujeres capacitadas en CFP del resto del país (10,5%).
La otra perspectiva que adquiere cierta relevancia es la de continuar estudiando una Carrera universitaria, ahora no relacionada con el curso en el que se participó. En este caso una décima parte (10,1%) del conjunto de mujeres bajo análisis refiere a ella sin encontrarse casi diferencias entre quienes se capacitaron en CFP del NEA-NOA (11,2%), de CABA-PCIA (10,4%) y del resto del país (9,2%).
Para completar la diversidad de intenciones señaladas con relativa frecuencia, debe señalarse que en el caso de las mujeres que asistieron a CFP del resto del país una décima parte menciona que piensa seguir estudios secundarios (igual proporción de las que piensan continuar una carrera universitaria que se relacione con el curso realizado); por su parte, entre las que asistieron a CFP del NEA-NOA prácticamente la décima parte (9,2%) señala que continuará estudiando una carrera terciaria relacionada con el curso.
CONCLUSIONES
Se presentan en esta parte, las particularidades de las mujeres que participaron en las capacitaciones desarrolladas durante el año 2017 en los en Centros de Formación Profesional (CFP) ubicados en distintas regiones (NEA-NOA, CABA-PCIA y resto del país) con el propósito señalar las características que serían más importantes al momento de planificar la formación brindada en los CFP. En particular se propuso caracterizar a quienes asistieron en el año 2017 a los cursos de formación profesional, desarrollados en los Centros mencionados, para señalar las diferencias y semejanzas que ellas presentan.
El trabajo permitió ver que en lo que respecta a la edad, son las mujeres que se capacitaron en los CFP del NEA-NOA predominantemente las más jóvenes, ya que quienes tienen menos de 30 años alcanzan a prácticamente dos tercios, en tanto que las del resto del país representan la mitad y en CABA-PCIA son menos aún. También, entre las primeras respecto de estas últimas, son muchas más quienes tienen entre 19 a 24 años, como también es superior la proporción de las que tienen hasta 19 años. La diferencia señalada se reduce cuando la comparación es con las mujeres que se capacitaron en CFP del resto del país.
Es decir que en el NEA-NOA la capacitación, más cercana a los estudios secundarios, podría pensarse como complemento o continuidad de los estudios formales, para ampliar la posibilidad de una inserción laboral, en tanto que en los restantes casos, estaría más ligada a mujeres que están en edades donde la capacitación puede incidir más decididamente en la inserción y rendimiento laboral.
Esta mayor juventud entre las mujeres que participaron de capacitaciones en CFP del NEANOA y, como contrapartida, menor presencia relativa de mujeres de 50 y más años, incide en algunos otros aspectos considerados en este documento.
En cuanto a la persona del hogar (de la participante de la capacitación) que aporta el mayor ingreso (el principal sostén) tanto en el conjunto como entre quienes asistieron a un CFP ubicado en CABA-PCIA y en el resto del país, la pareja o cónyuge es quien resulta -aunque con diferencias- el mayor aportante, y la entrevistada es la que aparece en segunda instancia. Distinta es la situación en el NEA-NOA donde quien es mencionado como principal sostén resulta ser el padre y en segundo lugar -como en los casos antes mencionados- la pareja o cónyuge; la entrevistada lo es en tercer lugar, pero la madre adquiere importancia en ese rol y más que en los otros ámbitos de comparación. La edad de la entrevistada también influye en la proporción de casos en que ellas, sus parejas o cónyuges, sus padres y madres son el principal sostén; a medida que se avanza en la misma aumenta la presencia de la entrevistada como principal aportante. Entre las más jóvenes (hasta 19 años) el padre y la madre son los principales proveedores, prácticamente de manera excluyente. En el siguiente grupo etario (20 a 24 años) el padre y la pareja o cónyuge se constituyen en CABA-PCIA en los dos principales aportantes donde también la entrevistada adquiere cierta relevancia en ese rol, mientras que en NEA-NOA el padre y la madre continúan siendo los mayores aportantes y la pareja o cónyuge aumenta su participación sin adquirir la relevancia que tiene en el anterior ámbito. Entre las de 25 a 39 años, en CABA-PCIA, predomina la pareja o cónyuge, y la entrevistada adquiere una importante relevancia -entre las de 30-39-, la cual seguirá en aumento en particular a partir de los 50 años. En NEA-NOA en el grupo de 25-29, también
predomina la pareja o cónyuge como principal sostén del hogar, la propia entrevistada adquiere relevancia pero se mantiene la presencia del padre y de la madre. Entre 30-39 años, la pareja o cónyuge es quien participa con mayor relevancia como principal sostén del hogar, declinando a partir de los 50 años en adelante donde es la entrevistada la que ocupa primordialmente ese rol, quien había aumentado su participación ya entre los 30 a 39 años. En el resto del país se registran similares tendencias con algunas diferencias en las participaciones.
En cuanto a la situación ocupacional, la mayoría de quienes son el principal aportante del hogar trabaja, sin encontrarse diferencias entre los ámbitos considerados.
Aparecen disimilitudes entre las mujeres que se capacitaron en los CFP de las distintas regiones en cuanto a los aspectos educativos. El grupo de quienes completaron el secundario aparece como el centro de asistentes a los CFP; debiera indagarse los motivos, pero parece plausible que se requiera un mínimo de capacidades para realizar estos cursos -o en una importante proporción de ellos al menos- o para su mejor aprovechamiento.
En términos generales son las mujeres que se capacitaron en CABA-PCIA las que están en mejor situación educativa. Relacionado con el nivel de instrucción alcanzado, las que se encuentran en posición más desventajosa son las mujeres que asistieron a capacitaciones desarrollados en CFP del resto del país, en cuanto a que sólo logran el primario completo. Por su parte son las encuestadas del NEA-NOA las que se destacan por el alto porcentaje que ha completado el secundario como máximo nivel, lo cual hace que tres cuartas partes de ellas tengan secundario completo o menos, en tanto que en los dos restantes ámbitos esa proporción resulta bastante menor. Atendiendo a las mujeres que han alcanzado los más altos niveles educativos, son quienes asistieron a capacitaciones de CABA-PCIA las que están en mejor posición mientras que las de NEA-NOA se encuentran en la más desventajosa.
Al comparar los máximos niveles de instrucción alcanzados por las alumnas de las capacitaciones con los de los progenitores o tutores, se observan avances al respecto, mostrando las primeras, mayores niveles respecto de los segundos. Aquí también lo que ocurre en CABA-PCIA muestra la situación más ventajosa. Las mayores diferencias se registran en el nivel primario completo y en NEA-NOA, la mayor de todas. En el nivel secundario incompleto no se observan avances significativos, pero sí en los restantes niveles. En el caso de NEA-NOA, hay un avance de importancia en el secundario completo; en CABA-PCIA es en el nivel superior incompleto donde se verifica el avance de mayor importancia y en el resto del país, si bien el avance más significativo es también en ese nivel, resulta de menor magnitud.
Por otra parte, cuando se considera la repitencia se puede ver que ésta es menor entre las mujeres que concurrieron a capacitaciones desarrolladas en CFP de CABA-PCIA respecto de las que se capacitaron en CFP del NEA-NOA y del resto del país.
La formación de quienes asisten a los CFP proviene principalmente de instituciones de gestión estatal, prevaleciendo en todos los ámbitos territoriales, pero en NEA-NOA el predominio es un poco más elevado. En lo que refiere a lo ocupacional, se evidencia claramente la alta presencia de mujeres con experiencia laboral, la que resulta más elevada en el caso de CABA-PCIA.
Algo distinto ocurre con la situación laboral actual. Son minoría las mujeres que se encuentran ocupadas y donde las que no trabajan superan largamente a la mitad de las que se capacitan en CFP, y dentro de ellas, son las desocupadas (buscan trabajo) las que predominan. En CABA-PCIA
el nivel de ocupación es algo más elevado, pero entre las que no trabajan no se evidencian diferencias de importancia en el nivel de las desocupadas.
Relacionado con lo anterior, cuando se indaga por las razones de no encontrar trabajo o por la que actualmente no trabajan, las dos más mencionadas, fueron la falta de experiencia laboral -sin que se encuentren prácticamente diferencias entre las mujeres que asistieron a CFP de los distintos ámbitos considerados- y la edad, encontrándose aquí sí importantes disimilitudes entre los tres ámbitos. En CABA-PCIA es el motivo más aludido de todos los mencionados y el más alto en comparación con los de los otros ámbitos; en NEA-NOA es, entre los relativamente frecuentes, el menos citado y en resto del país, se constituye –igual que en el conjunto de mujeres- como la segunda razón de no estar trabajando.
Aun cuando no sea uno de los motivos más mencionados, aparece el no tener el nivel secundario completo y ser una exigencia para acceder a una ocupación –pese a tener una capacitación profesional- y debiera contemplarse como una alternativa de formación para el empleo pese a no ser estrictamente una formación de índole profesional.
La relación laboral que se establece en el desarrollo de la actividad productiva (modalidad) que predomina, y con niveles similares, es la relación de dependencia. En CABA-PCIA se destaca el empleo permanente, en tanto que es el temporal en el NEA-NOA y también en el resto del país. El cuentapropismo resulta la otra modalidad de relevancia y su presencia no resulta tan disímil entre las mujeres que se capacitaron en los tres ámbitos analizados. Como en el caso del empleo, hay diferencias entre las modalidades internas de cuentapropismo: la más notoria se verifica entre el caso de cuenta propia-changa de NEA-NOA donde se observa la mayor presencia y de CABA-PCIA donde es menor; como contrapartida, en el primero de estos ámbitos es donde se observa la menor presencia de cuenta propia-emprendimiento y en el segundo de ellos, la mayor.
El análisis de los principales sectores productivos en que encuentran ocupación las mujeres que concurren a los CFP, muestra que corresponden a las habituales inserciones “femeninas” y en dos sectores (Servicios y Ventas/Comercio) se desempeña bastante más de la mitad de ellas. El sector más frecuente en las tres regiones consideradas corresponde a los Servicios; en NEA-NOA ambos sectores presentan mayores niveles de concentración. El Educativo/social también tiene relativa importancia, sin diferencias entre las encuestadas de los tres ámbitos.
En cuanto a los ingresos mensuales que se perciben por el desarrollo una actividad laboral, tal como se reflejó en el estudio, las concurrentes a CFP del NEA-NOA son las más desfavorecidas; su ingreso promedio es el menor, en tanto que las asistentes a CFP de CABA-PCIA presentan uno superior respecto de quienes asistieron a CFP de los otros ámbitos analizados. Asimismo se evidencia mayor concentración, entre las de CABA-PCIA, en los mayores ingresos mientras que entre las del NEA-NOA la concentración se observa en los montos de hasta 5.000 pesos.
Es mayoritaria la percepción que las mujeres encuestadas tenían acerca de la relación entre su trabajo y la formación recibida con anterioridad (formal y no formal) en que existe poca o ninguna relación entre formación y trabajo y son las asistentes a los CFP del NEA-NOA las que más lo perciben de esta manera. Los valores más altos entre las mujeres de los tres ámbitos corresponden a ninguna relación, pero las respuestas se polarizan: quienes encuentran “mucha relación” aparece como la segunda percepción con independencia del ámbito que se analice.
En relación a los cursos de CFP, entre las participantes de CABA-PCIA es mayoritaria (poco más de la mitad) la participación anterior en este tipo de cursos e inversamente en las otras regiones, particularmente en NEA-NOA, es mayoritaria la proporción de quienes no las habían realizado. Pese a ello en esta región hay una importante concentración de los que habían realizado hasta dos cursos, en tanto que en las otras dos la concentración es más baja. Posiblemente se relacione con la edad que, como se dijera, es menor; también podría deberse a que la formación profesional recibida, resulta una herramienta eficaz para la inserción laboral sin visualizarse la necesidad de realizar más capacitaciones.
Las cuestiones laborales mencionadas por estas mujeres resultan mayoritariamente la razón de realización del curso actual; su vinculación con el ámbito del trabajo quedó evidenciada ya que la utilidad para conseguir un trabajo o cambiar el que se tiene (mejor o distinto) es la razón más frecuentemente esgrimida por ellas, y más intensamente por las de NEA-NOA; que el curso resulta de utilidad para su trabajo es la segunda más referida sin observarse grandes disparidades entre mujeres que se capacitaron en las distintas regiones.
Como síntesis, se puede indicar que son las mujeres que se capacitaron en los CFP del NEANOA predominantemente las más jóvenes, particularmente respecto de las de CABA-PCIA, con mayor presencia en los grupos de más edad. Son ellas las que están en mejor situación educativa, pero en todas las regiones las que completaron el secundario, aparecen como el centro de las asistentes a los CFP y estos cursos serían complemento de la formación, ahora orientada al trabajo. Dicha formación proviene mayoritariamente de instituciones de gestión estatal. En su mayoría tienen experiencia laboral (más elevada en CABA-PCIA), pero las actualmente ocupadas son minoría, prevaleciendo —entre las que no trabajan— las desocupadas. Entre las ocupadas se destaca, primero la relación de dependencia -permanente en CABA-PCIA y la temporal en NEANOA- y luego el cuentapropismo, donde la changa también se destaca en esta última región. En los sectores Servicios y Ventas/Comercio se concentra la inserción laboral, más marcadamente en el caso de NEA-NOA y son las mujeres de esta última región las que menores ingresos obtienen. Es entre quienes se capacitaron en CABA-PCIA donde hay mayor realización de estos cursos, en experiencia y cantidad, e inversamente en NEA-NOA donde es menor. La mayor motivación por participar de ellos se relaciona con el ámbito laboral.
Estas características dan cuenta de la realidad, de la formación de las mujeres en los CFP de las distintas regiones, y si esta capacitación concuerda con los objetivos en materia de educación y formación de recursos humanos. Posibilita orientar propuestas de mejoras en diferentes aspectos: cómo asegurar un nivel mínimo de capacidades; expandir hacia otros niveles de instrucción; pensar la oferta de los CFP en relación al género y realidades regionales, en donde se han visto singulares diferencias con posiciones desventajosas para las mujeres del NEA-NOA; repensar y revalorizar el rol de la educación técnica media y la educación pública en general; y fundamentalmente, su vinculación con el ámbito laboral y socia. En tanto la FP es una formación que se propone mejorar capacidades que permitan el desarrollo productivo y mejora de competitividad a la par que una mejor inserción laboral y con ella, posibilitar mejores condiciones de vida para la población.